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Los Marx, una biografía humana y política


Por: Enric Llopis
A partir del testimonio de dos hijas de Karl Marx –Eleanor, que se suicidó a los 43 años y Laura, que finiquitó su vida a los 66- el filósofo Juan Carlos Ruiz Franco trenza una novela documental de 138 páginas titulada “El bastardo de Marx”, publicada por Ediciones Dyskolo en noviembre de 2016. El título del libro invoca al vástago “ilegítimo” que el historiador, economista y filósofo germano tuvo con la criada de la familia, Helene Demuth. La narración, que intercala cartas y artículos de la época, permite una aproximación biográfica a Karl Marx, Friedrich Engels y otras personas del círculo íntimo. Cuenta Eleanor Marx que su padre nació el cinco de mayo de 1818 en la ciudad renana de Tréveris, inserta en el reino de Prusia. Hombre de fuerte carácter, se doctoró en la Universidad de Jena e intentó dedicarse a la docencia, pero del mismo modo que Bruno Bauer, un significado hegeliano de izquierda, fue expulsado de su cátedra en 1842, Karl Marx no pudo impartir clases. La mordaza del estado militarista prusiano se lo impidió. Entonces buscó una salida en el periodismo. Fue redactor jefe de “La Gaceta Renana”, un periódico liberal, pero a los seis meses (octubre de 1843) se topó de nuevo con la censura, que cerró el periódico por la publicación de un artículo considerado “antirruso”.

Eran sólo los comienzos y Karl Marx “gozaba de un gran prestigio entre la burguesía progresista de la época”, relata Eleanor. De ahí que, con la oferta de un buen estipendio, el editor Arnold Ruge le planteara la publicación en París de los “Anales Franco-Alemanes”. A la capital francesa se trasladaron, en 1843, Marx y su esposa Jenny Von Westphalen. La ciudad se destacaba por el fulgor intelectual: allí se hallaban entre otros el último poeta romántico, Heinrich Heine. Karl Marx entabló relación con ellos. Además en París “comenzó la fraternal relación entre mi padre y Engels”, subraya la hija del filósofo. Por aquellos años Marx ya se ubicaba en los aledaños del comunismo, lo que marcaba una distancia insalvable con Arnold Ruge, en posiciones demócrata-liberales. Debido al antagonismo, al editor no le agradó el primer número de los “Anales”, por sus excesos revolucionarios y por lo que consideró un abuso de las aportaciones alemanas. El Gobierno prusiano se sumó a los reparos: señaló nuevamente a la figura de Marx, la amenaza que implicaba la publicación de la obra y advirtió que se producirían detenciones si los autores entraban en el territorio de Prusia. “Pero mi padre tuvo suerte porque consiguió encontrar a un mecenas que le compró parte de la edición y organizó una colecta para mantenerle en parís”, relata Eleanor.

En esas circunstancias, Marx se vio obligado a prolongar las colaboraciones periodísticas. Por ejemplo en el rotativo “Adelante”, donde continuó apuntando contra el Gobierno de Prusia. La reacción del ejecutivo fue pedir que se le expulsara de Francia; y así ocurrió. El itinerario político y vital del filósofo y activista continuó en Bruselas, donde se tuvo que comprometer a no escribir artículos políticos. Sin empleo, Karl Marx se dedicó a publicar libros y textos con Engels, figura que resultó siempre capital para el sustento de la familia: “Mis padres lograron mantenerse económicamente gracias al dinero de algunos amigos, a varias colectas y a lo que ya entonces les daba Engels”, comenta Eleanor Marx en el libro de Juan Carlos Ruiz Franco.

Pese a la represión y la censura, nunca abandonó la militancia política; así, en Bruselas militó en la “Liga de los Justos”, que después se llamó “Liga de los Comunistas”. Advertido el Gobierno de Bélgica de sus actividades subversivas, Karl Marx volvió a tener problemas… En este punto Ruiz Franco introduce las palabras de Jenny Von Westphalen en primera persona, que complementan las impresiones de su hija: “La policía, los militares y la guardia civil fueron puestos en estado de alerta; entonces los trabajadores alemanes decidieron que ya era hora de armarse a su vez; se procuraron dagas, revólveres… Karl aportó dinero gustosamente, pues acababa de recibir una herencia; el Gobierno vio pruebas de conspiración e intriga; Marx obtiene dinero y compra armas, por lo tanto ha de ser expulsado” (“Breve bosquejo de una vida memorable”). Dos sargentos de la policía irrumpieron en la vivienda donde residía el revolucionario alemán. Afirmaban poseer una orden de arresto para conducirlo a un interrogatorio. Tras la estancia belga y revocada una antigua orden de expulsión, el siguiente destino revolucionario de Marx se hallaba en parís. Corría el mes de febrero de 1848 y la Monarquía de Luis Felipe I estaba a punto de sucumbir. Marx se enrola en las “barricadas” parisinas y ese año redacta con Engels el “Manifiesto del Partido Comunista”.

El “fantasma” revolucionario se propaga por Europa. Marx viaja a Colonia: publica un número de la “Nueva Gaceta Renana”. Cuando retorna a París, observa cómo el proceso revolucionario ha derivado en una República presidida por Luis Napoleón Bonaparte, que decide liquidar los sueños de emancipación obrera. Un año después, en julio de 1849, Marx recibe la orden de abandonar París, de manera que tiene que fijar un nuevo destino: Londres. En la capital inglesa “viviría prácticamente en la miseria; la familia subsistió en todo momento gracias a las ayudas y las herencias, ya que no existía ningún ingreso fijo”, explica Eleanor. Sólo entraba, de tanto en tanto, el dinero de algún préstamo a fondo perdido. La hija de Carlos Marx dedica asimismo unas palabras a Engels, su inseparable socio y mecenas. Nacido en el seno de una familia burguesa, religiosa y propietaria de fábricas textiles, Friedrich Engels se escoró ya en los años de universitario en Berlín (1841 y 1842) hacia el hegelianismo de izquierda. Se trasladó a Manchester para ayudar en la dirección de las factorías. Selló el inicio de su estrecha relación con Marx aquel día de noviembre de 1842 en que apareció por la redacción de “La Gaceta Renana”. Poco después empezaron a colaborar en los “Anales Franco-Alemanes”…

Además de uno de los fundadores en 1869 del Partido Socialdemócrata de Alemania, Wilhelm Liebnecht fue padre de Karl, mentor éste con Rosa Luxemburgo de la Liga Espartaquista y el Partido Comunista de Alemania. Wilhelm Liebnecht define la constitución física de Marx como naturalmente adecuada para los grandes esfuerzos. En Londres, tan pronto se sentía mejor de los achaques, “volvía a caer paulatinamente en la costumbre de trabajar por las noches, hasta que de nuevo se producía una crisis que le obligaba a un tren de vida más razonable (…)”. Pero sólo el tiempo justo: “Las crisis eran cada vez más intensas; contrajo una afección hepática y tumores malignos”. Poco a poco su fortaleza natural fue mermando.

El yerno de Marx, Paul Lafargue, también resaltaba esta capacidad titánica de Marx para la producción intelectual. Fue en 1865, en Londres, cuando Lafargue se encontró al activista e ideólogo por primera vez. El periodista y médico revolucionario nacido en Cuba, defensor de “El derecho a la pereza”, conoció a Marx enfermo y fajándose para levantar el primer volumen de El Capital. En el gabinete de Maitland Park Road, donde le visitaban camaradas de todo el mundo, “no se me apareció como el incansable agitador socialista, sino como un erudito (…), las paredes estaban cubiertas de estanterías repletas de libros, y cargadas hasta el techo de manuscritos y paquetes de periódicos”. No sólo leía en todas las lenguas europeas –también en ruso- y escribía en alemán, inglés y francés, sino que la biblioteca de Marx –cuenta Lagargue- “contenía más de mil volúmenes reunidos durante su larga vida de investigaciones”; pero no era suficiente y, por ello durante años frecuentó el Museo Británico.

Entre la encarnizada persecución de los poderes y la loa de los seguidores, el libro de Dyskolo incluye a los críticos de la época. Uno de los más reputados, Mijail Bakunin, afirmó sobre Marx: “Cree de modo absoluto en sus propias teorías, y desde sus alturas desprecia a todo el mundo”. Otra aproximación a los Marx puede basarse en la reconsideración del rol de las mujeres, a menudo relegadas frente a los prohombres. El dos de diciembre de 1881 falleció en Londres Jenny Von Westphalen. En el funeral Engels recordó que Jenny sufrió el exilio parisino, el hostigamiento del Gobierno de Prusia y la prisión en Bélgica. Tras la revolución, frustrada, de 1848 afrontaría todas las penalidades del exilio londinense.

También a la muerte de Jenny, hija mayor de Karl Marx, Engels rememoraba la “presencia de ánimo y energía que muchos hombres envidiarían”. Se refería a la actuación de Jenny cuando los periódicos irlandeses revelaron los maltratos afligidos en las cárceles británicas a los presos nacionalistas, juzgados en 1866; y, dado que el político liberal William Gladstone no cumplió con las promesas previas de amnistía al acceder a la presidencia, Jenny Marx tomó partido. Escribió dos artículos en el periódico “Marsellesa”, de Rochefort, en los que denunciaba las vejaciones. Después se hizo eco la prensa parisina. A las pocas semanas, celebraba Engels, O’Donovan Rossa y la mayoría de los patriotas irlandeses estaban ya libres y de camino a América. Pero el libro de Juan Carlos Ruiz Franco no es una biografía estrictamente política. Desentraña también el lado humano (demasiado humano) de los Marx: quién fue Helen Demuth, la tormentosa relación entre Eleanor Marx y Edward Aveling; el carácter de Freddy, el hijo bastardo; la vida sexual de Carlos Marx, su relación con el dinero…

El bastardo de Marx

J.C. Ruiz Franco

Ediciones Dyskolo 1.0. noviembre 2016

epub: 1,9 Mb.

mobi: 2 Mb.

pdf: 138 pág.

Página del libro [descarga]: http://www.dyskolo.cc/cat%C3%A1logo/lib024/

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=221726&titular=los-marx-una-biograf%EDa-humana-y-pol%EDtica-

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Buen viaje, don Horacio Guarany

Por: Ilka Oliva Corado

Siento un amor profundo por Suramérica y, eso es gracias a Violeta Parra que me embrujó con su poesía y su canto. Junto a ella Mercedes Sosa, otro de mis grandes amores.

Me acabo de enterar de la muerte de Horacio Guarany, y vienen de golpe los recuerdos de los primeros años de mi destierro, la fría soledad y la desolación del auto exilio, las noches de pesadillas e insomnio, las madrugadas gélidas en la lejanía. La añoranza por mi terruño amado en un país desconocido, en medio de un mar de culturas e idiomas, sola en mi soledad.

La melancolía por los celajes de mi Guatemala, las montañas verde botella, las calles empolvadas de mi arrabal, los cerros de mi natal Comapa, aquello que fue mi raíz y mi sustento durante los primeros 23 años de mi vida, ya no estaba ahí. Yo estaba lejos, a miles de kilómetros sin un punto fijo, sin tierra firme, sin horizonte alguno y con mis alas rotas. Sintiéndome fracasada e inservible.

Una agonía perenne con carácter de irreversible me consumía lentamente, un rechazo automático a lo que no era propio, y me hundí en el alcohol que fue mi compañero fiel en aquellos años de depresión profunda. El único que me mantenía sedada para no sentir ni pensar, para no saberme extranjera y en la diáspora sin camino qué seguir. Herida y moribunda.

Años duros con fuertes batallas emocionales fueron aquellos, una lucha de vida o muerte contra los infiernos internos que se presentaron poderosos para aniquilarme.
Y en aquella oscura soledad aparecieron Violeta Parra y Mercedes Sosa que me presentaron a los cantores de la Suramérica que tanto amo, entre ellos Horacio Guarany.

Una Suramérica desconocida en su totalidad para mí, que fui conociendo poco a poco gracias a una computadora que fue la primera estafa que viví en este país, esa computadora era mi recurso para entrar al mundo del internet y descubrir todo aquello que me maravilló de la trova suramericana. Como el insomnio no me dejaba dormir y cuando lo lograba las pesadillas de la frontera me despertaban, a sacudones, entre gritos y sobresaltos, entre lágrimas y renuncia; acudía a la computadora que me mantenía ocupada toda la noche y toda la madrugada hasta el amanecer, que era otro tormento porque no había paso para el inconsciente.

Gracias a la estafa de esa computadora mi mente se mantuvo ocupada mientras escuchaba música de los trovadores de Suramérica y leía de otros parajes ajenos a mi infancia en mi arrabal.

Gran diferencia generacional me separaba de los trovadores de la Latinoamérica soñadora, y sin embargo se convirtieron en mi refugio. Su poesía y su música le dieron vida a mi corazón migrante y destrozado. Acompañaron el terrible dolor del desarraigo.

Gracias, don Horacio Guarany, por haber sido mi refugio junto a los trovadores del Sur, en aquellos años de desamparo, que en la cuerda floja ayudaron a fortalecer mi carácter y mi espíritu. Mi amor y mi reverencia a la Violetona Parra y a Mercedes Sosa, por tanto.

La poesía y la música, curan, claro que sí.
 
Fuente: Blog de la autora: https://cronicasdeunainquilina.com/2017/01/13/buen-viaje-don-horacio-guarany/

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Guiemos el tiempo libre de los hijos e hijas

Por: EducaBolivia 

El estrés es un término muy utilizado y conocido en estos tiempos. Es un término que ha marcado de manera diaria el entender la presión diaria vivida en el trabajo, en el hogar, en la escuela o en el diario vivir. A lo anterior las vacaciones son muy importantes para sobrellevar o luchar contra el estrés sea cual sea su origen.

Un niño, niña o joven debería pasar las vacaciones utilizando los tiempos tal y como deseen pero de manera razonable, la agenda está totalmente abierta y libre para actividades que en tiempos de estudio no se puede realizar.
Como padres deben tomar en cuenta que el tiempo de las obligaciones, las diligencias de último momento, las responsabilidades, los trabajos, etc. pasan a otro plano al disfrutar las vacaciones. De hecho el estrés debe ser reducido a su mínima expresión.
Debemos considerar también que en las vacaciones podemos preocuparnos por nuestra salud y por lo tanto debemos ver como beneficioso que las vacaciones sirven para el mejoramiento del estado de ánimo y el aumento de la autoestima del niño, niña o joven.
Es un hecho que en tiempo de vacaciones el ánimo mejora al realizar actividades que nos gustan. Hagamos que los hijos e hijas utilicen ese tiempo para descansar, para pasar y dialogar con los miembros de la familia o viajar para conocer nuevos lugares, eso es muy saludable psicológica y físicamente.
¿Qué hacerles hacer a los niños en las vacaciones?
Como padres las vacaciones escolares pueden ser muy bien aprovechadas. Los beneficios de ese tiempo libre del niño, niña o joven sirven para estimular a que realicen tareas y actividades útiles.
Si se planifica el tiempo vacacional escolar podría ser de gran importancia para toda la familia. Eso sí, es transcendental pactar y consensuar las actividades entre los padres y los hijos. La idea es que ellos (hijos e hijas) no pasen el tiempo echados en el sofá, mirando programas improductivos en la televisión o invirtiendo de mala manera su tiempo en juegos digitales no educativos.
Por si acaso, existe mucho material para considerar en las redes respecto de cómo aprovechar las vacaciones junto a los hijos. Dejamos a tu consideración aquí algunos enlaces:
Por otro lado estas son algunas actividades que podrían realizarse en vacaciones. Por si acaso no todo es tecnología. Estas actividades podrían ser denominadas como pequeñas actividades para los pequeños y pequeñas:
  • De seguro el papeleo de tareas y trabajos del anterior año ha sido muy variado. Muchos de ellos pueden ser guardados y clasificados o en su caso desechados. Esta es una interesante tarea por realizar en vacaciones.
  • Los niños o niñas podrían encargarse, obviamente bajo supervisión, de algo del arreglo del jardín o de las macetas de la casa.
  • Otra actividad productiva es el ordenar su ropa o hasta verificar si ésta es usable o no. Podrían escoger ciertas prendas para luego considerar donarlas a personas que si la necesiten.
  • Si la idea es que el niño o niña de la casa se mueva, camine y tenga actividad física, sugerimos la recolección de latas de aluminio o de botellas plásticas o de vidrio en la cuadra o en el barrio. Esta recolección es importante pensando en la educación ambiental. Obviamente esta tarea tendría que realizarse bajo un control de los padres y entre varios niños o jóvenes que podrían agruparse para la tarea.
  • Entretener a los niños sin utilizar la tecnología si es posible y en especial en las vacaciones. Son las generaciones anteriores las que mejor pueden asesorar y aconsejar el cómo divertirse sin el uso, ya cotidiano, de las tecnologías. Hoy en día los niños creen no poder vivir sin lo tecnológico y mucho más cuando nuestro mundo y nuestra vida están inundados por computadoras, celulares, etc. Intenten llevar a sus niños a los parques y canchas y de seguro la pasaran de maravilla.
  • El parque, los jardines o las plazas son lugares extraordinarios para entretener a los niños en vacaciones. Todo sirve para lograr que los chicos queden exhaustos: el ejercicio, la vida al aire libre, la bicicleta, el skate, los rollers, la cuerda, etc.
Actividades extraescolares
El propósito principal del incentivo para realizar actividades en vacaciones también persigue el lograr una educación integral en el niño, niña o adolescente.
Antes de aconsejar o de decidir qué tienen que hacer los hijos e hijas en vacaciones, debemos admitir que siempre cuenten con tiempo libre para jugar o para divertirse. No se les debe quitar ese tiempo de juego y diversión porque perderían la esencia de su niñez.
Respecto de las actividades es el niño o niña quien debe tener prioridad para elegirlas. La idea es presentarles las opciones: deportes, tecnologías, danzas, idiomas, arte, etc. Eso sí, el asesoramiento por parte de los padres debe ser serio y constante.
Otro posible error es que los padres presionen a sus hijos a realizar actividades que ellos hubieran querido practicar de niños. De hecho esto no es beneficioso para ellos y ellas. Las expectativas y gustos del niño deberían primar en la decisión.
Por último, como ya dijimos, no es posible que esas actividades impidan el libre juego del niño, compartir tiempo con su familia y descansar lo suficiente es ideal para que no se sobrecarguen.

http://www.educabolivia.bo/index.php/comunidad/tiempo-libre/4669-guiemos-el-tiempo-libre-de-los-hijos-e-hijas-2

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Enseñar a protestar

Por Alberto Sebastián Barragán*
Millones de mexicanos, con millones de modos honestos de vivir, exigen que cada quien haga su trabajo, y que lo haga bien. Es una demanda de elemental justicia, puesto que lo que piden no es un capricho: los gobernantes deben atender las necesidades y trabajar en las demandas de la sociedad a la que representan.

La indignación no es nueva y crece cada día más. Las calles de nuestro país han visto desfilar las protestas, que por años han congregado diferentes causas y movimientos. Sin embargo, este sexenio ha registrado una innumerable cantidad de manifestantes, casi todos con el mismo motivo: protestar contra las malas acciones del gobierno, contra el mismo grupo en el poder.

El paquete de las llamadas reformas estructurales ha tenido una suerte de dados cargados hacia los grupos empresariales. Mientras los discursos demagógicos abanderan las transformaciones, detrás del telón se frotan las manos, en espera de múltiples ganancias, los intereses privados.

Este es el México del siglo XXI. Este es el país que ha sido mancillado y que adolece, como si padeciera mal de gobierno crónico. La sociedad había sido permeada por la política social de la dádiva, que no es más que un tranquilizante, una sustancia que no mitiga, pero que mantenía adormecida a la población.

Hace tiempo se advirtió: si no se dan instrucciones de civismo a nuestro bajo pueblo, a cada rato lo veremos injuriado impunemente. En efecto, la educación tiene un papel trascendental en la vida pública del país. Esa cita textual pertenece al periódico Regeneración, publicado el 15 de octubre de 1900. De una primera lectura, la cita parece un lugar común, pero si resaltamos su contexto histórico, nos daremos cuenta de que está trillada repetidamente, no la frase, sino nuestra dignidad.

En todo momento, la tarea educativa tiene que atravesar esta cruda realidad. En las escuelas, concurren alumnos y docentes que caminan las mismas calles para llegar día a día. Lo que pasa afuera no es ajeno a los temas de la clase. Y como vecinos del mismo país, a los profesores nos toca mediar los conflictos, dar interpretaciones del diagnóstico y ser portadores de las malas noticias.

El gremio magisterial ha mantenido también su lucha por varios sexenios, y ha demandado mejores condiciones laborales, incrementos al salario, capacitación, seguridad, prestaciones y, en este sexenio, se ha agregado la lucha contra la reforma educativa. Además del trabajo en las escuelas, profesores y profesoras han tenido que organizarse para levantar la voz, y mantenerse vigentes en la lucha.

Muchos medios de comunicación y gran parte de la opinión pública han señalado en forma despectiva todas las protestas del magisterio. Sin embargo, la sociedad ha percibido la legitimidad de la lucha, da crédito a los levantamientos y apoya a los maestros.

En las escuelas se ha mantenido un arduo trabajo en beneficio de los pequeños. Los profesores enseñan a leer, escribir, sumar, multiplicar, analizar, comprender, participar. El plan de estudios vigente (que van a eliminar) tiene una estructura sólida y suficientemente congruente en las prescripciones que se plantean para los estudiantes de educación básica.

Entre los campos formativos que se trabajan está: desarrollo personal y para la convivencia, que incluye la formación cívica y ética, en primaria y secundaria. Es una asignatura para la formación de identidad mexicana y construcción de la ciudadanía. Desde ese espacio curricular se analizan documentos como nuestra Constitución, y se han revisado las prerrogativas de los artículos tres, 27 y 123; también se orienta a niños y jóvenes para tomar decisiones, encarar conflictos y participar en asuntos colectivos.

Las recientes protestas por el incremento al precio de la gasolina están desbordando los límites de la paciencia. No sólo es la gasolina, sino la canasta básica y todo lo que se mueve en el país. No sólo es esta vejación, sino que es la gota que derramó el vaso que se fue llenando de abusos, corrupción, beneficios descarados a muchos empresarios, gastos excesivos, bonos injustos a los servidores públicos, vales de gasolina a los funcionarios, la Casa Blanca, reformas laborales que atropellan derechos de los trabajadores, narcotráfico, feminicidios, desaparecidos, Tlatlaya, Ayotzinapa, Apatzingán, gobernantes saqueadores…

Como sabemos, la lista se ha vuelto interminable. Entre tanto, los profesores han predicado con el ejemplo. La lucha magisterial ha reportado algunas pérdidas y ganancias. La gente que debe protestar ahora ya no se detiene. En las escuelas hay que agregar la revisión del artículo nueve constitucional, del derecho a protestar; ahora más que nunca tiene que volver a valer. No hay que perder de vista que los derechos se satisfacen, no se conceden. A más de 100 años de distancia, vale revivir la esencia del periódico Regeneración, para reconstruir la dignidad y la conciencia de nuestro país.

* Jefe de redacción en Voces Normalistas

Fuente: http://www.jornada.unam.mx/2017/01/19/opinion/020a1pol

Imagen: www.elpueblo.com/img/photos/protesta3.jpg

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Reflexiones para un cambio de paradigma entre ser humano y medio a través de la educación socioambiental

19 de enero de 2017/Fuente y autor/insurgencia magisterial /Por: Rocío Valderrama. Iberoamérica Social. 

La educación socioambiental completa formación participativa y resolutiva de personas, en la que prima la búsqueda de posibles alternativas a los actuales conflictos ambientales. La educación ambiental es el eje en el que hoy debe apoyarse el cambio social y la educación. Es aquí donde radica la importancia de educar a partir de problemas ambientales, ya que son situaciones que nos hacen reflexionar y nos ponen en contacto con sistemas y realidades complejas que nos ofrecen la oportunidad de ejercitar, participar y aprender sobre esta realidad. Por ello, la ecociudadanía desafía a los ciudadanos para cultivar un nuevo paradigma social que mire la complejidad en nuestro papel dentro de las sociedades, de una forma crítica, con nuestras propias acciones y sus posibles repercusiones. Para ello, la educación socioambiental se convierte en una herramienta fundamental e indispensable para contribuir a hacer nuestras sociedades cada vez más humanas, sustentables, responsables y democráticas.

El estilo de vida neoliberal conlleva una grave problemática social en la búsqueda de la felicidad y la satisfacción a través del consumo desmedido e incontrolado de bienes y productos materiales. El problema de esta actividad radica en que, a nivel social, el consumismo alberga una potente alta carga negativa con impactos medioambientales catastróficos, llevando a una indiscutible sobreexplotación de los recursos, cuya consecuencia es la escasez o extinción de estos, la contaminación ambiental, el aumento de la producción fabril y los desechos industriales y domésticos, la biopiratería, el monopolio de los bienes naturales y el patrimonio socioambiental por multinacionales así como otras graves secuelas.

La conducta que presenta el hombre o la mujer hacia el medio ambiente está determinada por los nexos sociales, las relaciones actitudinales y los hábitos de consumo. Cuando el hombre descubre que su conocimiento le da posibilidad y ventaja para analizar y usar la naturaleza se considera a él mismo como una herramienta para manipularla, preservarla, intervenirla o devastarla. Obviamente, este comportamiento, es capaz de aniquilar nuestro ecosistema y, de esta manera, producir un irreparable daño al entorno.

Necesariamente la educación socioambiental es una alternativa que posibilita un replanteamiento de las relaciones del ser humano con su medio. La capacidad del ser humano en vivir en armonía consigo mismo y con sus congéneres (otros pueblos o naciones), así como en armonía con la naturaleza es una alternativa de desarrollo como paradigma del buen vivir.

La educación socioambiental desarrolla la inteligencia ecológica como la capacidad y la habilidad, para abordar de la mejor forma los retos que nos plantean los problemas ambientales como un desafío. Por lo tanto la educación ambiental debe instituir la condición de ecociudadania, desarrollando la corresponsabilidad, el compromiso, la ética ambiental y formando a personas con pensamiento crítico que incluyen al otro.

¿Cómo podemos diseñar un marco ecológico de desarrollo humano en educación? ¿Qué elementos debemos contemplar?

Desde la perspectiva socioambiental, comunitaria y participativa donde cobran relevancia experiencias como un nuevo modo de coordinar esfuerzos y energías en el ámbito de lo social, teniendo en cuenta las vivencias globales que inciden más en praxis de reflexión y acción desde lo local. Asimismo, creemos que para que este marco sea posible necesariamente tenemos que hablar de un proyecto vital que favorezca un pleno desarrollo de la persona que comienza en la familia y continua en sus relaciones interpersonales en el entorno, en base a criterios de cuidado y participación, tejiendo una trama sostenible que perdura en base a un marco ecológico de desarrollo humano.

A una situación tan compleja como es el deterioro de nuestro entorno, nuestra madre tierra, proponemos alternativas complejas a través de la participación y la corresponsabilidad de la ciudadanía. La economía circular o verde, el decrecimiento, la investigación participativa, cartografía participativa, el mercado social, el banco del tiempo, alternativas financieras, comercio justo, presupuestos participativos, participación ciudadana, entre otros elementos que en manos de la ciudadanía formada en educación socioambiental es la oportunidad de experimentar con nuevas fórmulas creativas como un reto donde coexisten miedos, desconocimientos y también ilusión, emprendimiento, compromiso , aprendizaje y crecimiento desde el desarrollo humano. Necesariamente tendremos que sincronizar actitudes, capacidades, tiempos y espacios plantea otra cuestión a superar desde la reflexión compartida en la posibilidad de emprender conjuntamente acciones creativas en ritmos sincronizados.

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/reflexiones-para-un-cambio-de-paradigma-entre-ser-humano-y-medio-a-traves-de-la-educacion-socioambiental/

Imagen: www.explora.cl/images/IMAGENES-RM-NORTE/2016/Noticias/Manual-Educacin-Socioambiental—03.jpg

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Discusiones sobre la tragedia siria

Claudio Katz – La Haine
En un escenario de ocaso de la primavera árabe y preeminencia del fundamentalismo despunta la perspectiva progresiva de un estado kurdo

El giro de la guerra no atenúa el desastre humanitario. La sublevación democrática inicial fue usurpada por el yihadismo y se transformó en un conflicto entre bandos regresivos.

Las grandes potencias disputan intereses en un conflicto internacionalizado. Más intensa es la batalla por la hegemonía entre cuatro sub-potencias regionales. En la actual combinación de conflictos corresponde priorizar las batallas populares frente a las tensiones geopolíticas.

Es tan equivocado justificar los crímenes del gobierno, como ignorar la confiscación reaccionaria de la revuelta. Los errores provienentes del registro exclusivo de disputas inter-estatales no se superan con neutralismo. Lo ocurrido en Siria es una advertencia para América Latina.

La derrota sufrida por los yihadistas y denominados rebeldes en Alepo anticipa un giro en el desangre de Siria. Si el avance de las tropas del gobierno apoyadas por Rusia e Irán se confirma en las próximas batallas, la contienda podría quedar definida. Este viraje se juega también en Mosul. La coalición de iraquíes, kurdos, turcos que actúa con apoyo aéreo de Estados Unidos y Francia acorraló a los fundamentalistas en su bastión de Irak. Estos desenlaces cambiarían el mapa del conflicto pero no la tragedia que padece la región. Es previsible un desplazamiento de los enfrentamientos hacia otras zonas y la sustitución de choques entre militares por escaladas de terror contra la población civil.

Las alertas ya se multiplican en todas las ciudades de Medio Oriente y Europa. En Alepo se consumaron las mismas masacres que pulverizaron a otras ciudades multiétnicas. En el conflicto se computan más de 250.000 muertes y cuatro millones de refugiados. El nivel de barbarie se verifica en el tráfico de órganos humanos que realizan los contrabandistas entre los sobrevivientes (Armanian, 2016e). Los descendentes del despojo padecido por los palestinos vuelven a padecer el mismo destino de sus antecesores (Ramzy, 2015). Junto a la denuncia de esos crímenes resulta indispensable esclarecer lo ocurrido. REBELIÓN Y USURPACIÓN Hace seis años comenzó en Siria una sublevación con demandas democráticas semejantes a Egipto y Túnez. Ese levantamiento formó parte de las mismas protestas contra regímenes autocráticos que caracterizó a la primavera árabe. El movimiento se popularizó e incluyó la creación de comités para exigir reformas políticas. Pero la represión oficial superó todo lo conocido y desencadenó una guerra civil. En su debut la rebelión despertó enormes simpatías, incentivó la deserción de cuadros militares y dio lugar al surgimiento de zonas liberadas. En términos políticos reunió una coalición de hermanos musulmanes, liberales y sectores progresistas. Pero el carácter sangriento de los enfrentamientos precipitó la militarización del campo opositor. Las organizaciones armadas se afianzaron en un escenario de variable empate.

El primer cambio de la rebelión se consumó con la presencia de los asesores provistos por Estados Unidos. El segundo viraje se concretó con el predominio de milicias yihadistas que no habían participado en la gestación de la sublevación. Como los fundamentalistas islámicos (salafistas) son acérrimos enemigos de los derechos ciudadanos, su dominio de la revuelta sepultó el sentido democratizador del alzamiento, Los yihadistas se impusieron mediante acciones brutales. Varios grupos contaron con la financiación de Qatar y Arabia Saudita (Jaish al-Islam) y otras fracciones actuaron en forma más autónoma (Jabhat al-Nusra). Turquía aportó logística, circulación en las fronteras y contingentes propios (Ahrar as-Sham).

Estas potencias sunitas apostaron a una ocupación extranjera, semejante a la registrada en el Líbano durante los años 80. 1 Economista, investigador del CONICET, profesor de la UBA, miembro del EDI. Su página web es: www.lahaine.org/katz 2 2 Entre los yihadistas se consolidó el protagonismo del grupo EI (Ejército Islámico, ex ISIS), que intentó establecer los cimientos de un Califato en las zonas conquistadas de Siria e Irak. Al principio Estados Unidos avaló la presencia de estas bandas suponiendo que acelerarían la caída de Assad, sin quitarle el timón de la oposición a los sectores del ELS (Ejército Libre de Siria), manejados por el Pentágono. Pero los fundamentalistas superaron a los grupos pro-occidentales y se apropiaron de su armamento. Tal como ocurrió con los talibanes y Al Qaeda, Estados Unidos perdió el control del campo que esperaba manejar.

En las zonas bajo su dominio, los salafistas impusieron códigos medievales contra las minorías religiosas. Asesinaron cristianos y kurdos, degradaron a las mujeres y quebraron la convivencia entre pueblos y creencias. Esa usurpación transformó un conflicto inspirado en anhelos democráticos, en una batalla entre dos bandos igualmente reaccionarios y crecientemente contrapuestos por pertenencias comunitarias. Como acertadamente señaló un analista, esa degeneración enterró la sublevación inicial (Kur, 2016). El avance militar de los yihadistas quedó detenido el año pasado.

El gobierno de Assad reconquistó territorios con el auxilio de los bombardeos rusos y las acciones de las milicias pro-iraníes (Hezbolah). Contó también con el sostén de las comunidades alawitas, chiitas y cristianas aterrorizadas por el salvajismo de los salafistas. Cuando la guerra privó al país de alimentos y medicinas básicas, ambos bandos reclutaron a los desesperados por sobrevivir bajo alguna protección. Los dos campos cometieron horrendos crímenes documentados por numerosas crónicas periodísticas (Febbro, 2016; R.L, 2016; Al-Haj Saleh, 2016). Esa barbarie compartida confirma la disolución del componente progresivo inicial que tuvo el conflicto. PRIMAVERA, YIHADISMO Y KURDOS El curso de la guerra en Siria sintonizó con tres procesos regionales. En primer lugar, la confiscación de la lucha democrática profundizó el retroceso general de la primavera árabe.

Ese levantamiento ha quedado socavado por represiones dictatoriales y guerras yihadistas (Cockburn, 2016). En medio de atentados y atropellos contra los trabajadores, en Túnez gobierna un ex ministro del viejo régimen de Ben Alí. En Egipto los militares restauraron el brutal sistema precedente, desplazando al gobierno electo de los hermanos musulmanes. Los golpistas emiten condenas a muerte, engrosan las abarrotadas prisiones y torturan a miles de personas. Cuentan, además, con el aval de Estados Unidos y la complicidad de Europa. Su conducta confirma el carácter reaccionario de las cúpulas militares enfrentadas con el islamismo. En Libia se verifica la misma regresión. Gadafi fue tumbado por el operativo que montó la OTAN para dividir al país. Occidente usufructúa de esa partición junto a Qatar y Turquía (que manejan la región de Trípoli) y Arabia Saudita (que se reparte el Torbuk con Egipto). Tal como ocurrió en África durante década anterior, el territorio ha sido reorganizado bajo el control de los señores de la guerra (Zurutuza, 2014).

En Irak continúa la demolición impuesta por un desangre sectario entre sunitas herederos de Sadam y chiitas asociados con Irán. Estados Unidos tolera esa matanza y supervisa la fractura del país, mediante frecuentes cambios de bando. 3 3 También los palestinos sufren las consecuencias de este dramático escenario regional. Israel refuerza la expropiación de Cisjordania extendiendo muros, apropiándose del agua y forzando la emigración. En este desolador contexto zonal se asienta un segundo proceso de gravitación contrarrevolucionaria de los yihadistas. Esos grupos son continuadores del terrorismo talibán, que Estados Unidos fomentó hace varias décadas para expulsar a la Unión Soviética de Afganistán.

Las potencias occidentales han utilizado las milicias salafistas para destruir a los regímenes adversarios. Ese desmoronamiento refuerza la extinción de todos los vestigios de laicismo y modernización cultural. Los fundamentalistas son una fuerza transfronteriza que se alimenta del odio generado por las agresiones imperialistas. Prometen regenerar la sociedad con estrictas normas de autenticidad religiosa, que incluyen alcanzar el paraíso a través de la inmolación suicida (Hanieh, 2016). La atracción que suscita entre jóvenes desengañados no sólo tiene fundamentos místicos. Expresa también el anhelo milenario de alcanzar la unidad árabe por medio de un Califato, asentado en la unanimidad religiosa (Jahanpou, 2014a). Los yihadistas encarnan la versión extrema de la vertiente sunita del islamismo, en histórica rivalidad con los chiitas. Por eso trasladaron a Siria la guerra sectaria que desgarró a Irak. Los asesinatos que perpetraron en Túnez ilustran, además, su pretensión de disolver el sindicalismo y erradicar la militancia. Son destructores de la organización popular, exponentes de la barbarie (Achcar, 2015) o representantes de nuevos fascismos con referentes religiosos (Rousset, 2014). Tal como ocurrió con Bin Laden tienden a desenvolver acciones propias que escapan al control de sus creadores (Petras, 2016). La variante más reciente del yihadismo surgió en las cárceles de Irak entre los oficiales del disuelto ejército de Sadam.

Formaron el EI para resistir la expulsión de los sunitas del estado y para rechazar del acuerdo de gobernabilidad concertado por Estados Unidos con Irán (Rodríguez, 2015). Pero a diferencia de sus precursores de Al Qaeda algunas vertientes han intentado construir un estado. Ocuparon pozos petroleros y se financiaron con la comercialización del crudo. Si ese proyecto territorial fracasa retomarán el uso generalizado del terror. En este terrible escenario se incubó un tercer acontecimiento inesperado y positivo: la consolidación de zonas autónomas bajo el control de los kurdos. Este grupo nacional aglutina a la mayor minoría sin estado de todo el planeta. Diseminados en varios países, sus derechos han sido negados por incontables gobiernos. En su valiente resistencia al yihadismo crearon la posibilidad de un Kurdistán independiente (Feffer, 2015). Si obtienen esa meta conseguirán el objetivo que los palestinos no han logrado alcanzar. Esa perspectiva abre una luz de esperanza en la tragedia de Medio Oriente. Combatiendo al ISI los kurdos ya construyeron un semiestado dentro de Irak.

Han pactado con el gobierno chiita aprovechado el momentáneo aval de Estados Unidos y buscan reconstruir en Irán la efímera república que forjaron en los años 40. En Siria batallaron durante años por su autonomía, pero en el conflicto actual establecieron un acuerdo con Assad para combatir a los yihadistas. Con un armamento muy limitado han logrado significativas victorias. En Kobane demostraron la supremacía del heroísmo y la auto-defensa sobre el terror. Sus milicias integradas con mujeres, guiadas por normas de laicismo e 4 4 impulsadas por proyectos económicos cooperativos son la contracara del oscurantismo yihadista (Kur, 2015). Las victorias de los kurdos permitirían restaurar la convivencia entre árabes, armenios, turcomanos y asirios. Introducen un contrapeso progresista al ocaso de la primavera y a la reacción salafista. EPICENTRO DE CONFLICTOS GLOBALES La guerra actual difiere en el plano geopolítico de lo ocurrido en Libia. Allí prevaleció la unanimidad imperialista, Rusia jugó un papel secundario, Irán no fue determinante y las sub-potencias que financiaron a la oposición se repartieron amigablemente el petróleo. Por el contrario en Siria se han concentrado múltiples conflictos internacionales. Estados Unidos intentó aprovechar la rebelión democrática inicial para deshacerse de Assad.

El cuestionado presidente no conserva ningún gramo del viejo antiimperialismo, pero actúa con un imprevisible pragmatismo. Aunque participó en la invasión yanqui a Irak, preserva una autonomía inadmisible para el Departamento de Estado. Por eso Obama intentó tres fracasadas políticas para derrocarlo. Primero tanteó la instauración de una zona área de exclusión y amenazó con bombardeos directos. Pero no logró la cobertura de las Naciones Unidas, ni el sostén requerido para montar el control internacional de los arsenales químicos. Posteriormente propició la división del país en cantones, en el escenario de caos que potenciaron los grupos del ELS manejados por la CIA. Como Assad se negó a exilarse y el yihadismo copó el bando rebelde, Washington optó por una negociación con Rusia para neutralizar a los fundamentalistas. Decidió tolerar al régimen, en el marco de las nuevas tratativas para logar el desarme nuclear de Irán (Armanian, 2016c). Pero estas vacilaciones paralizaron a Obama y empujaron a los republicanos a exigir la continuidad de la campaña militar. Incluso Hilary propuso el endurecimiento y la intervención del Pentágono. La caída de Alepo implicó finalmente una derrota de Estados Unidos, que revierte sus avances en Libia y consolida sus retrocesos en Irak. Nadie sabe qué hará Trump, pero ya anticipó un mayor apoyo a Israel que conduciría a retomar el hostigamiento de Assad. Avalará en la ONU el colonialismo sionista y amenaza con trasladar la embajada yanqui a Jerusalem. Los tres principales funcionarios militares del nuevo presidente (Flynn, Pompeo y Mattis) son partidarios de romper el acuerdo nuclear con Irán.

Pero reactivar el conflicto con Siria choca con la tregua sugerida a Rusia para confrontar con China. Renovar la presión militar sobre Damasco no es compatible con los acuerdos propuestos a Putin, para compatibilizar los gasoductos proyectados por Rusia (South Stream) y Estados Unidos (Nabucco). Es también difícil priorizar esos convenios hostilizando al mismo tiempo a Irán (Ramonet, 2017). Hasta ahora Europa ha seguido las políticas más duras que impulsó Estados Unidos en Siria. Especialmente Francia incentivó el derrocamiento de Assad, facilitando la circulación de los yihadistas y la financiación de su armamento. Hollande busca ahora mayor protagonismo en la captura de Mosul. Esta conducta fue reforzada con la utilización reaccionaria de los atentados padecidos por la población gala. No sólo volvió a imperar un doble rasero, para subrayar que la vida de un francés vale más que su equivalente del Tercer Mundo. La marcha oficial frente a lo ocurrido en Charlie Hebdo fue precedida por la prohibición de manifestaciones palestinas e incluyó la presencia de Netanyahu, como una explícita provocación al mundo árabe. 5 5 También los refugiados son manipulados para justificar operaciones bélicas de “protección humanitaria”. Mientras cierra las fronteras y convalida los naufragios en el Mediterráneo, Hollande multiplica el envío de tropas que potencian el éxodo de la población civil (Alba Rico, 2015). Ese belicismo se explica por los negocios franceses con Arabia Saudita o Qatar y por los intereses coloniales que el yihadismo amenaza en África. Pero un ala del establishment (Fillon) ya propicia replanteos. Francia padece al mismo Frankestein que afecta a Estados Unidos desde el atentado de las Torres Gemelas. La creciente participación de ciudadanos franceses de origen árabe en el yihadismo agrava el problema. La atracción del fundamentalismo entre los jóvenes desposeídos aumenta con la criminalización de los musulmanes y la expansión del fascismo islamofóbico.

En Siria se dirimen también las tensiones de Occidente con Rusia. En los últimos años la OTAN desplegó misiles en Europa Oriental, creó repúblicas fantasmales (Kosovo), propició incendios fronterizos (Georgia) e indujo golpes de estado entre los aliados estratégicos de su contrincante (Ucrania). Pero la pasividad de la era Yeltsin quedó atrás y Putin encabeza una reacción defensiva en la esfera geopolítica (recaptura de Crimea) y económica (expropiación del magnate pro-Exxon Jodorkovski). La presencia rusa en Siria apuntala ese contrapeso. Putin subió la apuesta luego del ataque del ISI a un avión ruso en Sinaí. Está empeñado en prevenir el resurgimiento de las milicias islamistas en su radio de Chechenia. Acordó con Obama el bombardeo a los grupos yihadistas y luego aprovechó el desconcierto de Estados Unidos para socorrer al acosado Assad. Rusia apuntala en Siria sus propios intereses militares (una base naval y otra aérea) y económicos (gasoductos). Se encuentra en una situación muy distinta a la padecida cuando perdió Afganistán o se desplomó la URSS. Pero compensar la fragilidad económica interna con expansión militar puede desembocar en el desastre que demolió al imperio zarista. El momento de gloria que vive Putin disimula las limitaciones de su maquinaria bélica y el dudoso sostén interno a operaciones de mayor envergadura (Poch, 2017). La internacionalización del conflicto sirio condujo incluso a China a atenuar su estrategia general de prescindencia.

A diferencia de lo ocurrido en Libia, ahora participa en las negociaciones sobre el futuro del país. Teme la expansión del yihadismo en sus fronteras y necesita asegurar el abastecimiento de petróleo. La estabilidad de Medio Oriente es vital para su proyecto de forjar un gigantesco emprendimiento comercial, emparentado con la vieja ruta de la seda. DISPUTAS REGIONALES Los conflictos entre las sub-potencias de la región han influido más que las tensiones globales en el desgarro de Siria. Israel interviene en sintonía general con Estados Unidos. Pero hace valer intereses colonialistas que rompen el equilibrio de la primera potencia con sus socios del capitalismo árabe. Netanyahu aprovechará el ascenso de Trump para intentar la captura completa de Cisjordania liquidando la farsa de los dos estados (Pappé, 2016). Con ese objetivo incentivó la demolición de Siria a través de bombardeos y socorros de la retaguardia yihadista. Esperaba destruir a un adversario que alberga palestinos y oxigena a Irán. El gobierno israelí no acepta perder el monopolio atómico regional frente a las instalaciones construidas por los Ayatollahs. Despotricó contra el acuerdo nuclear que 6 6 suscribió Obama y se dispone a dinamitar ese convenio, para revertir el resultado adverso de la guerra en Siria. Arabia Saudita es un segundo protagonista que encabezó el sostén a los yihadistas para tumbar a Assad. Su régimen criminal-monárquico es la principal referencia de los fundamentalistas. El nuevo rey Salman inauguró por ejemplo su mandato con un récord de 153 ejecutados (Gómez, 2016). Los sauditas disputan hegemonía con Irán recurriendo a fundamentos del Corán. Retoman la antigua contraposición entre sunitas y chiitas, que se cobró más de un millón de muertos en la guerra entre Irak e Irán (Jahanpour, 2014b). Los monarcas saudíes no toleran la preeminencia lograda por sus adversarios en el régimen que sucedió a Sadam Hussein. Exigen, además, el sometimiento de todos los pobladores chiitas de la península arábiga, que encabezaron protestas durante la primavera árabe (Luppino, 2016).

En el estratégico enclave de Yemen los jeques comandan una atroz escalada de masacres, que ha creado una tragedia de desabastecimiento de agua y alimentos (Cockburn, 2017). Cuentan con la colaboración aérea de Inglaterra y la complicidad logística de Francia (Mundy, 2015). Mantienen, además, una estrecha asociación de compra de armamento y sostén del dólar con Estados Unidos (Engelhardt, 2016). Pero con el manejo de una colosal renta del crudo han construido un poder propio, que genera múltiples conflictos con Washington. En los últimos años Estados Unidos incrementó su abastecimiento interno de combustible, redujo la dependencia de sus proveedores y utilizó el petróleo barato como instrumento de presión sobre Rusia e Irán, afectando también a sus socios sauditas. Probablemente los monarcas avalaron la caída del precio para afectar la rentabilidad de la producción norteamericana (extracción con shale) y recuperar predominio. Pero también priorizaron la convergencia con Estados Unidos para disciplinar a la OPEP y debilitar a Teherán. Con Trump se avecinan nuevos acercamientos (guerra del Yemen) y distanciamientos (más negocios con Europa que con América). Más conflictivo es el destino futuro de los yihadistas. Al igual que en Pakistán, nunca se sabe cuánto protegen los monarcas sauditas a los grupos terroristas que desestabilizan a Occidente (Petras, 2017). Por esa razón más de un estratega del Departamento de Estado evalúa la conveniencia de promover una balcanización de Arabia Saudita. Exploran la posibilidad de transformar a ese país en una colección de impotentes mini-estados, semejantes a Qatar o Barheim (Armanian, 2016b).

El tercer actor regional -Irán- disputaba en la época del Sha poder regional con los Sauditas, dentro de un mismo alineamiento pro-norteamericano. Pero desde hace décadas el régimen teocrático choca con Estados Unidos. Apuntala especialmente el régimen de Assad para reforzar su preeminencia en Irak y contrarrestar el acoso saudita en Yemen. Participa en Siria no sólo con armas y asesores, sino con cierto despliegue de fuerzas regulares. Además, recluta chiitas en el mundo árabe con la misma intensidad que sus adversarios sunitas (Behrouz, 2017). Los Ayatollah le permitieron a Rusia incursionar desde su territorio contra el ISI, pero mantienen abiertas las negociaciones nucleares iniciadas con Obama. Al cabo de varias décadas de aislamiento económico el régimen acepta un desarme parcial, a cambio de inversiones occidentales. Tramita un lugar protagónico en los gasoductos que diseñan las compañías petroleras (Armanian, 2016d). Los socios privilegiados del capitalismo iraní se definirán en la intensa batalla interna que libra el ala pro-occidental de Rohani, con la vertiente tradicionalista de 7 7 Jameini. Todos buscan desactivar un descontento reformista que amenaza la supremacía de los teólogos y militares en el manejo del gobierno. Finalmente la cuarta potencia regional -Turquía- pertenece a la OTAN y alberga una base militar con ojivas nucleares apuntando a Rusia. Pero los herederos del imperio otomano también operan como una sub-potencia con vuelo propio.

Especialmente el gobierno islámico-sunita conservador de Erdogan intentó un liderazgo de la zona, en estrecha alianza con la hermandad musulmana de Egipto. Pero luego del derrocamiento de ese sector consumó un cambio de frente, buscando primacía en la ofensiva contra Assad. Motorizó la acción de los yihadistas en Siria e incluso derribó un avión ruso para forzar la intervención directa del Pentágono. Con el mismo propósito potenció la crisis de los refugiados en Europa (Armanian, 2015). Pero el peligro de gestación de un estado kurdo precipitó otro viraje espectacular de Erdogan. Turquía se forjó como país en la negación de los derechos de esa minoría y su gobierno complementa el viejo exclusivismo nacional (una sola lengua, raza e idioma) con el sostén religioso de las mezquitas (Gutiérrez, 2016). Erdogan se sumó al bloque de rusos e iraníes para bloquear la expansión de los kurdos en sus fronteras. Rompió la tregua con los encarcelados líderes de esa minoría en Turquía y apuesta a negociar con Assad la obstrucción total de los anhelos kurdos (Lorusso, 2015). El presidente cambió de bando para confrontar internamente con los pacifistas, laicos y progresistas que avalan las demandas (o las negociaciones) con los kurdos. Propicia un giro totalitario que inició desarticulando el improvisado golpe de estado reciente. Quizás montó un auto-golpe para justificar las persecuciones (Cornejo, 2016) o afronta conspiraciones pro-norteamericanas de los descontentos con su aproximación a Rusia (Armanian 2016a). En cualquier caso, Turquía es un polvorín sacudido por choques en la cúpula militar. Erdogan sostiene a la fracción islamista que promueve un proyecto hegemónico neo-otomano (rabiismo) frente a sectores más atlantistas (kemalismo), en un marco de fracasado ingreso a la Unión Europea (Savran, 2016). En la guerra de Siria se dirime la supremacía de un grupo sobre otro.

CARACTERIZACIONES Y POSICIONAMIENTOS La complejidad de la guerra en Siria obedece a una intrincada combinación de conflictos. La rebelión popular inicial se entremezcló con las tensiones entre potencias regionales y globales (Cinatti, 2016). Ese tipo de mixturas en un mismo escenario bélico ha sido frecuente en la historia. La Segunda Guerra Mundial sintetizaba, por ejemplo, choques interimperialistas (Estados Unidos-Japón, Alemania-Inglaterra), con resistencias democráticas al fascismo y defensas de la URSS ante la restauración capitalista. Estos dos últimos componentes determinaron el alineamiento de la izquierda en el campo de los aliados (Mandel, 1991). Para tomar partido en conflagraciones de este tipo, resulta necesario caracterizar cuál es el campo que contiene demandas legítimas o facilita triunfos populares. Es vital priorizar la lucha por abajo, para distinguir a las fuerzas más progresivas de cada escenario.

Los conflictos geopolíticos nunca son indiferentes a la acción popular, pero están subordinados al curso de esas batallas. Lenin propició esta estrategia socialista que jerarquiza los combates populares y toma en cuenta las tensiones por arriba. Superó el error de considerar tan sólo la 8 8 confrontación con el enemigo principal o sostener ciegamente cualquier rebelión, omitiendo su función en el escenario global. En el caso actual de Siria han prevalecido momentos de prioridad de la lucha democrática (levantamiento inicial contra Assad), derrota de los criminales reaccionarios (yihadismo) o sostén de los movimientos más avanzados (kurdos). En todos los casos se han verificado situaciones controvertidas. En el debut de la primavera árabe las movilizaciones democráticas eran tan válidas en Túnez como en Siria. Pero esta última rebelión perdió legitimidad cuando fue usurpada por el oscurantismo. En el caso de los kurdos, la enorme progresividad de su lucha no queda anulada por la protección coyuntural que obtienen de Estados Unidos. Por la misma razón persiste la validez de la causa palestina, a pesar de la financiación que brinda Qatar al Hamas e Irán al Hezbolah. La imperiosa necesidad de frenar la barbarie yihadista condujo también a intensos debates en Mali, frente al arribo de tropas colonialistas francesas (Amin, 2013; Drweski, Page 2013). . No es sencillo definir en Medio Oriente cómo se apuntala la lucha popular, en medio de las tensiones geopolíticas que inciden en esa batalla.

Conceptualizar a los principales protagonistas de esas disputas contribuye a esas definiciones. Estados Unidos comanda un bloque imperialista que ha destruido al mundo árabe con bombardeos, drones y asesinatos selectivos. Permanece en Afganistán amparando aventureros -que se financian con el cultivo de estupefacientes- y en la descalabrada sociedad iraquí, sostiene a los clanes más corruptos. Washington redefine actualmente sus estrategias, sin perder el lugar preeminente que ocupa en la reproducción del orden capitalista global. Auto-limita su poder de intervención recurriendo a manejos indirectos (“soft power”) y una gestión imperial colectiva, que en Medio Oriente opera a través de un apéndice directo (Israel). Las potencias regionales desenvuelven políticas sub-imperiales, guiadas por una cambiante relación de subordinación, autonomía y conflicto con el imperialismo central. Definen todas sus acciones en función de esos objetivos de supremacía zonal. Las variedades tradicionales (Turquía), nuevas (Sauditas) y en recomposición (Irán) de ese perfil se han verificado en la contienda de Siria. La intervención de esos países clarifica el sentido actual del sub-imperialismo, que fue conceptualizado en los años 70 con otros propósitos. Finalmente el papel de Rusia debe ser evaluado en otro plano. No es un adversario ocasional, sino un rival estratégico de Estados Unidos. El Pentágono confronta desde hace mucho y en forma permanente con ese país. Rusia no es la URSS. Se ha consolidado como una economía capitalista integrada a la mundialización neoliberal y actúa en Siria en función de los intereses de las clases dominantes y la burocracia del Kremlin. Es una potencia con tradiciones imperiales que no opera a esa escala, sino en un nivel más precario. Por esa razón se perfila como un imperio en formación, que igualmente afecta la primacía de Occidente en Medio Oriente.

Esa intervención puede cambiar la relación internacional de fuerzas, pero no constituye por sí misma una acción progresiva o favorable a los pueblos2 . 2 En un próximo trabajo expondremos nuestra interpretación del significado teórico de las nociones sub-imperialismo e imperialismo en formación. 9 9 GOBIERNO Y OPOSITORES Los debates sobre Siria oponen en la izquierda a los defensores del gobierno y del bando opositor. La tesis favorable al régimen no ignora su carácter represivo, pero subraya su impronta laica, progresista y multiétnica. Destaca la necesidad de asegurar la integridad territorial de ese estado, frente a la disgregación sufrida por Libia e Irak. También describe cómo las conspiraciones imperiales intentan socavar a un gobierno heredero del proyecto panárabe (Fuser, 2016). Pero Assad no cometió excesos ocasionales. Encabeza un régimen atroz que reprimió en forma sanguinaria a los manifestantes. Los disparos a mansalva, bombardeos de aldeas y asesinatos de familias continuaron los crímenes de 1982 en la localidad de Homs. El gobierno actual no guarda ningún parentesco con la constitución inicial de un estado aglutinante de todas las comunidades. Desde hace años aplica ajustes del FMI y apuntala la corrupción de camarillas que se enriquecieron con la gestión neoliberal. La involución del Baath sirio se asemeja a la trayectoria seguida por Sadam Hussein o Gadafi. Todos debutaron con proyectos reformistas y concluyeron gobernando para clanes mafiosos.

La virulencia represiva de Assad reproduce también lo ocurrido en la década pasada en Argelia, cuando el gobierno desconoció un triunfo electoral islamista, precipitando matanzas de ambos bandos. Con los mismos pretextos de contener al fundamentalismo, el dictador egipcio Sisi descarga una virulenta represión contra la oposición. Los reclamos democráticos de la población siria siempre tuvieron la misma legitimidad que las exigencias de otros pueblos. Esas demandas han sido enarboladas contra tiranos prohijados o enemistados con Estados Unidos. Al razonar con criterios puramente geopolíticos desconociendo estos hechos, no sólo se ignoran las aspiraciones populares. Se cierra los ojos ante masacres que ningún progresista puede avalar. Esa actitud condujo durante décadas a dañar la causa del socialismo ignorando los crímenes de Stalin. La tesis opuesta y favorable a la rebelión se ubicó al principio en la trinchera correcta, pero desconoció la degeneración ulterior de la revuelta. Algunos niegan esa involución afirmando que el levantamiento democrático se profundizó y radicalizó. Reivindican a los rebeldes y objetan la gravitación asignada a la CIA o al yihadismo (García; Dutra, 2016). Pero los crímenes cometidos en el bando opositor desmienten esa evaluación. No tiene sentido hablar de una “revolución siria” luego de la confiscación perpetrada por lo salafistas. Esa expropiación sepultó el carácter progresista que al principio tuvo el segmento rebelde.

El grueso de los insurgentes no pertenece a genuinos grupos de resistentes obligados a pactar con el diablo. Están muy lejos de los irlandeses del IRA (que aceptaban armas del Kaiser) o de los maquis franceses (que recibían pertrechos de los norteamericanos). Al igual que los kosovares de Europa Oriental, primero quedaron bajo el radar de la OTAN y luego repitieron el devenir reaccionario de los talibanes. El antecedente libio es muy esclarecedor de los errores cometidos por algunos pensadores de la izquierda, que idealizaron a los rebeldes monitoreados por el Pentágono. No sólo fue desacertado reclamar armas para ese sector, sino también aprobar la “zona aérea de exclusión” que establecieron las potencias occidentales. La caída de Gadafi no fue un “triunfo popular” sino un logro de las fuerzas reaccionarias. 10 10 Estas experiencias constituyen una advertencia para la acción actual de los kurdos, que cuenta con el visto bueno de Estados Unidos. Existen cuestionados liderazgos asociados con Israel, en un contexto controvertida evolución de los dirigentes apresados en Turquía (De Jong, 2015). Conviene recordar que la heroica lucha de los kurdos siempre estuvo signada por dramáticas manipulaciones y traiciones (Fisk, 2015).

Pero hasta ahora ninguno de esos peligros anuló la progresividad de la resistencia kurda. Esa lucha se diferencia del trágico curso seguido por la rebelión siria. Cuando un conflicto se desliza hacia la encerrona que padeció el combate contra Assad, lo más positivo es frenar el desangre. Ese sacrificio destruye la capacidad de acción de los pueblos. Muchos años de confrontación entre bandos regresivos agotó por ejemplo a la población del Líbano y Argelia, que ya no tuvo disposición para participar en la primavera árabe. La actual demolición sectaria de Irak constituye otro desastre del mismo tipo. Las iniciativas para alcanzar el fin de las hostilidades aportan las mejores propuestas de resolución progresista del conflicto sirio. Muchas personalidades y movimientos han trabajado en esta dirección. Denunciaron la intervención del imperialismo y promovieron negociaciones bajo la égida de las organizaciones populares (Katz, 2013). El mismo planteo exponen en la actualidad distintos pensadores y corrientes políticas (Domènech, 2016). CAMPISMO Y NEUTRALIDAD El segundo debate en la izquierda gira en torno a la valoración de los conflictos geopolíticos que condicionan la guerra en Siria. Una tesis destaca que existen dos campos en disputa: el imperialismo occidental liderado por Estados Unidos y el alineamiento de Rusia con Irán y Turquía. Estima que el triunfo de Assad favorece la multipolaridad que encarna esta última alianza (Fuser, 2016).

Otros realzan especialmente el rol de Rusia en la gestación de esa alternativa (Zamora, 2016). Pero esta visión juzga lo ocurrido en Siria en función del tablero mundial, olvidando la rebelión democrática que detonó los conflictos en ese plano. Observa sólo la intervención de las potencias y desconoce la acción popular. Por eso evalúa al gobierno sirio como si fuera un simple peón del ajedrez global. Omite los crímenes de Assad suponiendo que son datos secundarios de una gran partida internacional. Con la mirada puesta en las tensiones inter-estatales ese abordaje sugiere que la primavera árabe no existió. A lo sumo considera su impacto sobre Egipto o Túnez, sin incluir a Siria en ese proceso. Las revueltas populares son también percibidas como manipulaciones de las embajadas estadounidenses, mediante frecuentes comparaciones con las “revoluciones de terciopelo” de Europa Oriental. Pero esa analogía sólo registra la afinidad de la clase media liberal árabe con los valores norteamericanos, omitiendo que las protestas no irrumpieron en ningún país emulando a Occidente. Al contrario, estuvieron motivadas por el rechazo a las tiranías serviles de Estados Unidos (Mubarak, Ben Alí). En la mayoría de los casos predominó la misma hostilidad hacia el imperialismo que se observa en América Latina.

Es un gran error suponer que las transformaciones progresistas surgirán de una pulseada global entre potencias. Esos avances sólo pueden gestarse al calor de una acción popular, que debería ser el foco de atención de todos los pensadores de izquierda. Mirando sólo las tensiones en la cúspide resulta imposible definir cuáles son las fuerzas progresivas en Medio Oriente. Los kurdos, por ejemplo, han sido últimamente protegidos por Estados Unidos y hostilizados (o a lo sumo tolerados) por el bando opuesto que integra Turquía. 11 11 Si se prioriza la gravitación del universo geopolítico correspondería denunciar (en lugar de apuntalar) las acciones de esa minoría. Es lo que sugieren algunos “campistas” extremos, en su descripción de los kurdos como agentes del imperialismo (Gartzia, 2016). El desacierto general de ese enfoque proviene de suponer que el enemigo de mi enemigo se ha convertido en un buen aliado.

Olvida que los yihadistas enfrentados con Washington no son mejores que el imperio. La simplificación en torno a dos campos recrea el viejo modelo de muchos partidos comunistas de posguerra, que evaluaban cualquier acontecimiento en función del choque entre áreas socialistas y capitalistas. En cualquier caso Rusia ya no es la URSS y carece de sentido justificar al régimen de Assad por el sostén que recibe de Putin. Ese apoyo obedece, además, a cálculos geopolíticos variables. De la misma forma que Siria acompañó a Estados Unidos en la guerra contra Irak, Rusia mantiene acuerdos de cooperación militar con Israel, especialmente en el manejo de los drones. El viejo ultimátum de “ubicarse en uno de los dos campos” desprestigia a la izquierda. La realpolitik obstruyó en el pasado el proyecto socialista, con avales a la invasión rusa de Checoslovaquia, que impidieron apuntalar la renovación anticapitalista. El neoliberalismo se nutrió de esas frustraciones. El planteo opuesto al “campismo” realza la existencia de dos bandos geopolíticos igualmente regresivos en el conflicto actual. Remarca que el eje de Siria, Rusia e Irán es tan nefasto como el alineamiento de Estados Unidos, Francia y Arabia Sauditas (Alba Rico, 2016). Este enfoque considera que el escenario actual se asemeja a las guerras inter-imperialistas de principio del siglo XX y convoca a desenvolver la oposición a ambos polos. Esta visión defiende acertadamente el derecho de los pueblos a rebelarse contra los gobiernos represivos. También denuncia el mar de sangre generado por los dos contendientes de Siria y aprueba las iniciativas de paz para contener esa destrucción. Pero es problemático adoptar estas posiciones con preceptos neutralistas, olvidando la relevancia de las confrontaciones geopolíticas para las batallas populares. El resultado de esos conflictos no es indiferente a los combates antiimperialistas de los movimientos sociales y las naciones oprimidas. En muchos casos la izquierda debe tomar partido frente a choques militares entre personajes abominables.

Numerosos experiencias ilustran ese tipo de obligadas definiciones. No sólo la derrota de Hitler era positiva a manos del Stalin. También Thatcher era el enemigo principal en Malvinas frente a la dictadura de Galtieri y Bush era el adversario vencer ante el tirano Sadam. En situaciones complejas hay que registrar cuáles son los intersticios de intervención para los proyectos populares. ADVERTENCIAS PARA AMÉRICA LATINA La sangría de Medio Oriente constituye una gran alerta para otras regiones. Ilustra la devastación que genera la acción imperial y los enfrentamientos entre pueblos. Afortunadamente América Latina no atravesó esa demolición y mantiene significativas diferencias con el mundo árabe. El cambio de relaciones de fuerzas -que introdujo el denominado ciclo progresista de la última década -impidió a Estados Unidos perpetrar sus tradicionales intervenciones en la región. La situación de los movimientos populares también difiere sustancialmente de Medio Oriente. El baño de sangre y la desmoralización política -que sucedió a la 12 12 derrotas de la primavera árabe- dista mucho del resistido y acotado retroceso político, que genera la restauración conservadora en Latinoamérica.

Pero lo sucedido en Irak, Túnez, Egipto, Libia o Siria es una gran advertencia ante la peligrosa presencia estadounidense en Colombia. Ya hay siete bases militares conectadas con la cuarta flota, que operan en estrecha asociación con un ejército de envergadura. Colombia prepara además un ingreso a la OTAN, que conducirá a envíos de tropas a las zonas en conflicto. Quiénes luego lamentan la incorporación de Latinoamérica al radio de las represalias terroristas, suelen olvidar que el origen de esa desgracia se encuentra en la sumisión al Pentágono. El sometimiento de Argentina a las aventuras estadounidenses en Medio Oriente condujo a dos graves atentados (AMIA y Embajada). Pero como Macri está embarcado en repetir esa subordinación hay que atenerse a las consecuencias. Ha reabierto la absurda causa judicial sobre el Memorándum, suscripto por el gobierno anterior con Irán, para hacer buena letra con Trump y Netanyahu. Si esa dupla concreta el endurecimiento con los Ayatolah, tendrá a su disposición un pretexto de agresión fabricado en Argentina. La alocada idea que el fiscal Nisman fue asesinado por orden de Teherán con la complicidad de Cristina Kirchner ya fue sugerida por cúpula sionista. No es la primera vez que Israel utiliza a la Argentina para sus operaciones contra Irán. Seguramente aprovechará la disposición de Macri a sumarse a cualquier operativo.

El líder del PRO ya abrió los archivos a la CIA, compra armamento a Tel Aviv entrena gendarmes en el estado de Georgia. También su colega brasileño -Temer- busca oxígeno con mayor sometimiento a Estados Unidos En este marco la derecha venezolana utiliza argumentos de Medio Oriente para conspirar contra Maduro. Afirma que alineó a Venezuela en un “eje del mal” comandado por Rusia e Irán. Con ese disparate motoriza provocaciones golpistas, que incluyen llamados a la intervención extranjera con pretextos de crisis humanitaria. No sólo pretenden repetir el golpe institucional perpetrado en Honduras, Paraguay o Brasil. Preparan acciones de mayor porte con exigencias de sanciones y aplicación de la Carta Democrática de la OEA. Los aviones espías del Pentágono acompañan la conspiración penetrando el espacio aéreo venezolano. Frente a este acoso el gobierno bolivariano ha reforzado sus vínculos con el régimen sirio. Esa alianza es comprensible pero no justificable. Los acuerdos militares y las convergencias diplomáticas pueden concretarse, sin emitir opiniones sobre los gobiernos involucrados. Los movimientos sociales, partidos políticos e intelectuales de izquierda tienen la palabra. Deben comprometerse con la verdad, siguiendo principios de rechazo de la intervención imperialista, oposición a los dictadores y solidaridad con los pueblos sublevados. Estos criterios ofrecen una brújula frente a la tragedia de Siria. 18-1-2017 RESUMEN El giro de la guerra no atenúa el desastre humanitario.

La sublevación democrática inicial fue usurpada por el yihadismo y se transformó en un conflicto entre bandos regresivos. En un escenario de ocaso de la primavera árabe y preeminencia del fundamentalismo despunta la perspectiva progresiva de un estado kurdo. 13 13 Las grandes potencias disputan intereses en un conflicto internacionalizado. Más intensa es la batalla por la hegemonía entre cuatro sub-potencias regionales. En la actual combinación de conflictos corresponde priorizar las batallas populares frente a las tensiones geopolíticas. Es tan equivocado justificar los crímenes del gobierno, como ignorar la confiscación reaccionaria de la revuelta. Los errores provienentes del registro exclusivo de disputas inter-estatales no se superan con neutralismo. Lo ocurrido en Siria es una advertencia para América Latina.

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Texto completo en: http://www.lahaine.org/discusiones-sobre-la-tragedia-siria

descargar en pdf: http://katz.lahaine.org/b2-img/DISCUSIONESSOBRELATRAGEDIASIRIA.pdf

 

Fuente:http://www.lahaine.org/mundo.php/discusiones-sobre-la-tragedia-siria

Imagen: estaticos.elperiodico.com/resources/jpg/5/4/refug-1446215879745.jpg

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Educación y desarrollo

*Rosalía Nalleli Pérez-Estrada

Cuando se piensa en la educación para el desarrollo no puede uno evitar pensar en la propuesta inicial que se hacía en los años 50´s cuando se invitaba a considerar a la educación en sus diferentes vertientes:  formal, no formal e informal  y  pensar en cómo ha ido evolucionando y que entre sus objetivos se encuentra el que se logre a ciudadanos que estén informados, que creen conciencia y que participen en sus comunidades contribuyendo con sus fortalezas para que el proceso educativo siga evolucionando constantemente.

La propuesta intentó adaptarse en los diversos contextos y niveles educativos  pero ha faltado profundizar en algunos de sus factores importantes, como buscar explicar la realidad mediante la investigación  aplicada y que esta sea un fenómeno total, de mayoría;  que tenga el mismo impacto de repetitividad como lo tienen el rumor y el caos que se generan en las redes sociales, por gente sin escrúpulos que busca un beneficio directo.

Otra manera de saber que hace falta profundizar en los objetivos para actualizarlos y cumplirlos, es cuando descubrimos que todavía el pensamiento crítico permanece, en algunos contextos,  en su etapa arcaica de pensamiento criticón, y que falta dar un paso gigante para poder analizar, reflexionar y actuar ante cualquier situación que genera incertidumbre. Todavía existen millones de personas que repiten rumores sin cerciorarse de su veracidad porque es más fácil repetir que dedicar tiempo a la indagación mediante la lectura.  Por otro lado, a pesar de que esta educación busca también que exista la igualdad y que se eviten las diferencias sociales,  y que el proceso educativo busque reforzar los conocimientos, las actitudes y los valores que llevan al ciudadano a  convivir y a insertarse de mejor manera en el ámbito laboral,  reforzando las competencias cognitivas, procedimentales y actitudinales para lograr la movilidad social, aún predomina el discurso abierto, poco concreto o asertivo, que lleva a la discusión e incluso a veces hasta a la guerra. Prueba de esto es la publicación reciente de la UNESCO,  del 2015 en el que muestra que aún hace falta que se atiendan aspectos como una mayor inversión educativa que en armas, pues reporta que el gasto militar mundial es el mismo desde el año 2000, y son 1742,000 millones de dólares que se invierten en EEUU y que muchos países dedican gran parte de su PIB a gastos militares que a su educación.

Otro aspecto que no se ha logrado completar en esta educación para el desarrollo es la atención a grupos vulnerables, sugiriendo que se atiendan aspectos de género, pero retomando nuevamente el escrito de la UNESCO, este presenta que la mayoría de las personas viviendo en pobreza extrema son mujeres. Menciona también, que ocupan menos del 20% de los escaños parlamentarios del mundo entero y que tienen menores oportunidades de empleo, con empleos precarios y no cuentan con ninguna protección frente a conmociones de tipo económico. Todo esto se suma a la discriminación contra la mujer en materia de salarios y de desarrollo profesional, Con estos resultados, se pierde el saber ser que proponen seguir considerando,  para que se atiendan en todo el planeta los valores y actitudes relacionados con la solidaridad, la justicia social, la búsqueda de vías de acción para alcanzar el desarrollo humano  y lograr así la posibilidad de una ciudadanía global, donde exista Justicia, equidad y  ordenamiento en  los derechos humanos, pero seguimos inmersos en una brutalidad que asusta, al leer encabezados de periódicos sensacionalistas que prefieren vender que informar.

Si esto continua así, se seguirán repitiendo  patrones del que manda y obedece sin que haya propuesta, pues jamás se logrará profundizar en una educación que verdaderamente desarrolle en todos los aspectos propuestos, y será mucho más difícil lograr resultados positivos, que atiendan problemáticas que se han repetido tras varias generaciones;  por lo que se hace necesario revisar y trabajar en el curriculum desde educación básica y en todos los niveles,  que haga que se respeten sus propuestas iniciales y se les de atención, pero además que se incluyan aspectos urgentes del siglo XXI, como son desarrollar el liderazgo, la toma de decisiones, la inteligencia emocional, la inteligencia financiera, el emprendimiento o el aprendizaje de una lengua extranjera.  Mientras tanto, los que amamos la docencia, debemos de dar nuestro mayor esfuerzo, rebelándonos y trabajando mejor y el doble, mediante la motivación y la actualización constante, en un diálogo que mueva conciencias y que genere actitudes; para lograr mejores resultados en los que si confían en nosotros: los alumnos.

*Directora de Universidad Santander, Campus Tlaxcala. Profesora por asignatura, de la Universidad Politécnica de Tlaxcala. rosalia_na@hotmail.com

Referencias:

UNESCO. (2015), Replantear la Educación ¿hacia un bien común mundial? UNESCO. Ediciones

En la Web:

http://www.aecid.es/ES/la-aecid/educaci%C3%B3n-y-sensibilizaci%C3%B3n-para-el-desarrollo/%C2%BFqu%C3%A9-es-la-educaci%C3%B3n-para-el-desarrollo

http://www.educacionsinfronteras.org/es/13311

wwww. educacionfutura.org/wp-content/uploads/2015/09/patio-escuela-e1449680141778.jpg

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