Malawi/28 de julio de 2016/Fuente: educacionmundial
Todo el mundo está de acuerdo en que la educación es importante en un campo de refugiados, para ayudar a aquellos que han tenido que dejar la escuela a que puedan cruzar la frontera. Hablo por experiencia propia, como refugiado que ahora enseña a otros en Dzaleka, Malawi.
Me llamo Dede Buloba. Soy congoleño. Llegué a Malawi en 2007. Enseñé en escuelas secundarias en la República Democrática del Congo durante 8 años, durante 6 años impartí francés como lengua extranjera a refugiados adultos de varios países (Etiopía, Somalia, Congo, Rwanda, Burundi y Malawi) y seis años más a los chicos de 18 a 25 años en Malawi.
Hoy en día hay más de 23.000 refugiados en Malawi. Creo firmemente, a partir de mi experiencia enseñando a refugiados, que la educación es especialmente importante porque los protege del tráfico, la adopción ilegal, el matrimonio infantil, el trabajo infantil y la explotación sexual.
A lo largo de los últimos tres años, casi 22 chicas de entre 14 y 18 años se han quedado embarazadas. Cuando les preguntas quién es el padre, dicen que no está aquí, sino en Sudáfrica. A los chicos de entre 7 y 15 años sus familias los ponen a trabajar para bombear agua y ganan menos de 1 dólar al día (500 kwachas malauíes). Terminan abandonando sus estudios. Dicen que no tienen alternativa.
Comprender la situación en la que se encuentran los refugiados es complicado. En general, sabemos muy poco sobre su procedencia, su estatus como refugiados y todo lo que conlleva acogerlos en un nuevo país. Y el hecho de no entender del todo su origen puede desencadenar tensiones entre comunidades. A veces hay tensiones entre etiopios, o incluso entre malauíes o congoleños, de las tribus Babeme y Bafuliro.
En el campo de refugiados de Dzaleka, donde trabajo, en Malawi, más de la mitad de los refugiados son niños. Deberíamos priorizar sus necesidades. Son vulnerables, víctimas de enfermedades y malnutrición, y dependen de los adultos tanto física como psicológicamente. Al haber huido de conflictos o persecuciones, se alejan de todo tipo de peligros. Además, puesto que están separados de sus familias, en un estado frágil y sujetos a discriminación, pueden terminar reclutados por fuerzas armadas o víctimas de abusos sexuales, y su acceso a la educación se resiente. Algunas de las niñas incluso acaban como prostitutas para hombres mayores.
Acogemos con beneplácito algunos de los programas pragmáticos que están dirigiendo el Servicio de la Universidad Mundial (World University Service) de Canadá, el Servicio Jesuita para Refugiados (Jesuit Refugee Service) y ACNUR para auxiliar a estas jóvenes. Estos programas ayudan a las jóvenes a estudiar en el extranjero, e incluso las han ayudado a abrir un restaurante y una guardería, donde algunas de estas chicas han podido encontrar empleo.
Un papel importante de la educación para estas personas es transmitir lo importante que es la tolerancia y la democracia, así como la cultura de las diferentes poblaciones: su religión, alimentación, estilo de vida y, en el caso de los refugiados, las distintas razones por las que pueden haber huido del conflicto.
Después de tantos años en este campo de refugiados, comprendo lo que quiere decir la gente cuando afirma que la educación puede ser una solución al odio religioso y cultural. Aprender otra lengua es el inicio hacia la integración, un paso esencial para ayudar a los refugiados.
En cuanto a los profesores, deben tener experiencia y estar capacitados para asumir esta responsabilidad. Pero, desgraciadamente, aquí en los campos de refugiados formar a los profesores no es una prioridad, por varias razones. Todo lo que cuenta es si pueden hablar y escribir la lengua de instrucción, inglés. Como resultado, el aprendizaje de los niños sale perjudicado. Conozco un estudiante de séptimo curso que ni siquiera puede leer o escribir.
Enseñar a estos niños no debe consistir solo en que consigan un buen trabajo: sus destrezas y conocimientos aprendidos en la escuela pueden alterar su futuro de muchas formas. “La educación es la clave para el desarrollo”, dijo Nelson Mandela. Si incluimos la educación en todos los aspectos de la vida, se producirá el cambio.
Fuente: https://educacionmundialblog.wordpress.com/2016/07/21/ensenar-a-refugiados-en-malawi/
Imagen: https://educacionmundialblog.files.wordpress.com/2016/07/16.jpg?w=444&h=250