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El aumento del hambre cuestiona avances de las últimas décadas, dice estudio

Por: EFE

Tras casi 20 años de reducción del hambre y el mundo países de la Africa Subsahariana y Venezuela ven incrementada la situación, lo que cuestiona los caminos.

Los niveles de hambre a nivel mundial han descendido en más de una cuarta parte desde 2000, pero de forma «desigual» y «precaria», como demuestra el aumento registrado recientemente en varios países.

Así lo pone de manifiesto un nuevo estudio difundido hoy por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), en colaboración con la ONG alemana Welthungerhilfe y la irlandesa Concern.

El Índice del hambre global de 2017, elaborado a partir de datos procedente de 119 países, apunta que la mitad de ellos están en niveles «alarmantes» o «serios» tras estudiar sus cifras de desnutrición, mortalidad infantil y los problemas de crecimiento y peso en los niños.

Destaca la hambruna que amenaza Sudán del Sur, Somalia, el Yemen y Nigeria (los dos primeros no son evaluados por falta de datos), mientras los conflictos y el cambio climático siguen golpeando sobre todo a los más pobres y a otros grupos con menor poder político, económico y social como las mujeres y las minorías étnicas.

Además, los obstáculos para reducir el hambre en algunos países dificultan los esfuerzos para erradicar esta lacra, reto al que la comunidad internacional se ha comprometido para 2030.

La República Centroafricana es el único país donde la situación es «extremadamente alarmante», según la máxima categoría del índice, seguido de Chad, Sierra Leona, Madagascar, Zambia, el Yemen, Sudán, Liberia, Níger y Timor Este, con las peores cifras.

Otros como Sri Lanka, Mauritania y Venezuela registran también mayores niveles de hambre en 2017 en comparación con 2008, después de dos décadas de progresos, de acuerdo al estudio.

El director general del IFPRI, Shenggen Fan, señaló en un comunicado que se necesitan sistemas alimentarios «resilientes» proporcionando ayuda a las zonas que afrontan las peores crisis y construyendo políticas a nivel nacional e internacional «para abordar las causas estructurales que crean la persistente inseguridad alimentaria».

El informe también subraya que el hambre en países en desarrollo cayó un 27 % desde 2000 y, en ese periodo, un total de 14 países -entre ellos, Senegal, Azerbaiyán, Perú, Panamá, Brasil y China- mejoraron en al menos un 50 % sus niveles.

Por regiones, el Sur de Asia y África subsahariana son aquellas en las que más se concentra el hambre, al tiempo que en Oriente Medio existen grandes disparidades entre países.

El informe agrega que en América Latina los niveles de hambre son bajos, aunque reconoce el caso particular de Venezuela, donde estos han aumentado a «moderados» después de que «las turbulencias políticas y los disturbios alimentarios hicieran que el hambre creciera un 40 % desde 2008».

Fuente:https://elpais.com.uy/vida-actual/aumento-hambre-cuestiona-avances-ultimas-decadas-dice-estudio.html

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Taller de validación de examen de políticas educativas en Sudán

04 de octubre de 2017 / Fuente: http://es.unesco.org/

Representantes de la Oficina de la UNESCO en Jartum, de la Oficina Regional de la UNESCO en Beirut, de la de la Sede de la UNESCO, el Ministro de Educación y otros altos funcionarios, así como unos 70 participantes, entre los que figuran asociados para el desarrollo y organizaciones de la sociedad civil, participaron activamente en el proceso de aprobación del anteproyecto del documento sobre políticas educativas que tuvo lugar en Jartum, Sudán, el 23 de agosto de 2017.

La revisión da seguimiento a meses de investigación documental, visitas en el terreno, entrevistas a las partes interesadas y a la fase de autoevaluación durante la cual se alentó al equipo nacional para que examinara su sistema educativo. En el marco de este proceso, se dispuso que la UNESCO y el Gobierno sudanés lleven a cabo el examen y la evaluación en tres ámbitos de la política educativa, en función de las prioridades de cada sector, así como que elaboren conjuntamente las recomendaciones de políticas que deben contribuir al desarrollo educativo del país.

Los tres ámbitos de políticas se han centrado en docentes, la alfabetización y los niños no escolarizados, así como en la política sectorial y la planificación. El equipo encargado de efectuar el examen determinó los problemas principales en materia de políticas y los desafíos a los que debe hacer frente el sistema educativo sudanés, y brindó recomendaciones que el Gobierno debe tener en cuenta en sus reformas. Los ámbitos coinciden con el nuevo énfasis en la calidad y la equidad de la Agenda 2030 de Educación y, en particular, del Objetivo de Desarrollo Sostenible 4.

Los resultados del examen de políticas proporcionarán una orientación política general a fin de ayudar a que el Gobierno alcance estos objetivos y a tomar decisiones estratégicas durante la aplicación del próximo plan quinquenal (2018-2022), con el objetivo de hacer buen uso de los recursos limitados disponibles.

Actualmente se está revisando el proyecto final que deberá estar listo para su publicación por el Sector de Educación de la UNESCO, en octubre de 2017, en el marco del conjunto de revisión de las políticas educativas.

Fuente noticia: http://es.unesco.org/news/taller-validacion-examen-politicas-educativas-sudan

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Empoderar a las niñas

Por: David Meléndez Torme

Las mujeres nacidas en países pobres son el grupo demográfico más vulnerable.

Además de pobres, tienen peores condiciones de salud, menor acceso a la educación y mayor probabilidad de ser víctimas de violencia.

En la lotería de la vida, nacer mujer en un país pobre te sitúa en una doble desventaja. Las mujeres de estos países tienen la mayor incidencia mundial de pobreza de entre todos los grupos demográficos, además de las peores condiciones de salud, el menor acceso a la educación y la mayor probabilidad de ser víctimas de violencia.

La desigualdad de género (a través de la exclusión laboral y los menores salarios) cuesta al mundo un alarmante 15,5% del PIB. Negar oportunidades a las mujeres para desarrollar su potencial impide que las sociedades aprovechen su contribución. Sin embargo, la frustrante realidad es que las soluciones eficaces para abordar la desigualdad de género pueden resultar difíciles de identificar.

Los 30 millones de niñas en riesgo de mutilación genital femenina (MGF) durante la próxima década se sitúan en el extremo de la escala de desempoderamiento. Se trata de un procedimiento casi universal en Somalia, Guinea, Yibuti, Egipto, Eritrea, Malí, Sierra Leona y Sudán. La Organización Mundial de la Salud alerta de que las afectadas sufren problemas de salud en el largo plazo y mayores tasas de muerte perinatal.

Pero el problema es más fácil de identificar que de resolver. Las reformas legales han tenido poco impacto. Incluso en el Reino Unido, donde la MGF fue prohibida hace 30 años, ninguna persona ha sido enjuiciada exitosamente. Las primeras cifras registradas se comunicaron en julio y revelaron que hubo 5.702 nuevos casos en Inglaterra entre abril de 2015 y marzo de 2016. Al menos 18 mujeres jóvenes y niñas fueron sometidas a la MGF en el Reino Unido, mientras la mayoría recibió el procedimiento en África.

En las últimas tres décadas ha habido una disminución general en la prevalencia de la MGF, pero no todos los países han efectuado progresos. De hecho, las actuales tendencias señalan que el número de niñas y mujeres sometidas a la MGF aumentará significativamente en los próximos 15 años.

Esto no quiere decir que las entidades benéficas y los gobiernos que trabajan en esta área no estén haciendo un trabajo excelente. Pero necesitamos más estudios de alta calidad sobre cómo identificar y ampliar programas que ya sean eficaces.

El matrimonio infantil es otra costumbre inaceptable que arrebata oportunidades a las niñas. Entre 2011 y 2020, más de 140 millones de niñas de todo el mundo se convertirán en niñas casadas (definidas por las Naciones Unidas como las que contraen matrimonio antes de los 18 años). UNICEF estima que las tasas de matrimonio infantil superan el 50% en nueve países: Níger, República Centroafricana, Chad, Bangladesh, Malí, Guinea, Sudán del Sur, Burkina Faso y Malawi.

Las consecuencias para las niñas casadas son de amplio alcance: menores niveles de educación y menores ingresos de por vida, mayores tasas de violencia doméstica, mayor riesgo de morir durante el embarazo o el parto y mayores tasas de mortalidad para sus hijos.

Al igual que en la MGF, las leyes por sí solas no son suficientes para abordar el problema. Un ejemplo es Bangladesh, donde el 52% de las niñas están casadas cuando alcanzan la mayoría de edad de 18 años. Varias leyes que prohíben el matrimonio y las dotes infantiles han tenido escaso efecto: el 18% de las niñas se casan antes de cumplir los 15 años (la tasa más alta del mundo). Los programas comunitarios para dar a las adolescentes capacitación y destrezas de vida han tenido un impacto limitado.

Un estudio realizado en Bangladesh por economistas de la Universidad de Duke y el Abdul Latif Jameel Poverty Action Lab del MIT plantea que la estrategia más eficaz podría ser proporcionar incentivos económicos para retrasar el matrimonio. Las niñas situadas en el 20% más pobre de la población mundial tienen más del doble de probabilidades de casarse jóvenes que las del 20% más rico.

En el sur de Bangladesh se llevó a cabo un esperanzador programa que proporcionaba aceite de cocina a los padres de las niñas solteras. Los participantes recibían cuatro litros de aceite cada cuatro meses, con la condición de que un monitor confirmara que las niñas permanecían sin casarse.

El modesto incentivo funcionó: las hijas de los destinatarios se casaron, en promedio, hasta un 30% menos antes de los 16 años, obteniéndose así una rentabilidad cuatro veces superior a los costes. El programa también mejoró el nivel educativo de las niñas, que tendieron a permanecer en la escuela hasta un 22% más.

Lo anterior tiene importancia porque una de las metas clave de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, que concluyeron en 2015, fue eliminar la disparidad de género en la educación primaria y secundaria. Se logró un buen avance en la primaria, pero el acceso a la educación secundaria y universitaria sigue siendo altamente desigual. Las diferencias en cuanto a matriculación en educación primaria han disminuido en todas las regiones, pero quedan rezagadas África subsahariana, Oriente Próximo y el norte de África.

Reducir la brecha de género en la escolarización también tendría beneficios para la siguiente generación. Más educación para las niñas significa mejor salud y nutrición para sus hijos.

La manera de lograr esto variará según el lugar. Por ejemplo, proporcionar uniformes escolares gratis ayuda solo en algunos sitios. La actuación para reducir el matrimonio infantil en Bangladesh tuvo beneficios adicionales de fomento a la educación secundaria. Nuevos estudios indican que, a nivel mundial, el dinero que se destina a reducir la disparidad de género en educación genera beneficios alrededor de cinco veces superiores a los costes.

Muchas ideas bien intencionadas para reducir la desigualdad de género, e incluso indudablemente buenas, son más difíciles de analizar y cuantificar. Asegurar a las mujeres derechos igualitarios de heredar propiedades, firmar contratos, registrar empresas o abrir cuentas bancarias tendría un bajo costo y podría conllevar beneficios de gran alcance. Pese a las deficiencias de información, un panel de Premios Nobel convocado por el Consenso de Copenhague identificó tales medidas como una de las 19 mejores metas de desarrollo: cada dólar rendiría beneficios por más de quince veces su valor.

Sabemos cómo enfrentar un problema y tenemos abundante información sobre costes y beneficios. Unos 225 millones de mujeres que quieren evitar el embarazo no están utilizando métodos seguros y eficaces de planificación familiar. Las razones van desde la falta de acceso a la información o los servicios hasta la falta de apoyo de sus parejas o comunidades.

Garantizar el acceso universal a los anticonceptivos costaría 3.600 millones de dólares al año, pero significaría reducir en 150.000 los casos de mortalidad materna y en 600.000 los de orfandad. Además, el beneficio demográfico de tener menos personas dependientes y más en la fuerza laboral aceleraría el crecimiento económico. Los beneficios totales resultan impresionantes: 120 veces el valor de los costes.

No hay soluciones rápidas para la desigualdad de género, pero una cosa está clara: no todos los esfuerzos resultan igualmente apropiados ni se basan en datos fiables. Por consideraciones morales y económicas, los responsables políticos deberían adoptar aquellas medidas que más contribuyan a empoderar a las niñas y mujeres.

Fuente: http://www.eldiario.es/tribunaabierta/Empoderar-ninas_6_688791133.html

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Madre sudanesa se une a sus propios hijos en el salón de clase

Sudán/18 septiembre 2017/Fuente: Acnur

Después de huir de la guerra en la región de Darfur, Sudán, Hosna estaba determinada a que sus hijos recibieran educación y ella quería ser parte de eso.

A pesar de que la vida de Hosna Idris Abdallah ha estado marcada por la violencia, el hambre y la pobreza, ella nunca se abandonó a sí misma ni a sus hijos, y nunca ha perdido su deseo de continuar aprendiendo.

En su hogar en Darfur, Sudán, la familia de Hosna era agricultora y pastora. Como todas las demás jóvenes que ella conocía, se casó y tuvo una familia. Después la guerra inició y hombres armados atacaron su aldea. Ellos asesinaron a cinco hombres de su familia, incluido su esposo.

Ese día, Hosna reunió a sus hijos, tomó sus pertenencias y abandonó su casa. Después de llegar a Chad en 2003, ella se volvió a casar y tuvo dos hijos más. Después de que su segundo esposo se divorciara de ella, quedó sola criando a todos sus hijos.

Hosna, sus cinco hijos y un nieto ahora viven en un campamento de refugiados cerca de la ciudad de Goz Beida. Al principio ella luchó por encontrar comida, ropa y albergue, pero, cuando llegó la ayuda y sus vidas se estabilizaron, Hosna empezó a pensar en el futuro. “Me di cuenta de que era importante que mis hijos estudiaran”, dice ella. “Ellos no tienen padre. Lo único que tienen para el futuro es la educación”.

El pensamiento de que quería ser parte de eso quedó en su cabeza. “En Darfur nadie pensó en llevarme a la escuela. Yo decidí ir porque nunca tuve la oportunidad”.

“Las personas ven extraño que yo vaya a la escuela con mis hijos…pero yo nunca me rendiré”.

La adaptación a educarse y proveer para sus hijos ha sido difícil. Hosna, de 37 años, levanta a sus hijos temprano y todos van a recoger leña, que pueden vender para conseguir comida.

«Tengo que llevarlos a la escuela después del trabajo», dice Hosna. «Tengo sólo unas pocas horas para asegurarme de ganar suficiente dinero para alimentarlos  a todos ellos». Ella también busca trabajos ocasionales en el mercado, pero dice que, como madre soltera, a menudo le paga menos de lo debido.

La vida en el aula también ha sido dura. Hosna es por mucho la mayor – de hecho, ella comenzó en el jardín de niños junto con sus hijos menores. «La primera vez que fui a la escuela, incluso mis propios hijos se estaban riendo de mí».

Tuvo que hacer varios intentos para pasar sus primeros exámenes y mucho tiempo para terminar la escuela primaria. Sin embargo, logró llegar a la escuela secundaria, a la que asiste con su hija Khadija, de 15 años. Están en las mismas clases y se ayudan con su preparación.

«Las personas ven extraño que yo vaya a la escuela con mis hijos. Algunos dicen, ‘tu vida es ya bastante difícil sin hacerte eso a tí misma – sería mejor que te rindieras y te quedaras en casa cuidando a sus niños’.Pero nunca me rendiré».

Fuente: http://www.acnur.org/noticias/noticia/madre-sudanesa-se-une-a-sus-propios-hijos-en-el-salon-de-clase/

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Se duplica el número de niños soldado reclutados en el norte de África y Oriente Medio

 África/18 de Septiembre de 2017/El Guardián

Un informe señala que 28 millones de niños viviendo en países en guerra necesitan ayuda humanitaria.

El nivel de escolarización en Oriente Medio y el Norte de África han retrocedido a niveles de hace diez años.

Sólo en Yemen, 1.700 niños han sido reclutados como soldados en los tres años de conflicto en el país.

El número de niños reclutados para luchar en conflictos de Oriente Medio y el Norte de África se ha duplicado en un año, según ha revelado un análisis de la ONU. El incremento de niños soldado en Siria, Yemen, Irak y otros países proviene de años de violencia, desplazamientos y falta de servicios básicos, reduciendo así las posibilidades de salir adelante para las familias, según Unicef.

Al menos  uno de cada cinco niños en la región –28 millones en total– necesitan asistencia humanitaria de inmediato. Más del 90% de estos niños viven en países afectados por conflictos, y en algunos casos las familias mandan a sus hijos a luchar.

“Sin un fin a la vista para estos conflictos, y con el declive de los recursos económicos de las familias, muchos no tienen otra alternativa que enviar a sus hijos a trabajar o casar pronto a sus hijas”, explica Geert Cappelaere, director regional de Unicef. “El número de niños afiliados a la lucha ha hecho más que duplicarse”.

La agencia ha dicho que ha presenciado anteriormente casos en los que niños han trabajado de porteadores, guardas, o de paramédicos, pero que ahora está viendo cómo ocupan roles más activos, llevando armas, encargándose de puestos de control y siendo entrenados como soldados asalariados. El número de niños reclutados para luchar creció de 576 en 2014 a 1.168 en 2015, según cifras verificadas por la ONU.

La situación en  Yemen es particularmente grave, con cinco veces más niños reclutados para conflictos armados en 2015 en comparación con el año anterior, aunque en Unicef creen que esta cifras son una estimación a la baja. En  Sudán y en Libia también estaban siendo reclutados niños como soldados.

Años de violencia, desplazamientos y falta de servicios básicos han afectado principalmente a los niños y amenazan con afectar su desarrollo normal, según Unicef. “El conflicto sigue privando de su infancia a millones de niños y niñas”, afirma Cappelaere. “Décadas de progreso están en peligro de verse revertidas a lo largo de Oriente Medio y el Norte de África.”

Las infraestructuras civiles –incluidos hospitales e instalaciones sanitarias, de agua, y de energía– han sido objeto de ataques en países como Yemen, Siria, e Irak. Millones de familias se han visto obligadas a huir de sus hogares, algunas de ellas en repetidas ocasiones, y bajo fuego.

La semana pasada, la ONU comunicó que 1.700 niños, algunos de hasta 10 años, han sido reclutados para luchar en el conflicto de Yemen que ya va por su tercer año. La deteriorada situación del país lo convierte en la peor crisis humanitaria del mundo, con casi 18,8 millones de personas necesitadas de ayuda y siete millones al borde de la hambruna.

Más de la mitad de las instalaciones médicas del país están fuera de servicio, las instalaciones de agua han sido destruidas y más de 15 millones de niños carecen de infraestructuras sanitarias y de agua. El país se encuentra asolado por el peor brote de  cólera del mundo, con más de 610.00 casos hasta la fecha. Más de  2.000 personas han muerto desde abril del año pasado de esta infección bacteriana –muy contagiosa pero curable–, con miles de casos nuevos cada día.

Dentro de Siria y de otros países receptores de refugiados, como el Líbano o Jordania, alrededor de 12 millones de niños sirios precisan de ayuda humanitaria, según Unicef. Aproximadamente dos millones de niños en Siria viven en zonas de difícil acceso o sitiadas, que han recibido asistencia humanitaria escasa en los últimos años.

En Irak, más de cinco millones de niños necesitan asistencia al intensificarse las luchas, como en los casos de Tel Afar y de Mosul. Necesitan comida, refugio y educación.

En la franja de Gaza, la actual crisis energética ha reducido el acceso al agua en un 30%. Se han duplicado en tres meses los casos de diarrea en niños, según ha comunicado la agencia de la ONU.

“Los niños en Oriente Medio y el Norte de África han sufrido niveles de violencia sin precedentes y han sido testigo de horrores que nadie tendría que presenciar. Si la violencia y las guerras continúan, las consecuencias –no sólo para la región sino para el mundo en general– serán nefastas.  Los líderes mundiales tienen que esforzarse mucho más para poner fin a la violencia por el bien de los niños y las niñas y  de su futuro,” afirma Cappelaere.

La semana pasada, cifras de Unicef mostraron cómo está afectando la guerra a las oportunidades educativas de la infancia. Los conflictos en Irak y en Siria han significado que 3,4 millones de niños más no puedan ir a la escuela, haciendo que el número de menores  no escolarizados en Oriente Medio y el Norte de África vuelva a niveles del año 2007: 16 millones de niños.

Fuente: http://www.eldiario.es/theguardian/duplica-reclutados-Africa-Oriente-Medio_0_686282085.html

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Sudan: How South Sudan’s universities have survived civil war and independence

África/Sudan/Septiembre del 2017/Noticias/https://theconversation.com/

After almost half a century of conflict, South Sudan attained its independence from Sudan in July 2011. One of the challenges it faces as a new country is a small and troubled higher education system.

Sudan’s three oldest public universities – Juba, Bahr el Ghazal and Upper Nile – all have their origins in southern Sudan. In the late 1980s they were relocated to Khartoum in the north. This was ostensibly done to protect students and faculty from the war. It also allowed the regime to execute the war away from the scrutiny of intellectuals. In exile the universities flourished, acquiring additional property and staff.

After the comprehensive peace agreement between the Sudan People’s Liberation Movement (SPLM) and the government of Sudan in January 2005, the return of the universities became one of the priorities of the Government of the Southern Sudan. In late 2010 the institutions were moved back south.

But the return was rancorous. The universities left behind some of their most valuable assets – experienced academics, buildings, libraries and laboratory equipment. Infrastructure was taken over by the University of Bahri in Khartoum North.

In the south, universities struggled to reestablish themselves. They needed to resettle students, recruit staff and acquire new facilities and equipment. Issues of physical infrastructure and severe staff shortages trouble the university system.

Recently renewed conflict between factions of the ruling SPLM has exacerbated the problems. The hostilities in the Upper Nile region have drastically reduced oil production, which accounts for 98% of South Sudan’s GDP. This plus the plunge in global oil prices placed serious constraints on state funding of higher education.

Still, South Sudan has five functioning public universities: the three cited above, as well as Dr John Garang Memorial University of Science and Technology and Rumbek University. Together they educate nearly 20,000 students. That is only 0.16% of the population of about 12 million. The proportion is the lowest in the region.

The resilience of South Sudan’s higher education system is due mainly to dedicated staff, institutional partnerships and supportive governance.

Dedicated staff

South Sudanese universities lost many of their staff in the 2010 move south. Juba, with 66% of the students, lost 77% of its staff – leaving it with only 137 staff members in total. Similarly large numbers of Upper Nile and Bahr el Ghazal University staff remained in Khartoum. A World Bank report in 2012, which I used for my research but which is not available online, found that only 721 faculty were employed at the southern universities. Since then staff numbers have improved. For example, Juba’s staff increased from 291 in 2014 to 574 in early 2016. Today South Sudan has a moderate student to lecturer ratio of 28:1.

The real problem is qualifications. Most faculty are under qualified. According to the same World Bank survey only 86 of all academics in South Sudan held PhDs in 2012. Only 36 faculty were full professors, while 62 were associate professors, 76 assistant professors, 242 lecturers, and 262 teaching assistants.

This is still the most educated workforce in the country. Rigorous recruitment procedures insulate the universities from the corrupt practices in the civil service. More importantly, the dedication of the academic staff to the institution is exemplary.

While universities work to overcome the staff shortage, they depend on part-time lecturers. According to Professor John Akec and Professor Samson S. Wassara, the Vice Chancellors of Juba and Bahr el Ghazal, 31% of Juba and 60% of Bahr el Ghazal lecturers were part-timers.

Productive partnerships

The universities have developed staff development programmes with each other and internationally.

In early 2011, Juba agreed to a three-year venture with the Virginia Polytechnic and Virginia State University to train staff.

Juba also signed a memorandum of understanding (MoU) with the Open University of Tanzania in August 2015 to promote distance learning.

Bahr el Ghazal entered a similar arrangement with Makerere University in Uganda and the University of Oslo in Norway. A&M University in Texas and the State University of New York signed an MoU with John Garang Memorial University in June 2010.

Some South Sudanese academics are pursuing postgraduate studies at Makerere University, the University of Zambia and the University of Zimbabwe.

Professors in other universities also supervise some of Juba’s graduate students.

Universities share the meagre facilities they have. Juba and Bahr el Ghazal, which were least affected by the conflict, support their colleagues in John Garang, Rumbek and particularly Upper Nile. The latter has moved to Juba because of insecurity in Malakal.

Supportive governance

The Ministry of Higher Education has supported the tertiary institutions through its challenges.

In addition to organising the international staff development programmes, the Ministry has improved university staff pay and given the vice-chancellors a voice in making policy.

Some of the senior officials in the ministry have an academic background. They ensure that the views of universities are taken seriously.

The vice-chancellors also draw on their connections and political insight to access resources. Members of university councils are often influential ministers or parliamentarians. In South Sudan, informality tends to yield better results than bureaucracy.

Fuente: https://theconversation.com/how-south-sudans-universities-have-survived-civil-war-and-independence-80095

Imagen: https://lh3.googleusercontent.com/WHOdLa6dZ0OUH9ZU-xlWRxScx16zvtQK2dgAi8KRwPd-Al-bIDaUCpTd8tqObak7On_bk_Q=s85

 

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Sudan: Mediation Between Darfur Students, University Unsuccessful

Sudán/31 de Julio de 2017/Allafrica

Resumen: Los comités de mediación del estado del Nilo Blanco y Jartum no han podido resolver los problemas que afectan a cientos de estudiantes Darfuri de la Universidad Bakht El Rida. Sus compañeros en Sennar y Kassala salieron a las calles para expresar su solidaridad.

El Duweim / Sennar / Kassala / Khartoum — Mediation committees from White Nile state and Khartoum have failed to solve the problems concerning hundreds of Darfuri students of the Bakht El Rida University. Their fellow students in Sennar and Kassala took to the streets to express their solidarity.

On Sunday, Darfuri students of the Bakht El Rida University who were still staying in El Duweim in White Nile state, began to return to Darfur after negotiations with the government failed. The authorities refused to meet the demands of the students, and readmit 14 expelled students and halt the prosecution of ten others accused of killing two policemen two months ago.

The problems began on 9 May, when the police of El Duweim violently broke up clashes between student members of Sudan’s ruling party and opposition students over a disputed guild election at the Bakht el Rida University. Two policemen were killed. Seventy Darfuri students were detained that day.

Investigations into the policemen’s deaths are still underway, Amnesty International said in a statement on Wednesday.

The Darfuris at the university protested the expulsion of 14 of their fellow students and the detention of the alleged killers in vain. This caused more than 1,000 students to collectively submit their resignation from the university last week because of «the security services and the university administration’s racial targeting of Darfuri students».

The students then decided to deliver their demands to the federal Ministry of Higher Education in Khartoum. After the authorities in El Duweim told bus owners not to admit them, more than 1,500 Darfuri students then began to walk to the Sudanese capital.

At Sheikh El Yagout village, south of Khartoum, agents of the National Intelligence and Security Service (NISS), stopped the marching students. They told the villagers not to provide food and beverages to the stranded protesters and the students «to return to where they came from».

Mediation attempts

Kamal El Zein, member of the students’ Crisis Management Committee, told Radio Dabanga that «five rounds of mediations did not lead to any solution».

The Darfuri Students Committee along with other parties met with the Bakht El Rida University administration and the El Duweim Security Committee again on Sunday morning in a renewed attempt to bring the views of two parties together.

«The University administration however refused to comply with any proposal submitted by the students,» El Zein said.

«As a result, the remaining Darfuri students, feeling they have been subjected to fierce racism by the university’s administration, began to leave for their homes today.»

The student leader warned that «These intensely discriminatory actions will have consequences not only for the Bakht El Rida University and the government of White Nile state, but also for Sudan in general».

He again appealed to the University administration to reconsider its stances and readmit the dismissed students. «More then 1,200 Darfuri students are losing their future in this way.»

Eastern Sudan solidarity

On Sunday, hundreds of students of the University of Sennar took to the streets in the capital of Singa in a short protest march against the incidents in White Nile state.

«After a discussion organised by student associations about the violence committed against students in the Sudanese universities, we held a mass rally in Singa that lasted more than a quarter of an hour,» a student leader told Radio Dabanga.

«We marched through the streets expressing our rejection of all practices by Sudanese universities’ administrations against students, especially the arbitrary dismissal and arrest of Darfuri students of the Bakht El Rida University.»

He said that the police and security agents did not intervene. «We safely returned to the campus.»

Students of the University of Kassala as well held discussions and vigils inside and outside the university, in protest against the abuses of students in the Sudanese universities.

«Our discussion meeting on Sunday began around 10 am and continued until 3 pm,» a student reported to this station.

«The meeting dealt with the case of the Darfuri students at Bakht El Rida University, Asim Omar, student at the University of Khartoum who is accused of killing a policeman and will be brought to trial on July 26, and the students dismissed from the Red Sea University.»

Darfuri students at the Blue Nile University in Ed Damazin, as well condemned «the excessive violence carried out by pro-National Congress Party institutions against students in Sudan».

One of the students told Radio Dabanga on Sunday that «the excessive and systematic violence by university administrations and students loyal to the regime against Darfuri students is just downright racism.

«This is intentional,» he added. «If the Darfuri students revolt, Khartoum will accuse them of resorting to violence.»

Khartoum

In Khartoum, the opposition forces allied in the Sudan Call, a two-page document calling for regime-change and democracy, called for the re-admission of all expelled and resigned Darfuri students to the University of Bakht El Rida.

In a statement on Sunday, the Sudan Call called for the «immediate ending of all forms of targeting and discrimination of students based on their origin or political affiliation by university administrations, police and security forces».

The group urged «a transparent and fair investigation into the complaints about racial abuses directed against the Darfuri students by employees of the Bakht El Rida University administration».

The allied opposition further called for the immediate release of Sudanese Congress Party leaders Ibrahim El Sheikh and Bakri Yousif who were detained when they wanted to visit the students at Sheikh El Yagout.

On Thursday, members of the Sudanese parliament completed a signature campaign to summon the Minister of Higher Education concerning the violence carried out against the Darfuri students of Bakht El Rida University.

Discrimination

In January, Amnesty International issued a report in which it documented attacks on Darfuri university students going back three years.

Fuente: http://allafrica.com/stories/201707240649.html

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