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La Secretaria de Educación de Estados Unidos apuesta a la privatización

Estados Unidos/13 febrero 2017/Fuente: Mundiario

En Estados Unidos la educación y las escuelas públicas están bajo el control de los gobiernos regionales y locales no del gobierno federal o nacional.

Luego de la elección de Betsy DeVos para dirigir el Departamento de Educación. La educación pública en Estados Unidos está en riesgo. DeVos fue postulada para el cargo por el presidente Donald Trump y en una reñida lucha de votos en el Senado la flamante Republicana se quedó con la responsabilidad de ser la que tome las riendas de ese departamento.

La educación pública es considerada como uno de los grandes logros de cualquier sociedad desarrollada y promueve la igualdad entre los ciudadanos, pero con este nombramiento en EE UU la cuestión educativa pública estaría en un limbo. El hecho ha provocado el rechazo de no solo del Partido Demócrata, sino también de gran parte del sector académico estadounidense, por ser poco calificada y por sus ideas contrarias a la educación pública y en favor de su privatización, reseñó Telesur.

La agenda educativa propuesta por el Gobierno de Donald Trump pone en peligro la educación y formación de millones de ciudadanos estadounidenses

Sectores políticos de Estados Unidos han señalado que Betsy DeVos es una defensora de «desvincular al gobierno en la educación de los niños”. Tan solo en el estado Michigan, la nueva funcionaria de la administración de Trump logró que el 80 por ciento de los establecimientos educativos funcionen con el sistema “chárter”, es decir, administradas por compañías privadas.

El sistema que defiende DeVos se basa en el esquema de cupones o llamados “voucher”, a través de los cuales el Gobierno les paga a las familias de forma individual para que inscriban a sus hijos en escuelas privadas. Según DeVos, la enseñanza escolar tendría “mayor control local y más atención a padres, estudiantes y maestros”.

La tercerización de la educación

Las escuelas «chárter» reciben fondos públicos, pero son establecidas por maestros, padres o grupos comunitarios fuera del sistema público educativo estatal y en algunos casos tienen dueños privados. La Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU) ha dicho que el trabajo de la nueva secretaria de Educación estuvo orientado en promocionar las escuelas privadas y dañó a las tradicionales, sin tener en cuenta que la calidad de las públicas supera de lejos a las que ella promueve.

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La Unión Estadounidense de Libertades Civiles. / Twitter

En Estados Unidos, la educación y las escuelas públicas están bajo el control de los gobiernos locales y no del gobierno federal o nacional, por lo que el rol del presidente, el Congreso, así como el Departamento de Educación en dictar política educativa ese encuentra muy limitado.

Sin embargo, el Gobierno de Washington dirige miles de millones de dólares cada año a los gobiernos locales, con lo que se podría fomentar cambios en la política educativa. La agenda educativa propuesta por el Gobierno de Donald Trump pone en peligro la educación y formación de millones de ciudadanos estadounidenses, ya que disminuiría la asignación de recursos a la escuelas públicas e incrementaría la desigualdad social en el país.

Fuente:http://www.mundiario.com/articulo/politica/secretaria-educacion-estados-unidos-apuesta-privatizacion/20170211060534079016.html

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México: El aula del futuro, una forma de innovar la enseñanza en el salón de clases

México/13 febrero 2017/Fuente: DGCS

• En este proyecto a cargo de Fernando Gamboa, del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico de la UNAM, las tecnologías son un instrumento de la educación

Aprender de manera horizontal, compartiendo computadoras, mesas de trabajo y pizarrones en los que se puede intervenir y cuestionar, es posible en el aula del futuro, un proyecto de la UNAM en donde la tecnología es un instrumento de la educación.

En esta aula la tecnología no “viste” al salón de clases de modernidad y herramientas atractivas para los alumnos, va más allá, y ensaya nuevas formas de enseñar y aprender, basadas en espacios colaborativos. Usa dispositivos electrónicos (tabletas, computadoras, pizarrones electrónicos y muros colaborativos) como una forma de compartir el conocimiento.

Aquí se aprende a trabajar en equipo, a cuestionar al maestro, a mejorar el trabajo del compañero, a ser ciudadano participativo…

“Se llama aula del futuro porque se trata de imaginar nuevas maneras de hacer la enseñanza-aprendizaje, y en esos ambientes cómo se vería la tecnología”, resumió Fernando Gamboa Rodríguez, investigador del Centro de Ciencias Aplicadas y Desarrollo Tecnológico (CCADET) de la UNAM y coordinador del proyecto.

“No es una propuesta tecnológica, sino educativa; pero además es aspiracional, pues nunca llegamos al futuro, siempre estamos caminando con nuevas ideas y propuestas; es una utopía que sirve para caminar”, argumentó.

La escuela, un nuevo punto de encuentro

Con diversas instituciones educativas (desde preescolar hasta posgrado), Gamboa y su equipo multidisciplinario ayudan a definir esos nuevos espacios, como son salones de clases, bibliotecas, salas de reuniones, laboratorios (de ciencia y de arte) y repositorios.

“Proponemos dinámicas e interacciones que se pueden establecer entre los alumnos y el profesor, pues queremos hacer de la escuela un nuevo punto de encuentro, donde el aprendizaje sea más significativo”, dijo el experto en el diseño y evaluación de espacios educativos enriquecidos con tecnología, y doctor en Ciencias de la Computación por la Universidad de París 11, en Francia.

Sin espacios rígidos ni alineados, el aula del futuro es esencialmente flexible. Funciona entre iguales, así que tiene mesas modulares que se separan o unen en una más grande (redonda o cuadrada) y tienen una superficie interactiva, en donde los alumnos y el maestro pueden compartir ejercicios y experiencias, y no sólo trabajar en su computadora personal.

También tiene un muro colaborativo, que sustituye al pizarrón y al que se puede acceder desde el asiento del alumno. “Se trata de ser flexibles, de cuestionar y colaborar, de poner la tecnología al servicio de la educación”, concluyó.

Gamboa Rodríguez actualmente coordina proyectos en colaboración con la Secretaría de Comunicaciones y Transportes; el Instituto Latinoamericano de la Comunicación Educativa; la Universidad de Poitiers, Francia; y el Programa de Estrategia Digital de la Presidencia de la República. Además, desde 2005 ha fungido como director científico de Virtual Educa, iniciativa multilateral gestionada por la Organización de Estados Americanos (OEA).

Fuente:http://www.dgcs.unam.mx/boletin/bdboletin/2017_097.html

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México: La educación inclusiva debe ser integral y multidisciplinaria

México/13 de Febrero de 2017/Provincia

Es necesario brindar un acompañamiento integral y multidisciplinario a los niños con alguna discapacidad, para que estos tengan un pleno desarrollo en su vida académica y puedan acudir a una escuela, refirió a PROVINCIA la especialista en rehabilitación Martha Esther Maqueo Márquez.
La doctora presentó la ponencia La educación inclusiva, una tarea disciplinaria en las 11 Jornadas de Educación Especial, que concluyen mañana y se realizaron durante tres días en la Escuela de Audición y Lenguaje Lic. Benito Juárez.
Maqueo Márquez destacó que es de suma importancia implementar un modelo médico para diagnosticar correctamente a los menores antes de que ingresen al sistema educativo, y así poder brindarles las herramientas adecuadas para su desarrollo intelectual.
Fuente: http://www.provincia.com.mx/web/La_educaci%C3%B3n_inclusiva_debe_ser_integral_y_multidisciplinaria-66110
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Hijos de la deportación: cuando un niño estadounidense tiene que adaptarse a un país que no conoce porque expulsaron a sus padres

Por: UNIVISIÓN

Escuelas del norte de México llevan años acogiendo a hijos de deportados que se ven forzados a mudarse con sus padres. Son estudiantes estadounidenses, no acostumbrados a estudiar en español, que de pronto deben integrarse en un entorno muy hostil para ellos.

Para llegar a su nueva escuela en México, Alex Luna atraviesa un cerro pelón y baja una calle polvorienta en la que ensucia sus zapatos de charol. Caminar desde su casa uniformado con una camisa abotonada hasta el cuello, suéter de lana y una mochila a cuestas lo hace llegar malhumorado.

Desde que inició el ciclo escolar asiste a una primaria ubicada en la colonia Mariano Matamoros, en la ciudad de Tijuana, fronteriza con California. Esta colonia pobre y apartada es uno de los lugares más peligrosos del país. Asesinatos, balaceras y secuestros han forjado la reputación del barrio. Por eso, este niño bajito y corpulento de 12 años camina cauteloso todos los días, con su madre al costado, para evitar ser asaltados.

Hasta hace unos días, Alex Luna asisitía a una escuela en Estados Unidos, país en el que nació y al que emigraron sus padres, originarios del estado mexicano de Guerrero, hace más de dos décadas. Todos los días sus padres lo llevaban en carro hasta la puerta de su escuela, Rose Elementary School localizada en San Diego, California, la segunda ciudad más segura de la nación, de acuerdo con el FBI.

Pero en el verano de 2016, sus padres fueron deportados y él tuvo que mudarse forzosamente México. Entonces, la retórica antiinmigrante y la promesa de endurecer las políticas migratorias de la administración de Donald Trump inyectó miedo a su familia y decidieron que cruzar de vuelta a Estados Unidos ya no era una opción.

Ahora, el niño anhela quedarse en casa y no estudiar en su nueva escuela llamada ‘Cesar Rolón’. Siente miedo cuando recuerda que cualquier ruido podría ser la detonación de una pistola o el impacto de una bala.

Para Alex Luna el proceso de adaptación a una escuela de México ha sido...
Para Alex Luna el proceso de adaptación a una escuela de México ha sido difícil. Aprender el idioma es la principal barrera, pero también debe adaptase al sistema educativo mexicano. Luis Alonso Pérez / Getty Images

Alrededor de medio millón de niños nacidos en Estados Unidos enfrentan está misma situación, según reveló el Seminario Migración Internacional Escuela y Familia de la Universidad Tecnológica de Monterrey. Y las autoridades educativas mexicanas creen que esta cifra incrementará durante el primer año de Trump en la Casa Blanca: se espera la llegada a México de más niños como Alex, estadounidenses con padres indocumentados.

Nuevo país

En noviembre de 2014, el expresidente Barack Obama anunció una acción ejecutiva que ampararía de la deportación a unos cinco millones de inmigrantes indocumentados. La medida, entre otras cosas, protegería a padres de ciudadanos y de residentes legales permanentes que llevaran al menos 5 años en EEUU. Con la medida, Obama ponía fin a seis años de promesas incumplidas en materia de inmigración y millones de personas festejaban a lo largo y ancho del país. Sin embargo, solo tres meses después y, antes de que entrara en vigor, un juez federal suspendió las medida que exoneraba a los padres indocumentados de ser deportados.

Poco después, Araceli Guerrero, la madre de Alex Luna, fue deportada. En aquel momento, la precampaña de Donald Trump se encontraba en su punto más álgido: prometía que de ganar la Presidencia: deportaría a millones de indocumentados. “No era como cuando cruzamos la primera vez, ahora era muy complicado regresar”, explica.

Hasta el año pasado, Alex se quedaba en San Diego, California, para continuar sus estudios en Rose Elementary School. Vivía con una tía lejana y los fines de semana su madre se trasladaba hasta la garita internacional para recoger al niño. “Pero no podíamos seguir así. Con mucho dolor decidimos que Alex debía venir a vivir a México y entrar a una escuela para que comenzará aceptar que ahora su vida estaba en otro país”, afirma.

 La madre mexicana víctima de las prioridades migratorias de Trump/Univision
Tras la deportación, el único lugar donde la familia se podía permitir vivir era Mariano Matamoros, un barrio violento de la periferia de Tijuana. Y Alex Luna ingresó al sexto grado de una pequeña escuela con 20 salones, una cancha austera al centro y un par de tableros de básquetbol. Allí no se sirven desayunos como en su antigua escuela y solo hay un pequeño cuarto con una docena de computadoras, una para cada dos alumnos.

El colegio se ubica a los pies de un cerro y un terreno abandonado, cubierto por hierva y basura, al que los niños se escabullen para jugar a falta de áreas verdes y espacios deportivos.

Y Alex no fue el único que llegó. En el estado fronterizo de Baja California, en 2016 llegaron 53,499 alumnos en el nivel básico preescolar, primaria y secundaria, originarios de Estados Unidos, de acuerdo con cifras del Programa Binacional de Educación Migrante del Sistema Educativo Estatal. Tijuana es la ciudad con mayor número de estudiantes extranjeros de ese estado: más de 31,000.

“La deportación de sus padres es una de las causas principales de arribo de los estudiantes que forman parte de una familia en los que uno o más miembros fueron deportados y tienen que emigrar por reunificación familiar», explica Yara Amparo López, coordinadora del programa que busca mejorar las condiciones de los estudiantes extranjeros en México.

La vida para Alex, explica, es muy diferente en México: antes sólo hablaba inglés e ir a la escuela ha sido una experiencia traumática porque hay palabras en español que no entiende y otras que no puede escribir. Cuando la maestra deja tarea en casa, no puede hacerla porque ni siquiera entiende lo que escribió.

“El efecto de la migración es igual que como cuando te rompes un hueso. Te rompes el hueso y la herida ahí siempre va a quedar. El hueso va a soldar pero cuando hace frío te va a doler”, lamenta la profesora. A Alex le duele tanto que cuando recuerda su escuela Rose Elementary, el sabor de una hamburguesa o el camino rodeado de pasto, amenaza con regresar solo a Estados Unidos. Después se le pasa.

El desafío

Los jueves a las 11 de la mañana, un grupo de 12 niños se reúne en la oficinas regionales del Programa Binacional de Educación Migrante, en la frontera de Tijuana. Durante dos horas, los maestros intentan facilitar la transición de los estadounidenses recién llegados. Desde el fondo de un aula, Araceli Guerrero ve con tristeza a su hijo.

Los estudiantes nacidos en Estados Unidos requieren de un proceso especi...
Los estudiantes nacidos en Estados Unidos requieren de un proceso especial de adaptación y aculturación. Según expertos, el sistema educativo mexicano no está preparado para lograr este proceso. Luis Alonso Pérez / Getty Images

Los niños reunidos hablan entre ellos con risas largas y expresiones divertidas en inglés, mientras las maestras tratan de introducirlos en la historia de México y explicarles que en su nuevo país se utiliza una moneda llamada peso. Hoy los estadounidenses deben componer una canción y escribir las primeras dos estrofas que describan lo que están viviendo.

Cuando yo salí de Texas no pensé que había subidas/Extraño a mis perros que teníamos en mi otra casa/También quisiera estar con mis primos y con mi familia. Esta canción fue escrita por Sherlyn, una niña de 10 años y piel color cobre. Llegó con sus padres deportados este año escolar y cuando le pidieron que respondiera con un emoticón cómo se siente en su salón de clases en México, dibujó un círculo con los ojos bien abiertos y la boca temblorosa “asustada” y escribió en ingles: «because i didnt know anybody or that much spanish» (“porque no conocía a nadie ni sabía mucho español).

A pesar de los esfuerzos, que incluyen la implementación de talleres para docentes este año, para Víctor Zúñiga, investigador del Instituto Tecnológico de Monterrey, las políticas en materia de educación binacional del gobierno de Peña Nieto son “lamentables”. En ese sentido, apunta que se recortaron programas para capacitar a profesores que guiaban a los alumnos en su proceso de transición de lectura y escritura, pero sobre todo que dominaban el idioma inglés.

“Cuando un profesor es monolingüe le es muy difícil entender la transición. Si los niños llegan a escuelas que no los integran, la tendencia es a la deserción escolar. Los niños no abandonan las escuelas, son las escuelas las que abandonan a los niños”, explica.

Miedo a Trump

La llegada al poder de Donald Trump y su promesa de deportar a millones de indocumentados hace temer a las autoridades mexicanas que los niños en esa situación serán muchos más en los próximos años. El miedo a una afluencia masiva de estudiantes estadounideneses se evidenció la primera semana de febrero, cuando el presidente, Enrique Peña Nieto, envió al Congreso una iniciativa para la revalidación de estudios de estudiantes deportados de EEUU o ciudadanos cuyos padres hubieran sido retornados a México.

Alrededor de medio millón de alumnos extranjeros estudian en escuelas de...
Alrededor de medio millón de alumnos extranjeros estudian en escuelas de nivel básico en México. Luis Alonso Pérez

Emiliano González Blanco, director general de Incorporación y Revalidación de la Secretaria de Educación Pública, declaró ante medios de comunicación que se preparaban para recibir a unos 100,000 estudiantes que pudieran regresar.

Eunice Vargas, investigadora en políticas binacionales del Colegio de la Frontera Norte, dice que, de concretarse los planes de deportación masiva del nuevo presidente de EEUU, incrementaría drásticamente la demanda en el sistema educativo mexicano.

“Si estamos esperando un aumento del 100% en las deportaciones, entonces podríamos esperar un aumento del 50% de esos niños migrantes”, sostiene.

Es jueves otra vez y una madre deportada de Los Ángeles, California, acompaña a sus cuatro hijos nacidos en EEUU al taller organizado por el Programa Binacional de Educación Migrante.

Mira a sus hijos y frunciendo el ceño y con voz áspera sentencia: “Si Donald Trump nos echa, por qué afecta a nuestros hijos, sus ciudadanos estadounidenses. Entonces debería pasar un camioncito todos los días por nuevos hijos, recogerlos en la garita y cruzarlos a Estados Unidos a la escuela. No se dan cuenta que el castigo no es para nosotros es para ellos”, lamenta.

Fuente: http://www.univision.com/noticias/amexica/hijos-de-la-deportacion-cuando-un-nino-estadounidense-tiene-que-adaptarse-a-un-pais-que-no-conoce-porque-expulsaron-a-sus-padres

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México: Marcha CNTE al Congreso de la Unión, entregará iniciativa de reforma educativa

México/13 de Febrero de 2017/Cambio de Michoacan

Morelia, Michoacán.- Integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) marchan en dirección al Congreso de la Unión para presentar, tal como lo anunciaron, la iniciativa ciudadana que fue elaborada por parte de varios especialistas y que tiene que ver con modificar la reforma educativa.

La idea, según comentaron previamente los líderes, es recuperar muchas de las condiciones que existían antes de que entrara en vigencia la reforma educativa, también pretenden hacerle algunas adecuaciones a partir la realidad que a partir de la reforma se fue dando.

Reiteran que la educativa es una reforma particularmente laboral, en tanto que en la iniciativa que hoy presentan ponen énfasis en todos los puntos, particularmente en la pedagogía, la enseñanza, por qué y para qué. Esta iniciativa a la que precede la recopilación de miles de firmas, se entregará al Congreso para que pueda ser en determinado momento discutida en una sesión, con la probabilidad de ser aprobada.

Fuente: http://www.cambiodemichoacan.com.mx/nota-n17869

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Contra el bullying homofóbico

Por: Nuevo Diario

De acuerdo con datos de la Unesco, a nivel internacional el bullying homofóbico se expresa a través de insultos, agresiones físicas y discriminación, generado por compañeros e incluso docentes de escuelas públicas y privadas, siendo más frecuente entre alumnos de secundaria; lo cual genera depresión, soledad, miedo, intentos de suicidio y los daños autoinflingidos.

En México, se estima que 75 por ciento de los hombres homosexuales, 50 por ciento de las mujeres homosexuales y 66 por ciento de individuos transexuales, en algún momento de su vida, sufrieron bullying homofóbico en las aulas, que se manifestaron con burlas, insultos, golpes y abuso sexual tanto en instituciones públicas y privadas.

La homofobia social ha inducido a generar homofobia internalizada, que genera riesgo suicida en los adolescentes homosexuales de tres a seis veces más que los heterosexuales y se vincula al rechazo familiar.

La Comisión Ciudadana Contra Crímenes de Odio por Homofobia reportó que en el período 1995-2015, se registraron más de mil 310 asesinatos por odio homofóbico en nuestro país; sin embargo, se estima que existen muchos más casos sin registrar bajo esta categoría, lo cual nos coloca en el segundo lugar a nivel mundial en crímenes por homofobia.

PRESIÓN SOCIAL

Vicenta Hernández cuestiona el rechazo que algunos grupos, incluyendo religiosos, mantienen hacia la diversidad sexual: “La mayoría de las personas se manifiestan a favor de la no discriminación y el respeto a los derechos humanos; pero en la práctica se refleja lo contrario en el alto índice de bullying homofóbico, que se presenta en las escuelas y en la sociedad en general.

“Muchas niñas y niños que se perciben diferentes, que eligen juegos distintos a los que la cultura les ha impuesto llamándoles ‘juegos de niñas versus juegos de niños’ y que hoy sabemos, se llaman comportamientos de género variantes, se ven forzados ante la presión de sus pares, la familia y la sociedad, a vivir en función de los comportamientos que los demás dicen que deben actuar. No es gratuita la ambivalencia y dolorosa inseguridad en la que se viven muchas personas aparentando ser lo que no son y diciendo sentir lo que no sienten”.

ES NECESARIO ROMPER LOS TABUÉS

Karla Barrios psicóloga clínica, sexóloga, psicoterapeuta sexual y maestra en tanatología, quien se especializa en procesos de reasignación integral para la concordancia sexo-genérica de personas transgenéricas y transexuales, señala que existen muchos temas en la vida de los que no hablamos, que guardamos, que callamos: sin embargo, el hecho de que estén «ocultos» no impide que tengan manifestaciones o impactos importantes en la vida cotidiana. Estos temas que pensamos “debemos callar o nos han enseñado que debemos callar” son mayoritariamente temas relacionados con la violencia, eventos que se viven en el ámbito familiar o más cercanos afectivamente… Un tema recurrente con estas características es el abuso sexual infantil, del cual difícilmente hablamos, pero con una huella muy importante en la calidad de vida.

Sumado a la creencia de que «‘la ropa sucia se lava en casa’, se genera un silencio aterrador y un caldo de cultivo para la repetición de los patrones de violencia en todas sus esferas y a llevar a la persona que ha vivido abuso sexual infantil a vivir con miedo, culpa, vergüenza, ansiedad, depresión, distorsión de su propia imagen, dificultad para apreciarse, afectando su calidad de vida”.

Es por ello tan relevante abordar las experiencias de abuso sexual infantil, reconocerlas y atenderles como una manera de transformar semillas y experiencias, en buenos tratos y autocuidado.

Por su parte, Juan Carlos Hernández Meijueiro, maestro en Salud Pública y VIH-Sida por la Universidad de Emory de Atlanta, Georgia, Estados Unidos, psicólogo social y educador en sexualidad humanista con especialidad en Catequesis Misionera por el Instituto de Catequesis Misionera de la Universidad Pontificia Urbaniana de Castelgandolfo de Roma, Italia cita la utopía planteada por J. Weeks: “Existe una posibilidad más humana de acoger, en lugar de rechazar, la diversidad, de aprender a vivir con la inmensa variedad de seres humanos que existe, y de desarrollar una política basada más en el pluralismo democrático que en el fundamentalismo moral”, para destacar la importancia de erradicar la doble moral.

“Es necesario romper los silencios que ocultan la muerte, la corrupción, la enfermedad y la opresión. Dentro de estos silencios están lo que la pareja tiene en torno a sus necesidades afectivas y sexuales; el que tienen los padres y madres de familia ante los hijos en torno a la violación de los derechos humanos más elementales contra quienes no se aceptan a la norma”.

ACCIONES CONTRA EL BULLYING

La Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología A. C. (FEMESS) es una organización que ejecuta diversas acciones orientadas a promover los derechos sexuales, apoyada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, en los principios básicos de la Ley General de Salud, en la Ley General de la IV Conferencia Internacional de Población y Desarrollo y la Plataforma de Acción de la IV Conferencia Mundial, que señala: “En nuestro país coexisten diversos estilos de vida y diferentes formas de organización familiar. Las distintas propuestas de educación formal de la sexualidad deben respetar esa diversidad sin hacer omisiones ni promociones sino estimulando un proceso crítico donde las personas puedan obtener elementos para decidir con responsabilidad sobre su propia vida sexual, sabiendo que tienen el derecho al respeto de quienes les rodean”.

Especialistas como los citados anteriormente participarán en el Curso- Taller Educación Sexual para una Sociedad Incluyente, coordinado por la Federación Mexicana de Educación Sexual y Sexología A.C. (FEMESS) y la psicóloga Vicenta Hernández Haddad, que se realizará el próximo mes de febrero (los días 18 y 19) en la Ciudad de México.

Ahí se tratarán temas como la educación sexual en México, la conciencia de la identidad desde la infancia y la orientación sexual, la importancia de contar con recursos didácticos apropiados para fomentar la educación sexual integral, tanto en el hogar como en la escuela; la atención a la diversidad educativa en las escuelas públicas y privadas; la prevención de abusos sexuales infantiles y el análisis de cómo el cristianismo ha fomentado la exclusión de la diversidad sexual.

Fuente: https://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/1305970.contra-el-bullying-homofobico.html

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Sombras en el ágora: ciencia y opinión pública en democracia

Por:  José María Agüera Lorente

Es sabido que la democracia ateniense no era contemplada con mirada amable por el bueno de Platón. No ayudaba a ello el origen aristocrático del filósofo ni la época políticamente turbulenta que le tocó vivir marcada por el drama biográfico que supuso la condena y muerte de su amigo y maestro Sócrates, «el más justo de los hombres de su tiempo», a decir del propio Platón tal como dejó escrito en su famosa Carta VII. Si nos apuntáramos al punto de vista del Miguel de Unamuno de Del sentimiento trágico de la vida, según el cual las verdaderas razones de las ideas filosóficas se encuentran en las raíces vitales de quienes las alumbraron, teniendo más que ver, por tanto, con sus experiencias personales, entonces no habría más que hablar; el gran filósofo que tuviera por verdadero nombre Aristocles levantó su portentoso sistema filosófico como respuesta ideológica a la amenaza que para sus intereses de clase suponía la inmadura primera democracia de la historia. Ahora bien, por mucho que de verdad pueda tener esa versión de la génesis del platonismo no se puede negar lo certero de la crítica del filósofo ateniense al sistema democrático en cierto respecto que trataré de exponer en lo que sigue.

No se trata aquí de repetir cosas ya conocidas, pero en aras a la claridad expositiva no se debe pasar por alto que el nacimiento de la democracia y las tesis del relativismo y el escepticismo radical, que son aportaciones conceptuales de los sofistas –los adversarios filosóficos de Platón no por casualidad–, acontecen en el mismo tramo cronológico del siglo V a. C. Ambas tesis conllevan la destrucción de la posibilidad de la verdad objetiva. Por eso el fundamento de la crítica platónica a la democracia es de naturaleza esencialmente epistemológica, ya que, supuesto el intelectualismo ético socrático que liga virtud y conocimiento, y negada la posibilidad de éste, se elimina el fundamento de la buena política que no es otro que la virtud del gobernante. De aquí que el esfuerzo del autor de República se centre en gran medida en la restauración del conocimiento como valor supremo del buen gobierno. Es lo que implica su afirmación, también contenida en su Carta VII, según la cual «no cesará en sus males el género humano hasta que los que son recta y verdaderamente filósofos ocupen los cargos públicos, o bien los que ejercen el poder en los Estados lleguen, por especial favor divino, a ser filósofos en el auténtico sentido de la palabra».

Esta preocupación de Platón por la salvaguarda del conocimiento como principal recurso de la acción de gobierno sigue teniendo sentido en el contexto de las actuales democracias modernas. Primero se desenvuelve en el frente de la opinión pública, en el que a menudo se plantea la confrontación de ideas de un modo que no se promueve el encuentro racional de la pluralidad de posturas en el ágora democrática. Lo advertía Fernando Savater a finales del siglo pasado en un artículo titulado Lo indiscutible, en el que daba cuenta de la postura de los que sostienen que es imposible dar con un conocimiento más cierto que otros, por lo que hay que asumir que sólo se puede aspirar a opiniones, todas relativas y personales, expresión del partido político o del grupo mediático de quien la sostiene. Lo llamativo es que se detecta en este escepticismo universal un cierto «gozo democrático», observa el filósofo español. Lo experimentan quienes dan todas las opiniones por igualmente respetables o válidas, pues consideran que lo característico de la democracia es que cada ciudadano tenga su opinión, entendiendo ésta como la forma de expresar cómo es cada cual, no cómo cree cada cual que es la realidad. De modo que quien se atreva a defender que hay puntos de vista insostenibles según el conocimiento objetivo se arriesga a ser tildado de dogmático impenitente incapaz de respetar la pluralidad de pareceres, que es uno de los rasgos definitorios de la democracia. Precisamente lo que a Platón sacaba de quicio y por lo que tanta inquina le tenía al dichoso sistema político parido por su Atenas del alma.

En efecto, esta es una sombra que se proyecta en el ágora democrática consecuencia de las limitaciones gnoseológicas propias de la naturaleza humana: la tentación de la renuncia a la verdad y la suplantación de ésta por la opinión pública. Cuando esto ocurre el debate político, que mantiene vivo el pálpito del corazón cívico, se enturbia con la retórica espesa de la ideología, que enmascara la carencia de valor epistémico que acaba afectando al lenguaje (me fascina, por cierto, a este respecto el último grito en retórica política venido del entorno del flamante presidente de los EEUU; me refiero a los «alternative facts»). Dejándonos deslizar por esta pendiente de obnubilación podemos llegar a creer que «la democracia es una suerte de encarnación institucional de la opinión pública», tal como advierte Rafael Argullol en su artículo de 2007 titulado, precisamente, Contra la opinión pública. En él viene a plantearse si puede llegarse al extremo de votar la verdad científica. No es ésta, desde luego, un grato elemento para los «encallecidos opinadores» en expresión de Savater. Téngase en cuenta que la objetividad que la define choca necesariamente con la subjetividad de los prejuicios ideológicos a los que suele sentirse tan apegado el común de los mortales.

Por otro lado, el pensamiento científico –que no lo es si no es escéptico, racional y crítico– no parece ser la actitud natural en el común de los individuos en su proceder diario. De ello da pruebas hasta decir basta el profesor de ciencia cognitiva Massimo Piatelli-Palmarini en su libro de hace dos décadas titulado Los túneles de la mente. En él apela al realismo que se debe imponer a partir de un conocimiento objetivo de nuestra «psicología espontánea», que no es una «pequeña razón» ni una «racionalidad espontánea». Trasladado esto al plano político implica que la libertad de pensamiento y de expresión, que idealmente son elementos intrínsecos a la democracia, no aseguran por sí mismos la práctica general de la racionalidad, de la que la ciencia seguramente sea su versión más sofisticada. Porque –como demuestra profusamente el profesor Piatelli-Palamarini–: «La racionalidad no es, pues, un dato psicológico inmediato, sino más bien un complejo ejercicio que tiene que ser conquistado primero y mantenido después con un cierto coste psicológico. (…) la racionalidad ideal es ideal».

La ciencia no es un producto psíquico sin más, sino un logro histórico y cultural al través del cual se manifiesta esa racionalidad (ideal). Tampoco la democracia es algo espontáneo, sino plasmación política de nuevo de la racionalidad en el ámbito de la convivencia entre los diversos (o sea, política), pergeñada de forma imperfecta a través de los avatares de la historia. No sé si en este principio de milenio en el que más a menudo de lo que me gustaría oigo apelar como altar de legitimación a sentimientos nacionales y religiosos (todos exacerbados en la preocupación general por la identidad), impulsores todos ellos de poderosas corrientes de opinión pública, no hemos perdido de vista, quizás, esa condición ideal (o normativa) de la democracia, que, como aspiración de racionalidad, comparte con la ciencia.

La realidad hoy por hoy es que en la acción de los gobiernos democráticos parece incidir más los intereses que amparan ideologías que desprecian la racional aspiración a la verdad que el conocimiento científico que para Bertrand Russell era el único capaz de proporcionar los medios eficaces de alcanzar la vida buena, idea con la que coincide en la actualidad Mario Bunge (léase su Filosofía política).

Es verdad que, como reconoce el profesor de investigación del CSIC Pere Puigdomenech en un artículo titulado Certezas y dudas, cada vez más se acude a los datos aportados por la investigación científica para tomar decisiones sociales y políticas. Ahora bien, ¿significa esto que la política democrática orienta sus pasos hacia el sendero de la racionalidad (ideal)? Para responder a esta pregunta debemos fijar nuestra atención en un elemento esencial del método científico: la duda. Está claro que se investiga para buscar certezas, pero no es infrecuente que en el camino tropecemos con dudas. Ahora bien, como advierte el profesor Puigdomenech: «Ante la opinión pública, esta situación puede aparecer como si hubiera alternativas igualmente válidas, lo que se amplifica sobre todo cuando, además, hay intereses en juego. (…) Al abrir este espacio de dudas se deja espacio para aparentes contradicciones, de las que pueden aprovecharse quienes tienen sus propias, y a menudo interesadas, certezas».

Y así –y valga como ejemplos tomados a vuelapluma– se puede aprovechar de ese espacio en sombras en el ágora democrática, donde campa a sus anchas la opinión pública, tanto la postura contraria a los transgénicos como los intereses de las grandes corporaciones que niegan el cambio climático. Dejarlo, pues, como un lugar en el que pugnan, con total desasimiento de la racionalidad, ideologías e intereses tiene un coste real muy superior al psíquico de vencer nuestras ilusiones cognitivas. ¿Nos podemos permitir, entonces, la ausencia de la ciencia del ámbito político?

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=222814&titular=sombras-en-el-%E1gora:-ciencia-y-opini%F3n-p%FAblica-en-democracia-

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