El Líbano vive una crisis triple: una situación socioeconómica grave, la pandemia de COVID-19 y la explosión de nitrato de amonio ocurrido esta semana. Las Naciones Unidas han liberado 15 millones de dólares de sus fondos de emergencias y piden ayuda a la comunidad internacional para atender la emergencia, donde todavía se están encontrando personas bajo los escombros y cientos de miles más han quedado sin refugio. La ONU también insta a que se esclarezcan los hechos que llevaron a la catástrofe, ya que los ciudadanos merecen explicaciones y justicia.
Las necesidades humanitarias son enormes e inmediatas en todo Líbano tras la explosión del 4 de agosto que destruyó el puerto de la ciudad de Beirut, afirmaron este viernes las agencias de las Naciones Unidas.
Los últimos informes cifran en al menos 150 muertos y miles de heridos el saldo humano del estallido, pero es probable que esa cantidad aumente, ya que los equipos de rescate aún buscan sobrevivientes entre los escombros.
Este viernes el director de la Oficina de Asuntos humanitarios anunció la liberación de seis millones de dólares del Fondo Central para Emergencias de la ONU, ampliando el presupuesto de ayuda de la Organización para la catástrofe a 15 millones (9 millones ya habían sido liberados por la oficina local en el país). El dinero será destinado para la reparación de hogares dañados, operaciones logísticas y apoyo inmediato al sistema de salud.
El portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Christian Lindmeier, dijo que aún hay muchas personas desaparecidas y que los hospitales están desbordados.
Tres de esas instalaciones sanitarias son «no funcionales», dos más han sido parcialmente dañadas, y el desastre dejó un total de 500 camas de hospital fuera de acción.
La gente sigue bajo los escombros.
«El enfoque inmediato ahora está en el cuidado de los heridos y en la búsqueda y rescate, por supuesto, eso es muy importante. Todavía hay cuerpos bajo de los escombros y todavía hay personas vivas atrapadas por lo que podemos ver en los informes de los medios; y esa es la prioridad ahora y, por supuesto, entregar suministros, comida, refugio, medicinas, así como equipo médico para situaciones de trauma y para todas las otras enfermedades que no se pueden tratar ahora en los hospitales”, informó Lindmeier a la prensa en una videoconferencia desde Ginebra.
En medio de las preocupaciones sobre el polvo potencialmente dañino creado por la explosión de unas 2750 toneladas de nitrato de amonio, el portavoz de la OMS señaló que el Ministerio de Salud libanés aseguró que hubo una disminución en el nivel de toxicidad dos horas después de la explosión.
Los niños están en peligro
La prioridad más apremiante de las agencias de la ONU es contar con suministros de asistencia para los más vulnerables, incluidos aquellos que requieren ayuda médica de emergencia de hospitales ya abrumados por pacientes con COVID-19.
Esta tarea se ha vuelto aún más desafiante ya que muchos contenedores de envío con equipo de protección personal necesarios para la respuesta a la pandemia se perdieron en la explosión.
«Lo que sabemos hasta ahora es que diez contenedores de material de protección que fue adquirido por el Ministerio de sSalud Pública han sido destruidos», señaló la portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Marixie Mercado. “Estos contenían cientos de miles de máscaras, guantes, batas, todos críticos para la respuesta. Ya hemos realizado pedidos para reemplazar parte de este material y ahora hemos priorizado la entrega de pedidos preexistentes para el Líbano.”
Mercado afirmó que unos 80.000 niños fueron desplazados por la destrucción de sus casas en la ola expansiva y que muchos hogares que sobrevivieron el impacto se han quedado sin agua ni electricidad.
Existen numerosos informes de niños que han sido separados de los miembros de su familia, algunos de los cuales todavía están desaparecidos. Al menos doce centros de atención primaria de salud, centros maternos, de inmunización y de recién nacidos en Beirut han sufrido daños, lo que ha afectado los servicios de casi 120.000 personas.
Cinco de los siete cuartos refrigerados de almacenamiento de vacunas apoyados por UNICEF fueron destruidos en la explosión, lo que afectará los programas críticos de vacunación.
Además, muchas escuelas han reportado daños en Beirut y sus alrededores, con evaluaciones en curso sobre el nivel del impacto.
Para garantizar la ayuda continua inmediata, la Organización Mundial de la Salud solicitó a la comunidad internacional 15 millones de dólares, y UNICEF, 8,25 millones.
Se disparan los casos de COVID-19
“Los casos de COVID-19 se dispararon con un récord de 255 infecciones registradas el jueves”, detalló Mercado.
Hasta la fecha, Líbano ha visto 70 muertes por COVID-19 y 5672 casos en total. Las áreas alrededor del sitio de la explosión se encuentran entre los grupos de transmisión más activos.
«Es imposible para los afectados practicar el distanciamiento seguro y hay una necesidad desesperada de mascarillas, pero para la mayoría de las personas en este momento el COVID-19 no es lo más importante», indicó la funcionaria de UNICEF.
Ayuda de alimentación
El Programa Mundial de Alimentos anunció que importará harina y granos de trigo para apoyar a Líbano mientras se trabaja para reconstruir el puerto, donde se destruyeron los lugares más grandes de almacenamiento de cereales del país.
Además de llevar a cabo programas de ayuda en efectivo y comida, el PMA también puso a disposición del Gobierno su experiencia en logística y cadenas de suministro.
La explosión empeorará una situación de seguridad alimentaria ya sombría que ha coincidido con una profunda crisis financiera y la pandemia de COVID-19.
“El Líbano exporta el 85% de su comida, el daño al puerto limitará la entrada de alimentos al país, y empujará los precios más allá del alcance de la mayoría de los ciudadanos”, explicó Elisabeth Byrs, portavoz del PMA.
Una oportunidad para atender las quejas del pueblo
La horrible explosión de esta semana en Beirut puso de manifiesto la necesidad de que la comunidad internacional dé un paso adelante y ayude a Líbano y a su gente en este momento de crisis, apuntó este viernes la Oficina de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos.
“Solo una respuesta internacional rápida y un compromiso sostenido evitarán que se pierdan muchas más vidas. Hace cuatro semanas, la Alta Comisionada emitió una severa advertencia de que la situación en Líbano se estaba deteriorando rápidamente. Luego, instó al Gobierno, a los partidos políticos y a los líderes a promulgar reformas urgentes y a abordar necesidades esenciales como refugio, alimentos, electricidad, salud y educación”, expresó Rupert Collvile, portavoz de Michelle Bachelet.
Con grandes extensiones de la ciudad no aptas para vivir, el puerto principal del país casi destruido y el sistema de salud de rodillas, la situación es grave, subrayó el portavoz.
“Se debe escuchar el llamado de las víctimas a la rendición de cuentas, incluso mediante la realización de una investigación imparcial, independiente, exhaustiva y transparente sobre la explosión”, agregó.
Collville dijo que a medida que la ciudad y el país se reconstruyan, la necesidad de proteger los derechos de los más pobres y vulnerables a través de la acción colectiva y la reforma será más importante que nunca.
“Este trágico evento debe ser un punto de inflexión para que los líderes del país superen los estancamientos políticos y aborden las quejas de la población emitidas por primera vez durante las protestas de octubre de 2019”, puntualizó.
Collville aseguró que, aunque se sabe que los orígenes de la explosión tienen que ver con las reservas de nitrato de amonio en un almacén del puesto, todavía hay muchas interrogantes.
“Cómo llegó allí y por qué ha estado en ese almacén durante siete años. Eso es importante y es importante que la investigación satisfaga al público. La ira en las calles de Beirut es comprensible, la situación es tensa y esto se evidenció con el presidente de Francia Emmanuel Macron caminando por las calles y con lo que la gente le decía; así como con lo que la gente dice en general sobre la situación «, concluyó.
Probables víctimas refugiadas
Varios refugiados podrían hacer parte de las víctimas de la explosión, aseguró la Agencia de la ONU que se encarga de protegerlos.
El Líbano alberga a 1,5 millones de personas desplazadas por el conflicto, muchas de ellas de la vecina Siria.
«Algunas de las áreas severamente afectadas por la poderosa explosión incluyeron vecindarios que acogen a refugiados», dijo el portavoz delACNUR, Charlie Yaxley.
“Hemos recibido informes iniciales, aunque no confirmados, de varias muertes entre la comunidad de refugiados. Trabajamos con los equipos de rescate y otros trabajadores humanitarios para ayudar con la identificación y el apoyo a las familias en duelo”, añadió.
Las evaluaciones iniciales muestran que los hogares de cientos de miles de personas se han destruido, creando una necesidad «masiva» de refugio, según la Agencia de la ONU para los Refugiados.
«ACNUR está poniendo a disposición sus existencias en el país de kits de refugio, láminas de plástico, vestíbulos y decenas de miles de otros artículos básicos de socorro, incluidas mantas y colchones para su distribución y uso inmediato», especificó Yaxley.
En un intento por impulsar la respuesta de salud de la ONU al COVID, y ahora ante el desastre del martes, la agencia con sede en Ginebra ha proporcionado suministros y equipos médicos, ventiladores y camas para pacientes.
«Una segunda fase se está acelerando a la luz de la saturación de los hospitales», enfatizó Yaxley. «Este apoyo ayudará a disminuir la presión sobre los hospitales actualmente agobiados y permitirá que más pacientes sean tratados con prontitud».
Fuente de la Información: https://news.un.org/es/story/2020/08/1478552
Fuente de imágenes: UNOCHA