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La pandemia y la flexibilidad laboral docente

Por: Sofía García-Bullé

En Estados Unidos, más de la mitad del personal docente universitario co-cría una familia en tiempo de pandemia.

El personal educativo universitario representa una mezcla heterogénea de profesionales que imparten educación en los niveles medio superior, superior y de posgrado. En México son 400 mil personas, de los cuales 80 % trabajan por hora. Estados Unidos cuenta con 1.5 millones de maestros de educación media superior y superior. Inglaterra suma 419,710 personas dedicadas a la educación universitaria y cuyo horario de trabajo se ha visto afectado por las medidas de prevención durante la pandemia.

Gran cantidad de artículos se han dedicado a delinear las problemáticas que conlleva el encierro, como las complicaciones del teletrabajo, el decremento de la producción académica y éxodo laboral femenino. Sin embargo, conversaciones como la de repensar la flexibilidad laboral para el personal docente y el rol de la perspectiva de género en la gestión y creación de un panorama más favorable para los docentes, conforman un foro desatendido.

¿Por qué hablar de perspectiva de género y flexibilidad docente?

La perspectiva de género en el desarrollo de políticas laborales es un tema ríspido entre cualquier comunidad de trabajo y la docente no es la excepción. Pero en tiempos de pandemia hemos visto el impacto que el encierro y la escuela en línea como única opción educativa ha tenido sobre las familias, especialmente aquellas en las que el padre, la madre o ambos, son maestros.

De acuerdo con la Encuesta de Satisfacción en el Trabajo de la Universidad de Harvard, 53 % del personal docente universitario co-cría una familia. El gobierno de Estados Unidos no cuenta con leyes que obliguen a las instituciones educativas a brindar un periodo de maternidad pagado a sus maestras. Algunas universidades consideran la reducción de cursos como medida de apoyo, pero esto usualmente viene con una reducción de pago proporcional a las horas trabajadas.

En Inglaterra no existe una uniformidad en el planteamiento de los días de maternidad, los periodos pueden variar de 0 a 26 semanas dependiendo de la institución a la que se pertenezca. México ofrece 12 semanas para las mujeres trabajadoras registradas en el IMSS, pero esto no necesariamente incluye al personal docente universitario subcontratado, de medio tiempo o eventual.

¿Y qué hay de los padres? Algunas universidades estadounidenses tienen políticas neutras que contemplan el permiso de paternidad para personal educativo masculino con un nuevo miembro en su familia, pero la cantidad de universidades con esta prestación es proporcionalmente menor y las restricciones con respecto a la reducción de horas laborales y la posibilidad de retraso en cuestión de ascensos es la misma. En Inglaterra, el permiso de paternidad suma 56 días a partir del nacimiento. El gobierno de México otorga tan solo cinco días a los trabajadores registrados en el IMSS, siendo el Estado de México el primero en extender la licencia a 45 días para trabajadores del sector público.

En una situación en la que tanto maestras como maestros, son responsables de dirigir la educación en línea con las familias de los alumnos y atender las necesidades educacionales de sus hijos en conjunto con sus maestros, la necesidad de replantearnos la gestión de los horarios laborales considerando las horas de trabajo doméstico o cuidado de los hijos que necesitan tanto docentes como demás profesionales para mantener a su familia a flote.

¿Cómo mitigar la situación?

Uno de los problemas más serios en cuestión de estrategias para los horarios laborales es la falta de estadísticas. Tenemos infinidad de datos que nos revelan cuántos maestros trabajando hay en determinado país, en qué nivel enseñan, su rango de edad y su género. Pero la mayoría falla en reportar datos fundamentales para dimensionar el impacto de la pandemia sobre las familias de docentes y demás profesionales.

La cantidad de información que tenemos sobre cuántos maestros tienen familia, cuántas de estas familias están conformadas por niños menores de 14 años, quién dedica más horas a las labores domésticas y de cuidado en casa, es prácticamente escasa. Son muy pocos los estudios y encuestas que están haciendo las preguntas correctas. La necesidad de un marco teórico sobre el cual podamos construir prácticas laborales que aminoren la carga de maestros y padres de familia profesionistas es patente.

Otro aspecto importante sería el de gestionar políticas de apoyo para maestros y profesionales con familia, que permitan un horario más flexible o recursos para recurrir a un periodo de ausencia por razones médicas o familiares. La perspectiva de género juega un papel crucial en esta intención, ya que ofrece mecanismos para repensar la carga desigual de labores de cuidado y doméstica que afecta desproporcionadamente a las mujeres.

Es necesario considerar que no es solamente la fuerza de trabajo la que tiene que ajustarse a las condiciones impuestas por la pandemia. Las compañías y empleadores enfrentan su propia curva de aprendizaje para adaptarse a la realidad no solo del teletrabajo sino de la fusión de la vida doméstica con la laboral que ha sucedido este año gracias al encierro.

¿Cuál ha sido tu experiencia cómo docente en casa? ¿Crees que es necesario un esquema laboral diferente que tome en cuenta las capacidades de la educación en línea y la flexibilidad para responder a las necesidades de cuidado y educación de las familias de los maestros? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e imagen: observatorio. tec

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¿Qué es la replicabilidad y por qué está en crisis?

Por: Sofía García-Bullé

Además de reforzar los criterios para el control de calidad y honestidad académica, es necesario considerar la comunicación en artículos académicos.

Los manuscritos científicos prefabricados que provienen de paper mills (fábricas de manuscritos) han generado una situación desfavorable en la academia. Ha debilitado la calidad de los artículos así como puesto en riesgo su credibilidad. De la misma forma, ha orillado a científicos a prácticas perjudiciales como dividir artículos en entregas más pequeñas e incompletas para mantener un ritmo de publicación determinado. Pero existe una consecuencia que está afectando la base de la producción científica: la crisis de la replicabilidad.

El término, también conocido como reproducibilidad o replicación, se refiere a la capacidad de repetir un experimento en diferentes situaciones, con diferentes sujetos e investigadores. Esto con el fin de comprobar la seguridad de los hallazgos del primer experimento y comprobar su viabilidad.

La razón por la que los artículos académicos prefabricados amenazan la replicabilidad de estudios, trabajos de investigación y experimentos es porque no se realizan dentro de una estructura operacional para producir conocimiento, sino de una para crear productos para académicos que están tratando de llenar una cuota de publicación. Los datos provenientes de un paper mill pueden ser producto de plagio, estar incompletos, alterados, manipulados o sesgados con la intención de respaldar la tesis de quien ordena el trabajo.

Ciencia sin comprobación

¿Podemos hablar de conocimientos válidos cuando la comprobación como paso del método científico está inhabilitada? La pregunta ha inquietado a académicos desde hace por al menos una década ante la alarmante realidad de una ciencia sin vías de fiabilidad. La producción científica ha tenido problemas con la comprobación desde antes de que los manuscritos prefabricados tuvieran su periodo de auge.

Alvaro de Menard, investigador académico de ciencias sociales y participante del proyecto de mercados de la replicación a cargo de la Agencia de Proyectos de Investigación y Defensa Avanzada (DARPA por sus siglas en inglés), ofrece una perspectiva precisa pero desalentadora con respecto al estado de la replicación en las ciencias.sociales. Los procesos que llevan a resultados poco fiables son rutinarios, están bien entendidos dentro de la comunidad académica, son predecibles y fáciles de evitar, sostiene de Menard, y a pesar de esto el rigor de la investigación científica no ha mejorado.

La conversación sobre estos aspectos de la producción científica se han discutido ampliamente, pero no ha generado aún una estructura para la producción y divulgación más rigurosa, que facilite el ejercicio de la comprobación. La ciencia falible sigue publicándose en diarios científicos.

El papel de la revisión por pares

La comunidad académica tiene mucha confianza en la última instancia de validación antes de publicar un artículo. La revisión por pares ha sido el bastión para defender la calidad técnica de los trabajos de investigación y el sistema ético sobre el cual basan la credibilidad del conocimiento producido. Sin embargo, no ha sido del todo efectiva para separar a los contenidos replicables, de los que no lo son.

Sería fácil pensar que los monitores académicos tendrían la capacidad de realizar esta labor sin problema, pero un estudio de la Universidad del Noroeste, en Evanston Illinois, comprueba lo contrario. La investigación realizada por los profesores Yang Yang, Wu Youyou y Brian Uzzi encontró que no existe correlación entre la replicabilidad de un estudio, su publicación y cuántas veces sería citado. De acuerdo con los autores, los artículos falibles circulan tanto como los comprobables.

No basta con solo rigor

La mayoría de las conversaciones acerca de la crisis de replicabilidad giran en torno a protocolos. Se considera principalmente qué medidas tomar para controlar la proliferación de artículos apresurados, prefabricados o con un proceso de revisión de pares que no detectó su falibilidad.

Ante esta priorización, un aspecto clave para garantizar la replicabilidad queda desatendido: la comunicación. Las probabilidades de repetir determinado experimento disminuye exponencialmente cuando se está trabajando con descripciones vagas o instrucciones difíciles de comprender, el problema se vuelve más grave cuando se trata de reproducir un experimento escrito en otro idioma.

Con esta problemática en mente, la prensa Nacional de las Academias, en Estados Unidos, publicó una serie de recomendaciones para facilitar la lectura de manuscritos de investigación y experimentos. El organismo recomienda a los investigadores incluir una descripción clara de cómo alcanzaron sus resultados. Los reportes deberán incluir detalles sobre el tipo adecuado de investigación, que deberán cubrir:

  • Descripción completa y concisa de todos los métodos, instrumentos, materiales, procedimientos, mediciones y demás variantes utilizadas para el estudio.

  • Un desglose claro del análisis de datos y decisiones para la exclusión de determinados datos y la exclusión de otros.

  • Para resultados que dependan de una inferencia estadística. Una explicación de las decisiones analíticas correspondientes, cuándo fueron tomadas esas decisiones y si el estudio a realizar era con fines exploratorios o de confirmación.

  • Una discusión sobre las restricciones generales, tales como qué aspectos metodológicos los autores consideran que podrían ser cambiados sin alterar el resultado, el cual debe permanecer constante.

  • Un reporte de la precisión de las estadísticas empleadas.

  • Una discusión acerca de la incertidumbre de las mediciones, resultados e inferencias.

A pesar del complicado panorama, algunos académicos pronostican un periodo de mejora consecuente al problema de la baja reproducibilidad, pero para esto es necesario hacer el trabajo y cubrir las áreas de oportunidad que esta problemática plantea. ¿Eres académico? ¿Te has topado con estudios que no son replicables? ¿Cuáles son tus impresiones? ¿Qué sugerirías para mitigar esta situación dentro de la academia? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e imagen: observatorio.tec

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¿Qué es la evaluación adaptativa?

Por: Sofía García-Bullé

Esta forma de evaluar se ajusta a las aptitudes del estudiante.

Las condiciones impuestas por la pandemia han llevado al sistema educativo a generar o adaptar nuevas soluciones de educación y evaluación no presencial, esta es la problemática de la que hablaremos en nuestro siguiente webinar.  El próximo 27 de abril a las 4:00 pm (Centro de México), tendremos de invitada a Julieta Noguez Monroy, doctora en Ciencias Computacionales con especialidad en Inteligencia Artificial por el Tecnológico de Monterrey. Bajo el título Ambientes de Evaluación Adaptativa basado en perfiles de Estudiantes, la doctora Noguez Monroy nos hablará del propósito de la evaluación adaptativa como una tendencia global y de su valor como un recurso educativo que se torna progresivamente más virtual.

Para conocer mejor de qué trata este método de validación del conocimiento es necesario comprender ¿qué es la evaluación adaptativa?

Aprendizaje y evaluación a la medida

El aprendizaje adaptativo es una metodología que toma en cuenta y mide factores claves del proceso educativo, tales como estilo de aprendizaje, nivel de comprensión, retroalimentación, habilidades de comunicación y demás datos que ayuden a formar un perfil específico de las necesidades del estudiante.

Esta información sirve de apoyo para crear un esquema personalizado que ofrece diferentes posibilidades con mayor potencial de éxito. Este enfoque surgió en los años 70, pero no fue posible aplicarlo a gran escala hasta años más recientes con mejores equipos de cómputo, con la aplicación de técnicas de inteligencia artificial más avanzadas y mejores entornos virtuales para el  aprendizaje en línea.

La medición del progreso es crucial para la aplicación del aprendizaje adaptativo, por lo que la evaluación es una de sus herramientas principales. La evaluación adaptativa computarizada que conocemos hoy se basa en el modelo de Alfred Binet. Esta se compone de elementos seleccionados para empatar con la capacidad estimada del estudiante, si el educando responde correctamente a determinado elemento, el siguiente será un poco más difícil, o si no responde correctamente, el consecuente será más fácil. De esta forma, la prueba se ajusta a la aptitud del alumno y le permite comprobar el conocimiento a su propio ritmo.

Beneficios de las pruebas adaptativas

Los beneficios de las pruebas adaptativas se han maximizado gracias a la flexibilidad y alcance de la tecnología, así como un modelo educativo en línea. Entre las ventajas de este método de validación del aprendizaje se cuentan: mejoras en la experiencia educativa y desempeño de los alumnos, retroalimentación individualizada en tiempo real. Lo anterior posibilita el mentoreo de 1 a 1, aumenta la motivación del alumnado y disminuye la deserción escolar.

¿Has aplicado instancias de aprendizaje o pruebas adaptativas en tu aula? ¿Has aprendido bajo este modelo? ¿Qué resultados has obtenido? Cuéntanos en los comentarios. De igual forma, si quieres saber más sobre aprendizaje y evaluación adaptativa, no te pierdas el próximo webinar, este 27 de abril a las 4:00 pm (Centro de México). También te invitamos a descargar el reporte Edu Trends Aprendizaje y Evaluación Adaptativos disponible en español e inglés.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/evaluacion-adaptativa-webinar

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Los «paper mills» y la integridad académica

Los manuscritos prefabricados han puesto en duda la credibilidad de cientos de investigaciones en áreas tan sensibles como endocrinología o cirugía vascular.

La cultura del “publish or perish” o “publicar o morir” ha impuesto condiciones de producción muy difíciles de cumplir en la academia. La tendencia consiste en la constante presión hacia los académicos de publicar investigaciones para mantener sus puestos de trabajo. Lo anterior ha orillado a investigadores a realizar prácticas que comprometen la calidad de sus estudios, y en algunos casos, hasta su integridad. Tal es el caso de los paper mills o fábricas de manuscritos, organizaciones potencialmente ilegales que producen manuscritos científicos a petición y producidos por escritores fantasma.

El interés de estos grupos es puramente económico, por lo que no se preocupan de seguir el código de ética necesario para la validación de un trabajo académico. Algunas fábricas de manuscritos pueden tener laboratorios reales que realizan experimentos y producen datos e imágenes reales. Los científicos y académicos pueden comprar estos datos para utilizarlos en diferentes experimentos mientras que otros compran trabajos e investigaciones ya listas para entregar a instituciones. Sus mayores clientes son personas que quieren publicar sin pasar por un proceso de investigación completo. Pero, ¿por qué los trabajos realizados en un laboratorio de estas fábricas de manuscritos no tienen la calidad para compararse con un trabajo académico real? Usualmente tanto los datos como los resultados provenientes de estas organizaciones son prefabricados o producto de plagio.

El problema se ha acentuado gracias a la cultura de publish or perish y las condiciones de publicación aceleradas impuestas por la pandemia. Esto ha generado suficiente preocupación dentro de la comunidad científica como para la creación de guías y protocolos para detectar esta práctica deshonesta y retractar sus productos consecuentes.

El esfuerzo por detener la producción deshonesta

A partir del año pasado, la comunidad científica hizo la fabricación de trabajos una preocupación primordial para salvaguardar la integridad de la academia. Una sola de estas fábricas de manuscritos puede elaborar más de 400 trabajos de investigación falsos en temas tan críticos como cardiología, endocrinología y cirugía vascular. Para marzo de 2021, ya se habían señalado más de mil estudios como posibles productos de esta práctica.

Los editores de diarios y revistas científicas ya han recurrido a comités como la Comisión de Ética en Publicación (COPE por sus siglas en inglés) para discutir la manipulación sistémica de la producción científica por parte de los manuscritos fabricados. Entre los temas más importantes a considerar están los métodos para detectar este tipo de fraude académico y los protocolos a seguir para prevenirlos.

Detectives académicos

Ante la necesidad de la rápida detección de manuscritos provenientes de paper mills, más expertos se están dando a la tarea de especializarse como detectives de la integridad académica, y al parecer están teniendo éxito en descubrir trabajos fabricados. De acuerdo a un análisis de la revista Nature, alrededor de del 26 % de los artículos señalados por los expertos en detección han sido retractados y catalogados como no confiables. Mientras que el Diario de Bioquímica Celular (JBC por sus siglas en inglés) retractó 23 de 137 trabajos con supuesta manipulación de imágenes. Se descubrió también que China ha experimentado uno de los picos más altos en la producción de manuscritos fabricados en los últimos años, la mayoría provenientes de hospitales del país.

Cuando la entrega de una investigación a una institución o medio puede significar la continuidad de la carrera de un investigador o generar el ingreso para asegurar vivienda o transporte, la causa por la que los paper mills se han vuelto un problema tan pervasivo es evidente. ¿Qué piensas del impacto de los manuscritos fabricados en la calidad de la producción académica? ¿Qué medidas o recursos crees que se puedan generar para prevenir el uso de estas fábricas y para detectar los trabajos que vienen de estos? Cuéntanos en los comentarios.

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Los «paper mills» y la integridad académica

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Los manuscritos prefabricados han puesto en duda la credibilidad de cientos de investigaciones en áreas tan sensibles como endocrinología o cirugía vascular.

La cultura del “publish or perish” o “publicar o morir” ha impuesto condiciones de producción muy difíciles de cumplir en la academia. La tendencia consiste en la constante presión hacia los académicos de publicar investigaciones para mantener sus puestos de trabajo. Lo anterior ha orillado a investigadores a realizar prácticas que comprometen la calidad de sus estudios, y en algunos casos, hasta su integridad. Tal es el caso de los paper mills o fábricas de manuscritos, organizaciones potencialmente ilegales que producen manuscritos científicos a petición y producidos por escritores fantasma.

El interés de estos grupos es puramente económico, por lo que no se preocupan de seguir el código de ética necesario para la validación de un trabajo académico. Algunas fábricas de manuscritos pueden tener laboratorios reales que realizan experimentos y producen datos e imágenes reales. Los científicos y académicos pueden comprar estos datos para utilizarlos en diferentes experimentos mientras que otros compran trabajos e investigaciones ya listas para entregar a instituciones. Sus mayores clientes son personas que quieren publicar sin pasar por un proceso de investigación completo. Pero, ¿por qué los trabajos realizados en un laboratorio de estas fábricas de manuscritos no tienen la calidad para compararse con un trabajo académico real? Usualmente tanto los datos como los resultados provenientes de estas organizaciones son prefabricados o producto de plagio.

El problema se ha acentuado gracias a la cultura de publish or perish y las condiciones de publicación aceleradas impuestas por la pandemia. Esto ha generado suficiente preocupación dentro de la comunidad científica como para la creación de guías y protocolos para detectar esta práctica deshonesta y retractar sus productos consecuentes.

El esfuerzo por detener la producción deshonesta

A partir del año pasado, la comunidad científica hizo la fabricación de trabajos una preocupación primordial para salvaguardar la integridad de la academia. Una sola de estas fábricas de manuscritos puede elaborar más de 400 trabajos de investigación falsos en temas tan críticos como cardiología, endocrinología y cirugía vascular. Para marzo de 2021, ya se habían señalado más de mil estudios como posibles productos de esta práctica.

Los editores de diarios y revistas científicas ya han recurrido a comités como la Comisión de Ética en Publicación (COPE por sus siglas en inglés) para discutir la manipulación sistémica de la producción científica por parte de los manuscritos fabricados. Entre los temas más importantes a considerar están los métodos para detectar este tipo de fraude académico y los protocolos a seguir para prevenirlos.

Detectives académicos

Ante la necesidad de la rápida detección de manuscritos provenientes de paper mills, más expertos se están dando a la tarea de especializarse como detectives de la integridad académica, y al parecer están teniendo éxito en descubrir trabajos fabricados. De acuerdo a un análisis de la revista Nature, alrededor de del 26 % de los artículos señalados por los expertos en detección han sido retractados y catalogados como no confiables. Mientras que el Diario de Bioquímica Celular (JBC por sus siglas en inglés) retractó 23 de 137 trabajos con supuesta manipulación de imágenes. Se descubrió también que China ha experimentado uno de los picos más altos en la producción de manuscritos fabricados en los últimos años, la mayoría provenientes de hospitales del país.

Cuando la entrega de una investigación a una institución o medio puede significar la continuidad de la carrera de un investigador o generar el ingreso para asegurar vivienda o transporte, la causa por la que los paper mills se han vuelto un problema tan pervasivo es evidente. ¿Qué piensas del impacto de los manuscritos fabricados en la calidad de la producción académica? ¿Qué medidas o recursos crees que se puedan generar para prevenir el uso de estas fábricas y para detectar los trabajos que vienen de estos? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e Imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/paper-mills

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¿Qué es el publish or perish?

Por: Sofía García-Bullé

 

Esta tendencia entre académicos es una de las mayores causas de hartazgo y abandono de la profesión.

 

La principal tarea de un académico es la de generar y transmitir conocimiento. Dependiendo de en qué fase de tu carrera te encuentres y en qué buscas especializarte, en la publicación de investigaciones o estudios, etc. puede ser la piedra angular de tu carrera.

Para los que se dedican a investigar y producir, el mantenerse relevantes a través de nuevas entregas de material con resultados correctos de alto impacto e interés es crucial para encontrar plazas o  mantener las que ya tienen, esta es la base de la tendencia publish or perish.

¿En qué consiste?

Publish or perish, publica o muere en español, se refiere a la constante presión sobre los académicos para realizar y publicar investigaciones o estudios. Especialmente en las universidades donde las tareas investigativas son eje para atraer fondos, y los académicos son empleados y remunerados en proporción a que tantas investigaciones alineadas a los intereses de su institución realicen.

La medida más común para acreditar a un investigador es el número de publicaciones, y cuenta como valor primario al momento de contratar y decidir si un académico podrá establecer o continuar una carrera en la investigación, si se le acomodará en una posición docente o administrativa o si simplemente no se le considerará para la posición.

Este impulso por la producción constante podría estar afectando la calidad de los estudios realizados. Ya han surgido problemas como la crisis de replicabilidad, que compromete la comprobación y validación de miles de experimentos en los rubros de ciencias exactas y sociales.

El costo económico de mantener este ritmo de publicaciones en las esferas gubernamentales y educativas es bastante alto. Sumado a esto, no se puede subestimar un efecto perjudicial que un ambiente de publicación sin paradas puede ocasionar en quienes hacen el trabajo. El hartazgo y abandono de las carreras académicas tiene una correlación sólida con la imposición de la producción constante a riesgo de perder el trabajo. ¿Cómo dimensionamos el costo personal de una tendencia como publish or perish?

¿Cómo afecta a los productores de conocimiento?

El impacto de una mentalidad colectiva de publicar o morir no solamente provoca un burnout crónico en la comunidad académica, también es uno de los principales factores por los que los académicos terminan por cortar su carrera.

Hablando de cómo afecta a la comunidad académica en conjunto, la cultura pervasiva de publish or perish ha orillado a los investigadores a realizar prácticas que comprometen la calidad del trabajo académico.

Entre algunas de estas actividades perjudiciales está el dispersar sus resultados tanto como pueden de manera que produzcan más artículos en vez de solo uno que pudiera ser más completo y cohesivo, o se ven obligados a saltar al proyecto de alguien más para conseguir una coautoría si no tienen un proyecto propio, o caer en un sesgo de confirmación buscando fuentes que favorezcan el proceso a los resultados esperados.

Instancias como las anteriores generan una seria preocupación de índole ética, y vuelven evidente la necesidad de una conversación seria sobre la integridad del trabajo de investigación realizado en estas circunstancias.

Este mindset también ha afectado seriamente a un sector de la comunidad académica sobre todo ahora que tenemos una situación de contingencia prolongada debido a la pandemia: Las mujeres investigadoras.

En artículos anteriores hemos hablado de la carga desproporcionada con respecto a las de cuidado familiar y doméstica que tienen las mujeres profesionales, además del éxodo laboral que ha costado millones de trabajos alrededor del mundo. En una cultura de trabajo en la que si no publicas no existe, las mujeres en la academia están siendo profundamente impactadas por estas tendencias de producción masivas. Las investigaciones y papers realizados por mujeres han desaparecido sistemáticamente desde los inicios de encierro el año pasado.

¿Piensas que es necesario un cambio de mentalidad para mantener a los académicos dentro de la profesión? ¿O para salvaguardar la calidad e identidad del trabajo académico?

¿Cuál ha sido tu experiencia dentro de este esquema de publicación? Cuéntanos en los comentarios.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/publish-or-perish

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¿Qué es la educación menstrual y por qué la necesitamos?

Por: Sofía García-Bullé

Cuando se habla de la educación menstrual en las escuelas, usualmente es para enseñar a las alumnas a gestionar su menstruación en silencio.

La educación sexual y los temas que cubre son frecuentemente considerados tabú, existe una resistencia histórica a integrar esta vertiente de la educación a la didáctica formal para la salud física. La razón está fuertemente arraigada en el pensamiento colectivo. Cuando hablamos de educación sexual, la carga semántica que supone es usualmente negativa, lo asociamos de inmediato con la práctica del sexo, los embarazos no deseados, la vergüenza social, el juicio sobre los cuerpos y los roles asociados, especialmente los femeninos.

Es tanto el desasosiego causado por esta óptica social que dejamos de lado temas críticos para la integridad física y la salud de las personas. En artículos anteriores hemos hablado de cómo la resistencia hacia la implementación de programas de educación sexual integrales ha desprovisto a los niños de las herramientas para nombrar y protegerse del abuso sexual, o que ha dejado a las mujeres sin herramientas para la gestión de una menstruación digna.

Durante el año pasado y el presente se lograron avances importantes para la incorporación de enseñanzas sobre la salud menstrual en el currículum de las escuelas mexicanas, además de romper barreras cruciales para el abastecimiento de productos de salud femenina en los espacios educativos. Sin embargo, la educación menstrual se sigue considerando un aspecto ajeno al temario de la educación sexual básica pero, ¿qué es la educación sexual y por qué es tan importante incorporarla?

Lo básico de la educación menstrual

La educación menstrual comprende los aprendizajes necesarios para gestionar la menstruación desde una condición natural y empoderante, desprovista de los juicios sociales sobre el cuerpo y el rol del género femenino, priorizando el cuidado de la salud física y mental a través del conocimiento del ciclo y cómo afecta individualmente a cada persona. Una educadora menstrual sería la persona que comunica estos aprendizajes a un grupo de alumnos.

Como se mencionó anteriormente, las instancias de educación menstrual no están integradas en las escuelas pero sobreviven y crecen a base de iniciativas independientes En México existe la iniciativa Mi luna nueva que organiza pláticas y talleres sobre salud femenina. Colombia cuenta con Tyet, una organización que desarrolló metodologías específicas de pedagogía menstrual y que co-crea protocolos de salud e higiene menstrual para territorios latinoamericanos. En Portugal se fundó el Círculo perfecto; mientras que en España Soy 1. Soy cuatro fue una de las primeras instancias de educación menstrual que ha ayudado a más de y formado una comunidad de miles de mujeres. Otras organizaciones de nivel global, que operan en países como Etiopía y Kenia, promueven la educación menstrual considerando incisos importantes del tema como la pobreza menstrual o el impacto ambiental de los productos femeninos desechables.

Existe una necesidad e interés patente por la educación menstrual, pero a pesar de la gran cantidad de esfuerzos independientes para instruir sobre el tema, la educación sexual en las escuelas sigue sin tratar la materia como una piedra angular del temario. ¿Por qué es importante integrarla?

La necesidad de la educación menstrual

“La educación menstrual es urgente”, argumentó Isis Tijaro, antropóloga, educadora menstrual, activista  y fundadora de TYET durante su participación en el programa Todas y Todos, producido por la Universidad de Colombia. Tijaro explicó que la base del problema es cómo se construye culturalmente la idea de la menstruación desde un estigma, asociado con la enfermedad, un tema tabú que debe manejarse en la habitación o en el baño, y del cual no debe hablarse más que para la solicitud de auxilio médico en caso de una complicación.

Las dolencias asociadas con la menstruación y su relación directa con el cálculo de los días fértiles como medio de gestión o prevención del embarazo, son los únicos dos incisos que se conocen y discuten en forma común acerca de este proceso biológico. Como resultado, esta carga social negativa entorpece el esfuerzo hacia la educación para una experiencia menstrual que no provoque ausentismo en las escuelas, que sea eficaz en informar sobre cómo funciona el periodo y detectar sintomatologías de trastornos ováricos o premenstruales, que cree una conciencia de los cuerpos menstruantes sin prejuicios y que conciba la menstruación digna como derecho humano básico.

Cómo maestro o maestra, ¿qué opinas de la forma en que se maneja la educación menstrual y los recursos para la menstruación digna en tu escuela? Si eres estudiante, ¿qué experiencias has tenido con respecto al apoyo escolar o la falta de éste para gestionar tu experiencia menstrual? ¿Han participado en alguna instancia independiente sobre la educación sexual? Cuéntenos en los comentarios.

Fuente e imagen: https://observatorio.tec.mx/edu-news/educacion-menstrual

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