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Una historia de violencia en la frontera entre Tailandia y Myanmar

Asia/Noviembre 2020/elpais.com

La vida de Sandar es la de miles de mujeres víctimas de malos tratos, que durante la pandemia se han intensificado. Ella, además, es inmigrante irregular, lo que impide que reciba más ayuda, y el estigma social en una cultura conservadora, la ata a su maltratador

  • Sandar (nombre ficticio) tiene 28 años. Es una emigrante birmana sin documentación que vive en Mae Sot, en la frontera entre Tailandia y Myanmar. Lleva 11 años en una relación de maltrato. Su marido le pega y abusa sexualmente de ella. La situación familiar empeoró desde el brote de covid-19. Como su marido se quedó sin trabajo, discutían constantemente por el dinero. Sandar es una de los aproximadamente 200.000 emigrantes birmanos que viven en la región de Mae Sot. Muchos de ellos carecen de documentación y trabajan en condiciones precarias. Desde que estalló la pandemia no tienen trabajo ni apoyo del Gobierno tailandés, y tampoco la posibilidad de volver a Myanmar debido al cierre de las fronteras. Según cálculos de ONU Mujeres, en algunos países los casos de violencia doméstica han aumentado un 30%. La organización califica el fenómeno de "pandemia en la sombra".
    1Sandar (nombre ficticio) tiene 28 años. Es una emigrante birmana sin documentación que vive en Mae Sot, en la frontera entre Tailandia y Myanmar. Lleva 11 años en una relación de maltrato. Su marido le pega y abusa sexualmente de ella. La situación familiar empeoró desde el brote de covid-19. Como su marido se quedó sin trabajo, discutían constantemente por el dinero. Sandar es una de los aproximadamente 200.000 emigrantes birmanos que viven en la región de Mae Sot. Muchos de ellos carecen de documentación y trabajan en condiciones precarias. Desde que estalló la pandemia no tienen trabajo ni apoyo del Gobierno tailandés, y tampoco la posibilidad de volver a Myanmar debido al cierre de las fronteras. Según cálculos de ONU Mujeres, en algunos países los casos de violencia doméstica han aumentado un 30%. La organización califica el fenómeno de «pandemia en la sombra».
  • Una vista del barrio donde vive Sandar, en las afueras de Mae Sot. Sandar procede de Mawlamiyaing, una ciudad birmana situada a 130 kilómetros de Mae Sot. La joven entró ilegalmente en Tailandia cuando tenía 15 años. La larga frontera de la zona de Mae Sot, en la que los dos países están separados solamente por un río, la convierte en el lugar perfecto para que los birmanos entren ilegalmente en Tailandia. En los últimos tiempos, las autoridades tailandesas han intensificado los controles fronterizos debido al aumento del número de casos de covid-19 en Myanmar. Mae Sot es una zona principalmente rural. Muchos emigrantes birmanos están empleados en la agricultura, y a menudo cobran menos del salario mínimo. Con ocasión del Día Internacional de la Mujer Rural el pasado 15 de octubre, ONU Mujeres subrayó este año "la urgente necesidad de fomentar la capacidad de resistencia de las mujeres rurales tras la covid-19 reforzando su bienestar y unos medios de vida sostenibles con el fin de 'reconstruir mejor".
    2Una vista del barrio donde vive Sandar, en las afueras de Mae Sot. Sandar procede de Mawlamiyaing, una ciudad birmana situada a 130 kilómetros de Mae Sot. La joven entró ilegalmente en Tailandia cuando tenía 15 años. La larga frontera de la zona de Mae Sot, en la que los dos países están separados solamente por un río, la convierte en el lugar perfecto para que los birmanos entren ilegalmente en Tailandia. En los últimos tiempos, las autoridades tailandesas han intensificado los controles fronterizos debido al aumento del número de casos de covid-19 en Myanmar. Mae Sot es una zona principalmente rural. Muchos emigrantes birmanos están empleados en la agricultura, y a menudo cobran menos del salario mínimo. Con ocasión del Día Internacional de la Mujer Rural el pasado 15 de octubre, ONU Mujeres subrayó este año «la urgente necesidad de fomentar la capacidad de resistencia de las mujeres rurales tras la covid-19 reforzando su bienestar y unos medios de vida sostenibles con el fin de ‘reconstruir mejor».
  • Los hijos de Sandar, de nueve y tres años, juegan en la calle delante de su casa. Sandar ha sufrido toda su vida malos tratos en el ámbito familiar. Su tía, que la alojó a su llegada a Tailandia, le pegaba continuamente. "Me golpeaba con cables", cuenta la joven, que nunca fue al hospital ni llamó a la policía. "No sabía a dónde ir. No hablaba tailandés. Además, mi tía me encerraba en casa, así que no podía salir". Sandar se casó a los dos años de llegar a Tailandia. Tenía 17. Según la ONU, menos del 40% de las mujeres víctimas de violencia física en el ámbito doméstico busca ayuda.
    3Los hijos de Sandar, de nueve y tres años, juegan en la calle delante de su casa. Sandar ha sufrido toda su vida malos tratos en el ámbito familiar. Su tía, que la alojó a su llegada a Tailandia, le pegaba continuamente. «Me golpeaba con cables», cuenta la joven, que nunca fue al hospital ni llamó a la policía. «No sabía a dónde ir. No hablaba tailandés. Además, mi tía me encerraba en casa, así que no podía salir». Sandar se casó a los dos años de llegar a Tailandia. Tenía 17. Según la ONU, menos del 40% de las mujeres víctimas de violencia física en el ámbito doméstico busca ayuda.

    El hijo mayor de Sandar juega con un arma de juguete. Sandar recuerda que su marido empezó a maltratarla nada más casarse. "Me pegaba y me daba patadas cuando volvía del trabajo", cuenta. "Me acusaba de que no cocinaba o no limpiaba". A raíz de la llegada de la covid-19, el hombre se volvió más violento, "sobre todo por el dinero". Antes de la pandemia tampoco había tenido trabajo fijo, pero durante el cierre perdió su empleo en una huevería. Las emigrantes birmanas en Tailandia ya formaban un grupo de alto riesgo antes de la covid-19, pero con la pandemia su vida se ha vuelto más difícil. Durante el confinamiento, las víctimas de violencia doméstica se encontraron encerradas en casa con su maltratador, con menos posibilidades de pedir ayuda, y escasos o ningún ingreso.
    4 El hijo mayor de Sandar juega con un arma de juguete. Sandar recuerda que su marido empezó a maltratarla nada más casarse. «Me pegaba y me daba patadas cuando volvía del trabajo», cuenta. «Me acusaba de que no cocinaba o no limpiaba». A raíz de la llegada de la covid-19, el hombre se volvió más violento, «sobre todo por el dinero». Antes de la pandemia tampoco había tenido trabajo fijo, pero durante el cierre perdió su empleo en una huevería. Las emigrantes birmanas en Tailandia ya formaban un grupo de alto riesgo antes de la covid-19, pero con la pandemia su vida se ha vuelto más difícil. Durante el confinamiento, las víctimas de violencia doméstica se encontraron encerradas en casa con su maltratador, con menos posibilidades de pedir ayuda, y escasos o ningún ingreso.
    El hijo pequeño de Sandar juega con un arma de juguete disfrazado de Supermán. En 2018, Sandar buscó ayuda por primera vez y se puso en contacto con las trabajadoras del Freedom Restoration Project [Proyecto Restauración de la Libertad], que ofrece refugio y apoyo a las víctimas de violencia doméstica en la región de Mae Sot. Gracias a su ayuda, varias mujeres consiguieron escapar de su situación de maltrato. Otras, como Sandar, mantienen la relación con su maltratador, pero en el centro han encontrado un espacio en el que están a salvo, al menos durante unas horas. "Las mujeres que vienen al centro son víctimas de violencia física, psicológica y sexual", explica Watcharapon 'Sia' Kukaewkasem, fundadora y directora del proyecto. "En Tailandia y en Myanmar la violencia doméstica es muy habitual. Tanto que la gente la considera normal".
    5El hijo pequeño de Sandar juega con un arma de juguete disfrazado de Supermán. En 2018, Sandar buscó ayuda por primera vez y se puso en contacto con las trabajadoras del Freedom Restoration Project [Proyecto Restauración de la Libertad], que ofrece refugio y apoyo a las víctimas de violencia doméstica en la región de Mae Sot. Gracias a su ayuda, varias mujeres consiguieron escapar de su situación de maltrato. Otras, como Sandar, mantienen la relación con su maltratador, pero en el centro han encontrado un espacio en el que están a salvo, al menos durante unas horas. «Las mujeres que vienen al centro son víctimas de violencia física, psicológica y sexual», explica Watcharapon ‘Sia’ Kukaewkasem, fundadora y directora del proyecto. «En Tailandia y en Myanmar la violencia doméstica es muy habitual. Tanto que la gente la considera normal».
    Sandar se pinta los labios antes de salir hacia el centro de detención de Mae Sot a visitar a su marido, detenido hace poco por posesión de drogas. Es la tercera vez que lo detienen. Las dos primeras fueron por consumo de drogas, pero en esta ocasión la policía le encontró varias pastillas de yaba. También conocido como "la droga de la locura", el yaba es una combinación de metanfetamina y otros estimulantes muy popular en el sudeste de Asia. Ahora que su marido está encerrado, Sandar tiene que encontrar un trabajo para alimentar a sus dos hijos. "Cuando está fuera, no quiere que trabaje", explica. Mientras su marido está detenido, ella trabaja como limpiadora o vendiendo verdura en la calle, pero no gana lo suficiente ni recibe ayuda del Gobierno tailandés. "¿Quién va a ayudarnos?", se lamenta. "No tenemos documentos". ONU Mujeres calcula que las mujeres que trabajan en la economía sumergida en Tailandia verán reducidos sus ingresos en un 80% debido a la crisis de la covid-19.
    6Sandar se pinta los labios antes de salir hacia el centro de detención de Mae Sot a visitar a su marido, detenido hace poco por posesión de drogas. Es la tercera vez que lo detienen. Las dos primeras fueron por consumo de drogas, pero en esta ocasión la policía le encontró varias pastillas de yaba. También conocido como «la droga de la locura», el yaba es una combinación de metanfetamina y otros estimulantes muy popular en el sudeste de Asia. Ahora que su marido está encerrado, Sandar tiene que encontrar un trabajo para alimentar a sus dos hijos. «Cuando está fuera, no quiere que trabaje», explica. Mientras su marido está detenido, ella trabaja como limpiadora o vendiendo verdura en la calle, pero no gana lo suficiente ni recibe ayuda del Gobierno tailandés. «¿Quién va a ayudarnos?», se lamenta. «No tenemos documentos». ONU Mujeres calcula que las mujeres que trabajan en la economía sumergida en Tailandia verán reducidos sus ingresos en un 80% debido a la crisis de la covid-19.

    Una vista de la calle desde la casa de Sandar, en las afueras de Mae Sot. En Tailandia existe una línea telefónica para denunciar la violencia doméstica. Sin embargo, hace cinco años el Gobierno pasó de destinarla a los casos de violencia contra las mujeres y los niños (así como a los de tráfico de personas, trabajo infantil y embarazo adolescente) a cualquier problema social, como señala un informe de la Fundación Henrich Böll. Según ese mismo estudio, durante el cierre de marzo y abril, el teléfono de asistencia recibió una avalancha de más de 28.000 llamadas, más del doble que en el mismo periodo del año anterior. La mayoría, sin embargo, eran quejas o consultas sobre la asistencia social y las ayudas económicas del Gobierno. Eso hizo aún más difícil para las víctimas de violencia doméstica acceder a la línea.
    7Una vista de la calle desde la casa de Sandar, en las afueras de Mae Sot. En Tailandia existe una línea telefónica para denunciar la violencia doméstica. Sin embargo, hace cinco años el Gobierno pasó de destinarla a los casos de violencia contra las mujeres y los niños (así como a los de tráfico de personas, trabajo infantil y embarazo adolescente) a cualquier problema social, como señala un informe de la Fundación Henrich Böll. Según ese mismo estudio, durante el cierre de marzo y abril, el teléfono de asistencia recibió una avalancha de más de 28.000 llamadas, más del doble que en el mismo periodo del año anterior. La mayoría, sin embargo, eran quejas o consultas sobre la asistencia social y las ayudas económicas del Gobierno. Eso hizo aún más difícil para las víctimas de violencia doméstica acceder a la línea.
    Sandar lava verduras en su casa antes de cocinarlas. Tiene que preparar la comida para su marido y llevársela al centro de detención. Confiesa que se siente incapaz de divorciarse. Teme la estigmatización social, que en una comunidad musulmana conservadora puede ser fuerte. "Pienso en mis hijos", se justifica. "A lo mejor, después de dejarlo tendría otro marido. Entonces la gente diría que tengo dos maridos y que los niños deberían estar con su madre y con su padre". Según un informe de la Fundación Heinrich Böll, en Tailandia las actitudes sociales constituyen un obstáculo importante para que las mujeres denuncien la violencia. Como en muchos países del mundo, a menudo la violencia doméstica se considera un asunto privado y es habitual pensar que la culpa es de la víctima, y no del maltratador. Para algunas mujeres, reconocer el maltrato equivale a reconocer que han fracasado en su matrimonio.
    8Sandar lava verduras en su casa antes de cocinarlas. Tiene que preparar la comida para su marido y llevársela al centro de detención. Confiesa que se siente incapaz de divorciarse. Teme la estigmatización social, que en una comunidad musulmana conservadora puede ser fuerte. «Pienso en mis hijos», se justifica. «A lo mejor, después de dejarlo tendría otro marido. Entonces la gente diría que tengo dos maridos y que los niños deberían estar con su madre y con su padre». Según un informe de la Fundación Heinrich Böll, en Tailandia las actitudes sociales constituyen un obstáculo importante para que las mujeres denuncien la violencia. Como en muchos países del mundo, a menudo la violencia doméstica se considera un asunto privado y es habitual pensar que la culpa es de la víctima, y no del maltratador. Para algunas mujeres, reconocer el maltrato equivale a reconocer que han fracasado en su matrimonio.
    Sandar monta en bicicleta con su hijo pequeño disfrazado de Superman. Se dirigen al centro de detención de Mae Sot a visitar al marido apresado por posesión de drogas.
    9 Sandar monta en bicicleta con su hijo pequeño disfrazado de Superman. Se dirigen al centro de detención de Mae Sot a visitar al marido apresado por posesión de drogas.
    Sandar pone 'thanaka' a su hijo menor en la cara antes de salir. El 'thanaka' es una pasta cosmética de color blanco amarillento hecha a base de corteza molida que las mujeres birmanas suelen emplear para suavizar la piel y protegerla del sol.
    10Sandar pone ‘thanaka’ a su hijo menor en la cara antes de salir. El ‘thanaka’ es una pasta cosmética de color blanco amarillento hecha a base de corteza molida que las mujeres birmanas suelen emplear para suavizar la piel y protegerla del sol.
    El hijo mayor de Sandar, de nueve años, corre por un campo cercano a su casa, en las afueras de Mae Sot. El niño se queda en casa mientras su madre y su hermano menor van al centro de detención. El Proyecto Restauración de la Libertad organiza clases de crianza para enseñar métodos educativos alternativos a las víctimas de violencia doméstica. "Les enseñamos que hay otras maneras [de educar a los hijos] que no son gritar y pegar", explica Watcharapon 'Sia' Kukaewkasem, fundadora y directora del proyecto. "Cuando hablamos de violencia doméstica no nos referimos solo a la que ejerce la pareja, sino también a la de los padres contra los hijos. [...] Intentamos prevenirla".
    11El hijo mayor de Sandar, de nueve años, corre por un campo cercano a su casa, en las afueras de Mae Sot. El niño se queda en casa mientras su madre y su hermano menor van al centro de detención. El Proyecto Restauración de la Libertad organiza clases de crianza para enseñar métodos educativos alternativos a las víctimas de violencia doméstica. «Les enseñamos que hay otras maneras [de educar a los hijos] que no son gritar y pegar», explica Watcharapon ‘Sia’ Kukaewkasem, fundadora y directora del proyecto. «Cuando hablamos de violencia doméstica no nos referimos solo a la que ejerce la pareja, sino también a la de los padres contra los hijos. […] Intentamos prevenirla»El hijo pequeño de Sandar, de tres años, espera a su madre sentado en la bicicleta vestido con un traje de Superman. Van al centro de detención de Mae Sot a visitar a su padre. "Me gustaría que mis hijos no tuviesen que trabajar tanto como yo", dice Sandar. "Me gustaría que estudiasen y fuesen médicos o contables".
    12El hijo pequeño de Sandar, de tres años, espera a su madre sentado en la bicicleta vestido con un traje de Superman. Van al centro de detención de Mae Sot a visitar a su padre. «Me gustaría que mis hijos no tuviesen que trabajar tanto como yo», dice Sandar. «Me gustaría que estudiasen y fuesen médicos o contables».

    Fuente e imagen tomadas de: https://elpais.com/elpais/2020/10/26/album/1603717461_363685.html#foto_gal_7

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Kurdistán: La educación continúa en los campamentos a pesar de las difíciles condiciones

Kurdistán: La educación continúa en los campamentos a pesar de las difíciles condiciones

Debido a los ataques del estado turco invasor, 68 mil estudiantes en el norte y este de Siria fueron privados del derecho a la educación. La Administración Autónoma de Hesekê abrió escuelas en el campamento de Washokani para que los estudiantes desplazados de Serêkaniyê y los del campamento de Newroz en Dêrik pudieran continuar su educación.

Mihemed Haco, co-presidente de la escuela en el campamento en la ciudad de Hesekê, detalló: «Tomamos las medidas necesarias para proteger a los estudiantes del coronavirus. Habrá una distancia entre los estudiantes en las filas de las aulas. Antes de las lecciones, los estudiantes recibirán un desinfectante para manos».

Destacando el alto número de estudiantes, Haco afirmó que las aulas son insuficientespara tantos concurrentes. Al afirmar que los estudiantes necesitan asistencia financiera y educativa, Haco llamó a las organizaciones humanitarias. Comentó que la Asociación Rojava otorgó mochilas a los estudiantes mientras que las organizaciones de ayuda humanitaria permanecieron insensibles a los jóvenes y niños que se quedaban en los campamentos.

En el campamento Newroz hay 75 estudiantes

Hay más de un centenar de familias inmigrantes en el Campamento Newroz ubicado en la región de Dêrik, y hay 75 estudiantes entre todas las familias.

Los estudiantes se dividen en dos secciones según sus niveles. Reciben la misma educación y materiales que se brindan en las escuelas de la región de Cizire.

Los maestros comentaron que los estudiantes y sus familias agradecieron el regreso a la escuela. Afirmaron que la apertura de escuelas afectará positivamente la salud mental de los niños y aliviará el dolor de la guerra.

Fuente de la Información: https://kaosenlared.net/kurdistan-la-educacion-continua-en-los-campamentos-a-pesar-de-las-dificiles-condiciones/

 

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Tahiandia: When Teachers Prey

When Teachers Prey

Athira Nortajuddin

Face mask-clad students have their temperatures taken after arriving at their school compound in Phnom Penh. (AFP Photo)

Back in May, a Thai woman reported at a local police station that her 14-year-old granddaughter had been raped over the course of more than a year. The attacks, said to have been perpetuated by five teachers and two male alumni occurred several times at the girl’s school in north-eastern Thailand. The men were also accused of filming the acts and using the video clips to threaten the teenager, who had kept it a secret since March 2019.

Not long after her story made the headlines, a 16-year-old student from the same school came forward and reported that she too was raped by some of the same suspects. The cases caused public uproar with anger erupting on Thai social media as citizens called for justice for the girls and punishment for the alleged rapists.

The tragedy even caught the attention of Thai premier Prayut Chan-o-cha who vowed to mete out maximum punishment to the alleged rapists if the allegations were proven to be true.

«Regarding the case involving teachers and students, it proceeds according to the law. Maximum punishment as stipulated by the law will be given if the offence was committed and there is clear evidence, given that educational personnel are involved,» said the prime minister in a press conference.

«They have to be role models for society and youths. If they had behaved as alleged, that’d be unacceptable and seriously damaging,» he continued.

A school is supposed to be a safe place for pupils. Some would even call these educational institutions their second home. It is designed to provide learning spaces and learning environments for the teaching of students under the direction of reliable teachers. But what happens when the figure of authority and an educator, betrays the students’ trust and commits such heinous crimes such as abuse and sexual violence against them?

Child sexual abuse is an abuse of power, where other people seek emotional and sexual gratification by taking advantage of children who are in vulnerable positions. According to Jane F Gilgun, author of “Child Sexual Abuse: From Harsh Realities to Hope,” perpetrators are generally older, stronger, more knowledgeable and have authority in the eyes of children – such as teachers.

Unfortunately, the recent incident in Thailand serves as a reminder that such cases of abuse of power by educators have happened across Southeast Asia for many years.

In ASEAN member state Malaysia, people still remember the infamous British child rapist and sex offender Richard Huckle who died last year in prison in England. He was sentenced to life in prison back in 2016 by a London court for abusing at least 22 Malaysian and Cambodian babies and children over a period of almost a decade. He had pleaded guilty to 71 offences and was found with over 20,000 indecent images of children on his computer and camera when he was arrested in 2014.

Among the offences were 22 charges of rape against children he groomed while posing as an English teacher and volunteer with Christian communities in Malaysia. The youngest victim was believed to have been around six months old.

A number of complaints of sexual harassment and other forms of abuse and violence allegedly committed by school personnel against their students have also been reported in the Philippines.

Last June, Save the Children Philippines released a statement expressing “serious concerns on the rising cases of sexual harassment, violence against students of private colleges now being aired through social media platforms which opened a floodgate of similar complaints from other schools.”

School-related sexual abuse cases against pupils have also been reported in Indonesia, Cambodia, Singapore and Vietnam.

In 2018, Vietnam recorded 1,547 child sex abuse cases and out of the 735 cases reported in the first five months of that year, teachers were perpetrators for 6.2 percent.

However, the numbers could be higher than official figures.

«We know that a lot of victims of sexual abuse don’t report it to the police for fear of stigmatisation or retaliation, especially when the perpetrator is in a situation of authority over the victim, like a teacher and a student,» said Simone Vis, UNICEF Vietnam Chief of Education.

Protecting Children

Following the recent rape case of the 14-year-old Thai girl, Nataphol Teepsuwan, Education Minister of Thailand ordered the Office of the Teacher Civil Service and Educational Personnel Commission (OTEPC) to make sure that no educators or school executives who have been convicted of child sexual abuse offences are able to return to the profession.

In an article titled, “What schools can do to reduce the risk that teachers and other educators will sexually abuse children,” David Finkelhor, professor of Sociology at the University of New Hampshire, recommended some steps that institutions can adopt to crack down on child sexual abuse. This include complying with the reporting laws, talking frankly to students and faculty about the issue and providing educators help in building their self-management skills.

Ensuring that schools are safe spaces for students must be a national priority for every ASEAN member state.

Fuente de la Información: https://theaseanpost.com/article/when-teachers-prey

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Universidades chinas admiten más estudiantes con discapacidad

Colegios y universidades de China registraron un aumento en la inscripción de estudiantes con discapacidades de 2017 a 2019, informó hoy martes la Federación de Personas Discapacitadas de China.

Un total de 12.362 estudiantes con discapacidad fueron admitidos en universidades en 2019, cifra superior respecto a los 10.818 en 2017 y 11.154 en 2018, dijo la federación.

La federación ha trabajado con los departamentos correspondientes durante años para facilitar el empleo de estudiantes universitarios con discapacidades a través de ferias especiales de empleo en línea y presenciales y una plataforma de servicios en línea para ayudar a las personas con discapacidades a encontrar trabajo o a emprender.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2020-10/27/c_139471449.htm

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Provincia vietnamita de Binh Phuoc invertirá fondo millonario para construir escuelas inteligentes

Asia/Vietnam/Octubre 2020/https://es.vietnamplus.vn/

El Consejo Popular de la provincia survietnamita de Binh Phuoc aprobó una resolución sobre la construcción de un sistema escolar inteligente en el período 2021-2025.

En ese sentido, la localidad invertirá más de 31 mil dólares para establecer un centro operativo de educación inteligente centralizado y unificado con infraestructura avanzada que incluya aulas para el estudio y la educación física inteligente, sistema de biblioteca electrónica, infraestructura de tecnología de la información, base de datos de gestión de la industria, software especializado, soluciones de enseñanza y aprendizaje en línea, entre otros.

Al mismo tiempo, desplegará sistemas de software común y especializado en el campo de la educación y la capacitación, en pos de mejorar la eficiencia del trabajo y optimizar los recursos humanos.

Para el 2050, la provincia  completará la construcción de 50 escuelas inteligentes desde el jardín de infantes hasta el nivel de secundaria.

Fuente: https://es.vietnamplus.vn/provincia-vietnamita-de-binh-phuoc-invertira-fondo-millonario-para-construir-escuelas-inteligentes/128295.vnp

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Un «call center» de profesores para la enseñanza a distancia en Filipinas

Asia/Filipinas/Octubre 2020/panorama.com.ve

La iniciativa no es solo una solución a la actual crisis de covid-19, sino que será una pieza fundamental en nueva normalidad pospandemia en ese país asiático.

Filipinas ha cerrado sus aulas hasta que la vacuna contra el covid-19 esté lista y ha impuesto un modelo de enseñanza a distancia lleno de retos para miles de familias con pocos recursos, pero un «call center» con 70 profesores está disponible de lunes a viernes para resolver por teléfono o chat las dudas de los estudiantes.

«Este curso va a ser muy difícil para los maestros, pero sobre todo para los alumnos. Con este programa tratamos de facilitar las cosas y atendemos preguntas de cualquier alumno del país de primaria o secundaria», explica a EFE Rochel Gumangan, una profesora de 26 años contratada para participar en este proyecto bautizado Tele-Aral, iniciativa del ayuntamiento de Taguig, una de las ciudades más ricas de las 17 que conforman el área metropolitana de Manila.

Curso de retos

Después de retrasar el inicio del curso dos veces -debería haber comenzado en junio-, Filipinas retomó las clases el pasado 5 de octubre de forma no presencial, con un sistema «online» que ha dejado a 3 millones de niños en riesgo de abandono escolar porque no disponen de dispositivos electrónicos o conexión a internet.

Tele-Aral fue concebido inicialmente solo para los alumnos de Taguig, pero ante los desafíos que plantea este curso para los 24,6 millones de estudiantes filipinos matriculados en primaria y secundaria -22,5 millones en escuelas públicas y 2,1 millones en privadas-, el Departamento de Educación solicitó a ese ayuntamiento que extendiera el servicio a todo el país.

«La mayoría de las consultas tienen que ver con matemáticas», señala Rochel después de haber explicado por videollamada con una pequeña pizarra la resolución de una ecuación a una alumna de séptimo grado.

Su compañera Janine atiende principalmente dudas de la asignatura de inglés, «gramática y ortografía sobre todo», y explica que la mayoría del millar de consultas que reciben diariamente son por Facebook, ya que muchos hogares en Filipinas no tienen conexión wifi, pero sí disponen de un plan de datos en el teléfono que permite conectarse a esa red social.

No en vano, Filipinas es el país del mundo que más tiempo pasa conectado en Facebook.

Capital «call center»

Como muchos de los maestros de Tele-Aral, Rochel y Janine trabajaron durante la carrera en un «call center», ya que Manila se convirtió hace una década en la capital mundial de esos centros de atención al cliente de diferentes multinacionales, sector que antes de la pandemia empleaba a más de un millón de filipinos y acaparaba el 11% del PIB de Filipinas.

«No solo tienen formación en educación, sino que la mayoría tienen experiencia en atención al cliente por teléfono e internet», remarca George Tizon, director de Educación del Ayuntamiento de Taguig y promotor de Tele-Aral.

Las medidas de seguridad son fundamentales: chequeos de temperatura a la entrada, mascarilla y pantalla facial obligatoria, mamparas de separación y distancia social entre los trabajadores para evitar contagios de covid-19 en el país que lidera las infecciones en el Sudeste Asiático -unos 345.000 casos y más de 6.300 muertes- con Manila como principal foco.

El «call center» está instalado en el colegio Renato Cayetano y utiliza los ordenadores de los laboratorios de informática de las diez escuelas públicas de secundaria de Taguig.

Pero Tele-Aral no es solo una solución a la actual crisis de covid-19, sino que será una pieza fundamental en nueva normalidad pos-pandemia, incluso cuando haya vacuna disponible.

«Queremos implantar un sistema mixto. En Taguig ya no volveremos al aula tradicional, sino que vamos a aprovechar este experimento durante la pandemia para elevar el nivel de nuestra educación con esos programas de innovación», explicó Tizon.

Los marginados

Pese a iniciativas como Tele-Aral, el Departamento de Educación estima que unos 3 millones de menores se han quedado sin escolarizar respecto al año anterior y muchos de los matriculados tendrán que superar grandes dificultades para seguir las clases en este nuevo modelo.

En otras partes de la capital -donde un tercio de sus 14 millones de habitantes vive bajo el umbral de la pobreza-, miles de familias han tenido que hacer un gran esfuerzo económico para adquirir dispositivos y conectividad a la red.

«Me he gastado 5.000 pesos (más de 100 dólares) es comprar un teléfono para que mis dos hijos puedan sumarse a las clases online y comunicarse con los profesores», cuenta Christine Gamboa, que trabaja como empleada del hogar en varias casas de Manila.

A pesar de su empeño, es consciente de que sus hijos de 8 y 6 años no van a aprender este curso tanto como si acudieran todos los días a clase, pero se conforma con que no pierdan el curso y está mucho más tranquila teniéndolos en casa frente a la amenaza del covid-19.

Fuente e imagen tomadas de: https://www.panorama.com.ve/novedades/Un-call-center-de-profesores-para-la-ensenanza-a-distancia-en-Filipinas-20201017-0007.html

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China publica directrices sobre educación en seguridad nacional

Asia/China/Octubre 2020/spanish.xinhuanet.com

El Ministerio de Educación de China dio a conocer unas directrices para fomentar la conciencia de los estudiantes sobre la protección de la seguridad nacional.

Las directrices requieren que las escuelas y universidades lancen cursos para enseñar a los estudiantes sobre los intereses nacionales en diversas áreas, las amenazas a la seguridad nacional y las formas de salvaguardar los intereses nacionales.

En las directrices, la entidad recomienda conferencias y el aprendizaje experiencial en la educación sobre seguridad nacional como complementos al estudio en clase. También alienta el uso de los recursos sociales, incluidos los espacios educativos, las instituciones profesionales y las empresas en sectores relacionados con la seguridad nacional.

La medida tiene como objetivo alentar a los estudiantes a involucrarse más con los asuntos de seguridad nacional, de acuerdo con las pautas.

Fuente: http://spanish.xinhuanet.com/2020-10/28/c_139473045.htm

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