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La Realidad Virtual cada vez más cerca de tu clase

Por: Javier Tourón

Hemos hablado ya de la realidad virtual en otras ocasiones (aquí, aquí o en la entrada de la semana anterior, esta última si no la has leído, no te la pierdas), por no mencionar los informes  Horizon, el último el de 2017, o la larga marcha hacia la innovación de las escuelas. Esto es, simplemente, imparable y necesario, pues el aprendizaje ha cambiado de forma y de lugar y los recursos y estrategias que conducen al mismo también. ¿Quién duda ya de la necesidad de desarrollar el talento, atender personalizadamente a los escolares o desarrollar las llamadas competencias del siglo XXI? Fijáos que digo dudar, no que se esté poniendo en práctica, por desgracia. En no mucho tiempo me atrevo a pronosticar que si las escuelas no cambian, dejarán de ser funcionales y de prestar el servicio que se les supone, o prepararán personas sin la competencia que será necesaria para el mundo laboral y el desarrollo social, lo que los dejará a merced de los que sí las hayan desarrollado, produciendo una brecha digital de consecuencias poco deseables.

Lo mismo cabe decir de las instituciones de educación superior y, en particular, de las Facultades de Educación que tienen que preparar a los futuros maestros y profesores con un enfoque que les haga idóneos para la escuela en la que han de integrarse o que hayan de transformar. Este es un asunto del que se habla muy poco, olvidando que el cambio del sistema educativo se gesta en la Facultades de hoy, aunque no solo, y se materializa en cada aula, cada día. Ni en los despachos, ni en las leyes, aunque éstas últimas pueden ayudar o dificultar el proceso

Pues quiero, una vez más, presentar un infográfico que dibuja la situación de la realidad Virtual en el sistema educativo. Se trata de los resultados de una encuesta (survey) llevada a cabo por Extreme Networks.

En el infográfico, en cada uno de los recuadros amarillos, se responde a las siguientes preguntas:

  • 1) ¿Cómo estás de familiarizado con la realidad virtual?
  • 2) ¿Has probado alguna vez la realidad virtual o lo has intentado en tu escuela?
  • 3) Si lo has intentado en tu escuelas, ¿en qué materias?
  • 4) Si lo has intentado, ¿qué marcas de realidad virtual has utilizado?
  • 5) ¿Con qué frecuencia se usa la realidad virtual en tu escuela?
  • 6) ¿Te planteas utilizar la realidad virtual en el futuro?
  • 7) ¿Cuáles son los principales beneficios del uso de la realidad virtual en la educación?
  • 8) ¿Cuáles son los principales inconvenientes del uso de la realidad virtual en la educación?
  • 9) ¿Qué fuentes de contenido de realidad virtual has utilizado?
  • 10) ¿Cómo estás de seguro de que la infraestructura de tu escuela puede soportar esta tecnología?
  • 11) ¿Enseñas realidad virtual?

Virtual Reality Is Coming to the Classroom Infographic

Fuente: http://www.javiertouron.es/2017/05/la-realidad-virtual-cada-vez-mas-cerca.html

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Cómo ayudar a tus hijos para que aprendan jugando

Por: Redem

Como todo buen padre, deseas que tu hijo cuente en la vida adulta con las herramientas necesarias para vivir una vida positiva y alcanzar el éxito. Por esta razón, debes saber que el juego, precisamente es una de las herramientas más poderosas para lograr el aprendizaje, ya que todo lo que el cerebro perciba mientras ejecuta esta divertida actividad se aprende de forma mucho más sencilla.

Entre las infinitas razones por las cuales es importante el juego hay cuatro que son principales, y te indicarán por qué el niño aprende tanto mientras las practica. ¡Descúbrelas!

Dentro del mundo de los pequeños, el juego es un actividad innata que ejecutan cotidianamente, no requiere de ni ningún esfuerzo y por si fuese poco, les permite activar la imaginación y colocar su cuerpo en movimiento. Esta actividad es de gran ayuda para su desarrollo y aprendizaje a nivel lingüístico, social, sensorial, físico y motor.

El juego, además de fantástico, es ​un elemento importantísimo en la esfera educativa, pues a través de él se pueden producir aprendizajes significativos, durante la etapa infantil, impregnados además de componentes afectivos y motivadores que les permite a los padres y a los maestros llevar a cabo un aprendizaje efectivo.

Todo aquello que se aprende mientras se juega, queda grabado en la memoria. De acuerdo con el psicólogo americano y escritor KayRedfield James: “los niños necesitan tiempo y espacio para jugar. Jugar no es un lujo, es una necesidad”. Y ahora comprendemos que jugar además de una necesidad, aporta grandes beneficios.

  1. Multiplica la felicidad

Realmente, los niños son más felices mientras juegan, pues en ese momento se divierte, y hace uso de sus capacidades para comunicarse y comprender el mundo exterior; experimenta nuevas sensaciones y aprende de la misma situación que vive.

Por ello, los educadores y maestros dedicación al sector de la educación infantil, saber perfectamente que el juego es una herramienta indispensable por medio de la cual los niños aprenden, no sólo lo pautado en la programación escolar, sino también en otros aspectos de su vida cotidiana.

  1. Entrena la constancia

Mientras los niños juegan, no hay espacio para los errores, por eso puedes ver a tu niño intentar una y otra vez, casi de manera incansable, construir una torre de 5 bloques hasta conseguirlo, y mientras no lo ha logrado, podrás de igual forma observar que tu hijo no se da por vencido ni se siente frustrado.

Este tipo de situaciones les enseña a entrenar su constancia, persiguiendo sus objetivos y metas hasta conseguirlo, de forma que estarán también trabajando su tolerancia al estrés.

  1. Fomenta la sociabilidad

El juego es un medio imprescindible del que disponen los pequeños para la socialización con sus iguales. A medida que vayan adquiriendo más edad, van adoptando y asumiendo distintos roles. Por esta razón, el juego se convierte en una fuente inagotable de infinitas experiencias en común con otros niños.

  1. Desarrolla la imaginación

Cuando permitimos que los niños jueguen de forma libre, podemos notar la cantidad de roles que asumen en mismo juego. A medida que van siendo mayores, su creatividad e imaginación también va en aumento hasta el punto de llegar a inventar sus propios juegos con sus normas y formas de jugar. Es importante concederles ese espacio para que experimenten por sí mismos el  mundo exterior, sientan y disfruten  sus propios logros.

Fuente: http://www.redem.org/como-ayudar-a-tus-hijos-para-que-aprendan-jugando/

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Sólo el 44% de los estudiantes se siente suficientemente preparado para enfrentar el mercado laboral

Por: Universia

Así lo demostró una encuesta realizada por la McGraw-Hill Education en Estados Unidos.

¿Te sentís suficientemente preparado para insertarte en el mercado laboral?  Al parecer, menos de la mitad de los estudiantes universitarios de los Estados Unidos se siente lo suficientemente preparado para trabajar, asegura un informe de McGraw-Hill Education titulado 2017 Future Workforce Survey.

Los datos surgieron a partir de una encuesta realizada a más de 5,000 estudiantes universitarios, donde además el 83% aseguró sentirse medianamente preparado. Según otros datos que reveló el informe, el 33% de hombres los hombres consideró sentirse lo suficientemente preparado para ingresar al mercado laboral, mientras que el 27% de las mujeres se consideró de igual manera.

Tener claro un objetivo de carrera es clave para la formación del estudiante. Según la encuesta, aquellos estudiantes que tienen claro cuáles son sus objetivos se sienten doblemente preparados para hacer frente al desafío de insertarse en el mercado laboral a comparación de quienes aún no saben exactamente.

Otros datos que arrojó el informe aseguran que:

  • El 76% de los estudiantes universitarios tienen claro su objetivo de carrera;
  • El 84% espera obtener un trabajo al poco tiempo de haberse recibido;
  • El 72% espera mantenerse en su primer trabajo por cinco años o menos;
  • El 42% de los estudiantes da más prioridad a vivir una vida balanceada y feliz, mientras que el 7% elije un trabajo con mejor sueldo.

Argentina: la falta de experiencia laboral es la principal barrera

En nuestro país la principal dificultad que tienen los jóvenes para insertarse en el mercado laboral es la falta de experiencia laboral previa, hecho que afecta a 7 de cada 10 jóvenes, aseguró un estudio realizado por Adecco en la segunda mitad de 2016. En este sentido, las prácticas profesionales y las pasantías son bien valoradas por los estudiantes. En una encuesta realizada en 2012 a 45.000 personas de Iberoamérica, el 71% de los argentinos consideró muy importante la posibilidad de realizar una pasantía ya que le permita obtener cierta experiencia laboral. A nivel Iberoamericano, el 58% consideró incluso que haría una, aunque no sea remunerada, por lo importante que es para el mercado laboral contar con un mínimo de experiencia.

Y vos, como estudiante universitario, ¿te sentís preparado para ingresar al mercado laboral? Contanos abajo qué pensás.

Fuente: http://noticias.universia.com.ar/practicas-empleo/noticia/2017/05/24/1152729/solo-44-estudiantes-siente-suficientemente-preparado-enfrentar-mercado-laboral.html

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Escuelas digitales para dignificar a los campesinos

Por: Revista Semana Educación

Nelly Duarte Jurado se impacienta con el mouse. Lo presiona una y otra vez con el índice de la mano derecha, pero la página a la que quiere acceder no abre. Mira a su alrededor para cerciorarse de que ninguno de sus compañeros la mira y retoma su personal cruzada con el computador. Finalmente acierta a oprimir el botón de forma correcta y la información que andaba buscando se despliega. Respira tranquila y con la satisfacción de haberle ganado la partida a la tecnología.

Esta estilista ya retirada tiene 63 años, tres hijos, nueve nietos y hace algo menos de cuatro meses que se enfrentó por primera vez a un computador. Cada martes y jueves acude de dos a cuatro de la tarde a una sala aledaña a la parroquia María Auxiliadora en el municipio de Silvania, Cundinamarca, para aprender a manejar este aparato por medio de un taller de alfabetización digital. Ella es una de las estudiantes más veteranas de las Escuelas Digitales Campesinas, un programa de la Fundación Acción Cultural Popular (Acpo), más conocida por crear las escuelas radiofónicas de Sutatenza hace 70 años.

“Estoy aprendiendo a entrar a internet, a manejar el teclado y a contestar las preguntas que me hacen en cada evaluación. He aprendido sobre los medios modernos de comunicación y las TIC. ¿Sabe usted que sirven para reducir la brecha digital en los países? También impulsan el desarrollo”, relata orgullosa y bien alto para que, ahora sí, el resto de sus compañeros, la mayoría de ellos de su misma generación, la oigan.

Escuelas digitales campesinas

Debido a la afluencia de estudiantes en el aula, lo normal es que niños y adultos de entre 12 y 70 años acaben compartiendo computador y conocimientos. Foto: Julia Alegre

Dice que después de terminar este taller le gustaría aprender inglés: “Me fascina, además es el idioma universal”. Nelly llevaba décadas sin estudiar, desde que a sus 20 y pocos años realizó un curso de mecanografía. Luego otro de belleza y peluquería. Ahora no quiere parar. “Me siento muy bien aprendiendo. Para mí es una alegría venir a los cursos porque uno se distrae, aprende, cambia de ambiente, del oficio de la casa y conoce a otra gente. Hablamos de los problemas de Silvania. Están dañando la naturaleza. Vamos a ir a la Alcaldía para que no permitan talar tantos árboles en los límites del río y construir conjuntos residenciales porque si no va pasar lo de Mocoa”, explica.

Ese es precisamente el principal objetivo de Escuelas Digitales Campesinas que opera en ocho departamentos desde 2012: dignificar a la población rural desde la educación y empoderarlos como ciudadanos. “Brindarles herramientas para que participen y transformen su realidad. Incidir en el ser, en el saber y en el hacer”, señala Mariana Córdoba, coordinadora de Educación de Acpo. Lo logran a partir del uso de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y la implementación de diferentes talleres digitales.

En la actualidad, el programa beneficia a 18.000 campesinos de los cuales el 60 % son mujeres y el 40 %, hombres. De ellos, el 74 % tienen entre 12 y 26 años, el 17 % entre 27 y 46 y el 8 % entre 47 y 70 años.

Silvania Cundinamarca

Silvania, a 44 kilómetros de Bogotá, es un municipio mayoritariamente rural con sus algo más de 22 mil habitantes. Foto: Julia Alegre

En otro de los 24 computadores disponibles en la sala está Irma Urrea Riveros, una mujer de 76 años —y con el mismo número de arrugas en su rostro-— que lleva 10 minutos tratando de ingresar sin éxito a la plataforma de la escuela. Sandra, la facilitadora de la fundación, se le acerca y le indica que debe ingresar la contraseña. “Me cuesta mucho trabajo usar el computador. Pero me gusta mucho venir acá. Es algo que lo llena a uno, como la vida. Me gusta aprender todas las cosas y toda la teoría. Vengo con mi hijo de 35 años que tiene una discapacidad. Me gusta apoyarlo para que se sienta bien”, asegura mientras un grupo inmenso de niños atraviesa la puerta de la sala con todo el estruendo del caso.

Son 26 estudiantes de grado 11 de la institución educativa municipal Santa Inés que, como cada martes desde hace casi cuatro meses, acuden a la sala de computadores como parte de otro programa de las Escuelas Digitales Campesinas. “Los chicos hacen tres cursos en la plataforma digital sobre alfabetización digital, cambio climático y periodismo rural. Una vez los terminan tienen el compromiso de encontrar a dos adultos campesinos de sus veredas, traerlos aquí y acompañarlos para que se capaciten en estos mismos cursos”, indica Margarita María Torres López, su profesora.

Los menores también aprenden sobre liderazgo, una noción cuyo significado todavía no tienen claro: “Es el compromiso de tomar decisiones”, precisa Daniela, de 16 años. Cuando crezca quiere estudiar arquitectura y volver a Silvania a “poner en práctica todo mi conocimiento”. “Sirve para dirigir algo”, le corrige su compañera Marcela, de 17, a quien le gustaría ser veterinaria para regresar a su Caquetá natal porque ahí hay “harto de ganadería”. “Nos enseña a creer más en nosotros”, añade Alexandra. La joven, de 16 años, quiere estudiar Medicina en la Universidad Nacional y especializarse en Pediatría. Ella, al contrario que sus amigas, tiene claro que no quiere volver al campo. Que su lugar está en la gran urbe de Medellín.

Las tres niñas dicen sentirse orgullosas de pertenecer a familias campesinas, de ser parte de esos 14,5 millones de personas que, según el Dane, habitan en el campo. Ellas integran lo que Kenny Lavacude, director de Acpo, denomina la nueva ruralidad. Para él, es necesario redefinir el concepto de campesino como “ese hombre o mujer de 45 años con ruana, sombrero y un azadón al hombro” y apostar por un modelo de ciudadano rural que “está empoderado para incidir en las políticas públicas, que también ríe, llora, tiene sueños y ambiciones, produce y, además, es agente social y de cambio”.

La educación es, de acuerdo con Lavacude, la herramienta para lograr ese cambio de paradigma y dignificar la figura del campesino. Sin embargo, asegurar la calidad, pertinencia y cobertura del sistema educativo en el campo todavía es una tarea pendiente. Según los datos que maneja la fundación, aún existe un 16,8 % de la población rural que no sabe leer ni escribir. El 13,8 % de los niños entre 12 y 15 años no accede a secundaria y el 39,4 % de entre los 16 y los 17 años no tiene acceso a ningún tipo de formación. “Los jóvenes no quieren venir a la ciudad pero tienen que hacerlo porque no encuentran motivaciones educativas ni socioeconómicas para quedarse. Ellos quieren tener condiciones mejores de vida, pero en el campo no las encuentran”, concluye.

silvania cundinamarcaEn Silvania los graffitis se han convertido en una herramienta para dignificar a su pueblo: los campesinos. Foto: Julia Alegre

El envejecimiento de la población es otro de los principales problemas de la ruralidad. “De pronto falta conocimiento del territorio. Así los jóvenes vivan en el campo, no lo ama, y si uno no ama algo pues no quiere estar ahí. Ellos reciben mucha información sobre la ciudad y no ven todo el futuro que hay en el campo si trabajan por tecnificarlo”, aclara Sandra Rocío Bermúdez, otra profesora del colegio Santa Inés.

El gran reto de iniciativas como la Escuela Digital Campesina es que los jóvenes vean en el ámbito rural el escenario idóneo para impulsar su proyecto de vida porque, como recalca Bermúdez, “aquí en el campo lo pueden tener todo, pero no lo ven”.

Esta editorial forma parte del número 24 de la revista Semana Educación. Si quiere informarse sobre lo que pasa en educación en el país y en el exterior suscríbase ya llamando a los teléfonos (1) 607 3010 en Bogotá o en la línea gratuita 01 8000 51 41 41.

O a través del siguiente enlace: https://store.semana.com/pagos/index.aspx?Id=76

Relacionado: ‘Ancestralidad campesina‘

 

Fuente: http://www.semana.com/educacion/multimedia/campesinos-colombianos-escuelas-para-campesinos/526108

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Hace falta una gran revolución para cambiar la Universidad

Por: Hugo Ruiz Olazar

El profesor doctor Antonio Cubilla, un estudioso de la educación superior, médico patólogo, analiza con crudeza el estado de la educación superior y alienta la intervención de universidades privadas, como Unasur. En esta entrevista afirma que incluso la Universidad Nacional está en la picota. Sostiene que el movimiento “#UNAnotecalles” se enfocó en la corrupción administrativa pero dejó de lado la cuestión académica.

Los estudiantes en crisis, en rebeldía, reclaman. No aceptan el cierre porque sí de las Universidades privadas. El caso Unasur… 

–Es un fenómeno nuevo. Son universidades que no están acostumbradas a ser controladas. Han actuado muy libremente amparadas en la autonomía universitaria. Se ha abusado de esa libertad que repercute en el nivel educacional. El nivel es bastante precario. Tenemos de 60 a 70% de matrícula en las universidades lucrativas…

–¿Paraguay? 

–Está en 60% aproximadamente. Pero qué pasó. De programas baratos: administrativos, comerciales, humanidades, se volvieron más osados y comenzaron a instalar facultades de alto costo como medicina, que requiere de un hospital; ingeniería, que requiere de laboratorios sin estar preparados para hacerlo. Ahí está la falta de ética de los dueños de estas universidades.

–La realidad es que hay una explosiva demanda. El sector privado da a los jóvenes una posibilidad que el Estado no ofrece. 

–Un aspecto positivo es ese. Es cierto, jóvenes de menores recursos van a esas universidades. Hay una demanda masiva. Paradójicamente, las universidades públicas se convirtieron en centros superiores de élite. El pobre no alcanza a superar la rigurosidad de sus exámenes. Medicina es una carrera difícil de acceder para un estudiante de extracción humilde. Entonces se dan estas paradojas de desequilibrio social en la educación en el Paraguay. Las privadas palian en parte estas necesidades pero de manera impropia…

–¿Cumplen un rol social o no?

–Es cierto, pero también hay una cuestión cultural. El que ingresa se pone como objetivo lograr el máximo título. Al pagar la cuota los padres creen que sus hijos tienen derecho a ser doctores como mínimo, ingenieros, arquitectos, veterinarios. Pero no todo el mundo está calificado para esas carreras, independientemente de su situación económica. El perjudicado final no va a ser el estudiante de clase media o clase alta. Va a ser el pobre que tiene mala formación.

–La cuestión es ¿cerrar y se acabó? Si comenzaron a operar es porque las autoridades habilitaron. 

–Yo estoy de acuerdo en que se debe analizar mientras el Cones (Consejo Nacional de Educación Superior) continúe su trabajo. Yo apoyo el trabajo que viene haciendo. Apoyo el cierre de Universidades que no cumplen con los criterios mínimos.

–Qué sugiere que se haga… 

–En 2005 el MEC me pidió algunas ideas. Yo recomiendo que se haga un ranking de mejor a peor, como en Ecuador. Allá hay un programa que ya tiene 10 años que clasificó las universidades en A, B, C, D y E. Entonces las instituciones responsables evalúan las universidades de acuerdo a estos criterios y luego les ranquean. Se les da tiempo para ir subiendo de categoría. Cuánto más investigación hacen van para arriba. Se les da un plazo de dos a tres años. Si no se adecuan se cierra. Cerrar todas tampoco es la solución. Como dice usted, están cumpliendo una función social.

–Si se cierra, ¿qué opción puede dar el Estado? 

–Tiene que haber un saneamiento. Siempre se sufre en los inicios de los cambios. Necesariamente alguien va a tener que sufrir.

–Usted es muy drástico. 

–Yo soy del criterio de que tiene que cerrarse. Estoy de acuerdo en que hay que darle un tiempo prudencial para que se adecuen. Creo que a esta Universidad Unasur ya se le dio el tiempo. No sé cuál sería la solución, pero si no reune los requisitos…

–Usted no les da una alternativa a los alumnos, que sean acogidos por la UNA por ejemplo… 

–Puede ser una salida razonable, pero no todas las carreras que están en las universidades privadas están en la UNA. El sector privado tiene mucho más diversidad. La UNA no se ha diversificado. Está con sus materias clásicas desde hace 50 años. El Estado debe ofrecer eso como cosa pública, pero tiene que tener también sus exigencias de admisión, sus exámenes de ingreso. A nivel público se trata de hacer en serio las cosas porque no hay lucro de por medio.

–Atrapado en una endogamia, como dice (el padre) Montero Tirado… 

–Absolutamente. La Universidad pública es endogámica tremendamente. Hace falta un recambio. Endogamia es un término genético que tiene que ver con la falta de recambio de genes. Los genes se intercambian y el progreso biológico se basa en el mayor intercambio. Cuando hay menor intercambio de genes entonces se producen los problemas por la falta de recambio. Las enfermedades que están ahí presentes se van a diseminar más rápida y ampliamente cuando hay factores endogámicos.

–El movimiento “UNA no te Calles” hizo echar decanos, las autoridades pidieron perdón, pero se acabó la fiebre…

–Es una pena que haya enfocado solamente el aspecto administrativo y no el académico. Si se hace una evaluación rigurosa hay facultades que pueden correr riesgo de cerrarse. “Una no te Calles” estuvo correcto para señalar la corrupción y se inició un intento de mejoramiento académico, pero quedó truncado. No hubo cambios fundamentales…

–Qué tiene que cambiar en la parte académica…

–Tiene que haber más investigación. El profesor tiene que estar en su cátedra todo el día.

–Pero tampoco hay buena paga. El administrativo gana mejor… 

–Así mismo es. Hubo un intento interesante. Aquel rector anterior, Pedro González, instituyó un dinero para los profesores que hacen investigación. Consiguió 60 rubros en el Parlamento. Creo que eran de 12 millones de guaraníes mensuales. La suma se mantiene igual desde hace 15 años a pesar del tiempo y, lo más notable, de los 60 apenas 20 son investigadores…

–¿El resto fue al bolsillo de los amigos? 

–Fue para los amigos. Nunca fue regulado por el sistema meritocrático. Se requiere de una revolución muy grande para cambiar la Universidad y reconvertirla en una Universidad de investigación. No hay esa voluntad.

–¿Qué pasa si viene un Presidente y dice: “Voy a destinar desde este año el 7% del presupuesto a la educación”? 

–Así como está la UNA no me animaría a darle un presupuesto altísimo hasta que no demuestre una reconversión y un cambio de cultura académica, de la docente a la investigativa. Tiene que haber un cambio cultural, y yo creo que eso pasa por cambio de personas. Si hubieran aceptado nuestras sugerencias hace más de 10 años, hoy la UNA iba a estar con el 70% de investigadores. El cambio tenía que ser gradual.

–El gobierno compartido en la Universidad: rector, decano, docentes, estudiantes y representantes de egresados, ¿no funciona? 

–Este modelo, que es muy latinoamericano, se originó en la revolución de Córdoba en 1918. En esa época se justificaba ampliamente. Hasta ahora se justifica el gobierno paritario.

–Esto mismo que exigieron los estudiantes. –Sí, y yo les apoyé…

–¿Por qué? ¿No está desfasado? 

–La realidad latinoamericana es otra. Estuve cuatro años en el consejo de Medicina. Si no había protestas estudiantiles nada cambiaba. En Paraguay no hay cambios si no hay revoluciones estudiantiles. Entonces me pareció correcto tener más estudiantes y más egresados no profesores dentro del Consejo.

–¿No hay peligro de dictadura estudiantil? –Por mi propia experiencia he comprobado que cuando está más mala la situación, cualquier idea de cambio es buena. No digo que sea un modelo paritario para siempre, pero a lo mejor temporalmente, yo creo que es un instrumento que puede ser interesante para el recambio. El profesor se eterniza. En la Facultad de Medicina había que echarlos a los jefes de cátedra. No querían salir más, era más bien una cuestión de poder.

–Y eso existe todavía…

–Y sí. La UNA está igual. Muy poco ha cambiado. Entonces, si la Universidad madre sigue así, el panorama no es alentador. El problema es más grave que el cierre de la Unasur. Yo no estoy en contra de la Universidad privada. Soy ideológicamente un liberal, pero no este libertinaje que ha ocurrido.

–Pero ¿les sirve el título para el mercado laboral? A un empleador el título no le impresiona…

–Hay muchas quejas a nivel empresarial sobre la calidad de los empleados. Es una realidad que los cargos gerenciales en las grandes empresas, en un alto porcentaje, son acaparados por extranjeros o aquellos privilegiados que han estudiado en los grandes colegios de acá y se especializaron afuera.

–¿Usted tiene sus hijos afuera?

–De cuatro, tengo dos hijos afuera que ya no volvieron. La paga, la calidad de vida y la calidad del trabajo son muy diferentes. Yo mismo estuve a punto de quedarme (en Estados Unidos), pero volvimos un grupo de médicos en esa época. Por supuesto, el shock cultural después de 10 años de estar afuera es tremendo. Pero uno se adapta. Yo tenía mi especialidad, la patología. Volví y comencé de cero. Traje todo mi equipo. Trabajé en el Hospital de Clínicas y en el Instituto del Cáncer. Estuve 20 años en las instituciones públicas.

–¿Por qué volvió? 

–Mi familia no estaba muy adaptada, esa fue la causa principal…

–¿Dónde vivió? 

–En Nueva York. Volví con temor porque allá estaba muy bien. Pero regresé y nunca más busqué volver. Con todas sus imperfecciones, prefiero nuestro país.

Fuente: http://www.abc.com.py/edicion-impresa/politica/hace-falta-una-gran-revolucion-para-cambiar-la-universidad-1598138.html

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Trofeos de guerra: la odisea sufrida por las 82 niñas liberadas por Boko Haram y por qué no han regresado con sus familias

29 de Mayo de 2017/

En los tres años, la mayoría de las niñas se han convertido en adolescentes.

En abril de 2014 el mundo quedó conmocionado con la noticia de que 276 niñas nigerianas habían sido secuestradas de su colegio por el grupo militante islámico Boko Haram.

En seguida surgió una ola de condena y nació la campaña #BringBackOurGirls (#DevuelvanANuestrasNiñas), que recibió el apoyo de muchos famosos, entre ellos la entonces primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama.

Tres años después, a comienzos de mayo, llegó una noticia que trajo alivio a muchos: 82 de las niñas fueron liberadas.

El anuncio fue dado por el gobierno nigeriano, que logró la liberación a cambio de entregar a cinco militantes de Boko Haram que estaban presos y de -presuntamente- pagar un cuantioso rescate.

¿Qué pasó con esas niñas -hoy jóvenes- durante sus tres años de secuestro?

¿Y por qué no han sido devueltas a sus familias pese a ser libres?

BAJO CUSTODIA

No ha sido fácil reconstruir la odisea que vivieron las llamadas chicas Chibok (por el nombre de su pueblo).

El motivo es que el mismo gobierno que las liberó las mantiene bajo su custodia y les permite un acceso muy restringido no solo a los periodistas sino a sus propias familias.

Las 82 adolescentes se reencontraron con sus padres este fin de semana por primera vez desde que fueron liberadas en una emotiva ceremonia en la capital del país, Abuya.

Sin embargo, siguen recluidas. El motivo que esgrimen las autoridades es que consideran que la mejor manera para que las jóvenes superen lo que pasaron es que lo olviden.

Y por ello no quieren que hablen de su pasado.

Pero algunas cosas se saben.

Campaña

El secuestro de las niñas generó la campaña global «Regresen nuestras niñas».

Como el hecho de que tras su secuestro fueron llevadas al bosque de Sambisa y que durante su captura fueron trasladadas de un lado a otro -bosques, ciudades, cuevas- en el noreste de Nigeria.

Algunos datos se obtuvieron de las 57 niñas que lograron escapar en medio de la confusión posterior a su captura.

Otros de las tres que huyeron de forma individual entre 2016 y 2017.

Y también gracias a las 21 chicas Chibok que fueron liberadas en un intercambio anterior con el gobierno de Muhammadu Buhari, en octubre de 2016 (aunque el acceso a ellas también ha sido restringido).

VALIOSAS

Lo que pudo reconstruirse a partir de estos testimonios muestra que las jóvenes fueron usadas como trofeos de guerra.

La atención internacional que atrajo su secuestro las convirtió en activos valiosos, tanto para Boko Haram como para el gobierno.

En la práctica, esto las benefició: según las testigos, a medida que se acrecentaba la guerra entre las autoridades y las milicias islámicas empezó a escasear la comida y hubo un período en que las cautivas no recibían ni siquiera una comida diaria.

Sin embargo a medida que crecía el reclamo por su devolución, sus captores entendieron que mantener a las jóvenes sanas y bien alimentadas podría traerles réditos en la guerra de propaganda.

Poco se ha dicho con respecto a la violencia que enfrentaron las muchachas.

Al ser entregadas las 82 hace unas semanas, en una zona boscosa cerca de la frontera con Camerún, uno de los siete militantes que participaron de la entrega les preguntó una a una, frente al mediador del gobierno:

“Durante el tiempo que estuviste con nosotros, ¿alguien te violó o te tocó?”.

Según el mediador, todas respondieron que no.

Chibok

Algunas jóvenes eligieron casarse como forma de aliviar su calvario.

Sin embargo, los corresponsales de la BBC Alastair Leithead y Stephanie Hegarty señalan que a la mayoría de las jóvenes se les dio dos opciones durante su cautiverio: ser esposas o sirvientas de los militantes.

Uno de los pocos que tuvo acceso a las 82 chicas liberadas, el presidente de la Asociación de Padres de Chibok, Yakubu Nkeki, contó que según ellas convertirse en esposa de un militante era opcional, no algo hecho a la fuerza.

Algunas de las jóvenes le explicaron que estar casada tenía algunos beneficios, ya que les daba acceso a una mejor casa y más comida.

Por eso, algunas lo eligieron, como forma de aliviar su calvario.

Y una que iba a ser liberada con las 82 prefirió quedarse, alegando que era feliz con su esposo.

LAS FAMILIAS

Niñas secuestradas por Boko Haram

21 jóvenes habían sido liberadas en 2016

Nkeki fue el encargado de viajar a la capital de Nigeria, Abuja, en representación de las familias, para encontrarse con las chicas que fueron llevadas hasta allí en helicópteros, tras su liberación.

Volvió a Chibok con fotos y videos de las jóvenes y fue recién entonces -días de después de la liberación- que los parientes de las rehenes pudieron enterarse si su hija estaba entre las liberadas.

Desde entonces el contacto entre las excautivas y sus familias ha sido limitado.

Lo mismo ocurre con las 21 chicas Chibok liberadas en octubre pasado, quienes también permanecen en la capital bajo custodia del gobierno.

Abuja queda a 900 kilómetros de Chibok y para muchos habitantes de ese pobre distrito rural no es posible viajar a verlas o mudarse allí.

Incluso en las navidades pasadas, cuando las exrehenes fueron llevadas por primera vez de vuelta a Chibok, no pudieron quedarse con sus familias.

Se hospedaron en la casa de un político local, bajo estricta seguridad.

¿CUIDADO O CAUTIVERIO?

Algunos han cuestionado que las jóvenes están siendo sometidas a un nuevo cautiverio.

Sin embargo el gobierno sostiene que actúa por su propio bien.

Por un lado, existe un alto riesgo de seguridad: las chicas Chibok aun son consideradas un activo valioso y las autoridades temen que vuelvan a ser secuestradas, algo que sería una victoria simbólica importante para Boko Haram.

Pero además, el gobierno considera que las jóvenes podrían ser rechazadas por su comunidad si regresan.

La mayoría era cristiana cuando fueron secuestradas pero muchas se convirtieron al islam durante su cautiverio.

No se ha podido conocer muchos detalles sobre los tres años de cautiverio de las jóvenes porque las autoridades las mantienen lejos de la prensa y les piden que no hablen de su pasado.

No se ha podido conocer muchos detalles sobre los tres años de cautiverio de las jóvenes porque las autoridades las mantienen lejos de la prensa y les piden que no hablen de su pasado.

Se desconoce si fue a la fuerza, en busca de un mejor trato por parte de sus captores o por convicción propia.

Si bien las jóvenes están bajo la protección de las fuerzas de seguridad, quien está a cargo de ellas es la ministra de la Mujer, Aisha Jumai al-Hassan.

En un intento de mostrar que no están retenidas contra su voluntad, Al-Hassan organizó una conferencia de prensa en la que tres de las 21 liberadas en octubre respondieron preguntas de la prensa.

Las jóvenes contaron de las muchas actividades que realizan en el centro de atención gubernamental en el que viven.

Allí el gobierno se ha centrado en que retomen su educación.

También reciben asistencia psicológica.

Según los periodistas de la BBC que estuvieron presentes, las muchachas parecían genuinamente cómodas con su situación, aunque deseosas de ver a sus familias.

¿Qué futuro les aguarda?

Por lo pronto, volver a la escuela -esta vez en la más segura Abuja-, lugar que debieron abandonar a la fuerza cuando fueron secuestradas.

Según la ministra, este será el camino para volver a una vida normal en muy poco tiempo.

“Para septiembre estoy segura de que ya se habrán recuperado de su trauma”, auguró la funcionaria.

Mientras muchos se enfocan en este nuevo grupo de liberadas, los padres de las víctimas recuerdan que aún hay 113 jóvenes en manos de Boko Haram que todavía no han visto el final de su calvario.

Fuente: http://www.teletica.com/Noticias/162473-Trofeos-de-guerra-la-odisea-sufrida-por-las-82-ninas-liberadas-por-Boko-Haram-y-por-que-no-han-regresado-con-sus-familias.note.aspx

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Las enseñanzas de Marx: Educación popular y formación política

Por: Zur Pueblo de Voces

El pasado 5 de mayo se cumplieron 199 años de nacimiento de uno de los críticos más potentes de la formación capitalista. Aquí Hernán Ouviña comparte una faceta poco difundida, su preocupación por la formación política y la educación.

Si bien puede parecer redundante o conocido, es importante recuperar cómo la larga tradición del marxismo revolucionario supo tener a lo formativo y a la educación popular como algo central en su derrotero militante. En especial porque aunque suene paradójico, en coyunturas adversas como la que vivimos en América Latina, o en momentos donde la movilización popular nos encuentra de manera constante en las calles, los procesos de formación, de análisis y estudio, de lectura e investigación de la propia realidad que se pretende transformar, se resienten o bien ostentan -salvo contadas excepciones- un lugar residual al interior de las organizaciones de izquierda. A contrapelo, y en sintonía con los planteamientos de buena parte del marxismo crítico, es precisamente en contextos como el actual donde más urgentes resultan este tipo de apuestas pedagógico-políticas.

Consideramos un ejercicio imprescindible revisitar desde este ángulo las propias biografías e itinerarios de quienes constituyeron una referencia fundamental en la conformación del marxismo revolucionario, comenzando por el propio Karl Marx (1818-1883). En general predomina -a nuestro modo de ver, no casualmente- una visión de Marx como un genio solitario, dedicado casi exclusivamente a escribir libros y artículos detrás de un escritorio, sumergido cual ratón de biblioteca en la sala de lectura del Museo Británico durante años para elaborar El Capital. Sin embargo, se omite que desde su juventud hasta los últimos momentos de su vida, siempre produjo, intervino y reflexionó en diálogo constante con la realidad y las luchas que lo estimulaban a pensar y actuar como militante revolucionario, por lo que podemos definirlo como un verdadero intelectual orgánico de las clases populares.

Desde sus primeros artículos periodísticos de denuncia de las condiciones de miseria y explotación que padecían los campesinos de Mosela, pasando por el enorme aprendizaje político que resulta de sus diversos encuentros e intercambios en buena parte del continente con organizaciones clandestinas, sindicatos y asociaciones de exiliados, hasta la elaboración de sus incendiarios documentos y comunicados políticos al calor de la revolución de 1848 (entre los que se destaca elManifiesto Comunista, escrito a pedido de la Liga en la que participaba junto con Engels, y cuyo antecedente había sido el Comité de Correspondencia Comunista), puede decirse que su formación estuvo signada por el vínculo estrecho con -y el aprendizaje a partir de la experiencia vital de- las organizaciones y movimientos en lucha en toda Europa.

Sería infructuoso reseñar en detalle su abultada producción teórico-política, pero vale la pena recordar algunos de sus principales materiales y momentos de intervención, para dar cuenta de la importancia que siempre tuvo el estudio y la formación para Marx. No podemos dejar de mencionar las Tesis sobre Feuerbach, temprano borrador de 1845 cuya extensión es inversamente proporcional a su densidad filosófica y política, en la medida en que condensa en unos pocos párrafos una caracterización profundamente revolucionaria respecto del conocimiento de la realidad, y postula como criterio de verdad a la praxis, la cual presupone una unidad indisoluble entre reflexión y acción, así como el papel activo y dinámico que tienen los sujetos tanto en la comprensión como -sobre todo- en la transformación del mundo. A su vez, textos pedagógicos y de amplia difusión popular bajo el formato de folletos, como Trabajo asalariado y capital o Salario, precio y ganancia, son en realidad conferencias que fueron pensadas para el esclarecimiento teórico y la batalla política, en el seno de las organizaciones de base de trabajadores y activistas que el propio Marx frecuentaba. Su obsesión por lograr que la clase obrera pudiese acceder a los sucesivos tomos de El Capital a través de su desdoblamiento en fascículos sueltos divulgados a precios populares -tal como deja traslucir en más de una carta intercambiada con Engels y con su editor- tiene la misma vocación formativa.

Asimismo, dentro de la Asociación Internacional de los Trabajadores (AIT), una de las propuestas que supo impulsar fue la de una investigación “de la situación de la clase obrera en todos los países, llevada a cabo por la clase obrera misma”, donde uno de los puntos más relevantes era la educación del proletariado en términos mentales, físicos y tecnológicos, es decir, desde una perspectiva integral.Sumamente entusiasmado por concretar esta propuesta redactada en 1866 (no casualmente, escasos meses antes de que salga a la calle la primera parte de El Capital), Marx expresará que “al iniciar tan gran obra, los obreros mostrarán que son capaces de tomar sus destinos en sus propias manos”. En efecto, poco tiempo atrás, en ocasión del nacimiento de la Asociación Internacional de los Trabajadores, ya había escrito en su Manifiesto Inaugural que “la clase obrera posee un elemento de triunfo: el número. Pero el número no pesa en la balanza si no está unido por la asociación y guiado por el saber”.

No está de más recordar que otro texto imperecedero de Marx, publicado luego bajo el título de La guerra civil en Francia, fue en rigor un documento político redactado por él a pedido del Consejo General de la AIT (de hecho, sus integrantes fueron quienes firmaron como “autores” colectivos la primera edición de este material), con el propósito de brindar una lectura desde el punto de vista de la clase trabajadora, acerca de los sucesos ocurridos en París durante la instauración de la Comuna entre marzo y mayo de 1871, a tal punto que las diversas ediciones en inglés y en otras lenguas -por lo general como folleto- fueron vendidas entre los obreros a precios reducidos y se agotaron rápidamente. Es interesante destacar que el interrogante teórico-práctico que obsesionó a Marx durante casi dos décadas (¿con qué sustituir al Estado burgués tras la conquista y destrucción del poder político a través de una revolución?), no pudo ser respondido por él en términos intelectuales o eruditos, sino que fueron las y los desposeídos parisinos que osaron “tomar el cielo por asalto”, quienes resolvieron este enigma y le enseñaron a Marx -a partir de su experiencia colectiva y sin receta alguna- la forma política “al fin descubierta” que debía asumir el autogobierno popular luego de la desarticulación del poder estatal y capitalista.

Ya en su última década de vida, además de insistir en la necesidad de entender y analizar a las sociedades a partir del principio epistemológico de la totalidad (que implica concebir al capitalismo como un sistema, no disociando por tanto, salvo en términos estrictamente analíticos, las diferentes y complementarias relaciones de opresión, dominio y resistencia que lo constituyen como tal), Marx confrontará con aquellas corrientes que, como la liderada por Lasalle en Alemania, pregonaban la posibilidad de construir el socialismo de manera gradualista y desde el Estado. Conocido como “Crítica al Programa de Gotha”, este manuscrito póstumo redactado en 1875 cuestiona de manera radical los núcleos principales de un programa político que, elaborado en el marco de la unificación de las dos principales organizaciones obreras alemanas, se encontraba en las antípodas de su concepción revolucionaria. Frente a la sugerencia de los lasalleanos de subsumir toda propuesta de trabajo cooperativo y de educación popular a la lógica estatal, Marx responderá indignado: “Eso de ‘educación popular a cargo del Estado’ es absolutamente inadmisible. ¡Una cosa es determinar, por medio de una ley general, los recursos de las escuelas públicas, las condiciones de capacidad del personal docente, las materias de enseñanza, etc., velar por el cumplimiento de estas prescripciones legales mediante inspectores del Estado (…) y otra cosa, completamente distinta, es nombrar al Estado educador del pueblo! (…) es, por el contrario, el Estado el que debe recibir del pueblo una educación muy severa”.

Unos años más tarde, retomará con mayor fuerza aquella vocación por la formación, el estudio y la investigación militante, a través del diseño y la difusión de una “encuesta obrera”, que tenía por propósito el indagar en la situación de explotación que padecía la clase trabajadora europea, pero también conocer sus condiciones de vida y reproducción más allá de la fábrica, así como sus formas organizativas y sus repertorios de lucha. Elaborada en 1880 para que sean los propios trabajadores quienes la implementen en sus ámbitos laborales, llegó a contemplar más de 100 preguntas, la mayoría de las cuales eran interrogantes “generadores”, que buscaban fomentar, a partir de su lectura y el debate colectivo que disparaban, un proceso de desnaturalización y cuestionamiento de la situación padecida, en paralelo a la autoconsciencia por parte de los obreros mismos, de su potencialidad como clase revolucionaria y con intereses antagónicos a los de la burguesía.

Este viejo Marx se encargará incluso de fustigar, junto con Engels, a la dirigencia socialdemócrata alemana que por aquel entonces ya dejaba traslucir su tendencia a la burocratización y comenzaba a denostar la capacidad de las y los trabajadores de liberarse del yugo capitalista sin tutela alguna. En una extensa y premonitoria carta, denunciarán a quienes consideran que “la clase obrera es incapaz de conquistar por sí misma su propia emancipación” y consideran que “para lograrla debe ponerse bajo la dirección del burgueses ‘cultos y pudientes’, los únicos que poseen el ‘tiempo y las oportunidades’ para informarse de lo que es bueno para los obreros”. A contrapelo de esta concepción paternalista y vertical, dirán: “Cuando se constituyó la Internacional, formulamos expresamente el grito de combate: el emancipación de la clase obrera debe ser obra de la clase obrera misma. Por ello no podemos colaborar con personas que dicen que los obreros son demasiado incultos para emanciparse por su cuenta y que deben ser libertados de arriba por los burgueses y pequeños burgueses filántropos”

El 14 de marzo de 1883 su vida se apagará definitivamente. A partir de ese momento, las querellas e interpretaciones en torno a su legado y herencia serán una constante en el seno de las izquierdas (e incluso por fuera de ellas). Quizás previéndolo, el viejo Marx supo responder de manera irónica: “lo único que sé es que no soy marxista”. Sabias palabras éstas frente a quienes pretendían hacer de su pensamiento y su praxis revolucionaria un nuevo dogma al margen de todo tiempo y espacio.

Por ello lo fundamental es no vislumbrar a Marx ni al sin fin de grandes revolucionarios/as (desde Lenin y Gramsci a Rosa Luxemburgo, de Mariátegui y Amilcar Cabral al Che Guevara) como iluminados/as y sabelotodos/as que esclarecieron y guiaron a organizaciones y pueblos “ignorantes”, carentes de conciencia por sí mismos/as y meros/as ejecutantes de una estrategia que les era incorporada “desde afuera”. Si bien en todos los casos tuvieron un papel destacado en sus respectivos procesos revolucionarios, vale la pena recordar una de las tesis sobre Feuerbach escrita precisamente por el joven Marx, que criticaba aquellas lecturas unidireccionales que olvidan que “el educador a su vez debe ser educado”. De ahí que quizás sea más equilibrado afirmar que fue la praxis colectiva y el devenir histórico-político dentro del cual se situaron con creatividad y audacia en tanto aprendices-sistematizadores/as (o educadores-educandos), lo que les permitió destacarse como dirigentes e intelectuales revolucionarios/as a cada uno/a de ellos/as en los proyectos donde intervinieron.

A pesar de la indudable centralidad que han tenido estos/as referentes del marxismo en impulsar y sostener iniciativas de producción de conocimiento, investigación militante y educación popular liberadora, resulta imprescindible resituar -comenzando por el propio Marx- tanto sus liderazgos como los aportes teórico-prácticos que han generado, en el marco de procesos y sujetos de carácter colectivo, así como en función de una constelación de luchas e iniciativas emancipatorias, que constituyeron las verdaderas escuelas en la que se forjaron como intelectuales orgánicos de los pueblos.

El estancamiento del pensamiento crítico y la dogmatización han sido un peligro constante en los diferentes proyectos revolucionarios encarados por las fuerzas de izquierda, y hoy cobra nuevos bríos como tendencia en la actual coyuntura que vivimos. Acudir nuevamente a autores, corrientes, matrices de análisis e itinerarios de trastocamiento del orden social y político, que en algún contexto u época diferente quizás prosperaron o resultaron viables para caracterizar y transformarotra realidad, se torna una tentación difícil de escamotear y nos ahorra el ejercicio de pensar y actuar con cabeza propia, a partir del estudio riguroso y situado del propio territorio y desde el tiempo histórico que pretendemos revolucionar.

Como es sabido, la historia no se repite salvo como tragedia o como farsa. Por ello, frente al seductor recetario de manuales y esquemas abstractos en estos momentos sombríos donde prima el desconcierto y el desarme teórico, el planteo de Mariátegui de no calcar ni copiarconstituye un faro estratégico, desde ya sin que esta consigna implique partir de cero, pero sí cepillando a contrapelo y asumiendo la necesaria actualización y revitalización crítica de los aportes de Marx.

Ludovico Silva, uno de los intelectuales venezolanos más potentes para formarnos de manera des-manualizada, solía decir que “si los loros fueran marxistas, serían marxistas ortodoxos”. Por cierto, es sobre la base del análisis concreto de nuestra realidad específica -en la que finalmente actuamos e intervenimos a diario- que podemos traducir y (re)elaborar conceptos e ideas, así como construir una estrategia revolucionaria acorde a los desafíos que nos depara nuestro presente. No se trata, en suma, de “aplicar” esquemas o categorías prefabricadas, ni de concebir a la obra de Marx como un sistema acabado o un conjunto de verdades irrefutables, sino de recrear sus presupuestos y basamentos, a partir de su confrontación con la cada vez más compleja realidad en la que estamos inmersos. Pero a no dudarlo: Marx tiene todavía mucho que enseñarnos como “maestro de vida”.

Fuente: http://www.zur.org.uy/content/las-ense%C3%B1anzas-de-marx-educaci%C3%B3n-popular-y-formaci%C3%B3n-pol%C3%ADtica

 

 

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