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Sztulwark: «Para hacer frente a estas derechas, no alcanza con la defensa de la democracia y los gobiernos llamados progresistas»

Por: Néstor Alejandro Tenaglia

El filósofo y escritor argentino Diego Sztulwark, reflexiona sobre los límites del llamado «progresismo» en el mundo, y las nuevas formas de la «derecha» en la actual coyuntura política y social.

Pandemia e interrupción

¿Qué desafíos habitan este tiempo de pandemia a nivel social, esta interrupción omnipresente?

No creo que haya habido realmente una “interrupción”, aún si la pandemia ha afectado nuestra vivencia del tiempo histórico. En lo inmediato, los automatismos financieros, comunicacionales e informacionales siguen dominando el cotidiano de muchas personas. Y no han aparecido mecanismos de reproducción social alternativos al neoliberal. Si la noción de “interrupción” me sigue pareciendo importante es en el nivel de una indagación. Porque es evidente que algo ha sucedido, algo ha cambiado. Quizás sea un cambio en el nivel de las creencias. Lo vemos en lo relativo a la tan esperada “vuelta a la normalidad”, o bien a las tentativas de una “nueva normalidad”. En las enormes dificultades de instalación de esa anhelada normalidad. Se ha vuelto esquiva, intangible. Hay un elemento de no certeza, una mayor conciencia de la fragilidad de nuestra existencia.

La “interrupción” no da cuenta de un final, pero sí nos recuerda del carácter finito y no asegurado de la vida individual y colectiva. Por lo que, si vamos a usar la noción de interrupción para describir la experiencia de la pandemia, me parece que habría que considerarla menos una noción descriptiva del estado de cosas, menos como llave de un discurso crítico, y más como una afección de la percepción de la realidad. Lo que sí es posible es que esa afectación de la percepción traiga consigo un potencial reflexivo, ético y político, en la medida en que favorezca ciertos interrogantes sobre la naturaleza de los mecanismos de reproducción, sus límites, sus efectos indeseables. Mi impresión es que el nivel de reflexión y ético de esta experiencia -la falta de reposo en el carácter automático de la realidad- se expande en una infinidad de conversaciones sobre el cotidiano. En esas conversaciones anida quizás la capacidad de una nueva narrativa sobre los cuidados, sobre lo público, sobre la relación con el dinero y con el tiempo. Pero por el momento no veo que esas conversaciones encuentren traducciones interesantes -ni tampoco da lugar a nuevas síntesis colectivas- en el plano de la política convencional.

Derechas y desafíos

Pareciera haber un devenir hacia posiciones más radicalizadas de extrema derecha a nivel global, en algunos casos, fomentadas también desde los grandes emporios mediáticos, con ingredientes xenofóbicos, racistas, nacionalistas y ultra conservadores que promueven abiertamente la dimisión de los gobiernos «constitucionales». En este sentido: ¿Es suficiente manifestar el compromiso de defender el «sistema democrático» por parte de las fuerzas progresistas?, ¿Es esperable una recreación de los gobiernos populistas de la década pasada con otros rostros?, ¿O se impone, a través de diversas fuerzas sociales, una nueva forma de vida, que no tiene nombre aún, y a su vez, no cuenta con el poder suficiente para hacerse escuchar y ver?

Cada vez más se habla de estos nuevos rostros de las derechas, que a veces ganan elecciones (Trump, Bolsonaro), otras organizan golpes (Bolivia) y muchas otras, intervienen como discursividad intolerante (Argentina). Pienso que este tipo de fascismo tan particular podría ser estudiado desde la lógica del miedo, de un delirio de los propietarios, un tipo de racionalización de la crisis en términos de asegurar el orden, la propiedad y las jerarquías. Este delirio de los propietarios se extiende a todo aquel que acepta vivir la fragilidad de los enlaces y las estructuras en términos de amenaza de sus derechos y/o posesiones. La experiencia de la posesión, en ese sentido, atraviesa a todas las clases sociales. Se trata de un delirio transversal, aunque particularmente encendido entre las clases dominantes. Me pregunto si ese miedo no dio lugar ya a un nuevo tipo de comportamiento dominado por el anhelo del aseguramiento: aseguramiento de la tasa de ganancia decreciente; de los consumos a las mercancías, del control del aparato represivo, de la subordinación de la fuerza de trabajo cada vez más precarizada. Estas dinámicas de la seguridad parecen estar actualizando las formas más brutales de la violencia sobre la tierra y sus derivados, sobre las comunidades y los cuerpos. Las formas más groseras de sexismo, clasismo y racismo son reavivadas en estas tentativas de aseguramiento.

¿Y de qué formas se enfrenta a este nuevo formato ideológico de las derechas?

Me parece que para hacer frente a estas derechas, no alcanza en lo más mínimo con la defensa de la democracia y los gobiernos llamados progresistas, por la sencilla razón de que estas fuerzas aseguradoras no hacen sino desinhibir los pactos preexistentes a nuestras democracias. No hacen sino sacar a la luz las desigualdades que las democracias no quieren, no saben o no pueden cuestionar. El repliegue sobre lo políticamente correcto y la defensa de la democracia son signos de impotencia, que no permiten encarar aquello que en las nuevas derechas es agresivo y desafiante. Me resulta absurdo responder a la movilización desfachatada del odio, que se presenta a sí misma como transgresión al orden, con una apelación abstracta a la igualdad, o al respeto de las leyes y las instituciones. Como si no fuera esta misma idea puramente retórica de la igualdad y el carácter completamente retrógrado del aparato jurídico lo que efectivamente hay que cuestionar.

¿Cómo debería jugar «lo político» frente a esto»?

Sucede que lo político se encuentra en retraso respecto de estas tareas. Y ese retraso se torna muy peligroso. De hecho, la falta de reacción política en un sentido de transformación estructural, no hace mas que regalarle a la derecha el lugar de la disidencia y el procesamiento del malestar, lo que no deja de ser completamente absurdo dado que la derecha no es transgresora sino exhibicionista, no cuestiona nada, solo reivindica y exhibe aquellas jerarquías que la llamada democracia no se atreve a revisar. Si miramos de cerca el panorama de las últimas semanas en la Argentina, por ejemplo, se ve con claridad la dificultad en la que quedan colocados los gobiernos llamados progresistas.

Veamos lo que ocurrió por ejemplo con el tratamiento que dio el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires a la toma de tierras ocurrida en la localidad de Guernica…

Desalojo en Guernica, Buenos Aires

¿Cuál es tu mirada al respecto en cuanto al proceder del gobierno bonaerense?

Vemos que ha sido incapaz de entrar en diálogos con las organizaciones de la toma, el gobierno eligió el camino de hacer cumplir la orden de desalojo promovida por el poder judicial. El desalojo quedó a cargo del ministro de seguridad, Sergio Berni, quién utilizó el hecho para lanzar su campaña política con el discurso del aseguramiento militar de la propiedad privada (https://www.clarin.com/politica/video-spot-sergio-berni-desalojo-guernica_3_P_yyCDdZX.html). Lo de Guernica es sólo un ejemplo, aunque un ejemplo especial, puesto que permite plantear interrogantes fundamentales sobre el futuro. La dinámica del proceso cambia de naturaleza cuando los gobiernos acompañan en la formación de organización y extraen de ahí una narrativa histórico política, o cuando conceden a las fuerzas conservadoras, que tanto peso tienen sobre la realidad, políticas represivas de la conflictividad social, asumiendo una narrativa fundada en la pulsión aseguradora que recorre por dentro a todas las fuerzas en el gobierno. Cuando hablo de cambio de naturaleza me refiero a la idea misma de la democracia: no es igual una democracia que se abre como una posibilidad para expandir las luchas, y encuentra ahí ocasión para su propia innovación institucional, que una vivida como puro formalismo jurídico y aplicación de las leyes vigentes.

Reflexionar sobre el Todo

Me interesó un concepto tuyo, vertido en una entrevista reciente y es el de «lo dado» como forma de control y aceptación social. ¿Podrías sintetizarlo?

Es un poco el mismo razonamiento que hacíamos sobre la democracia. La gestión de lo dado se justifica en la complejidad de la situación, y en la dificultad de producir transformaciones desde la gestión del estado. De ahí la idea de una democracia a defender, o unas instituciones a respetar. Y no a crear.

Si la política se torna pura gestión, pura defensa, pura adecuación, puro respeto a reglas, deja de inventar, de traducir lo que se produce en el campo de la innovación colectiva. ¿Cómo se ve esto? Cada vez que se desoyen las luchas populares como si fueran pre políticas, inmaduras, incapaces de tener en cuenta la realidad. La política agobiada por la crisis se torna impotente y tiende a blanquear -y no a transformar- las relaciones de fuerzas provenientes de la dinámica de la acumulación del capital.

El filósofo Henry Bergson, que escribió su obra a comienzos del siglo XX, hacía esta distinción entre un Todo dado y un Todo Abierto. Para él, los movimientos de la realidad expresaban siempre un cambio en el Todo. La naturaleza Abierta del Todo exigía un acto de creación. Mientras que el Todo dado, cerrado, sería mas bien una ficción, una representación reaccionaria de la realidad. Tal vez esta reflexión sobre el Todo permita organizar el esquema que venimos planteando: la percepción afectada por una cierta fragilidad, una cierta sensación de “interrupción”, podría animar una nueva comprensión de la naturaleza Abierta, mientras que las dinámicas del “aseguramiento” actúan en el sentido de reforzar la experiencia del Todo-ya-dado. Y se plantean actuar de modo tal que ese Todo no sea nuevamente abierto.

Medios masivos de manipulación

Hay una tendencia no nueva a pensar que lo que «nos muestran» los medios es lo que pasa y es de lo que importa hablar. Esto se ve mucho actualmente en las redes y lo vivo como un profundo síntoma de reducción de la palabra y el pensamiento de muchas personas que, incluso, tienen buenos valores y están comprometidas socialmente. ¿Qué elementos se te ocurren interesantes para romper esa inercia y cómo los aplicarías?

No me parece muy interesante la teoría de la manipulación, según la cual los medios de comunicación mienten y crean una realidad que las personas consumimos pasivamente. No me parece que se corrobore en el espacio político. Por supuesto que hay mucha mentira y mucha manipulación, pero evidentemente el fenómeno es bastante más complejo. De hecho, la mediatización abarca todos los niveles de la experiencia, y no solo el consumo de información política. Si volvemos a lo que reflexionábamos sobre el Todo-dado o el Todo Abierto, seguimos siempre tomados por el mismo tipo de desafío: ¿Cómo romper el efecto del Todo-dado, reforzado por cierto uso masivo de medios y redes?

Me parece que las experiencias de politización, del pasado y del presente, tienden a problematizar y a inventar una relación abierta entre capas de realidad. Una relación abierta en el sentido de hacerlas interactuar, dando lugar a zonas híbridas o mixtas de elaboración de sentido y de experiencia.

Diversidad y resistencia

Siempre rescatás esa especie de hilo conductor histórico que existe en la Argentina entre grupos revolucionarios de los 70, movimientos de derechos humanos contra la dictadura, ruptura en 2001 y aparición de movimientos sociales, feminismos, etcétera como tensiones y oportunidades. ¿Cómo pensás que actuó el kirchnerismo con esa herencia emocional y por qué?, ¿tienen margen de maniobra los movimientos que se hicieron oficialistas entre 2003 y 2015?

El rescate de una línea de tiempo fundada en desobediencias y rebeliones nace de una cierta manera de atravesar la llamada “transición democrática” argentina a partir de la dinámica viva de la lucha de las Madres de Plaza de Mayo y los organismos de derechos humanos y atraviesa la experiencia de la llamada crisis del 2001. Lo que hay de vivo y oxigenado en la Argentina de las últimas décadas proviene de esa línea de tiempo. En torno a lo que llamás “kirchnerismo” se articularon algunas personas, grupos y movimientos que aspiran a traducir en la política convencional esa línea de tiempo. Desde mi punto de vista, el hecho que esa traducción haya sido débil y no haya producido transformaciones de fondo, implica dos tipos de consecuencias.

¿Cuáles serían las principales consecuencias sobre este punto?

Por un lado, que la política convencional implica lidiar con relaciones de fuerzas imposibles de modificar desde la gestión de lo existente. Y en segundo lugar, que es preciso contactar con un reverso de lo político donde personas y grupos crean sensibilidades y estrategias diferentes. El problema de los movimientos que se vuelven oficialistas es que maltratan este reverso. Lo consideran pre-político. Y se dedican a infantilizarlo. Pienso que la agresividad capitalista en aumento tiende a escindir a las fuerzas políticas transformadoras en dos movimientos disociados: por un lado, a nivel de lo político convencional, la participación en frentes políticos defensivos, por otro, a nivel de un reverso de lo político, una resistencia a los modos de mando y de vida propiamente neoliberales que no encuentra expresión, traducción ni representación propiamente política.

Paulo Freire ya hablaba en los años 60 de la necesidad del ascenso social de los trabajadores, pero teniendo en cuenta que había una construcción pedagógica que hacía que, al ascender, se volvieran conservadores para cuidar sus bienes y eso se verificaba en sus elecciones políticas futuras. ¿Aprendimos la lección?

Lo que aprendimos, me parece, es que el problema de la educación y de la toma de conciencia se ha vuelto más complejo, y que las formas pedagógicas de la emancipación son ineficaces cuando están separadas de experiencias más generales de cuestionamiento al orden. Lo hemos visto en torno al consumo.

En 2015, cuando Macri ganó las elecciones, muchas personas razonaron que el problema fue la falta de explicaciones ligadas a los beneficios materiales de la década previa. Estas personas pensaban que la experiencia política consistía en el lazo entre dos procesos complementarios: por un lado, el acceso al consumo, y por otro, las explicaciones pedagógicas que apuntan a la conciencia. Y bien ¿Dónde estuvo el error, según este modo de pensar?

¿En dónde ves estos «errores» que comentás?

Algunos concluyeron que falló la explicación (¡la gente no supo “entender”, por fallas del maestro!). Otros directamente echaron la culpa a los supuestos beneficiados (el pueblo se mostró desagradecido con quien lo benefició). Hubo finalmente, quienes concluyeron que los beneficios, quizás no fueron tantos, ni tan sostenidos. En todos los casos, aquella derrota política quizás nos permita plantear el problema de otro modo: las modalidades de consumo son ya, ellas mismas, explicaciones sobre el mundo, la sociedad y el deseo. Y no hay modo de sustituir estas explicaciones por otras, sin afectar los modos mismos en que se produce y se organiza la experiencia neoliberal del consumo.

Diego Sztulwark nació en Buenos Aires, es docente y coordina grupos de estudios sobre filosofía y política.

Escribió Política y Situación. De la potencia al contrapoder junto a Miguel Benasayag, Vida de perro. Balance político de un país intenso, del 55 a Macri en conversaciones junto al escritor y periodista Horacio Verbitsky y recientemente La ofensiva sensible. Neoliberalismo, populismo y el reverso de lo político. Escribe para el blog Lobo Suelto! y forma parte del equipo editor de Tinta Limón Ediciones.

Néstor Alejandro Tenaglia

Foto principal: Bernardino Ávila

Corrección: Sergio Gorostiaga

Fuente:  https://www.tercerainformacion.es/blog/01/12/2020/para-hacer-frente-a-estas-derechas-no-alcanza-con-la-defensa-de-la-democracia-y-los-gobiernos-llamados-progresistas/

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La respuesta de los científicos a la mercantilización del agua

Por: Pablo Esteban

En diálogo con Página/12, la perspectiva de especialistas sobre la disponibilidad del recurso en Sudamérica y Argentina, y la posibilidad de convertirse en eje de disputa geopolítica.


Después del anuncio de que el agua comenzaba a cotizar en el mercado de futuros de materias primas en Wall Street, desde el espacio científico se produjeron reflexiones y reacciones. “La conformación de bonos respecto de los derechos de uso del agua en Wall Street no habilita a que la gente pueda ir y comprar bidones de agua. La realidad es mucho peor porque lo que se comercializará es la posibilidad de acceder al recurso y disponer del derecho de uso”, afirmó Sergio Federovisky, biólogo y viceministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación. “En el presente, la escasez de agua empieza a ser notoria y comienza a percibirse como un elemento de conflicto entre las distintas sociedades. Por eso es que el mercado interviene de la forma en que suele hacerlo: le otorga un precio”.

“Que el agua se cotice en el mercado de futuros crea un antecedente muy importante, que en parte choca con la adhesión de la mayoría de los países a los objetivos de Desarrollo Sostenible que plantearon las Naciones Unidas”, apuntó José Volante, coordinador del Programa Nacional de Recursos Naturales y Gestión Ambiental del INTA. Uno de los propósitos más relevantes fijados por la ONU al respecto es considerarla un bien universal y democratizar sus condiciones de acceso. Sobre todo, si se tiene en cuenta que su restricción representa “un claro indicador de pobreza”, desde el enfoque del especialista.

En esta línea, Volante profundizó su explicación: “Era lógico que el agua, en algún momento, comenzara a disputarse porque es un bien escaso y de alta demanda. Las transacciones con agua no son nuevas; en Chile se compran y se venden derechos de uso. Es muy probable que esa situación se replique en muchas naciones y que el fenómeno se vuelva más común de lo que creemos. Existen modalidades de compra y venta, el asunto ahora es que ingresa en el mercado financiero futuro, se paga por un bien que todavía no está disponible, especulando sobre el precio que tendrá a mediano o largo plazo”, destacó.

¿Derecho universal o mercancía?

Para Guillermo Folguera, investigador del Conicet, biólogo y filósofo, el fenómeno implica líneas de continuidad y, al mismo tiempo, de intensificación de los problemas. “Lo que está en juego es el agua como derecho y como bien común, necesario para el bienestar colectivo y la salud de las comunidades y los ecosistemas”, sostuvo. “La privatización de un recurso como el agua no es nueva. Se podría pensar en que la contaminación, por ejemplo, no es accidental sino un problema estructural vinculado a una mala apropiación; de la misma manera que sucede con el embotellamiento por parte de las empresas que la comercializan como producto”.

A su vez, por otra parte, este acontecimiento simboliza un punto de inflexión y –como dice Folguera– de intensificación de los problemas. “Que el agua esté en la bolsa de valores representa el máximo esplendor del sector financiero a nivel internacional. Es una pésima noticia porque promueve el hecho de pensar al agua como mercancía y como forma de poner dinero para generar dinero y no como bien colectivo de acceso para las comunidades. Deja de ser percibido como algo necesario y vital”, relata.

El agua de mar representa el 97% de la existente en la Tierra, mientras que la dulce abarca un poco menos del 3%. De ese porcentaje pequeño (apto para el consumo), las tres cuartas partes está en forma de glaciares y hielo, casi el cuarto restante en acuíferos bajo tierra y solo el 0.3% en aguas superficiales (aquellas que se generan a partir de las lluvias, o bien, por la emergencia de las subterráneas) que forman lagos, pantanos y ríos. La desigualdad en el acceso a los recursos escasos marca la pauta del mundo capitalista contemporáneo. ¿Quiénes son los principales países consumidores? China y Estados Unidos, por supuesto. El uso indiscriminado es liderado por naciones-potencia que replican su sed imperialista en todos los campos habidos y por haber. Si se trata de un recurso estratégico, no es extraño que se convierta en el epicentro de futuros conflictos geopolíticos.

De acuerdo a los datos consignados por Naciones Unidas, cerca de un cuarto de la población mundial (2 mil millones de ciudadanos) habita naciones con graves problemas de acceso al agua potable y más de la mitad (4.2 mil millones) carece de servicios de saneamiento gestionados de forma segura. Otras cifras que despiertan alarmas: el 90% de los desastres naturales están relacionados con el agua; el 80% de las aguas residuales retornan al ecosistema sin ser tratadas o reutilizadas; alrededor de dos tercios de los ríos transfronterizos del mundo no tienen un marco de gestión cooperativa; la agricultura representa el 70% de la extracción mundial de agua; y, aproximadamente, el 75% de todas las extracciones de agua industrial se utilizan para la producción de energía.

La explotación excesiva de este recurso por el sector primario, la industria y el consumo humano, así como el cambio climático, han llevado a que sea cada vez más escaso. Por ello, en el plano internacional, todos los 22 de marzo (desde 1993), se celebra el Día Mundial del Agua para invitar a la concientización y debatir acerca de su gestión; mientras que en julio de 2010, la Asamblea General de la ONU la reconoció como un derecho humano. El problema es que cuando los bienes son tan esenciales, no hay conmemoración ni declaración que alcance.

“El mercado ha demostrado, históricamente, ser bastante perverso a la hora de distribuir el uso de los bienes comunes. Nada garantiza, en realidad, que será lo suficientemente democrático como para distribuir de manera equitativa su consumo. Como señalaba el Papa Francisco, en cuestiones de ambiente, nunca el bien común puede quedar supeditado al interés de mercado”, sostiene Federovisky. Además, propone superar una mirada ingenua que en algunos casos prevalece. “Es ingenuo considerar que poniéndole una cotización de mercado al derecho de uso, las zonas áridas como La Rioja o Catamarca tendrán posibilidades de comprar esos bonos para poder tener agua en un futuro. Lo que seguramente prevalecerá, del mismo modo en que lo hace hoy un commodity como el petróleo, es la especulación que termina por dominar al mercado; que no le interesa proveer de agua potable al que no la tiene sino ganar plata”, sentencia el viceministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible.

Reservas de agua en Sudamérica y Argentina

Sudamérica dispone casi el 30% del total mundial de recursos de agua dulce y corre con el enorme beneficio de que en la región solo habita menos de un 10% de la población total. Para comprenderlo con una comparación que puede servir de ejemplo: si bien Asia cuenta con el 26% de los recursos mundiales, es habitada por el 60%. El acuífero Guaraní es el gran responsable de este fenómeno: un reservorio de agua dulce que se extiende bajo tierra y abarca Paraguay, Argentina, Uruguay y Brasil. “Nuestro país posee una de las cuencas hídricas subterráneas más grandes del planeta. El acuífero Guaraní que comparte con países vecinos es impresionante. Pienso que se deberían crear unidades administrativas con el propósito de evitar futuras usurpaciones. En el futuro, las tensiones y los conflictos armados entre naciones podría tener como eje al agua, de la misma forma que desde hace tiempo el centro de disputa es el petróleo”, enfatiza Volante.

Bajo esta premisa, por la abundancia de recursos hídricos y de humedales desperdigados por el territorio, Argentina suele considerarse una referencia en el rubro. En el país existen reservas hídricas relevantes en el Parque Nacional Patagonia (Santa Cruz), Parque Nacional Nahuel Huapi (Neuquén y Río Negro), Parque Interjurisdiccional Marino Costero Patagonia Austral (Chubut) y el Parque Nacional Mburucuyá (Corrientes), entre otras. Federovisky, no obstante, relativiza esta situación: “Argentina posee dos tercios de su superficie sometida a procesos de aridez, mientras que el tercio restante está fuertemente sometido a potencial desertificación. En realidad, la Argentina húmeda, a la que le sobra el agua, es solo la de las cuencas del Río Paraná, Uruguay y de La Plata”, puntualiza.

Un desarrollo científico para medir su contaminación

En noviembre, la joven científica Daiana Capdevila, del Instituto de Investigaciones Bioquímicas de Buenos Aires (IIBBA, CONICET-Fundación Instituto Leloir), fue reconocida con el Premio Beca L’Oreal-Unesco “Por las mujeres en la ciencia”. ¿Por qué recibió este galardón? Porque desarrolló un sensor de detección de metales pesados para la Cuenca Matanza-Riachuelo, que si bien abastece de agua al 15% del país, es de las más contaminadas del planeta. A partir de un sistema de proteínas aisladas de bacterias, cuenta con la posibilidad de evaluar en tan solo 30 minutos si el agua está contaminada o puede ser apta para el consumo. Como dato de color, vale destacar que el artefacto fue bautizado “Rosalind” como homenaje a Franklin, científica que nació hace un siglo y cuyo trabajo fue decisivo en el descubrimiento del ADN.

Fuente e imagen:  Página 12

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Libro: ¿Qué es una Revolución? y otros ensayos reunidos

¿Qué es una Revolución? y otros ensayos reunidos

Álvaro García Linera

García Linera, Álvaro
¿Qué es una revolución? y otros ensayos reunidos /
Álvaro García Linera. – 1a ed. – Ciudad Autónoma de
Buenos Aires: CLACSO ; Prometeo, 2020.
Libro digital, PDF – (Biblioteca Álvaro García Linera)
Archivo Digital: descarga
ISBN 978-987-722-805-2
1. Revoluciones. 2. Marxismo. I. Título.
CDD 320.5322

 

«Y el día de hoy, recogiendo esta manera de abordar el espacio, quisiera trabajar unas hipótesis sobre el espacio global, en lo que podríamos
denominar una ‘topología de la globalización’.» (García Linera; 2020, p. 11)

Descarga el libro completo en este enlace: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20201230111621/Que-es-la-revolucion.pdf

 

Fuente de la Información: CLACSO – Novedad Editorial – Biblioteca Álvaro García Linera – (CLACSO Y PROMETEO)

 

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Argentina: La Escuela Campesina de Agroecología nació de la lucha, por eso se defiende

La Escuela Campesina de Agroecología nació de la lucha, por eso se defiende

Oscar Soto

La educación campesina, como proceso político objetivo y estrategia de formación subjetiva, se ha tornado un aspecto central en la sedimentación de las resistencias rurales en toda Nuestra América. Concretamente, el despliegue de Escuelas Campesinas y el fortalecimiento de la propuesta de re-existencia agroecológica es visible en la praxis educativa del movimiento campesino que se articula en torno de la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones del Campo de la Via Campesina (CLOC-VC); en pocas palabras su proyecto pedagógico situado es una forma de decir en actos que otro mundo más humano es posible.

Desde el año 2005, con motivo del Foro Social Mundial en Porto Alegre, La Vía Campesina tomó la decisión de fortalecer las experiencias educativas ya existentes, al tiempo que se propuso la construcción de Institutos y Escuelas de Agroecología en todos los territorios de disputa de la CLOC. A lo largo de los 26 años de vida de la CLOC-VC, se han consolidado una veintena de instancias de formación en Nuestra América; y es bajo los principios fundamentales del proyecto político-pedagógico de la CLOC-VC (internacionalismo, praxis, organicidad y el vínculo comunitario con el trabajo en territorio) que se fortalecen estos ámbitos como trincheras de lucha contrahegemónica. La Escuela Campesina de Agroecología (ECA) en Jocolí, Lavalle-Mendoza, nace de esa lucha popular.

El espacio de resistencia de la ECA-UST

La Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra – Somos Tierra Via Campesina (UST) surge a principio del siglo XXI, específicamente en el año 2002, cuando la crisis económica producida como consecuencia de las políticas neoliberales de los años ´90 dejaba coletazos en la ruralidad del centro oeste argentino. Para entonces puesteros/as, agricultores, crianceros/as y pequeños productores y productoras rurales que habían perdido sus tierras, en conjunto con un grupo de activistas e ingenieros agrónomos vinculados a sectores estudiantiles y profesionales de las ciencias agrarias, dan cuerpo a la UST.

Rápidamente la propuesta pedagógica de la UST se consolidó -a través del CEFIC-Tierra– partiendo de las necesidades que se dan en el lugar donde viven los y las campesinas, respetando el conjunto de sus concepciones culturales, a partir de sus experiencias de vida cotidiana. La Escuela Campesina de Agroecología (ECA) fue creada en el año 2011 por Resolución de la Dirección General de Escuelas del Gobierno de Mendoza, no obstante ello, sus orígenes se remontan a 2009, cuando el campesinado articulado a la UST decide darse un espacio de autoformación colectiva. La ECA tiene en la alternancia su principio fundamental en el ejercicio del derecho a la educación en el campo. Esa dimensión pedagógica de la alternancia se organiza en dos tiempos: el Tiempo Escuela (TE) y el Tiempo Comunidad (TC), ambas dinámicas en mutua relación y complemento. El cursado de la ECA y la formación política en el CEFIC-Tierra, respeta la identidad de los y las campesinos/as, habitantes de comunidades locales, además de fortalecer y legitimar sus saberes para evitar el desarraigo.

Clausurar estas experiencias por lo que significan

Como si hiciera falta aclarar, el año 2020 trajo consigo dos efectos socioeconómicos letales: por un lado la pandemia del COVID-19, por el otro las consecuencias del ascenso de las derechas a los gobiernos nacionales y provinciales en Argentina y la región. De la primera ya sabemos en demasía sus efectos y formas de combatirla; de la segunda nos desayunamos día a día la originalidad de sus secuelas.

Justamente, este año la educación en el campo ha tenido que reinventarse en un contexto insólito, sobre todo teniendo en cuenta las limitaciones de acceso y las dificultades de servicios básicos en la zona rural. El esfuerzo permanente, por hacer de la educación un derecho humano fundamental, que realiza el colectivo de educadores y estudiantes de la ECA-UST concluye este difícil año peleando, una vez más: el 28 de diciembre el Gobierno de Mendoza a través de la Directora de Gestión Social y Cooperativa, Beatriz Della Savia comunicó que el gobierno provincial tomó la decisión política de rescindir los convenios que dan marco a los CENS de Gestión Social en la provincia. Entre ellos se informó que daban por cerradas la Escuela Campesina de Agroecología GS502, el Bachillerato Popular Violeta Parra y las Comunidades Trinitarias Mendoza.

Tal como sostiene Marta Greco, del colectivo político pedagógico del CEFIC, parece un absurdo tener que salir a decir que las Escuelas en el campo no sobran. La UST aclara que desde solo desde el año 2013, en la ECA han egresado más de 100 estudiantes jóvenes y adultos campesinxs. Es más, desde el año 2009 la UST lleva a cabo en Mendoza tareas de formación colectiva que se han forjado al calor de las disputas frente al Estado y las lógicas mercantiles que rodean todo lo referente al proceso educativo. Activos de esas luchas son precisamente la Escuela Campesina de Agroecología, la Tecnicatura en Economía Social y Desarrollo Local y el Profesorado en Educación Primaria, entre otras modalidades de educación popular del campesinado local. En su petitorio, la UST sostiene que en 2020 la matrícula asciende a 65 estudiantes, además, como hemos resaltado, en torno a la experiencia de la Escuela se han articulado procesos de terminalidad primaria, secundaria, carreras de nivel superior no universitario (Profesorado y Tecnicaturas), así como diversos programas y proyectos de formación docente, investigación y extensión. En el espacio territorial de la ECA, que sostiene el movimiento campesino, el gobierno solo paga magros sueldos a un grupo de docentes (25 horas cátedras y 1 cargo).

Pese a todo, cerca de 200 educandas y educandos ya han transitado instancias formativas ancladas en esta dinámica pedagógica, tal como lo propone la CLOC y la Vía Campesina a escala global. Allí Tiempo Escuela y Tiempo en Comunidad, se complementan y construyen como un espacio político-pedagógico que problematiza las relaciones entre tierra, territorio, trabajo y producción campesino-indígena para construir alternativas colectivas desde y con las comunidades.

La alternancia, referencia de la formación del CEFIC-Tierra, permite brindar a los y las estudiantes elementos teóricos para la praxis comunitaria y la auto-educación en los territorios, en el trabajo agroecológico, y en los espacios de militancia. Disputar políticamente desde el territorio es recrear diversas formas del hecho educativo, y es, a su vez, producir subjetividades que repregunten e interpelen los sinsentidos de este momento histórico: ¿por qué los jóvenes se van del campo?, ¿quién se hace fuerte a partir de nuestro trabajo?, ¿por qué no pasar de la emergencia a una real soberanía alimentaria?, ¿por qué no aunar nuestras místicas y darle cuerpo nuestros imaginarios rebeldes?…

¡¡¡Por todo esto, seguimos en pie de lucha para defender el derecho a la educación campesina!!!

Oscar Soto. CEFIC-Tierra Unión de Trabajadores Rurales Sin Tierra / MNCI-Somos Tierra

Fuente de la Información: https://rebelion.org/la-escuela-campesina-de-agroecologia-nacio-de-la-lucha-por-eso-se-defiende/

 

 

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“El aborto legal en Argentina vuelve más fácil la lucha en el resto de América Latina”

Pioneras en la lucha para legalizar la interrupción voluntaria del embarazo cuentan los obstáculos sorteados en más de tres décadas

El 8 de marzo de 1984, la feminista María Elena Oddone se manifestó con una enorme pancarta en la que podía leerse: “No a la maternidad, sí al placer”. Era la primera marcha por el Día internacional de la mujer tras el regreso de Argentina la democracia y en las calles comenzaba a reclamarse la despenalización del aborto. Ya entonces Oddone sostenía que “nadie tiene que explicarnos los tres pilares sobre los que se asienta la opresión femenina: maternidad, sexualidad y trabajo doméstico”. Pasaron más de tres décadas hasta que, el pasado 30 de diciembre, las mujeres conquistaron el derecho a decidir sobre sus cuerpos y sus proyectos de vida. Interrumpir un embarazo de forma segura ya no será más un privilegio para quienes puedan pagarlo sino que estará al alcance de todas las que lo necesiten.

Nina Brugo, histórica militante por el aborto legal, seguro y gratuito en Argentina, frente al Congreso argentino.
Nina Brugo, histórica militante por el aborto legal, seguro y gratuito en Argentina, frente al Congreso argentino.M. C. / M. C.

“Parecía que estábamos cabeza a cabeza y cada vez nos querían imponer más cosas, tenía mucho temor de que no saliera. Suplicábamos que saliese ni que fuese por un voto y al final yo gritaba ‘Nos sobran votos, nos sobran votos”, recuerda por teléfono la abogada y militante histórica Nina Brugo sobre la decisión del Senado argentino, que aprobó la interrupción voluntaria del embarazo hasta la semana 14 por 38 votos a favor, 29 en contra y una abstención. Dos años antes, la misma cámara lo había rechazado por una diferencia de siete votos.

Argentina, pionera en el continente en leyes como el matrimonio igualitario —aprobado en 2010— y la identidad de género —2012— mantuvo en cambio durante 99 años la prohibición de abortar excepto en casos de violación y riesgo para la salud de la madre. ¿Por qué ese retraso? “El aborto legal mejora la vida de las mujeres y si a algo le tiene miedo el patriarcado es a fortalecer a las mujeres. Es luchar por nuestra autonomía y nuestra libertad sexual”, responde Brugo. Sostiene que el matrimonio igualitario no es disruptivo, incluye a las personas dentro de una institución y del orden social. En cambio, legalizar el aborto supone separar el placer del fin reproductivo, terminar con la idea de la mujer como incubadora.

Brugo comenzó a militar a favor del aborto legal hace 30 años y reivindica el trabajo realizado en los Encuentros nacionales de mujeres —celebrados de forma anual desde 1986, cada vez en alguna ciudad distinta— para concienciar sobre el problema de los abortos inseguros realizados en la clandestinidad. Más de 3.000 mujeres han fallecido en el país en los últimos 37 años por interrumpir sus embarazos en condiciones inseguras, con métodos como sondas, perchas o perejil, entre otros. Decenas de miles han tenido que ser hospitalizadas por complicaciones.

El símbolo del pañuelo verde

Fue en el Encuentro de mujeres de 2005 cuando se fundó la Campaña nacional por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, que aglutina a más de 500 agrupaciones en toda Argentina. De esa unión salió el pañuelo verde, convertido en el símbolo de la lucha a favor de la legalización, primero en Argentina y después también en toda la región. En la campaña se fraguaron los proyectos legislativos que presentaron hasta ocho veces frente al Congreso y en el que se inspiró el Ejecutivo de Alberto Fernández para el borrador del texto que finalmente fue convertido en ley.

Su predecesora fue la Comisión por el Derecho al Aborto (CDA), fundada por la médica Dora Coledesky a finales de los ochenta, tras su regreso del exilio en Francia. El contacto con movimientos feministas en el extranjero y las vivencias fuera del país fueron claves para impulsar la lucha en Argentina, cuenta la socióloga y asesora de Fernández, Dora Barrancos. “Aborté dos veces en mi vida y en una de ellas casi morí. Fue en Brasil, durante el exilio, en condiciones espantosas, porque era un médico espantoso. Era mucho más ominosa la clandestinidad del aborto en Brasil que acá”, recuerda Barrancos, quien se declara “muy contenta” por la sanción de la ley. “Argentina es hoy un país un poco más justo, más igualitario y más digno. Queda atrás la página de la clandestinidad, de la estigmatización, la vergüenza y la muerte. En el momento en que se consagró la sanción de la ley estábamos todas en un derrame de emoción total y como ráfagas se venían a mis impresiones las miles de muertes evitables que hubo en este país”, cuenta.

Uno de los momentos más duros en la lucha por el aborto legal fueron los años noventa, bajo la presidencia de Carlos Menem, cuando a la oposición religiosa se le unió la gubernamental. El mandatario intentó limitar aún más este derecho al promover sin éxito su prohibición total en el país en la reforma de la Constitución. Pese a la derrota, en 1998 instauró el 25 de marzo como Día del niño nonato, una celebración encabezada por el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio, hoy Francisco. Ahora Menem, con 90 años, es el senador más veterano, pero no pudo votar en contra de la ley por estar internado en grave estado.

La ofensiva conservadora de los noventa no frenó la militancia feminista en manifestaciones, encuentros e incluso desde ámbitos como el musical: en 1997 los grupos punk Fun People y She devils lanzaron el disco ‘El aborto ilegal asesina mi libertad’. En su interior incluía un póster para ser fotocopiado y pegado en las calles del país. La presentación en la mítica sala Cemento se convirtió en un escándalo.

El quiebre de Ni Una Menos

La lucha por la legalización fue intensa, pero marginal durante décadas. El gran salto ocurrió en 2015, tras la irrupción del movimiento Ni Una Menos contra la violencia machista, que logró movilizar a cientos de miles de personas e imponer los derechos de las mujeres en la agenda política. “El activismo feminista existía, pero estaba muy disgregado. Con Ni Una Menos logramos unirnos en red las que veníamos de distintos lugares, nos dimos cuenta de que no estábamos solas y de todo lo que podríamos lograr si nos manteníamos unidas”, señala la comunicadora Ana Correa, una de las fundadoras. Desde entonces, la movilización en las calles ha sido masiva y constante. Las más jóvenes tomaron como bandera el aborto legal en una marea verde que logró su tratamiento legislativo por primera vez en 2018. Aunque fracasó su repercusión fue enorme: el aborto dejó de ser un tabú. Programas televisivos de mucha audiencia hablaron por primera vez del uso de pastillas para interrumpir un embarazo y de las redes de acompañamiento existentes para intentar minimizar los riesgos de quienes abortaban en la clandestinidad.

“En estos años los feminismos dejaron de ser conceptuales y se convirtieron en populares, hubo un derrame total. Ocurrió en Argentina, que es un ejemplo paradigmático, pero también en Chile, en México, en Uruguay y en otros países latinoamericanos. Y los feminismos acogieron también a las diversidades sexuales, se unieron para ganar derechos”, destaca Barrancos.

El avance feminista y la despenalización social provocó a su vez el endurecimiento del discurso religioso en contra. “El aborto era la última cantera de resistencia de la Iglesia y había hecho un abroquelamiento completo”, dice Barrancos. De las provincias del norte del país, las más religiosas, salieron gran parte de los votos negativos en el Senado.

“Tenemos la ley, pero no se acaba el trabajo porque hay que conseguir que se cumpla. Durante décadas la legislación de 1921 no se cumplió, hicieron todo lo posible para obstaculizarla”, advierte Brugo. Niñas de entre 10 y 12 años violadas que exigían abortar vieron cómo sus casos eran judicializados y pasaban las semanas sin que se cumpliese su voluntad. Ni siquiera ante el peligro de la vida de la madre estuvo siempre garantizado el derecho: en 2006, Ana María Acevedo, de 19 años, falleció después de que los médicos se negasen a aplicarle radioterapia contra el cáncer porque estaba embarazada. Su petición de interrumpir el embarazo para poderse curar también fue ignorada, pero sentó un precedente judicial: por primera vez la Corte Suprema condenó a los médicos por lesiones culposas e incumplimiento de los deberes de funcionario público al negarse a practicar un aborto legal.

La lucha por la implementación irá acompañada de esfuerzos por extender este derecho al resto del continente. “Hay una preocupación de los sectores más conservadores, por eso Bolsonaro salió enseguida con un tuit en contra. Pero estamos convencidas de que el efecto contagio será inevitable”, augura Correa. Brugo coincide: “Estamos conectadas al mundo. El aborto legal en Argentina vuelve más fácil la lucha de las compañeras en el resto de América Latina”.

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Argentina: Por primera vez se incluye a todo el alumnado en las becas de la UNSJ

América del Sur/Argentina/05-01-2021/Autor(a) y Fuente: www.diariodecuyo.com.ar

Es con la incorporación del preuniversitario de Música que hasta este cambio no había sido contemplado.

Todo el alumnado de la Universidad Nacional de San Juan por primera vez será alcanzado por la nueva Ordenanza de Becas de Apoyo Económico para Estudiantes de esta casa de estudios, tras su reciente modificación aprobada por el Consejo Superior. Esto significa la incorporación de los alumnos del preuniversitario de la Escuela de Música, que hasta la derogación de la ordenanza de becas que regía y databa desde 1998, no habían sido contemplados y sólo estaba vigente para alumnos del Central Universitario, la Escuela de Comercio o la Industrial, además de los universitarios.

Tal como lo había adelantado este medio, esta es una de las reformas sustanciales de la Ordenanza de Becas, en un esquema que quedó definido como Beca Básica de $3.500 y Beca Completa de $4.800 (aquí se considera la prestación de servicios), además de la Beca Comedor que incluye almuerzo y cena o almuerzo o cena, según el caso. Antes de esta modificación el alumno accedía a las becas según una serie de categorías como transporte, fotocopias, prestación de servicio (sólo a partir de 2do año), comedor residencia y jardín materno infantil.

Las variables socioeconómicas y académicas mediante las que se evalúa y puntúa al estudiante aspirante a la beca también cambió. Lo que se aprobó fue la asignación de un puntaje máximo de 70 puntos en lo socioeconómico (ingreso familiar, vivienda, distancia, etc.) y 30 puntos en lo académico, relación que en la vieja ordenanza era de 60 y 40 puntos respectivamente. La nueva ponderación y su importancia, responde a la necesidad de acompañar al alumno en el actual contexto de dificultad y de allí a que dentro de las variables socioeconómicas se haya incorporado el acceso a la conectividad y la disposición de medios electrónicos.

El proyecto que fue tratado y que finalmente se aprobó por el Consejo Superior, fue presentado por la secretaria de Bienestar Universitario en conjunto con los secretarios de Asuntos Estudiantiles de las Facultades y personal de la Dirección de Servicio Social. La nueva reglamentación implicó uno de los debates más arduos en el 2020 por este cuerpo, puesto que significó la modificación de la Ordenanza de Becas 10/98 que tras 22 años de vigencia no había sido actualizada y por tanto fue el constante reclamo de los estudiantes.

Las modificaciones en la Ordenanza de Becas llega en el marco de la reactivación de una obra esperada como la del edificio de la Escuela de Música de esta universidad. Se definió su financiación entre la Nación y la Corporación Andina de Fomento (CAF), con un presupuesto que ronda los 117 millones de pesos y cuya construcción está prevista a partir de marzo 2021. El edificio tiene un 40% de avance, con parquización, iluminación exterior e infraestructura urbana exterior y se estima que su finalización se podrá concretar en un año, tiempo en el que los alumnos podrán retomar sus clases en las nuevas instalaciones.

Fuente: https://www.diariodecuyo.com.ar/sanjuan/Por-primera-vez-se-incluye-a-todo-el-alumnado-en-las-becas-de-la-UNSJ-20210102-0074.html

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Libro: Para Transformar la Sociedad – Las izquierdas Democratizadoras de inspiración Socialista

Para Transformar la Sociedad – Las izquierdas Democratizadoras de inspiración Socialista

Rodrigo Arocena

Arocena, Rodrigo
Para transformar la sociedad : las Izquierdas democratizadoras de inspiración
Socialista / Rodrigo Arocena. – 1a ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires :
CLACSO, 2020.
Libro digital, PDF – (Temas)
Archivo Digital: descarga
ISBN 978-987-722-773-4

1. Análisis Político. 2. Democracia. I. Título

CDD 320 5315

 

«El socialismo del siglo XIX fue el proyecto de transformación social
solidaria, laica y racional con mayor gravitación en la historia.
En el siglo XX, el desencuentro entre el socialismo y la libertad
fue el más grande fracaso de las izquierdas.
Sin embargo, los valores socialistas siguen teniendo vigencia en
las búsquedas y en los alegatos que apuntan a mejorar la calidad de
vida colectiva.
Vale la pena pues explorar el potencial ético y movilizador de la
inspiración socialista ante los desafíos mayúsculos que afronta la Humanidad.» (Arocena: 2020, p.7)

Descarga el libro completo en este enlace: http://biblioteca.clacso.edu.ar/clacso/se/20201204074633/Para-transformar-la-sociedad.pdf

 

Fuente de la Información: CLACSO – Novedad Editorial – Colección Temas.

 

 

 

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