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Cooperación genuina, bosque, medio ambiente, Nicaragua

Valorar la sabiduría comunitaria para fortalecer la lucha por la tierra y el bosque

América del Sur/Uruguay/17 Septiembre 2016/Fuente: Ecoportal

Cuando se remplaza un área de bosque por el monocultivo de eucalipto, una represa o un proyecto de minería, la destrucción es evidente a simple vista. Sin embrago, lo que muchas veces es invisible para quien mira de afuera – y, por eso, poco comprendido – es el conjunto de impactos profundos que esa destrucción ocasiona en la vida de las comunidades que habitan en ese lugar por muchas generaciones, así como en el mismo bosque y las incontables interconexiones entre los seres vivos que hacen parte de este, incluyendo a la propia comunidad.

Con el bosque, las comunidades generan un conjunto de conocimientos y sabiduría que ayudan a garantizar su bienestar y salud física, mental y espiritual, su cultura, su identidad y su autoestima. Por eso, las acciones que buscan recuperar y revalorizar la sabiduría, salud y bienestar de las comunidades afectadas por proyectos destructivos, de forma amplia e integral, son fundamentales para fortalecer las luchas de resistencia de esas comunidades. También son fundamentales para cuando las comunidades buscan revertir el proceso de destrucción, captando y dándole más fuerza y sentido a la lucha por la reconquista de su territorio.

Varias veces hemos denunciado en el boletín de WRM los nuevos mecanismos de “compensación” para aplacar la crisis climática, propuestos por “especialistas” de las transnacionales, gobiernos e instituciones financieras, así como de grandes ONGs. Los denunciamos por su falta de sabiduría, por ser falsas soluciones para la crisis climática y porque REDD+, por ejemplo, valoriza un bosque solamente a partir del carbono que existe en el mismo. A su vez, el mecanismo de compensación por la pérdida de la biodiversidad valoriza un bosque solamente a partir de la presencia de determinadas plantas o animales. Esa visión se colisiona frontalmente con las visiones y sabidurías que las comunidades que dependen del bosque han construido a lo largo del tiempo. Ellas siempre consideran su lugar como algo único – para ellas dos lugares iguales no existen. Es en el lugar donde viven las comunidades donde han creado sus lazos, sus historias contadas y recontadas, sus conocimientos, su colectividad, su identidad y cultura. Es en ese lugar, también, donde encuentran las condiciones para vivir bien a través de los alimentos y nutrición que el bosque provee, como las plantas, fuentes de agua y animales, que ayudan a tratar y sobretodo prevenir las enfermedades físicas y mentales.

Este boletín busca reflexionar sobre aquella dimensión más amplia que tiene el lugar para las comunidades, sin que ellas recurran a la valoración de ciertas categorías pre-establecidas, como el carbono. Más que eso, en su sabiduría, las comunidades se sienten parte del bosque. Eso es radicalmente diferente de los supuestos de quienes elaboran las políticas que prometen “salvar” los bosques hoy impuestas sobre esas comunidades. Mientas las comunidades hablan de su lugar con cariño y respeto, las políticas oficiales hablan sobre el mismo lugar en términos de “categorías” como, por ejemplo, la presencia o no de “bosques de alto valor de conservación” o “bosques con alto valor de carbono”. Bajo esa lógica, un bosque de “alto valor” por ejemplo podría ser remplazado por otro con características parecidas en términos de determinadas especies de plantas, mientras que el resto del bosque es considerado sin valor, es decir, puede ser destruido por no entrar dentro de la “categoría”. Mientras las comunidades hablan de lugares para referirse a un conjunto de seres y significados, incluyéndose a ellas mismas, los “especialistas” que elaboran cada vez más mecanismos para “solucionar” las crisis de deforestación y clima hablan hoy, por ejemplo, de “paisajes”, es decir, algo que ellos observan y usan a la distancia de acuerdo a sus intereses y de los cuales no se sienten parte.

Aquí nuestra intención no es la de romantizar la relación que las comunidades han mantenido con sus lugares, con el bosque. Lo que queremos es llamar la atención al hecho de que los grandes proyectos destructivos no solo destruyen los boques. Esas invasiones de tierras también ponen en riesgo y tienden a destruir sabidurías y un conjunto de costumbres, historias, relaciones, tradiciones y prácticas que determinan el vínculo entre las comunidades y sus lugares, que además le dan forma a su identidad y aseguran su bienestar. Al destruir los bosques, se terminan por destruir conocimientos imprescindibles para la comprensión y conservación de estos bosques. Pero más allá del proyecto en particular que viene invadiendo y destruyendo sus territorios, las comunidades también deben lidiar con otros “ataques” a sus medios de vida, más enfocados en la esfera de su imaginario en relación su identidad colectiva como campesinas o campesinos, indígenas o los habitantes ribereños. Por ejemplo, los mensajes constantes que propagan una “monocultura” de un determinado estándar de consumo, muchas veces con una visión urbana, es dominada por grandes empresas transnacionales. Sus propagandas buscan, a través del proceso de la globalización, transformar cualquier habitante del mundo en un “consumidor” de sus productos – la mayoría de las veces, productos muy perjudiciales para la salud de ese mismo consumidor.

Todo eso contribuye en romper el vínculo entre las comunidades y su lugar, y destruir su sabiduría, su identidad y su cultura. De esta forma se vuelve muy difícil resistir y luchar. En los casos en que una comunidad reconquista su territorio arrasado por el monocultivo, por la mina o por otro medio, ésta suele quedarse sin referencia, ya que no puede simplemente retomar su modo de vida porque las condiciones para eso no existen más. El resultado es una crisis profunda en las comunidades que se expresa de diferentes formas, siendo una de las más fuertes el fenómeno de suicidios entre jóvenes indígenas en varios países.

Buscando profundizar en estos desafíos más intrínsecos que confrontan las comunidades cuando son sujetas a la invasión y destrucción de su territorio y de los bosques, producimos esta edición de nuestro boletín. No solo queremos mostrar y reflexionar sobre esa realidad más compleja vivida por las comunidades que dependen del bosque para que éstas sean más comprendidas, sino que además buscamos contar algunas historias inspiradoras y llenas de fuerza desde las regiones de América Latina, África y Asia, de cómo las comunidades resisten y luchan para mantener y reencontrar el sentido de vivir y de su salud, incluso en situaciones sumamente adversas.

Fuente: http://www.ecoportal.net/Temas-Especiales/Biodiversidad/Valorar-la-sabiduria-comunitaria-para-fortalecer-la-lucha-por-la-tierra-y-el-bosque

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Los libros de biología no cumplen la ley de Educación Sexual Integral

Por: Constanza Rossi y Alejandra Masgoret

La ley de Educación Sexual Integral ya cumplió 10 años, sin embargo, la mayoría de los libros de Biología para la educación secundaria se han actualizado muy poco.

La ley 26.150, sancionada en el año 2006, establece que “todos los educandos tienen derecho a recibir educación sexual integral (ESI) en los establecimientos educativos, de gestión estatal y privada” y en el año 2008, a través del Consejo Federal de Educación, se aprueban los lineamientos curriculares para cada uno de los niveles educativos. A diez años de la aprobación de la ley y de la creación del Programa de Educación Sexual Integral, la deuda aún es muy grande.

Las políticas educativas para la implementación de la ESI fueron insuficientes. No se organizaron jornadas institucionales en las escuelas para la reflexión, discusión y planificación el trabajo en ESI. Tampoco se sumaron recursos humanos para su implementación.

Las capacitaciones dentro del horario de trabajo, fueron insuficientes y las y los docentes tuvieron que formarse según su disponibilidad y posibilidades. El material didáctico (láminas, cuadernillos) no es accesible para el conjunto. Y a pesar de todas estas dificultades, las y los docentes desarrollaron variadas prácticas novedosas en ESI, pero falta una decisión política en cuanto a su implementación en todas las escuelas del país.

La llegada del macrismo al Ministerio de Educación, lejos está de saldar estas
deudas con la ESI: arribó con despidos y suspensión de proyectos y estrechas relaciones con la Iglesia.

Los libros de Biología ¿están actualizados con los enfoques que propone la ley?
En el año 2015, el Ministerio de Educación de Nación envió a las escuelas secundarias de la Ciudad de Buenos Aires varios libros de Biología y Ciencias Naturales. ¿Cumplen estos libros los lineamientos de la ley ESI? Analizamos los dos libros que abordan la enseñanza de la sexualidad, de las editoriales Estrada (1) y Kapelusz Norma (2), a través de dos lineamientos, de los varios que presenta el documento ESI para el área de Biología: “Trabajar con un enfoque de sexualidad que integra aspectos biológicos, psicológicos, sociales, afectivos y éticos” y “Garantizar conocimientos pertinentes, precisos, confiables y actualizados sobre los distintos aspectos involucrados en la educación sexual integral”.

En estos libros, la sexualidad está reducida a la reproducción. Por ejemplo, los títulos de los capítulos son: “La reproducción en el ser humano” y “La función de reproducción” (dentro del Capítulo “El organismo humano y sus funciones”). Esta misma concepción atraviesa también el modo de nombrar los genitales del hombre y la mujer, entendidos como “aparatos o sistemas reproductores”.

En el desarrollo del capítulo, los aspectos sociales, ideológicos, culturales y psicológicos que atraviesan la construcción de la sexualidad y de la identidad sexual o de género son omitidos, quedando la sexualidad humana reducida a sus aspectos biológicos: genitalidad, ciclo menstrual femenino, fecundación y embarazo.

Para estos libros, la sexualidad de los y las estudiantes no presenta diferencias con el comportamiento y la reproducción de cualquier otro animal, por eso no hay lugar para los sentimientos, los miedos, el placer, la elección y el aprendizaje. La masturbación, las caricias, el orgasmo, las relaciones con personas del mismo sexo, las relaciones sexuales placenteras y los abusos sexuales, son ignorados y no tienen existencia cuando se reduce la sexualidad a su función reproductora.

Ninguno de los dos libros alude a las diversas formas de vivir las relaciones sexuales. ¿Creerán las editoriales que el placer, la excitación sexual, la erección, la falta de erección, los fluidos femeninos, el orgasmo, la eyaculación no son “conocimientos pertinentes, precisos, confiables y actualizados”, como proponen los lineamientos de la ESI?

¿Es ésta la educación sexual integral que debe transmitir la escuela y que están necesitando nuestras y nuestros estudiantes?

¿Cómo abordaban la enseñanza de la sexualidad los libros de Biología antes de la Ley?

Revisamos los libros de 3° y 4° año del secundario de las Editoriales Santillana, Estrada, Kapelusz, Plus Ultra y Huemul, editadas entre los años 1981 y 1994, y encontramos que “30 años no es nada” para la enseñanza de la educación sexual de estas editoriales. Para nuestro asombro, prácticamente no hay diferencias entre los libros de Biología de las décadas del 80’ y 90’ comparados con los del año 2015: “órganos reproductores”, el ciclo menstrual femenino, la fecundación y el embarazo.
Sólo en los libros de la editorial Estrada, de 1981 (3) y 1984 (4), encontramos pequeños apartados con restricciones morales y espirituales que también se repiten en libros de Educación para la Salud de la época, como el de la editorial Huemul de 1994 (5). La vuelta de los gobiernos constitucionales poco aportó a la enseñanza de la sexualidad.

En Biología de Estrada encontramos párrafos que dicen: “el hombre y la mujer poseen inteligencia para comprender, corazón para amar, voluntad para querer y un cuerpo maravillosamente adaptado para producir, al igual que las plantas y los animales nuevos seres, nuevas voces con que alegrar la naturaleza. Su fecundidad dependerá sí, de la unión de las dos células, masculina y femenina, como en una flor o un pavo real. Pero su unión es distinta, porque es voluntaria e inteligente, rodeada de una atmósfera espiritual de amor y de fé, que patentiza la libertad de su deseo de perpetuarse en la tierra”.

En Educación para la Salud de Huemul dicen que “la maduración sexual llega a su punto máximo con la atracción hacia una persona determinada del otro sexo. A partir de entonces, y por mutua elección, se gesta la pareja que decide formar para toda la vida en comunidad de vida y amor en matrimonio”.

Llama la atención que en el libro de la Editorial Santillana de 1990 (6) se describa la masturbación, erección, eyaculación y los orgasmos “masculinos” y “femeninos”. Pero este mayor detalle descriptivo, en lugar de ampliar la mirada sobre la sexualidad, también la limita. Se reemplazan las normas morales del amor, la fidelidad y el compromiso por la norma que establece que todo acto sexual tiene y debe tener fines reproductivos.

La necesidad de asignar una función reproductora al orgasmo femenino, los lleva a un absurdo: “Momentos después del orgasmo el orificio del cuello del útero se abre, facilitando la entrada de los espermatozoides”. Inmediatamente después, aclaran que “El orgasmo femenino puede no producirse, sin que por eso se vea afectada la posibilidad de la fecundación.

¿Qué necesitamos para avanzar en la ESI?

Como dijimos al comienzo de la nota, a 10 años de la Ley de ESI hay muchas deudas pendientes que dependen de una decisión política de diseñar los dispositivos y asignar los recursos para que los y las estudiantes de todos los niveles accedan a Educación Sexual Integral. Sin embargo, la actualización de los libros de Biología debe acompañar los nuevos enfoques y miradas, superando la mirada restrictiva de la sexualidad a una función reproductora. El avance que se plasmó en los lineamientos curriculares desde una mirada interdisciplinaria, que incorpora una lectura no reproductiva de la sexualidad, ya se debería haber reflejado en los libros de texto.

1. Berler, Valeria et al. Ciencias naturales 9: entender: edición exclusiva para Organismos Públicos. (2015). 1° edición. Editorial Estrada.

2.Antokolec, Patricia et al. Biología para pensar, interacciones, diversidad y cambios en los sistemas biológicos: edición especial para el Ministerio de Educación de la Nación (2015). 1° edición. Editorial Kapelusz.

3.De Copello, M.G. y Perés, V. Biología III. (1981). 1° edición. Editorial Estrada.

4. De Copello, M.G. y Perés, V. Biología IV. (1984). 1° edición. Editorial Estrada.

5. Dutey, M.L. y Nocetti, S.T. Educación para la salud. (1994). 1° edición. Textos Huemul.

6. Lacreu, L., Rubel, D. y Guahnon, E. Ciencias Biológicas 3. (1993). 1° edición. Editorial Santillana.

7. Dutey, M. y Nocetti, S.T. Biología III. Funcionamiento, coordinación y continuidad de los seres vivos. (1988) 1° edición. Huemul.

8. Dutey, María Léonie y Nocetti, Susana Teresa Biología IV: Integración, continuidad y evolución de los seres vivos. (1997) Edit. Huemul.

9. Zarur, Pedro. Biología 3: Funcionamiento, coordinación y continuidad de los seres vivos (1992).Ed. Plus Ultra.

10. Zarur, Pedro. Biología 4. (1985) 2° edición. Ed. Plus Ultra.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com.bo/Los-libros-de-biologia-no-cumplen-la-ley-de-Educacion-Sexual-Integral

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“La presencia de la industria cultural en nuestras vidas es mucho más persistente en la actualidad que hace 50 años cuando no existían internet, smartphones, Twitter o Facebook”

Entrevista a Jon E. Illescas sobre «La dictadura del videoclip. Industria musical y sueños prefabricados» (II)

-Estábamos en Marx. Abres el libro con una cita (muy dialéctica, en el mejor sentido de la expresión, de Marx, del padre de la gran Tussy: “La producción no solamente produce un objeto para el sujeto, sino también un sujeto para el objeto. La producción produce, pues, el consumo”. ¿Y cómo consigue eso la producción? ¿Cómo nos producen para el consumo del objeto? ¿Tan estúpidos y alienados estamos?

-“Bañándonos” dictatorialmente con un flujo ininterrumpido de contenidos aparentemente variados pero en lo fundamental iguales que, al final, por la presión social, la ley del mínimo esfuerzo y las pocas horas de ocio disponibles para la mayoría de asalariados, crea consumidores adiestrados para digerir esos productos que la oligarquía financia. No es cuestión de si somos estúpidos o alienados, es cuestión de que las mayorías viven bajo una dictadura cultural. Del mismo modo que es más sencillo comprar y leer 50 sombras de Grey en cualquier librería en lugar de, por ejemplo, El Capital de Marx o uno más sencillo, El Estado y la revolución de Lenin; lo es ver un videoclip de Rihanna en lugar de otro de Kenny Arkana, artista anticapitalista francesa. Y alguien diría ingenuamente: pero las dos artistas están en YouTube. Eso da igual, porque en YouTube y fuera de él, Rihanna es promocionada insistentemente por grandes capitales creando la necesidad de seguir sabiendo de ella y la producción de Arkana, autoproducida o auspiciada bajo pequeños sellos, sólo la visualizará gente que ya la conoce o que es consumidora de música similar. Por eso Rihanna obtiene con sus videoclips entre 200 y 300 veces más visualizaciones que la artista francesa, una de las cantantes de izquierda más populares.

-El videoclip influye en la juventud, en toda la juventud del mundo si quieres. De acuerdo, no discuto ese punto. Pero mucha gente no somos jóvenes y la juventud, como sabes, es una enfermedad (perdona mi tontería) que pasa rápidamente. Luego por tanto, se podría decir, todo esto es limitado. Dura unos años y se pasa. Sería algo así como los tebeos de hazañas bélicas de hace 50 años o las canciones de los Sirex, los Brincos o incluso las de Concha Velasco o Mari Trini por ejemplo. ¿No influía Camilo Sesto en la juventud de los setenta?

-Supongo que en parte sí, pero como científico no puedo pronunciarme ya que desconozco el impacto real de esos populares artistas en su época. Conozco el de Katy Perry y Justin Bieber en la actual. En principio no creo que sean comparables cuantitativamente ya que la presencia de la industria cultural en nuestras vidas es mucho más persistente en la actualidad que hace 50 años cuando no existía Internet, smartphones ni Twitter o Facebook. Antes estaba la televisión, pero ahora la duración total del consumo de “pantallas” en superior con la suma de soportes.

El punto central es que la juventud, no sólo es una enfermedad pasajera sino también un regalo temporal. Y desde un punto de vista político tiene un potencial impresionante.

Primero, porque por la revolución biológica que sufren los jóvenes y su incremento en las descargas hormonales que sufren relacionadas con el despertar sexual, tienen un potencial brutal a desarrollar respecto a la música y también las causas sociales. Los jóvenes se pueden indignar vehementemente contra las injusticias y contestar políticamente. Vienen de una época, la infancia, donde todo parecía “estar en orden” y luego descubren toda la inmundicia del sistema. Y como la música la viven con más intensidad (por esos picos hormonales) que en ninguna etapa vital anterior ni posterior, el potencial de manipulación a través de la misma alcanza su grado más alto.

Segundo, porque los jóvenes disfrutan de una especial protección política de la sociedad (en el caso de los menores) y parental (económica de los padres y/o tutores) lo que permite que no sean tan vulnerables por el Estado ni tan dependientes del jefe de la empresa, etc. Su “colchón” económico familiar les permite, por ejemplo, experimentar más con su forma de vestir que, pongamos el caso, un padre de familia con 50 años y una hipoteca que pagar que no debe desagradar a su jefe. ¿Quién de los dos es potencialmente más peligroso para el sistema? Entonces, si desactivas ese potencial juvenil con esta seductora cultura de la alienación en masa mediante la música del capital obtienes un triunfo político importante para la clase dominante y el sistema que la nutre. Si como oligarquía canalizas esa rebeldía inmanente en que los jóvenes cambien el color de pelo, se pongan piercings o modifiquen la amplitud del escote en lugar de que se afilien a una organización contestataria, estarás desactivando un peligro objetivo para tus intereses de clase.

Aunque la juventud se marcha como el resto de etapas vitales, no creo que pueda haber ninguna revolución social favorable a los desposeídos sin la participación de los jóvenes. Ni cultural, ni política ni económica. Si la juventud está neutralizada, la izquierda sólo puede ser marginal o convenientemente domesticada. Es normal, el corazón le late más lento.

-Insisto un poco más, si un joven no mirase, no estuviera al día en ese mundo de los videoclips, ¿no quedaría un poco marginado, no sería un bicho raro a ojos de sus amigos y compañeros? Si no ves, si no consumes, no puedes hablar, no puedes relacionarte.

-Por supuesto, todo aquel que se aparte del punto medio de hegemonía cultural o político quedará como un bicho raro para las mayorías más adoctrinadas por el poder. Cuanto más lejos se encuentre de ese punto, mayor será la marginación que obtenga cuando se exprese. Del mismo modo que siendo adulto es más sencillo manifestar en una reunión con amigos que “todos los políticos son unos ladrones” o que “la educación pública debe ser de calidad” que abogar por “la sociabilización de bancos y principales empresas”, para los jóvenes es más sencillo y se sentirán más adaptados socialmente (lo que es una necesidad todavía mayor que para los adultos) cuando digan que quieren ir a un concierto de Justin Bieber o Shakira que cuando digan que les gusta el metal progresivo de Dream Theater o el rap combativo de Los Chikos del Maíz.

-¿Son tan dioses los dioses de la música a los que haces referencia? ¿No exageramos un poco? Yo suelo leer los diarios y de los que citas en el apartado “oro” sólo conozco a cuatro; de los de plata, apenas tres. ¿Soy demasiado viejo para entender todo esto?

-Lamento decirte que sí Salvador. Pero tranquilo, pese a mis 33 años, yo también soy demasiado viejo. Lo que opinemos nosotros no importa en absoluto. Date cuenta que en Twitter, la red social con el público más joven, el principal tema de conversación es la música y las tres cuentas más seguidas, por encima de la de Barak Obama, el presidente más popular, son de estrellas de la canción. En una relación nueve veces superior a las cuentas de estrellas del deporte o del cine. Hablamos de poder en mayúsculas. De hecho, que a tu edad conozcas al 35% de los 20 artistas más importantes que cito en el libro es muestra de su popularidad, ya que no eres parte del público al que van dirigidos…¡y pese a ello sabes quiénes son! ¿Ocurriría al revés con los autores de los libros que lees o la música que escuchas y su conocimiento por la mayoría de los jóvenes? Lamento decirte que Shakira es parte de la iconosfera-mundo y Manuel Sacristán o incluso Rossini, no.

-¿Cuáles son las principales empresas que están detrás de todo esto? ¿Son usa-corporaciones en su mayor parte? ¿Lo suyo es una cuestión de pasta, de mal gusto, de penetración cultural? ¿Están al servicio de los centros de poder del sistema?

-Son tres grandes discográficas, de mayor a menor: Universal (francesa, propiedad del conglomerado Vivendi), Sony (japonesa, de Sony Corporation) y Warner (la única estadounidense, propiedad de Access Industries). Sin embargo, la mayor parte de su producción se realiza en los Estados Unidos porque es el territorio donde hay más (y mejores) profesionales de la industria cultural y donde la superestructura jurídica garantiza un mayor retorno a sus inversiones. Por otra parte, la mayor difusora, YouTube, donde se consumen el 70% de los vídeos, es de propiedad mayoritariamente estadounidense pese a que también cuenta con capitales franceses y emiratíes. Guardan muy buena relación con los centros de poder, ya que la salud de sus negocios depende de lo bien que se lleven con ellos, como cualquier gran empresa.

-La ideología, la horrible ideología que subyace en muchos de los videoclips a los que haces referencia detallada, ¿influye realmente en el vivir, en el hacer de los jóvenes? Por ejemplo, muchos jóvenes españoles ven vídeos de Lady Gaga o de Eminem pero no entienden nada o casi nada de lo que dicen y cantan. Ni tan siquiera a veces conocen la temática de la canción. Les llaman la atención las imágenes, nada inocentes desde luego, y el ritmo y acaso la voz. Y ya está.

-Desde luego si conocen la letra y aun así les gusta, la penetración ideológica es mayor. En la actualidad, aunque nuestro país va a la cola de los más desarrollados, vivimos con la generación de jóvenes más angloparlantes de la historia. Por otra parte los chicos ya no tienen que comprarse un libro de letras para saber qué dicen las canciones de sus ídolos, simplemente han de consultar los vídeos subtitulados por los mismos fans colgados en YouTube. El esfuerzo es mínimo: mover y clicar el ratón. Pero es que además de eso, las imágenes muchas vecen hablan por sí mismas. Cuando aparece en un videoclip mainstream un rapero en una mansión rodeado de un harén de bellas mujeres bebiendo y celebrando orgiásticas fiestas con sus amigos, nadie le tiene que decir a los jóvenes qué significa todo aquello. Son lo suficientemente inteligentes.

-Un capítulo lleva por título: “Se llama capitalismo”. ¿Qué es para ti el capitalismo?

-Lo mismo que para Marx, un modo de producción basado en el enfrentamiento estructural entre dos clases principales: los capitalistas o empresarios y los trabajadores asalariados. Los primeros poseen los medios de producción y los segundos, como no los poseen, sólo pueden vender su fuerza de trabajo para ganarse la vida (esto es, sus habilidades profesionales). La fuerza de trabajo es la única mercancía que pueden y deben vender en el mercado diariamente para obtener un sustento. El capitalismo se rige por una ley absoluta: la producción de plusvalor, es decir, de excedente social generado por los trabajadores que va a parar a la clase capitalista trasnacional. Y no vuelve ni puede volver como sueñan los keynesianos de izquierda y en general los partidarios de la redistribución en la esfera de la circulación. Por eso, pese a los golpes de pecho y los programas de la ONU o los impuestos a las grandes fortunas, el año pasado se alcanzó la máxima desigualdad mundial: el 1% más rico tenían lo mismo que la mitad de la población global. Dentro del marco capitalista no hay otra solución, porque ninguna política redistributiva puede comprometer el margen de beneficio que garantiza la inversión privada.

Por otra parte, aunque el capitalismo no es el único modo de producción que convive entre nosotros, es de lejos el hegemónico y por eso es el que más incide en la formación de la sociedad-mundo actual. Y como todos los modos de producción anteriores, tiene fecha de caducidad: tuvo su origen, tiene su desarrollo y tendrá su fin. Igual que cualquier organismo. La gracia del asunto es que nosotros, dentro de ciertos límites, podemos acelerar su final para no demorar el sufrimiento de las mayorías y de paso evitar que su lógica abstracta y compulsa acabe con gran parte de la humanidad, el ecosistema y lo mejor de la civilización.

-¿En qué autores marxistas te has inspirado en tu reflexión? ¿Cuáles son tus marxistas preferidos?

-Para el libro han sido fundamentales Karl Marx, Friedrich Engels y Antonio Gramsci. También el gran psicólogo soviético Lev Vigotsky y uno de mis marxistas contemporáneos favoritos: el inimitable Terry Eagleton. Para desarrollar el armazón teórico económico a partir de la teoría del valor-trabajo fue clave descubrir la transformación de la atención del público en mercancía y su posterior venta a los anunciantes de manos de un filomarxista como el comunicólogo Dallas W. Smythe y su perfeccionamiento por el joven profesor de la Universidad de Ontario Tanner Mirrlees. Para conectarlo con la base económica del sistema han sido muy importantes los análisis de Diego Guerrero y Rolando Astarita, pero también de Xabier Arrizabalo o Anwar Shaik.

Otros marxistas a los que tengo gran aprecio son David Harvey, Neil Davidson, Ernst Mandel, John Berger, Robert W. McChesney Chris Harman, Minqi Li, Michel Löwy, Fredric Jameson, Ferrucio-Rossi Landi, Georg Lukács, Adolfo Sánchez Vázquez, Guy Debord o Vicente Romano. Desde un punto de vista más político, Lenin, Trostsky, Rosa Luxemburg o Antoni Domènech son personalidades que me han marcado pese a mis discrepancias con ellos. Por otra parte, he aprendido mucho leyendo a autores críticos influidos por el marxismo como Theodor Adorno, Charles Wright Mills, Raymond Williams, Marvin Harris, Armand Mattelart, Immanuel Wallerstein, Rafael Díaz-Salazar, Gordon Childe, Erich Fromm o Vincent Mosco. Por supuesto, me han influenciado muchos otros que me sabe mal no nombrar porque no quiero ser injusto, pero me temo que si lo hiciera parecería la lista de agradecimientos de los créditos de un filme.

-Te pregunto ahora por grandes nombres del sistema

-Me voy preparando.

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La sexualidad patriarcal. El derecho a educación sexual y a una vida sexual plena y real de las mujeres

Por: Mona Yuca

En esta sociedad está naturalizada la opresión y el rol secundario de la mujer; no solo se ve expresado en los trabajos más precarios, pensiones y salarios, en las prácticas machistas cotidianas, sino que también en la cama.

La desigualdad de género está constantemente acechando nuestras vidas, en las relaciones afectivas y encuentros sexuales. El capitalismo que sostiene el patriarcado es tan salvaje, que además de no permitirnos como mujeres tener los mismos derechos que los hombres, también nos priva muchas veces de gozar del placer sexual y lograr un orgasmo pleno. Se ha normalizado que en las relaciones heterosexuales, el rol de la mujer en la cama es satisfacer y servicial al hombre: otorgar placer y no recibirlo.

Para lograr sensaciones de placer, es necesario recibir los estímulos para desconectarnos de nuestra cabeza y disfrutar libremente de nuestro cuerpo. Si esto no es así, se inhibirán las sensaciones subjetivas del placer y de poder gozar completamente de un encuentro sexual.

Las mujeres no somos un envase para penetrar, nuestro cuerpo puede experimentar muchas más cosas, de hecho nuestra vagina con diversas caricias y besos puede transformarse en una máquina del placer, dando paso a la lubricación vaginal, como también a la erección de nuestro clítoris y pezones para poder disfrutar realmente de una relación sexual.

Si analizamos las condiciones objetivas en las que nos encontramos, podremos visualizar que esta opresión no solo se ve expresada en el acto mismo de una relación sexual sino en las distintas aristas y temas relacionados a nuestros cuerpos y cuidado, arraigados en el sentido común de las personas.

Por ejemplo: una disfunción eréctil, puede ser fácilmente transformado en una tragedia, y puede ser un tema de contingencia, tratado, bien hablado y difundido, porque el machismo, no es sutil en cuanto a los temas directamente relacionados con las fallas sexuales de los hombres, la misma industria farmacéutica le da con bombo y platillo con el famoso viagra para solucionar el problema. Ahora, si a nosotras nos sucede algo parecido, ¿Por qué no es un tema igualmente tratado y difundido?

A diferencia de ellos, ocurre que muchas veces se da el caso de que mujeres intenten justificar y normalizar las distintas dificultades para alcanzar la excitación, e incluso llegamos a encubrirlas o callarlas, ya sea por miedo a decepcionar a la pareja, por mostrarnos perfectas o simplemente porque la educación sexista que predomina, nos educa para agradar y no para pedir, ni para buscar ayuda, ni para evidenciar algún grado de disconformidad, respondiendo a una sexualidad complaciente donde nuestro goce sexual pasa a un segundo plano, manteniéndonos inseguras e ignorantes.

Además de todo esto, la moral conservadora y de iglesia han logrado implantarse de tal forma que existe un desconocimiento de los genitales, de las enfermedades de transmisión sexual y del erotismo femenino por parte de los hombres y mujeres, por hallarse estas temáticas ocultas en un mundo de tabúes y mitos impuesto en nuestras vidas, posicionando estos temas como prohibidos, en donde si alguien comparte sus experiencias sexuales o habla de partes de nuestros cuerpos es juzgado moralmente, lo que también genera que exista una ignorancia en relación a las enfermedades sexuales que pueden ser transmitidas tanto en hombres como en mujeres, con mayores consecuencias para la mujer en la mayoría de los casos. Desde la niñez nos han venido inculcando que explorar nuestros genitales o hablar de nuestra excitación son conductas y temas que no se discuten. Además de todo esto, la dictadura moral nos aleja de la aceptación, conocimiento y cariño de nuestros cuerpos.

Por otra parte también, el sistema nos implanta creencias populares, como que basta con la penetración para conseguir placer, lo que es totalmente falso. Se hace imperiosamente necesario comprender que las caricias y los besos son indispensables en el acto sexual, ya que el placer aumenta exponencialmente.

Estos no solo son una herramienta de la excitación en el preludio, sino que debe ser mantenida durante el encuentro de las personas, donde tanto los hombres como la mujeres tienen el derecho de vivir su sexualidad en total plenitud. En definitiva la penetración a secas no basta. Se debe conocer que el orgasmo femenino se alcanza con mayor satisfacción y se logra de manera más fácil a través de jadeos, caricias, besos en distintas partes del cuerpo, acompañados de una estimulación dedicada y constante a nuestras zonas más sensibles como el clítoris.

Lamentablemente, en esta sociedad misógina, se cree que el placer sexual es cosa de hombres y a nosotras simplemente nos corresponde el rol del deber ante la sexualidad, entre cuyas obligaciones se encuentra satisfacerlos a ellos. De ahí que al situar los deseos, erotismo y el placer masculinos como ejes centrales de la sexualidad, y que la sociedad se muestre tan dispuesta a comprender y justificar que un hombre sea opresivo y naturalizar hechos de dominación sexual hacia el género femenino.

¿Por qué no es una preocupación, ni un objetivo, el estimular y conocer el goce sexual femenino?

Ya basta! Nos niegan el derecho a abortar, nos esclavizan al trabajo doméstico y a la crianza, tenemos los trabajos más precarizados, no tenemos derechos a sala cuna, corremos el riesgo de ser violadas, nos acosan en la calle, existe propiedad sobre nuestros cuerpos y no tenemos el derecho a decidir sobre ellos, los sueldos son más bajos por los mismo trabajos, sufrimos discriminación, somos condenadas por cualquier actitud que no cumpla con la nefastas normativas morales de la iglesia, somos violentadas por este sistema capitalista y disminuidas por el machismo, y como si fuera poco nos privan del goce sexual.

Las mujeres debemos buscar terminar con la sexualidad complaciente y poder acceder a una educación sexual que nos permita decidir informadas y empoderadamente.

Se debe aprender a disfrutar, respetar, conocer, tocar y a querer nuestros cuerpos. Dejemos de aparentar orgasmos, de aguantar opresiones y silenciar nuestra sexualidad. Levantemos una gran lucha contra el sistema que sostiene y reproduce todas las miserias machistas, heteronormativas, clericales y patriarcales. En la calle y en la cama.

Fuente: http://www.laizquierdadiario.com.bo/La-sexualidad-patriarcal-en-nuestras-camas-El-derecho-a-educacion-sexual-y-a-un-orgasmo-pleno-y?id_rubrique=5443

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Cooperación genuina, Nicaragua, educación universitaria, extensión

Nuevos lazos culturales entre Venezuela y la India

América del Sur/Venezuela/17 Septiembre 2016/Fuente: Prensa Latina

A pesar de la distancia entre Venezuela y la India, hoy ambas naciones comparten estrechos vínculos y se acercan cada día más mediante un rico intercambio cultural y académico que abarca diversas manifestaciones.

Recientemente en el estado de Miranda, las autoridades de cultura locales y la embajada de India inauguraron la Hindustani Sangeet School, primera escuela de música clásica hindú en el país.

El centro surgió por iniciativa del profesor Dha Maharaj, quien vivió y estudió en la nación asiática y es precursor del género en Venezuela, informó la directora de Cultura de Miranda, Marisela Valero.

Explicó que la música clásica del norte de ese país se produce con instrumentos específicos que corresponden a la cultura tradicional india y que en los talleres, los estudiantes conocerán sobre las composiciones fundamentales que son los Taals (ritmos) y Ragas (melodía).

La funcionaria destacó que el objetivo con ese espacio educativo es el de continuar consolidando el intercambio cultural con el paso del tiempo y adelantó que para el futuro se prevé abarcar manifestaciones como la danza y gastronomía del país asiático.

A pesar de la separación geográfica entre ambas naciones y la escasa presencia de indios en el país sudamericano, su cultura es muy querida, admirada y practicada por los venezolanos, manifestó el sitio web de la embajada de la India.

Según dicha fuente, en evidencia del intercambio académico las dos principales universidades de la nación: la Universidad Central de Venezuela (UCV), en Caracas, y la Universidad de Los Andes (ULA), en Mérida, cuentan con cátedras de estudios dedicadas al país de Mahatma Gandhi.

A esta figura histórica, se le erigió una estatua en Caricuao en las afueras de esta capital, lugar que se ha convertido en sede de las celebraciones del Gandhi Jayanti: la fiesta nacional que se celebra en la India el 2 de octubre para conmemorar la fecha de su nacimiento y el día de la No Violencia.

Por otra parte, el pasado 23 de junio se inauguró la Fundación Mahatma Gandhi-Venezuela, donde se imparten cursos de diploma sobre las enseñanzas y principios de esa personalidad y conferencias acerca de las relaciones entre Venezuela y la India.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=26172&SEO=nuevos-lazos-culturales-entre-venezuela-y-la-india

 

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Colegio nuevo - Nicaragua, Cooperación genuina

Bolivia: salud y educación siguen siendo prioridad para el gobierno

América del Sur/Bolivia/17 Septiembre 2016/Fuente: Prensa Latina

El presidente de Bolivia, Evo Morales, reiteró que la salud y la educación continuarán siendo una prioridad en la agenda del gobierno.
Al dejar inaugurada una escuela para niños sin amparo filial en el departamento de Santa Cruz, Morales informó que ya casi todas las alcaldías del país tienen una ambulancia para servir a los ciudadanos.

Morales indicó que cuando una obra se concluye se comienza otra, y en este caso anunció la construcción de un policonsultorio, y adelantó que la próxima semana entregará al orfanato una ambulancia odontológica con todos los requerimientos para atender a los pacientes.

El jefe de Estado expresó su respeto por los trabajadores de este tipo de institución, y ratificó el compromiso del ejecutivo de proseguir trabajando en este camino.

De acuerdo con la televisión estatal, el hogar nombrado Padre Alfredo también atiende a madre solteras y a mujeres jóvenes víctimas de vejaciones.

Puntualiza que los niños huérfanos y abandonados contarán con mejores condiciones para su educación, salud y de vida de manera general.

Las féminas -que su integridad fue afectada- recibirán en esta institución apoyo psicológico para restituir parte de su integridad.

Fuente: http://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=26651&SEO=evo-salud-y-educacion-siguen-siendo-prioridad-para-el-gobierno
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Una radiografía marxista de la globalización

Por: Olmedo Beluche

En este siglo XXI, siete mil millones de seres humanos vivimos bajo el signo de lo que se ha llamado «globalización». Este concepto procura captar una realidad compleja pero concreta, que determina, cual si de Dios se tratase, nuestras vidas: empleo, pobreza, migraciones, democracia, identidad, gustos, formas de pensar, etc. ¿Dónde está la esencia de este fenómeno multidimensional? ¿Qué es lo determinante: el proceso económico, el político – institucional, sus resultados sociales o sus consecuencias culturales?

«Marxismo y globalización capitalista», de Roberto Ayala Saavedra, profesor de sociología de la Universidad de Costa Rica, aborda de manera brillante este complejo problema y lo hace, como indica desde su título, con el método del materialismo histórico, «una teoría de la totalidad social… que busca fundar racionalmente la acción y que se construye en esa acción… una praxis transformadora que quiere ser consciente y racional».

De la generación de cientistas sociales centroamericanos de este inicio del siglo XXI, Roberto Ayala es uno de los más capacitados para acometer la titánica tarea de arriesgar una radiografía de la globalización bajo la lupa del método marxista. Ayala es una persona que ha combinado la lucidez de un pensamiento crítico, basado en una sólida formación teórica, con una vida de compromiso militante desde hace 40 años.

«Praxis transformadora» que Roberto ha sostenido inquebrantable desde que lo conocimos como brillante estudiante de secundaria y dirigente estudiantil, a mitad de los años 70; pasando por sus años de formación académica y política en Brasil; que lo llevó a ser uno de los fundadores del Partido Socialista de los Trabajadores de Panamá; y que ha sostenido por 20 años en Costa Rica, donde emigró y ha continuado combinando su labor académica con el compromiso militante hasta el día de hoy.

Globalización, un proceso abierto y en disputa

«Marxismo y globalización capitalista» es una obra extraordinaria, que disecciona al «capitalismo del siglo XXI» o «capitalismo tardío» (concepto tomado de Ernest Mandel), en una reflexión crítica que polemiza con enfoques teórico metodológicos de diversas corrientes de la Ciencia Social. Cada momento del análisis concreto va acompañado de una explicación metodológica, uno de sus mejores aportes, en que Ayala demuestra un dominio sobre el método hegeliano-marxista. El libro está compuesto por cinco capítulos y su conclusión: capitalismo global; América Latina: reconsideración del problema de la dependencia; globalización y cambio cultural; cuestión social y capitalismo; neoliberalismo y ética.

Desde la Introducción, Ayala se aleja de interpretaciones mecanicistas y metafísicas, para señalar que la globalización: «…es un proceso abierto y en disputa, cuya ulterior conformación depende de la relación de fuerzas entre diversas clases…» (Pág. 5). Siendo que una característica del capitalismo es su expansión sin fronteras y que desde el siglo XVI existe lo que I. Wallerstein llama «sistema mundo», Ayala se focaliza en las características específicas del capitalismo bajo la globalización actual.

De manera que define a la globalización como una realidad «compleja, multidimensional y móvil», estructurada y jerarquizada, no una «amalgama», que tiene «su base y condición general de posibilidad… su anatomía, en la economía política…» (Págs. 26 y 27). La globalización tiene cuatro dimensiones: económica, política, tecnológica y cultural, según Ayala.

Las cuatro dimensiones de la globalización

Respecto de la dimensión económica, llama a repudiar lo métodos que se focalizan sobre aspectos incidentales, abusando de la fenomenología y el método individualista, deshistorizando lo real. Por ende, a partir de la cita de Marx («el problema de la historia es la historia del problema»), invita a comprender la globalización a partir de la historia del capitalismo como un sistema de explotación de clases.

Al abordar la dimensión tecnológica, propone repudiar la «fetichización tecnológica» que se niega a ver que todos los desarrollos en esta dimensión tienen como objetivo el aumento de la productividad del trabajo, es decir, la explotación de clase.

Sobre la dimensión político-institucional, Roberto Ayala recuerda que el objetivo de la ideología liberal, y neoliberal por extensión, no es otro que la «naturalización» del mercado («reificación», diría Lukacs). La globalización ha implicado una «ofensiva capitalista en la lucha de clases» (J. Hirsh), bajo los criterios neoliberales. Pero esta ofensiva es velada a través de una institucionalidad internacional (ONU, OMC, UE, OEA, etc.) que opera como legitimadora de las decisiones, impulsando métodos políticos que han reducido la democracia a una práctica restringida y una ciudadanía con derechos humanos reducidos.

En el plano de la cultura, «las industrias culturales (audiovisuales), organizan la canalización del placer hacia formas y ámbitos compatibles con la reproducción económica y social del orden vigente» (Pág. 52). A la vez que promueven un hiperindividualismo, la indiferencia social, el consumismo cosificante con derrapes escapistas.

La globalización desplaza a las burguesías ‘nacionales’ de su propio mercado interno

El capítulo 2, donde se aborda el problema de la dependencia en América Latina, es uno de los más brillantes y donde se hacen aportes novedosos. Luego de polemizar con la teorías desarrollistas y de la dependencia, defendiendo la marxista teoría del imperialismo, Roberto Ayala sostiene que la fase de la globalización implica una nueva situación, un salto adelante de la internacionalización del sistema capitalista y dependencia de nuestros países.

La globalización implicaría un desplazamiento de los capitales nacionales en favor de los multinacionales imperialistas, una «tendencia general que desplaza a una posición subordinada, en su propio mercado ‘nacional’… su participación en el excedente internamente producido se reduce a una porción bastante menor… Desplazamiento en su propio mercado por el capital metropolitano…» que implica la derrota del proyecto capitalista autónomo en la periferia (Pág. 104 y 105).

Esta nueva realidad marca los límites y determina lo que pueden hacer los gobiernos «neodesarrollistas», que algunos llaman «populistas» o «progresistas».

Al respecto señala: «Cualesquiera que sean los avances puntuales, justamente apropiados y defendidos por los trabajadores y sectores populares como conquistas, en absoluto modifican la estructura socioeconómica interna ni las relaciones con la economía mundial, los mecanismos de la dominación permanecen inalterados… el neodesarrollismo no rompe con la lógica del sistema, se limita a buscar estrategias y políticas económicas heterodoxas que impulsen el crecimiento, mitiguen la desigualdad… No va más allá, aún en su versión de retórica más radical, de una variante de gestión del capitalismo periférico» (Pág. 119).

Las subjetividades moldeadas por la industria cultural

En lo que atañe a la globalización y el cambio cultural, Ayala empieza por señalar que tratar el tema de la cultura como una entidad separada de «las condiciones generales de existencia» es metodológicamente incorrecto porque rompe la unidad compleja de los social y lleva a caer en la metafísica idealista.

Las relaciones individuo / sociedad «se dan mediadas por objetos simbólicos, climas culturales… que refuerzan tendencias estructurales… las subjetividades adaptadas, integradas…» (Pág. 142). De ahí que proponga que una teoría de la acción social no puede despreciar los contextos históricos, que dan sentido a la acción, en esa perspectiva Ayala rescata el interaccionismo simbólico de G. H. Mead, y la fenomenología de Berger y Luckmann.

En una sociedad de clases como la globalizada capitalista, la industria cultural fabrica el clima cultural en que se forman las subjetividades individuales. «La modernidad burguesa se funda en el impetuoso desarrollo de las fuerzas productivas, pero se apoya en la colonización de la subjetividad. La interiorización naturalizada y mayormente inconsciente de las relaciones sociales imperantes» (Pág. 150).

Pero también se producen resistencias culturales, acciones subversivas y lucha de los oprimidos que no se reduce a la acción política o económica, sino que también es cultural. Estas respuestas son producidas por las evidentes contradicciones del sistema, en el que el gran desarrollo de fuerzas productivas no hace más feliz al ser humano, sino que la mayoría padecen sumidos en una vida frustrada por la miseria y el trabajo alienante (cuando lo consiguen).

Resistencias reaccionarias y resistencias revolucionarias

Ahora bien, el lado positivo del proceso en la visión de Ayala, es que «la globalización no es solo hamburguesas y coca cola, comporta todo un amplio espectro de normas y valores, ideologías y representaciones… (la) transculturización de los valores…» (Págs. 196 y 197). Esos valores no solo reproducen las relaciones sociales capitalistas, sino también conquistas democráticas que pertenecen a la humanidad y que confrontan valores y costumbres tradicionalistas, conservadoras y fundamentalistas arcaicas, pero que aún perviven.

De ahí que Ayala rescata el concepto de «sociedad abierta», pese a provenir de uno de los más grandes voceros del liberalismo, Karl Popper. Y lo hace en el sentido siguiente: «El capitalismo da lugar a una forma social incomparablemente abierta respecto de todas las formas que le antecedieron, impulsando de esta manera un proceso de individuación y secularización…» (Pág. 203).

Por eso no hay que confundirse, no todas las resistencias son progresivas. Nos propone Ayala que diferenciemos de las diversas resistencias que genera la globalización aquellas que son de tipo reaccionario («conservatismo atávico, exaltación teológico-trascendentalista, escapismo neorromántico, nihilismo epistemológico posmoderno o ingenuidad primitivista») de las resistencias que, basadas en el pensamiento crítico, defiendan las conquistas democráticas de la modernidad, «sin el oscuro costado del capitalismo».

De la caridad cristiana al enfoque neoliberal de las políticas sociales

En el capítulo IV se traza la historia de las doctrinas sociales, desde los siglo XIV al XVI, cuando se emitieron las primeras «leyes de pobres», época en que se interpretaba la pobreza como castigo divino, y asignaba a las parroquias el deber de auxiliarla, mientras que el objetivo de esa legislación consistía en obligar a la fuerza de trabajo desplazada del campo a disciplinarse de manera forzosa en las nacientes manufacturas y la vida urbana, so pena de cárcel y virtual esclavitud.

El análisis histórico pasa por la consolidación del capitalismo en el siglo XIX, en que el problema social adquiere dos perspectivas coetáneas: la liberal ascética, que percibe la riqueza como premio al trabajo (Mandeville), pero que promueve un individualismo insolidario que llega al paroxismo con el darwinismo social de Spencer; por otro lado, como subproducto de la Revolución Francesa se visualiza el problema desde la «dignidad humana» que no debe permitir la degradación social extrema, de la cual surgirá perspectiva de Bismarck, que busca atenuar el conflicto social con políticas de mitigamiento en las que la atención a la pobreza se desplaza de las parroquias a un deber del Estado.

La crisis posterior a la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa (primer intento concreto de construir una sociedad sin explotación de clases), la quiebra de 1929 y los dramáticos acontecimientos políticos de ese período, parieron el Estado Benefactor (J. M. Keynnes) como una forma de salvar al capitalismo de sí mismo, regulando la economía y las relaciones sociales desde el estado, dando origen así a la verdadera «política social». Pero el Estado Benefactor seguía siendo un estado capitalista que no podía superar sus contradicciones, dando paso el «boom» de la post guerra al estancamiento económico.

De esa crisis abierta en los años 70, se impone en la lógica del capital la doctrina neoliberal y su particular manera de enfocar el problema social, la cual arrecia a partir de la desaparición de la URSS, una de las amenazas a las que el estado de beneficio intentaba responder.

En «…la nueva fase de despliegue del capitalismo… la cuestión social sufre un replanteamiento correlativo…: retirada del estado, limitación fiscal, focalización, centralidad de la gestión de la pobreza (…), protagonismo del llamado tercer sector (ONG’s), alejamiento de los sectores medios de los servicios públicos y reorientación hacia el mercado, desplazamiento semántico de ‘igualdad’ a ‘equidad'», con el consiguiente aumento de la pobreza y la desigualdad (Pág. 321).

En fin, que la política social no ha escapado al objetivo de reproducir las condiciones de existencia del capitalismo administrando la cuestión social.

Frente a la ética individualista del capitalismo la ética de la solidaridad, única garantía de la libertad individual

El capítulo dedicado al neoliberalismo y la ética inicia analizando la filosofía del grupo de Mont Pelerine, y su ideólogo, Fiedrich von Hayek, para quienes el «igualitarismo» del Estado Benefactor mataba la libertad individual porque la desigualdad era un valor positivo, ya que alentaba la competencia, de la que depende el progreso social, en la perspectiva neoliberal.

Bajo la lógica liberal el individuo lo es todo, la sociedad o colectividad o no existe, o es una coerción contra el primero. Cita a Mario Vargas Llosa: «La libre elección está en la base del pensamiento liberal. Y lo está como manifestación de su individualismo, de su cerrado rechazo del colectivismo, de la defensa que hace, frente a la pretensión ideológica de convertir lo social en una instancia moral o política superior a los hombres y mujeres particulares». En palabras de Margaret Tatcher: «‘la sociedad no existe’, sería un invento de los comunistas» (Pág. 354).

Ayala señala que en vez de libre elección, esta nefasta ideología liberal es egoísmo social, que pretende elevar a la ética las reglas convenientes al orden social capitalista. esa ética liberal pretende naturalizar la desigualdad social y pone como su norte la competencia, y la división del mundo entre ganadores y perdedores, como algo «normal».

Esa perspectiva egoísta del capitalismo es introducida por el clima cultural en la mente de los oprimidos «mediante una sutil operación de fragmentación (demolición) de la estructura de la personalidad del individuo… y el consecuente desarrollo de los rasgos de carácter típicos, timidez, vida interior pobre, reverencia ante el poder, subordinación servil, baja autoestima y pobre autoconfianza, formas estereotipadas de pensamiento, inclinación al pensamiento mágico y a la superstición, resentimiento, canalizado con violencia en la relaciones personales, o en la situaciones de anonimato del individuo-masa… desprecio hacia los de su propio entorno…» (Págs. 368 y 369).

De manera que la lucha por una sociedad superior al capitalismo sólo puede construirse desde una ética en que «la libertad personal está en función de sí misma, mediada por la aspiración y la lucha por la emancipación humana y el enriquecimiento de la vida. Lo cual quiere decir que solo se torna realizable, alcanzable, sobre la base de una sociedad emancipada (de la explotación y las desigualdades estructurales) y emancipadora» (Pág. 375).

«El liberalismo es una falsa defensa de la libertad y la defensa de una falsa libertad», dictamina Ayala. Para él, «el yo humano solo puede actualizarse y ser entendido en el contexto condicionante y posibilitador del nosotros (la solidaridad es indispensable para el desarrollo de la individualidad); la consciencia/autoconsciencia solo puede surgir en la interacción; fuera de la interacción no hay sujeto humano…» (Pág. 382).

Crisis de la civilización es el fracaso de encontrar una salida al capitalismo

En sus conclusiones finales Roberto Ayala reflexiona sobre los grandes desgarramientos sociales, miserias y desigualdades que son producidos por este capitalismo del siglo XXI, llamado globalización o «capitalismo tardío». Reiterando, con Rosa Luxemburgo, que la disyuntiva humana actual está entre conquistar el socialismo o retroceder a la barbarie. La incapacidad hasta ahora demostrada para conseguir el primer objetivo es lo que explica los síntomas de la llamada «crisis civilizatoria».

«… sólo la acción consciente y decidida de los trabajadores, de todos los explotados y oprimidos, junto a la intelectualidad crítica y comprometida, siempre crucial, de todos aquellos, en fin que aspiran a un futuro de libertad, igualdad y solidaridad, puede abrir el horizonte a posibles vías de superación progresiva de la crisis civilizatoria a la que ha conducido el orden capitalista», concluye.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=216675&titular=una-radiograf%EDa-marxista-de-la-globalizaci%F3n-

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