14 de diciembre de 2016 / Fuente: http://blog.tiching.com/
Por: Paco Montero
Hace unos años, reflexionando sobre mi práctica docente, me di cuenta de que en muchas ocasiones los profesores entramos a la salas de profesores con un comentario tipo: “Qué clase me han dado los de 3º A. Milena y Ramón –nombres ficticios- son insoportables”. Y pensé que había que cambiar esa dinámica. Inicié en mi blog “Estoy en ello” un apartado de “Homenajes” a los alumnos, que, a día de hoy, va por 111 entradas.
Bien es cierto que lidiar con adolescentes todos los días de un curso genera a veces mucho cansancio y estrés por las actitudes de algunos en el aula y decepción por la falta de compromiso hacia el trabajo. Cada vez más, pienso que es necesario hablar bien de nuestros alumnos: en privado, en público, en la red, en sus redes. Y lo digo muy convencido, porque genera efectos multiplicadores. Decirle a un chico/a de 12 o 15 años “Yo creo en ti”, “Tú eres capaz” … ayuda a construir a la persona. Provocarles con su propia frase “¿Qué somos, leones o “huevones?” o con un más comedido “Te reto a que me demuestres tu talento” genera inmediatamente motivación.
Subir una foto a Instagram en la que muestras a un grupo trabajando en el aula en equipo o en el taller de tecnología, o simplemente mostrando un gesto de cariño o de ayuda, provoca una cascada de “Me gusta” en dicha red –limitada quizás al grupo que se ve interpelado y algún que otro compañero profesor que andaba por allí-. Dedicarle –a un alumno concreto o a un grupo- un artículo en tu blog en el que hablas de su capacidad de análisis, su creatividad, su esfuerzo e implicación, su resistencia para no tirar la toalla, ayuda a poner en valor su trabajo, y les hace sentirse muy bien: orgullosos, queridos en su persona y en su tarea, por lo que han sido capaces de producir. Mencionarles en Twitter por algo que hacen bien hace que te busquen al día siguiente para darte las gracias. Dedicarles un vídeo en Youtube mientras aplican una metodología diferente –Critical Friends- que les invita a ayudarse mutuamente es algo que valoran muy positivamente.
Seguramente, los psicólogos y pedagogos expertos en psicología positiva y psicología emocional tienen mucho que decir al respecto. Yo me muevo por intuiciones, y también por emociones. Hago lo que creo que puede ayudar a mis alumnos a crecer y aprender mejor. Y por supuesto, muchas veces no acierto.
¿Quieres más ejemplos?
¿Y si les dices que son los mejores ingenieros de 12 años que conoces? ¿o que han trabajado muy bien por ejemplo con mapas mentales, una metodología de la que no habían oído hablarantes? ¿o que saben hacer cosas que tú no sabes hacer? ¿O que te lo pasas muy bien con ellos fuera del colegio haciendo cosas diferentes a las del aula? ¿o que sus padres y compañeros les aprecian por lo que son?
Hay que estar dónde los alumnos están. Eso genera relaciones y complicidades, buenas dinámicas de aula, compromisos. Las relaciones entre profesores y alumnos han cambiado. Y no estoy hablando de “colegueo”. Hablemos bien de nuestros alumnos, por favor.
Fuente artículo: http://blog.tiching.com/hablemos-bien-de-nuestro-alumnado/