Por. Andrea Monje
Meses atrás realicé una presentación a especialistas de infraestructura sobre la importancia de promover una mayor participación femenina en puestos técnicos del sector. Desde el podio podía notar que me escuchaban con interés, pero todos tenían la misma duda: “¿Y qué pasa si no hay suficientes mujeres ingenieras para llenar estos puestos?”. No es la primera vez que esto ocurre y dudo que sea la última.
Lastimosamente esta pregunta surge frecuentemente porque tenemos un problema: la participación de las mujeres en carreras ligadas a ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (CTIM) es extremadamente baja. Por ejemplo, en Chile y Colombia la proporción de mujeres investigadoras en ingeniería y tecnología es del 21% y 19%, respectivamente. Estos datos me llevan a pensar que, si bien es importante seguir fomentando empleos para involucrar a más mujeres en las CTIM, es vital que también hagamos un mayor hincapié en fomentar el amor por las ciencias en las niñas.
Los estereotipos de género y los sesgos inconscientes de nuestras sociedades llevan a que las niñas pierdan el interés por las CTIM desde pequeñas. Además, la falta de modelos femeninos a seguir hace que piensen que estas carreras son solo para hombres. Pero actualmente hay muchas iniciativas que intentan despertar el interés de las niñas en las CTIM. Aquí hay tres:
Juegos de niñas
Es importante involucrar a las niñas en las CTIM desde pequeñas, y qué mejor forma que haciendo de las ciencias un juego. Existen marcas de juguetes que promueven que las niñas desarrollen una pasión por la construcción y las CTIM.
La compañía Goldieblox, que se hizo famosa con un comercial durante el Super Tazón en el que las niñas recolectaban sus juguetes tradicionales para armar un cohete espacial, es una de estas marcas. Sus juguetes no solo ayudan a desarrollar las habilidades motoras y espaciales, sino que vienen acompañados de historias y videos que buscan “inspirar a la futura generación de ingenieras”.
Carreras que marcan la diferencia
Una de las razones por la cual las niñas pierden el interés por las CTIM es por falta de información. A la hora de elegir carrera, las mujeres quieren hacer una diferencias en sus comunidades (no por nada están sobrerrepresentadas en el sector de servicios sociales), pero no saben que las ciencias pueden ayudarlas a alcanzar este objetivo. Exponerlas a los empleos relacionados con las CTIM es una buena forma de involucrarlas en estas carreras desde temprano.
Y existen muchos programas diseñados para que las niñas puedan entender, de primera mano, de qué se tratan las ciencias. Por ejemplo, Microsoft tiene un programa mundial (también en varios países de América Latina) llamado DigiGilrz Day, donde niñas de secundaria realizan ejercicios ligados a la tecnología, interactúan con empleados de la compañía y reciben asistencia para planear sus carreras.
Modelos femeninos
Si bien es cierto que hay menos mujeres que hombres en las CTIM, no se puede negar que sí hay mujeres. Exponer a las niñas a estos modelos femeninos es importante para que se identifiquen con personas que se ven como ellas y sepan que el sector no es solo para hombres.
Por ejemplo, en la escuela muy pocas veces oímos sobre mujeres que han contribuido a las ciencias, y hablar de ellas puede inspirar a nuestras niñas. Asimismo, programas de mentoría como el de NASA emparejan a las jóvenes con ingenieras, científicas o matemáticas para introducirlas a las CTIM.
Espero que gracias a este tipo de iniciativas, en algunos años la falta de mujeres en las CTIM ya no sea un problema. Y, en su lugar, se hable sobre todas las contribuciones que las futuras ingenieras, ahora niñas, habrán aportado a nuestras sociedades