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Las ventajas de unificar Infantil, Primaria y Secundaria

Por: Jaume Carbonell

El Instituto Escuela favorece en la enseñanza pública la integración de estos tres niveles. Ahora bien, también exige un cambio de mirada, una mayor comunicación y un firme compromiso del profesorado y de otros agentes educativos.

La enseñanza unificada, aquella que permite la continuidad e integración de estas tres etapas, es una vieja aspiración que ya fue planteada por la ILE (Institución Libre de Enseñanza) y que se plasmó en el modelo de Instituto Escuela de la II República. En Catalunya, en los últimos tiempos se han creado varios centros de este tipo. Habitualmente, abarca al menos la enseñanza obligatoria (6-16), aunque también puede anticiparse por abajo (3-6) o prolongarse por arriba, con la inclusión del Bachillerato y la Formació Profesional. El Instituto Escuela, dentro del marco de la escuela pública, no sólo articula niveles sino también proyectos, culturas, dinámicas e itinerarios personales y proyectos de vida. Sus potencialidades se sitúan en tres ámbitos estrechamente interrelacionados: el alumnado, el proyecto educativo de centro y el profesorado.

1) Alumnado. La infancia y la adolescencia constituyen una unidad en desarrollo que el sistema educativo trata de fraccionar, dividir, clasificar y aislar en niveles, evitando el contacto y la mezcla que tantos beneficios educativos reporta. Disponer del alumnado durante un período largo de tiempo facilita enormemente su conocimiento, su acompañamiento y orientación académica, personal y profesional -dentro y fuera del centro- y la coordinación entre las diversas intervenciones docentes. Por otro lado, se puede ajustar mucho mejor la enseñanza personalizada, las adaptaciones curriculares y los ritmos de aprendizaje, con procesos más flexibles que permiten que, en algunos momentos, el alumnado de un curso pueda compartir algunas materias, contenidos o estrategias con los de otro curso. Es decir, logra no sólo activar el necesario aprendizaje entre iguales sino también los momentos de aprendizaje compartidos entre mayores y pequeños. La investigación y la experiencia muestra hasta qué punto este tipo de agrupaciones o emparejamientos más o menos ocasionales estimula la motivación, la responsabilidad y el aprovechamiento mutuo.

2) Proyecto educativo de centro. Es una oportunidad para pensar la educación en toda su globalidad, en el desarrollo pleno de una infancia que transita desde la primera infancia hasta la plena adolescencia y en la progresiva adquisición de la cultura considerada básica. Esta oportunidad permite romper -o cuanto menos suavizar- los cambios tan bruscos y no resueltos que se producen entre los distintos niveles: entre Infantil y Primaria y, sobre todo, entre esta etapa y la Secundaria. Asimismo se abren más posibilidades para conducir itinerarios académicos y proyectos de vida de la infancia y adolescencia que precisan no sólo de la habitual oferta curricular sino también de la oferta extraescolar -las llamadas actividades complementarias, las manifestaciones culturales y artísticas del territorio, el aprendizaje servicio,…-. Una oferta cada vez más amplia, rica y necesaria para disfrutar del derecho a la educación, y no meramente al derecho más restringido de la escolarización. En este sentido, este tipo de centros pueden adquirir compromisos más sólidos, variados  y permanentes con los diversos agentes y redes sociales del territorio, en el marco de la ansiada ciudad educadora.

3) Profesorado. Es bien sabido que las condiciones salariales y de trabajo, la formación recibida, los roles y la cultura profesional son bien distintas entre los docentes de los distintas etapas educativas, fruto del consabido fraccionamiento y parcelación del sistema educativo. Por ello el Instituto Escuela, en la medida que se constituye un único claustro y equipo docente, es otra ventana de oportunidad para dar coherencia a los dos puntos anteriores. Asimismo, es una fórmula para avanzar hacia el cuerpo único docente -o unificación del reconocimiento por igual de todo maestro o maestra-. Giner de los Ríos lo expresaba de forma muy diáfana: tanta ciencia y reconocimiento merece quien enseña en la universidad como quien lo hace en el parvulario. Este trabajo en común permite un conocimiento más cercano y profundo de lo que se hace en cada nivel y, en consecuencia, poder incorporar estrategias o metodologías de otras etapas inferiores o superiores. ¿Por qué, por ejemplo, algunas de las actividades que se dan en Infantil no podrían igualmente aplicarse a Primaria o a Secundaria, o viceversa?

Los Instituto Escuela, en definitiva, constituyen un modelo que integra la más amplia diversidad de alumnado y profesorado en un proyecto común. Que abre puertas a trabajar de otra manera más colaborativa; a adaptar y a flexibilizar el currículo, los tiempos y los espacios educativos; y a tejer nuevas complicidades individuales y colectivas dentro del centro y del territorio. Ahora bien, también exige un cambio de mirada, una mayor comunicación y un firme compromiso del profesorado y de otros agentes educativos.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/pedagogiasxxi/2018/01/10/las-ventajas-unificar-infantil-primaria-secundaria/

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Dificultades para aprender (bien) historia

Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz

El aprendizaje efectivo de la Historia se ve amenazado por diversos factores, entre los que destacan la amplitud de los periodos históricos de estudio, el poco tiempo de enseñanza para la materia y la simplificación de  los momentos simbólicos más importantes. Lo anterior ha provocado que la Historia no cumpla con buena parte de sus fines, tales como la formación de individuos capaces de analizar fenómenos sociales y poseedores de una memoria colectiva sólida. Si bien el libro de texto gratuito no es la única herramienta de la que dispone el docente para el desarrollo de sus clases, es un recurso por demás relevante al representar la base mínima sobre la que construyen los conocimientos que se abordan en esta asignatura. Ante esto, vale la pena hacer un análisis del libro de Historia de quinto grado de educación primaria, en particular,  pues se ven reflejados los factores enunciados al inicio de este párrafo.

La amplitud de los periodos históricos que se estudian hace que éstos sean revisados apenas de manera superficial. Así, por ejemplo, en quinto grado de primaria, los estudiantes abordan temas que abarcan desde inicios del siglo XIX hasta la primera década del siglo XXI. Es tal la extensión del periodo que se estudia, que en el libro de texto la explicación de la Decena Trágica apenas abarca, literalmente, dos renglones. La situación anterior también propicia que se proporcione a los estudiantes piezas pequeñísimas de un rompecabezas que difícilmente pueden armar: por ejemplo, el complejo periodo de lucha entre las diferentes facciones revolucionarias, a la muerte de Madero, es explicada en apenas una página y media; la expropiación petrolera, por otra parte, es abordada en sólo media cuartilla. De este modo, aunque el enfoque de la asignatura sugiere la eliminación de prácticas relacionadas con la memorización de personajes, batallas o fechas, la gran extensión de los periodos estudiados hace imposible el cumplimiento de este precepto.

Otro de los obstáculos para el aprendizaje efectivo de la Historia es el tiempo. Con la publicación del Nuevo Modelo Educativo, el cual entrará en vigor en 2018, se confirma la tendencia de debilitamiento de la asignatura de Historia, lo cual se puede apreciar, de manera concreta, en el tiempo destinado a la materia: desde primer grado de primaria hasta tercer grado de secundaria, los alumnos recibirán en promedio 1.7 clases (de 50 minutos) de Historia a la semana, en contraste con las 2.6 clases de Inglés. Así pues, es para el gobierno más importante dominar una segunda lengua, que conocer las raíces históricas y los procesos sociales de los cuales se provienen. Situaciones como las anteriores dan fe del aminoramiento de los componentes sociales y de identidad nacional que conforman los planes y programas de estudio, en aras del fortalecimiento de cuestiones técnicas orientadas a la actividad económica. Aunado a que se abordan periodos históricos extensos, se deben estudiar en poco tiempo.

Prats y Santacana (citados por SEP, 2011) aseveran que una de las funciones elementales de la asignatura de Historia es la preservación de la memoria histórica, es decir, mantener vivos determinados recuerdos de episodios significativos para un pueblo. Lo anterior se ve obstaculizado cuando diversos hechos con una gran carga simbólica en la conciencia colectiva son simplificados o hasta eliminados. Llama la atención, por ejemplo, que en el libro de Historia de quinto grado de primaria, al tocar el tema del movimiento estudiantil de 1968, haya sido borrada la manera brutal en que fue reprimida la manifestación del 2 de octubre en Tlatelolco, tratando de quitar así de la memoria popular el carácter represor de la que fue víctima el pueblo por parte del gobierno. Asimismo, como ya se mencionó anteriormente, el tema de la expropiación petrolera es simplificado, de modo que lo sucedido el 18 de marzo de 1938, pareciera el resultado simplemente de un conflicto laboral común, sin un trasfondo de prácticas explotadoras y de despojo de la riqueza natural de los mexicanos por parte de las empresas trasnacionales. Pudiera decirse entonces, de manera figurada, que estos hechos de gran trascendencia en la conciencia colectiva son deliberadamente “descafeinados”, diluyendo su valor y significado y, por consiguiente, evitar analogías con la realidad actual.

La asignatura de Historia es quizá el espacio curricular más importante y poderoso para formar una conciencia nacional. Tal vez éste sea el motivo por el cual, deliberadamente, su enseñanza tenga tantos vicios que corregir. Resulta una materia riesgosa para los grupos del poder, puesto que otorga a sus estudiantes habilidades para analizar críticamente la realidad: “posibilita la exposición de las claves del funcionamiento social en el pasado. Es por lo tanto, un inmejorable laboratorio de análisis social” (Prats y Santacana, citados por SEP, 2011, p. 28). Seguramente, para los grupos dominantes, no es conveniente formar individuos que sean capaces de descifrar los mecanismos con los que funciona el aparato social y sensibles ante prácticas opresoras. Quizá esa sea la razón para entender su debilitamiento: permitiría a los millones de mexicanos que asisten a las aulas forjarse una conciencia histórica y social que les permita unirse (en torno a un pasado histórico) y analizar de manera crítica la realidad actual.

Lo dicho en el párrafo anterior coincide con los ideales del pedagogo brasileño Paulo Freire (1970), quien en su obra cumbre, Pedagogía del oprimido, advierte sobre los riesgos de la prescripción, término que utiliza para definir la acción mediante la cual, de manera intencionada, la clase opresora “aloja” su conciencia en la clase oprimida para, de este modo, manipular su comportamiento y evitar el conflicto. De este modo, la conciencia de las clases más desfavorecidas se rige bajo pautas ajenas a ellas y se propicia que las masas populares se involucren críticamente en la realidad.  Así pues, el hecho de presentar el pasado histórico como una serie de acumulación de hechos simples, que difícilmente se les puede encontrar relación y significado, hace que se transmita la idea de la realidad como una situación inmodificable que existe per se.

Así pues, la asignatura de Historia debe sufrir cambios importantes para su enseñanza efectiva. En primer término, se debe reducir la carga temática de la misma, disminuyendo los periodos históricos que se abordan, en aras de profundizar su estudio y no dejar a los estudiantes únicamente los datos básicos de los mismos, que pierden relevancia y son olvidados fácilmente. Se debe, además, incrementar el tiempo de enseñanza: si se exige a los docentes eliminar prácticas como la memorización de nombres, fechas y  batallas, pasando a aprendizajes más complejos como la identificación de causas y consecuencias en fenómenos sociales, correspondería por lógica una mayor carga horaria. Finalmente, para recuperar el carácter formativo de identidad de la Historia, se requiere reforzar la enseñanza de momentos significativos, profundizando no sólo en los hechos o personajes concretos, sino en la carga simbólica de los mismos.

Twitter: @proferoger85

REFERENCIAS

FREIRE, Paulo. Pedagogía del oprimido. México: Siglo XXI, 2005.

PRATS, Joaquín. Enseñar Historia: notas para una didáctica innovadora. Mérida: Junta de Extremadura, 2001.

SEP. Aprendizajes clave para la educación integral. Plan y programas de estudio para la educación obligatoria. México: autor, 2017.

SEP. Enseñanza y aprendizaje de la Historia en Educación Básica. México: autor, 2011.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/dificultades-para-aprender-bien-historia/

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Cómo entendemos la autonomía en educación infantil

Por: Alicia Halperin 

Tendríamos que bajarnos de la veloz carrera de la adquisición de habilidades para atender a procesos que van de dentro afuera y crear situaciones tranquilas donde cada niña, cada niño, pueda expresarse y relacionarse de acuerdo a sus posibilidades, necesidades y deseos.

Ver comer a nuestros niños y niñas sin nuestra ayuda, comprobar que han aprendido a lavarse la cara, admirar cómo se visten… son algunas de las cosas que nos encantan y hacen sentir orgullo a quienes nos dedicamos a educar, seamos padres, madres o educadores profesionales. En este caso, la adquisición de autonomía es siempre un objetivo central de nuestras programaciones.

Sin embargo, hay un riesgo que corremos con frecuencia: admiramos la autonomía física, más fácilmente visible, pensando a veces que tenemos casi todo conseguido, y dejamos en segundo plano aspectos relacionados con lo afectivo, con el pensamiento y con lo ético, menos evidentes pero no menos importantes.Cabría preguntarse: ¿estamos logrando que las criaturas elijan de acuerdo a sus gustos, que tomen decisiones de acuerdo a aspectos válidos o convenientes desde sus necesidades, que se sientan cómodas con quien comparten su día a día?

A veces nos cuesta librarnos de la herencia del “dile a tu compañera que no le vas a pegar más”, “¿a que lo tú quieres es…?” o “no toques eso que es caca”… Situaciones en las que nos adueñamos del saber, intentando que los niños y las niñas tomen nuestras ideas como verdades y evitando que hagan el camino de llegar a sus propias conclusiones.

Si queremos atender a estas cuestiones, necesitamos cambiar nuestro foco de atención en las aulas. Tendríamos que bajarnos de la veloz carrera de la adquisición de habilidades, muchas veces poco significativas, para atender a procesos que van de dentro hacia afuera y crear situaciones tranquilas donde cada niña, cada niño, pueda expresarse y relacionarse de acuerdo a sus posibilidades, necesidades y deseos. Aunque en principio no resulte muy fácil, tenemos maneras de hacerlo.

Organizar el aula en rincones de actividad y permitir el funcionamiento en agrupaciones que se van constituyendo según el momento y la necesidad, en lugar de formar grupos fijos predeterminados por las personas adultas, permite que se pregunten ¿con quién quiero jugar y a qué?, y cambiar de actividad si ya no están a gusto. Poner a los niños y niñas en situación de pensar en estas cosas ayuda a que sean conscientes de lo que les pasa y desean, para que puedan tomar sus decisiones. Dando importancia a la expresión de cada cual, respetamos y valoramos, creando una base de seguridad y autoconfianza.

En la asamblea con el grupo, podemos pedir opiniones sobre todos los acontecimientos que transcurren en la clase, desde los temas que les interesan para desarrollar proyectos de aula, pasando por buscar soluciones a conflictos, a entender situaciones de aprendizaje o cotidianas, dando lugar a que todo el mundo exprese sus sentimientos.

Para aprender a formarse criterios propios hace falta detenerse a observar los acontecimientos y, a medida que la edad lo posibilita, reflexionar sobre las situaciones, sobre lo que piensa cada cual. También hablar del porqué de los conflictos, de las cosas que nos gustan y de las que no, de las reacciones propias, de las situaciones inesperadas, contando con la opinión de quienes se expresan con gestos, miradas, cambios de tono y postura o palabras.

Compartir las cosas vividas, permite apropiarse de ellas y, poco a poco, ir haciendo una recreación mental de los hechos, reconocer, reflexionar. Es nuestra tarea fomentar estos procesos de intercambio y aprendizaje con los demás.

Las criaturas aprenden de sus aciertos y sus errores, de la observación de sus pares y de las personas adultas cercanas. Aceptando los errores como parte del proceso de aprendizaje y no como un aspecto negativo o del que haya que avergonzarse, les demostramos nuestra confianza aunque tengan dificultades, como una forma de afianzar su propia seguridad.

Necesitamos crear ambientes seguros y ricos en estímulos para que desde bebés puedan moverse, explorar y controlar su cuerpo y el espacio, sin temor a que se hagan daño, sin que tengan que recurrir a nosotras permanentemente. También que los materiales y todo lo que necesiten esté a su alcance para obtenerlos y para guardarlos. Si participan en la organización de la clase, el resultado será asumible como propio y estaremos facilitando que se muevan autónomamente en un medio reconocido y acogedor.

Si nos libramos de las prisas por ver las tareas finalizadas evitaremos resolverles nosotros las cosas que pueden hacer autónomamente. Para ello hace falta permitir la observación e investigación, sin interrumpir, respetando pausas y silencios y haciendo propuestas que puedan realizar en función de sus posibilidades. Preparar ambientes y elementos de juego en las clases, en los momentos de comida o situaciones cotidianas son tareas que asumen progresivamente.

Para que alguien piense y actúe por sí mismo, necesitará conocer un marco de criterios razonables en el que moverse. Crear en conjunto las normas de convivencia en la clase y en la escuela, invita a reflexionar y hacerse cargo del lugar propio y del lugar común, a saber cómo comportarse y qué es lo que no conviene hacer en la vida con los demás.

Poder llevar un juguete de casa o una foto familiar, y tenerlos accesibles para tocarlos en un momento de “echar de menos”, también les da la certeza de que pueden hacer algo por tranquilizarse, lo que permite descubrir la posibilidad de autorregularse.

Partimos del reconocimiento que las personas, desde bebés son seres potentes, capaces, con posibilidades de desarrollarse en la medida en que encuentran apoyo y estímulo en las personas adultas que son su referencia y en el medio del que son parte. Solo dedicando tiempo a escuchar a cada niña y niño de la clase y a incentivar que se expresen en todos los sentidos, valorándoles individualmente, lograremos que sientan seguridad, y aportaremos a que construyan su autonomía.

Puede ser que atender a todos estos procesos implique dedicarles mucho tiempo de clase, pero ¿no es de las cosas más importantes que tenemos para hacer en la escuela en el conjunto de la etapa de infantil?

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/01/08/entendemos-la-autonomia-educacion-infantil/

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El error como herramienta de enseñanza y aprendizaje

10 de enero de 2017 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Por: Mario de Jesús González

El error es usualmente considerado como algo malo, algo que denota la ineptitud de parte de los alumnos, haciendo que, el hecho de equivocarse sea visto por éstos como un tabú. El error es fundamental para que los niños puedan aprender, ya que se les puede “enseñar” que existen algunas acciones o situaciones impredecibles, de las cuales nadie está exento de que ocurran. Por ello, hoy se hace perentorio cambiar este paradigma, hacia la necesidad de considerar el error como la puerta del aprendizaje.

Giordan, (1985). En el interés didáctico de los errores de los estudiantes, sostiene que el problema del error, se vincula al problema de la verdad y de la fuente última del conocimiento. Doctrina propuesta por Sócrates, según la cual el hombre puede errar individual y colectivamente; pero debe aspirar a la verdad objetiva examinando sus errores mediante la autocrítica y la crítica racional

En este mismo sentido, Jean Pierre Astolfi, (2000) afirma que “solo dejan de equivocarse los que no hacen nada”. La vida diaria de los seres humanos está llena de errores. Toda persona comete errores, es decir, se equivoca al no hacer lo correcto en las diferentes actividades que realiza. Suele pasar la mayoría de las veces sin darse cuenta de que es un error, por lo que se sigue haciendo hasta que llegan las consecuencias. Sin embargo cada error tiene un aprendizaje.

La visión que se da al error en las instituciones educativas cambia por completo. Cuántas veces se hace del error una fuente de angustia, de estrés y hasta de violencia. En cuántas ocasiones se pregunta, o se pasa a un alumno al tablero, y con el simple tono de voz que se utiliza, causa situaciones en los estudiantes que se podrían traducir en un olvido de la respuesta, causado por el temor que se infunde o el miedo a cometer errores. Además, como existe ésa contienda permanente que pretende que cada grupo sea el número uno, el que mejor se desempeña, el que sería el reflejo de lo que se espera del mundo ideal; perfecto para el maestro, entonces, no se consiente la idea de caer en el error.

Es oportuno considerar, el hecho que el alumno se equivoque y que tenga consciencia de ello, porque esto sirve como punto de partida para enfocar el rumbo del proceso escolar. Es más importante enseñar a conciencia, para saber qué aprenden los estudiantes. Además, es tiempo de acabar con el síndrome del marcador rojo, utilizado para resaltar lo malo, por la rotulación que produce en los estudiantes, mucho menos que reciten lo que aprenden, sabiendo que se puede aprender del error, de la misma manera en que la práctica hace al maestro. Pues nadie es perfecto. Así que es tiempo de dejar de lado la idea de que los errores en el proceso de enseñanza y aprendizaje son uno de los mayores problemas que afronta la educación, ya que se puede hacer del error una nueva manera de acceder al conocimiento.

Neus Sanmartí, (2000) en El error en el proceso de enseñanza, sugiere estimular la expresión del error mediante un clima de aula no amenazador, donde no exista ese sumergimiento al fallo, que toda cultura castiga por haberlo cometido. A cambio, exhorta a brindar la oportunidad a quien aprende, para que pueda participar con libertad, donde sienta que sus ideas son escuchadas, donde pueda desarrollar capacidades, que propendan por la superación de estos obstáculos.

Así queda un gran desafío para la academia escolar en cuanto a metodología y didáctica se refiere, para utilizar el error que cometen los estudiantes como materia prima del desarrollo del aprendizaje. Pero esto requiere una postura profesional del docente, que reflexione respecto a las prácticas y métodos que se utiliza en el aula, pues, de alguna manera inciden en el tipo de errores que cometen los estudiantes, por ello, se debe dar sentido al aprendizaje, marcando la diferencia entre lo que se aprende de manera significativa y entre una decepción escolar.

Fuente artículo: http://blog.tiching.com/error-herramienta-ensenanza-aprendizaje/

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Reflexiones: el sistema genético-educativo adolece

10 de enero de 2018 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org/

Por: Fernando Alvarado López

Los maestros le quedamos debiendo a Colombia una mayor instrucción en la enseñanza e interpretación de la Constitución Nacional. 

Hace algunos años fui encargado de la dirección de la sección primaria de una de las tantas instituciones educativas a través de las cuales le serví a mi patria durante cuarenta y tres años antes de conseguir la jubilación.

Al llegar a dicho colegio y en el ejercicio de mis funciones de acompañar los procesos de aprendizaje, encontré una sensible falla en la lectoescritura de una gran cantidad de los niños a mi cargo. Con mucha sorpresa y no con menos preocupación pensé que los niños de segundo en adelante no podrían continuar su aprendizaje en ninguna área escolar con esa grave insuficiencia, así que, después de algunas cavilaciones, reuní al equipo de docentes y los sorprendí con esta, -más que una propuesta o recomendación-, una orden: “A partir de la fecha, todos los docentes paran los programas académicos y se dedican a reforzar, a través de todas las áreas, la lectoescritura”.

Esto, lógicamente fue adobado con charlas y consejos de cómo hacerlo. Afortunadamente para mi gestión y para los niños, la receptividad del grupo de docentes fue inmejorable. Los profesores de aritmética multicopiaron acertijos que reforzaran la lógica matemática, los de sociales presentaron lecturas que ubicaran mejor geográficamente a los niños y la vez hicieron de la historia toda una página de literatura.

No faltaron las sorprendentes lecturas de ciencias que nos recordaron a Albert Einstein con su maravilloso consejo de no perder la capacidad de asombro y vinieron las versos de las canciones y de muchos poemas, y los niños terminaron descubriendo el maravilloso mundo de las letras, de tal manera que pasado un mes y cuando ya volvimos a retomar los rutinarios programas, los niños quería leer más y más. Tuve la fortuna de permanecer en esa institución los años necesarios para ver cómo esa generación alcanzó altos estándares en los resultados de las Pruebas Saber a lo largo del bachillerato y posteriormente en las aulas universitarias.

Hago un alto en esta reflexión para traer a colación alguna frase de Rudolph Atcon, el sociólogo norteamericano creador del Plan Básico, por allá en el año 1968, quien decía que la educación es el sistema genético de un pueblo y que sus resultados dependen de las mutaciones que se introduzcan a este sistema. Pues bien, aunque eran otras las intenciones de este plan con respecto a las políticas educativas para América Latina, el corolario de Atcon sigue vigente.

Hoy voy conduciendo mi automóvil por la autopista Norte de Bogotá y veo cómo una multiplicidad de ciclistas zigzaguea por entre este viaducto, imprudentemente arriesgando sus vidas pese a que a cada lado de la vía hay una cicloruta, bien demarcada y cuyo recorrido favorece la seguridad de los ciclousuarios.

Veo taxistas que constantemente se cambian de carril sin utilizar las luces direccionales y veo cientos de vendedores ambulantes o mejor, estacionarios que se tomaron todos los andenes especialmente alrededor de los puentes peatonales. Mejor dicho cada vez que salgo a la jungla de cemento debo sobrevivir al caos citadino. Y para mayor gravedad, me comentan amigos y familiares habitantes de otras urbes nacionales, que allí es igual o peor. Siendo este tan solo un ítem de la convivencia ciudadana, cómo será pensar en materia de seguridad, cuidado de lo público, respeto  a mujeres  embarazadas, niños y personas mayores. Válgame Dios.

Entonces es cuando cruzo y transpolo reflexiones para imaginarme un país que sea capaz de parar todos sus programas académicos tanto de primaria como de secundaria, las obras y fábricas, por lo menos una vez al día tal cual si fueran pausas activas y dedicarse por completo a revisar, corregir, implementar y enderezar todos los contenidos en materia de urbanidad o sea de la convivencia ciudadana en las urbes ya que la mayoría de infractores parecen pertenecer a poblaciones de desplazados o migrantes que buscan el sueño citadino. (Sin contar el desangre económico provocado por el latrocinio de cuello blanco). Esto pudiera ser una buena idea para el post-conflicto.

Los maestros le quedamos debiendo a Colombia una mayor instrucción en la enseñanza e interpretación de la Constitución Nacional. Un país que se cuida y se corrige, se señala y se denuncia a sí mismo es un país que vive e interpreta el verdadero sentido del Estado Social de Derecho. Nuestro sistema genético-educativo adolece de la falla de mirar fuerte y recio hacia el futuro y  en los actuales modelos solo podemos concluir que nuestros ciudadanos pasaron por el sistema educativo pero el sistema educativo nunca pasó por ellos.

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/blog/reflexiones-el-sistema-genetico-educativo-adolece

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5 beneficios de crear cursos online

10 de enero de 2018 / Fuente: http://pcnpost.com/

Por: Edith Gómez

La educación ha sido una carrera que muchas personas toman sin haber planeado dedicarse a ello en primer lugar, pero circunstancias como la necesidad de un trabajo estable hacen que muchas personas terminen dedicándose especialmente a enseñar, y muchas personas terminan además amando esta noble e importante labor.

Muchas de las personas quienes se dedican total o parcialmente a la educación son profesionales o personas con amplios conocimientos y habilidades en áreas del conocimiento en las que no es siempre fácil tener un ingreso fijo, por lo que la educación se convierte en una gran opción para generar ingresos.

Con los avances en el internet y la creciente facilidad para comunicarse y trabajar online, muchos profesionales o expertos en diversas áreas, como el deporte, las artes, las finanzas o la tecnología; han encontrado un excelente ingreso extra, o incluso un trabajo fijo creando y vendiendo cursos online, o como tutores personales por internet.

Beneficios por los que deberías considerar enseñar online:

  1. Puedes llegar a más personas

Es posible que ya te encuentres en el área de la educación parcial o exclusivamente, pero de una forma más tradicional, en un salón de clases o de forma presencial.

Sin embargo, el hecho de distribuir cursos, clases y/o lecciones por medio del internet puede cambiar por completo tu carrera, debido a que no tendrías barreras como el espacio físico o tu ubicación.

Existen muchas personas en diversos países que probablemente deseen adquirir conocimientos y habilidades en los que tu eres bueno/a o tienes experiencia, por lo que muchas personas estarían dispuestas a pagar por tus clases si enseñas lo que estas quieren aprender.

  1. Tu trabajo puede darse a conocer

Las ventajas que ofrece el internet para eliminar barreras como la ubicación, el espacio físico y el tiempo son maravillosas y evidentemente pueden ayudarnos a dar a conocer nuestra labor como educadores.

Sin embargo, también podría ayudarnos a dar a conocer nuestro trabajo y nuestras capacidades fuera del área de la educación, lo cual podría también ayudarnos a hacer una carrera en el área que nos gusta o en la que somos especialmente buenos.

Esto puede ocurrir en casos como el de tener amplios conocimientos en un área con el arte, donde no siempre resulta fácil darse a conocer, pero gracias a que eres un(a) educador(a) apreciada/o y has demostrado tus capacidades mediante tus cursos, algunos estudiantes podrían interesarse en tu trabajo en el área que enseñas, y empezar a crear un nombre.

  1. Podrías generar ingresos en otras monedas

Gracias a las facilidades de hacer llegar tu contenido a más personas alrededor del mundo, no solo tenemos la oportunidad de conseguir más estudiantes y por lo tanto más dinero, sino que podrías ganar dinero en otras monedas.

Puede darse el caso de que la moneda oficial de tu país no sea una moneda demasiado fuerte, y al distribuir cursosonline, probablemente el dólar será la principal moneda en la que recibirás pagos, y de acuerdo al país en el que vives, esto podría significar un ingreso mucho mayor.

Además, tus cursos no deben estar limitados a hablantes de tu idioma nativo. Si dominas un segundo o más idiomas, puedes hacer llegar tu curso a muchas más personas alrededor del mundo y ganar en monedas que posiblemente tengan mayor valor que la tuya. Incluso podrían pagarte en bitcoin u otras criptomonedas.

  1. Tendrás más tiempo para mejorar tus habilidades

Una de las mayores ventajas de vender cursos y dar clases online, es lo específicos que estos pueden ser, por lo que tienes más oportunidades de generar ingresos gracias a las cosas que más te gusta hacer, o en las que te consideras especialmente bueno o capaz.

Los estudiantes y personas que deciden tomar cursos online, probablemente toman la decisión de tomar tus cursos porque les brindas la oportunidad de aprender lo que quieren, pero también porque tienes los conocimientos suficientes para ofrecer una educación de calidad.

Por ello, esta resulta ser una grandiosa oportunidad para que tu principal fuente de ingresos, o tu fuente de ingresos secundarios, dependa de tus conocimientos y por lo tanto tengas una razón para nunca dejar de aprender, practicar y estar actualizada/o.

  1. Podrás tener más libertad

Otra de las grandiosas ventajas de generar ingresos por internet es que podríamos disfrutar de un poco más de libertad, no solo libertad económica si nuestro negocio tiene éxito, sino que tendremos un horario más adecuado a nuestros hábitos y preferencias, y probablemente trabajaremos desde casa.

Esto no significa que generar un ingreso estable por internet no requiera esfuerzo y dedicación, pues tienes que trabajar para crear contenido de calidad, actualizado y generar estrategias frescas para no quedarte atrás.

Sin embargo, las facilidades de no depender de un espacio físico y de probablemente no tener un horario fijo, podrían aliviar algunas preocupaciones como el transporte o el llegar a tiempo a tu oficina o salón de clases.

Dar clases por internet es una oportunidad maravillosa, y existen muchas plataformas y métodos para generar ingresos de esta forma, incluso podrías ganar dinero con contenido gratuito. Pero recuerda que debes ser paciente y dedicada/o, el dinero no llegará de la noche a la mañana, pero eventualmente empezarás a ver los frutos de tu trabajo.

Fuente artículo: http://pcnpost.com/edith-gomez-5-beneficios-de-crear-cursos-online/

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Habilidades sociales y emocionales: todos las aman, pero aún no se han podido caracterizar

10 de enero de 2018 / Fuente: https://compartirpalabramaestra.org

Por: Anya Kamenetz

Cada vez son más las personas del sector educativo que coinciden en la importancia de que las escuelas presten más atención a cosas que no sean del todo académicas.

Originalmente publiqué una historia sobre este tema hace dos años.

Como lo informé, había un montón de términos superpuestos en juego, desde el  «carácter» hasta «determinación» a «habilidades no cognitivas».

Esta apariencia me molestó, siendo parte del sector de la educación,  así como también afectó a investigadores y políticos. (Todavía lo hace).

En todo caso, la situación de los no académicos se ha vuelto aún más fuerte desde entonces. De hecho, ha sido consagrado en la ley federal. La ley Cada Estudiante Triunfa, exige que los estados midan por lo menos un indicador no académico del éxito escolar.

También hay nuevas investigaciones que indican que las intervenciones basadas en la escuela para promover las habilidades sociales y emocionales tienen impactos positivos a largo plazo: un promedio de $ 11 por cada dólar invertido, según un análisis de la Fundación Robert Wood Johnson (socio de National Public Radio).

Pero a pesar de todo el alboroto todavía no hay ¡no hay! consenso sobre cómo definir estos indicadores, ni siquiera sobre cómo llamarlos.

«Básicamente, estamos tratando de explicar el éxito de los estudiantes educativamente o en el mercado de trabajo con habilidades que no se miden directamente mediante pruebas estandarizadas», me dijo inicialmente Martin West, de Harvard Graduate School of Education.

«El problema es que vas a las reuniones y todo el mundo pasa las dos primeras horas quejándose y discutiendo sobre la semántica».

West estudia lo que él llama «habilidades no cognitivas», aunque no está completamente satisfecho con ese término.

Esto no es sólo una cuestión semántica, argumenta Laura Bornfreund en la New America Foundation. Escribió un artículo sobre lo que ella llamó «Habilidades para el éxito» porque no le gustaba ninguno de los otros términos.

«Hay un montón de términos diferentes flotando, pero también una falta de acuerdo sobre lo que realmente es más importante para los estudiantes.»

Como decía Noah Webster, el gran lexicógrafo y educador americano, en 1788: «las virtudes de los hombres son más importantes para la sociedad que sus habilidades, y por eso el corazón debe ser cultivado con más diligencia que la cabeza».

Sin embargo, tampoco se le ocurrió un buen término que los reuniera a todos.

Por lo tanto, en la tradición de Webster, a continuación presentamos un breve glosario de términos que se utilizan para hablar de esa «diligencia del corazón».

  • Habilidades del siglo XXI

Según la Asociación para el Aprendizaje del Siglo XXI (por sus siglas en inglés P21) , un grupo de investigación y defensa, estos incluyen las «4 ces de pensamiento crítico: colaboración, comunicación y creatividad», así como «habilidades de vida y carrera» e «información, medios y tecnología. «

El problema, dice West, es que «en todo caso, toda la evidencia sugeriría que en las últimas décadas de los siglos XX y XXI las habilidades cognitivas se hicieran más importantes que nunca». Así que este término, aunque se escucha a menudo en los círculos empresariales y tecnológicos, no significa necesariamente el cambio de enfoque que algunos investigadores quieren.

  • Carácter

La educación del carácter tiene una larga historia en los Estados Unidos, con una gran moda en la década de 1930 y un renacimiento en los años 1980 y 1990. La red  Knowledge is Power Program (por sus siglas en inglés KIPP)  de escuelas chárter (son un tipo de escuelas públicas de los estados unidos, financiadas con fondos públicos pero administradas de manera privada), por ejemplo, tienen un plan de estudios de siete «fortalezas de carácter»: determinación, entusiasmo, optimismo, autocontrol, gratitud, inteligencia social y curiosidad.

«No somos religiosos, no estamos hablando de ética, no vamos a dar ningún tipo de doctrina sobre lo que es correcto y lo incorrecto», dice Leyla Bravo-Willey de KIPP Infinity en Harlem. «Pero hay algunas cosas fundamentales que hacen que la gente se convierta en grandes ciudadanos,  por lo general incluye ser amable.»

West argumenta que el uso del «carácter» es inapropiado en la investigación y la formulación de políticas debido a sus connotaciones morales y religiosas.

Señala que muchas de las cualidades de la lista KIPP (determinación  y autocontrol),  por ejemplo, están diseñadas para preparar a los estudiantes para el éxito. «Existe tensión respecto a una comprensión tradicional del carácter, que a menudo implica algo que es bueno en sí mismo y que a menudo incluye alguna noción de auto sacrificio», dice West.

Esa distinción no molesta a Bravo-Willey, ella dice que la escuela está respondiendo a los deseos de los padres de que sus niños sean felices y buenos así como exitosos.

  • Determinación

La determinación es una virtud pionera con una larga historia americana, pensando en la clásica postura occidental de la verdadera determinación.  Cuando Angela Duckworth estaba trabajando en su tesis a mediados del año 2000, escogió el término para encapsular las medidas de autocontrol, persistencia y conciencia, que ella estaba descubriendo como poderosos determinantes del éxito. Rápidamente se dio cuenta (tal vez demasiado rápido, me dijo la psicóloga de la Universidad de Pensilvania).

«Estoy agradecida por la atención, pero la gratitud y el asombro fueron rápidamente reemplazados por la ansiedad de que la gente piensa que, ya habíamos calculado las cosas.» Le preocupada que se le dé demasiado énfasis a la  determinación; en un artículo de 2015, argumentó que las medidas de determinación no están listas para ser incorporadas a los sistemas de rendición de cuentas de alto riesgo. «También me preocupa que la gente interprete mi posición de que la determinación es la única que importa».

La determinación ha atraído mucha atención y, naturalmente, eso viene con la crítica.

En los últimos dos años, algunos investigadores han argumentado que los efectos de la determinación han sido exagerados. Otros han defendido por una mayor atención al contexto social de esta característica.  Un niño que crece en el regazo de lujo simplemente enfrenta menos obstáculos. «La determinación» puede ser vista como una manera de culpar a los niños que están luchando por el impacto de los barrios pobres o las escuelas con pocos recursos.

  • La dependencia

Anindya Kundu, estudiante de doctorado en la Universidad de Nueva York que cuenta  con Duckworth como mentor y con  Pedro Noguera como asesor, un eminente académico de la brecha de logros,  está investigando un concepto llamado dependencia. Es parecido a la determinación pero diferente.

«La dependencia es uno de los conceptos más antiguos de la sociología», dice. Básicamente, es «la cantidad de poder que una persona tiene de influir en su propia vida».

La dependencia trae en el contexto social, la desigualdad estructural y la diferencia cultural. Las personas que logran tener éxito a pesar de crecer en la pobreza, Anindya Kundu ha encontrado, guardan su propia salud mental y la felicidad, teniendo una visión optimista, aprende a cultivar relaciones, íntimas de confianza así como con los nuevos mentores y forman metas y se sienten insatisfechos hasta que llegan a ellas.

Kundu considera que su trabajo está  «en diálogo con» la investigación de la determinación, tomando las circunstancias sociales de la gente así como sus capacidades internas.

  • Mentalidad de Crecimiento

Carol Dweck, la psicóloga de la Universidad de Stanford, eligió el término «mentalidad» en 2007 para el título de su libro más vendido.

La «mentalidad de crecimiento» es la creencia de que los rasgos positivos, incluida la inteligencia, pueden desarrollarse con la práctica. La «mentalidad fija» se refiere a la idea de que la inteligencia y otros talentos se establecen al nacer.

«En mis trabajos de investigación, tunia un término muy, muy torpe para los sondeos científicos para determinar la mentalidad fija y la mentalidad de crecimiento», dice «cuando fui a escribir el libro pensé, estos no funcionará en lo absoluto.»

La mentalidad se ha desarrollado tremendamente sobre los mundos de negocios y educación. Pero la preocupación de Dweck es que se estén utilizando, se quiera o no, para justificar cualquier intuición antigua que la gente pueda tener sobre el pensamiento positivo en el aula.

«Cuando la gente comienza a pensar, ‘haré que los niños se sientan bien y aprendan’, así es como el movimiento de la autoestima gana la tracción». Esa tendencia de los años 80 condujo a muchos trofeos pero a poca mejora en los logros.

  • Resistencia

«Lo que se ha llamado aprendizaje social y emocional ahora se está expandiendo para ser pensado así: ¿cómo los niños se convierten en estudiantes?» ella dice. Los niños que luchan con el control de los impulsos o la atención, dice, muy a menudo han enfrentado la adversidad y el trauma.

Al mismo tiempo, los cerebros de los niños son especialmente moldeables, afirma. En un ambiente seguro y con relaciones de confianza, pueden mejorar su preparación para aprender. Esto es resistencia.

La organización de Cantor aborda muchas de las cualidades bajo el paraguas socio-emocional, como atención, mentalidad de crecimiento, autorregulación, apego, función ejecutiva y conciencia social. Pero en muchos aspectos, la resistencia está en el corazón de lo que hacen.

«Una vez que los niños tienen un éxito en el comportamiento y llegan a reconocer que realmente tienen control sobre su comportamiento y pueden tomar mejores decisiones y lo reconocen, y las toman”, después de esto pueden aprender.

Este término está más fuertemente asociado con el trabajo del economista ganador del premio Nobel James Heckman. Realmente logró incursionar en todo este campo y ponerlo en marcha, analizando grandes conjuntos de datos para mostrar que atributos tales como la autodisciplina y la persistencia, no sólo el rendimiento académico, afectan la educación, el mercado de trabajo y los resultados de la vida.

Este término es «feo, amplio e inespecífico», argumenta Carol Dweck,  y ella es una fan. «Soy la única persona a quien le gusta el término», dice. «Y te diré por qué: es un grupo muy diverso de factores y la razón por la que ha sido difícil llegar a un nombre es que no necesariamente pertenecen juntos.»

  • Rasgos no cognitivos y  Hábitos

Martin West en Harvard usa este término para sí mismo, pero dice que siempre tiene cuidado de reconocer que puede ser «engañoso».

«Cada habilidad o rasgo es cognoscitivo en el sentido de que implica y refleja el procesamiento de información de algún tipo en nuestro cerebro», afirma.  West agrega que las habilidades académicas tradicionales con más frecuencia son complementos, no sustitutos, de las actitudes y rasgos de personalidad capturados por el término «habilidades no cognitivas».

  • Habilidades sociales y emocionales

El aprendizaje Social y Emocional. Nadie con quien he hablado odia este término. Y en los últimos dos años, parece haber ganado valor.

«Cada vez más maestros que están en primera fila afirman que es muy importante enseñar a los niños a ser más social y emocionalmente competentes», dice Roger P. Weissberg, director del Collaborative for Social and Emotional Learning , que promueve el concepto en todo el país. «Los maestros sienten, y la creciente investigación apoya que, les ayuda académicamente, mejora el clima escolar, mejora la disciplina, y va a ayudarles a estar preparados para la universidad y la carrera y la vida».

Harvard tiene un laboratorio llamado Enfoques Ecológicos para el Aprendizaje Social y Emocional, ( por sus siglas en inglés EASEL) . Stephanie Jones, que dirige el laboratorio, dice: «cuando entras en la definición y la terminología hay muchas superposiciones» entre campos. EASEL es un gran proyecto de taxonomía para resolver estas superposiciones y los enfoques basados ​​en la evidencia que van con ellos, para una docena de habilidades.

El único problema es que la parte de «aprendizaje» puede no ser vista como abarcadora de cosas que son más como actitudes o creencias, como la mentalidad de crecimiento. Y la parte «social y emocional», una vez más, puede ser vista como la exclusión de habilidades que son realmente de naturaleza cognitiva.

  • Competencias Sociales

Estancamiento del aprendizaje social y emocional (por sus siglas en inglés SEL)?

Por este mes, dos años después, Martin West dice que podemos estar listos para declarar un ganador por defecto.

«Los debates semánticos han disminuido un poco, pero más por agotamiento que por progreso hacia un acuerdo. La mayoría de las personas parecen estar utilizando el aprendizaje social y emocional (o socio-emocional / socioemocional) como un todo.»

Pero Bornfreund se está pegando a sus armas. «Todavía me refiero a ellos como habilidades para el éxito de a corto plazo, habilidades, hábitos y mentalidades para el éxito sería el descriptor completo. Debido a que son cognitivos y académicos, y más que rasgos de carácter, esas etiquetas no encajan. No he oído ningún nuevo término que mejor encaje.»

Fuente artículo: https://compartirpalabramaestra.org/actualidad/articulos-informativos/habilidades-sociales-y-emocionales-todos-las-aman-pero-aun-no-se-han-podido-caracterizar

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