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Educación y Política: notas para pensar más allá de las dicotomías

 

Por: Margarita Pacheco

¿PUEDE LA EDUCACIÓN SEPARARSE VERDADERAMENTE DE LA POLÍTICA? CONTRARIO A LO QUE AFIRMAN Y DIFUNDEN CIERTOS DISCURSOS PÚBLICOS, EMPEÑADOS EN SEGMENTAR LA REALIDAD EN DICOTOMÍAS FALSAMENTE OPUESTAS ENTRE SÍ, EN EL CASO DE EDUCACIÓN Y POLÍTICA EL VÍNCULO ES, QUIZÁ POR FORTUNA, MÁS INDISOLUBLE DE LO QUE A VECES SE NOS QUIERE HACER VER.

En el modelo de producción social que vivimos en estos tiempos, se dan fenómenos sospechosos todos los días, la mayoría relacionados con la forzada separación de cosas que no están separadas en realidad; a estas les podemos llamar dicotomías (división en dos partes de algo que es complementario). Aquellos que buscan mantener y reproducir el orden de cosas tal y como está en la sociedad capitalista, en su versión neoliberal, constantemente tratan de explicarnos el mundo a partir de dicotomías, de separar las cosas que están relacionadas. Este afán de diseccionar tiene como finalidad dificultar la comprensión de la realidad misma y facilitar la legitimación de lo no-legitimable; es decir, además de los efectos en la construcción del pensamiento –aunque de la mano con esto-, pensar en términos dicotómicos la realidad, tiene implicaciones profundamente políticas.

Estas escisiones, que sólo pueden sostenerse recurriendo a discursos retóricos, son inexistentes en los hechos, no obstante cumplen un propósito específico: crear la ficción de que los intereses económicos de ciertos grupos no inciden en la organización del poder y, al mismo tiempo, que estos no pautan las líneas que han de seguir las instituciones sociales de acuerdo a proyectos de sociedad encaminados a beneficiar a determinadas élites.

Es usual que cuando escuchamos hablar del, por demás complejo, asunto de la educación sea común que se dicotomice economía–política, educación–política, educación-economía, sin reconocer que todas estas dimensiones de lo social se encuentran relacionadas. Para los ideólogos que pretenden preservar el poder tal y como está, resulta conveniente presentar a la educación como un terreno “neutral”, más allá de los intereses de los grupos que controlan el poder o los que manejan la economía ―que casi siempre son los mismos. Es corriente escuchar en las declaraciones de los secretarios de educación frases como “la educación debe estar por encima de intereses partidistas”, “la formación de nuestros niños es la prioridad de este gobierno” y más del estilo. Mientras de manera discursiva se sostiene que los programas de las instituciones educativas deben ser ajenos a los intereses de los grupos políticos, en los hechos, estos programas atienden a las necesidades e intereses concretos de éstos.

Debemos tener claro que procesos educativos nunca son neutros, encarnan en todo momento un proyecto político, es decir, en última instancia, da cuenta de un proyecto de sociedad específico. Cuando hablo de proyecto político quiero referirme a una forma específica de organizar el poder para la producción y reproducción de una sociedad. En este sentido, cada sociedad demanda sujetos ―personas, hombres y mujeres― que hayan sido formados de acuerdo a los valores, creencias, costumbres, formas de producir y consumir, con una manera de entender el mundo y su movimiento de acuerdo a la historia que les ha tocado encarnar.

Siendo así, es necesario reconocer en todo momento que la educación, la manera y los contenidos  con los que se forma a los sujetos de una sociedad, es un terreno que se encuentra en permanente disputa; que se halla en tensión entre los intereses de los diferentes grupos de poder (políticos, empresarios, organismos internacionales…) y las necesidades profundas de las sociedades en las que se insertan. Depende de la fuerza de una sociedad para organizarse y su capacidad de reconocer y defender sus necesidades, que se trasluzcan sus demandas educativas en el sistema de educación, en cualquiera de sus niveles. Una sociedad poco reflexiva en torno a la formación que requiere para transformar sus condiciones de existencia, se encuentra a expensas de la imposición de programas educativos que buscarán, primordialmente, generar ganancias a partir de la explotación del trabajo de una población que difícilmente se beneficiará de ellas.

En la sociedad capitalista contemporánea, en la que las pautas sobre las que se organizan mujeres y hombres dimana de la organización del mercado, y ésta a su vez de las necesidades de acumulación de un grupo muy, pero muy reducido de personas, la educación lógicamente está encauzada a alimentar la acumulación de los dineros en las manos de este grupo. No solamente en términos de la preparación de cuadros aptos para realizar tal o cual trabajo en la cadena productiva; el diseño del sistema escolar también busca establecer los contenidos y mecanismos que susciten la legitimación del modelo de sociedad en el que emerge, es decir, su aceptación en el imaginario social. El trabajo de formación y aceptación ideológica en una sociedad como la nuestra se construye de manera cotidiana  a través de los medios de información masiva y los sistemas educativos, de allí que sea indispensable analizarlos con lupa crítica.

Si estamos de acuerdo en que cada proyecto educativo está vinculado a un proyecto político específico, hay que poner atención entonces a cuáles son los intereses a los que éste responde. En el caso del sistema educativo mexicano (como en la mayoría de los casos del mundo), es posible ubicar históricamente a qué propósitos ha servido el aparato educativo institucional de acuerdo a las necesidades sociales, económicas y políticas de los grupos de y en el poder en cada momento. Tristemente, tras un recuento de las transformaciones que ha sufrido la educación institucional en este país, es posible reconocer que, salvo honrosas excepciones (las Casas del Pueblo en los años 20, el proyecto Cardenista de educación socialista –con sus limitantes-, la creación de las Normales Rurales, y mucho más recientemente, la fundación de los Colegios de Ciencias y Humanidades por Pablo González Casanova), los movimientos que se operan en el sistema educativo mexicano han estado encaminados a reacomodarlo en función de las necesidades de los grupos políticos en el poder y, a últimas décadas, cada vez más de las necesidades de los empresarios (verbigracia la Educación por competencias, que traspasa la evaluación en las organizaciones empresariales, a los sistemas escolares).

En estos tiempos en los que el debate en torno a lo educativo en México cobra nueva actualidad, es importante trascender los discursos popularizados que pretenden desconocerla como real terreno que es disputado por los diferentes proyectos de sociedad, para estar atentos a cuáles son los intereses profundos que guían las transformaciones del sistema educativo en el país. A fin de ir deshebrando la enredada madeja de lo educativo, es necesario profundizar en un análisis que asuma la educación como elemento central en la organización y legitimación del orden social, que sea capaz de ubicar la relación que la dimensión educativa mantiene con lo político, lo económico, lo cultural; es imprescindible reconocer cómo es que se tejen estas relaciones, de qué manera se condicionan o determinan y cómo impactan en la vida cotidiana de mujeres y hombres, niñas y niños.

Quedan un puño de aristas que considerar para ir avanzando en la comprensión del tema educativo; en siguientes entregas trataré de ir planteando algunos elementos que considero centrales para elaborar una crítica reflexiva y concienzuda sobre la educación. Nos quedan pendientes temas como la diferenciación entre educación y escolarización,  la transformación de los modelos en los últimos años en beneficio del mercado, la pauperización de la enseñanza, pero también, nos resta hablar de las experiencias de educación que, a veces desde el terreno institucional y otras fuera de él, proponen formas educativas desde el diálogo, la equidad y el reconocimiento del otro, para la construcción de sociedades que trabajen para la libertad.

Tomado de:

http://pijamasurf.com/2013/03/educacion-y-politica-notas-para-pensar-mas-alla-de-las-dicotomias/

https://www.google.com/search?q=Educaci%C3%B3n+y+Pol%C3%ADtica&espv=2&biw=1366&bih=623&source=lnms&tbm=isch&sa=X&ved=0ahUKEwjN4JK2jJzNAhVMmx4KHXlmB3cQ_AUIBigB#imgrc=G0LrPDUKKcrtvM%3A

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Educación en tiempos de drones

 

RioNegro/10 de junio de 2016/Por: Sergio Povedano

Increíble: los chinos usan drones para monitorear a sus estudiantes “para que no se copien” en sus exámenes. Un examen de selectividad (“gaokao”) permite el acceso a la mayoría de centros universitarios y supone todo un acontecimiento social en China. Son llamados a la prueba 9,42 millones de estudiantes. El Ministerio de Educación asegura que a esta prueba sólo la pasa una cuarta parte de los inscriptos. Las universidades más requeridas son la de Pekín, Shanghai o Hangzhou. Existe gran presión para los alumnos, a tal punto que ha habido suicidios en estudiantes desaprobados en otros años. Pasar este examen significa el futuro del alumno y de su familia. El dron ya ha sido utilizado en dos centros de prueba de selectividad en la ciudad de Luoyang (provincia de Henan).

El presente artículo sostiene la idea (obvia) de que educar a los pobres es una obligación del Estado que requiere de profesionales, herramientas, recursos e inversión muy por encima de, por ejemplo, la educación de alumnos de clase media. Se trata de un trabajo enorme que engloba todo el entorno social del alumno. Es llevarlo de la casa a la escuela, retenerlo, asistir a sus padres y lograr que la educación entre en la vida del alumno y su familia. No es lo mismo “educación para pobres” que “educación pobre”, o no debería serlo, sino más bien dos puntos opuestos.

Veamos algunos pormenores al respecto, sumado esto a sucesos vinculados con la expresión “tiempo de drones”.

El dron es un robot, un avión no tripulado que funciona con una gran capacidad de banda ancha y el GPS. Este “juguete” se desempeña en la “recolección de datos” e identificación de objetivos, además de poder portar armas. Y es usado en otras actividades funcionales y recreativas. Así, su uso está en medio de polémicas.

El presidente Obama admitió recientemente que un dron asesinó a tres estadounidenses y un italiano después de un atentado fallido en enero de este año. El programa de drones habría provocado la muerte de más de 4.000 personas en Pakistán, Yemen, Somalia y Afganistán. Voceros de Estados Unidos aseguran que casi la totalidad de las personas que murieron eran combatientes enemigos. Sin embargo, los operadores de aviones no tripulados eligen sus objetivos al detectar patrones sospechosos que ellos ya tienen planteados de antemano. Así, si se diera una caravana de vehículos que se mueven juntos, esto podría indicar, quizá, que hay militantes agrupados y esto provocaría su destrucción. Cabe señalar que las procesiones de bodas o funerales tienden a moverse de una manera similar, por lo que se ha sugerido con demasiada frecuencia la muerte de civiles que asistían a una boda o un funeral. Y así terminó la vida de Warren Weinstein y Giovanni Lo Porto. Unas pocas empresas se hay repartido “el negocio de los drones” en este ‘contexto de guerra’, por así decirlo. Esto significa miles de operadores observando los videos de estos robots vigías. Un negocio más que rentable.

El párrafo precedente viene a cuento de que los tiempos cambian rápidamente y de que todo tiene vinculación, aunque no la veamos. Si un dron vigila a jóvenes en un examen y otro es un arma de última generación, no hay ninguna distancia. Incluso, el gobierno chino paga los estudios a sus más altos promedios y luego los asigna en puestos militares. Así es que serán ellos mismos (los que fueron vigilados por aviones no tripulados) quienes rediseñarán los drones. En Argentina, cuando se habla de que hay que repensar e implementar otra forma de educación, no existe excusa de “no se puede”.

Drones sobrevolando a los estudiantes en China son prueba de eso. “Mucho nuevo” se puede hacer. Cuando el papa Francisco dice “hagan lío… pero después arreglen la cosa” invita a una interpretación obvia de revolución en su acepción evolutiva. Es decir, desarmen lo que no funciona y armen algo nuevo. Y también dice lisa y llanamente: “Deben pensar de otra manera”. Por otra parte, sin desmerecer los datos alentadores del actual gobierno sobre la construcción de nuevas escuelas y salitas y la refacción de viejos edificios, se debe saber que la mejora en infraestructura es necesaria pero no suficiente para erradicar la pobreza.

La pobreza puede aumentar y de hecho datos históricos así lo dicen. En www.worldbank.org se comenta que, tal como lo establece la Declaración de Incheon de 2015, emanada del Foro Mundial de Educación, se debe trabajar para que “los docentes y los educadores estén empoderados, sean debidamente contratados, reciban una buena formación, estén cualificados profesionalmente, motivados y apoyados dentro de sistemas, que dispongan de recursos suficientes, que sean eficientes y que estén dirigidos de manera eficaz”. El UIS (Instituto de Estadística de la Unesco) calcula que para alcanzar el objetivo de la educación primaria universal de aquí al 2020 los países deberían contratar un total de 12,6 millones de maestros de primaria. Entre la pobreza extrema y la escuela hay una distancia que el Estado debe ver con claridad. Y en Argentina hay que evitar que ciertas provincias argentinas conserven la pobreza como moneda electoral.

Está claro que no a todos les interesa la educación pública o que la educación pública avance, por diferentes razones: ideológicas, de intereses propios, sociales (clasistas), etcétera. Mas la pregunta es fundamental: ¿cómo hacer que nuestro país piense de otro modo? Sin embargo, los candidatos a presidente dan a entender que tienen la respuesta a “esa pregunta”.

La inversión educativa constituye un espacio fundamental en la política de los gobiernos y de organismos internacionales. Esto en favor a una proyección de desarrollo y lucha contra la pobreza. Pero sucede que la mayoría de los sistemas educativos no redunda en beneficio de los niños más pobres. Se estima que 250 millones de niños no saben leer ni escribir, si bien muchos han asistido a la escuela durante años. Se trata de una tragedia que tiene consecuencias graves para el objetivo de acabar con la pobreza extrema.

Afirma Jim Yong Kim, presidente del Grupo Banco Mundial: “Al existir en la actualidad casi 1.000 millones de personas que siguen condenadas a una situación de pobreza extrema, los esfuerzos sostenidos por mejorar el aprendizaje de los niños movilizarán un enorme potencial humano en los años venideros. Los mejores resultados en el aula ayudarán a poner fin a la pobreza extrema”.

Volviendo al pasado, recordamos el camino de la barbarie a la civilización con la educación de Sarmiento. Para algunos, tal intención educativa fue interpretada como el menosprecio de la cultura indígena. Hoy el camino de la educación requiere todo su paradigma para educar a los pobres, pensar de otro modo, porque debemos dar como resultado otros representantes, mejores dirigentes.

En este “tiempo de drones”, podemos acceder a conclusiones a partir del big data desde programas inteligentes o, al contrario, ignorar lo precedente y ejecutar medidas creativas antes no vistas. Existen recursos antes jamás vistos para educar a nuestros niños. Así, repito: educar a los pobres es una obligación del Estado que requiere de altos profesionales, herramientas, recursos e inversión muy por encima de “la educación normal”.

Al fin, no será lo mismo “educación para pobres” que una “educación pobre”, o no debería serlo, sino más bien dos puntos opuestos.

Tomado de: http://www.rionegro.com.ar/columnistas/educacion-en-tiempos-de-drones-NCRN_7958354

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Aniquilamiento de la Escuela Pública.

09/06/2016. Autora: Martha de Jesús López Aguilar/Fuente: Educación Futura. 

Hoy la escuela pública en sus diferentes niveles está en situación de vulnerabilidad debido a los impactos que se han tenido por la reforma educativa promulgada el 26 de febrero de 2013 donde se permite su privatización y a su vez da las facilidades para  que los consorcios mercantiles internacionales puedan lucrar con la educación en México.

La información obtenida por la Internacional de Servicios Públicos y Wikileaks del Acuerdo de Comercio de Servicios (TISA por sus siglas en inglés) señalan que las multinacionales pretenden  de manera secreta apoderarse total y absolutamente de todos los servicios públicos incluidos los estratégicos: salud, educación, agua, electricidad, servicios financieros, bancarios, municipales, portuarios, aeroportuarios, de seguros, cárceles, telecomunicaciones, postales, etc. Pese a que varios de estos son considerados como derechos humanos.

El acuerdo liderado por EEUU y la Unión Europea compromete a 50 países, de los cuales 7 son latinoamericanos: México, Costa Rica, Panamá, Colombia, Perú, Chile y Paraguay.

Las negociaciones del TISA se están apresurando, para que se aprueben  y firmen sin mayor discusión por  los parlamentos y puedan armonizarse las leyes de los países que la conforman. Como parte de las disposiciones, los borradores de la discusión se conocerán después de 5 años.  Las concesiones de los servicios otorgados serán por contratos firmados por varias décadas, de esta forma las empresas prestadoras de servicios pasan a ser propiedad de las grandes multinacionales, y pese al mal servicio que den o fracasen, quedarán blindadas y protegidas para continuar con el negocio.

Con la imposición del TISA, la pobreza aumentará en condiciones infrahumanas, porque los servicios básicos como salud y educación se convertirán en mercancías  y sólo las podrán adquirir, los que las puedan pagar, o bien se tengan que endeudar a través de esquemas de autofinanciamiento por varios lustros para estudiar una carrera universitaria.

Así, el sistema educativo nacional dejará de existir para reconvertirse en un sistema educativo transnacional, en el cual ya existe una gran diversificación  mercantil de la educación, como es el caso del programa norteamericano Teach for América (TFA), -Enseñar para América- que es una agencia dedicada a reclutar, seleccionar y capacitar a maestros para que laboren en distintos niveles educativos. La agencia TFA se promueve virtualmente a través de imágenes inspiradoras, artículos  reflexivos e historias conmovedoras, además de promover el liderazgo y éxito individual y emprendedor provisto de un discurso evangelizador haciendo labor de convencimiento con sus alumnos, familia y comunidades y promueven una sensibilidad sobre la “justicia social” para que todos los niños y jóvenes tengan acceso a una educación de “calidad”.

Se  consiguen reclutas, o sea, personas “notables” y diversas para ser maestros en las comunidades marginadas, previa preparación y capacitación durante el verano, en donde todos los gastos de hospedaje, alimentación, trasporte, materiales, uso de internet, etc., son pagados por ellos, (unos 60 mil pesos más o menos). En tanto,  el dinero es administrado por esta Agencia de colocación. Una vez  concluido su entrenamiento de “maestros exprés”   se comprometen a enseñar durante 2 años  y son contratados por escuelas públicas asociadas en todo el país.

Al permitir la entrada a nuestro país de empresas contratistas de maestros eventuales o “desechables” y de los consorcios interesados en la educación, la existencia de la Secretaria de Educación Pública como patrón de los trabajadores de la educación ya no tiene razón de ser. El silencio y cerrazón de Enrique Peña Nieto y de Aurelio Nuño Mayer por no dialogar, negociar  y dar  una solución a los maestros inconformes evidencia su compromiso y lealtad con los consorcios financieros internacionales y del grupo Mexicanos Primero que ven en la educación un gran negocio.

cnte-bucareliEs por ello, que el gobierno aplica métodos represivos contra los maestros a través de la intimidación, hostigamiento laboral, despidos injustificados, uso de la fuerza policiaca-militar para reprimir, golpear, encarcelar, asesinar con el fin de imponer la reforma educativa – a sangre y fuego – y someter a los maestros para que presenten la evaluación,  pierdan sus derechos adquiridos y queden desempleados.

Pese  a estos métodos represivos, la lucha y resistencia del magisterio en todo el país contra la evaluación punitiva estuvo de manifiesto, logrando evidenciar la  farsa de dicha evaluación, así como la acción represiva del gobierno, y la inconsistencia y desconfianza generados por las cifras presentadas por Nuño Mayer al sostener que más del 90% de los maestros fueron evaluados, o en esta jornada de lucha al decir que más del 90% de los maestros están laborando en sus escuelas en Chiapas, Oaxaca, Michoacán y Guerrero o que ya tenía el remplazo de 26 mil maestros para ocupar el puesto de los maestros paristas en estos estados, cuando tan sólo en la sección 7 de Chiapas son 70 mil maestros y más del 90% están en paro.

No obstante, ante la cerrazón del gobierno federal y los compromisos establecidos con los consorcios internacionales, la escuela pública se debilita. En julio de 2016 se presenta la convocatoria para el Examen de Ingreso al Servicio Profesional Docente donde podrán participar universidades públicas y privadas debilitando a las Normales; se impone de manera vertical el calendario de 185 días a nivel nacional con el fin de mantener ocupados a los maestros en un sinfín de actividades en las semanas de verano; se tiende a la reorganización de las escuelas multigrado, ante la dispersión, se concentrarán en poblados más grandes, afectando a estudiantes en condición de vulnerabilidad, en especial a los provenientes de los pueblos originarios, tendiendo a su exclusión, esto es con el fin de tener un control y vigilancia más eficiente de la población y optimizar los recursos económicos y humanos; en Guanajuato se está experimentando en las escuelas el método de observación Stalling, como otra forma más del control y vigilancia de las conductas observables en forma segmentada y fragmentada en el aula; ya están los nuevos lineamientos donde desaparecen las cooperativas escolares y en su lugar se imponen las “tienditas escolares” con la venta de productos industrializados; también así avanza la privatización de la escuela pública.

En casi un siglo, la escuela mexicana fecunda en el arte de enseñar conocimientos, habilidades, destrezas, valores y actitudes con un sentido humanista, científico e integral que nos daba cohesión como nación e identidad nacional al promover la cultura mexicana y universal a partir de una gran tradición y riqueza pedagógica impartida por maestros normalistas. No dejemos morir a la escuela pública, defendamos a sus maestros, hoy más que nunca los necesitamos, para superar desigualdades y erradicar la ignorancia.

Profesora normalista, Maestra en Investigación Educativa, autora del libro “La primavera magisterial de 1989”

Fuente: http://www.educacionfutura.org/aniquilamiento-de-la-escuela-publica/

Fotografía: presencianoticias

Fuente del Artículo:

http://insurgenciamagisterial.com/aniquilamiento-de-la-escuela-publica/

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Colegios sin deberes

La ‘educación activa’ reivindica un modelo de escuela en el que el aprendizaje se basa en la motivación y el crecimiento personal, donde no son necesarios pupitres, deberes para casa ni exámenes

Un profesor entra en clase, habla y escribe en la pizarra mientras los alumnos, bajo un silencio disciplinario, escuchan y toman notas. Periódicamente son sometidos a exámenes para ver si han sido capaces de memorizar lo hablado por su maestro y para fomentar esa memorización se mandan deberes, tareas que deben realizar los alumnos fuera del horario escolar. Esa podría ser la imagen de cualquier colegio o instituto convencional. Ya hay voces de expertos que critican este sistema educativo que dicen «sigue invariable desde hace siglos», como apunta uno de los principales investigadores mundiales sobre la inteligencia artificial y la teoría del aprendizaje, Roger Schank.

Disciplina férrea, el papel incuestionable –casi dictatorial– del maestro en el aula y como objetivo aprender habilidades y memorizar conocimientos. No parece que se ajuste a una educación basada en los actuales valores democráticos. Eso se debe, según los expertos críticos con la educación convencional a que el modelo educativo actual se basa en principios del siglo XVIII, cuando el reto de la educación era crear una ingente mano de obra para la producción industrial.

Sin embargo, empiezan a ganar peso en la sociedad otras pedagogías que ponen el foco en la creatividad y en valores democráticos. «Trabajamos bajo las premisas de la pedagogía activa, en la que el alumno realiza su propio aprendizaje a partir de materiales vivenciales y experiencias de aprendizaje, que le permiten el desarrollo del pensamiento crítico, la resolución de problemas, la búsqueda de estrategias múltiples de aprendizaje, manteniéndole conectado con su creatividad, inventiva y alta capacidad de pensamiento divergente», explica Cynthia Ramos, directora de la Escuela Myland, ubicada en la sevillana localidad de Palomares del Río.

En Myland llama la atención que no hay pupitres. Los niños eligen qué hacer según sus necesidades o intereses, aunque monitorizados por un profesorado que ejerce de «acompañante educativo». Aprender en base a la experiencia y no teniendo como patrón educativo la repetición y la memorización. «Entendemos que los niños y niñas poseen un interés innato por el aprendizaje y el descubrimiento, como explica su directora». En este sistema pedagógico el profesor adquiere el papel de guía y se comunica con el niño de manera bidireccional. El silencio en clase no sólo no es obligatorio, sino que puede ser preocupante si un niño no adquiere esa capacidad de preguntar y comunicarse, explican.

Si ya resulta extraño no ver pupitres en las aulas, más extraño es ver al alumnado entrar y salir a su antojo de aulas que siempre mantienen las puertas abiertas o, simplemente, no tienen puertas. En contra de lo que podrían imaginar los defensores de la educación basada en una férrea disciplina, al ojear en el interior de alguna de estas aulas los niños están trabajando dentro sin que nadie les obligue a ello. «Basamos nuestro proyecto en la idea de que el aprendizaje surge por una motivación interna y esta es la que determina el currículum individual que seguirá cada niño o niña», explica la directora de Myland. Es fundamental, apuntan los promotores de este tipo de educación activa, respetar al niño y sobre todo sus necesidades e inquietudes. «Se educa para el fomento de sus habilidades, autonomía y desarrollo personal, tanto intelectual como emocional», aclara.

En Myland se han decantado por un sistema propio de enseñanza que tiene sus bases en la Teoría de Inteligencias Múltiples (de Gardner) y en el método Montessori entre otros. El método Montessori, elaborado por la doctora italiana María Montessori, se basa en tres elementos clave: ofrecer un ambiente preparado para que los alumnos puedan expresarse en todos los ámbitos posibles, la monitorización del profesorado hacia cada alumno ya que es «mediante la observación atenta que hacen los profesores se realizan propuestas de trabajo que respondan a las necesidades auténticas de aprendizaje que va mostrando cada alumno», aclara Cynthia Ramos. En este sentido el método Montessori potencia las singularidades de cada alumno y no ofrece una educación uniforme para grupos, como es habitual en la educación convencional. El otro elemento fundamental es conocer y aportar experiencias a los niños acordes a cada etapa evolutiva.

En este sentido, la otra gran tendencia alternativa a la educación convencional en la llamada educación activa es el método Waldorf. En estas escuelas el vínculo entre el maestro y el alumno es muy fuerte y se considera esencial, pero su metodología se basa en respetar los ritmos educativos de cada niño. Estas escuelas libres han logrado el reconocimiento como corriente pedagógica de la Unesco y cuentan con más de 800 escuelas y mil centros infantiles en todo el mundo. En las escuelas Waldorf los libros de texto los elaboran los propios alumnos, de manera que se sientan protagonistas de su propia educación, con una clara orientación humanística.

Sea Waldorf o Montessori, el objetivo es el desarrollo integral del individuo a través de la educación. Para ello se pone también la lupa en las emociones y los sentimientos de los alumnos. «Es esencial que la educación ofrezca un apoyo afectivo continuado, un acompañamiento emocional que le permita al niño sentirse libre y seguro para desarrollar todas sus capacidades». Y en ese planteamiento la participación de los miembros de la familia es imprescindible: «Las familias forman parte del proceso educativo, colaboran tanto en actividades como en el seguimiento y bienestar de la escuela», explica la directora de Myland.

Una de esas madres que ha optado por salirse de la línea educativa convencional es Mireia Illescas, que además trabaja como formadora de maestros: «En estas escuelas yo encontré la teoría hecha realidad –explica–; el entorno, las personas y la manera de acompañar a los niños responde a las recomendaciones que los expertos en ámbitos como la neurobiología, la psicología y la pedagogía, aportan a la educación».

Patricia Linares, madre de Diego, de tres años, llegó a uno de estos centros casi de manera natural: «No puedo decir que nosotros hayamos escogido un colegio de pedagogía activa de forma consciente, fue más bien el resultado de aprender a ser padres lo que nos llevó allí», aclara. «Con nuestro primer hijo descubrimos con tristeza en su entrada al cole, con tres años, que no había un verdadero proceso de adaptación sino un paso abrupto más cercano al sálvese quien pueda». Para esta madre el hecho de que los padres puedan estar acompañando a sus hijos en estos centros todo el tiempo que sea necesario hasta que se sienta seguro en ese nuevo espacio es esencial.

La motivación de los alumnos es sin embargo lo que más destacan los padres y madres que optan por esta educación alternativa. Patricia Linares, que ha vivido la educación convencional con su primer hijo, relata lo que para ella fue traumático en la escolarización convencional: «Asistimos con estupor al hecho de que mientras más tiempo pasaba en el centro escolar, más se iba apagando su afán innato por aprender».

Así que cuando nació nuestro segundo hijo, nos preguntamos: «¿No habría un colegio donde los padres podamos estar presentes en su adaptación? ¿No habría un colegio donde se aprendiera de forma más intuitiva y activa aprovechando sus intereses? ¿No habría un colegio donde se respetara sus necesidades afectivas?».

En estos centros no hay fichas, no hay deberes, no hay exámenes. Es una ruptura total con la forma que han tenido de educarse las generaciones de españoles hasta ahora. Los principales temores que le surgen a los padres y madres para dar el salto a la educación activa están principalmente en torno a la homologación. Hasta ahora, en España, estas iniciativas surgen amparadas por el hecho de que la educación no es obligatoria para los niños menores de 6 años, pero se hace necesaria la autorización administrativa una vez que los niños entran en edad de escolarización obligatoria (Educación Primaria). Es en ese momento en el que muchas escuelas no encuentran el respaldo legal necesario como alternativa educativa y los proyectos acaban cerrando o ubicándose en un limbo alegal. «Para nosotros normalizar esta forma de enseñanza es primordial y hemos luchado mucho para reconocer el reconocimiento de las autoridades competentes», explican desde Myland.

«Una educación donde lo importante es desarrollo global del niño mas allá de la adquisición de contenidos académicos», es el resumen que hace la directora de Myland de esta educación alternativa a lo tradicional. La escuela pública está también evolucionando y adquiriendo muchos de estos planteamientos, pero la estructura física incluso les impide llevar a cabo estos cambios. Aunque el planteamiento se comparta: convertir al alumnado en el centro del conocimiento y no como un receptor pasivo, las estructuras físicas suponen un obstáculo. Mientras la educación tradicional mantiene aulas únicas con pupitres, en estos centros alternativos se desarrollan actividades en espacios abiertos, adaptables y gran parte de ellos al aire libre en entornos naturales. De hecho, aunque este concepto de educar en un entorno exterior, con vegetación y huerto y sin mobiliario que restrinja los movimientos pueda parecer muy novedoso, es el mismo que desarrolló Aristóteles en su Liceo, un jardín provisto de una galería para pasear al aire libre, salas de clase y habitaciones. El resultado es una educación atractiva, interesante y desde luego no aburrida y monótona. Tal vez esa sea una fórmula capaz de romper la espiral del fracaso escolar.

Fuente: http://elcorreoweb.es/cincocolumnas/colegios-sin-deberes-LH1867159

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Apagón Pedagógico Global. Despedagogización de la Educación Latinoamericana y Caribeña.

Venezuela/09 junio 2016/Autora: María Magdalena Sarraute Requesens (mmsarraute@gmail.com)/Fuente: Prensa OVE

La globalización neoliberal ha impactado significativamente la educación, sus fines y objetivos. No precisamente en el sentido de la superación de los problemas que fueron base para realizar los cambios, ya que progresivamente el efecto ha sido contrario, en muchos países se ha reducido el derecho a la educación gratuita, como por ejemplo, los europeos que habían alcanzado un  Estado de Bienestar en ciertos países,  logrado satisfacer este derecho en los últimos siglos, producto de muchas luchas sociales que habían potenciado la conversión de la educación en uno de los pilares para el mejoramiento de la calidad de vida de los ciudadanos.

Asimismo, si se realiza un recorrido se observará la disminución y reducción del derecho a la educación gratuita, se puede mencionar que en la década de los 80 este flagelo se originó en Inglaterra y luego en los Estados Unidos, allí se empezaron a imponer condiciones que beneficiaban a la privatización de la educación, pese a las promesas de los gobiernos anteriores. Canadá no se escapó de esa realidad, ya que sólo alcanza beneficiar un porcentaje muy pequeño de su población estudiantil, a través de créditos, becas y subvenciones. Por consiguiente, los subsidios son la prueba de que el derecho a la educación seguirá siendo un problema por resolver, mientras que los estados no garanticen la igualdad de oportunidades para todas y todos, premisa base del nacimiento de la educación pública moderna en el siglo XVIII.

En Latinoamérica y el Caribe, con la excepción de Cuba y Venezuela, la gratuidad de la educación, se ha reducido y se ha dado fuerza a la Educación Privatizada, ejemplo de ello Chile, donde las luchas sociales actuales se han profundizados porque el problema se ha agravado aún más. Se puede decir, que la privatización de la educación se convirtió en una política generalizada de gran parte de los gobiernos, para reconfigurar sus presupuestos dejando fuera parte de los beneficios sociales de los pueblos y que se estaba empezando a profundizarse en Venezuela, entre 1983 y 1998, ya que se presenció lo que se denomina el periodo de resistencia educativa, por el impulso de la privatización y la mercantilización educativa y el deterioro jurídico e institucional de la educación como un derecho humano. A manera de ejemplo, se puede mencionar el comportamiento matricular a nivel universitario, se seguía expandiendo entre 1983 y 1998, la oficial y privada lo hacían a un ritmo diferenciado; mientras la privada creció en ese periodo en un 485% la oficial sólo creció en un 151%. Ello era el resultado de los esfuerzos por privatizar la educación. En consecuencia el porcentaje de estudiantes de educación terciaria en educación universitaria oficial en el periodo 1983-1998 decreció del 83.2% al 60.6% mientras que de la privada se incrementó de un 16.8% a un 39.4%, (datos oficiales del Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ciencia y Tecnología, 2014).

Además, del crecimiento acelerado de la matrícula educativa privada en esa época, la distribución de las Instituciones de Educación Universitaria (IEU) en el territorio evidenciaba un modelo excluyente en la estructuración de la educación terciaria en Venezuela. Las Instituciones de Educación Universitarias aparecen fundamentalmente ubicadas en el eje centro costero y la región nor-occidental del país, mostrando un modelo de desarrollo urbanístico propio de una sociedad con grandes conglomerados poblacionales para el consumismo. Modelo urbanístico de oposición al campo que corresponde a una economía capitalista rentista.

Asimismo, la privatización ha impactado la cultura y la educación, ya que se ha sobrevalorado la calidad de la educación privada frente a la pública y del carácter empresarial del sistema privado por la apertura de la inversión para ampliar la oferta educativa, que garantizan los resultados de excelencia y calidad total que solo satisfacen las necesidades imperiales mercantilizadoras y no la sociales de cada país.

Por su parte, el Banco Mundial no se escapa de mostrar con cierta sutileza su agenda oculta de privatización de la educación, presentándola con las llamadas “reformas educativas”, es decir, una reforma que para ellos sustentadas en la modernización de la educación y que no es más que una privatización camuflada de la educación pública, ya que han tenido mucha influencia para la mercantilización de la educación entre la oferta y la demanda que ha hecho que la población se aleje de los intereses públicos nacionales y del proyecto nacional, porque han convertido la generación de conocimientos y de pensamiento crítico en empresas, corporaciones y trasnacionales, donde los investigadores y docentes son maniobrados desde estas, ya que de estas corporaciones se deciden que investigar y que formar en las instituciones educativas.

En ese sentido, Bonilla (2014:241), citado por Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, expresa:

Una de las tareas que han desarrollado los organismos internacionales nuevamente, en especial el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo, es romper el criterio de totalidad del fenómeno pedagógico y concentrarnos en el estudio de modas. Pasamos de una moda del didactismo, a la moda de la planeación escolar. Luego, la moda de las evaluaciones, y, finalmente, las diferentes modas del currículo: currículo por objetivos, currículo por contenidos, currículo globalizado y currículo por competencias. Todas estas iniciativas han logrado romper la unidad de la pedagogía como posibilidad científica de abordar el encuentro pedagógico.

Asimismo, para Borón (2014:55), citado por Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, menciona:

Entonces el que viene a nuestra ayuda es el Banco Mundial, o viene el Fondo Monetario Internacional o el Banco Interamericano de Desarrollo que te dan dinero para hacer la investigación, pero junto con el dinero te dicen cuál es la teoría, cuál es el marco teórico, cuál es la metodología, cuál es el problema que puedes investigar y a qué resultados tienes que llegar con tu investigación. Son investigaciones de legitimación de las políticas neoliberales que promueven estos organismos internacionales que ante la crisis fiscal de muchos gobiernos en América Latina, la debilidad del financiamiento a la investigación, estos grupos pasan a ser los dadores de fondos y al mismo tiempo de la ideología, el marco teórico, y de las problemáticas a investigar en nuestras universidades.

Esta situación de cultura dominada por el neoliberalismo, la expresa Dussel (1980), en la pedagógica latinoamericana como, el padre-Estado, dominando a la madre-cultura, traiciona su propia cultura, asumiendo la del colonizador, por esa razón, el hijo americano tiene por madre a “la india”, a la cultura popular y a su padre, «el español» que ha asesinado a su hijo, violando a la mujer india, para convertirse en el padre opresor, maestro dominador y etnocida: su pedagógica es dominadora, introyectando en el joven (el hijo) la cultura ajena como la mejor y la única.

Asimismo, Dussel (1980), menciona que en la actualidad esta ontología pedagógica imperial no sólo se enseña en las escuelas y universidades del Tercer Mundo, sino que ha encontrado en los medios de comunicación controlados por las multinacionales de la información del «centro» su mejor vehículo expansivo, unificando las culturas (saliendo perdedoras las de la periferia) y más cuando el pueblo, se desentiende de educar a los suyos, dejándolos en brazos del estado político, pero éste, de hecho, no educará sino que alienará al niño o joven. De este modo el proyecto de fondo del sistema educativo se fundamenta ontológicamente, “en el ser de una Totalidad dada (la totalidad vigente)” que es “cultura de masa” y hacedora de “hombre de masa”.

Es de señalar, que en la pedagogía transmisiva, el neoliberalismo ha impulsado reformas curriculares que se han realizado como paños de agua tibia para la crisis de la educación, que no han contribuido en la formación de individuos que contribuyan en la satisfacción de las necesidades socioculturales, más bien han introducido conceptos y procedimientos, así como contenidos, ajenos a las realidades de cada país.

Es por ello, que al inicio del siglo XXI, habría sido como el comienzo del arranque educativo por la cantidad de tareas y documentos, donde emergen permanentemente contrarreformas educativas. En ese sentido, Mejías (2004:2), menciona que “el conocimiento se reduce a estándares y competencias, las reformas a unos criterios de costo-beneficio, con políticas de pago por estudiante atendido en donde el menor costo financiero desplaza al proyecto pedagógico”. La propuesta curricular en competencias termina siendo un retorno al “maestro a prueba de currículo” que diseñó la tecnología educativa taylorizada de los setenta, sólo que con los retoques del toyotismo, en donde la pedagogía liberadora es invisibilizada para ser convertida en una función técnica y complementaria del hecho educativo. Este último es planificado y construido desde las nuevas organizaciones no gubernamentales, que se han apropiado del lenguaje de esta nueva versión sajona del currículo técnico toyotista promovido por la banca multilateral y acogido por las tecnocracias políticas de los ministerios, tríada que a nombre de lo técnico no acepta discusión sobre las políticas, reduciendo la deliberación a anotaciones puntuales en lo legislativo.

En ese sentido, la sociedad actual es determinada por esos expertos que se hacen dueño de la verdad y que la argumentan científicamente con el apoyo de Estados, organizaciones, corporaciones e instituciones que tienen intereses particulares en los pueblos y es con la razón instrumental como lo hacen, ya que a través de ésta legítima lo necesario desde el sentido práctico de la vida. De esta forma, Contreras (2006:64), nos menciona que “la razón instrumental orienta sus decisiones hacia los medios y no hacia los fines”. Por esta razón, es que emergen las llamadas competencias “tecnocráticas” que fragmentan el conocimiento en teórico y práctico, con el fin de que la sociedad se satisfaga bajo soluciones técnicas. Es decir, que frente a un problema emergido, busquemos una solución técnica y no busquemos la razón que causa la existencia del problema.

Es necesario dejar de mirar la realidad con soluciones instrumentales, ya que ésta hace que se pierda la esencia de una sociedad, convirtiéndose en lo que otros quieren que se convierta y así, se le de autonomía al poder. En ese sentido, Contreras (2006), expone, “La ciencia construye una sociedad sin hombres desde el momento en el que no permite un gran debate sobre su evolución y desarrollo. La ciencia pierde su valor contemplativo o su racionalidad pura mediante su tecnificación (…) la tecnocracia es una dictadura dirigida por la voluntad, el consejo y la participación de unos pocos considerados expertos y por ello, capacitados para tomar decisiones sobre el resto de la comunidad” (p.3).

El peligro más acentuado de las transformaciones y modificaciones que se ejecutan en la educación, es que no cuentan con una participación protagónica de sobre cómo, cuándo y dónde realizarlos, más bien se le da todo el énfasis a las líneas multilateral y a las solicitudes que se hacen desde estos lugares en conjunto de una cadena de tecnócratas nacionales que están en posiciones importantes en el sistema educativo y funcionan como el engranaje de ellas. Con frecuencias estas reformas tienen una lógica que va de arriba hacia abajo, que traen consigo cambios que han afectado al desarrollo curricular por las concepciones inmersas, reduciéndose el currículo solo a los contenidos, éstos expresados en los logros, actividades, competencias y estándares, que lo que han hecho es enredar más la situación, ya que muchos empiezan por establecer los estándares alienados y después incorporan los fundamentos como tratando de rellenar el espacio vacío, esto sin mencionar que el plan de la nación es imposible que se encuentre medio dibujado en él, trayendo una injerencia total neoliberal que produce una parálisis educativa por su falta de identidad.

Asimismo, esta parálisis educativa, es consecuencia de la brecha entre el discurso político y la realidad educativa enuncia las restricciones socioeconómicas del proyecto de construcción de país. Situación que emerge por la discontinuidad de los imaginarios colectivos, es decir, el discurso, generado por las élites, ministerios y demás; lo emancipado, es decir, la costumbre, que es vivenciada por el pueblo que transita en una realidad especifica que frecuentemente es desdibujada de las políticas educativas establecidas.

Otra de las crisis que ha generado estas reformas alienadoras en la pedagogía, es que el instruccionismo curricular, por la incompetencia del docente para asumir el cambio, por esa razón, hay que desarrollar el currículo para que sea aplicado al docente y así se retomó la tecnología curricular donde el docente aplica la recetas que traen los modelos, es por ello, que el currículo se ha convertido en el enemigo del docente y más cuando se esta receta se convierte en la moda del momento. En contra posición aparecen propuestas críticas, que plantean ser congruente con el plan de la nación, con una mirada emancipadora que buscan darle otro sentido al desarrollo curricular, pero se ha quedado sucumbido en el diseño, ya que en la gestión del mismo, el docente acostumbrado y alienado por las recetas y modelos, las vuelve aplicar promoviendo y potenciado el currículo invisible. Es por ello que es necesario impulsar una transformación curricular para que sea revolución cultural, para no quedarnos es simples aplicaciones de recetas que no responden a las necesidades de un pueblo.

Es necesario precisar las reformas generadas en Venezuela, donde la política educativa, inició con el decreto de Instrucción Pública de 1870, la educación se define como instrucción, donde la acción radica en adquirir una cantidad de conocimientos trasmitidos por un educador, quien guía y ayuda a la formación del sujeto y es la máxima autoridad reconocida por la tarea que ejerce. Luego, en 1936, en el Gobierno de López Contreras, la política se centra en el docente, ya que lo considera necesario para la sociedad, se hace atención a los maestros y profesores, se crean programas para reducir la analfabetización, se reorganizan las escuelas, universidades y bibliotecas.

Para 1969, se hace una reforma curricular, que centra la educación como un instrumento para el desarrollo del hombre; la siguiente reforma se realiza en 1980, donde la piedra angular estuvo en el Estado docente, la protección del niño y la vinculación del educador en el sector productivo son su prioridad.

Asimismo, para 1996 se desarrolla la siguiente reforma, fundamentada en la corresponsabilidad y el consenso, lo que presupone un compromiso colectivo. Se inician los proyectos pedagógicos de plantel y aula (PPP y PPA). Se observan los grandes cambios en la relación educador-educando y existe una mayor participación de ambos. Luego de cinco años, para el año 2001 la educación venezolana, ejecuta otra modificación donde el eje principal es el Proyecto Educativo Nacional (PEN), se vincula a la institución con la comunidad, el docente es visto como orientador, facilitador, mediador e investigador de los procesos, un promotor social comunitario. Por último, para el 2007 se plantea el Currículo Nacional Bolivariano, donde la educación se concibe como un proceso colectivo e integrador y a la sociedad como una gran escuela formadora de ciudadanos, además se define como un proceso político y socializador que se genera de las relaciones entre la escuela, la familia y la comunidad.

Ahora bien, Mejía (2006) plantea que “la educación se ha despedagogizado” y se ha centrado en el currículo como totalizador, ya que por esta vía resulta mucho más fácil hacer los llamados procesos de “modernización”, porque se hacen cambios principalmente enfocados a la satisfacción del mercado, haciéndose ajustes en la malla curricular, unidades curriculares y contenidos, dejando a un lado la pertinencia del currículo con el proyecto nacional.

Para Tedesco (2012), el abandono pedagógico emergió de “la crisis del estado de bienestar, la caída del socialismo real y el surgimiento progresivo de nuevos patrones de funcionamiento del capitalismo”, ya que se fue disminuyendo o eliminando el discurso pedagógico en las políticas educativas.

En la época de los llamado “planificadores”, no se daba la importancia al hecho pedagógico en el aula, además y sus teorías no daban respuestas a los acontecimientos ocurridos en el aula. Tedesco (2012:79) expresa “para los críticos lo que ocurría en el aula era imposición ideológica y transmisión de valores dominantes”, es por ello, que la escuela perdió valor como espacio de socialización y de lucha de saberes y conocimientos. Para mencionar un caso extremo de esta realidad, podemos citar a Gumucio (1977), citado por Tedesco (2012), quien centro su postura en “Salvar a Bolivia de la Escuela”, ya que la veía como un espacio de dominación, reproducción y explotación de los pueblos por parte de los burócratas.

Asimismo, dentro de la década de 1990, Tedesco (2012) menciona que las reformas provocaron “un fuerte déficit de sentid en los actores del proceso pedagógico”, ya que se derrumbó el sentido de la transformación educativa, sólo a variables financieras y administrativas y se minimizó los aspectos pedagógicos y del docente como actor clave de la transformación educativa.

Desde la mirada de los autores, podemos inferir que esta despedagogización  o abandono pedagógico de la educación se presenta en la actualidad en Latinoamérica y el Caribe, sin escaparse Venezuela de esto, muestra de ello se da, en que en ninguna institución gubernamental existe una dirección, unidad o jefatura que está destinada a pedagogía o didáctica que es el fundamental para la potenciación del arte de enseñar, pero sí se visualizan por todos lados, estructuras llenas de direcciones de currículo. Asimismo, en los diseños curriculares de los programas de educación se ha disminuido o desaparecido las unidades de didácticas y del componente pedagógico y se ha centrado más el desarrollo del currículo.

Por estas razones, es que la centralidad pedagógica de la educación en Latinoamérica y el Caribe rompe con esa lógica del capital, de las “modas educativas” como la de planificación, currículo, entre otras; la pedagogía se hace centro de la totalidad de la educación, para revalorizar al rol docentes o del maestro, para dar sentido al proceso de enseñanza y aprendizaje, a la socialización de saberes y conocimientos, a la producción de conocimientos pertinentes, etc.

La Centralidad Pedagógica de la Educación emerge del develamiento y de la contraposición de la dominación del conocimiento y de la instrumentalización del saber, para potenciar mirada de la totalidad de la educación. En ese sentido, (De Sousa, 2005), nos menciona que la Globalización Contrahegemónica, es una mirada integral de la globalización, se enfrenta a la idea implícita de la globalización neoliberal que el sistema de dominación. Mantiene que las conexiones transnacionales se pueden aprovechar como el medio para lograr la distribución más equitativa de la riqueza, el poder y las comunidades sostenibles. La Globalización contrahegemónica, a diferencia de la globalización neoliberal, utiliza los activos de la globalización para oponerse a cualquier forma de dominación por la hegemonía, que opera a partir de un proceso de abajo hacia arriba que hace hincapié en la potenciación del papel de lo local.

Por otro lado, la centralidad pedagógica de la educación, es justicia social, es por ello que (Tedesco, 2012), nos expresa los retos y desafíos que tiene la educación en la Región para construir sociedades más justas, minimizar las desigualdades sociales y formar ciudadanos. Es ese sentido, se debe edificar una sociedad más justa como referentes que puede y debe orientar las acciones de los actores sociales y particularmente de los actores del proceso educativo para consolidar una educación de calidad para todas y todos como condición necesaria para lograr la igualdad y la justicia social de nuestros pueblos.

Ahora bien, hablar de Centralidad Pedagógica de la Educación es revelarse contra el mercado neoliberal dominante en los sistemas educativos y es por eso que (Torres, 2007), nos menciona que el neoliberalismo ha convertido al sistema escolar en un mercado; donde la educación ha sido reducida a un bien más. Los sistemas educativos y las creaciones culturales, en general, se reducen a mercancías, pero disimulando las redes económicas y los intereses políticos que se esconden detrás de esta posición mercantilista. Asimismo, expresa que “las políticas neoliberales…preconizan y generan una fuerte reducción del sector público,…contribuyen a desvalorizar las instituciones escolares públicas,…a centrar las miradas sólo en un tipo de contenidos curriculares, mientras otros son eliminados del trabajo que debe realizarse en las aulas”. Estas condiciones generan deterioros del sistema escolar, alterando las principales finalidades de la educación y potenciando la exclusión social de los grupos menos favorecidos, situando el sistema escolar a uso exclusivo del mundo empresarial.

En este sentido, hablar de Centralidad Pedagógica de la Educación, es hablar de la implicación cultural en el proceso de enseñanza y aprendizaje de la educación, es por ello que nos referiremos inicialmente a la (Ley Orgánica de Educación, 2009) cuando menciona la “formación del potencial creativo”, el cual se impulsa mediante el proceso educativo de apropiación y superación de la cultura, el individuo se proyecta y rehace  en un circular retorno crítico y virtuoso sobre sí mismo. En otros términos, el saber y el saber-hacer que facilita la educación, se subordinan  y disponen en función del ser.

Para ello, el educando procede, en un primer momento, denominado como “el particular”, a reconocer el tema; aquí la subjetividad del estudiante se expresa como pre-juicios o supuestos sobre el tema (sus ideas o significados previos al respecto). En un segundo momento, llamado “el universal”, se reconoce ante los otros que son los autores objetivados en los textos que lee al tratar de comprender sus ideas o significaciones expuestas (en este momento su reconocimiento puede ser más favorecido por la intersubjetividad si intercambia y discute sus puntos de vista con los demás participantes de la actividad bajo la mediación del docente, que lo promueve por medio de asimilarla a la dinámica de una comunidad interpretativa); y, un tercer momento, denominado “enriquecimiento del particular”, en el que distanciándose de lo leído y desarrollando por escrito su texto o significados atribuidos, retorna a sí mismo, reconociendo su subjetividad cambiada mediante la objetivación realizada al reconstruir lo objetivado.

En ese contexto, la intersubjetividad, encuentro de interlocutores que buscan la significación de los significados (Freire, 1993), surge como condición indispensable para que el individuo pueda transformar la cultura y la sociedad, ya que como individuo aislado no podría hacerlo. Solo mediante la interacción con los otros es posible lograrlo. Esta interacción exige que entre sí los individuos se reconozcan como sujetos con capacidad de objetivación (de producir bienes culturales) de conformidad con finalidades escogidas y acordadas. Es a través del reconocimiento que le brinda el otro que el individuo se reconoce a sí mismo como sujeto. El proceso de enseñanza y aprendizaje en esta concepción sociocultural, es reconstrucción de la subjetividad por medio de las experiencias realizadas que conducen dialécticamente a negaciones mediante la crítica, la interacción social y la praxis objetivadora. (Sarraute, Díaz y Lo Priore, 2011).

Asumida culturalmente entonces, la centralidad pedagógica, es compromiso formativo. Para el educando en una dinámica de negación dialéctica, y para el educador, es interacción favorecedora de esa negación mediante la crítica, la co-reflexión, la discusión y la re-creación orientada en la acción. En consecuencia, la tarea del educador no será la de modelar a los educandos, sino la de incitar y promover la praxis de los estudiantes, propiciando experiencias formativas o de enseñanza y aprendizaje de subjetivación y objetivación emancipadoras (Sarraute, Díaz y Lo Priore, 2011).

Ahora bien, como en primer momento se asume la centralidad pedagógica como implicación cultural, es necesario dejar claro que la cultura se entiende como la valoración que se atribuye a la significación de objetos, prácticas, haceres, saberes, expresiones, hechos y otros, que en un determinado contexto, y en sus más diversos ámbitos, da sentido a la identidad individual y grupal y la cohesión de colectividades, resultante de una configuración histórica selectiva, dominante e hibridizadora de significaciones que las luchas por la hegemonía ideológica (o dirección intelectual y ética de las clases y grupos sociales) han impuesto en las sociedades como significaciones legítimas e ilegítimas.

Por otro lado, hablar de Centralidad Pedagógica de la Educación, también es hablar de la práctica pedagógica del maestro, en ese sentido, (Mejías, 2008, p 65), nos menciona que el proceso de enseñanza y aprendizaje se convierte en:

un campo reflexivo, dando paso por esta vía a la constitución de una política de la experiencia, donde emerge un maestro que se constituye en sujeto de saber desde su territorio, produciendo una re-territorialización de la pedagogía, en la cual la práctica social de ésta adquiere forma en el ejercicio concreto de la política del aula y de las prácticas pedagógicas del docente.

Asimismo, menciona (Mejías, 2006, p 53), que los maestros tienen que hacer notable,

La emergencia de esos saberes pedagógicos propios que se han liberado del aprisionamiento que les producían los paradigmas, los enfoques y los modelos universalistas recomponiendo su práctica desde pedagogías no universales, muchas de ellas híbridas, en diálogo y confrontación con esos sabe res constituidos, dando forma a las geopedagogías que tienen su explicación en la localización no sólo geográfica, sino categorial, que les da un carácter y una identidad a esas formas y prácticas locales de la pedagogía. Igualmente, han abierto el camino al uso de nuevas tecnologías que son recontextualizadas desde su práctica, su contexto, su aula y su saber pedagógico.

Es por ello, que en la Centralidad Pedagógica la relación de dominación que nos mencionada (Dussel, 1980), cambia y se convierte en una relación donde el maestro o maestra y estudiante aprenden permanentemente de cada uno, desde la dialogicidad, desde las negaciones dialécticas, propiciando procesos de significaciones otras para alcanzar la objetivación.

Por su parte, (Bonilla, 2014), citado por Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, nos expresa que volver a la centralidad pedagógica, es potenciar la pedagogía como el vehículo que con sus componentes y elementos posibilita una interpretación de la totalidad educativa como hecho político, desde la especificidad concreta del aula y sus interrelaciones con la realidad social histórica.

En este sentido, según (Bonilla, 2014, p 294), citado por Red Global/Glocal por la Calidad Educativa:

La educación adquiere una potencia revolucionaria pues no solo tiene una epistemología que vincula lo local con lo global como totalidad sistémica, sino que entiende la dialéctica entre contexto, centros educativos y transformación de la realidad. Esto convierte a la pedagogía en una profesión subversiva para el capitalismo de la postguerra y más aún en su etapa neoliberal. La pedagogía es contraria a la premisa de fragmentación de la realidad y la acción de sumisión que demanda el modo de producción capitalista.

Por consiguiente, la centralidad pedagógica nos trae consigo una mirada totalizadora de la educación, donde su medula está en el cambio de relaciones entre el maestro o la maestra y el estudiante, y demás actores de la comunidad educativa, padres, representantes, comunidad, autoridades, Estado, entre otros, donde existe la posibilidad de transformar la realidad por la implicación de los participantes y de satisfacer las necesidades socioeconómicas de nuestros pueblos de la Patria Grande.

Por otro lado, la consolidación de la centralidad pedagógica, está en crisis por los procesos permanentes de despedagogización de la educación, ya que existen para (Fernández, 2014, p 51), citado por Red Global/Glocal por la Calidad Educativa:

dos invariantes, unas cosntantes, en todas las contrarreformas educativas a escala internacional. Si bien hemos hablado de reformas, también las contrarreformas están presentes y las dos invariantes una es: el tema curricular, que rompe con la centralidad de lo pedagógico y deja el tema de una técnica que es parte, una parte, de la pedagogía, el esfuerzo de transformación; y la otra esta el debate de la calidad, visto también como un simple fragmento. Entonces las contrarreformas muchas veces entran por el debate curricular o por el debate de la calidad. Eso preocupa a muchos docentes.

En este sentido, la despedagogización emerge de la  colonización e injerencia del conocimiento y del saber, es por ello que (Dussel, 1980, p 11), analiza esa colonización y dominación, a través del varón de la erótica es ahora el padre, y la mujer la madre del hijo, el hijo es nuevo en esta relación. Asimismo, resalta la importancia de dejar claro que la pedagógica no debe ser confundida con la pedagogía.  “La pedagogía consiste en la ciencia del aprendizaje y la enseñanza; y la pedagógica es una parte de la filosofía, que piensa la relación cara-a-cara del padre con el hijo, del maestro con el discípulo, del filósofo con el no-filósofo…”

En la despedagogización de la educación, el maestro lo convierten en un ego magistral que pretende que el discípulo recuerde (como en Sócrates) sin que cree nada nuevo: el alumno resulta ser un ente orfanal (huérfano, como el Emilio de Rousseau). He aquí la polaridad sobre la que se desarrollará toda la pedagógica dusseliana: entre el ego magistral opresor y el niño o joven como enteorfanal manipulado.

De esta forma el contrato político se ha hecho también pedagógico. El ego magistral ocupa el lugar de los padres: es también un contrato erótico. De esta forma surge la moderna pedagogía, que niega lo anterior (la cultura medieval) «y oprime lo popular (la cultura popular en la periferia: nuestra cultura distinta y en parte autóctona)».

Por esa razón, “la pedagógica es un momento de la ontología de la modernidad. El sujeto constituyente es en nuestro caso el del padre. Estado imperial, el maestro o preceptor. Esta subjetividad comprende el ser, el proyecto del hombre europeo, burgués, «centro». El padre-Estado-maestro es el ego, el punto de apoyo, el “desde donde” se despliega el círculo del mundo pedagógico, ideológico, de dominación gerontocrática sobre el niño, la juventud, el pueblo».

En la actualidad ésta ontología pedagógica imperial no sólo se enseña en las escuelas y universidades del Tercer Mundo, sino que ha encontrado en los medios de comunicación controlados por las multinacionales de la información del «centro» su mejor vehículo expansivo, unificando las culturas (saliendo perdedoras las de la periferia).

Para poder superar esta «ontología pedagógica», esta relación de dominación, esta despedagogización de la educación, es preciso descubrir la exterioridad del hijo o del alumno, en una pedagógica meta-física, de liberación personalista, que será descrita en realidad como una especie de antipedagógica del sistema.

El maestro no puede presentarse ante el discípulo como el portador de todos los derechos, siendo éste considerado como una tabula rasa propicia al adoctrinamiento irrespetuoso de su alteridad originaria. Pero esto es lo que pretende la pedagógica dominante, vigente. El hijo y el discípulo son momentos de la Totalidad, pero son también «exterioridad metafísica», en un movimiento de «dialéctica analéctica», que constituye la anti-pedagógica o «pedagógica de la liberación», que significa una situación ana-edípica erótica y políticamente pos-imperial.

La proximidad familiar deberá posibilitar la lejanía que representa la llegada del hijo a la escuela. En Latinoamérica las presiones culturales imperiales son tan fuertes que «es tarea esencialmente política la educación del pueblo». De esta forma la «pedagógica » dusseliana también se refiere, con detenimiento, a todos los llamados servicios (en su sentido socio-político) institucionales que son fundamentalmente: educación, salud y «bienestar» (confort de la casa, transportes, pensiones, etc,), Dussel, en una mezcla a partes iguales entre pesimismo y realismo, manifiesta su sospecha de que los «sistemas » (educativos, sanitarios, legales, etc.) constituyen «Totalidades que se autoabastecen » y que de hecho llegan a explotar a las personas a las que dicen servir. El sistema educativo «aliena al alumno»; el de salud «enferma al sano»: el de la justicia “crea nuevos deberes y alcanza el dictamen de inocenciatras ingentes gastos”.

El pueblo, dice (Dussel, 1980), se desentiende de educar a los suyos, dejándolos en brazos del estado político, pero éste, de hecho, no educará sino que alienará al niño o joven. De este modo el proyecto de fondo del sistema del «centro», se introyecta. Ya los niños son engatusados por los » dibujos animados”, que tienen escenas de violencia continua, y que asumen los mismos valores (conservadores para el statu quo) vigentes en el sistema capitalista. Se muestra, entonces, como una tarea necesaria desenmascarar y desmitificar la pedagógica dominante, para mostrar su alternativa liberadora.

La pedagógica de la liberación se asienta en su postura anti-rousseauniana, anti- Émile, y se dividirá en tres partes. Primeramente, para Rousseau no tiene importancia que Émile tenga o no padres, porque la cultura es la fontanalidad originaria de la pedagógica. En segundo lugar, el preceptor no se debe hacer cargo de los derechos del alumno, sino que debe «obedecer» a éste. Finalmente, el proceso educativo no corresponde exclusivamente a la iniciativa del maestro, sino que se realiza desde la creatividad propia del educando.

Por otro lado, desde esa ruptura de dominación, la transformación educativa es la premisa conceptual que plantea la necesidad de la recuperación de la centralidad pedagógica en el encuentro educativo. La visión mercantilista de la educación rompió con la visión de totalidad en la actividad escolar, fragmentando cada uno de sus componentes. En esa orientación conceptualmente se establece que toda dinámica de cambio educativo debe estar acompañada con la visión de totalidad que es propia de la Pedagogía en el campo educativo.

Por último, para disminuir o eliminar la despedagogización de la educación, es necesario dignificar la labor de docente y su formación permanente y continua. Asimismo, se debe garantizar para todos y todas los estudiantes, programas de alimentación escolar adecuados a su edad, dotación de uniformes, útiles escolares y materiales didácticos, tanto de uso colectivo como individual. Además, se deben desarrollar modelos escolares alternativos, el acceso a tecnologías de información y comunicación, incorporación de los saberes socioculturales a las dinámicas de enseñanza-aprendizaje, entre otros aspectos. (Bonilla, 2014), menciona que la inclusión educativa implica, el fortalecimiento permanente del encuentro pedagógico, de los procesos de enseñanza-aprendizaje y académicos junto al desarrollo integral de la personalidad, la construcción de pensamiento crítico y la formación de ciudadanía para la democracia participativa y protagónica.

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Torres, J. (2005), Educación en Tiempos Neoliberales. Madrid: Ediciones Morata

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Educación de millenium para mejorar nuestra sociedad

Por: Carlos Martínez Márquez

’La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo’’. Nelson Mandela

Estructurar una sociedad basada en la educación, constituye una tarea desafiante para el Estado. La corriente educativa a nivel global, está cada vez más empeñada, en producir cambios en las aulas. Las nuevas tendencias sugieren que la actualización de los esquemas educativos, sean sistemáticamente, revisados. Es importante entender lo que está ocurriendo del otro lado del mundo, con relación a la competitividad y del manejo del conocimiento.

Si bien es cierto, que la educación es el tesoro de una sociedad, no menos cierto, que hay que preservarlo, aportando nuevos elementos, que contribuyan a cambiar la mentalidad del sistema, para disminuir las deficiencias, en cuanto a la economía del conocimiento. La meta de cualquier sociedad, deberá orientarse a una  educación, que nos coloque, en cualquier plano del desarrollo, proyectándonos como un destino de  marca país.

El modelo educativo de Finlandia, es un ejemplo fehaciente, de cómo anda, la educación allí. A penas un 0,2% de su población educativa, abandona las aulas; mientras que en España, ronda el 30%,  (para citar un ejemplo). Eso nos indica, los innumerables cambios que se han estado produciendo. Impartir docencia, por ejemplo, debe ser una de las áreas, más importantes en una nación. En las aulas se forman las figuras más preponderantes del mundo científico, de las ingenierías, de las tecnologías y de los presidentes, de las grandes naciones, etc.

Hay que delinear de modo puntual, las prioridades en el sistema educativo. En el plano docente, se tiene, necesariamente, que trabajar en la preparación de los instructores y orientadores, en las aulas. La sociedad está exigiendo cambios constantes en el sector educativo. La carencia del saber, es el reflejo, de como esta, la competitividad de una nación. Estamos compelidos, a seguir haciendo, las transformaciones precisas, que nos indique, cuáles son nuestras metas. El propósito de todo esto, es que tengamos, en las aulas, estudiantes que puedan potenciar su capacidad de creatividad e imaginativa.

Soy de los que piensan, que la educación, no debe centrarse en datos, sino, en la construcción de modelos, donde la prioridad, sea la de educar con lo mejor. Considero, que no debe promoverse, una (cosmo-visión) efímera con nuevos dispositivos, en la que cada seis meses sean renovables, y que cada poco más quedan obsoletos. La idea es incorporar a los docentes al liderazgo del proceso del siglo pasado y el siglo que ya está en nuestros pies.

El diseño curricular en las escuelas y en las universidades, necesariamente tienen que ser revisados, (no solo en cuanto al tiempo, sino, en las ofertas académicas, que pueden ser más factibles para el desarrollo de un país, y no basada en la conformación histórica y romántica). Se debe empezar aplicar reingenierías, con tendencias a reducir el número de carreras tradicionales, que nada tendrán que ver, con las necesidades de la nación. En la actualidad se está produciendo una nueva tendencia, en los países que conforman el grupo de los (G-7, G-10) con relación a los idiomas y a las tecnologías. No es posible, que siendo Singapur, un país tan pequeño, que ‘’geográficamente’’, cabe en nuestros bolsillos y que en el pasado, fuera un país con un índice de pobreza alarmante, llegue a ser una potencia económica, fruto de las patentes que generan por año, en lo que concierne a las tecnologías. La tendencia de hoy, es crear genios en matemáticas para insertarnos en la economía de las tecnologías. Las economías son cíclicas dependiendo el grado de dificultad de la evolución de los mercados. Eso quiere decir, que en la medida que estemos más orientados en las ciencias exactas, mayores oportunidades, habrá para crecer en todas las vertientes. No solo del turismo, tendríamos que sobrevivir todo el tiempo. La estabilidad del mismo estaría vinculada a los cambios climatológicos, a las ofertas de mayor competencia en otros litorales, las que amenazan constantemente nuestro destino y la estabilidad cambiaria, que puede romper con los eslabones del crecimiento económico.

Aterrizando estos conceptos al plano local, me permito, en externar mi preocupación, con relación, a lo que se ha venido haciendo, en los últimos cuatro años, con la educación. Las aulas necesariamente deben ser condicionadas por una serie de elementos, que tiendan a mejorar la calidad en el sistema. Al día de hoy, no estamos viendo, aulas con herramientas esenciales, que van más allá, del pizarrón y la tiza. Las aulas, tienen que necesariamente estar ambientadas de equipo audio visual, acceso al internet y aplicaciones, que les permita al administrador del aula como al estudiante tener un buen desenvolvimiento en el intercambio del conocimiento.

El ministerio de educación, deberá incluir en su diseño curricular, las lenguas extranjeras como segundo idioma (de manera obligatoria), en la que los jóvenes al alcanzar la edad de la pre-adolescencia, hayan adquirido los idiomas de manera fluida.

¿Por qué, en lugar de proliferar escuelas en todos los rincones del país, no se refuerza mejor, el ecosistema que compone el cuerpo docente, en la que muchos, todavía, no han tenido la oportunidad, de continuar sus estudios de maestrías, por no poder costearla de manera personal, en las universidades, por razones financieras? ¿Por qué, en lugar de estar, cambiando, cada año los libros, no intentamos, de ir haciendo las transiciones, con las tabletas electrónicas, que reducirían, considerablemente, el costo de los libros de textos? No estoy sugiriendo, que las apps reemplacen  los libros, solo estoy exponiendo, una alternativa, para reducir costos. Y que el excedente, vaya a reforzar al consorcio docente y dotarlos de mejores herramientas para el eficaz desempeño para transferir conocimiento. Es deber del Estado propiciar una mejora en el ámbito de formación intelectual del docente y del estudiante. Ellos son los actores principales del desarrollo de la nación.

El 4% del PIB orientado a la educación es vasto y suficiente, para que seamos mejores. Eso es mucho dinero.

Fuente: http://elsoldelasamericas.com/educacion-de-millenium-para-mejorar-nuestra-sociedad/

Imagen: http://www.relpe.org/wp-content/uploads/2016/01/DSC02804.jpg

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Niño, cómete las acelgas

España/08 junio 2016/Autor:Javier Sampedro/Fuente:El País

El cerebro infantil lucha entre su apetencia por el dulce y los consejos dietéticos de la madre

Una sociedad opulenta no siempre encaja con la naturaleza humana, que evolucionó en un contexto mucho más magro. Nacemos programados para comer dulces, grasas y todos los alimentos hipercalóricos que arruinarán nuestra salud futura, y cada vez es más esencial que el niño aprenda a controlar esas apetencias insalubres. Una investigación neurológica aclara ahora cómo se desarrolla el principal mecanismo de compensación: el niño incorpora un modelo del tipo de alimentos que le aconseja su madre, y dos partes de su cerebro luchan entre el deseo salvaje del pastel y el discreto encanto de la acelga que ha aprendido de mamá. He aquí el aprendizaje nutricional en acción.

En su alegoría del auriga, Platón representa el alma humana como un carro tirado por dos caballos, uno ruin y otro noble, que simbolizan la pasión desbocada y el impulso racional. El conductor (auriga) pasa las de Caín para evitar que cada caballo tire para su lado y llevar el carro a buen puerto. En términos neurológicos, el caballo ruin es el córtex prefrontal ventromedial, un módulo cerebral implicado en los circuitos del placer, o de la recompensa. Y el caballo noble es el córtex prefrontal dorsolateral, una región responsable del autocontrol. Todavía no sabemos exactamente dónde está el auriga –y hasta es posible que no exista—, pero eso es irrelevante para el actual estudio.

Amanda Bruce y sus colegas de la Universidad de Kansas han estudiado a 25 niños de 8 a 14 años de edad con una combinación de pruebas psicológicas de comportamiento e imágenes de su cerebro en acción con resonancia magnética funcional. Les han pedido, para empezar, que puntúen 60 alimentos (manzanas, coles, patatas fritas, gominolas y así hasta 60) según dos criterios: si les gustaría comérselos y si a su madre les gustaría que se los comieran. También han examinado la actividad de su cerebro mientras tomaban esas decisiones penosas.

Los resultados, que presentan en Nature Communications, muestran que la elección del niño se debe a una combinación de sus apetitos salvajes con lo que, según entienden, su madre habría elegido para ellos. La resonancia magnética ha demostrado luego que la activación del córtex prefrontal ventromedial (el caballo ruin) se correlaciona con las preferencias personales del niño; y que la activación del córtex prefrontal dorsolateral (el caballo noble) lo hace con las preferencias de la madre que el niño ha internalizado. Bien por la alegoría del auriga.

Pero hay un tercer resultado que se le escapó por completo a Platón: que la actividad del caballo noble reprime a la del caballo ruin. Esto, desde luego, alivia de forma considerable el esfuerzo del auriga. El caballo noble, en realidad, le da hecha buena parte del trabajo y, si se activa de manera vigorosa, garantiza por sí solo que las dos bestias tiren en la misma dirección. Como vimos antes, es posible que el auriga no exista, es decir, que no sea más que un sistema emergente formado por caballos autónomos.

En cualquier caso, los resultados revelan la importancia clave de los mensajes que la madre –o el conjunto de los padres y los educadores— transmiten a su desconcertada prole. Incluso a una edad tan temprana como los ocho años, y tal vez incluso antes, esos mensajes van a formar parte de su cerebro, literalmente. Así que, aunque a la niña le gusten los pasteles, los padres deben insistir en que se coma las acelgas. Aunque no lo haga, pero díselo.

Fuente:

http://elpais.com/elpais/2016/06/07/ciencia/1465288012_134774.html

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