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Entrevista: “Los jóvenes aprenden más si ven que pueden cambiar su entorno”

La argentina Nieves Tapia es una de las mayores embajadoras del aprendizaje y servicio (ApS) en el mundo, una propuesta pedagógica que combina el currículo académico con el servicio comunitario. Invitada por el grupo editorial Edebé, vino a España hace unos meses para encontrarse con escuelas y explicar que cuando los niños y adolescentes se ponen a pensar cómo pueden contribuir a mejorar algún asunto de su comunidad desencadenan un efecto dominó de beneficios: aumentan la motivación escolar, mejoran el rendimiento académico, su autoestima, la responsabilidad para con los vecinos y su ciudad. Y la comunidad los ve con otros ojos. Tapia coordinó los programas nacionales de aprendizaje y servicio en Argentina desde finales de los años noventa, fundó el Centro Latinoamericano de Aprendizaje y Servicio Solidario y ocupa un puesto en la comisión directiva de la Ianys (International Association for National Youth Service).

Contenidos del currículo

“No hay que poner énfasis en los valores, hay que perseguir objetivos curriculares”

¿El ApS es como un voluntariado?

Más, porque tiene objetivos de aprendizaje concretos sobre materias curriculares como lengua, matemáticas, ciencias, historia… Se desarrollan competencias, se investiga, se reflexiona sobre la práctica… Es más que un acto solidario.

Parece un aprendizaje por proyectos.

Es un aprendizaje por proyectos, pero también consiste en una pedagogía que obliga a hacer que la solidaridad no sea sólo un contenido, sino una forma participativa de estar en la sociedad. Obliga a mirar alrededor y actuar. Diseñar un plan y ejecutarlo. Y esto puede hacerse desde párvulos.

¿Puede poner algún ejemplo?

Hubo un gran incendio en el sur de la Patagonia y los alumnos de Villa Futalaufquen decidieron repoblar el parque nacional. Eso requirió una investigación sobre el tipo de plantas adecuadas y cómo plantarlas, cómo contactar con la administración… O le podría hablar de la investigación científica que realizaron los alumnos del pueblo Ramona, también en Argentina, que descubrieron la alta contaminación del agua de los pozos y presentaron su estudio al Gobierno que instaló una potabilizadora. Ahora, los vecinos pagan una tasa por el agua que consumen que va directamente a los proyectos de esa escuela. O le hablaría de otro colegio en el que los chicos decidieron diseñar una silla de ruedas para personas que conocían en su comunidad. El profesor decía que “con trabajos tradicionales, los estudiantes trabajan para aprobar, con la silla de ruedas trabajan, aprenden, y se motivan para aprender”.

¿Aprendieron contenidos del currículo?

Desde luego, si no la silla de ruedas no funciona. La evaluación rigurosa es fundamental. Debe evaluarse el impacto en la comunidad y los objetivos curriculares definidos previamente en el centro. El riesgo es poner énfasis en los valores y perder de vista la importancia del contenido.

¿Impacta en los chavales?

Mucho, porque les conecta con una realidad, muchas veces ignorada, que evidencia unas necesidades del barrio, pueblo, ciudad. En capas menos favorecidas convierte a chavales que antes se sentían sólo víctimas en ciudadanos activos. Ven su capacidad de cambiar e influir en su entorno y descubren que son capaces de hacer grandes cosas. Ese fortalecimiento de la autoestima revierte en el rendimiento escolar y en sus expectativas vitales.

¿Eso está medido?

Según estudios, el rendimiento escolar aumenta un 10%. Pero eso no es lo más importante. En Chile, por ejemplo, escuelas con deserciones del 70% están ahora en el 2%. Aprender así, engancha.

Les obliga a agudizar la mirada sobre la ciudad.

Eso es un problema para la administración. Le contaré que en el año 2000 ganó un premio una escuela infantil que decidió criar truchas en su jardín para repoblar el río cercano y contribuir a la calidad del agua. Con ello mejoró el turismo y el empleo. Recogió el premio una niña de 5 años que tomó el micro y le dijo espontáneamente al presidente: “Señor, ahora usted cuide el agua del río o se nos morirán los pececitos”.

Esta forma de aprender parece exigente con los profesores no acostumbrados a trabajar por proyectos.

Les obliga a confiar en sus alumnos, a salir de la seguridad del aula y a prepararse a no tener respuestas. Tienen que ponerse a estudiar con ellos. Hablar con las administraciones y con entidades sociales. Es un cambio de rol. Trabajar en la incertidumbre y dedicar mucho tiempo. Hay que acompañarlos. Muchos empiezan con entusiasmo, pero la buena voluntad tiene un límite.

Dice que el ApS puede impulsarse desde párvulos, pero ¿cuándo se acaba?

En España no hay políticas universitarias que impulsen el ApS, pero sí hay experiencias. En Barcelona, la carrera de Educación, por ejemplo. Pero es cierto que aquí está más extendido en secundaria. En otros países como Chile, México, Colombia, Costa Rica, Sudáfrica, y muchos países asiáticos, se está incorporando. Harvard tiene ApS obligatoria. Con el huracán Katrina los seguros no querían pagar los desastres porque decían que no estaba en las pólizas. Y los alumnos cambiaron eso. Puede que Harvard no sea solidaria como entidad, pero sí han comprobado que esta metodología funciona.

¿Y no tranquiliza la conciencia de las clases más favorecidas sin que en el fondo se combata con la desigualdad?

Existe ese riesgo. Por eso el concepto de reflexión sobre la práctica es crítico. Por ejemplo, si hay un proyecto sobre el desplazamiento por inundaciones, podría debatirse, ¿por qué siempre les toca a los mismos?

Hay gente que de natural es más solidaria que otra. Quizás esta materia no les motiva.

No he encontrado ninguna escuela que dijera que un alumno se negó a participar. En cambio muchos descubren una realidad que les sorprende. Por otro lado, rescata la voz del adolescente en la comunidad. En algunas urbes,ser joven y, sobre todo varón, es sinónimo de ser peligroso. En una escuela marginal, los adolescentes organizaron teatro leído para ancianos y niños. Los adolescentes, antes vistos mal, acabaron siendo “los de la escuela de los libros”.

Fuente de la Información: https://www.lavanguardia.com/vida/20190819/464143661488/los-jovenes-aprenden-mas-si-ven-que-pueden-cambiar-su-entorno.html?facet=amp

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Venezuela: El resentimiento como generador de violencia

El resentimiento como generador de violencia

José Gregorio Vielma Mora[1]

Resumen

La evolución del resentimiento social en Venezuela como germen de la violencia es un resultado histórico de insatisfacciones sociales. Este trabajo realiza una síntesis histórica que lo explica y se proyecta al estado actual de los posibles escenarios de conflictividad social planteados por la actual crisis económica que vive Venezuela.

Palabras claves:

Resentimiento social, aspiraciones sociales, violencia, guerra de independencia, guerra federal, democracia liberal, revolución bolivariana.

Abstract:Theevolution of social resentment in Venezuela as a germ of violenceis a historicalresult of social dissatisfaction. Thisworkmakes a historicalsynthesisthatexplains and projectsthecurrentstate of possiblescenarios of social conflictraisedbythecurrenteconomic crisis that Venezuela isexperiencing

Key Word:

Social resentment, social aspirations, violence, war of independence, federal war, liberal democracy, BolivarianRevolution.

Introducción

En el presente análisis trataremos de revisar algunas ideas, con raigambre histórica, centrado en un elemento aparentemente subjetivo, en un sentimiento[2] que es capaz de actuar sobre las conductas generando acciones negativas desde el punto de vista social. El resentimiento puede tener una alta sinonimia: se asocia a la envidia, al rencor y puede desembocar en la hostilidad, alevosía. Enfocado como problema social, propiamente dicho, el término resentimiento es un recurso semántico, muy utilizado en Venezuela por las clases medias y altas, para referirse a las resistencias manifestadas por algún trabajador o trabajadora humilde que reaccionan en defensa de sus derechos y su dignidad. Al pueblo chavista, en su gran mayoría de bajos recursos, se le considera “resentido” porque apoya las políticas de un gobierno que busca mejorar su condición social y aspirar, con justicia, buena parte de las seguridades y comodidades que disfrutan las clases que están por encima de ellas.Si a este sentimiento se le añade la impotencia o frustración, por no poder satisfacer esos sentimientos justos, el resentimiento aumenta hasta desbordarse en violencia.

Ahora bien, visto como un problema general de la sociedad y su nivel de justicia social, el resentimiento que, en un primer momento puede ser individual, dependiendo del nivel de exclusión que presente esa sociedad, puede ser considerado como RESENTIMIENTO SOCIAL. No estamos hablando de un problema individual, como el que puede sentir el miembro de una familia que es considerado la “oveja negra” sino que nos referimos a un esquema mental que se va haciendo cada vez más general, en la medida que aumentan las injusticias sociales y que, exacerbado por ellas, pueden conducir a la violencia.

Visto desde la óptica de los no excluidos, es decir de los que mantienen un nivel de vida aceptable y tienen privilegios que no tienen la mayoría, el resentimiento social abarca e involucra …”cualquier idea, cualquier intento, cualquier iniciativa que intente superar la pobreza en sus raíces estructurales, culturales e históricas ya que es percibida como comunismo, castrochavismo, y, además, resentimiento social que pretende acabar con la propiedad privada, con la libre empresa, con la riqueza y con el bienestar de toda la sociedad, porque ellos, y nadie más,representan a la sociedad. Los demás sobran. Y entonces buscan elegir a alguien que haga más fuerte su burbuja, que mantenga más alejados a los pobres de sus círculos de privilegios, que garantice su posición y que les dé más prebendas para proteger lo que han heredado, lo que han obtenido desde el pedestal de su posición y lo que han usurpado.”[3]

Veamos que nos dice esta periodista chilena, Eda Cleary, sobre el esto:  “El resentimiento es una emoción reactiva frente al agravio voluntario de un tercero (Strawson) y solo puede ser producto de la acción humana, ya que, por ejemplo, nadie desarrolla resentimiento frente a catástrofes naturales. La explosión del resentimiento como fenómeno social en democracia suele responder al ejercicio arbitrario del poder y al no cumplimiento de la promesa meritocrática con que las élites de turno seducen a sus votantes (Moscoso) La desigual repartición de los daños derivados de las crisis económicas, o la existencia simultánea de una mera igualdad formal con fuertes diferencias sociales fácticas, son terrenos fértiles para que la población se sienta estafada y engañada”[4]

Ahora bien, delimitado el problema objeto de este ensayo, centrado en el resentimiento como un fenómeno social, creemos de utilidad aterrizarlo en la realidad histórica venezolana. Una primera idea, tratara de tocar algunas consideraciones históricas donde el resentimiento social en Venezuela se manifestó con violencia y, cerraremos este trabajo con otra que analiza el posible nivel de resentimiento social actual frente a la profunda crisis económica que vive el país en la actualidad.

El resentimiento social en la historia de Venezuela

Venezuela como una sociedad colonial transplantada fue germen de profundos resentimientos sociales. No solamente fue la esclavitud de los negros traídos del África sino de la propia población aborigen que, desde el principio del proceso colonizador, fue llevada a la servidumbre y coartada de sus privilegios originarios. En Venezuela se mantuvo durante 300 años un régimen social absolutamente desigual, en una provincia española que, a pesar de su pequeño tamaño, llego a ser una de las regiones más ricas del imperio ultramarino español.

La guerra de independencia, a principios del siglo XIX, mostró mucho del resentimiento social acumulado por siglos. Por ejemplo, una de las causas que llevaron a la Capitulación de Miranda[5], además de la falta de cohesión de las filas patriotas, fue el alzamiento de los esclavos en Barlovento, el 24 de junio de 1812, a favor del Rey y en contra de la independencia. Este hecho nos sirve para tener una fotografía del resentimiento social con perspectiva histórica. La lógica común nos pudiera mostrar una contradicción en el apoyo de un numeroso grupo de esclavos a favor del orden colonial, que precisamente los tenía en ese nivel de degradación social, pero la realidad inmediata, el día a día, de esos esclavos les mostraba que sus opresores eran precisamente aquellos que habían declarado la independencia, sus propietarios esclavistas quienes los explotaban. El resentimiento social no podía dirigirse al Rey de España sino a los que durante siglo se habían beneficiado con su arduo trabajo y de su miserable condición de vida.

Otro momento de esa fase histórica en el cual se revela resentimiento social, es el fenómeno de liderazgo que significó la figura de José Tomás Boves[6] y su numeroso ejército compuestos fundamentalmente por negros, indios y mulatos a favor de la causa del Rey y en contra de los patriotas, quienes ya les hablaban de igualdad y libertad de forma inútil. No hay duda que la fiereza del ejército de Boves acabó en 1814, con el segundo intento republicano. La violencia y el terror aplicado por su ejército fueron, tal vez, de los episodios más despiadados y cruentos de esa etapa de trágica y gloriosa etapa de nuestra historia.[7]La motivación de este ejército era precisamente el resentimiento social de las castas más desfavorecidas y excluidas durante el período colonial expresado en contra de las élites criollas provinciales.

De allí que Simón Bolívar, en la Carta de Jamaica[8], hace esfuerzos por expresar y explicar el sentido de libertad e igualdad que aspiraban los republicanos y es por eso que, en la Constitución de Angostura, decreta la abolición de la esclavitud, como un intento de atraer a las filas patriotas a las castas negras esclavizadas. Aún así, las profundas contradicciones de la propia élite independentista por no perder un “activo” de gran valía como los esclavos, logra revertir este logro social en la Constitución Gran Colombiana de 1821, con la cual  restituye la esclavitud, maquillándola de a través de las leyes de manumisión[9]

La independencia como proceso de liberación no satisfizo las aspiraciones sociales de las grandes masas desposeídas. Estímulos como la Ley de Repartos de Tierras de 1817, decretada por Bolívar, la cual contemplaba que … “el primer deber del gobierno es recompensar los servicios de los defensores de la República, que sacrificando generosamente sus vidas y propiedades por la libertad y felicidad de la Patria, han sostenido la desastrosa guerra de Independencia, sin que ni ellos ni sus familiares tengan medios de subsistencia y considerando que existe en el territorio (…) multitud de propiedades de españoles y americanos realistas que conforme al decreto…publicado en 3 de septiembre (…)  deben confiscarse (…) Todos los bienes raíces e inmuebles que se han secuestrado y confiscado serán repartidos y adjudicados a los generales, oficiales y soldados de la República”[10]  Esta ley se confirmó con otro decreto del Libertador que llamó Ley sobre confirmación de  Haberes Militares de 1821.[11]

Los historiadores afirman que pocos efectos sociales positivos tuvieron estas iniciativas de saldar las aspiraciones populares. Por el contrario sirvió de puente a una mayor concentración de la propiedad de la tierra en la medida que los beneficiarios, ante la posibilidad de invertir, vendían sus derechos a los grandes propietarios de tierras.

Así que, la guerra de independencia no llenó las expectativas ni las aspiraciones de las masas populares que engrosaron las filas de los patriotas. La esclavitud se mantuvo hasta más allá de la mitad del siglo XIX (1854) y su abolición respondió más a la conveniencia económica de los propietarios de esclavos que, ante la improductividad y caída del comercio externo, aliviaban sus costos con la libertad de sus antiguos negros.

El resentimiento social explica entonces la llamada Guerra Larga o Guerra Federal (1859-1864)La causa principal de esta guerra son las aspiraciones sociales insatisfechas. Ello explicaría también la presencia y el liderazgo de Ezequiel Zamoracomo expresión social. Las consignas zamoristas y federalistas iban desde “muerte a la oligarquía” hasta el saqueo de sus bienes. Fue una guerra eminentemente social donde el resentimiento social se expresó en forma descarnada.

Ese fue el clima de todo el siglo XIX venezolano que, entre inestabilidad política y guerras intestinas transcurrió dejando detrás pobreza, exclusión y ruina económica. Por ello, la “paz del terror” sembrada por Gómez[12] y, a partir de él, comienza un proceso de modernización económica e institucional que los historiadores la consideran como la entrada de Venezuela al siglo XX.

La modernización política iniciada a partir de la muerte de Gómez -17 de diciembre de 1935- fue también la apertura para las luchas sociales. La violencia desatada el 14 de febrero de 1936 puede explicarse con esta cita: “A la muerte de Juan Vicente Gómez, en diciembre de 1935, las fuerzas vivas de Venezuela se movilizan para evitar el continuismo. Las medidas con que López Contreras inauguró su mandato se quedaron cortas ante el reclamo popular: no logró apaciguarlo el aumento del salario mínimo, de tres a cinco bolívares diarios (…)Movida también por otras organizaciones, gremios y partidos políticos, la multitud permanecía el día 14 concentrada pacíficamente en la plaza Bolívar, frente a la gobernación, cuando una descarga desde el palacio provocó el caos general y seis muertos.”[13]

Desde allí se abre un proceso de graduales y lentas conquistas sociales. Medina Angarita crea el Seguro Social en 1944, los gobiernos dictatoriales posteriores se dan a la tarea de modernizar la infraestructura vial, hospitalaria y escolar, es decir, se retrocede políticamente pero se avanza socialmente.

Llegada la década de 1960, con la instauración del llamado periodo democrático liberal, esas conquistas sociales avanzaron muy poco en contraste con el mejoramiento sostenido de los ingresos públicos durante la mayoría de esos períodos de gobierno. La dictadura de Marcos Pérez Jiménez (1952-1958) dejó logros que le permitió a la democracia liberal subsistir los primeros años sin mayor conflictividad social. Se había conquistado la democracia, pero ese sistema político no terminaba de solucionar la pobreza y la tendencia migratoria interna de abandono del campo y traslado a las ciudades. Se fueron formando los primeros cinturones de miseria alrededor de esas ciudades, únicas capaces de ofrecer empleo en el sector servicio.

La década de los 80s reveló los errores de un sistema que no supo aprovechar la estabilidad y alternabilidad política que, no resolvió las aspiraciones sociales del pueblo venezolano. Ciertamente hubo cierta movilidad social. No hay duda que la clase media venezolana se forjó y formó durante ese período pero las clases más desposeídas fueron creciendo sin conquistas cualitativas relevantes.Así llegamos a la época neoliberal en Venezuela. Los primeros intentos del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez (1989-1993) de aplicar estas medidas correctivas en el ámbito económico provocó el Caracazo (27 de febrero de 1989) como un explosión social en rechazo a las medidas tomadas por el nuevo gobierno. Después de ese suceso y en concordancia con la profundización de la crisis económica provocada por la deuda externa hizo eclosionar a las fuerzas políticas fundamentales que habían sido protagonistas en todos esos años –AD y COPEI- las cuales pasaron de ser partidos que se disputaban las mayorías a organizaciones con altísimo nivel de impopularidad.

Eso explica la llegada al poder de Hugo Chávez Frías en 1998, como una consecuencia del desgaste del sistema liberal que, con un torpe manejo de la economía y un bajo nivel de reivindicaciones sociales desaparece con la promulgación de la Constitución Bolivariana de 1999.

Los peligros del resentimiento social en la actualidad

Nadie puede dudar de los esfuerzos de Hugo Chávez por atender la emergencia social dejada por la democracia liberal. Se pueden admitir errores en cuanto a la permanencia de los subsidios indirectos de la economía venezolana, a través del dólar protegido y preferencial, la política de expropiaciones sin una alternativa clara y madura de cómo manejar las tierras, las industrias y bancos pasados a manos del Estado, pero es innegable el avance social que, desde el año 2004 hasta el año 2013, se lograron con las presidencias de Chávez.

La muerte de Chávez en 2013, venía aparejada a una caída abrupta de los precios petroleros en una economía venezolana altamente subsidiada. Habíamos alcanzado un nivel de gasto social que era insostenible con los precios del petróleo en el mercado internacional. No habíamos logrado desarrollar la agricultura y la agroindustria, a pesar de los denodados esfuerzos del presidente Chávez y, mucho menos, habíamos desarrollado la industria nacional para sustituir a los ingresos petroleros como fuente única. Sin duda, el rentismo petrolero se acentuó en el camino de satisfacer las aspiraciones sociales olvidadas durante más de 500 años de exclusión.El reconocimiento de este error frente a una coyuntura más crítica como la que estamos viviendo hoy, explica la transformación de la política de subsidios indirectos –dólar protegido para importar- a subsidios directos al pueblo a través de mecanismos novedosos como el Sistema Patria[14]. En este punto, no faltarán que se considere esta estrategia como populista y clientelar pero no se puede negar que el sector empresarial venezolano –la llamada clase alta venezolana- ha sido el gran beneficiario de las políticas de subsidios del Estado tanto en el siglo pasado como durante los primeros 15 años del siglo XX.

En el siglo pasado se financió y estimuló al sector privado a través de la famosa Corporación Venezolana de Fomento (CVF) Ese financiamiento no se ha cuantificado, pero un análisis histórico de PIB venezolano y la participación por sectores[15] deja claro el traslado del ingreso público, a través de préstamos, al sector empresarial venezolano, el cual se comportó de forma anómala al fugar permanentemente los capitales que le eran dados. Pregunta obligatoria: ¿Por qué no se superó el rentismo en un sistema liberal como el instaurado en la segunda mitad del siglo XX? ¿Cuánto capital se fugó del país en los momentos previos a los controles de cambios implementados en esa época? ¿Por qué la banca privada experimento 2 quiebras simultáneas durante las década de los 90?. Son interrogantes válidas para evaluar la idoneidad y bondad del sistema liberal en Venezuela.

En la actualidad venimos tomando conciencia de la importancia de la producción interna como garantía de estabilidad política, económica y social. Más allá de los argumentos de “guerra económica” sostenidos por el gobierno de Nicolás Maduro, debemos admitir nuestra improductividad como el más grande error durante los últimos 100 años. Nos dimos cuenta ahora que dentro de nuestro país no producíamos nada. El chavismo cometió el mismo error de la época liberal 1960/1998. Por ello debemos atacar las deficiencias estructurales de nuestro país tanto en el terreno económico y en el cultural para volvernos ciudadanos y ciudadanas productivos. Ese es el más urgente y mayor esfuerzo que debemos realizar para superar los peligros devenidos del resentimiento social que nuevamente se viene acumulando.

Conclusiones

El resentimiento social como generador de violencia está, sin duda, ligado a las aspiraciones y conquistas sociales. Por eso consideramos pertinente evaluar ese fenómeno social desde el punto de vista histórico. Claro está, aún faltan estudios serios de la evolución de la estructura social venezolana que permita arrojar luces más claras alrededor del punto de la conflictividad o felicidad social. No hemos medido los grados de movilidad social en Venezuela en cada período de inflexión histórica. De allí que, su estructura social actual también es difuso y, entre la diatriba política y la polarización, no somos capaces de entender que el problema de la violencia en Venezuela tiene profundas raíces reivindicativas. No en es gratuito que es precisamente durante la década de 1980, los índices de violencia criminal se dispararon a un nivel que aún no hemos sido capaces de controlar.La violencia delictiva entonces también tiene raíces de resentimiento social, a pesar de todos los esfuerzos que, desde los distintos gobiernos en este siglo se ha hecho.

Bibliografía

 

BOLÍVAR, Simón,

Carta de Jamaica,

Caracas, Centro Nacional de Historia, 2014.

 

CABALLERO, Manuel

Gomez, el tirano liberal.

Caracas, Monte Avila Editores, 1994.

 

CARRERA DAMAS, Germán

Una nación llamada Venezuela

Caracas, EBUC, 1979.

 

______________________,

Boves: Aspectos socioeconómicos de la Guerra de Independencia.

Caracas, Monte Avila Editores, 1980.

 

Centro Nacional de Historia

Memorias

Caracas, CNH, 2017.

 

CLEARY, Eda,

La élite resentida de Chile

Chile, Blog “El Mostrador”, 2017.

 

GIRALDO LÓPEZ, Andrés,

El resentido social

Colombia, Revista Enfoques, 2015.

https://www.revistaenfoque.com.co/opinion/el-resentido-social.

 

[1]Mayor (Ej) José Gregorio Vielma Mora, Abogado, Magister en Políticas Públicas y Doctorante en Defensa y Desarrollo Integral de la Nación.  Participante de la Rebelión de Hugo Chávez (1992) Constituyente 1999-2000, Superintendente Aduanero Tributario, Gobernador del Estado Táchira-Venezuela.

[2] Al usar el término “sentimiento” se traduce en un elemento de sensibilidad y motivación en conductas y valores tal y como lo contextualiza el artículo objeto de este resumen.

[3] Andrés Felipe Giraldo López, El resentido social. Revista Enfoques. https://www.revistaenfoque.com.co/opinion/el-resentido-social

[4] Eda Cleary, La élite resentida de Chile, Blog el Mostrador, https://m.elmostrador.cl/noticias/opinion/2015/09/28/la-elite-resentida-de-chile/

[5]Se refiere a la Capitulación de Francisco de Miranda, como Jefe de los ejércitos independentistas  firmada con el realista Domingo Monteverde,  Comandante de los Ejércitos de Su Majestad Católica, el 25 de julio de 1812, en la Provincia de Venezuela.

[6]Considerado el Comandante del ejército realista más sanguinario de la guerra de independencia de Venezuela, entre los años 1813 y 1814.

[7] El historiador Germán Carrera Damas, en su obra Boves: aspectos socio-económicos de la guerra de independencia describe, con vasta documentación las atrocidades cometidas por ambos ejércitos –realista y patriotas- sobre muchos pueblos, ciudades o villas tomadas y asaltadas, pero denota la violencia y crueldad con que las tropas de Boves trataron a las ciudades de Valencia o Barcelona en los años 1813 y 1814.

[8] Simón Bolívar, Carta de Jamaica, Centro Nacional de Historia, Caraca, 2015.

[9] Esta ley contemplaba la libertad de vientres esclavos, es decir los hijos de negros esclavos nacidos a partir del mismo, nacían con la condición de libres. No está claro tampoco si esta ley fue respetada y aplicada.

[10] Ley de Repartos, 10 de octubre de 1817. Decretos del Libertador, 1983, Tomo I, pág 89

[11]Idem.

[12] La última guerra civil venezolana, fue la llamada Batalla de Victoria (12 de octubre de 1902) entre los bandos de Castro-Gómez y las fuerzas lideradas y financiadas por Manuel Antonio Matos

[13] Revista Memorias No. 3 del Centro Nacional de Historia

[14]Sistema implantado por el gobierno bolivariano mediante el cual se le deposita subsidios direntas en las cuentas bancarias de los beneficiarios.

[15] Banco Central de Venezuela. Series históricas del Producto Interno Bruto (PIB) 1958-1996. www.bcv.gob.ve.

Autor: José Gregorio Vielma Mora

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Colombia: Julieta Lemaitre Ripoll: “Colombia no va a ser un país pacífico en un contexto de prohibición de la cocaína”

La reconstrucción, como tarea de las mujeres

“Después de la guerra alguien tiene que limpiar. No se van a ordenar solas las cosas, digo yo”. Con estos versos del poema “Fin y Principio” de la escritora polaca Wislawa Szymborska, la jueza colombiana del Tribunal Especial para la Paz, Julieta Lemaitre Ripoll, resume a Páginal12 el tema de su nuevo libro, “El estado siempre llega tarde” (Siglo XXI). Cuando se relata la guerra desde la perspectiva del derecho, dice la letrada, siempre se pone el foco en el hecho violento. En el asesinato, el secuestro, la violación, el atentado, la masacre. Pero este libro propone correr el reflector y alumbrar la vida después de la violencia, la vida cotidiana de quienes fueron forzados a abandonar sus hogares, de los que huyeron, de los que sin recursos rehicieron sus vidas lejos de su tierra. Es un libro sobre la reconstrucción. Y es un libro que analiza el rol del Estado en este proceso, al que, como dice la autora, siempre llega tarde.

La guerra en Colombia entre las guerrillas (principalmente las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-FARC), los paramilitares y el Ejército colombiano dejó a un millón de familias desplazadas. A lo largo de los veinte años previos de la firma del Acuerdo Final de Paz entre el Estado y las FARC (2016), se habían reglamentado una serie de leyes para atender la crisis humanitaria y hace más o menos diez que Lemaitre busca saber cómo éstas se articulan en el terreno. La doctora en Derecho y Ciencias Sociales, y docente de la Universidad de los Andes realizó junto con su equipo 136 entrevistas y observaciones en el terreno durante tres años, lo que dio fruto a una etnografía profunda de la vida cotidiana de las víctimas de la guerra.

El protagonismo de las mujeres en lo que llama “la reconstrucción desde abajo” luego de la huida es lo primero que salta a la vista en la lectura del libro. “El interés inicial que teníamos eran las organizaciones de mujeres, porque eran muy visibles y muy poderosas en torno a la oposición a la guerra. Pero también en el camino fui llegando a la conclusión de que hay algo femenino en el trabajo de la reconstrucción porque gira en torno a tareas tradicionalmente femeninas de cuidado”, afirma Lemaitre a este diario. “Lo más importante después de la guerra es la comida, el abrigo, cuidar a los enfermos, a los niños, disponer de las heces y la sanidad del lugar donde se vive, y todas esas cosas tradicionalmente son tareas femeninas”, explica. La autora indica en su libro que en la cultura rural de su país, el sentido de ser una mujer buena se entreteje, entonces, con la capacidad de ser una buena madre. “Por ello, al verse desplazadas y con hijos, o con familiares enfermos o ancianos a su cargo, estas mujeres experimentan su subjetividad en torno a este fracaso, al no poder acceder a atención hospitalaria, al enfrentarse todos los días con la alacena vacía, al ver que no pueden comprar los útiles escolares”, escribe. “Estos pequeños daños son importantes porque representan la destrucción del ser y de la posibilidad de agencia moral, definida no sólo como la posibilidad de distinguir el bien y el mal, sino de actuar en consecuencia”, como cuando se han visto obligadas a colaborar con alguna de las partes del conflicto, afirma. Por ello, dice la autora en el libro, la reconstrucción después de la guerra gira en torno a la recuperación de esa agencia moral, además de la material.

Para que se dé esta reconstrucción, escribe Lemaitre, las familias desplazadas dependen de redes de apoyo familiares y barriales, que les enseñan cómo levantar casas, cómo ocupar terrenos estatales y construir barrios. Pero también que funcionan como proovedores de hojas de ruta de los laberintos burocráticos para solicitar ayuda del Estado.

La magistrada y docente dice que realizar estas entrevistas a víctimas de la guerra en su país -no habiendo ella sufrido del conflicto en carne propia- fue una experiencia emocional muy intensa y agotadora. “Lo que me quedó ahí, que también motivó el libro -y se trata en uno de los capítulos-, es la pregunta de qué significa esto para mí, cuál era mi responsabilidad frente a esto”, afirma y explica que no existe una respuesta ética a este problema que pueda ser individual: “La vida individual no es una vida que se pueda experimentar como buena, cuando estás al lado de tanta miseria y sufrimiento. La única posibilidad es la acción colectiva y en particular un Estado que funcione. El Estado la media la relación con el que sufre y alivia el sufrimiento en nombre de muchos. No es sólo mi carga, es la carga de todos nosotros”.

–¿Qué es, entonces, lo éticamente correcto?

–Para mí, lo que era lo correcto y mi deber era involucrarme en la política de manera que el Estado pueda realmente aliviarle a uno la carga moral. Porque si no terminas encargándote del niño que tienes al frente, pero no de los otros 600.000. Y eso no alivia tu carga moral porque el resto también existe.

Para Lemaitre, hay, además, otro asunto urgente que tiene que resolver el Estado colombiano: la legalización de la cocaína. “Colombia no va a ser un país del todo pacífico o viable en un contexto de prohibición”, sentencia la jueza. “Para entenderlo no hay sino que acordarse de cómo le fue a Estados Unidos cuando prohibió el alcohol: el Estado casi se destruye en muchos sentidos, por la corrupción y la criminalidad que genera en torno a los mercados ilegales. Sabiendo eso, ellos exportaron un modelo de prohibición del mercado del cual ellos y los europeos tienen una enorme demanda. Esto nos coloca en una situación muy difícil y que Colombia no puede resolver, sino que le toca administrar”, prosigue. “Si pudiera regular el mercado, primero, le quedaría mucho más fácil llegar a territorios en donde ha estado ausente y, segundo, el mercado financiaría al Estado, por lo que habría un superávit para financiar toda la inversión que requiere llegar a estos lugares”. La legalización de la cocaína le daría, entonces, un atajo al Estado para llegar. Tarde. Pero llegar.

Fuente de la Información: https://www.nodal.am/2019/07/julieta-lemaitre-ripoll-colombia-no-va-a-ser-un-pais-pacifico-en-un-contexto-de-prohibicion-de-la-cocaina/

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Argentina: Macri y Trump derrotados por nocaut

Macri y Trump derrotados por nocaut
Atilio A. Boron
Conocidos los resultados de las elecciones primarias (PASO) del pasado domingo publiqué un tuit en el que decía que los dos grandes perdedores habían sido Mauricio Macri y Donald Trump. En efecto, Trump apoyó con todas sus fuerzas al Gobierno argentino. Lo dijo con todas las letras y en innumerables –y a veces importantes- ocasiones. Es más, ordenó a sus lugartenientes en el Fondo Monetario Internacional (recordar que según Zbigniew Brzezinski el FMI y el Banco Mundial son “extensiones del Departamento del Tesoro”) que respaldasen al Gobierno de Macri y su reelección otorgándole a la Argentina un paquete de ayuda financiera del orden de 57.000 millones de dólares. Este fue el mayor desembolso jamás hecho por el FMI en su historia y tenía por objeto evitar el default de la economía argentina. La ejecución diaria de ese préstamo fue supervisada por la señora Christine Lagarde, Directora Gerente del FMI (y en los hechos Ministra de Economía y “copresidenta” de la Argentina) y autorizaba también al Banco Central a vender dólares para estabilizar su cotización en el frenético mercado local y de ese modo contener la escalada de precios en un país lastrado por un persistente régimen de alta inflación. En la práctica esa enorme suma hizo poco más que financiar la impetuosa fuga de capitales de la que usufructuaron los amigos y compinches del régimen, mancomunados en el proyecto macrista de saqueo de las riquezas del país. Con base en informes oficiales del Banco Central difundido por el economista Ismael Bermúdez la fuga de capitales en el período transcurrido entre el 2016 y el primer semestre del 2019 fue de 70.210 millones de dólares. Huelgan los comentarios acerca de las deprimentes consecuencias de esta monumental hemorragia financiera, para combatir la cual John M. Keynes había propuesto, en la década de 1930, practicar la “eutanasia” de rentistas y especuladores por ser éstos mortales enemigos del crecimiento de la economía real. El economista de Cambridge se habría asombrado al comprobar los alcances de este flagelo en la Argentina.

La contrapartida de tanto apoyo y de tanta munificencia imperial fue la conversión del Gobierno argentino en un pusilánime sirviente de la Casa Blanca, presto a obedecer las menores insinuaciones de su irascible ocupante. Macri sobreactuó su obediencia a Trump porque en la campaña presidencial norteamericana había explícitamente respaldado a Hillary Clinton. Una vez consumada la victoria del magnate neoyorquino Macri se desesperó por enmendar su error arrastrándose a los pies del emperador y ofreciéndose para hacer cuanto éste le ordenase, reviviendo con su rastrera conducta las “relaciones carnales” de Carlos S. Menem. Trump lo perdonó pero fue preciso y terminante con sus mandatos que, imaginamos, deben haber sido más o menos así: “¡Ataca a Maduro, en todos los foros, en todos los frentes, tú y tus fuckingministros y funcionarios! Destruye la UNASUR, acaba con la CELAC, mantén a chinos y rusos bien lejos, olvídate de las Falklands, acepta que instale varias bases militares en la Argentina, facilita los negocios de las empresas norteamericanas y deja que la economía la maneje el FMI, pues tus economistas son una cuadrilla de inútiles”. En vísperas de las primarias Trump envió al país a su Secretario de Comercio, Wilbur Ross, como un gesto más de apoyo y aliento a la Casa Rosada para que avance sin más demora en las reformas estructurales que faltaban: la privatización del sistema de seguridad social, la laboral y la del régimen impositivo, en línea con la que el estadounidense impusiera en su país alivianando la presión fiscal sobre las grandes empresas y las grandes fortunas.

Macri obedeció, al pie de la letra al úkase imperial. La Argentina se quedó sin política exterior, porque hizo suya la de Estados Unidos asumiendo como propios los enemigos o adversarios de Washington en momentos en que Trump riñe con casi todo el mundo. También se quedó sin política económica, porque pasó a dictarla el FMI a través de sus técnicos. El resultado está a la vista: un holocausto social de vastas proporciones y un derrumbe económico que, en algunos aspectos, no tiene precedentes, todo lo cual se agrava por los efectos devastadores del lawfare (hiperpolitización de la justicia federal; maridaje entre jueces, fiscales, servicios de inteligencia y medios de comunicación; atropello al debido proceso, etcétera) y el abrumador control que ejerce el oficialismo sobre los medios y la masiva utilización de pseudoperiodistas –en realidad, operadores políticos jugosamente remunerados- para mentir, desinformar, atemorizar a la población y para difamar a las principales figuras de la oposición. Esta siniestra operación de manipulación de la opinión pública se complementó con la abrumadora propaganda oficial en todas las redes sociales y la inescrupulosa utilización de ejércitos de trolls que con sus media verdades y fake newscontribuían a la confusión general atacando con particular saña a los candidatos del Frente de Todos.

Pero todo fue en vano. Macri y su patrón fueron arrasados en las urnas. Su Gobierno languidece a la espera de un milagro que no se producirá. Si algo ocurrirá en la primera vuelta que tendrá lugar el 27 de octubre será una derrota aún más aplastante del oficialismo, lo cual será muy positivo para impedir por mucho tiempo el retorno al gobierno de esa derecha neocolonial, elitista, falsamente “meritocrática” y antidemocrática. Esto si tiene suerte, si la revuelta de los mercados y la conmoción social e institucional resultante no sentencian el final anticipado del Gobierno de Macri, algo que ya ocurrió en dos ocasiones desde la restauración democrática de 1983, aunque bajo distintas condiciones. En suma, Trump se quedó sin uno de sus peones sudamericanos y el brasileño camina por la cuerda floja. Y la debacle del neoliberalismo en la Argentina es un mensaje que será leído con atención en muchos países. En suma, buenas noticias para el futuro de Nuestra América. ¿Quién decía que el ciclo progresista había concluido?

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Autor: Atilio Borón

 

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Brasil: La mayor movilización de trabajadoras rurales de América Latina evidencia la fuerza de las mujeres contra los retrocesos

6/08/2019 | Cristiane Sampaio

La sexta edición de la Marcha das Margaridas tuvo lugar en Brasilia el 13 y 14 de agosto. El nombre es un homenaje a Margarida Maria Alves, lideresa del Sindicato de Trabajadores Rurales de Alagoa Grande – Paraiba, que luchó por los derechos de las y los trabajadores rurales y fue asesinada por orden de terratenientes en 1983.

Desde 2000, mujeres trabajadoras de los campos, de las aguas, bosques y ciudades organizadas realizan la Marcha das Margaridas, una continuación de la lucha de Margarida Alves, por el fin de la violencia en el campo, derechos laborales, y contra todas las formas de violencia y opresión.

Fue con brillo en los ojos que la agricultora Maria Anecy Martins, de 45 años, llegó a Brasilia (DF) esta semana para participar en la Marcha das Margaridas 2019. La movilización reunió a más de 100 mil mujeres campesinas, con cierre este miércoles (14) tras un gran acto que se tomó las calles de la capital. Venida del interior del estado de Maranhão, Anecy viajó más de dos días, enfrentó problemas en la carretera y el cansancio físico para participar en el evento que es un símbolo de la lucha popular en Brasil.

Después de décadas de trabajo en el campo y en la militancia política, esta fue la primera vez que la agricultora tuvo la oportunidad de conocer la marcha. La ansiedad para llegar era tanta que no hubo cansancio en el mundo que fuera capaz de disminuir la energía vibrante que la movilizó para llegar hasta allí.

“Siempre quise venir y no resultaba. Ni sé si tengo una palabra para describir [esto]. Cuando usted ve tantas mujeres así, unidas, en búsqueda de mejoras, de mejores políticas, le da escalofríos. Vengo para participar, para unir fuerzas con las mujeres. Si me preguntan si estoy cansada, no estoy. Cuando vemos esto aquí, cada conversación… nos da escalofríos. Es muy lindo”, se conmociona.

La agricultora rural fue una de las cerca de 30 mil personas que se aglutinaron el martes 13 por la noche en el Parque da Cidade para celebrar la apertura oficial del evento, que tuvo como lema «Margaridas en la Lucha por un Brasil con soberanía popular, democracia, justicia, igualdad y libre de violencia». La conmemoración reunió a caravanas de todas las regiones del país y a representantes de cerca de 25 países de diversos continentes, en un verdadero mosaico de fuerzas populares. También se sumaron a la multitud artistas, diputados federales, senadores y otros aliados políticos.

El evento trajo como debate político una plataforma que refuerza la lucha por derechos, como la defensa de los servicios de salud y educación públicos, el combate a la violencia contra la mujer, contra la reforma de las Pensiones, entre otros. En ese sentido, la marcha es también una forma de compartir anhelos comunes y reforzar el horizonte de la lucha popular.

Con ocasión de la apertura, diferentes voces hicieron referencia a la importancia de la unión de las mujeres para combatir las múltiples formas de violencia de género y el contexto de eliminación de derechos.

“Lo nuevo viene del pueblo, viene del poder popular, de ese pueblo que es mujer. Es por todas las que vinieron antes de nosotras, Luizas, Dandaras, Marielles, Margaridas, y por una generación que será libre. Sólo pararemos de marchar cuando todas sean libres”, bramó la diputada federal Talíria Petrone (Psol-RJ).

La marcha, que se da cada cuatro años reúne, tradicionalmente, mujeres del campo, de los bosques y de las aguas. En esta edición, el evento contó con el refuerzo especial de las participantes de la 1ª Marcha de Mujeres Indígenas, como es el caso de Nena Funi-ô, que vino de Aguas Belas, en Pernambuco.

“Me estoy sintiendo muy satisfecha con la manifestación de las mujeres. Tenemos que luchar por nuestros derechos porque, si no hacemos eso, no vamos a tener como resolver. Estamos juntas en esta lucha y no vamos a desistir nunca”, dijo.

Y en el mar de mujeres que se tomó Brasilia esta semana sorprendió también el ala masculina, que queda de espectadora ante de la articulación de las integrantes de la marcha. Es el caso del profesor de historia Edson Cazuza, de Rio Grande do Norte. Participando en el evento por segunda vez, él cuenta que se siente inspirado ante la movilización masiva de las trabajadoras.

“Incluso viviendo un momento tan difícil, como este de los últimos tiempos en Brasil, las mujeres forman parte de la trinchera en esta lucha por democracia, por justicia social, por igualdad de derechos. Lo veo con inmensa alegría”, complementa.

Entusiasmada con la primera experiencia en la Marcha das Margaridas, la agricultura Maria Anecy cuenta que la venida a Brasilia sirvió de aperitivo para las próximas ediciones del evento y también para dar oxígeno a la articulación política popular en los estados.

“Vengo todas las veces que sea posible y todas las que tenga oportunidad. Además de la buena energía de estas mujeres, me voy a llevar un poco de cada estado, una conversación, la garra de esas mujeres. Nos fortalecemos para el enfrentamiento en nuestra base, para la vida personal y para el movimiento sindical también”, destaca.

En la misma línea de raciocinio, Nena Funi-ô cuenta que el evento deja “un saldo muy positivo”. “Lo haría todo de nuevo. Estoy cansada, canté el día entero, bailé. Pero valió la pena”.

14/08/2019

Traducción de Pilar Troya https://www.brasildefato.com.br/

Fuente de la Información: https://vientosur.info/spip.php?article15049

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.El 70% de jóvenes trabaja sin pasar por educación superior

Perú: El 70% de jóvenes trabaja sin pasar por educación superior

Mercado laboral. Gobierno, empresas y docentes parecen llegar a un consenso: promover la educación tecnológica en el país para mejorar la competitividad y productividad en el mediano plazo.

¿Qué hubieras hecho si no tuvieras el dinero para estudiar? “Pues, trabajar”, dice relajadamente Joaquín Ríos Arteaga (25), egresado del instituto público Antenor Orrego, en Chorrillos, lugar donde ahora enseña.

Lo que él ignora -o quizá no quiera saber- es que 7 de cada 10 jóvenes peruanos (70%) hace exactamente eso: trabajar tras salir de la secundaria sin recibir una educación superior. Así lo revela una investigación del Consejo Privado de Competitividad.

El resultado, señalan los economistas, es el fomento de la mano de obra informal y no calificada con las consecuencias conocidas.

En los últimos meses una solución parece tener el consenso -esta vez- del Gobierno, de las empresas privadas y de los docentes: la promoción de la educación técnica pública a nivel nacional.

Pero la idea no es nueva. Antes del 2000 existía la educación secundaria técnica en el país, recuerda Pilar Mitma Mamani, docente de la Universidad Nacional de Educación (La Cantuta). “Se recibían talleres de diferentes especialidades: bordado, carpintería, secretariado, electricidad. Y al terminar sus cinco años salían con una certificación por lo menos. Todo tiempo pasado fue mejor”, agrega.

Las nuevas políticas educativas que llegaron redujeron el presupuesto para seguir invirtiendo en los talleres. «Pero los chicos al menos sabían qué les gustaba y tenían más posibilidades de trabajar», resalta.

Tanto para Mitma como para Jaime Ibarra, docente del Instituto Superior Tecnológico Público “Argentina”, ubicado en el Centro de Lima, el Gobierno debe “preocuparse por la educación técnica”. Explicó que de los grandes proyectos que se dan para el desarrollo de un país, el 95% requiere de técnicos. “Cada año se necesitan aproximadamente 300 mil técnicos en el país. Los institutos privados de renombre solo cubren el 30% de la demanda. No hay muchos institutos superiores dedicados a este campo”, advierte.

Según el portal del Ministerio de Educación (Minedu), en Perú existen 35 Institutos de Educación Superior Tecnológicos (IEST) con licencia temporal y, de ellos, 23 están en Lima Metropolitana, pese a que, según el INCORE 2018, los departamentos de la selva y centro sur del país ocupan los últimos puestos en competitividad educativa (ver infografía).

Por la competitividad

Pero hay avances para relanzar la educación técnica. Por un lado, en el capítulo 2 del Plan Nacional de Competitividad, el Gobierno reconoce la inversión en el Capital Humano “como primordial para el crecimiento económico en el largo plazo”. Por ello, proyecta para el 2020 lanzar su Política Nacional de Educación Superior Técnico – Productiva, en el que, entre otros, busca “impulsar la educación a distancia aprovechando las tecnologías de información y comunicaciones en CETPRO e IEST. Así como programas semipresenciales, de ser el caso”.

En tanto, desde el lado privado, Pablo Lavado, economista jefe del Consejo Privado de Competitividad, en un reciente foro académico, informó que ya había identificado que en regiones como IcaPiura Cajamarca, “se puede trabajar en conjunto entre la empresa y los institutos”.

Por su parte, Ana Alfaro Carlín, directora de la Dirección de Servicios de Educación Técnico Productiva y Superior Tecnológica del Mineduca, opinó que “las acciones contenidas en el Plan ayudarán a cerrar brechas entre la oferta formativa y las necesidades del mercado laboral. De acuerdo con la encuesta de habilidades al trabajo, el 47% de las empresas tiene vacantes difíciles de llenar, y el 76% de esas vacantes se explica por la falta de habilidades de los candidatos”. Mucho por hacer.

La selección del docente en el país

– En opinión de Hugo Ñopo, economista de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el énfasis para mejorar el capital humano pasa por “mejorar la selección de los docentes”. “Cambiar a nuestros 400 mil docentes por futuros jóvenes preparados para ser maestros, costará como 2 o 3 puntos del PBI”, señala.

grupo larepublica

Fuente de la Información: https://larepublica.pe/economia/2019/08/18/oit-el-70-de-jovenes-trabaja-sin-pasar-por-educacion-superior-empresas/

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Educación inclusiva en Ecuador: hay ley, pero falta formación

América del Sur/ Ecuador/ 20.08.2019/ Fuente: www.eluniverso.com.

 

Como el proceso de identificar y responder a la diversidad de necesidades especiales de todos los estudiantes a través de la mayor participación en el aprendizaje, las culturas y en las comunidades, a fin de reducir la exclusión en la educación. Así define a la Educación Inclusiva la Ley Orgánica de Educación Intercultural.

La misma ley determina que todos los establecimientos de educación escolarizada ordinaria deberán adoptar las medidas necesarias para permitir la admisión de aquellos estudiantes con necesidades educativas especiales asociadas o no a una discapacidad.

Aunque la ley lo ordenaba, es a partir del 2010 que se comienza a contar en Ecuador con  un proyecto modelo de educación inclusiva, cuyo objetivo es asegurar que el sistema educativo cumpla con las demandas de la Constitución, es decir, hacer posible la escuela para todos, atendiendo a aquellos sujetos con necesidades educativas especiales, asociadas o no a la discapacidad.

Las leyes, reglamentos y normativas detallan todo. Así, se establece  que son necesidades educativas especiales no asociadas a la discapacidad las siguientes: Dificultades específicas de aprendizaje: dislexia, discalculia, disgrafía, disortografía, disfasia, trastornos por déficit de atención e hiperactividad, trastornos del comportamiento, entre otras dificultades.

También situaciones de vulnerabilidad: enfermedades catastróficas, movilidad humana, menores infractores, víctimas de violencia, adicciones y otras situaciones excepcionales. También la dotación superior: altas capacidades intelectuales.

Mientras tanto, son necesidades educativas especiales asociadas a la discapacidad las siguientes: discapacidad intelectual, física-motriz, auditiva, visual o mental; multidiscapacidades; y trastornos generalizados del desarrollo (autismo, síndrome de Asperger, síndrome de Rett, entre otros).

Para efectos de planificación y organización dentro de los establecimientos de educación escolarizada ordinaria, se considerarán por cada discapacidad los siguientes equivalentes de atención necesaria con relación a estudiantes sin discapacidad: un estudiante con discapacidad visual equivale a 3 estudiantes sin discapacidad, uno con discapacidad auditiva equivale a 2, con discapacidad intelectual a 4, física a 2 y con autismo a 5 estudiantes sin discapacidad. 

“La inclusión estaba en las leyes, pero nadie la cumplía, Rafael Correa (expresidente de la República) la obligó a cumplir, pero no se instrumentó  a nadie para que pueda la inclusión funcionar; se hizo al revés; la gente no estaba preparada y no hay quién forme, que es peor”, dice Soledad Ramírez, psicopedagoga terapeuta, una de las fundadoras del Liceo Los Andes,  hace 37 años, un colegio icónico de Guayaquil en materia de educación inclusiva, y donde es la coordinadora del área de comunicación, que atiende a niños con autismo, síndrome de Asperger, entre otras necesidades especiales de aprendizaje.

“Es muy difícil hacer inclusión por decreto, porque hay que estar formados es verdad, pero la inclusión tiene que ver con las ganas, tiene que ver  con la cultura escolar y no todas las culturas escolares se compaginan bien con el espíritu de la inclusión”, dice María Ortega, coordinadora del área de Psicopedagogía de la misma unidad educativa.

En el Liceo Los Andes, que fue creado con la filosofía de la inclusión, hay un equipo de psicopedagogas, psicólogas clínicas, terapistas de lenguaje, terapistas de educación, entre otros especialistas. Desde maternal hasta tercero de bachillerato hay actualmente 1.200 alumnos, y solo para el área de maternal, educación inicial y escuela hay 7 adultos (no área administrativa) por cada niño.

“Debe haber un montón de maestros encantados de hacer inclusión, pero si en la institución educativa no hay un soporte psicológico y pedagógico para que se haga inclusión, es difícil que funcione”, dice Ramírez.

Para la educación inclusiva, las escuelas y colegios deben hacer modificaciones en enfoques, contenidos, estructura, estrategia, dependiendo de cada caso de necesidad educativa especial, y como dice Mariuxi Rodríguez, rectora del Crear, otro colegio icónico de la inclusión, el Ministerio de Educación, a través de la Dirección Nacional de Educación Especial e Inclusiva, hace seguimiento de cada caso y pide evaluaciones periódicas a los colegios particulares y fiscales.

Educación fiscal

En el caso de las fiscales, en todo el país hay actualmente 4.857 instituciones educativas ordinarias, que atienden a estudiantes con necesidades educativas especiales asociadas a la discapacidad, según un informe conjunto de Lorena Salazar, directora nacional de Educación Especializada e Inclusiva,  y de Isabel Maldonado, subsecretaria de Educación Especializada e Inclusiva.

La formación de maestros empezó en el 2014 a través de cursos de sensibilización en discapacidades, inclusión educativa, educación especial inclusiva y actualización pedagógica, inclusión educativa y aprendizaje sostenible. Desde el 2014 hasta el 2018 se han capacitado 94.348 maestros, según el mismo informe.

La  Dirección Nacional de Educación Especializada e Inclusiva cuenta con un grupo de docentes pedagogos de apoyo a la inclusión, que se podrá requerir, en particular, en relación con los niños y adolescentes con necesidades educativas asociadas a la discapacidad que estén en un colegio regular. Su labor, indica el informe, es velar por el aprendizaje, participación, permanencia y culminación de estudios mediante un abordaje integral. (I)

 

La inclusión, si no es bien llevada, puede hacer más daño que bien

No todos los casos de necesidades educativas especiales con discapacidad son “escolarizables” en un sistema regular. En eso coinciden Soledad Ramírez, del Liceo Los Andes, y Mariuxi Rodríguez, del Crear, ambos colegios pioneros en inclusión.

“Por ejemplo, no pueden estar en una escuela regular niños con discapacidad intelectual profunda, una parálisis o disfunción motora muy fuerte, enfermedades con espasmos y disfunciones psiquiátricas que generen un conflicto social, una falta de integración, pues hay que preservar al resto de alumnos”, expresa Rodríguez.

Ramírez dice que no cree mucho en la frase de que la inclusión es para todos, pues hay casos que no se pueden llevar en la escuela regular. “También hemos tenido casos de chicos con crisis muy serias y no los hemos podido sostener diariamente en la institución, lo que hemos hecho es escolarizarlos unos días en casa y otros en el colegio o hacer un programa que tiene que ver mucho con la calle”, dice Ramírez. Estos mismos chicos, prosigue, seguramente no van a ir a la universidad. “Pero para que se vuelvan autónomos los llevamos a la calle y aprenden matemáticas, comprando, o aprenden a leer en el Burger King. Se trata de un sistema de aprendizaje en el cual el chico se siente más cómodo”.

No pueden estar en una escuela regular niños con discapacidad intelectual profunda, una parálisis o disfunción motora muy fuerte,  disfunciones psiquiátricas que generen un conflicto”.
Mariuxi Rodríguez, del Crear

María Ortega, del Liceo Los Andes, indica que mientras más pronto se atienda alguna necesidad de aprendizaje especial habrá más posibilidades de éxito. “Los primeros años, las primeras experiencias en las cuales un niño se enfrenta al aprendizaje son vitales para sus ganas de aprender, si se siente útil, si tiene esa sensación de niño empoderado que puede, pero si esas primeras experiencias son nefastas, si estas le devuelven como espejo, que no puede, se le hace mucho daño”.

Las primeras experiencias en las cuales un niño se enfrenta al aprendizaje son vitales para sus ganas de aprender, si se siente útil, de lo contrario se le hace mucho daño”.
María Ortega,  Liceo Los Andes

“Lo que no forma deforma”, sostiene Rodríguez, rectora del Crear, donde tienen un niño con síndrome de Down por aula, aparte de otras necesidades especiales de aprendizaje.

En ambos colegios tienen sus limitaciones. “Yo recibo niños en tanto tenga algo que ofrecer, de lo contrario no”, dice Ramírez, mientras Rodríguez expresa que también es una cuestión de cupos, y de preservar al resto de alumnos, que también ganan con la inclusión, pues aprenden a ser tolerantes, pacientes, respetuosos con la diversidad. “Yo digo que para trabajar en Crear se necesita un corazón especial, es un aprendizaje maravilloso para cualquier ser humano”.

En el Liceo Los Andes hay una cultura tan inclusiva que los chicos regulares buscan aprender formas de relacionarse con los chicos especiales; para comer, pasear. (I)

Fuente de la noticia: https://www.eluniverso.com/noticias/2019/07/23/nota/7438443/educacion-inclusiva-ecuador-hay-ley-falta-formacion

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