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Entrevista a Donna Murch: “Black Lives Matter ha ganado la guerra ideológica”

«Nos enfrentamos a esta enorme crisis económica, esta enorme crisis de salud pública y, por encima de todo, una verdadera crisis de legitimidad estatal, en la que la derecha se ha vuelto explícitamente racista», sostiene la académica y escritora Donna Murch.

Donna Murch es profesora asociada de Historia en Rutgers, Universidad Estatal de Nueva Jersey, y forma parte del consejo ejecutivo de la Asociación del Profesorado Universitario –Federación de Docentes de EE.UU. Es autora de Living for the City: Migration, Education, and the Rise of the Black Panther Party in Oakland, California (University of North Carolina Press), que obtuvo el Premio Phillis Wheatley. Su último libro, editado por Haymarket Books y de próxima aparición, se titula Assata Taught Me: State Violence, Mass Incarceration and the Movement for Black Lives.

Todd Chretien y Brais Fernández: ¿Puedes caracterizar la situación política general en EE.UU. en plena pandemia de COVID-19, la recesión que se expande y la rebelión antirracista?

Donna Murch: Creo que, de alguna manera, EE.UU. se enfrenta a una situación sin precedentes a causa de la simultaneidad de estas crisis múltiples. En primer lugar, es la mayor crisis sanitaria que ha conocido nunca EE.UU., incluidas las epidemias de tuberculosis, sífilis y, más recientemente, la del SIDA. En segundo lugar, la escala y magnitud de la epidemia ha generado un desempleo masivo en poquísimo tiempo, alcanzándose un récord de siete millones de parados y paradas registradas en una sola semana, en marzo, mientras que en julio se mantiene bastante por encima de un millón de nuevos registros a la semana. La tasa de paro oficial se sitúa ahora en el 11 o el 13%, pero pienso que es mucho más elevada a la luz de los informes de los distintos estados. En tercer lugar, y cito a una amiga mía, la gente se ha visto forzada a manifestarse en las calles para oponerse a otra pandemia, la violencia estatal.

Entiendo que estas crisis múltiples se nutren del hecho de que EE.UU. se halla en un rápido declive. Este proceso comenzó hace ya mucho tiempo y la elección de Donald Trump es un reflejo de este declive. Él lo acelera, pero también es un síntoma de la descomposición de nuestras instituciones y del pensamiento violento de derechas que en parte es fruto de la rapidez de nuestro declive. Él no es la única causa, pienso que existe una continuidad del supremacismo blanco que hace que esto sea posible.

Así que esto es a lo que nos enfrentamos, esta enorme crisis económica, esta enorme crisis de salud pública y, por encima de todo, una verdadera crisis de legitimidad estatal, en la que la derecha se ha vuelto explícitamente racista –se acabaron las insinuaciones larvadas, los discursos posteriores al movimiento de derechos civiles que acomodan el racismo en otro lenguaje–, se ha vuelto todo muy explícito, tanto su racismo como su antisemitismo.

T. C. y B. F.: Para seguir este hilo, Donald Trump es evidentemente un sociópata, pero ¿considerarías que él y el movimiento político que trata de construir es fascista? ¿Cuáles son las políticas e ideas con las que intenta organizar su bloque político? ¿Hay algún indicio de que se enfrenta a la clase dominante estadounidense o hace lo que le conviene a ella?

D. M.: Soy muy cauta a la hora de definir el fascismo, especialmente cuando hablo con personas como las del Estado español, que vivieron bajo Franco durante muchos años. Suelo atenerme a los términos de los que habló Daniel Guérin, quien veía en el fascismo la fusión del Estado y el capital, junto con fuertes tradiciones de autoritarismo, militarismo y una base principal de racismo como una especie de fuerza unificadora. Son definiciones generales que muestran continuidades incluso con cosas que vemos en democracias liberales, aunque con formas intensificadas hasta el extremo. Así que pienso que Trump representa la fuerza del fascismo en función de cómo lo definas. Tiene memes tuiteados explícitamente nazis y ha apoyado a gente que celebra el nacionalsocialismo y la política genocida.

Trump es el peor capitalista, es un agente de la propiedad inmobiliaria. No me gusta nada la palabra populista porque en la historia de EE UU hay un montón de cuestiones que incluyen este término, mientras que en Europa siempre se asocia con movimientos conservadores autoritarios. En EE UU es una historia más compleja.

Trump se presentó como un hombre del pueblo, pero no asumiendo intereses concretos, sino más bien expresando el resentimiento popular, y este aspecto es muy importante. También cambiaba de opinión como de camisa durante la campaña presidencial, y básicamente propuso poner fin a las guerras de EE UU. No por pacifismo, sino porque es un nacionalista económico y defiende una especie de America First similar al aislacionismo de Charles Lindbergh en la década de 1930, y así es como llegamos al Make America Great Again: que todos vuelvan a casa, que gasten su dinero aquí, combatir a China y otros países y después trabajar por el predominio de EE UU.

No olvidemos que su primer secretario de Estado, Rex Tillerson, había sido el administrador ejecutivo de Exxon Mobil. Dimitió porque ni siquiera él soportaba estar a las órdenes de Trump. Alex Azar, nuestro actual secretario de Salud y Servicios Humanos, antes fue el jefe de Eli Lilly, una importante compañía farmacéutica, cuya actividad sigo de cerca a raíz de mi investigación sobre la crisis de los opioides. Es casi como una caricatura satírica ver a los directores de grandes empresas ocupando cargos ministeriales en el gobierno de Trump. Así que sí, Trump es un hipercapitalista, un agente de la propiedad inmobiliaria. En realidad es un agente inmobiliario fracasado que se ha construido una carrera a base de pulir su imagen y vender su nombre, ese es nuestro actual presidente de EE UU.

T. C. y B. F.: Visto este declive en el interior, ¿puedes evaluar la posición geopolítica de EE UU frente a otras potencias, especialmente China?

D. M.: Parte de lo que voy a decir son recuerdos personales. Nací en 1968 y recuerdo la transición que tuvo lugar hacia finales de la década de 1990 o comienzos de la de 2000, que luego se intensificó tras el 11 de septiembre. Previamente, cuando yo era una niña en pleno apogeo de la Guerra Fría, en el discurso político estadounidense era normal que todos, fueran demócratas o republicanos, comenzaran cualquier intervención y presentación en el Congreso diciendo “somos el país más grande del mundo”. En los últimos diez años o más he notado que es mucho menos común y que cada vez más esta idea la pregonan ciertos políticos de derechas.

En la conciencia popular estadounidense esto está retrocediendo, ya que buena parte de nuestro sentido de grandeza tiene que ver con nuestra economía y nuestro ejército, nuestra hegemonía, nuestra dominación. Hemos entrado en declive y todo el mundo lo sabe. Provengo de una familia de clase obrera por parte de madre y todos y todas lo saben. No leen el New York Times o el Wall Street Journal, pero lo saben. Ven cómo se quiebran los puentes, ven los socavones en sus carreteras, ven los problemas que tienen con las infraestructuras, la fontanería, el agua. La mayor parte del país no es rica y sus descendientes tienen un nivel de vida más bajo que el que tuvieron ellas y ellos, y este aspecto es muy importante. Es una experiencia de declive vivida por la gente común.

T. C. y B. F.: ¿Cómo se manifiesta este declive a escala internacional?

D. M.: Recuerdo una conversación con una amiga de Sudán cuando estaba cursando posgrado y estuvimos reflexionando sobre esto y le dije: “Los estadounidenses blancos no llevarán bien el declive porque la imagen de sí mismos está muy imbuida de superioridad”. Fue la primera vez que vi los verdaderos peligros políticos del declive y creo que esto es lo que representa Trump.

¿Cómo repercute esto en el plano internacional? Creo que hemos de comprender que la presidencia de George W. Bush fue muy importante, tanto por la extensión de todas esas guerras en Oriente Medio –que de hecho enlazaron con la primera guerra de Irak– como por la victoria de los neoconservadores. Se sobrepasaron mucho y este es un aspecto central. Asimismo, Bush preparó el terreno para Trump con la utilización explícita del racismo. Si recordáis, utilizó todo ese lenguaje de las guerras con los indios en EE UU, “sacarlos con humo de sus agujeros” y esas expresiones de la frontera americana, todo lo cual resultó increíblemente popular. Por supuesto, es un plutócrata, de una familia de postín que se remonta a los orígenes del país, pero se forjó la imagen de un populista texano. Una de las tretas que utilizó para ello fue su propia incultura. Fue el ejemplo de un verdadero patricio que cambió de imagen, en gran parte gracias a su propia estupidez, para presentarse como un hombre del pueblo. Pienso que, por desgracia, en parte le funcionó.

Esto es importante porque la gente presenta a Donald Trump como una especie de aberración terrible y muchos reclaman ahora a George W. Bush como el buen republicano, pero en realidad creo que prefiero trazar una línea de continuidad entre ambos. Y esto es importante cuando pensamos en cómo el Estado ha redistribuido ahora, de un modo completamente desregulado, el dinero entre todas esas grandes empresas con motivo de los rescates durante la Covid-19. Vimos un precedente de esto bajo la presidencia de Bush, cuando utilizó toda la potencia devastadora del ejército para destruir Irak y luego entregar el país a todas esas compañías estadounidenses que, como Halliburton, entraron básicamente con contratos de adjudicación directa. Fue un regalo de billones de dólares que nunca acabó de regularse plenamente. Creo que durante los dos primeros rescates de la Covid-19, Trump se atuvo a un guion muy parecido. Las compañías recibieron enormes cantidades de dinero sin un cuidadoso seguimiento de su uso y ahora escuchamos esas historias sobre cómo el Ayn Rand Institute recibió 350.000 dólares.

Desde el punto de vista de la política mundial, el grado de racismo que moviliza Trump contra China es muy peligroso. Pero lo que ocurre con Trump es que, puesto que es un bandido, un criminal, continuamente va dejando caer que al mismo tiempo habla con Xi Jinping entre bastidores. Así que, por una parte, tenemos el discurso público de racismo contra mexicanos y centroamericanos, contra árabes y musulmanes, y su racismo contra China, pero por otra, trata constantemente, en secreto, de cerrar sus propios acuerdos. Es un poco contradictorio.

T. C. y B. F.: Pasando a la política nacional, desde el asesinato de George Floyd por la policía, hemos visto una movilización antirracista dirigida por el movimiento negro. ¿Cuáles son las características de este ciclo de protestas y qué antecedentes tiene?

D. M.: Para comprender el periodo actual creo que debemos remontarnos a 2009. De alguna manera es una fecha arbitraria, ya que la gente afroamericana viene movilizándose contra la policía desde 1965 por lo menos. Hubo revueltas urbanas masivas en la década de 1960 y en 1992. Pero el motivo por el que menciono 2009 es porque ese año asesinaron a Oscar Grant en Oakland, en la estación de Fruitvale. Fue la primera vez que vi una movilización de este tipo tras un asesinato policial que había sido grabado en vídeo, y después vino el trabajo constante, quiero decir, años y años organizando el movimiento. Y la elevación de Oscar Grant a la condición de mártir político.

Más tarde hubo una explosión tras el asesinato de Trayvon Martin en 2012. Fue a partir de este asesinato de Trayvon Martin y de la exoneración de George Zimmerman, su asesino –que no era poli, pero que se dedicaba a patrullar el barrio por decisión propia–, que las tres fundadoras de Black Lives Matter utilizaron por primera vez esta expresión, que se convirtió en hashtag y después en red social. Con el tiempo, pasó a ser una especie de coordinadora, llamada Movement for Black Lives, que incluye agrupaciones en todo el país, así como algunos centros académicos y organizaciones benéficas.

Así que, visto ahora, hemos de ampliar el espacio temporal, pues el trabajo de organización se ha prolongado durante mucho tiempo. Una de las claves de su éxito es que al utilizar la expresión Black Lives Matter ha conseguido dar la vuelta al discurso de ley y orden y a la visión de las personas negras siempre a través de la lente de la criminalización. Ha invertido la identificación, de modo muy parecido a lo que hizo el Partido Pantera Negra: Black Lives Matter ha sacado a la luz la violencia cometida contra la población negra y de este modo anula la fuerza profunda de una clase particular de racismo. Todo esto significa que existen importantes elementos de continuidad.

Ahora bien, las manifestaciones que ha habido durante los dos últimos meses son distintas de las que se produjeron entre 2009 y 2016, que en gran parte movilizaban a gente afroamericana. En aquellas manifestaciones anteriores participaban personas blancas y gente de todos los colores, pero el núcleo duro, creo, era un movimiento de protesta negro. Ahora ha habido manifestaciones en más de 400 ciudades y la cosa continúa. La semana pasada estuve en Filadelfia de compras y hubo una manifestación y la policía acordonó media ciudad.

Lo que hemos visto ahora es una expansión, una demografía mucho más amplia. Uno de los efectos de la intersección con la Covid-19 es que la gente que se manifiesta es más joven, ya que muchas de nosotras nos confinamos en casa. Siempre voy a las manifestaciones, pero entonces no acudí porque soy mayor y me quedé en casa. Así que pienso que las y los manifestantes son más jóvenes y racialmente más diversos. A mi entender, el reto al que se enfrentan es cómo convertir esta movilización masiva en un cambio sustancial, dado que el gobierno federal está encabezado por un loco racista y un problema general de la política estadounidense es cómo hacer que el Estado sea receptivo a las movilizaciones populares masivas.

T. C. y B. F.: Has mencionado los elementos de continuidad en la lucha de la población negra. ¿Puedes identificar algunas de las ideas y demandas fundamentales que, durante siglos, han guiado al movimiento negro por la liberación y, más concretamente, a partir de 1965, como has señalado antes?

D. M.: El año 1965 es importante porque ese año se promulgó la Ley de Derecho al Voto (Voting Rights Act). Aunque tengamos la democracia más antigua, la población afroamericana no ha podido votar durante la mayor parte de nuestra historia. Hubo un breve periodo de doce años tras la Guerra Civil durante el cual los hombres negros podían votar si contaban con la protección de las tropas federales en el periodo de la Reconstrucción, pero también hubo decenas de miles de personas asesinadas por tratar de votar en los estados sureños.

Mientras, en el norte el voto negro estaba restringido, había una situación como la de Irlanda del Norte, donde los impuestos al sufragio, los pucherazos y las inhabilitaciones eran medios comunes para suprimir el voto de la población católica. Utilizo a menudo esta comparación para que la gente europea pueda entenderlo. Así es como impidieron que la población negra ejerciera su derecho formal de voto en el norte, mientras que en el sur reinaba un régimen de terror. Así, el año 1965 es importante por la Ley del Derecho al Voto y la Ley de Derechos Civiles, que dispusieron el fin de la segregación legalizada en el sur, aquello de “iguales, pero separados”.

Pero el año 1965 también marca la mayor revuelta urbana de la historia de EE UU en Los Ángeles, apenas una semana después de que se promulgara la Ley del Derecho al Voto. En su momento fue una gran sorpresa, ya que tras la gran victoria jurídica ves cómo aumenta la rebeldía. Tal como lo entiendo, y como lo entienden la mayoría de historiadores, es que a pesar de que cuando se plantea la cuestión de la raza en EE UU la gente piensa a menudo en el sur, es realmente importante centrar la atención en el norte y en el oeste, donde no tuvieron el sistema de Jim Crow. Porque en 1965 hubo manifestaciones, como hoy, a raíz de la brutalidad policial. Así que creo que esta es la primera cuestión fundamental desde el punto de vista de la continuidad en el movimiento negro entre entonces y ahora: la brutalidad policial y los asesinatos policiales.

La segunda cuestión fundamental es el modo en que esta violencia refuerza un régimen de capitalismo racial y violencia racial dentro de las comunidades afroamericanas. En el norte, Bayard Rustin lo calificó de combate por la vivienda, la educación y el empleo. En el fondo se trataba de luchas por la redistribución que tenían una base económica muy profunda, lo que es importante destacar. Pero estas demandas se relacionan con una violencia increíble, cómo decirlo, una violencia policial que apuntala y refuerza este proceso de desinversión y de segregación de hecho. No se trata tan solo de que la policía es violenta, sino que mantiene un sistema de orden y control en el que la familia negra media tiene hoy, desde la crisis de 2008, tan solo una treceava parte de los ingresos de una familia blanca media estadounidense. Es una enorme brecha económica. Las estadísticas son increíbles; por ejemplo, el graduado universitario negro medio gana menos que su homólogo blanco. Por tanto, la violencia policial y la desigualdad económica están absolutamente relacionadas.

Creo que el tercer elemento, y esto es importante históricamente, es que hoy la lucha de liberación de la población negra está encabezada en gran parte por mujeres y se concibe a través de una lente feminista queer. Las mujeres han participado desde siempre en la lucha, pero, en comparación con la década de 1960, las fundadoras de Black Lives Matter son mujeres, dos de las tres se declaran lesbianas, de modo que ha habido un cambio en el que la movilización contra la violencia estatal no solo incluye a mujeres, sino que estas dirigen efectivamente y definen el movimiento.

T. C. y B. F.: Vista esta larga trayectoria, un cambio ahora es que la lucha de la comunidad negra no está aislada, sino que se produce en el contexto de Me Too, la Marcha de las Mujeres, una nueva ronda de luchas feministas, la campaña de Bernie Sanders y la popularización del socialismo, la Red State Rebellion y las huelgas de enseñantes y del sector público y, por supuesto, como has comentado, las catástrofes gemelas de la Covid-19 y la crisis económica. Por tanto, hay la sensación de que la rebelión encabezada por la comunidad negra se halla integrada en un círculo más amplio de luchas y movimientos. ¿Cómo se relaciona el movimiento Black Lives Matter con estas otras formas de protesta y en qué se diferencia de ellas?

D. M.: De entrada diré que no entiendo la caracterización del movimiento negro como algo separado históricamente de estos otros movimientos, porque negros y negras han desempeñado siempre un papel absolutamente central en la izquierda estadounidense. Es realmente importante entender esto, particularmente en el siglo XX. Por ejemplo, pensad en el Partido Comunista en la década de 1930 y en figuras como Paul Robeson. Así que, en este sentido, el movimiento negro nunca ha estado separado de otras formas de lucha. Hay muchos sindicalistas e intelectuales negros famosos que procedían de la izquierda negra. En este sentido es difícil diferenciar.

La fuente del movimiento actual, o al menos de una parte del mismo, se remonta a las décadas de 1960 y 1970, y el icono del movimiento es Assata Shakur, que fue militante de base del Partido Pantera Negra en Nueva York. Esta mujer también militó en el Ejército Negro de Liberación, fue detenida por matar a un agente de policía, pero se fugó de la cárcel a finales de la década de 1970 y vive en Cuba desde finales de los años 1980. Así que el icono del movimiento actual es una marxista negra. Esto es importante. Es casi al revés, de muchas maneras la izquierda blanca mira más hacia figuras revolucionarias negras como Angela Davis, que fue una figura central del abolicionismo negro, y Assata Shakur.

Dicho esto, todavía estoy tratando de comprender la composición de estas manifestaciones. En parte porque no he participado personalmente. Es difícil hacer análisis sociales desde tu apartamento. Por eso soy cautelosa. Estuve implicada en lo que ocurrió entre 2009 y 2016, pero no he participado en estas manifestaciones porque soy una persona entrada en años y tengo que confinarme en casa. Trato de analizar desde la distancia, así que habréis de tener paciencia.

Creo que el racismo patológico y la violencia sexual de Trump han soliviantado a EE UU. Asistimos a un tipo de movilización contra la violencia sexual, en parte, porque no podemos llevar a los tribunales al presidente. Me Too mantenía esta relación dialéctica con Trump, es casi como que Harvey Weinstein hizo de sucedáneo de Trump, y no digo que él no lo mereciera, porque lo merecía. La intensidad de la rabia contra Trump, la Marcha de las Mujeres, los sombreros rosas, hay rebotes en muchas direcciones.

Otro motivo de la masiva participación de personas blancas en estas manifestaciones radica en que Black Lives Matter ganó la guerra ideológica, siendo capaz de demonizar la violencia estatal y desarrollar una especie de empatía que permitió que toda clase de personas diferentes se identificaran con la protesta y vieran la violencia como un ataque contra ellas mismas. La lucidez intelectual de esto fue crucial, porque invirtió la idea de ley y orden y en vez de librar simplemente una batalla en torno a la criminalización dijeron: “Olvidadlo, mirad cómo morimos. Mirad cómo nos matan en la calle”. De este modo definieron nuevos términos para la protesta. Estas mujeres han contribuido a definir esto para toda una generación. Nada de esto habría ocurrido sin su activismo.

Sin embargo, también pienso que vemos una participación blanca masiva porque tiene que ver con Trump. Si el presidente fuera Joe Biden, un demócrata, no estoy segura de que veríamos lo mismo. También hay una dinámica con la Covid-19, en el sentido de que esta gente joven se vio atrapada en casa y creo que hay todo tipo de presiones que siente la gente. Me sorprendieron las manifestaciones que vi en Filadelfia, en su gran mayoría de gente blanca. Vivo en una parte muy blanca de la ciudad, así que esto pudo haber influido, no estaba en la parte occidental de Filadelfia, donde la población es pobre y negra de piel. Así que pienso que es una manera de oponerse al racismo y autoritarismo de Trump, a la enorme violencia que representa Trump.

A veces me cuesta encontrar el lenguaje adecuado para describir lo que hace Trump. Es racista y violentamente machista, pero hay más. Es una exaltación del sadismo y la crueldad y carece totalmente de empatía. Quizá pueda expresar para los lectores y las lectoras en España un poco lo que pienso refiriéndome a la película El silencio de otros, de Pedro Almodóvar 1/, que he estado viendo. Me causa tanto dolor, solo puedo mirar de seguido durante un cuarto de hora o así. Pero cuando la miro, siento una profunda resonancia porque es lo más cercano a lo que he visto jamás de fascismo en EE UU. Y eso que soy una historiadora afroamericana que escribe sobre la izquierda negra, de modo que llevo mucho tiempo en esto, pero estoy completamente pasmada y atemorizada por lo que estoy viendo.

Estuve en Brasil justo después de la elección de Jair Bolsonaro y observé una especie de suma circunspección ante la violencia interpersonal movilizada por la derecha y puedo detectar que lo mismo está ocurriendo bajo Trump en EE UU. Y el rechazo de la apología de la violencia racista y sexual forma parte de la respuesta que estamos viendo aquí, en este país, porque la gente percibe cierto grado de crisis. Incluso quienes no necesariamente se hallan en el punto de mira directamente.

T. C. y B. F.: ¿Qué clase de ideas políticas crees que serán necesarias para transformar el sistema del capitalismo racializado? Asistimos a un resurgimiento del socialismo, que cuenta con una larga tradición y que, como has dicho, ha estado siempre estrechamente relacionado con la izquierda negra, pero las condiciones son radicalmente diferentes de las de hace un siglo. ¿Qué ideas socialistas son útiles para el movimiento en estos momentos y qué tiene que aprender el socialismo de los movimientos sociales para ser útil?

D. M.: Abordaré esta cuestión dando un rodeo. Soy en gran medida una militante de izquierdas de la época de la Guerra Fría, formada en esta corriente antes de 1989. Es interesante observar cómo el movimiento despega ahora, porque no siempre veo continuidades con la izquierda anterior a la Guerra Fría. Esto es muy emocionante. Pero hay casi una inflexión en nuestra historia, porque el anticomunismo en EE UU es enorme. Soy muy consciente de ello cuando observo a una generación más joven de militantes de izquierdas y cómo somos casi de constituciones diferentes. Nuestro secretismo; por mucho que yo estudiara posgrado en la Universidad de California en Berkeley tuve que firmar el juramento de lealtad que decía que yo nunca había militado en el Partido Comunista, esto fue a comienzos del año 2000. Así, lo primero que hay que decir es que creo que la gente de EE UU subestima el anticomunismo.

Me llamó la atención ver, durante la campaña de primarias de Bernie Sanders, que le seguían montones de sesenta y setentañeros y montones de milennials con Alexandria Ocasio-Cortez, pero hay una generación que falta, mi generación, y creo que esto tiene que ver con la intensidad de la represión en la década de 1980. Cuando pensamos en el socialismo y el profundo arraigo del anticomunismo, hemos de tener presente que el macartismo no desapareció con Joe McCarthy, sino que continúa vivo en toda la década de 1980.

¿Cómo afecta esto al socialismo actualmente? La respuesta no es nada fácil. Un par de cosas. En primer lugar, necesitamos más diálogo intergeneracional entre una generación más vieja de militantes de izquierda que vivieron la época de la Guerra Fría, y los y las izquierdistas más jóvenes. Este es el motivo de que mencione a la izquierda negra, porque fue la comunidad negra la que se llevó la peor parte de la histeria anticomunista. La destrucción de la carrera de Paul Robeson, la inclusión de Angela Davis en la lista de personas más buscadas del FBI y la recompensa de 2 millones de dólares que pesa sobre la cabeza de Assata Shakur, que actualmente está en Cuba, son hechos muy simbólicos. Hemos de tener cuidado y estar vigilantes. Me preocupa que la generación más joven no sea consciente del nivel de represión en nuestro país.

Dejar que el socialismo respire y se integre en el discurso estadounidense es crucial, hemos de esperar y ver que esto ocurra. Creo que lo más importante es mirar activamente a tradiciones del socialismo y del marxismo que vienen del Sur Global y de gente que no es blanca. Por ejemplo, aprender de marxistas afroamericanos, la tradición marxista negra de Cedric Robinson y C.L.R. James, el Partido Pantera Negra, los teóricos de la dependencia en América Latina, etc. Para mí, esto es lo más importante. Fundamentar nuestra noción del socialismo fuera de Europa, porque de alguna manera tenemos más en común con Brasil que con Europa occidental. EE UU no tiene una tradición socialdemócrata y pienso que uno de los errores en EE UU (debido al eurocentrismo) es mirar siempre al este, a Europa. Sin embargo, de muchas maneras EE UU es un país de colonos blancos, así que para entender los efectos del colonialismo de invasión creo que tiene más sentido, es más fácil comprender nuestra experiencia, que miremos a América Latina y el Caribe. Es en gran parte lo que hizo la izquierda negra en el siglo XX.

Construir un movimiento socialista exige pensar sobre nuestras referencias. Creo que leer a Marx es sumamente importante y pienso que Lenin y Luxemburg son importantes y que el canon europeo es importante. Me encanta la Escuela de Fráncfort, a través de ella conocí el marxismo. Sin embargo, para comprender hoy a EE UU y la naturaleza de la política racial y qué es la izquierda, creo que hemos de basarnos en tradiciones no blancas del socialismo y del marxismo.

En tercer lugar, hemos de superar el llamado antagonismo entre política identitaria y política de clase. En EE UU, debido a la historia del capitalismo racial y las enormes disparidades económicas tan profundamente racializadas (incluidas las jerarquías de género), hemos de comprender realmente cómo la ubicación social de la gente afecta a las condiciones materiales básicas de sus vidas y los tipos de violencia a que se enfrentan.

Acabaré diciendo que colaboro muy estrechamente con el sindicato de nuestra facultad, que es un verdadero sindicato radical que lucha por la justicia social y que cuenta con un componente de izquierda muy fuerte de distintas generaciones. Y luchamos por esas cosas, cómo plantear las principales cuestiones económicas de la lucha contra la universidad y la patronal, pero comprendiendo también cómo las divisiones de género y de raza y las posiciones de cada cual nos ponen difícil eso de luchar juntos contra su fuerza unida. Así que lo que importa realmente es aprender de aquellos movimientos, cómo hablaron de distintas formas de desempoderamiento y ubicación social y cómo afecta esto a la lucha. Hemos de situar el género y la raza en el centro de nuestra comprensión del funcionamiento real de estas estructuras materiales.

Todd Chretien es miembro de Democratic Socialists of America y editor de No Borders News.

Brais Fernández es redactor de viento sur. Traducciónviento sur.

Nota:

1/ Pedro Almodóvar fue uno de los productores de la película El silencio de otros, dirigida por Almudena Carracedo y Robert Bahar [n.d.t.].

Fuente: https://vientosur.info/black-lives-matter-ha-ganado-la-guerra-ideologica/

Fuente: https://rebelion.org/black-lives-matter-ha-ganado-la-guerra-ideologica/
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Los maestros que se resisten a abandonar a sus alumnos en empobrecida región de México

“Me llamo Viridiana Roja’ Vásque’…”. Derechita y seria, así se presenta esta niña de cinco años que hace tareas escolares en una menesterosa vivienda en plena montaña de Guerrero a 3 000 metros de altitud, en el sur de México.

Hasta este lugar remoto llega no sin dificultad ‘Aprende en Casa’, un plan educativo emergente del gobierno, en una de las regiones más pobres del país.

Aunque la apuesta era ofrecer clases televisadas ante el distanciamiento impuesto por la pandemia, el programa aquí es inviable: no hay señal, mucho menos Internet y, a veces, ni siquiera electricidad.

Afuera, el viento y los gruñidos de unos cerditos recién nacidos en casa de Natalia, su madre de 25 años, dulcifican la precariedad del lugar, que contrasta con el cielo nítido y el verde intenso de las montañas. Natalia le dijo al oído cómo saludar en tu’un savi, su idioma natal y variante de la lengua indígena mixteca.

Viridiana, cuyo holgado vestido tradicional disimula su delgadez, se mueve inquieta en una silla que parece miniatura para colorear en las hojas que días atrás recibió de su profesor de la primaria indígena de San Miguel Amoltepec Viejo.

Desde la puerta el maestro Jaime Arriaga, de 33 años, observa atentamente las indicaciones que Natalia brinda a su hija. Luego se acerca, revisa los papeles, relee las instrucciones y nota que una de las hojas quedó mal compaginada.

“Vas a recortar esta y vas a formar una figura que tenga forma de barco. ¿Ya lo hiciste?”, le dice a la niña, que agranda los ojos ante el tono afectuoso pero inquisitivo del profesor.

La crisis del covid-19 y su impacto en la educación son solo un capítulo más del largo historial de marginación de esta región curtida por la pobreza.

“No tenemos otra forma”  Ampliar En plena montaña de Guerrero, en el sur de México, el programa ‘Aprende en casa’ es inviable pues a la región no llega señal, ni Internet y en algunas ocasiones no tienen energía eléctrica.

En plena montaña de Guerrero, en el sur de México, el programa 'Aprende en casa' es inviable pues a la región no llega señal, ni Internet y en algunas ocasiones no tienen energía eléctrica. Foto: AFP.

Arriaga llega cada 15 días para traer material educativo, reunirse con los padres de familia y supervisar avances.

Cuando podía dictar clases presenciales se quedaba toda la semana y evitaba las dos horas y media de serpenteante camino, sin asfaltar en el último tramo, entre Tlapa -ciudad principal de la región- y San Miguel Amoltepec. Hoy su salón, al que solían asistir 22 niños, sirve de almacén o improvisado comedor.

“No tenemos otra forma. Estamos probando, tratando de adecuar estos trabajos a las condiciones que tenemos”, explica Arriaga entre pupitres vacíos.

Celso Santiago, agricultor de 29 años y padre de tres niños, hará el esfuerzo pero lo ve difícil. “Tenemos trabajos y no puedo estarme ocupando en los niños”.

“Si antes no podían aprender mucho de lo que el maestro enseñaba, ahora vamos a estar peor con esto de la pandemia”, añade.

Arriaga recibía alumnos de cuarto a sexto año a la vez, esquema “multigrado” que responde a la escasa asistencia en comunidades pobres y casi despobladas como esta.

“Siempre los problemas sociales y otros influyen” entre la población indígena de México, 69,5% de la cual es pobre, añade.

En Cochoapa el Grande, donde queda San Miguel Amoltepec, 82% de los pobladores son indígenas y en promedio solo completan una cuarta parte de la educación básica.

“Área virgen”  

Los docentes llegan a la región cada 15 días llevando material educativo para los estudiantes. Foto: AFP.

En San Miguel viven unas 200 personas y numerosas viviendas están vacías porque muchos se marchan a buscar trabajo.

Viajan como jornaleros a plantaciones agroindustriales del norte o cruzan la frontera hasta Nueva York, destino habitual de la diáspora de Guerrero.

Los maestros explican que la primaria es el último retén para muchos niños que desertan sin terminarla, huyendo con sus familias de la pobreza.

Paradójicamente, el despoblamiento y la incomunicación parecen haber librado, por ahora, de la epidemia a esta zona, muy vulnerable por la carencia de centros médicos y servicios básicos. Cochoapa el Grande registra solo dos casos de covid-19 y ninguna defunción, según cifras oficiales. Tlapa, en cambio, suma 293 confirmados y 44 muertes.

En todo México, 8 563 indígenas se infectaron y 1 249 han fallecido, informó el gobierno la semana pasada.

“A lo mejor esta área se mantiene virgen, no hay contagios”, dice Martiniano Pastrana, supervisor del plan educativo para estos pueblos.

Pero Pastrana se empeña en advertirles que el covid-19 es real. Su suegro y un cuñado enfermaron.

Los de la montaña “resistimos más” , afirma Celso Santiago, argumentando que poseen “defensas altas” porque consumen lo que cultivan y no “enlatados y químicos” como en las ciudades. “Aquí no hay coronavirus”, concluye rotundamente.

Fuente: https://www.elcomercio.com/actualidad/maestros-abandono-alumnos-pobreza-mexico.html

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Estados Unidos: 6 Ways to Avoid Isolation Fatigue While Balancing the Demands of Remote Work

6 Ways to Avoid Isolation Fatigue While Balancing the Demands of Remote Work

 

Covid-19 has confronted businesses and employees with the acute challenges of remote work, underscoring the need to provide the right tools, planning, and support to ensure people stay healthy, connected, and productive. Managers are focused on working with employees to ensure the right infrastructure is in place, not just in technology but also in the way they set up expectations, processes, and priorities.

Of course, if remote workers lack the right tools or access to information, they’ll feel disconnected, disorganized, and disengaged. So it’s been vital to put in place the right tools, from computers, microphones, and cameras to the right software and apps. To create a productive ecosystem, employees also need easy access to group and shared drives and a plan for setting up team goals, deliverables, and timelines. Sharing schedules and documenting team members’ preferred working hours are also important.

But working from home is the new reality for many people. It’s not just equipment and process that are needed; employees are confronting new issues around feeling disconnected from the office while facing new pressures at home. So leaders need to think about new ways of helping workers manage expectations around both office and family.

This means managers must be realistic about the challenges. Working at home may mean more multitasking. Some employees may be less productive, so encourage employees to set achievable daily tasks and goals. If those go well, gradually make the goals more ambitious. Get employees to agree on workloads, projects, and priorities with their manager and communicate them to the team.

Keeping the whole team connected is crucial. Get the communication wrong and team collaboration grinds to a halt, customer focus could fail, and innovation could be stifled. So it’s important for each team member to be aware of others’ projects, timelines, and goals. Syncing responsibilities and deadlines with teammates helps manage projects, maximizes efficiency, and ensures that everyone’s work gets done. Online meetings should have clear goals, agendas, and outcomes, so send pre-reads sufficiently in advance.

Connectivity is only one solution for enabling remote working. Failure to provide remote workers with the right support can affect their motivation, productivity, and work-life balance. Isolation fatigue could easily set in, so encourage employees to think about these steps:

Set Expectations With the Family

Set Boundaries With a Workspace

Urge employees to carve out a space, zone, or approach to work that’s separate from family members when they need privacy or are on a call. Wearing headphones or placing a sign on the back of their chair or monitor works as a clear signal to others.

Build a Routine, And Practice Good Self-Care

Encourage a routine that helps get work done efficiently and effectively. For some people, this means rebuilding their home office environment. For others, it’s about establishing a new routine. It’s important to set reasonable boundaries so workers don’t feel that they’re “always on” when working remotely. Breaks need to be prioritized to avoid burnout. And routines need to include staying connected with social communities, including business resource groups and work support groups on platforms like Workplace, Facebook, and Instagram.

Stick to Meeting Schedules

Working remotely doesn’t mean working reactively. Give employees the freedom to push back on last-minute conversations and spontaneous meetings—particularly those unrelated to their priorities.

Socialize With Colleagues

Isolation is a common problem for remote workers, so it’s more important than ever to come together. Try creating and participating in chat threads where team members can talk about common interests. Video calls are better to connect with colleagues, even just for an end-of-day watercooler chat. They also help introverts—who’d rather not socialize—periodically connect with team members.

Communicate with Clarity and Positivity

Working remotely makes it vital for communications, especially by email or chat, to be clear and positive, or they may be viewed as cold or indifferent. Happy emojis, fun photos, and generous compliments all are tools to maintain morale and build rapport.
Fuente de la Información: https://hbr.org/sponsored/2020/07/6-ways-to-avoid-isolation-fatigue-while-balancing–the-demands-of-remote-work
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México: Ayotzinapa seis años

Ayotzinapa seis años

Cristóbal León Campos

Seis años transcurridos desde aquella fatídica noche del 26 de septiembre de 2014, la búsqueda sigue y el reclamo popular se mantiene, en lo profundo de la nación las venas persiguen abiertas latiendo por la herida constante, los vientos del llamado cambio soplan sin dirección fija, hay avances sí, ciertas nuevas formas ¿pero y el fondo? Apariencias de voluntad mientras la estructura queda intacta, la esperanza de justicia es fuerte, sin importar el cansancio, los tiempos de inmundicia vividos y las puertas cerradas con candados flagelantes del capitalismo y su desdén.

Las familias, los amigos y compañeros, la nación y la solidaridad internacional permanecen, algunas voces ciertamente se acomodan y apartan, pero quienes hacen suyo el dolor ajeno continúan con el clamor por los 43 estudiantes de Ayotzinapa violentados, desaparecidos, seis asesinados y un manto de impunidad que cubre muchas huellas, borra nombres de implicados, libera presos sin ser enjuiciados, simula preocupación ejerciendo la influencia mediática de los intereses ocultos.

Los años pasan y se acumulan, seis se escribe con cuatro letras pero se pronuncia en este contexto como una eternidad, nunca se podrá restituir la musicalidad al número revestido de dolor, incluso cuando los hechos queden todos al descubierto, no se borrará la asociación trágica entre verdad, crimen de Estado, desaparecidos, impunidad, Ayotzinapa y las largas noches reiteradas como un constante malestar, septiembre marcado en nuestra historia mexicana y latinoamericana por tanta carga de inhumanidad, pues no es para menos la cercanía que hay entre Tlatelolco y Ayotzinapa, sin importar los kilómetros de distancia física, en la geografía de impunidad, las palabras guerra sucia, genocidio, represión y lucha popular, se entrelazan en la continuidad cómplice de la bota militar que pisa hasta el fondo en cada una de las venas abiertas de nuestros pueblos lacerados.

La ausencia está presente en cada rincón despojado del ser pero jamás de la esencia, 43 desaparecidos, seis asesinados, cientos y miles a lo largo del continente, tantos y tantas en el México nuestro, en el profundo sentimiento hecho humano que produce la conciencia y la organización proletaria y popular, en Ayotzinapa la principal enseñanza es justamente la solidaridad-pertenecía comunitaria y de clase, el apego a las raíces y la reflexión puesta al servicio de la transformación, los vínculos humanos entre camaradas-compañeros indisolubles por el individualismo burgués y la codicia sistémica del capitalismo.

Ayotzinapa es cuna de compromiso, por eso se atenta contra la vida emanada de sus aulas, no se trata nada más de los efectos del narco-estado implantado décadas atrás, ni de un incidente circunstancial por la conjugación de la mala fortuna, las acciones perpetradas con alevosa organización responden a la planificación perversa de las estructuras sistémicas gobernadas por seres creyentes de su inagotable impunidad, aquellos que forman parte de la “verdad histórica”, ya sea por qué efectuaron los actos o los planearon, ya sea por qué los encubrieron y divulgaron las mentiras convenientes para asegurar el crimen y su olvido, todos esos seres carentes de la mínima peculiaridad humana, serán condenados tarde o temprano por la historia y la verdad que abra de surgir de la misma perseverancia que aún sostiene el grito por la justicia y la aparición de los 43. Sin importar el paso del tiempo, superando los seis años de dolor y ausencia, Ayotzinapa sigue siendo esperanza y ejemplo.

Fuente de la Información: https://rebelion.org/ayotzinapa-seis-anos/

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Provably exact artificial intelligence for nuclear and particle physics

Provably exact artificial intelligence for nuclear and particle physics

The Standard Model of particle physics describes all the known elementary particles and three of the four fundamental forces governing the universe; everything except gravity. These three forces — electromagnetic, strong, and weak — govern how particles are formed, how they interact, and how the particles decay.

Studying particle and nuclear physics within this framework, however, is difficult, and relies on large-scale numerical studies. For example, many aspects of the strong force require numerically simulating the dynamics at the scale of 1/10th to 1/100th the size of a proton to answer fundamental questions about the properties of protons, neutrons, and nuclei.

“Ultimately, we are computationally limited in the study of proton and nuclear structure using lattice field theory,” says assistant professor of physics Phiala Shanahan. “There are a lot of interesting problems that we know how to address in principle, but we just don’t have enough compute, even though we run on the largest supercomputers in the world.”

To push past these limitations, Shanahan leads a group that combines theoretical physics with machine learning models. In their paper “Equivariant flow-based sampling for lattice gauge theory,” published this month in Physical Review Letters, they show how incorporating the symmetries of physics theories into machine learning and artificial intelligence architectures can provide much faster algorithms for theoretical physics.

“We are using machine learning not to analyze large amounts of data, but to accelerate first-principles theory in a way which doesn’t compromise the rigor of the approach,” Shanahan says. “This particular work demonstrated that we can build machine learning architectures with some of the symmetries of the Standard Model of particle and nuclear physics built in, and accelerate the sampling problem we are targeting by orders of magnitude.”

Shanahan launched the project with MIT graduate student Gurtej Kanwar and with Michael Albergo, who is now at NYU. The project expanded to include Center for Theoretical Physics postdocs Daniel Hackett and Denis Boyda, NYU Professor Kyle Cranmer, and physics-savvy machine-learning scientists at Google Deep Mind, Sébastien Racanière and Danilo Jimenez Rezende.

This month’s paper is one in a series aimed at enabling studies in theoretical physics that are currently computationally intractable. “Our aim is to develop new algorithms for a key component of numerical calculations in theoretical physics,” says Kanwar. “These calculations inform us about the inner workings of the Standard Model of particle physics, our most fundamental theory of matter. Such calculations are of vital importance to compare against results from particle physics experiments, such as the Large Hadron Collider at CERN, both to constrain the model more precisely and to discover where the model breaks down and must be extended to something even more fundamental.”

The only known systematically controllable method of studying the Standard Model of particle physics in the nonperturbative regime is based on a sampling of snapshots of quantum fluctuations in the vacuum. By measuring properties of these fluctuations, once can infer properties of the particles and collisions of interest.

This technique comes with challenges, Kanwar explains. “This sampling is expensive, and we are looking to use physics-inspired machine learning techniques to draw samples far more efficiently,” he says. “Machine learning has already made great strides on generating images, including, for example, recent work by NVIDIA to generate images of faces ‘dreamed up’ by neural networks. Thinking of these snapshots of the vacuum as images, we think it’s quite natural to turn to similar methods for our problem.”

Adds Shanahan, “In our approach to sampling these quantum snapshots, we optimize a model that takes us from a space that is easy to sample to the target space: given a trained model, sampling is then efficient since you just need to take independent samples in the easy-to-sample space, and transform them via the learned model.”

In particular, the group has introduced a framework for building machine-learning models that exactly respect a class of symmetries, called «gauge symmetries,» crucial for studying high-energy physics.

As a proof of principle, Shanahan and colleagues used their framework to train machine-learning models to simulate a theory in two dimensions, resulting in orders-of-magnitude efficiency gains over state-of-the-art techniques and more precise predictions from the theory. This paves the way for significantly accelerated research into the fundamental forces of nature using physics-informed machine learning.

The group’s first few papers as a collaboration discussed applying the machine-learning technique to a simple lattice field theory, and developed this class of approaches on compact, connected manifolds which describe the more complicated field theories of the Standard Model. Now they are working to scale the techniques to state-of-the-art calculations.

“I think we have shown over the past year that there is a lot of promise in combining physics knowledge with machine learning techniques,” says Kanwar. “We are actively thinking about how to tackle the remaining barriers in the way of performing full-scale simulations using our approach. I hope to see the first application of these methods to calculations at scale in the next couple of years. If we are able to overcome the last few obstacles, this promises to extend what we can do with limited resources, and I dream of performing calculations soon that give us novel insights into what lies beyond our best understanding of physics today.”

This idea of physics-informed machine learning is also known by the team as “ab-initio AI,” a key theme of the recently launched MIT-based National Science Foundation Institute for Artificial Intelligence and Fundamental Interactions (IAIFI), where Shanahan is research coordinator for physics theory.

Led by the Laboratory for Nuclear Science, the IAIFI is comprised of both physics and AI researchers at MIT and Harvard, Northeastern, and Tufts universities.

“Our collaboration is a great example of the spirit of IAIFI, with a team with diverse backgrounds coming together to advance AI and physics simultaneously” says Shanahan. As well as research like Shanahan’s targeting physics theory, IAIFI researchers are also working to use AI to enhance the scientific potential of various facilities, including the Large Hadron Collider and the Laser Interferometer Gravity Wave Observatory, and to advance Al Itself.

Fuente de la información: https://news.mit.edu/2020/provably-exact-artificial-intelligence-nuclear-particle-physics-0924

 

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México: Concluye marcha por 6 años de la desaparición de los 43 normalistas

América del Norte/México/27-09-2020/Autor(a) y Fuente: www.jornada.com.mx

Ciudad de México. A seis años de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, los padres y madres de las víctimas, acompañados por miles de personas, marcharon este sábado para exigir de nueva cuenta la presentación con vida de sus hijos, y aunque saludaron algunos de los avances hechos en la actual administración, llamaron a las autoridades a “apretar el paso” para encontrar verdad y justicia.

Después de escuchar el informe que les presentó hoy en la mañana el presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional, los familiares de los estudiantes se trasladaron al Ángel de la Independencia, donde a las tres de la tarde participaron en una ceremonia religiosa dedicada a sus hijos, oficiada por el obispo de Chilpancingo, Salvador Rangel Mendoza.

Casi a las cuatro en punto, los contingentes iniciaron la caminata, en medio de consignas como “Ayotzi vive, la lucha sigue” y “Ahora, ahora, se hace indispensable: presentación con vida y castigo a los culpables.

La caminata fue acompañada por varios miles de personas, la mayoría de ellas estudiantes de las diversas normales rurales de todo el país, así como integrantes de organizaciones populares o sindicales, y ciudadanos sin filiación política que acudieron a mostrar su solidaridad con los padres. Por su convocatoria, la marcha recordó algunas de las primeras protestas masivas que se realizaron tras ocurrir la desaparición de los estudiantes.

En todo momento, la movilización fue acompañada por mujeres policía de la Ciudad de México que realizaron una valla a ambos lados de Paseo de la Reforma y avanzaban al lado de los contingentes. Aunque un grupo de personas con el rostro cubierto, pertenecientes a grupos anarquistas, se presentó en la marcha, fue encapsulado a la altura de Eje Central y no se le permitió continuar hacia el Zócalo capitalino.

Al llegar a la Plaza de la Constitución, los contingentes encontraron un grupo de policías con equipo antimotines que los separaban del campamento que instaló el Frente Nacional Anti AMLO en días recientes.

Algunos de los asistentes a la marcha, simpatizantes de López Obrador, se acercaron a increpar a la gente que se encontraba en dicho plantón y a gritarles consignas a favor del Presidente, pero sin que pasara a mayores.

Ya durante el mitin, Vidulfo Rosales, abogado de las familias de los 43, saludó que el gobierno actual esté profundizando en líneas de investigación que antes no se siguieron, pero recalcó que el paradero de los normalistas, que es el punto más importante, sigue sin ser esclarecido.

Por su parte, Carmelita Mendoza, madre del estudiante desaparecido Jorge Aníbal Cruz, agradeció el apoyo de la gente y las organizaciones que han seguido acompañándolos. “Seguimos con la esperanza en este gobierno; valoramos su trabajo, pero queremos que aprieten más y trabajen más duro para que podamos encontrar a nuestros hijos”, recalcó.

Durante el mitin y al final del mismo, un grupo de normalistas de Ayotzinapa brincó las vallas metálicas que resguardaban Palacio Nacional y “grafiteó” la fachada del inmueble con frases como “Nos faltan 43” y “26 de septiembre, no se olvida”.

Al notarlo, los voceros del movimiento de padres de familia llamaron a los jóvenes a dejar de manifestarse de esa manera. Durante algunos minutos, los jóvenes continuaron realizando pintas en el sitio, entre ellas un número 43 de gran tamaño en la puerta de Palacio Nacional que queda justo debajo del balcón principal.

Sin embargo, poco después los estudiantes se reincorporaron a la manifestación, sin que hubiera mayores incidentes.

Fuente e Imagen: https://www.jornada.com.mx/ultimas/politica/2020/09/26/concluye-marcha-por-6-anos-de-la-desaparicion-de-los-43-normalistas-2031.html

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I Congreso Mundial de Educación 2020. Miguel Ángel Hernández: Seamos militantes de la educación pública

Buenas tardes. Desde fines del mes de marzo pasado, que fuimos convocados para formar parte del Grupo de Contacto Internacional, conformado hasta el día de hoy por dirigentes sindicales, educadores populares, pedagogos críticos y estudiosos de la educación de América Latina, Estados Unidos, Canadá, España, Inglaterra, Francia, Sudáfrica y Australia, para nosotros, el Sindicato de Trabajadores del Instituto de Educación Media Superior de la Ciudad de México, el SITRAIEMS, ha sido un encuentro y un camino muy reconfortante, esperanzador, lleno de solidaridad y aportes cotidianos en pro de una organización internacional comunitaria, que hoy se critaliza en este Primer Congreso Mundial en Defensa de la Educación Pública y en contra del Neoliberalismo Educativo.

Desde hace décadas, las organizaciones sindicales magisteriales se encuentran asediadas por las políticas gubernamentales neoliberales impuestas por los organismos financieros internacionales que en materia laboral, educativa, económica y de salud han acentuado la desigualdad social a nivel mundial. La actual crisis sanitaria ha acelerado aún más este deterioro. En junio pasado la prensa reportó que debido a la pandemia la probreza extrema mundial rebasará los mil millones de personas1 y, antier, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) calculó que se reducirán en un 10 por ciento los ingresos laborales a nivel mundial2.

 

 

 

En pocos meses hemos incorporado a nuestro lenguaje términos como homeoffice, teletrabajo, uberización del trabajo, homeschooling, educación a distancia, educación virtual, educación en línea, etc. La exclusión educativa y el desempleo otras consecuencias de la pandemia a las que nos enfrentamos también. Es un momento histórico complejo que requiere voluntades colectivas y nuevas acciones acordes a estos tiempos.

 

Además de continuar nuestras luchas locales cotidianas habrá que articularnos para dar la batalla en el campo cultural e ideológico. Los medios masivos comerciales y los gobiernos nos han ganado mucho terreno para propiciar el descrédito de la palabra sindicato, para asociarla con corrupción, logrando bajas tasas de sindicalización a nivel mundial con expeción de algunos países nórdicos. Han desprestigiado también la profesión docente, recortado los presupuestos destinados a la educación pública y preparado el terreno desde hace al menos medio siglo para producir un apagón pedagógico global, conceptualizado y denunciado desde 2012 por pedagogos de todo el mundo.

 

Otro ejemplo de imposición de conceptos reciente es el término nueva normalidad, que no ha sido combatido ni rebatido por nuestra parte. En ese sentido, nos parece importante retomar la teoría de la pedagogía del conflicto3, propuesta por Boaventura de Sousa Santos, para que desde el interior de nuestras comunidades, gremios y sobre todo en el aula, propiciemos la reflexión del conocimiento que quiere regularnos (el que nos quieren imponer) en contraposición con el conocimiento emancipatorio (producto de la reflexión colectiva).

Para ello, nuestro Sindicato ha retomado los trabajos iniciados en 2017 para general infografías con conceptos que se contrapongan a los discursos hegemónicos como la que presentamos a continuación sobre el Apagón Pedagógico Global, concepto que no ha sido lo suficientemente difundido por nuestra parte pese a su vitalidad actual. Esta es la primera de una serie de infografías interactivas, rediseñadas mediante las nuevas herramientas tecnológicas, de las cuales estamos convencidos debemos apropiarnos para nuestras luchas. Infografía que ponemos a su disposición en nuestro portal web: https://sitraiems.org/4

 

Para concluir, queremos citar a Unai Sordo, que en su libro de 2016, titulado retadoramente con la pregunta ¿Un futuro sin sindicatos?, pese a reconocer que el sindicalismo mundial ha perdido cada vez más su papel como interlocutor social, responde a la interrogante con un contundente NO,  ya que siempre “va a haber derechos donde haya tropa organizada y va a haber menos derechos donde no haya tropa organizada”5.

 

 

En el terreno de la escuela pública podemos concluir algo semejante. La escuela seguirá existiendo mientras existan maestros y maestras militantes de la educación que desde su práctica pedagógica asuman el reto de estudiar, prepararse y confrontar las desigualdades impuestas a nuestra sociedad y a nuestros jóvenes, tengan o no estos maestros una pertenencia a un gremio, pero que de tenerla asuman también la difícil tarea de construir colectivamente con ética, preparación y solidaridad. Estamos ciertos que hoy nos hemos reunido con miles de militantes de la educación dispuestos a participar activamente, con el arma del pensamiento crítico en defensa de la educación pública y en contra del neoliberalismo educativo tanto en la Coordinadora Internacional de Trabajadores de la Educación, que seguramente será producto y acuerdo de los trabajados de este Congreso, como en cada una de nuestras comunidades educativas y familias. Seamos pues, todas y todos, militantes de la educación pública. Muchas gracias y un abrazo desde México.

* Ponencia presentada por Miguel Ángel Hernández Vázquez, Secretario de Organización del SITRAIEMS-CDMX,  Docente de Música del Plantel “Carmen Serdán” (Miguel Hidalgo) del Instituto de Educación Media Superior de la Ciudad de México (IEMS-CDMX), militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) e integrante del Taller de Construcción del Socialismo (TACOSO); durante la primera jornada del I Congreso Mundial de Educación en defensa de la Educación Pública y en contra del Neoliberalismo Educativo, celebrada el 25 de septiembre de 2020.

 Anexo: Línea del Tiempo del Apagón Pedagógico Global

1             https://www.jornada.com.mx/ultimas/economia/2020/06/12/pobreza-extrema-rebasara-los-mil-millones-por-covid-19-preve-estudio-881.html, consultada el 23 de septiembre de 2020.

2          https://www.reforma.com/aplicacioneslibre/preacceso/articulo/default.aspx__rval=1&urlredirect=https://www.reforma.com/reduce-covid-en-10-ingresos-laborales-a-nivel-mundial/ar2035620?v=3&referer=–7d616165662f3a3a6262623b727a7a7279703b767a783a–, consultada el 24 de septiembre de 2020.

3             http://209.177.156.169/libros/Educacion_para_otro_mundo_posible_Boaventura.pdf, consultada el 23 de septiembre de 2020.

4   https://sitraiems.org/2020/09/24/linea-del-tiempo-del-apagon-pedagogico-global-pdf/

5           Semana Negra de Gijón. 2020, julio 10. Presentación: Un futuro sin sindicatos de Unai Sordo. Con Úrsula Szalata Mier. Colabora Fundación Ju. Recuperado de https://www.youtube.com/watch?v=eSEMAGCFijw

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