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México: Ganan alumnos del CECyTEM Irapeo medallas de oro en Copa Tecno Ciencias

Ganan alumnos del CECyTEM Irapeo medallas de oro en Copa Tecno Ciencias

Los alumnos lograron además dos acreditaciones internacionales

Charo, Michoacán (MiMorelia.com).- Cuatro estudiantes del plantel 34 Irapeo del Colegio de Estudios Científicos y Tecnológicos del Estado de Michoacán (CECyTEM), ganaron dos medallas de oro y dos acreditaciones internacionales para participar en eventos de ciencias en Indonesia y Malasia.

Este logro de los estudiantes se obtuvo tras participar en la Feria Internacional Copa Tecno Ciencias, la cual se desarrolló en Asunción, Paraguay 2021, edición virtual.

Los alumnos, Marisol Ortega Lemus y Cristian Correa Sánchez ganaron  medalla de oro y acreditación internacional  a la Feria Indonesian Young Scientist Association IYSA 2022, con el proyecto denominado “Solar Heater”.

Mientras, María Ángeles López Molinero y Germán Rubio Hernández, presentaron el proyecto “Bio-Server” con el que lograron medalla de oro y acreditación internacional  a la Feria Malaysia Innovation Invention and Creativity Asociación MIICA 2022.

El titular del CECyTE Michoacán, Víctor Manuel Báez Ceja, reconoció el trabajo de los asesores al emprender nuevos proyectos con los estudiantes y obtener premios que retribuyan el trabajo y capacidad de los alumnos.

RPO

Fuente de la Informació: https://mimorelia.com/noticias/educacion/gananalumnos-del-cecytem-irapeo-medallas-de-oro-en-copa-tecno-ciencias

 

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Colombia: En las primeras horas de 2022 ocurrió el primer feminicidio en Colombia

En las primeras horas de 2022 ocurrió el primer feminicidio en Colombia

Luego de celebrar la llegada del año nuevo, en Floridablanca ocurrió el primer caso de feminicidio de 2022. Según informaron las autoridades, los hechos sucedieron en el barrio San Bernardo. De acuerdo con las primeras versiones, una pareja habría tenido una discusión el 31 de diciembre, que terminó en un enfrentamiento con cuchillo. El hombre habría causado la muerte de su pareja y luego, se habría quitado la vida.

La Policía informó que la víctima fue identificada como Mariela Moncada. Su cuerpo fue encontrado en su vivienda, con heridas de arma de fuego. La hipótesis de las autoridades es que Humberto Sandoval habría disparado a su esposa, debido a un ataque de celos.

Yamile Roncancio Alfonso, directora de Feminicidios Colombia expresó su rechazo frente a este acontecimiento. “Qué desgracia tan infinita. No van nueve horas del día y del año, y ya llevamos un feminicidio en Floridablanca. El agresor se suicidó. Un día de paz no tenemos”, se lee en la publicación de su perfil personal de Twitter.

Qué desgracia tan infinita. No van 9 horas del día y del año, y ya llevamos un feminicidio en Floridablanca. El agresor se suicidó. Un día de paz no tenemos.

Feminicidios en 2021

El feminicidio es el asesinato de una mujer, por el hecho de ser mujer. Según explica ONU Mujeres, ha sido clasificado en diferentes casos, dependiendo la relación entre la víctima y el victimario: feminicidio de pareja íntima, feminicidio de familiares, feminicidio por otros conocidos y feminicidio de extraños.

Defensoría del Pueblo revela cifras preocupantes de violencia contra la mujer

Los expertos explican que es importante entender que el feminicidio ha sido naturalizado y legitimado históricamente. Por eso, “resulta fundamental generar acciones integrales que incluyan leyes junto con su implementación decidida, para proteger a las mujeres y las niñas ante la violencia, medidas de prevención desde una edad temprana y la prestación de servicios accesibles a todas las sobrevivientes, así como su acceso a la justicia”, explica ONU Mujeres.

De acuerdo con el último informe del Observatorio de Feminicidios, se registraron 577 feminicidios en Colombia, de enero a noviembre, en el 2021. Las cifras por departamento son la siguientes:

Antioquia: 101.

Valle del Cauca: 73.

Cauca: 42.

Norte de Santander: 41.

Bogotá: 40.

Magdalena: 34.

Atlántico: 27.

Córdoba: 31.

Nariño: 21.

Meta: 16.

Tolima: 15.

Guajira: 12.

Cesar: 13.

Bolívar: 10.

Risaralda: 11.

Sucre: 9.

Santander: 11.

Quindío: 8.

Cundinamarca: 9.

Putumayo: 5.

Chocó: 12.

Huila: 7.

Guaviare: 5.

Caquetá: 4.

Caldas: 4.

Vichada: 2.

Boyacá: 5.

San Andrés: 1.

De acuerdo con un informe de la Secretaría de la Mujer, de Bogotá, en el que se analizaron las cifras de feminicidios de enero a octubre, de 2021, una de cada cinco asesinatos ocurrieron en el mes de mayo, posicionándolo como el mes más violento para las mujeres en este tipo de delito. Luego, sigue agosto con uno de cada ocho. Las localidades de Suba, Kennedy, Bosa, Ciudad Bolívar y Engativá son las que más registran más de la mitad de delitos de alto impacto en la ciudad, con 55 %.

La entidad alertó a la comunidad debido a que entre 2020 y 2021 no hubo variación en el número de asesinatos, pero sí en la cifra de feminicidios, con un incremento de 15 %. Diana Franco, secretaria distrital de la mujer explicó que “no existen crímenes pasionales o por amor, las violencias contra las mujeres no son justificables ni aceptables; como sociedad no debemos seguir normalizando los actos de barbarie en contra de las mujeres”.

Por su parte, la Defensoría del Pueblo también ha indicado sobre las cifras graves de violencia contra las mujeres. Según la entidad, desde 2018 y hasta septiembre de 2021 se ha brindado la atención a 17.949 mujeres y personas con orientación sexual e identidad de género diversas quienes denunciaron haber sido víctimas de violencias basadas en género.

Fuente de la Información: https://www.semana.com/nacion/articulo/en-las-primeras-horas-de-2022-ocurrio-el-primer-feminicidio-en-colombia/202232/

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España: La nueva reforma laboral en España: un gran paso adelante para la clase trabajadora

La nueva reforma laboral en España: un gran paso adelante para la clase trabajadora

Daniel Bernabé

En la víspera de Nochebuena, tras largos meses de negociaciones, se ha anunciado un acuerdo para una nueva legislación laboral en España, que sustituya a la vigente desde la reforma del año 2012 impulsada por el Gobierno de Rajoy en los momentos más duros de la Gran Recesión. Haciendo memoria aquel fue un año de una conflictividad social durísima, con 26.000 millones de euros en recortes, el derrumbe de Bankia, el rescate condicionado de la UE y dos huelgas generales, que junto con centenares de protestas, contestaron desde la calle y el mundo del trabajo a la política austeritaria y regresiva del Gobierno de la derecha. Una década después se produce un importante cambio de rumbo.

Esta reforma es la primera pactada desde el año 2006 entre el Gobierno y los agentes sociales, incluyendo a los dos grandes sindicatos, CCOO y UGT y también a la CEOE, la organización de empresarios. La ya citada del 2012, junto a las del 2010 y 2002, dejaron fuera a los sindicatos. En esta ocasión, con el Gobierno de coalición progresista representado en la cartera de Trabajo por Yolanda Díaz, se esperaba que los empresarios no firmaran el acuerdo. No sólo porque fuera el primero en décadas notablemente favorable a la clase trabajadora, sino porque la derecha política ha presionado hasta el último momento para descabalgar a los empresarios.

De hecho, la patronal agrícola, automovilística y la madrileña y catalana se han abstenido en su votación interna aunque al final hayan triunfado las tesis posibilistas. La primera lectura es que es un triunfo político para el Gobierno, pero sobre todo un varapalo para el PP y Vox, que se quedan sin su principal argumento para desdeñar esta nueva legislación laboral: el discurso extremista que pretende ilegitimar a la izquierda se queda en fuera de juego con el calado de este acuerdo. Lo sustancial es que una vez que la CEOE ha sido consciente del cambio de rumbo ha tenido que decidir si quedarse al margen, no sólo de esta reforma sino de un proceso de cambio que puede echar raíces en esta década en Europa. Hay determinadas fotos en las que la historia penaliza duramente las ausencias.

La primera lectura es que es un triunfo político para el Gobierno, pero sobre todo un varapalo para el PP y Vox: el discurso extremista que pretende ilegitimar a la izquierda se queda en fuera de juego con el calado de este acuerdo.

Pero, ¿qué hay de sustancial en esta nueva legislación? Pues fundamentalmente la recuperación de la negociación colectiva mediante los sindicatos como pilar de las relaciones laborales, una que había quedado dañada desde la anterior reforma. Hasta el momento los convenios de empresa se imponían sobre los sectoriales, tirando siempre a la baja salarios y jornadas, elementos en los que ahora primará el acuerdo general. Además se recupera la ultractividad, es decir, que los convenios sigan siendo válidos aunque finalice su tiempo de vigencia. Por otro lado, se pone coto a la subcontratación precaria al obligar a que esta se rija por el convenio de la actividad desarrollada.

La importancia de recuperar para los convenios colectivos sectoriales la exclusividad del salario y la jornada es una mejora potencial de las condiciones de trabajo, ya que en los grandes acuerdos sectoriales los sindicatos tienen mayor capacidad de presión que asumiendo las batallas por separado, de empresa en empresa. No se verán obligados a negociar a la baja ni a partir de cero cuando el convenio finalice. Pero además de estas cuestiones, se recupera la idea de lo laboral como un bien colectivo, no como materia a libre disposición del empresariado para depreciarlo. En 2012 hubo la intencionalidad política de, tomando como coartada a la crisis, reducir el poder de los sindicatos y los trabajadores.

El otro gran pilar de esta nueva reforma es la lucha contra la temporalidad, un problema endémico del país donde las sucesivas nuevas leyes, que se solían basar tan sólo en incentivos fiscales para los empresarios, no han dado resultados. Se elimina el contrato por obra o servicio, considerando por norma general todos por tiempo indefinido. Excepto aquellos que se acojan a sustituciones o circunstancias de la producción, debiendo justificar la causa de su temporalidad y bajando su máxima duración de los cuatro años actuales a los seis meses prorrogables hasta doce mediante convenio. Los trabajadores temporales pasarán a ser fijos si no se cumplen las circunstancias que establece la ley.

Y es aquí donde entra en juego la inspección de Trabajo del ministerio, departamento que en los años que llevamos de legislatura, y con la antigua reforma, había conseguido transformar 345.000 puestos temporales en indefinidos, no sólo con la presencia física de inspectores, sino mediante técnicas de inteligencia artificial que vigilarán que los contratos se adecuen a lo establecido por la ley. En lo que queda de legislatura es posible que el vuelco sea aún mayor con la nueva reforma. La clave, como en el anterior apartado, es entender que además de los resultados se varía el modelo, de uno donde primaba la incertidumbre a uno donde se busca la estabilidad.

Quedar atrapados en la trampa retórica de si esto es o no una derogación de la antigua reforma, es no entender ni el calado de la misma, ni en qué circunstancias se ha producido, ni en qué consiste una negociación con el poder económico del país.

¿Cuál es el aspecto que ha quedado pendiente de esta reforma? Sin duda la vuelta a los 45 días de indemnización por año trabajado, actualmente en 33 para todos los contratos posteriores al 2012. La CEOE se cerró en banda desde el principio a variar esta cantidad, los sindicatos entendieron que en la actual situación pandémica, donde movilizaciones masivas son difíciles de llevar a cabo, iba a ser difícil arrancar este aspecto. Pero también, y sobre esto las lecturas más superficiales no han insistido, que el aumento del SMI y la mayor duración de los contratos encarecerán el despido evitando que sea la principal manera de abaratar costes. O cómo ceder para lograr acuerdos estables, pero a la vez avanzar en lo que pretendes de otras maneras.

Además, la otra medida que incluye la nueva legislación es el sistema Red, es decir, la adecuación de los exitosos ERTE a un futuro contexto sin pandemia, una herramienta que como ya se ha demostrado frena los despidos. Reducir casi dos años de negociación, con el factor de desestabilización del coronavirus, a un fracaso por este hecho, más allá, quedar atrapados en la trampa retórica de si esto es o no una derogación de la antigua reforma, es no entender ni el calado de la misma, ni en qué circunstancias se ha producido, ni en qué consiste una negociación con el poder económico del país. Pero sobre todo no entender el giro que supone respecto a la inercia neoliberal desde al menos las crisis industriales de los años 90. Confundir avances y retrocesos al no obtener tus posiciones de partida en una negociación sólo conduce al derrotismo.

Este acuerdo aún tiene que llevarse al Congreso para su aprobación. Y ahí, además de PSOE y UP, entrarán en juego los votos de PNV y Bildu, cercanos a los sindicatos ELA y LAB, así como los de ERC, de gran influencia en la UGT de Cataluña. Se espera que sus enmiendas sean al alza, estando, a pesar de las lógicas declaraciones distanciándose del acuerdo, avanzadas las negociaciones para incluir sus propuestas. La soledad de la derecha va a ser palpable, al tener que votar en contra una reforma que, además de contar con la firma del empresariado, está despertando una notable expectación. Los ultras, por su parte, como ya han ensayado en el conflicto de Cádiz, es probable que adopten un populismo obrerista que las posiciones derrotistas les pondrán en bandeja.

Esta reforma no es el mal menor, ni siquiera lo mejor que se podía conseguir, es una vuelta a aquello que nunca se debía haber abandonado: el trabajo como un bien estratégico nacional y un valor que pertenece a la sociedad, no sólo a quien puede pagarlo.

La cuestión fundamental no será el debate digital, cargado de trampas y elipsis, tampoco ni siquiera el debate parlamentario, mucho menos los comentarios en prensa al respecto. Todo eso será importante porque configura una primera impresión de la reforma en la que se cruzan todo tipo de intereses para minusvalorarla. La cuestión esencial de la nueva legislación laboral será si consigue cumplir sus dos objetivos prioritarios, mejorar las condiciones y otorgar certezas en el trabajo, algo que constituye una parte central en la vida de las personas. Si ahí funciona no sólo será un tanto para sus impulsores, será la constatación de que se abre una tendencia económica que contesta al neoliberalismo con hechos: demasiadas décadas reduciendo el interés general a los intereses de las grandes empresas.

Si los empresarios e incluso la parte socioliberal del PSOE han firmado este pacto es porque entienden que puede ser un bálsamo para la paz social. Si los sindicatos y UP lo avalan es porque se amplían las posibilidades reales de que los derechos se hagan efectivos, también porque abre el camino a mejoras sustanciales mediante la movilización. Si todos estos sectores lo han hecho suyo es porque la reforma era una pieza clave para recibir 15-000 millones de fondos Next Generation. En toda negociación, por definición, hay cesiones. En esta las que han arrancado los sindicatos decantan la balanza hacia los trabajadores por la potencialidad de las mejoras: se trata de ver dónde puedes llegar, pero también de la posición de donde partes.

Esta reforma es el producto de aquellos que la han negociado, con caras visibles cuyo capital político puede aumentar en la decidida apuesta. Pero, más allá, es el resultado de una década de lucha, de ciudadanos anónimos, de sindicalistas sobre los que pesó pena de cárcel. Esta reforma no es el mal menor, ni siquiera lo mejor que se podía conseguir, es una vuelta a aquello que nunca se debía haber abandonado: el trabajo como un bien estratégico nacional y un valor que pertenece a la sociedad, no sólo a quien puede pagarlo.

Fuente de la Información: https://actualidad.rt.com/opinion/daniel-bernabe/414774-nueva-reforma-laboral-espana-clase-trabajadora

 

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Argentina: «No vamos a permitir que los estudiantes se conviertan en trabajadores precarizados»

Por: Christopher Loyola

Mientras María Eugenia Vidal busca desde el Congreso extender la medida a todo el país, estudiantes y docentes continúan resistiendo a la propuesta porteña de pasantías laborales obligatorias en el último año del colegio secundario.

El reciente anuncio del jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, no tardó en generar malestar entre la comunidad educativa y despertó fuertes críticas también de legisladores y diputades de la oposición, así como de intelectuales y grandes figuras del ámbito educativo. Tanto estudiantes como docentes rechazan de plano la idea de implementar pasantías laborales de carácter obligatorio en el último año de las escuelas secundarias de la Ciudad de Buenos Aires. La propuesta no es algo novedoso, ya que forma parte de los lineamientos esbozados por el Ministerio de Educación a cargo de Soledad Acuña en un power point allá por el año 2017. Cabe recordar que dicha propuesta, conocida como Secundaria del Futuro, fue rechazada también en su momento por centros de estudiantes y sindicatos docentes, generando un conflicto que provocó la toma de decenas de escuelas. «En 2017 nos enteramos de la Secundaria del Futuro porque se filtró un documento, si es por el Gobierno de la Ciudad no habría ninguna instancia de diálogo con las comunidades educativas sobre este proyecto, y hoy nos encontramos con lo mismo», expuso Trini Villafañe, estudiante de 5° año del Osvaldo Pugliese e integrante del Centro de Estudiantes.

Algo en lo que coinciden estudiantes y docentes es en la falta de comunicación, información y participación que prima en las decisiones que toma el Gobierno de la Ciudad. «Asistimos a un anuncio propagandístico donde en las escuelas no hay ningún tipo de precisión sobre cómo piensan llevar adelante una medida que es obligatoria para todos los quintos años, lo que implica que habrá 30 mil estudiantes haciendo pasantías», apuntó Mariana Scayola, secretaria general de Ademys, en diálogo con El Grito del Sur. «Esto abre una serie de interrogantes sobre cómo están pensando la implementación, sabiendo que a nivel presupuestario no hay ninguna partida especial para este plan», agregó.

Por su parte, el secretario de Educación Secundaria de la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE), Marcelo Parra, expresó: «Nos sorprende por lo que anuncian y por lo que no anuncian. Es decir, anuncian una cantidad de situaciones alrededor de las prácticas educativas, como por ejemplo que van a restar 120 horas cátedra de las materias que tienen las y los estudiantes. Y, por otro lado, nos preocupa la obligatoriedad que someten a las y los estudiantes, cosa que va contra la propia ley de prácticas educativas de la Ciudad». Y siguió: «No sabemos quién va a hacer el seguimiento de los y las estudiantes, cómo van a ser los espacios pedagógicos, cuáles son los contenidos, qué docentes van a acompañar a los estudiantes, y otra cantidad de situaciones que son realmente preocupantes».

La Secundaria del Futuro fue una propuesta del Gobierno de la Ciudad que empezó a implementarse en 2018, luego de un fuerte conflicto entre la comunidad educativa y las autoridades porteñas. Finalmente, aquellos y aquellas estudiantes que estarán cursando su último año en el ciclo lectivo 2022 deberán cumplir con las pasantías laborales obligatorias que formaban parte de la propuesta inicial de la cartera educativa. Hasta el momento no se habían registrado en las escuelas grandes cambios por fuera de la implementación de pantallas y dispositivos electrónicos, así como una serie de elementos que llegaron a las escuelas, continuando con «la política del marketing» de la administración Pro. «En mi colegio, por ejemplo, las aulas de los primeros y segundos años tienen pantallas pero nunca terminó de concretarse el proyecto de Secundaria del Futuro que venían a proponernos», contó Maica Colantoni, presidenta del Centro de Estudiantes de la escuela de Música «Juan Pedro Esnaola».

Colantoni es una de les casi 30 mil estudiantes que el año que viene deberá cumplir con las pasantías laborales obligatorias y, consultada por este medio, opinó: «Lo último que necesitamos es que nos saquen horas de clase para mandarnos a laburar gratis, seguramente con los propios amigos con los que Larreta hace negocios todos los días. Se nota que no saben en qué andamos: todavía necesitamos recuperar contenidos de la virtualidad, queremos herramientas para reforzar nuestra revinculación y además hay condiciones básicas que ya históricamente no están garantizadas, como la higiene, la infraestructura, la comida».

«Ellos hacen una interpretación muy parcial de la realidad y vinculada al mundo empresarial. De hecho esta propuesta de la Ciudad de Buenos Aires fue bien vista por Funes de Rioja, hubo una reunión anticipatoria con él antes del anuncio», dijo Parra en relación a las intenciones del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta con esta medida y su relación con sectores del empresariado como Daniel Funes de Rioja, presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) y de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (COPAL). Y, en ese sentido, advirtió: «No vamos a permitir que los estudiantes, en el marco de lo que puede ser una actividad escolar y pedagógica, se transformen en trabajadores precarizados, porque no debería ser ésta la propuesta de las prácticas».

La dirigente de Ademys también se pronunció en tal sentido y criticó que «se juegue con las expectativas de estudiantes y familias», frente a un contexto de «creciente desocupación y precarización de la juventud». «Esto se da en un marco donde su propio espacio político está promoviendo reformas laborales, y lo han utilizado incluso como plataforma electoral, que precarizan aún más las condiciones de los trabajadores», resaltó. Y añadió: «Esta reforma en el nivel secundario, con la que el gobierno porteño ya viene intentando avanzar desde hace años, tiene que ver con las reformas generales que intentan vincular a la educación al mercado laboral, olvidando otras de las funciones fundamentales de la educación como puede ser, entre otras cosas, preparar a les estudiantes para una formación terciaria o universitaria».

El desempleo joven fue uno de los grandes temas que se puso sobre la mesa a la hora de captar el voto joven en las últimas elecciones de medio término, y la coalición de Juntos parece querer ahora tomar esa situación para proponer la implementación de pasantías laborales obligatorias para los y las estudiantes del último año del secundario en todo el país. Así lo expresó la diputada nacional electa por la Ciudad de Buenos Aires y ex-gobernadora de la Provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, a través de sus redes sociales.

«No llama la atención, sobre todo por las declaraciones que tuvo la ex-gobernadora en relación a la posibilidad de acceso a las universidades. Claramente se avanza hacia lo que el gobierno de Juntos por el Cambio en la Ciudad viene implementando hace muchos años, que es aumentar la brecha educativa. Entonces habrá un sector que va a acceder a un tipo de educación con posibilidades de continuar sus estudios y otro sector que va a hacer su formación como mano de obra barata para los empresarios», respondió Mariana Scayola ante la consulta de El Grito del Sur por el anuncio de Vidal.

En tanto, Marcelo Parra señaló: «Pensar que las prácticas educativas en el ámbito laboral van a generar condiciones para que esos y esas estudiantes consigan trabajo es delirante».

Por último, en relación a las medidas que tomará la comunidad educativa frente a los anuncios del Gobierno de la Ciudad, la presidenta del Centro de Estudiantes del Esnaola subrayó: «Lo lanzan a fin de año porque saben que no tenemos tanto margen de acción como para tomar los colegios». Si bien la Coordinadora de Estudiantes de Base (CEB), que nuclea a los centros de estudiantes de la Ciudad, aún no pudo reunirse, Maica Colantoni opina que «no tenemos que ir con un no rotundo a las pasantías sino ir a discutir el cómo, dónde, para qué y para quién, porque es una realidad que los pibes necesitamos acercarnos al mundo del trabajo y estaría bueno que las escuelas nos lo faciliten, pero no con negociados y acuerdos neoliberales de por medio».

«Estamos a la expectativa de ver cómo continúa, no tenemos definida aún ninguna medida de fuerza pero lo que sí tenemos en claro es que nos vamos a oponer a que las y los estudiantes se transformen en trabajadores precarizados o sin sueldo, que además no es la función que deben cumplir las prácticas en el quinto año, y tampoco vamos a permitir que se vulneren los derechos de los trabajadores de la educación en el marco de sus puestos de trabajo», sumó el representante de la UTE por parte de los sindicatos.

Fuente de la información e imagen: https://elgritodelsur.com.ar

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Los 20 grandes éxitos de este 2021 que se acabó

A vueltas con el nuevo currículo y las competencias

Las competencias, eje vertebrador del modelo curricular de la Lomloe

«Lo esencial son las competencias»: una historia de la reforma curricular

Luengo y Moya: “El equilibrio que propone la Lomloe entre comprensividad e inclusividad va a evitar las repeticiones de curso”

Carles Barquero: «La enseñanza demasiado orientada a lo práctico, a las competencias, quita una parte importante de lo que es la sustancia de la educación»

Pascual Gil: «Hay que vaciar las facultades de Educación de pseudociencias»

 

Equidad e inclusión

Redes, formación en el centro y horas para coordinación: la pequeña (gran) utopía navarra

Las niñas de altas capacidades son invisibles al sistema

Cuando el capacitismo social te echa de la escuela

Infancias trans, entre la realidad y el debate

Racismo en las aulas: una realidad incómoda

Segregación

Cheques de inequidad y desmantelamiento de la escuela pública

Cheque escolar: ¿qué comunidades lo aplican?

Ley Maestra: otra vulneración de la legislación educativa

Qué tiene que ver Boston con la escolarización en España y la segregación escolar

De todo un poco

¿Por qué lo llaman esfuerzo cuando quieren decir sacrificio?

Si impartes clases magistrales, lo estás haciendo mal

La Escuela de la República: memoria de una ilusión

Charo Morán: «La competencia ecosocial nos parece clave en la situación de emergencia climática en la que estamos»

 

Soraya Calvo: «La educación sexual no es ideología»

 

 

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España: La covid persistente y sus más de 200 secuelas ya tienen definición oficial

La falta de una descripción médica aceptada por la OMS complicaba la vida a millones de personas que aún sufren por el coronavirus meses después de curarse

La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya tiene una definición para una de las caras más intrigantes y de mayor impacto del coronavirus: la de aquellos millones de personas que una vez superada la covid siguen sufriendo sus secuelas durante meses. Un grupo de expertos liderado por investigadores españoles ha logrado, con la participación de enfermos y sus médicos, un acuerdo para describir la covid persistente. La cuestión del nombre tiene su relevancia. Además de saber qué es lo que tienen, los afectados podrán ver reconocidas bajas por esta nueva condición, los facultativos acelerar su diagnóstico y los científicos afinar en sus estudios sobre la covid persistente.

En el verano de 2020 empezaron a conocerse extraños casos de personas que habían superado la covid, pero arrastraban secuelas diversas. Unos seguían con anosmia, la pérdida de olfato. Algunos relataban dolores musculares y un cansancio casi infinito. Y en otros casos contaban cómo olvidaban el párrafo que acababan de leer. Lo más intrigante es que, como decía entonces un experto, allí donde pudieron hacerles pruebas cognitivas, “no vemos ni rastro de la enfermedad”. Con el paso del tiempo, a este conjunto de síntomas lo llamaron covid de larga duración, long covid o, especialmente en Estados Unidos, PACS, acrónimo en inglés de síndrome poscovid. En España se fue imponiendo covid persistente. Pero faltaba definir esta nueva condición clínica.

Joan Soriano, médico epidemiólogo del Servicio de Neumología del Hospital Universitario de La Princesa de Madrid, ha liderado un grupo de expertos internacionales que han consensuado la primera definición de covid persistente. El panel está impulsado y respaldado por la OMS y ha publicado las conclusiones de su trabajo en la revista The Lancet Infectious Diseases. La descripción oficial a partir de ahora, traducida del inglés, establece que la covid persistente es la condición que ocurre en individuos con antecedentes de infección probable o confirmada por SARS-CoV-2, generalmente tres meses después del inicio, con síntomas que duran al menos dos meses y no pueden explicarse con un diagnóstico alternativo.

“La definición no incluye un listado de secuelas, porque tenemos ya más de 200 síntomas diferentes”, dice Soriano, investigador del Ciberes (Centro de Investigación Biomédica en Red en enfermedades respiratorias). No habría sido fácil decidir cuáles incluir y cuáles dejar fuera. Y no se puede descartar que aparezcan nuevas. En la definición mencionan los síntomas más comunes que incluyen, entre otros, fatiga, dificultad para respirar y disfunción cognitiva. El texto también recoge que pueden ser de nueva aparición después de la recuperación inicial de un episodio agudo de covid o persistir desde la enfermedad inicial. Es decir, pueden ser secuelas o síntomas en sí, una distinción que el coronavirus ha complicado.

Soriano recuerda que la cuestión del nombre y de tener una buena definición no es banal. “Es importante para la cobertura de los seguros o para una baja por enfermedad”, comenta. Es clave desde el punto de vista estadístico. Según lo que contenga esa definición clínica, la prevalencia de la covid persistente será una u otra. Por ejemplo, algunos estudios han estimado que entre el 10% y el 20% de los hospitalizados por covid salieron con el alta del hospital, pero también con secuelas que les duraron meses o incluso aún las tienen. Y también es fundamental para enfocar la investigación.

Como dice la vicepresidenta y responsable de investigación de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Pilar Rodríguez-Ledo, “a día de hoy no sabemos la causa ni hay una prueba diagnóstica que identifique quién tiene covid persistente y quién no”. Esto ha complicado el proceso de designación de la enfermedad, pero también su propio diagnóstico por parte de los médicos. Para lo primero, la OMS ha recurrido al método que llaman Delphi. Aquí se busca una definición por consenso mediante una serie de rondas en la que participan tanto expertos como pacientes o sus médicos que van estrechando el cerco hasta lograr una descripción médica que convenza a todos. La intervención de los afectados aquí es clave, estando ante un nuevo síndrome sin origen claro y formas objetivas de medir la cantidad, variedad e intensidad de los síntomas o secuelas. En el caso de la covid persistente han participado 265 personas, entre afectados, facultativos, científicos y personal técnico de la OMS.

Esta definición oficial no incluye los casos de covid persistente en niños. Aunque raros, también existen, pero como dice Soriano, “que un niño no pueda ir al colegio o jugar es de otra categoría; es tan diferente a la covid persistente de los adultos que los hemos dejado fuera”.

Fuente. https://elpais.com/ciencia/2021-12-28/la-covid-persistente-y-sus-mas-de-200-secuelas-ya-tienen-definicion-oficial.html

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Salhaketa Nafarroa: Contra las violencias que atraviesan la vida y la salud de las mujeres presas en España

A la violencia de género que sufrimos todas las mujeres, por el hecho de serlo, se suman, en el caso de las mujeres presas, todas las violencias que inflige el sistema penal y penitenciario patriarcal.


El pasado día 8 de noviembre murió una mujer presa en la cárcel de Pamplona. Las reacciones ante la noticia fueron múltiples, apuntaban a la gravedad de las muertes en prisión y reclamaban explicaciones sobre cuál fue la respuesta institucional y sanitaria en esta situación. Sin embargo, al día siguiente, la atención mediática cambió rápidamente el foco, dejando una vez más a un lado la denuncia de la situación estructural de desatención y abandono que sufren las personas presas y, en concreto, las mujeres encarceladas.

La problemática en torno a la protección de la vida y la salud física y mental de las mujeres presas, atravesada por continuas y diversas violencias, comienza ya antes de su propio ingreso en prisión. Como consecuencia de la continua violencia a la que nos vemos expuestas las mujeres en esta sociedad misógina, un estudio reciente constató que entre el 70 y el 75 por ciento de las mujeres encarceladas habían sido víctimas de violencia de género grave. Sin embargo, según el reciente Informe del Comité para la Prevención de la Tortura (CPT), cuando una mujer ingresa en prisión, no se atiende a esta particular problemática ni ofreciendo información ni reconocimientos médicos de violencia sexual ni ningún tipo de asistencia psicológica, como prescriben las Reglas de Bangkok para la protección internacional de las mujeres privadas de libertad.

Una vez dentro de las cárceles, las condiciones de vida en prisión no hacen sino empeorar la salud de todas las personas que son encarceladas. En el caso de las mujeres, se añaden violencias concretas que contribuyen a ese empeoramiento de la salud. Uno de esos elementos que sin duda tiene consecuencias negativas en la salud de las mujeres es el doble estigma que soportan cuando delinquen, acusadas de delincuentes y de “malas mujeres” por haber violado, no solo su rol de “ciudadanas obedientes”, sino también el de mujeres no violentas y cuidadoras. Es la “doble condena” —y la doble violencia— que se impone a las mujeres que delinquen.

Además, dado el bajo porcentaje de mujeres encarceladas (alrededor del 7 por ciento del total de la población penitenciaria) y dada la configuración patriarcal del sistema carcelario, las mujeres son invisibilizadas y ocupan una posición marginal, que hace incrementar para ellas la dureza de la cárcel. Normalmente, las mujeres son encarceladas en prisiones hechas para hombres, donde ocupan un anexo a la prisión y, habitualmente, por la escasez de espacios de reclusión para mujeres, se ven obligadas a aceptar condiciones de encarcelamiento especialmente exigentes (como ocurre en la cárcel de Pamplona, cuyo módulo de mujeres es un Módulo de Respeto), e incluso, a alejarse cientos de kilómetros de sus lugares de arraigo. Estos elementos añaden violencias a las mujeres presas y tienen consecuencias negativas muy graves en su salud física y mental. De hecho, si la tasa de suicidio aumenta para las personas privadas de libertad respecto de la población en general, este porcentaje es aún mayor cuando se trata de mujeres encarceladas.

A pesar de la especial vulnerabilidad de las mujeres presas en términos de salud y calidad de vida, la atención sanitaria en las cárceles del Estado español es absolutamente lamentable. Son innumerables las críticas que se pueden hacer al respecto. Para empezar, que en la atención médica priman el orden y la seguridad sobre los criterios sanitarios, y que faltan profesionales sanitarias, ya que ni siquiera se cubren las plazas previstas y esto impide que pueda darse una atención sanitaria adecuada.

Otro problema fundamental es la atención a la salud mental y el funcionamiento de los protocolos de prevención de suicidios. Las cárceles del Estado español están llenas de personas con problemáticas de salud mental, previas a la entrada en prisión o desarrolladas durante el cumplimiento de la condena. La estancia en la cárcel no hace sino aumentar este sufrimiento psicológico, siendo frecuentes los episodios de autolesiones e intentos de suicidio. Sin embargo, prácticamente no existen vías para que quienes sufren trastornos mentales accedan a recursos adecuados de atención psiquiátrica y, en las cárceles, la mencionada perspectiva de orden y seguridad y la falta de medios sanitarios hace que las respuestas a los episodios sean de carácter punitivo en lugar de terapéutico, implicando incluso sanciones disciplinarias, como denuncia el CPT en su informe.

Cuando una persona muestra signos de querer acabar con su vida y se activa el protocolo de prevención de suicidios, la principal (si no la única) medida que se toma es encomendar a otra persona presa que actúe como observadora, como “presa sombra”, acompañando a la persona las 24 horas y vigilándola. Esta medida resulta aberrante: no se ofrece a la persona la atención profesional que requiere y se impone a la “presa sombra” —a menudo, coaccionada— la responsabilidad de atender y sostener esta compleja situación, pudiendo afectar negativamente a su salud mental y física. Esta práctica debe desaparecer y, como —una vez más— recomienda el CPT, estas situaciones se tienen que atender por personal sanitario capacitado.
No pretendemos abarcar en este texto la multiplicidad y la gravedad de violencias que soportan las mujeres presas y la afectación en su salud y en su vida. Sería una tarea imposible.

Lo que pretendemos es contribuir a volver a poner el foco en el lugar correcto. ¿Quién protege a las mujeres presas de las múltiples violencias a las que están expuestas en el sistema penitenciario? ¿Cómo asume el Estado su responsabilidad de garantizar la salud y la vida de las mujeres presas? ¿Qué va a hacer el Gobierno de Navarra? Tras la asunción de la competencia de la sanidad penitenciaria, tiene la obligación de garantizar la salud y la vida de las personas presas en la cárcel de Pamplona. La sociedad civil tenemos el deber de permanecer atentas y reivindicativas. Es por eso por lo que las denuncias de las violencias contra las mujeres tienen que incluir a todas ellas.

Fuente: https://rebelion.org/contra-las-violencias-que-atraviesan-la-vida-y-la-salud-de-las-mujeres-presas-2/

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