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Perú: Clases semipresenciales: ¿qué retos implica para los docentes y la comunidad universitaria?

Clases semipresenciales: ¿qué retos implica para los docentes y la comunidad universitaria?

Estudiantes de casas de estudios superiores se alistan para retornar a las aulas tras 2 años de clases virtuales debido a la pandemia. ¿A qué se enfrentan los docentes y alumnos ante este regreso?

A casi dos años de la llegada de la pandemia del coronavirus al Perú, a partir del mes de marzo, las universidades públicas y privadas volverá a abrir sus puertas de forma progresiva. Por tal motivo, el Ministerio de Educación (Minedu), a través de la Resolución Ministerial N.º 531-2021, propuso un modelo híbrido, el cual integrará la enseñanza presencial con la de distancia.

En esa línea, las diferentes casas de estudios superiores deberán definir qué forma de trabajo utilizarán y el porcentaje de alumnos que retornarán a la presencialidad. Ante eso nos preguntamos: ¿cómo debe aplicarse y qué retos implica para el docente y la comunidad universitaria?

Para poder comprender mejor el tema, se debe saber que el Minedu ha planteado tres modelos educativos híbridos: el primero se divide en clases en paralelo (un grupo recibe el servicio presencial en el aula y el otro, de forma simultánea, desde sus casas), el segundo está centrado en la naturaleza de la asignatura y, finalmente, el tercero es aquel en el que se brindarán asesorías personalizadas con una autonomía para escoger la forma del dictado de la asignatura.

Alumnos dan examen de admisión presencial en la Facultad de Letras de la Decana de América. Foto: UNMSM

Retos que afrontan los docentes tras este retorno progresivo a la presencialidad

Debido a esta duda, La República se comunicó con docentes de distintas casas de estudios para, bajo su punto de vista, conocer cuáles serán los obstáculos que ellos enfrentarán en este retorno híbrido. El principal punto en el que todos concordaron es empezar a adaptarse a trabajar en un contexto digital y presencial de manera paralela.

“Sin la debida atención al factor humano, ningún formato híbrido tendrá éxito”, detalló el Dr. Luis Francisco Vivanco Aldon, vicerrector académico de la Universidad Privada Peruano Alemana (UPAL), quien a su vez resaltó que este reciente sistema representa un nuevo reto en la educación superior porque combina la educación presencial y remota a través de distintos medios.

“Este reto forma parte de un proceso de transición en el ‘delivery’ educativo, pasando de modelos tradicionales a nuevas tendencias que vienen a imponerse. El sistema híbrido no es una moda pasajera o una necesidad. Es el nuevo estándar educativo que estará a disposición en el mercado”, dijo a La República.

En ese sentido, para Silvia Lavandera Ponce, directora del Centro de Excelencia en Enseñanza y Aprendizaje de UTEC, el reto de retornar a la semipresencialidad “ya no es tecnológico, sino metodológico”.

“Ahora, el docente debe apoderarse de todas las TIC (tecnologías de la información y comunicación) para que este proyecto educativo funcione. Esta nueva metodología busca fusionar lo mejor de los mundos virtual y presencial para que puedan convivir de manera adecuada”, apuntó a este medio.

Además, a este obstáculo se le suma la capacidad tecnológica y humana que tengan las universidades para que ambas formas de trabajo convivan en un mismo ecosistema. Por otro lado, los docentes señalaron que será sumamente importante que las distintas casas de estudio puedan asegurar todas las medidas de bioseguridad con el objetivo de que la comunidad universitaria no se vea afectada en sus instalaciones por la COVID-19.

“Aplicaremos este método (modelo híbrido) desde el primer ciclo hasta el décimo. La idea es que cada grupo vaya una semana presencial y otra virtual, y así se vayan alternando”, puntualizó la vocera de la UTEC.

En esa línea, se sostuvo que este cambio debe ser progresivo y dependerá de cada universidad, ya que son autónomas y tienen que analizar cuáles son sus capacidades en educación e infraestructura.

“Este semestre va a ser virtual y desde el próximo, híbrido. Cada universidad dependerá de la capacidad que puedan tener para respetar las medidas de bioseguridad que se requieren. En el caso de donde trabajo, casi todos los docentes tenemos las tres dosis y las aulas estarán reguladas por un cierto aforo para respetar el distanciamiento”, añadió Paula Chiok Perez, magíster en Ciencias Contables con especialización en Tributación y docente de la Universidad Nacional de Cañete.

Cabe precisar que las decisiones que tomen las distintas casas de estudio serán supervisadas y fiscalizadas por la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu), quien se encargará de que se desarrollen de acuerdo a los parámetros establecidos por la Resolución N.º 121-2021-SUNEDU/CD.

Se sabe que la modalidad semipresencial podrá atender los nuevos retos que plantean los cambios sociales y las innovaciones tecnológicas. Y de eso son conscientes los maestros.

Yo soy de las docentes que apuesta por este retorno, la educación híbrida va a permitir al estudiante poder responder estos casos prácticos con el docente y con los demás compañeros”, resaltó Chiok. Agregó que este método de trabajo será un reto para toda la comunidad universitaria, pero también una oportunidad para realizar “adecuadamente los casos”, detalló la docente.

Fuente de la Información: https://larepublica.pe/sociedad/2022/03/11/minedu-clases-semipresenciales-en-universidades-que-retos-implica-para-el-docente-y-la-comunidad-universitaria/

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España: El feminismo emergente en la época de la Revolución francesa

El feminismo emergente en la época de la Revolución francesa

Aunque sus orígenes se remontan cuanto menos a la Grecia clásica, se puede decir que el feminismo tal como lo entendemos hoy día, como la mayor parte de las grandes ideas modernas, comienza a cobrar forma en el interior del largo proceso de la revolución democrática que tuvo lugar en Inglaterra entre 1641 y 1649 liderada por Oliver Cromwell y que originó por primera vez la constitución de una República (1649-1658), un proceso internacional en el que estamos todavía inmersos. No obstante, su primera expresión consciente transcurre en el contexto de la revolución norteamericana de 1776, paradójicamente la primera revolución anticolonial de la historia. Todas ellas fueron desarrolladas por un amplio “frente popular” compuesto por burgueses, pequeños burgueses, sectores de las clases dominantes, campesinos, artesanos y proletarios, entre los cuales las mujeres jugaron un papel social creciente, una causa que en muchos casos estuvo ligada con otras no menos trascendentes: la abolición de la esclavitud o la emancipación de la mujer de la tutela patriarcal.

Un caso ejemplar fue el de John Adams, segundo presidente de los Estados Unidos y uno de los redactores de la Declaración de Independencia. A pesar de su radicalismo, Adams tomó a broma la pretensión de su señora, Abigail Smith Adams (1744-1818), cuando ésta trató en una serie de cartas de persuadirle de que incluyera los derechos de la mujer al redactar las leyes del Estado más democrático del mundo entonces. Enfrente suyo tenía algo tan poderoso como la tradición judeo-cristiana, especialmente reaccionaria en este aspecto como lo había sido con la cuestión de la esclavitud, que para algunos aparecía perfectamente justificada en la Biblia.

Las primeras feministas que enfocan la posibilidad de una natural equiparación entre ambos sexos surgirán durante la revolución puritana que inicia dicho proceso y pone la primera piedra de la Inglaterra moderna, que servirá como modelo para los regímenes democráticos ulteriores. Los puritanos hirieron de muerte a la monarquía absoluta y afirmaron el derecho de los contribuyentes a elegir a sus representantes políticos. También establecieron la capacidad de cada individuo de entenderse directamente con su Dios sin necesidad del Vaticano. Pero no admitieron para la mujer otra igualdad que la de rezar, pero siempre con la condición de mantener un papel subalterno en la institución eclesiástica, no muy diferente al que se le atribuía en el hogar, un terreno en el que más de dos siglos de feminismo no han sido suficientes para introducir cambios significativos.

Mucho más allá fueron los ilustrados, dentro de los cuales surgieron nombres como el de Condorcet, que llega, casi en solitario, a defender en 1788 (en su obra Ensayo sobre la Constitución de las Asambleas Provinciales) el derecho de la mujer a tener una participación en la política en pie de igualdad con el hombre, derecho que no se hará realidad sino casi siglo y medio más tarde. Condorcet piensa que una segregación de la mujer sería una injusticia contraria a la razón, porque ellas poseen en común con el hombre “la cualidad de seres razonables y sensibles”. A los que aducen falta de instrucción e inteligencia, de debilidad física de la mujer, Condorcet les responde: “¿Acaso no hay muchos representantes populares que carecen de los mismos, a su vez? El buen sentido y los principios republicanos excluyen cualquier distinción entre hombres y mujeres a este respecto. La principal objeción, repetida por todos, es que abriendo a la mujer la vida política la distraemos de la atención de la familia. El argumento carece de fundamento. Ante todo no se refiere sino a las mujeres casadas, y no todas lo son. En segundo lugar, haría falta, por esta misma razón, prohibir a las mujeres el ejercicio de cualquier profesión manual o del comercio”.

Sin embargo, se puede decir que voces como las Condorcet clamaban en el desierto, y la presión antifeminista calaba hasta entre los hombres más ilustres de la época sin exceptuar a los más radicales y avanzados, tal fue el caso del semianarquista Sylvain Maréchal, compañero de Babeuf en la insurrección de los Iguales en plena revolución francesa y que se oponía a los derechos de la mujer. No obstante, las ideas de Condorcet serán retomadas por algunas de las mujeres que en masa habían sido, en palabras de Michelet, la “vanguardia” de la revolución, en concreto por la líder girondina Madame Roland, por la enragé Claire Lacombe y sobre todo, por Olympe de Gouges que será la inmortal autora de la primera Declaración de los Derechos de la mujer y la Ciudadana que proclama, entre otras cosas: “Art. 1º. La mujer nace libre y permanece igual al hombre en sus derechos. Las distinciones sociales no pueden estar basadas sino en la utilidad común (…) Art. 4º. El ejercicio de los derechos naturales de la mujer, no tiene más límites que los que la perpetua tiranía del hombre le ha impuesto. Estos límites deben de ser reformados por las leyes de la naturaleza y la razón (…) Art. 6º. La ley debe ser la expresión de la voluntad general: todas las ciudadanas y todos los ciudadanos debe concurrir personalmente y por intermedio de sus representantes a su formación (…) Art. 13º. Para el mantenimiento de las fuerzas públicas y para los gastos de la administración los tributos de hombres y mujeres son iguales; ésta participa en todos los servicios y todas las labores penosas; debe tener pues, la misma parte en la distribución de los puestos, de los empleos, de los cargos, de la dignidad y de la industria”.

Vale la pena decir cuatro cosas sobre estas tres mujeres, comenzando por Mme Roland, cuyo nombre de soltera era Jean-Marie de Philipon; estaba casada con un ilustrado que era el doble mayor que ella. En este matrimonio el hombre fue el astro menor, tanto que él no pudo superar la muerte de ella y se suicidó. Antes de la revolución de 1789, la casa de los Roland fue uno de los centros de la oposición democrática parisina. Durante el transcurso de ésta, ambos militaron en el partido de la Llanura, dentro del cual Mme Roland descolló particularmente. Sus ideales feministas pueden parecer actualmente como moderados; Mme Roland creía que la mujer no se encontraba todavía preparada para ocupar cargos políticos y de momento se trataba de hacer propaganda por sus derechos. Michelet vio en ella la mujer radical típica del siglo. Por sus actividades fue condenada por un Tribunal Revolucionario jacobino que le acusó de haber “pervertido” a su marido. Tenía treinta y nueve años, y una vez delante del verdugo Sansón, exclamó contemplando una estatua de la Libertad: “¡Oh, Libertad, cuántos crímenes se cometen en tu nombre”.

En cuanto Claire Lacombe, perteneció a una de las tendencias más radicales de la revolución. Aleksandra Kollontái la llamó “capitana de los arrabales de París” y destaca su capacidad como oradora y su ferviente republicanismo. Fue una de las animadoras del “Club de ciudadanas revolucionarias” y participó desde sus posiciones jacobinas en la mayoría de los grandes acontecimientos revolucionarios. Aleksandra Kollontái concluye su retrato diciendo: “Rose Lacombe fue una mujer que se entregó con alma y vida a la revolución y al mismo tiempo comprendió que las necesidades de las proletarias, sus exigencias y preocupaciones tenían que ser una parte integrante e inseparable del movimiento de trabajadores que comenzaba. No exigía derechos especiales para las mujeres, pero las zarandeaba para despertarlas y la invitaba a defender sus intereses como miembros de la clase trabajadora…”

Mucho más recordada es Olympe de Gouges, que se llamaba en realidad Marie Gouze y había nacido en 1748 –y no en 1755 como diría ante el Tribunal Revolucionario que la juzgó–, en Montauban. Su madre era una aventajada modista y su padre comerciante, pero ella siempre presumió de un origen mucho más ilustre. Llegó muy joven a París y llevó una vida bastante aventurera. Se sabe que se casó en 1765 con un oficial de Intendencia y que tuvo un hijo, pero su vida libre la separó de su marido. Tuvo numerosos amantes [entre ellos el novelista roussoniano y libertino Restif de la Bretonne, al que el lector/a quizás recuerde con el rostro de Jean-Louis Barrault en La nuit de Varennes (Ettore ScolaFrancia, 1981)] y ganó una gran fama como mujer ambiciosa. Asistió con entusiasmo a los primeros tiempos de la revolución, que decía que había esperado durante 15 años.

Republicana y feminista apasionada, Oliympe no pudo soportar los efectos del terror jacobino. Opinó delante de éstos que no se acababa la monarquía haciendo un mártir del rey y estas palabras la llevaron a la guillotina. Escribió varias obras de teatro, pero ninguna de ellas mereció, al parecer, el reconocimiento de la posteridad. Estas audaces feministas vivieron intensamente, pues, los momentos del auge revolucionario, descabezado con la degeneración de la revolución.

Fuente: Primeras páginas del primer capítulo del libro de Pepe Gutiérrez-Álvarez. Revolucionarias. Mujeres entre el feminismo y el socialismo.

Fuente de la Información: https://www.elviejotopo.com/topoexpress/el-feminismo-emergente-en-la-epoca-de-la-revolucion-francesa/

 

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México: Descartan autoridades el cierre de Normales en Michoacán

Descartan autoridades el cierre de Normales en Michoacán

La titular del Instituto de Educación Media Superior y Superior del Estado de Michoacán, Mariana Sosa aseveró que no habrá cierre de Escuelas Normales del Estado

Morelia, Michoacán (MiMorelia.com).- La titular del Instituto de Educación Media Superior y Superior del Estado de Michoacán, Mariana Sosa Olmedo confirmó a MiMorelia.com que no habrá cierre de ninguna de las Escuelas Normales del Estado como se ha especulado entre diversos sectores de la educación.

En entrevista, la funcionaria estatal dijo que la totalidad de las ocho normales incluyendo la Escuela Normal Rural “Vasco de Quiroga” tienen su vida “resguardada, amparada y seguirán en actividad».

Comentó que es necesario mantener las escuelas ya que son las instituciones que dan formación a los docentes.

No obstante, refirió que es necesario modificar “líneas y formas”, cerrando las manos a los desaseos y a las prácticas ajenas a la educación, en caso de que se presente alguna de ellas.

Sosa Olmedo explicó que a su arribo a la institución se encontró con un sector que no era escuchado por la autoridad, por lo que ahora el diálogo será permanente.

EA

Fuente de la Información: https://mimorelia.com/noticias/educacion/descartan-autoridades-el-cierre-de-normales-en-michoac%C3%A1n

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El Salvador: Crimen contra jesuitas: juez ordena detener a expresidente salvadoreño Cristiani por matanza

Crimen contra jesuitas: juez ordena detener a expresidente salvadoreño Cristiani por matanza

Un juez ordenó este viernes 11 de marzo la detención del expresidente de El Salvador Alfredo Cristiani (1989-1994) por presuntos vínculos con el asesinato de seis sacerdotes jesuitas y dos colaboradoras, cometido por el Ejército en 1989, durante la Guerra Civil, informó la Fiscalía.

La Fiscalía General de la República logró “que el Juzgado Tercero de Paz de San Salvador decrete que los acusados en el caso Jesuitas pasen a la etapa de instrucción, entre ellos el expresidente Alfredo Cristiani y el exdiputado Rodolfo Parker, bajo la detención provisional”, consignó en Twitter el ente de justicia. La orden también comprende a cuatro coroneles.

El exgobernante, quien se encuentra fuera del país, negó los cargos y arremetió contra el fiscal Rodolfo Delgado en un comunicado.

“El fiscal general, de mala fe y con claro desprecio a la verdad, me ha acusado públicamente de omisión y de encubrimiento. La verdad es que nunca supe de los planes que tenían para cometer esos asesinatos”, señaló Cristiani quien, en su calidad de presidente, era además comandante general de las Fuerzas Armadas.

Los militares “nunca me informaron ni me pidieron autorización porque sabían que jamás hubiera autorizado que se hiciera daño al padre Ellacuría o a sus hermanos”, agregó.

Para el exgobernante “en este momento no hay garantías procesales en El Salvador” debido a que “la mayor parte de magistrados, jueces y fiscales son impuestos y completamente serviles al poder presidencial”.

Se desconoce el paradero de Cristiani.
La Fiscalía de El Salvador había presentado el 25 de febrero ante el tribunal un requerimiento contra Cristiani y un grupo de militares, por estar presuntamente involucrados en el asesinato.
Este viernes, también el juez ordenó la detención provisional de los coroneles Óscar León Linares, Nelson López, Joaquín Arnoldo Cerna y de Inocente Orlando Montano. Este último purga una condena de 30 años de prisión en España por el múltiple crimen.

La madrugada del 16 de noviembre de 1989, en medio de una ofensiva guerrillera sobre San Salvador, efectivos del ahora proscrito batallón Atlacatl cometieron asesinatos en el campus de la jesuita Universidad Centroamericana (UCA).

Las víctimas fueron el hispano-salvadoreño Ignacio Ellacuría (rector de la UCA), los españoles Ignacio Martín Baró (vicerrector), Segundo Montes, Amando López y Juan Ramón Moreno, además de los salvadoreños Joaquín López, Elba Ramos y Celina, la hija de esta última.

En septiembre de 1991, un tribunal de San Salvador juzgó a nueve militares que figuraban como autores materiales sin tomar en cuenta a los autores intelectuales, según organismos humanitarios.

Fuente de la Información: https://www.prensalibre.com/internacional/crimen-contra-jesuitas-juez-ordena-detener-a-expresidente-salvadoreno-cristiani-por-matanza-breaking/
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Colombia: Una de las primeras huelgas en Colombia tuvo rostro de mujer

Una de las primeras huelgas en Colombia tuvo rostro de mujer

Por: María Antonieta Cano Acosta, Integrante del equipo nacional de la Secretaría de Género, Inclusión e Igualdad de Fecode.

Mi papá me regaló un libro el año pasado en navidad. Lo había leído y estaba seguro de que me iba a gustar. Lo recibí entusiasmada, con la expectativa que me despierta siempre un nuevo libro, pero además porque la autora es mujer, Ángela Becerra, y también porque confío en el gusto de mi padre. Lo empecé a hojear y apenas leo la contraportada, ¡qué grata sorpresa!, la protagonista se llamaba Betsabé Espinal, ¿ah?, nada menos que Betsabé Espinal, la mujer que dirigió la primera gran huelga obrera en Colombia por allá hacia 1920.

Y me embarqué en esta maravillosa lectura sobre la vida de una de las mujeres que más admiración me han causado. Su historia y su valentía han sido faros cuando mis energías se ven un poco diezmadas y me atrevo a confesar que es por esta razón por la que me nace escribir estas palabras. Como a mí, conocer la vida y lucha de mujeres como Betsabé quizás les sirva a tantas mujeres que en medio de la adversidad continúan con las banderas en alto por nuestra dignidad.

Saber que una mujer de unos veintitantos años fue capaz hace cien años de rebelarse contra a sus patronos es un hecho que a mí me llena de orgullo y que me hincha el pecho de admiración reconociéndome del mismo género de esta mujer, la gran Betsabé Espinal. Las condiciones socio-culturales en que estaba sumida Colombia hacían muy difícil la vida de las mujeres. De ahí que sea mucho más meritoria su valentía al lograr que seiscientas personas que trabajaban con ella, mujeres en su gran mayoría, se embarcaran en una huelga que pasaría a la historia como uno de los acontecimientos más importantes de la época, por ser la primera gran huelga general obrera de la que se tuviera noticia en nuestro país.

El desarrollo de la industria capitalista en el mundo se afianza sobre la base de la superexplotación de la masa trabajadora haciendo que sobrevivir una familia con su prole sólo sea posible uniendo los ingresos salariales de varios miembros del hogar. El cambio trajo consigo dos efectos: uno, que a las mujeres, hasta entonces confinadas a las cuatro paredes de la casa, se les abriera toda una gama de posibilidades surgiendo así la mano de obra femenina y, dos, que con en el trabajo asalariado las mujeres encontraran oportunidades de autonomía, autorrealización e independencia.

Este proceso, contradictorio en sí mismo, que llevó a la vinculación de millones de mujeres al trabajo agrícola e industrial en condiciones sumamente adversas, condujo a que surgieran movimientos organizativos de mujeres trabajadoras, a que poco a poco las obreras fueran conscientes de su condición, de sus posibilidades, de sus necesidades, de lo que ya tenían al haberse liberado de las cuatro paredes pero de lo que también significaba estar trabajando en condiciones de obreras, muchísimo más adversas de las que ya sufrían sus propios compañeros.

Y esto, para ellas, tarde o temprano tendría que cambiar. Se organizan, primera reacción casi instintiva del ser humano cuando se ve en condiciones de opresión, descubren que si no es con acciones conjuntas no lograrán nada, y pelean porque también aprenden que sólo mediante luchas organizadas lograrán las conquistas. Así, en un arduo proceso que lleva años, van llegando las asambleas a las fábricas, las reuniones clandestinas, las luchas individuales y grupales, No era sólo contra el patrón contra el que tenían que luchar. No, también debían rebelársele a sus padres, esposos y hermanos que no querían ceder en la tutela que ejercían sobre ellas y que miraban con miedo y recelo el grito libertario y el poder que las mujeres juntas iban logrando. Muchas fueron acalladas, maltratadas, vulneradas, pero nada ni nadie impidió que esa fuerza que se forjaba en las entrañas de la sociedad capitalista llegara a las grandes revueltas femeninas, a las marchas y mítines y a que por allá hacia 1857, el sindicato de trabajadoras del sector textil organizara una huelga en la empresa Lower East Side de Nueva York, para escribir uno de los capítulos más memorables de las luchas por los derechos laborales de las mujeres.

En Colombia, la incipiente industrialización nos llegó en los albores del siglo XX y fue esta emergente clase obrera la que entre 1919 y 1920 libró 33 paros. Sobresalen el de los artesanos de Bogotá, los mineros de Segovia, los ferroviarios del Magdalena y los zapateros de Manizales, Medellín y Bucaramanga. En ellos la dirección de mujeres como María Cano fue absolutamente relevante.

En medio de esta efervescencia surge el paro de las obreras textileras de Bello, Antioquia, el primero que se califica a sí mismo con el rótulo de huelga. Para 1920, el 73% de la fuerza laboral estaba conformada por mujeres solteras pues para la Iglesia la fábrica era “enemiga de la familia y de las buenas costumbres”.

La industria colombiana, principalmente textil y de zapatos, se aprovechó de las mujeres campesinas que llegaban a ciudades como Medellín en busca de mejores oportunidades. Las condiciones de trabajo eran inhumanas. Laboraban doce, trece, catorce horas diarias con salarios de hambre, enormes multas por retrasos y descuentos por el daño de las máquinas y sometidas al acoso sexual y laboral repulsivo que ejercían contra ellas patronos y capataces. Fue hace más de cien años, pero parece que estuviéramos hablando de la realidad actual.

Los gerentes de Coltejer y Fabricato no admitían mujeres con marido ni madres solteras y en otras factorías, como en la fábrica en la que trabajaba Betsabé, los directivos obligaban a las trabajadoras a asistir descalzas dizque para facilitar su desplazamiento en los barrizales que llevaban a los talleres.

Para 1920, cuando estalla la huelga, de la que fuera dirigente indiscutible Betsabé Espinal, en la fábrica trabajaban unas cuatroscientas mujeres y niñas y unos 110 hombres. Mientras ellas ganaban entre 0.40 y un peso a la semana, los hombres percibían por el mismo oficio entre uno y dos pesos semanales, una diferencia salarial que aún persiste, sustentada en la idea de que el salario de las mujeres es un ingreso familiar complementario para el sustento del hogar, excusa que se cae por su propio peso pero que mantiene en pleno siglo XXI una brecha salarial entre los géneros de entre el 13% y el 23%.

Los puntos del pliego eran: igualdad salarial, el cese del acoso sexual, el cese de las multas, la reducción de una hora en la jornada laboral para el almuerzo, acabar con las ofensivas requisas –¡cómo serían las tales requisas!– y el derecho a usar zapatos. Todo se ganó a los cuatro meses. ¿Se imaginan una huelga en la Colombia de 1920, librada por mujeres y dirigida por una mujer joven, que durara cuatro meses y que se coronara con la victoria? ¿Cómo acertaron a resistir ciento veinte días? Pues sí, existió, y no es sólo poesía por lo bello del acontecimiento sino que fue real y contundente.

En la actualidad, a veces olvidamos lo que han costado nuestros derechos. Creemos que por ir a una marcha el Primero de Mayo o participar en una jornada de protesta ya hicimos suficiente y ya cumplimos con nuestra cuota de movilización. Pues no. Si perdemos de vista que el enemigo sigue vivo, que está latente y nos sigue golpeando, seremos derrotadas. Ese enemigo contra el que otrora lucharon las generaciones anteriores está ahí queriéndonos conculcar lo poco que tenemos.

Mujeres, pongámonos de acuerdo en que sólo si el país avanza, avanzaremos nosotras, sólo si hay progreso nacional, conquistaremos derechos laborales dignos, sólo si hay avance social, lograremos el reconocimiento pleno de nuestros derechos ciudadanos, políticos, sexuales y reproductivos. De lo contrario, seguiremos siendo una nación atrasada y una neocolonia de Estados Unidos, con una economía semifeudal, con todo su rezago cultural, y la herencia patriarcal, tan arraigada en nuestra sociedad, será mucho más difícil de erradicar.

Miremos hacia delante, emulemos a las María Cano, a las Betsabé Espinal y a las miles de mujeres que con sus luchas nos legaron un mundo menos hostil. Impregnémonos de su temple, de su energía, de su coraje, de su alegría, recojamos las banderas que ellas enarbolaron y las que nos impone el momento y, sin desestimar el debate, tan necesario siempre en todos los procesos reivindicativos, cumplamos con la historia, miremos hacia delante siempre, porque esta lucha por los derechos de las mujeres es imparable y porque sabemos que nos asiste la razón. Protejamos el legado de las luchas pasadas, asumamos las reivindicaciones actuales y preparémonos con sororidad para las batallas venideras, juntémonos con el conjunto de la sociedad y luchemos por un mundo en donde la dignidad se vuelva costumbre, donde la tierra será el paraíso bello de la humanidad. La lucha continúa.

Fuente de la Información: https://www.fecode.edu.co/index.php/una-de-las-primeras-huelgas-en-colombia-tuvo-rostro-de-mujer.html

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Italia: El Papa Francisco: “Transformar este mundo salvaje en un mundo más humano”

El Papa Francisco: “Transformar este mundo salvaje en un mundo más humano”

De “salvaje” a “divino” y sobre todo “más humano”, por lo tanto cercano a los dolores de la gente, especialmente de los ancianos y los niños. Tomando prestadas las palabras del Papa Pío XII, el Papa Francisco indica la “transformación” que espera para este mundo herido por las guerras y la injusticia, en un videomensaje a los miembros del Movimiento por un Mundo Mejor, que celebra su 70º aniversario, informa Vatican News, que recuerda que se trata de una iniciativa que nació gracias a la intuición del jesuita Riccardo Lombardi y a la voluntad del propio Pío XII, expresada públicamente el 10 de febrero de 1952 en su “Proclama por un mundo mejor”.

En el breve videomensaje grabado con un teléfono en la Casa Santa Marta, Francisco hace referencia a su predecesor, animando a los miembros del Movimiento a continuar la misión llevada a cabo durante estas siete décadas, siguiendo “una visión de la vida, una visión de la creación”.

“El Papa Pío XII habló de transformación. En particular, dice una palabra que se refiere al mundo: ‘salvaje’, que debe hacerse más humano, más ‘divino’, pero sobre todo más humano, porque el Señor está siempre cerca de lo humano. Sigan adelante, no se desanimen, sigan trabajando para lograr esta transformación en el mundo”, los exhorta el Papa Francisco, animándolos especialmente a “trabajar por la justicia, por los niños, por los ancianos y por la paz”, porque “el mundo mejor que queremos es un mundo de paz”.

Fuente de la Información: https://www.farodiroma.it/el-papa-francisco-transformar-este-mundo-salvaje-en-un-mundo-mas-humano/

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Entrevista a Noam Chomsky “Estamos en un momento crucial de la historia de la humanidad. No se puede negar. No se puede ignorar”

Por C.J. Polychroniou

La invasión rusa de Ucrania ha cogido a gran parte del mundo por sorpresa. Es un ataque no provocado e injustificado que pasará a la historia como uno de los mayores crímenes de guerra del siglo XXI, sostiene Noam Chomsky en esta entrevista exclusiva que ha concedido a Truthout y que ofrecemos a continuación.

Las motivaciones políticas, como las citadas por el presidente ruso Vladímir Putin, no pueden utilizarse como argumento para justificar el inicio de una invasión contra una nación soberana. Sin embargo, ante esta horrible invasión, “Estados Unidos debe optar por la diplomacia de modo urgente” en lugar de la escalada militar, ya que esta última podría constituir una “sentencia de muerte para la especie, sin vencedores”, afirma Chomsky.

C. J. Polychroniou: Noam, la invasión rusa de Ucrania ha cogido a la mayoría de la gente por sorpresa y ha causado gran conmoción por todo el mundo, aunque muchos elementos indicaban que Putin estaba bastante alterado por la expansión de la OTAN hacia el este y la determinación de Washington de no tomarse en serio sus exigencias en materia de seguridad de no traspasar la “línea roja” respecto a Ucrania. ¿Por qué cree que ha decidido iniciar una invasión en este momento?

Noam Chomsky: Antes de responder a la pregunta debemos constatar algunos hechos que son incontestables. El más crucial es que la invasión rusa de Ucrania es un grave crimen de guerra comparable a la invasión estadounidense de Irak y a la invasión de Polonia por parte de Hitler-Stalin en septiembre de 1939, por poner sólo dos ejemplos relevantes. Es razonable buscar explicaciones, pero no hay ninguna justificación ni atenuante.

Volviendo a la pregunta, hay un despliegue de invectivas plenas de convencimiento acerca de la mente de Putin. El relato habitual es que está atrapado en fantasías paranoicas, que actúa solo, rodeado de cortesanos rastreros como los que conocemos aquí en lo que queda del Partido Republicano que viaja hasta Mar-a-Lago buscando la aprobación del Líder.

La avalancha de improperios podría ser acertada, pero quizá habría que considerar otras posibilidades. Quizá Putin quiso decir lo que él y sus aliados han estado diciendo alto y claro durante años. Podría ser, por ejemplo, que “dado que la principal exigencia de Putin es la garantía de que la OTAN no aceptará a más miembros, y en concreto a Ucrania o Georgia, obviamente no habría existido ninguna motivación para la crisis actual si no hubiera habido una expansión de la alianza atlántica tras el final de la Guerra Fría o si la expansión hubiera tenido lugar de acuerdo con la construcción de una estructura de seguridad en Europa que incluyera a Rusia”. El autor de estas palabras es Jack Matlock, exembajador de Estados Unidos en Rusia, uno de los pocos expertos en Rusia solventes del cuerpo diplomático estadounidense; las escribió poco antes de la invasión. Continúa y concluye que la crisis “puede resolverse fácilmente aplicando el sentido común… Desde cualquier punto de vista, el sentido común apunta que a Estados Unidos le interesa promover la paz, no el conflicto. Tratar de desprender a Ucrania de la influencia rusa –el objetivo declarado de los que agitaron las “revoluciones de colores”– fue una misión absurda y peligrosa. ¿Tan pronto hemos olvidado la lección de la crisis de los misiles de Cuba?”.

Matlock no está solo. En las memorias del jefe de la CIA, William Burns, otro de los pocos auténticos expertos en Rusia, se llega a las mismas conclusiones sobre las cuestiones de fondo. La postura aún más firme de George Kennan [diplomático] ha recibido amplia cobertura tarde, que también ha sido respaldada por el exsecretario de Defensa William Perry y, fuera de las filas diplomáticas, por el célebre académico de relaciones internacionales John Mearsheimer y numerosas figuras que difícilmente podrían ser más convencionales.

Nada de esto es incierto. Los documentos internos de Estados Unidos publicados por WikiLeaks revelan que la imprudente oferta de Bush II a Ucrania para entrar en la OTAN provocó enseguida duras advertencias por parte de Rusia indicando que la expansión de la amenaza militar era intolerable. Es comprensible.

A propósito, también podemos tomar nota sobre ese extraño concepto de “la izquierda” que aparece regularmente para vituperar a “la izquierda” por su insuficiente escepticismo acerca de la “línea del Kremlin”…

La crisis se ha estado gestando durante 25 años mientras Estados Unidos menospreciaba de un modo despectivo las inquietudes rusas en materia de seguridad

El hecho es que, para ser sinceros, no sabemos por qué se tomó la decisión, ni siquiera si la tomó Putin en solitario o el Consejo de Seguridad ruso en el que él desempeña el papel principal. Hay, sin embargo, algunas cosas que sí sabemos con bastante seguridad, incluidos los documentos examinados con cierto detalle por las personas que acabo de citar, que han ocupado altos cargos dentro del sistema de planificación. En resumen, la crisis se ha estado gestando durante 25 años mientras Estados Unidos menospreciaba de un modo despectivo las inquietudes rusas en materia de seguridad, en particular sus claras líneas rojas: Georgia y especialmente Ucrania.

Hay buenas razones para creer que esta tragedia podría haberse evitado hasta el último minuto. Ya lo hemos discutido anteriormente, en repetidas ocasiones. En cuanto a por qué Putin ha iniciado la criminal agresión en este momento, podemos especular todo lo que queramos. Pero el trasfondo inmediato no es incierto; se elude, pero no se discute.

Es fácil entender que los que sufren las consecuencias consideren que es de una complacencia inaceptable indagar por qué ocurrió y si se podría haber evitado. Comprensible, pero equivocado. Si queremos responder a la tragedia de modo que ayude a las víctimas y evite las catástrofes aún peores que se avecinan, es prudente y necesario aprender todo lo que podamos sobre lo que salió mal y cómo se podría haber corregido el rumbo. Los gestos heroicos pueden ser gratificantes. No son útiles.

Como tantas otras veces, recuerdo una lección que aprendí hace mucho tiempo. A finales de la década de 1960, participé en una reunión en Europa con algunos representantes del Frente de Liberación Nacional de Vietnam del Sur (el ‘Vietcong’, en la jerga estadounidense). Fue durante el breve periodo de intensa oposición a los espantosos crímenes de Estados Unidos en Indochina. Algunos jóvenes estaban tan enfurecidos que pensaban que la reacción violenta era la única respuesta adecuada a las monstruosidades que estaban teniendo lugar: romper ventanas en Main Street, bombardear un centro del Cuerpo de Entrenamiento de Oficiales de la Reserva. Cualquier otra cosa equivalía a ser cómplice de crímenes terribles. Los vietnamitas veían las cosas de forma muy distinta. Se opusieron firmemente a todas esas medidas. Presentaron su modelo de protesta efectiva: unas cuantas mujeres de pie, rezando en silencio, ante las tumbas de los soldados estadounidenses muertos en Vietnam. No les interesaba lo que los estadounidenses que se oponían a la guerra hacían para sentirse justos y respetables. Querían sobrevivir.

Es una lección que a menudo he escuchado, de una u otra forma, a las víctimas del horrible sufrimiento en el hemisferio sur, el principal objetivo de la violencia imperial. Una lección que deberíamos tomar en serio, adaptada a las circunstancias. Hoy eso significa un esfuerzo por comprender por qué ha ocurrido esta tragedia y qué se podría haber hecho para evitarla, y aplicar estas lecciones a lo que viene después.

La cuestión cala hondo. No hay tiempo para repasar aquí este asunto de vital  importancia pero, en repetidas ocasiones, la reacción ante una crisis real o imaginaria ha sido sacar la pistola en lugar de la rama de olivo. Es casi un acto reflejo, y las consecuencias han sido generalmente espantosas para las víctimas tradicionales. Siempre vale la pena tratar de entender, anticiparse un poco a las posibles consecuencias de la acción o la inacción. Son perogrulladas, por supuesto, pero vale la pena insistir porque se descartan tan fácilmente en tiempos de arrebato justificado.

¿Qué opciones hay?

Las opciones que quedan tras la invasión son desalentadoras. La menos mala es el apoyo a las opciones diplomáticas que aún existen con la esperanza de lograr un resultado parecido al que era muy probable alcanzar hace unos días: la neutralización de Ucrania al estilo austriaco, una versión del federalismo de Minsk II. Mucho más difícil de lograr ahora. Y –necesariamente– con una vía de escape para Putin, o el resultado será aún más nefasto para Ucrania y para todo el mundo, quizá más allá de lo inimaginable.

Es muy injusto. ¿Pero cuándo ha prevalecido la justicia en los asuntos internacionales? ¿Es necesario revisar el atroz historial una vez más?

Nos guste o no, las opciones se reducen ahora a un feo desenlace que premia en lugar de castigar a Putin por el acto de agresión o la fuerte posibilidad de una guerra terminal. Puede parecer gratificante arrinconar al oso en un rincón desde el que arremeterá a la desesperada, y puede hacerlo. No es sensato.

Entretanto, deberíamos hacer todo lo posible para ofrecer un apoyo significativo a quienes defienden valientemente su patria contra crueles agresores, a quienes escapan de los horrores y a los miles de valientes rusos que se oponen públicamente al crimen de su Estado asumiendo gran riesgo personal, una lección para todos.

Y también deberíamos tratar de encontrar formas de ayudar a un tipo de víctima más general: todas las especies que habitan la Tierra. Esta catástrofe ha tenido lugar en un momento en el que todas las grandes potencias, y de hecho todos nosotros, debemos trabajar juntos para controlar el gran azote de la destrucción medioambiental que ya se está cobrando un precio desastroso, y que pronto será mucho peor si no se realizan grandes esfuerzos rápidamente. Para hacer ver lo obvio, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) acaba de publicar la última y más ominosa de sus evaluaciones periódicas sobre cómo nos dirigimos hacia la catástrofe.

Entretanto, las medidas necesarias están estancadas, incluso en retroceso, ya que se dedican recursos muy necesarios a la destrucción y ahora el mundo se encamina a ampliar el uso de los combustibles fósiles, incluido el más peligroso y convenientemente abundante, el carbón.

Un demonio malévolo difícilmente podría idear una coyuntura más grotesca. No se puede ignorar. Cada momento cuenta.

La invasión rusa es una clara violación del artículo 2(4) de la Carta de la ONU, que prohíbe la amenaza o el uso de la fuerza contra la integridad territorial de otro Estado. Sin embargo, durante su discurso del 24 de febrero, Putin trató de ofrecer fundamentos jurídicos para la invasión y Rusia cita a Kosovo, Irak, Libia y Siria como prueba de que Estados Unidos y sus aliados violan el derecho internacional repetidamente. ¿Puede comentar los fundamentos jurídicos de Putin para la invasión de Ucrania y la situación del derecho internacional en la era posterior a la Guerra Fría?

No hay nada que decir sobre el intento de Putin de ofrecer un fundamento jurídico a su agresión. Su mérito es nulo.

Es cierto que Estados Unidos y sus aliados violan el derecho internacional sin pestañear, pero eso no ofrece ningún atenuante para los crímenes de Putin

Por supuesto, es cierto que Estados Unidos y sus aliados violan el derecho internacional sin pestañear, pero eso no ofrece ningún atenuante para los crímenes de Putin. Sin embargo, Kosovo, Irak y Libia tuvieron influencia directa en el conflicto de Ucrania.

La invasión de Irak fue un ejemplo de libro de los crímenes por los que los nazis fueron colgados en Nuremberg, pura agresión no provocada. Y un puñetazo en la cara de Rusia.

En el caso de Kosovo, la agresión de la OTAN (es decir, la agresión de Estados Unidos) fue declarada “ilegal, pero justificada” (por ejemplo, por la Comisión Internacional sobre Kosovo presidida por Richard Goldstone) sobre la base de que el bombardeo se llevó a cabo para poner fin a las atrocidades que estaban teniendo lugar. Ese juicio exigía invertir la cronología. Las pruebas de que la avalancha de atrocidades fue consecuencia de la invasión son abrumadoras: predecible, prevista, anticipada. Además, había opciones diplomáticas disponibles; como siempre, fueron ignoradas en favor de la violencia.

Altos funcionarios estadounidenses confirman que fue sobre todo el bombardeo de Serbia, aliada de Rusia –sin ni siquiera informarles de antemano–, lo que dio al traste con los esfuerzos rusos por colaborar de algún modo con Estados Unidos en la construcción de un orden de seguridad europeo posterior a la Guerra Fría, un retroceso que se aceleró con la invasión de Irak y el bombardeo de Libia después de que Rusia aceptara no vetar una Resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que la OTAN violó de inmediato.

Los acontecimientos tienen consecuencias; sin embargo, los hechos pueden quedar ocultos dentro del sistema dogmático.

El estatus del derecho internacional no cambió en el periodo posterior a la Guerra Fría, ni siquiera en las palabras, y mucho menos en los hechos. El presidente Clinton dejó claro que Estados Unidos no tenía intención de respetarlo. La Doctrina Clinton declaraba que Estados Unidos se reservaba el derecho a actuar “unilateralmente cuando fuera necesario”, incluido el “uso unilateral del poder militar” para defender intereses vitales como “garantizar el acceso sin trabas a mercados clave, suministros energéticos y recursos estratégicos”. También sus sucesores, y cualquiera que pueda violar la ley impunemente.

Eso no quiere decir que el derecho internacional no tenga valor. Tiene un rango de aplicabilidad, y es una norma útil en algunos aspectos.

El objetivo de la invasión rusa parece ser derribar el gobierno de Zelensky e instalar en su lugar uno prorruso. Sin embargo, pase lo que pase, Ucrania se enfrenta a un futuro desalentador por su decisión de convertirse en un peón en los juegos geoestratégicos de Washington. En ese contexto, ¿hasta qué punto es probable que las sanciones económicas logren que Rusia cambie su postura respecto a Ucrania? ¿O las sanciones económicas tienen como objetivo algo más grande, como socavar el control de Putin dentro de Rusia y los lazos con países como Cuba, Venezuela y posiblemente incluso la propia China?

Puede que Ucrania no haya tomado las decisiones más acertadas, pero no tenía nada parecido a las opciones que tenían los Estados imperiales. Sospecho que las sanciones llevarán a Rusia a depender aún más de China. Salvo que cambie seriamente de rumbo, Rusia es un estado petrolero cleptócrata que depende de un recurso que debe disminuir drásticamente o estamos todos acabados. No está claro si su sistema financiero puede resistir un ataque fuerte, mediante sanciones u otros medios. Razón de más para ofrecer una vía de escape con una mueca.

Rusia es un estado petrolero cleptócrata que depende de un recurso que debe disminuir drásticamente o estamos todos acabados

Los gobiernos occidentales, los principales partidos de la oposición, incluido el Partido Laborista en el Reino Unido, y los medios de comunicación corporativos se han embarcado en una campaña antirrusa chovinista. Los objetivos incluyen no sólo a los oligarcas rusos, sino también a músicos, directores de orquesta y cantantes, e incluso a propietarios de equipos de fútbol como Roman Abramovich, del Chelsea FC. Tras la invasión, incluso se ha prohibido a Rusia participar en Eurovisión en 2022. Es la misma reacción que los medios de comunicación corporativos y la comunidad internacional en general mostraron hacia Estados Unidos tras su invasión y posterior destrucción de Irak, ¿no?

Su comentario irónico es muy apropiado. Y podemos continuar por caminos demasiado conocidos.

¿Cree que la invasión dará inicio a una nueva era de confrontación continua entre Rusia (y posiblemente en alianza con China) y Occidente?

Es difícil saber dónde caerán las cenizas, y esto podría no ser una metáfora. Hasta ahora, China está actuando con cautela, y es probable que intente llevar adelante su amplio programa de integración económica de gran parte del mundo dentro de su sistema global en expansión –en el cual, hace unas semanas, incorporó a Argentina dentro de la iniciativa Cinturón y Ruta–, mientras observa cómo los rivales se destruyen entre ellos.

Como hemos comentado antes, la confrontación es una sentencia de muerte para la especie, sin vencedores. Estamos en un momento crucial de la historia de la humanidad. No se puede negar. No se puede ignorar.

Fuente: https://rebelion.org/estamos-en-un-momento-crucial-de-la-historia-de-la-humanidad-no-se-puede-negar-no-se-puede-ignorar/

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