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¿Educar para qué?

Por. Frei Betto

Hablar de educación es hablar de sociedad. Uno de los reflejos de la educación cartesiana que tenemos de la educación es que las distinciones son más acentuadas que las conexiones. Por eso hoy se habla en concepción holística de la educación, tratando de reunir a los que estamos desunidos por la modernidad cartesiana. Dice la Constitución Brasileña: «La educación es responsabilidad de la familia, de la escuela y de la sociedad». A veces imagino a los promotores, o sea al Ministerio Público entrando con recurso junto a la Unión, penalizando a la sociedad por no cumplir su papel educativo. En naciones indígenas tribalizadas, la educación de un niño depende de toda la comunidad; no es responsabilidad de la escuela, que no existe, ni de los padres, porque toda la comunidad es concebida como la familia de crianza del joven.

Es evidente que esa utopía ya no es realizable en nuestras ciudades, que incluso fueron concebidas no en función de la humanización de las personas sino como burgos. De ahí el nombre de «burgués»: el que vivía en una confluencia, en un cruce de caminos donde se llevaba a cabo el trueque de mercancías. Lo que marca el origen de las ciudades en Occidente, tales como las conocemos hoy, es el interés económico. Todo el planteamiento viario de la ciudad está hecho en función del flujo de la economía y no de la calidad de vida de los ciudadanos. Aunque Brasil tenga hoy más del 80% de su población en ciudades, todavía resisten en el campo casi un 20%. Y es en el campo donde se encuentra el mayor contingente de mano de obra entre los 64 millones de trabajadores brasileños. ¿Cómo es posible que la agricultura represente todavía el sector que absorbe más mano de obra (23%) -siguiendo el sector de servicios (que emplea el 21%)- si hay tan poca gente en el campo? Por desgracia eso es perfectamente explicable si trabajáramos con el factor eventuales. Personas que todas las madrugadas se desplazan desde un centro urbano para trabajar, o personas que pasan períodos en la zona rural en busca del sustento. Lo cual no significa que Brasil tenga un mundo urbano en contraposición al mundo rural, pues hay una progresiva unificación de la mentalidad de los brasileños gracias al avance de los medios de comunicación. En esa red de comunicación el vehículo más poderoso es la televisión. Según el censo del 2000, 86% de los hogares brasileños tienen televisor.

Datos de la UNICEF 2000 revelan que en Brasil los adolescentes pasan como media 4 horas al día en la sala de clase y poco menos de 4 horas ante la televisión. Ambas medias están muy distantes del índice de Cuba, el país más avanzado en educación de toda América Latina, donde los alumnos pasan 12 horas al día en el aula de clase. Ciudadanía versus consumismo. Hay una dicotomía o tensión entre el propósito educativo y el contenido predominante en la televisión brasileña. No tengo nada contra las emisoras; el problema está en el contenido, que, salvo raras excepciones, trata de formar consumidores y no ciudadanos. Por otra parte están la escuela, la familia, las iglesias, que en principio quieren formar ciudadanos. Eso explica nuestro desasosiego como educadores. Con frecuencia me preguntan algunos educadores: «¿Por qué en nuestra época éramos tan disciplinados en el aula y ahora son tan agitados?» La respuesta, según mi modo de ver, es obvia: porque ahora a la muchachada le gustaría cambiar al profesor como cambia de canal. Aguantar durante 40 ó 50 minutos un tono monótono no es fácil, sobre todo cuando el profesor no está dotado de pedagogía para hacer atractiva su presencia en el aula. La TV brasileña es una concesión pública; el Estado debería, en nombre de la sociedad y como proveedor, no sólo de nuestro bienestar sino también de nuestro crecimiento cultural y espiritual, exigir a las emisoras ciertos parámetros educativos; lo cual no sucede. Las emisoras son el mejor regalo que unas pocas familias pueden recibir de ese Estado clientelista que privilegia a determinados segmentos de la sociedad. Ni se exige a esas familias «dueñas» de los canales de TV lo mínimo que se espera en cualquier país decente, o sea la devolución a las arcas públicas de una parte de los fabulosos ingresos de publicidad. Imaginen si el 10% de esos ingresos de esos fueran destinados a la educación fundamental. Sería una revolución, sobre todo considerando que, de los gastos destinados a la enseñanza fundamental, apenas un 8% llega al segmento que representa a los 20% más pobres de la población; y de los gastos destinados a la enseñanza superior, casi la mitad va al 20% de los más ricos. Es un embudo al revés. O se cambia eso, modificando la política de orientación educacional, o continuaremos remando contra corriente y haciendo un trabajo inocuo, porque las fuerzas contrarias son más poderosas que nuestros buenos propósitos.

En el caso de la TV la cuestión es seria porque el contenido es hegemónico. Estoy hablando de la TV abierta, mayoritaria, que llega al 86% de los domicilios del país. No me refiero a la TV de pago, de más calidad. La TV abierta ejerce un papel deseducativo de desinformación y deformación de las nuevas generaciones brasileñas, porque tiene como prioridad fortalecer el mercado. Lo que rige la grada de programación de TV es aquello que da índices de audiencia, porque implica mayor contingente de consumidores. No importa si esa prioridad consumista hiere principios, parámetros y elementos éticos que la familia, la escuela, la iglesia y la sociedad quieren inculcar en los jóvenes. Lo que importa es aumentar el nivel de consumo. Lo cual no sería tan grave si no hubiese un antagonismo. No es una competición, sino que hay un conflicto ético entre la formación y la deformación de una persona. Una persona no puede ser simultáneamente ciudadana y consumista. Hay un momento en que una de esas dimensiones es prioritaria en su vida. La publicidad sabe muy bien que cuanto más culta es una persona -cultura es todo aquello que engrandece nuestro espíritu y nuestra conciencia- tiende a ser menos consumista. Un pequeño ejemplo: quien gusta de la música clásica, será raro que contribuya a enriquecer la industria fonográfica. Quien aumenta la fortuna en esta industria es el consumidor que día a día desea experimentar una nueva banda, un estilo diferente, porque si no fuera así, si sólo le gustaran media docena de compositores clásicos, el consumo sería menor, pues apenas comprará las nuevas interpretaciones de las obras de su preferencia. La TV abierta no trabaja mirando cómo favorecer la cultura, porque la cultura crea discernimiento crítico, sino que trabaja con el entretenimiento que estraga nuestros principios éticos. ¿Qué es el entretenimiento? Es el conjunto de enlatados que vienen de los EE UU, películas violentas, dibujos animados, programas humorísticos, etc., en resumen lo que vemos el domingo, Día Nacional de la Imbecilización General. Imbéciles el presentador, los participantes y el público que permanece en ese siéntate-levántate aplaudiendo.

Todos obedecen a programadores invisibles, que el teleespectador no ve. Imbéciles nosotros que, en lugar de ir a pasear con la familia, quedamos sentados en el sofá, creyendo que estamos absorbiendo alguna cosa útil cuando en realidad estamos rompiendo el diálogo familiar, la diversión de los niños, el contacto con la naturaleza y toda una serie de actividades saludables. Y lo peor es que nos avisan: ¡Sal de abajo! La gente no sale y despierta el lunes con resaca espiritual. O alertan: ¡Cuidado: alta tensión!, pero continuamos insistiendo y marcando puntos en el índice de audiencia. ¿Cuál es el secreto del entretenimiento? Quien trabaja en publicidad o en ambientes de enlatados conoce la alquimia. No es fácil crear entretenimiento, porque no se puede dar sustancia al espíritu y a la conciencia del público; apenas se deben dar unos toques sensibles capaces de hipnotizar al público. La radio por ejemplo es universal; puede ser oída manejando el carro, cocinando, plantando etc.; la TV no. Ésta exige una actitud de sumisión, provoca hipnosis. Tengo que estar frente al aparato. Yo creo que ya es hora de que las escuelas lleven la TV a las aulas, como hacen con los textos; debatiendo el contenido de las imágenes los alumnos educarán su propio mirar con más discernimiento crítico. ¿Cómo se logra la alquimia del entretenimiento? Gracias a los conocimientos del doctor Freud sabemos que nuestro inconsciente gira en el diapasón inicio de la vida/fin de la vida. Somos el único animal que sabe que nació y que va a morir. Ningún otro tiene esa conciencia. Todos los animales son contemporáneos de su presente. Son todos aquí y ahora. Nosotros no sólo oscilamos en el nivel de lo consciente, como tenemos un gran peligro en la vida, que es el de no ser contemporáneos del propio presente, como enseña por ejemplo la tradición budista.

Envejecemos más rápido cuando vivimos con nostalgia de lo que pasó o con ansiedad de lo que vendrá, y no somos capaces de ser presentes en la actualidad. Por eso me gusta mucho un poema que dice: «El pasado pasó / el futuro vendrá / pero eso aquí y ahora / es de hecho un presente». Sin embargo es necesario saber disfrutarlo. El diapasón de la industria del entretenimiento es transformar el comienzo de la vida en sexualidad, pornografía, y el fin de la vida, la muerte, en violencia. Unen ambas cosas y ahí está el éxito, ahí está el crecimiento del índice de audiencia, ésa es la formación de los consumidores. Apreciamos ser espectadores de algo que es incitante en nuestro inconsciente y se mueve con las profundidades de nuestro psiquismo. Pero no podemos estar permanentemente en una actitud de Eros. Todavía no llegamos a la fase de humanización en que las estructuras de nuestro cerebro, tributarias de reptiles y primates, hayan sido totalmente superadas. Suelo ponerme alerta cuando me dicen que necesitamos «escoger políticos que tengan diploma de carrera universitaria», pues las bombas de Hiroshima y Nagasaki fueron construidas por grandes científicos, todos ellos doctorados en física, química, etc.; los hornos crematorios de Auschwitz fueron construidos por ingenieros, las armas biológicas por médicos. O sea el hecho de que alguien tenga alta calificación desde el punto de vista erudito, académico, significa poco. Sentido de la educación Educación es formar personas verdaderamente humanizadas y felices. Eso significa formar personas con mucha ética, principios y proyecto de vida. Sin ello no es posible ser humano y ser feliz.

¿Qué educación es esa que forma un mundo de desigualdad, que forma un mundo en que la competitividad es un valor superior a la solidaridad? ¿Qué educación es esa que, ella misma, es factor de estímulo a la competitividad, en forma de pruebas, premios, humillación de los que no pasaron de curso, de los que no avanzaron, y que son la mayoría? La mayoría no alcanza el primer lugar. Me acuerdo de cuánto sufrí en la secundaria, en la enseñanza fundamental, por no ser premiado, por no estar mi nombre en el cuadro de honor, no recibir medalla, no figurar entre los primeros de la clase, como cuento en mi libro Alfabetto. Autobiografía escolar. Me consideraba un perdedor. La educación me enseñaba a tragar mi humillación de ser un perdedor. Entonces ¿qué educación es esa que no consigue trabajar la formación de principios éticos? Criado en Belo Horizonte, iba al centro de la ciudad a comprar clavos para mis carritos de pasamanos o para las manivelas que yo mismo fabricaba. En aquella época, felizmente no existía la palabra marca, la gente hacía sus propios juguetes. Mi padre me alertaba: «No pases por determinadas calles del centro». Era por donde quedaba la zona bohemia de la ciudad. ¿Cómo un padre va a decir eso hoy a un hijo si al prender la televisión se le mete dentro de casa la zona bohemia y el burdel entero? Uno de los desafíos más difíciles y urgentes que hay que afrontar es la formación sexual y afectiva de los niños y de los jóvenes. Pasé 22 años en las bancas escolares y nunca las escuelas a las que asistí abordaron las situaciones-límite de la vida, por las que todos pasamos o habremos de pasar. La escuela nunca habló de dolor, pérdida, ruptura afectiva, carencia, muerte, espiritualidad. Por suerte sólo estudié cuatro años en colegio religioso; los otros fueron en escuela pública. En los 4 años como alumno de colegio religioso oí hablar de doctrina y de moralismo pero no de la experiencia de Dios, de valores evangélicos ni del amor preferencial a los pobres. La escuela nunca me habló de sexualidad; hoy habla de cuidados higiénicos, para evitar enfermedades de transmisión sexual. ¿Y la educación afectiva? ¿la educación para el amor? La relación afectiva es determinante en la vida de todas las personas. Actualmente la media brasileña de duración del matrimonio es de 7 años. (Quien pasó de esa media puede festejarlo, porque ya es ganancia).

Es curioso que algo tan determinante no tenga un mecanismo educativo que ayude a esa formación. Más curioso es que haya una excepción paradójica: la única escuela de formación afectiva-conyugal que existe en todo el país es la Iglesia Católica, que exige el celibato de sus sacerdotes y religiosos, pero no celebra casamientos sin que la pareja haga un curso de novios. Por suerte la mayoría de los cursos los dan los laicos. Una vez me dijo una amiga: «Betto, no voy a bautizar a mis hijos ni educarlos en ninguna religión. Que ellos cuando tengan 20 años decidan si quieren seguir alguna religión y cuál. Fui alumna de un colegio de hermanas y pagué análisis durante años para que me libraran de tabús y advertencias que me fueron inculcados». Y yo le dije: «Usted como madre y su marido como padre tienen todo el derecho de educar a sus hijos como mejor entiendan, aunque no concuerdo con su punto de vista. Usted no tiene disyuntiva: o educa usted o educa Xuxa, no hay alternativa. Si usted no da educación religiosa a sus hijos -educación entendida aquí como valores evangélicos, principios éticos, apertura a la trascendencia-, será Xuxa quien les enseñe lo que es cierto y lo que es falso, lo que es bueno y malo, quién es sinvergüenza y quién buenagente, cual es el juego ético, aético o antiético de la vida social. Usted no tiene disyuntiva, o sea, la formación de la subjetividad es una cuestión educativa de la mayor importancia». La escuela, en su tradición occidental y brasileña, por razones históricas y cartesianas, olvida la cuestión de la subjetividad, una de las dos dimensiones esenciales del ser humano. * (Traducción de José Luis Burguet)

Fuente: http://www.adital.com.br/site/noticia2.asp?lang=ES&cod=4608

Imagen: http://www.diariolareforma.com.ar/2013/wp-content/uploads/2015/06/educar.jpg

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En la República Centroafricana, las expectativas son altísimas

Por. Banco Mundial.

BANGUI.- Lo primero que se observa al aterrizar en el Aeropuerto Internacional de Bangui M’Poko son kilómetros y kilómetros de refugios improvisados, cubiertos con lonas de plástico, peligrosamente alineados a lo largo de la pista de aterrizaje. “Un desastre inminente, si un avión se desviara de la pista y se incendiara”, dice un oficial de bomberos del aeropuerto. Bienvenidos al campamento M’Poko, refugio de 30 000 desplazados internos que viven en los terrenos de un aeropuerto dilapidado.

En 2014, en la plenitud de la crisis política y sectaria que devastó a la República Centroafricana y desplazó a la cuarta parte de su población, el campamento llegó a albergar a unas 100 000 personas. La ciudad capital de la República Centroafricana, apodada antiguamente Bangui la Coquette (Bangui, ciudad de encanto), se ha ganado el triste apelativo de Bangui la Roquette (Bangui, ciudad de bombas). Aunque las recientes elecciones presidenciales y legislativas han puesto fin a tres años de conmoción y de transición, los cascos azules todavía están por doquier y los brotes de violencia son frecuentes.

Sin embargo, por primera vez en su historia, el país ha elegido democráticamente un presidente y una Asamblea Nacional. “La República Centroafricana está emergiendo de una de las crisis más duras y costosas de su historia, y las nuevas autoridades enfrentan enormes desafíos”, dice Jean-Christophe Carret, gerente del Banco Mundial a cargo de las operaciones en ese país. “Además de reconstruir la nación, el desafío primordial [del Gobierno] será asegurar el restablecimiento de la seguridad en todo el país, promover la reconciliación nacional y ocuparse de los desplazados internos”.

En un extremo del campamento M’Poko, bajo el ala de un avión derruido, encontramos sentado a Roger Arnold Tabassé, de 73 años, exinspector de la policía, un hombre que tuvo un pasado mejor pero que aún conserva su dignidad. “Mis hijos me obligaron a venir aquí por mi propia seguridad”, comenta. “Mi hogar, en el centro de Bangui, fue saqueado completamente —lo único que dejaron fue una cama metálica— y como estoy enfermo y debo usar una sonda, ellos pensaron que este campamento era la mejor opción. Ahora vivo aquí con mis cinco hijos, mis nietos y mi esposa, que tengo la suerte de que sea enfermera”. Pero Roger, como muchas personas que conocimos en el campamento, está optimista acerca del futuro de su país. “Espero de verdad que podamos salir adelante”.

Un alto precio que pagar

La República Centroafricana, famosa en otros tiempos por sus diamantes y su emperador autoproclamado, es hoy uno de los países más pobres del mundo y ha emprendido un largo camino hacia la recuperación con la ayuda del Banco Mundial y otros asociados del ámbito del desarrollo. Durante la crisis, el gasto en la estabilización del país alcanzó los USD 1350 millones anuales (cifra que equivale aproximadamente a todo el producto interno bruto del país), incluidos unos USD 800 millones para apoyar a la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en la República Centroafricana (MINUSCA) y USD 300 millones para las fuerzas francesas de mantenimiento de la paz en el marco de la Operación Sangaris. Durante esos tiempos difíciles, el país también recibió USD 250 millones anuales en asistencia humanitaria, monto sin precedentes en un país tan dependiente de la asistencia externa que a veces lo llaman la “República de las ONG”.

Se estima que a fines de 2015 había unos 450 000 desplazados internos, y cerca de 500 000 refugiados en países vecinos. Alrededor de 2,5 millones de personas —es decir, más de la mitad de la población del país— requieren asistencia humanitaria en forma urgente, y más del 60 % de los habitantes vive en condiciones de pobreza extrema. El Banco Mundial apoyó la respuesta frente a la crisis con una donación por un valor de USD 100 millones financiada por la Asociación Internacional de Fomento (AIF), (i) su fondo para los países más pobres, y actualmente colabora con las Naciones Unidas y la Unión Europea en la organización de una conferencia sobre la reconstrucción de la República Centroafricana. En dicho evento se definirán las prioridades y necesidades del país a fin de apoyar el proceso de recuperación y de paz en los próximos cinco años.

Una de las medidas más eficaces que adoptaron los donantes durante la crisis fue un programa de trabajo a cambio de dinero que dio empleo temporal a las personas más vulnerables, entre ellos excombatientes, en Bangui y sus alrededores. Fuera de Bangui, el Banco Mundial, a través de su proyecto Londo (“Levántate”), facilitó los esfuerzos de consolidación de la paz y estabilización dando ocupaciones temporales a 8500 hombres y mujeres de 17 distritos en una época en que aún prevalecía la falta de seguridad.

“Cuando se recibe ayuda en situaciones tan difíciles como esta, no es fácil medir el grado de alivio que se siente. El proyecto fue sumamente beneficioso para la población en términos de calidad de vida y empleo, lo cual resultó muy alentador para quienes habían quedado abandonados a su suerte tras la gravísima crisis que había atravesado el país”, dice Jeannette Teya, alcaldesa de Bimbo (la capital provincial de Ombella-M’Poko), situada a unos 24 kilómetros de Bangui

En la actualidad, lo primordial para Jean-Christophe Carret es facilitar la reinserción de los excombatientes y el retorno de los desplazados internos a sus lugares de origen. El Banco Mundial está preparando un programa orientado a respaldar las medidas de recuperación y reconstrucción. Como parte del proceso de estabilización y reconciliación nacional, se prestará especial atención a los jóvenes que han sido marginados por la sociedad o movilizados por grupos armados.

En el campamento Beal, en el corazón de Bangui, donde 1500 exrebeldes viven en precarias condiciones bajo la atenta mirada de las fuerzas de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas, las expectativas son altísimas. Tal como señala un excombatiente: “Primero vinimos a tomar el poder. Luego, dejamos nuestras armas y aceptamos que nos instalaran en este campamento. Ahora estamos a la espera del proceso de desarme, desmovilización y reinserción, para poder seguir adelante con nuestras vidas, porque ya llevamos tres años esperando. Si fuera posible, me gustaría terminar mis estudios, convertirme en un ciudadano libre y digno y, sobre todo, dejar todo esto atrás”.

Fuente: http://www.bancomundial.org/es/news/feature/2016/07/06/in-the-central-african-republic-expectations-are-sky-high

Imagen: http://www.bancomundial.org/content/dam/photos/780×439/2016/jul/avion-historia-africana.jpg

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Claves para idear un aula creativa y fomentar la participación

Por. Alba Alonso Feijoo

Las personas grandes me aconsejaron que dejara a un lado los dibujos de serpientes boas abiertas o cerradas, y que me interesara un poco más en la geografía, la historia, el cálculo y la gramática. Así fue como, a la edad de seis años, abandoné una magnífica carrera de pintor […]. (El principito)

Cada día, con cada comentario como el que suscribe nuestro amigo El Principito vamos apagando la creatividad innata que posee nuestro alumnado. La infancia llega al colegio con ganas de aprender, de crear, de compartir, de comerse el mundo. Y lo único que les enseñamos es a obedecer, atender, escuchar, callar, repetir, memorizar, y vomitar contenidos. No importa que no los entiendan, no importa que no sean significativos para ellos en particular. Solo se evalúa que los hayan aprendido de memoria y soltado en la correspondiente prueba de evaluación.

aula creativa

El mundo de hoy en día en poco se parece ya al del siglo pasado. Los últimos 25 años hemos vivido  cambios increíbles en la historia, y el ritmo de avance es cada vez más y más acusado. Esto viene a decirnos que en menos de una década las comunicaciones serán totalmente diferentes, al igual que nuestras necesidades. Los puestos de trabajo no solo no tendrán nada que ver con los actuales, sino que serán variados, múltiples, y delimitados en el tiempo.

Si podemos intuir e incluso llegar a entender esto ¿por qué lo que hacemos en la escuela es seguir preparando empleados de fábricas para que asuman roles, acaten órdenes y las ejecuten sin sublevarse de manera alguna, ni aportar nada nuevo? Una de las competencias fundamentales en ese desconocido futuro es la creatividad, y es evidente que la escuela no está apostando lo suficiente por ella.

Desde aquí os invito a probar distintas prácticas que podemos llevar a cabo desde nuestro centro educativo. Pero antes de nada, hemos de cumplir con dos premisas fundamentales:

-No tener miedo al cambio o a equivocarse.

-No esperar un camino de rosas, ni resultados inmediatos.

Una vez  desterrado el miedo de nuestro día a día, seremos capaces de ir introduciendo de manera paulatina diversas prácticas que nos ayudarán a generar un ambiente de creatividad sano y productivo. Os expondré algunas de las posibilidades fácilmente desarrollables en el centro y/o aula:

Espacios en la escuela:

puede que trabajes en un edificio de lo más moderno, pero tal vez sigas en una “vieja escuela”, esa donde las clases solo se imparten en aulas cerradas con mesas, sillas, pizarra… ¿Por qué no le damos una vuelta a este concepto?

Usemos otros espacios

Pero no solo otras aulas (Tic, Inglés…) sino espacios abiertos, espacios habitualmente “muertos” como el pasillo, las escaleras, el patio, el parque… Hay centros con grandes espacios comunes sin usar, ¿por qué no integrarlos en la enseñanza? No tengamos miedo al ruido y al descontrol en ciertos momentos. Si los niños y niñas están siendo creativos, probablemente no estarán calladitos, sentados y mirando hacia adelante.

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Horarios:

Los horarios nos ayudan a organizarnos, pero también nos limitan en muchas ocasiones. ¿Por qué cortar ese debate tan interesante simplemente porque “toca” matemáticas? Seamos más flexibles, sobre todo en aquellos cursos en los que hay una única tutora o tutor.

Asignaturas:

Ya hay escuelas donde las asignaturas han desaparecido para dar paso al trabajo por proyectos. Por poner un ejemplo, si notamos que hay mucha obesidad en el aula, ese curso escolar podríamos trabajar la nutrición y el ejercicio físico como “asignaturas”. A partir de estas temáticas los contenidos de lengua, matemáticas o ciencias fluirían libremente.

Espacios en las aulas:

Sería genial entrar de vez en cuando en un aula sin mesas y sillas. Un aula con puffs, cojines, alfombras de juego, con diferentes esquinas temáticas, donde una pared fuera de pintura pizarra para que se expresasen como quisieran…

Asambleas:

¿Por qué solo en infantil? Parece que no tenemos tiempo ni interés para escuchar lo que tiene que decir nuestro alumnado: sus preocupaciones, sus desvelos, sus alegrías. No solo es un tiempo maravilloso y nada “perdido” para trabajar la empatía, sino que el hablar en público de manera frecuente mejorará su oratoria, su capacidad de debate y su sentido crítico.

Clubs:

Esto es algo que se lleva mucho en otros países pero nunca se ha valorado en el nuestro. Clubs en los que les encantaría participar, organizados por el propio alumnado, donde poder expresarse y disfrutar de esos mundos que le apasionan; sea el club de ciencias, de robótica, o el de peluquería.

Participación alumnado:

Debería de haber muchos más órganos donde pudieran aportar sus ideas, sus proyectos, sus mejoras, sus propuestas. Sus mentes creativas serían el motor de la “nueva escuela”.

Podríamos seguir enumerando muchos otros puntos, pues existen una gran cantidad de herramientas para llevar la creatividad al aula, pero empecemos por las más sencillas y ¡conseguiremos un mundo más creativo!


Fuente: http://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/educacion-emocional/como-idear-un-aula-creativa/32634.html

Imagen: http://www.educaciontrespuntocero.com/wp-content/uploads/2016/02/shutterstock_184810610-500×368.jpg

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Niñas y ciencias: 3 formas de apoyar a las ingenieras del futuro

Por. Andrea Monje

Meses atrás realicé una presentación a especialistas de infraestructura sobre la importancia de promover una mayor participación femenina en puestos técnicos del sector. Desde el podio podía notar que me escuchaban con interés, pero todos tenían la misma duda: “¿Y qué pasa si no hay suficientes mujeres ingenieras para llenar estos puestos?”. No es la primera vez que esto ocurre y dudo que sea la última.

Lastimosamente esta pregunta surge frecuentemente porque tenemos un problema: la participación de las mujeres en carreras ligadas a ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM) es extremadamente baja. Por ejemplo, en Chile y Colombia la proporción de mujeres investigadoras en ingeniería y tecnología es del 21% y 19%, respectivamente. Estos datos me llevan a pensar que, si bien es importante seguir fomentando empleos para involucrar a más mujeres en las CTIM, es vital que también hagamos un mayor hincapié en fomentar el amor por las ciencias en las niñas.

Los estereotipos de género y los sesgos inconscientes de nuestras sociedades llevan a que las niñas pierdan el interés por las CTIM desde pequeñas. Además, la falta de modelos femeninos a seguir hace que piensen que estas carreras son solo para hombres. Pero actualmente hay muchas iniciativas que intentan despertar el interés de las niñas en las CTIM. Aquí hay tres:

icon1Juegos de niñas
Es importante involucrar a las niñas en las CTIM desde pequeñas, y qué mejor forma que haciendo de las ciencias un juego. Existen marcas de juguetes que promueven que las niñas desarrollen una pasión por la construcción y las CTIM.

La compañía Goldieblox, que se hizo famosa con un comercial durante el Super Tazón en el que las niñas recolectaban sus juguetes tradicionales para armar un cohete espacial, es una de estas marcas. Sus juguetes no solo ayudan a desarrollar las habilidades motoras y espaciales, sino que vienen acompañados de historias y videos que buscan “inspirar a la futura generación de ingenieras”.

icon2Carreras que marcan la diferencia
Una de las razones por la cual las niñas pierden el interés por las CTIM es por falta de información. A la hora de elegir carrera, las mujeres quieren hacer una diferencias en sus comunidades (no por nada están sobrerrepresentadas en el sector de servicios sociales), pero no saben que las ciencias pueden ayudarlas a alcanzar este objetivo. Exponerlas a los empleos relacionados con las CTIM es una buena forma de involucrarlas en estas carreras desde temprano.

Y existen muchos programas diseñados para que las niñas puedan entender, de primera mano, de qué se tratan las ciencias. Por ejemplo, Microsoft tiene un programa mundial (también en varios países de América Latina) llamado DigiGilrz Day, donde niñas de secundaria realizan ejercicios ligados a la tecnología, interactúan con empleados de la compañía y reciben asistencia para planear sus carreras.

icon3Modelos femeninos
Si bien es cierto que hay menos mujeres que hombres en las CTIM, no se puede negar que sí hay mujeres. Exponer a las niñas a estos modelos femeninos es importante para que se identifiquen con personas que se ven como ellas y sepan que el sector no es solo para hombres.

Por ejemplo, en la escuela muy pocas veces oímos sobre mujeres que han contribuido a las ciencias, y hablar de ellas puede inspirar a nuestras niñas. Asimismo, programas de mentoría como el de NASA emparejan a las jóvenes con ingenieras, científicas o matemáticas para introducirlas a las CTIM.

Espero que gracias a este tipo de iniciativas, en algunos años la falta de mujeres en las CTIM ya no sea un problema. Y, en su lugar, se hable sobre todas las contribuciones que las futuras ingenieras, ahora niñas, habrán aportado a nuestras sociedades

 Fuente:
Imagen:http://blogs.iadb.org/y-si-hablamos-de-igualdad/files/2016/06/BlogCohete_V1.jpg
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El trastorno por déficit de la naturaleza

Por Aurora Lázaro Melero*/ Ecoportal

El contacto directo con la naturaleza favorece la autonomía, la creatividad, el interés por aprender y la salud tanto física como mental en los niños y niñas. La sociedad debería asumir el reto de hacer posible ese contacto.

2005 el periodista y escritor Richard Louv publicó el libro «Last child in the woods» -El último niño en los bosques-, que ya ha sido traducido a 9 idiomas en 13 países y va camino de convertirse en un best seller de educación ambiental, cosa poco común en los tiempos que vivimos. En su libro, Louv arremete contra las sociedades que han dejado de lado la importante relación entre el ser humano y su entorno natural, dificultando que los niños y niñas puedan estar en contacto con la naturaleza tanto en la escuela como en su tiempo de ocio. Este hecho causa, según Louv, problemas de falta de autonomía, creatividad, capacidad para concentrarse, calmar los ánimos e incluso sobre la salud. Denomina a este fenómeno «trastorno por déficit de naturaleza«, un concepto del que se está hablando mucho y que ha generado ya conferencias, artículos en revistas y prensa, grupos de trabajo e incluso organizaciones que buscan promover esa relación perdida entre naturaleza e infancia1.

Desde luego habrá grandes diferencias en este déficit entre las sociedades industrializadas y las que no lo están, y entre los entornos rural y urbano, pero en cualquier caso esta carencia se debe principalmente a dos factores independientemente del lugar donde nos encontremos: el cambio de paradigma en cuanto al juego -qué, cuándo y cómo deben jugar los niños y niñas-, y la pérdida o degradación de espacios naturales.

El cambio de paradigma en cuanto al juego

Cuando los niños y niñas están en un entorno natural, lejos de los juguetes de su habitación y de la enorme lista de posibilidades que les ofrece la sociedad actual para entretenerse, también juegan. Pero el juego es radicalmente distinto. Es desestructurado y autónomo. No hay juegos dirigidos en la naturaleza, la libertad es absoluta. Los palos, ramas, piedras, montículos, tierra, caminos, insectos, huellas, escondrijos y recovecos de un bosque o un parque, no tienen instrucciones de uso. Los espacios naturales además cuentan con una serie de características que favorecen el juego libre, la creatividad y el desarrollo de las emociones, las capacidades físicas y cognitivas: son espacios abiertos en los que correr y poner en marcha los músculos del cuerpo saltando, trepando, agachándose, subiendo y bajando; son espacios saludables donde no llegan o llegan atenuados el polvo, el ruido y el humo del tráfico; son espacios que favorecen el uso de todos los sentidos para comprender y asimilar el entorno, no invitan a que la atención se focalice en un único punto como ocurre por ejemplo cuando los niños y niñas ven la televisión; son espacios de vida, donde todo está interconectado mediante las leyes de la física y la biología en un delicado equilibrio del que el ser humano forma parte; en un espacio natural hay respeto absoluto en cuanto a las necesidades de cada cual. ¿Que lo tuyo es trepar a un árbol? Adelante, ¿Que prefieres entretenerte deshojando una margarita tranquilamente? Muy bien. No hay una pauta para desarrollar la tarde, no se dirige e el juego. Y se juega. Y se aprende. La niña que trepó al árbol puso en marcha su destreza física, pero también sospesó en todo momento los límites de cada rama para sostenerla y se enfrentó a sus propios límites. El niño que prefirió deshojar la margarita pasó un agradable rato consigo mismo y comprendió enseguida las partes de la flor, aunque no las sepa nombrar aún.

Es un hecho que en nuestra sociedad han cambiado muchas pautas en cuanto al juego, desde aquellos tiempos en que jugaban nuestros abuelos. En su época nadie les decía a qué tenían que jugar después de la escuela.  Ahora las familias en muchas ocasiones dirigimos el tiempo de nuestros hijos e hijas cada tarde: los lunes música, los martes piscina, los miércoles inglés, los jueves ballet… y el viernes libre, si el niño tiene un poco de suerte o los padres no pueden permitirse más actividades extraescolares. Por su bien, para facilitarles un futuro prometedor, una inteligencia o habilidad deportiva sobresaliente o simplemente porque tenemos que trabajar.

Las ciudades crecen, los pueblos se despueblan, y las calles no son lo que eran. Ahora muchas personas tienen vehículo propio para poder cubrir la distancia que les separa del trabajo cada día, lo que lleva a un incremento del tráfico y a laordenación de las ciudades en función de las necesidades de los automóviles antes que de las personas. En este sentido es muy interesante el trabajo de Francesco Tonucci2, psicopedagogo italiano que aborda la cuestión de la falta de libertad de los niños y niñas para moverse y hacer uso propio -como parte de la ciudadanía que son- de su ciudad.

Existe una corriente de pensamiento en el ámbito de la pedagogía que se viene desarrollando en los últimos años, pero que en realidad tiene su origen en los inicios de la pedagogía precisamente, que aboga por el juego libre3 para favorecer el desarrollo de los niños y niñas a todos los niveles: cognitivo, emocional y físico. El juego libre es la base del trabajo de María Montessori (1870-1942), Paolo Freire (1921-1997) o Rebeca Wild (1939-).

Los espacios naturales

Las zonas verdes favorecen que los niños y niñas disfruten de espacios naturales, pero también mejoran la calidad de vida de toda la ciudadanía y la habitabilidad de las ciudades4. La lista de funciones que desempeñan las llamadas zonas verdes en la ciudad es muy larga: zona de esparcimiento para pequeños y mayores, gimnasio gratuito al aire libre, espacio de encuentro y comunicación entre las personas del vecindario, control de la contaminación del aire, acústica y visual, sumidero de CO2, o control de avenidas e inundaciones.

Está empezando a ser habitual que en los parques infantiles la tierra se haya sustituido por caucho para suavizar los golpes contra el suelo y facilitar la limpieza. Lo más triste del caso es que las familias prefieren el caucho antes que la tierra para el juego de sus hijos e hijas: basta con que introduzca en un buscador «parques de tierra o de caucho» para que salten 485.000 resultados en los que mayoritariamente las familias que opinan se decantan por un parque aséptico del que los niños puedan volver a casa con la ropa limpia. Un parque de caucho es un parque con menos árboles (o encauchados también), sin piedras, sin arena, sin charcos, sin hormigas, sin arbustos que puedan convertirse en casitas para jugar, sin vida.

La educación ambiental

Además de su tiempo de ocio, los niños y niñas tienen su tiempo de escuela. La educación ambiental se sitúa como material transversal al mismo nivel que la educación para la paz, la educación cívica y moral o la afectivo-sexual.  Aunque nos felicitamos por este avance, la educación ambiental que se hace en la escuela suele ser «de interior»: ocurre a menudo que el profesor no tiene tiempo de sacar a su alumnado al campo, la elevada ratio en las aulas dificulta la realización de excursiones, o incluso es imposible realizar desdobles en las clases de ciencias para las prácticas de laboratorio porque en la escuela pública faltan personal y recursos.

En el ámbito de la escuela la importancia del contacto con la naturaleza comienza a abrirse paso en forma de talleres sobre agua, biodiversidad, energía y reciclaje, o con iniciativas como las de huertos escolares, espacios vivos y compartidos donde los niños y niñas se implican directamente en el cuidado de las plantas, comprenden los ciclos biológicos porque los ven suceder, y se favorece el respeto por la naturaleza que nos alimenta. Hay multitud de documentos e información en las bibiotecas e internet acerca de cómo poner en marcha una iniciativa de este tipo en casa o en la escuela5, y sobre los beneficios que tiene para los niños y niñas ocupar su tiempo en un huerto.

Todas las personas que tenemos la suerte y la responsabilidad de acompañar en su desarrollo a los niños y niñas, deberíamos pararnos un momento a reflexionar sobre la importancia de facilitarles estar en contacto directo y libre con la naturaleza, de pasear por un bosque, buscar huellas en la nieve, pisar charcos, jugar entre los arbustos del parque y llenarse los bolsillos de piedras.

Nada más… y nada menos.

[1] Web de la Asociación Children and Nature http://www.childrenandnature.org/

[2] Proyecto La ciudad de los niños de Francesco Tonucci http://www.lacittadeibambini.org/spagnolo/interna.htm

[3] Algunas lecturas sobre juego libre y educar en libertad son «El método de la pedagogía científica aplicado a la educación de la infancia» de María Montessori, Ed. Biblioteca Nueva (2003); «La educación como práctica de la libertad» de Paolo Freire, Ed. SXXI (2009); «Educar para ser: experiencias de una escuela activa» de Rebeca Wild, Ed.Herder (2011);

[4] Entrevista a José Fariña, catedrático de Urbanismo y Ordenación del Territorio por la Universidad Politécnica de Madrid,http://www.rtve.es/alacarta/videos/el-escarabajo-verde/jose-farina-zonas-verdes-ciudades/1812554/

[5] Algunas referencias sobre huertos: libros básicos como «Guía del huerto escolar» de Carlos Romon, Ed. Popular (2014); «El huerto escolar ecológico» de Montse Escutia, Ed. Grao (2009), «El huerto familiar ecológico» de Mariano Bueno, Ed.RBA (2004); y una experiencia motivadora en la web http://www.lasonrisadelatierra.org/

*Terrativa S. Coop. Mad.

www.terrativa.net  / www.cursos-medioambiente.com

EcoPortal.net

Fuente: http://www.ecoportal.net/Eco-Noticias/El-trastorno-por-deficit-de-la-naturaleza

Imagen: http://actualidadpedagogica.com/wp-content/uploads/2014/04/r1032209_11818803-604×270.jpg

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Estrategias para mejorar la convivencia escolar

Por. Laia Mestres i Salud

Un estudio elaborado por la ONG Save the children muestra que un 9,3% de los estudiantes encuestados considera que ha sufrido acoso en los dos últimos meses. Estos datos se suman a los facilitados por la Fundación Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo (ANAR) y Fundación Mutua Madrileña, que detectó 573 casos «contrastados y atendidos porbullying» a partir de las llamadas recibidas en 2015 a su teléfono de atención gratuito.

El problema del acoso escolar no solo se centra en el ámbito escolar, ANAR muestra que casi en el «100% de los casos el acoso no termina cuando se sale de clase, continúa a través de las redes sociales». Así pues, se trata de un problema que afecta a todos los ámbitos de la vida de los niños y jóvenes.

En este nuevo Monográfico sobre Convivencia en las aulas nos hemos querido centrar en las acciones en los centros educativos, por eso hemos recopilado 12 interesantes artículos con experiencias y recomendaciones para mejorar la convivencia.

Buenas prácticas para mejorar la convivencia escolar

La convivencia es un elemento fundamental en el proceso de aprendizaje. En primer lugar, porque aprender a relacionarnos en entorno social, cultural y afectivo en el que vivimos y en segundo lugar, porque aprender a convivir es fundamental para el desarrollo individual y social de cada persona.

Teniendo en cuenta esto, ¿cómo se educa para la convivencia? En primer lugar, los expertos coinciden que la mejora de la convivencia escolar empieza por la responsabilidad compartida de todos los miembros de la comunidad educativa, implicados directa o indirectamente en la educación: familia, profesorado, instituciones, agentes sociales, etc.

La educación para la convivencia requiere un planteamiento continuo que tenga en cuenta las múltiples variables. Un proyecto que abarque todos los aspectos de la convivencia exige fomentar la información, la participación, la comunicación y la colaboración.

Actualmente se están desarrollando proyectos como el Programa Kiva, una iniciativa anti-acoso desarrollada en la Universidad de Turku, Finlandia, y que además de la trayectoria en su país, también se aplica en algunos centros estatales. Por su parte, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a través del Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa, está elaborando el Plan Estratégico de Convivencia Escolar. Se trata de un proyecto en fase de desarrollo, para el que se ha constituido una mesa de expertos que trabajan para definir los ejes de la prevención del acoso y la violencia escolar

Queda mucho por hacer, pero existen buenas prácticas para trabajar en el aula. A partir de los artículos recibidos, recopilamos algunas medidas que contribuyen a mejorar la convivencia en las aulas y reducir el acoso escolar:

  • Prevención. La educación para la convivencia debe iniciarse desde las primeras etapas (infantil y primaria). Si se fomenta la construcción diaria de la responsabilidad, mediante la implicación, la complicidad y la confianza del alumnado, se consigue una pauta imprescindible para la educación en la convivencia.
  • Detección e implicación de la comunidad. Para Tiina Mäkelä, Coordinadora del Programa Kiva en España y América Latina, primero hace falta concienciación. Toda la comunidad escolar (dirección, equipo docente, personal no docente, padres y alumnos…)  tiene que saber identificar el acoso escolar. Por su parte, Mª Jesús Comellas, Doctora en Psicología y profesora emérita de la Universitat Autònoma de Barcelona, afirma que el profesorado debe implicarse como equipo docente educativo, no sólo desde la tutoría, para incidir en el clima relacional del grupo, implicando siempre al grupo de iguales y no actuando sólo con las personas consideradas individualmente precisamente por el carácter dinámico de las relaciones.
  • Participación activa del alumnado. El alumnado es la clave en el proceso de la mejora de la convivencia. Su implicación es fundamental y se debe trabajar para que se sientan protagonistas del proceso. Mª Jesús Comellas propone que no puede afrontarse este tema sin la participación activa del alumnado, como protagonistas de las relaciones que se dan en el grupo y como agentes que deben favorecer el clima del grupo en el que se encuentran al margen del espacio en el que se dé esta dinámica, sea el aula, el patio, la calle o cualquier lugar donde no haya un control y vigilancia adulta.
  • Desarrollar la inteligencia emocional. La Universidad de Córdoba (UCO) y la Universidad de Sevilla (USE) publicaron un estudio en 2015 que demuestra que disponer de competencias de inteligencia emocional protege al alumnado frente al acoso escolar. Laeducación emocional mejora las posibilidades de tener una respuesta adecuada ante situaciones de violencia. Los investigadores observaron que las tres vertientes de la inteligencia emocional (reconocimiento, regulación y respuesta de los sentimientos) influían en la respuesta que daban las víctimas ante un acoso.

Fuente: http://www.educaweb.com/noticia/2016/05/12/estrategias-mejorar-convivencia-escolar-9392/

Imagen: http://colegiovallmont.es/wp-content/uploads/2015/11/Convivencia-Escolar.jpg

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El vínculo escuelas y comunidad

Por Miguel Angel Pérez.

El actual grupo de funcionarios y autoridades educativas han demostrado, en estos últimos años en que han estado al frente de la SEP, su profundo desconocimiento sobre lo que realmente se vive en educación. Una cosa es lo que se recupera en documentos y se discute en las oficinas de la Secretaria de Educación y otra muy distinta es lo que se vive en cada escuela, en cada comunidad, en cada pueblo, en cada rincón de la república.

Cuando un maestro o maestra llega a una escuela por primera vez, no se separa o se encierra al interior del recinto escolar, afuera existen comunidades, personas, padres de familia y en mucha ocasiones las costumbres de la comunidad, los festivales sociales e incluso las rivalidades de las personas de la comunidad afectan la vida de cada escuela.

En Chiapas y en Oaxaca los maestros han tenido un especial cuidado en establecer una buena relación con la comunidad en que se ubica la escuela. Luis Hernández, el pasado martes en el periódico La Jornada, lo decía de esta manera: (cito de sentido) “A muchas comunidades les gusta que sus maestros les hablen en su lengua, que les enseñe a sus hijos a jugar basquetbol, que asistan a las fiestas de la comunidad, que les ayuden a redactar largos oficios, manifiestos y comunicados de la protesta social de las comunidades”. Esta fusión insustituible entre la escuela y la comunidad es la que le da el sentido social a las prácticas educativas y es otro de los fines perversos que la reforma quiere erradicar.

Todo maestro y maestra en el recuerdo de sus primeros años de experiencia, reconoce la bondad en el pueblo, es decir en la comunidad específica en donde se ubicada la escuela a la que fue comisionado, aún los maestros formados en Normales urbanas tuvimos que ranchear esto es, el primer nombramiento habría que aceptarlo en donde fuese y aquí reside el alto valor formativo el estar en la comunidad hace que cada docente aprenda a dirigir juntas de padres de familia, a convencer a los padres sobre la propuesta particular de cada docente y sobre todo a establecer un proyecto común de gestión y de desarrollo educativo que en el fondo es de desarrollo social y comunitario. Este es el elemento novedoso que está apareciendo en la nueva fase del movimiento magisterial, la lucha ya no es solo de maestros es de pueblos enteros movilizados e indignados por un tratamiento irracional y carente de sensibilidad gubernamental.

El presidente de la república ya no sabe qué hacer si continuar defendiendo a sus amigos o mirar al país dentro del cual nunca ha hecho un buen clic como gobernante, no es ni populista, ni buen orador, ni líder carismático bueno incluso es un muy mal neoliberal, ya que hasta los grandes empresarios están molestos con su gestión.

Pedir la renuncia de Aurelio Nuño es un acto elemental de justicia mirando la historia y las tradiciones educativas en donde los maestros en sus comunidades escriben un texto diferente al de los discursos de los actuales funcionarios de gobierno.

La gran ventaja de la escuela pública mexicana es esta fusión entre los maestros que educan y los pobladores que con sencillez y modestia, empeñan su palabra y sus acciones para defender a sus maestros es, en el fondo, actos pensados para defender la educación de los niños y niñas de las comunidades mexicanas. Es decir está en peligro todo México con su historia y sus instituciones.

Doctor en Educación y profesor–investigador de la UPN Campus Guadalajara

Fuente:

Imagen: http://4.bp.blogspot.com/-E3oDHS8bWwc/VVuNIUEvbsI/AAAAAAAB-1M/K6btmGhOJUk/s1600/11214307_1580204395593206_2355752594754989214_n.jpg

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