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Turquía y Zambia desarrollan proyecto conjunto en materia educativa

16 noviembre 2017/Fuente: Prensa Latina

Una delegación de Zambia llegó hoy a esta capital para desarrollar un reciente acuerdo de cooperación en materia educativa firmado entre ambos países, y que tendrá una duración de cuatro años.
Al frente de esta comisión viajó el director de Planificación e Información del Ministerio de Educación General de Zambia, Louis Mwansa, al que acompañaron otros dos funcionarios ministeriales.

Mwansa citó las áreas de la educación infantil, primaria y secundaria y la formación de docentes, como cuestiones comprendidas en el borrador del memorando de entendimiento propuesto.

También hizo referencia al acuerdo de ámbito universitario firmado el 8 de noviembre en la capital zambiana, Lusaka, entre el ministro de Educación Superior de Zambia, Nkandu Luo, y el embajador de Turquía en el país africano, Sebnem Incesu, como ‘un buen punto partida para nuestras discusiones’.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=131683&SEO=turquia-y-zambia-desarrollan-proyecto-conjunto-en-materia-educativa

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Shilpa Iyer: “La situación de las mujeres en la ciencia ha mejorado, aunque sigue lejos de ser ideal”

Global Voices/Lova Rakotomalala

Como parte de una doble serie de entrevistas con investigadores médicos en África (aquí la primera parte), Global Voices ha contactado con la doctora Shilpa Iyer, que actualmente trabaja en Zambia.

Iyer creció en Pune, India, donde obtuvo su licenciatura y maestría en zoología y biología molecular, respectivamente. Después se trasladó a Estados Unidos, donde cursó un doctorado en microbiología en la Universidad de Pensilvania. Actualmente ejerce de asociada de investigación postdoctoral en la Universidad de Yale con una beca de investigación médica Fogarty Global para realizar su investigación en Lusaka, Zambia.

Como mujer de minoría que cuenta con experiencia en investigación en India, Estados Unidos y ahora Zambia, Shilpa ofrece su punto de vista particular en ciencia, ciencia y opinión pública y sobre lo que la ciencia puede llevar a África.

Global Voices (GV): ¿Qué le llevó a hacer carrera en ciencias?

Shilpa Iyer (SI): Crecí en India y cada año a la temporada del monzón le seguía un aumento de la incidencia de enfermedades derivadas de picaduras de mosquito, como la malaria, el dengue y la chikunguña. De niña, observé cómo intervenciones de distribución de mosquiteras e introducción de larvas de peces en charcos de agua para que se comieran las larvas de los mosquitos ayudaban en el control vectorial y a reducir la incidencia de la enfermedad. Me impresionó ver cómo las intervenciones en salud pública mediante tecnología impactan enormemente en la salud humana. Tras acabar la maestría en biología molecular, trabajé en un proyecto para identificar una nueva diana del medicamento para laMycobacterium tuberculosis en AstraZeneca, India. El programa de prácticas en la empresa me enseñó que los esfuerzos del equipo multidisciplinario, desde investigadores básicos de laboratorio hasta trabajadores de salud pública, son necesarios para encarar cuestiones críticas de salud global de manera sostenible. Tuve la oportunidad de pasar un año (entre 2008 y 2009) en Lusaka, Zambia, donde observé el impacto directo e indirecto del VIH/sida en todo los estratos sociales. Esto me impulsó a formar parte de la mejora de la sanidad en países con recursos limitados mediante la combinación de investigación básica y de habilidades en salud pública. Mientras vivía en Lusaka, hice de voluntaria en una ONG que ofrecía leche y bocadillos de mantequilla de cacahuate y mermelada a niños que visitaban la consulta con sus padres para obtener una terapia antirretroviral. Estos alimentos ofrecían nutrientes y una experiencia positiva para los niños que venían a la consulta, y les ayudábamos a estar sanos. Esta experiencia me sensibilizó acerca de lo variadas que pueden ser todas las intervenciones de ayuda, todas una con un beneficio y objetivo concretos. Supe entonces que quería dedicarme a estudiar enfermedades infecciosas y su traducción a la investigación médica global. Entender y seguir el método científico ha proporcionado un modo satisfactorio para saciar mi curiosidad de manera rigurosa y bien definida.

GV: En su opinión, ¿qué puede ofrecer la investigación médica a países en los que hay una mayor necesidad de atención primaria?

SI: La investigación puede ayudar a desarrollar recursos en países desfavorecidos. Esto incluye la introducción de la tecnología y de la instrumentación, el entrenamiento y el desarrollo de conocimiento entre los investigadores locales, la generación de oportunidades de empleo y educación (a través de programas de intercambio). El desarrollo de la capacidad de investigación puede conllevar alianzas y colaboraciones internacionales y tener como resultado el aumento de la reputación como organización. Los resultados con beneficios más directos incluyen terapias (vacunas y medicamentos), intervenciones en salud pública (mosquiteras, filtros de agua asequibles, consejos sobre violencia de género) y generar ingresos (medicamentos genéricos por ejemplo).

GV: Hasta hace poco, la investigación científica se concebía como un mundo de hombres. ¿Cree que esta percepción falsa ha cambiado y que ahora se reconoce más a las científicas por su contribución?

SI: Creo que la situación de las mujeres en la ciencia ha mejorado en los últimos años. Aún así, su papel en la sociedad científica sigue lejos del ideal. Incluso en países desarrollados, el salario de las científicas titulares no es comparable al de sus compañeros. Se las ignora con mayor frecuencia a la hora de ascensos y de puestos administrativos. La situación es aún peor en países en vías de desarrollo, donde los derechos de las mujeres y la idea de igualdad siguen siendo conceptos nuevos y extraños. Las mujeres con personalidad fuerte, segura y exigente se ganan una reputación poco favorecedora, que puede mermar sus posibilidades de ser titulares, realizar colaboraciones y atraer a los estudiantes de investigación. Sin embargo, sí se respeta y se admira a los hombres con este carácter. Al crecer en un mundo desarrollado, vi que a las mujeres se les pide que se ciñan a las indicaciones de su supervisor (aunque estén mucho más capacitadas), discriminadas por ser mujeres y sujetas al acoso de los supervisores o docentes. En general, ser mujer científica se asemejaba a una ardua batalla, que no tenía nada que ver con asuntos neutrales en género como la financiación y las publicaciones. En Estados Unidos, me sentí mucho más segura de expresar mi opinión, defender mi investigación y postular a premios. Todo se debía en gran parte a mi mentora (y a otras docentes), quien me inspiró para creer que las mujeres pueden ocupar el mismo lugar que los hombres en el mundo de la investigación. Todavía queda mucho por hacer, pero la situación de las científicas es mejor que hace 50 años.

GV: Vivimos en una era en que parece que se cuestionan el razonamiento científico y los hechos por motivos políticos dudosos. ¿Cree que los científicos ejercen un papel a la hora de luchar contra la difusión de noticias falsas?

SI: Absolutamente, como científicos estamos preparados para considerar todos los hechos antes de emitir una opinión. Nos enseñan a evitar los prejuicios y a considerar todos los puntos de vista. Sobre todo, nos enseñan a no aceptar ciegamente una hipótesis, sino a investigar y, si resulta necesario, cambiar la nuestra. En estos tiempos, en que parece que los programas políticos pretenden ocultar los hechos y presentar información falsa, más que nunca se lo debemos nuestra enseñanza y debemos también ayudar a la gente a entender las falacias de las “noticias falsas” y a saber cómo realizar su propia investigación, y conocer la importancia de una decisión equilibrada e informada. No podemos ignorar los hechos que no nos gustan, es crucial que lo expliquemos a la gente. No podemos ser expertos en todo, si bien el método científico nos enseña a considerar todas las posibilidades, a determinar la respuesta correcta basada en hechos. Podemos aplicar este proceso a todos los ámbitos.

GV: En su opinión, ¿cuál es el potencial de la investigación científica en África? ¿En qué debería centrarse y cómo podemos ayudar a su desarrollo?

SI: Empezaré diciendo que yo soy una investigadora principiante en salud global, y que mi corta experiencia solo se limita a Zambia y Sudáfrica. Hay un potencial tremendo entre los investigadores locales para dirigir y desarrollar estudios de investigación, tanto básicos como traslativos. Pese a las limitaciones en tecnología y financiación, la gente es increíblemente creativa e innovadora, y trabaja muy duro. La participación de las comunidades y asesores locales (sobre todo en investigación en salud pública) es determinante y a la vez crítica en el éxito de un proyecto. Algunos de los ámbitos en los que se podría y debería centrar la investigación son la prevención y el tratamiento de enfermedades infecciosas, el conocimiento del tratamiento en salud mental, la salud materno-infantil y la prevención de la mortalidad, el desarrollo sostenible de la economía y la creación de puestos de trabajo por parte de empresarios locales y del exterior. La educación y el apoyo a mentores e investigadores locales ayudarán a fomentar el desarrollo de la investigación en África. Los científicos bien formados e inteligentes deberían quedarse con becas y oportunidades de financiación y contar con la posibilidad de avanzar en sus estudios mediante cursos de formación. Deberían ofrecerles las infraestructuras necesarias y el apoyo económico para desarrollar la investigación en su país, y no sentir que deben irse al extranjero para seguir con sus estudios.

Fuente: https://es.globalvoices.org/2017/10/17/la-situacion-de-las-mujeres-en-la-ciencia-ha-mejorado-aunque-sigue-lejos-de-ser-ideal/

Traducido por Antonio Iborra Rovira

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El aumento del hambre cuestiona avances de las últimas décadas, dice estudio

Por: EFE

Tras casi 20 años de reducción del hambre y el mundo países de la Africa Subsahariana y Venezuela ven incrementada la situación, lo que cuestiona los caminos.

Los niveles de hambre a nivel mundial han descendido en más de una cuarta parte desde 2000, pero de forma «desigual» y «precaria», como demuestra el aumento registrado recientemente en varios países.

Así lo pone de manifiesto un nuevo estudio difundido hoy por el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), en colaboración con la ONG alemana Welthungerhilfe y la irlandesa Concern.

El Índice del hambre global de 2017, elaborado a partir de datos procedente de 119 países, apunta que la mitad de ellos están en niveles «alarmantes» o «serios» tras estudiar sus cifras de desnutrición, mortalidad infantil y los problemas de crecimiento y peso en los niños.

Destaca la hambruna que amenaza Sudán del Sur, Somalia, el Yemen y Nigeria (los dos primeros no son evaluados por falta de datos), mientras los conflictos y el cambio climático siguen golpeando sobre todo a los más pobres y a otros grupos con menor poder político, económico y social como las mujeres y las minorías étnicas.

Además, los obstáculos para reducir el hambre en algunos países dificultan los esfuerzos para erradicar esta lacra, reto al que la comunidad internacional se ha comprometido para 2030.

La República Centroafricana es el único país donde la situación es «extremadamente alarmante», según la máxima categoría del índice, seguido de Chad, Sierra Leona, Madagascar, Zambia, el Yemen, Sudán, Liberia, Níger y Timor Este, con las peores cifras.

Otros como Sri Lanka, Mauritania y Venezuela registran también mayores niveles de hambre en 2017 en comparación con 2008, después de dos décadas de progresos, de acuerdo al estudio.

El director general del IFPRI, Shenggen Fan, señaló en un comunicado que se necesitan sistemas alimentarios «resilientes» proporcionando ayuda a las zonas que afrontan las peores crisis y construyendo políticas a nivel nacional e internacional «para abordar las causas estructurales que crean la persistente inseguridad alimentaria».

El informe también subraya que el hambre en países en desarrollo cayó un 27 % desde 2000 y, en ese periodo, un total de 14 países -entre ellos, Senegal, Azerbaiyán, Perú, Panamá, Brasil y China- mejoraron en al menos un 50 % sus niveles.

Por regiones, el Sur de Asia y África subsahariana son aquellas en las que más se concentra el hambre, al tiempo que en Oriente Medio existen grandes disparidades entre países.

El informe agrega que en América Latina los niveles de hambre son bajos, aunque reconoce el caso particular de Venezuela, donde estos han aumentado a «moderados» después de que «las turbulencias políticas y los disturbios alimentarios hicieran que el hambre creciera un 40 % desde 2008».

Fuente:https://elpais.com.uy/vida-actual/aumento-hambre-cuestiona-avances-ultimas-decadas-dice-estudio.html

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Las tablets aumentaron un 20% la calidad educativa en Zambia

Zambia / 17 de septiembre de 2017 / Autor: Redacción / Fuente: La Gaceta

La experiencia de un país africano que lucha contra las desigualdades, en el marco del Congreso Internacional de Calidad Educativa.

“Argentina está en un lugar privilegiado. Casi no tiene analfabetos y la educación es gratuita. No por eso debería relajarse. Al contrario, es el momento para mejorar la calidad educativa y enfocarse en la formación de los docentes, que son los encargados de enseñar y de motivar a los alumnos”, observa Lumbiwe Lulu Limbikani, docente de Zambia, un país del sur de África donde el 65% de la población (14 millones de habitantes) son analfabetos, y donde la expectativa de vida de la mujer es de 40 años a causa de las enfermedades, especialmente el virus del HIV, y la poca accesibilidad a la salud y a los medicamentos.

Pese al panorama desfavorable de la educación en Zambia, donde no todos acceden a la escuela, porque no es gratuita ni obligatoria para el nivel medio, el país logró avanzar gracias a la aplicación de la tecnología. En Zambia casi no hay electricidad, las casas se iluminan con paneles solares. Por eso las computadoras casi no se usan. “Aplicamos las tablets, que tienen contenidos educativos de todas las materias”, explica la directora y principal consultora en Educación y tecnología de Cumacatu. Esta última es una organización que Limbikani fundó para apoyar y defender los derechos de los niños a la educación y el empoderamiento de las mujeres y niñas a través de la tutoría y la alfabetización financiera en Zambia.

“Las tablets son entregadas por el Gobierno a las escuelas. En las aulas se da una a cada grupo de alumnos. Y se utilizan otras herramientas pedagógicas en forma simultánea, en la misma aula. El docente está atento a todos los alumnos -explica-; gracias al uso de la tecnología en las escuelas aumentamos un 20% la calidad educativa”.

Zambia es un país con grandes disparidades sociales. El 90% de las personas es joven y de ese total, el 50% tiene menos de 14 años. “La mayoría de los adolescentes no puede ir a la escuela porque debe trabajar. Las escuelas secundarias son pagas, de modo que sólo una minoría accede a ellas”, destaca la docente. Nada más que un grupo de escuelas de nivel primario son subsidiadas por el Estado. El Gobierno destina entre el 7% y el 14% del presupuesto a la educación, según los diferentes Estados.

Lumbiwe tiene 34 años y ella misma tuvo muchas dificultades para estudiar. “Mis padres murieron cuando yo era niña y a los 17 años quedé embarazada”, le cuenta a LA GACETA. Lo mismo siguió estudiando hasta recibirse de profesora, con el apoyo de una tía y del Estado. “Quería una buena educación para mi hija”, confiesa, y ahora la quiere para todos los chicos de su país.

Fuente de la Noticia:

http://www.lagaceta.com.ar/nota/744664/actualidad/tablets-aumentaron-20porciento-calidad-educativa-zambia.html

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Africa: Make Girls’ Access to Education a Reality

Por: Allafrica

Resultado de imagen para Africa: Make Girls' Access to Education a Reality

Millions of pregnant and married adolescent girls across many African countries are being denied their education because of discriminatory policies and practices, Human Rights Watch said today, on the Day of the African Child. More than 49 million girls are out of primary and secondary school in sub-Saharan Africa, with 31 million of them out of secondary education, undermining their rights and limiting their opportunities.

Early marriage and teenage pregnancy are significant factors. In sub-Saharan Africa, 40 percent of girls marry before age 18, and African countries account for 15 of the 20 countries with the highest rates of child marriage globally. The region also has the world’s highest prevalence of adolescent pregnancies. In 14 sub-Saharan countries, between 30 and 51 percent of girls give birth before they are 18. Cultural or religious beliefs often stigmatize unmarried, pregnant girls, with the result that many pregnant girls are forced into early marriages.

«The African continent has one of the world’s highest rates of adolescent pregnancy, but many governments insist on tackling this social and public health challenge by punishing girls and jeopardizing their future,» said Elin Martínez, children’s rights researcher at Human Rights Watch. «Governments should focus on helping girls prevent unintended pregnancies and support their efforts to stay in school.»

Although most sub-Saharan African countries have made commitments to guarantee compulsory primary and lower-secondary education for all children, many exclude or expel pregnant girls and young mothers from school.

Tanzania and Sierra Leone are among the sub-Saharan African countries that have harmful policies and practices that discriminate against pregnant and married girls, Human Rights Watch research shows. In Tanzania, Human Rights Watch found that school officials conduct pregnancy tests and expel pregnant students. Nineteen-year-old Rita, from northern Tanzania, said she was expelled when she became pregnant at age 17. «Teachers found out I was pregnant,» she said. «I found out that no student is allowed to stay in school if they are pregnant … I didn’t have the information [sexual education] about pregnancies and what would happen.»

Some countries, including Cameroon, South Africa, and Zambia, have adopted «re-entry» policies so that adolescent mothers can return to school after giving birth. However, even if governments have these policies, school officials often fail to carry them out adequately or at all. Young mothers frequently lack support to re-enroll due to school fees and related costs, limited support from their families, stigma in school, and a lack of affordable childcare and related early childhood services.

Many adolescent girls become pregnant because they lack the information needed to make informed decisions about their sexuality, family planning, and their reproductive health, while others are coerced into sex and require protection and access to health services and support. According to the United Nations, 80 percent of women ages 15 to 24 who have HIV globally live in sub-Saharan Africa and across the continent, and girls aged 15 to 19 are five times more likely to be infected with HIV than boys.

Sexuality and reproduction are often not included in the national school curricula. In a handful of countries where they are included in HIV awareness or «life skills» programs or subjects, teachers are frequently unwilling to teach these subjects because of the sexual and reproductive health content, or due to constraints on teaching time and resources.

All African governments have made a commitment to the UN Sustainable Development Goals to guarantee gender equality and universal access to free primary and secondary education for all children by 2030. The African Union has recognized the importance of ending child marriage, understanding that it is a major impediment to regional development and prosperity, and of eliminating all forms of gender-based violence and discrimination.

 African governments should guarantee that girls have equal access to free quality primary and secondary education and support to stay in school, Human Rights Watch said. Governments should reverse harmful policies and practices that stigmatize girls, including forced pregnancy testing and regulations that allow for the expulsion of pregnant or married girls. Governments should also adopt laws that clearly set 18 as the minimum marriage age for boys and girls.

They should also adopt clear guidelines that instruct schools to re-enroll young mothers, provide support services in schools, and ensure that young mothers have access to early childhood services. Governments should also ensure that all children have access to age-appropriate, comprehensive sexuality, and reproductive education. Where possible, school-based services should be connected to youth-friendly health services to ensure that adolescents receive impartial, nonjudgmental information.

«Governments have the prime responsibility to ensure that girls access free primary and secondary education, without facing stigma and discrimination,» said Martínez. «All governments should scrap policies that exclude pregnant or married girls, and put in place special measures to ensure that all adolescent girls can go to school.»

In Girls’ Own Words

Malawi

In Malawi, roughly half of all girls marry before age 18. Between 2010 and 2013, 27,612 girls in primary and 4,053 girls in secondary schools dropped out due to marriage. During the same period, another 14,051 primary school girls and 5,597 secondary school girls dropped out because they were pregnant.

Girls told Human Rights Watch that marriage interrupted or ended their education, and with it their dreams to be doctors, teachers, or lawyers. Many said that they could not return to school after marriage because of lack of money to pay school fees, childcare, flexible school programs or adult classes, and the need to do household chores. Others said that their husbands or in-laws would not allow them to stay in school.

Kabwila N., 17, said she left school in standard eight at age 15 because of poverty. She said she could not go back to school because she felt ashamed about her pregnancy: «I would not want to go back to school because I started having sex with my boyfriend while at school. I am not fit to go back.»

South Sudan

In South Sudan, 52 percent of girls marry before their 18th birthday. According to UNESCO, over 1.3 million primary-school-age children are out of school, and the country has the world’s lowest secondary school enrollment rate, at four percent.

Mary K., of Yambio County, said: «My father refused me to go to school. He said it is a waste of money to educate a girl. He said marriage will bring me respect in the community. Now I have grown up and I know that this is not true. I cannot get work to support my children and I see girls who have some education can get jobs.»

Anyier D., 18, said that her uncles forced her to leave school at 14 in 2008 to marry an old man she did not know: «I would wish to return to school even if I have children. People think that I am happy but I am not because I don’t have an education. I don’t have something of my own and I am only cleaning offices. If I had gone to secondary school, I would get a good job.»

Tanzania

In Tanzania, fewer than a third of girls who complete primary schooling complete lower-secondary school, and over 15,000 girls drop out annually due to pregnancy. Human Rights Watch found that in some cases adolescent girls dropped out of lower-secondary school due to sexual exploitation and violence by teachers.

Joyce, 17, from Shinyanga, said: «There are teachers who engage in sexual affairs with students – I know many [girls] it has happened to … If a student refuses, she is punished … I feel bad … even if you report the matter it won’t be taken seriously. It makes us feel unsafe. Three girls dropped out because of teachers and sex in 2015.»

Fuente: http://allafrica.com/stories/201706160843.html

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Zambia: Managing after-effects of child abuse

Zambia/Mayo de 2017/Fuente: Zambia Daily Mail

Resumen: GETRUDE Chanda, de 17 años, (no nombre real) es una ex víctima de abuso infantil. Ella fue traída por su tía, que la consiguió de sus padres en el pueblo para llevarla a la escuela en Lusaka. A su llegada a Lusaka, Gertrude fue llevada a la amiga de su tía, donde trabajaba como empleada sin paga. Pero lo peor de todo, había un plan para atraerla al Reino Unido, donde debía trabajar como niñera. Con la ayuda de una vecina a quien ella había propinado sobre el plan, la policía entró rápidamente y la llevó a Vision of Hope. Eso fue en 2012. Ahora en Grado Siete, Gertrude sueña grande y aspira a convertirse en periodista cuando complete su educación secundaria.Ella quiere usar su carrera para combatir el abuso de niñas y poner en evidencia desafíos que afectan el bienestar de la niña.
Según la Convención de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la edad mínima, los niños entre 13 y 15 años de edad pueden realizar trabajos ligeros, siempre y cuando no amenace su salud y seguridad, o obstaculicen su educación o orientación vocacional y formación .

GETRUDE Chanda, 17, (not real name) is a former victim of child abuse. She was brought by her aunt, who got her from her parents in the village to take her to school in Lusaka. Upon arrival in Lusaka, Gertrude was taken to her aunt’s friend where she worked as a maid without pay.

But worse of all, there was a plan to traffic her to the United Kingdom, where she was to work as a babysitter. With the help of a neighbour who she had tipped about the plan, police swiftly came in and took her to Vision of Hope. That was in 2012. Now in Grade Seven, Gertrude dreams big and aspires to become a journalist when she completes her secondary education.

She wants to use her career to fight girl child abuse and bring out challenges affecting the welfare of the girl-child.
According to the International Labour Organisation (ILO) convention on minimum age, children between the ages of 13 and 15 years old may do light work, as long as it does not threaten their health and safety, or hinder their education or vocational orientation and training. But in Gertrude’s case, the opposite is true, she was forced to do hard work as early as 12. Her aunt took advantage of her parents’ poverty to exploit her. Majory Kabwe (not real name), seven, was sexually abused by her uncle when she was five. Her shyness and stammering voice during the course of the interview were a clear indication that she is still mentally affected.

“I was asleep in the night and my uncle came on top of me, I told my mother in the morning and he was taken to the police,” Majory said. Though she would love to re-unite with her family, she may not be assured of social freedom due to the stigma in society. Seclusion and special counselling is what is required for many other little children in Majory’s situation. Michel Banda (not real name) was forced into early marriage by her grandmother after the death of her parents. At 20, with two children, she was forced to go on the streets after her husband deserted her. While on the streets, Michel started abusing substances. One day whilst intoxicated, Michel had her legs burnt as she was trying to prepare food for her children. “My husband’s relatives convinced him to chase me and marry another woman. I tried in my powers to hold on to the marriage but it still did not work. I had no option but to start living on the street,” she said.

Michel is now happy to have found solace and comfort at Vision of Hope reformatory centre. She can now have a decent shelter for herself and her two children. When she leaves Vision of Hope, her dream is to start up a business which will help her look after her children. And Salome Ng’andu (not real name), 17, was ill-treated by her cousin for unknown reasons. When her grandmother, who was looking after her, died, Salome left Kasama for Lusaka to live with her cousin. Though coming to Lusaka signified a transition in her life, it was not long before she found out the cruelty of her cousin. “My cousin turned me into a slave, I used to do all the house work after which she would deny me food. She was in the habit of stealing money from her husband and would accuse me of being a thief,” Salome said.

She can now afford a smile as she has found hope at Vision of Hope reformatory centre. Salome believes that it is better to live with other people who care for her unlike living with family which mistreats her. Despite many attempts by the government to curtail child labour and other forms of abuse, the vice has been rampant, especially among the girl-children because of their vulnerability. In most instances, cases of child abuse have gone unreported because most victims are entangled in indecision about reporting the matter. However, the scourge is likely to reduce with positive strides that organisations like Vision of Hope rehabilitation shelter have taken. Vision of Hope is a rehabilitation centre for girls and women who have undergone various forms of abuse.Since inception in 2002, Vision of Hope has transformed over 600 girls and women who have undergone various forms of abuse.

Victims are usually picked from social welfare, police, the streets and other sources and taken to the centre, where they undergo counselling for a given period. The centre also has class sessions where the victims are imparted with various survival sustainable skills. During the course of counselling, the girls are put in different literacy classes where they are taught how to read and write. This class sessions run from about 08:00 to 10:00 hours after which they are taught practical lessons in tailoring, which goes to 12:00 hours. In the late afternoon they do various land-scape and gardening works around the yard. When the counselling is done, one is then allowed to go home, where they will be monitored for a certain period of time.

Founder Chitalu Chishimba felt the need to come up with the reformatory centre after being a victim of abuse. “I was in an abusive marriage for about five years and time came when I felt I needed to move out of it and find a way to live a different life. “My experience taught me that there were so many people out there who are going through what I had been through and there was need to change their situation,” Chishimba said. Her dream is to make the centre bigger and reach out to many people throughout the country undergoing different forms of abuse.

Meanwhile, Ladies Circle Number Seven chairperson Judith Makukula and her organisation have pledged to support the centre with basic necessities. “We feel we can do something to help transform the lives of other vulnerable girls and women so that we give them hope for a better tomorrow,” she said.

Fuente: https://www.daily-mail.co.zm/managing-after-effects-of-child-abuse/

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Zambia: Here’s one way of eradicating youth unemployment problem

Zambia/Mayo de 2017/Fuente: IOL

Resumen: A medida que el Foro Económico Mundial sobre África de 2017 se reunió en Durban bajo el lema «Lograr un crecimiento inclusivo a través de un liderazgo responsable», una de las preguntas que surgieron fue qué intervenciones podría hacer África para afrontar el reto del creciente desempleo juvenil. Una forma de erradicar este problema es a través de «educación con producción» y «aprendizaje a lo largo de toda la vida». El profesor Bethuel Setai lo definió como: «La educación con producción es un proceso de aprendizaje que combina el aprendizaje académico con el trabajo productivo. Este proceso establece un equilibrio entre los estudios académicos y la formación profesional. La ventaja de la educación con la producción es que combina el aprendizaje con el trabajo productivo, mientras que da poder al individuo para ser autosuficiente «. Según Longworth y Davies, «el aprendizaje permanente es el desarrollo del potencial humano a través de un proceso continuamente de apoyo que estimula y capacita a los estudiantes individuales para adquirir todos los conocimientos, valores, habilidades y comprensión que necesitarán a lo largo de su vida y aplicarlos con confianza, creatividad y disfrute en todos los roles, circunstancias y ambientes «.

As the 2017 World Economic Forum on Africa converged in Durban, under the theme “Achieving inclusive growth through responsible leadership”, one of the questions that arose was what interventions could Africa make to address the challenge of growing youth unemployment.

One way of eradicating this problem is through “education with production” and “lifelong-learning”. Development economics Professor Bethuel Setai defined it as: “Education with production is a learning process which combines academic learning with productive work. Such a process strikes a balance between academic studies and vocational training. The advantage of education with production is that it combines learning with productive work while it empowers the individual to be self-reliant”.

According to Longworth and Davies, “lifelong learning is the development of human potential through a continuously supportive process which stimulates and empowers individual learners to acquire all the knowledge, values, skills and understanding they will require throughout their lifetimes and apply them with confidence, creativity and enjoyment in all roles, circumstances and environments”.

In order to ensure that education and training programmes advance lifelong learning and education with production, educational goals and objectives must match the individual learner’s life experience and recognise relevant skills, which may have been acquired in both informal and formal learning environments. This implies that the employment sector should accept and recognise qualifications gained through this training approach. Furthermore, according to Voinovich, this implies that employers will have to give proper recognition to prospective employees by looking at their skills rather than their previous job titles and job descriptions.

The novelty of fusing education with production and lifelong-learning is that it calls for the creation of learning and working environments responsive to the needs of the students and it also enables them to capitalise on their individual life experiences and preferred learning styles within their chosen field of studies or industries.

The advocates of education with production argue that emerging evidence in countries such as China, Jamaica and Zambia demonstrate that it is possible to formulate pro-poor educational policies and to implement plans and strategies in order to reach a wide range of large numbers of “under-archievers” and to ensure that they acquire skills that may lead to self-reliance and the creation of inclusive societies. Clearly, in order to turn the vicious cycle of deprivation and exclusion, African countries would have to improve the living standards of their communities through the provision of an assortment of quality educational experiences and services.

The approach offers the best possible route to equipping unemployed youth with requisite skills for competitive economies and job markets as world leaders contrive to create a future with dignity for all through various means. The authorities have to create the right set of conditions that tap into individuals’ talents and experiences to enable students to reach their full potential and to be self-reliant.

Unless the disadvantaged majority of the African youth is emancipated from the injustices of lack of knowledge and skills, it will be difficult for the continent to play a meaningful role in the global economy. All factors considered, the continent must harness the advantages offered by technology to improve the skills and creativity of the workforce in order to address the impact of the Fourth Industrial Revolution with the potential to radically transform every industry.

It is only through co-operation and knowledge exchange that the widening unemployment, wealth and knowledge gaps among the youth can be overcome. Thus it is imperative to establish and to maintain mutually beneficial partnerships between African countries and other continents, because their economic environments and underlying cultural, educational, social and political ramifications and consequences are not unconnected due to globalisation.

Prospects for sustainability hinge on visionary leadership, financial commitment and on building ownership.

Fuente: http://www.iol.co.za/news/opinion/heres-one-way-of-eradicating-youth-unemployment-problem-9118713

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