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Entrevista a Jairo Torres Oviedo: «Gratuidad en universidades públicas costaría $677 mil millones». Colombia

Según el Sistema Universitario Estatal, la matrícula de 621 mil estudiantes de pregrado de las 32 instituciones está garantizada para el segundo semestre.
El rector de la Universidad de Córdoba y presidente del Sistema Universitario Estatal, SUE, Jairo Torres Oviedo, destacó el esfuerzo que han hecho el Gobierno y los entes territoriales para garantizar la educación de los más de 621 mil estudiantes de pregrado de las 32 universidades públicas del país. No obstante, hizo un llamado a mantener esta política en el tiempo y no aplicarla solo por la pandemia.

SEMANA: ¿Cómo ha avanzado el semestre académico para las universidades públicas en medio de la pandemia?
Jairo Torres Oviedo (J.T.O.): Desde 2018, las universidades públicas hemos tenido anormalidad académica, el paro nacional, que tuvo como resultado unos acuerdos históricos por 4,5 billones de pesos para las universidades. Eso retrasó a algunas instituciones. En 2019, las marchas y movilizaciones también afectaron el calendario académico. Por esta razón, cuando empieza la pandemia, 12 de las 32 universidades públicas no habían terminado ni siquiera el segundo semestre académico de 2019. Todo el tema del coronavirus, como es bien conocido, cambia el panorama de la educación superior y nos enfrenta a unas realidades que en este país nos han significado un verdadero reto para dar continuidad a la educación; por ejemplo, el tema de la brecha tecnológica.
SEMANA: ¿Pudieron terminar el semestre las universidades públicas?
J.T.O.: Hubo plataformas estudiantiles pidiéndonos que suspendiéramos el semestre debido a todas las dificultades. Mantuvimos el pulso, cada una de las universidades hizo esfuerzos importantes y las 12 universidades que venían culminando el pasado semestre académico lo hicieron y se disponen a iniciar el primer semestre académico de 2020. En las otras universidades culminamos semestre a tiempo.
SEMANA: ¿Qué balance tienen las universidades públicas tras cuatro meses de pandemia?
J.T.O.: Es positivo haber acabado el semestre y también lo es el hecho de que pudimos recibir apoyos por $97.500 milones por parte del Gobierno, para garantizar la educación de estratos 1 y 2, que están en condición de vulnerabilidad en las universidades públicas. Hemos solicitado apoyo para superar las brechas en materia de conectividad y hemos conseguido recursos. Esa parte es positiva.
SEMANA: Muchas universidades prevén un desplome en las matrículas. ¿Cuál es la proyección en las públicas?

J.T.O.: Como SUE hicimos un sondeo y evidenciamos que la deserción para el próximo semestre sería muy compleja debido a la crisis económica que ha generado el coronavirus. Hay que tener en cuenta que el 70,9 % de los 621 mil estudiantes matriculados en las 32 universidades públicas son de estratos 1 y 2. Sin duda, la deserción nos preocupa porque, por la pandemia, las familias de esos estudiantes se han visto afectadas, han perdido sus empleos. Por esa razón, para evitar esa deserción que creemos podía ser del 50 %, propusimos el modelo de gratuidad en la educación para las universidades públicas.

SEMANA: ¿Qué le propusieron al Gobierno respecto a la gratuidad?

J.T.O.: Pusimos como ejemplo lo que hicimos en la Universidad de Córdoba y que se ha replicado en otras universidades públicas. Hay que tener en cuenta varios factores. El 48 % de los recursos de las 32 universidades del SUE son propios. Eso equivale a 3,5 billones de pesos al año. De esos 3,5 billones, 1,1 billones equivalen a las matrículas, que 677 mil millones son de matrículas de pregrados y el resto son de posgrados. En ese orden de ideas, si el Gobierno quisiera montar una política pública de gratuidad para los estratos 1 y 2, eso costaría 677 mil millones de pesos al año. Eso les planteamos.

SEMANA: ¿Es factible tener esos recursos?
J.T.O.: Lastimosamente, no es la realidad. Por esa razón, las universidades buscan otras fuentes de financiación. Primera fuente: las matrículas de pregrado. Por eso, las matrículas en universidades públicas tienen un valor que oscila entre 380 mil y un millón de pesos en las universidades regionales. Por ejemplo, en Córdoba una matrícula de pregrado cuesta 500 mil pesos. Además, están las matrículas de posgrado, venta de servicios, laboratorios, diplomados, seminarios y cursos, que nos ayudan a constituir los recursos de ese 48 %. El Gobierno nos dio la línea de crédito para solventar nómina y los 97.500 millones para repartir entre las 32 instituciones públicas. Algunas recibieron 3.000 millones pesos; otras más y otras menos.
SEMANA: ¿Alcanzaron los 97.500 millones para el modelo que proponen? 

J.T.O.: En Córdoba, las matrículas de los 17 mil estudiantes nos cuestan 13 mil millones de pesos al año, es decir, por semestre son 6.500 millones. Una fuente fueron los $2.500 millones que nos tocaron del total que dio el Gobierno, la Gobernación nos dio 1.000 millones de pesos, la Alcaldía de Montería nos dio 600 millones, a lo que sumamos otros recursos que teníamos del monto que se consiguió durante el paro de 2018. Los teníamos destinados para otras cosas pero se usaron para la gratuidad. Ese mismo modelo lo hicieron Magdalena, Cartagena, Cundinamarca y la gran mayoría de instituciones. Pero es un modelo transitorio. El reto es volver este modelo permanente en el tiempo, porque después del segundo semestre la crisis no desaparecerá como si nada.
SEMANA: ¿Cómo establecer ese modelo de gratuidad de manera permanente?

J.T.O.: Proponemos al presidente Duque que se incrementen esos 97.500 millones a 200 mil millones en forma permanente para la gratuidad. En Córdoba, a través de ordenanza de la asamblea, se creó el Fondo de Educación Superior, que lo componen 15 % del impuesto de registro y 5 % de licores; es decir, que va a manejar 3.200 millones fijos que se actualiza año tras año. Nosotros con ese fondo, que va a perdurar, tendremos la fuente de recursos. Propusimos al alcalde de Montería que haga un fondo similar. Creemos que ese modelo se puede replicar en todo el país.

SEMANA: ¿Entonces está asegurada la educación de los 620 mil estudiantes de universidades públicas de cara al segundo semestre?
J.T.O.: La educación de nuestros estudiantes en las 32 universidades públicas está garantizada. Como digo, por la procedencia de nuestros estudiantes, esos estratos 1 y 2 tienen su gratuidad. Eso está garantizado. Hay que reconocer el esfuerzo del Gobierno nacional y los entes territoriales.
SEMANA: ¿Qué pasa con el 30 % de otros estratos? La crisis ha tocado prácticamente a todos los sectores…
J.T.O.: La clase media está sin empleo. Sé que las prioridades de un padre de familia en esa situación no es el estudio para sus hijos. En las universidades públicas, al haber hecho el esfuerzo tan grande para la gratuidad en los estratos 1 y 2, también incluimos al resto de comunidad estudiantil. En Córdoba eran 350 muchachos. Los vinculamos en estos modelos de gratuidad y lo mismo se está aplicando en otras regiones. En un futuro se debe mirar el tema de esos sectores, teniendo en cuenta las posibilidades de cada estudiante y su familia. De eso se trata un modelo de gratuidad justo y equitativo: que cada quien aporte de acuerdo con sus posibilidades para garantizar la educación de los más vulnerables.
SEMANA: ¿En el segundo semestre del año volverán a la presencialidad?
J.T.O.: En el caso de las ocho universidades del Caribe, decidimos que no retomaremos la presencialidad, ya que esta región ha sido muy impactada por la pandemia. No queremos correr ningún riesgo con la alternancia. En las otras regiones cada universidad será autónoma, aunque otras se han sumado, como es el caso de la Universidad Nacional. Hay que tener en cuenta que adoptar los lineamientos del ministerio costaría a las universidades grandes inversiones, y en el momento no están los recursos.
Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/es-posible-la-educacion-superior-gratuita-entrevista-al-presidente-del-sue/683724
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Chile: Organizaciones docentes proponen «receso pedagógico» en pro de la salud mental en pandemia

Comúnmente julio es el mes de las vacaciones de invierno, sin embargo, hoy las comunidades educativas denuncian que no pueden tomarse ese tiempo y renovar energías para el segundo semestre. Esto debido a lo que señalan como una «decisión unilateral» que tomó el ministro de educación Raúl Figueroa. De acuerdo a lo señalado por el Ministerio, lo que por ningún motivo puede ocurrir es que el denominado «receso» se transforme en vacaciones, ya que eso, a juicio de la cartera, sería un incumplimiento del Calendario Escolar Regional.

El Mineduc ha propuesto que los colegios realicen un «cambio de actividades», lo cual significa modificar sus procesos actuales para que los y las estudiantes puedan ponerse al día en las materias, capacitaciones para las y los docentes, o jornadas para fortalecer el vínculo pedagógico. A juicio de las comunidades educativas, esto no sólo desconoce que dichas actividades han sido parte del agobio que ha significado para docentes y estudiantes este proceso, sino que además, «expresa la convicción de que estas actividades no forman parte del trabajo docente y que, además, son equivalentes a un descanso».

En este contexto de crisis, las comunidades exponen que la continuidad del proceso educativo ha dependido, en gran medida, de la salud mental de las y los docentes. «En lugar de proponer lineamientos claros que garanticen el bienestar de las comunidades, el Mineduc sólo ha propuesto ‘orientaciones’ que suman acciones a su situación actual de agobio, circunstancia que resulta especialmente crítica para las profesoras que cumplen doble o triple jornada laboral (labores domésticas, reproductivas y de cuidados). Esto último, adquiere especial relevancia, dado que el 74% del total del cuerpo docente son mujeres», señalan a través de una declaración pública.

«Sabemos que los y las docentes, desde sus hogares, han hecho muchísimos esfuerzos que no corresponden a su área de trabajo para garantizar la continuidad del proceso educativo. Por ejemplo, se han auto capacitado en diversos aspectos, han creado nuevos recursos para apoyar a sus estudiantes (distribución de material impreso, cooperación socioeconómica, programas de radio o transmisiones en vivo, etc.). Han proporcionado sus números personales de celular para recibir y contestar mensajes en cualquier horario, además de llevar a cabo los procedimientos técnicos y burocráticos propios de las escuelas y sus estructuras. Ante la falta de plataformas educativas o de un acceso a internet garantizado para las familias, todo el costo económico, familiar y personal ha sido asumido por el profesorado», añaden los docentes.

Por su parte, dicen, niñas, niños, jóvenes y sus familias, han debido enfrentar este nuevo escenario con mucho esfuerzo, sin ningún derecho o garantía, dependiendo de la condición socioeconómica y el capital cultural de sus familias, en medio de una crisis sanitaria que ha traído consigo empobrecimiento, desempleo, e incluso el fallecimiento de sus seres queridos. Por esto, creen que el receso pedagógico debe ser pensado como una necesidad y un derecho para garantizar la integridad y sostenibilidad de los procesos educativos, no como una alternativa o intercambio, cuyo costo pueden asumirlo solo establecimientos particulares o la voluntad de algunos municipios.

La declaración es firmada por la Red Docente Feminista junto a distintas organizaciones que suscriben a esta demanda, entre ellas la FECH, FENATED, MUD: Movimiento por la Unidad Docente, MED: Movimiento Educación Diferencial, Colectiva Pizarra Chueca de Profesorxs de la diversidad y disidencia sexual, Campaña Alto al SIMCE, REPROFICH Red de Profesores y Profesoras de Filosofía de Chile y distintos sindicatos docentes.

«Llamamos a establecer un receso pedagógico que permita a las y los profesores, estudiantes y familias, a hacer una pausa, evitando el colapso que el mal manejo de la crisis ha propiciado y que, sumado al agobio y las malas decisiones desde el Mineduc, llevaron a adelantar las vacaciones en abril, las que no implicaron, debido al contexto actual, ningún descanso efectivo para la comunidad», concluyeron.

Respuesta del Mineduc

El Ministerio de Educación respondió para «clarificar algunas ideas» referidas al denominado «receso» que las comunidades escolares y equipos directivos han consultado y que, en general, aseguran, «también hemos conversado».

Primero, desde el Ministerio de Educación aseguran que «no ha entregado ningún pronunciamiento oficial con respecto a los denominados recesos, razón por la que este tema no ha sido propiciado ni orientado por el Mineduc».

«En todo el tiempo de prolongación de la crisis sanitaria y de la respectiva suspensión de clases presencial, el Ministerio de Educación ha propiciado y fomentado la continuidad del proceso educativo, tanto en lo referido a los aprendizajes a distancia, como en las temáticas de apoyo y contención socio y psicoemocional a estudiantes y familias, entregando orientaciones, materiales y dispositivos de apoyo a las comunidades escolares: Priorización Curricular, plataforma aprendo en línea, Material Aprendo en Casa, Bitácora para el Autocuidado Docente, videoconferencias varias, entre otros»; aseguran desde la cartera dirigida por Raúl Figueroa.

Sin perjuicio de lo señalado, agrega el Ministerio de Educación, «es perfectamente posible que las comunidades escolares puedan reorientar el proceso educativo, ya sea disminuyendo las actividades académicas, en los tiempos que consideren, y priorizando temáticas de apoyo y contención socioemocional y autocuidado para, de esa manera, ir compatibilizando los dos pilares fundamentales del proceso educativo en contexto Covid: Aprendizaje a Distancia y Apoyo y Contención Socioemocional a estudiantes y familias».

De acuerdo a lo señalado por el Ministerio, lo que por ningún motivo puede ocurrir es que el denominado «receso» se transforme en vacaciones, ya que eso, a juicio de la cartera, sería un incumplimiento del Calendario Escolar Regional.

«En ese sentido, todas las reuniones y/o actividades convocadas por las instituciones del Sistema de Aseguramiento de la Calidad y que vinculan a equipos directivos y docentes debieran mantenerse y no alterarse por los denominados «recesos», ya que, como se ha señalado, el proceso educativo no debe ser interrumpido sino reorientado», cerraron.

Fuente: https://www.elmostrador.cl/noticias/pais/2020/07/10/organizaciones-docentes-proponen-receso-pedagogico-en-pro-de-la-salud-mental-en-pandemia/

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Escolaridad y domesticación

La escolaridad, si no es crítica y liberadora, es domesticación. ¿Para qué sirven los profesionistas?

1. No confundo educación con escolaridad, aunque en la sociedad capitalista muy poco se valora la educación -que es espontánea- para otorgarle un papel preponderante a la escolaridad que se justifica con papeles, certificados, calificaciones, títulos, todo para demostrar hasta qué grado hemos sido domesticados para tener derecho a formar parte del sistema. Hoy en México hay profesionistas en todos los campos, obedientes de las órdenes de quien manda en el sistema de explotación y opresión. Se propaga que a mayores estudios mayor capacidad de liberación; pero no, al contrario, a mayores títulos más grandes privilegios y mayor subordinación.

2. Lo visto en más en 50 años es el crecimiento de la escolaridad con millones de estudiantes, decenas de miles de escuelas y maestros, la multiplicación de las clases medias en medio de su pobreza económica; pero también el agigantado crecimiento de una economía que sólo ha beneficiado a un millar de familias propietarias de todo. La sociedad mexicana, en vez de caminar hacia el igualitarismo, producto del enorme crecimiento de la educación escolarizada, ha seguido sufriendo la extrema e injusta desigualdad. La escolaridad para la domesticación, en vez de indignarse y protestar ante esa realidad, ha preferido adaptarse a la clase dominante.

3. Sí, es indudable, para que un pueblo sea libre necesita educación. Espero que López Obrador, su secretario de Educación: Moctezuma, los maestros de la CNTE, el SNTE y seguidores de la Gordillo, entiendan que el “Plan Educativo” no puede consistir en enterrar la vieja reforma peñanietistas o hacerle algunos cambios para que todo siga igual. Se necesita una reforma liberadora, libertaria, que enseñe a los alumnos a investigar y criticar todo, en primer lugar –“con todo respeto”-, todo autoritarismo del maestro, de los padres, del cura, gobierno, patrones, de los textos. Que maestros y estudiantes investiguen antes de adoptar un juicio o una posición.

4. Los estudiantes y sus maestros, aparte de aprender a pensar y planear, tienen que salir de su salón de clases, de sus escuelas, de su comunidad, para estar en contacto con otras personas, otras cosas, con la vida. ¿Para qué carajos sirven a la sociedad estudiantes, profesionistas, que no difunden sus pensamientos, sus experiencias, sus necesidades, sus demandas, creciendo con temores y miedos a la autoridad y el poder? Conozco más de 100 títulos sobre educación y libertad, pero por su sencillez y claridad he recomendado mucho leer a Ivan Illich sobre la escolaridad, a S. Neill sobre la libertad y a Paulo Freire sobre educación y poder.

5. ¿Para qué se requieren más días y más horas de clase a la semana o al mes si se busca solamente adaptar a los estudiantes al sistema autoritario de explotación capitalista? Necesitamos otra educación; no más conocimientos inútiles que no ayuden a pensar, a investigar, analizar. ¿Para qué carajos nos sirve la historia, biología o matemáticas como enseñanzas memorísticas o repetitivas sino es para transformar el mundo? Pienso que de por sí hay personajes pusilánimes, pero hasta estos entran en movimiento y acción cuando se apropian del pensamiento crítico y libertario. ¿Para qué más profesionistas con pensamientos y acciones acomodaticias?

6. Pienso que el gobierno lópezobradorista debe ser vigilado para que no sea más de lo mismo. La CNTE ha demostrado durante casi 40 años que está muy lejos de cualquier oportunismo, que lo ha combatido de manera consecuente; pero puede caer en el sectarismo al tomar de antemano el rechazo a otras posiciones que podrían romper con el estancamiento tan dañino a casi 4 décadas de lucha permanente. Por allí tiene que trabajar para discutir y analizar propuestas que podrían ayudar a fortalecer las batallas magisteriales. Para alcanzar la libertad, también los maestros sindicalistas debemos batallar contra el autoritarismo externo e interno. (8/VIII/18)

Fuente: https://www.transformacion-educativa.com/index.php/articulos-sobre-educacion/245-escolaridad-y-domesticacion

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Reportaje: Confinadas al olvido. Ecuador

Las nacionalidades y pueblos indígenas del Ecuador viven una doble pandemia: la del coronavirus y la del abandono.

La crisis sanitaria ha evidenciado las difíciles condiciones en las que viven los indígenas. Sus reclamos siguen siendo los mismos que los de hace años: educación digna para sus hijos, salud y alimentación —con la llegada del coronavirus, se han agravado aún más.

Muchas de las nacionalidades indígenas no conocen con exactitud o desconocen por completo el número de casos positivos para coronavirus. Algunos de ellos cuentan que el Ministerio de Salud va a sus territorios, les hace las pruebas pero no les comparte los resultados, y en otros casos como el de los waorani solo se limita a realizarles pruebas rápidas sin comunicarles los resultados. El Ministerio de Salud no clasifica por etnias a los contagiados por eso es imposible saber cuántos son.  Pero según la Confederación de Nacionalidades Indigenas de la Amazonía (Confeniae), en las once nacionalidades amazónicas se han hecho 2.673 pruebas de detección. “Más de un 60% corresponde a pruebas PCR”, dice Andrés Tapia, uno de sus dirigentes. 1.276 han dado positivo y 37 personas han muerto, dice Tapia.

En Ecuador hay 15 nacionalidades indígenas y 18 pueblos. Una nacionalidad es un conjunto de pueblos milenarios, anteriores y constitutivos del pueblo ecuatoriano. Tienen una identidad histórica, idioma, cultura común y viven en un territorio con sus propias formas de organización social, económica, jurídica,  política y ejercicio de autoridad. Los pueblos están conformados por comunidades regidas por sus propios sistemas de organización social, económica, política y legal.

De las 15 nacionalidades, 11 viven en la Amazonía. Siete —Shuar, Achuar, Shiwiar, Andwa, Secoya, Sapara y Kichwa— son transfronterizas. Todas viven en zonas donde el extractivismo minero y petrolero pone en riesgo sus formas de vida y los ecosistemas locales. Todas han sido históricamente abandonadas por el Estado. A esos peligros se suma ahora el covid-19.

Kichwa: la más golpeada por el coronavirus

La nacionalidad kichwa amazónica es una de las más numerosas del Ecuador, pero también es una de las que más estragos ha sufrido por el contacto con el mundo no indígena. En la pandemia del coronavirus, no ha sido distinto: es la que más contagios registra. La Confeniae estima que son cerca de 699 casos positivos en toda la nacionalidad. Carlos Antonio Vargas, dirigente del consejo de coordinación de la nacionalidad, cuenta que “el covid-19 está en todas las comunidades”. Tampoco tiene cifra exacta de cuántas comunidades son pero calcula que poco más de 500. Vargas dice que el verdadero problema es que el Estado se ha dedicado a atender más a la ciudad que al campo. “Estamos aislados, las comunidades están enfermas, han pasado la enfermedad y para la recuperación hay que darles vitaminas, y estamos aislados”, dice el dirigente.

La asistencia del Ministerio de Salud es una realidad lejana para muchas comunidades kichwa. “Solo nos han dicho que no hay recursos económicos para comprar medicamentos y no sabemos qué hacer”, dice Vargas. La única solución que han encontrado las comunidades kichwa es la medicina ancestral. Vargas dice que las personas contagiadas han pasado hasta un mes recuperándose con plantas medicinales: lianas, cortezas, hojas, raíces de plantas medicinales para hervir y hacer una infusión concentrada. “Eso están tomando y sí ha ayudado, sobre todo a la gente más joven, a salir más rápido, pero hay complicaciones en las personas mayores”, dice Vargas. [/fusion_text]

coronavirus en las nacionalidades indígenas de Ecuador.

Fotografía de Heriberto Gualinga.

Patricia Gualinga, lideresa del pueblo kichwa de Sarayaku, dice que las personas de su comunidad suponían que era una gripe común. “Pensaban que aquí en Sarayaku no había nada, pero nosotros sospechamos que algo estaba pasando porque esta era una gripe muy extraña”, dice la lideresa.

En ese momento comenzaron a gestionar pruebas rápidas para covid-19 con ayuda de organizaciones no gubernamentales. El Ministerio de Salud “no ha hecho mayor presencia”, dice Gualinga. Cuando hicieron las primeras pruebas rápidas, 25 de las 80 muestras tomadas, dieron positivo.

Después de conocer los resultados, llamaron al Ministerio de Salud para informarse de los protocolos que debían seguir. Sin embargo, recuerda Gualinga, la respuesta no fue la esperada. Dice que les dijeron que se laven bien las manos, que se abastezcan de jabón y que se mantengan distantes. Estas recomendaciones resultan complicadas de aplicar en comunidades que viven en medio de la selva.

La emergencia sanitaria no es la única que se vive en Sarayaku. Gualinga dice que también han tenido que pasar por inundaciones muy severas, que han arrasado con viviendas y con más del 80% de los cultivos. Con los caminos cerrados por la crisis sanitaria, esto ha hecho que mucha gente pase hambre por la falta de alimentos cosechados en el territorio y la imposibilidad de traerlo desde fuera. Se estima que cerca de 20 kichwa han fallecido por coronavirus.

Achuar: el coronavirus llega por la carretera

Los achuar, que viven en la Amazonía centro sur del Ecuador, registran cerca de 500 casos confirmados de covid-19. Domingo Peas dice que la cifra es mayor solo que la falta de recursos económicos para poder trasladarse en avionetas a comunidades más alejadas les ha impedido a las autoridades tanto del Ministerio de Salud como de las organizaciones indígenas ir a hacer más pruebas.

Peas dice que una de las comunidades más afectadas es Popataza, por su cercanía a la carretera y porque iban comerciantes de Guayaquil a comprar balsa. Cuando aparecieron los primeros síntomas, dice Peas, la gente pensaba que “era un trancazo y casi no decían nada”. Después de realizarse los primeros exámenes se dieron cuenta que se trataba del nuevo coronavirus.

Otra de las posibles causas de la llegada de la pandemia a la nacionalidad achuar, dice Domingo Peas, fue la necesidad de los más jóvenes de salir en busca de Internet. “Usted sabrá que todos los estudiantes ya no reciben clases y para poder cumplir su rol de deber tenían que ir de diferentes comunidades, como Popatazam porque ahí había internet. Esa fue otra de las razones por las que algunas comunidades ya están infectadas”, dice Peas.

coronavirus en las nacionalidades indígenas de Ecuador

Un grupo de achuar recibe una dosis de vitamina C y complejo B. Fotografía de Tiyua Yunkar, presidente de la nacionalidad achuar.

“Los indígenas están prácticamente abandonados”, dice Peas con resignación. Están preocupados por la falta de apoyo y atención.  Las pruebas para detectar el coronavirus se han hecho gracias al apoyo de la Universidad San Francisco y la de las Américas y por la gestión  de la Nacionalidad Achuar del Ecuador (NAE) y la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae). Lo único que el Ministerio de Salud ha puesto ha sido el personal que las ha hecho. Peas dice que para contrarrestar la enfermedad, han recurrido a su medicina natural.

Para los achuar, la alimentación también fue crítica. Muchos viven de la caza y pesca, pero los síntomas de coronavirus ha hecho que muchos no puedan salir a hacerlo. Si a esto se le suma lo difícil que se vuelve enviar kits alimenticios a las comunidades más alejadas,  la emergencia se duplica. “Lo único que yo he sugerido es que haya solidaridad entre las familias de los que están contagiados y los que no están contagiados porque así lo hicimos aquí en mi casa”, dice Peas.

Siona: sin pruebas hechas pero con casos sospechosos

En la nacionalidad Siona, cuyo territorio traspasa la frontera colombo ecuatoriana, no hay casos confirmados. Pero, en realidad no es una buena noticia. Lo que pasa es que aún no se han realizado testeos PCR ni pruebas rápidas. Lo que se conoce, según la experta María Espinoza, es que hay “casos sospechosos con sintomatología asociada”.

coronavirus en las nacionalidades indígenas de Ecuador

Fotografía de Fundación Alianza Ceibo.

Hay también entre los Siona otro problema muy grave: un brote de dengue, una enfermedad tropical que tiene una sintomatología muy similar al covid-19, como fiebre y dolor corporal. Podría ser cualquiera de las dos enfermedades. Para Espinoza es necesario que los “Estados ecuatoriano y colombiano, porque los Siona son un pueblo transfronterizo, realicen procesos de diagnóstico urgentemente”. Hasta ahora, han tratado esos síntomas con medicina tradicional.

Como en otras nacionalidades, la ausencia de la autoridad sanitaria estatal es una constante. Eso no es todo: la falta de alimentos en las comunidades sionas es otro grave problema. Ser una nacionalidad transfronteriza no es una ventaja —es más, parece que  esa condición los deja aún más relegados. Las cerca de 42 familias sionas que están en territorio ecuatoriano han recibido apenas en dos ocasiones raciones alimenticias. La primera fue entregada por el gobierno, duró solo tres días. y una segunda ocasión fue un kit de Alianza Ceibo, una organización que trabaja por las comunidades amazónicas.  Hasta el momento, los siona no cuentan fallecidos entre su gente.

Waorani: el miedo de perder a sus mayores 

El 14 de mayo de 2020, la nacionalidad waorani confirmó su primer caso de coronavirus, en la comunidad Miguaguno de la provincia de Orellana. Ha pasado poco más de un mes y los contagios han aumentado exponencialmente en sus comunidades. La presidenta del  Consejo de Coordinación de la Nacionalidad Waorani de Ecuador en Pastaza (Conconawep), Nemonte Nenquimo, dice que “hay bastantes contagios” en las provincias de Pastaza, Napo y Orellana donde vive la nacionalidad.

Según Nenquimo, el contagio ya está dentro en el Yasuní. En la comunidad de Teweno hay 39 casos positivos, en Tiwino 27, Diapare 29, Toñampari 72, Quenahueno 20, Nemonpare 26 y Damoitaro 3. Nenquimo dice que el  primer contagio fue en un lugar donde los pueblos waorani tienen más cercanía con la carretera y petroleras.

Cuando alertaron que había síntomas sospechosos, según la lideresa, las autoridades “fueron a las comunidades, fueron a medir con termómetro y dijeron “ahh, está resfriado, no pasa nada”. Al no haber una alerta, los waorani pensaron que era una simple gripe “y empezaron a jugar, a hacer mingas, a comer, ir de cacería juntos y visitarse entre comunidades”, dice Nenquimo. Así se habría propagado el virus.

coronavirus en las nacionalidades indígenas de Ecuador

Líderes waorani se alistan para llevar a cabo una rueda de prensa virtual el 21 de mayo 2020, para informar sobre la emergencia covid-19 en territorio y las acciones legales que están tomando, Shell, Pastaza, Amazonía ecuatoriana. Fotografía de Mitch Anderson / Amazon Frontlines.

A pesar de que el 17 de junio, se aceptó la solicitud de medidas cautelares contra el Estado planteada por la nacionalidad Waorani por la falta de atención para controlar la pandemia en territorio waorani, no se ha hecho nada. Nenquimo dice que el  “Ministerio de Salud Pública no ha respondido”. Dice que hace poco más de dos semanas, el personal médico del Ministerio ingresó al territorio waorani a hacer pruebas rápidas. Pero no informaron cuántos contagios había: “para poder ayudar y comunicar a nuestras comunidades para decir que cuántos hay positivos, cuánto no, para que puedan prevenir eso”, dice Nenquimo.

La falta de ayuda ha hecho que los waorani impongan su propia cuarentena. Nadie entra, nadie sale. Para tratar a los contagiados, los waorani han usado su medicina ancestral. Nenquimo dice que gracias al conocimiento de los abuelos de las comunidades han podido aliviar los síntomas. Para eso han usado bejuco, con raíces, con ortiga, con muchas cosas que hay dentro de la selva.

Su pedido es uno solo: que los traten como personas. “Nosotros como pueblo waorani ¿qué somos? ¿Somos animales o qué? Nosotros waorani somos humanos también y necesitamos que nos respeten nuestro derecho de la vida”, dice la lideresa. Su mayor temor es que los abuelos mueran por covid-19, pues son los guardianes de la cultura waorani.

Sápara: un contagio podría acabar con toda una nacionalidad

Los sápara son una de nacionalidad indígena en riesgo de desaparecer. Para Belén Páez, directora de la fundación Pachamama, como son tan pocos, “les ha hecho que tomen medidas bastante estrictas” para que la gente se quede en el territorio. Otras de las razones por las que no ha entrado el virus del covid- 19, dice Páez, es porque no hay una conexión del territorio con vías terrestres: hay que usar aviones para salir. Los sápara que están en el Puyo, la ciudad más cercana al territorio, sí se han contagiado.

Según Páez, quienes se quedaron en la ciudad se contagiaron y no recibieron asistencia inmediata en los hospitales urbanos. Quienes están contagiados, que son dos o tres personas, se están recuperando con plantas medicinales, dice Páez.

coronavirus en las nacionalidades indígenas de Ecuador

Fotografía de Diego Ayala para GK.

A pesar de que en territorio sápara no hay contagios confirmados, el Ministerio de Salud no lo ha visitado. Belén Páez dice que las pruebas que se han hecho son “más un proceso de autogestión y de trabajo interno”. Su llamado es el mismo que otras nacionalidades: ayuda urgente para lugares que son muy lejanos y que solo se puede entrar en avioneta. Para Páez, ahí hay gente que por no contar con un respirador o atención básica están en riesgo de morir. Y como solo quedan cerca de 559 sápara en todo el mundo, esas muertes podrían ser el fin de una cultura entera.

Shuar: sobrevivir sin recursos, una misión casi imposible

Federico Katán, el presidente de la Federación de la Nacionalidad Shuar de Pastaza (Fenaship), dice que no conoce de una cifra exacta de contagiados en su nacionalidad. Estima que cerca del 70% de los shuar ya están contagiados.

Sobrevivir durante la pandemia sin recursos ha sido una misión casi imposible. “Estamos prácticamente abandonados por el Ministerio de Salud. Tampoco ha llegado apoyo de los gobiernos seccionales”, dice Katan resignado. Muchas de las personas de las comunidades se las han ingeniado para conseguir ayuda de organizaciones de la sociedad civil.

La única ocasión que llegó el Ministerio de Salud fue cuando las personas de la comunidad les pidieron que realicen pruebas rápidas, meses atrás. “Desde ahí no hemos visto el ingreso de una brigada médica por parte del Ministerio de Salud”. Con ayuda de organizaciones no gubernamentales y la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae) han logrado comprar pruebas rápidas. Lo único que hizo el Ministerio de Salud, según Katán, fue poner el personal médico para realizarlas.

Fotografía de Federico Katán, presidente de la Federación de la Nacionalidad Shuar de Pastaza.

Combatir la enfermedad sin recursos es la historia de las comunidades indígenas. Los pocos subcentros de salud que hay en la región están desabastecidos. La razón que les dan a las personas de la comunidad es que no ingresan los medicamentos por las restricciones de movilidad que hay en el país.

Lo que han podido hacer es recolectar plantas y preparar medicinas naturales para los enfermos. Katán explica que las preparaciones que han hecho las han compartido a través de la radio. “Les decimos, tal planta es buena para esto, tal planta mezclarla y apliquen”, dice. Aunque el conocimiento ancestral les ha ayudado, reconoce que la “medicina occidental” es también necesaria y pide apoyo para llevarla hasta sus territorios.

Hasta el momento, hay cuatro shuar muertos por covid-19. Uno de ellos fue llevado a un hospital, donde murió a la espera de ser atendido. Katan dice que a ninguno de los fallecidos les hicieron pruebas PCR o pruebas rápidas para poder confirmar la enfermedad.

Cofán: sin contagios pero sobreviviendo a la falta de alimentos 

Hasta el momento, las comunidades cofán no registran casos confirmados de coronavirus. Nixon Narváez, parte de la nacionalidad, dice que ha sido muy importante que las familias “no tengan que salir, evitando que se puedan contagiar”.  Lo han logrado gracias al trabajo de todos los cofán, dice.

Las visitas del Ministerio de Salud han sido pocas. Apenas dos veces fueron sus brigadas a las comunidades cofán. al inicio de la pandemia. Desde ese momento, como es de costumbre, ha sido más notoria su ausencia.

Para los cofán es una buena noticia que no haya contagios, pero Narváez reconoce que lo más duro ha sido sobrevivir durante la pandemia. “Ha sido difícil el acceso a la alimentación”, dice. Pero con el apoyo de organizaciones y fundaciones han podido conseguir raciones alimenticias.

Shiwiar: agobiados por la incertidumbre

La nacionalidad shiwiar registra 15 personas con coronavirus. Los principales síntomas que presentaron fueron dolor de cabeza, fiebre, tos y dolor corporal. Edison Gualinga, presidente de la nacionalidad, dice que no tienen atención médica para poder ayudar a las personas contagiadas a recuperarse.

coronavirus en las nacionalidades indígenas de Ecuador

Fotografía de Edison Gualinga.

La incertidumbre es una constante. Gualinga dice que el Ministerio de Salud fue dos veces a las comunidades shiwiar. Una de ellas fue a Juyuintza, donde hicieron pruebas rápidas. Todas salieron negativas. Según Gualinga, hay varias personas que tuvieron un resultado negativo en las pruebas pero tienen síntomas asociados al covid-19. Como muchas otras nacionalidades, los shiwiar han coordinado con organizaciones indígenas como la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae) para realizar exámenes.

Awá: los más afectados en la Costa

La nacionalidad awá sospecha que hay posibles casos de coronavirus entre sus comunidades. No tienen ninguna certeza porque todavía no les han realizado prueba alguna para confirmarlo. “No puedo indicarle un número de contagios, porque primero que no hemos tenido ninguna prueba realizada, entonces por el momento en la Nacionalidad Awá, no podríamos indicarle si es que hay contagios”, dice Jairo Cantincuz, presidente de la Federación de los Centros Awá del Ecuador. Además, cree que en el centro Awá del Baboso en Carchi hubo una familia de la comunidad que estuvo contagiada, pero ya se recuperó.  “No es confirmado que tengan covid-19 porque no hay pruebas pero por los síntomas lo pensamos”, explica Cantincuz.

Las comunidades Awá en la costa han sido las más afectadas. Una de ellas es la comunidad de Mataje, en San Lorenzo, en la provincia de Esmeraldas. Ahí, cerca de 40 personas han tenido síntomas propios del covid-19. Los ruegos para que llegue el Ministerio de Salud han sido infructuosos “si les dicen que visiten ellos te dicen que no tienen autorización, entonces es un protocolo tenaz”, dice Cantincuz.

coronavirus en las nacionalidades indígenas de Ecuador

Fotografía de Jairo Cantincuz.

Insistir ha sido lo único que han podido hacer frente a los contagios. Cantincuz dice que están coordinando con el Ministerio de Salud para que se haga una visita a todas las comunidades Awá.

El acceso a la alimentación y educación son problemas sin resolver. A pesar de que varias instituciones han entregando raciones alimenticias, no alcanzó para todos. La comunicación dentro del territorio es muy complicada porque no tienen señal de teléfono o Internet. “Es una situación compleja”, dice Cantincuz.

Quijos: el principal desafío ha sido económico

Sin ayuda y sin dinero, la nacionalidad Quijos hace cuentas propias estimadas. Marcos Tanguila, Presidente de la nacionalidad, dice que no cuentan con cifras oficiales exactas, pero que los contagiados “no pasarán de más de 40”. Al no haberse realizado pruebas, Tanguila dice han tratado los síntomas asociados al covid-19 con saberes ancestrales.

Se han curado con plantas medicinales. Dicen que en su tierra están tranquilos y que se han curado por sus autodefensas. Pero el Estado no ha llegado hasta allá. “Las autoridades nos han tomado en cuenta, ni se han acercado a las comunidades” dice Tanguila.

El principal desafío para los quijos ha sido económico. Ministerios y gobiernos locales han ofrecido kits alimentación. “Se la han dado a ciertas personas políticamente conocidas o que han trabajado políticamente”, dice Tanguila. “De ahí a otras personas casi nada. Tienen hambre pero no duramente porque nuestra gente tiene yuca, tiene plátano, tienen chonta entonces estamos tranquilos y no ha pasado casi nada”, dice el dirigente.

Tanguila dice que los que están tranquilos son los que viven aún en el campo. “Pero nuestros hermanos que viven en la parte urbana, sí han tenido problemas de alimentación y económicos”, dice el dirigente.

Tsáchila: A falta de medicamento, medicina natural

El primer caso de coronavirus en la nacionalidad Tsáchila ocurrió en la comuna Colorados del Búa. Después del primer brote, la comuna registra alrededor de 40 casos positivos y un fallecido. Las comunidades de Otongo Mapalí, Los Naranjos y El Poste no tienen contagiados. Según Javier Aguavil, presidente de la Confederación de Nacionalidades y Pueblos Indígenas de la Costa Ecuatoriana (Conaice), hasta el momento hay entre 50 y 60 casos confirmados de covid-19 en cuatro comunidades Tsáchila.

En el caso de la nacionalidad Tsáchila, el Ministerio de Salud sí ha ido a realizar pruebas. Aguavil dice que hubo falencias, sobre todo porque al inicio de la pandemia no se hicieron pruebas rápidas. Pero gracias a la presión de las personas se ha logrado una intervención en de las comunidades. Aguavil cuenta que además de la ayuda del Ministerio, han gestionado más pruebas y ayuda a través de universidades y fundaciones.

A falta de medicamentos, los tsáchilas que tienen coronavirus han sobrellevado la enfermedad con medicina natural. Aguavil explicó que ha notado mejoría de las personas gracias a bebidas y vaporizaciones con plantas amargas.

La parte económica es la más difícil para las comunidades Tsáchila. Para Aguavil, las personas que viven de la venta de sus productos han pasado momentos muy duros porque no han tenido dinero para comprar implementos de aseo. Gracias a las parcelas que tienen han podido sobrevivir durante la pandemia.

También les preocupa el dengue  y los problemas psicológicos que están comenzando a aparecer. Aguavil dice que hay “ciertas personas que estando sanas sienten que tienen el covid sin tenerlo, esos son los problemas y ese es el miedo que está atacando”.

Kichwa de la Sierra: sin cifras exactas

Nayra Chalán, Vicepresidenta de la Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador (Ecuarunari), dice que no tienen una estadística exacta de cuántos casos confirmados hay entre los kichwa de la Sierra. En el caso del pueblo kichwa de Saraguro, hasta el momento no se ha reportado ningún caso de covid-19. Chalán explica que una de las razones de la ausencia de contagios son las estrictas medidas de aislamiento que han tomado y, además, apunta a su economía como un factor de prevención. “Nosotros no somos grandes productores. Eso nos ha permitido mantenernos en casa, sin tener que salir”. Otras comunidades indígenas de la Sierra viven de su producción agraria,  por lo que han tenido que moverse desde sus comunidades, volviendo el contagio más posible.

coronavirus en las nacionalidades indígenas de Ecuador

Fotografía de Nayra Chalán.

Para Chalán, la situación de los kichwa de la Sierra no es la mejor, pero dice que la de los kichwa de la Amazonía es peor. “Si de alguna manera nosotros tenemos aquí un hospital básico, en los cantones amazónicos en serio es bastante penoso el sistema de salud que se tiene”, dice.

Al igual que el resto de nacionalidades han logrado afrontar el virus con medicina ancestral, aunque reconoce que hay un límite en el que se necesita de tratamientos específicos e incluso cuidados intensivos.

Épera: reglas propias

La nacionalidad épera no ha registrado contagios en ninguna de sus cuatro comunidades––Santa Rosa, Bella Aurora, Borbón y Las Palmas. Oscar Chiripua es un profesor épera que dice que el Ministerio de Salud sí ha ido a las comunidades a realizarles pruebas para detectar el coronavirus. Hasta el momento, no hay resultados positivos. Sin embargo, no descartan que en el caso de existir casos positivos los traten con medicina casera o ancestral.

Los épera han puesto sus propias reglas para evitar los contagios. “Nosotros en la nacionalidad tenemos una resolución que nosotros no podemos estar permanentemente viajando”, dice Chiripua. Las personas de la comunidad no pueden ir diariamente a otras comunidades, explica, por lo que hay días estipulados para que hagan compras.

coronavirus en las nacionalidades indígenas de Ecuador

Fotografía de Óscar Chiripua. 

Si bien los problemas relacionados al coronavirus no están presentes en la nacionalidad, hay otras dificultades. Uno de ellos es la educación: la falta de acceso a Internet para muchos niños ha hecho que no puedan seguir sus estudios y la guía impresa del Ministerio de Educación sobre xxx que están utilizando tiene sus limitaciones. Sin buena conectividad en línea, los adultos que trabajan no lo han podido hacer remotamente.

Pueblo Manta: podrían ser cerca de 600 contagiados

Cirilo Macías es Presidente del Pueblo Manta, ubicado en la provincia de Manabí en el cantón Puerto López. Está conformado por cuatro comunas: Salango y Las Tunas en la parroquia de Salango, el Pital en la parroquia Daniel López y Agua Blanca en la parroquia Machalilla.

La historia se repite al igual que en otros pueblos indígenas. Dice que los contagiados son cerca de 600 personas en toda la nacionalidad, pero no están confirmados por el Ministerio de Salud porque no ha ido a realizarles exámenes. Macías dice que a pesar de no tener pruebas que confirmen, las “personas tienen los síntomas del coronavirus y se les está tratando con medicina ancestral”.

El covid-19 ha matado a más de 30 personas del Pueblo Manta. Las comunas más afectadas son Las Tunas y Salango. Macías dice que han muerto adultos de edad avanzada y “personas con otras enfermedades que por no salir a hacerse atender han fallecido en sus casas”, dice. Hasta ahora, no han fallecido niños, solo ancianos.

coronavirus en las nacionalidades indígenas de Ecuador

Fotografía de Cirilo Macías.

La presencia del Ministerio de Salud “no ha sido visible”, dice Macías. En una ocasión, la comuna de Las Tunas recibió la visita de brigadas médicas de la Prefectura de Manabí y con ellas llegó una del Ministerio de Salud. Pero, según Macías, solo aparecieron tras la presión de las personas. “El Pueblo Manta es uno de los más vulnerables porque estamos en las zonas rurales y estamos en un cantón que no tiene un subcentro que abastezca nuestras necesidades”, dice Macías. Por el momento se hacen pruebas rápidas en el centro de salud de Puerto López pero, dice Macías, son pruebas donadas por el municipio local y no aportadas por el Ministerio de Salud.

El pueblo Manta se enfrenta a la pandemia sin recursos. No les han entregado insumos de protección. El Ministerio de Salud no ha ido para realizarles pruebas rápidas. Lo que es peor, cada vez hay menos alimentos. “Del Estado, no hemos recibido coordinación para la dotación de algún beneficio en nuestras comunidades”, dice Macías.

Además de la alimentación, una de sus principales preocupaciones es la educación de los más jóvenes. “Los niños no saben cómo recibir clases, algunos tienen que subir a las lomas pero el saldo se les acaba, no tienen cobertura normal, adecuada de internet entonces se les complica el acceso a la educación”. Al encontrarse en zonas rurales, muchas veces no tienen Internet por lo que los niños no pueden recibir clases.

Pueblo Huancavilca: apegados a sus tradiciones

Las últimas semanas de los meses de marzo y abril de 2020 fueron las más difíciles para el pueblo Huancavilca ubicado en las provincias de Guayas y Santa Elena. Más de la mitad de las familias del pueblo tenían contagiados de coronavirus. La comuna de San Rafael en la parroquia de Chanduy fue donde hubo más contagios.

Durante el pico de pandemia, la presencia del Ministerio de Salud fue nula. Vicente Quimi, dirigente Wankavilka de Santa Elena, dice que “no se pudo ver la intervención del Ministerio y es por eso que la comunidad se apegó a sus propias tradiciones y costumbres”. Recién en la tercera semana de abril recibieron ayuda, dice Quimi. El Municipio de Santa Elena comenzó a atender a las personas que tenían los síntomas del covid-19 con el programa Amigo Doctor.

coronavirus en las nacionalidades indígenas de Ecuador

Fotografía de Vicente Quimi.

Mientras duró la ausencia estatal, las familias huancavilca usaron su medicina tradicional: vaporizaciones de eucalipto, gárgaras de sal, té caliente y baños con plantas del sector. “Otros se resignaron a morir en casa porque por lo menos en nuestras comunidades cada comuna  tiene sus propios cementerios”, dice Quimi. La decisión, dice, era no morir en los hospitales por el riesgo de que los cuerpos no regresen.

Chachi: sin servicios básicos

Santiago Cruz, presidente de la Federación del Centro Chachi en Esmeraldas, dice que registraron 36 casos positivos para coronavirus en 10 de las 40 comunidades chachi en las que se realizaron pruebas. Sin embargo, por la falta de pruebas PCR no conocen de más casos en el resto de comunidades. Aunque piensan que por los síntomas presentados se trata de coronavirus. Cruz dice que los síntomas están relacionados porque “todos presentan dolor de cabeza, fiebre alta, malestar en la garganta, dolor corporal. En raras ocasiones aparece que es dengue, en la mayoría de los casos ha sido covid-19”.

La educación es un derecho pero durante la pandemia se ha demostrado que solo es un derecho por alcanzar y aún más para los pueblos y nacionalidades indígenas. En el caso de los chachi, tienen problemas para aplicar la modalidad virtual porque la población no tiene computadoras en sus casas y en las escuelas de la comunidad no hay Internet. Según Cruz, tampoco hay electricidad en un 30% de las comunidades. “Realmente nuestro caso es muy deprimente en cuanto el acceso de esto”, dice Cruz

Pero la falta de educación y servicios no son sus únicos problemas. Las actividades extractivas como la minería no han parado en sus territorios. Cruz dice que las personas que trabajan en minería han aprovecharon para continuar con sus actividades y seguir contaminando los ríos. Incluso, dice, “algunos están invadiendo de manera irrespetuosa el territorio Chachi porque por esto del covid no hemos podido monitorear adecuadamente”.

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El pedido sigue siendo el mismo de hace años: atención de las autoridades. Solo que ahora es mucho más urgente. Los chachi, como otras nacionalidades y pueblos indígenas del Ecuador, necesitan que el Ministerio de Salud vaya a las comunidades. “Sobre todo, para determinar con un diagnóstico si es que es covid, si es dengue, malaria o tifoidea. Para que se pueda generar el examen y tratamiento correspondiente”, dice Cruz.

Fuente: https://rebelion.org/confinadas-al-olvido/

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Piden destitución de ministro de Medio Ambiente de Brasil

El MPF advierte que Salles aplica una lógica contraria al deber estatal de implementar los derechos ambientales.

El Ministerio Público Federal (MPF) de Brasil pidió este lunes que el ministro de Medio Ambiente, Ricardo Salles, sea apartado de su cargo por ser considerado directamente responsable del desmantelamiento del sistema de protección ambiental del país.

Durante esta jornada, el MPF presentó una acción de mala conducta administrativa, formulada por 12 fiscales, en la que se le acusa a Salles de alterar intencionalmente las estructuras de protección ambiental, y en consecuencia solicitan su destitución.

La solicitud se realiza con carácter preliminar (urgente) y a la vez se le piden sanciones previstas por la ley de improbabilidad administrativa, como la pérdida del servicio público, la suspensión de los derechos políticos, el pago de una multa, entre otras.

Para MPF, Ricardo Salles promovió la violación de las políticas ambientales, irrespetando preceptos legales dispuestos, para de esta forma favorecer intereses que no tienen relación con el propósito de la cartera que ocupa.

«Es posible identificar, en las medidas adoptadas, la alineación con un conjunto de actos que cumplen, sin ninguna justificación, una lógica totalmente contraria al deber estatal de implementar los derechos ambientales», expresa la demanda.

El MPF relata que a finales de abril de 2020, Salles despidió a tres coordinadores del monitoreo ambiental del Instituto Brasileño del Medio Ambiente, cuyo trabajo logró reducir drásticamente la deforestación en tierras indígenas de la Amazonía.

«En lugar de reconocer la efectividad del trabajo, perdió puestos , en lo que el MPF considera una represalia evidente», advierte la entidad, la cual reconoce que el proceso de desestructuración del sistema brasileño de protección del medio ambiente se llevó a cabo mediante actos, omisiones y discursos de Salles, en una conducta intencional por  debilitar el papel del Estado en la protección del medio ambiente.

Fuente: https://www.telesurtv.net/news/piden-destitucion-ministro-medio-ambiente-brasil–20200706-0062.html

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Notas para el desarrollo de una investigación de compromiso

En una sociedad que tiene como base la lucha de clases no puede existir una ciencia social ‘imparcial’. De uno otro modo, toda la ciencia oficial y liberal defiende la esclavitud asalariada, mientras que el marxismo ha declarado una guerra implacable a esa esclavitud. Esperar que la ciencia sea imparcial en una sociedad de esclavitud asalariada, sería la misma absurda ingenuidad que esperar imparcialidad por parte de los fabricantes en lo que se refiere al problema de si deben aumentarse los salarios de los obreros disminuyendo los beneficios del capital (Lenin. Tres fuentes y tres partes integrantes del marxismo).

 

 

  1. La Investigación tradicional

¿Cuál es el sentido actual de la Ciencia como vocación? La respuesta más acertada es la de Tolstoi: La Ciencia carece de sentido, puesto que no tiene respuesta para las únicas cuestiones que nos importan, las de qué debemos hacer y cómo debemos vivir (Max Weber. El Político y el Científico)

 

  1. 1. El discurso de la modernidad

La ciencia de la modernidad sentó las bases de una relación individualista y fragmentada, lo que devino en unas prácticas discursivas separadoras y unas representaciones cognitivas que marcaron la hegemonía del ser que piensa y conoce sobre el otro que es pensado y conocido.

Se afirma que la ciencia moderna es aristotélica (Metafísica) porque se fundamenta en supuestos binarios donde un tercero es excluido. El sujeto es el que piensa y el objeto es una cosa pensada por el sujeto, quien es el único que piensa.

Esa cosmovisión organicista fue modificada por la visión mecanicista. Con Francis Bacon (Novum organum), Rene Descartes (Discurso del método) y Galileo Galilei (Diálogo sobre los dos sistema máximos del mundo: el tolomeico y el copernicano), el mundo pasa a ser concebido como máquina y se inaugura así las bases de la nueva ciencia bajo el lema: saber es poder.

En esta visión el ser humano se concibe como un autónomo, un sujeto sujetado y habitado por un espíritu racional. Una racionalidad que ha conducido a la violencia y a la negación del otro/a, una clara manipulación de los saberes y los sentires. Un utilitarismo a ultranza que arrasó con la subjetividad, lo experiencial, lo vivido. Una suerte de mutación intersubjetiva hegemónica de la razón instrumental. El universo se escindió en un sujeto pensante y un objeto pensado.

El modernismo siempre concibió a la investigación como una actividad del sujeto cognoscente exclusivamente. Descarte con su duda metódica sentencia: “Pienso, luego existo”, es decir, lo pensado es lo primero y las cosas cobran vida porque existe alguien que piensa. Una razón hegemónica que ha predominado en nuestras universidades y que aún hoy goza de muy buena salud en los medios académicos. Esa relación entre el sujeto pensado y objeto cosificado, que no piensa, está en la tradición gnoseológica de la ciencia moderna.

Debe acotarse, con total propiedad, que la modernidad ciertamente produjo un pensamiento descentrado, pasando de lo teocéntrico a lo antropocéntrico, esto es, la verdad ya no es revelación divina sino está en la razón que solo encarna el hombre. Desde entonces el sujeto es el que conoce, tiene todo el poder para hablar del objeto, pensarlo, reflexionarlo, vivenciarlo, catalogarlo, definirlo. Así se desarrollaron relaciones asimétricas que conducen a espacios de poder de unos sujetos sobre otros convertidos en objetos inertes, sin voz, sin libertad, sin existencia propia. Con ello se institucionalizó la violencia de unos que conocen y saben, sobre otros que son conocidos y expoliados. Por tanto, la construcción del conocimiento se fundamentó en el control, la manipulación instrumental, sedimentándose un proceso objetivo, neutral, verificable, observable.

El conocimiento como un ser privado dentro de la esfera y dominio de un sujeto que conoce, porta en su seno relaciones de poder y por ende de violencia. Un desprecio por los otros que ha devenido en todo un pensamiento que excluye y sataniza las culturas mal llamadas de la periferia.

El Sociólogo Max Weber (Ensayos sobre teoría sociológica y El Político y el Científico), nos habla de la “neutralidad valorativa”, la “objetividad” cognoscitiva de la ciencia social y de la política social. La ciencia libre de valores, sólo dando cuenta del ser y no del deber ser. La clara separación entre los “juicios de valor” y los “juicios de hecho” (Lucien Goldman: Las Ciencias Humanas y la Filosofía)).

El investigador social no debe mezclar sus valores en sus análisis y explicaciones. Es decir, el investigador sólo debe ocuparse de cómo son las cosas o fenómenos sociales, no de cómo deberían ser.

Como ya se comentó, en la modernidad se dividió el universo en sujeto pensante y objeto pensado y se perdió el bucle individuo-especie-sociedad, según Edgar Morin (Los siete saberes).

En términos epistemológicos, en la modernidad coexisten variados enfoques, desde la postura positivista a la marxista, considerando los aportes de las teorías de refutación de Karl Popper en La Lógica de la Investigación Científica; Metodología de los programas de investigación de Imre Lakatos; de Los paradigmas como centro de la estructura de las revoluciones científicas de Thomas Kuhn y de las rupturas epistemológicas de Gastón Bachelard.

A.2. El discurso de la postmodernidad

Asumiendo que hay posturas encontradas sobre lo que realmente constituye la postmodernidad, por cuanto para unos se trataría simplemente de una prolongación en el tiempo de la modernidad, mientras que para otros sería una especie de ruptura.

Por ejemplo, para Gilles Lipovetsky (La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo contemporáneo), la noción de postmodernidad tiene el interés mayor de invitar a un retorno prudente a nuestros orígenes, a una puesta en perspectiva histórica de nuestro tiempo, a una interpretación en profundidad de la era de la cual salimos parcialmente, pero que, en varios aspectos, continúa su obra, así moleste a los heraldos ingenuos de la ruptura absoluta. Si una nueva época del arte, del saber y de la cultura se anuncia, se impone la tarea de determinar lo que es del ciclo anterior.

“Lejos de estar en discontinuidad con el modernismo, la era postmoderna se define por la prolongación y la generalización de una de sus tendencias constitutivas, el proceso de personalización y correlativamente por la reducción progresiva de su otra tendencia, el proceso disciplinario. Es por esto que no se puede adherir a las problemáticas recientes que, en nombre de la indeterminación y de la simulación o en nombre de la deslegitimación de los metarrelatos se esfuerzan en pensar el presente como un momento absolutamente inédito en la historia. Si se tiene una corta visión, ocultando el campo histórico, se sobrevalua la ruptura postmoderna, se pierde de vista que ella persigue siempre, aunque sea con otros medios, la obra secular de las sociedades modernas democrático-individualistas. Así como el modernismo artístico se ha revelado como una manifestación de la igualdad y la libertad, así la sociedad postmoderna, erigiendo el proceso de personalización, en forma dominante, continúa realizando las significaciones centrales del mundo moderno».

En síntesis, el tiempo postmoderno es la fase cool y desencantada del modernismo, la tendencia a la humanización a la medida de la sociedad, el desarrollo de estructuras fluidas moduladas en función del individuo y de sus deseos, la neutralización de los conflictos de clase, la disipación de lo imaginario revolucionario, la apatía creciente, la desustancialización narcisista, la reinversión cool del pasado…

Por su parte, Jean François Lyotard (La condición postmoderna), considera que la postmodernidad implica el abandono de la creencia en un fundamento seguro del saber, y la renuncia a la fe en el progreso tecnológico de la humanidad. La condición postmoderna, para él, se caracteriza por la desaparición de esos «Grandes Relatos», de esos metalenguajes que nos permitían situarnos en una Historia, cuyo devenir es portador de sentido y en la cual somos como un momento entre un pasado inteligible y un futuro previsible. La visión postmoderna distingue una pluralidad de saberes heterogéneos, donde la ciencia no ocupa el primer puesto.

Ahora bien, más allá de esas posturas, lo que parece cierto es que hablar sobre posmodernidad significa hablar de complejidad, amplitud, ambivalencia, contradicciones, indefiniciones y la falta de consenso. La postmodernidad es la época del desencanto, estado de la cultura, la renuncia a las utopías y a la idea de progreso de conjunto. Se apuesta a la carrera por el progreso individual. Se anuncia el fin o agotamiento de las ideologías, ocaso de las utopías, era del vacío, fin de la política, de los grandes relatos, movimientos de deconstrucción en los términos planteados por Jacques Derrida (“¿Qué es la deconstrucción?”) de desenmascaramiento de la razón ilustrada, una forma de estar en el mundo.

Toda una serie de paradojas intentar comprender el tiempo postmoderno: globalidad-particularidad, subjetividad-intersubjetividad, irracionalidad-racionalidad, ética universal-estética particulares.

Postmodernidad es sinónimo de tiempos inciertos, atmósfera de cambios epocales, del simulacro, descentralización del logos. La sociedad como espectáculo, diría Guy Debord. El tiempo postmoderno es sinónimo de pluralidad de criterios para abordar la complejidad del mundo de hoy.

El hálito postmoderno se anida en la búsqueda de estrategias, movimiento continuo, encrucijadas, entrecruzamientos. Y entreveramientos mutuos.

En el terreno del conocimiento, estaríamos en presencia de una relación interactiva entre el sujeto cognoscente y el objeto cognoscible, un acercamiento lingüístico con profundas implicaciones ontológicas.

El pensamiento postmoderno plantea que la realidad existencial del yo es la realidad existencial de los otros. El yo no puede afirmarse a sí mismo sin la liberación y reconocimiento del otro. La otredad en términos de lo planteado por Emmanuel Lévinas (Totalidad e infinito y El tiempo y el otro), que significa la negación de la primacía del ser (ontología) por la defensa de la alteridad, la primacía del otro. En resumen, se trata de privilegiar la ética por encima del saber.

En la postmodernidad se asumen posturas distintas existiendo igualmente diferentes enfoques que parten desde el establecimiento de un diálogo sin fronteras, reconociendo otros saberes; dichos enfoques se sustentan en una epistemología que argumenta la fundamentación de la dialógica asumida

  1. Hacia una investigación de compromiso

Hasta ahora los filósofos se han limitado a interpretar el mundo; de lo que se trata ahora es de transformarlo. (Carlos Marx. Tesis XI sobre Feuerbach)

Las respuestas ante la complejidad del mundo de hoy, incluyendo la crisis que se vive en distintos órdenes de la vida societal, entre ellos en el campo cognitivo, tienen que ser amplias y democráticas. Por ello en el terreno del conocimiento y en particular de la investigación, se habla de la transcomplejidad, de la transdisciplinariedad, lo transparadigmático y la transepistemología, que son respuestas actuales a los enfoques positivistas, fenomenológicos, etnográficos y el crítico dialéctico. En la investigación actual hay que dar cuenta de toda esta discusión.

Se debe trascender la investigación tradicional, acéfala, neutralista, sin compromiso de patria, alejada de los proyectos nacionales y asumir una investigación comprometida, militante en el buen sentido de la investigación-acción, que se desarrolle en el marco de una experiencia interactiva entre actores y actoras sociales a partir de los cuales, se producen miríadas de verdades relativas.

Debe desterrarse el determinismo absoluto, porque hoy hace presencia el principio del desorden y el principio de indeterminación, todo en el contexto de un diálogo de saberes, en una óptica dialéctica donde los diferentes actores investigadores/as puedan intercambiar visiones, percepciones, conocimientos, donde se transversaliza lo faber-mythologicus, oeconomicus-ludens, lo sapiens-demens del homo.

En una investigación comprometida se rompe con el parcelamiento del conocimiento y el investigador en solitario, por cuanto:

  1. a) La separabilidad choca con las relaciones entre distintas disciplinas. La interdisciplinariedad y la transdisciplinariedad es hoy por hoy una realidad.
  2. b) Se establece la sinérgica como la capacidad de construir en conjunto visiones compartidas en un diálogo de saberes integradores.
  3. c) Se asume que la realidad es múltiple, diversa, relacional y en permanente construcción, por tanto, es integral y por ello trasciende al holismo.
  4. d) Deben considerarse las dimensiones social, cultural, política, ética, ambiental, estética y económica en permanente relación y contradicción. Por tanto, se asume la categoría de totalidad
  5. e) Es reflexiva por cuanto la realidad sólo puede ser abordada en relación con los actores/as que la escudriñan desde sus representaciones construidas.

Este nuevo modo de pensar en la investigación emplea la deconstrucción de Jaques Derrida (Estructura, signo y juego en el discurso de las ciencias humanas), como estrategia para cada situación que niega las modulaciones de los sentidos imperantes, reconstruyendo las supuestas lógicas de la dominación en el campo científico, tal y como la plantean Carlos Skliar y Magaldy Téllez, en el texto Conmover la Educación.

La investigación hoy en día debe ciertamente considerar los aspectos ontológicos, filosóficos, sociológicos, pedagógicos, antropológicos, axiológicos, históricos pero hace falta una investigación que además dé cuenta, según Gilles Deleuze (Nietzsche y la filosofía), del sí que sabe decir que no, el sí que crea libertad para pensar y luego ir a la acción considerando que no es posible abordar una situación a investigar desde un solo punto de vista.

Es preciso ver la realidad desde su totalidad, al asumir que no hay un camino o método determinado para orientar de manera definitiva el proceso investigativo para la obtención del conocimiento. Ante una realidad compleja, hace falta un pensamiento complejo, más allá de la lógica y de la razón; la incertidumbre y el azar juegan papel que debe ser considerado, no como accesorios, sino como fundamentales.

Debemos trascender las posturas investigativas conocidas en nuestras universidades tradicionales, donde predomina un conocimiento científico parcelado, aislado, excluyentes y reduccionista. Es el positivismo que ha predominado, con respuesta para todas las preguntas. Tiene las llaves para todas las puestas. Asume la realidad como externa al sujeto; la ciencia es una verdad inmutable; el investigador es acéfalo, es decir, es neutro, cuando hace ciencia se plantea el ser, y cuando se plantea el deber ser hace política; el razonamiento se hace sobre la base de los datos empíricos; la realidad puede predecirse y controlarse; se fundamenta en el método hipotético-deductivo y se corresponde con el paradigma de la simplicidad.

Por tanto, hay que trascender ese paradigma positivista, dar cuenta de la complejidad de Edgar Morin (Introducción al pensamiento complejo) y La transdisciplinariedad de Basarab Nicolescu para construir y transformar.  El sujeto y el objeto son agentes de investigación, ambos se encuentran en constante transformación.

Se postula una investigación que se hace en equipo, que todos trabajan en común para lograr productos, donde todos participan en un intercambio dialógico, sinérgico, cooperativo, enfatizando en la coproducción conjunta de la realidad, aportando ideas, escuchándose mutuamente y discutiendo las decisiones para llegar a acuerdos que contribuyen al éxito en el complejo proceso de hacer investigación.

Hay que saber tener oídos, o sea, hay que saber “escuchar” la voz del otro; es decir, trascender la fenomenología y la dialéctica, y buscar construir otro marco categorial desde el cual sea inteligible esta voz que me cuestiona, que en primera instancia es sólo un grito o un reclamo y que cuestiona la certeza de la ontología de la subjetividad moderna. Es lo que en el texto ¿Qué significa pensar desde América Latina? de Juan José Bautista se llamaría la analéctica (Enrique Dussel), esto es, pensar qué parte de esa dimensión de realidad que no está incluida en mi mundo y que es revelada únicamente a partir de la palabra interpeladora del otro.

No podemos debatir cuestiones de investigación científica en un vacío histórico. Las preguntas claves de una política científica sobre qué se investiga, para qué/quién se investiga y cómo se investiga cobran sentido en un contexto de descubrimiento que da cuenta de los factores socio-políticos, institucionales y académicos que sirven de anclaje a las decisiones del investigador. La investigación es una práctica social anclada en un determinado contexto sociohistórico.

Nuestras investigaciones deben, ciertamente, generar un conocimiento de alto nivel y relevancia científica, pero, a su vez, deben estar comprometidas con un proyecto de país que tiene como desiderátum construir una sociedad más justa e igualitaria, basada en un estado de derecho y sobre todo de justicia.

Por tanto, abogamos por una investigación comprometida y militante con el proyecto nacional de país que está concebido en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (CRBV), en los planes gubernamentales y toda la legislación que de ellos se deriva.

B.1. El investigador y su espacio de juego

Los agentes llamados a desarrollar este tipo de investigación son seres humanos, que padecen y satisfacen necesidades, deben ser y hacer parte de la cultura que lo influye, no sujetos apologista de la indiferencia o de la indolencia ante lo que ocurre en el mundo, en Latinoamérica y Caribe y en nuestro país.

El investigador desarrolla su producción teórica también en un tiempo determinado, con un ritmo, con sus propias urgencias, con sus logros y sus temores. También juega en el tiempo y juega estratégicamente con el tiempo: tiene informes, plazos y formatos; porque, parafraseando al sociólogo Pierre Bourdieu (Intelectuales, política y poder y Campo de poder, campo intelectual. Itinerario de un concepto)), los investigadores no están fuera del juego.

Como agente social que juega el juego de la ciencia, está objetivamente condicionado por el estado de ese juego, por su historia, por el capital que ha logrado acumular en el transcurso del juego, y por lo que ha incorporado a lo largo de una trayectoria social general y específica del juego.

Bourdieu concibe al campo de las ciencias como un campo semejante a los otros campos sociales. Es decir, como lugar de relaciones de fuerza, como campo de luchas donde hay intereses en juego, donde los diversos agentes e instituciones ocupan posiciones diferentes según el capital específico que poseen, y elaboran distintas estrategias para defender su capital: simbólico, de reconocimiento y consagración, de legitimidad y de autoridad para hablar de la ciencia y en nombre de la ciencia.

Por tanto, debe tenerse claro que el mundo científico es un mundo de luchas y de competencias como cualquier otro, con intereses específicos, con sus apuestas, sus beneficios, y ello pone en tela de juicio un conjunto de creencias compartidas y denegadas colectivamente.

La manera y los instrumentos que utilizamos para aproximarnos al conocimiento de los diferentes aspectos de la compleja realidad social, las categorías conceptuales que ponemos en juego, las tesis que manejamos, etc., están condicionadas por la posición que ocupamos en el espacio social y, sobre todo, por la posición que tenemos en el propio terreno de lucha: el campo científico. En este sentido, esos instrumentos, esos conceptos, esas tesis, como aquellas otras maneras de percibir y evaluar, de clasificar y de construir lo real, están ligados a la posición que ocupamos en el mundo social.

El campo del conocimiento proporciona instrumentos adecuados para analizar el condicionamiento social de las producciones científicas, poniendo en evidencia los mecanismos de competencia, las relaciones de fuerza y las estrategias utilizadas por los agentes sociales que las producen, y también estaría en condiciones de señalar condiciones sociales de un control epistemológico, entre ellas, aquellas que contribuyan a un mayor fortalecimiento de la comunidad científica, sus instituciones, y sus propias leyes de funcionamiento.

Como investigadores estamos ante un contexto social que desafía nuestro conocimiento, nuestros interrogantes y el sentido de nuestra tarea de descubrimiento.  De allí que debemos preguntarnos: ¿Qué podemos hacer los investigadores para lograr que nuestros productos-resultados sean para satisfacer necesidades del pueblo de la República Bolivariana de Venezuela?

Aspectos teóricos y metodológicos

Una investigación de compromiso debe guiarse, al menos, por las siguientes premisas:

Desde el punto de vista epistemológico.

Asumir que hoy hace presencia, en el terreno del conocimiento, una racionalidad post-clásica que habilita e incorpora problemas ignorados o vedados por el pensamiento científico moderno, absolutamente racional, entre los cuales se encuentra cuestiones relativas al desorden, el caos, la no-linealidad, el no-equilibro, la indecibilidad, la incertidumbre, la contradicción, el azar, la temporalidad, el espacio, la emergencia, la auto-organización, la continuidad, la discontinuidad.

Desde el punto de vista metodológico.

Más que al análisis holístico que hipostasia el todo o el funcionalismo que endiosa a las partes, debe asumirse el análisis integrado, de totalidad, que da cuenta del todo y las partes en una relación dialéctica, contradictoria.

También partir de la premisa que lo complejo no puede dividirse, ya que se manifiesta en un tejido de elementos heterogéneos inseparables y asociados, que no permiten su comprensión en caso de separarse.

Por tanto, no se debe fragmentar lo complejo en partes, tampoco explicar la conducta de personas, agentes, instituciones, desde un solo aspecto; las teorías sociológicas y/o psicológicas unifactoriales sobre la conducta humana, no son recomendables para los tiempos que transcurren.

Más bien, comprender que en el momento actual, se debe tener en cuenta que el ser humano comprende no sólo la parte biológica, sino también y sobre todo el sello cultural que la sociedad deja en él.  De allí que ubicar el contexto en sus múltiples relaciones y contradicciones es una necesidad. Aislar los elementos contribuye muy poco a la comprensión del mismo.

Todo se desarrolla en el marco de lo global. Lo nacional y lo local existen, tienen independencia y organización, pero están fuertemente atadas a lo global. Los seres humanos, la sociedad, se encuentran afectados por una variedad de elementos naturales, biológicos, psíquicos, históricos, sociológicos, religioso, culturales, económicos.

Desde el punto de vista histórico,

Hacer uso de los tres tiempos verbales, es decir, entender de dónde viene o proviene el hecho o el fenómeno de estudio (las causas, lo diacrónico) para diagnostica el momento, los episodios en desarrollo (lo sincrónico) y en consecuencia vislumbrar para dónde se va (perspectivas, pronósticos, proyección). En ese sentido, Edgar Morin (¿Hacia dónde va el mundo?) insistirá que se debe sustituir la concepción simplista que sostiene que pasado y presente son conocidos, que los factores de evolución son conocidos, que la causalidad es lineal, y, por ello, que el futuro es previsible. Así pues, descubrimos una brecha en el pasado, a la que corresponde una brecha en el presente: el conocimiento del presente necesita el conocimiento del pasado que necesita el conocimiento del presente. El futuro nace del presente. Es decir, que la primera dificultad a la hora de pensar el futuro es la dificultad de pensar el presente. La ceguera del presente nos vuelve ip so facto ciegos al futuro.

Desde el punto de vista axiológico.

No hay neutralidad posible. La investigación de compromiso significa identidad con un determinado proyecto de país, con sus componentes políticos e ideológicos. Por tanto, con la parresia de Michael Foucault (El coraje de decir la verdad), nada debe ocultarse en el discurso (en la investigación), más bien hacer uso siempre y en todo momento de la isegoría o la libertad de palabra.

La verdad o la parresia se encuentran en las antípodas de la posverdad, adjetivo definido como relativo o referido a circunstancias en las que los hechos son menos influyentes en formar la opinión pública que las emociones y las creencias personales.

Entender que en el mundo de hoy, el del internet, de las nuevas tecnologías de poder, de las redes sociales, predomina la posverdad, es decir, las pasiones, las emociones, las ideologías y las convicciones de todo tipo, por encima de la parresia foucaultiana.

Fuente El autor escribe para el Portal Otras Voces en Educación

 

 

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En defensa del auténtico periodismo

En la Argentina actual muchos periodistas de los grandes medios hegemónicos sienten que no sólo tienen el derecho de opinar, lo que es incuestionable, sino también de mentir u ocultar toda información que pueda exponer a la luz pública los negociados (e inclusive los delitos) de sus patrones.

Creen que la libertad de prensa, en su caso un escandaloso libertinaje, los faculta para desinformar deliberada e irresponsablemente a la población; lanzar campañas de terrorismo mediático contra quienes no comulgan con sus ideas e intereses; silenciar o difamar a sus contradictores; burlarse y escarnecer a los más altos funcionarios del gobierno nacional, comenzando por el propio presidente de la República y su investidura; a descargar un torrente interminable de «fake news» y a presentar las opiniones que les ordenan difundir los empresarios que contratan sus servicios como si fueran obra genuina de periodistas “independientes, objetivos y ecuánimes.” La misión de estos pseudo-periodistas -que jamás salieron a defender a un Julian Assange, a un Edward Snowden o a Chelsea Manning, y que no dijeron una palabra cuando bajo el gobierno de Mauricio Macri se lanzó una brutal cacería de periodistas en TELAM y muchos otros medios, se avaló a la patota que arrasó la redacción de Tiempo Argentino y expulsó a la señal TeleSur de la Televisión Digital Abierta- no es honrar y ejercer la libertad de prensa sino disimular, bajo un inmoral subterfugio, su condición de operadores propagandísticos al servicio de los grandes conglomerados económicos que en este momento se han lanzado con todas sus fuerzas y descaro a debilitar y derrocar al gobierno nacional, proyecto que sólo podrá ser desbaratado mediante una firme resistencia popular en defensa de la democracia.

Por eso mi apoyo a esta declaración que transcribo a continuación, en la convicción de que, como lo demuestran la historia y la experiencia cotidiana, no habrá democracia política digna de ese nombre mientras no se democratice al sistema mediático, la gran tarea pendiente que deberá ser encarada ni bien el Covid-19 sea un doloroso recuerdo del pasado.

Las voces de los periodistas que no se comercializan por un plato de lentejas.

100 empleados de los grupos hegemónicos, responsables de instituir un relato para favorecer a sus empleadores millonarios, firmaron una solicitada para defender a uno de ellos, el imputado por ser parte de una red de inteligencia ilegal, el vocero de las corporaciones, Luis Majul. Le contestamos más de mil (1000) comunicadores en esta solicitada que obviamente será silenciada por las propaladoras del odio y el poder concentrado. ¡Hagámosla circular!

Fuente: https://rebelion.org/en-defensa-del-autentico-periodismo/

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