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¿Qué pasa con la educación en valores?

Por: Josep Mª Puig y Pedro Uruñuela

Este blog quiere invitaros a reflexionar y opinar públicamente sobre cualquier aspecto que ayude a imaginar cómo debería ser la educación para la ciudadanía y en valores en un futuro próximo.

Estamos en un cambio de época, muchas cosas han envejecido, algunas nunca fueron bastante bien y otras han quedado inservibles ante todo tipo de transformaciones sociales. Aquí, sin embargo, queremos referirnos en exclusiva a un ámbito limitado y relevante: la educación en valores.

En 1990, con la LOGSE, se dio un fuerte impulso a la formación en valores. A pesar de las limitaciones, permitió imaginar cómo debía ser la educación moral y para la ciudadanía en una sociedad plural y democrática. Permitió superar las clases de adoctrinamiento, hacer actividades para desarrollar la inteligencia moral, trabajar las competencias para el diálogo y para el ejercicio de la crítica, usar materiales abiertos a temas controvertidos, abordar los valores de forma transversal, crear un clima de centro convivencial, impulsar desde la escuela el servicio a la comunidad e incorporar a los centros las aportaciones de las organizaciones no gubernamentales y otras entidades sociales.

Esta síntesis de aspectos positivos se ha visto oscurecida por importantes limitaciones. Los Acuerdos con la Santa Sede de 1979 no han permitido, salvo breves períodos, ofrecer una educación en valores común a todos los escolares, y han obligado a programar formación religiosa de carácter confesional dentro del currículo escolar. Una cuestión que ha condicionado y aún condiciona el desarrollo de este ámbito formativo. En buena parte como consecuencia de este hecho, la articulación legal ha sido cambiante y enredada. De aquí han venido parte de las dificultades para conseguir arraigar estas temáticas en la escuela, para implicar y preparar el profesorado y para consolidar maneras efectivas de asegurar la formación. Todo ha quedado en manos de la buena voluntad y el compromiso de los equipos docentes.

Si lo miramos desde una perspectiva general, la derecha más tradicional ha impuesto la división de los chicos y chicas entre los que hacen religión y los que hacen ética, despreciando tanto el ideal de una ciudadanía plural y democrática como el sentimiento religioso de los creyentes. A la izquierda, siempre sospechando que los valores no escondan formas de dominación, le ha costado darse cuenta de que son también herramientas de humanización y transformación. Entretanto, la hegemonía neoliberal ha conseguido que el mercado, la competición, el interés individual y el ocio consumista lo impregne todo y se conviertan en valores absolutos que imponen sus criterios en todas partes y destruyan dinamismos humanos como el cuidado de los otros, el altruismo, la solidaridad y la justicia.

Por estos y probablemente también por otros motivos, parece como si hoy la educación en valores estuviera en retroceso, gastada, pasada de moda, de nuevo olvidada. Parece desdibujarse el papel fundamental que debe tener en la formación de la subjetividad y en la configuración de una sociedad democrática.

Tanto si compartís este diagnóstico como si lo veis de manera diferente, este blog quiere invitaros a reflexionar y opinar públicamente sobre cualquier aspecto que ayude a imaginar cómo debería ser la educación para la ciudadanía y en valores en un futuro próximo. Cómo debería contribuir al desarrollo integral de los chicos y chicas y en las transformaciones sociales que es urgente alcanzar.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/convivenciayeducacionenvalores/2018/01/16/pasa-la-educacion-valores/

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Qué esperamos ver en 2018 en educación. Parte 2

Por: David Calderón

El viernes pasado tuvimos una larga y esperanzadora conversación con directores de preescolares y primarias públicas. Fue una gran oportunidad de “cacharlos haciendo el bien”. Por ejemplo, Eduardo nos habló con vehemencia de su trabajo sobre el ánimo de los docentes para dignificar y tener altas expectativas en los turnos vespertinos, a los que se apoya tan poco. Irma expuso cómo hizo para que su Centro de Atención Múltiple pudiera contratar psicólogos especializados y cómo ahora también asisten a las escuelas circundantes para apoyar a los maestros frente a grupo en el sistema “regular”. Se promovieron a directores por concurso de oposición, y reconocen en ese proceso la oportunidad de llegar al nombramiento sin palanca ni al final de su vida laboral. Subrayaron también lo importante que ha sido recibir el apoyo de la sociedad civil para su formación como líderes escolares, pues se encontraron sin preparación específica ni acompañamiento de inducción tras el concurso.

Además de nuestra admiración y reconocimiento, en ese diálogo pudimos calibrar con experiencias reales los alcances, limitaciones y contradicciones en varios programas oficiales, y la tremenda soledad y la aún más grande determinación de ellas y ellos para brindar a niñas y niños lo que es su derecho. ¿Y eso qué peso tiene en las campañas?

No olvidemos que los partidos que buscan nuestro voto para julio próximo están ahora mismo en los gobiernos y los congresos. La desbandada de funcionarios y legisladores no exime a los que se quedan a cargo; por el contrario, acentúa la responsabilidad para continuar la tarea. Si los partidos quieren convencernos de que podrán más adelante con el reto, que desde ahora nos muestren que comprenden de qué se trata la transformación educativa que necesita el país y que demuestren eficacia para impulsarla.

¿Qué esperamos ver en 2018? Que se coloque en la mente de todos –los votantes, los aspirantes, los activistas, las voces en los medios- la necesidad de un cambio sustantivo en la formación y el acompañamiento de maestros. Ése debe ser el “objetivo del cambio posible”, como lo llama Jorge Javier Romero, el foco que marque el consenso para exigir a los candidatos, y para conformar la coalición plural que empuje su traducción en política pública.

Como país ya invertimos millonarios recursos, energía, ciclos de ensayo y error, y sobre todo duras opciones de vida para la evaluación de los maestros, pero falta la otra parte indispensable de la ecuación. Tiene que hacerse efectivo el diseño original: que la consecuencia de la evaluación sea el apoyo. Que tengamos evaluaciones sólidas, confiables y multidimensionales del quehacer docente, pero sobre todo finalizadas y hermanadas con un vigoroso sistema de formación inicial y continua. Que evaluar sirva para transformar las Normales y para que el modelo de aprendizaje profesional permanente no sea el de los “cursos en cascada” ni costosas y complejas –al final, estériles- plataformas en línea.

La evaluación cumple su propósito cuando sirve de punto de partida, no de llegada. La evaluación es fácilmente resentida y denostada cuando no se usa para reforzar, para apuntalar, para reconocer. Sirve, bien entendida, para designar maestros mentores de otros maestros; para que las buenas prácticas contagien e inspiren a hacer lo propio, con la contextualización debida y la pertinencia cultural y social del verdadero derecho a la educación.

Claramente debemos reorientar el gasto público, para que una instancia (¿una nueva instancia?) al menos tan grande y dotada de recursos como el INEE se haga cargo, con rigor e independencia de presiones sindicales y políticas, de la construcción de la identidad del docente como profesional del aprendizaje y como servidor público garante de derechos de niñas, niños y jóvenes.

De nada sirve pasar a la báscula, si no hay manera, voluntad y claridad de seguir la dieta y hacer ejercicio. Se ha dicho hasta el vértigo: solamente evaluar no mejora las competencias de los docentes, ni activa su talento, su capacidad de innovar o su ejemplaridad como orientadores de vida. Nada más cierto. Pero romper la báscula no adelgaza ni trae salud. Así, menos. En la opacidad, en la tiniebla, todos perdemos, y primero que ninguno los damnificados son niños y jóvenes.

Así que, más allá de apelar a las emociones y propiciar empatía con los candidatos ofreciendo vagas -¿vanas?- esperanzas de lo que vendrá, el asunto es si la contienda electoral se satura de desmemoria y descalificación individual del oponente. La alternativa es: exijamos a los de ahora, que aún hay tiempo y tienen cuentas qué rendir. Y que ya nos van precisando qué proponen los aspirantes para los profesionales del aprendizaje. No para sus cúpulas gremiales –lo que les ofrecen parece ser inconfesable- sino para Eduardo e Irma, para los maestros y maestras reales. Que nos digan cómo van a tratar el tema de las Normales y cómo saben que sí funciona y qué no en esas instituciones; cómo van a impulsar los reconocimientos económicos al buen desempeño; qué tipo de tutorías van a servir para consolidar sus habilidades. Que dejen claro que lo que se pone en cuestión, a fin de cuentas, es el derecho de millones de niñas y niños a no heredar las limitaciones de su punto de partida.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/que-esperamos-ver-en-2018-en-educacion-parte-2/

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España: Miles de niños y niñas con necesidad de atención temprana no la reciben, según las plataformas de familias

Por: Pablo Gutiérrez del Álamo

La plataforma de familias de Madrid llevará 35.000 firmas a la Asamblea para pedir su mejora. Otras comunidades también están en pie de guerra.

Tener un bebé con espína bífida o con un retraso madurativo. Tal vez con Trastorno del Espectro Aurista o con Síndrome de Down es un impacto emocional importante. Complicado de gestionar teniendo en cuenta las expectativas previas, por ejemplo También es un impacto en la vida cotidiana de la familia en la que ese bebé nace. De muchas maneras.

Una de ellas es la obligación, como familias, de ofrecer todas las soluciones y alternativas posibles a esa niña, a ese niño. Alternativas y procedimientos necesarios para que en los primeros tres años de su vida consiga la mejor y mayor estimulación posible en todos los sentidos, y con ella, el mayor desarrollo posible de las capacidades de cada menor.

Psicólogos, psicopedagogos, terapias con animales, estimulación temprana, logopedia… un largo etcétera que en cualquier caso comienza con una valoración que no siempre es tan rápida como debería. Óscar Hernández es portavoz de la plataforma madrileña de atención temprana. Se trata de un grupo de familias que llevan tiempo luchando por la mejora de las condiciones de vida de sus hijos e hijas, también por que la Administración pública se haga cargo. Asegura que tal y como están las cosas, al menos en Madrid, las familias se sienten maltratadas.

Esto es lo que hizo que hace algunos meses otro padre pusiera en marcha una petición en Change.org con la que han recogido 35.000 firmar que tienen intención de llevar a la Asamblea de Madrid el próximo 18 de enero, día en el que se celebrará un pleno sobre infancia y adolescencia.

Reclaman una atención desde el primer momento que comience cuando el cebrebro es lo más plástico posible. O que se terminen las listas de espera para la valoración y la intervención con estos menores. Asegura Hernández que según el INE el 7,5% de los menores tiene necesidad de esta atención o está en riesgo de tenerla, lo que significa que hay unos 30.000 menores en esta situación. La Comunidad de Madrid ha dicho que se ampliarán las plazas de AT este año hasta algo más de 3.000. “Según estas plazas, dice Hernández, hay un alto porcentaje de niños sin cobertura”.

Afirma también que esta situación es  un drama, no solo para las familias que han de pagar por los diferentes tratamientos y terapias (un coste que puede ser de entre 300 y 600 euros al mes y que muchas familias no pueden afrontar). También es un coste social enorme, puesto que estas niñas y niños no conseguirán alcanzar un grado de autonomía suficiente.

A esto se suma el que llegados a los 6 años estos niños y niñas dejan de tener derecho a la atención temprana. Entran en la educación obligatoria y dependen también de los recursos existentes que, si nunca fueron los suficientes, tras los recortes de 2012 nos prácticamente nulos.

Las prestaciones que se ofrecen “no están encaminadas al desarrollo global para que niños y niñas sean lo más autónomos posibles”, asegura Ana Olmeda, protavoz de la plataforma en Canarias. Allí la situación es mucho peor que en Madrid, puesto que no existe atención temprana pública. Sí algunos centros privados, pero no hay apuesta, todavía, por parte de la administración autonómica.

Este es uno de los problemas más importantes (las diferencias entre las autonomías a la hora de apostar por la atención temprana) que enfrentan las diferentes plataformas de atención temprana.

Cada autonomía va por libre

Antonio Guerrero es el portavoz de la plataforma en Andalucía. Asegura que mientras en el País  Vasco la administración invierte unos 6.000 euros al año en cada niño, la Junta solo gasta 500 euros.

En Andalucía la pelea comenzó en 2015 cuando varias familias formaron la plataforma para promover una Proposición No de Ley para debatir en el parlamento autonómico sobre la red de atención temprana. Una PNL que prosperó con los votos de la oposición, pero que al no obligar a nada al Ejecutivo andaluz, quedó guardada.

Después de eso, la plataforma redactó una propuesta de ley sobre atención temprana. Se debatió a primeros de 2016, pero, aunque contaban con el apoyo de toda la oposición (mayoría suficiente para su puesta en marcha), la víspera del debate Ciudadanos cambió el sentido de su voto, de manera que no prosperó. Hoy hay dos leyes sobre el mismo tema registradas en el Parlamento andaluz. Una la redactada por las organizaciones y la otra, del PSOE y C’s. Nadie quiere echar su proyecto a andar, aunque esta última podría aprobarse (con el coste que podría tener entre las familias con menos con necesidad de atención temprana).

Según los cálculos de la plataforma, podría haber unos 40.000 menores con necesidad de atención temprana de los que se está atendiendo a la mitad.

En Canarias han tenido que trabajar muy duro para que empiece a andar la posibilidad de tener una red de atención temprana en los próximos años. Tal vez cinco. A base de presión y conversaciones con partidos y organizaciones, hoy se está trabajando en un plan de AT que podría tener su primer borrador a mediados de este año.

Hoy los serivicios de AT los ofrecen entidades privadas. Y algún que otro ayuntamiento cubre parte de las necesidades. Ana Olmeda cuenta que durante los últimos 26 años, algunas familias se han venido beneficiando de diferentes proyectos de investigación que la Universidad de La Laguna había puesto en marcha para tratar con niños y niñas con diversidad: síndrome de Down, espectro autista, trastornos del desarrollo… Se hacía en el Aula de Psicomotricidad Relacional.

Hoy por hoy, tras un largo tiempo cubriendo parte de un servicio público, se regularizó y ahora se ha conseguido la firma de un convenio para dar mayor cobertura a más niños y niñas con diferentes trastornos. También se han tenido cerrando convenios con otras entidades desde hace algunos años y que han ido dando servicio a las familias. La idea es que ahora sea la Administración autonómica (fundamentalmente desde Sanidad, aunque también desde Servicios Sociales y Educación) la que vaya asumiendo.

Según las estimaciones que han hecho en Canarias, serían unos 10.000 menores los que deberían atenderse en las islas. La Administración autonómica no tiene servicio ninguno hoy por hoy.

Todas estas diferencias hacen que muchas personas piensen en la conveniencia de que haya una Ley integral, para todas las autonomías, que estipule, como mínimo, una cartera de servicios mínimos en relación a la atención temprana. Una ley que contemplase servicios de atención temprana, en educación y sociosanitarios.

Autonomía personal frente a asistencia

Parte del debate de fondo tiene que ver con el dia de mañana. Las familias batallan para que sus hijas e hijos tengan la mejor estimulación posible, lo antes posible y durante el mayor tiempo posible para que cada uno pueda desarrollar sus capacidades lo máximo posible.

El objetivo es que consigan avanzar por el sistema educativo y que, en un futuro, consigan algún nivel de cualificación suficiente que les permita obtener un trabajo con el que ser lo más autónomos e independientes posible.

Ana Olmeda lo resume fácilmente: “Sin inversión, lo que se consigue a futuro es crear personas dependientes o grandes depenientes”, con lo que esto supone en gasto sanitario y de servicios sociales según va aumentando la edad de las personas. Es decir, que en vez de aspirar a que chicas y chicos con diferentes trastornos o alguna diversidad fueran personas que acabaran cotizando a la Seguridad Social, se fomenta que acaben siendo parte de un importante gasto para el Estado.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/01/16/miles-de-ninos-y-ninas-con-necesidad-de-atencion-temprana-no-la-reciben/

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Las violencias invisibles en la escuela

Por: Julio Rogero

Muchas de las violencias sociales (miedo al otro, situaciones económicas imposibles, competitividad) son asumidas por los centros educativos.

Las nuevas formas de violencia se van haciendo muy significativas en la sociedad actual de la modernidad tardía, dominada por los modelos de vida impuestos por la sociedad neoliberal del capitalismo salvaje. Esas violencias también se viven en la escuela, aunque, quizás, de forma más imperceptible y a menor escala.

Actualmente, nos solemos centrar en las violencias producidas en los conflictos entre iguales, que se muestran de forma explícita dentro del centro educativo y del aula. Son las formas de violencia que provocan situaciones de quiebra de la convivencia: el bullying y el ciberbullying como formas de acoso entre iguales, la violencia de género y las conductas disruptivas en el aula en sus diferentes formas. También se dan situaciones de dominio y sumisión de arriba hacia abajo. Estas formas de violencia son las más visibles, las más tratadas en la bibliografía y en las actividades de formación sobre convivencia, y las que se suelen tener en cuenta en los diferentes planes de convivencia de los centros educativos.

Decíamos en un artículo anterior que hay otras formas de violencia invisibles y silenciosas, propias de la “sociedad capitalista de rendimiento”, que también se reflejan en nuevas formas de hacer y de ser en la escuela.

Hay toda una violencia ejercida por la escuela como institución contra todos sus componentes, pero de forma especial contra el alumnado, cuando no se presta atención a la tensión que estos viven (también contra el profesorado y las familias, aunque son problemáticas diferentes) cada vez con más intensidad. Cuando no son tenidos en cuenta y cuando no se percibe el sufrimiento ante muchas situaciones de poca valoración, de insensibilidad ante lo que viven con frecuencia, tanto dentro como fuera de la escuela. Eso se refleja en un silencio pertinaz del alumnado, en una baja valoración de sí mismos, en otras reacciones de agresividad indiscriminada que manifiestan la situación que vive y que son llamadas de atención ante determinadas situaciones de violencia vivida en la familia, en la escuela, en su relación con los demás y consigo mismos/as, o en su relación con el propio profesorado.

La escuela se centra en lo que obliga al éxito académico, al emprendizaje, al sobreesfuerzo y a la explotación de sí mismo en los aspectos que se exigen para conseguir la excelencia, el mérito y la buena posición en la escala social. Hoy es casi lo único que le importa a la institución escolar neoliberal: los resultados (las evaluaciones-exámenes), el sentimiento de libertad para que nadie se interponga en el éxito y desarrollo personal.

Al alumnado se le propone algo contradictorio. Que aprenda a convivir y a cooperar con los demás y, a la vez, que aprenda a competir contra todos para poder acceder al mercado laboral con garantías de éxito económico y social. El precio por lograr la exigencia de buenos resultados, puede llevar a sufrir problemas de ansiedad, estrés y depresión ante una tarea que, con frecuencia, se muestra titánica ante sus ojos. Así, la escuela ejerce una violencia sutil que va modelando al “sujeto neoliberal de rendimiento” para que, configurado como un ser libre, que elige ser dueño de sí mismo como condición para tener éxito, centre su vida en la obtención de resultados de éxito. De este modo, él será el único responsable y, si fracasa, aunque persevere, es que no se ha esforzado lo suficiente. Hoy se han creado y siguen creciendo las expectativas desmesuradas sobre cada uno de los niños y niñas. Por eso están sometidos a presión constante para que hagan de todo por situarse en los primeros puestos de la escala social en un mundo hiperexigente. La mayor violencia son todos estos muros invisibles que esta sociedad impone a la escuela, de los que con demasiada frecuencia es inconsciente y le hace el juego.

Esto provoca la violencia que sufre, sobre todo, el alumnado de fracaso escolar ya que es estigmatizado como el perdedor en la carrera por el éxito. Es el comienzo de una vida en la que tiene el riesgo de anclarse como fracasado y padecer el “desprecio al perdedor” en la escuela hasta que es suspendido y expulsado, y ya fuera en una sociedad que solo nos propone modelos de éxito económico.

Otra de las violencias invisibles en la escuela es la insensibilidad manifiesta ante la desigualdad, la pobreza y la marginación heredadas e impuesta a la infancia más necesitada. Son también las víctimas de una violencia, poco tenida en cuenta aunque denunciada por muchos, mantenida sistemáticamente por un sistema educativo que segrega a los débiles y potencia a los fuertes, que selecciona y clasifica para la reproducción social de una sociedad hoy y cada día más injusta y segregadora. Es una violencia ejercida sistemáticamente de forma silenciosa porque los actores de la misma, con frecuencia, no son conscientes de ella. Es la inequidad educativa como violencia, manifestada en muchos de los rasgos que caracterizan la injusticia escolar, plasmada en repeticiones, suspensos, fracaso escolar, absentismo, abandono temprano, falta de apoyos, desinversión, recortes y políticas educativas favorables a las clases altas y medias.

La violencia de la producción de la homogeneización impuesta en las diferentes redes escolares, por mucho que se hable de inclusión en cada una de ellas. Esas redes producen el miedo al otro, al diferente, al distinto. Solo su desaparición puede ser garantía de caminar en la dirección alternativa. También se reavivan otros miedos que nos suelen acompañar a lo largo de nuestras vidas y que son necesarios para que el sistema social dominante perviva: el miedo al propio fracaso, a no estar a la altura de las expectativas sobre uno mismo, la desconfianza y la sospecha que impidan avanzar en la construcción de lo colectivo y lo común desde la diversidad y la singularidad de cada uno. Por eso el miedo hoy es un entorno que también envuelve a la escuela y forma parte del medio que somos y en que vivimos.

A veces la mayor violencia del sistema escolar sobre el alumnado es el ocultamiento que hace de las situaciones conflictivas que vive en el ámbito familiar y en su contexto social. Es ahí donde se dan gran parte de las violencias de las que son víctimas la infancia y la adolescencia: la violencia machista y patriarcal, la angustia y la tensión generada por el paro, la precariedad, el desahucio y las carencias de todo tipo.

A estas violencias sociales y escolares les acompañan también las que se viven desde la familia sobre las expectativas que se crean sobre los hijos e hijas para que se preparen bien para competir y triunfar. No es suficiente ser buenos y competentes, ahora hay que ser excelentes y los mejores.

Estas violencia escolares son un gran desafío para todas las personas que se toman en serio la construcción de una convivencia positiva en el seno de la sociedad y de la escuela. Es necesario seguir analizando las violencias sociales invisibilizadas que llegan a la escuela y ella hace suyas. La consecuencia es que van imponiendo formas de vida sometidas, traumatizadas y doloridas por estas formas de violencia, que se sitúan en el interior de la persona por la presión exterior.

La respuesta de la escuela se está dando ya en positivo en muchas comunidades educativas de convivencia positiva, que comienzan a tener en cuenta estas violencias invisibles y silenciadas, y a tratarlas en un nuevo marco convivencial. Es necesario seguir construyendo una nueva cultura escolar desde la convivencia positiva y pacífica, el respeto profundo a los demás como parte de mí mismo, la acogida, la atención y el cuidado mutuo, capaz de promover nuevas formas de ser, de vivir y convivir.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/01/15/las-violencias-invisibles-la-escuela/

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Los maestros están ante una oportunidad histórica

Por: Pluma Invitada

En la antevíspera de que las 12 campanadas pregonaran “el ‘requiescat’ por el año que ha pasado a formar entre los muertos”, un par de atronadores tuits agitó el avispero político, que seguía zumbando todavía al despuntar 2018. Sin duda el bullicio se mantendrá aún por un rato.

Más que trinos fueron truenos y relámpagos los que salieron de la cuenta de Otto Granados Roldán, Secretario de Educación, con un destinatario muy evidente aunque no mencionado por su nombre. Abundaron reacciones en favor y en contra; algunas al punto de la lambisconería, en el primer caso; en los límites del ridículo, en el segundo. Hubo hasta algún funcionario educativo, paisano de Otto, que osciló entre ambos extremos en sendos tuits. En no pocas ocasiones el insulto desplazó los argumentos.

Desde felicitaciones hasta consejos, “regaños” y exigencias de que pida disculpas cosechó el Secretario, en no pocos medios pero sobre todo en las redes sociales. De hecho, uno de los tuits acumula más de un millar de respuestas, otro tanto de favs o likes, y ha sido retuiteado casi 700 veces. No es el punto citar aquí el contenido de los mensajes y hacer un recuento de los comentarios, pues han tenido abundante difusión.

En Milenio, del que ha sido colaborador frecuente, Granados Roldán había publicado un día antes el artículo “Defender la reforma educativa, una máxima prioridad”. El título sintetiza puntualmente el tema del texto, que, además de reflexiones, despertó algún comentario puntilloso en virtud de la fecha de publicación: 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes.

En tanto, al comenzar el 29 de diciembre pasado, el pretensor próximo titular de la SEP, Esteban Moctezuma Barragán, publicó en El Universal online (supongo que también en la versión impresa) un artículo denominado “Maestro: el gran aliado”, en el cual en largos trazos plantea el programa de educación que se aplicaría en un eventual triunfo de López Obrador.

Por la mañana del mismo 29, Aurelio Nuño, coordinador de la campaña priista del no priista Meade, declaró a Radio Fórmula que López Obrador “no está en sus cabales” sino “francamente desequilibrado” por considerar dialogar con criminales y por “cancelar la posibilidad de un futuro exitoso con una educación de calidad para los niños y jóvenes” al pretender eliminar la RE.

No es la primera vez (y seguramente no será la última) que Nuño se expresa de esa manera. Quizá por eso sus descalificaciones no provocaron reacciones en cadena como sí lo hicieron los tuits del exgobernador de Aguascalientes, quien también apareció ese día en un medio de su estado natal, en una entrevista (quizá grabada) en la que ponderó avances y ventajas de la Reforma Educativa.

Así que en unas horas hubo más pirotecnia, más cohetones que en la noche de San Silvestre.

Con todo ello quedó confirmado que el asunto es crucial por ser la educativa “las más importante y la de mayor calado de todas las reformas” de la actual administración, según lo expresado por el propio Presidente, por Otto Granados y por Nuño en distintas oportunidades. Ello independientemente de que, per se, el tema educativo es fundamental para cualquier nación.

En ese contexto, los trabajadores de la educación tienen un papel de alta relevancia.  Seguro no incurriremos en hipérbole si decimos que serán el fiel de la balanza en las inminentes elecciones, aunque no necesaria y precisamente como grupo compacto y unitario, monolítico como antaño, sino como segmento profesional.

Ya en una colaboración anterior planteamos, para subrayar la importancia de la tarea docente en el desarrollo del país, que es ineludible que los docentes hagamos un análisis sobre el desempeño profesional integral, más allá de la impartición de contenidos.

Considero pertinente insistir al respecto, por que me parece que nunca como ahora los maestros tienen en sus manos el rumbo de la nación. Y no es retórica ni hay metáfora en esta aseveración. De ellos y su decisión depende en gran medida el rumbo del país entero; modificarlo o mantenerlo, creando a corto plazo las condiciones necesarias para, parafraseando a Freire, incidir de mejor manera en las personas que van a cambiar el mundo.

Y es que tan sólo en lo que corresponde al sector oficial y a la educación básica, el SNTE, según sus propios números dados a conocer el 15 de mayo anterior, tiene una membresía de un millón 619 mil 990 agremiados. Datos del INEE cifran en un millón 50 mil 540 el número de docentes. Hay que añadir los maestros de educación media superior, e incluso superior, así como trabajadores administrativos y de apoyo.

Por ahora ni los propios candidatos (perdón, precandidatos) tienen bien definido un proyecto global, en virtud de la limitación consecuencia de las alianzas y de la “ciudadanía” del aspirante priista. No sabemos con claridad si se izquierdizará el PAN o se derecharizará el PRD; lo evidente es que Meade representa el continuismo.

Pero pese a estar entre los extremos del espectro político, suponiendo que todavía hubiera respeto a las ideologías, la coalición que impulsa a López Obrador empieza a dar color. El candidato (dejemos la farsa de los prefijos) ha dicho una y otra vez que, como los jardineros en el béisbol, la Reforma Educativa “va pa atrás”, una promesa que justo le ha granjeado los señalamientos de estar afectado de sus facultades mentales.

La calidad, cómo no, es el objetivo primordial de la propuesta lopezobradorista. Según se puede colegir del escrito de Moctezuma, el proyecto tendría como elemento clave a los docentes, su capacitación y revaloración. Pero también su evaluación.

El siguiente párrafo resume el artículo y de alguna forma el proyecto que dio a conocer el que fuera secretario de Gobernación con Zedillo: “Llegó el momento de la calidad, de lograr acceso total digital, de impulsar el aprendizaje de idiomas, en especial el inglés, de una capacitación pertinente de los maestros y de una evaluación acorde. De educar en artes, destacando la música orquestal y de apasionar a los estudiantes en ciencia y tecnología a través de la robótica”.

Cierto que en el actual proceso —como no se dio en otros—, los principios, ideologías y propuestas partidistas se han diluido; las alianzas no son capirotada sino son un amasijo, un mazacote. Más ahora que en oportunidades anteriores, lo que se busca vender es al candidato: que si sabe hablar francés, que si nunca le han comprobado actos de corrupción personales, que si es puro ciudadano…

Así que los maestros, y en general los trabajadores de la educación, están frente a un reto histórico; deberán estar muy atentos para decidir a quién darle su confianza, su apoyo, su voto. Si los maestros son —como deben ser—, líderes sociales, miembros de una familia, está claro que esos cientos de miles de votos que en lo individual representan, se multiplicarán en virtud de su influencia y trabajo, y podrán inclinar la balanza.

De ese tamaño es la fuerza, y sobre todo la responsabilidad.

Recuérdese que “hagia sido como haiga” sido, la “diferiencia” oficial en 2006 fue de 243,934 votos entre Calderón y López Obrador, con porcentajes de 35.91 y 35.29 sobre la votación total. (En un lejano tercer lugar, con 22.03, quedó el priista Roberto Madrazo, quien se agandalló la candidatura, igual que ahora Anaya).

Ojalá que los tuitazos del titular de la SEP tengan consecuencias, y la sacudida que provocaron haga que cada maestro cobre conciencia de las circunstancias actuales y de su valor personal; que valore; que deje el activismo de sofá; que evalúe las propuestas y actúe en conciencia y consecuencia. Esperemos que así lo consideren entre sus propósitos de año nuevo.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/los-maestros-estan-ante-una-oportunidad-historica/

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De regreso ¿o de retroceso? a la escuela.

Por: Paulo Alvarado.

La publicación del acuerdo 3853-2017 por el Ministerio de Educación, justo a principios de este año, ha causado un revuelo significativo entre docentes, artistas y muchísimas otras personas vinculadas con la música guatemalteca, que han reaccionado con asombro, con incredulidad, con indignación. No es para menos. Producto de una redacción poco afortunada, este documento con validez legal para toda la República de Guatemala hace invisibles los cursos de Formación Musical y de Artes Plásticas en el nivel de Estudios Básicos. Los acuerdos previos —el 178-2009 es el más reciente— no precisamente constituyen dechados de planificación curricular, ni en forma ni en fondo; pero, cuando menos, dejaban a la vista la atribución de algunos períodos semanales de clases dedicadas específicamente a esas dos asignaturas.

Como consecuencia, se logró que las autoridades viceministeriales respondieran con una celeridad inusual a la solicitud del

Foro Latinoamericano de Educación Musical-Sección Guatemala (Fladem), a la que se sumaron numerosos representantes de otras instituciones, con el fin de programar reuniones inmediatas y con carácter de urgencia, para hacer el planteamiento de modificaciones imprescindibles al acuerdo. De estas reuniones se ha obtenido, hasta este momento, el ofrecimiento de la aceptación de las enmiendas primordiales que se proponen y una nueva junta. Aún es necesario que se comprenda y se reconozca que los docentes de artes musicales y visuales deben figurar propiamente en los certificados de aprobación de los alumnos. De hecho, una de las primeras medidas, irreflexivas y facilistas, que tomaron diversos centros educativos privados —como era de esperarse— fue el despido de sus maestros de música. Todo esto ya ha sido divulgado ampliamente en medios y redes sociales durante la pasada semana.

Lo que no es tan del conocimiento general es que –contrario a lo que podría parecer– el Mineduc convocó a diversos especialistas en el 2017 para efectuar un estudio que debía ser parte de la así llamada Reforma Educativa, con un plan piloto y una evaluación a lo largo del 2018. Las conclusiones se entregaron el 15 de diciembre, pero el acuerdo no las refleja. La defensa del Ministerio es una —discutible— optimización de recursos con miras a “mejorar” la calidad de la educación. Lamentablemente, desde anteriores administraciones, con pocas excepciones se ha mantenido la tendencia a disminuir la ya minusvalorada educación musical, en abierta y ridícula contradicción con la realidad de una sociedad que demanda más música y más educación artística. Las evidencias –que no meras opiniones o conjeturas– muestran lo absurdo de semejante propensión: cada vez hay más jóvenes que buscan aprender y desarrollar habilidades musicales, florecen escuelas y academias de música, el capital humano dedicado a la pedagogía musical es mayor que el de cualquier otro arte en el país, emergen más industrias relacionadas con el arte guatemalteco, cada año es notable la cantidad de agrupaciones que surgen… Éstas no son simples especulaciones.

Es que, por último, no son los políticos corruptos, los burócratas incompetentes, los empresarios egoístas, ni el crimen organizado, ni los propagandistas místicos, ni los aprovechados de ocasión, quienes sacan ni han sacado la cara por Guatemala. Son los artistas, los creadores, los pensadores, quienes verdaderamente le dan razón de ser a este país. Vamos, pues, de regreso a clases; pero no en retroceso, sino con la mira puesta en lo más valioso que tiene esta nación, sin mezquindad, sin insensatez. Esperamos que ahora se dé un paso firme, hacia el futuro.

Fuente: http://www.prensalibre.com/opinion/opinion/de-regreso-o-de-retroceso-a-la-escuela

Imagen: http://santillanausa.com/punto-de-encuentro/wp-content/uploads/2016/08/HiRes-1024×676.jpg

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Edu Trends | Realidad Aumentada y Realidad Virtual

 Por Observatorio ITESM

Los conceptos de Realidad Aumentada (RA) yRealidad Virtual (RV) están siendo utilizados cada vez más en el campo de la educación. Aunque la implementación de estas tendencias es muy reciente dentro del sistema educativo, se ha comprobado losefectos positivos en el aprendizaje.

Sin embargo, estamos en una etapa aún exploratoria y son más las dudas que las certezas. ¿Cómo se están aplicando la RA y la RV en la educación? ¿Qué implicacionestienen estos recursos en la manera en que un profesor enseña? ¿Qué impacto tienen en el aprendizaje y cómo evaluarlo? ¿Qué desafíos enfrentan para volverse recursos fundamentales en la educación? Responder con sencillez a estas interrogantes es el propósito de este Edu Trends.

En esta edición podrás encontrar:

  • Una introducción a los conceptos Realidad Aumentada (RA) y Realidad Virtual (RV).
  • Un recorrido sobre el abanico de posibilidades que ofrecen las tecnologías inmersivas.
  • Principios pedagógicos de la RA y RV.
  • Rol del profesor.
  • Nuevas tendencias.
  • Y más…
Fuente: https://observatorio.itesm.mx/edu-trends-realidad-virtual-y-realidad-aumentada
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