El presidente de Filipinas, Ferdinand Marcos Jr., respaldó hoy la propuesta de rediseñar el plan educativo para equipar a los estudiantes con las habilidades requeridas por diferentes industrias y abordar la falta de coincidencia
En un comunicado, la secretaria de prensa, Trixie Cruz-Angeles, informó que durante la reunión semanal del gabinete se plantearon preocupaciones sobre las habilidades y competencias de los trabajadores y la forma en que Filipinas produce sus graduados.
Entre las sugerencias para abordar estos problemas se incluyó una reforma del plan de estudios actual, ya que el aumento de la automatización representa una amenaza para muchos puestos de trabajo, dijo Cruz-Ángeles.
El presidente orientó a su gabinete mejorar las habilidades y el conocimiento de la educación básica para preparar a los estudiantes a medida que buscan un mayor nivel de aprendizaje.
Eso es exactamente lo que está sucediendo, la carencia de habilidades y conocimientos. Es por eso que tenemos que mirar el plan de estudios. Y no solo el de la Autoridad de Educación Técnica y Desarrollo de Habilidades, sino incluso el de nuestros diplomados, señaló Marcos.
De acuerdo con la secretaria de prensa, el mandatario presidió la reunión de este martes vía teleconferencia, ya que aun se encuentra en aislamiento tras dar positivo por Covid-19.
CIUDAD DE MAKATI, 2 diciembre, 2021 (Xinhua) — Una estudiante porta una mascarilla y una careta protectora mientras desinfecta sus manos después de asistir a una simulación de una clase presencial en una escuela primaria, en la Ciudad de Makati, Filipinas, el 2 de diciembre de 2021. (Xinhua/Rouelle Umali)
CIUDAD DE MAKATI, 2 diciembre, 2021 (Xinhua) — Un estudiante porta una mascarilla y una careta protectora mientras asiste a una simulación de una clase presencial en una escuela primaria, en la Ciudad de Makati, Filipinas, el 2 de diciembre de 2021. (Xinhua/Rouelle Umali)
CIUDAD DE MAKATI, 2 diciembre, 2021 (Xinhua) — Una maestra instruye a sus estudiantes, quienes portan mascarillas, mientras asisten a una simulación de una clase presencial en una escuela primaria, en la Ciudad de Makati, Filipinas, el 2 de diciembre de 2021. (Xinhua/Rouelle Umali)
CIUDAD DE MAKATI, 2 diciembre, 2021 (Xinhua) — Una estudiante porta una mascarilla y una careta protectora mientras asiste a una simulación de una clase presencial en una escuela primaria, en la Ciudad de Makati, Filipinas, el 2 de diciembre de 2021. (Xinhua/Rouelle Umali)
CIUDAD DE MAKATI, 2 diciembre, 2021 (Xinhua) — Una maestra instruye a sus estudiantes, quienes portan mascarillas, mientras asisten a una simulación de una clase presencial en una escuela primaria, en la Ciudad de Makati, Filipinas, el 2 de diciembre de 2021. (Xinhua/Rouelle Umali)
Fuente e Imagen: http://spanish.news.cn/photo/2021-12/03/c_1310348831.htm
Los niños de 12 años recién viven la pubertad, sus genitales están inmaduros y su cerebro todavía no entiende las implicaciones de una relación sexual.
Pero durante décadas en Filipinas ha sido legal que los adultos se acuesten con niños de esa edad.
Este país del sudeste asiático tiene una de las edades consentimiento sexual más bajas del mundo, aunque las comparaciones pueden ser confusas debido a las diversas legislaciones de cada país.
Expertos consultados por BBC Mundo afirman que la baja edad de consentimiento sexual en Filipinas es una amenaza para la salud infantil y que contribuye a que también sufra altas tasas de abuso, violencia y explotación sexual de niños.
La controvertida ley aún vigente, que data desde los años 30, dificulta definir qué es violación y qué no; y permite que pederastas y violadores esquiven con frecuencia el castigo de la ley, aseguran especialistas.
Sin embargo, las cosas podrían estar muy cerca de cambiar.
A fines de 2020, el Congreso de Filipinas, tras décadas de campaña de organizaciones defensoras de los derechos del niño, aprobó por amplia mayoría aumentar hasta 16 años la edad de consentimiento sexual, también conocida como ley de violación estatutaria.
La reforma aún debe recibir la aprobación del Senado y la ratificación del presidente Rodrigo Duterte para convertirse en ley. Es el paso que muchos esperan que acabe con décadas de desprotección infantil.
Arraigo cultural centenario
En el mundo, las edades de consentimiento sexual oscilan entre los 11 y 18 años, aunque quedan relativamente pocos países que mantengan este índice por debajo de los 14 o 15 años.
Muchos de estos países se concentran en Sudamérica y Asia, y, en el caso de Filipinas, los expertos lo justifican en el arraigo cultural y religioso de códigos penales influenciados por siglos de colonización española, finalizada en 1898.
«Cuando en Filipinas se estableció la edad de consentimiento sexual a los 12 años en la década de 1930, aún estábamos muy marcados por los tres siglos de dominio español, con todas las herencias culturales que eso significa», explica a BBC Mundo la doctora Bernadette Madrid, directora de la Unidad de Protección Infantil de la Universidad de Manila, Filipinas.
Hasta 2015, la edad de consentimiento sexual en España estaba situada en los 13 años, de las más bajas de la Unión Europea. Actualmente está definida en 16.
Inmadurez psíquica y física
«La violación estatutaria es un delito que involucra el contacto sexual entre un adulto y un menor a la edad especificada por la ley. Con cierta edad, un menor no puede dar su consentimiento al sexo porque carece de la madurez necesaria para tomar una decisión consciente sobre ello», explica a BBC Mundo Patrizia Benvenuti, directora de Protección Infantil en Unicef Filipinas.
Básicamente significa que cualquiera que tenga contacto sexual con un menor de 12 años en Filipinas no tiene que responder ante la ley si el menor afirma que la relación fue consentida.
«Esto es muy problemático. La parte racional del cerebro de una persona no se desarrolla completamente hasta los 25 años. Hay amplia evidencia sobre ello. Por lo tanto, decir sí a una relación sexual con 12 años no es consistente con los estudios científicos sobre el desarrollo del cerebro y la madurez física y emocional», agrega la experta.
«A los 12 años, los genitales de una niña están inmaduros. Cualquier relación sexual a esa edad les expone a más posibilidades de contraer enfermedades de transmisión sexual, infecciones y desarrollar cáncer de cuello uterino. Un embarazo a esa edad tampoco es seguro y pone en riesgo tanto a la madre como al bebé», amplía Madrid.
Además, ambas expertas coinciden, a esa edad es muy fácil ser manipulado por alguien mucho mayor.
Prisa por aprobar la ley
Benevenuti dice que aprobar esta ley es vital porque protege a los niños de zonas en desventaja social, más propensos a la actividad sexual con adultos a cambio de bienes y favores.
Además, protegería a los niños de las consecuencias de la actividad sexual prematura y de la alta tasa de embarazos no deseados o precoces, una causa primaria en el abandono escolar adolescente.
«Y, por supuesto, castigaría a los adultos que se aprovechan de los menores», dice Benvenuti.
En Filipinas, uno de cada cinco niños entre 13 y 17 años ha sufrido violencia sexual y esta tendencia afecta a hembras y varones, según un estudio de Unicef en 2015.
Es por ello que la propuesta también recoge protección igualitaria tanto a niños como niñas en casos de violación, algo que no incluye la ley actual.
Filipinas también figura entre los países con mayor producción y distribución de material pornográfico infantil.
Unicef estima que la baja edad de violación estatutaria es causa primaria de que estos índices de abuso infantil sean tan altos.
Cambio de mentalidad
Muchos filipinos, como Madrid, esperaban que la reforma se aprobara de forma exprés en el Senado después de que el Congreso diera el visto bueno el 1 de diciembre de 2020 por 207 votos a favor y 3 en contra.
«Pero ahora parece que el proceso va más lento. Me preocupa que, si sigue tardando, la iniciativa quede relegada por otras prioridades de la agenda política», dice la experta.
Los promotores de la nueva ley llevaban varios años intentando que se debatiera en el Congreso, pero no fue hasta hace unos meses que los congresistas actuales se sentaron a discutirla y aprobarla.
«Algunos de los congresistas tienen hijas de 12 años y, por tanto, tienen la empatía suficiente para comprender que una niña de 12 años no está preparada para tener sexo», explica Madrid.
La doctora reconoce que, a pesar de la mayor promoción institucional de la ley, existen «pedófilos» que se han manifestado en contra y desafían la iniciativa dejando comentarios críticos en el sitio web de la Unidad de Protección Infantil.
«Muchos nos dicen que las adolescentes de 12 años deberían ser libres de decidir por sí mismas si quieren tener sexo o no. Al margen de la ley, este país necesita un programa de educación sexual más completo«, opina la especialista.
Expertos consultados por BBC Mundo aseguran que una baja edad de consentimiento sexual empeora muchos índices de derechos infantiles.
Los niños de 12 años recién viven la pubertad, sus genitales están inmaduros y su cerebro todavía no entiende las implicaciones de una relación sexual.
Pero durante décadas en Filipinas ha sido legal que los adultos se acuesten con niños de esa edad.
Este país del sudeste asiático tiene una de las edades consentimiento sexual más bajas del mundo, aunque las comparaciones pueden ser confusas debido a las diversas legislaciones de cada país.
Expertos consultados por BBC Mundo afirman que la baja edad de consentimiento sexual en Filipinas es una amenaza para la salud infantil y que contribuye a que también sufra altas tasas de abuso, violencia y explotación sexual de niños.
La controvertida ley aún vigente, que data desde los años 30, dificulta definir qué es violación y qué no; y permite que pederastas y violadores esquiven con frecuencia el castigo de la ley, aseguran especialistas.
Sin embargo, las cosas podrían estar muy cerca de cambiar.
A fines de 2020, el Congreso de Filipinas, tras décadas de campaña de organizaciones defensoras de los derechos del niño, aprobó por amplia mayoría aumentar hasta 16 años la edad de consentimiento sexual, también conocida como ley de violación estatutaria.
La reforma aún debe recibir la aprobación del Senado y la ratificación del presidente Rodrigo Duterte para convertirse en ley. Es el paso que muchos esperan que acabe con décadas de desprotección infantil.
Arraigo cultural centenario
En el mundo, las edades de consentimiento sexual oscilan entre los 11 y 18 años, aunque quedan relativamente pocos países que mantengan este índice por debajo de los 14 o 15 años.
Muchos de estos países se concentran en Sudamérica y Asia, y, en el caso de Filipinas, los expertos lo justifican en el arraigo cultural y religioso de códigos penales influenciados por siglos de colonización española, finalizada en 1898.
«Cuando en Filipinas se estableció la edad de consentimiento sexual a los 12 años en la década de 1930, aún estábamos muy marcados por los tres siglos de dominio español, con todas las herencias culturales que eso significa», explica a BBC Mundo la doctora Bernadette Madrid, directora de la Unidad de Protección Infantil de la Universidad de Manila, Filipinas.
Hasta 2015, la edad de consentimiento sexual en España estaba situada en los 13 años, de las más bajas de la Unión Europea. Actualmente está definida en 16.
Inmadurez psíquica y física
«La violación estatutaria es un delito que involucra el contacto sexual entre un adulto y un menor a la edad especificada por la ley. Con cierta edad, un menor no puede dar su consentimiento al sexo porque carece de la madurez necesaria para tomar una decisión consciente sobre ello», explica a BBC Mundo Patrizia Benvenuti, directora de Protección Infantil en Unicef Filipinas.
Básicamente significa que cualquiera que tenga contacto sexual con un menor de 12 años en Filipinas no tiene que responder ante la ley si el menor afirma que la relación fue consentida.
«Esto es muy problemático. La parte racional del cerebro de una persona no se desarrolla completamente hasta los 25 años. Hay amplia evidencia sobre ello. Por lo tanto, decir sí a una relación sexual con 12 años no es consistente con los estudios científicos sobre el desarrollo del cerebro y la madurez física y emocional», agrega la experta.
«A los 12 años, los genitales de una niña están inmaduros. Cualquier relación sexual a esa edad les expone a más posibilidades de contraer enfermedades de transmisión sexual, infecciones y desarrollar cáncer de cuello uterino. Un embarazo a esa edad tampoco es seguro y pone en riesgo tanto a la madre como al bebé», amplía Madrid.
Además, ambas expertas coinciden, a esa edad es muy fácil ser manipulado por alguien mucho mayor.
Prisa por aprobar la ley
Benevenuti dice que aprobar esta ley es vital porque protege a los niños de zonas en desventaja social, más propensos a la actividad sexual con adultos a cambio de bienes y favores.
Además, protegería a los niños de las consecuencias de la actividad sexual prematura y de la alta tasa de embarazos no deseados o precoces, una causa primaria en el abandono escolar adolescente.
«Y, por supuesto, castigaría a los adultos que se aprovechan de los menores», dice Benvenuti.
En Filipinas, uno de cada cinco niños entre 13 y 17 años ha sufrido violencia sexual y esta tendencia afecta a hembras y varones, según un estudio de Unicef en 2015.
Es por ello que la propuesta también recoge protección igualitaria tanto a niños como niñas en casos de violación, algo que no incluye la ley actual.
Filipinas también figura entre los países con mayor producción y distribución de material pornográfico infantil.
Unicef estima que la baja edad de violación estatutaria es causa primaria de que estos índices de abuso infantil sean tan altos.
Cambio de mentalidad
Muchos filipinos, como Madrid, esperaban que la reforma se aprobara de forma exprés en el Senado después de que el Congreso diera el visto bueno el 1 de diciembre de 2020 por 207 votos a favor y 3 en contra.
«Pero ahora parece que el proceso va más lento. Me preocupa que, si sigue tardando, la iniciativa quede relegada por otras prioridades de la agenda política», dice la experta.
Los promotores de la nueva ley llevaban varios años intentando que se debatiera en el Congreso, pero no fue hasta hace unos meses que los congresistas actuales se sentaron a discutirla y aprobarla.
«Algunos de los congresistas tienen hijas de 12 años y, por tanto, tienen la empatía suficiente para comprender que una niña de 12 años no está preparada para tener sexo», explica Madrid.
La doctora reconoce que, a pesar de la mayor promoción institucional de la ley, existen «pedófilos» que se han manifestado en contra y desafían la iniciativa dejando comentarios críticos en el sitio web de la Unidad de Protección Infantil.
«Muchos nos dicen que las adolescentes de 12 años deberían ser libres de decidir por sí mismas si quieren tener sexo o no. Al margen de la ley, este país necesita un programa de educación sexual más completo«, opina la especialista.
Ahora puedes recibir notificaciones de BBC News Mundo. Descarga nuestra app y actívalas para no perderte nuestro mejor contenido.
Fuente e Imagen: https://acento.com.do/bbc-news-mundo/el-pais-donde-tener-sexo-con-ninos-de-12-anos-es-legal-y-sus-esfuerzos-por-cambiarlo-lo-antes-posible-8905814.html
La pandemia ha hecho visible más que nunca la desigualdad en algunos países. En Filipinas, la mala conectividad y la falta de dispositivos son una seria traba para el aprendizaje a distancia, con más del 16% de las familias viviendo en pobreza extrema
En plena pandemia, los profesores de unos alumnos indígenas de Filipinas sin acceso a Internet ingenian un sistema para darles clase a distancia
Cuando la pandemia obligó a cerrar los colegios en Filipinas, un grupo de profesores que vivía cerca de los indígenas aeta se quedaron tan preocupados sobre el impacto en los niños de esa comunidad aislada que ingeniaron un modo de ayudarlos: enseñarles en rickshaw, el medio de transporte, normalmente a tracción humana, típico de varios países asiáticos.
Muchos estudiantes del país han podido seguir sus clases a través de Internet, pero la mayoría de los aeta, que viven en una zona montañosa al norte de Manila, no disfruta de acceso, ni siquiera de televisión, para suplir la educación presencial.
«Tuvimos que pensar en una manera alternativa de acercar las lecciones a los niños», asegura Christopher Semsem, uno de los profesores que ha impulsado el proyecto, en el colegio integrado Villa María. Usando viejas estanterías y tablones de madera, improvisaron un centro de enseñanza completo con una gran pantalla montada encima de un rickshaw y tirado por una motocicleta, para así acercar la enseñanza a los pueblos de la provincia rural de Pampanga.
Los profesores grabaron previamente vídeos con sus teléfonos móviles, vídeos que luego se reproducen en el monitor para ayudar en sus clases, y solventar de este modo la necesidad del contacto presencial con los niños. Hasta ahora, los estudiantes aeta han respondido con entusiasmo a las lecciones y sus padres se sienten aliviados por que hayan vuelto las clases, aseguran los profesores.
Existe un debate entre los antropólogos sobre el origen de los aeta, muchos de cuyos miembros se han sedentarizado después de que la deforestación acabase con su tradicional modo de vida, nómada. La directora de la escuela, Marizen Tolentino, asegura que la iniciativa del rickshaw ha resultado vital para ayudar a asimilar los contenidos del programa.
Desde que se inició el proyecto, a principios de este mes, unos 500 alumnos, desde primaria a secundaria de cinco pueblos han recibido la visita del rickshaw, dos o tres veces por semana. El proyecto de los profesores es voluntario, aunque el Gobierno local los proveyó con el vehículo y les facilitó un conductor.
La iniciativa no es solo una solución a la actual crisis de covid-19, sino que será una pieza fundamental en nueva normalidad pospandemia en ese país asiático.
Filipinas ha cerrado sus aulas hasta que la vacuna contra el covid-19 esté lista y ha impuesto un modelo de enseñanza a distancia lleno de retos para miles de familias con pocos recursos, pero un «call center» con 70 profesores está disponible de lunes a viernes para resolver por teléfono o chat las dudas de los estudiantes.
«Este curso va a ser muy difícil para los maestros, pero sobre todo para los alumnos. Con este programa tratamos de facilitar las cosas y atendemos preguntas de cualquier alumno del país de primaria o secundaria», explica a EFE Rochel Gumangan, una profesora de 26 años contratada para participar en este proyecto bautizado Tele-Aral, iniciativa del ayuntamiento de Taguig, una de las ciudades más ricas de las 17 que conforman el área metropolitana de Manila.
Curso de retos
Después de retrasar el inicio del curso dos veces -debería haber comenzado en junio-, Filipinas retomó las clases el pasado 5 de octubre de forma no presencial, con un sistema «online» que ha dejado a 3 millones de niños en riesgo de abandono escolar porque no disponen de dispositivos electrónicos o conexión a internet.
Tele-Aral fue concebido inicialmente solo para los alumnos de Taguig, pero ante los desafíos que plantea este curso para los 24,6 millones de estudiantes filipinos matriculados en primaria y secundaria -22,5 millones en escuelas públicas y 2,1 millones en privadas-, el Departamento de Educación solicitó a ese ayuntamiento que extendiera el servicio a todo el país.
«La mayoría de las consultas tienen que ver con matemáticas», señala Rochel después de haber explicado por videollamada con una pequeña pizarra la resolución de una ecuación a una alumna de séptimo grado.
Su compañera Janine atiende principalmente dudas de la asignatura de inglés, «gramática y ortografía sobre todo», y explica que la mayoría del millar de consultas que reciben diariamente son por Facebook, ya que muchos hogares en Filipinas no tienen conexión wifi, pero sí disponen de un plan de datos en el teléfono que permite conectarse a esa red social.
No en vano, Filipinas es el país del mundo que más tiempo pasa conectado en Facebook.
Capital «call center»
Como muchos de los maestros de Tele-Aral, Rochel y Janine trabajaron durante la carrera en un «call center», ya que Manila se convirtió hace una década en la capital mundial de esos centros de atención al cliente de diferentes multinacionales, sector que antes de la pandemia empleaba a más de un millón de filipinos y acaparaba el 11% del PIB de Filipinas.
«No solo tienen formación en educación, sino que la mayoría tienen experiencia en atención al cliente por teléfono e internet», remarca George Tizon, director de Educación del Ayuntamiento de Taguig y promotor de Tele-Aral.
Las medidas de seguridad son fundamentales: chequeos de temperatura a la entrada, mascarilla y pantalla facial obligatoria, mamparas de separación y distancia social entre los trabajadores para evitar contagios de covid-19 en el país que lidera las infecciones en el Sudeste Asiático -unos 345.000 casos y más de 6.300 muertes- con Manila como principal foco.
El «call center» está instalado en el colegio Renato Cayetano y utiliza los ordenadores de los laboratorios de informática de las diez escuelas públicas de secundaria de Taguig.
Pero Tele-Aral no es solo una solución a la actual crisis de covid-19, sino que será una pieza fundamental en nueva normalidad pos-pandemia, incluso cuando haya vacuna disponible.
«Queremos implantar un sistema mixto. En Taguig ya no volveremos al aula tradicional, sino que vamos a aprovechar este experimento durante la pandemia para elevar el nivel de nuestra educación con esos programas de innovación», explicó Tizon.
Los marginados
Pese a iniciativas como Tele-Aral, el Departamento de Educación estima que unos 3 millones de menores se han quedado sin escolarizar respecto al año anterior y muchos de los matriculados tendrán que superar grandes dificultades para seguir las clases en este nuevo modelo.
En otras partes de la capital -donde un tercio de sus 14 millones de habitantes vive bajo el umbral de la pobreza-, miles de familias han tenido que hacer un gran esfuerzo económico para adquirir dispositivos y conectividad a la red.
«Me he gastado 5.000 pesos (más de 100 dólares) es comprar un teléfono para que mis dos hijos puedan sumarse a las clases online y comunicarse con los profesores», cuenta Christine Gamboa, que trabaja como empleada del hogar en varias casas de Manila.
A pesar de su empeño, es consciente de que sus hijos de 8 y 6 años no van a aprender este curso tanto como si acudieran todos los días a clase, pero se conforma con que no pierdan el curso y está mucho más tranquila teniéndolos en casa frente a la amenaza del covid-19.
Fuente e imagen tomadas de: https://www.panorama.com.ve/novedades/Un-call-center-de-profesores-para-la-ensenanza-a-distancia-en-Filipinas-20201017-0007.html
OtrasVocesenEducacion.org existe gracias al esfuerzo voluntario e independiente de un pequeño grupo de docentes que decidimos soñar con un espacio abierto de intercambio y debate.
¡Ayúdanos a mantener abiertas las puertas de esta aula!