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«De selvas a potreros», de Stanley Heckadon-Moreno

Por: Olmedo Beluche

La cultura de potrero en Panamá

De la enorme pila de material bibliográfico que consulté para la elaboración de mi tesis doctoral, que intenta una historia agraria de Panamá, el libro que más me impresionó por la descripción de las formas de vida campesinas y su evolución en el tiempo es “De selvas a potreros. La colonización santeña en Panamá: 1850 – 1980”, del Dr. Stanley Heckadon-Moreno. Es un libro hermosamente redactado, que prueba que la ciencia no tiene que estar reñida con lo ameno, y que acierta en explicar las causas económicas capitalistas que le han impuesto al campesino azuerense la cultura de potrero, la cual  no hace parte de su propia naturaleza campesina.

Alguien de extracción puramente urbana solo puede aprender acerca de la cultura campesina, o através de libros maravillosos como el de Heckadon, o viviéndola personalmente.  Esta lectura me ha servido para racionalizar experiencias personales que adquirí gracias a la guía de Herasto Reyes, gran periodista y revolucionario originario de Vallerriquito, quien me presentó a los líderes del Movimiento Campesino de Veraguas, después Moviiento Campesino de Panamá, muchos de los cuales se habían organizado junto a Héctor Gallegos, en interminables giras desde Santa Fe a Montijo, pasando por Las Palmas, Cañazas y Viguí. Así conocí a algunos que ya no viven como Evaristo Ortega, y otros que siguen luchando, como “mi presidente”, Ricardo Barría.

Heckadon estudia la vida campesina a partir de una preocupación: la destrucción incesante de nuestros bosques. En 1950, tres cuartas partes de Centroamérica estaban cubiertas de bosques, pero en 2009 no llegaba al 30%. Es un proceso inclemente que liquida anualmente 376 mil hectáreas de bosque centroamericano y 50 mil hectáreas en Panamá. Aunque habitualmente se culpa al campesino santeño y su cultura agrícola de la deforestación, lo novedoso del libro de Heckadon es que demuestra que: la pequeña propiedad, combinada con la agricultura de roza para la subsistencia, mantiene un equilibrio con la naturaleza, hasta que el mercado capitalista y la necesidad creciente de dinero la transforman en una máquina de matar bosques.

Heckadon demuestra cómo durante el periodo colonial y la postindependencia, la agricultura de roza y la cría de ganado, aunque implicaba tala y quema, al garantizar la subsistencia de nuestros campesinos, estos también equilibraban su producción con pequeñas variaciones de parcelas y dejando tierras en descanso.

Otro descubrimiento inesperado del libro de Heckadon es la inexistencia de propiedad privada en el campo en Azuero, antes de 1850. La mayor parte  de la tierra era de propiedad comunal o municipal, principalmente los bosques aledaños a los pueblos, que compartían más o menos equilibradamente los ejidatarios, quienes poseían sus parcelas bajo un régimen de usufructo de hecho.

La destrucción de los bosques, la migración incesante a nuevas zonas, la degradación rápida de la tierra y su conversión en potreros cercados, a una hectárea por vaca, no son intrínsecos al campesinado, sino al desarrollo del sistema capitalista panameño a partir de la construcción del ferrocarril a mitad del siglo XIX, y con más fuerza a partir de 1903. Heckadon demuestra cómo la política liberal hizo de la propiedad comunal de la tierra el enemigo y cómo promovió e impuso en la cultura campesina la propiedad privada y la potrerización de la tierra mediante una cantidad de leyes que iniciaron con la república. Robo y privatización de la tierra de la que se aprovecharon algunos políticos encumbrados.

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=221016

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Informe OECD: Habilidades para el progreso social El poder de las habilidades sociales y emocionales

Fuente OECD

Los niños y los adolescentes necesitan habilidades cognitivas sociales y emocionales en dosis equilibradas para poder tener éxito en la vida moderna. Se ha demostrado que las habilidades cognitivas, incluyendo las medidas a través de pruebas de aptitud y calificaciones académicas, influyen en la posibilidad del éxito educativo y laboral de las personas. También predicen resultados más amplios como la salud percibida y la participación social y política, así como la confianza. A su vez, las habilidades sociales y emocionales, como la perseverancia, la sociabilidad y la autoestima, han demostrado tener influencia sobre numerosas mediciones de logros sociales, incluyendo una mejor salud, un mejor bienestar subjetivo y menores posibilidades de tener problemas de conducta. Las habilidades cognitivas y socioemocionales interactúan, se estimulan unas a otras y dan a los niños la capacidad de tener éxito dentro y fuera de la escuela. Por ejemplo, las habilidades sociales y emocionales pueden ayudarlos a traducir intenciones en actos y mejorar con ello sus posibilidades de completar los estudios universitarios, elegir estilos de vida sanos y evitar tener comportamientos agresivos.

Algunas de las habilidades sociales y emocionales más importantes son maleables durante la niñez y la adolescencia, lo que da a los responsables de la elaboración de políticas, a los docentes y a los padres la oportunidad de proporcionar los entornos de aprendizaje adecuados para acompañar a los niños en esas etapas. Si bien todos reconocen la importancia de las habilidades sociales y emocionales, hay a menudo poco conocimiento de Este informe resume tres años de investigación analítica realizada bajo los auspicios del proyecto de educación y progreso social (ESP) del Centro de Investigación e Innovación Educativas (CERI) de la OCDE. En él se incluyen revisiones de la literatura, análisis empíricos de datos longitudinales y una revisión de las políticas y prácticas de los países miembros de la OCDE y las economías asociadas.

El informe identifica promisorios caminos de acceso al desarrollo social y emocional efectivo. Esos caminos incluyen la promoción de relaciones sólidas entre los educadores (es decir padres, docentes y tutores) y los niños, la utilización de ejemplos de la vida real y la experiencia práctica en las actividades curriculares existentes, y el énfasis en el aprendizaje práctico en las actividades extracurriculares. Las mejoras de los contextos y prácticas de aprendizaje no exigen necesariamente grandes reformas o recursos. Podemos poner en marcha este proceso adaptando la forma en que se organizan las actividades curriculares y extracurriculares existentes.

 

El informe completo esta disponible en el siguiente enlace: Habilidades para el progreso social El poder de las habilidades sociales y emocionales

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Los primeros años: El bienestar infantil y el papel de las políticas públicas

Fuente:  BID

El bienestar infantil es importante tanto por razones éticas como económicas porque los niños que prosperan en los primeros años tienen más probabilidad de volverse ciudadanos productivos y saludables en el futuro. Este año, la edición de Desarrollo en las Américas (DIA) se centra en el bienestar infantil desde la concepción hasta los 8 años de edad y establece la necesidad por la intervención pública para mejorar los resultados de los niños. El proceso del desarrollo del niño – físico, comunicativo, cognitivo y socio-emocional – está determinado por las experiencias que los niños acumulan en el hogar, las guarderías, y en la escuela. Los padres, familiares, otros cuidadores, maestros y el gobierno influyen en la formación de esas experiencias. Este libro ofrece sugerencias para la formulación de la política pública para mejorar esas experiencias de manera que sin duda marcarán la vida de los niños y las sociedades en las que viven.

Pueden acceder al libro en el siguiente enlace:

Los primeros años: El bienestar infantil y el papel de las políticas públicas

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La educación ambiental no es nueva, es resguardar el patrimonio y saber conectarnos con el “espíritu del lugar”.

Por:  Bárbara Saulesleja. Ecoportal. 30-12.2016

La educación ambiental si se considera únicamente como una metodología, procedimientos, ciertas recetas “a aplicar”, “mensajes a transmitir”, dar información ambiental, puede no ser una alternativa a mejorar la situación ambiental actual.

La educación ambiental si se considera únicamente como una metodología, procedimientos, ciertas recetas “a aplicar”, “mensajes a transmitir”, dar información ambiental, puede no ser una alternativa a mejorar la situación ambiental actual.

La educación ambiental no es nueva. Sí el  concepto pero no la práctica en la gestión de  los territorios.

Proponemos recuperar lo saberes ambientales y la identidad como remedio contra el “no-espacio” que impone el capitalismo y toda forma de materialismo actual. Para ello debemos  entendemos al ambiente como patrimonio natural y cultural, material e inmaterial y trabajar desde los saberes ambientales que ya se poseen, desde la identidad y el resguardo del espíritu del lugar.

No todos pensamos lo mismo al hablar de “educación”

La educación ambiental fue definida de diferentes maneras según autores, contextos, épocas, esto no debería llamar la atención a las personas vinculadas a la educación ya que al mismo concepto de educación le ocurre lo mismo.

Como podemos ver en Feldman1 en la tradición educativa se fueron gestando dos maneras de concebir a la “enseñanza”. Para unos consiste en “poner” cosas en la mente de los niños y para otros la enseñanza se ocupa de “sacar” o permitir que se exprese lo que el sujeto trae.

El autor sostiene que estas posiciones están relacionadas con tradiciones pedagógicas que consideran al niño como una tabla rasa o que lo abordan como un sujeto con potencialidades, las cuales la educación debería promover su desarrollo.

En el primer sentido encontramos que el término “Educación” según el filósofo griego Platón es “educir”, la cual se identifica con “sacar de adentro”. En su obra “La República”, el filósofo Sócrates va a explicar que quien enseña en realidad actúa como “un partero de almas”.

En el segundo el niño se considera una tabla a la cual debe darse forma y en la que se puede escribir cualquier elemento. Esta fue la concepción que predominó.

Nos identificamos con la primera visión sobre la educación, ya que esa definición se basa en la idea de que la educación debe apuntar a educir lo que el individuo ya sabe, a despertar sus potencialidades internas y el aprender-enseñar es un proceso continuo, de igual forma lo promueve la UNESCO después de siglos: el concepto de Educación Permanente, brindado por la UNESCO (Tokio, 1972), trata de llevar a la educación a todos los niveles de la vida con la intención de que la reciban y la ejerciten todos y cada uno de los hombres. 2

“Desde Platón (que abogó por la educación a todo lo largo de la vida del hombre) y Condorcet (según el cual la instrucción debía abarcar todas las edades), y sin olvidar a Comenius (“ toda la vida es una escuela para los hombres, del nacimiento a la tumba”) ni tampoco la transmisión oral y de modo no formal de sistemas históricos precapitalistas- como, por ejemplo, en los imperios Azteca, Otomano, Mongol, Tokugawa, Bantú, Ming y que aún son una forma de educación permanente en nuestros días; hasta llegar a los esfuerzos mas recientes de conceptualización -UNESCO ( 1960, 1984, I989… I995)” (…). “Existe un consenso en que el aprendizaje del hombre no termina (ni comienza) con la escuela, sino que es un proceso que dura toda la vida”.3

Diversos saberes, culturas, formas de vincularse entre comunidades con su contexto en el contexto de la globalización homegeneizante son una muestra de la inexistencia de una receta única: en donde está quien “concientiza” al otro sin más que ser un sacerdote, un idealista, un héroe, mientras que el otro, los otros, son receptores, es un enfoque que se pretende en este escrito cuestionar.

Autores latinoamericanos como Eloisa Tréllez han planteado imágenes que pretendemos rescatar como la “danza de la pedagogía ambiental”4.

También tenemos las distintas experiencias, concretas, a lo largo de todo el mundo de cosas que ni se llaman educación ambiental pero que lograr un escenario positivo para que la comunidad humana pueda desarrollarse y conservar, usar sin agotar, desarrollarse cultural, espiritualmente y materialmente sin necesidad de recurrir a un modelo único didáctico.

Volver al pasado para recuperar el sentido del presente

Entrar en una máquina del tiempo viajar a la historia oficial de la educación ambiental, nos llevaría a la Conferencia de Tbilisi.

Sin embargo si en nuestra posibilidad ir hacia el pasado y tratar de encontrar indicios de la EA nos encontraríamos en un pasado remoto, en lugares muy distintos, contextos, un abuelo, un nieto, una comunidad, un tejido, una cueva, un mito, una narración, un fogón, una danza, un conocimiento sobre cómo cultivar, cuándo cosechar.

Como comienza un estudio mexicano5, podría entenderse de otra manera el origen de la Educación Ambiental (EA):

“Para comprender el origen de la EA en nuestro país hay que reconocer la labor educativa de las culturas indígenas prehispánicas, la acción e interpretación del mundo de los diferentes grupos como el maya, náhuatl, purépecha, etc. Las expresiones manifiestas en más de 63 idiomas indígenas actuales abordan la relación entre las comunidades humanas y su entorno(..). ” 6

Esto que se menciona para México podría considerarse para otros países de todo el mundo.

Un origen más antiguo que el mencionado mayormente dentro de la historia de la Educación Ambiental. Por lo tanto una larga tradición que vale la pena ser reconocida.

Esto le devuelve valor a los saberes ambientales de culturas nativas.

Saberes guardados en leyendas, en canciones, en cuentos, en la forma de vivir de estas culturas y que podemos colaborar en recuperar, fortalecer y compartir.

Saberes ambientales

“El saber ambiental busca saber lo que las ciencias ignoran porque sus campos de conocimiento arrojan sombras sobre lo real y avanzan subyugando saberes. En este sentido, el saber ambiental lleva a construir nuevas identidades, nuevas racionalidades y nuevas realidades”.
LEFF1 7

Esta frase nos invita a ser humildes. No es el saber científico sinónimo de saber ambiental.

Al trabajar con la gente no caer como salvadores y sabelotodo, sino ante todo respetuosos con el otro.

El recuperar los saberes ambientales, su puesta en valor, el poder brindar información ambiental global de lo que sucede con un ambiente, con la biodiversidad,  etc. Permite reconocer que a pesar del avasallamiento de la globalización y el consumismo. Hay saberes, entonces: hay esperanza.

Sobre todo rescatar saberes ambientales y ayudar a potenciarlos es el objetivo.

El espíritu del lugar

Educar ambientalmente para muchos de nosotros no es “poner” sino “sacar”, educir. No es poner información ambiental, sino de apoyar procesos de recuperación de la identidad, de revalorizar saberes, de organizarnos para la acción colectiva.

Necesitamos primero conectarnos con el espíritu del lugar como enseñaron desde siempre las comunidades originarias.

Usar los sentidos físicos y los que son inmateriales.

Empatizar con las diversas formas de vida.

¿Hace cuánto que usted lector no camina descalzo por la tierra? ¿O mira a su alrededor de manera silenciosa como la vida está en todas partes?

Si estuviera en su poder decidir sobre un desmonte, un vertido ilegal de una fábrica, cualquier forma de corrupción que vaya en desmedro de la naturaleza y calidad de vida, ¿qué decidiría si estuviera más conectado con el espíritu de la Vida?

Bajemonos del tren del automatismo y de la comodidad mental y física del consumismo inconciente (arrollador del ambiente natural y humano), para subirnos al tren que llega a la estación “Futuro”.

Este tren se llama Empatía, conectarnos, saber estar y ver, porque…

“Ojos que ven, corazón que siente”.

Habitemos esta Tierra sabiendo convivir y conectarnos con el “Espíritu del lugar”.

Referencias bibliográficas:
• PUIG BAGUER, Jordi; ECHARRI IRIBARREN Fernando y JERICÓ,  María Casas. “Educación ambiental, inteligencia espiritual y naturaleza”. Universidad de Navarra. Facultad de Ciencias. Departamento de Biología Ambiental. © Ediciones Universidad de Salamanca. http://www.silene.es/documentos/Educacion_ambiental_inteligencia_espiritual.pdf

• Leff, Enrique. (Enero 2006) “Complejidad, racionalidad ambiental y diálogo de saberes” .Ponencia  I Congreso internacional interdisciplinar de participación, animación e intervención socioeducativa.

• Tréllez Solís, Eloisa. (2002) “Manual Guía de Comunidades: educación ambiental y conservación de la biodiversidad en el desarrollo comunitario. Proyecto “Conservación de la Biodiversidad y manejo sustentable del Salar del Huasco””.ttp://www.ced.cl/PDF/Educacion%20Ambiental/MANUAL%20EDUCADORES.PDF Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable (2007), Cuadernillo Proyecto Marino Patagónico.
• Conferencia UNESCO sobre la Retrospectiva Internacional de la Educación dc Adultos (1960) Montreal. https://es.scribd.com/document/25315079/Siete-Pasos-Para-La-Danza-de-La
• Bravo Mercado, Ma. Teresa. .“La Educación Ambiental en México: visiones y proyecciones de actualidad” En Educación Ambiental para la sustentabilidad en México: Aproximaciones conceptuales, metodológicas y prácticas. Coordinadores: Felipe Reyes Escutia y Ma. Teresa Bravo Mercado Primera edición en español: Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas 2008Chiapas, México. www.unicach.edu.mx
Citas:
1 Feldman, Daniel. (1999). “Ayudar a enseñar”, Aique, Buenos Aires.
2 Secretaría de Ambiente y Desarrollo Sustentable (2007), Cuadernillo Proyecto Marino Patagónico.
3 Conferencia UNESCO sobre la Retrospectiva Internacional de la Educación dc Adultos (1960) Montreal.
4 https://es.scribd.com/document/25315079/Siete-Pasos-Para-La-Danza-de-La
5 Bravo Mercado, Ma. Teresa. .“La Educación Ambiental en México: visiones y proyecciones de actualidad” En Educación Ambiental para la sustentabilidad en México: Aproximaciones conceptuales, metodológicas y prácticas. Coordinadores: Felipe Reyes Escutia y Ma. Teresa Bravo Mercado Primera edición en español: Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas 2008 Chiapas, México. www.unicach.edu.mx
6 Bravo Mercado,  Ma. Teresa En Educación Ambiental  (Op. Cit).
7 Leff, Enrique. (Enero 2006) “Complejidad, racionalidad ambiental y diálogo de saberes” .Ponencia  I Congreso internacional interdisciplinar de participación, animación e intervención socioeducativa

Ecoportal.net

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Hermanos y hermanas en la lucha por reconstruir el mundo

Por: Peter McLaren.  

He trabajado con camaradas en Latinoamérica durante casi 30 años. Allí he encontrado amistades incondicionales y camaradas con un coraje inquebrantable, un espíritu indomable y una visión de un nuevo universo social liberado de las cadenas del capitalismo actual.

Con tantos obstáculos frente a nosotros, es fácil cansarse y perder la esperanza. Creemos, sin embargo, que si trabajamos con diligencia y evitamos las inseguridades, amigos desconocidos y aliados cruciales se unirán a nosotros. No todas las culminaciones de acontecimientos, como es nuestra lucha contra distintas causas de sufrimiento y opresión, se convierten en un nuevo comienzo, ni todas las llegadas a un nuevo lugar de entendimiento se convierten en un punto de partida donde no existe reiteración de dolor y sufrimiento, donde el mundo de repente parece un lugar mejor. La verdad es que es muy probable que el sufrimiento del mundo empeore en los próximos años, a pesar de nuestros esfuerzos.

Entender que nuestro sufrimiento y el de nuestros prójimos continuará, quizás sin cesar, en nuestras propias vidas no nos fuerza a interceder renunciando al mundo por amor divino, por un sentimiento de ecuanimidad en este mundo o entrando en un estado de reverencia incondicional por la fantasmagoría de la vida cotidiana. En su lugar, trabajamos para desarrollar una conciencia crítica que se ajusta a las demandas realizadas por el presente histórico, que se ajusta a las demandas que la actual coyuntura histórica nos impone como agentes políticos y morales. No buscamos el equilibrio. Más bien, buscamos un compromiso intenso y amoroso con el mundo, un compromiso crítico, intensificado en todos los aspectos de nuestras vidas para cuando el espíritu de lo absoluto imperecedero rompa nuestro día a día y nuestra existencia mundana, luchemos con uñas y dientes por un mundo mejor.

La responsabilidad de construir un mundo socialista que satisfaga las necesidades de todos nosotros, las cuales a día de hoy han sido anuladas por el coloso del capital, nos llama, hermanos y hermanas, a hacer frente a la historia en su totalidad, a esculpir un nuevo campo de ser. Desde la praxis surge ese logro que se presupone en el anuncio, un anuncio de que un nuevo mundo es necesario y está en marcha. Desde nuestra praxis revolucionaria se libera un compromiso crítico con el mundo sin garantías de éxito. De cara a la galería y en nuestro interior luchamos por la justicia en el lugar de la intelección y acción, que es, en el lugar de la praxis, una praxis de ser y llegar a ser que mientras a veces podría parecer urgente y quizás incluso imperiosa, está concebida para transformar el mundo a lo largo del arco de justicia social.

De ahí que no haya amor sin justicia. Y no haya justicia sin amor. Y no existe un camino más maravilloso que este. No hablamos del amor como algo fungible, algo que te otorgan o que se puede adquirir, o que toma esta forma o aquella; el amor no es un objeto, sino eso que surge e ilumina al otro. Solo podemos conocer ese amor a través de nuestro compromiso amoroso con el otro. En otras palabras, a través de nuestra acción decidida, firme y determinada con los demás en este mundo de necesidades insatisfechas y sueños rotos.

Comenzamos nuestra lucha con una decisión, una que avisa a los guardianes del capital de que ya no toleraremos más injusticia, odio a los demás, pobreza, tortura y sufrimiento humano innecesario en cada una de sus facetas. Luchamos para construir un frente unido transnacional, para reclamar la finalidad de la educación pública y reconstruir el mundo. No cederemos.

Para citar este artículo:

McLaren, P. (2014). Hermanos y hermanas en la lucha por reconstruir el mundo. Iberoamérica Social: revista-red de estudios sociales (III),pp. 46-47. Recuperado de http://iberoamericasocial.com/hermanos-y-hermanas-en-la-luchapor-reconstruir-el-mundo

Traducido por:
María José Vecino Puerto
Nazaret Calzado
Irene Sendra

Fuente: http://iberoamericasocial.com/hermanos-y-hermanas-en-la-lucha-por-reconstruir-el-mundo/

Fotografía: revoluciontrespuntocero.

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Banco Mundial invirtió 2.400 millones de dólares en proyectos de educación y prevención de violencia en Centroamérica

Centro América/Diciembre 2016/Fuente: CINU

Con una cartera de 2.410 millones de dólares destinada a apoyar 33 proyectos en diferentes sectores, el Banco Mundial (BM) reiteró su compromiso con Centroamérica en 2016 en materia de educación, infraestructura y prevención de violencia.

En el sector educativo, el BM contribuyó a que en El Salvador, con el apoyo al Proyecto de Mejora de la Calidad Educativa, se ampliara durante este año el número de escuelas que implementan el Modelo de Escuela Inclusiva de Tiempo Pleno de 22 hasta 121. Además, Costa Rica siguió mejorando la educación superior a través de un proyecto de 200 millones de dólares que busca aumentar tanto el acceso y la calidad de la enseñanza como las inversiones en innovación y desarrollo científico y tecnológico.

En cuanto a infraestructura, el Proyecto de Fortalecimiento de Gobiernos Locales para El Salvador, tras cinco años de ejecución, logró mejorar los servicios de infraestructura rural, agua y acceso a electricidad en los 262 municipios.

En Honduras, el Proyecto de Infraestructura Rural facilitó que 2.660 hogares tengan ahora acceso a sistemas de agua potable y 2.426 conexiones a alcantarillado, al tiempo que 10.062 habitantes rurales disponen ahora de acceso a electricidad a través de conexiones de red.

La prevención de violencia, especialmente en el Triángulo Norte, fue otra de las prioridades del BM en 2016, que implementó una donación de 3,5 millones para mejorar la educación, los servicios sociales, la creación de empleo y las actividades juveniles en Honduras, Guatemala y El Salvador.

Además, el Proyecto Municipios Más Seguros apoyó en Honduras la implementación de metodologías, campañas e iniciativas para mitigar los factores de riesgos que causan la violencia en nueve comunidades de tres ciudades del país, beneficiando un total de 10.566 personas.

Con el objetivo de reducir la pobreza y fomentar un crecimiento económico inclusivo que llegue a toda la población, el BM también trabajó en la mejora de la salud en Nicaragua y El Salvador, del transporte en Panamá y la reducción de desastres en Honduras.

En Nicaragua, el Proyecto de Protección Social entregó paquetes para promover los servicios sociales a 18.992 familias en 26 municipios con la finalidad de mejorar la formación en capital humano en las familias y lograr cambios positivos en las relaciones intrafamiliares, entre otros.

A su cierre, el Proyecto de Fortalecimiento de Gobiernos Locales en El Salvador permitió la creación de 13.113 empleos temporales y capacitó a 481 personas de 167 municipios.

El BM ha apoyado la preparación del Plan de Seguridad Hídrica en Panamá y evaluaciones de impacto de los sectores de agua y saneamiento en la desnutrición crónica en Guatemala y Panamá.

El Proyecto Comrural permitió que organizaciones de pequeños productores en Honduras aumentaran su participación en mercados internacionales un 10%, lo cual derivó en ganancias equivalentes a US$8 millones.

El BM inició el apoyo a una iniciativa para que el sector energético camine hacia una progresiva descarbonización en Centroamérica mientras en Nicaragua está apoyando el Gobierno a crear un Marco Estratégico para desarrollar el Corredor Seco.

En 2016 Honduras recibió un Premio sobre Gobiernos Abiertos por su desempeño en la Iniciativa de Transparencia del Sector de la Construcción, el cual fue apoyado por el BM a través del Proyecto de Rehabilitación y Reconstrucción de Carreteras.

«Estos proyectos son una prueba más del compromiso del Banco Mundial con los sectores más vulnerables, así como de nuestra determinación para seguir apoyando los esfuerzos de la región para reducir la pobreza y la desigualdad», señaló Humberto López, Director del BM para Centroamérica, quien recordó que si bien la región sigue creciendo por encima del promedio de América Latina y El Caribe, todavía enfrenta el reto de que este crecimiento sea inclusivo.

Fuente: http://www.cinu.mx/noticias/la/banco-mundial-invirtio-2000-mi/

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Ser Anticapitalista hoy: Una cuestión de sentido común

Por: Mateo Aguado.

Hace poco más de un año tres reputados científicos de la NASA publicaron un impactante estudio en el que, basándose en complejos modelos matemáticos, pronosticaban el posible colapso de la civilización humana para dentro de pocas décadas. Las causas que se aludían como determinantes para llegar a tales conclusiones eran principalmente dos: la insostenible sobreexplotación humana de los recursos del planeta y la cada vez mayor desigualdad social existentes entre ricos y pobres (1).

Más allá de analizar la gravedad de esta predicción, me gustaría hacer notar que los dos motivos que –según estos investigadores– podrían acabar provocando el derrumbe de nuestra civilización son precisamente dos de las más claras características que posee el sistema capitalista: una insensibilidad total hacia la sostenibilidad ecológica del planeta y una abrumadora despreocupación hacia la (des)igualdad y la (in)justicia social.

En consecuencia –y como se verá en mayor profundidad en las líneas que siguen– no resultaría demasiado descabellado afirmar que el capitalismo es, a día de hoy, una de las mayores amenazas que se ciernen sobre la continuidad de la cultura humana en el planeta Tierra.

Evidencias de un sistema insensato

En las sociedades modernas de hoy en día nos hemos acostumbrado a asociar el poder adquisitivo con la capacidad de alcanzar una vida feliz. Es decir, se asume que –más que menos– nuestro nivel de renta determina la felicidad que podemos llegar a alcanzar en nuestra vida (o, como se suele decir, que el dinero da la felicidad).

Esta engañosa forma de concebir la vida (basada en los aspectos materiales y monetarios como medida a través de la cual lograr una vida buena) representa, probablemente, la mayor herramienta moral que posee el capitalismo en la actualidad. Sin embargo, y como veremos a continuación, esta concepción ofrece al menos dos evidencias que la hacen insostenible.

I) La evidencia social

Desde el punto de vista social el capitalismo es insostenible en tanto en cuanto promociona una sociedad global de poseedores y desposeídos en donde el sobre-consumo innecesario de unos pocos se produce a costa de las carencias vitales de la mayoría. Y es que una de las características que ha demostrado tener el capitalismo moderno es la construcción de sociedades en las que tienden a crecer las desigualdades sociales (lo cual sucede tanto si pensamos a una escala planetaria, a nivel de países, como si lo hacemos dentro de un mismo país bajo el prisma, cada vez más simplificado, de clases).

Paralelamente a esta estratificación económica de la sociedad en dos claros grupos (unas élites muy ricas y unas masas pobres), el capitalismo no ha logrado tan siquiera cumplir su clásica promesa de traer la felicidad a un creciente número de personas. Son cuantiosos los estudios que en este sentido han cuestionado rotundamente el axioma tan fuertemente instaurado en el ADN capitalista (y en el imaginario colectivo) de que el dinero da la felicidad. Estos estudios vendrían a mostrarnos cómo la correlación entre los ingresos y la satisfacción con la vida sólo se mantiene en etapas tempranas, cuando el dinero es usado para cubrir las necesidades más básicas. A partir de este punto entraríamos en una situación de “comodidad” en donde más dinero ya no significa necesariamente más felicidad. Es más, una vez ha sido alcanzada esta situación, seguir buscando obstinadamente el crecimiento económico (en el plano macro) y el aumento de la renta y el consumo (en el plano micro) puede resultar incluso contraproducente, pues tiende a hacernos descuidar otros aspectos de nuestra vida –intangibles pero igualmente esenciales para la felicidad– como las relaciones sociales o el buen uso del tiempo (2).

Así pues, parece claro que el capitalismo es un sistema que chirría tanto con la justicia social como con la felicidad humana. Como pusieron de manifiesto hace unos años Richard Wilkinson y Kate Pickett –en su magnífica obra Desigualdad: Un análisis de la (in)felicidad colectiva– estas dos cuestiones (justicia social y felicidad humana) son dos asuntos íntimamente relacionados. Parece ser que las desigualdades sociales tienden a hacernos más infelices: en aquellas sociedades en donde son mayores los niveles de desigualdad, mayores son también los niveles de infelicidad (3).

De todo esto se puede extraer la acertada conclusión de que una sociedad preocupada por maximizar sus niveles de felicidad debería ser una sociedad centrada en rebajar al mínimo sus niveles de desigualdad (lo cual, dicho sea de paso, parece una tarea incompatible con las actuales políticas de desarrollo occidental). Por ello, como sostiene Jorge Riechmann en su libro ¿Cómo vivir? Acerca de la vida buena, el capitalismo es “un enemigo declarado de la felicidad”. Y por esta misma razón “los partidarios de la felicidad humana no pueden ser sino anticapitalistas”.

II) La evidencia ecológica

Por otro lado, el axioma del crecimiento indefinido que el capitalismo defiende, a la vez que (como hemos visto) un sinsentido social, es una inviable biofísica. La constante demanda de materiales y energía que conlleva una economía como la que tenemos no puede mantenerse de forma indefinida en el tiempo sin acabar chocando con los límites biofísicos de nuestro planeta (un lugar éste, no lo olvidemos, finito y acotado). Este hecho, a pesar de ser firmemente ignorado por los economistas convencionales (y por la inmensa mayoría de los políticos), constituye una realidad absolutamente incontestable, tal y como nos enseña la segunda ley de la termodinámica. Se podría afirmar, por lo tanto, que el capitalismo es, desde el punto de vista ecológico, biofísico y termodinámico (desde el punto de vista científico al fin y al cabo) un sistema imposible abocado al desastre.

Es por razones como ésta que [como ya se apuntó en la primera entrada de este blog] en política y en economía, al igual que sucede con el resto de aspectos de la vida, se hace imprescindible poseer un mínimo de cultura científica para poder ejercer como ciudadanos responsables y comprometidos (o lo que es lo mismo a efectos termodinámicos, para acomodar nuestro comportamiento a los límites biofísicos del planeta).

Me resultan muy interesantes en este sentido las sabias palabras de Wolfgang Sachs, quien sostiene que, en el futuro, el planeta ya no se dividirá en ideologías de izquierdas o de derechas, sino entre aquellos que aceptan los límites ecológicos del planeta y aquellos que no. O dicho de otro modo, entre aquellos que entiendan y acepten las leyes de la termodinámica y aquellos que no. No se trata por lo tanto de arreglar o refundar el capitalismo (como algún político sostuvo hace no mucho) sino de entender que nuestro futuro como especie en este planeta será un futuro no-capitalista o, sencillamente, no será (4).

Hacer comprender al común de los mortales que la esfera económica no puede crecer por encima de la esfera ecológica (al menos no sin comportarse antes como un cáncer) es, por sencillo que pueda parecer de entender, uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta la ciencia y la educación del nuevo milenio.Esferas concéntricas

Sin embargo, esta cuestión de las esferas concéntricas –cual muñecas rusas– y de los límites del planeta es (pese a los reiterados mensajes ilusorios en pro del gasterío insensato que el capitalismo se empeña en difundir) un asunto sencillo de concebir para todas las personas. Y aquí reside –precisamente– nuestra esperanza: la esperanza de un cambio social en aras de poder alcanzar otro mundo posible, más justo y sostenible.

Como argumentaba recientemente Juan Carlos Monedero, es mucho más factible hacerse anticapitalista a día de hoy desde posiciones ecologistas que desde posiciones marxistas. La inviabilidad de un sistema que aboga por el crecimiento constante en un mundo que es limitado es algo mucho más fácil de comprender para la gente normal que la tendencia descendente de la tasa de ganancia o el fetichismo de la mercancía de la que nos hablaba Marx.

Por lo tanto, y a modo de corolario, urge entender que ser anticapitalista a día de hoy no es ya una cuestión de ecologistas o de marxistas aislados, sino que es algo de sentido común; algo directamente relacionado con la lógica de supervivencia. Esperemos que este asunto sea entendido –más temprano que tarde– por la inmensa mayoría de individuos que pueblan la Tierra hasta convertirse en una evidencia popular. Nuestra continuidad sobre el planeta y nuestra felicidad de ello dependerán.

Notas

(1) Motesharrei, S., Rivas, J., & Kalnay, E. (2012). A Minimal Model for Human and Nature Interaction.

(2) Para profundizar algo más sobre este tema se recomienda leer este artículo.

(3) La obra de Wilkinson y Pickett (2009) muestra minuciosamente como el incremento en las desigualdades tiene significativas repercusiones negativas sobre otros aspectos de la vida que afectan directamente al bienestar y a la felicidad. Tal sería el caso de la educación, la esperanza de vida, la mortalidad infantil, la incidencia de enfermedades mentales, el consumo de drogas, las tasas de obesidad y sobrepeso o el número de homicidios; variables todas ellas que presentan peores valores en aquellos lugares en donde mayor es la desigualdad.

(4) Defender desde la argumentación socio-ecológica el “suicidio” social que supone seguir enfrascados en la lógica del capitalismo es un imperativo vital a la vez que uno de los grandes objetivos de este blog: crear conciencia anticapitalista a través de las Ciencias de la Sostenibilidad.

(5) EME: Evaluación de los Ecosistemas del Milenio de España (2011). Síntesis de resultados. Fundación Biodiversidad. Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino.

Fuente: http://iberoamericasocial.com/ser-anticapitalista-hoy-una-cuestion-de-sentido-comun/

Fotografía: mundolibertario

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