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América Latina de cara al siglo XXI: entre la desesperanza y la descolonización consciente y organizada

POR MIGUEL SOBRADO Y JUAN JOSÉ ROJAS

 

Introducción

La mayor parte de la extensión del continente americano y de su riqueza, incluida su población, se encuentra en Latinoamérica, pero esta parte de la región se ha convertido en el “patito feo”, por la falta de oportunidades para los excluidos y las malas condiciones imperantes.

 

Hoy en día, desde todos los países del subcontinente latinoamericano, salen caravanas intermitentes de miles de migrantes desesperanzados, con rumbo hacia Norteamérica. La desesperanza cunde en la región latinoamericana que parece haber perdido el sueño martiano de una América Latina protagónica en el mundo contemporáneo. Esto ocurre, después de siglos de gobiernos autoritarios y de décadas de sanciones impuestas por los Estados Unidos a las naciones de la región que no aceptan su hegemonía, a lo que se añade la violencia creciente del narcotráfico y la corrupción concomitante del clientelismo. La respuesta espontánea e inmediata ha sido la desesperanza traducida en migraciones masivas de millones de personas afectadas.

 

Dos factores preponderantes han condicionado este éxodo: la herencia de la servidumbre y la esclavitud, y las condiciones de tutelaje neocolonial, especialmente por parte de los Estados Unidos. En este documento, analizaremos la relevancia que han tenido y tienen estos factores en la configuración de los sistemas estatales y sociales, para proponer medidas que permitan mitigar e iniciar la transformación de los círculos viciosos prevalecientes, en nuevos procesos virtuosos que puedan modificar, en el mediano plazo, la situación regional.

 

 

El reto es ver la realidad latinoamericana, más allá de los estereotipos negativos y personalistas y de países individuales, para analizarla como un sistema específico, configurado por las condiciones históricas propias y las del entorno mundial. Bajo esta perspectiva, al identificar y comprender la naturaleza de estos sistemas, en lo que comparten y difieren, es factible proponer apalancamientos claves que permitan su transformación en modelos de desarrollo con bienestar social y en armonía con la naturaleza.

 

La herencia colonial

Nuestra institucionalidad tiene sus raíces en el sistema político centralista de los reinos y los virreinatos de los cuales dependían las decisiones políticas y económicas. En la época colonial, para todos los emprendimientos de conquista de nuevos territorios o explotaciones económicas, como las minas o las plantaciones agrícolas, se requería la autorización y subordinación, de sus promotores, a las disposiciones establecidas y a los monopolios reales.

 

La riqueza, dentro de este ordenamiento económico vertical, fue generada mayoritariamente por la mano de obra servil, a través de las encomiendas, a las que quedaron atadas las poblaciones indígenas y que se otorgaba por la autoridad real a los conquistadores. Posteriormente, a lo largo del extenso periodo colonial, se incorpora la esclavitud de los africanos, de forma masiva para el desarrollo de minas y haciendas.

 

Desde aquél entonces, el centralismo, como forma de gobierno, promueve las relaciones verticalistas e incuba un clima para la dependencia y corrupción, al mismo tiempo que desalienta la participación de las comunidades en sus propios asuntos.

 

Este ordenamiento colonial, gestionado de forma centralista y basado en la servidumbre y la esclavitud, es heredado por los criollos. Éstos sintiéndose discriminados por los privilegios de que gozan los peninsulares y que los mantienen alejados de la gestión local, proclaman la independencia a inicios del siglo XIX.

 

 

Los nuevos Estados, surgidos de las guerras de independencia contra las coronas española, portuguesa y francesa, mantuvieron la estructura centralista de poder y, si bien abolieron formalmente y, de forma progresiva, la esclavitud, reservaron para los criollos el control del poder, basado, al igual que en la época colonial, en el monopolio sobre grandes extensiones territoriales, expropiadas a las comunidades indígenas, dentro de un sistema de relaciones de dominación que ofrecía muy pocos canales de avance social, al mismo tiempo que mantenían los prejuicios étnicos y de clase, de forma abierta o subyacente (Sobrado y Rojas, 2006).

 

De tal forma que, aunque formalmente los indígenas, los afroamericanos, los mulatos y los mestizos, se convirtieron en ciudadanos, en los hechos, estaban desprovistos de medios de producción, de oportunidades efectivas de avance social y de derechos civiles y políticos. En estas condiciones, resultó prácticamente imposible que tales sectores sociales pudieran ejercitar sus destrezas empresariales, asociativas y cívicas. La emergencia de cualquier atisbo de capital social fue severamente bloqueada.

 

El caso de Haití resulta paradigmático al respecto, ya que habiendo sido el primer país que alcanzó su independencia, logrando establecer en 1804 la primera república del continente creada por esclavos, muy pronto devino en una nación pobre y atrasada. La no superación de los lastres de origen, sumada a la deuda astronómica que le impuso Francia, le han acarreado, hasta el día de hoy, una trágica e injusta historia.

 

 

Visto en retrospectiva, tanto la conquista como la colonización posterior, despojaron a los países latinoamericanos, tanto de la tierra y del fruto de su trabajo servil o esclavo en las haciendas y minas, como de su identidad étnico-cultural, negando la riqueza de sus tradiciones ancestrales y de gran parte de sus valores filosóficos y estéticos, los cuales fueron invisibilizados o borrados por la cultura dominante.

 

El tutelaje neocolonial

En 1820, cuando nacían las nuevas repúblicas, los Estados Unidos, la nueva potencia emergente en la región, proclamaba la doctrina Monroe, bajo la consigna: “América para los americanos”, que se transformó, de hecho, en América para los norteamericanos, empezando por la ocupación y anexión, en la década de 1840, de la mitad del territorio de México.

 

Esta expansión, es retenida temporalmente, por Inglaterra, la potencia dominante a escala internacional. En aquél entonces, cuando las tropas norteamericanas pretenden ocupar Centroamérica. La férrea oposición inglesa, los obliga a firmar el Tratado Clayton Bulwer, mediante el que ambos países se comprometen a no tomar colonias en la región.

 

Si bien formalmente los norteamericanos, en virtud del Tratado arriba mencionado, no pudieron ocupar con su ejército los territorios de Centroamérica, si crearon la figura del filibusterismo, como iniciativa privada destinada al mismo fin. Cabe destacar que esta estrategia fue aplicada inicialmente en Cuba, por parte del militar venezolano Narciso López, quién era partidario de la política anexionista de los Estados Unidos. Entre 1848 y 1851 organizó varios intentos de invasión a territorio cubano con grupos de voluntarios de varios estados del sureste de los Estados Unidos, que fracasaron estrepitosamente. En la última de ellas, ocurrida en Bahía Honda, Pinar del Río, fue capturado por las tropas españolas, siendo ejecutado a “garrote vil”, el 1 de septiembre de 1851, en la explanada de La Punta, en la ciudad de La Habana.

 

Pese a este fracaso momentáneo, la práctica del filibusterismo es trasladada a Centroamérica, siendo impulsada y financiada principalmente por los grupos de poder político y económico del sur racista, con la finalidad de ocupar primero Nicaragua y expandirse posteriormente a toda la región.

 

 

En este contexto, la decisión del gobierno de Costa Rica de formar un ejército profesional para enfrentar a los filibusteros gozó tanto del respaldo de Inglaterra, que le vendió los fusiles minie, los más avanzados de la época, como de Cornelius Vandervilt, dueño de la Compañía del Tránsito, cuyos buques habían sido expropiados por los filibusteros. De manera paralela, se logró la incorporación de los ejércitos de Centro América que se integraron a la guerra, consiguiendo derrotar a los filibusteros.

 

Pero, sin importar que los filibusteros hubiesen sido repelidos en el campo de batalla, los Estados Unidos continuaron interviniendo, diplomática y militarmente y, de manera creciente, en la región, a lo largo de los siglos XIX y XX, considerándola su patio trasero.

 

Así, a medida que crecía su importancia económica y militar, y con la finalidad de asegurar su hegemonía sobre el subcontinente latinoamericano, los Estados Unidos promueven intervenciones militares directas y golpes de Estado para imponer regímenes dictatoriales proclives a sus intereses. A lo largo del siglo XX llegaron a intervenir más de 20 veces. Dentro de estas intervenciones, se destacan: la ocupación de Nicaragua en los años veinte y los golpes de Estado en Guatemala en 1954 y en Chile en 1973, dadas las graves repercusiones provocadas por tales acontecimientos sobre la vida democrática de esos países. El primer gran rechazo, contra su política expansionista lo encuentran en Nicaragua con la guerrilla de Augusto César Sandino, un rebelde, que logró derrotarlos militarmente, aunque terminó siendo traicionado por la Guardia Nacional, formada por los norteamericanos antes de evacuar a su derrotado Ejército.

 

De manera especial, durante la segunda mitad del siglo XX, florecen dictaduras violentas promovidas por los Estados Unidos, que crean un clima de malestar e insurrección en gran parte del continente, especialmente después del derrocamiento por la fuerza del gobierno de Jacobo Árbenz en Guatemala, que se manifiesta, entre otras formas, en la creación de la Legión Caribe, una alianza de opositores para derrocar a las dictaduras. Este ambiente socio-político y cultural, se ve reflejado, entre otras expresiones artísticas, en las obras literarias de Mario Vargas Llosa, como ‘Tiempos recios’, que versa sobre el derrocamiento del gobierno legítimo de Guatemala; ‘La fiesta del chivo’, que trata sobre los efectos de la dictadura de Trujillo, en República Dominicana, y la que probablemente fue la más popular en su época: ‘Conversaciones en la Catedral’, en la que aborda el pesimismo y la corrupción moral reinante en la sociedad peruana bajo la dictadura del general Manuel A. Odría.

 

Revolución cubana (1959).

En medio de este contexto adverso y desolador, emerge con fuerza, la Revolución encabezada por la guerrilla cubana en 1959, como símbolo de la resistencia y de la dignidad latinoamericanas. Inspirada en el pensamiento de José Martí y dentro del marco de un mundo de potencias bipolar, se inclina hacia el socialismo y establece una alianza con el bloque soviético que le permite sobrevivir. De esta manera, el surgimiento de la revolución cubana obliga a los Estados Unidos a revalorar parcialmente su relación con América Latina, poniendo en marcha una estrategia de contención, basada en dos componentes. Por una parte, ofreciendo “la zanahoria” de La Alianza para el Progreso, en 1961, con la cual busca reorientar el desarrollo económico de los países latinoamericanos y, por otra, con “el garrote”, promoviendo el bloqueo a Cuba y fortaleciendo las dictaduras anticomunistas en toda la región, entre las que se destacan por su crueldad las de Argentina, Brasil y Chile. De igual modo, se involucra militarmente en la guerra contra las guerrillas en Centro América, en los años 70s y 80s. Guerra con la que, una vez más, pretendió ocupar Centro América, pero que, tras largos años de muerte y destrucción, se vio obligado a negociar el Plan de Paz, promovido por los presidentes de la región con el respaldo de los demócratas norteamericanos y de los social-demócratas europeos.

 

 

 

 

El bloqueo a Cuba tuvo, desde sus inicios, dos propósitos: el de afectar a la población civil que mayoritariamente apoya a la Revolución, para que cambiara de opinión y, establecer un precedente de cara a toda la región, para desalentar a los demás países para que se abstuvieran de tomar medidas autónomas adversas a sus intereses. La aplicación del bloqueo se hizo y se sostuvo a contrapelo del derecho internacional y de la voluntad de la casi totalidad de los miembros de la Asamblea de las Naciones Unidas que, reiteradamente han exigido su levantamiento.

 

Aunque el objetivo de crear una opinión interna adversa al gobierno cubano, que condujera a su derrocamiento, no fue alcanzado y aún con el hecho de que desapareciera, desde 1991, la Unión Soviética y con ella el peligro de una amenaza estratégica, el bloqueo se mantiene hasta el día de hoy y se ha agudizado con sanciones adicionales, derivadas de la declaración de Cuba como país “promotor del terrorismo”, la cual se produjo con la intención de satisfacer intereses locales y mantener la disuasión de comportamientos “inamistosos” de los otros países del continente. Estas sanciones que se han extendido a Venezuela y Nicaragua han contribuido significativamente a desatar las grandes migraciones hacia el norte.

 

La aparición del narcotráfico, su impacto en los Estados y en el equilibrio regional

Con la aparición del negocio del narcotráfico, en gran escala, impulsado inicialmente por Pablo Escobar, cambian los ejes del poder centralizado en una pequeña elite nacional, a la que ya no es preciso pedirle permiso para hacer negocios. Su poder actual como transnacional es tan grande que se permite retar el poder de los Estados y minarlos progresivamente, aprovechando las redes de corrupción institucionales y penetrando los poderes locales, especialmente en las zonas deprimidas. En poco tiempo, se han apoderado de Estados completos, así como de numerosos municipios y regiones en las que su palabra es la ley del fusil. En los Estados Unidos y Europa se encuentra su principal mercado, en donde han desarrollado, dada la pasividad de sus autoridades, densas redes de apoyo con las que las desafían permanentemente.

 

 

Por todo ello, el narco debe ser visto como una enorme y poderosa empresa descentralizada, que se está constituyendo progresivamente en una opción de poder, reclutando y dando oportunidades a las grandes masas de excluidos de los mecanismos tradicionales de generación de ingresos y de avance social. Una opción de poder creciente en el contexto de desigualdad y exclusión social prevalecientes y que tiende a imponer un orden económico y social despótico y autoritario.

 

Una especie de neo feudalismo en pleno siglo XXI. Un enemigo muy peligroso que sólo puede ser enfrentado con organización desde las bases territoriales, fortaleciendo la inteligencia policial y actuando sobre las causas generadoras de la exclusión social y la impunidad.

 

La emergencia de nuevas condiciones y tendencias en el mundo y América Latina

En la segunda década del siglo XXI, asistimos al ascenso vertiginoso de nuevas potencias económicas como China, India, Sur África, Rusia y Brasil, fenómeno que está cambiando el panorama de poder mundial unipolar prevaleciente desde la desintegración de la Unión Soviética en la última década del siglo XX.

 

El peso creciente de China y las repercusiones de su éxito económico y social han aglutinado a estas potencias, cuya participación en la economía mundial se acercará en el 2030 al 40%, constituyéndose en un nuevo eje de poder que rechaza el ordenamiento unilateral y al margen del derecho internacional que, en forma de sanciones, imponen los Estados Unidos a quienes no comulgan con sus intereses. La actual coyuntura internacional es, por tanto, favorable al cambio pues ya no existe una hegemonía donde impere solo “la ley del garrote” a través de sanciones y golpes de Estado, sino que florece un mundo multipolar que genera alternativas y posibilidades de nuevas alianzas.

 

 

Dentro de este contexto, Brasil y México, entre otros, han venido jugando un papel relevante en la ampliación de los derechos soberanos del conjunto de las naciones de América Latina y han implementado políticas significativas en la perspectiva de recuperar y fortalecer su soberanía económica y política; sin embargo, tales medidas siguen siendo débiles e incompletas por carecer de una base social de apoyo que respalde los cambios, así como de inclusión social a través de la educación y otros mecanismos de promoción y organización social.

 

Simultáneamente, al interior del continente, se está produciendo un reacomodo de fuerzas, en cuyo marco, la social democracia y el socialismo clientelista han venido perdiendo respaldo por las prácticas corruptas que los acompañan, al tiempo que crece el populismo de derecha, aderezado, en varios casos, con tintes preocupantes de carácter neofascista que van más allá de la simple retórica discursiva.

 

El peso de la corrupción endémica

El centralismo, en condiciones de falta de oportunidades y de participación de las grandes mayorías de excluidos, origina la corrupción clientelista, esto es, el manejo de personas y organizaciones por prebendas, a cambio de llevar o mantener en el poder a los oligarcas de la clase política. Los dirigentes de estas organizaciones, a su vez, en cuanto tienen acceso al poder, se reparten la mejor tajada (Trocello, 2008). Esta práctica no es un atributo exclusivo de la derecha sino también de una parte importante de los movimientos que claman por la sociedad del bienestar.

 

Teniendo como prioridad el interés propio, al llegar al poder manejan la hacienda pública con ese criterio, provocando un desajuste financiero que termina afectando, en primer lugar, a quienes deberían ser los beneficiados del bienestar, provocando desesperanza e indignación. Sólo así puede explicarse que la mayoría de los argentinos escogieran a un presidente esquizofrénico y delirante como Javier Milei.

 

 

En el campo de las privatizaciones, la derecha ha exhibido un gran oportunismo y corrupción, al hacer negocios comprando por una bicoca empresas públicas para venderlas después con grandes ganancias (Piketty, 2019). Lamentablemente ese oportunismo no ha sido solo de la derecha sino también de la llamada izquierda, tal como se ha podido constatar con las expropiaciones de las grandes empresas y haciendas adjudicadas, no a los trabajadores organizados como correspondería, sino a los dirigentes políticos como sucedió en Nicaragua.

 

Hacia el futuro inmediato: aprovechar cambios externos para ejercer soberanía y consumar transformaciones internas que hacen falta

Como se ha expuesto a lo largo de este trabajo, el tutelaje estatal o patriarcal, junto con la exclusión masiva de los sectores populares de las dinámicas económicas y políticas, limitan el desarrollo de las personas y también de países y continentes enteros, dando lugar a la configuración de escenarios de decadencia institucional avanzada (Fukuyama, 2016). En contraste, el capital social y la cultura cívicas indispensables para impulsar el desarrollo económico y social sólo pueden emerger en condiciones de autonomía y libertad asociativa, por lo que el empoderamiento ciudadano aparece como una condición si ne qua non de cualquier intento de transformación efectiva de la realidad que nos afecta.

 

Por otra parte, si se sabe aprovechar, la nueva coyuntura internacional abre espacios para que los países latinoamericanos ejerzan su soberanía de forma cada vez más plena. Ciertamente, los Estados Unidos no renunciarán fácilmente a su hegemonía regional, pero factores ideológicos e intereses creados la van a limitar, entre ellos, la garantía de su propia seguridad y la necesidad de acceso a los recursos vitales del continente. Todas estas circunstancias, aunadas a la lucha de resistencia de los pueblos y a una hábil negociación con las potencias económicas en ascenso, los obligarán a ir modificando su actitud hacia Latinoamérica.

 

 

A su vez, el cada vez más grave estado de salud del planeta, que exhibe alarmantes condiciones de deterioro en temas cruciales como desaparición de biodiversidad, cambios de uso de suelos, pérdida de riqueza y vitalidad de las fuentes de agua dulce, y cambio climático, así como los desastres naturales asociados al mismo, incidirá en la revalorización de las prácticas productivas y los valores ancestrales de los pueblos originarios del continente que, no hace mucho tiempo, permitían la regeneración de los suelos, bosques y climas (Ribeiro, 2015). Toda esta herencia cultural, al igual que las prácticas avanzadas de permacultura, elevarán el valor de la innovación agroecológica regional y su importancia para el mundo.

 

Pero, en lo inmediato, América Latina enfrenta el grave problema derivado del poder creciente del narco tráfico, así como el de la añeja corrupción clientelista y el peligro de las privatizaciones oligárquicas como las que se dieron con los programas neoliberales o las que tuvieron lugar en la Rusia post soviética. Además, bajo este contexto, las condiciones de exclusión se consolidan, al mantenerse inalteradas las relaciones de discriminación étnica y de clase que, a su vez, definen las limitadas oportunidades de acceso a la educación y a los círculos de influencia y poder para millones de personas.

 

En estas condiciones, la tarea histórica de transformar el actual estado de cosas solo puede ser realizada por un pueblo organizado que active su poder de incidencia en el ámbito económico y cívico. A tales efectos, lo que se requiere es una amplia movilización social que actúe como fuerza motriz de la transformación social y política. Pero dicha organización y movilización social no se podrá lograr si antes no se echan abajo las barreras que mantienen en la postración a la gran mayoría de la población.

 

 

 

 

Empezar a erradicar la exclusión, solo es posible con la puesta en marcha de una serie de medidas estratégicas de mediano y largo plazo, entre las que destacan: la promoción educativa y la alfabetización organizacional y empresarial, ambas realizadas en forma masiva y como procesos participativos de largo aliento. A continuación, abundaremos en algunos de los elementos definitorios de tales acciones.

 

Como es sabido, la educación es un derecho fundamental establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, proclamada, desde 1948, por la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En el año 2015, este organismo internacional estableció una nueva agenda mundial para el año 2030, en la que se enlistan 17 Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS). De forma enfática, los ODS cuatro y cinco aspiran a garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad, así como promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todas y todos.

 

Sin embargo, hacia el año 2019, América Latina y el Caribe aún se encontraban lejos de alcanzar las metas educativas establecidas en los ODS. Peor aún, la pandemia mundial por covid-19, desatada a partir de 2020, afectó los sistemas educativos, forzándolos al cierre de actividades presenciales y a la implementación apresurada de formas alternativas de educación a distancia, que no lograron retener a toda la población estudiantil. Todo ello derivó en la interrupción abrupta de su proceso educativo, afectando su aprendizaje y progresión escolar (CEPAL, 2024).

 

En un intento por tratar de revertir esta situación, el informe de seguimiento de la educación en el mundo para 2022 de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) recomienda a los gobiernos, las organizaciones bilaterales y multilaterales, la sociedad civil, el sector privado, los académicos, las comunidades, las escuelas, los estudiantes, las familias y los tutores a trabajar de manera conjunta en la implementación de las siguientes acciones: fomentar el acceso igualitario a la educación y prevenir el abandono escolar; lograr que el aprendizaje sea transformador, seguro e inclusivo para todos los educandos; desarrollar sistemas educativos equitativos, inclusivos y transformadores de género, y promover enfoques integrados, coordinados y que abarquen todo el sistema.

 

 

No obstante, de acuerdo con información estadística, dada a conocer recientemente por la CEPAL (2022), en relación con 14 países de América Latina, se observa que un 41.4 % de la fuerza de trabajo de 15 años y más, no completó la enseñanza secundaria. Entre los factores de riesgo para desertar de la escuela se encuentran: la condición de pobreza, étnica, racial y de discapacidad, debido a que estas condiciones son objeto de discriminación en contextos académicos adversos.

 

Pero, además, la falta de acceso al sistema educativo genera un círculo vicioso de pobreza y marginación, ya que cuando el estudiante proviene de un hogar donde los padres no finalizaron el nivel primario de educación, se eleva, de forma considerable, la incidencia de la pobreza y la pobreza extrema. En efecto, entre la población de esos hogares, la incidencia de ambos tipos de pobreza llega al 46.8 %. En cambio, los estudiantes que provienen de hogares donde los padres tienen educación terciaria completa, la incidencia de la pobreza fue del 9.0 % (CEPAL, 2022).

 

En virtud de lo anterior, lo que se requiere urgentemente es el establecimiento de un sistema educativo inclusivo, gratuito y universal, que ponga freno a la deserción estudiantil y que cuente con amplia cobertura y participación de todos los grupos étnicos y clases sociales. Así, en el marco de un sistema educativo abierto, plural y diverso será posible impartir una educación que eduque para la vida de forma integral, con el propósito de desarrollar en las personas sus capacidades cognitivas, socioemocionales y físicas que les permitan alcanzar su bienestar individual y colectivo. Una educación que desarrolle el pensamiento crítico y el fortalecimiento de los lazos entre escuela y comunidad y que, además, permita que los conocimientos y aprendizajes adquiridos en las aulas se vinculen con el sector productivo y la investigación científica.

 

Lo antes dicho en relación con el papel de la educación es particularmente válido para la población infantil y juvenil de América Latina, el futuro de nuestras naciones; pero, aún quedaría pendiente de erradicar la exclusión a la que ha sido sometida la población adulta, la que actualmente constituye la mayor parte de la población económicamente activa del continente y que exhibe bajos niveles de escolaridad y, por ende, una enorme vulnerabilidad económica y social.

 

 

Para promover la reinserción de los bastos contingentes de población que han sido excluidos de los circuitos económicos y que hoy constituyen el grueso del flujo migratorio latinoamericano, se podrían poner en marcha procesos masivos de capacitación organizacional y técnica en los lugares de origen de esa población.

 

Dicho en otras palabras, lo que en esta materia se requiere, es impulsar un amplio y consistente proceso de capacitación organizacional a nivel local y comunitario, abierto a toda la población residente en esos lugares, es decir, desde los niños hasta los ancianos, pasando por los jóvenes, las mujeres jefas de hogar y los padres de familia en el que a partir de diagnósticos comunitarios participativos se identifiquen, por una parte, los peligros existentes para la seguridad comunitaria y, por otra, el potencial económico y las oportunidades de negocio existentes en las comunidades rurales y urbanas. En un segundo momento, con base en tales diagnósticos, se podrían montar diversos procesos de capacitación técnica, empresarial y asociativa que permitan avanzar en la elaboración de proyectos productivos específicos.

 

Evidentemente, todo este esfuerzo de capacitación organizacional deberá ejecutarse siguiendo los principios epistemológicos y los procedimientos técnicos, recuperados y sistematizados en metodologías de capacitación de masas, entre las que destacan la educación popular de Paulo Freire y la del Laboratorio Organizacional (LO), creada y desarrollada por el sociólogo brasileño Clodomir Santos de Morais y que ya ha sido aplicada con éxito, en diferentes países de cuatro continentes (Carmen y Sobrado, 2000). Esta última, además de presentar resultados destacados en diversas formas de organización popular, genera poder real, elevando la conciencia y las posibilidades de incidencia y participación de las comunidades en la vida económica y política.

 

El éxito del LO se fundamenta en su enfoque basado en la autonomía efectiva de los grupos y no en el tutelaje clientelista de los asistencialistas. En este sentido, cabe destacar que la autonomía del sujeto es exigida por la naturaleza del proceso mismo de capacitación que demanda, para ser efectivo, de la relación sin interferencias con el objeto, en este caso la organización social, en cuyo manejo los participantes buscan habilitarse. Todo este planteamiento metodológico está alineado, de forma congruente, con los principios de la educación para adultos o andragogía y la teoría de la actividad objetivada de Lev Vigotski.

 

 

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Enfrentando los Retos Futuros de la Educación Secundaria

Enfrentando los Retos Futuros de la Educación Secundaria

La educación secundaria desempeña un papel crucial en la preparación de los estudiantes para la universidad, la carrera y la vida en general. Sin embargo, en un mundo en constante evolución, la educación secundaria enfrenta una serie de retos que deben abordarse para garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a una educación de calidad que los prepare para los desafíos del futuro. En este artículo, exploraremos algunos de los retos más apremiantes que enfrenta la educación secundaria y analizaremos posibles soluciones para superarlos.

Adaptación al Cambio Tecnológico

Uno de los mayores retos para la educación secundaria es mantenerse al día con el rápido avance de la tecnología. A medida que la tecnología continúa transformando la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos, es fundamental que las escuelas secundarias integren de manera efectiva la tecnología en el aula. Esto puede incluir la adopción de dispositivos móviles, el uso de plataformas en línea para la enseñanza y el aprendizaje, y la incorporación de habilidades digitales en el currículo escolar.

Preparación para el Mundo Laboral

Otro desafío importante es preparar a los estudiantes para el mundo laboral. Esto implica no solo proporcionarles las habilidades académicas necesarias, sino también desarrollar habilidades blandas como el pensamiento crítico, la resolución de problemas, la comunicación efectiva y la colaboración. Además, es importante que los estudiantes adquieran experiencia práctica a través de pasantías, proyectos de servicio comunitario y otras oportunidades de aprendizaje experiencial que les permitan aplicar sus conocimientos en contextos del mundo real.

Promover la Salud Mental y el Bienestar

La salud mental y el bienestar son aspectos críticos de la educación secundaria que requieren una atención especial. Los adolescentes enfrentan una serie de desafíos emocionales y sociales durante esta etapa de sus vidas, y es importante que las escuelas secundarias proporcionen apoyo y recursos adecuados para ayudarlos a enfrentar estos desafíos. Esto puede incluir la disponibilidad de consejeros escolares, programas de educación sobre salud mental, y actividades extracurriculares que promuevan el bienestar físico y emocional de los estudiantes.

Preparación para los Desafíos Globales

En un mundo cada vez más interconectado, es importante que la educación secundaria prepare a los estudiantes para enfrentar los desafíos globales, como el cambio climático, la desigualdad económica y la migración. Esto puede implicar la integración de temas globales en el currículo escolar, la participación en proyectos de aprendizaje basados en problemas y la promoción de la conciencia global y la ciudadanía activa entre los estudiantes.

 

Fuente:https://www.redem.org/enfrentando-los-retos-futuros-de-la-educacion-secundaria/

 

 

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Mujeres, con pobreza de tiempo libre: Cepal y OIT

Dedican casi el triple de tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado.

La cultura latinoamericana que deja a las mujeres la responsabilidad mayor de cuidar a los hijos, a los adultos mayores y a realizar labores del hogar, hace que tengan una «pobreza de tiempo” que las aleja de la capacitación, formación profesional, autocuidado y de su vida personal.

Lo anterior de acuerdo con el documento “Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe, Desafíos y oportunidades para la inclusión laboral de las personas jóvenes y la redistribución del trabajo de cuidados” de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) y de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Los organismos internacionales aseguran que debido al trabajo no remunerado que tienen que hacer las mujeres hay una menor tasa de participación laboral de las mujeres, porque ellas ocupan una parte importante del tiempo individual.

“En América Latina, las mujeres de entre 15 y 29 años que no están estudiando ni en el mercado laboral son las que más tiempo dedican al trabajo no remunerado: entre 40 y 75 horas semanales según el país (mientras los hombres jóvenes en esta misma condición dedican entre 9 y 26 horas semanales)”, explicaron la Cepal y OIT

En otras palabras, “las mujeres dedican casi el triple de tiempo que los hombres al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, por lo que la igualdad y la justicia pasan por redefinir estas cargas y avanzar decididamente hacia la sociedad del cuidado”.

Mujeres, pobreza y falta de tiempo libre

Ello implica que las mujeres destinan al trabajo no remunerado casi el mismo tiempo de una jornada laboral. Además de que entre más pobreza económica tengan menor acceso a escuelas o ayuda doméstica tienen, por lo que a su situación de pobreza se les añade la escasez de tiempo libre.

Para las mujeres con hijos menores de 5 años aumenta la carga de cuidados, por lo que hay menor presencia de ellas en los trabajos remunerados, mientras que cuando no hay presencia de niños y niñas en el hogar hay un mayor porcentaje de mujeres en el mercado de trabajo.

La desigualdad de genero se mide tanto en la participación laboral como en la alta incidencia del trabajo doméstico y de cuidados no remunerados, lo que profundiza las desigualdades no solamente de la distribución de tareas, también del uso del tiempo que deja a muchas mujeres “en una situación de pobreza de tiempo”.

En “Chile, Guatemala y México, las mujeres jóvenes dedican más del 20% del tiempo al trabajo no remunerado, lo que limita mucho su capacidad para participar del mercado laboral”.

Trabajo no remunerado de las mujeres

De acuerdo con el estudio, en México, los hombre de entre 15 y 29 años dedican 9.3 horas al trabajo doméstico y de cuidados no remunerados, mientras que las mujeres de esa edad destinan 21.9 horas, es decir más del doble.

El país donde las mujeres destinan más tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado es Guatemala donde ellas dedican hasta 25 horas, en contraste con 9.3 horas de los hombres. El Salvador es el país en donde destinan los hombres más tiempo a esas labores con 11 horas y media.

Si se considera el trabajo total, es decir, el remunerado y no remunerado, México es el país donde las mujeres destinan más tiempo a ambos con 76 horas, seguido de El Salvador con 74 horas y Ecuador y Chile con 72 horas cada uno. Mientras que los hombres en total destinan 67 horas en México, 68 horas en El Salvador y 66 horas en Costa Rica, lo que muestra que los hombres tienen más tiempo libre a la semana que las mujeres.

Fuente: https://www.eluniversal.com.mx/cartera/mujeres-con-pobreza-de-tiempo-libre-cepal-y-oit/

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Los 27 ministros de América Latina que buscan transformar la educación de la región

Por segundo año consecutivo, la Comunidad Araucaria reúne a ministros y secretarios de Educación para que participen en una intensa agenda de formación, vinculación e inspiración, con el objeto de potenciar las gestiones de cada uno de sus gobiernos locales.

Este martes, 16 de enero, comenzó en Madrid el segundo encuentro anual de la Comunidad Araucaria, una red de ministros y secretarios de Educación coordinada por Fundación Varkey y organizaciones aliadas. Se repite así la experiencia que tuvo lugar en Washington DC en enero 2023, donde participaron 23 ministros de Educación de 7 países. Con una mayor representatividad, ya que este año son 27 titulares de 8 países.

 

Los ministros -estaduales y nacionales- provienen de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Panamá, Uruguay y Perú. Los temas a trabajarán son liderazgo, alfabetización, educación secundaria, educación y trabajo, comunicación, transformación digital, y educación del carácter, entre otros.

 

Primera jornada de la Comunidad Araucaria en Madrid

Primera jornada de la Comunidad Araucaria en Madrid

La lista de todos los participantes

 

Desde Argentina: Miriam Serrano (Jujuy), Susana Montaldo (Tucumán), Horacio Ferreyra (Córdoba), Alicia Fregonese (Entre Ríos), Pablo Lopez Silva (Tierra del Fuego), Daniel Busquet (Santa Cruz), Ramiro Aranda (Misiones). Desde Brasil: Rossieli Soares da Silva (Pará), Vitor de Angelo (Espirito Santo), Raquel Teixeira (Rio Grande do Sul), Ana Pancini (Rondinha), Roni Miranda (Paraná). Desde Chile: Nicolás Eduardo Cataldo Astorga (ministro nacional). Desde Colombia: Carlos Alicastro (Cucuta), Verónica Monterrosa (Bolívar), Laura Cáceres (Norte de Santander). Desde México: Martha Elena Soto Obregón (Querétaro), Juan Carlos Flores Miramontes (Jalisco), Jorge Enrique Hernández Meza (Guanajuato), Gerardo Arturo Solís Benavides (Baja California), Sofialeticia Morales Garza (Nuevo León), José Guillermo Adame Calderón (Durango), Carlos Gorocica (Quintana Roo). Desde Panamá: Maruja Gorday de Villalobo (ministra nacional). Desde Perú: Miriam Janette Ponce Vertiz (ministra nacional). Desde Uruguay: Virginia Cáceres (ministra nacional)

 

La experiencia representará la oportunidad única de acortar tiempos y distancias, optimizar recursos y profundizar en los desafíos educativos compartidos en la región. “Sabemos que el carácter dual del rol, técnico y político, es un desafío para los ministros. Conocemos el reto que representa la escasez del tiempo en cada una de sus gestiones, entendemos la complejidad que implica que la educación llegue a representar una prioridad verdadera para la ciudadanía y sus gabinetes, en un contexto regional complejo. Por eso mismo creamos Comunidad Araucaria, porque sabemos que hay salida y que es a través de la educación porque la educación es la solución”, afirmó Agustín Porres, director regional de Fundación Varkey.

Andreas Schleicher, director de Educación de la OCDE

 

Las actividades están pensadas exclusivamente para ministros y contarán con oradores de primer nivel como Juan Carlos Cubeiro, autor del ensayo Del capitalismo al talentismo, Andreas Schleicher, director de Educación de la OCDE, Gonzalo Jover, decano de la Facultad de Educación de la Universidad Complutense, además de Mariano Fernández Enguita, Luis Arroyo, Nuno Crato, Jo Ritzen, Carmen Pellicer,James Arthur, Manos Antoninis y Tamara Díaz.

 

Los ministros, además, tendrán una jornada académica en la Universidad Complutense, visitarán escuelas en grupos reducidos para interiorizarse sobre cómo funciona el sistema local y contarán con un taller en el diario El País. La agenda de reuniones prevé ser también de alto nivel: tendrán encuentros con autoridades como la ministra de Educación de España, Pilar Alegría; el consejero de Educación de la Comunidad de Madrid, Emilio Viciana Duro; y el secretario general de la OEI, Mariano Jabonero.

 

Este encuentro cuenta con socios estratégicos como el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), Fundación Botin, Fundación Coppel, Fundación Lemann, Fundación Trilema, Fundación Incluyendo México, Georgetown University, Instituto Natura, Leading Education, la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI), Techint, Templeton World Charity Foundation, y la Universidad Complutense de Madrid.

Fuente: https://www.infobae.com/educacion/2024/01/17/los-27-ministros-de-america-latina-que-buscan-transformar-la-educacion-de-la-region/

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De la crisis a la oportunidad: cómo internet ha ayudado a los artesanos en América Latina a vender sus productos

De la crisis a la oportunidad: cómo internet ha ayudado a los artesanos en América Latina a vender sus productos

Artesanías, emprendimiento y tecnología: La revolución del comercio electrónico en América Latina

El auge del comercio electrónico y el acceso a las nuevas tecnologías ha abierto la puerta a que los pequeños negocios en la región puedan impulsar sus ventas a través del comercio electrónico.

Hace poco más de cinco años, Daniel Aranda ni si quiera se imaginaba el alcance que podría tener su negocio de artesanías en Ciudad de México. En plena pandemia, decidió dar el paso y crear una compañía para la comercialización de artesanías elaboradas por mujeres mexicanas a través de internet.

Lo hizo al ver que las nuevas tecnologías ofrecían una nueva oportunidad para seguir generando dinero, al tiempo que las medidas por el coronavirus obligaban a toda la población a confinarse como medida de prevención.

“Empezamos a ver que la única manera de poder vender de muchos artesanos era a través de los mercados o en la calle, y como todos estábamos encerrados, perdieron todos sus puntos de ventas. Entonces, eso nos preocupó mucho”, dice Aranda, que fundó “Hasta la raíz” junto a su hermano en la capital mexicana.

Daniel Aranda, fundador de "Hasta la raíz", revisa algunos de los productos que comercializa a través de internet elaborados por mujeres mexicanas.

Daniel Aranda, fundador de «Hasta la raíz», revisa algunos de los productos que comercializa a través de internet elaborados por mujeres mexicanas.

Artesanías más allá de los mercados tradicionales

Admite que su objetivo era buscar “nuevos puntos de venta” que no se limitara a los típicos mercados de la zona y, de paso, también ayudar a quienes más estaban sufriendo por las consecuencias de la pandemia.

“Decidimos que íbamos a centrarnos en artesanías elaboradas por mujeres porque durante esa exploración de artesanos, vimos que quienes peor la estaban pasando eran mujeres embarazadas o madres solteras que no tenían cómo llevar ingresos al hogar”, relata a la Voz de América.

También se dio cuenta que las nuevas tecnologías suponían una gran herramienta para dar un impulso mayor a sus ventas ya que, de esta manera, su negocio no se limitaba a los mercados de la zona, y gracias a las plataformas de comercio electrónico cualquiera podría comprar sus artículos por internet.

“Desde 2020, solo estamos vendiendo por esta plataforma. No tenemos una tienda física y operamos y producimos todo desde Ciudad de México”, comenta aclarando que cada vez que reciben un pedido se elabora el producto de forma artesanal, por lo que “no hay dos productos iguales”.

Desarrollo de infraestructura de comercio electrónico

Según él, el desarrollo del internet para el comercio electrónico ha ayudado muchísimo a “democratizar” el acceso al comercio electrónico a las personas que cuentan con poco capital para emprender un negocio. Se ayudan de plataformas ya establecidas, como Amazon, que, por ejemplo, ofrecen sin ningún coste adicional toda la infraestructura para realizar los envíos y almacenar los productos listos para vender de forma segura y con garantías.

Las plataformas de comercio electrónico han abierto la puerta a que los pequeños emprendedoras puedan vender, sin prácticamente ninguna infraestructura, sus productos a nivel global.

Las plataformas de comercio electrónico han abierto la puerta a que los pequeños emprendedoras puedan vender, sin prácticamente ninguna infraestructura, sus productos a nivel global.

“Amazon hace que sea mucho más fácil para los emprendedores de pequeños negocios, para que tengan los recursos y las herramientas de manera fácil. Por ejemplo, si hay alguien que tienen un negocio pero no tiene tienda física, él tiene la oportunidad de vender a nivel global”, explica Janet Carega, portavoz de Amazon, en declaraciones a la VOA.

Las ventas por internet, en cifras

Amazon es la mayor compañía de comercio electrónico del mundo. En 2022, se reportaron más de 500.000 millones de dólares en sus operaciones globales, lo que supuso un incremento de más de 44.000 millones con respecto al año anterior, según datos proporcionados por la empresa. Aún no hay datos sobre las operaciones en 2023.

El auge del comercio electrónico junto con el incremento de las posibilidades para acceder a internet, especialmente en las comunidades con menos recursos, ha abierto la puerta a que pequeños emprendedores puedan ver una alternativa para sus negocios.

Un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) señala que unos 500 millones de personas en la región cuentan con acceso a la red, frente a los 200 millones que había en 2010.

En relación con el aumento del acceso a Internet a través de dispositivos móviles, aproximadamente el 57 % de la población en América Latina tiene al menos un servicio de Internet móvil activo, lo que significa que cuentan con la capacidad para conectarse a la red. Sin embargo, hay un 40 % de la población que, aunque tiene acceso a la cobertura de Internet móvil, no lo utiliza.

Además, la tecnología de telefonía móvil de quinta generación (5G) también ha experimentado un rápido avance. Se espera que en los próximos años, alrededor del 15 % de los accesos a redes móviles en la región sean a través de la tecnología 5G. Esto indica una adopción creciente de tecnologías más avanzadas en las comunicaciones móviles, lo que podría significar mejoras en la velocidad y la eficiencia de la conexión para quienes utilicen esta tecnología y, por ende, más oportunidades de negocio para el comercio electrónico.

La salvadoreña Ana Sofía Guzmán ha creado Binibi, una compañía que produce libros bilingües para que los niños en América Latina aprendan a leer en inglés y en español.

La salvadoreña Ana Sofía Guzmán ha creado Binibi, una compañía que produce libros bilingües para que los niños en América Latina aprendan a leer en inglés y en español.

El “poder” de internet

“Sin el internet no estaríamos acá. El internet nos ha permitido empezar un negocio con muy pocos recursos y poder tener una mayor expansión, llegando a clientes que, de otra forma, no hubiésemos podido llegar”, comenta Ana Sofía Guzmán, una emprendedora salvadoreña ha fundado Binibi, una compañía que vende libros bilingües infantiles para que los niños puedan aprender a leer en inglés y en español.

Es la misma opinión que comparte Walter González, otro emprendedor hispano con base en Miami, Florida, que en 2009 fundó Goja y que gracias a las plataformas de comercio electrónico ha podido establecerse, convirtiéndose en una de las empresas de mayor facturación a través de Amazon.

“Nos dimos cuenta de que el negocio se iba hacia las plataformas de mercados de internet”, comenta González, convencido de que “hoy en día, hay muy pocos negocios que puedan sobrevivir sin ninguna estrategia de comercio electrónico”.

Fuente de la Información: https://www.vozdeamerica.com/a/de-la-crisis-a-la-oportunidad-internet-ayudado-artesanos-en-america-latina-vender-productos-/7430649.html

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Libro (PDF): Resistencia y alternativas en el sur global

Por: Nayar López Castellanos Y Néstor Kohan (Coords.)/Desinformémonos 

Compartimos el libro Resistencia y alternativas en el sur global, de Nayar López Castellanos y Néstor Kohan (coords.), que compila reflexiones e investigaciones sobre «el estado actual en el que se encuentran las resistencias y alternativas en el Sur global, tanto desde las coordenadas teóricas como en el terreno práctico y empírico».

Prólogo

Resistencias y alternativas: esperanzas de futuro ante el colapso ecosocial
Nayar López Castellanos
Néstor Kohan

Esta obra colectiva, elaborada desde el Grupo de Trabajo de CLACSO Marxismos y Resistencias del Sur global, tiene como propósito central dar cuenta de un conjunto de reflexiones e investigaciones novedosas sobre el estado actual en el que se encuentran las resistencias y alternativas en el Sur global, tanto desde las coordenadas teóricas como en el terreno práctico y empírico.

De la mano de Marxismos y pensamiento crítico en el Sur global, la otra obra puente y también colectiva de nuestro Grupo de Trabajo, este esfuerzo se plantea provocar el debate a partir de la responsabilidad política y social que debiera prevalecer en los circuitos académicos y de la intelectualidad, y a la vez reivindica la visión crítica en torno a la realidad y las estructuras sistémicas en las que se reproduce el capital, sustentadas en la explotación de los pueblos, sus territorios y sus recursos naturales.

El libro está estructurado a partir de dos planos centrales. En uno, se presentan trabajos que ofrecen coordenadas generales de análisis sobre las resistencias del Sur global, para explicar categorías, representaciones y expresiones que ofrecen una visión sobre el papel y la trascendencia de dinámicas societales e institucionales actuales que, sin duda, constituyen un foco de esperanza frente al colapso multidimensional que el capitalismo neoliberal ha provocado en el planeta.

En el otro, los textos aportan una valoración particular de experiencias latinoamericanas que muestran la complejidad de las resistencias y las luchas que desarrollan los pueblos frente al capitalismo neoliberal, las oligarquías y las estructuras políticas nacionales que lo representan, caracterizadas generalmente por su autoritarismo y el uso maniqueo del modelo de la democracia representativa, el cual se encuentra en franco proceso de descomposición en el ámbito mundial, por más que lo nieguen los defensores del liberalismo que conciben la participación popular hasta cierto límite, y que incluso en ciertas circunstancias terminan apoyando abiertamente la criminalización de los movimientos sociales, los golpes de Estado y el propio exterminio físico de quienes se rebelan, resisten y
construyen alternativas.

Así, con este trabajo colectivo ofrecemos elaboraciones para el debate. Con argumentos sólidos y experiencias narradas desde el conocimiento directo de los procesos, los capítulos del libro parten de una mirada audaz sobre movimientos emancipatorios que cuestionan también el encasillamiento de que sólo pueden surgir desde una clase o un sector determinado de la sociedad. Por el contrario, la resistencia la puede protagonizar tanto el movimiento indígena zapatista, con sus lecciones de dignidad y democracia participativa, como un gobierno que enfrenta al imperialismo en el terreno político, económico, militar y cultural. Esa resistencia también existe en un mecanismo como la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), que enarbola una opción diferente de integración, en la que se buscan romper las asimetrías y crear comunidad regional, fuera de las órbitas del libre comercio tutelado por el hegemón del norte.

De igual forma, la obra se propone fortalecer el planteamiento que identifica a nuestro Grupo de Trabajo en torno a la plena vigencia de los marxismos como parámetro del análisis de la realidad concreta, sin dogmas. El espíritu de la crítica nos acompaña al desenmascarar y cuestionar no sólo los manuales y las cuadraturas del pensamiento neoliberal, sino también los falsos planteamientos de quienes aseguran que existe un rostro humano del capitalismo o de las interpretaciones que cuestionan hasta el límite de lo permitido por el propio sistema, terminando en ambos casos por conceder la autoridad del capital en el ordenamiento de la vida y las estructuras societales que la rigen.

Por ello, en estas páginas se puede encontrar la narrativa directa sobre los procesos de resistencia en el campo y en la ciudad, movimientos que han marcado la época contemporánea y el presente, la perversidad de los monopolios mediáticos. Pero también, podemos acercarnos a la valoración crítica de los procesos de transformación que se han vivido en países como Venezuela y Bolivia, a partir de consideraciones que permiten profundizar ampliamente en el análisis de los principales actores involucrados y sus acciones, para así lograr explicar contextos similares en otras regiones del Sur global. Incluso, podemos aproximarnos a la experiencia de importantes iniciativas como la discusión sobre paradigmas emancipatorios generada desde Cuba, sin duda uno de nuestros referentes centrales sobre las temáticas de este libro. Por ello, señalamos que en realidad Cuba es una escuela de las resistencias, de dimensión planetaria, con mil y una batallas que la sustentan como tal.

Si deseas seguir leyendo, te sugerimos descargar el libro de forma gratuita:

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Fuente de la información e imagen:  https://desinformemonos.org
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La violencia de género mata a una mujer cada dos horas: más de 4.000 en América Latina en un año

La violencia de género mata a una mujer cada dos horas: más de 4.000 en América Latina en un año

Manifestantes protestan contra la violencia de género en conmemoración del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer en Río de Janeiro, Brasil, el sábado 25 de noviembre de 2023.

En América Latina cada dos horas una mujer es asesinada por motivos de género.

Hay más conciencia social, más leyes, más estadísticas y una respuesta estatal más presente, pero aún así la violencia feminicida se mantiene en la región. Por eso también hay más gritos que exigen que se detenga.

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) diagnosticó en su último reporte la persistencia del problema en 26 países y territorios: una mujer es asesinada por razones de género cada dos horas.

En 2022, las víctimas latinoamericanas de feminicidios sumaron 4.050, según las cifras entregadas por los Estados, publicadas esta semana con ocasión de la conmemoración el sábado del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer.

Pero los colectivos aseguran que esta lacra es mayor de lo que evidencian los datos oficiales.

“Por el derecho a vivir de todas las mujeres», gritaba el sábado un grupo de mujeres brasileñas en la playa de Copacabana de Río de Janeiro.

“¡Basta!”, exigían con los nombres de algunas de las víctimas a sus pies acompañadas de zapatos sin dueña.

Los nombres de las víctimas de violencia de género y zapatos de mujer donados se muestran en el borde de la playa de Copacabana para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en Río de Janeiro, Brasil, el sábado 25 de noviembre de 2023.

Los nombres de las víctimas de violencia de género y zapatos de mujer donados se muestran en el borde de la playa de Copacabana para conmemorar el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, en Río de Janeiro, Brasil, el sábado 25 de noviembre de 2023.

Estos asesinatos son, en palabras de la Cepal, “la expresión extrema de la desigualdad, la discriminación y las múltiples formas de violencia contra las mujeres y las niñas”.

De ahí que, como cada 25 de noviembre, las voces crispadas se multipliquen y se convocaran marchas y manifestaciones de uno a otro extremo del continente.

A más de 8.000 kilómetros de las playas de Río de Janeiro, en Ciudad de México, las protestas iniciaron el viernes por la noche con la plaza principal de la capital del país transformada en un ‘cementerio’ de mujeres.

Colectivos feministas cubrieron parte del Zócalo, frente a la sede presidencial, de cartones rosas que simulaban lápidas. Donde debía leerse el nombre de la difunta aparecía la palabra “feminicidio”. El singular panteón, decorado con veladoras y carteles en recuerdo de las mujeres asesinadas en el país, lanzaba una exigencia silenciosa de justicia.

En otro acto reivindicativo, en el campus central de la Universidad Nacional Autónoma de México decenas de personas “intervinieron” siluetas violetas de mujeres con el puño en alto recortadas en madera en las que escribieron lemas o donde colocaron fotografías de las ausentes y con las que muchas marcharían este sábado en las manifestaciones previstas durante el día.

Según las estadísticas que maneja la Cepal a partir de encuestas en 10 países de la región, alrededor de 2 de cada 3 mujeres son víctimas de violencia por razón de género en distintos ámbitos. Además, 1 de cada 3 vive o vivió agresiones físicas y/o sexuales por su pareja o expareja, “lo que conlleva el riesgo de la violencia letal, según la OMS (Organización Mundial de la Salud)”.

El organismo regional concluye, por tanto, que la amenaza recae sobre 88 millones de mujeres mayores de 15 años de América Latina y el Caribe. En el caso de las de más de 65 años, la violencia está “comúnmente normalizada e invisibilizada”.

Pero va más allá.

El último reporte deja en evidencia que un 4% del total de víctimas son niñas menores de 15 años. Y, según Cepal, hay casos de matrimonios y uniones infantiles, tempranos y forzados en 1 de cada 5 niñas. “Son una práctica nociva”, califica el documento, pero aún “persistente y extendida en la región”.

Además, más de 400 menores perdieron a su madre o cuidadora por feminicidio en 2022.

José Manuel Salazar-Xirinachs, secretario ejecutivo del organismo regional, señaló en el comunicado que “la violencia feminicida se puede prevenir con respuestas estatales integrales y contundentes», pero que también «se necesitan con urgencia transformaciones profundas para garantizar que las mujeres y las niñas de nuestra región puedan vivir vidas libres de violencia”.

Ante esta radiografía violenta, la Cepal recuerda que los Estados también pueden ser responsables de actos privados si no adoptan medidas para frenar y castigar los asesinatos y agresiones contra mujeres, según estableció el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer en 2010.

En contraste, sólo 3 de 19 países reportan datos de fuentes oficiales sobre denuncias de violencia o medidas cautelares que permitan evaluar la eficacia de la política pública y de las instituciones; y solo en siete países hay regulación para atender e indemnizar desde el Estado a los hijos de las mujeres víctimas de feminicidio.

 

Fuente de la Información: https://www.vozdeamerica.com/p/7217.html

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