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Mujeres y novela gráfica: más allá de la Mujer Maravilla

Por: NATHYELI ACUÑA

Los libros son la entrada a otras dimensiones creadas desde la imaginación de sus autores, pero con las emociones y situaciones de la vida real. Desde el romance y la aventura, hasta el drama y la comedia, no hay situación, buena o mala, que no encuentre compañía y aliento en un libro. Los géneros literarios abundan y uno de mis favoritos es el de la novela gráfica y los cómics, un fenómeno que data del siglo XIX pero que no empezó a ser tomado en serio sino hasta hace unos 40 años.

La conjugación de dos artes, el literario y el gráfico, está en la génesis de un mundo habitado por personajes mundialmente conocidos como Batman o el Hombre Araña. Un mundo en el que los temas de género y diversidad étnica han estado más o menos ausentes, o en el que las mujeres son muy a menudo hipersexualiazadas víctimas a las que rescatar. Basta con hacer un pequeño experimento: en una búsqueda en Google de “personajes de Marvel”, de las diez primeras apariciones nueve son  hombres, todos ellos blancos.

Afortunadamente esto está cambiado y, poco a poco, encontramos más y más mujeres y diversidad étnica en la tapa de las revistas cómicas. Por eso, quiero compartir siete de mis historias favoritas, obras literarias creadas por hombres y mujeres diversos, fuertes, que han querido compartir una pincelada de sus vidas.

Persépolis, por Marjane Satrapi

Persepolis y Persepolis 2 son la obra autobiográfica de Marji, una chica que creció en Irán durante y después de la revolución del régimen fundamentalista islámico. Estos dos tomos muestran los cambios sufridos por la sociedad iraní con la llegada del régimen y, particularmente, cómo afectó a las libertades de las mujeres.

 

Fun Home. Una familia tragicómica, por Alison Bechdel

Una de las obras más famosas de este género, estas memorias muestras los retos de una joven lesbiana al descubrir que su padre, conservador, oculta su propia homosexualidad. Las vivencias de Alison son muy propias de quienes esconden, por miedo o conservadurismo, su verdadera identidad sexual, llevándolos a lastimar a sus seres queridos.

Crónicas birmanas, por Guy Delisle

Guy Delisle es un dibujante franco-canadiense que ha viajado por todo el mundo con su arte, particularmente para apoyar estudios de animación en países como China o Corea del Norte. En esta ocasión, y mientras su compañera trabaja para el programa de Médicos Sin Fronteras en Myanmar (Birmania), Guy se queda en casa para trabajar y cuidar de su hijo. Las historias giran en torno a su papel como cuidador y su asombro frente a su nuevo entorno.

La adultez es un mito, por Sarah Andersen

Con menos de 25 años, Sarah Andersen ha revolucionado internet con sus historias semiautobiográficas, a través de divertidos paneles que muestran lo que nos toca a vivir a muchas mujeres en nuestra juventud. En sus recopilaciones toca diversos temas, desde los más cómicos hasta los más duros, como el encasillamiento en estereotipos y roles de género.

Chino americano, por Gene Luen Yang

Gene Yang cuenta la historia de Jin Wang, un hijo de inmigrantes chinos que lucha por adaptarse a su colegio nuevo y la cultura estadounidense. Esta novela gráfica arranca con ese conflicto y cómo lleva a Jin a sentirse incómodo con su ascendencia étnica mientras lucha contra el racismo y los estereotipos. La segunda parte muestra a un Jin transformado, que comprende y acepta su identidad china.

¿Podemos hablar de algo más agradable?, por Roz Chast

Estas novela gráfica muestra una realidad que viven muchísimas mujeres: el cuidado de terceros y, sobre todo, de los adultos mayores. Con un poco de humor y picardía, Roz cuenta la historia de sus padres y aspectos como la demencia senil, el Alzheimer o una infraestructura urbana deficiente para las personas de la tercera edad.

 

Mafalda, por Quino

Mafalda es tal vez el personaje más famoso de las tiras cómicas latinoamericanas. En el mundo de Mafalda, Quino nos muestra la perspicacia y curiosidad de una niña que se preocupa por la humanidad y la paz mundial pero que, además, es rebelde frente al mundo heredado. Mafalda es sin duda una feminista desde siempre.

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El libre acceso al Conocimiento, más allá del capital

Santiago José Roca P.

  1. El tema del acceso al conocimiento se vincula con la preocupación por los términos en los cuales el resultado del trabajo intelectual, considerado como un bien intangible, puede ser aprehendido, utilizado, modificado y compartido una vez que el autor declara la voluntad de liberarlo de las normas de propiedad capitalista. En ocasiones, puede que el problema se vea reducido al tema de las normas jurídicas y los usos comerciales de los bienes de producción intelectual, como por ejemplo en el caso de la oposición entre las licencias copyleft y copyright. Las licencias copyleft, precisamente, suponen una respuesta a las formas de licenciamiento del conocimiento basadas en la concepción de la propiedad privada capitalista, y permiten que las personas que no son titulares de los derechos morales y patrimoniales (de acuerdo con las pautas del copyright) puedan tener acceso al conocimiento en el marco de determinadas condiciones.

En los tiempos actuales, cuando presenciamos la ampliación de los regímenes jurídicos que favorecen la apropiación privada del conocimiento, las licencias copyleft, como la General Public License (GPL) y Creative Commons (CC) prestan un servicio inestimable a la necesidad de mantener la posibilidad de compartir el conocimiento, toda vez que proporcionan herramientas que facilitan la ampliación de los derechos intelectuales a terceras personas, de forma tal que los “derechos morales” permanecen inalterados en cuanto a la autoría original pero se establecen un conjunto de concesiones para el manejo de los contenidos. Estas facilidades han permitido la expansión de una comunidad de usuarios de las licencias copyleft nada despreciable, soportada fundamentalmente por la creación de software libre y por la generación de contenidos documentales y audiovisuales que, dependiendo de los términos escogidos, permiten que cualquier persona pueda acceder a ellos sin mayores restricciones jurídicas ni económicas.

Ahora bien, resulta necesario entender que las licencias copyleft se encuentran basadas en los términos clásicos de la propiedad intelectual. En el contexto del copyright, se supone que el conocimiento generado es “propiedad” del “autor” original de acuerdo con los convenios internacionales sobre propiedad intelectual, y lo que se define son los términos de exclusividad para la explotación material de dicho conocimiento. La legislación que emerge de estas normas, que define los términos de exclusividad para la explotación mercantil del conocimiento, se encuentra dirigida a garantizar el derecho de explotación al titular y, por lo tanto, apoya la creación de escasez artificial que contribuye con la definición de precios en el mercado. Las licencias copyleft tienen el mismo punto de partida inicial, aunque su aporte está en que rompen con los límites de las licencias basadas en la propiedad intelectual convencional. De este modo, se permite la explotación comercial de un conocimiento siempre y cuando, por ejemplo, las obras derivadas se compartan con la misma licencia, y así sucesivamente.

Pero entonces, ¿en qué consiste la relación del copyleft con el copyright? Veamos dos ejemplos. El Movimiento del Software Libre (MSL) promueve el desarrollo de software sobre la base de tres principios: antimonopolio, solidaridad y libertad. Pero el MSL no necesariamente es anti-capitalista, sino más bien anarco-capitalista. La licencia GPL está orientada a defender la libertad de acceder y hacer uso de un conocimiento, pero se basa en el copyright. Según Richard Stallman, el copyleft, “utiliza la ley de copyright, pero dándole la vuelta para servir a un propósito opuesto al habitual: en lugar de privatizar el software, ayuda a preservarlo como software libre” (2004, 24). Por otra parte, la organización Creative Commons también afirma que las licencias que propone permiten “cambiar los términos de copyright de ‘todos los derechos reservados’ a ‘algunos derechos reservados’” y que “no son una alternativa al copyright, sino que trabajan en conjunto con el copyright y te capacitan para modificar los términos de copyright para ajustarse mejor a tus necesidades” (http://creativecommons.org/about).

Pero ahí donde reside el aporte del copyleft se encuentra quizá su mayor limitación. La propiedad intelectual emerge en el contexto de la necesidad de proteger los bienes intelectuales en cuanto que “propiedad privada”. Por ejemplo, dividir los derechos de utilización de un conocimiento con la denominación dual de “derechos morales” y “patrimoniales” establece una diferenciación que, incluso en términos capitalistas, resulta perniciosa para los autores y para la creación en sí. Lo limitado de tal clasificación queda en evidencia cuando nos encontramos con la variedad de permisos a terceros que se establecen en licencias como Creative Commons.

La diferencia fundamental se encuentra en que la lógica del copyright se centra en la exclusividad de los derechos de explotación mercantil, con sentido monopólico, mientras que las licencias copyleft aspiran a la creación de redes de colaboración que permitan la creación de bancos de intangibles. En otras palabras, quienes utilizan una licencia copyleft declaran tácitamente que reconocen que han tomado conocimientos de un fondo común y los entregan nuevamente para que el saber siga circulando por los canales de creación y de generación de valor social. Así, si para el copyright lo importante es la “competencia”, para el copyleft lo significativo es la “reciprocidad”. De este modo, la protección de las obras de conocimiento supone la conformación de lógicas sociales diametralmente opuestas, las cuales rivalizan en el día a día de la cultura y la producción.

No obstante, a pesar de que las licencias copyleft desagregan y visibilizan los términos de la propiedad privada sobre los bienes intangibles, una vez que las nociones iniciales se dan por sentadas (fundamentalmente, una vez que se acepta la hegemonía de la propiedad privada sobre el conocimiento), la reflexión sobre los modelos de sociedad que subyacen a cada modo de licenciamiento queda opacada por la implementación de la licencia, de forma tal que la eficacia política de las licencias copyleft puede encontrarse reducida a un modo de adaptación a la distribución de bienes en el mercado capitalista. Que no se suponga que estamos restándole importancia a las licencias copyleft, puesto que cualquier forma de resistencia al dominio del derecho corporativo sobre los bienes intangibles representa un aporte valioso al rompimiento de los modos de apropiación privada del saber. Lo que nos preocupa es que generalmente puede utilizarse una licencia copyleft o copyright sin afectar necesariamente la matriz de producción, distribución y consumo de bienes culturales y materiales; que es donde se originan los problemas que los activistas de las licencias copyleft se proponen enfrentar.

  1. La utilización de licencias copyleft debe tener más que sentido antimonopólico, debe tener sentido anticapitalista, porque en la política del capital se encuentran las causas de los monopolios que critican los activistas del conocimiento libre. De lo contrario, el copyleft no es más que una herramienta de los productores minoritarios para tener una porción de acceso al mercado. Si no se vincula el copyleft con la crítica a las condiciones profundas del mercado – en el sentido que han abierto las propuestas de las economías colaborativas – puede que no vaya a ser más que un accesorio en el repertorio de opciones para la apropiación privada de los bienes comunes.

Un problema interesante se nos presenta con los términos de uso del conocimiento con fines comerciales. De acuerdo con Creative Commons, una licencia que no permita la utilización comercial – absolutamente sin restricciones – de una forma de conocimientos, no es una “licencia libre”. Pero desde este punto de vista, quienes utilicen estas licencias deben permitir que sus creaciones sean utilizadas por cualquiera y con cualquier fin (con las condiciones que establezca el titular del copyright). No obstante, como demuestra la historia de las últimas décadas, la desregulación política y la libertad entendida en términos mercantiles, son terrenos propicios para la expansión de las políticas neoliberales. Ciertamente, con las licencias CC se cierran algunas condiciones para la apropiación privada del conocimiento y se abre la posibilidad de compartir en términos de reciprocidad. Pero como mencionamos anteriormente, no hay obstáculos para que el conocimiento licenciado con una licencia de uso comercial no sea utilizado a la vez por una red de consumidores solidarios o por una empresa que explote a los trabajadores.

Una alternativa la proporcionan quienes formulan propuestas de licencias copyfarleft. Resulta interesante revisarlas, no porque pensemos que han resuelto el problema, sino porque permiten mantener abierta la discusión en torno a los fundamentos de las licencias copyright y copyleft. La propuesta de las licencias copyfarleft permite el uso comercial del conocimiento en los casos en que se trate de una organización que reparte los excedentes de la producción equitativamente entre sus trabajadores. Un ejemplo de este enfoque es la Licencia de Producción de Pares (Peer Production License), la cual se basa en la licencia “Atribución-NoComercial-CompartirIgual” de Creative Commons, pero agrega condiciones para aprobar el uso comercial. En particular, permite la utilización de la obra con fines comerciales solamente si se trata de una empresa o de un colectivo que es propiedad de los trabajadores; y si toda la ganancia y los beneficios generados por dicha empresa o colectivo se distribuyen entre los trabajadores (1).

Desde este enfoque, es claro que no se piensa en el conocimiento – y el licenciamiento – como algo abstracto, sino como expresión del conjunto de relaciones sociales y culturales en los cuales toma forma la influencia del capital, así como los modos alternativos de construir los procesos sociales. Parte de la fundamentación del copyfarleft podemos encontrarla en un ensayo de Dmytri Kleyner (2010), uno de sus proponentes, del cual transcribimos algunos fragmentos:

– “Para que el copyleft tenga algún potencial revolucionario debe ser Copyfarleft. Debe insistir en que los trabajadores sean dueños de los medios de producción”.
– “Una licencia copyfarleft debe hacer posible que los productores compartan libremente y que conserven el valor del producto de su trabajo. En otras palabras, los trabajadores deben poder hacer dinero al aplicar su propio trabajo a la propiedad mutual, pero debe ser imposible que los dueños de propiedad privada hagan dinero al utilizar trabajo asalariado”.
– “Una licencia copyfarleft debe permitir el uso comercial basado en commons y debe impedir la posibilidad de extraer ganancia explotando trabajo asalariado”.
– “Sólo una licencia que impida de modo efectivo que la propiedad alienada y el trabajo asalariado sean utilizados en la reproducción de lo que en otro caso sería un commons informacional libre, puede modificar la distribución de la riqueza”.

El escenario de que los bienes intelectuales sean utilizados para favorecer relaciones de reciprocidad cultural y material, en contraste con la posibilidad de que sean determinados como bienes mercantiles, marca una diferencia importante desde el punto de vista del sentido político originario de las licencias que buscan responder al derecho del monopolio capitalista. No se trata solamente de crear formas de abrir el mercado para que nuevos productores puedan introducir bienes y así hacer frente al predominio de las grandes empresas. Aunque la intención de democratizar (desmonopolizar) el acceso al mercado parezca loable, resulta limitada de cara al carácter hegemónico de las alternativas en disputa. Y aún más, es probable que las propuestas de copyleft puedan ser asimiladas por la dinámica capitalista de forma tal que los modos de distribución de bienes culturales no se altere fundamentalmente. Esto puede suceder si no caemos en cuenta en que el problema no es sólo de acceso, sino de las condiciones sociales que rodean la generación de conocimientos. Se trata menos del régimen de propiedad intelectual (que es expresión de un modo de sociedad) que de la hegemonía del capital sobre los modos de producción y de consumo en las sociedades contemporáneas. De ahí que una forma de protección del conocimiento que no sea al mismo tiempo un modo de reforzar relaciones de reciprocidad y cooperación en torno a los bienes comunes, tiene un alcance muy limitado.

Sobre esto queremos hacer una última acotación. No se trata de criticar a mansalva las licencias de uso comercial del conocimiento. De ahí que traigamos a colación las licencias copyfarleft. Aunque nos opongamos a que las grandes empresas pretendan utilizar el procomún para la generación de capital, no podemos oponernos a que, por ejemplo, las cooperativas culturales puedan soportar sus actividades con la obtención de ingresos provenientes de la divulgación del conocimiento. No es un problema de escala, sino de las diferencias de propósito y funcionamiento entre las organizaciones capitalistas y las organizaciones de la “economía social”. Y eso es particularmente importante cuando la alternativa a la fórmula de conformidad que impulsa el neoliberalismo (monoproducción, monoconsumo y monocultura) es la creación de redes de productores libres y asociados o, para colocarlo de otra manera, la producción y el consumo distribuido y colaborativo. Por lo tanto, la alternativa a la lógica del copyright no hay que buscarla en las alteraciones o modificaciones al derecho corporativo, sino sobre todo en el conjunto de relaciones que se suponen dominantes en el seno de las economías sociales, por lo que otra forma de protección del conocimiento debe surgir a partir del modelado de las relaciones deseadas en el marco de una economía social y sustentable.

  1. En resumen, existen temas que la utilización de variantes de la fórmula del copyright proscriben de la discusión y, por lo tanto, excluyen de la apropiación política de las licencias de copyleft. Entre los temas que pensamos que se escapan por el uso de licencias como CC y GPL tenemos dos: la “propiedad” y la “comunidad”; conceptos que forman a su vez la raíz para la formulación de formas de generación de saberes más allá del capital. Es posible que existan muchos temas, pero nuestro interés es indagar de qué manera la generalización del sentido anticapitalista del conocimiento libre puede contribuir con la creación de formas comunales de fomentar la apropiación del conocimiento como bien común.

– Propiedad: El asunto del licenciamiento es fundamentalmente un problema de propiedad, y en particular, de la hegemonía de la propiedad privada sobre el conocimiento. No ayuda mucho reconocerlo si no aprovechamos la oportunidad para introducir otras formas de apropiación social del saber. El copyright y, por extensión, el copyleft, se encuentran fundamentados en la creencia de que la propiedad privada es la forma de propiedad por excelencia, y por ello no se llega a reflexionar sobre la posibilidad de otras formas de propiedad. Las licencias copyfarleft muestran mayor consciencia de este tema porque traen al frente formas organizacionales que contrastan con la figura de la empresa privada como agente central de la producción y distribución de bienes. Pero en el mundo actual, las cooperativas siguen moviéndose en un entorno de mercado, por lo que habría que ahondar en la organización de formas distribuidas e interdependientes de producción. Además, sería interesante desarrollar conceptos como “propiedad comunal” o “propiedad social” en relación con la concepción del conocimiento como bien común.

Una licencia copyleft que conserve un sentido anticapitalista debe trascender el lugar común de la propiedad privada para favorecer otras formas de gestión colectiva de lo “público”, lo “privado” y lo “común”. Pero no como si el cambio consistiera simplemente en la modificación de una fórmula jurídica, sino como forma de socavar el sistema de relaciones que sostiene al capitalismo. La formación de redes colaborativas de producción y consumo, la cooperación y la reciprocidad como valores, la importancia del valor de uso frente al valor de cambio, la sustentabilidad ambiental, la importancia de la satisfacción de las necesidades sociales, la construcción de economías de escala humana, son temas que deben entrar en la discusión sobre la protección del saber como bien social.

– Comunidad: Las licencias copyleft parecen dejar de lado el lugar del sujeto político como agente para la generación y circulación de saberes. Aquí se cuela cierta concepción del conocimiento como algo abstracto, ajeno a los sujetos que participan en su elaboración, además de que se mantiene su consideración como bien mercantil. Pero cómo se comparte un conocimiento tiene menos que ver con el régimen jurídico que con las dinámicas sociales que intervienen en ese proceso, y esto supone la existencia de sujetos históricos que participan de forma concreta en dichas dinámicas.

Entre los activistas del conocimiento libre parece existir cierta aversión al concepto de “público” como espacio de confluencia de la voluntad social, en parte como consecuencia de un sentimiento anti-burocrático y anti-corporativo engendrado en la reacción al capitalismo, pero también, paradójicamente, como expresión de la supuesta decadencia de referentes conceptuales como el Estado nacional. La defensa de los activistas del conocimiento libre sobre los bienes intangibles tiene una versión “blanda”, que concibe los commons como un espacio que carece de cualquier clase de regulación, y una versión “dura”, en la cual los commons son tales porque, además de ser compartidos e imposibles de ser susceptibles de apropiación privada o pública, se encuentran protegidos por determinadas regulaciones. Quienes ejercen estas regulaciones pueden ser o bien instituciones civiles creadas para ello, o bien comunidades organizadas en el sentido de los movimientos sociales. Las amenazas de burocratismo y el corporativismo no desaparecen del todo en el primer caso, tomando en cuenta fenómenos como el lobby. Por lo tanto nos parece más interesante explorar la segunda opción, si bien no de forma que excluya a la primera.

En este caso, la comunidad que ejerce la protección sobre un bien común – como el conocimiento – no debe ser una comunidad política en abstracto, sino un colectivo con identidad política. No desde el punto de vista de una identidad homogénea sino plural; ni tampoco como una identidad excluyente que impida a otras culturas el acceso a los bienes comunes. Se trata quizá de una comunidad en sentido cívico, construida como parte del reconocimiento de las diferencias y la voluntad de convivencia, e incluso puede tratarse de una comunidad diversa que comparta un ideal republicano. Para nosotros, la clave está en reforzar el surgimiento de colectivos que puedan forjar una identidad comunal, formada en movimientos de bases, con contenido anti-burocrático y radicalmente democrático. Es en este sentido, el propio de la democracia directa o participativa, en que el conocimiento puede considerarse como un “bien público”.

En resumen, las propuestas de licencia para garantizar el acceso al conocimiento deben tener sentido anti-capitalista, deben partir de una crítica a la propiedad privada en favor de la propiedad social, y deben estar encaminadas al respeto de las identidades políticas concretas. La construcción del conocimiento es un proceso marcado por la funcionalización de los roles grupales en la sociedad moderna, y tal proceso está mediado por las formas de distribución de bienes tangibles e intangibles en cada sociedad. La razón de ser de las licencias copyleft y copyfarleft está en facilitar el camino a modos profundamente democráticos y justos de realizar tal distribución. Los términos en los que finalmente se definan las licencias responderán por tanto al momento de desarrollo de la conciencia social sobre las contradicciones que genera la hegemonía del capital.

Pie de página

(1) Textualmente la licencia dice lo siguiente: “c. You may exercise the rights granted in Section 3 for commercial purposes only if: i. You are a workerowned business or workerowned collective; and ii. all financial gain, surplus, profits and benefits produced by the business or collective are distributed among the workerowners” (http://p2pfoundation.net/Peer_Production_License).

Referencias

Stallman, R. (2004). Software libre para una sociedad libre. España: Traficantes de Sueños.

Creative Commons. “About Creative Commons”. Disponible en: http://creativecommons.org/about

P2P Foundation. “Peer Production License”. Disponible en: http://p2pfoundation.net/Peer_Production_License

Kleyner, D. (2010). “CopyFarLeft y CopyJustRight”. Disponible en: http://blog.redpanal.org/2010/04/22/licencias-libres-y-copyfarleft/

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¡Se buscan escuelas para luchar por la biodiversidad!

JUAN ROBERTO PAREDES Y EMMA NÄSLUND-HADLEY

“Nadie es una isla, completo en sí mismo…” Todos hemos leído o escuchado el poema antes. Ciertamente, ninguno de nosotros es tan independiente como se cree. ¡Tampoco lo son los ecosistemas! De hecho, la gente y la naturaleza son interdependientes. Todo son relaciones. Hagamos lo que hagamos afecta al equilibrio medioambiental. Si no te habías dado cuenta hasta ahora, ¿no sería buena idea decírselo a los niños cuanto antes? Después de todo, ya que ellos heredarán la tierra, necesitarán saber cómo el mal manejo de sus desechos, tales como una envoltura de helado, puede afectar los suelos, litorales, océanos, cielos y principalmente ¡a ellos!

El ser consciente hoy aumenta las posibilidades de respirar aire fresco, jugar en aguas limpias y comer alimentos más nutritivos mañana. La búsqueda de la sostenibilidad ambiental despierta la conciencia de sus congéneres y de las generaciones venideras. Entonces, ¿dónde se inicia la conciencia sobre biodiversidad? La iniciativa “Súbete” del Banco Inter-Americano de Desarrollo pone en marcha en las escuelas la prevención y adaptación al  cambio climático. ¡Echemos un vistazo!

Los espacios educativos, además de su funcionalidad y del uso eficiente de los recursos naturales, potencian el aprendizaje al tiempo que ofrecen comodidad y seguridad a sus ocupantes. Construidos para tomar en cuenta a dichos ocupantes y sus condiciones ambientales circundantes, estos espacios, sus estructuras y procesos de mantenimiento operan de formas que transforman los comportamientos sociales indiferentes que amenazan con desestabilizar a los ecosistemas. En las aulas, los profesores alternan entre nueve sets básicos de planes de estudio referentes a diferentes temas asociados al cambio climático, tales como conservación de los suelos y nutrición. Los estudiantes aprenden cómo aminorar los daños que la sociedad infringe al ambiente a través de la práctica diaria de actividades educativas. Estas discusiones y experimentos vienen reforzadas con historietas, juegos didácticos, 26videos educativos, y el “Kit Verde de Herramientas”. Los niños descubren además cómo convertir basura en herramientas de aprendizaje. Por ejemplo, botellas plásticas desechadas se ven recicladas en geniales sistemas de filtración de agua o pequeños jardines; techos y azoteas se adaptan como centros agrícolas urbanos.

Los educadores ajustan sus planes para educación primaria y secundaria, a fin de llegar a todos, trátese de pensadores moderados, intermedios o avanzados. Gracias a estos planes adaptados los estudiantes comprenden conceptos básicos pero difíciles, como la influencia que montañas, mares, desiertos y mesetas tienen sobre el clima, los vientos y el agua. Se puede aprender, a todos los niveles, cómo la interacción entre litosfera, atmósfera, hidrosfera y biosfera resultó en la conformación de la tierra. Una vez interesado, TODO niño se apropia del concepto de salvar el planeta, así como de trabajar para preservar la biodiversidad. Entonces en verdad percibe y aprecia las tuberías de la ciudad que proveen agua para los jardines en los hogares, y el H2O que corre por las mangueras y se escurre hasta llegar a arroyos, que fluyen convirtiéndose en ríos y finalmente en marismas u otros cuerpos de agua más grandes. Sin negar la indiscutible evidencia científica sobre sequías, inundaciones y temperaturas globales en rápido ascenso – mismas que potencialmente comprometen los futuros suministros de agua y comida – cada lección integra estrategias bio-diversas de largo alcance, capacitando así a los niños para la búsqueda de respuestas. Al centrarse en las soluciones,  forman parte de una inversión en América Latina y el Caribe que contribuye a la salvación y enriquecimiento del planeta niño por niño. ¿No es eso hermoso?

Esencialmente, este acercamiento expone a niños y jóvenes a cambios de estilo de vida dirigidos a la preservación del ambiente. Al desarrollar una generación de personas que puedan enfrentar cualquier reto y superar cualquier obstáculo con fuerza, tenacidad y rigor, los niños se vuelven conscientes de cómo sus comportamientos diarios afectan al mundo. Las discusiones desafían al pensamiento a posarse en ideas como “¿Cómo será tu vida en 10 o 15 años? ¿Te imaginas siendo feliz, desplazándote por tus espacios favoritos, trabajando en lo que te gusta y disfrutando de hermosas plantas y aire limpio y fresco? ¿Cómo afecta tu estilo de vida hoy a tus posibilidades de disfrutar todo ello en un futuro?” ¡No se trata de un mero soliloquio! Dichas discusiones también revelen quizás verdades salidas de instituciones como la Organización Mundial de la Salud, que reporta que todas las ciudades y pueblos deberían tener un mínimo de nueve metros cuadrados (m²) de espacios verdes por persona. En América Latina hay 3,5 m² per cápita. Los niños entonces cuestionan sus realidades, comparándolas.

Con la completa consciencia de que la solución al cambio climático es compleja, “Súbete” impulsa a los docentes y más jóvenes de la región a ir por un camino diferente. Con ayudas como el “Kit Verde Escolar” los docentes inculcan la biodiversidad en sus estudiantes que tomarán la responsabilidad de salvaguardar su mundo. A través de una filosofía de ‘manos a la obra’ que promueve, mejora e incluso celebra la sostenibilidad, los niños adquieren hábitos a lo largo de sus años de aprendizaje, que se transfieren de la casa a la escuela y a la comunidad.

Sin saberlo se convierten en ciudadanos de un mundo en el que todo esfuerzo lleva a un uso más eficiente de los recursos. Mientras que distorsiones como el calor excesivo causan estragos en la agricultura global, producción de comida y recursos hídricos en varias partes del mundo, estos jóvenes embajadores aprenden a contener o incluso revertir dichos estragos con tan solo aprender a vivir de un modo diferente. Este refrescante concepto da forma a una conciencia menos influenciada por la presión académica y, lo que es más importante, casi carente de miedo. Los niños aprenden que nos son ‘islas’ individuales y que todo mundo es responsable. Así que, espabilémonos TODOS y ‘subámonos’ en contra del cambio climático.

¡A eso le llamamos poesía en movimiento!

Para acceder a Súbete haz click aquí.

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Fuente: http://blogs.iadb.org/cambioclimatico/2016/04/27/se-buscan-escuelas-para-luchar-por-la-biodiversidad/

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En Argentina: masiva marcha de estudiantes, docentes y trabajadores por el boleto estudiantil

Partieron 9.30 del complejo universitarios y desembarcaron a media mañana en el Municipio. Exigieron al gobierno de Carlos Arroyo que implemente «en lo inmediato» la gratuidad del boleto de colectivo para alumnos de facultades y terciarios públicos.

Redacción 0223 / 

Cientos de estudiantes y organizaciones sindicales, políticas y sociales realizaron una masiva movilización por las calles de la ciudad hacia el Municipio, para mostrar su descontento por la “paralización” del proyecto del boleto universitario gratuito.

Los estudiantes concentraron desde las 9.30 en el complejo universitario de Funes y Peña, y movilizó por San Lorenzo, Independencia y Luro hasta llegar a la sede comunal. La gruesa columna de manifestantes se extendía por 4 cuadras y concentró cerca de las 11 frente al palacio municipal, donde se realizó un corte de tránsito en Luro e Hipólito Yrigoyen.

En diálogo con 0223, Enrique Andriotti Romanín, secretario general de la Agremiacion Docente Universitaria Marplatense (Adum) explicó que la adhesión a la protesta estudiantil “no se dudó ni en segundo porque es defender la educación pública. Tener un boleto de colectivo gratuito es muy positivo para toda la sociedad y esperamos que con esta masiva protesta el gobierno municipal recapacite”.

Al respecto, el dirigente señaló que “la Federación Universitaria hace mucho tiempo que tuvo promesas de todo tipo. Acá siempre se trabajó con diferentes estudios técnicos para que no se aumente la tarifa plana a costa de esta lucha. Pero parece que la presión empresarial es muy fuerte, porque el oficialismo no lleva adelante el proyecto”, explicó Romanín.

La protesta cuenta con la adhesión de la CTA Autónoma, CTA de los Trabajadores, CONADU, ATE, AJB, Colegio de Técnicos, Centro de Graduados de Humanidades, Colegio de Abogados de Mar del Plata, centros de estudiantes de la Malharro, Piloto, Illia, La Chacra, CAUCES, Movimiento Universitario Evita, Franja Morada, Amaranto Corriente Universitaria, Partido Socialista, Libres del Sur, GEN, FpV, Nuevo Encuentro, Patria Grande, JPBA La Campora, JP Descamisados, Nuevo Más, Multisectoria de la Mujer, Mumala, Mala Junta y la organización Barrios de Pie.

Desde la Federación Universitaria informaron que el boleto gratuito alcanzaría a unos 15 mil estudiantes que utilizan el colectivo como medio de transporte, en los que se incluyen los alumnos de la Universidad y terciarios provinciales y municipales.

Fuente: http://www.0223.com.ar/nota/2016-5-6-estudiantes-y-organizaciones-sindicales-y-politicas-reclaman-por-el-boleto-universitario/galeria

Crédito de la Foto: Romina Elvira.

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La cultura, lugar de nacimiento de la utopía Brasil

Leonardo Boff

Prácticamente todos los principales analistas de la nación brasileña, empezando por Joaquim Nabuco y culminando con Darcy Ribeiro tenían sus ojos vueltos hacia el pasado: cómo se formó este tipo de sociedad que tenemos con características indígenas, negras, ibéricas, europeas y asiáticas. Fueron detallistas, como un Gilberto Freyre, pero no dirigían sus ojos hacia delante: qué utopía nos mueve y cómo vamos a hacerla realidad históricamente.

Todos los países que se afirmaron, diseñaron su mayor sueño, y bien o mal lo realizaron, a veces, como los países europeos, penalizando por la colonización a otros pueblos de África, América Latina y Asia. Por lo general, en un contexto de crisis se elabora la utopía como forma de encontrar una salida. Celso Furtado, que además de reconocido economista era un agudo observador de la cultura nos dice en un libro que debe ser meditado por los que están interesados en el futuro del país, Brasil: la construcción interrumpida: «Nos falta la experiencia de pruebas cruciales, como las que conocieron otros pueblos cuya supervivencia llegó a estar amenazada» (1992, p.35). No nos faltan situaciones críticas que serían las oportunidades para elaborar nuestra utopía. Pero las fuerzas conservadoras y reaccionarias «se empeñaron en interrumpir nuestro proceso histórico de formación de un Estado-nación» (p.35) por temor a perder sus privilegios.

Y así nos quedamos solamente con un Brasil imaginario, gentil, fuerte, grande, la provincia más riente del planeta Tierra, pero nos impidió la construcción de un Brasil real que integrase mínimamente a todos, multicultural, tolerante y hasta místico.

Ha llegado el momento, creo, que nos ofrece el reto de construir esta utopía. ¿A partir de qué base vamos a asumir esta tarea? Debe ser a partir de algo típicamente nuestro, que tenga raíces en nuestra historia y represente otro software social. Este nivel básico es nuestra cultura, especialmente nuestra cultura popular. Como dice Celso Furtado: «despreciados por las élites, los valores de la cultura popular proceden de su amalgama con considerable autonomía frente a las culturas dominantes (El largo amanecer, 1999, p.65). Lo que hace a Brasil ser Brasil es la autonomía creativa de la cultura de raíz popular.

La cultura es vista aquí como un sistema de valores y de proyectos del pueblo. La cultura se mueve en la lógica de los fines y de los grandes símbolos y relatos que dan sentido a la vida. Está impregnada de la razón cordial y contrasta con la fría lógica de los medios, inherente a la razón instrumental-analítica que busca la acumulación material. Esta última se impuso y nos hace solo imitadores secundarios de los países más avanzados técnicamente. La cultura siguió otra lógica, vinculada a la vida, que vale más que la acumulación de bienes materiales.

El filósofo y economista Gianetti, en sus obras, vio la fecundidad de nuestra cultura para elaborar el sueño brasileño. Pero nadie mejor que el científico social, Luiz Gonzaga de Souza Lima, en su libro todavía no reconocido: La refundación de Brasil: hacia la sociedad biocentrada (2011), donde sistematiza el eje de la cultura brasileña como articuladora de la utopía Brasil y de nuestra identidad nacional.

Nuestra cultura, admirada ya en todo el mundo, nos permite refundar Brasil, lo que significa «tener la vida como lo más importante del sistema social… construir una organización social que busque y promueva la felicidad, la alegría, la solidaridad , el compartir, la defensa común, la unión en la necesidad, el vínculo, el compromiso con la vida de todos, una organización social que incluya a todos sus miembros, que elimine e impida las exclusiones de todo tipo y a todos los niveles» (p.266).

La solución para Brasil no está en la economía como el sistema dominante nos quiere hacer creer, sino en la vivencia de su forma de ser abierto, cariñoso, alegre, amigo de la vida. La razón instrumental nos ayudó a crear una infraestructura básica siempre indispensable. Pero lo más importante fue poner las bases para una biocivilización que celebra la vida, que convive con la pluralidad de manifestaciones, dotada con una increíble capacidad de integrar, sintetizar y crear espacios donde nos sentimos más humanos.

Por la cultura, no hecha para el mercado, sino para ser vivida y celebrada, podremos anticipar, por lo menos un poco, lo que podrá ser una humanidad globalizada que siente a la Tierra como gran Madre y Casa Común. El mayor sueño, nuestra utopía, es la comensalidad: sentarse juntos a la mesa y disfrutar de la alegría de convivir amigablemente y saborear los buenos frutos de la grande y generosa Madre Tierra.

Fuente del artículo: http://www.redescristianas.net/la-cultura-lugar-de-nacimiento-de-la-utopia-brasilleonardo-boff/

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Adolescentes trabajadores y trabajadoras de la Coordinación Regional de Niños, Niñas y Adolescentes Trabajadores de Venezuela (Corenats) impulsan Agricultura Urbana

Trujillo/ Serigrafinats/ 04Mayo2016 / JadeVieras

El día sábado 30 de Abril las productoras y productores de la Empresa de Propiedad Social Directa Comunal “Serigrafinats” iniciaron la limpieza del terreno que será utilizado para el cultivo de distintos rubros, granos y hortalizas.

El abordaje se realizó en la comunidad Mesa de los viejitos parte alta, parroquia San Luis y lleva por nombre AgroNats. Tiene como finalidad promover la soberanía alimentaria por medio de la Agricultura Urbana frente a las adversidades económicas y productivas por las que nuestra realidad venezolana está pasando. Es importante destacar que estas acciones y sus resultados ayudaran a solventar las necesidades a los adolescentes trabajadores y sus familias, la comunidad cede, comunidades adyacentes y consumidor en general que desee obtener los productos a precios accesibles.

Dicha actividad contó con la participación y colaboración de instituciones como el Instituto Autónomo Consejo Nacional de Derechos de Niño, Niña y Adolescentes (IDENNA) y El Instituto Nacional de Capacitación y Educación Socialista (INCES).
Fuente: nota de prensa enviada a nuestra redacción

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Colombia: Sí hay plagio de Mineducación en proyecto de ley: juristas del Senado

Colombia: Sí hay plagio de Mineducación en proyecto de ley: juristas del Senado

Colombia/ Mayo de 2016/El Espectador

La Sección de Leyes aseguró que existen coincidencias de redacción, de forma y de fondo entre el proyecto que presentó Gina Parody y el de la senadora Sofía Gaviria.
Por: Redacción Nacional

Con el fin de dar una solución a la grave crisis en los programas de alimentación escolar (PAE) por la que una cantidad incalculable de estudiantes de las regiones han estado durante meses sin refrigerios ni almuerzos, la ministra de Educación, Gina Parody, propuso el pasado miércoles crear, a través de un proyecto de ley, la Agencia Nacional para la Alimentación Escolar (ANA) con la que se intervenga y controle por completo el trámite de los recursos para la nutrición de los menores.
Solo horas después, en el Congreso estalló la polémica por dicho proyecto. Sofía Gaviria Correa, senadora del Partido Liberal, aseguró que el proyecto de ley presentado por Parody tenía un sinnúmero de coincidencias con uno que la congresista había radicado en 2014. La principal equivalencia que tenían ambas iniciativas, es el planteamiento de una agencia que tenga como fin la inspección de los recursos.
La ministra de Educación se defendió y aseguró que la propuesta que ella tiene, tenía como prioridad el cuidado y vigilancia del dinero, algo que según Parody no contemplaba el proyecto de la congresista, quien es la coordinadora del frente contra el hambre en Colombia en el legislativo.
Para zanjar dicha discusión, la Sección Leyes del Senado sometió a análisis el proyecto de Ley 244 de 2016, presentado por Parody, y el 054 de 2014, de autoría de Gaviria, que actualmente está en curso en la Cámara de Representantes, donde pasa por su tercer debate. Los resultados: según los expertos de la Cámara Alta, entre los dos proyectos se encontraron apartados transcritos de manera literal en el proyecto presentado este año, respecto al presentado en 2014.
“No solamente existen coincidencias de redacción, sino que existe identidad de causa”, indicó el análisis de los expertos, quienes revisaron punto por punto uno y otro proyecto de ley. Aunque especifican que ambos tienen como fin la búsqueda de garantías y lucha contra la corrupción, mal principal que ha derivado en el déficit de alimentos, las funciones de la Agencia Nacional para la Seguridad Alimentaria y Nutricional que propuso la senadora Gaviria, haría inútil la creación de una Agencia Nacional para la Alimentación Escolar, iniciativa de la ministra Parody.
Los peritos de la Cámara Alta señalaron solo cinco ejemplos de transcripción literal entre los más de 60 casos que, aseguran, tienen los dos proyectos.
– En el numeral 3 del artículo 8 del proyecto del Ministerio dice:
“Emitir los lineamientos técnicos-administrativos, los estándares y las condiciones mínimas para la prestación del servicio, el esquema de operación y de ejecución del Programa de Alimentación Escolar – PAE, que deberán ser aplicados por las entidades territoriales, los actores y operadores”.
En el numeral 15 del artículo 13 del proyecto de la senadora Gaviria, dice:
“Emitir los lineamientos técnicos-administrativos, los estándares y las condiciones mínimas para la prestación del servicio, el esquema de operación y de ejecución del Programa de Alimentación Escolar (PAE), que serán aplicados por las entidades territoriales, los actores y operadores”.

– En el numeral 6 del artículo 8 del proyecto del Ministerio dice:
“Coordinar con el Instituto de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos – INVIMA, y demás autoridades competentes, la vigilancia y control de los alimentos industrializados de consumo masivo”
En el numeral 21 del artículo 13 del proyecto de la senadora Gaviria, dice:
“Coordinar con el Instituto de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos, Invima, y demás autoridades, la vigilancia y control de las fortificaciones requeridas en los alimentos de consumo masivo”

– En el numeral 2 del artículo 4 del proyecto del Ministerio de Educación se dispone:
“Equidad y protección especial a los grupos vulnerables: Se debe promover la alimentación escolar en establecimientos oficiales, priorizando la atención a los grupos poblacionales que por sus condiciones de edad, bajos ingresos, factores étnicos, ubicación en zonas de riesgo, desplazamiento e inseguridad alimentaria, presentan los mayores niveles de vulnerabilidad”.
– En el numeral 6 del artículo 4 del proyecto de la senadora Gaviria se dispone:
“Equidad, diferenciación, acceso y protección especial a los grupos vulnerables en inseguridad alimentaría: Se debe promover la realización del derecho a la seguridad alimentaria y nutricional en todo el territorio nacional y en todas las comunidades étnicas, entre otras, priorizando la atención a los grupos poblacionales que por sus condiciones de edad, bajos ingresos, factores étnicos, ubicación en zonas de riesgo, desplazamiento e inseguridad alimentaria, presentan los mayores niveles de vulnerabilidad”.
Fuente:
http://www.elespectador.com/noticias/educacion/si-hay-plagio-de-mineducacion-proyecto-de-ley-de-alimen-articulo-630918
Foto:
http://www.elespectador.com/files/imagecache/560_width_display/imagenprincipal/f6010153549122051266ab32a05493de.jpg

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