Page 1 of 77
1 2 3 77

CEPAL: Baja la pobreza en América Latina a niveles de 1990

Pese a los avances, aún 172 millones de personas en América Latina y el Caribe no cuentan con ingresos suficientes para cubrir sus necesidades elementales y, entre ellas, 66 millones no pueden adquirir una canasta básica de alimentos, señala el informe Panorama Social de América Latina y el Caribe 2024: desafíos de la protección social no contributiva para avanzar hacia el desarrollo social inclusivo.

 

El porcentaje de la población latinoamericana en situación de pobreza en 2023 fue del 27,3%, cifra que representa una disminución de 1,5 puntos porcentuales en comparación con el año anterior y de más de 5 puntos porcentuales respecto de la registrada en 2020, el año más crítico de la pandemia de COVID-19. Se trata, además, de la cifra más baja desde que se tienen registros comparables. En tanto, la tasa de pobreza extrema alcanzó un 10,6% de la población de la región, cifra inferior a la de 2022 en 0,5 puntos porcentuales, pero por encima de los niveles de 2014. En total, 172 millones de personas vivían en la pobreza en 2023, de los cuales 66 millones estaban en pobreza extrema, informó hoy la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL).

 

El informe contenido en https://www.cepal.org/es/publicaciones/80858-panorama-social-america-latina-caribe-2024-desafios-la-proteccion-social sobre el   Panorama Social de América Latina y el Caribe 2024: desafíos de la protección social no contributiva para avanzar hacia el desarrollo social inclusivo, presentado por el Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs, indica que la pobreza sigue afectando más a las mujeres que a los hombres en edad laboral y que el porcentaje de niñas, niños y adolescentes en situación de pobreza es considerablemente más alto que el de otros grupos etarios. La pobreza también es mayor en las zonas rurales (39,1%) que en zonas urbanas (24,6%).

 

La disminución de la pobreza regional en 2023 se explica en más de un 80% por lo sucedido en Brasil, país en el que vive un tercio de la población de América Latina y en el que las transferencias no contributivas fueron determinantes. Si en Brasil la población en situación de pobreza no hubiera caído, el promedio regional en 2023 habría sido de un 28,4%, apenas 0,4 puntos porcentuales menos que en el año anterior, y la incidencia de la pobreza extrema se habría mantenido sin cambios, en un 11,1%, dice el reporte.

 

La CEPAL también señala que, entre 2022 y 2023, no hubo variaciones significativas en los niveles de desigualdad de los ingresos en la región, manteniéndose persistentemente altos. Entre 2014 y 2023, el índice de Gini experimentó una leve reducción del 4%, bajando apenas de 0,471 a 0,452.

 

La distribución de la riqueza es significativamente más desigual que la del ingreso, según estimaciones incluidas en el reporte que integran distintas fuentes de información (activos financieros y no financieros) de la población latinoamericana. Alrededor de 2021, el 10% de las personas de mayores ingresos concentraba el 66% de la riqueza total y el 1% más rico concentraba el 33%.

 

El Panorama Social de América Latina y el Caribe 2024 alerta también que en la región persisten altos niveles de desprotección social. En 2022, 1 de cada 4 hogares (23,5%) carecía de acceso a la protección social, tanto contributiva como no contributiva, en 14 países de América Latina. Esta proporción se elevaba a 1 de cada 3 hogares (36,5%) en el quintil de menores ingresos y en áreas rurales (29%).

 

La protección social no contributiva, asegura la CEPAL, es fundamental en los hogares del primer quintil de menores ingresos, dado que 1 de cada 2 de esos hogares accede a la protección social por esta vía. Esto quiere decir que las políticas de transferencias monetarias o en especie (como la alimentación escolar) y los programas de inclusión laboral son clave para vincular a las personas con los servicios sociales y avanzar en la erradicación de la pobreza y la reducción de la desigualdad.

 

En 2022, el 27,1% de las personas en América Latina residía en hogares receptores de programas de transferencias condicionadas. Pese a sus impactos positivos, en 14 países estudiados sus montos no llegaban a cubrir el déficit de ingreso per cápita de los hogares para alcanzar la línea de la pobreza.

 

El informe constata que los sistemas de pensiones no contributivos (SPNC) juegan un papel central en la reducción de la pobreza en la vejez. En los últimos 20 años, la cobertura de los SPNC entre las personas de 65 años y más aumentó más de 27 puntos porcentuales y durante ese período la pobreza en esta misma población se redujo en 14,3 puntos porcentuales.

 

“El fortalecimiento de los sistemas de protección social en América Latina y el Caribe, en particular la protección social no contributiva, es un espacio estratégico para la adopción de un enfoque integrado que pueda tener impactos significativos en la reducción de la pobreza, las diversas causas de la desigualdad y los bajos niveles de cohesión social de América Latina y el Caribe, y, por ende, en el logro del desarrollo social inclusivo”, remarcó el Secretario Ejecutivo de la CEPAL, José Manuel Salazar-Xirinachs.

 

“Enfrentar la crisis del desarrollo en la región requiere avanzar hacia sistemas de protección social universales, integrales, sostenibles y resilientes. Para ello, urge robustecer la institucionalidad social con capacidades técnicas, operativas, políticas y prospectivas (TOPP)”, resumió el máximo representante de la CEPAL, haciendo hincapié en la oportunidad que presenta la Segunda Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de 2025 para enfrentar estos desafíos.

 

De acuerdo con el reporte, en 2023, el gasto social alcanzó a 11,5% del PIB en América Latina, nivel muy similar al 11,4% del PIB de 2022.

 

En América Latina, el gasto público social se mantiene como el principal componente del gasto público total (53,3% en promedio en 2023). En el Caribe, la participación del gasto social en el gasto total bajó a 41,3% en 2023, lo que amplió aún más la brecha existente con los países latinoamericanos.

 

Según la CEPAL, para avanzar en la erradicación de la pobreza se requiere establecer un estándar de inversión para la protección social no contributiva de entre 1,5% y 2,5% del PIB o entre 5% y 10% del gasto público total. En promedio, los Ministerios de Desarrollo Social de 20 países de América Latina y el Caribe gastaban en la protección social no contributiva 0,8% del PIB o 3% del gasto público total en 2022.

 

Finalmente, la edición 2024 del Panorama Social de América Latina y el Caribe incluye un capítulo sobre la protección social ante la crisis de los cuidados y el envejecimiento de la población, escenario que demanda políticas con enfoque de género, interseccional y de derechos. En los próximos 25 años, la población de personas de 65 años y más se duplicará (del 9,9% al 18,9%), alcanzando a 138 millones de personas en 2050.

 

“La división sexual del trabajo y la actual organización social de los cuidados crean brechas de género que se expresan durante todo el ciclo de vida y en los obstáculos que enfrentan las mujeres para la inclusión laboral y protección social”, dice la CEPAL. De esta forma, en 2022, solo un poco más de la mitad de las mujeres en América Latina y el Caribe estaban vinculadas al mercado laboral (53,5%) y, entre las mujeres que se encontraban fuera de la fuerza laboral en la región, el 56,3% declaraba dedicarse exclusivamente al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado (en comparación con el 7,3% de los hombres).

 

Las mujeres de 65 años y más tienen mayores niveles de pobreza que los hombres a pesar de recibir pensiones (tanto contributivas como no contributivas) y el 70,3% de las mujeres que no recibe ningún tipo de pensión percibe ingresos propios menores a la línea de pobreza. Lo mismo ocurre con el 42,6% de las mujeres que sí reciben una pensión no contributiva.

 

https://www.cepal.org/es/comunicados/cepal-la-tasa-pobreza-regional-que-aumento-la-pandemia-se-ha-reducido-un-nivel-similar

Comparte este contenido:

Actualidad Pedagógica: Las Disputas de las Pedagogías en el Siglo XXI

Las Disputas de las Pedagogías en el Siglo XXI

Marco Raúl Mejía J.

 

Planeta Paz

Expedición Pedagógica Nacional

Movilización social por la educación

Movimiento por la transformación social y educativa

La educación es un campo de combate contra la injusticia y la ignominia, un proceso de constante liberación, allí todo el mundo puede combatir: desde el profesor de primaria, pasando por el de secundaria, hasta el profesor de física atómica de la universidad, combatir en el sentido de que mientras más busque la posibilidad de la realización humana de las gentes que educa, más estorba al sistema. Por el contrario, mientras más se eduque a las demandas impersonales del sistema, más le ayuda a su sostenimiento y perpetuación. Este es el campo de combate de los educadores, tienen un campo abierto allí y es necesario que tomen consciencia de su importancia y posibilidades.

Estanislao Zuleta[1]

 

Esta cita me sirve como un buen ejemplo de lo que hoy configura los tiempos y los campos de la educación y la pedagogía en este momento histórico, en donde no solo el conflicto atraviesa la vida de las-los educadores, sino también la manera cómo el miedo se ha ido tomando la sociedad, donde los signos apocalípticos aparecen por momentos generando el desaliento, e invitarnos a una aceptación pasiva de ella y del modelo educativo que nos imponen a la vez que nos invitan a la desesperanza. En ese sentido esta cita de uno de nuestros sabios mayores colombianos nos propone seguir la juntanza y así viene Paulo Freire a recordarnos que enfrentamos el miedo porque: “es preciso tener esperanza, pero del verbo esperanzar, porque hay gente que tiene esperanza del verbo esperar, y la esperanza del verbo esperar no es esperanza, es espera.”

Por ello, este escrito desde el reconocimiento del conflicto y la esperanza para exorcizar los miedos que nos recorren busca leer las pedagogías y las pedagogías críticas como resultantes de la relación conflictiva entre las fuerzas del control y del capital y de todas y todos aquellos que nos han antecedido y luchado en la historia de la humanidad por hacer posibles las rebeldías al poder y en estos tiempos con la invitación a reinventar la democracia y a no tener miedo a ser diferentes y rebeldes.

En ese sentido, en este texto encontraremos un primer acercamiento a eso que se ha llamado los paradigmas de la modernidad educativa y pedagógica (aunque el término no me guste mucho) me gustaría más buscar caminos desde las bifurcaciones de Serrés. También en este camino trataremos de una manera muy sintética recoger de algunos textos anteriores míos para construir la relación entre corrientes, enfoques y propuestas metodológicas para hacer posibles los caminos educativos en nuestra cultura.

En un segundo momento construiremos el escenario al cual el capitalismo como forma dominante de este tiempo intenta darle respuesta con una educación que hace posible las intersecciones entre poder e institucionalidad educativa para recorrer caminos de control que deben ser comprendidos por cualquier educador para comprender en qué manera no hay educación sin contexto, sin historia, sin poder, sin intereses y eso es lo que se hace visible en los lenguajes que utilizamos y que ha llevado en este último tiempo a reconocer la polisemia de la manera cómo tratamos estos asuntos.

En un tercer momento trabajaremos, derivado de ese escenario, la manera como el control construye una escuela y una educación orientada por organismos multilaterales intentando consumar la tercera homogeneización que, sumadas a la biótica y a la cultural, intenta convertir las dinámicas organizativas en los cambios de la cuarta revolución industrial a un planteamiento que captura la escuela y convierte a los-las maestras en agentes en ocasiones invisibles de ella bajo la promesa de la profesionalización y la meritocracia.

También mostraremos cómo se produce el asalto a la pedagogía en cuanto ella es el lugar en el que se concreta la manera cómo cada educador-a da respuesta a las preguntas de la pertinencia: educación, escuela y maestro por qué en estos tiempos, para qué, en dónde, a quién, qué y cómo. Ello muestra que quien no tenga estas preguntas claras termina siendo una especie de idiota útil de un proyecto que quizá no reconozca y en ocasiones cuestiona y ataca.

También tomaremos todos estos desarrollos y recuperaremos transversalmente la crítica que se ha venido construyendo y la manera cómo ella está viva en expresiones del movimiento pedagógico colombiano, especialmente en los escenarios en los cuales actúo como actor de práctica, dinámicas de paz, expedición pedagógica nacional, movilización social por la educación, y algunos escenarios sindicales. Esto nos ha permitido avanzar en construir la idea de geopedagogías y geocomunidades como los nuevos territorios en los cuales se hace visible un-a maestra-o productores de saber y conocimiento a partir de su práctica.

Y, por último, haré un cierre en el cual dejaré planteados los temas que originalmente estaban organizados para un desarrollo mayor en este texto, sobre los asuntos de las nuevas tecnologías y la IA, vistos como parte de un sistema cultural de objetos tecnológicos que tienen que ser trabajados como mediadores culturales y educativos y con algoritmos realizados por humanos que tienen intereses en relación a los poderes y las ideologías. En ese sentido, constituyen parte del problema y también de la solución en este tiempo de dichas cuestiones.

[1] Zuleta, E. Educación y Democracia. Bogotá. Editorial Planeta. 2016.

 

 

Este interesantísimo Documento completo, encuéntralo aquí:

22oct LAS DISPUTAS DE LAS PEDAGOGÍAS EN EL SIGLO XXI

 

Fuente de la Información: Centro Internacional de Investigación Otras Voces en Educación – CII OVE

 

 

 

Comparte este contenido:

Cuál es el país que más lee en América Latina, según el Cerlalc

Dos países limítrofes de América Latina son los más lectores de la región.

 

En Argentina, el 70% de la gente que lee lo hace por placer según un estudio.

 

A pesar de todos los pronósticos apocalípticos, leer un libro sigue siendo uno de los pasatiempos preferidos de muchas personas.

 

Es verdad que las ventas han caído, sobre todo las del libro impreso, pero también es cierto que estas todavía representan casi la mitad del mercado.

 

Los latinoamericanos permanecen como un público interesado en los libros, en especial en algunos países de la región.

 

Aquí algunos datos sobre los índices de lectura de libros en los países de América Latina.

Cuál es el país que más lee en América Latina

En 2021, la plataforma dedicada a la venta de libros Buscalibre informó que en Argentina y en Chile cada persona leía cinco libros al año, lo que colocaba a esos países en el primer lugar de América Latina. Los seguían México y Colombia con tres libros al año.

Los datos de esa plataforma coinciden solo en parte con los difundidos por el sitio Lectupedia en 2022, según los cuales Chile encabezaba el ranking con 5,3 libros por habitante, seguido por Perú (3,3), Brasil (2,5), Colombia (1,9), México (1,7) y Argentina (1,6).

 

Un trabajo con mucho más campo es el elaborado por el Cerlalc (Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe), un organismo intergubernamental auspiciado por la UNESCO, que confirma la preponderancia de Argentina y Chile a la hora de definir en cuál país de América Latina se leen más libros.

Una infografía del Cerlalc, publicada por el sitio Uvejota, detalla que España sigue al frente de los países de habla hispana que más leen con un 61 % (10,3 libros leídos por año), seguido por Argentina, primer país de Latinoamérica con un 55 % (5,4 libros por año) y luego Chile con 51% (4,5 libros leídos por año) .

 

El top seis de libros leídos de Latinoamérica lo completan Brasil con 46%, Colombia con 45%, Perú con 35% y México con 20% respectivamente. Una curiosidad de este estudio es que en la mayoría de los países, como Brasil, México o Chile, la razón de leer lo marca en un 50 % la búsqueda de conocimiento o razones académicas. Pero en el caso de Argentina, la principal razón de lectura de los libros que presenta la gente es «por puro placer», con un 70 %, razón también dominante en España, donde el 85% de los lectores dicen que solo lo hacen por placer.

 

Qué dicen las estadísticas en Argentina

Las estadísticas del Ministerio de Cultura de Argentina, en tanto, dicen que los argentinos compraron, en 2022, un promedio de 4,6 libros. Casi la mitad compró entre uno y dos; un tercio entre tres y cinco, y 20% seis o más libros.

 

Casi la mitad de los argentinos (48%) leyó libros impresos, mientras que un 20% lo hizo en formato digital, según el informe oficial. Entre los lectores digitales, el teléfono móvil es el dispositivo preferido para realizar sus lecturas, en lugar de la computadora.

 

Agrega que “los adolescentes y los jóvenes (13-29 años) son los grupos más lectores”. Y aclara que “estos rangos etarios coinciden con los de la educación formal y los géneros más leídos se corresponden con áreas de interés educativo, pero también con cómics o novelas gráficas y poesía”.

 

El Ministerio dice que “las personas leen principalmente por entretenimiento. Pero en adolescentes y jóvenes es muy importante el motivo ligado a la formación”. En 2022, un 77% dijo que el ocio era el principal motivo de sus lecturas.

 

Otro dato interesante es la cantidad de libros que los argentinos tienen en sus hogares. El 62% posee hasta 25 libros; un 23% entre 61 y 100, y solo un 11% dice tener una biblioteca con un centenar de ejemplares.

 

Entre los géneros, la narrativa ocupa el primer lugar, seguida por la historia, los textos y manuales escolares, los textos científicos, las biografías, el cómic, la autoayuda, la religión y la poesía.

 

En cuanto a los autores, una cuarta parte de los lectores dijo que seguía a los nacionales, mientras que el resto optaba por escritores de otros países.

 

El informe también destaca los motivos por los cuales los argentinos no leen libros. La falta de interés predomina en todas las franjas etarias desde los 18 años. La falta de tiempo es el principal motivo entre quienes tienen entre 30 y 64 años y el aburrimiento predomina entre los adolescentes.

 

https://www.clarin.com/informacion-general/pais-lee-america-latina-cerlalc_0_FsllJOdWff.html

Comparte este contenido:

Incendios devastadores en el Amazonas: Sudamérica enfrenta una catástrofe ambiental sin precedentes

Incendios devastadores en el Amazonas: Sudamérica enfrenta una catástrofe ambiental sin precedentes

Sudamérica se encuentra envuelta en un fuego incontrolable, con el Amazonas en el centro de esta crisis. Desde los densos bosques de Brasil hasta los humedales de Bolivia, la región está siendo consumida por más de 340 focos de incendio, una cifra alarmante que sigue aumentando. Estas llamas, que devoran vastas áreas de selva, se ven alimentadas por una prolongada sequía y condiciones climáticas extremas, haciendo que los esfuerzos de las autoridades para controlarlas sean casi inútiles.

Récords de incendios en Brasil y Bolivia

El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil (INPE), que monitorea los incendios mediante imágenes satelitales, ha registrado hasta el 11 de septiembre un total de 346,112 focos de incendio en Sudamérica. Esta cifra ya supera el récord anterior de 345,322 incendios, establecido en 2007. En Brasil, solo en los primeros días de septiembre de 2024, se han reportado más de 57,000 focos, superando los números totales de todo el mes en años anteriores.

A pesar del despliegue masivo de bomberos en Brasil y Bolivia, la mayoría de los incendios continúan fuera de control, empujados por una extrema sequía. En Bolivia, la situación es igualmente desesperante, ya que los focos de incendios también avanzan sin tregua. Las autoridades luchan contra un enemigo difícil de combatir, mientras las condiciones climáticas extremas dificultan su labor.

Perú: el fuego cobra vidas humanas y destruye ecosistemas

En Perú, la situación es igualmente grave. Las llamas han consumido vastas áreas de la región de Amazonas, donde más de 15 personas han perdido la vida desde julio. El Gobierno, encabezado por la presidenta Dina Boluarte, ha movilizado a las Fuerzas Armadas y desplegado aeronaves equipadas con tecnología especializada para intentar sofocar los incendios. Helicópteros con sistemas de “Bambi bucket” realizan vuelos constantes, transportando hasta 3,000 litros de agua en cada misión. A pesar de estos esfuerzos, el fuego sigue avanzando, amenazando a la flora y fauna local, así como a comunidades enteras.

Según datos del Centro de Operaciones de Emergencia Nacional (COEN), el fuego ha afectado 22 regiones del país, siendo Amazonas la más devastada. Además de las 15 muertes, se han reportado casi un centenar de heridos. A pesar de los esfuerzos, las autoridades han logrado extinguir solo el 60% de los incendios registrados en lo que va del año, una cifra que refleja la magnitud del desafío.

Sudamérica

El impacto del cambio climático y la mano humana

Científicos y expertos han advertido que, si bien muchos de los incendios son provocados de manera intencional, las condiciones actuales de calor y sequía exacerbadas por el cambio climático están empeorando la situación. Desde 2023, Sudamérica ha sufrido olas de calor sin precedentes, y la sequía en regiones como Brasil ha sido la peor registrada en décadas, según datos del Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden).

El humo de los incendios ha llegado incluso a países vecinos como Argentina y Uruguay, generando una nube tóxica que afecta la calidad del aire en varias ciudades. En Brasil, las investigaciones policiales han revelado que muchos de los incendios fueron provocados por agricultores que buscan expandir sus tierras de cultivo, una práctica que ha sido duramente criticada por activistas ambientales.

En el estado de Río de Janeiro, más de 20 personas están bajo investigación por presuntamente haber iniciado focos ígneos en áreas protegidas. Las autoridades han intensificado los esfuerzos para identificar a los responsables y prevenir futuros incendios, pero la magnitud de la catástrofe deja claro que Sudamérica enfrenta una crisis ambiental de proporciones históricas.

Sudamérica

La necesidad de una respuesta global

Mientras los incendios continúan arrasando el Amazonas, la necesidad de una respuesta global se hace más urgente que nunca. El Amazonas, conocido como el “pulmón del planeta”, juega un papel fundamental en la absorción de dióxido de carbono y la regulación del clima global. Sin embargo, la continua deforestación y los incendios forestales están poniendo en riesgo su capacidad para cumplir esta función vital.

Organizaciones internacionales, científicos y activistas han pedido una acción coordinada para combatir no solo los incendios de Sudamérica, sino también las causas subyacentes, como la deforestación ilegal y el cambio climático. Sin una intervención decisiva, el Amazonas podría llegar a un punto de no retorno, con consecuencias devastadoras para la biodiversidad y el equilibrio climático mundial .

Sudamérica arde, y el mundo observa. Lo que está en juego no es solo la supervivencia de una región, sino el futuro del planeta.

Ecoportal.net

Fuente de la Información: https://www.ecoportal.net/paises/sudamerica/

Comparte este contenido:

UNICEF: El 25% de los migrantes en América Latina son niños y todos ellos tienen derecho a estar con sus familias #12Sep

Son niños y como tales, todos tienen derecho a la protección y la unidad familiar, el 25% de los migrantes en América Latina y el Caribe, subrayó la directora regional en funciones del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).

En efecto, Karin Hulshof recordó que las familias migran porque no tienen otra opción cuando se ven cercadas por niveles insoportables de desigualdad, pobreza o violencia.

De igual manera, los desastres y fenómenos meteorológicos extremos obligan a muchas personas a abandonar sus hogares y tomar rutas insospechadas en busca de refugio.

 

Viajes arriesgados

Sus viajes están llenos de riesgos y los exponen a situaciones que amenazan la vida.

Sin importar su estatus migratorio y sin importar dónde se encuentren, los niños siempre tienen derecho a estar con su familia o sus cuidadores, tal como lo establece la Convención sobre los Derechos del Niño”, declaró Hulshof.

En vista de la práctica de algunos países de separar a las familias de migrantes cuando llegan a su territorio, UNICEF recordó a los gobiernos su obligación de garantizar que los procesos fronterizos y de recepción no resulten en una separación familiar deliberada o involuntaria.

Eso sólo agrega una capa adicional de estrés y trauma a las personas desarraigadas, apuntó la directora regional.

Los niños migrantes tienen derecho a solicitar asilo

Independientemente de que viajen con su familia o solos, “los niños migrantes y refugiados tienen derecho a un proceso para que se evalúe adecuadamente su interés superior y se encuentren soluciones sostenibles a su situación, incluida una mayor integración y asentamiento en el país de residencia actual, la repatriación al país de origen o el reasentamiento en un tercer país”, afirmó.

Además, hizo hincapié en que los niños migrantes tienen derecho a solicitar asilo y a no ser devueltos a lugares donde su vida o bienestar corran peligro.

En este sentido, UNICEF insta a todos los gobiernos de América Latina y el Caribe a adoptar procedimientos que mantengan unidas a las familias y reúnan a los niños que han sido separados con sus cuidadores.

Karin Hulshof señaló que UNICEF mantiene su compromiso de trabajar con los países de toda la región para proteger a los niños y garantizar que sus políticas migratorias consideren el máximo beneficio para el niño.

 

UNICEF: El 25% de los migrantes en América Latina son niños y todos ellos tienen derecho a estar con sus familias #12Sep 

Comparte este contenido:

América Latina de cara al siglo XXI: entre la desesperanza y la descolonización consciente y organizada

POR MIGUEL SOBRADO Y JUAN JOSÉ ROJAS

 

Introducción

La mayor parte de la extensión del continente americano y de su riqueza, incluida su población, se encuentra en Latinoamérica, pero esta parte de la región se ha convertido en el “patito feo”, por la falta de oportunidades para los excluidos y las malas condiciones imperantes.

 

Hoy en día, desde todos los países del subcontinente latinoamericano, salen caravanas intermitentes de miles de migrantes desesperanzados, con rumbo hacia Norteamérica. La desesperanza cunde en la región latinoamericana que parece haber perdido el sueño martiano de una América Latina protagónica en el mundo contemporáneo. Esto ocurre, después de siglos de gobiernos autoritarios y de décadas de sanciones impuestas por los Estados Unidos a las naciones de la región que no aceptan su hegemonía, a lo que se añade la violencia creciente del narcotráfico y la corrupción concomitante del clientelismo. La respuesta espontánea e inmediata ha sido la desesperanza traducida en migraciones masivas de millones de personas afectadas.

 

Dos factores preponderantes han condicionado este éxodo: la herencia de la servidumbre y la esclavitud, y las condiciones de tutelaje neocolonial, especialmente por parte de los Estados Unidos. En este documento, analizaremos la relevancia que han tenido y tienen estos factores en la configuración de los sistemas estatales y sociales, para proponer medidas que permitan mitigar e iniciar la transformación de los círculos viciosos prevalecientes, en nuevos procesos virtuosos que puedan modificar, en el mediano plazo, la situación regional.

 

 

El reto es ver la realidad latinoamericana, más allá de los estereotipos negativos y personalistas y de países individuales, para analizarla como un sistema específico, configurado por las condiciones históricas propias y las del entorno mundial. Bajo esta perspectiva, al identificar y comprender la naturaleza de estos sistemas, en lo que comparten y difieren, es factible proponer apalancamientos claves que permitan su transformación en modelos de desarrollo con bienestar social y en armonía con la naturaleza.

 

La herencia colonial

Nuestra institucionalidad tiene sus raíces en el sistema político centralista de los reinos y los virreinatos de los cuales dependían las decisiones políticas y económicas. En la época colonial, para todos los emprendimientos de conquista de nuevos territorios o explotaciones económicas, como las minas o las plantaciones agrícolas, se requería la autorización y subordinación, de sus promotores, a las disposiciones establecidas y a los monopolios reales.

 

La riqueza, dentro de este ordenamiento económico vertical, fue generada mayoritariamente por la mano de obra servil, a través de las encomiendas, a las que quedaron atadas las poblaciones indígenas y que se otorgaba por la autoridad real a los conquistadores. Posteriormente, a lo largo del extenso periodo colonial, se incorpora la esclavitud de los africanos, de forma masiva para el desarrollo de minas y haciendas.

 

Desde aquél entonces, el centralismo, como forma de gobierno, promueve las relaciones verticalistas e incuba un clima para la dependencia y corrupción, al mismo tiempo que desalienta la participación de las comunidades en sus propios asuntos.

 

Este ordenamiento colonial, gestionado de forma centralista y basado en la servidumbre y la esclavitud, es heredado por los criollos. Éstos sintiéndose discriminados por los privilegios de que gozan los peninsulares y que los mantienen alejados de la gestión local, proclaman la independencia a inicios del siglo XIX.

 

 

Los nuevos Estados, surgidos de las guerras de independencia contra las coronas española, portuguesa y francesa, mantuvieron la estructura centralista de poder y, si bien abolieron formalmente y, de forma progresiva, la esclavitud, reservaron para los criollos el control del poder, basado, al igual que en la época colonial, en el monopolio sobre grandes extensiones territoriales, expropiadas a las comunidades indígenas, dentro de un sistema de relaciones de dominación que ofrecía muy pocos canales de avance social, al mismo tiempo que mantenían los prejuicios étnicos y de clase, de forma abierta o subyacente (Sobrado y Rojas, 2006).

 

De tal forma que, aunque formalmente los indígenas, los afroamericanos, los mulatos y los mestizos, se convirtieron en ciudadanos, en los hechos, estaban desprovistos de medios de producción, de oportunidades efectivas de avance social y de derechos civiles y políticos. En estas condiciones, resultó prácticamente imposible que tales sectores sociales pudieran ejercitar sus destrezas empresariales, asociativas y cívicas. La emergencia de cualquier atisbo de capital social fue severamente bloqueada.

 

El caso de Haití resulta paradigmático al respecto, ya que habiendo sido el primer país que alcanzó su independencia, logrando establecer en 1804 la primera república del continente creada por esclavos, muy pronto devino en una nación pobre y atrasada. La no superación de los lastres de origen, sumada a la deuda astronómica que le impuso Francia, le han acarreado, hasta el día de hoy, una trágica e injusta historia.

 

 

Visto en retrospectiva, tanto la conquista como la colonización posterior, despojaron a los países latinoamericanos, tanto de la tierra y del fruto de su trabajo servil o esclavo en las haciendas y minas, como de su identidad étnico-cultural, negando la riqueza de sus tradiciones ancestrales y de gran parte de sus valores filosóficos y estéticos, los cuales fueron invisibilizados o borrados por la cultura dominante.

 

El tutelaje neocolonial

En 1820, cuando nacían las nuevas repúblicas, los Estados Unidos, la nueva potencia emergente en la región, proclamaba la doctrina Monroe, bajo la consigna: “América para los americanos”, que se transformó, de hecho, en América para los norteamericanos, empezando por la ocupación y anexión, en la década de 1840, de la mitad del territorio de México.

 

Esta expansión, es retenida temporalmente, por Inglaterra, la potencia dominante a escala internacional. En aquél entonces, cuando las tropas norteamericanas pretenden ocupar Centroamérica. La férrea oposición inglesa, los obliga a firmar el Tratado Clayton Bulwer, mediante el que ambos países se comprometen a no tomar colonias en la región.

 

Si bien formalmente los norteamericanos, en virtud del Tratado arriba mencionado, no pudieron ocupar con su ejército los territorios de Centroamérica, si crearon la figura del filibusterismo, como iniciativa privada destinada al mismo fin. Cabe destacar que esta estrategia fue aplicada inicialmente en Cuba, por parte del militar venezolano Narciso López, quién era partidario de la política anexionista de los Estados Unidos. Entre 1848 y 1851 organizó varios intentos de invasión a territorio cubano con grupos de voluntarios de varios estados del sureste de los Estados Unidos, que fracasaron estrepitosamente. En la última de ellas, ocurrida en Bahía Honda, Pinar del Río, fue capturado por las tropas españolas, siendo ejecutado a “garrote vil”, el 1 de septiembre de 1851, en la explanada de La Punta, en la ciudad de La Habana.

 

Pese a este fracaso momentáneo, la práctica del filibusterismo es trasladada a Centroamérica, siendo impulsada y financiada principalmente por los grupos de poder político y económico del sur racista, con la finalidad de ocupar primero Nicaragua y expandirse posteriormente a toda la región.

 

 

En este contexto, la decisión del gobierno de Costa Rica de formar un ejército profesional para enfrentar a los filibusteros gozó tanto del respaldo de Inglaterra, que le vendió los fusiles minie, los más avanzados de la época, como de Cornelius Vandervilt, dueño de la Compañía del Tránsito, cuyos buques habían sido expropiados por los filibusteros. De manera paralela, se logró la incorporación de los ejércitos de Centro América que se integraron a la guerra, consiguiendo derrotar a los filibusteros.

 

Pero, sin importar que los filibusteros hubiesen sido repelidos en el campo de batalla, los Estados Unidos continuaron interviniendo, diplomática y militarmente y, de manera creciente, en la región, a lo largo de los siglos XIX y XX, considerándola su patio trasero.

 

Así, a medida que crecía su importancia económica y militar, y con la finalidad de asegurar su hegemonía sobre el subcontinente latinoamericano, los Estados Unidos promueven intervenciones militares directas y golpes de Estado para imponer regímenes dictatoriales proclives a sus intereses. A lo largo del siglo XX llegaron a intervenir más de 20 veces. Dentro de estas intervenciones, se destacan: la ocupación de Nicaragua en los años veinte y los golpes de Estado en Guatemala en 1954 y en Chile en 1973, dadas las graves repercusiones provocadas por tales acontecimientos sobre la vida democrática de esos países. El primer gran rechazo, contra su política expansionista lo encuentran en Nicaragua con la guerrilla de Augusto César Sandino, un rebelde, que logró derrotarlos militarmente, aunque terminó siendo traicionado por la Guardia Nacional, formada por los norteamericanos antes de evacuar a su derrotado Ejército.

 

De manera especial, durante la segunda mitad del siglo XX, florecen dictaduras violentas promovidas por los Estados Unidos, que crean un clima de malestar e insurrección en gran parte del continente, especialmente después del derrocamiento por la fuerza del gobierno de Jacobo Árbenz en Guatemala, que se manifiesta, entre otras formas, en la creación de la Legión Caribe, una alianza de opositores para derrocar a las dictaduras. Este ambiente socio-político y cultural, se ve reflejado, entre otras expresiones artísticas, en las obras literarias de Mario Vargas Llosa, como ‘Tiempos recios’, que versa sobre el derrocamiento del gobierno legítimo de Guatemala; ‘La fiesta del chivo’, que trata sobre los efectos de la dictadura de Trujillo, en República Dominicana, y la que probablemente fue la más popular en su época: ‘Conversaciones en la Catedral’, en la que aborda el pesimismo y la corrupción moral reinante en la sociedad peruana bajo la dictadura del general Manuel A. Odría.

 

Revolución cubana (1959).

En medio de este contexto adverso y desolador, emerge con fuerza, la Revolución encabezada por la guerrilla cubana en 1959, como símbolo de la resistencia y de la dignidad latinoamericanas. Inspirada en el pensamiento de José Martí y dentro del marco de un mundo de potencias bipolar, se inclina hacia el socialismo y establece una alianza con el bloque soviético que le permite sobrevivir. De esta manera, el surgimiento de la revolución cubana obliga a los Estados Unidos a revalorar parcialmente su relación con América Latina, poniendo en marcha una estrategia de contención, basada en dos componentes. Por una parte, ofreciendo “la zanahoria” de La Alianza para el Progreso, en 1961, con la cual busca reorientar el desarrollo económico de los países latinoamericanos y, por otra, con “el garrote”, promoviendo el bloqueo a Cuba y fortaleciendo las dictaduras anticomunistas en toda la región, entre las que se destacan por su crueldad las de Argentina, Brasil y Chile. De igual modo, se involucra militarmente en la guerra contra las guerrillas en Centro América, en los años 70s y 80s. Guerra con la que, una vez más, pretendió ocupar Centro América, pero que, tras largos años de muerte y destrucción, se vio obligado a negociar el Plan de Paz, promovido por los presidentes de la región con el respaldo de los demócratas norteamericanos y de los social-demócratas europeos.

 

 

 

 

El bloqueo a Cuba tuvo, desde sus inicios, dos propósitos: el de afectar a la población civil que mayoritariamente apoya a la Revolución, para que cambiara de opinión y, establecer un precedente de cara a toda la región, para desalentar a los demás países para que se abstuvieran de tomar medidas autónomas adversas a sus intereses. La aplicación del bloqueo se hizo y se sostuvo a contrapelo del derecho internacional y de la voluntad de la casi totalidad de los miembros de la Asamblea de las Naciones Unidas que, reiteradamente han exigido su levantamiento.

 

Aunque el objetivo de crear una opinión interna adversa al gobierno cubano, que condujera a su derrocamiento, no fue alcanzado y aún con el hecho de que desapareciera, desde 1991, la Unión Soviética y con ella el peligro de una amenaza estratégica, el bloqueo se mantiene hasta el día de hoy y se ha agudizado con sanciones adicionales, derivadas de la declaración de Cuba como país “promotor del terrorismo”, la cual se produjo con la intención de satisfacer intereses locales y mantener la disuasión de comportamientos “inamistosos” de los otros países del continente. Estas sanciones que se han extendido a Venezuela y Nicaragua han contribuido significativamente a desatar las grandes migraciones hacia el norte.

 

La aparición del narcotráfico, su impacto en los Estados y en el equilibrio regional

Con la aparición del negocio del narcotráfico, en gran escala, impulsado inicialmente por Pablo Escobar, cambian los ejes del poder centralizado en una pequeña elite nacional, a la que ya no es preciso pedirle permiso para hacer negocios. Su poder actual como transnacional es tan grande que se permite retar el poder de los Estados y minarlos progresivamente, aprovechando las redes de corrupción institucionales y penetrando los poderes locales, especialmente en las zonas deprimidas. En poco tiempo, se han apoderado de Estados completos, así como de numerosos municipios y regiones en las que su palabra es la ley del fusil. En los Estados Unidos y Europa se encuentra su principal mercado, en donde han desarrollado, dada la pasividad de sus autoridades, densas redes de apoyo con las que las desafían permanentemente.

 

 

Por todo ello, el narco debe ser visto como una enorme y poderosa empresa descentralizada, que se está constituyendo progresivamente en una opción de poder, reclutando y dando oportunidades a las grandes masas de excluidos de los mecanismos tradicionales de generación de ingresos y de avance social. Una opción de poder creciente en el contexto de desigualdad y exclusión social prevalecientes y que tiende a imponer un orden económico y social despótico y autoritario.

 

Una especie de neo feudalismo en pleno siglo XXI. Un enemigo muy peligroso que sólo puede ser enfrentado con organización desde las bases territoriales, fortaleciendo la inteligencia policial y actuando sobre las causas generadoras de la exclusión social y la impunidad.

 

La emergencia de nuevas condiciones y tendencias en el mundo y América Latina

En la segunda década del siglo XXI, asistimos al ascenso vertiginoso de nuevas potencias económicas como China, India, Sur África, Rusia y Brasil, fenómeno que está cambiando el panorama de poder mundial unipolar prevaleciente desde la desintegración de la Unión Soviética en la última década del siglo XX.

 

El peso creciente de China y las repercusiones de su éxito económico y social han aglutinado a estas potencias, cuya participación en la economía mundial se acercará en el 2030 al 40%, constituyéndose en un nuevo eje de poder que rechaza el ordenamiento unilateral y al margen del derecho internacional que, en forma de sanciones, imponen los Estados Unidos a quienes no comulgan con sus intereses. La actual coyuntura internacional es, por tanto, favorable al cambio pues ya no existe una hegemonía donde impere solo “la ley del garrote” a través de sanciones y golpes de Estado, sino que florece un mundo multipolar que genera alternativas y posibilidades de nuevas alianzas.

 

 

Dentro de este contexto, Brasil y México, entre otros, han venido jugando un papel relevante en la ampliación de los derechos soberanos del conjunto de las naciones de América Latina y han implementado políticas significativas en la perspectiva de recuperar y fortalecer su soberanía económica y política; sin embargo, tales medidas siguen siendo débiles e incompletas por carecer de una base social de apoyo que respalde los cambios, así como de inclusión social a través de la educación y otros mecanismos de promoción y organización social.

 

Simultáneamente, al interior del continente, se está produciendo un reacomodo de fuerzas, en cuyo marco, la social democracia y el socialismo clientelista han venido perdiendo respaldo por las prácticas corruptas que los acompañan, al tiempo que crece el populismo de derecha, aderezado, en varios casos, con tintes preocupantes de carácter neofascista que van más allá de la simple retórica discursiva.

 

El peso de la corrupción endémica

El centralismo, en condiciones de falta de oportunidades y de participación de las grandes mayorías de excluidos, origina la corrupción clientelista, esto es, el manejo de personas y organizaciones por prebendas, a cambio de llevar o mantener en el poder a los oligarcas de la clase política. Los dirigentes de estas organizaciones, a su vez, en cuanto tienen acceso al poder, se reparten la mejor tajada (Trocello, 2008). Esta práctica no es un atributo exclusivo de la derecha sino también de una parte importante de los movimientos que claman por la sociedad del bienestar.

 

Teniendo como prioridad el interés propio, al llegar al poder manejan la hacienda pública con ese criterio, provocando un desajuste financiero que termina afectando, en primer lugar, a quienes deberían ser los beneficiados del bienestar, provocando desesperanza e indignación. Sólo así puede explicarse que la mayoría de los argentinos escogieran a un presidente esquizofrénico y delirante como Javier Milei.

 

 

En el campo de las privatizaciones, la derecha ha exhibido un gran oportunismo y corrupción, al hacer negocios comprando por una bicoca empresas públicas para venderlas después con grandes ganancias (Piketty, 2019). Lamentablemente ese oportunismo no ha sido solo de la derecha sino también de la llamada izquierda, tal como se ha podido constatar con las expropiaciones de las grandes empresas y haciendas adjudicadas, no a los trabajadores organizados como correspondería, sino a los dirigentes políticos como sucedió en Nicaragua.

 

Hacia el futuro inmediato: aprovechar cambios externos para ejercer soberanía y consumar transformaciones internas que hacen falta

Como se ha expuesto a lo largo de este trabajo, el tutelaje estatal o patriarcal, junto con la exclusión masiva de los sectores populares de las dinámicas económicas y políticas, limitan el desarrollo de las personas y también de países y continentes enteros, dando lugar a la configuración de escenarios de decadencia institucional avanzada (Fukuyama, 2016). En contraste, el capital social y la cultura cívicas indispensables para impulsar el desarrollo económico y social sólo pueden emerger en condiciones de autonomía y libertad asociativa, por lo que el empoderamiento ciudadano aparece como una condición si ne qua non de cualquier intento de transformación efectiva de la realidad que nos afecta.

 

Por otra parte, si se sabe aprovechar, la nueva coyuntura internacional abre espacios para que los países latinoamericanos ejerzan su soberanía de forma cada vez más plena. Ciertamente, los Estados Unidos no renunciarán fácilmente a su hegemonía regional, pero factores ideológicos e intereses creados la van a limitar, entre ellos, la garantía de su propia seguridad y la necesidad de acceso a los recursos vitales del continente. Todas estas circunstancias, aunadas a la lucha de resistencia de los pueblos y a una hábil negociación con las potencias económicas en ascenso, los obligarán a ir modificando su actitud hacia Latinoamérica.

 

 

A su vez, el cada vez más grave estado de salud del planeta, que exhibe alarmantes condiciones de deterioro en temas cruciales como desaparición de biodiversidad, cambios de uso de suelos, pérdida de riqueza y vitalidad de las fuentes de agua dulce, y cambio climático, así como los desastres naturales asociados al mismo, incidirá en la revalorización de las prácticas productivas y los valores ancestrales de los pueblos originarios del continente que, no hace mucho tiempo, permitían la regeneración de los suelos, bosques y climas (Ribeiro, 2015). Toda esta herencia cultural, al igual que las prácticas avanzadas de permacultura, elevarán el valor de la innovación agroecológica regional y su importancia para el mundo.

 

Pero, en lo inmediato, América Latina enfrenta el grave problema derivado del poder creciente del narco tráfico, así como el de la añeja corrupción clientelista y el peligro de las privatizaciones oligárquicas como las que se dieron con los programas neoliberales o las que tuvieron lugar en la Rusia post soviética. Además, bajo este contexto, las condiciones de exclusión se consolidan, al mantenerse inalteradas las relaciones de discriminación étnica y de clase que, a su vez, definen las limitadas oportunidades de acceso a la educación y a los círculos de influencia y poder para millones de personas.

 

En estas condiciones, la tarea histórica de transformar el actual estado de cosas solo puede ser realizada por un pueblo organizado que active su poder de incidencia en el ámbito económico y cívico. A tales efectos, lo que se requiere es una amplia movilización social que actúe como fuerza motriz de la transformación social y política. Pero dicha organización y movilización social no se podrá lograr si antes no se echan abajo las barreras que mantienen en la postración a la gran mayoría de la población.

 

 

 

 

Empezar a erradicar la exclusión, solo es posible con la puesta en marcha de una serie de medidas estratégicas de mediano y largo plazo, entre las que destacan: la promoción educativa y la alfabetización organizacional y empresarial, ambas realizadas en forma masiva y como procesos participativos de largo aliento. A continuación, abundaremos en algunos de los elementos definitorios de tales acciones.

 

Como es sabido, la educación es un derecho fundamental establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada, desde 1948, por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En el año 2015, este organismo internacional estableció una nueva agenda mundial para el año 2030, en la que se enlistan 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS). De forma enfática, los ODS cuatro y cinco aspiran a garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, así como promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todas y todos.

 

Sin embargo, hacia el año 2019, América Latina y el Caribe aún se encontraban lejos de alcanzar las metas educativas establecidas en los ODS. Peor aún, la pandemia mundial por covid-19, desatada a partir de 2020, afectó los sistemas educativos, forzándolos al cierre de actividades presenciales y a la implementación apresurada de formas alternativas de educación a distancia, que no lograron retener a toda la población estudiantil. Todo ello derivó en la interrupción abrupta de su proceso educativo, afectando su aprendizaje y progresión escolar (CEPAL, 2024).

 

En un intento por tratar de revertir esta situación, el informe de seguimiento de la educación en el mundo para 2022 de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) recomienda a los gobiernos, las organizaciones bilaterales y multilaterales, la sociedad civil, el sector privado, los académicos, las comunidades, las escuelas, los estudiantes, las familias y los tutores a trabajar de manera conjunta en la implementación de las siguientes acciones: fomentar el acceso igualitario a la educación y prevenir el abandono escolar; lograr que el aprendizaje sea transformador, seguro e inclusivo para todos los educandos; desarrollar sistemas educativos equitativos, inclusivos y transformadores de género, y promover enfoques integrados, coordinados y que abarquen todo el sistema.

 

 

No obstante, de acuerdo con información estadística, dada a conocer recientemente por la CEPAL (2022), en relación con 14 países de América Latina, se observa que un 41.4 % de la fuerza de trabajo de 15 años y más, no completó la enseñanza secundaria. Entre los factores de riesgo para desertar de la escuela se encuentran: la condición de pobreza, étnica, racial y de discapacidad, debido a que estas condiciones son objeto de discriminación en contextos académicos adversos.

 

Pero, además, la falta de acceso al sistema educativo genera un círculo vicioso de pobreza y marginación, ya que cuando el estudiante proviene de un hogar donde los padres no finalizaron el nivel primario de educación, se eleva, de forma considerable, la incidencia de la pobreza y la pobreza extrema. En efecto, entre la población de esos hogares, la incidencia de ambos tipos de pobreza llega al 46.8 %. En cambio, los estudiantes que provienen de hogares donde los padres tienen educación terciaria completa, la incidencia de la pobreza fue del 9.0 % (CEPAL, 2022).

 

En virtud de lo anterior, lo que se requiere urgentemente es el establecimiento de un sistema educativo inclusivo, gratuito y universal, que ponga freno a la deserción estudiantil y que cuente con amplia cobertura y participación de todos los grupos étnicos y clases sociales. Así, en el marco de un sistema educativo abierto, plural y diverso será posible impartir una educación que eduque para la vida de forma integral, con el propósito de desarrollar en las personas sus capacidades cognitivas, socioemocionales y físicas que les permitan alcanzar su bienestar individual y colectivo. Una educación que desarrolle el pensamiento crítico y el fortalecimiento de los lazos entre escuela y comunidad y que, además, permita que los conocimientos y aprendizajes adquiridos en las aulas se vinculen con el sector productivo y la investigación científica.

 

Lo antes dicho en relación con el papel de la educación es particularmente válido para la población infantil y juvenil de América Latina, el futuro de nuestras naciones; pero, aún quedaría pendiente de erradicar la exclusión a la que ha sido sometida la población adulta, la que actualmente constituye la mayor parte de la población económicamente activa del continente y que exhibe bajos niveles de escolaridad y, por ende, una enorme vulnerabilidad económica y social.

 

 

Para promover la reinserción de los bastos contingentes de población que han sido excluidos de los circuitos económicos y que hoy constituyen el grueso del flujo migratorio latinoamericano, se podrían poner en marcha procesos masivos de capacitación organizacional y técnica en los lugares de origen de esa población.

 

Dicho en otras palabras, lo que en esta materia se requiere, es impulsar un amplio y consistente proceso de capacitación organizacional a nivel local y comunitario, abierto a toda la población residente en esos lugares, es decir, desde los niños hasta los ancianos, pasando por los jóvenes, las mujeres jefas de hogar y los padres de familia en el que a partir de diagnósticos comunitarios participativos se identifiquen, por una parte, los peligros existentes para la seguridad comunitaria y, por otra, el potencial económico y las oportunidades de negocio existentes en las comunidades rurales y urbanas. En un segundo momento, con base en tales diagnósticos, se podrían montar diversos procesos de capacitación técnica, empresarial y asociativa que permitan avanzar en la elaboración de proyectos productivos específicos.

 

Evidentemente, todo este esfuerzo de capacitación organizacional deberá ejecutarse siguiendo los principios epistemológicos y los procedimientos técnicos, recuperados y sistematizados en metodologías de capacitación de masas, entre las que destacan la educación popular de Paulo Freire y la del Laboratorio Organizacional (LO), creada y desarrollada por el sociólogo brasileño Clodomir Santos de Morais y que ya ha sido aplicada con éxito, en diferentes países de cuatro continentes (Carmen y Sobrado, 2000). Esta última, además de presentar resultados destacados en diversas formas de organización popular, genera poder real, elevando la conciencia y las posibilidades de incidencia y participación de las comunidades en la vida económica y política.

 

El éxito del LO se fundamenta en su enfoque basado en la autonomía efectiva de los grupos y no en el tutelaje clientelista de los asistencialistas. En este sentido, cabe destacar que la autonomía del sujeto es exigida por la naturaleza del proceso mismo de capacitación que demanda, para ser efectivo, de la relación sin interferencias con el objeto, en este caso la organización social, en cuyo manejo los participantes buscan habilitarse. Todo este planteamiento metodológico está alineado, de forma congruente, con los principios de la educación para adultos o andragogía y la teoría de la actividad objetivada de Lev Vigotski.

 

 

(más…)

Comparte este contenido:

Enfrentando los Retos Futuros de la Educación Secundaria

Enfrentando los Retos Futuros de la Educación Secundaria

La educación secundaria desempeña un papel crucial en la preparación de los estudiantes para la universidad, la carrera y la vida en general. Sin embargo, en un mundo en constante evolución, la educación secundaria enfrenta una serie de retos que deben abordarse para garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a una educación de calidad que los prepare para los desafíos del futuro. En este artículo, exploraremos algunos de los retos más apremiantes que enfrenta la educación secundaria y analizaremos posibles soluciones para superarlos.

Adaptación al Cambio Tecnológico

Uno de los mayores retos para la educación secundaria es mantenerse al día con el rápido avance de la tecnología. A medida que la tecnología continúa transformando la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos, es fundamental que las escuelas secundarias integren de manera efectiva la tecnología en el aula. Esto puede incluir la adopción de dispositivos móviles, el uso de plataformas en línea para la enseñanza y el aprendizaje, y la incorporación de habilidades digitales en el currículo escolar.

Preparación para el Mundo Laboral

Otro desafío importante es preparar a los estudiantes para el mundo laboral. Esto implica no solo proporcionarles las habilidades académicas necesarias, sino también desarrollar habilidades blandas como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la comunicación efectiva y la colaboración. Además, es importante que los estudiantes adquieran experiencia práctica a través de pasantías, proyectos de servicio comunitario y otras oportunidades de aprendizaje experiencial que les permitan aplicar sus conocimientos en contextos del mundo real.

Promover la Salud Mental y el Bienestar

La salud mental y el bienestar son aspectos críticos de la educación secundaria que requieren una atención especial. Los adolescentes enfrentan una serie de desafíos emocionales y sociales durante esta etapa de sus vidas, y es importante que las escuelas secundarias proporcionen apoyo y recursos adecuados para ayudarlos a enfrentar estos desafíos. Esto puede incluir la disponibilidad de consejeros escolares, programas de educación sobre salud mental, y actividades extracurriculares que promuevan el bienestar físico y emocional de los estudiantes.

Preparación para los Desafíos Globales

En un mundo cada vez más interconectado, es importante que la educación secundaria prepare a los estudiantes para enfrentar los desafíos globales, como el cambio climático, la desigualdad económica y la migración. Esto puede implicar la integración de temas globales en el currículo escolar, la participación en proyectos de aprendizaje basados en problemas y la promoción de la conciencia global y la ciudadanía activa entre los estudiantes.

 

Fuente:https://www.redem.org/enfrentando-los-retos-futuros-de-la-educacion-secundaria/

 

 

Comparte este contenido:
Page 1 of 77
1 2 3 77