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Gongbang: la tendencia surcoreana de ver a otras personas estudiar durante horas

Por: Paulette Delgado

 

Con videos de gongbang o «transmisión de estudios», estudiantes surcoreanos ofrecen sesiones virtuales en YouTube para motivar a otros a aprender y que se sientan acompañados.

Una nueva tendencia ha ido a la alza en internet: gongbang (공방) o “estudia conmigo” que trata de ver a otras personas estudiar y es originaria de Corea del Sur. La palabra es una combinación de gongbu (공부) que significa “estudio” y bangsong (방송) que se refiere a la “transmisión en vivo”. Al juntarlas se obtiene gongbang, es decir, “transmisión de estudio».

El concepto es simple, un alumno transmite videos de sí mismo repasando en casi completo silencio durante horas a cientos de espectadores. Algunos graban desde un café, otros, desde la biblioteca, algunos incluyen sonidos relajantes y aptos para el estudio como los de la lluvia o música clásica. Los estudiantes suelen mostrar su rostro en la transmisión, pero otros prefieren mantener el anonimato y muestran en pantalla solo sus escritos y material de clase. Esta tendencia no es tan innovadora como se podría pensar ya que pertenece al mismo nicho que los “mukbang”, o transmisiones de gente comiendo, tendencia que según reporta The Guardian, existe desde el 2018. Sin embargo, para miles de estudiantes encerrados por la pandemia, la sensación de compañerismo y acompañamiento que brindan ha hecho que la popularidad del gongbang se haya incrementado recientemente.

Entre quienes transmiten estas sesiones, también conocidos como vloggers, destaca Kim Dong-min, cuyo video más popular tiene más de 400,000 mil vistas y una hora de duración. Su canal cuenta con videos con duración de más de tres horas, grabados en distintos lugares aprovechando los sonidos ambientales de cada espacio al que va.

https://www.youtube.com/watch?v=xa-39WDu3JE&feature=emb_imp_woyt

Técnicas para administrar el tiempo de estudio y acompañamiento

Muchos de estos estudiantes se especializan en la técnica “Pomodoro” que es un método de gestión del tiempo dedicado a una actividad. Se basa en usar un temporizador que divide las sesiones de trabajo o estudio en intervalos fijos de 25 minutos llamados pomodoros. Por ejemplo, una alumna se concentra 25 minutos sin parar, descansa 5 minutos, lo repite tres veces y, por último, descansa 15 minutos antes de volver a empezar, en caso de ser necesario. Cada uno de estos videos utilizan diferentes tiempos dentro de la técnica Pomodoro. Entre los más populares está el 25/5, pero también puede encontrarse el 50/10 que divide una hora en cincuenta minutos de estudio con un descanso de diez minutos. Otro elemento característico de estos videos es la duración de las sesiones, que pueden llegar a superar las ocho horas usando esta técnica, mientras que otros no sobrepasan una hora.

La comunidad que rodea a estas cuentas de YouTube es muy solidaria y motivadora. A diferencia de muchos otros vlogs, los gongbang se caracterizan por la poca edición, que no pasa de agregar un cronómetro a la imagen. Esta naturalidad da un sentimiento de acompañamiento a las sesiones de estudio o repaso a los espectadores de los videos. Gran parte de su popularidad se debe a que recrea el sentimiento de estar acompañado a la hora de repasar, algo que muchas personas buscan después de meses de estar atrapadas en casa. Además, debido a que muchos videos siguen la técnica Pomodoro y muestran un cronómetro, los alumnos fácilmente pueden estudiar a la par del video. Esto ayuda a mantenerlos motivados y prestar más atención a lo que hacen. También hay casos donde los observadores sienten rivalidad con el que se graba y se esfuerza por concentrarse y leer más que él o ella, o contestar las preguntas o pruebas más rápido.

Aunque estas sesiones suenen aburridas, de fondo sirven como un estímulo constante para seguir trabajando y evitar distracciones. Incluso pueden compartir consejos e información de las pruebas a través de los comentarios. En este sentido, otros videos populares con temas similares incluyen consejos para aprender mejor y tomar notas, técnicas de enfoque, consejos de memorización, así como consejos para organizarse y de productividad.

Dentro del mundo del gongbang, una de las áreas más populares es la de la medicina, por la dedicación que conlleva la carrera. De hecho, uno de los videos con más vistas de esta tendencia es de una estudiante de medicina. El video tiene más de 7.2 millones de vistas y fue publicado en el 2017 por “The Strive Studies”.

La alumna es vista usando la técnica Pomodoro y muestra el cronómetro, lo que facilita que otros le sigan el ritmo y realmente estudien con ella. Entre los comentarios del video predominan usuarios hablando de lo bien que les fue en sus clases y exámenes después de ver el video y agradeciendo porque realmente les ayudó a concentrarse.

Aunque en gran parte esta tendencia es surcoreana, los videos “study with me” o “estudia conmigo” se han extendido alrededor del mundo. Muchos de los vloggeros confiesan que comenzaron a grabarse ya que buscaban la presión de sentirse observados para concentrarse o porque era una manera de demostrarle a sus padres que realmente estaban dedicando su tiempo a sus estudios. Es importante mencionar que, en la cultura de Corea del Sur, los alumnos llegan a pasar más de 12 horas pegados a sus libros en preparación a sus exámenes de admisión a la universidad.

Aunque esta tendencia inició mucho antes de la llegada de la pandemia, ha ganado más popularidad en el último año conforme los estudiantes en todo el mundo buscan distintas maneras de sentirse acompañados y motivados durante la pandemia. Una pandemia que no es solo de COVID-19 sino también de soledad, agobio y procrastinación.

Fuente e imágenes: https://observatorio.tec.mx/edu-news/gongbang-videos-estudia-conmigo

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Los excluidos digitales deberían ser una prioridad global

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La pandemia ha sacado a la luz la gravedad de la brecha digital que ha puesto a quienes no tienen las habilidades de conectividad y acceso en una grave desventaja.

En un mundo de distanciamiento social y órdenes de quedarse en casa, ha existido una mayor presión por hacer todo en el entorno digital, desde las clases hasta la banca electrónica o compras en línea. Esto ha sacado a relucir el grave problema de inclusión digital que se vive en el mundo.

Esta crisis ha puesto al descubierto los desafíos que viven los que están fuera del mundo digital. El no tener conectividad no sólo deja a las personas aún más aisladas, sino también en una gran desventaja ya que tienen que luchar por tener acceso a cosas vitales como una educación, trabajo u oportunidades laborales. Antes de la pandemia, muchos tenían la oportunidad de ir a alguna cafetería, librería o lugar con acceso a internet público pero, ¿y ahora que muchos de estos lugares cerraron? ¿Cómo le hacen para informarse, acceder a anuncios gubernamentales oficiales e incluso tener videollamadas con seres queridos que viven lejos?

En el caso de Estados Unidos, según un estudio del Pew Research Center, hay 33 millones de estadounidenses que no tienen acceso a internet. Esto representa al 10 % de la población. Esta brecha digital está vinculada a una serie de variables demográficas, incluida la edad, el nivel educativo, los ingresos familiares y el tipo de comunidad. La falta de acceso a las tecnologías pueden tener un impacto negativo en todos los aspectos del día a día. Desde provocar exclusión social por no tener manera de hablar con otras personas por la pandemia hasta no tener acceso a servicios públicos, como registrarse para la vacuna del COVID-19.

Una investigación realizada por Capgemini sobre por qué debería ser prioridad eliminar la brecha digital, descubrió que el 44 % de los encuestados que no contaban con internet creían que podían encontrar trabajos mejor pagados y mejorar su educación si lo tuvieran. Según Capgemini, la mayoría de los encuestados que no cuentan conconectividad tienen entre 22 a 36 años de edad. La encuesta fue realizada a personas que van desde los de 18 a más de 70 años. También notaron que la mitad de ellos, no son novatos al mundo digital, de hecho, el 59 % ha utilizado estas herramientas anteriormente, es decir, que cuenta con las habilidades digitales necesarias para usar Internet en el futuro.

¿Por qué el 44 % de los encuestados no tiene acceso a internet? La investigación encontró tres razones: el costo, complejidad o falta de interés. Sin embargo, mencionan que no hay una causa universal, por ejemplo, el costo del internet puede ser un punto clave para la gente joven que vive en zonas rurales y la complejidad para el caso de los adultos mayores, las personas en situación de discapacidad o con problemas de salud.

En Estados Unidos la principal barrera es el costo ya que, según Capgemini, el 84 % de la población desconectada menor de 36 años admite que no están en línea por lo que cuesta contratar el servicio de internet. En comparación al resto del mundo, el promedio de personas sin conectividad por temas económicos es el 50 %. Pero la brecha digital va más allá de tener acceso a internet. El 76 % de los encuestados sin conexión dijeron que esta situación se debe a que no pueden comprar computadoras o dispositivos móviles para conectarse.

El nivel educativo también es uno de los factores que afectan la probabilidad de que una persona no esté conectada. Según el estudio de Pew Center, tres de cada diez adultos (29 %) que no usan el internet cuentan, como máximo, con estudios de bachillerato. Esta cifra ha disminuido en gran medida desde el 2000 ya que en ese entonces era el 81 % de las personas.

¿Cómo apoyar una mayor inclusión digital y cerrar la brecha digital?

La responsabilidad de la inclusión digital y el acceso universal a Internet no puede recaer en el individuo o en un solo grupo; requiere la contribución de una variedad de partes interesadas. Esta responsabilidad debe ser, principalmente, de los gobiernos, organizaciones privadas, organizaciones no gubernamentales (ONG), organizaciones sin fines de lucro y el mundo académico en conjunto con expertos.

Las organizaciones públicas y privadas deben tomar medidas críticas y urgentes para garantizar que las personas afectadas por la brecha digital no queden más excluidos. Google, por ejemplo, se asoció con el Departamento de Educación del Estado de California para proporcionar Chromebooks y 100,000 puntos de acceso móvil a estudiantes en áreas rurales.

En el caso de las organizaciones privadas, éstas deben invertir en cerrar la brecha digital como parte de su agenda de responsabilidad social. Lloyds Banking Group ha incorporado la inclusión digital y la igualdad digital en su estrategia y propósito. En el Reino Unido, Lloyds estableció un Programa de Campeones Digitales donde tienen cerca de 25,000 “campeones” desde que empezó este programa en el 2015 comprometidos a aumentar las habilidades digitales de al menos dos personas, empresas u organizaciones cada año. Utilizan distintas campañas a través de asociaciones e iniciativas locales.

Aunque, claro, los que tienen el papel más importante son los legisladores y los gobiernos, que deben trabajar para hacer que los dispositivos e internet sean más accesibles para las comunidades marginadas o cualquier persona que no cuente con estos servicios. Deben enfocarse en el acceso público y acceso privado al internet. La Unión Europea, por ejemplo, lanzó la iniciativa WiFi4EU para proporcionar Wi-Fi público gratuito en espacios públicos, incluidos parques, plazas, bibliotecas, centros de salud y museos.

Además, los gobiernos pueden contribuir a que los dispositivos sean más asequibles. La organización “Alliance for Affordable Internet” dice que gran parte del costo de los dispositivos proviene de los impuestos de importación y venta. En julio de 2015, el gobierno de Costa de Marfil, por ejemplo, redujo los impuestos sobre los teléfonos inteligentes del 27 % al 6,5 %.

Además, a través de regulaciones y políticas públicas, los gobiernos pueden ejercer presión a los proveedores de servicios de Internet y las empresas de tecnología, para que éstas reduzcan el costo de los datos móviles o banda ancha para ciertas comunidades o áreas rurales, establecer iniciativas como las de Lloyds Banking Group, brindar acceso a internet de alta velocidad en áreas remotas. Por ejemplo, Spectrum, una compañía de telecomunicaciones, ofreció acceso gratuito de banda ancha e internet por 60 días a hogares con estudiantes de primaria, secundaria o universitarios que aún no tienen una suscripción

Las organizaciones privadas también deben buscar educar a las personas sobre cómo mantenerse seguros en línea. Muchas personas mayores no usan el internet por miedo a caer en estafas o fraudes, tampoco se sienten cómodos compartiendo información personal en línea. En estos tiempos donde incluso se pueden hacer transferencias bancarias en línea, es clave ayudarlos a perder el miedo y a utilizar estas aplicaciones.

Durante una época de crisis como la pandemia del coronavirus, es aún más importante que se priorice la inclusión digital, no sólo para las personas que trabajan de forma remota o porque las escuelas han mudado al aprendizaje en línea, sino porque se ha vuelto vital para obtener información básica y servicios de salud. Es fácil olvidar que tan sólo en Estados Unidos hay 33 millones de personas que están desconectadas. Es momento de explorar formas de cerrar la brecha digital y brindar oportunidades a quienes enfrentan estos desafíos digitales.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/brecha-digital-covid19

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El proceso de admisión a la universidad en tiempos de COVID-19

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Algunos países cancelaron sus exámenes de admisión, otros, los han dejado como opcionales, dejando a millones de estudiantes con la incertidumbre sobre su proceso de admisión.

A más de un año desde que comenzaron a registrarse los primeros casos del coronavirus fuera de China y sin una fecha prevista para el fin de las cuarentenas, restricciones y un regreso a la “nueva normalidad”, las universidades alrededor del mundo se enfrentan no solo con las dificultades que implica la continuidad académica durante estas circunstancias extraordinarias sino también al problema de cómo realizar el proceso de admisión a la universidad en tiempos de pandemia.

Desde el 2007, todos los colegios comunitarios y las universidades de Estados Unidos requieren el resultado de la Prueba de Aptitud Académica (SAT por sus siglas en inglés) o la Prueba Universitaria Americana (ACT por sus siglas en inglés) como parte de una solicitud de admisión. Debido a la pandemia, los encargados de estas pruebas han tenido que cancelar sesiones de preparación para las pruebas y cambiar exámenes a fechas posteriores. Como resultado, en muchas universidades se ha eliminado el SAT como requisito para ingresar a estas instituciones.

Incluso antes de la pandemia, cerca de mil instituciones ya habían eliminado el SAT como requisito de ingreso a la universidad, dejándolo en algunos casos como opcional, no como requisito, con el propósito de atraer un alumnado más diverso. Según Robert Schaeffer, director ejecutivo interino de la organización FairTest, el número de universidades que se ha unido a esta tendencia ya supera las 1,686 instituciones. Dentro de estas universidades se encuentran la Universidad de Cornell  y Harvard que suspendieron el requisito de presentar los resultados del SAT o ACT como parte de la solicitud de admisión.

¿Qué significa que la prueba sea opcional para los postulantes?

El SAT mide las habilidades de lectura, escritura, aritmética y escritura necesarias para el éxito académico en la universidad, por lo que, al no tener los resultados, obliga a las universidades a cambiar el énfasis y el criterio que más peso tendrá una solicitud universitaria, en muchos casos, este peso se transfiere a las calificaciones obtenidas a lo largo de la preparatoria.

Aunado a eso, las instituciones se ven obligadas a considerar factores tanto cualitativos como cuantitativos. Entre los factores que se analizan en el proceso de admisión se encuentran: el promedio de calificaciones en su último año de bachillerato, también se toma en consideración el plan de estudios del bachillerato, cartas de recomendación, actividades extracurriculares, entrevistas de admisión, entre otros. Si bien las universidades ya consideraban estos elementos, nunca habían importando tanto como ahora, especialmente si el estudiante no presenta el SAT o ACT.

Por otro lado, la decisión de considerar las pruebas estandarizadas de admisión a la universidad como opcionales ha generado críticas y escepticismo. El argumento es que al hacer este requisito como “opcional”, los estudiantes de minorías y bajos recursos que normalmente no pueden cubrir los gastos que implica tomar este tipo de pruebas o de contratar clases particulares de preparación, quedan en desventaja sobre aquellos quienes sí los presentan e incluyen en su proceso de admisión. Es por eso que más de 500 universidades firmaron una declaración ante la Asociación Nacional de Consejería de Admisión Universitaria (NACAC por sus siglas en inglés) asegurando que harían un proceso justo de admisión sin beneficiar a los que presenten resultados del SAT.

El ‘Suneung’, el examen de ingreso a la universidad en Corea del Sur

Corea del Sur es otro país cuyas universidades deciden a quién admitir según una prueba estandarizada nacional. Esta prueba se llama Suneung, o la prueba de aptitud escolar universitaria que mide seis áreas: coreano, matemáticas, inglés, historia, estudios sociales y un segundo idioma extranjero. Aunque parece similar al SAT de Estados Unidos, este examen suele tener una duración de nueve horas y se ha vuelto aún más pesado debido a la pandemia. Los alumnos se preparan desde preescolar para esta prueba y se dice que es el primer y último paso hacia una vida exitosa.

Aunque el país enfrentaba su tercera ola de contagios, casi medio millón de estudiantes surcoreanos acudieron a presentar la extenuante prueba el pasado mes de diciembre pero, ¿cómo puede asegurar el gobierno que esto no se convertirá en un evento de propagación del coronavirus? Previo al día del examen se desinfectaron más de 31 mil aulas. El día de la prueba se le tomó la temperatura a cada aspirante antes de ingresar, se colocaron divisores de plástico a cada escritorio y el uso de cubrebocas se hizo obligatorio durante las nueve horas del examen.

Además, el gobierno administró clínicas de salud que evaluaron a los alumnos una noche antes para detectar cualquier persona infectada a última hora y mandarlos a salas separadas para que, aún con síntomas como fiebre o dolor de garganta, presentaran la prueba. El Suneung es tan importante que incluso se habilitaron cuartos de hospitales para que aquellos alumnos enfermos pudieran tomar el examen.

El día de la prueba es un día de suma importancia, tanto que la población pone su vida en pausa para apoyar a los postulantes. Todas las empresas, incluyendo bancos y oficinas gubernamentales, abren más tarde para reducir el tráfico para que los aspirantes lleguen a tiempo. Incluso los aviones no vuelan y las armas militares son silenciadas durante media hora para evitar que se distraigan en sus pruebas auditivas, como las de inglés.

Proceso de admisión en universidades europeas

Adaptarse a la nueva normalidad no ha sido fácil para ningún país, el caso de los países europeos no es la excepción. En Inglaterra, ante el gran número de contagios que se registraban en este país, en marzo del año pasado las autoridades educativas decidieron utilizar un algoritmo para evaluar a los aspirantes. La Oficina de Regulación de Calificaciones y Exámenes en Inglaterra (Ofqual por sus siglas en inglés), trató de utilizar Inteligencia Artificial para evaluar las pruebas para evitar que se inflaran, esto generó una controversia nacional ya que los alumnos recibieron un promedio 39 % más bajo, evitando que muchos entraran a la universidad.

Sin embargo, la historia ha sido muy diferente para muchos otros países de Europa. En Austria y Hungría, debido a la baja tasa de infección, los exámenes de admisión a la universidad continuaron de manera habitual, con la única diferencia de hacer la prueba oral opcional en Austria y cancelarla en Hungría, además que este último no permitió que más de diez estudiantes estuvieran en la misma aula y se les exigió estar a 1.5 metros de distancia. En ambos países, el resultado de este examen de admisión es considerado junto con las calificaciones obtenidas durante el último año escolar para decidir si el aspirante es aceptado o no.

En Alemania también siguieron adelante con los exámenes de manera habitual en mayo del año pasado. Presentaron las pruebas en lugares más amplios como gimnasios en lugar de utilizar aulas comunes, con el objetivo de asegurar la distancia de seguridad adecuada.

En Francia, los exámenes de fin de preparatoria fueron cancelados por primera vez en la historia de este país. En su lugar, esta prueba fue reemplazada por la calificación promedio de cada materia. Aunado a esto, los jurados locales evaluaron el rendimiento, los registros de exámenes anteriores, la asistencia y el promedio nacional. Estos cambios extraordinarios resultaron en una tasa de aprobación más alta que años anteriores, lo que obligó a universidades a crear 10 mil lugares adicionales en las carreras más populares.

En España, los estudiantes presentan la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU), también conocida como la selectividad. Este examen prueba el conocimiento de preparatoria así como el pensamiento crítico, reflexión y madurez por medio de preguntas abiertas, semiabiertas y de opción múltiple. Al igual que muchos otros lugares de Europa, los jóvenes realizaron la prueba de manera presencial en junio del año pasado. A pesar de la pandemia, hubo 6 mil estudiantes más que el año pasado en Madrid y el 92 % aprobó este examen.

El caso de las universidades mexicanas

A diferencia de otros países, en México el proceso de admisión no depende de un examen estandarizado nacional, sino que cada universidad establece sus requisitos de admisión y la prueba que deberán tomar los estudiantes.

En el caso del Tecnológico de Monterrey, por ejemplo, desde mediados del año pasado su examen de admisión pasó a ser en línea. Lo mismo ocurrió para la admisión a las licenciaturas en la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL). Sin embargo, otras instituciones insisten en llevar a cabo las pruebas de manera presencial a pesar de las complicaciones que pueden surgir al realizar estas pruebas presencialmente en plena pandemia.

La Universidad de Guadalajara (UDG), por ejemplo, tuvo que cancelar la prueba de admisión que tenía programada para el 6 de febrero ante el aumento de contagios y hospitalizaciones en las últimas semanas. Esta decisión también la tomó la Universidad Autónoma de Aguascalientes desde julio del año pasado. En el caso de la Universidad Autónoma de México (UNAM), los aspirantes deben de presentar la prueba de manera presencial pero debido al aumento de contagios en el país, se ha aplazado la fecha.

A casi un año de la interrupción de clases presenciales debido a la pandemia de COVID-19 , los países y sus instituciones de educación superior siguen luchando por adaptarse lo mejor que pueden ante los retos que presenta el coronavirus. Millones de estudiantes se han preparado durante toda su vida para presentar ese examen de ingreso a la universidad y si la preparación para este ya era exhaustiva, con la llegada de la pandemia el miedo y la incertidumbre se han disparado. ¿Será momento de repensar las pruebas estandarizadas y el proceso de admisión a la universidad alrededor del mundo? Y de ser así, ¿cuáles deberían ser los requisitos o lo que se debería de tomar en cuenta? Déjanos tu opinión en los comentario

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/admision-universidad-covid

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Programación neurolingüística en el aprendizaje y la educación

Por: Paulette Delgado

La programación neurolingüística brinda a los educadores la ventaja de comprender qué motiva a los estudiantes y adaptar la forma en que enseñan a sus necesidades.

¿Qué es lo que hace que el cerebro humano procese y entienda el lenguaje? ¿En qué parte del cerebro se almacenan las palabras que aprendemos? ¿Por qué vienen a la mente palabras cuando a veces las olvidamos? Las personas que hablan más de un idioma, ¿qué es lo que evita que interfieran entre sí? Todo esto es gracias a la neurolingüística, es decir, al estudio de cómo se representa el lenguaje en el cerebro. Esta área investiga cómo y dónde el cerebro almacena el conocimiento del idioma en sus distintas presentaciones: oral, por señas o escrita. Aunque está entrelazada con la psicolingüística, que es el estudio de la comprensión y producción del lenguaje en sus formas hablada, escrita y por señas, la neurolingüística se enfoca en los mecanismos del cerebro.

El cerebro almacena información en redes neuronales que se conectan con las partes que controlan el movimiento, como el del habla, y las sensaciones internas y externas, como el sonido. El aprendizaje de información o una habilidad ocurre cuando se establecen nuevas conexiones y se fortalecen las que ya existen. En la década de los setentas,  Richard Bandler y John Grinder, investigadores de la Universidad de California en Santa Cruz, teorizaron que dentro de estas conexiones cerebrales existen patrones de pensamientos que explicaban los logros de personas exitosas. Por años, Bandler y Grinder analizaron la educación, los negocios, y cualquier terapia que las personas exitosas tuvieran en común, incluyendo hábitos de comunicación. Fue en este último punto que se dieron cuenta que la gente exitosa involucra el lenguaje corporal, fue así como los investigadores comenzaron a crear modelos de pensamiento para mejorar sus estados físicos y emocionales. A esto se le conoce como programación neurolingüística (PNL).

¿Qué es la programación neurolingüística? 

La programación neurolingüística es una forma de cambiar los pensamientos y hábitos de una persona para que sean exitosos por medio de técnicas de percepción, comportamiento y comunicación. Es un enfoque pseudocientífico basado en conexiones neuronales, específicamente, en cómo procesan el lenguaje. Se ha vuelto popular entre los enfoques alternativos para el desarrollo personal o la autoayuda. Según la página NPL Empowerment PartnershipPNL es “aprender el lenguaje de su propio cerebro» o “un manual de usuario”. Se basa en tres partes: “neuro” que es el sistema neurológico, “lingüística” que es el mensaje, tanto verbal como no verbal que se envía al cerebro y “programación” que es la manera en que la mente procesa estos mensajes.

Las personas aprenden a través de experiencias sensoriales por lo que las neuronas envían un mensaje al cerebro que interpretará la información basada en estas vivencias. La programación neurolingüística después intenta detectarlas y modificar las limitaciones inconscientes que tiene cada persona dentro de sus conexiones mentales. Por ejemplo, si una persona tiene asociado el brócoli como algo desagradable porque en su infancia sus papás lo obligaban a comerlo antes de ir a jugar, de adulto evitará comer cualquier cosa que contenga esta verdura. Aunque esta percepción no refleja su realidad actual o se basa en el sabor, mientras no altere la conexión mental que tiene sobre el brócoli, su disgusto persistirá. La programación neurolingüística lo que ayudará a modificar estas limitaciones.

Actualmente, existe un debate sobre si la programación neurolingüística es una pseudociencia o no debido a la falta de evidencia empírica, su éxito ha sido medido solo a través de testimonios de quienes lo experimentaron. Parte del debate surge de los primeros intentos de evaluar la PNL ya que los investigadores no encontraron un vínculo entre el procesamiento mental, el lenguaje y movimiento ocular. Este resultado dejó un estigma sobre la programación neurolingüística, dejando al campo con la necesidad de resolver este problema al participar más plenamente en la investigación.

La programación neurolingüística en el aprendizaje

Para los educadores, conocer sobre programación neurolingüística les da la ventaja de poder comprender qué motiva al alumno y adaptar la forma en que imparten el aprendizaje para que se adapte a ellos. Esta área ofrece estrategias de aprendizaje que ayudan a los estudiantes a desarrollar habilidades para tener un aprendizaje más óptimo y brinda a los docentes herramientas para lidiar con conductas difíciles.

Dos técnicas de programación neurolingüística, el posicionamiento perceptivo y la presuposición, se consideran útiles a la hora de resolver varios problemas encontrados en la educación. La primera se refiere a la habilidad de ver las cosas desde el punto de vista de otras personas. En el aula el docente puede realizar ejercicios donde estudiantes con distintas opiniones sean obligados a adoptar el punto de vista del otro cambiando de asiento. Este ejercicio genera participación activa y movimiento físico, lo que desencadena un cambio de pensamiento mucho más profundo que sólo pidiéndoles que vean el punto de vista de la otra persona.

La presuposición, la segunda técnica, se relaciona con significados tácitos en la conversación. Esto se ve en el aula cuando la maestra les da la oportunidad a sus alumnos de elegir entre terminar las preguntas ahora o después de hacer otra actividad, como una lluvia de ideas. Se sobreentiende que debe completarse ambas actividades pero darles la oportunidad de elegir resulta en que se concentren más en el trabajo y no desafíen las instrucciones.

Aunque parecen estrategias simples que el docente puede ya estar utilizando, una comprensión más profunda de la PNL les ayudará a obtener más habilidades para ayudar a sus estudiantes a aprender mejor. Aunque falta mucha investigación sobre la programación neurolingüística y la educación, en el 2003, dos investigadores presentaron un artículo titulado “Neuro-linguistic programming: its potential for learning and teaching in formal education”, en el que discuten cómo es útil para el aprendizaje.

Para Paul Tosey y Jane Mathison, los autores del estudio, la programación neurolingüística supone que todos los docentes influyen en la manera de aprender de los estudiantes debido a su uso del espacio y lenguaje, aunque no estén conscientes de ello.

Algunos de los puntos principales de la investigación son:

  • Para tener una buena relación entre profesor-alumno, se necesita retroalimentación mutua. Esta debe ser dinámica, no una transmisión de información de un individuo a otro sujeto separado.

  • Las personas, incluyendo los educadores, actúan según la forma en que perciben el mundo.

  • La representación y procesamiento de la información de un alumno se refleja de manera distinta en su lenguaje y comportamiento.

  • Las habilidades, creencias y comportamientos se aprenden. La enseñanza es un proceso mediante el cual se adquieren y modifican tales hábitos..

  • Toda comunicación influye potencialmente en el aprendizaje. El lenguaje y el comportamiento del docente afecta al alumno en dos maneras, su comprensión del tema en sí y sus creencias sobre el mundo.

Debido a que los padres de la programación neurolingüística, Bandler y Grinder, buscaban identificar lo que distingue a una persona exitosa, el área se convirtió en un medio para estudiar cómo las personas procesan la información, construyen conexiones neuronales y desarrollan habilidades para obtener resultados. Según los investigadores, aprender sobre el proceso de aprendizaje da como resultado cambios profundos en la habilidad de enseñar y ser instruido, resultando en estudiantes exitosos.

Para Paul Tosey y Jane Mathison estas variaciones “implican cambios en factores como las abstracciones que las personas han construido que forman sus creencias sobre el aprendizaje, su visión de su propio futuro, sus construcciones sobre sí mismos como aprendices, todo vinculado a las imágenes, sonidos, sensaciones corporales, sabores y olores que parecen ser una parte tan esencial del procesamiento de información humana”.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/programacion-neurolinguistica-aprendizaje

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Investigadores están abandonando la academia

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Mucho antes del Coronavirus, científicos y académicos alrededor del mundo ya consideraban dejar sus áreas, pero la pandemia ha hecho la situación mucho peor.

La deserción en la academia no es nueva ni resultado de la pandemia. Desde hace unos años, los científicos están abandonando el trabajo en la academia a un ritmo sin precedentes. La incertidumbre laboral debido al creciente número de graduados y los pocos puestos de planta en universidades, la cultura del “publicar o morir”, el burnout y una crisis de salud mental en la academia, son solo algunos de los factores que han llevado a que cada vez más científicos dejen la ciencia.

En el 2018 se publicó una investigación sobre el cambio demográfico de las carreras científicas, específicamente en los campos de astronomía, ecología y robótica. Según sus descubrimientos, en la década de los sesenta, la vida laboral de un científico duraba 35 años, en comparación, para el 2010 la carrera científica promedio era de cinco años.

Para Staša Milojević, profesora asociada de la Escuela de Informática, Computación e Ingeniería de la Universidad de Indiana y autora del estudio, el cambio se debe en parte a la creación de puestos postdoctorales o “permadocs” ya que son trabajos supuestamente temporales de los que depende cada vez más la investigación académica. Muchos de estos puestos de apoyo eran pensados para estudiantes graduados y duraban de tres a cinco años; ahora se ha vuelto una especie de prerrequisito para puestos permanentes que muchas veces ni siquiera se les da. «La existencia del puesto de posdoctorado definitivamente ha cambiado la dinámica del laboratorio […] Ha permitido que las personas permanezcan más tiempo en el campo con la esperanza de conseguir un puesto más permanente. Creo que la existencia de tantos puestos de posdoctorado está conduciendo al cuadro de deserción que estamos viendo», dijo Milojević.

Además, Milojević y sus compañeros señalan en el estudio que la producción científica actual se ha caracterizado por un crecimiento exponencial de profesionales y publicaciones, el trabajo en equipo, lo cual ha sido impulsado por distintos factores como la necesidad de más técnicos y científicos de planta.

“La existencia de tantos puestos de posdoctorado está conduciendo al cuadro de deserción que estamos viendo”.

Ellos consideran que este trabajo en conjunto ha provocado que cada vez sean menos el número de científicos que son primeros autores en publicaciones. También han aumentado los títulos de doctorado pero el número de puestos no ha crecido a la par, generando falta de oportunidades. Por si fuera poco, aquellos académicos con experiencia tienen mayor posibilidad de encontrar trabajos más lucrativos en el sector privado. Por ejemplo, debido a la gran cantidad de aplicaciones de consumo, el área de científicos expertos en robótica tuvo una de las tasas de deserción más altas. Lo opuesto sucedió con los astrónomos, que son más propensos a quedarse en el mundo académico, según el estudio.

La academia y la pandemia

Aunque es muy temprano para conocer el impacto del COVID-19 en la academia, muchos investigadores están buscando un plan de salida. Este éxodo se debe a que la pandemia los ha hecho reevaluar sus oportunidades de obtener un empleo permanente en una institución. A medida que las universidades alrededor del mundo buscan adaptarse a los retos que ha traído el coronavirus, muchas instituciones han optado por congelar contrataciones o dan poca esperanza de ofrecer una carrera estable en la academia. Esto ha orillado a muchas científicas y académicos a buscar trabajo en el gobierno o el sector privado, enfrentándose a una dura competencia.

Además, muchos de los estudiantes de posgrado tienen un futuro incierto. Según el estudio, The Quiet Crisis of PhDs and COVID-19: Reaching the financial tipping point, se espera que cerca de un 45 % de estudiantes de posgrado desistan de sus investigaciones. Parte del problema es que han sido excluidos de laboratorios y bibliotecas por seguridad durante la pandemia, esto causó que ya no recibieron su pago ya que no tienen donde trabajar, a diferencia de aquellos que cuentan con un contrato permanente en las instituciones.

Debido al coronavirus, estos estudiantes se enfrentan a la necesidad de parar sus estudios ya que no tienen acceso a sus lugares de trabajo o, si su universidad lo permite, arriesgarse a contagiarse al ir al campus. Ante esta disyuntiva, muchas científicas y académicos han intentado seguir adelante con sus estudios y experimentos desde casa. Este último punto es viable para muy pocos ya que no cuentan con los medios ni para llevar a cabo las investigaciones ni para sobrevivir, ya que el sueldo de muchos se ve limitado por recortes de la universidad o porque no son empleados permanentes de las instituciones así que no cuentan con apoyos de emergencia para enfrentar esta situación.

Por otro lado, ante las cancelaciones de conferencias, eventos presenciales y los cierres de fronteras, se han perdido pasantías, colaboraciones internacionales, posibilidades de hacer networking y presentaciones, lo que ha complicado los medios de financiación.

Factores como la falta de apoyo económico, opciones laborales, motivación y problemas personales por la pandemia resultan en la deserción de la academia, correr el riesgo de presentar una tesis de menor calidad o no publicar nada durante estos meses de pandemia. Con cada vez más graduados y menos oportunidades laborales, esto perjudica sus posibilidades de tener un buen futuro en el área. Cada vez es menor el número de científicos que encuentran un empleo permanente y bien remunerado.

Preocupaciones globales: el caso de Australia

Un informe titulado “Impacto de la pandemia en la fuerza laboral investigadora de Australia”, reportó que cerca de 21 mil empleados universitarios están en riesgo de perder su trabajo debido a la pandemia. Esto ha dejado preocupados a aquellos investigadores con contratos a corto plazo o que están iniciando su carrera. Por otro lado, en una encuesta realizada por el “Foro Investigador de Carrera Temprana y Media de Australia” (EMCR por sus siglas en inglés), se preguntó a 333 investigadores australianos en los campos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y la medicina (STEM por sus siglas en inglés). En el reporte se descubrió que el impacto de la pandemia ha sido terrible, especialmente en su productividad y salud mental. Esto ha resultado en que consideren renunciar a la academia.

Los encuestados compartieron que su ansiedad ha aumentado y no sólo debido a la pandemia, sino también debido a la incertidumbre en su situación laboral. También temen por la pérdida de ingresos universitarios, además de recortes de empleos y salarios. Al igual que con los estudiantes de posgrado, muchos científicos han tenido que poner sus investigaciones en pausa o pasarlo a un segundo plano, ya que enfrentan mayor carga en sus trabajos de docencia y labores administrativas, además de cumplir con tareas personales como apoyar en la educación de sus hijos.

En el caso de la investigación científica, muchas veces el éxito profesional va acompañado de la acumulación constante de indicadores de desempeño como publicaciones, premios, ponencias o citas. Esto se ha convertido en un reto para los nuevos investigadores o los menos establecidos en el área, limitando sus medios de obtener financiación en el futuro o estabilidad laboral.

Cada investigador es el producto de más de diez años de educación y capacitación continua. Es una lástima que cada vez más investigadores no puedan asegurar un futuro estable en la academia, sea a corto o largo plazo. El apoyo a científicas y académicos y la creación de oportunidades es fundamental ya que podría llevar generaciones recuperar la fuga de talento que ha habido en los últimos años.

El estatus de «postdoc» debería de durar solo unos 3-5 años pero ahora se extienden cada vez más. Esto, en parte, es porque las universidades buscan producir un mayor número de artículos científicos y es más barato hacerlo a través de contrataciones temporales. Además, como se ve desde el 2018 con el estudio de Staša Milojević, cada vez se promueve más la producción científica en equipo, reduciendo la posibilidad de que académicos jóvenes puedan ser primeros autores, destacar, y avanzar en su carrera.

Para combatir esta problemática mundial se requiere una cooperación entre el gobierno, las universidades, los organismos de financiación y los propios investigadores para crear más empleos permanentes, dar más apoyo a los estudiantes de posgrado. Se necesita apoyar no sólo de manera económica pero dando el material para seguir con las investigaciones incluso en cuarentena, dar claridad sobre el futuro de aquellos que interrumpieron sus investigaciones, ya sea en fecha de presentaciones, financiamiento, solicitudes o evaluaciones. Después de todo, fue gracias al esfuerzo de un sinfín de científicos e investigadores alrededor del mundo que se logró desarrollar la vacuna contra el COVID-19 en tiempo récord.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/exodo-investigadores-academia

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Paraprofesionales, ¿qué son y cuál es su rol en la educación?

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Los paraprofesionales juegan un papel crucial en las escuelas pero pocos lo conocen o aprovechan. ¿Quiénes son los paraeducadores y por qué su rol puede impactar la educación?

Dentro de los planes en el sector educativo que Joe Biden pondrá en marcha durante su mandato como presidente de Estados Unidos está apoyar a los paraprofesionales a obtener certificados para trabajar en colegios y universidades enfocados en las minorías étnicas. ¿Qué son estos paraprofesionales y cuáles son sus roles en el sector educativo?

Los paraprofesionales son trabajadores que carecen de una licenciatura para desempeñarse en ciertas profesiones, sin embargo, cuentan con conocimientos básicos para apoyar a sus compañeros que sí están cualificados. Muchas veces, estos trabajadores cuentan con un estudios de bachillerato o tienen un título de asociado; el 37 % de los profesionales sólo trabajan medio tiempo. Las áreas más comunes donde se encuentran los paraprofesionales son en el sector salud y el educativo. En este último, se han incrementado oportunidades de empleo en escuelas primarias, intermedias y secundarias, educación postsecundaria y entornos laborales de educación especial.

Se ven ampliamente en escuelas de Estados Unidos y Canadá, pero también en algunos países europeos y asiáticos. En países como Japón, Alemania y Francia, muchos extranjeros terminan trabajando como paraprofesionales de idiomas, también conocidos como profesores auxiliares de idiomas o asistentes de idiomas. En el caso de Inglaterra, los paraprofesionales en educación pueden solicitar una posición como asistente de enseñanza de nivel superior llevando entrenamiento adicional y contando con la documentación que compruebe un conjunto de criterios específicos. Al alcanzar ese nivel, pueden llegar a sustituir a profesores en caso de ser necesario y supervisar a otros paraeducadores.

El rol de un paraprofesional de educación

Un paraprofesional enfocado en educación puede ser llamado “paraeducador”, asistente de enseñanza, asistente de instrucción, asistente de maestro, asistente de aula, “parapro” o “para”. Los paraeducadores son los asistentes de maestros que ayudan a administrar el aula y a los alumnos.

La Ley “Que Ningún Niño se Quede Atrás”, de Estados Unidos, amplió los requisitos para convertirse en un paraprofesional y sus deberes. Aunque no pueden ejercer la docencia, sólo apoyar al maestro, tienen un rol significativo al supervisar a los estudiantes, identificar las habilidades e intereses de cada niño así como también la mejor forma de ayudarlo. También se encargan de complementar el plan de estudios, dar orientación personalizada en las clases, apoyar a aquellos que necesitan educación especial, instalar equipo y preparar materiales. Así mismo, son la conexión entre los alumnos, padres y madres y maestros.

Tener un buen asistente de enseñanza puede marcar una gran diferencia en el salón de clases, más si es entusiasta. Debido a que muchas veces se concentran en el plan de educación individualizado, su desempeño impacta directamente en el alumno. Es común ubicar a paraprofesionales que se desempeñan en aulas de educación especial donde apoyan a los estudiantes identificando estrategias para alentar el comportamiento positivo de los alumnos o reorientar a los niños que presentan una conducta negativa. En caso de tener alumnos que presentan problemas físicos, los paraprofesionales los ayudan a alimentarse, ir al baño o transportarlos.

Incluso hay paraprofesionales que ni siquiera trabajan directamente con las escuelas, sino que trabajan con el distrito escolar, agencias de salud mental, programas para la primera infancia o alguna agencia de seguimiento para estudiantes después de graduarse.

Requisitos para ser un paraprofesional educativo

Aunque no cuentan con un título universitario, según la ley “Que Ningún Niño se Quede Atrás”, las personas que llevan a cabo este rol tienen que cumplir con ciertos requisitos para ser un paraeducador. En el caso de Estados Unidos, cada estado tiene requerimientos distintos, algunos no necesitan certificaciones aunque recomiendan tomar cursos de psicología, desarrollo infantil y teoría del aprendizaje ya que puede mejorar sus oportunidades laborales y salariales. Otros piden dos años de educación universitaria o un título de asociado, cumplir con los estándares de calidad y aprobar una evaluación. Biden ha anunciado que quiere apoyar en este último punto, para que más personas obtengan su certificación como paraprofesionales.

Estos requisitos son los que distinguen a los paraeducadores de otros trabajadores escolares, como aquellos encargados de la comida o de la limpieza de las instalaciones. Se busca que los paraeducadores cuenten con habilidades para trabajar con niños y disfrutar estar con ellos, manteniendo una actitud positiva y alentadora. A menudo, los paraprofesionales aprenden estas habilidades en el trabajo y reciben capacitación adicional a lo largo de sus carreras.

Rango de salario del paraprofesional

En Estados Unidos, de acuerdo con datos del 2021 de ZipRecruiter, entre los estados que pagan menos está Carolina del Norte, donde los paraprofesionales ganan $23,328 dólares al año, o $11.22 la hora. En promedio, el mejor estado para trabajar como paraprofesional es Wyoming, donde ganan $16.10 la hora y $33,490 en promedio al año. Significativamente, este estado tiene un mercado laboral de paraprofesionales muy activo, ya que actualmente hay varias empresas contratando para este tipo de función en sus distintas áreas. ZipRecruiter pone como media $30,977 dólares anuales y según el portal, sólo seis estados están arriba de la media: Wyoming, Massachusetts, Montana, Arizona, Hawaii e Indiana.

Según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, el salario medio de un paraeducador en el 2019 fue de $27,920 dólares. Aunque sí afecta la ubicación geográfica, el salario también depende del empleador, los deberes laborales, así como la experiencia, la capacitación y las habilidades del paraeducador.

Ahora que las clases se llevan a cabo de manera virtual debido a la pandemia, hubo muchos despidos de paraprofesionales en la educación, dejando a los docentes administrando clases virtuales de gran tamaño, haciendo que miles de estudiantes perdieran a esa personas que les daba atención personalizada.

El nuevo presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reconoce el potencial de los paraeducadores y por eso busca apoyarlos para obtener un certificado de educador. Sus roles en la enseñanza no son estáticos, están evolucionando constantemente. Cada vez tienen más y más responsabilidades, poco a poco dejan de ser simples asistentes para convertirse en una parte clave del salón de clases.

Los paraprofesionales juegan un papel importante en las escuelas y ayudan a que las aulas sean más inclusivas. Añaden otra capa de apoyo al aula, lo que permite a los estudiantes tener más oportunidades de apoyo individual. Cuando los estudiantes, maestros, familias y, sobre todo, las instituciones educativas y gobiernos, acepten a los paraprofesionales como miembros clave del equipo educativo, todos se beneficiaran.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/paraprofesionales

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Hagoromo: el «Rolls-Royce de la tiza»

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Alrededor del mundo, los matemáticos se han obsesionado con un gis que, según dicen, hace imposible escribir un teorema falso: el Hagoromo.

Aunque muchas escuelas alrededor del mundo han dejado de utilizar gises y han pasado a los marcadores, muchos matemáticos, artistas y demás académicos están de acuerdo que esto es un error porque se pierden del “Rolls-Royce de las tizas”, según el matemático Satyan Devadoss: los Hagoromo Fulltouch.

Debido a su tacto sedoso, colores, a que su estructura es casi irrompible y está hecho para dejar poco polvo al usarlo, los matemáticos particularmente se han vuelto acaparadores de esta marca de gis. «La leyenda alrededor de esta tiza es que es imposible escribir un teorema falso usándola, pero creo que lo he refutado muchas veces», dice David Eisenbud, profesor de matemáticas en la Universidad de California en Berkeley.

Esta tiza es originaria de Japón, donde la compañía Nihon Chalk Seizosho comenzó su producción en la ciudad de Nagoya en 1932. Sin embargo, debido a daños sufridos durante la Segunda Guerra Mundial la compañía tuvo que suspender la producción por unos años hasta su reapertura en 1947 con el nombre de Hagoromo Bungu (en japonés 羽衣文具: , ‘Papelería Hagoromo’).

Aunque esta tiza nació en la década de los 30, no fue hasta las últimas décadas que fue descubierta por los matemáticos estadounidenses y comenzó el culto al Hagoromo. Su punto máximo de producción fue en 1990 con 90 millones de barritas. Lamentablemente estas ventas bajaron a la mitad durante las siguientes dos décadas debido al cambio a las pizarras blancas y las pizarras inteligentes.

El culto al Hagoromo

¿De qué está hecha esta tiza? Es un misterio. Algunos dicen que tiene conchas de almeja, otros “lágrimas de ángel” pero la verdadera fórmula es un secreto. Lo que sí se sabe es que su producción se hace en batidoras de pan y la masa se vierte en una amasadora que originalmente estaba destinada a hacer fideos udon. De ahí, sale una pasta gris de calcio, arcilla, resistol, conchas de ostra y otros ingredientes secretos.

Aunque es amado por muchos matemáticos, el Hagoromo no se exportaba a Estados Unidos, sólo se conseguía en Japón, por lo que muchos aprovechaban cualquier viaje a Japón para abastecerse del gis o incluso, pedían a colegas que sabían que asistirían a alguna conferencia en este país para pedirles una reserva. Si ya la comunidad científica, particularmente en las matemáticas, acaparaba desde entonces grandes cantidades de esta tiza por miedo a quedarse sin reservas, en octubre del 2014, el presidente de compañía, Takayasu Watanabe, anunció que cerraría sus puertas, desatando un caos en la comunidad asidua a este gis.

Esta noticia paralizó a los académicos estadounidenses. Algunos, incluso, calcularon cuántos iban a necesitar en un lapso de 10 a 15 años y compraron esa cantidad. Otros compraron grandes cantidades pero para revenderlas más adelante a sus compañeros y empezar un pequeño negocio. En ese entonces, una caja de 72 tizas Hagoromo costaba 17 dólares (un precio hasta tres a cuatro veces más alto que otras marcas de tiza) pero había revendedores que los vendían hasta a 25 dólares hacia el final de su producción, en marzo de 2015.

El maestro surcoreano que salvó el gis Hagoromo

La tiza Hagoromo no sólo es amada en Japón y Estados Unidos. Cuando el dueño anunció el cierre de la fábrica, Shin Hyeong-seok, un maestro en Corea del Sur, afrontó la situación de una manera distinta. Empezó intentando encontrar una manera de fabricar el gis, sin suerte, para después empezar a importarla a su país.

Shin Hyeong-seok descubrió el Hagoromo en Japón cuando visitaba por una investigación en el funcionamiento de las escuelas intensivas. Entró a una sala de profesores y quedó hipnotizado por los colores del gis y desde ahí no pudo dejarlo. Daba la casualidad de que Takako Iwata, una de las hijas del dueño y nieto del fundador de Hagoromo, Takayasu Watanabe, fue a Corea del Sur a estudiar lo que le permitió a Shin acercarse a Watanabe. Aunque un poco escéptico, el señor Watanabe aceptó formar una relación comercial con el maestro, la cual duró más de una década.

Cuando Watanabe anuncia el cierre de su empresa, fue debido a que le diagnosticaron cáncer y sus hijos tenían sus propias carreras y no había quien se quedara con el negocio familiar. Debido a la relación que habían establecido, Shin Hyeong-seok le propuso llevar la tecnología a Corea del Sur para que él hiciera la tiza desde ahí y Watanabe aceptó.

«[Watanabe] Realmente trató de detenerme. Él dijo: ‘Eres un maestro sin experiencia en la fabricación […] no debes tomar esta decisión a la ligera”, declaró Shin Hyeong-seok en referencia a ese momento. «Le dije que creo que Hagoromo es la mejor tiza del mundo. Hay productos que están destinados a desaparecer a medida que cambian los tiempos, pero el producto de mejor calidad debería ser el último en desaparecer».

El maestro utilizó todos sus ahorros en aprender y perfeccionar la creación de Hagoromo, incluso Watanabe viajó a la fábrica en Corea del Sur para inspeccionar la calidad y darle su visto bueno. Fue así como se creó la empresa Sejongmall , que desde el 2016 produce la nueva tiza llamada Fulltouch Chalk, la nueva empresa productora del Hagoromo.

Aunque la tiza fue salvada, a muchas personas les molestó este movimiento ya que acusaban al señor Watanabe de traidor por transferir tecnología a Corea del Sur ya que le vendió a Sejongmall los derechos de marca y dos de sus máquinas. Incluso, la Asociación Japonesa de Arte con Tiza temía que lo produjeran de inferior calidad sólo para venderlo más barato y exportarlo a su país, obligando a los fabricantes de ahí a subcotizar.

Pero Takako Iwata, quien sirvió de intérprete entre Shin Hyeong-seok y Takayasu Watanabe, dijo que a su padre estas críticas no le importaban, el deseo de todos era no sólo conservar la creación del Hagoromo, sino también mejorar la relación entre los dos países. Iwata señaló que no sabían cómo se había vuelto tan querido su producto, que su papá no tenía idea sobre el número de seguidores que tiene la tiza en todo el mundo, incluso de cómo se ha vuelto en una especie de culto para las y los matemáticos alrededor del mundo.

El Sr. Watanabe se enteró del fenómeno debido al gran incremento de pedidos por parte de los estadounidenses que compraron suficientes cantidades para tener por décadas. Takayasu Watanabe falleció en Japón el 31 de Julio de 2020, pero su legendaria tiza continuará.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/hagoromo-el-rolls-royce-de-la-tiza
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