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Declaración de Antigua: La educación es tarea de todas y todos

David Calderón

Del 10 al 12 de octubre, Mexicanos Primero participó en el VI encuentro de REDUCA, para discutir sobre el tema de la permanencia escolar en la región. REDUCA es la red integrada por 14 organizaciones de la sociedad civil de otros tantos países, desde la Patagonia hasta el Río Bravo, y cuyo objetivo es incidir en las políticas públicas en América Latina para defender el derecho a la educación de niñas, niños y jóvenes de manera que logren trayectorias completas y exitosas. De dicho encuentro surgió la siguiente Declaración, que ratificamos como representantes de REDUCA en México y con la que se fortalece el trabajo de las organizaciones que nos acompañan en esta labor.

“…Expresamos:

1. Que refrendamos y renovamos nuestra convicción de que la educación es tarea de todas y todos, que nos compromete a los gobiernos como garantes y a la sociedad como corresponsable por ser un derecho humano fundamental del máximo alcance y relevancia. La construcción de sociedades más justas y equitativas pasa por garantizar que todos los niños, niñas y jóvenes cuenten con las condiciones para lograr trayectorias completas y exitosas, dejando atrás las situaciones de exclusión, expulsión y abandono que todavía afectan a buena parte de ellas y ellos.

2. Que la exclusión educativa tiene condicionamientos sociales y económicos, ligados con la deteriorada calidad de vida e ingreso, la equidad aún no resuelta y la exclusión social, cultural y educativa de las familias de origen. De esta manera la escuela, dejada a sus propias fuerzas, no tiene la posibilidad de detectar oportunamente ni de revertir el alejamiento y las trayectorias truncadas; por tanto, es crucial desarrollar estrategias de activación ciudadana para contribuir a las soluciones.

3. Que, aunado a lo anterior, y a veces con más peso en la decisión de alejarse de la escuela por parte de los estudiantes de mayor edad, cuenta el cálculo de que sólo más años de escolaridad no bastan para brindar mejores oportunidades de acceso a la educación superior, empleo digno o ingreso suficiente. Esto debido a la irrelevancia de los contenidos; al autoritarismo y la baja interactividad de las prácticas docentes; a las lagunas de comprensión y competencias que se arrastran de ciclos anteriores; a los ambientes de aprendizaje hostiles, precarios o inadecuados; a la presión negativa de los pares, el embarazo no planeado, las múltiples formas de violencia y exclusión dentro de las instituciones escolares, la violencia en las calles y vecindarios aledaños a las escuelas, entre otros flagelos.

4. Que está en nuestras manos exigir información confiable y detallada sobre la situación de la educación y en particular sobre las trayectorias completas y exitosas de los estudiantes; colaborar para identificar cuando las becas o transferencias son alternativas adecuadas, o si las políticas educativas cuentan con estrategias y recursos para la inclusión de todas las poblaciones, teniendo en cuenta su contexto, con propuestas pedagógicas y didácticas que pongan a los estudiantes en situaciones más lúdicas, activas y expresivas, y conformación de ambientes donde se sientan bienvenidos, escuchados y valorados, además de formados centralmente en aprender a ser y a aprender, más que saturados de contenidos, tareas abstractas y repeticiones inútiles y alejadas de la vida cotidiana y sus retos.

5. Que seguiremos identificando y buscando que se reconozcan y escalen las prácticas innovadoras que favorecen la permanencia y el aprendizaje de las y los estudiantes, porque llenan de sentido la tarea educativa y permiten el ingreso oportuno, una trayectoria escolar sin tropiezos, el egreso puntual de los ciclos previstos y todo ello con los aprendizajes suficientes y con altas expectativas cumplidas sobre lo que los mismos alumnos encuentran intrigante, retador y disfrutable.

6. Que reiteramos el carácter fundamental de los docentes como agentes del éxito educativo, bien formados desde su arranque en la profesión y con aprendizaje continuo de calidad a lo largo de su trayectoria, con condiciones de trabajo, con carreras atrayentes y competitivas con respecto de las de otros profesionales con formación en nivel equivalente, pues son ellas y ellos –como maestros y mentores de niñas, niños y jóvenes- quienes más inmediatamente pueden identificar las situaciones de riesgo para la expulsión y el abandono, y con el apoyo debido, generar las relaciones de aprendizaje y confianza que consolidan la permanencia. REDUCA reitera su aprecio y reconocimiento a maestras y maestros de América Latina y el Caribe, y seguirá propiciando -a nivel nacional y en la región- que se refuerce desde las instancias oficiales y ciudadanas el apoyo, la exigencia y el acompañamiento a su vida profesional.

7. Que reconocemos el rol del liderazgo escolar –en la persona de los directores y rectores escolares- como factor imprescindible para el cumplimiento del derecho a aprender de los niños, niñas y jóvenes de la región. Destacamos la importancia, y la voluntad de los miembros de la Red para colaborar, documentar, exigir y proponer alternativas para contar con información confiable sobre los líderes escolares. Nos proponemos -en cada uno de nuestros países y también desde la identidad compartida- favorecer la colaboración intersectorial para el ajuste y evaluación de la oferta, impulsar propuestas de perfil y estándares de desempeño para líderes que conduzcan al aprendizaje incluyente y de calidad, sus capacidades socioemocionales, el liderazgo distribuido, la transparencia y rendición de cuentas a la comunidad escolar y a la sociedad en general, el aprendizaje profesional apoyado por diversos actores, pero sobre todo concentrado en la comunidad de práctica de los directores mismos.

8. Que, en el fortalecimiento de nuestra voz y participación en la búsqueda de soluciones educativas para la región, la Red en 2017 entra en la tercera etapa de su presencia pública, para lo cual reajustará su gobernanza y se concentrará en acciones de incidencia y comunicación para los temas de Desarrollo Integral en la Primera Infancia, Formación Docente y Directiva e Inclusión y Permanencia, siempre con el acento en el uso transparente y eficiente de los recursos públicos, así como en la concientización y movilización de las familias, las comunidades y la sociedad en extenso a favor de mejores resultados en la defensa y promoción del derecho a aprender de la generación joven en todos nuestros países.”

La Declaración de Antigua, emitida en dicha ciudad de Guatemala, en el significativo día 12 de octubre, es un pronunciamiento desde el ámbito ciudadano, en cual nos comprometemos a cambiar la percepción social sobre este reto –pues ni es algo inevitable, ni se resuelve solo con becas y con transferencias monetarias- y a exigir y colaborar con los gobiernos de nuestros países para que se reconozca que la mal llamada “deserción” tiene una estrecha relación con la irrelevancia del sistema y de la institución escolar. Esta enorme discrepancia –en todos nuestros países, en promedio, más de la mitad de cada generación se alejó o fue expulsada de la escuela para los 15 años cumplidos- nos convoca a todos para transformar sistema y escuelas en instancias de crecimiento gozoso y de exigencia para la vida. Si queremos a todas y todos en la escuela, la tarea es de todas y todos; pongamos manos –y corazones- a la obra.

El autor es secretario general de REDUCA y director general de Mexicanos Primero.

Fuente del articulo: http://www.elfinanciero.com.mx/opinion/declaracion-de-antigua-la-educacion-es-tarea-de-todas-y-todos.html

Fuente de la imagen: http://www.elfinanciero.com.mx/files/article_main/uploads/2014/02/01/52ed1d7cc4373.jpg

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Construyendo juntos La Colmena Cultural

Isabel Benitez

Las abejas siempre se han considerado un ejemplo de cohesión, solidaridad y eficiencia. Como las hormigas, el otro gran ejemplo del reino animal, trabajan duro por su comunidad, cooperando por el bienestar de sus miembros y consiguiendo con su unidad lo que no podrían lograr por separado.

Cooperar es también connatural al ser humano (aunque, a veces, la vorágine individualista en que vivimos nos nuble la vista), y ésta es precisamente la razón de ser del primer proyecto del extremeño Ramón Muñoz.

“La idea es que La Colmena se haga sola”

La Colmena Cultural es una iniciativa colaborativa y sin ánimo de lucro que pretende conectar a todos aquellos interesados en el patrimonio cultural y medioambiental de la provincia de Badajoz, sean de dentro o de fuera de nuestra comunidad. La Colmena proporciona una herramienta útil y sencilla para planificar sus viajes y conocer de una forma amena y divertida las ciudades y municipios que componen cada provincia.}

La Colmena Cultural crea un mapa-panal de cada comarca y lo divide en celdas. Cada celda representa un rincón emblemático o un punto de interés y contiene información detallada a modo de guía. El objetivo es conseguir el mayor número de piezas del panal posible y completar su propio mapa.

De esta manera, cuando un usuario de la plataforma visita un lugar de los que aparecen en ella, sólo tiene que enviar a través de la lacolmenacultural.com una foto que demuestre que ha estado allí -selfies incluídos- y, automáticamente, recibe en su casa la correspondiente celda-imán del panal. Así, hasta completar su mapa de la comarca y el de toda la provincia.

“Lo que pretendemos es que la gente conozca y dé a conocer el patrimonio de cada pueblo”

Además de obtener información sobre los pueblos y ciudades que van a visitar (o que están visitando) y completar su propio panal, los usuarios disponen de otras opciones para participar en la plataforma. Por un lado, pueden subir las imágenes de sus viajes a la web y ampliar la galería de cada municipio. Por otro, pueden crear nuevas celdas para que otras personas descubran desde un detalle en la fachada de la iglesia hasta personajes ilustres de la localidad.

“Por ejemplo, alguien a quien le gusta mucho su pueblo o que ha encontrado un sitio que no estaba en nuestra web, tiene aquí una herramienta para darlo a conocer”, explica Ramón Muñoz.

Así, La Colmena Cultural se construye solidariamente, con cada abeja realizando su aportación a la plataforma, compartiendo imágenes, información y experiencias.

En este sentido, La Colmena Cultural es ambiciosa. El proyecto se ha iniciado con la provincia de Badajoz pero pretende ampliar su ámbito de influencia más allá. Su equipo ya está trabajando en el mapa-panal de la provincia de Cáceres, y pretende exportar la iniciativa al resto del país. De hecho, cualquier persona, sea de donde sea, ya puede comenzar a crear celdas de cualquier localidad española.

“Ya hay gente que está compartiendo imágenes de Granada y Ávila, y de eso es de lo que se trata. Yo no quiero que sea mi proyecto, sino que sea un proyecto que construyamos entre todos”, concluye Ramón.

Además, como plataforma, La Colmena Cultural tiene otras funcionalidades. Es también un escaparate para los negocios locales que pueden anunciarse de manera gratuita en la plataforma y las celdas y, si lo desean, donar alguno de sus productos para que sea sorteado una vez al año entre quienes hayan visitado el municipio en ese período. De este modo, cuantos más viajes realice el usuario, más oportunidades tendrá de ganar.

La Colmena Cultural

Por el momento, La Colmena Cultural es sólo un prototipo, un ensayo que, sin embargo, ya ha conseguido reunir más de 3.500 euros a través de una campaña de crowdfunding para la creación y lanzamiento de su página web  y ha recibido el apoyo económico de la Diputación de Badajoz. Pero aún queda lo más importante. Es el turno de las abejas. ¿Dispuestas a construir este panal?

Más en www.lacolmenacultural.com

Fuente del articulo: https://isabelrbenitez.wordpress.com/2015/04/16/la-colmena-cultural/

Fuente de la imagen:https://isabelrbenitez.files.wordpress.com/2015/04/la-colmena-cultural.jpg?w=625&h=353&crop=1

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Video-Corto para emanciparse desde la niñez: “A cloudy lesson»

El corto o video titulado “A cloudy lesson» muestra, de forma sencilla, la línea entre educar y limitar. Resalta desde la imagen, las oportunidades de interación, implica relaciones de imposición o de creación y emancipación. Fue realizado en 2010 por la directora Yezi Xue y dura apenas dos minutos.
Los docentes  a veces pensamos que debemos enseñar todo a los niños. Es cierto que tienen mucho que aprender, pero no podemos caer en el error de pensar que nuestra manera de hacer las cosas o de ver el mundo es más válida o, peor aún, es la única y correcta.
 La función de los maestros y  padres  no es crear copias exactas de sí mismos sino darles las herramientas a los niños para que puedan desarrollar al máximo sus potencialidades y emanciparse. Educar es sinónimo de enriquecer, no de limitar. La educación no consiste en llenar la mente con conceptos y formas de hacer, sino en liberarla para que sea realmente libre para pensar y crear. Reflexionemos en nuestra práctica cotidiana las formas de limitar la mente de los niños y atarla a los convencionalismos…Cada vez que pretendemos que un niño o estudiante siga nuestros pasos, porque pensamos que es lo mejor para él o ella, le arrebatamos su autonomía y  posibilidad de soñar…
Este  corto  “A cloudy lesson” se convierte en una oportunidad aleccionadora para los adultos y educadores.  Su factura es impecable y aprovecha la historia  inspirada en la relación entre un abuelo y su nieto,  como reflejo de las relaciones padres-niños y docentes-estudiantes.

y tú agrega los aprendizajes que te genera…
Fuente del corto: http://www.rinconpsicologia.com/2017/03/un-extraordinario-corto-nos-muestra-que.html?m=1
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Información, comunicación y educación a través de Internet: Su complejidad

Por: Jorge Díaz Piña

El estudio de la mediación discursiva en torno al uso informacional de la Internet en la educación  puede soportarse epistémicamente, entre otras opciones, a partir de la revisión crítica del vínculo sujeto-objeto, ya que es sobre este vínculo que se articulan raigalmente, explícita o implícitamente, los discursos respecto: 1º) de la relación información-comunicación que implica al concepto de conocimiento, y 2º) de la significación subjetivadora que la información  mediática transmite o la que se construye comunicativamente en la educación.

Para realizar esa revisión crítica se considera que los aportes provenientes del paradigma del pensamiento complejo son indispensables.  Desde este paradigma, un objeto no es complejo en sí mismo, en el caso hipotético de que se acepte que existe el objeto en sí, lo es para el sujeto que intenta conocerlo.  El paradigma de la complejidad no acepta la disyunción sujeto/objeto de la ciencia clásica.  Para el pensamiento complejo  la complejidad si se la busca en el objeto se encuentra en el sujeto que conoce; si se la busca en el sujeto que conoce, se encuentra en el objeto en tanto el sujeto busca conocerse a sí mismo  como objeto paradójicamente.

La complejidad no remite a lo que se conoce ni a quien conoce sin antes remitir a la acción de conocer; proceso este que reenvía en forma  dialéctica tanto al conocedor como a lo que conoce, en el que lo observado y el observador dependen de la observación, y la observación a su vez depende de lo observado y del observador por ser sus condicionantes de posibilidad. En  consecuencia, si se  determina a priori al sujeto o al objeto de conocimiento, se indeterminará la acción de conocer, y viceversa, como indica Ibáñez (1990) “lo que existe es una relación sujeto/objeto, de la que sujeto y objeto son proyecciones” ( p. 5).

Esta posición epistémica no resulta de la suma de dos complejidades disjuntas, la del sujeto, por un lado, y la del objeto, por el otro, sino del supuesto de su complementariedad y codeterminación, resulta del análisis crítico de la actividad cognitiva.   De aquí el deslinde de lo epistemológico con lo ontológico, ya que se desontologiza al objeto y al sujeto con relación a la cognición cuando se deja de considerar que las nociones y conceptos usados son  atributos de los objetos o los sujetos para concebirlos como emergentes de la interacción sujeto-objeto.

Las aportaciones epistemológicas del pensamiento complejo se hacen más pertinentes para esta reflexión al estimar las contribuciones de la cibernética de primer y segundo orden.  Sobremanera, cuando ella, además de incluir al observador en lo observado y concebir al objeto como sistema, posteriormente al sujeto y al objeto como  organización-acción sistémicas, incorpora las nociones de información y comunicación para comprender la organización (Aguado, 2003).

Con la primera cibernética se reduce la comunicación a transmisión de información y la de ésta a probabilidad de ocurrencia cuantificable en tanto cantidades de bits, conllevando esto a la exclusión del agente implicado, el sujeto, de la idea misma de información, aspecto que va a limitar, cuando no a imposibilitar, describir la complejidad organizacional en los términos de sujeto, información y comunicación

Esa prevalencia de la información como determinante en el proceso de comunicación afectó la conceptualización del conocimiento mismo al relegarlo al estatuto de mero gestor de la información.  El conocimiento aparece desde entonces como procesamiento de información (ob. cit.).

No obstante,  las incongruencias de la primera cibernética condujeron a la reformulación crítica de sus ideas.  Maturana y Varela (1996) calificaron como metáfora del tubo a la reducción de la comunicación a simple transmisión, señalando su improcedencia. Para estos investigadores “el fenómeno de la comunicación no depende de lo que se entrega, sino de lo que pasa con  el que recibe. Y esto es un asunto muy distinto a “transmitir información”.” (ob. cit., p. 130).  Como es el caso cuando se define  comunicacionalmente a la información con respecto a su significación, ya que ésta encierra la virtualidad de su transformación puesto que no es transmisible por cuanto está sujeta a la co-determinación interpretativa de la interacción “emisor-receptor”.  De aquí que la “pregunta por la comunicación no puede ser la pregunta por la transmisión de algo (información, significado), sino la pregunta por la construcción de algo.” (Aguado, 2003,  p. 186).

Pero es Morín (1999) quien propone desarrollos críticos más estrechamente vinculados con las direcciones de construcción de esta perspectiva y que, en consecuencia, servirán para su fundamentación epistémica.  Para él la palabra cibernética remite a una teoría del mandato (pilotaje y control), en los sistemas en los que la comunicación regula su organización.  En este enfoque la información que se transmite es un programa (instrucciones u órdenes), que controla las operaciones, como es el caso de los ordenadores o computadoras, máquinas que tratan la información por un mandato automático.  Los ordenadores no solamente controlan y mandan producciones materiales, sino también comportamientos con base en sus competencias informacionales.

Morín sostiene que la cibernética subordinó la comunicación al mandato, lo que hace que la defina como “la ciencia del mandato por la comunicación” (ob. cit., p. 272).  Concluyendo que de ese modo, la información se impuso como entidad soberana, como imperio informacional en la mayoría de los ámbitos, cuya autenticidad quedó garantizada por su servidor, el ordenador, que se convierte en un  aparato de mando. Con base en esto, señala que la “teoría cibernética oculta el problema del poder escondido bajo el mandato” (ob. cit., p. 273), del poder del ordenador que transforma en coerción (programa) la información.

Desde este punto de vista, Morín (ob. cit.) opina que no se pueden ocultar los constreñimientos sojuzgantes que la denominada “civilización maquinista” (o tecnológica) impone a la cotidianidad de la vida y la degradación de su calidad tan denunciada hoy día. Por eso reivindica la pertinencia de la temática de el hombre sojuzgado por la máquina, siempre y cuando se le sitúe en la ambigüedad de la emancipación/sojuzgamiento potencial y en una dialéctica que conjugue la emancipación energética de la máquina o tecnología y su sojuzgamiento informacional.

Ello hace necesario el desarrollo de una ciencia co-cibernética (física y sociológica) de la organización comunicacional que supere la imposición paradigmática de la simplicidad de la ciencia clásica y de la organización tecnoindustrial sojuzgante del trabajo de las sociedades históricas, esto es, la concepción de una organización en la que rija la comunicación y no el mandato, que invierta la soberanía o el poder del mandato en beneficio de la comunicación (ob. cit.), por extensión, en consecuencia, que supere también los discursos reproductores de ese sojuzgamiento. Como es el caso del discurso dominante sobre el uso informacional de la Internet a nivel educativo.

Cabe aquí, por tanto, la sospecha epistémica  sustentada y formulada desde una perspectiva sociohermenéutica,  que la información previamente codificada,  tematizada y circulante como  “conocimiento a accesar” a partir de “clickear” palabras clave o descriptores en los buscadores de la red de Internet, inducen  precomprensiones o aprendizajes mecánicos o no constructivos en quienes interactúan con ella desprevenidamente, como pudiera ser el caso de los niños y adolescentes expuestos sin mediación comunicacional e interlocución sociocultural o pedagógico-educativa crítica  significante.

Desde otra perspectiva  epistémica pero coincidente, la de  Lyotard (1989), que es estimada como premonitoria por su visión crítica anticipada, se consideró que la multiplicación de máquinas de información afectaría la transmisión de conocimientos y la naturaleza del saber.  Sobre ello, señala “que se puede esperar una potente exteriorización del saber con respecto al ‘sabiente’ ” (ob. cit. p. 16), agregando después algo que incidirá directamente sobre el proceso educativo, “el antiguo principio de que la adquisición del saber es indisociable de la formación (Bildung) del espíritu, e incluso de la persona, cae y caerá más en desuso.” (ob. cit.), para finalmente, sentenciar que el saber así transmitido revestirá cada vez más la forma de mercancía o valor de cambio ya que “deja de ser en sí mismo, su propio fin, pierde su “valor de uso” (ob. cit.).

La relación sujeto-objeto es también tema de reflexión en Heidegger (1997), en tanto vínculo hombre-mundo.  Para él, el hombre en cuanto ser humano es Daseín, “ser ahí” o ser que está siendo en el mundo. El mundo no es algo ajeno, simple presencia de la realidad de objetos o cosas ante el ser humano. El mundo no es lo que “está ahí” estáticamente en el entorno. El mundo hace unidad con el Daseín, es constitutivo de él porque está dinámicamente a disposición  de él como contexto de referencias útiles que tienen, por eso, ser.  Entorno de útiles que hacen unidad con el Daseín por cuanto están al servicio o en función del otro; su estructura o esencia es la de seres útiles a otro ser, el ser humano.  Su ser se manifiesta en el momento que los utiliza o refiere el ser humano aún y cuando éste no se percate del ser de aquellos por la implicación de su actuación o manifestación útil ya que al unificarse en la acción no son distinguidos esencialmente.  Aquí el mundo es considerado también como un contexto en forma de red de referencias simbólicas o ámbito de significación sobre el que se proyecta el ser humano al comprenderlo o interpretarlo cuando le atribuye sentido. Así ocurre con los útiles técnicos o las tecnologías, para nuestro caso, con Internet, como lo plantea Cortés-Boussac (2009) “el Daseín se está dando, desplegándose-en-el-mundo, al recurrir al Internet; hay manifestación de su ser como del ser del Internet  (…) y, en cierta forma, está llevando al Daseín en las redes de su estar-en-el-mundo.” ( p.41).

 Referencias

Aguado, J. M.  (2003).  Comunicación y cognición. Bases epistemológicas de la complejidad . Sevilla:  Comunicación social ediciones.

Cortés-Boussac, A.  (2009).  El hombre en las redes de las nuevas tecnologías. Bogotá: Ediciones Universidad Sergio Arboleda

Heidegger M. (1997). Filosofía, ciencia y técnica. Santiago de Chile: Editorial Universitaria

Ibáñez, J.  (1990)  Nuevos avances en la investigación social. La investigación social de segundo orden. Barcelona:Editorial Anthropos.

Lyotard, J-F.  (1989)  La condición posmoderna. Madrid: Editorial Cátedra.

Maturana, H. y Varela, F.  (1996)  El árbol del conocimiento. Las bases biológicas del entendimiento humano. Buenos Aires: Lumen-Editorial Universitaria

Morin, E.  (1999)  El método. La naturaleza de la naturaleza. Madrid: Editorial Cátedra.

 

 

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‘Cooperación Genuina’ como Paradigma Vital-Esencial una base sólida para una pedagogía desde el Sur

Este artículo resulta de una investigación por el interés de fundamentar el Paradigma Vital-Esencial ‘Cooperación Genuina’ como base para la construcción colectiva de experiencias de cooperación, tanto de tipo ‘Sur-Sur’, a nivel local, nacional o internacional, como también con la integración de terceras opciones.

Se trata de una investigación diseñada desde el paradigma cualitativo, es descriptivo y analítico, integrando el enfoque sistémico autopoiético.

Entre los métodos aplicados se encuentran: la sistematización de experiencias; el método vivencial; el método histórico y lógico; también el método de modelación.

Los resultados permiten saber ¿cuál es el sustento histórico de la propuesta ´Cooperación Genuina´? ¿en qué teorías psico-pedagógicas y sociales se fundamenta? ¿por qué hablar de Educación Alternativa Popular? Se logró perfilar, caracterizar, interpretar, comprender y proyectar esta propuesta pedagógico-metodológica.

Los aportes novedosos se visualizan en la comprensión de la Cooperación Genuina como paradigma vital-esencial que integra experiencias, sueños, hipótesis, valores y saberes compartidos desde el contexto nuestroamericano, orientando enfoques y prácticas en la cooperación sur-sur. Este paradigma implica una nueva opción y posición vital que deriva en acción en la diversidad de entornos: personal, comunitario, sectorial, gremial, sindical, productivos, socio-educativos, ya que aporta y se integra en los procesos socioculturales que van configurando la identidad y prácticas de vida con sus múltiples facetas. Lo novedoso es precisamente la visualización integrada de los referentes Ético y Pedagógico-Metodológico desde un enfoque de Educación Alternativa Popular en el paradigma vital-esencial de la Cooperación Genuina.

El aporte teórico-práctico de la investigación se construye desde la reflexión crítica al concebir la Cooperación Genuina desde su esencia educativa y relacionar nuevas construcciones teóricas de amplia proyección.

La investigación invita a comprender la relación entre un sueño compartido, en construcción permanente, y el quehacer actual de distintas/os autoras/es que participamos en espacios de cooperación sur – sur.

Seguir leyendo en el siguiente link:

‘Cooperación Genuina’ como Paradigma Vital-Esencial una base sólida para una pedagogía desde el Sur

 

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Carta a los movimientos populares

Carlos Ayala Ramírez

Hace unas semanas se realizó en la ciudad de Modesto, California, el IV Encuentro Regional de Movimientos Populares, que lucha por las tres “t”: “tierra, techo y trabajo”. Asistieron más de 600 delegados de 12 países; entre ellos, El Salvador, Guatemala y México. En el Encuentro se incluyeron dos temas que preocupan al país huésped: la inmigración y el racismo. El papa Francisco, quien tiene gran estima y esperanza en esta fuerza ciudadana popular, envió una carta a los participantes, de la cual queremos destacar su carácter y contenido.

Sus primeras palabras son de alegría y elogio al ver el trabajo conjunto que realizan estos grupos por la causa de la justicia social. En esta línea, expresa su deseo de que “en todas las diócesis se contagie esta energía constructiva, que tiende puentes entre los pueblos y las personas, puentes capaces de atravesar los muros de la exclusión, la indiferencia, el racismo y la intolerancia”. En la misiva se recuerda que la mayoría de hombres y mujeres de nuestro tiempo vive precariamente el día a día. Esto como consecuencia de un sistema en crisis “que causa enormes sufrimientos a la familia humana, atacando al mismo tiempo la dignidad de las personas y nuestra Casa Común para sostener la tiranía invisible del dinero que solo garantiza los privilegios de unos pocos”.

Frente a la realidad destructiva del sistema, el mensaje del papa destaca lo decisivo que es la participación protagónica de los pueblos al momento de los análisis y propuestas sobre los principales problemas que les afectan. En este sentido, la epístola hace dos llamados. Primero, a estar atentos a los signos de los tiempos, “ya que algunas realidades del mundo presente, si no son bien resueltas, pueden desencadenar procesos de deshumanización difíciles de revertir más adelante”. Y segundo, a no quedarnos “paralizados por el miedo, pero tampoco quedar aprisionados en el conflicto. Hay que reconocer el peligro, pero también la oportunidad que cada crisis supone para avanzar hacia una síntesis superadora”.

Y en la línea de conseguir una síntesis superadora que despierte a la verdadera humanidad, el papa remite a un principio radicalmente novedoso, presente en la parábola del buen samaritano, que resume el corazón mismo del Evangelio: la opción por la projimidad. Y lo explica así: “Hoy resuena en nuestros oídos la pregunta que el abogado le hace a Jesús en el Evangelio de Lucas: ‘¿Y quién es mi prójimo?’. ¿Quién es aquel al cual se debe amar como a sí mismo? […] ¿serán mis parientes? ¿mis connacionales? ¿aquellos de mi misma religión?”. Son estas las preguntas de alguien al que solo le interesa saber a quién amar y a quién puede excluir de su amor. El texto examinado en la carta constituye todo un itinerario para la acción organizada que surge ante el sufrimiento ajeno.

La parábola elige bien a los personajes: dos profesionales del templo (un sacerdote y un levita) y un hereje a quien cualquier judío piadoso debía evitar (el samaritano). “En el camino de Jerusalén a Jericó, el sacerdote y el levita se encuentran con un hombre moribundo, que los ladrones han asaltado, robado, apaleado y abandonado […] ambos pasan de largo sin detenerse. Tenían prisa”. La parábola comienza ejemplificando una realidad que puede darse en un mundo deshumanizado: la indiferencia ante el sufrimiento ajeno. Esto ocurre, según Francisco, en la sociedad actual. En ella, “se mira al que sufre sin tocarlo, se lo televisa en directo […], pero no se hace nada sistemático para sanar las heridas sociales ni enfrentar las estructuras que dejan a tantos hermanos tirados en el camino”.

Frente a cualquier ser humano abatido por el empobrecimiento, la violencia o la desesperanza, la parábola plantea que solo hay una manera de “ser humano”. Y no es la del sacerdote o el levita, que ven al necesitado y dan un rodeo, sino la del samaritano: “Aquel sobre quien nadie habría apostado nada […], cuando vio al hombre herido, no pasó de largo como los otros dos, que estaban relacionados con el Templo, sino ‘lo vio y se conmovió’ […], venda las heridas de aquel hombre, lo lleva a un albergue, lo cuida personalmente, provee a su asistencia”. El ejemplo del samaritano compasivo, entonces, es presentado por el papa como el referente ineludible de movimientos e instituciones dedicadas a la consecución de la justicia para el pobre.

Finalmente, el papa pide a los movimientos populares firmeza para enfrentar dos realidades. La primera la formula así: “La crisis ecológica es real”. Por tanto, exhorta a defender la creación, a no desoír la voz de la ciencia ni la de la naturaleza. La segunda: “Ningún pueblo es criminal y ninguna religión es terrorista”. En consecuencia, “no existe el terrorismo cristiano, no existe el terrorismo judío y no existe el terrorismo islámico […] Ningún pueblo es criminal o narcotraficante o violento […]. Hay personas fundamentalistas y violentas en todos los pueblos y religiones, que […] se fortalecen con las generalizaciones intolerantes, se alimentan del odio y la xenofobia”.

Destinatarios de esta carta pueden considerarse, con toda propiedad, las personas y organizaciones que en El Salvador exigen se apruebe una ley que prohíba la minería metálica. Como se sabe, la defensa del medioambiente, el derecho al agua y el freno a la explotación minera son banderas del movimiento social salvadoreño.

Fuente del articulo: http://www.uca.edu.sv/noticias/texto-4649

Fuente de la imagen: http://files.montse-serrano.webnode.es/200000894-a4755a56f6/mov-populares_560x280.jpg

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La Resiliencia como forma de resistir a la exclusión social

Por: Ignacio CALDERÓN-ALMENDROS, Cristóbal RUIZ-ROMÁN,  y  Jesús JUÁREZ PÉREZ-CEA

Entre los colectivos excluidos socialmente se dan una serie de formas de opresión que les son comunes. La estigmatización constituye una de estas prácticas de opresión. Y aunque ésta actúa bajo distintas etiquetas, todas tienen una misma finalidad: ejercer una forma de poder y control social sobre el otro. Ante la estigmatización cabe la aceptación y reproducción del estigma que reproduce la desigualdad, pero también caben otras maneras de afrontarla. En este trabajo, tras acercarnos al estado de la cuestión en torno a los estudios sobre resiliencia, pretendemos mostrar qué hay en ésta que pueda ayudar a empoderar a las personas y sus comunidades. Mediante un estudio comparativo de casos, esta investigación tiene como objetivo mostrar evidencias que nos ayuden a entender cómo la resiliencia puede ser una vía para resistir y alterar la opresión que genera el estigma. Más concretamente, este artículo, basándose en un análisis comparativo de tres casos de tres personas, tiene como objetivo mostrar los patrones comunes de segregación vinculados a los estigmas sociales que afectan a las personas que son ubicadas en ciertos colectivos. Posteriormente, se pondrán de relieve los modos en que las personas y los colectivos construyen interpretaciones contrahegemónicas que las empoderan y cuestionan la opresión estigmatizadora. Estrategias que ponen en marcha procesos educativos resilientes, donde individuo y comunidad veremos que van de la mano.

Para alcanzar estos objetivos, este artículo se sustenta en las evidencias e interpretaciones que ha arrojado el análisis comparativo de tres estudios de caso: El caso de Rafael, un joven malagueño de 30 años con síndrome de Down; el caso de Nordin, un joven de 16 años nacido en Marruecos y que lleva más de 9 años residiendo en Málaga; y el caso de Francisco, un joven gitano de 19 años que vive en una barriada marginal de Málaga (Los Asperones). Así, se ha utilizado la estrategia del análisis de comparación de casos por similitud con el objetivo de identificar procesos resilientes ante la estigmatización y la marginación social presentes en estas tres realidades opresivas.

 Los estudios sobre resiliencia
El concepto de resiliencia deriva del latín “resiliere”. Este concepto, procedente del ámbito de la física para designar a los materiales con un alto grado de aguante y reposición ante un fuerte impacto. Empezó a utilizarse posteriormente en el contexto anglosajón (resilience) por científicos estadounidenses, europeos y australianos, desde el campo de la psiquiatría y la pediatría. Dichos investigadores (Dugan & Coles, 1989; Garmezy, 1991) comenzaron a estudiar diversos casos de niños en riesgo social que conseguían resistir, adaptarse y crecer a pesar de vivir en condiciones de pobreza, abandono y violencia. Así pues, mientras que en el ámbito anglosajón el concepto “resilience” viene siendo estudiado desde hace más de medio siglo y utilizado en las últimas dos décadas por los profesionales que trabajan en el ámbito de la exclusión social (Jollien, 2000; Ungar, 2004; Daniel, 2006, 2010; Hart & Heaver, 2013). En España, es ahora cuando empieza a introducirse el concepto en los ámbitos de la investigación y la intervención socioeducativa. De otro lado, es interesante resaltar la evolución que han tenido los estudios sobre resiliencia. Así, en un primer momento, el estudio de la resiliencia humana empezó a desarrollarse desde el ámbito de la psicología. Las primeras investigaciones como las de Werner y Smith (1982) señalaban a los factores individuales como los únicos responsables de desarrollar procesos resilientes. Posteriormente, en las últimas décadas, los trabajos sobre resiliencia se han extendido al ámbito educativo y también al ámbito del trabajo social. Con ello, estudios como los de Melillo (2002), Cyrulnik (2002, 2009), Manciaux (2010), Ungar (2004), Suárez-Ojeda (2008), Hart et al (2011), Forés & Grané (2012), Ungar, Ghazinour y Richter (2013), Punch (2013), Runswick-Cole y Goodley (2013), Allan y Ungar (2014), Porcelli et al (2014), Theron, Liebenberg & Malinidi (2014), Ungar, Liebenberg & Ikeda (2014) y Ungar, Russel & Connolly (2014) empiezan a señalar la ineludible relación entre los factores ambientales o culturales y los individuales para el desarrollo de procesos resilientes. Esta idea de proceso viene a resaltar que la resiliencia se basa en una dinámica relacional entre sujeto y entorno de cara a afrontar elementos que dificultan el desarrollo de la persona. Esta forma de entender la creación de resiliencia se apoya en las teorías de Bruner (1984), Bronfenbrenner
(1987), Vigotsky (2012), entre otros, quienes evidenciaron la influencia que tienen los entornos y ambientes en el desarrollo del sujeto. Como defiende Melillo (2004),
si la resiliencia constituye un proceso de entramado entre lo que somos en un momento dado, con los recursos afectivos presentes en el medio ecológico social, la falencia de esos recursos puede hacer que el sujeto sucumba, pero si existe aunque sea un punto de apoyo, la construcción del proceso resiliente puede realizarse. (p. 70)
En este sentido, podemos decir que la resiliencia es un proceso que se va conformando entre el sujeto, las posibilidades que ofrece el entorno y los contextos, así como en las relaciones educativas que se generan entre éstos (Ungar, 2015). Así, la resiliencia desde una concepción sistémica o procesual, transciende los límites de una concepción individualista y abre un nuevo foco de atención hacia la cultura, la comunidad educativa y un/a educador/a que acompañe (Costa, Fores y Burguet, 2014), como elementos a tener en cuenta en los procesos resilientes.

 Metodología
Como decíamos anteriormente, este artículo se basa en un análisis comparativo de tres estudios de caso. Los estudios comparativos de caso se realizan generalmente con el fin de estudiar similitudes y diferencias entre diferentes casos (Eysenck, 1976; Yin, 2014). En la estrategia de comparación por similitud, se estudian los casos a partir de una variable o fenómeno similar y común a todos ellos (convergencia). En la comparación por diferencia, se trata de encontrar explicaciones a las diferencias que se producen en cada caso (divergencias) (Coller, 2000). En nuestro trabajo hemos utilizado la estrategia del análisis de comparación por similitud con el objetivo de comprender los fenómenos y convergencias comunes entre los tres casos. Dichas analogías quedan evidenciadas a partir de las categorías similares que emergieron en el análisis particular de cada uno de los tres estudios de casos y que finalmente dieron lugar a las categorías comunes que se exponen más adelante. De acuerdo con Stake (1998), a la hora de seleccionar los casos para este trabajo, se vio oportuno tener en cuenta la significación que podían tener para el fenómeno en estudio, así como el dar prioridad a las oportunidades de aprendizaje ofrecidas por cada uno de ellos. Siguiendo estas pautas y como ya se ha mencionado, este trabajo se basa en un estudio comparativo de los casos de tres personas que afrontan, desde el acompañamiento educativo, la adversidad de ser etiquetados y excluidos socialmente. Los criterios de selección para los tres estudios de caso fueron los siguientes: – Se han seleccionado los casos de tres personas que han sufrido el estigma y la discriminación social por las siguientes condiciones: en el primer caso (Nordin), por ser una persona que emigra desde otro país a España, en el segundo caso (Rafael), por ser una persona con discapacidad y en el tercero (Francisco), por pertenecer a una barriada marginal y ser de etnia gitana. – El segundo criterio ha sido que fueran casos en los que se pudieran identificar procesos resilientes ante la estigmatización y la marginación social. Esto implicaría que las personas elegidas habrían trascendido las expectativas del entorno a través de procesos educativos que les hubieran ayudado a pensarse más allá de los mandatos sociales. En este sentido, los tres casos escogidos no sólo destacarían por logros académicos (por ejemplo) poco comunes o simplemente pioneros, sino principalmente por las construcciones que los impulsan: el autorreconocimiento, el empoderamiento y la construcción de lo que en otro lugar hemos denominado identidades de interpretación (Ruiz-Román, Calderón-Almendros & Torres-Moya, 2011). – Y por último, un requisito no menos importante a la hora de realizar la selección de los casos ha sido que los protagonistas desearan participar voluntariamente en la investigación y se comprometieran a cooperar con los investigadores responsables de los estudios de caso.
En todos los casos, se hicieron las negociaciones prescriptivas como garante democrático de los procesos, tanto en el acceso a los informantes como en el uso y propiedad de los datos y en la construcción, devolución y validación de los correspondientes informes. Para ello se construyeron relatos que resultaran accesibles para la población estudiada. Todas estas negociaciones quedaron registradas e incluidas en el corpus de datos de cada caso. Con todo ello se ha hecho uso sistemático a la vez que éticamente guiado de los criterios más exigentes en las investigaciones cualitativas para dotarla de veracidad: la credibilidad, la transferibilidad, la dependencia y la confirmabilidad (Lincoln & Guba, 1985). Durante el trabajo de campo de los tres estudios de caso, los procedimientos utilizados para la recogida de información se han basado en un amplio elenco de estrategias etnográficas: entrevistas
(en profundidad, semiestructuradas y grupales), grupos focales, debates de grupo, recogida de documentos y artefactos, observación participante y diarios del investigador. Esta variedad ha permitido la triangulación de estrategias metodológicas. Por otra parte, dos de estas estrategias de recolección de datos han sido las predominantes para obtener información de cada caso: 79 entrevistas en profundidad y 9 grupos focales (Taylor & Bogdan, 1980; Krueger, 1994; Greebaum, 1998; Flick, 2004). Además, cada caso ha buscado la diversidad de informantes para poder llevar a cabo con sus informaciones otra triangulación. De este modo, fueron entrevistados diferentes tipos de informantes dependiendo de las características de cada caso, entre los que cabe destacar los protagonistas de los casos, familiares, amigos, profesores y educadores, vecinos, académicos, políticos, estudiantes, orientadores y otros informantes claves. Para todos ellos, en este artículo, se han utilizado seudónimos para proteger la identidad de los informantes. La estrategia de triangulación o corroboración estructural pretende, según Eisner (1998), la confluencia de múltiples fuentes de evidencia o la recurrencia de instancias que apoyan una conclusión, y que en el trabajo que presentamos ha sido desarrollada en tres dimensiones: la triangulación de fuentes de datos, la triangulación de investigadores y la triangulación metodológica. Estas medidas atienden a la naturaleza compleja de los datos subjetivos de los que se alimenta la investigación cualitativa (Contreras & Pérez de Lara, 2010; Stake, 1998), a la vez que confiere a los resultados la necesaria credibilidad y validez de un estudio científico en el área de las ciencias sociales. Toda la información generada fue grabada en audio o video y posteriormente transcrita literalmente para el análisis cualitativo de los datos, junto a la recogida documental. Cada uno de los tres estudios de caso fue analizado a partir de su propio sistema de categorías que emergió de su análisis específico. Por tanto, en cada uno de ellos se intentó buscar la lógica interna de los datos, que le iban confiriendo los mismos informantes a través de patrones como la repetición, la valoración de determinados temas, hitos o posturas, así como por la relevancia interpretativa que una clave podía ofrecer para entender la dinámica de construcción personal y social desarrollada en un contexto concreto. Es decir, hablamos de claves hermenéuticas de una determinada forma de vivir. Para la realización de este paso de los datos a las categorías, hemos seguido la secuenciación de Simons (2011, 60): identificar y confirmar categorías; establecer conexiones entre ellas; generar ideas de amplio alcance que cuenten una historia o parte de una historia del caso.

El software QSR International NVivo se utilizó para analizar los datos cualitativos recogidos y para la creación de dichas categorías emergentes. Sin embargo, en cada uno de los sistemas de categorías de los tres casos, emergieron categorías comunes. En ellas nos basaremos para hacer la comparación por similitud de los tres estudios de caso. Dichas categorías que de manera simultánea han aflorado en los tres casos son: estigmatización y deshumanización; sufrimiento y dolor como origen de la lucha; resiliencia y empoderamiento; apoyo socioeducativo y acompañamiento resiliente. A partir de estos patrones o categorías que se han repetido en los tres casos, el contraste y triangulación con varias fuentes y técnicas, y los episodios narrados con gran valor hermenéutico se ha construido este trabajo.

 Resultados

  •  Estigmatización y deshumanización
    Todos los seres humanos experimentamos unas condiciones del entorno que, dependiendo de sus características, pueden ser interpretadas como un corsé que no nos permite ser nosotros mismos. En el proceso de socialización, las personas vamos acogiendo de manera acrítica los elementos socioculturales del ambiente y los vamos integrando en nuestra personalidad. A veces, esta integración en la estructura social establecida puede ser experimentada como un proceso de opresión (Calderón-Almendros, 2011; Calderón-Almendros & Ruiz-Román, 2015). Dicho en otras palabras, las condiciones de la experiencia difieren mucho de unos grupos sociales a otros, de unas personas a otras. Y la experiencia de las personas con discapacidad, de etnia gitana o que han inmigrado a nuestro país, como los tres protagonistas que nos ocupan, no son especialmente benevolentes con este proceso de socialización. El sistema social tiene asignados unos roles sociales para las personas con síndrome de Down, los gitanos que viven en barriadas desfavorecidas o los inmigrantes que los aproxima a la marginación social. La socialización sostiene unas relaciones de desigualdad basadas en la diferenciación construida entre el colectivo hegemónico y aquellos grupos minoritarios. Es un ejercicio de poder y control de unos sobre otros, donde se va generando el concepto de normalidad, a la vez que la utilización de juicios de acuerdo a este concepto van tachando como fuera de la norma o del grupo, a las personas que construyen su identidad en los márgenes de lo hegemónico (Ruiz-Román, Calderón-Almendros & Torres-Moya, 2011).Esto queda evidente en los casos que nos ocupan. La sociedad maneja toda una serie de imágenes sociales en torno a la discapacidad, los inmigrantes o los gitanos que acaban suscitando la solidificación de los estereotipos y su uso generalizado. Estas producciones culturales hegemónicas hechas estereotipos constituyen una forma de control social, una generalización simplista que se asigna a una diversidad de individuos sin conocerlos (Abdenour & Ruiz-Román, 2005). Los estereotipos, desde las preconcepciones acríticas, homogeneizan lo diverso, explicitan una desigualdad sobre las minorías y ultrajan el ser individual de cada persona dejando ver en ella aquello que previamente se le ha asignado. Es una marca injusta que, consciente o inconscientemente, se le atribuye a la persona. Es como una cárcel en la que se le encasilla, restando la opción a que pueda ser lo que ella sea o desee ser. El estigma (llámese Down, inmigrante o gitano) no es la persona, por lo que con el estereotipo lo que se hace es de-terminar, esto es, reducir y encarcelar el complejo ser de toda persona.
    “Alicia: Es una pena que tenga que ir siempre… Diego: Con esa publicidad, ¿no? Alicia: …arrastrando, como eso que dice, arrastrando el Down. Porque en realidad el Down no es él. Él es él, y el Down es algo que le acompaña siempre. Diego: Sí, no se lo quita de encima. Alicia: Que tú eres miope. Tú no eres miope, tú eres Nacho y además tienes miopía. Pero no te define el ser miope” (Alicia y Diego, hermana y cuñado de Rafael). “Vecino 1: Y si vas a una entrevista de trabajo, como te miren el carnet y vean que eres de la barriada de los los Asperones, ni te meten a trabajar ni na. Te dicen: ‘ya te llamaremos’ (…) Vecino 2: O cuando tú estás hablando con una chavalita y te pregunta; tú de dónde eres y yo le digo: yo de los Asperones y al decirle eso, coge y te bloquea (en el Whatsapp). Y no quiere saber na de ti” (Grupo focal Vecinos del Barrio de Francisco).
    El estereotipo cosifica a la persona y la “bloquea”. La cosificación ejerce una función de control social a partir del prejuicio, un conocimiento estático y simplista que discrimina (“no quieran saber na de ti”), dejando de lado a la persona que está más allá del estereotipo. El estigma cosifica y le roba la humanidad a la persona mandándola a “otro mundo”.
    “Hay un tema que me da mucho coraje y es el que me llamen ‘moro’. Cuando me dicen moro, parece que soy de otro mundo” (Entrevista a Nordin)  “Investigador: ¿Por qué no para aquí el metro? Vecina 1 : Porque no somos personas. Vecina 2: Pues no sé. Se encierra aquí mismo. Si ellos quieren la pueden poner. Vecina 3: Se encierra justo donde está mi calle, subes y ahí se encierra. Vecina 2: Lo que no es normal que pasa por aquí para encerrarse y no pasa pa que lo podamos coger” (Grupo focal Vecinas del Barrio de Francisco).
    Como apreciamos a la luz de las evidencias, la estigmatización pone de relieve una injusticia social, por cuanto arrebata a la persona parte de su humanidad (“no somos personas”). Rafael utiliza otra metáfora para hablar del estigma (en este caso el Down): el “ataúd de los muertos”. En palabras de Rafael, el Down, (el estigma) es un ataúd que aprisiona a la persona e impide que la persona sea y se manifieste como tal.
    “(…) Uno me hace daño. Vale, estoy herido, tengo sangre por todo el cuerpo, pero el Señor me empujó. Dice: ‘Tú puedes. Yo te doy el don que es la música, luchando con la escuela’. Vale, con el ataúd que yo estaba –bueno, estaba en mi mente, no es real–, abro el ataúd y aquí estoy.” (Entrevista a Rafael)
    La exclusión se hace evidente: “no ser persona”, “estar en el ataúd”, en el “apodo”, “bloquearte”, ser arrojado a “otro mundo”, son formas de relación que quedan violentadas y deshumanizadas no sólo por el ultraje que se hace de su individualidad mediante el estigma, sino por los residuos que en forma de actitudes y comportamientos segregadores deja en quiénes lo utilizan.
    “Tuve un problema con una niña que me presentaron, que me gustaba y que estuvimos a punto de empezar a salir. Y es que a esta niña tanto los amigos como la familia le decían cosas por ser tan amiga de un marroquí. Los amigos de ella, los del grupo, delante mía no le decían nada para no parecer racistas, pero por detrás le decían que se pensara eso de salir con un moro. Por otro lado, la familia no quería que se juntara conmigo porque era moro. Cuando yo llamaba a su casa por teléfono y preguntaba por ella a su madre sin decir quién era, ella siempre estaba, pero cuando decía mi nombre y decía que era Nordin, entonces nunca estaba ¿No te parece raro?” (Entrevista a Nordin).
    “Jose: Y tú a lo mejor conoces a una chavalita y le dices que eres de los Asperones y se da media vuelta. Y yo le digo algunas veces que soy del Consul o Teatinos” (Entrevista a Jose, amigo de Francisco).
    “Domingo: (…) Yo sí puedo decir que he tratado mal a Rafa. ¿Mal en qué sentido? Abusando de él. Abusando de él en el sentido de que como yo soy, en cierta forma, yo era el ‘listo’ y él era el ‘tonto’, pues todo lo intentaba llevar, encauzar a lo que yo quería. Por ponerte un ejemplo ahora mismo, no caigo no, pero sí, a lo mejor ponerlo por delante o mejor por la edad, cualquier tontería, en vez de merendar esto, ‘diles a tus padres que vamos a merendar chocolate o que vamos a bajar a la tienda a comprar…’ Investigador: Utilizarlo. Domingo: Exactamente, sí, utilizarlo. Utilizarlo, por supuesto, claro” (Entrevista a Domingo, amigo de Rafael).
  • El sufrimiento y el dolor: el origen de una lucha
    Pero los estigmas, más allá de construcciones culturales estereotipadas, dejan marcas en el cuerpo del estigmatizado. El estigma es una daga que como dicen los propios protagonistas se clava y los hiere hasta hacerles “sangrar” y “llorar”. El sentirse etiquetado por la marca del “moro”, del “Down” o del “gitano” es doloroso. Cuando por la marca que te han puesto te hacen sentir inferior, inseguro o con miedo a relacionarte con los demás…, el estigma del estereotipo empieza a hacerte “estar mal, sufrir, llorar, sangrar,…” y a evidenciar las formas de ejercer el poder de unas personas sobre otras.
    “No hace mucho tiempo lo pasé muy mal en el instituto. Fui con unos cuantos compañeros a guardar las mochilas en la taquilla. Los tres primeros chavales guardaron las mochilas, y uno de ellos, mi amigo, me dijo que también guardara la mochila pues cabía una más. Y la guardé. Pero en ese momento llegó otro chaval y entonces los otros dos me dijeron riéndose ‘eh tu morillo, saca tu mochila’, para que la metiera la mochila el otro chaval. Y yo también me reí, pero por dentro estaba mal, me dolió mucho que me trataran como si no fuera persona. Tenía ganas de llorar, pero no podía llorar delante de ellos. Por eso, me fui riéndome para el cuarto de baño y allí me lavé la cara para que no se me notara que había llorado” (Entrevista a Nordin).
    “(…) hombre le han hecho sufrir mucho y de hecho hay cosas en las que se le ha notado muchísimo en que le ha dolido lo que le han hecho y le ha afectado, por ejemplo, el habla le empeoró muchísimo (…) Él tuvo un empeoramiento en la tartamudez, pero vamos, bestial, una cosa exagerada” (Entrevista a Silveria, hermana de Rafael). “Yo desde mi infancia luché para conseguir lo que estoy haciendo y lo que quiero hacer. Y hasta que yo me puse […] un fin de que yo diga: ‘El Down no. Yo soy como soy, […] yo soy como tú, como cualquier persona’ ” (Entrevista a Rafael).
    ‘Conseguí superarlo’, dicen con asombro las personas que han conocido la resiliencia cuando, tras una herida, logran aprender a vivir de nuevo. Sin embargo, este paso de la oscuridad a la luz, esta evasión del sótano o este abandono de la tumba, son cuestiones que exigen aprender a vivir de nuevo una vida distinta, que trascienda el sufrimiento. (Cyrulnik, 2002, p. 23)
    Trascender, reinterpretar, que no evadir, ni soportar. No es suficiente con limitarse a tratar de soportar el conflicto ni el sufrimiento, es necesario trascenderlo. Así, “el sufrimiento deja de ser en cierto modo sufrimiento en el momento en que encuentra un sentido” (Frankl, 1991, p. 114). En esta realidad, el dolor constituye la manifestación de la opresión. El dolor provoca que nos retiremos. Sin embargo, la resistencia al dolor empodera a la persona frente a la opresión: la libera. Si el dolor como opresión genera respuestas inconscientes y condicionadas que finalizan en la autoexclusión de la persona, en la asunción del estigma y la culpabilización, la resistencia al dolor implica la inversión del proceso (Calderón-Almendros, 2014). El dolor se convierte en un reflejo de la opresión social, mientras que la respuesta al mismo, “no llorar delante de ellos”, no ceder a la opresión y “luchar”, constituye el inicio de la resistencia. Luchar, para salir del “ataúd de los muertos”, “de otro mundo”, “lavarse la cara” y volver a “ser personas”.
  • Resiliencia y empoderamiento: más allá de la resistencia al dolor y la deshumanización
    “Yo les digo a mis amigos que no soy moro, que soy marroquí. Y les digo ¡ehhhh! ¡Que tengo un nombre ehhhh!” (Entrevista a Nordin).
    El estigma y la cosificación hemos visto que arrebataba la dignidad, generando opresión y dolor. Por esta razón, existe en los discursos recogidos de Rafael, Nordin y Francisco, una insistente tendencia a luchar por dicha dignidad y reclamar a la persona.
    “Si vosotros sabéis, que yo me imagino que vosotros sabéis que yo soy síndrome de Down, aparte soy como todos vosotros. Y quitando […] importancia. Aquí lo que destaco yo es que, por un lado, el síndrome de Down, lo dejo aparcado, lo dejo aparcado
    como si fuese un apodo. Pero yo soy otro, como todos vosotros. Eso es lo que siento yo.” (Entrevista a Rafael)
    Vemos cómo la manera que tiene la persona estereotipada para liberarse de ese encasillamiento es aprender a buscar mecanismos de resistencia para que los demás no lo encasillen más. El que es estereotipado desea salir de la “cárcel”, del “ataúd”, del “otro mundo”, para no sufrir y “sangrar” más y que los demás le reconozcan como persona.
    “El Down es un apodo. Y yo lo aparco. Y entonces, estoy yo” (Entrevista a Rafael).
    “Hay gente de fuera que dice: ‘uuh pues Asperones es chungo. Yo me he enterado que son conflictivos, que van robando’. Y yo les he dicho que tanto en Asperones como fuera hay gente buena y gente mala” (Entrevista a Francisco).
    Rafael, Francisco y Nordin “aparcan” el síndrome de Down, al gitano o al moro, y en un acto de resistencia a la opresión reclaman ser “uno más” en la sociedad y no quedar relegados a un subsistema de la misma. Desarrollan estrategias para revelarse contra una cultura equivocada que los hace sufrir. Pero para ello, además de utilizar el dolor como motor de la lucha, es necesario desaprender los patrones sociales adquiridos. Es necesario que la socialización sea cuestionada, que la persona aprenda algo que no es fácil: que la cultura dominante está confundida. De acuerdo con Cyrulnik (2002, 2009) y Manciaux (2010) entendemos que los procesos educativos han de producir una reflexión sobre la socialización inconsciente y ayudar a la persona a interpretarse más allá de las fronteras del estigma. Estos procesos educativos constituyen una forma de empoderamiento ante la deshumanización generada por la opresión. La manera de interpretarse, de relatarse en la vida se considera una parte fundamental en este proceso resiliente (Frank, 1991; Cyrulnik, 2002; Manciaux, 2010), puesto que permite al individuo y a su comunidad transformar(se) ante el estigma, contrarrestando el poder de exclusión que éste tiene. De acuerdo con Soler, Planas, Ciraso-Calí & Ribot-Horas (2014) apostamos por una idea de empoderamiento vinculada a un proceso de crecimiento, fortalecimiento y desarrollo de la confianza de los individuos y de las comunidades para impulsar cambios positivos en el contexto, ganar poder, capacidad de decisión y cambio (Úcar, Heras & Soler, 2014). Todo ello implica la autorrealización y emancipación de los individuos y comunidades, el reconocimiento de los grupos/ comunidades y la transformación social. Por ello, desde estas ideas de empoderamiento, de resistencia y reinterpretación de la cultura estigmatizadora, el papel de las familias, los educadores, o los entornos más cercanos de los protagonistas tiene un gran valor educativo, puesto que nos ayuda a entender, desde una perspectiva sistémica-ecológica, cómo la resiliencia en este punto se va tejiendo entre el individuo y su entorno. En efecto, los entornos más próximos de los tres protagonistas juegan un importante papel en la configuración de un proceso resiliente dando significado y tomando postura ante los estigmas. Así, podemos ver cómo en sus entornos más cercanos se realizan interpretaciones contra hegemónicas ante la opresión y crean frente común en la tarea de facilitar la transformación de situaciones de exclusión.
    “Asperones, es un barrio marginal de Málaga, lo construyeron con esa idea (…) para que no moleste al resto. Es una injusticia social, una vergüenza política.” (Entrevista a Beatriz, Educadora en la barriada de Asperones)
    “Pintamos con los vecinos, en los muros de la casa de uno de ellos que dan a la carretera un grafiti en grande que decía: ‘¿Cuándo nos vamos?’ Para que todo el mundo que pase lo vea desde la calle. Eso también es educación de calle.” (Entrevista a Juanma, Educador en el Barrio de Francisco).
    “Y un día, vino un amigo de una asociación contra la intolerancia y el racismo y pusimos carteles: ‘NO A LA INTOLERANCIA’.” (Entrevista a Nordin)
    “Yo pienso que el caso de Rafa es mucho más completo que solo resistencia. […] Por mucho análisis técnico que hagamos, […] al final es una familia que te trata con la normalidad desde que naces.” (Entrevista a José Chamizo, Defensor del Pueblo Andaluz).
    Al igual que veíamos al principio de este epígrafe, cuando Nordin alzaba la voz para denunciar que el estigma del “moro” le hace pasar “a otro mundo”, o Rafael reclamaba ser “como todos vosotros”, apelando a una nueva forma de interpretarse no opresiva, los educadores, las familias, los amigos de nuestros protagonistas vemos que también lo hacen. Como veremos en el último epígrafe de resultados, alzar la voz comunitariamente contra la opresión, más allá de una estrategia socioeducativa de acompañamiento y empoderamiento del individuo, es una forma de reinterpretar y afrontar colectivamente las injusticias.
  •  Apoyo socioeducativo y acompañamiento resiliente: en busca de un sueño.
    “Investigador: ¿Estás en primero de Bachillerato…? Nordin: Sí. Investigador: ¿Y después? Nordin: Después segundo de bachillerato y entrar en la universidad. Si yo me propongo algo, yo lo consigo. Yo quiero entrar en la Universidad” (Entrevista a Nordin).
    “Me decían: ‘No vas a llegar a ser nada’. Pero yo les decía: ‘No pero el día de mañana tendré puertas abiertas y seré alguien’. Yo quiero ser alguien en la vida” (Entrevista a Francisco).
    Lucha, esfuerzo, responsabilidad… todas estas ideas quedan reducidas a una sola: perseguir un sueño, “abrir puertas” que están cerradas por la exclusión y “ser alguien en la vida”. Pero como estamos viendo, los protagonistas de los tres casos no andan solos persiguiendo este sueño, están acompañados, haciendo más viable la lucha. Ya no está el individuo solo contra la opresión donde la lucha es muy desequilibrada. El proceso de liberación, es más factible cuando es un proyecto común de liberación sobre ellos mismos y los contextos que habitan. Un proyecto que es educativo para las personas y sus contextos. Un proyecto compartido por el que merece la pena luchar.
    “Mi padre quiere que estudiemos, (…) y él dice, varias veces lo dice, que lucha y ha luchado mucho y ha sufrido mucho y quiere conseguir por lo menos ver a uno de los hijos con carrera. Y yo creo que con mi hermano Nordin lo vamos a conseguir…” (Entrevista a Yushra, hermana mayor de Nordin).
    No se puede luchar solo contra el mundo. Las personas necesitan encontrar referentes en los que poder confiar, encontrar compasión (gente que encuentren un valor en padecer el dolor del otro) y hacer comunidad. La compasión, tal y como lo explica Buxarráis (2006) está muy lejos de significar la simple lástima. El reto de la verdadera compasión es hacerse uno con el otro, traspasar el estrecho horizonte del individualismo y reconocer que todo otro es otro-como-yo. Así, la compasión se convierte en compromiso o denuncia frente a la situación del otro en su dignidad ultrajada. Cuando esto ocurre, la opresión pierde poder y el sujeto y la comunidad en la que se sustentan emergen conjuntamente.
    “Vecina 2: Yo quiero mucho a todos estos maestros (se refiere a maestros y educadores sociales) Porque  han pasao mucho con este barrio, siempre estaban ellos ahí. Pero sobre to a Javier. Vecina 1: En lo bueno y en lo malo también han estao ellos. Vecina 2: Javier está pa tó. Es el más grande. Vecina 1: Ha pasao momentos buenos y momentos malos con nosotros y el barrio. Vecina 1: Y Javier más que ninguno. Porque vamos, se ha metío en todo lo que ha podío” (Grupo Focal Vecinas y familiares de Francisco).
    “El apoyo humano es el que te dice que los otros están aquí para estar contigo en lo que haga falta” (Entrevista a José Francisco, hermano de Rafael).
    El “apoyo humano” es el que ofrece a nuestros tres protagonistas el mayor sentido para continuar en la brecha, y con ello, rebasar los límites de la lógica individualista que embarga la sociedad. La colaboración es una de las mayores herramientas de que disponemos para atravesar fronteras y “abrir puertas”, puesto que cuestionan las perspectivas basadas en la eficiencia, la eficacia y la productividad. El acompañamiento colabora a “salir del ataúd” de la exclusión, a romper las fronteras con el “otro mundo”, a “abrir puertas” y entrar en una “nueva vida” que no se conforma con la desigualdad. Este proceso de acompañamiento, se convierte en un proceso educativo que rompe moldes, desafía las interpretaciones hegemónicas sobre la realidad y genera procesos resilientes de empoderamiento y libertad. En estos casos, no sólo es un acompañamiento incondicional con la persona, sino que al tiempo el acompañamiento constituye una subversión contra la marginación.
    “(…) desde la educación de calle se comienzan procesos o movimientos para invertir la marginación. Un ejemplo ha sido a través de acompañar a la gente cuando con los vecinos hicieron una manifestación cortando la calle para quejarnos por el trato recibido” (Entrevista a Juanma, Educador del barrio de Francisco).
    “Investigador: Oye ¿y vosotros creéis que la gente trata bien a Nordin? Amigo 1: No sé yo. Amigo 2: Sobre todo los… Amigo 3: Sobre todo los que no son de la clase. Amigo 2: No sé, no se portan muy bien con él, y no hablan mucho con él. Amigo 1: Muchas veces lo protegemos. Investigador: ¿Sí? Lo protegéis ¿de quién? Amigo 2: De algunos… Amigo 3: Algunos chavales que se quieren hacer…
    Amigo 2: Hay algunos racistas en el instituto” (Grupo Focal Amigos de Nordin).
    “Profesor: Posteriormente, me enteré de que habían habido problemas para que accediera al conservatorio, la verdad es que su familia ahí en ese aspecto luchó bastante, se pusieron hasta incluso en contacto con el Defensor del Pueblo… Felizmente salió todo bien, y Rafa entró en el conservatorio.” (Entrevista a Profesor de Rafael).
    “Investigador: Me gustaría saber por qué usted se pone del lado de Rafa, cuando los docentes y la Administración decían lo contrario. Defensor: Yo siempre me pongo al lado de la persona que, entre comillas, tiene el problema. Porque si no… ¿Para qué me voy a poner al lado de la Administración? Yo elijo a la persona […]. Y evidentemente, cuando te pones al lado de la persona, luchas” (José Chamizo, Defensor del Pueblo Andaluz, en una entrevista a raíz del caso de Rafael).
    Y en ese camino de liberación, no es suficiente con resistir, interpretar y crear. La situación requiere de una dosis de análisis sistemático, aprendizajes dialógicos y diseños de acciones inteligentes (incluidas todas las inteligencias), consistentes y duraderas. Son estas construcciones las que deben iluminar procesos educativos que permiten ir rompiendo, a modo de cuña, las barreras opresivas que se erigen tozudamente en nuestra sociedad. Sueños estratégicos, praxis, en términos de Freire (1992). Una cuña que crea fisuras en las barreras cuando las personas y los contextos no ceden ante el estigma y la opresión y cuando hace prevalecer sus sueños.
    “¿Y por qué no voy a poder yo tocar la trompeta?” (Entrevista a Rafael).
    “Y yo me preguntaba… ¿Por qué no voy a poder sacarme yo el graduado?” (Entrevista a Francisco).
    “Si yo me propongo algo, yo lo consigo” (Entrevista a Nordin).
    “Dentro de 10 años si pudiera pues por lo menos, con mi familia tranquilo, fuera de asperones, y estando bien y viviendo bien” (Entrevista a Francisco).
    Los sueños se convierten en el motor de la actividad. Como hacen explícito los tres protagonistas: “¿por qué yo no?” Los sueños, en la medida en que contribuyan a la construcción de una identidad que, en diálogo crítico con las condiciones de su experiencia y sus relaciones, amplíe su horizonte ideal y material, y sirva como reactivo para mejorar su contexto (Ruiz-Román, 2003). Únicamente los sueños no robados ofrecen el combustible necesario para llegar a un destino diferente. Un destino, un horizonte que ya no sólo será para ellos, sino que estarán ampliando horizontes en sus encorsetados entornos.
    “Por eso es tan importante el caso de Francisco, porque rompe con la marca a la que obliga el estigma de Asperones” (Entrevista a Juanma, Educador en Asperones).

Conclusiones

En este trabajo hemos podido ver cómo las dinámicas resilientes emergen tras sucesivas fases: la opresión generada por el estigma, la resistencia ante el mismo y el empoderamiento que viene de la mano del acompañamiento socioeducativo. En efecto, en las dinámicas resilientes que hemos analizado a partir de este estudio comparativo de casos existe una primera fase marcada por el estigma y la opresión, en el que el sistema social oprime a Rafael, Francisco y Nordin, y les arrebata parte de su humanidad. “No ser persona”, “estar en el ataúd”, “bloquearte”, ser arrojado a “otro mundo”, son formas de relación que denotan procesos de exclusión y opresión deshumanizadora. Ante esto, emerge una segunda etapa, que viene marcada por la resistencia (Castells, 1997) y el empoderamiento. Una resistencia que no es ajena al dolor y el sufrimiento, porque la opresión hace “sufrir, estar mal, llorar, sangrar,…” fruto de las relaciones de poder de unas personas sobre otras. Pero en esta dinámica resiliente, el dolor actúa a modo de revulsivo no sólo en los protagonistas, sino en sus familias, los educadores u otras personas que sienten el dolor del otro y no les deja inmóviles. La opresión y el sufrimiento que genera ésta, invita a “la lucha”. La lucha por el empoderamiento (Freire, 1985). Un empoderamiento, que cuestiona, reconceptualiza y reinterpreta los sistemas hegemónicos de significación de la sociedad y pone en marcha estrategias para tratar de equilibrar la balanza injusta de las condiciones de su experiencia. Gracias a esta etapa contestataria es posible la proyección y la transformación mediante la creación de sueños, “abrir puertas”, volver del “otro mundo” y entrar en una tercera fase. En todo, esta dinámica resiliente se da una colaboración recíproca entre los protagonistas de los casos y sus entornos. En efecto, en la base de la resiliencia siempre está la relación con el prójimo y el sentido, que pueden reforzarse mutuamente. Muchas veces el sentido se construye en un proyecto movilizador, que une los intereses de la persona y sus capacidades, en un proceso que estimula el crecimiento. Por ello, se precisa profundizar en esta línea de investigación. Es necesario seguir explorando la potencialidad que tiene el acompañamiento educativo como herramienta que simultáneamente promociona a la persona y genera transformación social.

El proyecto de investigación a partir del cuál ha emanado este artículo tiene como objetivo en los próximos años indagar en las potencialidades que puede tener la resiliencia más allá del desarrollo de cualidades personales, como un proceso transformador para las personas y las comunidades. La resiliencia, pasa entonces de ser una cualidad a ser una acción educativa comunitaria, puesto que, tejida por todos, en ella se construye la posibilidad de transformación social a través de la cuál el sujeto se convierte en persona, tiene la posibilidad de liberarse y es capaz de hacer realidad sus sueños. Y ahí es donde ha de situarse la educación, en los sueños transformadores. La educación se ubica entre nuestras realidades y nuestros sueños (Calderón-Almendros, 2014). Porque siempre todo es mejorable: la persona, la sociedad, el mundo. Es un fenómeno que favorece la libertad de las personas, que puede fomentar la justicia social, que iguala oportunidades. Por ello debe incorporar los sueños, porque sin ellos pierde buena parte de su naturaleza y niega la proyección que pretende construir. Los contextos educativos han de constituir nidos de sueños, en los que las personas sean capaces de construir su libertad en comunidad y proyectarse en ella.

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Fuente de artículo:

Ruiz-Román, C., Calderón-Almendros, I. & Juárez J. (2017). La resiliencia como forma de resistir a la exclusión social: un análisis comparativo de casos. Pedagogía Social. Revista Interuniversitaria, 29, 129-141. DOI: 10.7179/PSRI_2017.29.09.

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