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“Infancias en silencio”, una exposición sobre la violencia contra niñeces

La exposición “Infancias en silencio” estará abierta al público en el Museo de Memoria y Tolerancia a partir del 27 de junio.

Miles de niñas, niños y adolescentes en México viven una alarmante situación de vulnerabilidad expuestos a diversas formas de violencia que se desarrollan en silencio: seis de cada 10 (63%) han sufrido violencia física o psicológica en casa como parte de su crianza y uno de cada de dos menores ha sufrido agresiones psicológicas por parte de algún miembro de su familia, de acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).

Para visibilizar esta realidad, el Museo de Memoria y Tolerancia, en colaboración con Fundación Freedom, presenta su nueva exposición temporal “Infancias en Silencio: Previniendo la violencia contra infancias y adolescencias”. Esta muestra, invita a reflexionar sobre el maltrato infantil, así como la urgente necesidad de romper los silencios que perpetúan los abusos.

Datos de Unicef señalan que en América Latina:

  • Dos de cada tres casos de violencia infantil ocurren dentro del hogar.
  • Cuatro de cada 10 víctimas de violencia sexual son menores de edad
  • Siete de cada 10 casos de abuso sexual infantil, el agresor es un familiar.
  • Las consecuencias del maltrato en la niñez pueden extenderse durante toda la vida si no se atienden.
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Foto: Especial

¿Por qué ver la exposición?

“Infancias en Silencio” ofrece un recorrido inmersivo y emocional que permite al visitante comprender cómo la violencia, el abuso y la negligencia afectan el desarrollo físicoemocional y psicológico de menores de edad.

A través de testimonios, experiencias inmersivas, datos y propuestas de prevención, la muestra busca concientizar, educar y movilizar a la sociedad para proteger los derechos de las infancias.

El recorrido inicia celebrando el universo único de la infancia: un mundo hecho de asombro, imaginación, ternura y aprendizaje. Desde ahí, nos lleva por una narrativa que expone las condiciones de vulnerabilidad estructural, las violencias familiares, escolares y digitales, los entornos peligrosos como instituciones religiosas o sectarias, y el horror de la trata y explotación infantil.

Todo ello, sin olvidar un mensaje poderoso: la resiliencia es posible, el amor adulto salva, y el silencio puede romperse.

Temas centrales de la muestra

  • Violencia en el hogar: del castigo físico a la negligencia emocional.
  • Factores de riesgo como pobreza, migración, discapacidad, adicciones familiares y discriminación.
  • El desarrollo cerebral infantil y adolescente, y cómo influye en su conducta y vulnerabilidad.
  • El abuso sexual, incluido el perpetrado por familiares, docentes y líderes religiosos.
  • Riesgos digitales: grooming, sextorsión, deepfakes y material de abuso infantil.
  • La infancia como mercancía: explotación laboral, sexual, matrimonio forzado y trata.
  • La resiliencia y el acompañamiento adulto como camino hacia la reparación.

El objetivo no es sólo denunciar. Es invitar a la reflexión y a la acción concreta. A lo largo del recorrido, las y los visitantes encontrarán recursos para detectar signos de abuso, guías sobre crianza empática, y herramientas para proteger a las infancias en el mundo digital. También conocerán testimonios reales, estrategias de prevención y una invitación a sanar como adultos, como sociedad, como humanidad.

¿Dónde y cuándo ver la exposición?

La exposición estará abierta al público a partir del 27 de junio y tendrá un costo de $100.

Dirección: Plaza Juárez | Centro Histórico. Frente al Hemiciclo a Juárez, a un costado de la Secretaría de Relaciones Exteriores. Ciudad de México

Horarios: martes a viernes de 9 a 18 horas.

Sábados y domingos de 10 a 19 horas

Fuente de la información e imagen:  https://lacaderadeeva.com

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Los Diez Mandamientos llegan a las aulas: Trump y los suyos empujan la educación religiosa

Por: Jesús Jank Curbelo

Hace una semana, el gobernador de Texas, Greg Abbott, firmó la SB-10, una ley que ordena exhibir los Diez Mandamientos cristianos en cada aula pública del Estado. Esto significa que estarán repetidos más de 9.000 veces, frente a los 5,5 millones de estudiantes que entrarán a esas aulas en septiembre próximo. Texas se une así a una creciente lista de Estados gobernados por republicanos que, junto a Donald Trump, están impulsando la educación religiosa en las escuelas públicas del país.

“Yo soy el Señor tu Dios. No tendrás dioses ajenos delante de mí…”, así comienza el texto, que viene íntegro en el documento de la ley texana y debe ser reproducido en inglés, sin versiones, con un tamaño mínimo de 40 x 50 centímetros, más o menos lo que mide el respaldo de una silla escolar. La norma, que entrará en vigor el 1 de septiembre, con el inicio del curso escolar, también permite que los estudiantes y profesores puedan dedicar un rato cada día a leer la Biblia o a rezar voluntariamente, siempre que los menores cuenten con el consentimiento de sus padres.

Abbott defendió la nueva legislación como una reivindicación de los pilares fundacionales de Estados Unidos, entre ellos “la fe y la libertad”. Mientras tanto, el vicegobernador Dan Patrick dijo al respecto: “Poner los Mandamientos en nuestras aulas asegura que nuestros estudiantes reciban la misma brújula moral fundacional que los antecesores de nuestro Estado y de nuestro país”.

El Gobierno de Texas ha impulsado políticas de este tipo durante años. Desde 2021, las escuelas públicas tienen permiso para mostrar el lema nacional, In God We Trust (En Dios Confiamos). Y en 2024, el Consejo de Educación local autorizó que se impartieran clases relacionadas con la Biblia como parte del contenido de los grados de primaria. Este currículo es opcional, pero, según el texto, los estudiantes que lo adopten recibirán un incentivo de hasta 60 dólares.

Sin embargo, varias familias presentaron recientemente una demanda colectiva ante el Tribunal Federal de Dallas contra la SB-10. Se trata de un grupo compuesto por cristianos, judíos, musulmanes y miembros de la Nación del Islam. Argumentan que la nueva ley viola la Primera Enmienda de la Constitución, la cual prohíbe al Gobierno establecer una religión oficial o interferir en el libre ejercicio de las creencias individuales.

Los demandantes, además, consideran que estos carteles podrían presionar a los alumnos a adoptar una doctrina religiosa particular. Según medios locales, hasta el momento cuentan con el respaldo de organizaciones como la American Civil Liberties Union (ACLU) y la Freedom From Religion Foundation.

¿Aulas o frentes ideológicos?

En junio de 2024, Luisiana aprobó una ley similar a la firmada por Abbott. Reconocida como HB-71, la normativa exigía colgar en las aulas públicas tanto los Diez Mandamientos como otros documentos históricos, incluida la Declaración de Independencia. La ley fue suspendida por un juez federal en noviembre y el Quinto Circuito ratificó el fallo siete meses más tarde. Ese tribunal tiene jurisdicción sobre Texas, lo cual hace pensar a muchos que la SB-10 podría terminar de la misma manera. Los jueces declararon que la ley de Luisiana era “claramente inconstitucional”, pues tenía una intención más religiosa que educativa.

Asimismo, la gobernadora Sarah Huckabee Sanders autorizó en Arkansas, en abril pasado, una norma que obliga a exhibir los Diez Mandamientos en los edificios públicos, entre ellos las escuelas y bibliotecas. La ACLU y siete familias locales demandaron al Estado el 11 de junio. “El derecho a decidir qué creencias religiosas seguir, si las hay, pertenece a las familias y las comunidades religiosas, no al Gobierno”, manifestó John Williams, director legal de la ACLU en Arkansas. “No permitiremos que los políticos abusen de nuestras escuelas públicas para imponer las Sagradas Escrituras a los niños”, agregó.

Dakota del Sur también tiene un proyecto de ley en esa dirección, que se encuentra a la espera de ser aprobado definitivamente. En cada caso, los políticos alegan que exponer los Mandamientos es un acto patriótico. Estas iniciativas forman parte de una ofensiva que pretende instaurar el cristianismo en los espacios públicos, sobre todo en las escuelas. Los conservadores que promueven esto se apoyan en antecedentes legales, como un caso de 2022 donde el Tribunal Supremo amparó a un entrenador escolar de fútbol americano que defendía su derecho a rezar en el terreno después de los partidos.

El presidente Trump no se ha pronunciado hasta el momento sobre la ley texana. Sin embargo, apoyó la ley de Luisiana y ha alentado a legisladores de otros Estados a impulsar medidas similares. “Me encantan los Diez Mandamientos en las escuelas públicas, privadas, y en muchos otros lugares. Léanlos. ¿Cómo podemos equivocarnos como nación?”, escribió en sus redes sociales. Añadió que “este podría ser, de hecho, el primer gran paso en el reavivamiento de la religión, que se necesita con desesperación en nuestro país”.

Opiniones divididas

Katherine Benson es venezolana, tiene 39 años y vive en Dallas con su esposo y sus dos hijos, que estudian en sexto y séptimo grado en una escuela pública. Son una familia que practica el judaísmo. Para Benson la enseñanza de los preceptos cristianos es fundamental, incluso en los colegios.

“De ellos se deriva hasta la actitud que uno debe tener en la vida y, en mi opinión, también las normas jurídicas. Seas quien seas, pertenezcas a la religión que pertenezcas, debes conocer los Diez Mandamientos”, asegura. También destaca que de ellos se derivan los 613 mitzvot (mandamientos judíos), “que nos permiten tener una vida más consagrada a Dios y un comportamiento de amor al prójimo para vivir mejor dentro de la sociedad”.

Shirin Bahavi, de 42 años, nació en Irán y creció como musulmana. Sin embargo, cuando llegó a Estados Unidos, se desvinculó de esa religión. Ahora vive con su hija, que cursa el décimo grado en una high school al norte de Texas. Para Bahavi, que pongan o no los mandamientos cristianos en las aulas no tiene relevancia.

“No practico mi estúpida religión y no me importan las otras”, afirma. “La religión es personal. La forma en que adoramos y rezamos a Dios depende de nosotros. Por eso, estoy en contra de cualquier fuerza religiosa”. Según su experiencia, el hecho de que se enseñen determinados valores religiosos en la escuela no determina necesariamente cómo actuará un niño cuando crezca.

“Cuando me hablaron de la nueva ley, busqué un artículo relacionado con el tema y lo lancé al grupo de WhatsApp del aula de mi hijo de 10 años, que va a comenzar el quinto grado en septiembre”, recuerda Magda, una migrante de 37 años que vive en Texas y pidió anonimato por su estatus legal. Según cuenta, el asunto generó un debate intenso: desde una madre que escribió “Aleluya” hasta un padre que citó a Karl Marx con “La religión es el opio de los pueblos”.

“Creo que la esencia de Estados Unidos es la diversidad cultural y la libertad de pensamientos”, dice Magda. “No tengo cultura religiosa, pero creo en el bien, en lo justo y en lo noble. De eso se tratan los Diez Mandamientos y todas las religiones del mundo. No hay que encasillarlas, solo hay que transmitirlas a nuestros hijos desde nuestras creencias, respetando cada una”.

Por otra parte, una maestra suplente de una escuela primaria en Houston, que también solicitó ocultar su nombre, opina que “educar y adoctrinar son cosas muy diferentes”. “Inculcar mensajes sin pasar por el análisis crítico y el aprendizaje personal es un error, implica repetir mensajes vacíos y segregar a quienes no practican la religión. Educar a las nuevas generaciones es clave, pero imponer una doctrina específica viola la libertad individual y, por tanto, viola la Primera Enmienda”, señala.

El Quinto Circuito, en el caso de Luisiana, consideró que imponer un texto religioso en las aulas públicas es inconstitucional. Si el Tribunal de Dallas falla contra la nueva ley texana, el caso probablemente llegará al Tribunal Supremo. Si este último falla a favor, Texas podría convertirse en un modelo a seguir para otros Estados. Si no, la ofensiva religiosa podría quedar en pausa.

https://elpais.com/us/2025-06-30/los-diez-mandamientos-llegan-a-las-aulas-trump-y-los-suyos-empujan-la-educacion-religiosa.html

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Inteligencia Artificial, una «autopista» de la desinformación

Divulgadores, periodistas y comunicadores científicos han afirmado que las redes sociales y la Inteligencia Artificial actúan como una autopista para acelerar la difusión de la desinformación, tanto en el campo de la salud, como en otras categorías, lo que la ha convertido en un nuevo poder y una nueva normalidad.

La difusión de desinformación ha existido siempre, pero ahora tenemos unas autopistas que permiten la difusión a hipervelocidad de esa desinformación, ha manifestado el periodista y experto en desinformación Marc Amorós durante una jornada organizada por Pfizer sobre la relación entre este fenómeno y el sector de la ciencia y la salud.

Cabe destacar que 20 por ciento de la población española ha reconocido haber recibido información falsa sobre ciencia y salud, principalmente a través de redes sociales, según un estudio de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (Fecyt).

Vivimos una era dorada de la desinformación, donde los contenidos manipulados priorizan el impacto emocional y dificultan la construcción de consensos necesarios para enfrentar los grandes desafíos globales, resaltó. Tras ello, enumeró una serie de titulares falsos como Los tumores cancerígenos son sacos de huevos llenos de parásitos que se curan con ivermectina, El repollo reduce la mortalidad del cáncer de mama o Meterse ozono por el ano o la vagina cura el cáncer, el sida y el Alzheimer, entre otros viralizados en redes sociales.

Todo ello no busca tanto que la gente crea en sus mentiras, sino que se deje de creer en la verdad, algo que los propagadores de desinformación ya están consiguiendo, y es que sólo 31 por ciento de los españoles confía en la información de los medios de comunicación, según un estudio de Ipsos.

Noticias falsas en la historia

Las noticias falsas no ocurren por azar o por casualidad. No son bromas ni tampoco anécdotas sin importancia. Éstas tienen una intención, sirven a propósitos, en definitiva son una industria, añadió Amorós.

Por su parte, el divulgador y presentador del programa El punto sobre la Historia, David Botello, ha coincidido en que la desinformación no nació en redes sociales, ni en los medios en línea, ni con la imprenta, sino que el relato de manipulación siempre ha existido, un fenómeno del que la ciencia no ha estado exenta.

La manipulación pública ha existido a lo largo de la historia, afirma, y pone como ejemplo a Ramsés II y la falsificación de su victoria en la Batalla de Qadesh (año 1.274 antes de Cristo), la propaganda a favor del rey Fernando VII durante la Guerra de Independencia española, los primeros movimientos antivacunas que surgieron cuando Louis Pasteur las inventó, las caricaturas hacia Charles Darwin por su teoría de la evolución o la maquinaria de propaganda del nazismo encabezada por Joseph Goebbels.

La manipulación del relato ha sido una herramienta clave del poder para influir en la sociedad, y entender esa historia nos ayuda a enfrentar con más perspectiva los desafíos actuales de la desinformación, mencionó.

La directora de comunicación de Pfizer España, Maite Hernández, destacó que la ciencia debe ser accesible, comprensible y fundamentada en datos y hechos contrastados, y ha manifestado que la desinformación es una amenaza tanto para la salud pública como para el progreso científico.

Ataques contra divulgadores

Intentar posicionarse en contra de estas corrientes puede generar dificultades para su transmisión, y es que hasta 51 por ciento de los divulgadores científicos españoles han sufrido ataques en redes sociales al realizar su labor, lo que ha llevado a 16 por ciento de ellos a abandonar sus actividades de forma temporal o permanente.

La periodista especializada en información científica y responsable de redacción del Science Media Center España de la Fecyt, Laura Chaparro, ha destacado la labor del centro como puente esencial entre la comunidad científica y los medios de comunicación y señala que entre los principales retos que ha identificado se encuentra aumentar la confianza de la población tanto en las fuentes de información como en las instituciones públicas, lo que se relaciona con una menor creencia en afirmaciones falsas y una menor disposición a compartir esta desinformación, según un estudio publicado en la revista Nature.

Estos hallazgos evidencian que la lucha contra la desinformación debe ir más allá del simple desmentido o prevención, y centrarse también en reforzar la confianza institucional como una estrategia clave, aseveró.

https://www.jornada.com.mx/noticia/2025/07/03/ciencias/inteligencia-artificial-una-autopista-de-la-desinformacion

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Universidad Central de Venezuela mantendrá pruebas de ingreso pese a la suspensión oficial

La Universidad Central de Venezuela (UCV), la principal del país, acordó mantener las pruebas de ingreso a pesar de la decisión de un organismo gubernamental de eliminar estas evaluaciones como parte de los procesos de admisión en las instituciones públicas, según un comunicado difundido este jueves.

El Consejo Universitario de la UCV, en sesión ordinaria, aprobó por mayoría continuar con la fase 2 del denominado Sistema de Ingreso por Mérito Académico y Diagnóstico Integral 2025 (Simadi 2025), que consiste en la aplicación de un test con preguntas de razonamiento verbal, lógico y numérico.

Este procedimiento, asegura, contribuye a «incrementar las oportunidades de acceso a la educación universitaria», con el fin de «garantizar este derecho humano y deber social, en igualdad de condiciones» y «sin más limitaciones que las derivadas de aptitudes, vocación y aspiraciones».

El comunicado, difundido por la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (APUCV), anuncia que los aspirantes a ingresar a la institución mediante el SIMADI «serán oportunamente informados de la continuación del proceso por los medios usuales».

Según la universidad, la prueba tiene como propósito hacer un «diagnóstico de los conocimientos adquiridos», lo que se tiene en cuenta junto con «el promedio de notas obtenidas durante su formación en los primeros cuatro años de educación media».

El pasado sábado, el Ministerio de Educación Universitaria informó que las pruebas internas o diagnósticas ya no se aplicarán ni se cobrarán en las instituciones de gestión pública.

Esta medida, aprobada por el Consejo Nacional de Universidades (CNU), derriba «barreras excluyentes que limitan el acceso, permitiendo que más jóvenes inicien sus estudios sin filtros sesgados o discrecionales que puedan generar nuevas desigualdades», según el Gobierno.

El rector de la UCV, Víctor Rago Albujas, rechazó «enfáticamente» esa decisión que, a su juicio, ignora «valiosas experiencias en favor de la equidad para acceder a la educación universitaria».

La UCV propuso el miércoles «abrir un diálogo constructivo» entre las autoridades ministeriales y delegados universitarios para llegar a «soluciones consensuadas».

El movimiento estudiantil de diversas universidades también rechazó la medida, con la que -denuncia- se centraliza la totalidad de las admisiones a través del Sistema Nacional de Ingreso (SNI), de la Oficina de Planificación del Sector Universitario (OPSU), un organismo que depende del Gobierno.

Según la cartera de Educación Universitaria, el SNI «garantizará el acceso a la universidad de 350.000 bachilleres este año, asegurando que el 100 % de los cupos estén disponibles para los jóvenes que culminan sus estudios» de enseñanza secundaria.

https://www.analitica.com/actualidad/actualidad-nacional/educacion/universidad-central-de-venezuela-mantendra-pruebas-de-ingreso-pese-a-la-suspension-oficial/

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¿Las cooperativas construyen un mundo mejor?

Apropósito del Año Internacional de las Cooperativas (AIC) proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) para el año 2025, La Coperacha lanza una serie de opiniones con diversas reflexiones académicas y del pensamiento del sector social y el cooperativismo en México.

La ONU encuadra la importancia de las cooperativas en el denominado “desarrollo sostenible” y su “Agenda 2030” basada en 17 objetivos, entre ellos destacan el fin de la pobreza, el hambre cero, salud y bienestar, la equidad de género, así como la acción por el clima con energía asequible y no contaminante.

Esta serie de lineamientos impulsados por la ONU, son un compromiso para gobiernos y organismos que sumen esfuerzos ante los desafíos globales y locales. Así, organizaciones como la Alianza Cooperativa Internacional (ACI), como representante de una parte del cooperativismo alrededor del mundo, han asumido estos compromisos que se promueven bajo el lema: “las cooperativas construyen un mundo mejor”.

Aunque La Coperacha no está alineada a esta forma de “desarrollo sostenible” que se promueve, sí conceptualiza al sector social como una parte esencial para la transformación de la realidad y en donde el cooperativismo tiene un reto clave. Por ello, visualiza esta coyuntura como una ocasión para resaltar la labor del cooperativismo y su diversidad; pero sobre todo como una oportunidad para reflexionar, de forma crítica, sobre las diversas discusiones y puntos de encuentro con otras formas organizativas del sector social.

A manera de interrogante, pero con la intención de contribuir a la reflexión y acción del cooperativismo y su relación con la economía social, solidaria, de las economías alternativas y/o comunitarias, y sus muchos etcéteras, presentamos la serie de opiniones: ¿Las Cooperativas Construyen un Mundo Mejor?

Se trata de una docena de textos de opinión que se publicarán de manera periódica de aquí en adelante; y que tendrá como autores a diversas plumas de la academia y la investigación, así como pensadoras sobre temas como el cooperativismo y del pensamiento comunal. El objetivo es tejer miradas críticas sobre los retos y desafíos que el cooperativismo tiene, así como discutir puntos de conexión con las otras expresiones del sector social. Por lo que los artículos de opinión girarán en torno intersecciones como el género y la participación de las mujeresla relación con los procesos comunales de los pueblos indígenas, las cooperativas de ahorro, la economía social y solidariala vivienda, la agroecología, el trabajo, la educación y el rol de las universidades.

Las plumas que contribuyen a estás reflexiones son: Antonio Mendoza, Azucena Isabel Flores, Celia Pacheco, Corina Ambriz, David Monachón, Eduardo Enrique Aguilar, Gustavo Moura de Oliveira, Jaime Martínez Luna, Josefina Cendejas, Juan José Rojas, Laura Collin y Yesenia Ramírez.

XX Años de Periodismo Silvestre
Esta serie de colaboraciones se presenta en el marco del que hemos denominado XX Años de Periodismo Silvestre, que no es otra cosa que la celebración de La Coperacha por seguir haciendo periodismo, como una modesta contribución por cubrir y difundir las experiencias transformadoras que los medios tradicionales no cubren. A dos décadas del arranque de este periplo periodístico, que comenzó haciendo un periodismo local en zonas populares del sur de la Ciudad de México, y que con los años fue orientándose en la agenda del sector social, pensamos que también es una oportunidad para hacer una parada en el camino echando la mirada atrás para reinterpretar lo recorrido.

Esperamos que la serie: ¿Las Cooperativas Construyen un Mundo Mejor?, sea una respetuosa provocación para revisar lo que el cooperativismo ha aquilatado en su relación con la política pública, la educación, con los ejidos y tierras comunales, el sindicalismo, y con todas las otras economías; en un momento de pleitesía por las corporaciones, bajo una intensa disputa por los recursos naturales y en una economía que precariza el trabajo.

Como un medio de comunicación cooperativo, pensamos que el sector social hace una labor fundamental para cambiar la realidad de las personas, familias, regiones y realidades a menudo bajo contextos hostiles; a la vez también pensamos que existe un enorme potencial, una oportunidad por conectar con más expresiones que caminan por las mismas veredas del sector social.

El otro sector social
Aunque el sector social en México remite casi siempre al cooperativismo, su dimensión va muchos más allá. Ya no decir que dentro del mundo de las cooperativas existe un gran crisol de cooperativismos y que no están representados dentro de los organismos mencionados. Además, hay otra gran dimensión de organizaciones reconocidas en el marco constitucional como el sector social, nos referimos a los ejidos y comunidades que tienen una tenencia colectiva de la tierra.

La importancia de este espectro es vital por múltiples razones, primero porque en gran medida representan a los pueblos indígenas, también porque en esas tierras se encuentran una gran cantidad de recursos naturales que están en constante disputa con el capital (minería, corporaciones refresqueras, agroindustria, etc.). Y además porque en ellos se plasma una forma de vida que es respetuosa con el medio ambiente o la madre tierra, como comúnmente se le llama. Sin afirmar que la totalidad de los ejidos y tierras comunales funcionan de esta manera, ahí están también contenidas una gran cantidad de diversidad cultural y de biodiversidad.

Mención especial merece la gran cantidad de experiencias como mercados solidarios, experiencias de trueque, monedas alternativas, bancos de tiempo, redes de intercambio, mercados agroecológicos, economías alternativas, economías comunitarias y demás expresiones; mismas que a menudo se agrupan en el concepto de la economía social y solidaria.

Dialogar 
Más allá de la doctrina cooperativa, los marcos legales, e incluso las conceptualizaciones, destacamos tres aspectos que comparten estas diversidades asentadas en el sector social. Por un lado, la intención del cambio social o de la realidad (con ópticas diferentes), la intencionalidad de una propiedad colectiva (materializada o no), y la vida de asamblea, que condensa la necesidad del diálogo y el acuerdo.

Así, este material compuesto de textos de opinión, además de profundizar sobre diferentes tópicos y ángulos, tienen como propósito mínimo, intentar el diálogo de esta significativa constelación que busca la equidad, el bienestar, la salud y el cuidado del medio ambiente; es lo que llamamos sector social.

Fuente de la información e imagen:  https://lacoperacha.org.mx

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Argentina: Paritaria estatal, el gobierno hará una oferta salarial. “Por lo menos que sean dos dígitos”, pidió ATE

También se comprometió a retomar las paritarias sectoriales este viernes. Prevén terminar las negociaciones el 17 de julio.

El gobierno provincial afirmó que el 8 de julio anunciará el porcentaje de incremento que ofrecerá a los empleados estatales de Salta.

La decisión fue transmitida en la última reunión de negociaciones paritarias en la que también se adelantó que el 17 de julio se prevé la contraoferta de las entidades gremiales que representan a los trabajadores estatales.

Para ese día “quieren cerrar” las negociaciones, dijo a Salta/12 Gustavo Ascoy, referente de la comisión docente de ATE.

Ascoy dijo que el sector que representa reclama un incremento de, cuanto menos, dos dígitos para el semestre que resta.

Es que con el 9 por ciento escalonado en tres cuotas que se pagaron mes de por medio desde febrero a junio “nos fue malísimo”, afirmó al referirse al último acuerdo arribado en febrero último. Tanto ATE, como el Sindicato de Trabajadores de la Educación de la Provincia de Salta (SITEPSA) y la seccional salteña de la Unión de Docentes de Argentina (UDA), se negaron a firmar aquel acuerdo.

El ánimo entre los educadores, la gran masa de trabajadores estatales, no es de los mejores. Mientras que el secretario general de la Asociación Docente Provincial (ADP), Fernando Mazzone, ya sugirió que estará difícil firmar una paritaria si es que la oferta del gobierno no tiene una mejora sustancial. Lo dijo en la asamblea realizada la semana pasada. Por su parte, SITEPSA se declaró en estado de alerta. Con esta advertencia, se indicó que si no prospera una mejora como la que vienen pidiendo podría haber medidas de fuerza tras el receso escolar que se inicia el 14 de julio.

“Lo único que vi es que a los docentes el aguinaldo se les fue así, como si nada, y hay mucho enojo”, dijo Ascoy.

En la última reunión paritaria el Ejecutivo provincial sostuvo que la situación económica actual está atravesada por la “crisis nacional que impacta fuertemente en sectores como la construcción, el comercio y otros rubros productivos, con consecuencias directas en la economía provincial”.

También aclaró que las mesas sectoriales no fueron suspendidas y que se retomarán el viernes que viene.

Preocupación por empleados municipales

Por otro lado, Ascoy afirmó que entre las preocupaciones de ATE se encuentra también la incógnita sobre lo que ocurrirá con los salarios de empleados municipales.

Sucede que los incrementos de estos trabajadores están atados a los que acuerde la provincia con las entidades gremiales que representan a sus empleados.

Ascoy ñadió que también complica el hecho de que al incrementar en un 1 por ciento el aporte que deberá hacerse a la obra social provincial, del Instituto Provincial del Seguro (IPS), para financiar su deuda, los municipios deben volcar 121 mil pesos por cada trabajador por este concepto. 

La semana pasada el ministro de Infraestructura y coordinador de Enlace y Relaciones Políticas, Sergio Camacho, se reunió con los intendentes para informar sobre el aporte de nuevos recursos al Fondo Compensador Municipal para que las comunas salteñas cubran la diferencia financiera que les provocó la modificación de los aportes del IPS y se garantice la prestación a sus empleados.

La compensación será hasta diciembre en el marco del actual ejercicio presupuestario.

Camacho indicó que la posibilidad de recurrir al Fondo Compensador Municipal permitirá absorber el desfasaje y bajar el impacto en las cuentas municipales. La asistencia prevé además un reconocimiento retroactivo a marzo.

https://www.pagina12.com.ar/838514-paritaria-estatal-el-gobierno-hara-una-oferta-salarial-el-8-

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La alucinación deshumanizante del tecnofetichismo

Por: Javier Tolcachier

Ciertamente ha habido invenciones que incidieron radicalmente en la modificación del paisaje social. Creaciones humanas, que inspiradas en un propósito persistente de superación,  consiguieron avances científicos o tecnológicos emancipadores.

La rueda, el papel, la imprenta, la electricidad, las vacunas, la radio, la píldora anticonceptiva, el aeroplano, el motor de vapor o la penicilina, por solo mencionar algunos, contribuyeron sin duda a la ampliación de posibilidades de las personas. Posiblemente la red internet, más allá de su procedencia y sentido inicial ligados a objetivos militares, también pueda encuadrarse en esta categoría.

Bien vistas las cosas, ninguno de esos portentosos descubrimientos pueda ser adjudicado a una única persona. Pese a lo que señala cierta historiografía ingenua, individualizar estos inventos omite el entorno social en el que se producen y la enorme acumulación de intentos y aportes colectivos que las preceden.

Del mismo modo, pretender que estas innovaciones tengan el poder de transformar por sí solas las cosas, es otorgarles cualidades mágicas que oscurecen otros factores en el orden político y espiritual, en el campo de las ideas, la organización económica, la demografía o el desarrollo humano en general. Factores que actúan en estructura con la ciencia y la tecnología y son fundamentales para operar transformaciones sociales.

Atribuir excesiva virtud a tal o cual tecnología, es colocar en los objetos un influjo similar al que hechiceros de otros tiempos otorgaban a ciertos amuletos, confiriéndoles propiedades transmutativas de distinto tipo. Y quizás fuera la fuerte creencia de los pueblos en dichos conjuros, la carga energética de fe que depositaban en ellos movidos por necesidad y justificados por la autoridad que poseían los respectivos taumaturgos, la que efectivamente lograba su cometido.

Algo similar ocurre hoy con las tecnologías digitales, a las que se adjudica, de modo cuasi místico, la prodigiosa capacidad de resolver la acumulación de problemas sociales y la consecuente crisis multidimensional de la actualidad. Una forma moderna de fetichismo, cuya fascinación permea hoy estamentos dirigenciales, pero que también encuentra extendida adhesión en las poblaciones.

No por nada la palabra fetiche significa, a partir de su origen en portugués y su paso por el francés, hechizo o encantamiento.

El tecnofetichismo corporativo

La técnica, hermana menor de la ciencia, no siempre ha sido un vector de evolución humana. Basta destacar el interés de los gobernantes a lo largo de la historia por lograr supremacía tecnológica para dominar a otros.

El desarrollo de la metalurgia en la Mesopotamia antigua permitió a imperios sucesivos un mejor equipamiento armado. De similar importancia fue la experiencia y destreza en la construcción naval, clave en la expansión colonialista posterior. Así, hasta llegar a las maquinarias de destrucción masiva que amputaron millones de vidas, desembocando en el horror del armamentismo nuclear.

La automatización digital, comandada hoy desde los altos mandos corporativos, no distingue sino una única moral, la del rédito a cualquier precio. Por ello, lejos de servir exclusivamente al bienestar público, se enfoca en servicios y aplicaciones en las que prima la extracción y mercantilización de datos, la vigilancia, la manipulación, la desinformación, la explotación y, cómo no podía ser de otro modo, el perfeccionamiento de máquinas de matar.

Sin embargo, la propaganda corporativa – potenciada a su vez por esta misma tecnología –se introduce en nuestra esfera más íntima a través de dispositivos individuales sofisticados, intentando convencernos de que constituye una panacea integral para superar todo problema y conflicto social.

Como un mantra de tipo religioso, la “innovación” tecnológica aparece en cada discurso como única respuesta para paliar la crisis generalizada del sistema. Así, por ejemplo, la degradación ambiental y climática encontraría supuestamente remedio en la venta de refinados sistemas de menor consumo energético, en vez de pensar en proporcionar equitativamente el consumo irracional de las regiones ricas del planeta, para saciar las necesidades de las poblaciones empobrecidas.

Del mismo modo, se precia la capacidad lingüístico-conceptual en las interacciones de algunas aplicaciones de la llamada “inteligencia artificial”, al tiempo que la desinteligencia y magra voluntad política de las cúpulas impiden ejecutar programas de eliminación del hambre y la miseria.

La salud al alcance de todos decae o no existe en muchos lugares, siendo que en otros, la sofisticación tecnológica en el sector sanitario alcanza cotas de asombro. La educación, que debería repensarse como una metodología de elevación humana, amenaza estar recluida cada vez más en las cárceles de pensamiento de los programas de aprendizaje empresariales. Distintos tipos de violencia continúan extendiendo sus tentáculos sin importar que se anuncie un grandioso “metaverso”, una suerte de paraíso digital donde todo es posible.

Y por supuesto que chatear con bots amables de nombre humano no paliará en lo más mínimo la intensa sensación de soledad que sufren cada vez más personas, ante la evaporación creciente de los lazos sociales.

Mientras tanto, esas mismas tecnologías sirven a la precarización laboral, la monopolización comunicacional, la mega especulación financiera, la extensión latifundista, la sobreexplotación de recursos, la continuidad del supremacismo cultural o la expansión delictiva a través de la web.

Es evidente que el discurso de las Big Tech, que publicita su gama de productos como el único futuro posible, facilita solo la expansión de sus negocios y profundiza la dependencia de sus tecnologías, en un círculo vicioso que representa una nueva etapa neocolonial.

¿Puede la Humanidad confiar su destino a las intenciones de los ejecutivos, accionistas y desarrolladores de esas empresas, imbuidos de la misma ideología tecnofetichista e interesados primariamente en su bienestar individual? Sin duda que no.

El tecnofetichismo progresista

Para no “quedar atrás”, y quizás con la mejor de las intenciones, muchos gobiernos, dirigentes y agrupaciones populares, caen también en la trampa tecnoadictiva. Piensan en una lógica de progreso única, lineal e irreversible, que los condena a sucumbir a falsas dádivas (servicios y aplicaciones básicas sin costo) y a seguir los caminos que trazan las grandes corporaciones de negocios, sin percatarse que ello conduce a nuevas encerronas de aun mayor dependencia.

Conminados a dar respuestas cortoplacistas, los (hoy menos) gobernantes intentan reaccionar así al embate del gran capital, cuyo ariete de demolición es ahora la “convergencia” de tecnologías como las redes neuronales, la computación cuántica, la robótica y la digitalización del mundo físico.

Por un lado, las prominencias políticas deben mostrarse “modernizadoras” so pena de no pasar el exigente juicio popular en una próxima escenificación electoral,  pero al mismo tiempo, estos actores siguen atrapados en las lógicas del industrialismo del siglo anterior, solo que con herramientas más livianas, pero igualmente potentes.

Pero incluso algunos círculos intelectuales toman los mismos elementos y en algunos casos, llegan al extremo deshumanizante de dirimir diferencias o elaborar conclusiones en base a las aplicaciones diseñadas por organizaciones que se encuentran en las antípodas de su posicionamiento político. ¿Dónde queda allí el pensamiento crítico, dónde el debate y la deliberación? ¿Dónde queda la capacidad humana de inspirarse y aportar criterios y propuestas nuevas?

¿Acaso los jeques que dominan los circuitos binarios que deciden que habrá de mostrarse y qué no en las llamadas “redes sociales” se mostrarán favorables, en un rapto de compasión y lucidez, al empuje revolucionario de los movimientos sociales?

¿Trasladarán sus algoritmos con fuerza contenidos tendientes al cambio verdadero o dejarán deslizarse, junto a una avalancha de propaganda comercial y material de relleno, apenas tenues motivos que los hagan parecer democráticos y pluralistas?

De lo que no hay duda, es que estos interrogantes deben ser tomados con máxima seriedad por aquellas y aquellos que deseamos un mundo completamente diferente.

La tecnofobia

Los “luditas” fueron un movimiento de protesta en la Inglaterra de principios de siglo XIX que usó, entre otras tácticas, la destrucción de maquinaria para oponerse a la instalación de telares y máquinas de hilar industriales que amenazaban con reemplazar a los artesanos con trabajadores menos cualificados y que cobraban salarios más bajos.

Esa modalidad activista tomó su denominación de Ned Ludd, personaje real o imaginario de un trabajador que habría incendiado o destruido varias máquinas textiles a modo de respuesta a las represiones que el proletariado estaba sufriendo.

Dicho antecedente histórico suele ser esgrimido en la actualidad para equiparar una actitud crítica y consciente sobre ciertos riesgos que presentan los intensos y rápidos cambios técnicos con una enfermiza resistencia al cambio o directamente con posturas tecnofóbicas. Se desalienta así cualquier mirada equilibrada, exenta de fundamentalismos a favor o en contra de determinadas metodologías tecnológicas.

Por supuesto que en este análisis debe ser considerado el efecto de extrañeza que produce hoy la modificación acelerada de herramientas y modalidades, reñidas con usos y costumbres que solo perviven en la memoria de anteriores generaciones. La sospecha de cierta nostalgia y oposición a los nuevos tiempos es sin duda una nube que debe ser despejada con espíritu autocrítico.

Pero esto no contradice en lo más mínimo la necesidad de observar con lente de gran aumento las intenciones – sobre todo aquellas de carácter mercantil o de control – y la arquitectura de diseño lógico que subyacen a los desarrollos tecnológicos que presentan a diario las corporaciones monopólicas.

Tampoco es menor observar las implicancias en la concentración de poder económico y político, concentración que invariablemente atenta contra el ejercicio universal y la ampliación de los derechos humanos. El progreso será de todos y para todos o no será.

El tecnofetichismo alternativo

En paralelo al incremento de la digitalización en los distintos campos, se generó a partir de la década de los 80 un movimiento que no solo formuló críticas a la dirección capitalista y meramente utilitaria de los principales servicios y aplicaciones digitales, sino que desarrolló alternativas de uso eficaces.

Se multiplicaron así progresivamente las “tecnologías libres”, cuyos principios básicos son la libertad de usar, estudiar, distribuir y mejorar los programas informáticos. Tales libertades fomentan la desconcentración del poder, la producción de conocimiento colectivo, la adaptabilidad y facilidad de distribución y, más allá del ámbito estrictamente tecnológico, estimulan la sana costumbre de compartir solidariamente con otros aquello que resulta de utilidad para uno.

Para cada uso habitual existen ya aplicaciones, servicios y plataformas libres, desarrollados y sostenidos por personas, colectivos y hasta estados que han comprendido la importancia de despegarse del yugo comercial corporativo, sin dejar de proporcionar salidas positivas.

Aun así, debe alertarse sobre un posible “tecnofetichismo alternativo”, que pudiera reducir la rebelión contra el sistema capitalista a un simple cambio de hábitos de consumo tecnológico. En términos analógicos, sería como “hacer la revolución por dejar de beber una determinada bebida cola”.

El individualismo que corroe la convivencia humana no habrá de ser superado por el reemplazo de códigos informáticos, sino por actitudes solidarias y acciones en común que atraviesen el muro de egoísmo.

La tecnología es tan solo un frente de lucha para superar el sistema. No debe perderse de vista que la actual preponderancia del negocio digital tenderá a cambiar en cualquier momento por el agotamiento de su rentabilidad frente a otros modelos que los fondos de inversión que administran el capital consideren más lucrativos.

Por otra parte, es preciso evitar como un dañino malware, la tendencia a quedar recluidos en la comodidad del especialismo informático. Por el contrario, compartir el impulso revolucionario con otras luchas sociales y políticas es fundamental. En esa dirección, aportar saberes desde el campo tecnológico es una contribución importante a los cambios por venir.

El sentido de la tecnología o una tecnología con sentido

La tecnología solo tiene sentido si contribuye a superar el dolor y el sufrimiento del conjunto humano. Tales avances no pueden quedar restringidos por clausulas o murallas comerciales, ni tampoco limitado a determinadas regiones geográficas, perpetuando así inequidades.

La idea del “derrame”, que asegura que el desarrollo científico y técnico de algunos lugares se expande luego a otros, es tan solo una fórmula de postergación utilizada por la ideología capitalista para justificar desigualdades.

Humanizar la tecnología puede sonar para algunos a redundancia – ya que toda tecnología es un producto humano – o para otros una proposición contradictoria, si es que se ubica a lo “humano” en una esfera contrapuesta o alejada de la fría mecánica.

Sin embargo, este es exactamente el parámetro a seguir, si es que se pretende construir un mundo social acorde a la dignidad humana. Humanizar la tecnología quiere decir ponderar el beneficio que un sistema aporta en la dimensión no solo práctica o económica, sino también a favor del bienestar psicológico y emocional de las personas.

Ampliar solidariamente la libertad humana en sentido multidimensional es la ética que debería acompañar a toda innovación tecnológica, ya que es justamente la superación de las dificultades y los impedimentos, lo que está en la esencia del avance en el conocimiento.

Finalmente, la comprensión del ser humano como un ser histórico cuyo modo de acción social no solo modifica el paisaje circundante, sino su propia condición, su aparentemente inmutable naturaleza, será la que guiará nuestros pasos valientemente hacia nuevos horizontes.

Pero este nuevo paisaje no se producirá por el simple expediente de cambios tecnológicos externos, sino que requerirá una esencial transformación simultánea en nuestro interior hacia nuevos valores, conductas de relación y objetivos vitales. Humanizar la tecnología, entonces, quedará como una particularidad de la noble misión de Humanizar la Tierra.

Javier Tolcachier es investigador en el Centro Mundial de Estudios Humanistas y columnista y co-editor de agencia internacional de noticias con enfoque de Paz y No Violencia Pressenza   

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