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I Congreso Mundial de Educación 2020. Educación pública de calidad o barbarie. Ponencia a cargo de Luis Bueno, México

Luis Bueno Rodríguez

Rigoberto Reyes

 

El conocimiento y la cultura son propiedad de la humanidad y con este Congreso Mundial venimos los trabajadores de la educación a dar un primer paso en el cumplimiento de nuestra obligación laboral: regresar a la humanidad lo que le pertenece.

 

  1. De la educación como derecho a la educación como privilegio

En las últimas décadas el derecho universal a la educación se ha visto severamente afectado por la precarización y el abandono de los proyectos educativos que buscaban el acceso universal a la educación pública, gratuita y de calidad.

Chile fue el laboratorio latinoamericano temprano de este sistema implantado durante la dictadura militar. Esta experiencia se ha extendido en la región latinoamericana, lo cual se puede observar en el escaso presupuesto que se destina a la educación. En México el cambio en las políticas educativas y la reducción de su presupuesto comenzó en los años ochenta, pero se agudizó durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. Tras la entrada en vigor del TLCAN, el Banco Mundial exigió a México condicionar el presupuesto educativo a los resultados del aprendizaje, así como establecer modelos más estrictos de control y evaluación. Aunado a ello, se dio un paulatino ascenso en las colegiaturas cobradas en las universidades. Una modificación en el Reglamento General de Pagos que encarecía los costos de estudiar en la UNAM desató una prolongada huelga en 1999.

La reducción presupuestal en la educación superior en México es en realidad una política deliberada para excluir de la educación de este nivel a 9 de cada 10 aspirantes, mediante los exámenes de admisión. Desde los 90 y durante los sexenios de Vicente Fox y Felipe Calderón se produjo un crecimiento de la educación privada en todos los niveles educativos. En el nivel superior, ya para 2017 existían en el país 931 instituciones públicas de educación frente a 1886 instituciones privadas.

Durante el sexenio de Enrique Peña Nieto se impulsó la creación de tecnológicos, pero se dejó en el olvido la educación superior en materia de ciencias sociales, humanidades y artes y se emprendió una dura política contra las escuelas normales rurales. El proyecto estrella del actual gobierno, “Jóvenes Construyendo el Futuro”, prolonga la formación de los estudiantes quienes, en lugar de un salario, reciben durante un año una beca del gobierno para desempeñarse en la fábrica como mano de obra gratuita para el capital.

Finalmente, la privatización opera también a través de los convenios entre empresas e instituciones de educación, como una de las formas en las que las empresas solucionan sus propios problemas utilizando a su servicio las capacidades de las escuelas públicas o el financiamiento de investigaciones de empresas transnacionales por parte del gobierno a través de organismos como el CONAHCyT.

  1. Efectos del neoliberalismo en el campo laboral del sector educativo

En el nivel universitario, en los albores del neoliberalismo, con el pretexto de la elevación de la autonomía a rango constitucional, se prohibió al sindicato nacional universitario apenas creado y se les despojó a los sindicatos universitarios de toda posibilidad de intervenir en el ingreso, la promoción y la permanencia del personal académico. La autonomía universitaria de corte feudal, así creada, fue la plataforma que permitió la instalación de una creciente precarización -caímos en el abismo salarial- y mercantilización de la educación superior y el alejamiento de los trabajadores académicos de la vida sindical y su creciente individualización.

Ya en pleno neoliberalismo el gobierno implementó con éxito el Sistema Nacional de Investigadores cuyo modelo de becas y estímulos, también replicado en cada una de las instituciones públicas, multiplican varias veces los ingresos de los académicos derivados de su productividad individual, pero, sobre todo, modifican su consciencia. Se advierte su carácter excluyente cuando se compara con los docentes que laboran por hora/clase, que en un 70% de la planta docente nacional no participan de este sistema, pero sí de la precariedad de sus contratos temporales o interinos y de tiempo parcial.

El neoliberalismo educativo como transformador de identidades y subjetividades

La más importante de las reformas que ha ejercido el neoliberalismo en el mundo es, sin duda, la de tipo educativo porque se refiere a la transformación de las identidades y las subjetividades, a través de cambios en los planes de estudio y objetos de investigación para atender las demandas empresariales; un cambio profundo que difícilmente se puede revertir en el corto plazo. Permitir su continuidad equivale al suicidio colectivo. El modelo de educación bancaria sembró la idea del “estudiante como cliente” tendiente a convertir la escuela en un centro expedidor de acreditaciones. Finalmente, el discurso del emprendedurismo ha permeado el imaginario educativo, impulsando conocimientos meramente empíricos orientados a la formación identitaria de emprendedores, lo cual desde luego tiende a empobrecer el conocimiento. A dos años del nuevo gobierno federal estamos a la espera de señales que detengan la continuidad del neoliberalismo en la educación, en su concepción y en los derechos laborales y sindicales de las y los trabajadoras de este sector. Para empezar, necesitamos nada más y nada menos que 43 señales de vida del nuevo proyecto educativo.

  1. Pandemia, virtualidad y teletrabajo

Desde hace más de 10 años el mundo educativo mexicano experimentó una nueva modificación con la aparición de oferta educativa en línea o a distancia. Esta tendencia se vio acelerada por la pandemia global producida por el Coronavirus que ha obligado a implementar distintos modelos de educación remota o a distancia para continuar con la formación estudiantil.

No tenemos tiempo para detallar los efectos laborales y en los estudiantes de la teleeducación como modalidad del teletrabajo y que obligan a renovar nuestra agenda sindical reivindicativa, pero sí para anotar que la pandemia desnuda y advierte que las potencialidades de las TIC y la educación virtual son enormes pero contingentes a los propósitos finales de su destino y utilización. Puede ser igualmente útil para fines privados y de solución de los problemas de la gerencia o, si nos las apropiamos y las controlamos, para plantear soluciones a los grandes problemas locales, regionales y globales que enfrentan las mayorías de nuestras poblaciones. Puede servir para la generación de conocimiento basura convertido en mercancía (volátil y desechable, contemporizando con la sociedad de consumo, la del conocimiento) o para la potenciación de conocimiento relevante, sustentable, trascendente, significativo y liberador. De todas maneras, estimo que nunca la humanidad ha estado tan cerca de recobrar su sentido de reconciliación consigo misma y con el resto de la naturaleza, pero al mismo tiempo también a un paso de la barbarie

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Manifestaciones feministas ante la CNDH en opinión de expertas

A inicios del presente mes, mujeres realizaron protestas ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), para exigir castigos ante la violencia de género que se vive en el país.

En este contexto, la Escuela de Gobierno y Transformación Pública del Tec de Monterrey organizó la charla Perspectiva Nacional en Igualdad de Género, donde participó Tania Reneaum Panszi, directora ejecutiva de Amnistía Internacional México.

Amnistía Internacional es un movimiento de más de 7 millones de personas a nivel mundial que lucha por el respeto a los derechos humanos.

“Qué vemos cuando en la televisión hay una intervención de un grupo de mujeres: vemos mujeres rabiosas o vemos historias de dolor y resiliencia. Cada quien elige qué quiere ver”, expresó la invitada.

Durante la plática, Tania comentó tres aspectos de los fenómenos sociales que se han suscitado en los últimos meses.

feministas

 

MOTIVOS DE LA PROTESTA

 

Tania considera que los medios de comunicación se han encargado de informar los motivos de las protestas y el enojo de las mujeres, las cuales en su mayoría son madres que han sufrido la pérdida de una hija.

“Las que encabezan la indignación son mujeres, madres, las mujeres están enojadas porque en los casos en los que sus hijas han sido víctimas de feminicidio o de abuso sexual, el proceso no avanza o lo hace muy poco, pasan años y los casos apenas tienen resultados.

“Hemos acompañado casos de feminicidios en donde en la fase de integración de las fiscalías en distintos Estados, las pruebas se pierden, no se resguarda el lugar de los hechos, no se entrevista a testigos fundamentales, no se investiga el contexto, así que en suma, los casos no logran tener una constitución adecuada para conocer si estamos frente a un homicidio o feminicidio”, expresó.

Además comentó que al momento de presentar las denuncias ante el ministerio público, las autoridades realizan preguntas como si la mujer desaparecida tenía novio, si bebía, si desapareció en la noche, si tenía vida sexual, entre otras cosas que provocan el enojo en las madres, el cual se suma a su dolor.

 

 

REACCIONES A LA PROTESTA

 

Tania Reneaum habló sobre las reacciones y opiniones luego de las distintas protestas feministas que se suscitan en México.

Opinión pública: “La recojo de manera sin profundizar, creo que la rabia de las mujeres nos interpela como la sociedad. La rabia resulta muy amenazadora pero también ha sido motivo de cambios.

“En las redes sociales encontramos temas como: Qué no se supone que las feministas son pacíficas, como si pintando cuadros y paredes se solucionaran, otras diferentes ‘tienen derecho a quemarlo todo’ No digo que una sea buena y otra mala, solo vemos que estamos en una posición binaria”, dijo.

Reacción policía: “Mujeres comentaron que durante las manifestaciones, integrantes de la policía las amenazaban con detenerlas, violarlas, y muchas de ellas eran menores de edad.

“Las instituciones policiales actuaron sin identificarse en Estado de México durante las manifestaciones”, explicó.
 

MOVILIZACIONES DE LAS MUJERES COMO UN FENÓMENO SOCIAL
 

Aunque el feminismo no es un movimiento nuevo, Tania considera que en la parte colectiva, en México es reciente.

Las mujeres queremos revertir, ser agentes de cambio, nos hemos convertido en un movimiento social que es el resultado ante la indignación por la injusticia. Se viraliza un mensaje y se ocupa el espacio público y ha sido una estrategia que siempre ha existido, no es nueva. trastocar el espacio público implica tomar edificios, bloquear calles, entre otras.

“El impacto ha sido distinto pero el movimiento de mujeres busca justicia para sus casos y el deseo de no volver a ver casos similares. En la gestión del dolor, las madres quieren justicia para sus casos pero también buscan que no vuelva a pasar a hijas de otras mujeres”, concluyó.

Por otra parte, la charla fue moderada por el profesor del Tec, Miguel Toro y tuvo la participación de la decana asociada académica de la Escuela de Ciencias Sociales y Gobierno, Josefina Cortés.

”Como parte de las estrategias de la Escuela de Gobierno estamos trabajando en un programa específico de género, este programa tiene distintos ejes, uno de ellos es el de divulgación. Nuestra primera serie estuvo dirigida en igualdad de género en una perspectiva multidisciplinar pero también transgeneracional.

“En esta segunda edición, es una mirada nacional, y estamos enfocados en la igualdad de género desde una perspectiva pública y nacional y por ello invitamos a Tania, su participación es muy valiosa”, expresó la decana.

Fuente: https://tec.mx/es/noticias/ciudad-de-mexico/educacion/manifestaciones-feministas-ante-la-cndh-en-opinion-de-expertastec.mx/es/noticias/ciudad-de-mexico/educacion/manifestaciones-feministas-ante-la-cndh-en-opinion-de-expertas

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Canadá: Cómo las mujeres indígenas se curan a través del arte

Por: Sabrina Velandia

En Canadá, las mujeres indígenas sufren altos índices de violencia.

En 2002, quienes paseaban por el barrio de Downtown East Side en Vancouver, pudieron ver que Rebecca Belmore, del pueblo indígena anishinaabe, había clavado su largo vestido rojo a un poste de teléfono. Luchaba por liberarse, y una vez liberada, con su vestido colgando en añicos y su ropa interior expuesta, leyó en silencio los nombres de las mujeres desaparecidas que tenía escritos en el brazo. Concluyó su actuación gritando los nombres uno por uno.

Belmore es una artista multidisciplinaria, y esto es parte de su obra llamada “Vigil” (Vigilia); a través de la cual rinde homenaje a las vidas de las mujeres indígenas muertas o desaparecidas de las calles de Vancouver. Ella quiere “que todas las mujeres sepan que no las han olvidado: que se evoca su espíritu y que se les da vida por el poder de nombrarlas”.

La actuación, que ahora se muestra en vídeo en las exposiciones de Belmore, puede sorprender a los observadores distraídos pero lo cierto es que en Canadá, que suele estar en lo alto de las listas que califican la calidad de vida global, las mujeres indígenas sufren altos índices de violencia. En 2014, la Real Policía Montada de Canadá confirmó que 1017 mujeres indígenas han sido asesinadas y que otras 164 han desaparecido desde 1980, a pesar de que las mujeres indígenas solo constituyen el 4.3 % de la población femenina del país.

“Vigilia” de la artista Rebecca Belmore. Foto del autora en la exposición “Rebecca Belmore: Facing the Monumental”, Museo de Arte Contemporáneo de Montreal, 2019.

En un estudio de la Asociación de Mujeres Nativas de Canadá (NWAC en inglés) se ha comprobado que las mujeres indígenas tienen tres veces más probabilidades que las no indígenas de ser asesinadas por un desconocido (16.5 %), un conocido (17 %) y por su pareja (23 %).

Ese estudio llega a la conclusión de  que esas mujeres experimentan la violencia por parte de delincuentes indígenas y no indígena, mayoritariamente hombres. También revela que solo el 53 % de estos casos de asesinatos han resultado en acusaciones de homicidio, muy por debajo del 84 % de la tasa nacional de homicidios del país.

La asociación Mujeres Nativas de Quebec (QNW, en inglés) ha afirmado que, antes de la llegada de los europeos, las mujeres indígenas desempeñaban un rol esencial en la salud, espiritualidad, educación, economía y política de sus comunidades. Todo esto cambió drásticamente con la imposición de las políticas del “patriarcado europeo” que han continuado hasta hoy.

Según investigadores de varias universidades canadienses, como Marie-Pierre Bousquet y Sigfrid Tremblay, las políticas sistemáticas colonialistas impuestas por el Gobierno federal del país han tratado de asimilar a los pueblos indígenas al estilo de vida eurocanadiense, lo que erosiona su cultura e identidad nativas.

Un ejemplo de esas políticas es la Ley de Indios, vigente desde 1876, que dicta cómo el Gobierno federal se pronuncia sobre las cuestiones relacionadas con estos pueblos. Originalmente, el objetivo era su progresiva extinción de Canadá. El antropólogo Pierre Lepage dice que esta ley todavía afecta a su capacidad jurídica y socava su autonomía.

La QNW lo  llama “ideología de la supresión” que comenzó con la “progresiva expropiación de los territorios” de las mujeres indígenas y las obligó a ir “de pérdida en pérdida” de recursos, autonomía, identidad y cultura.

Para esta organización, entre las consecuencias del colonialismo figura el contexto socioeconómico desfavorable en el que viven las mujeres indígenas hoy en día, lo que, a su vez, hace que aumenten los riesgos para su propia existencia. Es más, la violencia contra esas mujeres en Canadá se ha calificado de genocidio.

Para vencer su sufrimiento, las mujeres indígenas han denunciado y resistido a un sistema colonizador, racista y machista. Lento pero seguro, el arte se ha convertido en una valiosa herramienta para la expresión y para la catarsis, y les permite reclamar una versión alternativa, incisiva y desgarradora de su historia, y aceptar el papel de la sociedad también en sus desafíos actuales. Aquí están algunas de sus expresiones artísticas más conmovedoras:

“1181” de Rebecca Belmore (2014)

Belmore clavó los 1181 clavos en el tocón de un árbol, cada uno representa un caso de asesinato o desaparición de una mujer indígena registrado por las estadísticas de la Policía.

“Mil ciento ochenta y uno” de la artista Rebecca Belmore. Foto de la autora en la exposición “Rebecca Belmore: Facing the Monumental“, Museo de Arte Contemporaneo de Montreal, 2019.

“Flecos” de Rebecca Belmore (2007)

La obra es una foto de una mujer medio desnuda tumbada de lado, de espaldas a la cámara, en la que se ve una cicatriz cosida que va desde el hombro hasta abajo, y de la que salen  perlas rojas, símbolo de la sangre.

 

Rebecca Belmore, Fringe, Cibachrome transparencia en caja de luz fluorescente. Vista de la instalación, Remai Modern 2019.

Rebecca Belmore: Frente al Monumental está a la vista hasta el 5 de mayo en el Remai Modern.

Únete a una visita guiada gratuita de la exposición este fin de semana a la 1 p.m. el sábado y domingo.

Facing the Monumental está organizado por la Galería de Arte de Ontario y curado por Wanda Nanibush, Curadora de Arte Indígena.

Belmore dice de la pieza “es el cuerpo que no desaparece”. En su trabajo, suele dibujar el cuerpo femenino con cicatrices curadas, como las que llevan muchos supervivientes, para demostrar la resistencia de las mujeres indígenas.

“Caminando con nuestras hermanas” de Christi Belcourt (2012-actualmente)

La artista Christi Belcourtmétis (o francomestizos), raza mestiza (blanco-indígena), realizó una instalación en la que puso en el suelo 1763 pares de palas de mocasines, bordadas con abalorios. Cada una representa a una mujer desaparecida o asesinada, y los niños que nunca regresaron a casa de las escuelas residenciales, responsables de la separación sistémica de los niños indígenas de sus familias y su cultura.

 

“Projecto REDress” de Jamie Black (2011)

Está instalación implicó la recolección de 600 vestidos rojos, color que simboliza la protección contra la violencia, a través de donaciones de la comunidad. Black, artista metís como Belcourt, quería que la obra fuera una respuesta estética a la violencia contra la mujer. A través de la ausencia de cuerpos femeninos que deberían llevar los vestidos crea un recordatorio visual del gran número de mujeres que ya no están.

Imágenes del proyecto “ReDress”. La foto a la izquierda es de Jamie Black, la de derecha es de Sarah Crawley. Utilizadas con autorización.

“Las tres Gracias” de Kent Monkman (2014)

Monkman, artista cree-irlandés, es conocido por crear una fuerte crítica visual que incorpora versiones alternativas de la narrativa dominante del colonialismo, todo ello desde una perspectiva personal e indígena.

Mediante la ironía, Monkman denuncia la violencia contra mujeres indígenas, incluso la explotación sexual y el prejuicio contra quienes trabajan en la industria del sexo. Por ejemplo, su cuadro “Desayuno en el césped” muestra unas prostitutas desnudas tumbadas frente de un hotel en Winnipeg, provincia donde el 70-80 % de la prostitución callejera está constituido por mujeres indígenas.

En su versión de “Las tres Gracias” de Rubens, las diosas del encanto, la belleza y la creatividad están representadas por tres mujeres indígenas con cuerpos diferentes. Con esta pieza, Monkman rinde homenaje a las “hermanas desaparecidas y muertas”; como él mismo dijo “En Canadá, hay mucha violencia contra la mujer indígena […] son más de 1300 las desaparecidas y muertas”.

Como crítico abierto de la falta de comprensión de la sociedad mayoritaria sobre los pueblos indígenas, Monkman también lucha por destacar el poder de la feminidad de las mujeres indígenas, que es muy respetada en la tradición indígena.

 

Cada año en este día, recordamos a nuestras hermanas desaparecidas y asesinadas.

Nuestros parientes en las tierras no cedidas de wet’suwet’en colgaron vestidos rojos para sostener los espíritus de los miles que se han perdido, pero que nunca fueron olvidados. Su campamento fue invadido ilegalmente y los vestidos fueron derribados. Pero recordamos a nuestras hermanas, hijos, hijas, madres, parejas, tías, amigos y abuelas. Los recordamos siempre.

Los unist’ot’en no consienten que haya campos de trabajo industrial en sus territorios. Estos campos de hombres aumentan la violencia contra nuestras hermanas en todas nuestras tierras.

Quenes protegen a sus hermanas también protegen la tierra. Lo hacen con amor, Sâkihiwêwin. Lo hacen por todos nosotros.
– Srta. Jefe Águila Testickle

El arte indígena es una terapia para el sufrimiento individual y colectivo. Según la Comisión de la Salud y Servicios Sociales, promueve la resistencia y surte un efecto positivo en la identidad, autoestima, bienestar emocional y salud mental y física. El arte como herramienta educativa también podría servir para que el Gobierno canadiense se responsabilice por sus políticas y promover un autentico proceso de reconciliación.

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México: Magisterio protesta por adeudos desde 2016 son 4 mil mdp

Maestras y maestros integrantes de la Asamblea Estatal Democrática de la Sección 40 del SNTE iniciaron una jornada de lucha que consiste en diversas protestas con la finalidad de exigir el pago de adeudos a docentes de diferentes niveles desde el ciclo 2017-2018.

Armando Falconi Borraz, secretario general de la AED, indicó que se encuentra en el estatus de perseguido político ya que a su domicilio han llegado funcionarios de la Fiscalía General de la República para pedir información personal y al respecto hizo una denuncia por la actitud que han presentado las autoridades hacia su persona.

«Ya llevaron tres citatorios a la casa y no me he presentado por esa condición de que quieren que yo me presente, ya les digo no tengo por qué presentarme porque no soy ningún delincuente, más bien soy un maestro que está luchando por su trabajo, que está luchando por la educación pública, y las conquistas laborales y sindicales».

El magisterio organizado ha realizado constantes manifestaciones aún con la pandemia por COVID-19, por estos adeudos que mantienen las autoridades, también en repudio a las clases en línea, y contra la Reforma Educativa de la pasada administración peñista.

Fuente: https://www.meganoticias.mx/cdmx/noticia/magisterio-protesta-por-adeudos-desde-2016-son-4-mil-mdp/182905

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I Congreso Mundial de Educación 2020. Mesa: Gremialismo, sindicalismo democrático y transformación educativa. Faustino Martínez (pdf)

Por: Faustino Celestino Martínez

Tratando de contribuir y encontrar propuestas y respuestas que transiten por la reflexión colectiva, para construir una ruta acerca de cómo ha de ser la lucha que debemos realizar los pueblos del mundo en contra el neoliberalismo, en esta época de pandemia y pospandemia, porque todos damos por hecho que acudimos a esta cita con esa idea.

Descarga el documento completo en el siguiente enlace:

25-09-2020 PRIMER CONGRESO MUNDIAL GREMIALISMO-SINDICALISMO

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México: Un país rebasado por sus muertos

Efraín Tzuc Y Marcela Turati/Quinto Elemento Lab
Ilustración: Alejandra Saavedra

Desde el inicio de la ‘guerra contra el narco’, más de 38 mil 500 cuerpos no identificados han ingresado a los servicios médicos forenses del país para terminar en cámaras frigoríficas, fosas comunes o escuelas de medicina; algunos, incluso, fueron desaparecidos en los registros estatales, dejados en funerarias, o incinerados. Esta investigación revela la magnitud de la crisis forense que atraviesa el país.

“Saturan el Semefo cuerpos de asesinados”, anunció El Diario de Juárez en marzo de 2008, mes en que los cadáveres de 40 personas no identificadas fueron enviados a la fosa común. Para mayo, otro encabezado alertaba de nuevo: “Ya no caben en la morgue”. El anfiteatro tenía 2 planchas metálicas y 14 cuerpos requerían autopsias, y guardaba otros 10 que nadie reclamó. En julio el título fue: “Saturan otra vez el Semefo”. Para entonces el promedio era de ocho cuerpos ingresados a diario, y se sumaron casi 50 exhumados de una fosa. Para diciembre -cuando los servicios periciales estaban recién ampliados y remodelados- otra nota de mal agüero se convirtió en presagio: “Colapsa el Semefo por tantos muertos”.

Las noticias sobre el inminente colapso en el Servicio Médico Forense (Semefo) de Ciudad Juárez -sea por falta de espacio y de personal, truene de refrigeradores, ingreso de cadáveres de personas migrantes a las que nadie reclama, lista de espera para análisis de laboratorios- pronto se fueron repitiendo en otros estados del país, una y otra vez, en los últimos 14 años. El gobierno reconoció el problema apenas el año pasado, y lo nombró: “crisis forense”.

Ninguna autoridad ha esclarecido cuál es su magnitud.

Entre 2006 y 2019, miles de cadáveres fueron ingresados a los Servicios Médicos Forenses de todo el país. Datos inéditos obtenidos por Quinto Elemento Lab revelan que, a finales de 2019, quedaron sin ser identificados 38 mil 891 cuerpos.

En el año 2006, los cuerpos que quedaron en el anonimato dentro del sistema forense eran apenas 178, al siguiente año se duplicaron a 433. El fenómeno se hizo cada vez más masivo: 2018 cerró con 4 mil 408 y para 2019, el primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, otros 4 mil 905 se acumularon.

La herencia de Calderón a esta trama fue de 9 mil 349 cadáveres anónimos. La de Peña Nieto, de 17 mil 590.

En esos 14 años  el ingreso a los anfiteatros de cuerpos a los que no se les pudo devolver el nombre se incrementó en mil por ciento.

Gráfico 1. Cuerpos no identificados en México. Gráfico: Omar Bobadilla.

Esos casi 39 mil cuerpos forman parte del saldo de 14 años de la política de militarización estrenada desde el sexenio de Felipe Calderón, la “guerra contra el narco”, que desató un baño de sangre y echó gasolina a las disputas territoriales de los grupos criminales. En ese lapso, 289 mil personas han sido asesinadas y más de 70 mil, desaparecidas.

La paradoja es que cada día familias de distintas geografías se organizan en colectivos para salir a buscar a sus parientes desaparecidos, muchas veces con picos y palas, excavando con sus propias manos. Cada año madres de migrantes recorren México buscando pistas sobre sus hijos e hijas que nunca volvieron. Entre esos casi 39 mil cuerpos bajo el poder del Estado podría estar la respuesta que a esas familias les falta. El Estado los tiene, pero no siempre tiene la voluntad de regresarlos a casa y que tengan un entierro digno.

¿Qué se sabe de estos cuerpos? 

Esta investigación, basada en solicitudes de transparencia de información pública a las autoridades forenses de las 32 entidades y la Fiscalía General de la República (FGR, antes PGR), arroja que 25 mil 833 de los cuerpos NI o No Identificados, correspondían a hombres y 2 mil 419, a mujeres. En 10 mil 639 no fue especificado el género en las respuestas.

Cinco estados concentran más de la mitad de esos cuerpos: Ciudad de México, Baja California, Jalisco, Estado de México, Chihuahua y Nuevo León. Juntos registraron 21 mil 881 personas fallecidas sin identificar.

Gráfico 2. Cuerpos no identificados por estado. Gráfico: Omar Bobadilla.

Ningún gobierno, informe o diagnóstico ha aclarado hasta ahora cuántos son y en dónde están esas decenas de miles de cadáveres anónimos.

Sin normas nacionales homogéneas para el procesamiento, identificación y resguardo de los cuerpos, y con personal insuficiente para la estampida violenta, a los Semefo llegaron miles de cuerpos que muchas veces fueron indebidamente resguardados, poniendo en riesgo su futura identificación y trazabilidad, es decir, el registro de dónde terminó cada uno.

Cada tanto aparecen en las noticias los experimentos improvisados de algunos estados para evitar que esos cuerpos de desconocidos se estacionen en sus planchas metálicas, y dar cabida a otros recién llegados. Los casos más conocidos son los que violaron todos los derechos que tienen las personas muertas.

El gobierno de Morelos, por ejemplo, cavó sus propias fosas clandestinas en Tetelcingo, entre 2010 y 2013, para ocultar 117 cadáveres, enterró otros 84 sin placa alguna en el panteón de Jojutla que fueron descubiertos por familias de personas desaparecidas. Ellas, indignadas y enojadas, presionaron hasta su exhumación en 2016 y 2017.

En septiembre de 2018 un tráiler abandonado con cientos de cuerpos fue descubierto en Jalisco. Lo que parecía una trama de narcos fue obra de las autoridades que apilaron 322 cuerpos a bordo de dos tráileres rentados, uno de los cuales estuvo errante y sin refrigeración por calles de Guadalajara.

Las morgues móviles no eran una solución innovadora: ya antes la habían experimentado en Acapulco, Chilpancingo, Xalapa, Tijuana o en Tamaulipas y siguen siendo utilizadas. Antes de este escándalo internacional que ganó el mote de “los tráileres de la muerte”, también en Jalisco se habían dado a la tarea de incinerar en un horno a mil 559 personas; apenas 553 bolsas de cenizas contaban con los registros forenses completos  que son necesarios para que alguien los pueda identificar.

Además del desborde constante en Ciudad Juárez, morgues como las de Acapulco, Chilpancingo, Cancún, Guadalajara, Xalapa, Torreón, Coatzacoalcos y Tijuana han colapsado, según reconocieron las autoridades forenses de los estados, o quedó registro en la prensa.

En 2017, por ejemplo, el Semefo de Chilpancingo paró labores: trabajadores protestaron por los olores fétidos que emanaban los cadáveres acumulados. En 2019 a las instalaciones del Sistema estatal Desarrollo Integral de la Familia (DIF) fueron a parar los cuerpos del anfiteatro de Tijuana, que se quedó sin cupo.

¿Dónde están los cuerpos NI?

Ante la falta de capacidad para resguardar los cuerpos, los Semefo del país encontraron una salida bajo tierra.

La crisis forense transformó al Estado mexicano en una máquina enterradora: del Semefo a la fosa común pasaron 27 mil 271 cuerpos de desconocidos -70 por ciento del total-.

Foto 1. Panteón Forense “Miguel Alemán” en Tamaulipas. Crédito: Mónica González.

Durante muchos años, personal pericial  introdujo los cadáveres en bolsas de plástico y los envió a fosas comunes sin seguir un protocolo que permitiera una identificación posterior de la persona fallecida. El sitio del entierro y los registros fueron dejados a cargo de los panteoneros municipales que lo hicieron a su libre albedrío, no siempre con orden o cavando fosas individualizadas.

En Coahuila, por ejemplo, durante la implementación del Plan Estatal de Exhumaciones e Identificación Forense, de 2017, se encontró que los cadáveres en las fosas comunes no eran los que indicaban los registros, ni en número, ni en descripción. En las fosas irregulares de Tetelcingo, Morelos, la Fiscalía estatal enterró 46 cuerpos y extremidades que, o no tenían  datos de identificación o tenían etiquetas ilegibles. Peritos de la FGR iban por 30 cuerpos, y extrajeron más de 100.

Estos procedimientos erráticos desembocan en lo que llaman “pérdidas administrativas”.

Lo explica en entrevista el asesor del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en México, Hugo Soto Escutia: “Si se identifica, esa persona queda en una fosa donde hay más de 50 personas, 32, 40, equis número, y no sabe bien en qué posición quedó, en qué nivel, etcétera, ahí lo pierde el Estado. Por eso se le llama la pérdida administrativa, por una cuestión administrativa del Estado”.

El otro destino más común para los cuerpos sin identificar son las gavetas en los Semefo. Un 14 por ciento de cuerpos sin nombre que no yacen en fosas comunes esperan a ser identificados dentro de cuartos con cajas para cadáveres esqueletizados, cámaras frigoríficas o planchas dentro de los anfiteatros. En ese limbo permanecen 5 mil 446.

Foto 2. Gavetas dentro del Semefo de la Fiscalía de Nayarit. Crédito: Karina Cancino.

Pero el que estén más a la vista no garantiza que serán identificados.

En 2011, por ejemplo, se descubrió que el moderno anfiteatro de Ciudad Juárez “guardaba” 26 cuerpos de mujeres, algunas de ellas buscadas por sus madres durante años, las cuales constantemente preguntaban por su paradero en el mismo Semefo. La Comisión Estatal de Derechos Humanos (CEDHJ) encontró  que 47 cuerpos que deambulaban en las morgues itinerantes de Jalisco contaban con los datos necesarios para haber sido identificados.

Entre esta porción de NI embodegados en instalaciones forenses están, por ejemplo, los cuerpos extraídos de fosas de Iguala y sus alrededores cuando se hacía la búsqueda de los 43 estudiantes de Ayotzinapa desaparecidos en 2014.  Alrededor de 90 ocupan gavetas del CEMEFOFE de la FGR en la Ciudad de México.

De acuerdo con la información recabada, de esos casi 39 mil cuerpos NI, 954 fueron reducidos a ceniza: tres en Tamaulipas, el resto en Jalisco. La única esperanza para quienes les buscan es que los peritos hayan integrado correctamente sus expedientes, con foto y análisis genético incluido. La FGR no mencionó en sus respuestas la incineración de 10 cuerpos exhumados de fosas en San Fernando, Tamaulipas, el último día del sexenio de Calderón.

Al menos 2 mil 589 cuerpos fueron donados a escuelas de Medicina. Es posible que los estudiantes estén aprendiendo con los cuerpos de personas buscadas por sus familias.

Universidades como la de Guadalajara han contribuido a esta crisis humanitaria: incineró 118 de los cuerpos donados por Instituto Forense.

En otros 53 casos son funerarias privadas las que tienen en su poder los restos. En Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas, las fiscalías delegaron su obligación de resguardar los cuerpos a estos negocios particulares.

Foto 3. Capilla en jardín funerario de Sinaloa. Crédito: Luis Brito.

La doble desaparición

En el colmo, en siete estados, perdieron cuerpos.

Es la situación de 999 cadáveres de los que las autoridades forenses no saben aclarar su destino final aunque sus peritos fueron los últimos que los examinaron dentro de sus instalaciones. Reconocieron este desorden que raya en lo delictivo las fiscalías de Coahuila, Jalisco, Nuevo León, Oaxaca, San Luis Potosí, Tamaulipas, Tlaxcala y Zacatecas. El registro de su resguardo final se perdió en el laberinto institucional.

Un caso paradigmático es el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF) que respondió que tiene “en investigación” el destino de 355 cuerpos ingresados a sus instalaciones.

Las autoridades forenses de Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz no entregaron la información sobre el destino final de 2 mil 528 cuerpos NI, que equivale a 6.5 por ciento del total nacional de cuerpos no reclamados. Sólo es posible saber que fueron registrados y que continúan en calidad de desconocidos.

La Fiscalía de Guanajuato evadió responder cuántos cuerpos no identificados tenía: tras reiteradas solicitudes de Transparencia sólo reconoció que contaba con “153 archivos básicos completos” con descripción de características que permitan posteriores identificaciones.

Después de una queja ante el Instituto de Transparencia de Guanajuato, entregó información sobre 701 cuerpos inhumados en fosa común, pero informó que desconoce cuántos fueron posteriormente identificados. La fiscalía no respondió a la solicitud de entrevista solicitada.

No hay forma, entonces, de saber la magnitud exacta de la crisis forense.

En esta investigación sólo mencionamos cuerpos completos y osamentas. Por los Semefo pasan cientos de miles de restos y fragmentos humanos. En varios estados del país, los criminales han utilizado ácido o fuego para destruir cuerpos o volverlos irreconocibles.

Gráfico 3. Destino final de los cuerpos sin identificar. Gráfico: Alejandra Saavedra.

Diagnóstico desconocido

En junio de 2019, durante el primer informe de trabajo del Sistema Nacional de Búsqueda de Personas, el subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas expuso que en el país hay 37 mil cuerpos a los que posiblemente no se les practicó necropsia, 263 anfiteatros con una capacidad instalada para almacenar 5 mil 171 cuerpos que -a marzo de 2019- tenían 8 mil 116 cuerpos, lo que representaba un sobrecupo de 2 mil 945 cuerpos.

No se especificó la metodología del diagnóstico, el número de personas fallecidas no identificadas, sus características, su distribución en las entidades federativas y dónde se encontraban (ver recuadro sobre “el informe secreto”).

Tampoco el Consejo Nacional Ciudadano del Sistema Nacional de Búsqueda, un órgano civil e independiente que vigila el cumplimiento de la Ley general en materia de desapariciones, supo cómo se llegaron a esos resultados. “Nosotros conocemos igual que todos el Power Point que se presentó en una reunión, tuvimos dudas precisamente sobre las metodologías usadas para llegar a esta cifra (…) seguimos sin tener muy claras las metodologías con las que se han llegado primero a 26 mil y luego a 37 mil”, explica Volga de Pina, integrante de este Consejo.

Encinas mencionó que la “emergencia forense” se debe a  falta infraestructura, personal, recursos, cementerios forenses y protocolos homologados para la conservación de cadáveres.

Aunque Quinto Elemento Lab envió diversas solicitudes de información para pedir una copia del diagnóstico completo, este fue negado por la Comisión Nacional de Búsqueda (CNB) alegando que solo la FGR contaba con él, mientras que la Fiscalía argumentó que el diagnóstico no estaba concluido.

Los estados de Baja California Sur, Puebla y Tamaulipas, en cambio, sí entregaron a Quinto Elemento Lab una copia del cuestionario que respondieron para ese informe.

Las respuestas que las autoridades de estos tres estados enviaron para la conformación del diagnóstico forense muestran una realidad desoladora: en el caso de Baja California Sur, la dirección de servicios periciales reconoció que la carga de trabajo está en aumento, pero no así el personal operativo. En tanto Tamaulipas, que recibe en promedio 10 cadáveres al día, respondió que puede tardar de tres días a un mes para identificar a una persona; en algunos casos hasta dos años si no cuenta con confrontas genéticas. El cuestionario respondido por el Semefo de la ciudad de Puebla es escueto: escrito a mano, a veces ilegible y tachado, se alcanza a leer: “La carga de trabajo ha aumentado, 10 cadáveres x día y rebasado. Casos complejos”.

Documentos 1. Cuestionario  respondido por autoridades forenses de Baja California Sur, Puebla y Tamaulipas. Crédito: Documentos obtenidos vía solicitudes de información pública.

Anselmo Apodaca, el exdirector de la Unidad de Servicios Periciales de FGR, ahora consultor independiente, considera que es injusto estigmatizar a los servicios médicos forenses hablando de “crisis forense”.

Dice que no lleva a nada constructivo repetir que en Jalisco hubo “4 tráileres con 400 cuerpos” o que en Guerrero entregaron cenizas a familiares que resultaron no ser de humanos. “Son datos que ya se manejaron”, dice el médico en entrevista.

“Se me hace injusto (hablar de) el tema de la crisis forense, No, acá tenemos una crisis de violencia, de delincuencia, que repercute en el área forense, me queda claro, pero al manejarlo como crisis forense siento que nos dejan a todos los forenses la máxima responsabilidad de todo esto cuando se ha hecho el máximo esfuerzo”.

Para Anselmo Apodaca, la violencia se combinó con falta de infraestructura, de inversión en tecnología, de personal y capacidades rebasadas. Admite también que en algunos estados no hubo visión al dotar presupuesto a las unidades de medicina legal.

Los Semefo no estaban preparados para lo que vendría. Fueron sorprendidos por la llegada masiva de las víctimas de homicidios y masacres a las que debían de atender con infraestructura deficiente: en Coahuila, Sinaloa, Sonora y Tamaulipas las funerarias privadas les prestan sus instalaciones. O sin personal suficiente, como lo reconocen las autoridades forenses en Baja California Sur, Puebla y Tamaulipas. O sin inversión, como ocurrió en Veracruz donde 80% del presupuesto destinado al rubro fúnebre se usó para otros gastos. Tradicionalmente los Semefo han sido tratados como apestados a la hora de la repartición de recursos estatales.

“La violencia se fue incrementando y se fue abandonando en muchos lugares el presupuesto para poder fortalecerlos”, dijo Apodaca, también comisario de la Policía Federal con especialidad en criminalística. “Al no estar fortalecidos quedaron rebasados en sus capacidades (…) los Semefo fueron sobreviviendo con el presupuesto que les iba asignando cada estado”.

Considera que habría que contar los cuerpos sí identificados, que son muchos y que demuestran el buen trabajo realizado en muchos Semefo.

Sin embargo, el diagnóstico que se pretende ocultar  queda ventilado cuando otras instituciones han podido echar un vistazo al funcionamiento de los servicios periciales.
Un estudio que el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) hizo sobre las capacidades forenses de Veracruz -obtenido por AVC Noticias-, reveló que de 910 cuerpos enviados a fosa común entre 2014 y 2017, sólo 187 tenían archivos básicos post mortem. Encontró también que era una constante en las fichas sobre los cuerpos ingresados en Semefo no desglosar lugar preciso de recuperación, si actualmente el cuerpo está o no identificado y el estado que guarda.

Documento 2. Diagnóstico de CICR. Crédito: AVC Noticias/Connectas

El Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), una organización independiente que colabora con gobiernos y colectivos de familiares para la identificación de personas, y que participó en la Comisión Forense para revisar junto a la PGR los cuerpos NI extraídos de las fosas clandestinas de San Fernando, Tamaulipas, en 2011, encontró que las autoridades estatales y federales cometieron una cadena de errores, según documentó la CNDH en su recomendación 23 VG/2019.

Por ejemplo: terminaron en fosas comunes 31 de los 60 cuerpos exhumados aún cuando podrían haber sido identificados. Erráticamente incineraron un número indefinido de cuerpos. Retrasaron más de 4 años el cotejo de muestras genéticas de los familiares. Mezclaron osamentas de distintas personas. Perdieron pertenencias que acompañaban los restos. Levantaron reportes sobre desapariciones sin datos importantes. Entregaron el cadáver de un mexicano a una familia guatemalteca y esperaron un año para remediarlo.

En enero de 2020 la CEDH de Jalisco hizo una recomendación al IJCF y a la Fiscalía estatal en la que señaló que se borraron los datos en las etiquetas del 25 por ciento de los cadáveres NI. Cuando el sistema arrojaba una coincidencia entre cadáveres y fichas de desapariciones de otros estados, no se solicitaba colaboración para localizar a los familiares. Toma de huellas dactilares tardía a los cuerpos. Falta de confrontación de las muestras de ADN de personas que buscaban a un familiar con las muestras de ADN de los cuerpos a su resguardo. Ausencia de datos de al menos 700 cuerpos cremados en años anteriores.

El colapso de los servicios periciales es tortura para las familias.

Foto 4. Hallazgos de restos óseos en fosa. Crédito: Germán Canseco/Proceso.

El colapso forense

Quinto Elemento Lab también obtuvo información vía Transparencia para esta investigación sobre la saturación de los Semefo en el país. Al cierre de 2019, 44 de 177 Semefo estaban desbordados. Se trata de unidades en 18 estados de la república, y el de la FGR.

Es decir, uno de cada cuatro unidades que resguardan cuerpos tiene el cupo sobrepasado.

El Semefo de Xalapa guardaba 364 cuerpos más de los que le caben. Y el CEMEMOFE de la FGR tenía 164 cuerpos de más. La Zona Norte de Quintana Roo padecía una situación crítica: el anfiteatro excedía su capacidad por 85 cuerpos.

Los estados de Oaxaca, Hidalgo y Veracruz reconocieron que han recurrido a contenedores frigoríficos para el exceso de cadáveres, pero en sus respuestas no aclararon la capacidad de esas morgues improvisadas.

El Semefo de Ciudad Juárez reportó que tenía 45 cuerpos más.

En 2018 la prensa juarense  informó que la morgue requería nuevas inversiones, que ingresaban 420 cadáveres por mes (la mitad, víctimas de homicidios), que a 231 cadáveres les faltaba el análisis de perfil genético, que una persona buscó 8 años a su hijo y la encontró en el Semefo, que víctimas se manifestaron para exigir información de cuerpos resguardados.

La autora de las primeras notas sobre la saturación de las morgues de 2008 es la periodista Luz del Carmen Sosa. Estos años ella ha sido testigo de la ampliación de instalaciones, el equipamiento, las nuevas contrataciones y los cursos al personal del Semefo, las certificaciones de laboratorios y, en contraste, las interminables filas de espera para la autopsia; la caravana de madres de jóvenes desaparecidas que pedían auditar el Semefo para buscar a sus hijas; la falla del sistema de refrigeración por exceso de cadáveres; el asesinato del jefe de servicios periciales; el hallazgo de fosas clandestinas que convierten a Chihuahua en segundo lugar nacional; los cuerpos que permanecieron años sin ser identificados aunque sus familias los reclamaban; los sistemáticos entierros de desconocidos en fosas de panteones municipales para desocupar espacios, y los repetidos colapsos de la morgue.

Diez años después de aquellas primeras notas, en 2018, documentó que sumaban 584 los cadáveres no reclamados.

***

Foto 5. Informe de trabajo del Sistema Nacional de Búsqueda. Crédito: Benjamín Flores/Proceso.

En febrero de 2019, el Subsecretario Alejandro Encinas prometió que se crearían cinco Institutos Regionales Forenses (en Sonora, Coahuila, Nuevo León, Ciudad de México y Veracruz), 15 cementerios forenses -depósitos temporales de cadáveres- en nueve estados y se daría un apoyo “extraordinario” para los servicios forenses en estados rebasados, para fortalecer capacidades estatales y para la CNB.

En diciembre de 2019, por presión de las familias de personas desaparecidas y también con su participación, se creó el Mecanismo Extraordinario de Identificación Forense (MEIF), un órgano de expertos con autonomía técnica y científica que apoyará la identificación de los cuerpos o restos óseos en todo el país. A pesar de la urgencia de las familias de personas desaparecidas por encontrar a sus seres queridos, éste sigue sin titular y aún no funciona.

Yolanda Morán, quien busca a su hijo Dan Jereemel Fernández y es vocera del Movimiento Nacional por Nuestros Desaparecidos en México, considera que el presupuesto es insuficiente. Está esperanzada de que el primer día de enero arranque el Mecanismo.

A la fecha, una promesa se ha cumplido: en agosto pasado Coahuila recibió del gobierno federal un Centro Regional de Identificación. El 17 de septiembre, en Michoacán, se puso la primera piedra del que será un Centro de Resguardo Forense.

El jefe de la delegación del CICR para México, Jordi Raich, informó el año pasado en entrevista que se ha calculado que, en un escenario ideal, con los especialistas y recursos necesarios, se podrían revisar por año un estimado de 2 mil cuerpos, para tratar de devolverles la identidad. Esto significa que demoraría  20 años sin contar los nuevos ingresos. “Si no se entra en un escenario (de violencia) que se recrudezca aún más”.

Foto 6. Fosa común en el panteón Centenario de Los Mochis, Sinaloa. Crédito: Luis Brito.

La serie #CrisisForense de Quinto Elemento Lab y el proyecto A dónde van los desaparecidos revela el colapso del sistema forense en México y las consecuencias para miles de familias que buscan a sus seres queridos y para los miles de cuerpos que siguen sin identidad.  Síguela en: www.quintoelab.org/crisis-forense/

Diagnóstico: Información “clasificada”

En 2018 comenzó una danza de cifras sobre los cuerpos no identificados en el país.

Para abril, el subsecretario de Derechos Humanos en tiempos de Enrique Peña Nieto, Rafael Avante, soltó que eran 35 mil cuerpos no identificados en los Semefo. Nunca aclaró su fuente ni atendió a las solicitudes de información pública. Al terminar su mandato le dio otro dato a Alejandro Encinas, quien lo sucedería en el cargo: eran 26 mil.

En enero de 2019, al despedirse de su cargo, el Comisionado Nacional de Búsqueda, Roberto Cabrera, afirmaba que habrían 36 mil 708 cadáveres NI, según los registros de huellas dactilares en la Plataforma México.

Antes de acabarse el sexenio de Enrique Peña Nieto, la entonces Procuraduría General de la República (PGR) -hoy FGR- realizó el “Diagnóstico para el Programa Nacional de Exhumaciones”, que nunca se presentó al público, pero estimaba en 16 mil 520 el número de cadáveres conservados en Semefo o enterrados en fosas comunes de 26 estados.

El último esfuerzo para despejar la incógnita de registros post-mortem de cuerpos no identificados se hizo en marzo de 2019, a partir de que la Comisión Nacional de Búsqueda, la Fiscalía Especializada en Materia de Derechos Humanos de la FGR y la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (SEGOB) fueron urgidos desde Presidencia de la República para elaborar un diagnóstico.

Funcionarios de las distintas dependencias fueron enviados del 29 al 31 de marzo a cada una de las entidades federativas para hablar con las personas a cargo de los anfiteatros y llenar un largo cuestionario sobre instalaciones y capacidades, número de especialistas y de cuerpos.

A mediados de año Encinas presentaría los resultados: había 37 mil 443 cuerpos a los que probablemente no se les hizo una necropsia. No mencionó más.

En 14 años ningún funcionario ha presentado algo más que declaraciones. Nadie ha presentado un informe completo.

La CNB y la FGR negaron  el acceso al documento, en las solicitudes de información realizadas.

El diagnóstico señala que en el país hay 263 anfiteatros con una capacidad instalada para almacenar 5 mil 171 cuerpos que -a marzo de 2019- tenían 8 mil 116 cuerpos, lo que representaba un sobrecupo de 2 mil 945 cuerpos. Y que la causa de la “emergencia forense” era la falta de personal, infraestructura, recursos, panteones especializados y protocolos homologados.

El ahora consultor independiente Anselmo Apodaca, quien en 2019 era coordinador general de la Unidad de Servicios Periciales de la FGR, explicó en entrevista que el diagnóstico no se hizo público para evitar un golpeteo entre partidos políticos con base en el desempeño de los servicios forenses estatales.

“(Fue) para no evidenciar a nadie, porque era un tema también político. Los servicios periciales no manejan el tema político, pero algunos estados estuvieron renuentes por su gobernador, por su fiscal, de no dar los datos adecuadamente, esto fue al inicio. (Luego) se hizo un consenso, realmente sensibilizamos a todos los directores de periciales para que ellos, a su vez, sensibilizaran a sus fiscales. Fue un trabajo nada sencillo porque todo mundo siente que es dueño de su información, pero al hablar de bases de datos no puedes ser dueño de su información”, dijo.

Agregó que a cada duda se hablaba con los titulares de los Semefo. Otra fuente consultada bajo condición de anonimato mencionó que nunca fue posible homologar los resultados: en las prisas por darle una expedita respuesta al presidente se envió a cualquier gente a hacer auditoría a los Semefo y muchos no entendieron la jerga forense y, a su regreso a la ciudad de México no supieron traducir en detalles técnicos.

Sea por consenso entre autoridades o porque nunca fue terminado, lo cierto es que el documento sigue bajo candado.

Fuente e imagen: https://desinformemonos.org/un-pais-rebasado-por-sus-muertos/

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En nuevo Reglamento de la SEP desaparece la DGESPE y Dirección de Evaluación de Políticas

Por: Erick Juárez Pineda

 

En el Reglamento Interno de la Secretaría de Educación Pública (SEP) publicado en el Diario Oficial de la Federación el pasado 15 de septiembre ha desaparecido la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE) y la Dirección General de Evaluación de Políticas

Por un lado, la la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE) desaparece como tal y es sustituida por la Dirección General de Educación Superior para el Magisterio.

Esta nueva dirección tiene como objetivo proponer a la persona Titular de la Subsecretaría de Educación Superior las políticas para el desarrollo de las instituciones y programas de educación superior destinados a la formación de los profesionales de la educación, así como impulsar su implementación

Además de establecer las normas pedagógicas, los planes y programas de estudio para la educación normal, y demás normativa para la formación de maestros de educación básica, los cuales deberán mantenerse acordes al marco de educación de excelencia contemplado en el Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros, así como a las necesidades detectadas en las evaluaciones realizadas a los componentes del Sistema Educativo Nacional.

Por su parte, la Dirección General de Evaluación de Políticas Educativas se convierte en Dirección General de Política Educativa, Mejores Prácticas y Cooperación.

Esta nueva dirección busca coordinar y fomentar con la participación que corresponda a otras dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, las relaciones en materia educativa con otros países y órganos gubernamentales extranjeros u organizaciones internacionales, así como participar e intervenir, en su caso, en la formulación de programas educativos de cooperación, políticas educativas y estrategias de financiamiento en la materia.

Además, propone a la persona Titular de la Jefatura de la Oficina del Secretario, en coordinación con las demás dependencias y entidades de la Administración Pública Federal, iniciativas conducentes al desarrollo de políticas y estrategias encaminadas al logro de una posición competitiva de las instituciones educativas públicas y privadas en sus diversos, tipos, niveles y modalidades.

Consulta este documento dando click aquí: Reglamento Interior de la SEP

Fuente e imagen: http://www.educacionfutura.org/en-nuevo-reglamento-de-la-sep-desaparece-la-dgespe-y-direccion-de-evaluacion-de-politicas/

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