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«Apadrina un libro», para los niños y niñas sirios refugiados en Líbano

Redacción: Murcia

Entreculturas y la Librería La Fabulosa han puesto en marcha “Apadrina un libro”, una iniciativa que propone adquirir libros sin palabras que serán enviados a niños y niñas refugiados sirios en Líbano.

Desde el inicio de la guerra en 2011, un millón y medio de personas sirias han encontrado refugio en Líbano. De ellas, la mitad son niños y niñas, cerca de 300.000 de los cuales no van a la escuela.

La ONG Entreculturas y la Librería La Fabulosa, en colaboración con la Asociación Álbum de editoriales independientes españolas, han puesto en marcha la iniciativa “Apadrina un libro” durante el período navideño, con el objetivo de ofrecer un momento de paz, juego y aprendizaje a los niños y niñas refugiados sirios en Líbano.

La presentación se llevó a cabo en la Librería la Fabulosa y contó con la presencia de varios niños y niñas que participaron en un taller de lectura de los libros sin palabras (ilustrados) que “Apadrina un libro” propone adquirir, tanto en la propia librería (c/ de Santa Ana 3, Madrid) como a través de su página web (librerialafabulosa.es/apadrinaunlibro) hasta el 6 de enero. En palabras de una de las niñas participantes, “leer es mágico para todos los niños y las niñas; todos deberían poder leer esta Navidad”.

“Se trata de una iniciativa que habla del poder de la lectura para conectar realidades”, señaló Raquel Martín, Directora de Comunicación y Relaciones Institucionales de Entreculturas, “y de ser consuelo y ser refugio para los niños y niñas refugiados”. Como propone Ana Garralón, fundadora y directora de la librería La Fabulosa y Premio Nacional de Fomento de la Lectura, “todos los niños tienen sueños; me gustaría pensar que los niños y niñas sirios van a encontrar un momento de luz, esperanza y alegría con este proyecto”.

Los libros serán enviados a Líbano, a los niños y niñas refugiados sirios que estudian en las escuelas del Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) apoyados por Entreculturas. “Nuestra intervención se desarrolla en 7 colegios, en los que estudian cerca de 3.000 alumnos y alumnas”, explicó Miguel Santiuste, responsable de los proyectos de Entreculturas en Líbano. “Nuestros esfuerzos se centran en generar espacios de protección, aprendizaje y recuperación para la población refugiada más vulnerable. En nuestras escuelas proporcionamos educación de calidad basada en valores, y también apoyo con bienes de primera necesidad, como ropa, comida o transporte. Es muy importante que se sientan acompañados y protegidos, es fundamental que mantengan la dignidad y la esperanza.”

300.000 niños y niñas refugiados sin escolarizar

Desde el inicio de la guerra en 2011, aproximadamente un millón y medio de personas sirias han encontrado refugio en Líbano, un pequeño país del tamaño de Asturias. La mitad de estas personas refugiadas son menores. Líbano ha hecho un gran esfuerzo por asegurar la educación de los niños y niñas refugiados, habilitando un turno de tarde específico para ellos, pero sigue habiendo cerca de 300.000 menores sin escolarizar.

Entreculturas trabaja junto a JRS para garantizar que los niños y niñas refugiados puedan ir al colegio y accedan a una educación de calidad a través de la que logren vivir una infancia feliz y construir un futuro digno y esperanzador. Juntas, ofrecen educación formal en colegios propios autorizados por el Gobierno; educación no formal de refuerzo para los niños y niñas matriculados en las escuelas públicas libanesas pero que, por la diferencia de nivel, de idioma o por una cuestión de vulnerabilidad psicosocial tienen importantes riesgos de abandonar la educación; y educación preescolar a niños y niñas de 3 a 5 años para que cuenten con las bases necesarias para integrarse en la educación pública libanesa al terminar.

Una educación que protege

Los espacios educativos de JRS y Entreculturas son también espacios seguros para los niños y niñas: lugares de paz, encuentro y reconciliación en los que reciben atención psicosocial y rehabilitación post traumática, claves para fortalecer su resiliencia y reconstruir sus vidas.

Como explica Nour, refugiada siria de 13 años y alumna de una de las escuelas de JRS: “Aquí soy parte de un grupo y me hace sentir feliz. Además, cuento con Miss Houda (trabajadora social) y Miss Nour (psicóloga), con quienes puedo hablar de todo lo que me preocupa.” A los 11 años, Nour dejó de estudiar durante un año para trabajar y ayudar económicamente a su familia, pero ahora ha vuelto a la escuela: “Lo que más echaba de menos era sentirme querida y protegida. Cuando vengo a la escuela ya no me siento sola y eso es lo más importante para mí.”

Fuente: https://www.murcia.com/internacional/noticias/2019/12/21-apadrina-un-libro-para-los-ninos-y-ninas-sirios-refugiados-en-libano.asp

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En Trípoli, Líbano, intelectualizan protestas antigubernamentales

Por: Armando Reyes Calderín

Al unísono de protestas antigubernamentales en Trípoli, 80 kilómetros al norte de esta capital, sus residentes en debates cada vez más numerosos tratan de buscar soluciones intelectualizadas a la deteriorada situación nacional.

Todos exigen más o menos lo mismo, elecciones anticipadas, resolución de la pobreza, cambios constitucionales y eliminar la corrupción, pero su intención es sintetizar el enojo popular.

Todas las noches, Sarah al-Ghur, de 32 años de edad, se reúne con otros residentes en una especie de círculo de estudio para analizar el tema.

‘Prefiero participar en las discusiones que aplaudir o gritar consignas’, dice.

Después de años de desilusión y apatía, economía en caída libre y dificultades de todo tipo, dentro de la desobediencia civil los libaneses comienzan a intelectualizar los problemas nacionales.

Ghur camina entre las carpas de debate y se detiene frente a una, en la cual discuten una hoja de ruta para lo que ellos denominan revolución.

Hombres y mujeres de cualquier edad, credo o afiliación, se sientan en el suelo, se acomodan en bancos y escuchan a ponentes.

‘Conocí leyes que ignoraba’, apunta, y agrega que ahora es más consciente de sus derechos y deberes.

Uno de los expositores explica que la sublevación popular debe evolucionar hacia diálogo político, uno de los primeros pasos, elecciones, asegura, y luego revisar la estructura confesional del Estado.

Esos residentes de Trípoli, a menudo universitarios, activistas e intelectuales, intentan reconstruir el país mediante la unificación de los reclamos de las protestas masivas.

Hablan de un gobierno alejado del sectarismo, en un país que vive bajo un legado de una guerra civil (1975-1990) que entronizó un equilibrio de poder entre 18 comunidades religiosas.

Discuten sobre la pobreza, con un tercio de la población en ese estatus y advertencias del Banco Mundial que la proporción podría llegar pronto a la mitad.

Pero también debaten la independencia entre comillas del poder judicial, la corrupción, el saqueo de los fondos públicos y hasta de una desordenada planificación urbana que emergió, según rumores, con obras sufragadas por dinero lavado.

La mitad de los residentes vive en el umbral de la pobreza o por debajo de ella, de ahí que si, en otras ciudades hay evidencias de fatiga, en Trípoli las manifestaciones conservan igual energía desde que iniciaron el 17 de octubre último.

El profesor de filosofía Hala Amoun comenta que antes de las protestas, la mayoría de los libaneses perdió confianza en los políticos que en tres décadas no resolvieron los interminables cortes de energía, la desigualdad, el desempleo y la corrupción oficial.

A juicio de Amoun, la situación actual volvió a las personas más conscientes y salir a la calle para protestar no es suficiente; necesitan entender, saber más.

Otra de las asistentes a las espontáneas citas de debate asevera que los libaneses tienen hambre de conocimiento, de examinar su realidad económica, social y política, a fin de comprender cómo su líder político o sectario controla su vida.

Mientras, el médico Nadim Shakes, que llama a las tardes de debate conferencias de sensibilización, estima que el objetivo consiste en pensar en el futuro, prever lo que acarreará la corriente sublevación contra la clase gobernante.

Fuente e Imagen: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=325642&SEO=en-tripoli-libano-intelectualizan-protestas-antigubernamentales
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Mujeres marchan para evitar otra guerra civil en El Líbano

Asia/Líbano/01-12-2019/Autor(a): Armando Reyes Calderín/Fuente: www.prensa-latina.cu

Por: Armando Reyes Calderín

Centenares de mujeres, sobre todo madres, marcharon en una zona de recientes enfrentamientos para evitar que surgiera otro conflicto armado interno en El Líbano.
La manifestación se concentró en un lugar que una vez dividió el este cristiano del oeste musulmán para rechazar los tambores de la guerra que se escucharon hace unas horas entre seguidores de una y otra confesión religiosa.

‘Sentimos que, como madres, teníamos que venir a decirles a nuestros hijos que vivimos una guerra y no queremos que se repita’, expresó Isabella, de 50 años de edad, en declaraciones citadas hoy por la versión digital del periódico The Daily Star.

Del mismo modo, Suzan Abdel-Ridah, profesora de la Universidad Libanesa, aseguró que salieron a la calle para que nadie los obligue a llevarlas al pasado.

‘Esta calle era toda una barricada’, recordó, mientras señalaba carriles que estuvieron obstruidos por los grupos que chocaron en días recientes.

La manifestación femenina portaba flores blancas en expresión de paz y tolerancia.

Una mujer musulmana con velo llevaba una cruz pintada en su frente, ‘mi apariencia de hoy habla por sí misma, no somos ni lo uno ni lo otro, somos libaneses’, dijo.

Las muestras de unidad contrastaban con episodios anteriores cuando desde ambas zonas se lanzaban piedras y otros objetos, lo cual pudo ir a más a no ser por la intervención del Ejército.

Se sabe que en la localidad de Chiyah predominan los musulmanes chiitas, mientras que en la aledaña de Ain al-Rummaneh hay mayoría del partido cristiano Fuerzas Libanesas.

Wissam, propietario de un supermercado de 34 años de edad, aseguró que la rivalidad de los dos bandos continúa presente desde la guerra civil de 1975-1990.

Empero, apuntó, ‘no queremos permanecer atrapados en esa mentalidad de guerra, muerte y sangre, queremos vivir, y es nuestro derecho vivir’.

Musulmanes y cristianos estaremos juntos hasta la muerte, nadie puede interponerse entre nosotros, según Mohammad Ghaddar, de 22 años de edad, y residente en Chiyah.

Del otro lado, en Ain al-Rummaneh, Simon Jawwous, actor (24) refrendó lo dicho por Ghaddar, ‘nuestra generación está viviendo la convivencia? todavía hay sensibilidades heridas, pero tal vez con la marcha de madres de hoy comiencen a desaparecer’, subrayó.

Jawwous confesó que junto a otros centenares combatió con bastones y piedras en la anterior jornada, pero ahora con más calma analiza que el problema no era entre cristianos y chiitas, más bien entre partidos.

Un intento, afirmó, de descarrilar el levantamiento popular sin precedentes que cubrió y cubre al país desde el 17 de octubre último.

‘Somos una generación que repudia la guerra. No quiero ser como mi papá que, a los 16 años de edad, estaba luchando contra personas que no conocía’, acotó.

Rima Majed, profesora de sociología en la Universidad Americana de Beirut, denunció que los políticos acudieron a la retórica de la convivencia sectaria para eludir la profunda división de clases existente.

‘Es importante para nosotros que en esta coyuntura crítica de nuestra historia no caer en la trampa de la división sectaria’, apostilló.

Lo clave es seguir luchando contra la división de clase y luego será contra el sistema sectario, concluyó.
Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=324241&SEO=mujeres-marchan-para-evitar-otra-guerra-civil-en-el-libano
Imagen: jorono en Pixabay
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Protestas mantienen detenido a El Líbano

Asia/Líbano/24-11-2019/Autor(a): Armando Reyes Calderín/Fuente: www.prensa-latina.cu

Por: Armando Reyes Calderín

Las continuas manifestaciones de protestas mantienen detenido a un Líbano con un Gobierno sin potestad para presentar leyes o decretos, ni un Parlamento que las pueda aprobar.
Tal vez sea una de las conclusiones ante el aplazamiento este martes de sesiones del Congreso impedidas de desarrollarse porque los manifestantes las consideraron ajenas a sus demandas.

Los legisladores se disponían a debatir proyectos contra la corrupción, las pensiones y una amnistía general, a espaldas de reclamos de miles de libaneses en las calles desde el 17 de octubre último.

A lo largo de los últimos 35 días, las multitudes en desobediencia civil exigen cambios radicales en el sistema político sectario, la renuncia de la elite gobernante, elecciones y recuperación de lo robado al erario, entre otras demandas.

De las cuales hasta ahora solo se concretó la dimisión del primer ministro Saad Hariri y, por ende, del Gabinete.

En la percepción de los analistas, hay una intención desde el exterior de desviar las manifestaciones hacia agendas favorables a otros intereses.

Una de esas posibilidades la denunció el Partido de Dios o Hizbulah, el cual quedaría apartado del poder, caso de prosperar la demanda de un Gobierno tecnocrático puro. Hay sospechas de hilos y recursos detrás de las concentraciones de protesta, pues del aire no vienen la distribución gratuita de comida, agua, cargadores portátiles de móviles o la colocación de equipos de audio en las plazas.

La corriente crisis económica libanesa que se anticipa llevará al colapso si continúa, pasa a un plano secundario frente a un escenario de desobediencia civil para el cual por ahora no aparece solución.

Los intentos oficiales por contener las protestas quedan por debajo de las expectativas de ciudadanos que han visto en los últimos 30 años que la corrupción, la venalidad y el clientelismo político prevalecen en el escenario nacional.

Sin embargo, el movimiento antigubernamental adolece de la falta de una conducción capaz de enrumbarlo hacia un objetivo común.

Cada quien protesta por su cuenta y riesgo, aunque haya un punto coincidente, los pobres contra los ricos, sobre todo si estos últimos robaron para hacerse de sus fortunas.

A la percepción popular no escapa que quienes comandaron los grupos en la guerra civil de 1975-1990, son los mismos que ahora gobiernan.

Los ciudadanos de a pie aguardaban un cambio, pero explotaron cuando la clase dominante intentó con medidas impositivas contra la población liquidar un déficit público de unos 85 mil millones de dólares, equivalente a más de 150 por ciento del producto interno bruto.

Y de momento, las protestas afectaron la credibilidad para las inversiones, la circulación de divisas con la consiguiente falta de suministros en hospitales y gasolineras y se avecina la de productos básicos alimentarios como la harina y la azúcar.

La solución no se ve a lo inmediato porque los problemas acumulados en tanto tiempo, también requerirán de un proceso largo, empero los ciudadanos la quieren ya.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=322301&SEO=protestas-mantienen-detenido-a-el-libano
Imagen: Fajrul Falah en Pixabay
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La revolución tiene voz femenina en Líbano

Reseña/Asia/Líbano/07 Noviembre 2019/El país

La generación del 99 lidera unas protestas en las que las mujeres ocupan la vanguardia en las barricadas

Día 20º de protestas y las libanesas siguen a la cabeza de las sentadas, manifestaciones y barricadas. Hace siete días que decenas de miles de manifestantes en todo el país tumbaron al Gobierno junto con su primer ministro, Saad Hariri, hoy ambos en funciones. Y, sin embargo, las cadenas de mujeres enlazadas por los brazos prosiguen a la vanguardia para interponerse entre manifestantes y antidisturbios varones y así evitar batallas campales que den al traste con el carácter pacífico de las protestas. Como al resto de ciudadanos, a las mujeres les sobran motivos para sumarse a la revolución en marcha en contra de un sistema que consideran sectario y corrupto y que ha llevado a Líbano al borde del colapso financiero. Son más de la mitad de los 4,5 millones de habitantes del país y se dicen doblemente oprimidas por el régimen político-confesional que desde el fin de la guerra civil (1975-1990) las ha relegado a ciudadanas de segunda bajo la tutela legal de sus progenitores o esposos.

“En esta sociedad machista está mal visto que los hombres peguen a las mujeres en público, así que lo usamos a nuestro favor para crear barreras y evitar que la violencia deslegitime nuestras demandas”, cuenta Leya Awadat, estudiante de ingeniería mecánica. Habla a las puertas de la Universidad Americana de Beirut (AUB), la más prestigiosa de la región y donde acude la cada día más reducida élite que puede costearse los 27.000 euros anuales de tasas de matrícula. Acaba de cumplir los 18 y cada tarde enarbola un altavoz a través del cual, a pleno pulmón, canturrea las consignas que habrán de repetir otros universitarios.

“Es impresionante ver a todas esas jóvenes con el micrófono en mano y que un chico les siga para sujetar los altavoces. Esta revolución es la de los de la generación del 99”, comenta en una barricada de la circunvalación de Beirut Zeina Halabi, profesora de literatura árabe en la AUB. “Cuando estas chicas cumplieron los 10 las tropas sirias salían del país [tras 29 años en Líbano], y de adolescentes ya habían participado en protestas contra el racismo, la violencia doméstica, la mala gestión de las basuras o a favor de la inclusión de mujeres en el Gobierno”. Las de mi generación, las de 40, nacimos con la guerra civil y crecimos bajo la ocupación siria e israelí.

En las plazas de Beirut se han levantado tiendas y dentro de ellas se construyen pequeñas ágoras donde profesoras universitarias comparten su conocimiento con los manifestantes. Las docentes se han unido en un recién creado sindicato de mujeres para luchar en los campus universitarios contra la desigualdad salarial y de género. Los cantos de “revolución” y “abajo el régimen” se repiten de norte a sur y de este a oeste del país en una demostración sin precedentes de unidad transectaria a pesar de que en Líbano las cuotas de poder se reparten según el peso demográfico de las 18 confesiones oficiales reconocidas. Esta misma unidad se ha reproducido este domingo con una manifestación feminista dentro de la protesta nacional.

Allí convergieron las heterogéneas beirutíes, a las que las mujeres de países de la región se refieren como “las más presumidas de entre las árabes”. “Los líderes políticos les han dado la llave de la sociedad a los religiosos, todos hombres también, y a las mujeres no nos queda más que emigrar para escapar de un sistema social en el que ya hace tiempo que no nos sentimos reflejadas”, dice Rana Habis, profesora de baile exiliada a París y temporalmente de visita en Líbano. Camina franqueada por velos, rastas, permanentes recién salidas de la peluquería, minifaldas, bolsos de Gucci o narices con piercings mientras manos con rojas manicuras se levantan hacia el cielo. Tampoco faltaron este domingo las incongruencias internas cuando un puñado de señoras de retocadas narices se presentaron en la manifestación con una criada que les sujetaba la bandera libanesa.

Todas exigen que los padres no puedan casar a sus hijas de nueve años como permite la ley; transmitir la nacionalidad a sus hijos si se casan con hombres extranjeros y un matrimonio civil con igualdad en derechos de herencia, divorcio o custodia de los hijos. También exigen una cuota femenina en el Gobierno, conscientes de que es la única forma de romper el techo de acero impuesto por el patriarcado político-religioso. En esta lucha cuentan con una nueva aliada, Raya el Hassan, ministra del Interior y pionera en el mundo árabe en este cargo. “Vamos por el buen camino y hemos pasado de ser una a dos y luego de dos a cuatro ministras”, contaba a EL PAÍS El Hassan en enero, tras tomar posesión. “Pero el acceso de las mujeres a puestos de responsabilidad en sociedades patriarcales lleva tiempo por lo que hay que hacerlo con inteligencia, sin forzar los discursos, pero sin decaer en los avances”, acota.

La cadena de mujeres en la vanguardia de las barricadas surtió efecto hasta cuando el Ejército optó por traer a uniformadas para desalojar a las manifestantes de carreteas y autopistas. El experimento acabó con la retirada de las militares, que fueron despedidas por sus conciudadanas con flores, aplausos y la ya sempiterna banda sonora revolucionaria, el himno nacional. En el verano de 2015, la respuesta policial a una movilización semejante dejó centenares de heridos sólo en Beirut.

Para muchas veinteañeras las multitudinarias protestas de 2015 supusieron un experimento de la sociedad civil. Entonces, la corruptela y la mala gestión de las basuras del país acabaron sepultando las calles libanesas entre toneladas de detritus y desató la indignación popular por encima de la clase y la confesión. Por primera vez en décadas los libaneses tomaron las calles bajo una única bandera, la nacional, acabando con la tradicional marea de banderines y gorras partidistas de manifestantes llegados a la capital en autobuses pagados por los zaim (líder feudal). De entre las basuras nació Beirut Medinati, una plataforma política secular y nacional que si bien obtuvo el 40% de los votos en las municipales de 2016 tan solo logró un escaño —una mujer— en las legislativas de 2018, las primeras en casi una década. Hoy es parte integrante de unas protestas que aseguran no tener un liderazgo definido.

Sara Raed, estudiante de relaciones públicas de 21 años que asegura que la mayoría de sus amigas han emigrado para estudiar fuera, fue la primera en colocar junto con su pareja una tienda de campaña en la icónica Plaza de los Mártires de Beirut el 17 de octubre. Fue el día en que el anuncio de una tasa de 18 céntimos de euros a las llamadas de WhatsApp abrió la espita del descontento popular. Hoy son más de un centenar las personas que acampan en el lugar. “2015 fue un empujón muy importante para llegar aquí y ya no hay vuelta atrás para mi generación”, cuenta Raed.

LA ‘REINA’ QUE PATEÓ AL PATRIARCADO

N. S.

Se llama Malak Alaywe, pero se la conoce como the kick queen (la reina de la patada) y se ha convertido en el icono femenino de la lucha contra el patriarcado político-confesional. Lo hizo el primer día de protestas, cuando se difundió un vídeo en el que aparece propinando una patada en los testículos a un hombre armado con un Kaláshnikov.

La víctima resultó ser el guardaespaldas de un ministro que supuestamente se disponía a disparar al aire para dispersar a los manifestantes congregados en un barrio de Beirut. La patada ha quedado inmortalizada en pósteres colgados en los muros de las redes sociales como un contrataque directo al patriarcado árabe. Tanto éxito ha tenido que varias ONG ofrecen estos días clases de defensa personal para las manifestantes. Alaywe rehúsa revelar su edad, pero fue durante las protestas de 2015 —la denominada crisis de las basuras— cuando, entre gases lacrimógenos, conoció al que hace una semana se convirtió en su marido.

Fuente e imagen: https://elpais.com/internacional/2019/11/05/actualidad/1572974665_298313.html

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Estudiantes abandonan clases y se suman a protestas en El Líbano

Asia/Líbano/07 Noviembre 2019/Prensa Latina

Los estudiantes abandonaron las clases y se sumaron a las protestas en El Líbano, en demanda de un futuro mejor, reflejan hoy los informativos.
De tal manera, dieron un impulso adicional a las manifestaciones antigubernamentales que entraron hoy en su día 21 que ahora no bloquean carreteras y se concentran frente a edificios, oficinas y dependencias estatales.

‘Nunca sería parte de una secta cuando crezca. Todo es corrupción contra corrupción’, apuntó uno de los estudiantes ante la sede del Ministerio de Educación.

Y agregó, en declaraciones a una televisora, ‘queremos un futuro mejor. No solo colgar nuestros diplomas en la pared’.

La mayoría de los jóvenes libaneses temen que después de graduarse en cualquier nivel, se vean obligados a emigrar en busca de trabajo, a causa de que el desempleo juvenil alcanza a 35 por ciento.

En Sidón, estudiantes de secundaria y universitarios se congregaron en la plaza Eliya y desde allí partieron en una marcha por toda la sureña ciudad y bloquearon los edificios de las compañías estatales Electricite Du Liban y Ogero.

Mientras, en Beirut, una manifestación se plantó frente al Palacio de Justicia y exigió de las autoridades la apertura e investigación de los expedientes inactivos relacionados con la malversación financiera.

‘Lucha contra la corrupción? Haz tu trabajo y te apoyaremos hasta el final’, gritaba uno de los participantes en la marcha.

Fuente: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=318802&SEO=estudiantes-abandonan-clases-y-se-suman-a-protestas-en-el-libano
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Renuncia de primer ministro pone en caos a El Líbano, según expertos

Asia/Libano/03-11-2019/Autor(a): Armando Reyes Calderín/Fuente: www.prensa-latina.cu

Por: Armando Reyes Calderín

La renuncia del primer ministro Saad Hariri puso en caos el panorama político en El Líbano y hasta ahora es ignoto el camino que seguirá el país, estiman los expertos.
El movimiento de Hariri no lo coordinó con el presidente Michel Aoun ni con el titular del Parlamento, Nabih Berri, lo cual implica un descarte de reelección.

Esa es la probable posición de Aoun y Berri, porque fracasaron en sus esfuerzos de disuadirlo, según fuentes cercanas a la Presidencia y al hemiciclo, citadas por el periódico The Daily Star.

Pero lo ocurrido ya es historia y lo próximo entra en una nebulosa de quien asumirá la jefatura de Gobierno.

Lo siguiente en el panorama político libanés consiste en encontrar una figura musulmana sunita que asuma el cargo en una situación tan grave tanto a nivel económico como político.

Y si Aoun, Berri y los diputados pueden ponerse de acuerdo en torno a un candidato ¿Lo harán los manifestantes antigubernamentales que llevan 14 días en las calles?, se pregunta abierta en medios político locales.

De acuerdo con los expertos, comienza ahora un rejuego de interferencia extranjera ante el vacío de poder, evidente en los pronunciamientos de Francia y Estados Unidos sobre la urgencia de mantener estabilidad y seguridad en el país.

Si Hariri regresa al cargo, sus lazos internacionales contribuirán a despejar el camino a los 11 mil millones de dólares prometidos por donantes en una conferencia en París, en abril del año pasado, pero hay otra alternativa.

La coalición del 8 de marzo, integrada por Hizbulah, Amal y la Corriente Patriótica Libre, podría imponer un Gobierno al poseer en conjunto 69 de los 128 asientos del Parlamento, el que decide quien toma las riendas del Ejecutivo.

Sin embargo, sobre esa posibilidad penden sanciones económicas y la tendencia a un mayor distanciamiento de los poderes regionales e internacionales que consideran a Hizbulah una organización terrorista.

Una fuente, citada por The Daily Star, resumió la situación al decir, ‘hemos entrado en una fase de caos y nadie sabe qué sigue’.

Fuente e Imagen: https://www.prensa-latina.cu/index.php?o=rn&id=316698&SEO=renuncia-de-primer-ministro-pone-en-caos-a-el-libano-segun-expertos
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