Las ONG han pedido hoy, en el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, el fin de los ataques contra los trabajadores humanitarios en conflictos, catástrofes y crisis.
Médicos del Mundo precisa que, en el primer semestre de este año, 62 miembros del colectivo sanitario han sido asesinados, han desaparecido, han resultado heridos o han sido asaltados en trece países como Siria, Pakistán, Afganistán, El Salvador, Ucrania, México o Nigeria.
«No solo queremos denunciar lo que se incumple, sino también proponer caminos alternativos a través de nuestra experiencia, como el refuerzo de los sistemas preventivos de seguridad», señala el presidente de Médicos del Mundo en España, José Félix Hoyo.
Desde su punto de vista, «el personal sanitario local debe estar amparado por el mismo sistema de protección que los equipos internacionales».
Médicos del Mundo ha puesto en marcha una campaña consistente en distorsionar su logotipo para mostrar que aquello en lo que no quiere convertirse: «Objetivos del Mundo».
«Las instalaciones sanitarias deben ser protegidas y, en ningún caso, atacadas deliberadamente. Hoy en día, el derecho humanitario no se respeta en absoluto: curar no debe ser considerado como un acto de guerra», indica la vocal de Programas Internacionales de Médicos del Mundo, Iria Galván.
Desde Acción contra el Hambre, su director general, Olivier Longué, subraya que los países donde los trabajadores humanitarios están más amenazados por la violencia y los ataques son los que necesitan ayuda humanitaria de manera más urgente.
«En 2016, cinco países afectados por conflictos concentraron la mayor parte de los principales ataques contra actores humanitarios, Afganistán, Somalia, Sudán del Sur, Siria y Yemen, zonas de guerra donde el derecho internacional humanitario ha quedado relegado», resalta Longué.
De Afganistán a Ucrania, de Nigeria a Yemen, de Sudán del Sur a Siria, «a pesar de los riesgos por falta de seguridad en estos países, nuestros equipos se han movilizado para desplegar la respuesta humanitaria necesaria», precisa Longué.
Acción contra el Hambre no solo pide el fin de estos conflictos, sino el respeto del derecho internacional humanitario para que las personas tengan acceso a los servicios básicos mínimos para tener una vida digna.
World Vision se ha unido a la campaña «No son un objetivo» para invitar a los líderes mundiales a garantizar la protección de civiles y trabajadores humanitarios.
Esta entidad pone de relieve el valor de los trabajadores humanitarios y reclama el fin de la violencia contra los niños, así como de la destrucción intencionada de los servicios médicos y educativos.
El Programa Mundial de Alimentos, la mayor agencia humanitaria que lucha contra el hambre en el mundo, expresa su apoyo a las personas que se encuentran atrapadas en conflictos y rinde homenaje a los trabajadores humanitarios que se preocupan por ellas.
Destaca el compromiso de los que trabajan para aliviar el sufrimiento y cubrir las necesidades de los más vulnerables en todos los rincones del mundo, con frecuencia, poniendo en peligro su propia seguridad.
Según la organización, 20 millones de personas son afectadas por esta crisis humanitaria.
La hambruna amenaza a más de 20 millones de personas en Yemen, Somalia, Sudán del Sur y el noreste de Nigeria, advirtió este miércoles el Consejo de Seguridad de la ONU, que vinculó el problema con los conflictos armados en marcha en esos países.
«El Consejo de Seguridad deplora el devastador impacto que genera sobre los civiles los conflictos armados en marcha y la violencia», destaca una declaración del presidente de esta instancia, adoptada por consenso por sus 15 miembros.
El texto enfatiza que la violencia actual dificulta «una respuesta humanitaria efectiva a corto, mediano y largo plazo, y en consecuencia es también una de las causas principales de hambre» en esos países.
Producto de una iniciativa sueca, la declaración requirió una fuerte negociación previa pues con ella las Naciones Unidas establece por primera vez un vínculo formal entre la existencia de conflictos y el hambre.
El 21 de junio de 2017 tuvo lugar en Juba, Sudán del Sur, un taller de capacitación de tres días de duración sobre la elaboración y evaluación de manuales escolares. Durante la inauguración del evento, el Sr. Omot Okony Olok, Director General de la Dirección de Garantías para la Calidad y las Normas, expresó su agradecimiento a la UNESCO por su respaldo al Ministerio de Educación General e Instrucción (MoGEI) y animó a los participantes a sacar el máximo provecho de las contribuciones y los debates que se celebraron.
El taller hizo hincapié en la necesidad de elaborar manuales que proporcionen contenidos inclusivos a los estudiantes. En el mundo diverso de hoy, los manuales y otros materiales de aprendizaje repercuten sensiblemente en que los niños se vuelvan tolerantes y hospitalarios con respecto a los otros. Las diferencias religiosas, de género y culturales pueden convertirse en fuentes de tensión y de violencia si no se abordan de manera constructiva. Los ejercicios y debates en el marco del taller ponen de relieve aspectos tan relevantes como el contenido de los manuales y la necesidad de pensarlos desde una perspectiva integradora.
El taller se lleva a cabo en un momento ideal, ya que después de haber desarrollado su primer programa educativo, Sudán del Sur se centra ahora en elaborar manuales que respaldan dicho programa. Se espera que los especialistas de la Dirección de Garantías para la Calidad y las Normas utilicen la información y los conocimientos adquiridos durante el taller con miras a obtener resultados positivos en el ámbito del aprendizaje de los niños en Sudán del Sur. «La cuestión de la inclusión es un tema acuciante para un país tan joven como Sudán del Sur», afirmó el Sr. Odur Nelson, Director General de los Sistemas de Educación Alternativa del Ministerio de Educación, quien participó en el taller. «La educación es un instrumento de importancia capital para lograr estos objetivos y los manuales escolares son parte de ello».
El taller fue organizado en colaboración con la Sección de la Educación para el Desarrollo Sostenible y la Educación para la Ciudadanía Mundial, en la sede de la UNESCO, la Dirección de Garantías para la Calidad y las Normas del Ministerio de Educación General e Instrucción de la República de Sudán del Sur y la Oficina Regional de la UNESCO en Juba. En el taller participaron veintiún técnicos de alto nivel que trabajan en el ámbito de la elaboración de programas educativos y manuales escolares. Tres de los 21 participantes provienen del Instituto de Formación de Docentes, en Maridi, antiguo estado de Ecuatoria Occidental. «La formación de docentes debe tener en cuenta la elaboración y la evaluación de manuales con miras a sensibilizar a los docentes en cuanto a su contenido», afirmó el Sr. Kenyi Jafar, uno de los tres participantes del instituto de formación docentes. La Sección de la Educación para el Desarrollo Sostenible y la Educación para la Ciudadanía Mundial proporcionó un conjunto de materiales pertinentes con el objetivo de intercambiar experiencias con los participantes del taller de capacitación en lo relativo a la selección y elaboración de manuales.
Sudán del Sur/31 julio 2017/Fuente: África Fundación
Según reporta Aministía Internacional en un nuevo informe, miles de mujeres, niñas y hombres de Sudán del Sur, que han sido violados en ataques sexuales por motivos étnicos durante el conflicto en curso, están luchando contra la angustia mental y el estigma sin tener a dónde acudir para pedir ayuda.
El informe se basa en entrevistas a 168 víctimas de violencia sexual en Sudán del Sur y en campamentos de refugiados en la vecina Uganda, donde se encuentra la crisis de refugiados de más rápido crecimiento en el mundo.
El nuevo informe de Amnistía Internacional, titulado «No permanezca en silencio», descubre graves actos de violencia sexual contra miles de personas en todo el país desde que comenzaron las hostilidades en diciembre de 2013.
«Esta es una violencia sexual premeditada a gran escala. Las mujeres han sido violadas en grupo, agredidas sexualmente con palos y mutiladas con cuchillos «, dijo Muthoni Wanyeki, director regional de Amnistía Internacional para África Oriental, el Cuerno y los Grandes Lagos.
10 defensores de los derechos humanos de Sudán del Sur, cuyas identidades han sido ocultadas, han trabajado junto a Amnistía Internacional en este informe.
Según el documento, los autores provienen de ambos lados del conflicto, enfrentando a las fuerzas progubernamentales del presidente Salva Kiir, un Dinka, contra las fuerzas de oposición del ex primer vicepresidente, Riek Machar, un nuer, y sus respectivos grupos armados aliados.
El nuevo informe describe la magnitud de la violencia sexual en Sudán del Sur como «masiva».
Algunas de las agresiones sexuales no ocurren durante los combates, sino entre los millones de personas que se refugian del conflicto.
Para realizar este informe se entrevistó también a 16 víctimas varones, algunos de los cuales dijeron que habían sido castrados o tenían sus testículos perforados con agujas.
Muchas víctimas manifestaron sufrir pesadillas, pérdida de memoria, falta de concentración, y habían pensado en venganza o suicidio – todos los síntomas comunes del trastorno de estrés postraumático.
«Algunos de los ataques parecen diseñados para aterrorizar, degradar y avergonzar a las víctimas y, en algunos casos, impedir que los hombres de grupos políticos rivales puedan tener descendencia», dijo Wanyeki.
«El gobierno del sur de Sudán debe tomar medidas deliberadas para detener esta epidemia de violencia sexual, comenzando por enviar un claro mensaje de tolerancia cero, ordenando inmediatamente una investigación independiente y efectiva de los ataques que se han producido y asegurando que los responsables sean sometidos a juicios justos», agregó.
El año pasado, por ejemplo, las Naciones Unidas reportaron un 60% de aumento en la violencia de género en Sudán del Sur, con el 70% de mujeres que se encuentran en los campos de la ONU en la capital, Juba, violadas desde el comienzo de la guerra civil a mediados de Diciembre 2013.
En Bentiu, al norte de Sudán del Sur, se ha puesto en marcha una campaña para que las niñas regresen a la escuela y para animar a los maestros a ofrecer una mejor educación.
El Subsecretario del Ministerio Nacional de Educación General, Hon. Michael Lopuke Lotyam dijo que el gobierno estaba muy comprometido y estaba haciendo todo lo que podía para mejorar el sector de la educación en el país.
Con el apoyo de la Unión Europea y otros socios, el Gobierno nacional está complementando el presupuesto de las escuelas.
«Los maestros que se desempeñan bien en sus roles recibirán 4.803 libras sudanesas (aproximadamente USD 32)», dijo el Hon. Lopuke. «Estos incentivos están destinados a alentar a los maestros que forman parte del proceso de construcción de la nación».
El Subsecretario advirtió que muchas escuelas en todo el país no estaban usando los incentivos de una manera efectiva. Dijo que el Ministerio de Educación no podía permitirse el lujo de financiar materiales de estudio para las escuelas por encima del dinero que ya estaba haciendo disponible.
UNMISS Jefe de la Oficina de Campo en Bentiu, Hiroko Hirahara, está animando al gobierno a continuar invirtiendo en educación para un futuro mejor e instó a los padres a enviar a sus hijos a la escuela. Reconoció la importancia de invertir en maestros.
El jefe interino de UNICEF en Bentiu, Elizabeth Bonareri Mose, reiteró el compromiso de su organización de apoyar la educación de las niñas y pidió la participación de las mujeres en el proceso de toma de decisiones.
«Si educamos a una niña, educamos a una familia y educamos a una nación».
Hablando en nombre de las estudiantes, Rebecca Nyadit Gatluak instó al Gobierno a dar prioridad a la paz y apoyar la educación de las niñas.
«Los padres deben dejar de crear problemas para las niñas que están en la escuela y no sobrecargarlas con tareas domésticas. Las niñas deben tener la oportunidad de estudiar y no tener que pensar en el matrimonio temprano «.
Mientras que el conflicto ha destruido muchas escuelas, la restauración gradual de estas escuelas y los incentivos fijados para los profesores han dado la esperanza al sistema educativo del sur de Sudán.
El 17 de julio fue declarado el Día Nacional de la Educación de las Niñas del Sudán del Sur por el ex Presidente John Garang para aumentar la conciencia sobre la importancia de la educación de las niñas en el país.
En los últimos años, a la par del ligero aumento de la tasa de alfabetización, la percepción de la discapacidad vira hacia una mayor tolerancia.
gual que en gran parte de África, en Sudán del Sur la discapacidad también se considera un tabú. Si un niño con discapacidad nace en un pueblo, es muy probable que lo abandonen en el bosque o, a lo sumo, que viva marginado por la comunidad.
En los últimos años, a la par del ligero aumento de la tasa de alfabetización, la percepción de la discapacidad vira hacia una mayor tolerancia. Y esto se debe también a la gran labor del Centro Usratuna, ubicado en la capital, Juba. Se trata del único centro de rehabilitación para niños con discapacidad en todo el país.
En Sudán del Sur, el Estado más joven del mundo, hay en curso desde 2013 una guerra civil que con el tiempo se tiñe cada vez más de conflicto étnico. Más de cinco millones de personas, casi la mitad de la población, corre el riesgo de morir de hambre.
Entre los desplazados internos y los refugiados en países vecinos se ha superado la cuota de los 3,5 millones de personas; además, ha habido más de 100 mil muertos. En un contexto como este, en el que se ha desatado una hambruna feroz, es fácil imaginar que las personas con discapacidad no entran ni remotamente en el radar del gobierno.
Y como suele ocurrir en este país destrozado de África centro-oriental, quienes se ocupan de las responsabilidades del gobierno en el campo del asistencialismo son las iglesias y las organizaciones no gubernamentales vinculadas a ellas.
La ONG italiana OVCI (Organización Voluntaria para la Cooperación Internacional), cercana a la iglesia Católica, está presente en Sudán del Sur desde 1983.
Es gracias a OVCI que en Juba existe y funciona con regularidad desde hace décadas el único centro de rehabilitación para niños con discapacidad a nivel nacional. Desde la apertura del centro Usratuna (que en árabe significa «nuestra familia»), en 1984, se han beneficiado de sus servicios más de 500 mil personas.
«Con una población con discapacidad de alrededor de 1,5 millones de personas -explica Manuela Vittor, la representante de OVCI en el país-, Usratuna es el único centro polivalente de rehabilitación para la edad evolutiva, niños y adolescentes, en todo Sudán del Sur”.
“Trabajamos en una etapa que va de los cero hasta los 18 años. Tratamos principalmente parálisis cerebral, con afectación en el cuerpo entero o solo una parte. Registramos muchos casos, causados por la malaria cerebral, que aquí está aún muy extendida”, añade.
También tenemos, dice, “muchos casos de parálisis obstétrica, sordera, retraso motor, retraso mental, hidrocefalia y espina bífida. Durante el día a muchos de estos niños los tenemos en nuestras escuelas, mientras que a los que requieren cirugía los mandamos a Uganda en clínicas especializadas».
Sobre la percepción de la discapacidad en Sudán del Sur, la directora de OVCI muestra un optimismo cauteloso: «Desde 2004, el año en el que llegué aquí, la gente parece mucho más sensible con este tema. Y lo noto sobre todo en la actitud de las madres; mientras que antes se mantenían lejos de sus hijos con discapacidad, actualmente están mucho más presentes y atentas”.
“Puedo decir lo mismo de algunos padres. Esto, sin embargo, es válido solo para la ciudad, ya que en el campo, donde la educación es casi inexistente, la situación cambia mucho: se cree que la discapacidad es causada por algún espíritu, por el diablo o similares”, añade.
Por esta razón, afirma, “en las comunidades rurales nuestros trabajadores intentan hacer campañas de sensibilización y prevención explicando que la causa de la discapacidad debe buscarse en otra parte, como por ejemplo la malaria».
Carla Magnaghi, una monja laica, es la veterana de Usratuna. Vive en Sudán del Sur desde hace más de 30 años y ha visto el nacimiento y el desarrollo del centro. Se ofrece como guía en las grandísimas instalaciones de OVCI con cortas paradas en el laboratorio donde construyen las sillas de ruedas, los andadores, las sillas altas y las muletas.
En la guardería y la escuela primaria, con cursos dirigidos a la discapacidad de los niños; en un dispensario; en una pequeña farmacia donde se distribuyen fármacos de forma gratuita, y en un ala de la Universidad de Juba, la Facultad de Medicina-Fisioterapia, de la cual forma parte la ONG italiana.
«La economía nacional -explica Carla- no puede soportar el sistema de atención primaria de salud, fragmentado en los servicios y con poca presencia capilar en el territorio. Los que sufren las consecuencias más devastadoras de esta situación son, lamentablemente, los niños. El compromiso con la salud de OVCI tiene como objetivo fortalecer el sistema sanitario maternoinfantil”, afirma.
Apunta qie “según UNICEF, Sudán del Sur es actualmente la región con la tasa de mortalidad materna más alta del mundo: más de dos mil mujeres por cada 100 mil nacimientos. La mortalidad infantil es muy alta y un gran número de niños no llegan a los cinco años. Por eso tratamos de hacer tanta prevención durante la etapa del parto».
«Un saco vacío -suele decir Carla- no se aguanta solo. Tratamos de controlar a nuestros niños con el MUAC (mid-upper-arm circumference), un indicador para medir el estado nutricional de un niño. Gracias a un medidor especial que se pone alrededor del brazo como un brazalete es fácil estudiar la situación del pequeño paciente”.
Explica que “la cinta, además de indicar los centímetros, se divide en zonas de colores: la verde indica que el niño está bien; la amarilla, que el niño está desnutrido; la roja, que el niño está en peligro. Esto, junto con el peso y la edad, proporciona una imagen clara de las condiciones del niño y de las acciones que hay que tomar».
La lucha contra la malnutrición y la desnutrición es una de las piedras angulares de OVCI. Un niño malnutrido está condenado a un menor desarrollo físico y mental durante la infancia. La deficiencia de yodo es la principal causa de retraso mental y daño cerebral.
La desnutrición tiene un impacto negativo en el rendimiento escolar y esto, muy a menudo, afecta a la capacidad de generar ingresos cuando se es adulto. Además, una madre desnutrida tiene más probabilidades de dar a luz a bebés de bajo peso. Los dos primeros años de vida de un niño son fundamentales para prevenir la desnutrición infantil, causa, en gran parte, de daños irreversibles.
Hace seis años Sudán del Sur alcanzó su independencia, pero el conflicto armado ha agudizado la pobreza y el desplazamiento de sus habitantes. Los niños siguen siendo los más afectados.
Sudán del Sur cumple este domingo seis años de independencia. Es considerada la nación más joven del mundo, pero el resurgimiento de la violencia en 2013 ha empeorado su situación humanitaria y miles de personas han huido hacia Etiopía, Kenia, Sudán y Uganda.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por su sigla en inglés) lamentó este sábado que los sueños y las esperanzas de los niños no se han materializado por causa del conflicto.
La nación africana sigue sumida en el caos y los niños deben afrontar el mayor peso del conflicto y padecer el colapso de los servicios básicos, advirtió el organismo internacional.
Millones de infantes no tienen acceso a la educación, a la salud ni a una nutrición adecuada, denunció Mahimbo Mdoe, representante de Unicef en ese país.
Más de dos millones de niños han huido de sus casas para salvar sus vidas de los constantes enfrentamientos. Hasta junio pasado, más de un millón de menores permanecen en condición de refugiados, detalló Mdoe.
Los menores también se exponen a virus mortales como el sarampión debido al colapso del sistema de salud, el agua y procesos de saneamiento.
¿Celebrar la independencia en medio de la crisis?
Los ciudadanos de Sudán del Sur fueron convocados el 1° de enero de 2011 a un referendo. El 98,83 por ciento de los habitantes de la región votaron a favor de la independencia que se materializó el 9 de julio de ese año.
La crisis económica que atraviesa el Gobierno de Yuba, por segundo año consecutivo decidió anular las celebraciones del aniversario, además, no pagan los salarios de sus funcionarios desde hace tres meses.
El 21 de junio se levantó la clasificación de «hambruna» en Sudán del Sur, sin embargo, la Federación Internacional de la Cruz Roja calificó este paso de una «victoria frágil», dado que 1,7 millones de personas aún se enfrentan a niveles de emergencia de hambre.
El catedrático de Ciencias Políticas en la universidad de Yuba James Ukuk, expresó que la única esperanza que queda es que la comunidad internacional rescate al país del deterioro económico y que pueda reducir el sufrimiento que padecen los civiles.
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