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Reforma fiscal en EUA. Impactos en educación superior

Por: Roberto Rodríguez

Por un pelito, pero fue aprobada en el Senado, el sábado pasado, la propuesta de Donald Trump de reforma fiscal. Fueron 51 votos a favor, 49 en contra. De los senadores de la cámara alta estadounidense toda la bancada republicana, excepto el senador Bob Corker, representante de Tennessee, respaldaron la iniciativa, ello fue suficiente para conseguir la aprobación. Previamente, a mediados de noviembre, y también sobre la base de la mayoría republicana, la iniciativa fue avalada por 227 de los 435 diputados.

Con la aprobación en ambas cámaras, es un hecho que la reforma fiscal procederá. Sin embargo, faltan detalles porque los textos aprobados en cada instancia incluyen modificaciones a la propuesta original y son, en varios puntos, diferentes entre sí. De aquí a fin de año se requiere una versión unificada que, de nueva cuenta, pase por la aduana de las cámaras y alcance rango de ley. (Resumen y principales datos).

Se trata de una reforma importante, seguramente acá la llamaríamos “estructural”, que modifica el régimen fiscal vigente en Estados Unidos desde 1986. El dato más destacado es la propuesta de reducción del impuesto corporativo, el que se cobra a las ganancias de las empresas, del 35 al 20 por ciento. La justificación de la medida es, por un lado, incentivar el retorno de capitales, y por otro, incrementar la tasa de ganancia del capital. Ambos procesos derivarían, ese es la hipótesis, en un mejor perfil de crecimiento y empleo a mediano y largo plazo.

El gobierno espera que la reforma se traduzca en la repatriación de, aproximadamente, 2.5 miles de millones de dólares, pero también se estima que su aplicación puede reducir en al menos mil millones de dólares los ingresos fiscales en los próximos diez años. El escenario de pérdidas fiscales, que solo podrá compensarse con una pauta de crecimiento económico sostenido, se aborda en la propuesta de reforma a través de nuevas cargas impositivas sobre diversos tipos de actividad, y también mediante la eliminación o restricción de los rubros autorizados para la deducibilidad de impuestos.

Uno de los sectores que serán afectados por las nuevas disposiciones es la educación superior. Al respecto, quienes han analizado el tema distinguen entre las implicaciones para las instituciones, y las correspondientes a los sujetos que participan en el sistema, principalmente los estudiantes y sus familias. La distinción es desde luego válida para entender el alcance de las reformas en sus distintos ámbitos de aplicación, aunque debe entenderse que los dos aspectos -carga fiscal sobre las universidades y sobre los estudiantes- están inexorablemente vinculados.

Uno de los nuevos impuestos sobre las instituciones es el denominado “Endowment-Tax”, esto es el gravamen de 1.4 por ciento sobre los ingresos devengados por inversiones basadas en los fondos patrimoniales universitarios. La medida se aplicaría, en la versión aprobada por diputados, a las instituciones con al menos quinientos estudiantes y cuya reserva supera 250 mil dólares por estudiante de tiempo completo. Esta opción afectaría a unas 60 universidades públicas y privadas, aquellas con mayores recursos patrimoniales. La versión aprobada por el Senado, previo lobbying de las agrupaciones universitarias, se concentra en las instituciones con reservas superiores a medio millón de dólares por estudiante. Esta versión reduce a la mitad el número de universidades afectables. Habrá que aguardar a la versión de consenso para apreciar el alcance de la medida.

La reforma limita, además, la deducibilidad de impuestos por aportaciones a las universidades vía donativos altruistas, soporte económico de actividades deportivas o culturales, y aportaciones a fundaciones universitarias. Todo ello representa una limitación para el incremento de los ingresos extraordinarios de las instituciones por vía de donativos, lo que en Estados Unidos es una alternativa financiera relevante.

Para los estudiantes hay también repercusiones negativas. La iniciativa original proponía contabilizar las exenciones de pagos escolares, principalmente a los alumnos de posgrado, como ingresos económicos gravables. Los estudiantes tendrían que sumar dichas exenciones a sus ingresos totales y pagar los impuestos correspondientes. Afortunadamente la idea no fue bien recibida por el Congreso y se eliminó de la propuesta.

Pero sí quedaron vivas disposiciones para aplicar impuestos al trabajo de estudiantes de posgrado, mayoritariamente los de doctorado, en calidad de asistentes de investigación y docencia. Además, se propone reducir las deducciones por intereses abonados a los préstamos estudiantiles, limitar el crédito tributario del programa “Hope Scholarship”, el crédito fiscal por concepto de aprendizaje continuo (life-long learning) y las deducciones a favor de las empresas por concepto de asistencia educativa a sus empleados.

De momento el organismo American Council on Education ha apoyado el interés de instituciones y estudiantes al visibilizar y explicar las repercusiones de la reforma, y cabildear con legisladores (véase). Es de esperarse, sin embargo, que la aprobación de la ley genere protestas mucho más airadas. Habrá que ver.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/reforma-fiscal-en-eua-impactos-en-educacion-superior/

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COMIE. El congreso invisible

Roberto Rodríguez

Del 20 al 24 de noviembre de 2017 se celebró el XIV Congreso Nacional de Investigación Educativa (CNIE) en San Luis Potosí. Esta edición  fue convocada bajo el lema “Aportes y desafíos de la investigación educativa para la transformación y la justicia social”, enunciado que no expresa una orientación temática, pues los CNIE abren su convocatoria a una muy amplia diversidad de áreas de conocimiento del campo educativo, sino la preocupación y el compromiso del organismo convocante, el Consejo Mexicano de Investigación Educativa (COMIE), en torno a la urgencia de emprender los cambios educativos indispensables para superar las condiciones de desigualdad y rezago que aún prevalecen en nuestro medio.

Me tocó participar en el evento como ponente y en las “conversaciones educativas” que forman parte del programa. Me tocó también presenciar y admirar el enorme esfuerzo de coordinación y logística para hacer funcionar, sin mayores contratiempos, esa especie de circo de cinco pistas en que se distribuyeron las tareas del congreso. Digo esto porque un acto académico de la magnitud del CNIE tuvo que ser repartido en varias sedes institucionales: la Universidad Autónoma (campus central y externo), la Universidad Politécnica, la Benemérita y Centenaria Normal del Estado, y el Centro de Convenciones de la ciudad.

Se registraron al XIV CNIE cerca de tres mil personas, en números redondos. De esa cifra, aproximadamente tres cuartas partes tendría algún tipo de participación, como ponentes, panelistas, conferencistas, comentaristas, entre otras modalidades. Los números del evento, de acuerdo a lo reportado en la publicación “XIV Congreso Nacional de Investigación Educativa. Cifras básicas” (Revista Mexicana de Investigación Educativa, núm. 75, 2017), son en verdad impresionantes (véase).

A partir de la convocatoria formal (20 de febrero 2017), se sometieron a revisión 2,337 ponencias, de las cuales fueron aceptadas, previo dictamen académico, solo la mitad (1,183). También fueron propuestos 75 simposios (aceptados 61), 144 presentaciones de libros (aceptadas 121), 101 carteles (aceptados 55), entre otros formatos. En el proceso de revisión de ponencias colaboraron casi un millar de dictaminadores (998), cifra expresiva de la densidad de la comunidad de investigación educativa del país.

El volumen de ponencias del congreso se distribuyó en las 16 áreas de conocimiento organizadas por el comité científico, integrado este último por socios del COMIE con especialidad, publicaciones y experiencia en ellas. La coordinación de este comité, tarea nada sencilla y que consume prácticamente un año, se encargó a la doctora Marisol Silva Laya, de la Universidad Iberoamericana, quien cumplió la tarea con todo profesionalismo y eficacia y buen trato.

Notable también la tarea cumplida por el comité local, coordinado por la doctora Dra. Yolanda López Contreras del Departamento de Educación Normal del estado. La responsabilidad de este órgano consistió en la planeación logística del evento, la obtención y gestión de recursos para financiar su operación en la sede, así como la contratación de servicios diversos. Sin duda el de San Luis Potosí ha sido uno de los congresos mejor organizados en este renglón y ello se debe al muy eficiente y siempre atento trabajo del comité local.

No menos importante y de trascendencia el papel del comité directivo del COMIE. Destaco tres nombres, la presidenta en funciones, doctora Rosa María Torres, de la UPN, la vicepresidenta, ya designada presidenta y en funciones a partir de 2018, doctora Angélica Buendía, de la UAM Xochimilco, y el doctor Juan Fidel Zorrilla, del IISUE de la UNAM, tesorero de la asociación. Me consta, porque pude verlo, su trabajo incansable para conseguir recursos, la convocatoria y coordinación de los órganos colegiados del COMIE, y sobre todo de buena voluntad al servicio del: asegurar la buena marcha del congreso y ratificar el liderazgo del COMIE en el campo de la investigación educativa del país.

Otro de los grandes aciertos, la convocatoria y realización del IV Encuentro Nacional de Estudiantes de Posgrado en Educación (ENEPE). Se trata de un evento preliminar al congreso, en la misma sede, y consiste en la presentación de ponencias, generalmente resultados de investigación de tesis de posgrado en proceso, que ofrece una ventana del para conocer, digamos, a la cantera de la investigación educativa del país. En esta ocasión se aceptaron una cincuentena de presentaciones y, con la colaboración de investigadores experimentados que participaron en calidad de comentaristas, los académicos en proceso de formación pudieron presentar sus metodologías y hallazgos.

Novedosa y sobre todo muy útil la aplicación digital diseñada para el congreso. En lugar de programas impresos los participantes con teléfono celular tenían, en la palma de la mano, todo el mapa de navegación del evento e incluso medios para comunicarse con los congresistas. Vale la pena la mención y felicitación.

Todo el enorme esfuerzo de organización hizo fluir las actividades del congreso, de punta a punta, de la inauguración a la clausura. Es esa la parte “invisible” del principal acto académico de la comunidad de investigación educativa del país. Como tal, el congreso dura apenas una semana. Su preparación un par de años.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/comie-el-congreso-invisible/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2017/11/MG_4449-300×20

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Un dilema universitario: Más autonomía o más gobernanza

Por: Roberto Rodríguez

El Estado contemporáneo enfrenta un dilema básico: instrumentar soluciones que respondan a las demandas sociales de acceso y participación en la distribución de recursos, y al mismo tiempo cumplir con metas de crecimiento económico y satisfacción de compromisos de eficacia y transparencia en la gestión. Buena parte de la discusión académica en torno a las condiciones de gobernabilidad aborda tal dilema, el cual se expresa, entre otros aspectos, en un continuo debate acerca de las condiciones y prácticas democráticas.

Los límites de la gobernabilidad instituida se concentran en las relaciones entre la autoridad y la ciudadanía en los procesos generales y particulares de toma de decisiones. El modelo democrático republicano convencional ofrece como respuesta la representación ciudadana a través de partidos y la división de poderes. Tal esquema tiende al agotamiento a medida en que la representación social se integra a las esferas del Estado y el gobierno, y a medida en que los partidos y los legisladores pierden contacto con la base ciudadana fuera de coyunturas electorales. Por ello, se han abierto paso formulaciones alternativas centradas, en su conjunto, en la noción de gobernanza.

El concepto moderno de gobernanza alude a la operación de principios de gobierno y gestión pública que se apoyan en la participación activa de grupos y organizaciones que no forman parte integral del mismo, que se distinguen de las entidades de la administración pública y el sistema de partidos. La creciente participación de grupos de interés en procesos de gobierno incluye una amplia gama de prácticas, que van desde la consulta de opiniones en torno a determinadas políticas, reformas, innovaciones y otros procesos de cambio, hasta opciones de incidencia, más o menos reguladas, en procesos de toma de decisiones.
Mientras que la gobernabilidad se entiende como un fin central de la actividad política, la gobernanza es uno de los medios para conseguirla. Por varias razones: amplía las bases sociales de legitimidad de la acción gubernamental; mejora la eficiencia de la gestión pública; amplifica el conocimiento y la pericia (expertise) que soporta el diseño de políticas y programas, así como la toma de decisiones de gobierno. Uno de los temas de mayor relieve al que se vincula la idea de gobernanza pública remite al desarrollo de mecanismos de vigilancia y control sobre el ejercicio gubernamental, así como a las exigencias de transparencia y rendición pública de cuentas.

Tal perspectiva de gobernanza ha resultado de utilidad para sistematizar y orientar procesos de gobierno en ámbitos nacionales y también supranacionales. Dada la tendencia mundial de configuración y operación de bloques, alianzas y sistemas de orden multinacional, principalmente concentrados en la comercialización de bienes y servicios, aunque con implicaciones en el sector laboral, la movilidad de personas, la cooperación en áreas de interés compartido, entre otros elementos, la idea de gobernanza trasnacional o global se enfoca sobre esa problemática y comprende aspectos tales como la regulación del comercio internacional, el desarrollo de plataformas normativas de jurisdicción internacional, el desarrollo de tratados y acuerdos sobre la diversidad de temas que comprende la dinámica de la globalización, las fórmulas de cooperación y negociación, así como la solución de conflictos y controversias, por mencionar sólo.

No obstante la atribución conceptual de sus ventajas, el diseño práctico de fórmulas de gobernanza corre riesgos de formalismo e ineficacia en aquellos casos en que la asociación entre agentes gubernamentales y organizaciones civiles es un requisito burocrático antes que una fórmula eficaz de gestión. Varios autores han hecho notar, por otra parte, que las soluciones de gobernanza pueden ser acaparadas por grupos de interés que concentran la representación de sectores económicos y sociales dominantes, de modo tal que una gobernanza técnica tiende a desplazar la representación democrática de la sociedad.

Las reformas contemporáneas en el ámbito de la gestión gubernamental, en particular la planeación y administración de los órdenes de gobierno así como el desarrollo de políticas públicas, a través de instrumentos de gobernanza y nueva gerencia pública, se ha traducido, entre otras expresiones, en la conformación de una variedad de instancias y organizaciones, con autonomía plena o relativa del Estado, que cumplen funciones de consulta, vinculación, supervisión y control del ejercicio gubernamental. El conjunto de vínculos institucionales formales e informales entre actores gubernamentales y no gubernamentales, estructurados alrededor de intereses compartidos en la hechura e implementación de políticas, tiende a configurar redes de gobernanza, de modo que las políticas públicas sean resultado de una negociación entre los agentes de tales redes.

Los procesos de ampliación de gobernanza y la denominada nueva gerencia pública tienen puntos de convergencia entre sí, ambos confluyen en torno a la problemática de generar respuestas a los retos de la gobernabilidad democrática. Es notable, además, que los instrumentos asociados a tales procesos tienden a expandir su esfera de acción del ámbito de la administración pública hacia el resto de los organismos del Estado, las organizaciones civiles, los organismos públicos autónomos, y en algunos casos al sector privado asociado a la esfera gubernamental. La proliferación y profundización de estos modelos ha generado, según anotan algunos autores, una fase de nuevo regulacionismo estatal, que describe la tendencia hacia una configuración de gobierno basada en el desarrollo de mecanismos de control mutuo entre todos los agentes participantes.

Los procesos de gobernanza y nueva gerencia pública se han mostrado adaptables a distintos niveles de los sistemas de gestión pública, lo que incluye el ámbito de las organizaciones individuales. En este sentido, al considerar la problemática de la gobernabilidad y las opciones de gobernanza de conjuntos institucionales agrupados en estructuras o sistemas, como es el caso del sistema de educación superior, la reflexión obliga a considerar distintos planos: la relación entre el Estado y las instituciones de formación profesional, el gobierno interior de estas instituciones, y la acción de grupos de interés en su organización y orientación. Al hablar de gobernanza universitaria se hace alusión, en el sentido indicado, a la adopción de modos de relación específicos con la agenda pública, y a la adaptación de soluciones de gobernanza en la conducción institucional.

Retos de gobernabilidad y gobernanza en el sistema universitario

Al igual que en otras esferas de la organización social, la evolución reciente de los sistemas nacionales de educación superior se moviliza en torno a dinámicas simultáneas, a menudo concurrentes, de diversificación, diferenciación y convergencia. Aunque distintas razones explican este fenómeno, se reconoce como un sustrato común la creciente importancia de la educación superior para la economía y la sociedad del conocimiento, así como las implicaciones de la globalización sobre la forma y el contenido de la oferta de estudios de este nivel. En la actualidad, las universidades y el resto de las instituciones de educación superior son objeto de diversas demandas que provienen de la economía, el gobierno y la sociedad. De estas instituciones se esperan respuestas que, por vía de las funciones de enseñanza, investigación y difusión, coadyuven al crecimiento económico, al desarrollo y la cohesión social, a la construcción de ciudadanía y la integración cultural, y a la protección del medio ambiente, por citar sólo algunas. No es de extrañar, en consecuencia, que el reconocimiento del papel estratégico de estas instituciones en el enfrentamiento de los retos del siglo xxi se acompañe de preocupaciones acerca de la calidad, la eficiencia, la pertinencia y el potencial de respuesta de la formación educativa superior. Tampoco es de extrañar, en el marco de la problemática política descrita, que los temas de control, supervisión y coordinación de los sistemas universitarios aparezcan como prioridades de las políticas públicas relativas a este sector.

Las posibilidades de coordinación sistémica varían en función tanto del grado de centralización de las políticas de educación superior, como del grado de control institucional del gobierno sobre las universidades. En países con régimen federal una dimensión adicional de la problemática se refiere a la coordinación de sistemas de cobertura regional o estatal.

Aunado a lo anterior, una tensión generalizada que enfrentan las políticas de coordinación entre el Estado y las instituciones universitarias radica en la percepción, desde la perspectiva de las instituciones, de riesgos de pérdida de autonomía en virtud de una real o supuesta injerencia de las entidades gubernamentales que forman parte del esquema de coordinación propuesto o en ejercicio. Por regla general, con los matices que se advertirán en la presentación de casos nacionales, esta tensión suele ser más vigorosa cuanto mayor es el grado de autonomía de las instituciones con respecto al Estado. Escenarios de este tipo suelen ser resueltos mediante fórmulas de coordinación que son, simultáneamente, más débiles y más complejas que aquellas en las que prevalece un principio jerárquico entre la entidad gubernamental y las instituciones universitarias, es decir en sistemas en los cuales la autonomía se limita, por ejemplo, a la libertad académica y/o a la designación de autoridades.
La función de coordinación, en contextos en los cuales la autonomía universitaria prevalece con fuerza normativa, suele operar a partir de sistemas de relaciones entre, por ejemplo, asociaciones u otras corporaciones universitarias en las cuales es delegada la representación institucional —y por lo tanto delegadas atribuciones autonómicas— para entablar relaciones con la entidad gubernamental responsable.

De este modo no son las instituciones como tales, sino los cuerpos representativos de autoridad, con los cuales se entablan tanto relaciones de comunicación como negociaciones sobre, por ejemplo, montos y vías de subsidio financiero, políticas y programas que el gobierno desea instrumentar en el ámbito universitario, obligaciones de rendición de cuentas, entre otros. Es una tendencia que tales sistemas de relaciones operen a partir de esquemas de concesiones mutuas entre mejores condiciones de acceso a recursos fiscales a cambio de compromisos de implantación y desarrollo de ciertas políticas o programas. La negociación de esta clase de incentivos presupone una base de coordinación que evite la transacción bilateral como mecanismo preeminente de transmisión de las iniciativas que el gobierno está dispuesto a impulsar.

En México las tendencias de descentralización y federalización de la educación superior presentan, a pesar de los avances, importantes tensiones y algunos dilemas que reclaman solución. Entre los problemas más relevantes se identifica la ausencia de una coordinación y regulación del sistema con enfoque federalista. Aunque la autoridad gubernamental reconoce esa alternativa para el desarrollo del sistema, también es cierto que mantiene y tiende a incrementar atribuciones relevantes en materia de la orientación curricular de las entidades que coordina, particularmente los subsistemas de educación superior tecnológica y de formación de profesores.

Del mismo modo, las políticas de calidad enfocadas a las universidades públicas de los estados, basadas en la oferta de recursos federales adicionales, evidencian un rasgo centralista al ser normadas y regidas exclusivamente por la autoridad federal. Por último, se advierte un déficit normativo para la regulación estable de las atribuciones federales y estatales en el gobierno del sistema en su conjunto y sus distintos componentes. No menos importante, se advierte una tensión entre la autonomía concedida por ley a la mayoría de las universidades públicas federales y estatales y la incidencia de las políticas públicas federales sobre las instituciones.

A la vista de estos retos, la posibilidad de mejorar las condiciones de gobernabilidad del sistema de educación superior precisa, como punto de partida, reconocer su complejidad y heterogeneidad, así como la diversidad de papeles y funciones que las IES desempeñan en respuesta a las demandas de su entorno. Requiere, además, gestar políticas públicas susceptibles de ser adaptadas y adecuadas por las diversas instituciones sin desmedro de su identidad; generar objetivos y reglas comunes, cuyo acatamiento se base en una común percepción acerca de la bondad de los objetivos y la equidad de las reglas; aprovechar y encauzar los procesos de innovación y cambio que tienen lugar al seno de las instituciones, y no menos importante, construir canales que faciliten la cooperación interinstitucional.
Por su tamaño, diversidad y complejidad el actual sistema de educación superior hace poco recomendable la persistencia de políticas centralizadas, más allá de la coordinación y regulación indispensables. En su lugar ofrece una alentadora posibilidad, desde luego no exenta de riesgos, la vía federalista: apoyar la consolidación de sistemas estatales de educación superior y fortalecer las capacidades de los gobiernos de las entidades federativas para construir y gestionar adecuadamente tales sistemas.

Construir tales capacidades abre perspectivas para encontrar nuevas soluciones a los problemas de cobertura, pertinencia, calidad y equidad que aquejan a la educación superior. La propia realidad política del país, en su transición democrática, impone la apertura de nuevos espacios de acción que pasan, necesariamente, por la actualización del pacto federal.
De esta manera, la política regional del sistema de educación superior que el país adopte debe resultar de una necesaria negociación entre los actores federales y los estatales. No debe ser la simple desagregación por regiones de la política nacional, a partir de visiones y decisiones adoptadas por autoridades centrales, ni tampoco la simple sumatoria de políticas estatales. En este sentido, la política nacional debe construirse conciliando los objetivos macro del país con aquellos perseguidos por las comunidades de los estados, y también sistematizando los principios y compromisos que asumen las IES públicas en cada entorno territorial.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/un-dilema-universitario-mas-autonomia-o-mas-gobernanza/

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Editores vs ResearchGate

Roberto Rodríguez

Las formas de producción y difusión del conocimiento académico están cambiando. En poco tiempo hemos transitado del publish or perish (publica o perece), al publish and perish(publica y perece), expresivo de la cada vez más incisiva exigencia de difundir la obra académica en ciertos medios y solo en ellos (artículos en revistas indexadas y libros en editoriales prestigiadas), y a una nueva fase, la que Jessica Leigh Brown ingeniosamente llama clicks or canned, algo así como asequible o encerrado (véase).

La visibilidad de la investigación se ha convertido en una condición central para cosechar las ansiadas citas académicas que sustentan los datos de productividad científica en boga, por ejemplo, el índice-h. Este indicador, ideado por el físico argentino Jorge E. Hirsh en 2005, pone en relación el volumen de producción académica de un autor con el número de citas a tal producción en un periodo determinado (véase).

Así las cosas, no es de extrañar el reciente desarrollo de sitios web expresamente dedicados a la concentración y disponibilidad de textos académicos bajo la fórmula de libre acceso. En teoría es una opción gana-gana: los autores comunican masivamente sus resultados, lo que eleva la probabilidad de obtener citas para la contabilidad de su producción; los usuarios consiguen acceso a una amplia bibliografía sin tener que solventar la suscripción, generalmente de alto costo, a las publicaciones científicas; y los portales digitales también ganan, por el número y frecuencia de las visitas a sus dominios y la venta de publicidad.

Pero alguien pierde: los editores comerciales de publicaciones académicas, en cuyas manos está el copyright. Y se están quejando. Más que eso, han comenzado a litigar para evitar tales prácticas y retornar al estado de cosas que les conviene, en que el lector debe pagar por los textos de la publicación que consume sin importar su formato, sea impreso o digital. Y en que el autor, una vez que ha cedido a la editorial los derechos de reproducción, que es por cierto un requisito sine qua non para que la publicación proceda, se obliga, por contrato, a evitar la difusión pública de sus textos bajo cualquier formato.

El pasado 5 de octubre en el portal del Times Higher Education se publicó un texto de David Matthews titulado “Editores buscan remover millones de textos académicos (papers) de ResearchGate”. Según la nota, un grupo de cinco editoriales académicas, que incluye a Elsevier, Brill Publishers, y Willey and Sons, han iniciado un proceso legal para que el portal RG reconozca la transgresión al copyright de las editoriales, y lo remedie, ya sea pagando por ellos o quitándolos de su sitio web. En la nota se cita al vocero del grupo, James Milne, quien declara que el pleito no es con los autores, sino directamente con RG, bajo la acusación de lucrar indebidamente con obra intelectual protegida (véase).

De manera casi simultánea, la Asociación Americana de Psicología, la APA, que concentra casi un centenar de revistas científicas especializadas, circuló entre algunos de sus autores la indicación de eliminar de sus páginas web personales, así como de repositorios institucionales o del tipo RG, las versiones finales de sus artículos, recordándoles la opción de dar a conocer, en esos medios, “las versiones pre-formateadas de sus artículos”, pero no los archivos en su formato definitivo. APA aclaró que aún se trata de un programa piloto pero que, en efecto, se tiene previsto impulsar esa política en el futuro próximo (véase).

¿Cuál es la razón por la que se puso en la mira del reclamo a RG? Ante todo, su volumen. El conocido repositorio, según su más reciente reporte de cifras, incluye más de trece millones de autores o usuarios registrados, supera la cantidad de cien millones de textos en base de datos, y recibe más de sesenta millones de visitas al mes. Según el contador de tráfico web Alexa, el portal RG ocupa la posición 307 a nivel mundial.

Pero hay otra razón y es importante: RG es una empresa con fines de lucro. Legalmente es una sociedad de responsabilidad limitada, con sede en Berlín, comandada por los empresarios, de origen académico Ijad Madisch, Horst Fickenscher y Sören Hofmayer. Lo que, en 2008, año de fundación de la red, inició como un proyecto más bien modesto para facilitar la comunicación e interacción de comunidades científicas, ha crecido como la espuma. No puede verse sino con simpatía su primer promocional, de noviembre de 2008, en que celebraban: “15,000 miembros no pueden estar equivocados.”

La compañía adoptó el modelo Silicon-Valley para apuntalar su potencial de crecimiento: poder de cómputo, desarrollo de software, tecnología de punta, creatividad de diseño, y atracción de capital de riesgo para apuntalar la inversión. De 2008 a la fecha han colocado cuatro llamadas a inversionistas de riesgo, a través de las cuales, según datos de Bloomberg, han recabado un total de 86.7 millones de dólares de una veintena de inversionistas. La llamada más importante, como se puede adivinar, ha sido la más reciente, a la que acudieron Wellcome Trust, Goldman Sachs Investment Partners y Four Rivers Group, así como inversionistas a título individual, entre quienes se incluye Ashton Kutcher, el ex de Demi Moore. En esta ronda (noviembre de 2015) se recogieron 52.6 millones de dólares (véase).

Según el principal ejecutivo de RG, el modelo de negocio de la compañía se sustenta en tres pilares: un mercado de ofertas de trabajo en el sector académico, el anuncio de eventos de instituciones interesadas en su promoción, y a futuro el uso de la plataforma para facilitar la posible mercantilización de productos de investigación y derivados (véase).

Digamos que el negocio va bien y sigue creciendo. Pero de prosperar la demanda de los editores todo puede cambiar. Ya veremos.

Fuente del articulo: http://www.educacionfutura.org/editores-vs-researchgate/

Fuente de la imagen: http://www.educacionfutura.org/wp-content/uploads/2014/05/la-pluma-es-mas-poderosa.p

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Matemáticas en países asiáticos. El caso de Singapur

Por: Roberto Rodríguez

En los años recientes varios países de Asia Oriental y del Sudeste Asiático han destacado por sus resultados en pruebas internacionales estandarizadas que incluyen como objeto de evaluación el desempeño en matemáticas. Es el caso de la prueba PISA de la OCDE y también del examen TIMSS a cargo de la Asociación Internacional para la Evaluación de Logro Educativo (IEA).

La edición 2015 de PISA reporta como primeros puntajes en matemáticas los de Singapur (564), Japón (532) y Corea del Sur (524). En esa ocasión participaron además varias ciudades y regiones administrativas de China, que también obtuvieron resultados notables: Hong Kong (548), Macao (544), Taipéi (542) y el conglomerado Beijing-Shanghái-Jiangsu-Guangdong (531). Los países, regiones y ciudades indicadas figuran también dentro de las primeras posiciones de la lista y muy por encima del promedio OCDE (490 puntos).

Los resultados de TIMSS 2015 coinciden casi con precisión. En la prueba correspondiente al cuarto grado curricular, las mejores puntuaciones correspondieron a: Singapur (618), Hong Kong (615), Corea del Sur (608), Taipéi (597) y Japón (593). En la prueba correspondiente al octavo grado curricular aparecen los mismos, aunque el orden varía: Singapur (621), Corea del Sur (606), Taipéi (599), Hong Kong (594) y Japón (596). Algo se está haciendo bien en aquella región, que se refleja en los resultados de ambas pruebas.

La principal diferencia entre PISA y TIMSS es que la primera recae en un grupo de edad, adolescentes de 15 años que pueden estar inscritos en último año de secundaria o en primero de bachillerato, mientras que la segunda se aplica a estudiantes de cuarto y octavo grado, lo que se busca explorar el desempeño en tramos específicos del currículum. Aparte, PISA enfatiza las capacidades de aplicación de conocimientos y TIMSS las posibilidades de resolución de problemas conforme a estándares de la enseñanza de la disciplina.

Singapur sobresale no solo por sus resultados, sino principalmente por la aplicación exitosa de una alternativa sistémica, que comprende los ámbitos de la organización, el currículum y la didáctica de la disciplina. En materia de organización, la política educativa denominada Thinking Schools, Learning Nation (TSLN), iniciada hace veinte años, se propuso reformar el modelo de gobernanza institucional al generar mecanismos de interlocución sistemática entre autoridades educativas, escuelas, docentes y padres de familia, dotar a los establecimientos educativos de autonomía de gestión, y facilitar la participación de padres de familia en rubros de la administración escolar y la evaluación docente.

La implementación de dicha política se ha traducido en un régimen más horizontal, flexible, autonómico y participativo, aunque la autoridad conserva atribuciones centrales y estratégicas. El Ministerio de Educación de Singapur (MoE) es responsable del diseño y aplicación de políticas nacionales, principalmente la definición del currículum y los estándares de aprendizaje, así como selección y formación continua de docentes. Derivado de la TSLN en Singapur se desarrolló, a partir del 2000 el llamado School Excellence Model, un protocolo de autoevaluación para que las escuelas puedan observar y comparar su desempeño dentro de un amplio conjunto de indicadores de gestión y desempeño. Además de ello, el Master Plan of Awards for Schools que reconoce y premia a las escuelas que consiguen, a nivel nacional, los mejores resultados escolares o que sobresalen en materia de innovación pedagógica y organizacional.

El currículum de matemáticas de primaria y secundaria enfatiza el aprendizaje enfocado a la resolución de problemas mediante el desarrollo de competencias en cinco áreas interrelacionadas: conceptos, habilidades, procesos, metacognición y actitudes. Estas áreas son la base estructural para la enseñanza y la evaluación de la disciplina. Un rasgo destacable de la renovación pedagógica radica en la noción de “espiral del aprendizaje”, que implica una constante y sistemática revisión y consolidación de los aprendizajes como paso previo a la incorporación de nuevos conceptos y habilidades. La estrategia busca, y en buena medida consigue, equilibrar el aprendizaje del grupo en su conjunto.

El esquema se complementa con un enfoque de atención personalizada a los estudiantes, que se consigue mediante grupos de tamaño reducido y con la presencia de tutores de apoyo al docente principal. Además, se cuenta con aulas diseñadas para el trabajo colectivo de los estudiantes, equipadas con diversos materiales: algunos muy tradicionales (ábacos, reglas y escuadras, juegos de mesa, entre otros) y otros de la generación digital.

Al finalizar sexto de primaria, los estudiantes deben presentar la prueba Primary School Leaving Examination, diseñada y administrada por el Ministerio, en la cual se evalúan cuatro materias: inglés, lengua materna, matemáticas y ciencias. La prueba es nacional, obligatoria, y tal y como se señala en el reporte elaborado por la autoridad para la Enciclopedia TIMMS, “para la mayoría de los estudiantes los resultados de la PSLE son usados como una medida de mérito académico que repercute en el sistema de admisión de la escuela secundaria”. Es decir, solo los mejores egresados de primaria son aceptados en las secundarias de mayor prestigio y calidad académica del país.

Es una peculiar coexistencia de enfoques: por un lado, flexibilidad, autonomía y horizontalidad, y por otro alta exigencia y competitividad. Quizás ahí radica el éxito del modelo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/matematicas-en-paises-asiaticos-el-caso-de-singapur/

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La enseñanza de matemáticas en Europa

Por: Roberto Rodríguez

La semana pasada comentamos aquí los primeros resultados de la prueba PLANEA-2017 e hicimos notar la persistencia de graves problemas en el área de matemáticas. Las dificultades para que todos los estudiantes, al menos la mayoría, logre los objetivos de la disciplina en educación básica es una preocupación que se comparte en la mayoría de los países, avanzados y subdesarrollados. Es un problema no resuelto e implica una tensión entre la retórica de la sociedad del conocimiento y la contundente realidad según la cual apenas un segmento de la población, una élite, logra capacidades para desempeñarse exitosamente en el nuevo entorno.

Por ello, en 2008 el Consejo de Europa incluyó en el documento “Marco Estratégico para la Cooperación Europea en el ámbito de la Educación y la Formación (ET-2020)” la meta: “el porcentaje de jóvenes de 15 años con escasa competencia lectora, matemática y científica ha de ser inferior a 15 por ciento”, entendiendo por “escasa competencia” los primeros dos niveles de la prueba PISA de la OCDE. Además, se solicitó a la Comisión Europea desarrollar un estudio sobre los factores que inciden en los resultados de matemáticas y ciencias, producto de lo cual resultó el informe, elaborado por la red Eurydice, “La enseñanza de las matemáticas en Europa. Retos comunes y políticas nacionales” (2011).

El informe incluye información de los 31 países de la red, es decir los estados miembros de la Unión Europea, más Islandia, Liechtenstein, Noruega y Turquía, se refiere a las estructuras curriculares y modelos pedagógicos en primaria y secundaria, y toma en cuenta los resultados la prueba TIMSS (Trends in International Mathematics and Science Study) y la prueba PISA (Programme for International Student Assessment).

En el informe se revisan los datos de TIMSS y PISA, se describe el currículum de matemáticas de los países, se consideran los enfoques pedagógicos, métodos didácticos y organización del aula, y se presentan las políticas de evaluación y las estrategias ensayadas para la mejora del rendimiento. Además, el informe aborda dos temas específicos que, a la luz de los resultados, se consideran estratégicos: cómo mejorar la motivación del alumnado y cómo mejorar la formación inicial y permanente del profesorado del área. Aparte de los resultados de las pruebas internacionales, el informe incorpora los datos de la encuesta SITEP (Survey on Initial Teacher Education Programmes in Mathematics and Science) elaborada por Eurydice.

Como primer resultado destaca el fuerte peso de factores de índole social. El origen socioeconómico está estrechamente correlacionado con el rendimiento en matemáticas. Se concluye que “la ventaja de asistir a un centro en el que la mayoría de los alumnos proceden de un entorno familiar favorable se relaciona con un gran número de factores, incluyendo la influencia que ejercen los compañeros, un clima de aprendizaje positivo, las expectativas del profesorado respecto a los alumnos y las diferencias en cuanto a los recursos o la calidad de las escuelas.” También se hace notar que el contexto socioeconómico de los centros escolares es un factor con aun mayor capacidad predictiva que las diferencias socioeconómicas de nivel individual. y que la correlación no es absoluta: hay estudiantes que, con todo y ventajas socioeconómicas, presentan déficit de aprendizaje y viceversa, estudiantes que pese a la adversidad consiguen sobresalir.

Hay otros factores que tienen incidencia en el fenómeno. Según el estudio tres son relevantes: la preparación de los maestros en la disciplina y en materia pedagógica, las condiciones de los centros escolares, y la distribución curricular en primaria y secundaria. La capacitación de los profesores es fundamental. Se hace notar que una planta docente bien preparada es la mejor solución para infundir a los estudiantes actitudes favorables: confianza, motivación y autopercepción positiva. Si los profesores carecen de esa motivación es imposible transmitirla.

Un experimento interesante, aplicado con diferentes metodologías en Suecia y en España demostró que los profesores con estudiantes de bajo rendimiento suelen ser docentes con conocimientos insuficientes en matemáticas. El seguimiento de la reforma de educación básica de Noruega advirtió que la aplicación ortodoxa del “aprender a aprender” y “aprender haciendo”, en matemáticas de primaria y secundaria, hizo decrecer los resultados de aprendizaje. Lección: el acompañamiento docente es indispensable en esta área de conocimiento. En cambio, la reforma de la formación y actualización de profesores de matemáticas en Portugal y Turquía generó buenos resultados en el corto plazo.

De gran interés, aunque no hay espacio para desglosarlo, la organización temática por país. En la mayoría, el énfasis en primaria está en el dominio de la aritmética, pero en el ciclo secundario hay una importante diversificación: mayor peso a geometría, iniciación al álgebra, o introducción a la interpretación de tablas, estadísticas y cálculo de probabilidades. También ha diferencias en la cantidad de horas de estudio dedicadas a la materia y en las tareas para los estudiantes. Pero estos factores no parecen ser decisivos, como sí lo son la preparación de los profesores y los ambientes de aprendizaje.

En las conclusiones se recomienda, como prioridades: la formación docente, la intervención temprana, sobre todo en los primeros dos años de primaria, el tratamiento de necesidades específicas de aprendizaje, el impulso a los factores motivacionales y la atención a dificultades de lectoescritura, cuyos problemas suelen trasladarse al de área matemática.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-ensenanza-de-matematicas-en-europa/

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Educación y profesiones en la renegociación del TLC 2. Canadá

30 de agosto de 2017 / Fuente: http://www.educacionfutura.org

Por: Roberto Rodríguez

Debo comenzar esta colaboración con una corrección al previo. En el texto de la semana pasada se afirma: “entre los pocos países que no han ratificado el Convenio sobre el derecho de sindicación y de negociación colectiva (convenio 98 de la OIT) se encuentran Estados Unidos, México y Canadá, por lo que sería na novedad que aceptaran hacerlo por la vía del TLCAN.” Pues resulta que Canadá acaba de ratificar dicho convenio (14 de junio de 2017), ratificación que entrará en vigor el 14 de junio de 2018. Agradezco esta valiosa aclaración a Juan Carlos Aparicio Bañuelos de ANUIES.

Una vez que se difundió la postura estadounidense ante la renegociación del acuerdo comercial trilateral, mediante el documento “Resumen de objetivos para la renegociación del TLCAN” (17 de julio 2017), las autoridades canadienses optaron por dar a conocer su propia lista de prioridades y objetivos. En una conferencia presentada en la Universidad de Ottawa el 12 de agosto, Chrystia Freeland, ministra de asuntos internacionales de Canadá y quien encabeza al equipo negociador de ese país, expresó los temas y propósitos de la agenda básica canadiense en las rondas de negociación, la primera de las cuales, la ronda Washington concluyó el domingo pasado.

Canadá propone, en primer lugar, un nuevo capítulo en materia de estándares laborales. Además de coincidir en la importancia acatar los principios y convenciones de carácter internacional sistematizadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), Canadá, al igual que Estados Unidos, insiste en la necesidad de equiparar salarios en los tres países en aquellos sectores en que el diferencial existente impide la mutua competencia. Es principalmente el caso de las manufacturas, en particular la industria automotriz y la electrónica. El argumento es que la ventaja comparativa de México, que mantiene salarios considerablemente inferiores para el personal operativo y técnico, implica un obstáculo a la libre competencia y por tanto al libre mercado. México ha dicho que está dispuesto a suscribir los convenios de la OIT, pero que el tema de la equiparación salarial no debería entrar en la negociación porque, para nosotros, es imposible de resolver. Ya se verá.

En segundo lugar, la representación canadiense propone un nuevo capítulo sobre estándares ambientales. Por una parte, se replica el argumento estadounidense de que ninguno de los tres países debe lograr una ventaja comparativa al flexibilizar las normas de protección ambiental de jurisdicción local. Pero, por otra, confronta las posiciones de Trump acerca del cambio climático y el calentamiento global.

Se sugiere, asimismo, la inclusión de capítulos en el TLCAN que aseguren la igualdad de derechos de las mujeres y de las poblaciones indígenas. Por ahora estos dos temas, aunque han sido planteados en la presentación general de los canadienses, no han entrado todavía en el terreno de la discusión.

Canadá también coloca en su agenda de negociación los temas relativos a la solución de disputas y controversias (capítulos 11 y 19 del tratado). Sobre el primero de ellos, que establece condiciones para que las empresas puedan demandar a los gobiernos, la representación de ese país propone que en el nuevo TLCAN se establezca la supremacía del interés público sobre el empresarial, de manera que se reconozca el derecho inalienable de los Estados para regular la actividad económica que afecte dicho interés. Sobre el capítulo 19 se propone la continuidad de la práctica de paneles binacionales para arbitrar los problemas de dumping y cuotas compensatorias, lo que contradice la posición estadounidense de eliminar dicho capítulo del tratado.

También se combate la posición de Estados Unidos en materia de compras gubernamentales. El gobierno de Trump busca que el TLCAN no sea un obstáculo para la aplicación de la estrategia “Buy American and Hire American” que implica, grosso modo, la preferencia a los productos y servicios hechos en Estados Unidos en las compras de gobierno, incluso en los sectores de servicios.

Además, el gobierno de Canadá insiste en mantener su protección al mercado local de productos lácteos y aves de corral manteniéndolo fuera de la órbita del libre comercio, así como su protección sobre bienes culturales, lo que incluye la esfera de las publicaciones y el ámbito de la producción radiodifusora.

Por último, a diferencia de los gobiernos de Estados Unidos y de México, Canadá si ha incorporado en la agenda el tema de la libre movilidad de profesionistas. Por ahora el objetivo es actualizar y modernizar la lista de profesiones que incluye el TLCAN como aquellas que, previo cumplimiento de requisitos, pueden ser ejercidas en el espacio trinacional. No se ha hablado ni de cuotas ni de la homologación de requerimientos para el libre ejercicio de las profesiones. México es el más afectado de los tres en este rubro. Ya veremos si la representación nacional, que hasta ahora ha adoptado una estrategia general de no perder avanza hacia una de ganar algunos puntos en la negociación. Este podría ser uno de ellos.

Fuente artículo: http://www.educacionfutura.org/educacion-y-profesiones-en-la-renegociacion-del-tlc-2-canada/

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