Page 110 of 651
1 108 109 110 111 112 651

Entrevista a Alejandro Horowicz: La pregunta es qué se hace con el virus del capitalismo

Por: Eliezer Budasoff

El sociólogo argentino Alejandro Horowicz, profesor de Los cambios en el sistema político mundial, explica por qué las crisis de los mercados han superado los límites de lo real

A comienzos de este año, cuando Alejandro Horowicz volvió a Buenos Aires después de celebrar su cumpleaños 70 en Nueva York, el nuevo coronavirus era apenas una “misteriosa neumonía china” y el adjetivo “histórico” recién empezaba a saltar de los titulares sobre los incendios en Australia a las noticias sobre la decisión del príncipe Harry y Meghan Markle de ser normales. En febrero estalló el contagio en Europa, pero las noticias sobre el virus tardaron casi un mes en volverse algo “histórico”: el 28 de febrero, después de siete días en picada, los mercados bursátiles de todo el mundo informaron sus mayores caídas en una semana desde la crisis financiera de 2008. Una caída histórica, la primera de varias en la carrera descendente de los mercados, seguida por otro récord histórico en Estados Unidos, en este caso ascendente: el de los números de desempleo.

Comparte este contenido:

Webinar: Enseñar en tiempos de pandemia con la Dra. Mariana Maggio

Por: Departamento de Educación a Distancia – UNCA.

La Dra. Mariana Maggio, reconocida docente de la Universidad de Buenos Aires brindó una charla mediante video conferencia cuyo eje temático fue “Enseñar en tiempos de pandemia”. Este evento, que contó con numerosos seguidores, se realizó bajo la modalidad de Webinar y fue organizado por el Departamento de Educación a Distancia de la UNCA.

Fuente de la reseña: https://www.youtube.com/watch?v=cx0UBfj40E8

 

 

Comparte este contenido:

Antonio Gramsci y una educación desde una perspectiva revolucionaria

Por: Virginia Pescarmona y Federico Puy.

La pandemia y la educación han traído diferentes debates en todo el mundo. Traer al pensador Italiano Antonio Gramsci, tan reconocido, leído e interpretado con diferentes “usos” en los ámbitos educativos y políticos, nos permite repensar la escuela, el Estado, la docencia, al calor de sus ideas y su vida militante.

Está lleno de debates de “expertos” (hasta lo que podemos seguir en habla hispana) acerca de qué pasa con los conocimientos, sobre si es posible acreditar, clasificar, evaluar lo que acontece en estos días de cuarentena y hasta incluso, hay quienes ponen en cuestión la gradualidad y el propio calendario escolar, así como toda la organización escolar: horarios, recreos, espacios, etc. Tras tantos años de cuestionar el hacinamiento y la superpoblación en las aulas, esta crisis pone en el tapete que así, no se puede seguir.

Más allá de las distancias históricas y de los debates puntales que Antonio Gramsci hizo con distintas corrientes de pensamiento, sus escritos sobre la educación, sus cuestionamientos y pensamientos sobre la enseñanza en el marco del sistema capitalista y cuestiones como las peleas inmediatas y sus ideas motoras para un nuevo tipo de estado, ofrecen herramientas conceptuales pertinentes para debatir la educación actual y construir una alternativa política pedagógica crítica, coherente con el propio Gramsci en sus objetivos de cambio social revolucionario.

Partimos en primer lugar del presupuesto de que no hay en Gramsci una idea de que la “batalla cultural” (como es utilizada por cierta corrientes de pensamiento) pueda reemplazar las relaciones de fuerzas sociales y políticas, por lo tanto la lucha de clases. Una “batalla cultural”, aunque es parte de la lucha política, y ha tenido innumerables formas en la historia de la clase obrera, incluso institucionales como teatros, bibliotecas, periódicos, centros culturales, etc, no es la forma insinuada o propuesta de instaurar un cambio político como una vía alternativa a la revolución. La importancia otorgada a la cultura no implica necesariamente la perspectiva de instaurar una “hegemonía cultural” previo a la revolución [1].

El Estado integral, y la escuela como disciplina y hegemonía

Gramsci planteó diferentes esbozos del concepto de Estado Integral, en diferentes momentos. En un pasaje escrito en 1931, plantea que “en la noción general de Estado entran elementos que se refieren a la noción de sociedad civil (en el sentido, se podría decir, que Estado es sociedad política + sociedad civil, o sea hegemonía acorazada de coerción). También en un pasaje redactado en octubre del mismo año, define al Estado integral del siguiente modo: el “estado, en su significado integral: dictadura + hegemonía” [2].

Entonces no son contrapuestos en forma orgánica los elementos que componen el Estado integral. La categoría implica la distinción metodológica entre sociedad civil (partidos, sindicatos, clubes, periódicos, asociaciones culturales, y un largo etcétera) y sociedad política o Estado, en un proceso histórico donde ambos polos se entrecruzan, siendo característico del Estado integral que el propio aparato del Estado establece ciertas funciones “consensuales” (reconocimiento de ciertos derechos sociales garantizados por el Estado), mientras que la sociedad civil también puede cumplir funciones represivas. Es un “consenso” como producto de la relación de fuerzas [3].

Entendemos que Gramsci no ubica esquemáticamente a la escuela en alguno de los dos polos de la definición de Estado integral [4], y justamente por eso esta definición nos ayuda a complejizar el rol de la misma en sus dos aspectos, tanto de disciplina (normas, organización escolar, verticalidad), como de hegemonía (igualitarismo, acceso, consenso). La escuela, históricamente se consideró como parte de la “sociedad civil” pero ante la necesidad del propio capital para que el estado desarrolle grandes sistemas educativos masivos, también se integra como institución directa del Estado.

Interpretamos que, para Gramsci el sistema escolar es una cosa y la otra. Puede ser disciplina y puede ser consenso. Como las demás organizaciones culturales que actúan en la sociedad civil, la escuela es uno de los factores de hegemonía de una clase social. La supremacía de una clase social no es solo dominación sino, como hegemonía, es lo que llama dirección intelectual y moral. Pero también la podemos ubicar del lado de la disciplina, ya que la escuela tiene una serie de valores y normas de clase (acompañada por el contenido de lo que se enseña) y de rígidas normas verticales que van desde el orden, la autoridad, la calificación, y un sin fin de políticas que podemos encontrar en lo que muchos pedagogos han llamado el “currículum oculto” [5]. Mantener horarios a pesar de la cuarentena, asistencia y hasta calificaciones dejan bastante al descubierto esta función ordenadora en nuestros días.

En esta definición de estado integral, la escuela opera desde una función ética y política, y su objetivo es organizar los aspectos centrales de la tarea formativa del Estado, guiada por la elaboración de un consenso hegemónico. Esta tarea consiste en elevar a la gran masa de la población a un determinado nivel cultural y moral, en correspondencia a las necesidades del desarrollo de las fuerzas productivas y necesidades del capital, por consiguiente, a los intereses de las clases dominantes como un “complejo de actividades prácticas y teóricas con las cuales la clase dirigente no solo justifica y mantiene su dominio, sino también logra obtener el consenso de los gobernados” [6].

Esta escuela capitalista, y sobre esto hay bastante consenso desde diversas corrientes de pensamiento pedagógico, imparte un sistema de valores, creencias y saberes elegidos y determinados por la clase dominante. Por tanto, ella transmite ideología en términos amplios, que incluye de modos de vivir, sentir, etc. Hablar de escuela es pensar desde las reformas educativas hasta un sistema meritocrático de premios y castigos, pasando por las evaluaciones punitivas y un sistema jerárquico vertical. Horarios rígidos, toques de timbre/campana, exámenes de ingreso, pruebas estandarizadas y un sinfín de normas institucionales de respeto a la autoridad, a símbolos, a formas de hacer y resolver, que buscan entrenar a la juventud para ser un “ciudadano” del Estado democrático burgués y aceptar la regimentación del capital sobre el trabajo. Pablo Pineau en su trabajo “¿Por qué triunfó la escuela? o la modernidad dijo: ‘Esto es educación’, y la escuela respondió: ‘Yo me ocupo’” [7], llama a todos estos dispositivos “regulación artificial”. Varios autores desarrollan esa idea interesante aunque polémica, de que la escuela como “gran empresa moderna” mientras alfabetizó millones ha creado la argentinidad, por ejemplo.

Dividir la escuela en un polo u otro del concepto de Estado integral, creemos que es un error orgánico y metodológico, que se se expresa en reinterpretaciones de la función de la escuela como parte de los “aparatos ideológicos del Estado”, aboliendo efectivamente el propio método integral que propone Gramsci de no disociar sociedad política y sociedad civil. En general dan a la escuela solo un lugar de reproducción de la ideología dominante del estado burgués sin ningún tipo de posibilidad de lucha. Por el otro lado, y ubicándose desde del pos marxismo y contrario/contrapuesto a los “reproduccionistas”, se encuentran corrientes donde la escuela cae en un lugar de disputa por excelencia (sin importar el contenido de clase) siguiendo por ejemplo el pensamiento de Freire, Giroux, Tamarit, entre tantos otros. Como punto de contacto y en el mismo sentido de estos últimos, hay otros autores terminan determinando a Gramsci solo como un teórico del consenso en la sociedad civil y de la “guerra de trincheras” como única estrategia posible. Esto, desde luego lleva a diferentes políticas que van desde el eurocomunismo y reformistas a, en Argentina, “nacionales y populares”.

Combinado con esta pelea, hay un planteo de que no es la escuela el único lugar pedagógico. La función pedagógica la encontramos en las peleas que dan los trabajadores en la sociedad Civil (sindicatos, clubes obreros) y como una parte importante de la pelea del partido de los trabajadores por elevar la conciencia de las masas, en su búsqueda de la toma del poder y la construcción de una sociedad sin oprimidos ni explotados.

En el mismo sentido que está planteado por A. V. Lunacharsky (El comisario del pueblo para la Instrucción Pública), en el “Decreto sobre la a educación popular” del estado Obrero en Rusia durante la Revolución, donde hacia una importante distinción planteando:

…es preciso señalar la diferencia entre enseñanza y educación Enseñanza es la transmisión de conocimientos ya definidos por el maestro al alumno. La educación es un proceso creador. Durante toda la vida la personalidad del hombre se ‘educa’, se extiende, se enriquece, se afirma y se perfecciona.

Una escuela unitaria ligada a una nueva organización del trabajo

Gramsci plantea una pelea por una escuela totalmente diferente. Una escuela planteada como una pelea de clase trabajadora y también la piensa en función de una nueva sociedad.

Esta perspectiva de “escuela unitaria”, podemos pensar que Gramsci la pensó sobre la cercana experiencia política y pedagógica de la Revolución Rusa de Lenin y Trotsky, en sus mejores años de la revolución. Conoció en persona la Rusia soviética entre los años 1922 y 1923. Vemos en sus escritos que los primeros acercamientos a un pensamiento pedagógico se pueden encontrar en las Cartas con su compañera, interesado por la educación de sus propios hijos, donde realiza diferentes conjeturas en relación a lo social e individual del desarrollo de los niños. Sin haber conocido la obra de Lev S. Vigotsky hay una concepción del mundo en Gramsci que va a llevar en su concepción política y pedagógica.

Críticamente debemos elaborar estas experiencias; delimitar cuánto hay de ellas de meramente ruso, y dependiendo de las particulares condiciones en las cuales en la República de los Soviet encontró la sociedad rusa su advenimiento; discernir y fijar cuánto en ellas es permanente necesidad de la sociedad comunista, dependiente de las necesidades y de las aspiraciones de la clase de obreros y campesinos explotada de igual modo bajo todas las latitudes [8].

Pensando en perspectiva, continuaba escribiendo y pensaba que:

En el Estado de los Consejos [9], la escuela representará una de las más importantes y esenciales actividades públicas. Digamos más: al desarrollo y al éxito de la escuela comunista está ligado al desarrollo del Estado comunista, el advenimiento de una democracia en la cual sea absorbida la dictadura del proletariado [10].

Si el método es dialéctico y se piensa el conocimiento en tanto construcción y proceso, determinado por lo material, en primer lugar nos sugiere que no se debería hacer tabula rasa de la cultura existente, ni se la debería “reemplazar por otra completamente nueva y ya formulada. La tarea de la escuela radical consiste más bien en un proceso de transformación (orientado a producir una nueva forma) y rearticulación de elementos ideológicos existentes”. Una vez más, la cultura dominante tenía que ser comprendida críticamente antes de que pudiera ser transformada. Nos recuerda a Lenin planteando esa idea de que

con la trasformación de la vieja sociedad capitalista, la enseñanza, la educación y la instrucción de las nuevas generaciones, destinadas a crear la sociedad comunista, no pueden seguir siendo lo que eran. Ahora bien, la enseñanza, la educación y la instrucción de la juventud deben partir de los materiales que nos ha legado la antigua sociedad. No podemos edificar el comunismo si no es a partir de la suma de conocimientos, organizaciones e instituciones, con el acervo de medios y fuerzas humanas que hemos heredado de la vieja sociedad (…) Por ello debemos examinar en detalle qué debemos enseñar a la juventud y cómo debe aprender ésta si quiere merecer realmente el nombre de juventud comunista, cómo hay que prepararla para que sepa terminar y coronar la obra que nosotros hemos comenzado”. “La vieja escuela era libresca, obligaba a almacenar una masa de conocimientos inútiles, superfluos, muertos, que atiborraban la cabeza y trasformaban a la generación joven en un ejército de funcionarios cortados todos por el mismo patrón. Pero concluir de ello que se puede ser comunista sin haber asimilado los conocimientos acumulados por la humanidad, sería cometer un enorme error [11].

Este tema tiene importantes implicaciones para las relaciones entre profesor y estudiante en una teoría crítica de la pedagogía.

Su visión materialista del trabajo como principio y fundamento de una escuela elemental parte del razonamiento de un elemento educativo fundamental, donde las primeras nociones de ciencias naturales y las nociones de los derechos y deberes del ciudadano, son como elementos “culturales” los que determinan la naturaleza y la función educativa del trabajo en el pensamiento de Gramsci, en cuanto las leyes de la sociedad (“civiles y estatales”, dice) y

sitúan a los hombres en la posición más adecuada para dominar las leyes de la naturaleza”, es decir, “para facilitar su trabajo, que es la forma propia del hombre de participar activamente en la vida de la naturaleza a fin de transformarla y socializarla.

Estos conceptos teóricos sobre el trabajo y la escuela, en el debate de la época, es la premisa de la propuesta de una “escuela única inicial de cultura general, humanística, formativa, que ajuste precisamente el desarrollo de la capacidad de trabajar en forma manual (técnica e industrialmente), y el desarrollo de la capacidad del trabajo intelectual”. Gramsci considera la tendencia a eliminar todo tipo de escuela formativa y debate con la idea de pensar multiplicar las escuelas profesionales especializadas, como un proceso de progresiva degeneración y encuentra incluso paradójico que esta tendencia venga presentada como democrática.

¿Una escuela para que todo obrero pueda ser “gobernante”?

Para Gramsci en la educación no se puede consentir estratificaciones internas en los distintos grupos sociales, sobre la base de una unilateral especialización en el trabajo.

La posibilidad de que el peón llegue a ser un obrero cualificado, porque esto no suprimiría en absoluto la impronta social, es decir, la discriminación, que consiste, precisamente, en el hecho de que cada grupo social posee su escuela. La escuela, para que no sea socialmente cualificada o discriminante, debe educar de tal modo, que todo ciudadano pueda llegar a ser “gobernante” [12].

La escuela que pensaba Gramsci, exige en primer lugar que el Estado pueda asumir los gastos que solventa la familia para que asistan sus hijos e hijas, o sea que transforma completamente el balance financiero de ministerio de educación nacional, ampliándolo. Es decir, que toda la función de educación y formación de las nuevas generaciones deja de ser privada para hacerse pública.

Pero esta transformación de la actividad escolar también exige una enorme ampliación de la organización práctica de la escuela, es decir, de los edificios, del material científico, del cuerpo docente, etc. Sobre todo el cuerpo docente debería ser aumentado, ya que tanto mayor e intensa es la escuela cuanto más directa es la relación entre maestro y alumnos, lo que plantea otros problemas de no fácil y rápida solución. Tampoco la cuestión de los edificios escolares es simple, ya que este tipo de escuela debería ser una escuela-colegio, con dormitorios, refectorios, bibliotecas especializadas, salas apropiadas para el trabajo de seminario, etc. [13].

…paralelamente a la escuela unitaria se debe desarrollar una red de asilos infantiles y otras instituciones en las que aún antes de la edad escolar los niños se acostumbren a cierta disciplina colectiva y adquieran nociones y aptitudes preescolares. La escuela unitaria debería ser organizada como colegio, con vida colectiva diurna y nocturna, liberada de las actuales formas de disciplina hipócrita y mecánica, y el estudio debería hacerse colectivamente, con la asistencia de los maestros y de los mejores alumnos, también en las horas de la así llamada aplicación individual [14].

Con respecto a la organización por edades de los sistemas escolares, Gramsci consideraba que:

Un punto importante en la organización práctica de la escuela unitaria es el relativo a la carrera escolar en sus diversos grados, según la edad y el desarrollo intelectual-moral de los alumnos y los fines que la escuela quiere alcanzar. La escuela unitaria (…) debe proponerse incorporar a los jóvenes a la actividad social, después de haberlos elevado hasta un cierto grado de madurez y de capacidad, de creación intelectual y práctica, y de autonomía en la orientación y en la iniciativa” [15].

Para Gramsci, entonces “el advenimiento de la escuela unitaria significa el comienzo de nuevas relaciones entre trabajo intelectual y trabajo industrial no solo en la escuela, sino también en toda la vida social”. Pero en función de una sociedad como una comunidad nueva (“un orden nuevo”), animada por las ideas socialistas, una sociedad donde la escuela se inserta como elemento activo y propulsor para la educación de las nuevas generaciones, en una sociedad que no entre en contradicción con la escuela. En la visión gramsciana, el problema de lo social es esencial. Al igual que muchos pedagogos de la experiencia bolchevique, estaba convencido de que la revalorización del trabajo como actividad humana y social, la construcción de una sociedad capaz de realizar las más válidas aspiraciones del hombre no puede encontrar una solución satisfactoria en el mero activismo pedagógico por cuanto que la educación social ha de ir unida a la idea de transformación social. Un pedagogo de su época, L.S. Vigotsky escribió que “la vida se convierte en creación solo cuando se libera definitivamente de las formas sociales que la deforman y mutilan. Los problemas de la educación se resolverán cuando se resuelvan los problemas de la vida”. Hablaba de la educación atravesada por la alienación del trabajo capitalista.

Y creemos que acá se abren algunas coordenadas para pensar más en profundidad ¿qué?, ¿cómo? y ¿cuándo? de una pedagogía crítica radical y el papel que podemos desempeñar educadores y educadoras en los marcos de este sistema, en la aspiración de su profunda transformación.

Como vimos, Gramsci no pensó en la escuela tal cual la conocemos ahora, sino que pensaba en una enseñanza de tipo liberadora, una unidad del trabajo manual e intelectual y preparación para el trabajo que mantenga en todo lo posible los elementos sociales de la realidad, sin trabajadores de la educación en una pasividad intelectual.

Desde esta perspectiva resulta claro que el objetivo de la escuela unitaria es elevar a las masas a la cultura, en contra de las tendencias que se proponen mantener a los trabajadores en un nivel determinado del espectro de conocimientos “propios de su cultura” o de “su clase”. En consecuencia, la escuela unitaria para Gramsci es “un elemento básico en la lucha por la hegemonía de las clases populares” [16].

Por eso, de conjunto, el pensamiento del revolucionario italiano lejos está de pensar la escuela como un “lugar en disputa” (guerra de trincheras en la escuela) en el sentido de cambiar un poco el contenido y la forma metodológica y de una pelea solo dentro de los márgenes de la escuela, sino que discute una “filosofía de la práxis”, es decir una guía para la acción revolucionaria. Pensó la educación no escindida sino como parte de una sociedad que es necesario desnudarla, criticarla, en vistas de lo que llamó un “orden nuevo”, que implica una revolución que termine con el capitalismo.

Algunas primeras conclusiones

Hoy la situación del capitalismo es diferente a la conocida y pensada por Antonio Gramsci, y por lo tanto el rol de la escuela también fue cambiando de aspecto acorde a las necesidades del capital y al estadio de desarrollo de las fuerzas productivas, una escuela cada vez más transformada por los organismos de créditos internacionales como el FMI, el banco mundial o la OCDE, donde los gobiernos la consideran cada vez más como depósitos de niños, para que sus familias tengan y puedan ir a trabajar en horarios extensos, garantizando un gran ahorro a los capitalistas en las tareas de cuidado y crianza.

Como corolario y combinación de esta transformación, vemos a millones de estudiantes jóvenes trabajando en forma totalmente precaria para el capitalismo de plataforma, muchos dando sus vidas con sus bicicletas para las aplicaciones, Rappi, o lugares llamados de comidas rápidas, y donde una gran porción de la población joven que concurre a las escuelas tiene que debatirse entre pelear un plato de comida o continuar en la escuela.

Volvemos a estos aportes y debates de Gramsci, en el medio de una situación que combina crisis social con crisis económica, y sobre la cual muchos analistas ya opinan que es superior a crisis como la de 1929 o 2008. Creemos que esta vuelta al revolucionario italiano nos sirven para pensar y pensarnos en la relación entre una práctica pedagógica crítica dentro de la escuela y una política revolucionaria para el conjunto de la sociedad, tal como lo pensaba Antonio Gramsci.

Porque creemos que con más y mejor educación no alcanza para la conquista de otra sociedad sin explotación ni opresión. Se puede practicar una pedagógica crítica, donde desnudemos de conjunto los contenidos de la escuela, su organización vertical, la ideología de clase que la rodea. Pero también sabemos que el estado burgués no se puede extinguir por mera evolución de la conciencia, por eso es necesario que los y las trabajadoras puedan hacerse del poder y donde gobierne la mayoría para abrir la posibilidad de una nueva educación.

Es un momento donde tenemos que repensar la necesidad estratégica de reconstruir un movimiento pedagógico crítico uniéndolo a la lucha de clases de las y los trabajadores y de la juventud que en el mundo se empieza a levantar, a pesar del aislamiento, a pesar de la crisis sanitaria, y justamente por sus consecuencias materiales. Tenemos una tarea que es preparar las condiciones para unir y pasar del cuestionamiento de las clases escolares, la regimentación de la escuela y sus valores y normas burguesas, al cuestionamiento de la sociedad de clases.

Será tarea de educadoras y educadores ser “no solamente maestros”, al decir de L.S. Vigotsky en Psicología y Pedagogía, si no que en la completa participación en la vida social y política, ser constructor de esta perspectiva pedagógica crítica, como parte de un proyecto de transformación radical de la sociedad.

NOTAS AL PIE
[1Juan Dal Maso, Hegemonía y lucha de Clases. Tres ensayos sobre Trotsky, Gramsci y el Marxismo. 2019, Buenos Aires, Ediciones IPS. 2018, Página 220.
[2Juan Dal Maso, El Marxismo de Gramsci. Notas de lectura sobre los Cuadernos de la Cárcel, Buenos Aires, Ediciones IPS, 2016, Página 63.
[3Juan Dal Maso, “Antonio Gramsci, estratega de la hegemonía”La Izquierda Diario.
[4“El marxismo de Gramsci”, Entrevista a Juan Dal Maso por Fernando Rosso.
[5Tomamos la definición de Curriculum Oculto como “un conjunto de normas, costumbres, creencias, lenguajes y símbolos que se manifiestan en la estructura y el funcionamiento de una institución.” (Barriga, 2009). Paulo Freire extiende luego esta definición, donde el Curriculum Oculto “se transmite de manera implícita y tiene gran influencia en el aula y en las instituciones educativas, también recibe el nombre de implícito o no intencional, el cual no se encuentra en las normativas o si no que viene hacer el resultado de las practicas institucionales que no figuran en el reglamento y por lo general terminan siendo más efectivas en la adquisición de conocimientos, actitudes y valores; al no estar escrito permite que se pueda aprender más por las relaciones sociales y por las aptitudes y así se aprende más por lo que se hace que por lo que se dice”.
[7Reescritura del artículo “La escuela en el paisaje moderno. Consideraciones sobre el proceso de escolarización”, presentado en el Seminario “Historia de la Educación en Debate”, Universidad Nacional de Luján y publicado en Héctor Rubén Cucuzza (comp.), Historia de la educación en debate, Buenos Aires, Miño y Dávila, 1996.
[8Artículo del L´Ordine Nuovo.
[9Cuando habla de “Estado de los consejos” Gramsci se refiere a un Estado proletario de los “consejos obreros”, en relación a la experiencia la huelga general de Turín de abril de 1920, donde la clase obrera Turinesa ocupó las fábricas, impuso el control obrero de la producción y se organizaba de abajo hacia arriba en un sistema de delegados y representaciones obreras. Para ver más información en http://gramsci.org.ar/1917-22/21-mov-turin-cons-fab.htm.
[10Artículo del L´Ordine Nuovo.
[11V. I. Lenin, “Tareas de las Juventudes Comunistas. Discurso en la I Sesión del III Congreso de Juventudes Comunistas de Rusia”, Moscú, 2 de octubre de 1920.
[12Mario Manacorda, Marx y la pedagogía moderna, Barcelona, Oikos-tau, 1969, Página 151.
[14Ídem.
[15Ídem.
[16“Las ideas pedagógicas de Antonio Gramsci”. En Signos Teoría. y Práctica de la Educación. Número 4, Julio-Diciembre 1991.
Fuente del artículo: https://www.laizquierdadiario.com/Antonio-Gramsci-y-una-educacion-desde-una-perspectiva-revolucionaria-158942
Comparte este contenido:

Entrevista a Nicolás Trotta:»La educación va hacia un esquema dual, que alterne clases con aprendizaje en casa»

Por: Página 12.

“En la Argentina, volver con absoluta normalidad a las clases en todos los niveles implicaría movilizar a casi 15 millones de personas por día. Obviamente, esto abriría una posibilidad de contagio muy alto”, señaló el ministro de Educación, Nicolás Trotta, sobre por qué el gobierno no ve factible que se retomen las clases presenciales en las próximas semanas. Agregó que los epidemiólogos que asesoran al Poder Ejecutivo consideran que el país está recién “por la mitad del camino” a atravesar con la pandemia. El ministro descartó así cualquier posibilidad de un regreso a las aulas en el corto plazo, aunque señaló que “un escenario de trabajo” de su cartera es que después de las vacaciones de invierno, si no se producen picos de contagio por la apertura de la economía, se pueda volver a las escuelas. “No tenemos la certeza de cuándo, porque lo va a definir la situación epidemiológica. Sí estamos trabajando en el cómo volver, con qué protocolos de cuidado”, agregó. En el listado de cambios figura el regreso escalonado y el uso de un esquema dual, que alterne días de asistencia con días de aprendizaje en el hogar.

El ministro de Educación habló este domingo con tres radios, que lo consultaron sobre el tema de cómo será la escuela después del confinamiento. El viernes, al anunciar la extensión hasta el 24 de mayo de la cuarentena, el presidente Alberto Fernández adelantó que cualquier regreso a las escuelas y universidades será a aulas distintas. Trotta dijo que en su cartera siguen “con mucha atención los pasos que están dando los países del hemisferio norte como España y Francia” donde esta semana algunos cursos están retomando las clases -15 días antes de que termine su año lectivo-, “en un marco de profunda incertidumbre, porque tampoco tienen la certeza de si va a ser a ser un regreso definitivo. Van a medir qué impacto en lo epidemiológico tiene este retorno a las aulas”.

Consultado sobre cómo sería esa vuelta en la Argentina, Trota contestó que con un sistema dual. “Nuestro objetivo es, según nos permita la salud, transitar un proceso de regreso escalonado, porque no van a volver todos los estudiantes todos los días”, señaló. En este sentido, consideró que no podrían concurrir a clases todos los alumnos a la vez. “Esto va a demandar que coordinemos criterios con las provincias, que veamos qué infraestructura tiene cada escuela y que trabajemos con las organizaciones docentes”, señaló.

El criterio que hoy prima en Educación es que hay tres grupos de estudiantes que necesitarán de una atención especial. Uno es el de los que están terminando el secundario, para quienes se prepara un módulo de clases extra, que se dictarían en el primer trimestre el año próximo, para mejorar su pasaje a la universidad o nivel terciario. Otro es el de los alumnos que están finalizando la escuela primaria, que también podrían volver a las clases presenciales con prioridad. El tercero el de los niños que están en la etapa de alfabetización. Los universitarios son considerados como los que están en mejores condiciones de afrontar la educación a distancia, ya que a diferencia de los niños no necesitan del vínculo directo con los docentes para aprender.

Trotta señaló que uno de los desafíos que tiene su ministerio es elaborar protocolos de cómo moverse dentro de las escuelas para disminuir las posibilidades de contagio. Esto apunta a la distancia entre bancos, al modo de dictar las materias, a la extensión y el uso de los recreos.

En cuanto a la posibilidad de que en las provincias sin circulación del virus las clases retomen sus clases antes que en el área metropolitana de Buenos Aires, reiteró que “hay que ser cuidadosos”. Como ejemplo, contó que en Formosa, provincia en la que no hay casos de afectados por el Covid-19, el gobernador Gildo Insfrán fue claro en que no abrirá las escuelas mientras no tenga una mayor seguridad desde lo epidemiológico. La cercanía de Chaco y de Brasil alcanzan para no olvidar los riesgos de sentirse a salvo.

Computadoras

La idea de ir hacia un esquema de educación dual, que combine la asistencia a clases con aprendizaja a distancia, hace más evidente la importancia de que el Estado retome el plan de distribución de computadoras a los alumnos de la escuela pública. El ministro de Educación recordó que durante el gobierno de Cristina Kichner se repartieron más de 5 millones de notebooks y que la indicación de Alberto Fernández es retomar esa línea de trabajo. «Lo queremos hacer con la industria argentina, con los que fabrican y ensamblan computadoras, una actividad que llegó a generar en la Argentina 7 mil puestos de trabajo, que se perdieron», señaló Trotta. El ministro confirmó que junto a la secretaría de Industria están delineando «lo que puede ser la recuperación del sector y sus objetivos de producción»

La vuelta a la escuela en el hemisferio norte

Según los datos de Unesco, por el coronavirus el 80 por ciento de la población escolar mundial debió suspender las clases presenciales. En las últimas semanas algunos países en los que la circulación del virus es menor o la llegada de la primavera, con temperaturas más altas, les  permite tener mejores expectativas, se está probando una vuelta a las clases gradual y con medidas de seguridad sanitaria.

Dinamarca y Noruega fueron los primeros países de Europa en reabrir sus escuelas. Entre las medidas de cuidado que implementaron, está la de aumentar la distancia entre bancos, que pasó a ser de dos metros. Esto redujo la cantidad de niños por curso, una medida para la que se necesita o contar con más aulas o desdoblar la asistencia, por ejemplo, haciendo que la mitad de un curso se turne para ir al colegio, de manera alternada.

En China la vuelta al colegio es progresiva y depende de la región. En Shangai, la ciudad más grande del país, se priorizó el regreso de los estudiantes de los últimos años del secundario.

En las zonas donde los más chicos también  pudieron también volver, se implementó  un protocolo que incluye cumplir una serie de postas antes de ingresar a las escuelas, que incluye fumigar sus zapatos, descartar el barbijo que usaron en el camino, pasar por una máquina de ozono,  lavarse las manos  y  controlar la temperatura corporal. En la vecina Taiwan, los niños tienen mamparas plasticas que separan a un pupitre de otro, impidiéndoles el contacto físico.

También Israel permitió parcialmente el regreso de las clases, aunque con un máximo de 15 estudiantes por aula y con la condición de que ningún integrante de la familia haya cursado la enfermedad.

Alemania habilitó el regreso a los salones de estudio  desde el 20 de abril, aunque cada estado federado mantuvo la potestad de decidir qué hacer. El criterio más aceptado fue que los estudiantes secundarios en su último año lo hicieran primero.

En Francia las clases vuelven hoy  también con medidas como  el uso recomendado de mascarilla, recreos escalonados y  la diversificación de los horarios de entrada y salida. En las aulas, los pupitres deben guardar un metro de distancia entre sí, igual que con el escritorio del profesor. También en Los Países Bajos desde este lunes se permitirá el regreso a las aulas, en este caso de los alumnos de primaria, aunque con horas y asistencia repartidos: los cursos se dividirán en dos  para ir de manera alternada.

Fuente de la entrevista: https://www.pagina12.com.ar/265114-nicolas-trotta-la-educacion-va-hacia-un-esquema-dual-que-alt

Comparte este contenido:

Argentina: Docentes cuestionan la «sobrecarga horaria» de la educación virtual y piden reglas claras

Docentes cuestionan la «sobrecarga horaria» de la educación virtual y piden reglas claras

Explican que tienen derecho a la “desconexión digital” y a la “privacidad”, debido a que trabajan sin una franja horaria determinada. Además, puntualizan sobre las complicaciones de conectividad y la falla pedagógica.

Los docentes se encaminan a un pedido unificado para que se regularice su trabajo en el marco de la educación virtual provocada por la pandemia del Covid-19. 

Se trata de un reclamo que comparten tanto los gremios de la educación pública, como el de las escuelas privadas, debido a que –aseguran- los y las docentes trabajan sin horarios fijos y muchos de ellos tienen problemas con el acceso a la tecnología, entre otros puntos claves.

Desde Suteba, por ejemplo, hacen foco en que muchos de estos casos se tratan de mujeres que tienen que hacerse cargo de sus hijos y también puntualizan sobre la dificultad de generar un “ida y vuelta” dinámico con los y las alumnas.

El Secretario General del gremio, Roberto Baradel, le explicó a INFOCIELO que ya se plantearon tres puntos básicos para subsanar la sobre carga horario en los docentes: “En primer lugar planteamos que tenía que ser un acuerdo paritario regular el trabajo de los docentes en la casa. Estableciendo días y horarios. Consulta padres y reuniones con directivos”.

“En segundo lugar, pedimos que reduzcan al mínimo los informes estadísticos que elaboran los docentes”, agregó Baradel, en referencia a una tarea administrativa que le quita tiempo a los maestros.

Y por último, Suteba propuso “reestablecer el Plan Conectar Igualdad”, debido al precario acceso a la tecnología que tanto docentes como alumnos tienen.

Por su parte, la Secretaria General Adjunta de Suteba, María Laura Torre, agregó algo en referencia a una vieja disputa que se tuvo con el gobierno de María Eugenia Vidal, cuando la exgobernadora realizó una campaña para reclutar personas que se hicieran cargo de las clases, en el marco del paro docente.

«Ahora la sociedad puede visualizar que la enseñanza es un trabajo especializado y que no puede hacerlo cualquiera, porque hay tiempo de pre produccion del trabajo en las aulas y que ahora se amplificó mucho ese trabajo en un escenario muy complejo porque se trabaja desde casa”, sostuvo para este medio.

Desde el gremio también hacen foco a que –a pesar del beneficio de reemplazar la educación en forma virtual ante este escenario de pandemia-, el formato de educación a distancia “modifica la didáctica y la interacción” con los alumnos.

“La devolución de los alumnos muchas veces depende de sus entornos familiares”, explicó la docente.

En tanto, desde la Federación de Educadores Bonaerenses (FEB), manifestaron una postura similar y pusieron en acción el pedido de un protocolo “para los docentes que cumplen continuidad pedagógica desde sus hogares” y para “establecer horarios concretos de trabajo”.

“La vuelta a clases será con nuevas ´normalidades´, con re diseños por escuelas, por edades, por aulas, de acuerdo a los protocolos recomendados por las autoridades sanitarias al momento de reiniciar el regreso a las escuelas”, reflexionó Mirta Petroccini, titular de la FEB.

Por último, el Sindicato Argentino de Docentes Particulares (SADOP) denunció en la última Paritaria Nacional la “falta de cobro de salario de miles de docentes” y también propuso “regular la tarea educativa durante la cuarentena”.

El caso de los educadores en escuelas privadas es un tanto particular porque los colegios pidieron encarecidamente que los padres continúen pagando la cuota escolar, para evitar una quiebra de las instituciones.

Para justificar el servicio, los docentes realizan una tarea extenuante de actividades que también recae en los chicos.

“SADOP propuso establecer un límite a la extensión de la jornada de trabajo y un horario de disponibilidad de los trabajadores. De esta manera, se establece el derecho a la desconexión digital y a la privacidad de los educadores”, afirmó Jorge Kalinger, Secretario General de SADOP

Fuente de la Información: https://infocielo.com/nota/118007/docentes-cuestionan-la-sobrecarga-horaria-de-la-educacion-virtual-y-piden-reglas-claras/

 

Comparte este contenido:

Educación y Pandemia: Reflexiones desde el Sur de Nuestra América

Por: Fernando J. Gómez

Ellos, los que perturban las horas

de  la decencia, los capaces de todo

engaño en el momento más terso,

no descansan. Que nuestro vicio absoluto

sea éste: la despiadada lucha sin tregua.

(Rafael Oscar Ielpi)

Apertura: una mirada sobre el pasado reciente

Volcando una mirada sobre nuestra historia no es difícil descubrir que en Argentina el principal elemento democratizador y aquel que en mayor medida permite la movilidad social ascendente es la educación pública. Ésta fue blanco de los principales ataques del neoliberalismo durante mucho tiempo y sólo se mantuvo en este rol social gracias a la resistencia colectiva de estudiantes y docentes, es decir a la resistencia política y militante de sus protagonistas. Cabe aclarar también que la educación pública es un valor reconocido y defendido por la mayoría de la sociedad. Más allá de la resistencia que se mencionaba, es sabido que la educación pública debió permitir ciertos avances privatizadores, la Ley de educación superior del menemismo (y los organismos internacionales), trajo consigo la reglamentación de la venta de recursos a terceros, posgrados pagos, alquiler y venta de bienes y servicios para lograr el autofinanciamiento. Esta ley también significó una pérdida de fuerza política y simbólica por parte del claustro estudiantil, el no-docente y de graduados, que vieron reducida su participación en los órganos de cogobierno de las universidades. Se reglamentó y se naturalizó con la sanción de dicha ley, una relación entre la universidad y el sector privado, esto tuvo lugar principalmente a partir de algunos planes de estudio. Disfrazando esta relación de imbricación con el sector productivo de un intento de potenciar las fuerzas internas de la sociedad para el beneficio colectivo, en lo concreto de estas relaciones, lo que sucedió fue que las empresas privadas pudieron formar a su antojo y escoger entre los mejores cuadros de la educación pública. Los ejemplos sobran, hay programas de estudio confeccionados íntegramente para satisfacer los deseos y las exigencias de las empresas privadas.

Virtualización de la enseñanza superior, neoliberalismo y pérdida de derechos

En medio de esta pandemia los docentes claman por que se los considere seres humanos que están atravesando una de las peores crisis que ha sufrido la humanidad en los últimos años, si no la peor. Las muertes se informan por millares, la desocupación, la desesperanza, el hambre, se anuncian en el horizonte y golpean desde las pantallas de los noticieros exponiendo el escarnio de una nueva realidad local e internacional. En Argentina se disparó la demanda en comedores y merenderos donde se vuelcan los sectores más desfavorecidos de la población. El tiempo presente nos ha encerrado y parece ser que no sólo los animales salvajes se pasean libres por la ciudades, sino que los think tanks del neoliberalismo planean con gran libertad el mundo nuevo. A través de las redes creadas en la actual coyuntura coinciden los análisis al respecto. El mal llamado trabajo virtual que tiene una férrea existencia real, es en realidad trabajo remoto y mayormente no está contemplado en el convenio colectivo de trabajo del sector. La exigencia del momento es reemplazar las actividades que se realizaban de manera presencial por actividades virtuales. Esto ha generado un escenario de sobreexigencia sobre el trabajador docente, sobre el que recae también la responsabilidad por las herramientas de trabajo/conectividad. En las actuales circunstancias se ha disparado el tiempo dedicado por los docentes a la tarea laboral. Esto no parece ser advertido por parte de quienes consideran los distintos estamentos del sector educativo público (y privado) ¿se pretende así ocultar la pérdida de derechos laborales que esto significa para el sector docente?

Relatos y ausencia de crítica

La construcción mediática del momento parece realizarse magnificando los beneficios de la virtualización de la enseñanza, que deja fuera a una fracción considerable de la sociedad, es decir, produce la virtual muerte o desaparición simbólica de grandes sectores de la población que no cuentan con la conectividad necesaria, ni con el tiempo, ni con la vitalidad que esta transformación -que nadie esperaba, que nadie deseaba- necesita o exige. Nuevamente, sólo algunos sectores docentes y algunos sectores estudiantiles poseen una mirada de conjunto de las complejidades que implica la prematura virtualización de la enseñanza del nivel universitario. Urgidos por un ideal de eficientismo y temerosos de las consecuencias de ejercer la crítica, muchos sufren una aquiescencia resignada y trabajan sin descanso denegando la realidad pandémica en que todo esto ocurre.

En Argentina, ya avanzado casi un mes y medio de aislamiento social preventivo y obligatorio, la cuestión educativa se encuentra en el centro de la escena, los sectores que han quedado desconectados de la virtualización por falta de recursos, resultan por el momento una verdadera incógnita. En este sentido, un punto a destacar, es el asignado a los padres, madres y en general a las familias respecto de la forma que está tomando la educación virtual; una parte sustancial en cuanto a la formación de los niños y las niñas recae sobre sus espaldas. ¿Debería poder relacionarse esto con la idea de capital humano que brilla en el acervo conceptual del neoliberalismo?

Desde los medios de comunicación se pervierte la mirada evitando la crítica, se destaca entonces a tal o cual maestra/o que en zonas rurales se encarga por sí mismo de llevar las tareas a sus alumnos. En una suerte de romantización de la crisis, a partir de las actitudes heroicas se construye un relato que desobliga al sistema educativo de sus responsabilidades. No es heroísmo individual lo que necesita la sociedad del futuro, es compromiso político y presupuestario con la formación de las generaciones por venir, es mayor conectividad, es una mirada de Derechos Humanos sobre los menos favorecidos lo que necesita el mundo del futuro; esto si es que el mundo del futuro pretende incluir a todos y todas.

Dificultades en el horizonte, el sueño neoliberal

Se teme concretamente el retroceso en materia de derechos, no sólo en los derechos laborales de los docentes, sino en los derechos al acceso a la educación de sectores desconectados que aún en las condiciones más difíciles lograban llegar a una escuela o a una universidad pública. Se plantea como hipótesis la posibilidad de que este ensayo de virtualización sirva a los intereses de transformar el universo educativo público y se advierte sobre el riesgo que corren los derechos de la población. Es decir, se pretende advertir sobre el natural avance del neoliberalismo que se ha planteado en repetidas ocasiones como una forma de apropiación de los bienes comunes de la humanidad. El despliegue del neoliberalismo, de las lógicas neoliberales, a partir de cuestionar y destruir las culturas locales podría subrepticiamente estar avanzando sobre las ideas que sostienen la educación pública y gratuita en Argentina. Sin negar que la educación pública debe transformarse para poder transformar las realidades de Nuestra América en este siglo XXI, ninguna duda cabe sobre el interés del neoliberalismo por acabar definitivamente con la educación pública tal como la hemos conocido por generaciones en este Sur; sueñan los neoliberales con convertir la educación pública en una mercancía más, esperemos que más temprano que tarde, su sueño se convierta en pesadilla.

 Referencia del epígrafe:

Ielpi, R. (1968) El vicio absoluto. Rosario, Argentina, Editorial biblioteca.

*El autor escribe para OVE

Comparte este contenido:
Page 110 of 651
1 108 109 110 111 112 651