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Vamos a construir cinco ciudades en Marte

Un estudio de arquitectura español ha diseñado la construcción de cinco ciudades en Marte, donde podrían vivir un millón de personas en el año 2100. El punto vital del proyecto es su carácter sostenible, ya que está pensado para que la humanidad no repita los mismos errores que cometió en la Tierra a partir del proceso de industrialización.

Un innovador proyecto de arquitectos y científicos españoles plantea la construcción de cinco ciudades en Marte, que comenzarían a ser edificadas en 2054 y estarían concluidas en 2100. Albergarían en total a un millón de personas, en el marco de un sistema de vida y gestión urbana claramente sostenible y cooperativo.

La capital se llamaría Nüva y se ubicaría en Tempe Mensa, al norte del planeta rojo. La colonización de Marte tendrá que tener en cuenta inexorablemente las extremas condiciones de vida en ese planeta: serán ciudades verticales, desarrolladas en los acantilados marcianos para proteger a la población de la radiación y la presión atmosférica.

Las cinco ciudades marcianas dispondrán de todas las instalaciones necesarias para una vida confortable, como escuelas, hospitales, centros de ocio o espacios verdes, pero también serán estrictamente sostenibles. Se reducirá la cantidad de metros cuadrados disponibles por persona, tanto para vivienda como para producir alimentos. La comida provendrá mayormente de cultivos sostenibles o carne celular, disminuyéndose los alimentos de origen animal por su escasa sustentabilidad.

Según los autores del proyecto, que integran el estudio Abiboo, las complejas condiciones atmosféricas y climáticas harán imprescindible la cooperación permanente entre los habitantes para garantizar la supervivencia y el desarrollo. En definitiva, un espíritu de comunidad sostenible, racional e inteligente deberá guiar la gestión de estas ciudades marcianas, dándonos quizás una buena lección para vivir mejor en la Tierra.

Ciudades verticales y sostenibles

En el caso específico de Nüva, la ciudad que funcionaría como la capital, los especialistas pensaron en un centro urbano con enormes espacios perforados en la roca marciana y extensos túneles de varios kilómetros. En el interior de los túneles se ubicarían los habitáculos, los espacios verdes y estructuras en forma de cúpulas. El objetivo será poder recibir luz solar, pero logrando al mismo tiempo la imprescindible protección de la radiación.

Un aspecto vital es el diseño vertical de las ciudades, que garantiza una menor extensión de la superficie urbana. Al incrementar la densidad poblacional reduciendo la superficie, los expertos buscan una mayor cohesión urbana y social, que será crucial para el éxito del proyecto. Además, al ser desarrolladas sobre los acantilados marcianos las ciudades contarán con una mayor entrada de luz natural.

De acuerdo a un artículo publicado en Interesting Engineering, tanto la capital como el resto de los núcleos urbanos dispondrán de poblaciones reducidas en función de los parámetros que se manejan en la Tierra. Nüva, por ejemplo, está pensada para funcionar con alrededor de 250 mil personas. Esta característica facilitará la gestión sostenible de las ciudades marcianas.

Un desarrollo autónomo

Pero la sostenibilidad no incluye solamente cuestiones ambientales o sociales, sino también económicas. Los responsables del proyecto destacaron que la infraestructura a montar en Marte requerirá de una fuerte inversión inicial, pero que poco a poco deberá volverse autónoma y crecer sin ejercer presión sobre la Tierra o requerir recursos desmedidos desde nuestro planeta.

En ese sentido, se intentarán aprovechar los elementos y materiales disponibles en Marte, como por ejemplo el hierro. Al mismo tiempo, el agua marciana servirá para la producción de materiales orgánicos. En cuanto a la generación energética, las ciudades funcionarán integrando opciones foto voltaicas y sistemas de concentración solar, previéndose un apoyo o complemento mediante energía nuclear.

La humanidad parece estar lista para poblar otros planetas, pero persiste la duda sobre la forma en que utilizará los recursos: ¿destruiremos nuevamente el equilibrio natural como en la Tierra o sabremos convivir de forma inteligente con las necesidades ambientales? Quizás Marte nos brinde una primera respuesta.

Foto: Abiboo.

Video y podcast: editados por Pablo Javier Piacente en base a elementos y fuentes libres de derechos de autor.

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/vamos-a-construir-cinco-ciudades-en-marte.html

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Descubren cómo se produce el aprendizaje subconsciente

Se han identificado por primera vez los mecanismos cerebrales que permiten el aprendizaje por estímulos subconscientes. El hallazgo podría desembocar en nuevas estrategias terapéuticas para patologías mentales.

Un nuevo estudio internacional ha identificado por primera vez los procesos que tienen lugar en el cerebro de los animales cuando aprenden de estímulos visuales subconscientes. Los nuevos datos sobre cómo se produce exactamente este aprendizaje perceptivo inconsciente podrían conducir a tratamientos más eficientes para diferentes afecciones mentales.

La psicología, el psicoanálisis y otras ramas de las ciencias del comportamiento definen básicamente al subconsciente como todo aquello que se ubica «por debajo del umbral de la consciencia». En consecuencia, allí estaría la información en principio inaccesible durante la vida cotidiana, automática o consciente: la misma se manifestaría mediante el sueño, los lapsus, las metáforas y todas las expresiones que evaden la lógica consciente y, en cierto modo, el sentido común.

Sin embargo, el acceso a este nivel de la actividad cerebral también puede ser utilizado para concretar aprendizajes significativos, cuyo impacto puede ser incluso más duradero y eficiente que aquellos conseguidos mediante tareas conscientes. Por ejemplo, el denominado aprendizaje implícito se produce de forma inconsciente y sin esfuerzo: aprendemos sin pensar en dicha acción en concreto, por ejemplo mediante simples repeticiones.

Estímulos visuales subconscientes

Ahora, una nueva investigación conducida por especialistas de la Universidad KU Leuven de Bélgica y de la que también participaron investigadores del Hospital General de Massachusetts y la Universidad de Harvard, ha logrado comenzar a desentrañar los misterios inherentes al aprendizaje subconsciente, determinando los procesos que tienen lugar en el mismo mediante un estudio realizado en monos Rhesus. Según un comunicado, trabajaron sobre estímulos visuales que no son perceptibles conscientemente, y que sin embargo luego pueden ser recordados.

En la investigación, publicada en la revista Neuron, los expertos activaron parte del sistema de recompensa en la base del tallo cerebral de los monos, concretamente en el área tegmental ventral, liberando dopamina. Esta hormona no solamente es crucial para el placer y la felicidad: también cumple un papel vital en los procesos cognitivos y de aprendizaje.

Mientras desarrollaban esta acción, los investigadores mostraron imágenes prácticamente invisibles de rostros y cuerpos humanos a los monos, entre otros estímulos visuales difíciles de percibir de manera consciente, al mismo tiempo que les exigían otras tareas de gran complejidad.

Todo indicaba que en situaciones normales los animales no serían capaces de recordar los estímulos presentados: ¿qué pasaría, en cambio, al activar la base del tallo cerebral?

Importantes resultados

El experimento permitió comprobar que al activar la zona indicada del tallo cerebral los monos fueron capaces de reconocer y recordar los estímulos visuales subconscientes, en tanto que no lo lograron cuando la mencionada estimulación fue interrumpida. Según los científicos, esto demuestra que existe una relación directa entre esta región del cerebro y los estímulos subconscientes.

Además, remarcaron que pudo comprobarse que la dopamina incentiva el aprendizaje subconsciente. También expresaron que durante el experimento se activaron zonas de la corteza visual del cerebro y otras áreas importantes para la memoria.

En ese sentido, y teniendo en cuenta las semejanzas entre monos y humanos, los investigadores creen que al profundizar en estos conocimientos en futuros estudios será posible desarrollar nuevos tratamientos para enfermedades relacionadas con la producción de dopamina, como la depresión, las adicciones o el Parkinson.

Según el profesor Wim Vanduffel, uno de los responsables del estudio, «al comprobar los resultados en humanos y estimular áreas del cerebro que producen dopamina, podríamos permitir por ejemplo que las personas recuperen el habla más rápidamente o mejoren sus habilidades motoras después de un accidente o enfermedad», concluyó.

Referencia

Electrical stimulation of the macaque ventral tegmental area drives category-selective learning without attention. Sjoerd R. Murris et al. Neuron (2021).DOI:https://doi.org/10.1016/j.neuron.2021.02.013

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/descubren-como-se-produce-el-aprendizaje-subconsciente.html

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Los animales también practican distanciamiento social

Murciélagos, hormigas, monos y otras especies de animales practican el distanciamiento social de forma intuitiva cuando algún integrante de su grupo cercano está enfermo y podría infestarlos. Son prácticas naturales previas a la COVID-19 en los humanos.

Según establece un grupo de investigadores de Virginia Tech y otras universidades estadounidenses en un nuevo estudio, las prácticas intuitivas de distanciamiento social que llevan adelante distintas especies animales como los monos mandriles, las hormigas recolectoras o los murciélagos vampiro podrían ayudar a la humanidad a sobrellevar mejor la actual pandemia y otros desafíos similares en el futuro.

Mucho antes de la llegada de la COVID-19 y de la «globalización» del distanciamiento social entre los seres humanos, en la naturaleza existían métodos para detener la propagación de infecciones bacterianas, virales y parasitarias de los que podemos aprender. De acuerdo a un comunicado, las enfermedades infecciosas y el distanciamiento social se relacionan habitualmente en la naturaleza, a partir de la propia evolución de las especies a lo largo del tiempo.

Dana Hawley, autora principal del estudio, cree que “limitar las interacciones con los demás es una respuesta de comportamiento intuitiva cuando nos sentimos enfermos. Es algo que se observa en muchos tipos de animales en la naturaleza, pero los humanos a menudo reprimen este instinto por presiones económicas y de otra clase, asumiendo riesgos potenciales en forma individual y comunitaria”, expresó.

Diferentes reacciones según la especie

¿Cómo actúan los animales no humanos? En el marco del nuevo estudio publicado en la revista Science, los investigadores inyectaron a un grupo de murciélagos vampiro una sustancia que desencadena una reacción similar a una infección, pero que resulta inofensiva para estos mamíferos voladores. Teniendo en cuenta que se trata de una especie de fuerte comportamiento social, ya que naturalmente comparten prácticas como el acicalamiento o la alimentación comunitaria, los científicos querían estudiar especialmente sus reacciones.

Ante los efectos de la sustancia inoculada, como descenso en la actividad y otros síntomas similares a los que presenta una infección, los murciélagos redujeron notablemente sus interacciones sociales, principalmente el acicalamiento y las comidas en grupo. Los especialistas comprobaron que el letargo por el supuesto cuadro infeccioso reduce el contacto con los demás y que los vampiros enfermos se acicalan menos unos a otros.

En el mismo sentido, los investigadores destacan asimismo que los monos mandriles poseen prácticas sociales similares como el acicalamiento y aseo conjunto. Sin embargo, aquí las reacciones son diferentes, ya que los monos necesitan continuar con este tipo de prácticas para mantener su rol en la jerarquía social. Frente a esto, reducen el aseo grupal y practican distanciamiento social con los monos que no forman parte de su grupo familiar, manteniendo igualmente las prácticas dentro de su grupo de pertenencia, a pesar de los riesgos de contagio.

Las soluciones más radicales

Por otro lado, otras especies parecen tomar medidas más extremas, destacan los investigadores. Las hormigas recolectoras practican un “autosacrificio” cuando saben que están infestadas. Se retiran directamente de su grupo para vivir una existencia solitaria que, en esta clase de insectos, es prácticamente un suicidio. Sin embargo, se sacrifican para mantener a salvo al resto de la colonia y para preservar los genes de la especie.

Las abejas, en tanto, son más expeditivas. Cuando una de las integrantes de la colmena está enferma, es literalmente empujada a golpes por otras abejas y expulsada de la comunidad, protegiendo de esta forma al conjunto y, sobretodo, a la sacrosanta abeja reina. De forma más activa o pasiva, el distanciamiento social se concreta intuitivamente en la naturaleza.

¿Qué lecciones podemos aprender los humanos de estos comportamientos? Según los científicos, las actitudes de las distintas especies animales deberían hacernos comprender la trascendencia del distanciamiento social y otras prácticas de prevención sanitaria en el marco de pandemias como la actual u otras situaciones similares. La cuestión crucial parece ser entender el peso que puede tener el comportamiento y la responsabilidad individual en el destino de la sociedad en general.

Referencia

Infectious diseases and social distancing in nature. Dana Hawley et al. Science (2021).DOI:https://doi.org/10.1126/science.abc8881

Foto:

Los monos mandriles continúan cuidando a los miembros de la familia enfermos, mientras que evitan activamente a otros afectados por infecciones que no sean sus parientes cercanos. Imagen: Yomex Owo en Unsplash.

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/los-animales-tambien-practican-distanciamiento-social.html

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Un nuevo sistema de realidad virtual mide el desempeño cognitivo

Una herramienta de realidad virtual aporta datos cognitivos claves, como la capacidad de atención, de memoria y de resolución de problemas. Además, trabaja sobre habilidades operativas y ejecutivas en personas sanas o afectadas por enfermedades neurológicas.

Una innovación tecnológica desarrollada en la Universidad de Texas en Dallas permite evaluar mediante realidad virtual la atención, la memoria y la capacidad de resolución de problemas en entornos del mundo real. Hace posible descubrir la importancia de las estrategias en la capacidad operativa y ejecutiva, colaborando con personas sanas y también en los casos de patologías mentales donde estas funciones se encuentran limitadas.

La realidad virtual suele relacionarse en forma inmediata con el mundo del entretenimiento y los videojuegos, pero sus aplicaciones son mucho más variadas. En el campo de la ciencia, la mayoría de las especialidades la están utilizando para diseñar experimentos y pruebas más realistas, que involucran en mayor profundidad a los participantes.

Una nueva investigación desarrollada en la Universidad de Texas en Dallas se centra en aplicar técnicas de realidad virtual para evaluar aspectos cognitivos claves. De acuerdo a un comunicado, el objetivo no es solamente determinar el desempeño de las personas en cuanto a su capacidad de memoria o atención, sino principalmente utilizar esos datos para optimizar sus habilidades ejecutivas y operativas.

El papel de las estrategias y la planificación

Por ejemplo, los investigadores aplicaron herramientas de evaluación de la capacidad funcional con tecnologías de realidad virtual en un grupo de más de cuarenta estudiantes universitarios.

En esa prueba, obtuvieron importantes conclusiones sobre la importancia de las estrategias al momento de aprovechar nuestra capacidad operativa y ejecutiva en la resolución de problemas en el mundo real.

Para Daniel Krawczyk, uno de loa autores del estudio, “este trabajo indica que nuestras estrategias tienen un efecto trascendente en la capacidad operativa y ejecutiva. Si iniciamos una tarea preparada previamente con un plan, sacaremos el máximo provecho de nuestro cerebro y veremos un mayor nivel de rendimiento”, indicó.

Problemas de la vida cotidiana

Para llegar a estas conclusiones, los expertos trabajaron con una prueba sencilla: solicitaron a los voluntarios que memorizaran productos e ingredientes de una “cocina virtual”, para posteriormente confeccionar una lista de compras que pudiera satisfacer determinados objetivos e intereses.

Además de poder evaluar aspectos como la capacidad de atención o de memoria de trabajo, que también son claves para arribar a conclusiones en cuanto a aspectos cognitivos, se centraron en las habilidades ejecutivas y operativas de los participantes para resolver problemas del mundo real y cotidiano.

Hallaron que aunque las capacidades de atención y memoria eran importantes para el rendimiento operativo, no eran la condición predominante para el éxito en la resolución de las tareas.

Encontraron que las estrategias cumplen un papel crucial en la optimización de las habilidades ejecutivas, incluso por encima de otras variables cognitivas.

En definitiva, los voluntarios que diseñaron un plan para elegir ingredientes y luego para realizar las compras consiguieron óptimos resultados en términos de eficiencia, aunque por otro lado no hayan registrado los mejores indicadores en cuanto a memoria o atención.

Optimizar habilidades

De acuerdo a las conclusiones del estudio, publicado en la revista Computers in Human Behavior Reports, la memoria de trabajo de los participantes no estaba relacionada directamente con lo bien que realizaban la tarea.

En consecuencia, descubrieron que dos personas pueden dedicar la misma cantidad de tiempo a una tarea y cometer el mismo número de errores, pero sin embargo tener capacidades de memoria de trabajo totalmente diferentes.

Este hallazgo volvió a poner en valor las conclusiones en torno a la importancia de la estrategia. Para los investigadores, si se optimiza este recurso es mucho más probable arribar a resultados positivos al momento de encarar la resolución de problemas en el mundo real.

Por último, los científicos destacaron que la aplicación de estas herramientas de realidad virtual puede ser de gran utilidad para incrementar la eficacia operativa y ejecutiva en personas sanas, pero al mismo tiempo para diseñar nuevas estrategias de intervención terapéutica en personas con patologías limitantes de estas habilidades.

Referencia

Functional performance in a virtual reality task with differential executive functional loads. Zhengsi Chang, Brandon Pires and Daniel Krawczyk. Computers in Human Behavior Reports (2020).DOI:https://doi.org/10.1016/j.chbr.2020.100035

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/un-nuevo-sistema-de-realidad-virtual-mide-el-desempeno-cognitivo.html

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Los niños confían en lo que escuchan y los adultos en lo que ven

Al percibir las emociones en una situación determinada, los niños pequeños muestran un fuerte dominio auditivo y priorizan aquello que pueden oír. Sin embargo, los adultos se desenvuelven más mediante información visual.

La percepción de las emociones está fuertemente guiada por estímulos auditivos en los niños, de acuerdo a una nueva investigación realizada en la Universidad de Durham, en el Reino Unido. Sin embargo, los adultos confían en mayor medida en aspectos visuales a la hora de desenvolverse en el mundo de las emociones.

Según un comunicado, los científicos descubrieron patrones que hacen posible profundizar en la forma en la cual los niños reconocen las emociones y las procesan. El estudio, publicado en la revista Journal of Experimental Child Psychology, puede ser de gran utilidad para padres y educadores, que necesitan “conectar” emocionalmente con los pequeños.

Al mismo tiempo, un mayor conocimiento sobre el procesamiento emocional infantil puede aportar nuevas y valiosas herramientas para estimular el desarrollo de niños con patologías como el autismo, entre otras problemáticas.

La investigación de los científicos británicos se dividió en tres grupos de edad diferentes: hasta los 7 años, entre los 8 y los 11 años y participantes con más de 18 años de edad.

Profundizando en el mundo de las emociones

El estudio incluyó la visualización de imágenes y la audición de material sonoro y vocal en el cual se transmitían emociones de todo tipo, como por ejemplo felicidad, tristeza, temor o enojo.

Tanto el contenido visual como el auditivo fueron presentados en forma independiente, intercalada, combinando o contrastando ambos registros. En cada caso, los participantes en el estudio fueron consultados acerca de la emoción predominante en cada ejemplo.

Al analizar los resultados, los especialistas británicos hallaron que los voluntarios adultos que se ubicaban en el grupo de más de 18 años de edad presentaban notables diferencias en las pruebas, con respecto a los niños que formaban parte de los otros dos grupos.

Dos acercamientos diferentes

Los adultos basaron su evaluación emocional en lo que podían ver, mientras que los niños pequeños confiaron en lo que podían oír. De esta forma, los participantes de mayor edad privilegiaron claramente el material visual presentado para definir a las emociones, en tanto que los niños se basaron en los contenidos auditivos aportados por los investigadores.

Los expertos remarcaron que su estudio es la primera evidencia de dominio auditivo en niños que utilizan estímulos emocionales, una característica que al mismo tiempo se logra confrontar con la elección visual de los adultos.

Además, la investigación demuestra que los niños no son capaces de procesar las incongruencias o divergencias entre la información auditiva y la visual, mientras que los adultos logran captar igualmente el contenido emocional, a pesar de esa discordancia.

Desconexión cerebral y reconocimiento de las emociones

Estudios previos en recién nacidos habían constatado, por otro lado, una falta de conexión entre las regiones visuales o auditivas y las áreas emocionales del cerebro, que hace imposible que logren relacionar tanto los estímulos visuales como los auditivos con emociones concretas.

En consecuencia, cabría preguntarse si el predominio de la información auditiva en los niños no supone un nuevo proceso que supera la desconexión inicial en los bebés. Un nuevo e interesante campo de investigación podría ser hallar las relaciones entre el comportamiento de los recién nacidos, los niños y los adultos en cuanto a la interpretación emocional.

Aunque el reconocimiento efectivo de las emociones es imperativo para desenvolverse con éxito en situaciones sociales, y precisamente no aparece en trastornos como el autismo, las investigaciones previas se han centrado principalmente en estudiar los estímulos emocionales de forma aislada. Con un enfoque multimodal, la nueva investigación aporta una mayor riqueza al momento de analizar estas cuestiones.

Referencia

Children cannot ignore what they hear: Incongruent emotional information leads to an auditory dominance in children. Paddy Ross, Beth Atkins, Laura Allison, Holly Simpson, Catherine Duffell, Matthew Williams and Olga Ermolina. Journal of Experimental Child Psychology (2021).DOI: https://doi.org/10.1016/j.jecp.2020.105068

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/los-ninos-confian-en-lo-que-escuchan-y-los-adultos-en-lo-que-ven.html

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Las obras de arte más antiguas hablan de hambre

Las obras de arte más antiguas conocidas hasta el momento, las denominadas “figurillas de Venus”, tienen un origen dramático: reflejan los problemas de alimentación relacionados con una época de hambre.

Las esculturas más antiguas de la humanidad están relacionadas con el cambio climático e inconvenientes en la dieta en un período extremadamente complejo y atravesado por el hambre, de acuerdo a una investigación realizada por científicos del Campus Médico Anschutz de la Universidad de Colorado. De acuerdo a un comunicado, las “figurillas de Venus” fueron creadas en momentos de estrés nutricional extremo.

Se tratan de uno de los primeros ejemplos del arte producido por el hombre, y fueron talladas hace unos 30.000 años. Las enigmáticas esculturas denominadas “figurillas de Venus” desconciertan a la ciencia desde hace casi dos siglos. Ahora, una nueva investigación publicada en la revista Obesity entrega indicios concretos sobre su verdadero origen, que es mucho más dramático con respecto a la mayoría de las suposiciones y teorías que se conocen hasta hoy.

Gran parte de los analistas y expertos sostenían hasta el momento que estas esculturas eran símbolos de belleza o fertilidad, reflejando el ideal femenino de su época de creación. En otras palabras, una obra con fines meramente estéticos. Por el contrario, los especialistas estadounidenses que llevaron adelante el nuevo estudio creen que su motivación fue más urgente y dolorosa: sostienen que representan al cuerpo femenino dotado de las condiciones necesarias para la procreación en un contexto de hambre y necesidades.

La investigación establece que un escenario marcado por las consecuencias de un proceso de cambio climático generó en las sociedades de la época complejas situaciones para la supervivencia. Una alimentación pobre y escasa tenía como resultado mayores inconvenientes de los habituales para que las mujeres pudieran desarrollar a término su embarazo. En cierto modo, las “figurillas de Venus” serían el ideal femenino con las características físicas indicadas como para llegar a dar a luz.

Hambre y cambio climático

En la época de los cazadores-recolectores de la Europa de la Edad de Hielo, momento en el que surgieron estas obras de arte, la obesidad era algo prácticamente inexistente. Un período caracterizado por un descenso abrupto de las temperaturas, en el cual el alimento escaseaba y el hambre era la ley, no conocía del sobrepeso. Sin embargo, las representaciones artísticas expresaban el ideal necesario para la reproducción de la especie y su continuidad.

Según Richard Johnson, autor principal del estudio, “estas obras transmitían ideales de tamaño corporal para mujeres jóvenes, y especialmente para aquellas que vivían cerca de los glaciares. Descubrimos que las proporciones de tamaño corporal eran más altas cuando los glaciares avanzaban, mientras que la obesidad disminuía cuando el clima se calentaba y los glaciares retrocedían», explicó.

En el contexto indicado, la obesidad se convirtió en un ideal a alcanzar. Era promovido en un escenario de escasez, entendiendo que una mujer obesa era capaz de mantener un embarazo hasta el final y culminarlo felizmente en el alumbramiento. Por el contrario, las mujeres más delgadas o jaqueadas por el hambre perdían sus embarazos o incluso perecían en el parto.

En consecuencia, Johnson agregó que “las figurillas surgieron como una herramienta ideológica para ayudar a mejorar la fertilidad y la supervivencia de la madre y los recién nacidos. El arte tuvo una función significativa al enfatizar la salud y la supervivencia, para adaptarse a condiciones climáticas cada vez más austeras y extremas”, concluyó.

Si el arte refleja muchas veces las condiciones sociales, en este caso fue una especie de luz al final del túnel para sociedades que se veían afectadas por la escasez, un clima riguroso y otras condiciones que no eran precisamente esperanzadoras. El ideal de la mujer obesa encarnado en las “figurillas de Venus” era precisamente la esperanza de un futuro posible.

Referencia

Upper Paleolithic Figurines Showing Women with Obesity may Represent Survival Symbols of Climatic Change. Richard J. Johnson et al. Obesity (2020).DOI: http://dx.doi.org/10.1002/oby.23028

Imagen: Richard J. Johnson et al / CU Anschutz.

Fuente:  https://tendencias21.levante-emv.com/las-obras-de-arte-mas-antiguas-hablan-de-hambre.html

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A la Inteligencia Artificial le falta sentido común

Aunque se han registrado notables avances en cuanto al procesamiento del lenguaje natural, los dispositivos de Inteligencia Artificial no disponen aún del sentido común necesario para comprender la comunicación humana.

Los robots y otros dispositivos que trabajan en base a los desarrollos de la Inteligencia Artificial han progresado considerablemente en los últimos años en cuanto al procesamiento del lenguaje, pero carecen de una habilidad básica para desenvolverse de manera solvente al comunicarse con el ser humano: sentido común.

De acuerdo a los resultados de una investigación realizada por científicos de la Universidad del Sur de California, en Estados Unidos, las máquinas generan oraciones sin sentido y no conectan con la vida humana cotidiana.

Existen generadores de textos por máquina que se sustentan en desarrollos de Inteligencia Artificial para crear piezas textuales con coherencia y lógica, pero más allá de estos avances la realidad es que los dispositivos robóticos no entienden en profundidad aquello que leen o redactan.

Obtienen su habilidad de la repetición de patrones que han adquirido en sesiones de entrenamiento o a través de técnicas de aprendizaje profundo, pero les falta algo básico: el sentido común que otorga el conocimiento de la realidad cotidiana.

Perros que lanzan frisbees

Según un comunicado, los investigadores estadounidenses han comprobado mediante diferentes experimentos que las máquinas reconocen las palabras y las agrupan lógicamente, pero fallan cuando debe aplicarse el sentido común. Por ejemplo, al proponerles que construyan una oración a partir de las palabras «perro, frisbee, lanzar, atrapar», una de las respuestas fue la frase: «Dos perros se lanzan frisbees».

Aunque la misma tiene lógica en función de la combinación de los vocablos aportados y en cuanto a la sintaxis, no dispone de sentido común: las máquinas no saben que los perros no pueden lanzarse frisbees entre ellos. Esto deja en claro que los dispositivos necesitan adquirir el conocimiento intuitivo de la vida humana cotidiana para poder llegar a comunicarse de una forma convincente y natural.

Los bebés y los niños desarrollan sus habilidades comunicacionales a partir de la capacidad de componer oraciones utilizando conceptos comunes, que reconocen en el entorno que los rodea.

De esta forma, un niño sabe que los perros no pueden lanzarse frisbees porque lo ha experimentado en su vida diaria, al entrar en contacto con sus propias mascotas, mediante la observación directa o porque sus padres se lo han remarcado. ¿Podrían las máquinas y los dispositivos de Inteligencia Artificial adquirir esta capacidad en algún momento?

Sin sentido común

Los expertos de la Universidad del Sur de California quisieron comprobarlo, o como mínimo determinar el estado actual de estos sistemas y conocer cuánto camino les queda por recorrer. Desarrollaron un sistema artificial de generación de textos denominado CommonGen, y lo probaron en diferentes circunstancias.

Los especialistas explicaron que su sistema se puede utilizar como punto de referencia para probar el sentido común generativo de las máquinas. Los investigadores presentaron un conjunto de datos con 35.141 conceptos, asociados mediante 77.449 oraciones.

Los resultados indicaron que incluso el modelo de mejor rendimiento alcanzó solamente una tasa de precisión del 31,6%, frente al 63,5% alcanzado por los seres humanos bajo las mismas condiciones.

Errores tontos

De acuerdo a Bill Yuchen Lin, uno de los especialistas responsables de la investigación, “fue sorprendente comprobar que las máquinas no pudieran recordar un simple conocimiento basado en el sentido común, el cual indica que un humano lanzando un frisbee debería ser mucho más razonable que un perro haciéndolo. Y esto a pesar de haber sido entrenadas al respecto”, explicó.

“Descubrimos que incluso el modelo más sólido y efectivo, después de entrenar con un gran conjunto de datos y en base a técnicas de aprendizaje profundo de vanguardia, aún puede cometer errores tontos”, agregó.

Los científicos seguirán trabajando a futuro en nuevas técnicas de entrenamiento, buscando descubrir finalmente si el límite de la Inteligencia Artificial es el sencillo y cotidiano sentido común humano.

Referencia

CommonGen: A Constrained Text Generation Challenge for Generative Commonsense Reasoning. Bill Yuchen Lin, Wangchunshu Zhou, Ming Shen, Pei Zhou, Chandra Bhagavatula, Yejin Choi and Xiang Ren. arXiv (2020).

Imagen de portada:

A pesar de los avances en el procesamiento del lenguaje en los sistemas de Inteligencia Artificial, las máquinas siguen produciendo oraciones sin sentido común como: “Dos perros se lanzan frisbees el uno al otro”. Ilustración: Adriana Sánchez.

Video y podcast: editados por Pablo Javier Piacente en base a elementos y fuentes libres de derechos de autor.

Fuente: https://tendencias21.levante-emv.com/a-la-inteligencia-artificial-le-falta-sentido-comun.html

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