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Donde la inclusiva y la especial van de la mano

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

El colegio Ponce de León nació como un colegio «para sordos» en los 70. Hace 20 años comenzó el proceso de incluir alumnado «ordinario». Hoy están tirando paredes entre las aulas para hacer la inclusión más efectiva.

No es fácil. Es caro y complejo. La formación es fundamental, en muchos sentidos. Centros más bien pequeños, con un gran volumen de profesionales. Pero con los ingredientes adecuados y una buena dosis de tiempo, lo que parece increíble, se convierte en posible.

El centro educativo Ponce de León es concertado, en un barrio complicado de clase trabajadora del sur de Madrid. Pegado al Hospital Doce de Octubre. En el barrio de San Fermín.

Nació en los años 70 como un “colegio para sordos”. Hace 20 años se encontraron con una disyuntiva. Las familias querían que sus hijos siguieran en la secundaria en el mismo centro y, secundaria como tal, en la educación especial, no existe. De forma que el Ponce de León solicitó a la Comunidad de Madrid la posibilidad de abrir grupos de secundaria, pero serían grupos ordinarios. De repente el colegio de educación especial se empezó a transformar en un centro de inclusión, aunque los nuevos, en este caso, eran los alumnos “ordinarios”.

“Nosotros éramos, hace 20 años, solo de sordos. Y éramos una burbuja y los niños no aprendían con sus iguales, emocionalmente no había un desarrollo normalizado… había una serie de carencias muy fuertes”.

Hoy, el colegio se divide en dos. Por una parte está el ordinario, con enseñanzas desde infantil hasta ESO y algunos ciclos formativos de grado medio y superior. El bachillerato quedó en el aire con la llegada de la crisis y la dificultad económica para abrir esta etapa. Por otra, el centro de educación especial, con educación básica obligatoria, cursos de transición a la vida adulta y otros profesionales. Aunque “nuestra filosofía es la de la inclusión”, asegura Montse Pérez, su directora.

Y la inclusión, aunque está en proceso, se respira en los pasillos y las aulas. Niñas y niños, maestras, parte del personal de administración y servicios son bilingues en lengua oral y lengua de signos española. Desde los tres años, el alumnado, tanto oyente como sordo, aprende la lengua de signos, que utilizan indistintamente unos con otros. Todo el profesorado, además de ser PT o AL, habla lengua de signos para poder comunicarse con todo el alumnado. Y las familias, tanto sordas como oyentes (aquellas en mayor medida, lógicamente), lo tienen “fácil”, dado que la escuela de padres del centro ofrece cursos para aprender lengua de signos.

Cuando las paredes se caen

Montse Pérez nos recibe en el hall de entrada del edificio principal pocos minutos después de que niñas y niños hayan entrado en las aulas. Nos va a enseñar el proceso en el que el centro se encuentra metido (uno de tantos pero que puede ser capital en unos años). Al inicio de este curso, tras algunas obras de remodelación, han conseguido juntar el aula de primaria de la parte ordinaria, con el primer curso de educación básica del especial. Una pared panelada en el medio de ambas aulas hace las veces de separación (o no) de ambos espacios.

El aula tiene dos formas claras. En un lado hay una que recuerda mucho a una clase de educación infantil de cualquier centro educativo. Sobre la alfombra que domina el espacio, 27 niñas y niños están sentados, reunidos en asamblea. Con ellos se encuentran, hoy, cuatro maestras. Por una parte, una maestra que se expresa en lengua española y otra en lengua de signos. Además, de forma singular, está la profesora de apoyo que hoy acompaña a un alumno con rasgos de trastorno del espectro autista y, excepcionalmente, la especialista en lengua de signos. En otros grupos serían tres, en realidad.

La organización habitual es que en el aula de primaria haya siempre dos docentes, la que habla y la que signa. Cuando abren el aula a la clase de educación especial, se suma la profesora de apoyo. “Nuestra filosofía es la inclusión: que puedan estar, participar y aprender con sus iguales. Pero también necesitan sus momentos específicos”, asfirma Montse

De los 27 niños y niñas que hay, dos pertenecen al aula de educación especial. El resto, a la ordinaria. Y de estos, cinco son sordos y el resto, oyentes. Hay niños con implantes, otros no, hay niñas hiperactivas, con rasgos de autismo, del barrio y de lejos (una familia, incluso, llegó a mudarse desde fuera de la Comunidad de Madrid, nos cuenta Montse, para llevar a su hijo al centro). “Hay niños con problemas del lenguaje pero asociados a discapacidades diferentes. Porque la sordera no viene sola; puede ir con trastornos de la atención, con problemas de desarrollo, con rasgos autistas…”, explica la directora.

Aunque todo tiene su truco. El centro es de línea uno, concertado y con el apoyo de la Fundación Montemadrid, nacida de la extinta Caja Madrid y su Obra Social. Estas características, efectivamente ayudan. En lo organizativo, ya que tienen más o menos 400 alumnos y hay unas 80 personas a su cargo. La Fundación, además, apoya económicamente una parte de los recursos humanos que tienen. Nos cuenta Montse que existe una cuota voluntaria de 25 euros que el 40% de las familias no pueden pagar y no pagan, de hecho.

El proyecto de las aulas que pueden comunicarse y, de vez en cuando, se cierran para que el alumnado de especial pueda trabajar algunos temas, ha comenzado este año con el primero de los cursos pero el objetivo es que vaya ascendiendo hacia el resto de cursos que componen el centro. Llevará tiempo y es posible, dice Montse, que ella misma no pueda verlo antes de jubilarse. Pero ese es el camino que han escogido.

Otro de los trucos está en un equipo de orientación que podría envidiar cualquiera. Logopedas, fisioterapeutas, trabajadoras sociales… Son ocho personas en total.

La Comunidad de Madrid no es estricta con algunas de las cosas que se hacen en el centro, como el hecho de que se haga trabajo por proyectos de investigación en todos los cursos, de manera que la organización de los horarios lectivos no siempre responde a lo que está ocurriendo en las aulas al minuto. Pero no pone pegas. Es un modelo que está funcionando y que, además, a la Consejería no le está costando dinero. No hacen ningún esfuerzo por poner recursos en el Ponce de León.

El aula que recuerda más a la de primaria, con sus sillas y sus mesas, se organiza en diferentes rincones en donde niñas y niños trabajan diferentes aspectos del proyecto que investigan. Un cuadrante en el aula recuerda al alumnado las diferentes zonas y cada uno decide en qué rincón pasará cada día. La única obligación, explica la directora, es que cada niño pase por todas las zonas una vez a la semana.

“Esa autonomía nos permite a los adultos sentarnos con quien lo necesita para que pueda estar trabajando. La batería de actividades de cada mesa se decide en función de qué niños están en cada rincón”, de manera que el proceso de enseñanza-aprendizaje es mucho más individualizado.

Por supuesto, las resistencias están. O estaban. En los primeros años sobre todo, cuando el centro abrió las puertas al alumnado ordinario de secundaria, las familias a las que la administración les daba plaza en el colegio se asustaban porque es de educación especial. A base de trabajo y perseverancia, esas primeras resistencias se fueron diluyendo. Ahora hay lista de espera cuando llega la matriculación.

Cuando vieron que era factible la inclusión de alumno oyente en secundaria, el centro apostó por aumentar a las etapas de infantil y primaria. Le han dado la vuelta al concepto de inclusión. No es el alumnado sordo el que es “empotrado” en un centro ordinario, sino al revés.

Una política que, además, han ido extendiendo a otras organizaciones con las que trabajan. Comenta Montse cómo, cuando comenzó este proceso, colaboraban con la asociación de deporte para sordos. Les hicieron trabajar, a partir de ese momento, con niñas y niños oyentes. De nuevo, la inclusión “al revés”.

Ahora, tras todos estos años, siguen dando pasos. Las reuniones de equipos, con el personal docente y demás, se realizan en lengua de signos. Dado que todo el mundo tiene esta lengua en común, parece lo más sencillo hacerlas así. Y, en el caso de que alguien no tenga el más alto de los niveles (hasta cuatro según el marco europeo de las lenguas), habrá una persona que hará las veces de intérprete. Para las persona oyente.

Además, tienen proyectos Erasmus+. Envían alumnado con necesidades educativas también. El año pasado fueron cuatro alumnos quienes viajaron fuera de España. Viajaron docentes con ellos, para hacer de intérpretes si fuera necesario el caso.

Y, por supuesto, otra de las claves está, claro, en la escasa o nula movilidad del profesorado. Al ser un centro concertado, no tiene el problema habitual con las interinidades. Y al tener un proyecto tan específico, quienes acuden a él para enseñar lo hacen sabiendo perfectamente dónde entran. Han de ser PT o AL, además de tener competencia en lengua de signos suficiente para dar las clases. Los problemas aquí aparecen en secundaria, “con el profesor de Biología”, pone como ejemplo Montse. Es más complicado que un licenciado en un grado que decide hacer el master de secundaria, también tenga inquietudes por la lengua de signos (en el caso de que sea oyente) y tenga ganas de participar en el proyecto del Ponce de León.

Le preguntamos a Montse sobre la polémica de los últimos años que enfrente a quienes defienden la inclusión y a quienes hacen lo propio con la educación especial. “ Yo no defiendo la especial por la especial”. “Entiendo, afirma, que este colegio es único, que en un mismo centro existan los dos modelos es complicado porque la normativa no ha ido por ahí. Pero a mí es el modelo que me gusta: en el que estén integrados los dos, que los grandes profesionales que hay en especial sirvan como recurso en la inclusión y que los niños de la especial y la ordinaria tengan las mismas oportunidades de aprender, estar y de estar con sus iguales”.

Retos

El bilingüismo, al que tan acostumbrados estamos en los últimos años, español e inglés, supone uno de los problemas importantes. El colegio no es bilingüe en estos dos idiomas. Sí lo es en otros. Entre otras cosas, porque el inglés, con el alumnado que tienen, supone la multiplicación exponencial de las dificultades, además de que acabaría suponiendo una segregación interna en el colegio. Todo el mundo tendría que manejar cuatro lenguas: lenguas de signos española e inglesa, además de español e inglés.

Su apuesta está en otro lado, una inclusión sin diferenciación, al menos en la mayor cantidad posible. Pero no renuncian a la enseñanza del inglés, de manera que, además de las horas legalmente establecidas para un centro no bilingüe, el Ponce ofrece horas adicionales para el inglés, tanto para oyentes como para sordos.

Por supuesto, el reto de los recursos y la financiación siempre están presentes. Por su idiosincrasia y por el barrio en el que se encuentran, con mayor motivo.

La burocracia y la oganización es otro reto cotidiano con el que lidian la directora y la secretaria, además de que cada cuatro años como mínimo tienen que “convencer” a la inspección del proyecto que llevan a cabo.
Durante la conversación con Montse aparece también el asunto de las evaluaciones externas. Las enfrentan todas (“Hay que hacerlas”), pero la ddecisión de qué alumno las pasa es individual. “Si yo tengo que exentar a 5, pues no me cruje ningún hueso”.

“Si entendemos que un niño se va a sentir mal si no la hace, pues que la haga. Si me baja la nota me da igual. Si entendemos que lo va a pasar mal porque ni aunque me siente yo con él la va a entender porque tiene su adaptación, su ritmo y su manera, vemos lo que el equipo de orientación dice y tomamos la decisión en función del niño, no de la nota que nos dé. Aunque sabemos que luego las familias miran”.

“¿Quién se ha visto beneficiado? (se pregunta Montse Pérez) Fundamentalmente los sordos. Y por quien montamos toda esta historia, la forma e trabajar, el bilingüismo, es por los sordos. ¿Quién se ve beneficiado en segundo término pero igual al 100%? El ordinario. Se está beneficiando. A parte del aporte de valor que tiene que yo convivo y vivo y me desarrollo con cualquier tipo de capacidad”.

Imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2019/01/DSC_1226-768×513.jpg

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2019/01/28/donde-la-inclusiva-y-la-especial-van-de-la-mano/

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De marginalidades, precarización y vaciamiento. La Educación de jóvenes y adultxs como variable de ajuste en la era macrista

Por: Fernando Lazaro, Fernando Santana y Ezequiel Alfieri
Para aquellxs que venimos trabajando desde hace muchos años en la Educación de jóvenes y adultxs (EDJA), no es nuevo que los diferentes gobiernos de turno, o bien la tomen como un espacio marginal dentro del sistema educativo o bien impulsen hacia ella políticas precarizadoras que llevan tanto a la pérdida de derechos de lxs docentes como a una merma en la calidad educativa. Sin embargo, el gobierno actual de Maurcicio Macri y de las diferentes jurisdicciones del mismo tinte político, está llevando adelante una política de vaciamento de la EDJA, lo que implica que pase de una situación marginal a una tentativa de aniquilamiento. Estas políticas no pueden ser pensadas solamente en términos de cierres efectivos de establecimientos, porque de lo que estas medidas nos hablan es de una nueva vulneración de derechos a los sectores de por sí más postergados de la sociedad.
La política económica llevada a cabo por el gobierno actual, que implica la apertura de los mercados, la libre circulación de mercancías, un tipo de cambio devaluado, la quita de retenciones a los grandes exportadores (sojeros y mineros), la ausencia del Estado para el control de la especulación financiera (o cuando no es así, oficia como garante de esta especulación), está generando una destrucción del aparato productivo, un ensanchamiento de la brecha social, una pauperización de los sectores populares y un endeudamiento sin comparación del Estado, que, a su vez, ya no cuenta con los instrumentos mínimos para hacerle frente. Es decir, el Estado se encuentra ante la necesidad de pagar las deudas contraídas sin los mecanismos necesarios para poder hacer frente a estas obligaciones.
El propio gobierno que generó esta crisis, entonces, es el que utiliza a la educación, a lxs docentes, y a las instituciones educativas en todos sus niveles como variable de ajuste. ¿Por qué? Porque indudablemente para la clase dirigente actual no hace falta que nuestrxs jóvenes y adultxs se eduquen, que puedan acceder a la escuela para poder tener un título secundario, que puedan pensar y pensarse desde otro lugar, tener proyectos colectivos, solidarios. En definitiva, pensar en otra realidad. En este modelo económico no cabemos
todxs; en esta Argentina neoliberal no entran los 44 millones de argentinxs.
A diferencia de los años ´90, se combina ahora con este neoliberalismo económico, un conservadurismo político y un fascismo ideológico que impregna en los sectores medios y que, ante la pauperización de sus condiciones de vida, exige más represión y violencia hacia los sectores más vulnerables. Los triunfos de Bolsonaro en Brasil, de la derecha en Colombia y Chile, el resquebrejamiento de los Estados Nacionales en América Central, el asesinato de militantes sociales, populares, feministas, así como los ataques a Evo Morales en Bolivia y a Maduro en Venezuela financiados por el imperialismo norteamericano, generan un nuevo mapa regional.
Hoy el sistema no cierra, estalla por todas partes y la fórmula que se implementa es ajuste-vaciamiento-represión; cerrar escuelas y construir cárceles; obturar sueños e imponer estigmas; romper proyectos colectivos e instaurar el “único camino”.
La campaña presidencial del PRO de caras a este 2019 electoral ha sabido leer esta coyuntura, y no de manera azarosa elige como sus leit motiv reflotar las consignas de la baja de la edad de imputabilidad, esta vez al mínimo de 15 años (tras un fallido intento años anteriores de bajarla a los 14), criminalizando la pobreza; una política persecutoria hacia lxs inmigrantes, a quienes desde el Gobierno y desde los medios se lxs construye como responsables del narcotráfico en las villas y asentamientos del país, además de la acusación que se hace recaer sobre ellxs de venir a perjudicar a lxs argentinxs, impidiendo el acceso a los nativos de este país a fuentes laborales, a una salud de calidad y a mejores condiciones de vida; un fuerte foco en las políticas represivas para ¨combatir¨ la delincuencia, devolviéndole poder a las fuerzas armadas, comprando armamentos utilizados como herramientas de tortura que podrían ser transportados y utilizados en los servicios públicos, así como una política de premios y castigos, que tiene en la llamada Doctrina Chocobar una de sus muestras más cabales. Ante la crisis, es en estos puntos donde se elige poner el acento desde el gobierno. En la política del macrismo, no hay lugar para la educación.
Quiénes acuden a la educación de las personas jóvenes y adultxs
La EDJA está destinada a todas aquellas personas, que no han desarrollado sus estudios dentro de los cánones establecidos por la normativa institucional. En este sentido, la EDJA es el reconocimiento de la imposibilidad del sistema educativo de dar respuestas a las millones de personas que ingresan al sistema educativo y por diferentes motivos, ya sea por dispositivos escolares y/o condicionamientos sociales terminan siendo expulsadas de él.
Sin embargo, también la EDJA es considerada por los rasgos del sujeto que recibe la educación, es decir, las clases subalternas y los sectores sociales que acuden y son destinatarios de ella. Es decir, los sectores vulnerados, subordinados, trabajadores, marginados, el ‘sobrante’ que el sistema no pudo incluir (Rodríguez, 2006; Brusilovsky, 2006), que por sus características han sido y son los sujetos marginados/as del sistema socioeconómico, y que a su vez tienen carencias educativas, lo que refuerza su condición de precariedad y exclusión.
La educación de jóvenes y adultos es donde acude quien fue expulsadx, quien fue puesto en los márgenes, al que el sistema nunca quiso ni pretendió mirar; fue olvidadx; allí concurrieron lxs pibxs chorrxs y la mujer migrante; la puta, el puto y el obrero; la vecina y el falopero; el ‘conflictivo’ y la madre adolescente; el y la piba abandonada; en la EDJA están todxs, juntos, amontonados, apretados, compartiendo sueños y realidades; metas y deseos; ahí están los cuerpos transpirados, sudados, marcados por la vida, la violencia.
De marginalidad y precariedad.
La Educación de las personas jóvenes y adultas nunca tuvo una importancia central en el sistema educativo. Tradicionalmente en Argentina, la EDJA no tuvo una especificidad por parte de las políticas públicas, ni en cuanto a su pedagogía ni a sus contenidos curriculares; era más bien una continuación de las experiencias de la educación infantil y la persona adulta, considerada como un niño o una niña deficitaria.
Al mismo tiempo se sostuvo que la Educación de Adultos no debía ser atendida de manera particular ya que el propio accionar del Estado eliminaría el analfabetismo y reduciría drásticamente la cantidad de personas sin algún tipo de instrucción a lo largo de su vida. Desde esta premisa, la EDJA no tendría sentido de ser a mayor intervención del Estado. Quizás en ello radique una de las posibles explicaciones del lugar marginal que siempre ha ocupado en las políticas públicas. La marca fundante de la EDJA y su persistencia en el tiempo, ocupa un carácter compensatorio y subalterno, lo que constituye su “marca de origen” (Finnegan, 2012).
Ahora bien, esto nunca sucedió y la EDJA continúo presente en el siglo XX con diferentes políticas. En la década del ’90 al imponerse un nuevo paradigma educativo acompañando a las políticas neoliberales que se aplicaron en todo el continente, se produce un doble fenómeno perjudicial que significó un fuerte retroceso para el subsistema. Por un lado, un corrimiento de la especificidad, ya que deja de ser un nivel (con la eliminación de la Dirección Nacional de Educación de Adulto –DINEA-) y pasa a ser una modalidad del nivel medio (ahora denominado ‘Nivel Medio de Adulto’). En ese mismo sentido, en la Ley Federal de Educación (1993) no se hace alusión a la EDJA ni tampoco a las características que debía afrontar el docente ni a la especificidad de sus características. Por otro lado, se desarrolla una educación vinculada al control y disciplinamiento más que a una verdadera estrategia educativa hacia un sector tradicionalmente excluido.
La falta de atención al subsistema de adultos, la apertura de ofertas privadas (que sólo perseguían el lucro económico sin fijar una verdadera renovación educativa), terminaron imponiendo una educación y un diseño curricular ‘pobre para pobres’, que potenció la reproducción de las desigualdades educativas que eran reflejo de las desigualdades sociales; en síntesis: “Las políticas educativas para los sectores populares convirtieron así a la modalidad en un cuasi mercado de educación, vinculado al proyecto económico, social y político exclusor de la nueva Derecha” (Brusilovsky: 2006, p.12).
Si trazamos una línea de continuidad, en la primera década del presente siglo, las políticas públicas no han modificado su carácter compensatorio, no habiendo modificaciones sustanciales en cuanto a la inclusión de los sectores populares.
A partir de la Ley de Educación Nacional de 2006, con la sanción de la obligatoriedad de la enseñanza media, la política kirchnerista se perfiló hacia la implementación de programas y planes de terminalidad. El que sobresalió de ellos fue el Plan FINES 2 (Plan de Finalización de Estudios Secundarios), originalmente pensado para lxs trabajadorxs de cooperativas y del ‘Plan Ellas Hacen’, que terminó aplicando para todxs lxs jóvenes y adultxs que deseaban terminar el secundario.
La flexibilidad en el régimen de cursada (que se redujo a dos o tres veces por semana), la cuatrimestralidad de las materias (que dejaron de ser anuales), el régimen de contratación de lxs docentes (que vulneraba en varias dimensiones al propio Estatuto) y la multiplicidad de establecimientos en donde se implementó dicho plan (organizaciones barriales y territoriales, sindicatos, parroquias, clubes, etc.) fueron algunas de las características de este programa). Las críticas a este plan, a pesar de su masividad y de su extensión, provinieron principalmente por la doble situación de precarización que generó: precarización educativa y precarización laboral.
Vaciamiento y recortes. La EDJA como variable de ajuste.
Desde que asumió el gobierno de Mauricio Macri en 2015 asistimos a cierre de Centros de Formación Profesional (CFP) y su traspaso de educación al ámbito de trabajo; cierre de Bachilleratos de Adultos en la Provincia de Buenos Aires; la intransigencia al reconocimiento de los Bachilleratos Populares, amenazas de intervención y de cierres, así como precarización de trabajadorxs cuyos bachilleratos fueron reconocidxs pero no así quienes están frente a las aulas; el cierre de sedes del Plan FinES y por último el cierre de 14 escuelas comerciales nocturnas, la reducción de la cantidad de matrículas en otros nueve liceos y bachilleratos nocturnos, el cierre del Proyecto BLA del Liceo N°3 del Distrito Escolar N°5 y del Proyecto ALAS, del Colegio N°13 del Distrito Escolar N°18, a través de la Resolución 4055/88, deja a más de diez mil estudiantes afuera y sin trabajo a más de dos mil docentes, según expresan en diversos comunicados los sectores de la comunidad educativa que vienen enfrentando esta ofensiva.
Todo esto enmarcado en una serie de ajustes y recortes que está sufriendo la educación en general (cierre de escuelas rurales, la quita de subsidios a los Centros de Educación Complementaria, el intento de cierre de escuelas de Islas, el congelamiento de salarios y no apertura de paritarias, desfinancimiento de los establecimientos, falta de inversión en infreaestructura, la eliminación de los Profesorados de la Ciudad de Buenos Aires, etc), en un contexto de crisis económica, social y política, que marca un fin de época; y que ubica nuevamente a la educación como variable de ajuste. Amparados en modelos estandarizados de evaluación (como las pruebas PISA y el operativo APRENDER), se encuentra en éstas la ¨justificación¨ para avanzar sobre la educación de adultxs, con el propósito de vaciarla y gradualmente, eliminarla.
El discurso economicista es el que se impone: se cierran porque hay mucha oferta y poca demanda, porque se aplica la ecuación “costo-beneficio”, como si la educación fuera una medición, porque hay que sostener los gastos de una nocturna y su plantel docente; no se reconocen Bachilleratos Populares porque el problema es el presupuesto ya establecido. La ministra de educación porteña se vanagloria con esa ecuación. Son administradorxs, son gerentes de recursos humanos, no son docentes, no son pedagogoxs, no les interesa la vida en las escuelas ni lo que pasa en ellas, ni lxs docentes ni lxs estudiantes.
Necesitan cerrar las escuelas nocturnas, necesitan cerrar los Bachilleratos populares, necesitan eliminar a la EDJA, porque ahí (aquí) están lxs que hacen temer a lxs poderosxs si se organizan; lxs que pueden dar vuelta la página de la historia.
Lo que les molesta es el exceso, lo que sobresale de esa línea imaginaria que, hegemónicamente dice lo que es correcto, lo que es blanco, lo que es limpio; ese excedente entre el afuera y el adentro. Pensar una teoría del excedente tiene que dar cuenta de las grasas de más que sobresale de los cuerpos, de las bocas, de las palabras. Es el número incómodo que está de más en las aulas, es el pibe o la piba joven a quien hay que pegarle un tiro porque exuda su pobreza, su negritud, su olor. Es el que excede de la escuela tradicional y entonces ‘cae’ a la noche; y si hay algo que tiene claro este gobierno es que hay que dejar caer a lxs pobres de la escuela pública, de la escuela de adultxs, de las nocturnas, de los trabajos. La avanzada también es sobre las vidas, sobre lxs que escapan a las lógicas meritocráticas e individualistas que pueblan la educación de las personas adultas.
Por eso cierran las escuelas; por eso vacían la educación de adultos; no porque no cierran los números. El problema no es económico, el problema es político.
*Enviado por el autor a OVE.
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México: Reflexiones sobre la comparecencia del Secretario de Educación Pública

Por: Miguel Ángel Gallegos Cárdenas

Las Comisiones Unidas de Educación y Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados tuvieron una cita el día lunes 28 de enero del presente año, en el Salón de los Legisladores, a fin de llevar a cabo una reunión de trabajo con el titular de la SEP, Esteban Moctezuma Barragán. El fin, fué analizar y discutir el proyecto de dictamen correspondiente a la iniciativa con proyecto de decreto por el que se reforman los artículos 3, 31 y 73 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, presentada al legislativo por el Presidente de la República.

Como parte del orden del día, la Secretaria de la Comisión de Educación, Diputada Adela Piña, dio la bienvenida al secretario, además de agradecer la asistencia de todos los diputados integrantes de ambas comisiones. Asimismo, se dio lectura del formato de trabajo de dicha reunión, en el que se acordaron dos rondas de participación de cada uno de los diputados de los grupos parlamentarios, así como la respuesta directa por parte del secretario a las intervenciones de cada legislador.

Cabe destacar que la Diputada Piña, recalcó que esta Cámara, tiene el compromiso de mejorar lo hecho por legislaturas pasadas, donde se pretende escuchar las voces de todos en un parlamento abierto, para marcar la diferencia en la atención a las demandas ciudadanas y de manera particular en el ámbito educativo.

Así, el secretario dio inicio a su participación agradeciendo a sus anfitriones, para enseguida manifestar el origen y motivo de la iniciativa de reforma constitucional en materia educativa, presentada por parte del ejecutivo a dicho congreso, el pasado 12 de diciembre de 2018, para su análisis y dictaminación correspondiente.

Para contextualizar a la audiencia, el secretario puso sus cartas sobre la mesa, es decir, recordó el trabajo realizado en la Consulta Nacional por una Educación de Calidad con Equidad, llevada a cabo entre agosto y octubre del año pasado. En dichos foros estatales, se buscó escuchar las voces de los diversos actores de la educación, para principalmente dar voz a los maestros ¾tan olvidados y lastimados en el sexenio pasado¾ a fin de construir junto con ellos el llamado acuerdo nacional educativo.

Justo en ese momento, recordó que el pasado 6 de diciembre, presentó el informe de resultados de dicha consulta, con números y estadísticas de participación en las cuatro diferentes estrategias implementadas (Consulta digital, foros participativos, diálogos educativos con ciudadanos, y opiniones a directivos y maestros por medio de cuestionarios aplicados en los Consejos Técnicos Escolares) que permitieron escuchar y conocer a las diversas voces. Cosa que había quedado olvidada en las gestiones pasadas.

Precisamente el 6 de diciembre, justo siete días antes de que el Presidente enviará la iniciativa en comento, fueron presentados aquellos resultados. Es decir, se argumentó que el proyecto de reforma educativa tiene un trabajo y consenso previo, tiene sustento, ya que contiene la voz del pueblo, la voz de los actores educativos y sobre todo la voz de las maestras y maestros de México. Ello es plausible por muchos especialistas, colegas, amigos y profesores del sistema educativo. ¡Bien por eso !

En ese momento, Moctezuma Barragán hizo una pausa en su discurso para entregar a las presidentas de las Comisiones Unidas ahí presentes, un compendio impreso de los resultados preliminares de la consulta realizada en sus 4 modalidades, el cual por cierto está abierto al público en el portal www.porunacuerdoeducativo.com

Todo ello, dijo, enmarca un diagnóstico de necesidades, retos y expectativas, además de dar sustento a la iniciativa del proyecto educativo del presidente. El Maestro Moctezuma recordó que no es una iniciativa centralista, sino que, por el contrario proviene de un ejercicio democrático, incluyente y participativo. A lo que Guy Peters denomina en la construcción de las políticas públicas, modelo de abajo hacia arriba (bottom up), el cual busca ajustarse a las realidades locales; lo cual genera una cierta confianza en los diversos actores, sobre todo en los de abajo, en las bases.

Entonces la iniciativa del presidente, propone enmendar los errores del pasado inmediato; cero consensos con las bases y prisas con intereses distintos a mejorar las condiciones ¾laborales, educativas, sociales y económicas¾ de los actores de la educación pública.

Además, el Secretario de Educación, manifestó su interés en intercambiar propuestas con el legislativo, mencionó que asistía con la intención de invitarles a “juntos edificar una nueva era en la educación pública… para revalorar al magisterio nacional y poner al centro el aprendizaje de niñas y niños, así como crear un sistema educativo con equidad y calidad”.

El Secretario puso en marcha la reunión, brindó su mensaje, sustentando con documentos, datos, cifras y argumentos convincentes. Recordó el sometimiento al que se vieron expuestos los maestros de educación básica en el gobierno pasado. Puso en contexto sobre el escenario actual, tomando como punto de partida algunas de las gestiones y acciones pasadas. El reto fue pues, atreverse a cambiar o, a quedarnos con las políticas públicas que nos legaron las agendas del pasado. El amable lector emitirá su apreciable juicio y reflexión.

Así, en un ambiente cordial y de respeto las diversas fracciones parlamentarias manifestaron sus diversas posturas en torno a la iniciativa y a las palabras del titular de la educación en México.

Algunas y algunos diputados, se quejaron, criticaron las medidas que el gobierno a puesto en marcha en el terreno educativo y sobre todo las acciones que están por realizar. Entre dimes y diretes se cuestionó la cancelación del Instituto Nacional de la Evaluación Educativa (INEE) ¾es un tema que está a debate, unos están a favor y otros en contra, lo importante es que se abordó en la reunión¾. El secretario presentó evidencias donde entre deja ver que no ha sido del todo benéfico para el Sistema Educativo la existencia del INEE. Parece que poco aportó.

También se discutió la autonomía de las universidades, la evaluación magisterial, el cese a profesores, el modelo educativo, el uso desmedido de recursos en la pasada administración educativa, entre muchos otros temas. De eso se trataba la reunión, de comentar, discutir y expresar las diversas posturas. En lo personal vi bien el debate, fue una reunión de trabajo exitosa, creo que gana la sociedad y el futuro de la educación.

Por otro lado, el secretario propuso regresar el Civismo a la educación básica, aumentar la cobertura, abatir el rezago escolar, crear el Instituto Nacional para la Revaloración del Magisterio, rescatar y fomentar los valores, impulsar la obligatoriedad de la educación superior y apoyo a las normales, hacer énfasis en educación indígena, el fomento a becas, construir una educación con equidad y calidad, impulsar las escuelas de tiempo completo, y realizar una evaluación diagnóstica para rediseñar la capacitación docente, entre muchas otras proposiciones. Me parecen atinadas, necesarias y oportunas las propuestas. Estoy de acuerdo y espero que el legislativo haga su parte para construir mejores políticas educativas. Hacen falta.

Para concluir, me permito señalar que me dio mucho gusto escuchar que el Secretario de Educación mencionó que la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) es solo un asesor del gobierno mexicano. Afirmó que no es un organismo que dicte al gobierno lo que se tiene que hacer ¾al menos ahora, ya que hasta el 30 de noviembre pasado así sucedio¾. Me agrado escuchar ello, espero y deseo que así sea, que solo sean asesores, orientadores y que proporcionen diagnósticos, solo eso. Considero que las decisiones las deben tomar en consideración de las maestras y maestros. El legado de los proyectos neoliberales no ha sido nada sano para nuestra sociedad.

Finalmente, destacar que la diputada Adela Piña, señaló que durante todo febrero se tendrán audiencias públicas en común acuerdo de la mesa directiva de las Comisiones Unidas para generar un mejor dictamen en beneficio y fortalecimiento del Sistema Educativo Nacional. Bien por ello.

Estaremos atentos a la continuidad del dictamen del proyecto de decreto por el que se reforman los artículos en materia educativa. Hay mucho por seguir reflexionando en torno a los diversos temas que se abordaron.

Tengo fé en el proyecto educativo que viene.

*Artículo enviado por el autor a OVE 

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La creatividad: la gran ausente en educación

Por: Eduardo Backhoff

De acuerdo con la Real Academia Española, la creatividad se define como la facultad de crear o la capacidad de creación. Para Wikipedia, la creatividad es un proceso en el cual una persona forma o crea algo nuevo y posiblemente valioso (para una comunidad). El elemento creado puede ser intangible (como una idea, una hipótesis científica o una composición musical) o tangible (como un dispositivo electrónico, una obra literaria o una pintura). Varias disciplinas científicas se han interesado en estudiar el fenómeno de la creatividad, entre las que destaco la psicología y las ciencias cognitivas. Asimismo, la educación, la ingeniería y otras profesiones se han interesado en estimular los procesos creativos.

La noción de creatividad se originó en la cultura occidental con una concepción de inspiración divina. En la tradición judeocristiana, la creatividad se entendía como una cualidad única de Dios; no se consideraba que los humanos tuvieran la capacidad de crear algo nuevo, excepto “como una expresión de la obra de Dios”. Fue durante el Renacimiento que la creatividad se consideró como una habilidad de los grandes hombres (genios), cuyo mejor ejemplo fue Leonardo da Vinci.

En el siglo XVIII, la noción de creatividad (especialmente la estética) se vinculó con el concepto de imaginación. Como tema de estudio, la creatividad se empezó a estudiar a inicios del siglo XIX; y, a mitad de siglo, la psicología hizo una distinción entre pensamiento convergente y divergente. Mientras que el primero implica buscar una solución única y correcta a un problema, el segundo requiere de la generación creativa de respuestas múltiples a un problema. El pensamiento divergente a veces se usa como sinónimo de creatividad en la literatura de la psicología, aunque no necesariamente es lo mismo.

En el campo educativo, algunos investigadores sugieren que la educación convencional es inapropiada para estimular la creatividad de los escolares, ya que los docentes no fomentan la imaginación de sus estudiantes.

Estimular la imaginación en todos los grados escolares, pero especialmente en el preescolar y la primaria, resulta muy relevante si tomamos en cuenta que la tecnología está avanzando a un ritmo vertiginoso y que se necesitará la solución creativa de problemas para enfrentar nuevos desafíos tecnológicos y sociales. Además de ayudar a solucionar problemas, la creatividad también facilita a la identificación de problemas nuevos.

La promoción de la motivación intrínseca y la solución de problemas son dos áreas donde los educadores pueden fomentar la creatividad de sus estudiantes. Los escolares son más creativos cuando consideran que una tarea es intrínsecamente motivadora, valorada por sí misma. Para promover el pensamiento creativo, los educadores deben identificar qué motiva a sus estudiantes y estructurar la enseñanza a su alrededor.

Enseñar a los alumnos a resolver problemas que no tienen respuestas bien definidas es otra forma de fomentar su creatividad. Esto se logra al permitir que los alumnos exploren problemas y los redefinan, posiblemente aprovechando un conocimiento que al principio puede parecer ajeno al problema para resolverlo. En la educación superior, la mentoría de los estudiantes (por especialistas altamente capacitados) es una manera de lograr fortalecer la creatividad en campos especializados del conocimiento.

La creatividad es una competencia escolar que ha tomado gran importancia en las llamadas habilidades del Siglo XXI, junto con el pensamiento crítico, las habilidades comunicativas, el trabajo en grupo y a distancia, las competencias digitales y el dominio de varios idiomas. Por ello, el Educational Testing Service (agencia estadounidense que desarrolla el TOEFEL, el SAT y el GRE, entre muchas otras pruebas) tiene años estudiando la manera de medir la capacidad creativa de los estudiantes que desean ingresar a las instituciones de educación superior. Asimismo, el programa PISA de la OCDE se encuentra desarrollando una manera de evaluar las competencias creativas de los estudiantes, que forme parte de los tres campos cognitivos que evalúan tradicionalmente: ciencias, matemáticas y lectura. Sería deseable que el nuevo secretario de educación, Esteban Moctezuma Barragán, tomara conciencia que la creatividad ha sido uno de los grandes ausentes en el sistema educativo mexicano y que su incorporación curricular tendría grandes beneficios, no solo para los estudiantes, sino para el país en sus diversos ámbitos.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/la-creatividad-la-gran-ausente-en-educacion/

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Sin educación emocional, no sirve saber resolver ecuaciones

Por: Ana Torres Menárguez.

Rafael Guerrero es uno de los pocos profesores de la Universidad Complutense de Madrid que enseña a sus alumnos de Magisterio técnicas de educación emocional. Lo hace de forma voluntaria porque el programa académico de los grados en Maestro en Educación Infantil y Primaria -nombre de la carrera de Magisterio tras la llegada del Plan Bolonia– no incluye ninguna asignatura con ese nombre. “Muchos de los problemas de los adultos se deben a las dificultades en la regulación de las emociones y eso no se enseña en la escuela”, explica Guerrero.

Se trata de enseñar a los futuros maestros a entender y regular sus propias emociones para que sean capaces de dirigir a los niños y adolescentes en esa misma tarea. “Mis alumnos me cuentan que nadie les ha enseñado a regularse emocionalmente y que desde pequeños cuando se enfrentaban a un problema se encerraban en su habitación a llorar, era su forma de calmarse”, cuenta el docente. Inseguridad, baja autoestima y comportamientos compulsivos son algunas de las consecuencias de la falta de herramientas para gestionar las emociones. “Cuando llegan a la vida adulta, tienen dificultades para adaptarse al entorno, tanto laboral como de relaciones personales. Tenemos que empezar a formar a profesores con la capacidad de entrenar a los niños en el dominio de sus pensamientos”.

La inteligencia emocional es la capacidad de sentir, entender, controlar y modificar estados anímicos propios y ajenos, según la definición de quienes acuñaron el término a principios de los noventa, los psicólogos de la Universidad de Yale Peter Salovey y John Mayer. La inteligencia emocional se traduce en competencias prácticas como la destreza para saber qué pasa en el propio cuerpo y qué sentimos, el control emocional y el talento de motivarse, además de la empatía y las habilidades sociales.

Tras revisar los programas académicos de los grados en Magisterio, Pedagogía, Psicología y Psicopedagogía de las univerisdades públicas españolas en 2016, el Grup de Recerca en Orientació Psicopedagògica (GROP) de la Universidad de Barcelona (UB) concluyó que en España solo hay una universidad pública que ofrece desde 2012 la asignatura Educación Emocional en el grado de Magisterio, la Universidad de La Laguna, en Tenerife. “Cuando pensamos en el sistema educativo, por tradición creemos que lo importante es la transmisión de conocimientos de profesor a alumno, a eso se dedica el 90% del tiempo. ¿Qué pasa con el equilibrio emocional? ¿Quién habla de eso en la escuela?”, señala Rafael Bisquerra, director del Posgrado en Educación Emocional de la UB e investigador del GROP.

Los jóvenes con un mayor dominio de sus emociones presentan un mejor rendimiento académico, mayor capacidad para cuidar de sí mismos y de los demás, predisposición para superar adversidades y menor probabilidad de implicarse en comportamientos de riesgo -como el consumo de drogas-, según los resultados de varios estudios publicados por el GROP. “La educación emocional es una innovación educativa que responde a necesidades que las materias académicas ordinarias no cubren. El desarrollo de las competencias emocionales puede ser más necesario que saber resolver ecuaciones de segundo grado”, apunta Bisquerra.

LA LAGUNA, LA PRIMERA EN EDUCACIÓN EMOCIONAL

La Universidad de La Laguna, en Tenerife, es pionera en la creación de una asignatura específica de Educación Emocional en el grado de Magisterio. Hoy es la única universidad pública española que contempla esa materia como obligatoria en su plan de estudios. En 1992 introdujeron por primera vez en la entonces diplomatura de Magisterio una asignatura a la que llamaron educación socioafectiva.

«Si analizas tu vida, son las experiencias cargadas de emociones las que han marcado los puntos de inflexión, los momentos decisivos. ¿Cómo no vamos a luchar para conseguir que se forme a los niños desde el colegio en el manejo de sus emociones?», cuenta Antonio Rodríguez, profesor de Psicología Evolutiva de la Universidad de La Laguna e impulsor de la asignatura.

Mayor rendimiento académico y mejor convivencia con su entorno son las ventajas fundamentales para los niños, según los estudios liderados por Rodríguez. «Es esencial aprender a gestionar el miedo o la ira. Primero hay que formar a los docentes para que estos puedan ser un modelo a seguir para los niños en el aula», indica Rodríguez.

Los elevados índices de fracaso escolar -el 20% de los jóvenes españoles de entre 18 y 24 años abandona el sistema educativo sin haber finalizado la Secundaria, según datos de Eurostat-, las dificultades de aprendizaje o el estrés ante los exámenes provocan estados emocionales negativos, como la apatía o la depresión, y todo ello está relacionado, según Bisquerra, con deficiencias en el equilibrio emocional. “Focalizar las clases en las capacidades lingüísticas y lógicas exclusivamente se puede considerar una estafa del sistema educativo”, critica el docente, que ha publicado más de 15 libros sobre la materia.

Bisquerra es uno de los precursores en España de la aplicación de la educación emocional al ámbito académico. Cuando empezó a investigar en 1993, aún no existía ese término, que a finales de los noventa usó como título en una de sus publicaciones. Lo que está fallando, según el experto, para que los diferentes niveles educativos no contemplen esos contenidos es la falta de sensibilización, tanto por parte de la administración pública como del profesorado. “La regulación de las emociones consigue que los estímulos que nos rodean nos influyan lo mínimo posible. Nuestro comportamiento depende, en gran medida, de cómo nos sentimos, y ni los profesores ni las autoridades se lo toman en serio”.

En su opinión, el cambio tiene que arrancar con la formación del profesorado, con la transformación del grado de Magisterio. “En la UB no hemos convencido al número de profesores necesario como para modificar el plan de estudios. Lamentablemente, los procesos de cambio educativo son muy lentos”, añade Bisquerra, que en 2005 publicó La educación emocional en la formación del profesorado, donde propone un modelo de asignatura para los profesores de educación Infantil, Primaria y Secundaria con teoría y actividades prácticas.

PREVENCIÓN DE TRASTORNOS PSICOLÓGICOS

Las habilidades en inteligencia emocional son un factor importante en la prevención de trastornos psicológicos, concluye el artículo Los efectos a corto y medio plazo de la formación en inteligencia emocional en la salud mental de los adolescentes, publicado en el Journal of Adolescent Health en 2012, y elaborado por un grupo de investigadores de las universidades públicas de Málaga, Huelva y el País Vasco.

«Muchos de los desórdenes psicológicos suelen aparecer durante la adolescencia -como los cambios bruscos de carácter, el abuso de sustancias o los trastornos en la alimentación-. Una de las causas de esos problemas mentales es la incapacidad de gestionar los estados emocionales», señala el estudio, para el que se formó a 479 adolescentes españoles de 13 años en un programa de educación emocional durante dos años.

La inteligencia emocional ayuda en dos campos fundamentales. En el intrapersonal, donde permite reducir la intensidad y la frecuencia de los estados de ánimo negativos causados por acontecimientos adversos del día día; protege del estrés y puede ayudar a mantener un estado de ánimo positivo y así prevenir la ansiedad o la depresión. En un segundo plano, el estudio señala que los adolescentes con altas capacidades para percibir y gestionar sus emociones y las de otros, presentan relaciones con sus familiares y compañeros mucho más satisfactorias y de apoyo.

Los objetivos de la educación emocional, según las guías de Bisquerra, son adquirir un mejor conocimiento de las emociones propias y de las de los demás, prevenir los efectos nocivos de las emociones negativas -que pueden derivar en problemas de ansiedad y depresión-, y desarrollar la habilidad para generar emociones positivas y de automotivarse. En el año 2002 la UB lanzó su primer posgrado en Educación Emocional, que hoy también ofrecen otras universidades públicas como la de Málaga, Cantabria o la UNED, entre otras.

Una de las experiencias piloto en formación del profesorado en educación emocional la lideró en España la Diputación de Guipúzcoa que, entre 2006 y 2010, formó a más de 1.500 docentes de colegios e institutos públicos de la provincia. Bisquerra fue uno de los encargados de coordinar los cursos, así como de elaborar 14 manuales que están disponibles para cualquier docente con decenas de actividades para aplicar en el aula. La Universidad del País Vascose encargó de evaluar los resultados. “La comprensión y regulación de las emociones por parte de los profesores redujo los niveles de ansiedad y de burnout (en español, síndrome del trabajador quemado)”, indica Aitor Aritzeta, profesor de la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco. En los alumnos, se redujo la conflictividad en el aula.

En un estudio paralelo liderado por Aritzeta, en el que se formó a un grupo de 200 universitarios en técnicas de inteligencia emocional, se demostró que tras dos años de instrucción los alumnos que habían recibido la enseñanza mejoraban sus resultados en los exámenes una media de 1,5 puntos respecto al resto de estudiantes. “Aprendieron a manejar el estrés y los niveles de ansiedad se redujeron un 18%”, asegura el docente.

Enseñar a los docentes a mirar, escuchar y entender las necesidades de un alumno es el objetivo principal de Rafael Guerrero, profesor de la Complutense con el que arrancaba esta historia. «Puede parecer obvio, pensar que todos los maestros tratan así a los chicos, pero no todos lo hacen. Nadie está dispuesto a reconocer el abandono emocional», señala. Enseñar a los jóvenes a afrontar problemas desde el principio y a desarrollar tolerancia a la frustración. Acabar con la frase «eso son tonterías, ponte a hacer la tarea» es la máxima que Guerrero quiere para sus alumnos y futuros maestros.

Fuente del artículo:  https://elpais.com/economia/2017/01/27/actualidad/1485521911_846690.html

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Australia’s education system needs transforming

By Nicholas Stuart

Labor’s education spokesperson is threatening to prevent students with a low ATAR from studying education. Exactly how Tanya Plibersek would do this and what mechanism she’d use to achieve her goal isn’t clear. After all, the whole premise of our tertiary system is that universities are independent – although there are always ways around minor issues like this for a determined autocrat.

Besides, nobody would want vice-chancellors to be forced to choose between their principles and a bucket of money; you’d be knocked over in the rush. The result would not be an academic dilemma so much as a foregone conclusion.

Not that the minister, Dan Tehan, offers us much of an alternative. He spent most of Tuesday fulminating about the need for discipline, more discipline. One almost suspects he’d bring back the cane if he had his way  …

The real surprise is that Plibersek didn’t think to simply pay teachers more money. Maybe she’s unaware this is the usual way of increasing job applications.

The other way of boosting enrolments is to offer discounts on university training or even pay people to study. That’s what we do for the military. Putting someone through the Defence Force Academy costs more than half a million, even before actual officer training.

Perhaps that’s why Labor’s reluctant to offer discounts to anyone studying education: it would create a precedent.

Nursing, for example, is another profession that would benefit from discounted degrees. But offering scholarships would distort the market, and soon you’d be making a mockery of the tertiary system Labor was so proud of creating.

Much easier just to wave a big stick.

But either we have a free-market or we don’t. The reason high-scoring students clamour to work as doctors, lawyers or (shudder) even accountants, rather than embracing the excitement of teaching, is because such jobs generally pay better and offer more prestige. And not everyone is cut out to deal with the excitement and challenge of coping with thirty tired, fractious and nettlesome teenagers between 2.30 and 3 on a cripplingly hot Friday afternoon before the final bell for the week. Addressing the shortfall of high scoring applicants might have more to do with these downstream issues than anything the universities are capable of addressing.

The saddest aspect of Pliberseck’s call for higher entry standards is, though, that it suggests she doesn’t ‘get’ what education is all about.

Its central purpose is to change people; developing their capacity and adding to their natural ability and knowledge. Pliberseck seems to be suggesting that everyone’s intelligence is fixed; set in stone and measured perfectly by the HSC.

Which leaves the entire purpose of university education as something of a mystery. Isn’t it meant to stimulate and extend students? Is everyone to be forever categorised as a low, or high, achiever simply because of a mark in year 12? Is this really what she’s suggesting?

None of this is to suggest that education in Australia couldn’t be significantly improved – it can. It’s just a pity that Labor’s now playing the easy game, focusing in on low scores, rather than coming up with creative ideas to boost the averages. It’s also highly doubtful that more regulation, or arbitrary cut-offs, will provide any solutions no matter how popular such knee-jerk, simplistic and popular positioning may prove to be. Nothing Plibersek has said is likely to boost student interest in the subject – rather the reverse.

This is a shame because there are so many easy, dramatic, and creatively productive changes that could transform education.

Take starting ages. State governments don’t yet seem to have discovered that children are born all through the year. Yes, that’s right – every month! Schools, however, only begin once during this same period. This means, inevitably, that many students haven’t achieved the right degree of maturity to begin school: they have to be pushed forward or held back. Think of how much better it would be if there were two commencements each year, just as for universities. Parents would love it! It would be good for children, so why don’t the politicians push it?

Is it really too hard and too difficult? Or are we just too lazy?

And later, in secondary school, students are told they need to master STEM subjects to understand computing. Why not just engage students imagination by introducing coding and programming as separate subjects. Mike Cannon-Brookes, the Atlassian co-founder, funds a team traveling to schools in NSW to do exactly this. He’s engaging students and stimulating them with real-world challenges. They’re responding. Why is this beyond the imagination of our politicians?

Unfortunately, curricula departments across the nation seem more concerned with polishing their current offerings instead of standing back to consider which skills might best assist students to engage as future citizens. This is understandable, but it’s not a way to embrace the sort of transformative change we need. Perhaps (and I hate to admit this) even learning about SMSF’s at school might have better helped me navigate the modern world than understanding how the steady development of the Spartan navy allowed it to eventually claim victory in the Peloponnesian War. And how about the urgent need to boost the learning foreign languages (and not necessarily Ancient Greek)?

There’s far more to worry about in our tertiary education sector than the entry scores for particular courses.

Source of the article: https://www.smh.com.au/education/australia-s-education-system-needs-transforming-20190115-p50ri6.html

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El reconocimiento del gobierno: de lo dicho a lo hecho

Por: Ana Cristina Bracho.

Enero ha sido un mes de intenso debate jurídico-político en Venezuela. Podríamos incluso observar que hay una guerra de interpretaciones. Un sector del país que analiza que lo que ocurrió está enmarcado en el artículo 231 de la Constitución y por ende, el Presidente Nicolás Maduro Moros se juramentó debidamente ante el Tribunal Supremo de Justicia; mientras otro sector repite que lo que ocurre es que debe “activarse” el artículo 333 y 350 al tiempo que ellos aplican el artículo 233.

 

Este juego nos lleva al escenario de dos bandos acusándose mutuamente de usurpadores. A lo cual, nosotros hemos venido contestando que hemos de recordar que la usurpación, al ser un delito, necesita que se den las condiciones objetivas previstas en el Código Penal y que se activen los procedimientos previstos en el Código Orgánico Procesal Penal, para que podamos ver si eso realmente ocurre.

 

Mientras esto pasa y tenemos entonces una crisis institucional interna, ocurre otro duelo de interpretaciones y acciones en el espacio internacional. Se trata ahora del tema del reconocimiento del gobierno. Sobre este asunto, complejo y lleno de teorías, queremos hablar en esta ocasión.

 

Primeramente, dejaremos claro que no es lo mismo el reconocimiento que la existencia en sí de un gobierno, ni siquiera que su constitución pues esta sólo depende de las reglas del juego del país –cuando nace de una manera constitucionalmente prevista- o de un acto de fuerza externo al sistema como sería un Golpe de Estado o una revolución.

 

Por ello, partamos por recordar qué es un gobierno usando la definición dada por León Duguit según el cual “el gobierno, es el conjunto de órganos del Estado formado por las autoridades públicas que ejercen el poder del Estado”. De modo que de una forma simple podemos entender el gobierno como los sujetos ejecutores del Poder en un determinado país.

 

Existen en el mundo actual y ha habido en la historia muchas formas de gobiernos. Para Loewenstein, el mundo conocía de autocracias y democracias. Para Aristóteles, de monarquías, aristocracias y democracias, acompañadas de unas formas impuras de las mismas. Mientras que para Montesquieu, en el escenario podía haber repúblicas, monarquías y sistemas despóticos.

 

Lo cierto es que, dejadas apartes estas consideraciones los gobiernos pueden ser de iure o de facto y esto se determina en función de su origen, los primeros naciendo de las maneras que las leyes lo disponen y los segundos deviniendo de una insurrección popular o de un golpe, ya participen de estos sectores que al momento no son funcionarios del Estado o cuando entren en pugna poderes constituidos en contra de los otros.

 

En la medida que los Estados no existen como unidades aisladas, su reconocimiento es importante para el Derecho Internacional que sirve como el conjunto de reglas y de costumbres para la convivencia. Dos escenarios se dan allí, el primero es el reconocimiento internacional del Estado que significa el momento donde los otros sujetos internacionales validan que un territorio, un gobierno y una población son un sujeto valido, tras independizarse, unirse o darse la secesión de un territorio.

 

El segundo, que es el que nos interesa, es el reconocimiento de los gobiernos. Este elemento determina las relaciones diplomáticas y es un tema complicado porque existen muchas situaciones donde puede un país puede dudar si tomar como valido o no un gobierno en razón de su origen.

 

Sobre este tema, sería naif no observar cómo en el presente al planteamiento clásico hay que sumarle que ahora se crean gobiernos paralelos que se reconocen como manera de quebrantar las instituciones reales y favorecer la aplicación de teorías intervencionistas como las que derivan de la aplicación de la “responsabilidad de proteger”.

 

De igual forma, vamos a ver que existen maneras expresas y tácitas de reconocer un gobierno. Las primeras serían los actos que ha hecho Rusia, con declaraciones que reconocen al gobierno de Nicolás Maduro Moros y Estados Unidos, con declaraciones que reconocen “un gobierno de Juan Guaidó” en Venezuela. Las segundas, se dan por la vía de los hechos cuando, por ejemplo, se mantienen reuniones o misiones diplomáticas en el Estado.

 


La embajadora de la Unión Europea en Venezuela y varios Embajadores nacionales europeos se reúnen con Maduro el 20 de enero de 2019.

 

En el Continente Americano, el tema de los reconocimientos de los gobiernos ha ameritado muchas declaraciones. Recordemos que América es un continente conformado por Estados jóvenes, que vivió períodos de fuerte inestabilidad en el siglo XIX y un siglo XX plagado por los golpes de Estado.

 

Así, una primera postura nace en la historia. La denominada Doctrina Tobar, ideada por un Canciller mexicano de comienzos del siglo XX, que sostenía que las repúblicas americanas no reconocerían a ningún gobierno que hubiese surgido como producto de revoluciones contrarias a la Constitución vigente de cada Estado.  La cual fue matizada posteriormente para convertirse en la Doctrina Betancourt, que limitó el no reconocimiento a los gobiernos resultantes de golpes de estado militares.

 

Del otro lado de la acera y también de origen mexicano, está la doctrina Estrada que considera que es el reconocimiento de los gobiernos “una práctica denigrante que, sobre herir la soberanía de otras naciones, coloca a éstas en el caso de que sus asuntos internos puedan ser calificados, en cualquier sentido, por otros gobiernos, quienes de hecho asumen una actitud de crítica al decidir, favorablemente o desfavorablemente, sobre la capacidad legal de regímenes extranjeros.”  

 

Por lo cual, considera que esto no es una capacidad de los gobiernos extranjeros que lo usarían para presionar en algún sentido y quienes toman esta postura deciden que en definitiva todo lo que puede hacer un país sobre otro es mantener –o no- relaciones diplomáticas con el otro.

 

No hay por lo tanto, una postura histórica que podamos tratar de visión única u obligatoria para los Estados. Han existido sujetos políticos en momentos claves que han marcado una manera de hacer las cosas e incluso los países que en algún momento formularon estas teorías, en otros se han apartado de ellas.

 

Consideramos que en el presente, como señala la doctrina Estrada, la postura de reconocer o no el gobierno venezolano hiere la soberanía venezolana porque estamos ante un extraño caso en el que, no se ha dado un Golpe clásico porque los sectores que manejan las armas no se han sumado a la postura de Guaidó pero si estamos ante un intento de constitución de un gobierno que se aparta de los mecanismos constitucionales y que se construye en abierto desconocimiento de los resultados electorales del año pasado.

 

Pero también tenemos que tener mucho cuidado en las lecturas que hagamos porque salvo algunas muy contundentes, como la postura de Rusia y China, los sectores que dicen no reconocer al gobierno de Nicolás Maduro e incluso algunos de los que reconocieron a Juan Guaidó, no tienen una postura sólida y coherente, entre los hechos y el discurso.

 

Ayer, por ejemplo, en el escenario de la OEA, pese a lo que declaró por Twitter Luis Almagro, no lograron los votos suficientes para desalojar a la delegación chavista de la multilateral ni para una adoptar declaración reconociendo a Juan Guaidó, ni para dar entrada a su “embajador”.

 

La contundente postura de Estados Unidos, así se disimule señalando que son cuestiones de seguridad parece diluirse cuando comienzan a dar muestras que se acogerán a la ruptura de relaciones diplomáticas que anunció Nicolás Maduro y en cuanto al Grupo de Lima, salvo Paraguay, sigue manteniendo relaciones diplomáticas normales con Venezuela.

 

Con estos elementos sobre la mesa es importante que recordemos aquella frase que tanto dijo Chávez “el diablo vive en los detalles” y son precisamente los detalles en los que iremos viendo cómo avanza esta nueva hora loca contra Venezuela.

Fuente del artículo: https://www.alainet.org/es/articulo/197777

 

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