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Reinventar la política educativa: maldición sexenal

Por: Marco Antonio Fernández y Laura Noemí Herrera

Animal Político

Es imprescindible que los promotores de la nueva reforma educativa nuevamente aprendan de los errores ajenos de quienes también prometieron una agenda de equidad educativa, pero que en los hechos distribuyeron reiteradamente recursos del erario de forma regresiva, ineficaz y lamentablemente, en ocasiones, con corrupción.

Si las condiciones educativas terminan definiendo el destino de un país, las nuestras nos están condenando. Pese a reconocer que todos los mexicanos tienen el derecho a la educación, el acceso a la escuela aún sigue condicionado por el lugar de nacimiento. Por ejemplo, el 36% de los niños que nacieron en una comunidad rural no asiste a la escuela, lo mismo sucede con 36% de los niños indígenas, el 44% que tiene una discapacidad o el 85% que son hijos de jornaleros agrícolas (INEE, 2018). No sólo eso, de los 14 millones de estudiantes que están en la primaria, 6 de cada 10 egresarán con grandes deficiencias en matemáticas y español, rezagándose tres años respecto a los alumnos de sistemas educativos con mejor desempeño como Corea del Sur o Finlandia (OCDE, 2016). Probablemente sólo 7 de cada 10 lleguen a media superior y sólo 5 la concluyan. Otros 3 ingresarán a la universidad, pero sólo 2 concluirán. Al terminar sus estudios, todos se enfrentarán al reto de insertarse al mercado laboral, pero pocos contarán con las habilidades necesarias para hacerlo exitosamente.

Este es el panorama actual de la educación en México que el nuevo gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, buscará atender con un nuevo proyecto educativo que promete, ahora sí, hacer valer el derecho de todos los mexicanos a la educación desde preescolar hasta educación superior. Equidad y calidad serán los principios que regirán las políticas educativas de la nueva administración federal. Becas universales, atención prioritaria a los más pobres, construcción de 100 universidades públicas y un programa para la capacitación de los jóvenes, destacan como propuestas emblema en el documento entregado en Cámara de Diputados el pasado 12 de diciembre.  A ellas se suma la promesa central de revalorizar al magisterio, para lo cual se propone eliminar cualquier consecuencia laboral a la evaluación de su desempeño y derogar al hasta ahora autónomo Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), considerado como instancia cómplice en la política de desprestigio docente que, según las nuevas autoridades educativas federales caracterizó a sus predecesores en su labor de la implementación de una reforma, a la que no le reconocen valor educativo, sino simplemente administrativo-laboral.

Similar a lo que ocurrió con las últimas cuatro reformas educativas, los objetivos que se pretenden alcanzar no son muy distintos: excelencia educativa, con educación incluyente y con equidad de oportunidades. Sin embargo, ningún detalle de los cómos, para ahora sí cumplir con dichas metas, está retratado ni en la exposición de motivos ni en el texto constitucional propuesto, quizá dejando esas particularidades para su incorporación posterior a la legislación secundaria que se discuta en caso de ser aprobada la reforma constitucional propuesta. Parecen ser pocas las estrategias educativas de la administración anterior que sobrevivirán el cambio sexenal. Hay, no obstante, eliminación de aspectos muy relevantes del marco jurídico vigente que podrían significar un retroceso educativo.

De manera preocupante destacan 1) la eliminación del Servicio Profesional Docente y 2) la desaparición del INEE, aspectos que reflejan una profunda motivación política más que una estrategia de mejora educativa. En primer lugar, uno de los logros de la reforma que se pretende derogar es quitar los cimientos constitucionales a las reglas de ingreso y ascenso para el desarrollo de la carrera profesional de los docentes, en el que el mérito antes que las conexiones, herencia o prácticas de corrupción marquen la posibilidad de que los docentes avancen en su carrera dentro del magisterio.

Hoy el artículo tercero constitucional establece que “el ingreso al servicio docente y la promoción a cargos con funciones de dirección o de supervisión en la educación básica y media superior que imparta el Estado, se llevarán a cabo mediante concursos de oposición que garanticen la idoneidad de los conocimientos y capacidades que correspondan”. Además, se elimina la garantía constitucional para evitar que todo ingreso y ascenso que no sea a partir de los concursos de oposición sea considerado nulo. Todo esto desaparece en la propuesta del presidente López Obrador para ser sustituido por la mención a un Servicio de Carrera Profesional del Magisterio a cargo de la federación, cuyos detalles serán definidos por la ley secundaria.

Asimismo, se propone derogar la Ley del Servicio Profesional Docente. Peor aún, en los artículos tercero y séptimo transitorios se contempla que, en tanto se apruebe la nueva legislación secundaria (dentro de 6 meses, una vez aprobada la reforma constitucional), quedarán suspendidos todos los mecanismos de evaluación docente para ingresar o promocionarse en el servicio profesional docente. Lo mismo ocurre con cualquier efecto en la permanencia del empleo de las evaluaciones magisteriales realizadas con anterioridad.

Si bien se reconoce la necesidad de replantear los efectos laborales de la evaluación del desempeño de los docentes –dada la importancia de mejorar los instrumentos de evaluación y sobre todo la calidad de los cursos de capacitación y las tutorías a los maestros con base en los resultados de sus evaluaciones- es necesario advertir de las consecuencias negativas para la operación del sistema educativo al suspender todas las evaluaciones de ingreso y ascenso en el servicio docente.

¿Qué sucederá con los miles de maestros que se evaluaron en agosto pasado para aspirar a una posición de director, supervisor o asesor técnico pedagógico tanto en la educación básica como en la educación media superior? Sus resultados son válidos por un año de acuerdo al marco vigente, lo que les permitiría a los mejores aspirantes, con base en el orden de prelación de sus evaluaciones, obtener la posición directiva por la que concursaron. A quienes obtuvieron estos mejores resultados, ¿simplemente se les dirá que ya no cuenta su esfuerzo para aspirar a una mejor posición en el servicio profesional y por ende no podrán hacerse acreedores a sus nuevas posiciones de dirección? ¿Cómo se plantea nombrar a los directores de primarias, secundarias, preparatorias, etc. en los planteles en que dichas posiciones han quedado vacantes por jubilación, retiro, fallecimiento, renuncias, etc.? ¿Qué pasará con las plazas vacantes de supervisores y asesores técnico pedagógicos?¿Qué sucederá en el caso de los directores de preparatorias y demás planteles de educación media superior que se evaluaron en noviembre para ver si pueden seguir en su puesto directivo o si necesitan ser sustituidos por nuevos directores?  En el sistema educativo hay un ciclo normal de jubilaciones que se acelera hacia finales de año, por lo que en enero tiene que sustituirse al personal directivo y magisterial que haya dejado sus puestos en estas últimas semanas. ¿Cómo se cubrirán las miles de plazas vacantes todo el próximo año mientras se aprueba el nuevo marco jurídico secundario, lo cual, puede suceder hasta agosto-septiembre del próximo año?

¿Qué mecanismo se pretende implementar si está suspendido absolutamente toda evaluación con estos propósitos? El nuevo líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Alfonso Cepeda Salas, tiene claro cómo llenar estas necesidades de plazas docentes y directivas: mediante la exigencia de que se le otorgue el 50% de las plazas vacantes al sindicato, para que éste las reparta a sus miembros (familiares e hijos), tal y como lo hacía antes de la reforma que se pretende derogar (aquí el video con sus afirmaciones).  Hasta ahora ni el presidente López Obrador ni Esteban Moctezuma han refutado la aspiración del nuevo liderazgo magisterial.

En segundo lugar, en el caso del INEE, la iniciativa menciona que al instituto se le “percibió como un instrumento persecutor del magisterio”, sin que los promotores del documento den prueba alguna de dicha afirmación, pero afirmando que esto es motivo suficiente para su cancelación. La desaparición del INEE, también resulta uno de los retrocesos más profundos para nuestro sistema educativo, al intentar acabar con el trabajo de 15 años en los que se ha buscado construir un órgano que sirva como contrapeso a las acciones tomadas por las autoridades educativas federal y de los estados. Recordemos aquellos actos en que las autoridades en la materia, por limitaciones técnicas y políticas, no fueron capaces de brindarnos información objetiva, confiable y pertinente del estado de nuestro sistema educativo. Por ejemplo, tres años atrás, carecíamos de un diagnóstico de las condiciones en las que estudian los niños de comunidades indígenas o que pertenecen a familias jornaleras, información que hoy conocemos gracias al impulso que el INEE dio al estudio de la desigualdad del sistema educativo nacional. De forma similar, un estudio independiente realizado por el instituto señaló las limitaciones en la ejecución del programa de mejora de infraestructura educativa implementado por la autoridad educativa federal y de los estados en el sexenio anterior.

Sin duda alguna hay aspectos fundamentales que el INEE tiene que mejorar y así lo hemos manifestado públicamente tanto en su Consejo Social como en distintos foros académicos y en los medios de comunicación. Muchos de los indicadores educativos novedosos como el de egreso oportuno o las implicaciones de las evaluaciones a estudiantes mediante la prueba PLANEA tienen que ser mucho más accesibles y útiles a maestros, directores y padres de familia.  Las directrices que el instituto ha realizado en distintos ámbitos educativos como las de las normales y las correspondientes a educación media superior tienen que tener un seguimiento puntual en las entidades, para saber cómo las autoridades las adaptan a las políticas educativas para mejorar los resultados en esta materia.

No obstante, la iniciativa en vez de enfocarse en cómo mejorar lo avanzado y corregir las omisiones del instituto, promueve su desaparición para sustituirlo con un nuevo organismos denominado Centro Nacional para la Revalorización del Magisterio y la Mejora Continua, al cual se le quita de su autonomía constitucional y se le regresa al ámbito de su dependencia federal en la Secretaría de Educación Pública.  Se promete un consejo consultivo integrado por 7 miembros (académicos, docentes, especialistas, padres de familia entre otros) pero todos nombrados por la SEP sin consulta alguna al Senado como ocurre actualmente con la junta directiva del INEE, nombrada por mayoría de los senadores.

Se antoja complicado, por decir lo menos, que un centro dependiente de la SEP pueda ser capaz de señalar críticamente las fallas de implementación del proyecto educativo de la administración en turno. Por ejemplo, en las directrices de educación media superior el INEE encontró problemas en la forma en que las becas fueron distribuidas por las autoridades educativas y planteó propuestas para mejorar su focalización, de forma que se apoye realmente a quien más lo requiere y así evitar la duplicación y mal uso de su presupuesto (INEE 2017).  Para el nuevo gobierno, el sistema de becas es fundamental. ¿Podrá un centro como el planteado por la propuesta presidencial asumir una postura de evaluación crítica propositiva en caso de que la SEP falle en la distribución de los recursos en dicho programa?

De igual forma la propuesta presidencial reconoce la necesidad de la formación de los docentes como una política fundamental para garantizar el desarrollo de los mejores profesores frente a grupo. Sin embargo, este anuncio no es novedoso, pues las cuatro reformas previas hicieron promesas similares. Los resultados de los programas de capacitación docentes son cuestionables hasta ahora.  Existen dudas sobre su calidad, pertinencia y eficacia para atender las necesidades de los maestros, en particular en educación básica. ¿Qué lecciones se han obtenido de las fallas en esta materia para que la nueva estrategia de formación realmente cumpla con la promesa de capacitar correctamente a los maestros de las escuelas públicas del país?

A través de los programas anteriores de formación y capacitación docente se ha logrado que hoy 90% de los maestros en planteles públicos tengan estudios de licenciatura o posgrado.  Incluso 9 de cada 10 docentes dedica en promedio 80 días de un ciclo escolar a capacitarse (el doble del tiempo de sus pares en otros países de la OCDE).  Sin embargo, pese a estos números aún no tenemos cambios importantes en los aprendizajes de nuestros alumnos: con base en los resultados de la prueba PISA nuestros jóvenes mejoran en promedio cada año 2.7 puntos en matemáticas y 1.1 puntos en lenguaje y comunicación. Un ritmo bastante lento, si se comparan los avances observados en Colombia, Perú o Chile, países con condiciones similares de desarrollo a las nuestras. A esto agreguemos que, pese al tiempo que dedican a capacitarse, 1 de cada 5 docentes declara no sentirse preparado en el contenido de la materia que enseña y 1 de cada 7 profesores, sienta falta de preparación en el aspecto pedagógico (OCDE 2014, BID 2016, INEE 2018).

Si bien el elemento docente no es el único factor detrás de los resultados de aprendizaje de los estudiantes, sí es un factor fundamental y para ello, brindarles formación y capacitación que les permita poder tener un desempeño pedagógico eficaz en el aula es fundamental. Lamentablemente el país está aún en deuda con el magisterio en este rubro, por lo que es fundamental que las nuevas autoridades respondan a la brevedad ¿Qué aprendizajes se obtuvieron de las fallas en la formación docente brindada por la reforma que se busca derogar, para que ahora el nuevo centro de revaloración del magisterio brinde cursos útiles de calidad que realmente tengan un impacto en el desempeño de nuestros docentes frente a las aulas del país? (Es preciso señalar que a dicho centro se le asigna además de la función de la evaluación de la política educativa, la de la formación docente).

las dudas planteadas hay que sumar la de la viabilidad de hacer universal el derecho al acceso a la educación superior como plantea la propuesta gubernamental. El país enfrentará múltiples retos en este rubro, cuya promesa es más fácil incorporar a la constitución que brindar los elementos necesarios para hacerla una realidad. Baste recordar que desde 1992 el país incorporó al artículo tercero constitucional el derecho universal a la educación secundaria, pero 26 años después al menos 1 de cada 5 jóvenes mexicanos no cursa este nivel educativo.  Lo mismo ocurre en preescolar y media superior, derechos reconocidos en 2000 y 2012 respectivamente, aunque en 2018 tan sólo se tiene 73% y 62% de cobertura neta.

Como lo han señalado nuestros colegas de Mexicanos Primeropreocupa, además, que el derecho a la primera infancia sea omitido de la constitución, lo cual es un contrasentido dado el énfasis en la igualdad que la iniciativa presidencial dice promover. Distintas investigaciones han demostrado que la educación temprana –que se brinda entre los 0 y 3 años de edad, tiene un impacto fundamental en el desarrollo educativo del futuro de los estudiantes. En esta edad más de la mitad de las conexiones sinápticas que permiten a las personas pensar, ver, escuchar y hablar se conforman. Es la edad en que el cerebro humano es más receptivo. Además, los estudios sugieren que la inversión en esta formación educativa arroja retornos sociales muy altos, superiores a la observada en inversión en otros niveles educativos (Heckman, 2012, 2013; Chia, et al, 2017).  Por ende, ¿cuál es el argumento de eliminar dicho precepto del marco constitucional?

Consistente con las promesas redistributivas del nuevo gobierno, en la exposición de motivos de la iniciativa presidencial destaca la necesidad de atender las desigualdades educativas, de forma que la educación sí sea un instrumento eficaz para abatir las brechas sociales y pueda ser el vehículo de movilidad social por excelencia. Como lo ha demostrado el Centro Espinosa Yglesias hasta ahora la educación no ha servido para impulsar la movilidad social en nuestro país (CEEY 2018). Si bien, se tendrá que analizar con mayor detenimiento en trabajos posteriores, es imprescindible que los promotores de la nueva reforma educativa nuevamente aprendan de los errores ajenos de quienes también prometieron una agenda de equidad educativa, pero que en los hechos distribuyeron reiteradamente recursos del erario de forma regresiva, ineficaz y lamentablemente, en ocasiones, con corrupción. Sabemos por el INEE y otros estudios de especialistas y académicos, que las autoridades no han focalizado correctamente la inversión educativa para atender a los alumnos más pobres y a los estados con mayor marginación. En México difícilmente rompemos las trampas de la pobreza a través de la educación. Por ejemplo, invertimos 2 veces más recursos en un alumno pobre que vive en una entidad con menor marginación como Baja California que en un estudiante en la pobreza que vive en Chiapas (ver gráfico).

Fuente: Elaboración del autor con información obtenida de la SEP.

¿Qué esquemas compensatorios se desarrollarán eventualmente en el marco jurídico y se derivarán en políticas educativas focalizadas y redistributivas? Pregunta esencial de cara a la promesa de equidad con aprendizaje de excelencia e inclusión que promueve la iniciativa presidencial. Se habla de la importancia de brindar educación bilingüe a los alumnos indígenas, pero hoy hay al menos 724 mil niños indígenas que acuden a planteles en los que el profesor no habla su idioma.

El tamaño de los retos educativos que enfrenta el país difícilmente pueden atenderse si otra vez las nuevas autoridades, como lo han hecho varios de sus predecesores, pretenden reinventar la rueda educativa y construir políticas prácticamente desde cero y con nulo aprendizaje de las experiencias fallidas y exitosas de lo realizado en materia educativa tanto en México como en el ámbito internacional. Lamentablemente el desprecio por el uso de la evidencia como guía de la política pública ha sido muy oneroso para nuestros estudiantes. Vendrán semanas de intensos debates, en las que esperemos se privilegie la discusión informada, debates en los que se tendrá que hacer el máximo esfuerzo por acotar lo más posible la politización del discurso educativo.

Los derechos a condiciones dignas de trabajo del magisterio, para que puedan a partir de su buena formación, aspirar a desarrollar su carrera como docentes y en la que el mérito de su trabajo sea el motor de su crecimiento, deben prevalecer sobre distorsiones a derechos malentendidos de herencia o control de plazas magisteriales. Los trajes que supuestamente se buscó desarrollar a la medida de las necesidades magisteriales deben ser revisados sustantivamente, de forma que la autoridad pueda dar cuenta de la calidad de la oferta de capacitación que brinda a los docentes.  Sin embargo, al centro de esta discusión debe prevalecer la preocupación central de brindar una educación de calidad a los niños y jóvenes que les permita su desarrollo como ciudadanos activos, críticos y responsables. Una educación que debe corregir tanto las omisiones y deficiencias de los aprendizajes del siglo XX al tiempo que permita que, mediante una fuerza magisterial de excelencia, abordar eficazmente las habilidades requeridas en el siglo XXI.

Pensar que es posible el borrón y cuenta nueva, máxime que se están observando en el mundo los efectos laborales del cambio tecnológico y su demanda por mejores habilidades educativas en los individuos, sería un error que terminaría por minar sustantivamente los esfuerzos para brindar la equidad de oportunidades con excelencia que requieren todos los estudiantes mexicanos, pero en particular sería muy costosa para aquellos provenientes de los sectores menos favorecidos a los que reconoce como prioridad el presidente López Obrador.

* Marco Antonio Fernández es profesor-investigador de la Escuela de Gobierno e investigador asociado de México Evalúa. Laura Noemí Herrera es investigadora en @mexevalua.

@mexevalua

Fuentes: 

Backhoff, E., Vázquez-Lira, R., Contreras, S., Caballero, J., y Rodríguez, J. G.(2017). Cambios y tendencias del aprendizaje en México: 2000-2015. México: INEE.

BID 2016 ¿Cuánto mejoró la región? Washington DC. Recuperado de aquí.

CEEY 2018 El México de 2018: movilidad social para el bienestar México Ed. Centro Espinosa Yglesias recuperado de https://ceey.org.mx/wp-content/uploads/2018/06/El-M%C3%A9xico-del-2018.-Movilidad-social-para-el-bienestar.pdf

Chaia, A.  Cadena, A, Child, F et all. (2017). Factores que inciden en el desempeño de los estudiantes: perspectivas de América Latina: McKinsey & Company

Heckman, J. (2013). Invest in early childhood development: Reduce deficits, strengthen the economy.  Recuperado de aquí.

Heckman, J. Carneiro, P.,   y Vytlacil, E. (2011). Estimating Marginal Returns to Education. American Economic Review

INEE. (2018). Panorama Educativo 2017. México

Kane, T. J., Rockoff, J. E., y Staiger, D. O. (2006). What Does Certification Tell Us About Teacher Effectiveness? Evidence from New York City. NBER Working Paper.

OCDE. (2014). Resultados de Encuesta Talis, 2013. Estudio Internacional de Enseñanza. OCDE. Recuperado de aquí.

——–  (2016). Resultados de PISA en México, 2015. México

Fuente: https://www.animalpolitico.com/blogueros-el-blog-de-mexico-evalua/2018/12/18/reinventar-la-politica-educativa-maldicion-sexenal/
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Cómo es un día de trabajo en Latinoamérica, la región más desigual del mundo

Por: Animal Político

La organización Oxfam lanzó un cortometraje con videos reales de la jornada laboral de los habitantes de la región con mayor desigualdad social y económica del mundo: Latinoamérica.

Una joven mujer salió un día de su casa en Guatemala para buscar una vida mejor. Descalza y con la muda de ropa que vestía en ese momento, sin saber hablar español, salió para no volver y se instaló en México. Muchos años después, siendo ya una mujer mayor, se dedica a bolear zapatos en la capital, labor que puede ser sencilla pero que si no se hace con cariño, no sale bien, según sus propias palabras. “¿Cómo aprendí a bolear? El hambre me enseñó”, cuenta la señora en un video que forma parte del cortometraje ‘Trabajo’ de la organización Oxfam.

La bolera guatemalteca es una de los trabajadores latinoamericanos que protagonizan esta obra, junto con mineros, campesinos, vendedores de alimentos o de comida ya preparada, estudiantes, zapateros y oficinistas, entre otros. Mujeres, hombres, jóvenes, mayores cuentan cómo es un día típico de su trabajo, en videos que fueron recopilados por Oxfam en el cortometraje que busca divulgar la realidad de la región con mayor desigualdad salarial en el mundo: Latinoamérica.

“Uno de los indicadores más fuertes de la desigualdad económica es la manera en que la gente se gana la vida”, explicó a Animal Político Annie Thériault, asesora de Oxfam en América Latina. “En la región, el 16% de las personas asalariadas están en pobreza. Son personas que se ganan un sueldo con prestaciones de ley, y eso significa que hay muchos países donde el salario mínimo ni siquiera alcanza a cubrir el gasto básico de una familia, la canasta básica. Son sueldos de hambre, de miseria”, expresó la activista.

Los números de la desigualdad salarial y económica en Latinoamérica y el Caribe que registra Oxfam ya eran contundentes: el 10% más rico de la población concentra el 68% de la riqueza total de la región, mientras el 50% más pobre solo accede al 3.5% de esta riqueza; el 95% del aumento de la riqueza que tuvo la región en el último año se lo embolsó el 10% más rico; para 2017 había 89 multimillonarios en América Latina y el Caribe, de los cuales sólo 16 son mujeres; y de 2016 a 2017, la riqueza de los multimillonarios latinoamericanos creció en 155 billones, suficiente para acabar con la pobreza monetaria de la región casi dos veces por año. Con el cortometraje de 11 minutos, la organización puso rostro y dimensión a las cifras.

Porque la idea de que para dejar de ser pobre hay que trabajar y esforzarse, en Latinoamérica es una falacia, de acuerdo con Thériault. Tanto a nivel documental como en investigación de campo, según Oxfam, las evidencias prueban que no todos tienen las mismas oportunidades de crecer en esta región del mundo. “No puede ser que teniendo un salario tú continúes en pobreza. Las personas que heredan sus fortunas, que ya poseen riqueza, lo que hacen es multiplicarla durante su vida; y quienes ganan un salario mínimo viven en situación de pobreza. Ese es el panorama que nos refleja el cortometraje”, puntualizó la asesora.

La obra es producto de una convocatoria que lanzó la organización entre octubre y noviembre de 2017 para que los trabajadores latinos enviaran videos de su día laboral. Recibieron unos 620 videos de 10 países y su criterio de elección para el cortometraje fue la diversidad: de empleos, de edades, de estratos sociales y de nacionalidades, incluso tiene algunas escenas de trabajo del hogar. Todo recopilado en una notable sincronización entre música e imagen.

“Nos interesaba mucho que en el corto se reflejara cómo todos en América Latina seguimos sufriendo desigualdad laboral en base al salario. Y cómo hay ejecutivos que ganan sueldos de 200-250 mil pesos al mes y otras personas que tienen un puesto de champurrado en la Cuauhtémoc”, apuntó Thériault. Esta producción fue lanzada el pasado 29 de enero, una semana después de que presentaran el informe internacional sobre desigualdad extrema en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza.

Entre las historias que muestra el cortometraje, la constante es que los trabajadores se levantan de madrugada para hacer sus labores, ya sea porque su actividad requiere buena luz -como la agricultura- o porque el traslado hacia su lugar de trabajo tomará varias horas. También domina el discurso la premisa de que para ellos no hay otra alternativa más que trabajar muy duro, incluso bajo condiciones de riesgo, porque de no hacerlo sufrirán hambre.

“La contaminación aquí es fuerte pero ¿qué vamos a hacer? Para vivir, para llevar pan a la casa hay que trabajar”, dice resignado un minero.

Esta desigualdad en el salario que perciben los latinos no es atribuible a un bajo nivel escolar, de acuerdo con Oxfam, pues en varios países hay profesionistas con estudios concluidos que no logran aumentar su ingreso durante varios años de su carrera. “No creemos que la educación sea un indicador porque a pesar que los niveles educativos en la región han ido mejorando desde hace 20 años de forma muy estable, lo que hemos visto es que la desigualdad se mantiene”, afirma Annie Thériault.

La verdadera causa, de acuerdo con la experta, son las políticas públicas de los gobiernos para establecer un salario mínimo legal, que suelen estar contaminadas por intereses del sector empresarial, industrial y comercial, quienes “hacen mucho lobby” para que los gobiernos no cambien esta situación.

A pesar de ello, los trabajadores sobreviven aun sin estudios ni las mismas oportunidades que otros: “Lo que yo he conseguido ha sido con mi sudor y mi inteligencia (…) Si yo hubiera tenido estudios, yo fuera una diputada, pero desgraciadamente no estudié, no tuve oportunidades, porque a lo mejor fuera yo Rigoberta Menchú”, dice orgullosa la bolera guatemalteca cuya historia abre y cierra el cortometraje de Oxfam.

Fuente: http://www.animalpolitico.com/2018/02/trabajadores-latinoamerica-desigualdad/

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Derechos y lenguas indígenas

Por Animal político/La Tlacuila

Si en cada región indígena fuera obligatoria la enseñanza del idioma local (por ejemplo, el maya en la península de Yucatán) y los funcionarios hablaran la lengua originaria correspondiente a cada zona, sería más fácil que los indígenas accedieran a la justicia.

El 16 de julio pasado, la cuarta visitadora general de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Norma Inés Aguilar León, expuso ante el Mecanismo de Expertos sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas de la ONUque existe una profunda desigualdad entre las leyes y la realidad de los pueblos indígenas. Dicha afirmación no es ninguna novedad, en este espacio se ha planteado en varias ocasiones.

A pesar de que el artículo segundo constitucional enumera los derechos de estos pueblos, y de que se mencionan algunos en diversas leyes, se siguen violando. Tampoco se cumplen los derechos estipulados en el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo suscrito por México. Solamente en contados casos, en los que los pueblos se han organizado y han luchado por defender sus derechos, han logrado que se les respeten, generalmente después de ser reprimidos de diversas formas.

Ciertamente, el Estado no ha cumplido con su obligación de aplicar la ley a favor de este sector de la población y que la CNDH lo mencione en Naciones Unidas es sin duda relevante.

Según declarara recientemente Laura Ita Andehui Ruiz, del Instituto Nacional de Lenguas Indígenas (INALI), hay más de nueve mil indígenas presos, la mayoría de ellos por carecer de intérpretes y por el desconocimiento de los funcionarios sobre la diversidad cultural y lingüística. Esto significa que se viola su derecho al acceso a la justicia. Si bien el INALI forma y certifica traductores, no hay suficientes.

Esta semana encontré la noticia de que en Perú el gobierno del Departamento del Cusco oficializó el reconocimiento del quechua como idioma obligatorio en la educación, por lo que deberá enseñarse en todos los niveles. Recomienda además que todos los servidores públicos lo manejen.

¿Acaso no podría hacerse lo mismo aquí en México? Si en cada región indígena fuera obligatoria la enseñanza del idioma local, por ejemplo, el maya en la península de Yucatán, el rarámuri en la Sierra Tarahumara o el purépecha en la Meseta Tarasca de Michoacán, y los funcionarios hablaran la lengua originaria correspondiente a cada zona, sería más fácil que los indígenas accedieran a la justicia y además, se garantizarían los derechos lingüísticos de este sector de la población y la preservación de las lenguas.

Parece ser que estamos muy lejos de que esto suceda, pero por lo menos podrían darse clases de lenguas indígenas y hacerlas obligatorias para determinados funcionarios.

Fuente: http://www.animalpolitico.com/blogueros-codices-geek/2017/07/21/derechos-lenguas-indigenas/

Imagen tomada de: http://4.bp.blogspot.com/-Uyug2wsmDHw/TbKnt7Db2SI/AAAAAAAAARg/AZu_hfjS-a4/s1600/musicas+del+mundo.jpg

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Mireya: el síndrome de autoridades pusilánimes (SAP)

El SAP es el sueño de cualquier abogado defensor, ya que cuanto mayor es la prueba del delito, mayor es la prueba de la defensa”.

El día de 10 de junio el diario Reforma publicó una nota titulada “Pelean custodia hasta la muerte”, refiriéndose al caso de Mireya, quien fue encontrada sin vida al interior de su casa en San Jerónimo acompañada de los cuerpos envenenados de sus tres hijos y sus padres.

La violencia de género y la poca importancia a la protección de los derechos de la infancia son el hilo conductor que explica esta tragedia, a pesar de que en el encabezado se omite la información clave. La madre que peleaba la custodia de sus hijos frente a su expareja lo hacía después de haber descubierto que éste abusaba sexualmente de ellos; “detalle” que pasaría desapercibido por el lector, ya que la nota presenta una historia tipo “Medea”, que por venganza frente a su exmarido decide matar a sus hijos. Algo pasa en la visión de los observadores que hacen de éste un error demasiado frecuente.

Por ésta y otras razones es que la existencia de este “síndrome” no ha sido aceptado por la OMS ni por la Asociación Americana de Psiquiatría o la Asociación Americana Médica. Los dos grandes sistemas diagnósticos de salud mental utilizados en todo el mundo,  el DSM-IV y el CIE-10 han decidido excluirlo de entre los síndromes y enfermedades reconocidas, por no cumplir los criterios de cientificidad y bases empíricas que ambas instituciones defienden. Ha sido prescrito por muchas instancias de salud mental y terapia familiar y sin embargo en México los asambleístas de la CDMX lo incluyeron en el Código Civil como una medida “de protección para la infancia” cuando de hecho, funciona como la figura de desprotección más grave que existe para ella actualmente.

Esta categoría no solo es grave dado que no permite la detección y diferenciación de los diversos tipos y niveles de violencia en la familia, sino también porque al “diagnosticar” como síndrome de alienación los síntomas de abuso sexual, se confunde la realidad y se utiliza la confusión para aislar al niño, niña o adolescente bajo el cuidado del agresor (Castañer, Griesbach, López, 2014). Si los indicadores que utiliza el SAP son idénticos a aquellos presentes en casos de abuso sexual, significa que un niño víctima de abuso siempre cumple con los criterios para diagnosticar SAP, y entonces, según lo que mandata la ley en la Ciudad de México, debe ser inmediatamente separado del adulto que lo protege y colocado bajo el cuidado de su agresor, lo que pasa desafortunadamente en muchísimos casos hoy en día. El SAP protege a abusadores sexuales de niños y niñas, y coloca a estos últimos en el peor de los lugares: junto a quien les agrede y sin contacto con quien les protege.

No es la primera vez que vemos al SAP como defensa de agresores sexuales de niños y niñas. No es la primera vez que vemos la desprotección de los derechos de la infancia y la criminalización de sus madres ni tampoco, como en el caso de Mireya, que después de apelaciones, amparos, procesos desgastantes de muchos años de duración, las mujeres y sus hijos viven las consecuencias de decisiones tomadas sin especialización en narrativa infantil ni en las dinámicas que la vivencia de abuso provoca en niñas y niños, y finalmente sin especialización en violencia de género.

Hace unos años las frases más repetidas en casos de abuso sexual infantil era “los niños mienten”, “fantasean” o “se imaginan” que les hacen cosas. Hoy esto ha cambiado a: “los niños no mienten; lo que sucede es que son aleccionados por las madres”. Ella seguramente quiere vengarse del padre del niño, o quiere obtener algo, por eso se comporta así de beligerante. Pregunta: ¿no es lógico estar enojado, confundido, indignado, y seguir luchando legalmente hasta las últimas consecuencias si un hijo dice que su padre abusó de él o de ella? ¿Máxime si lo que sucede es que la autoridad lo deja en manos de quien el niño o niña dice que le agredió? No es la primera acción desesperada que vemos en estos escenarios. Ni siquiera es el primer suicidio documentado. Los casos que dan sustento a la decisión en Estados Unidos de descartar el uso del síndrome de alienación parental acabaron en el suicidio de los hijos cuando las decisiones de los jueces era que quedaran en manos de los padres agresores sexuales.

El riesgo en México hoy para niños o niñas víctimas de abuso sexual es altísimo. En todos los casos que hemos conocido en el acompañamiento a infancia en procesos de justicia en los últimos 3 años, la secuela es la misma: un niño o niña devela abuso sexual a su madre, la mujer denuncia los hechos, la contraparte dice que el niño dice eso porque la madre lo ha alienado. El niño o niña no recibe protección; se descarta lo que dice (porque es producto del SAP –en sus dos acepciones: el instrumento para defender agresores sexuales y el síndrome de la autoridad pusilánime-. Con el agregado de la impotencia atorada en la garganta porque ambos síndromes son enteramente evitables con una pizca de formación especializada en género, en desarrollo infantil, en violencia y por supuesto, un tanto de humanidad e interés de parte de los juzgadores y juzgadoras.

Claro que existen casos en los que los progenitores dañan a sus hijos o hijas por sostener eternos conflictos no resueltos que los dejan envueltos en luchas de poder. Esto se llama violencia (no síndrome de alienación parental) y debe detenerse. Claro que existen modos de detectar con metodología científica (créannos, tampoco es el síndrome de alienación parental) cuando un hijo o hija está atrapado en el conflicto parental. Una de las acciones indispensables para que la historia de Mireya no se repita en el futuro es suprimir el Síndrome de Alienación Parental del Código Civil y su uso como categoría diagnóstica que guíe decisiones, y comenzar a escuchar con interés genuino los criterios internacionales que documentos como el Protocolo de actuación para quienes imparten justicia en casos que involucren a niños, niñas y adolescentes, recogen con seriedad. Y mientras, quien entregue a sus hijos a presuntos agresores sexuales sin perder la cabeza, que tire la primera piedra.

@bioeticaunam

 

[1] Para profundizar sobre la diferencia entre las posibles violencias ejercidas hacia los niños y la inadecuación de la categoría del síndrome de alienación parental ver: Castañer, A. et al.  (2014). Utilización de hijos e hijas en el conflicto parental y la violación de derechos del supuesto síndrome de alienación parental(ed., Vol., pp. 91-119). Ciudad de México, Ciudad de México: Suprema Corte de Justicia de la Nación

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¿Qué efecto tienen las 5 mayores redes sociales en la salud mental de los jóvenes?

Por: Animal Político. 26/05/2017

Las redes sociales pueden incrementar los sentimientos de soledad, depresión y ansiedad. Solo YouTube contribuye a mejorar el bienestar mental ¿por qué?

Las redes sociales han cambiado la forma en que los jóvenes se comunican y relacionan. Pero, ¿para bien o para mal?

Facebook, Youtube, Instagram, Twitter y Snapchat se han vuelto “indispensables” en el día a día de la mayoría de adolescentes y son pocos los que renuncian a tener presencia en alguna de estas redes.

Pero la actividad en estas plataformas les generan depresión, ansiedad, problemas de sueño e inseguridad, según ellos mismos admiten en un estudio realizado en Reino Unido.

Una encuesta efectuada a principios de año por la Sociedad Real de Salud Pública (RSPH, por sus siglas en inglés) reveló que sólo una de las cinco redes sociales tiene un efecto positivo en la salud mental de los jóvenes: YouTube.

Al resto, en general, les afecta de forma negativa, siendo Instagram la que peores resultados obtuvo, seguida de cerca por Snapchat, Facebook y Twitter.

Una adicción que quita el sueño

La RSPH les pidió a 1.479 británicos de entre 14 y 24 años que valoraran cómo cada una de estas redes sociales impactaba en su salud y bienestar.

La conclusión fue que todas empeoraban su salud mental en cuatro aspectos: la calidad del sueño, la imagen corporal, el ciberacoso y el sentimiento de estar perdiéndose algo.

Cuando se apaga el ordenador, queda la tableta y si a ésta se le agota la batería, siempre está el celular. El acceso a estas redes se ha vuelto cada vez más fácil y ubicuo, y las notificaciones dificultan que uno se pueda desconectar.

No es de extrañar, entonces, que a muchos jóvenes les cueste quitar la vista de la pantalla y meterse en la cama.

Varios estudios ya han sugerido la relación entre los problemas para dormir y el estar mirando las redes sociales en el celular.

Algunos investigadores incluso creen que las luces LED de estos dispositivos interfieren con los mecanismos cerebrales que producen la melatonina, la hormona del sueño.

Según la RSPH, Facebook y YouTube son las redes sociales que más le quitan el sueño a los jóvenes y Twitter, la que menos.

Uno de cada cinco jóvenes aseguran que se despiertan de madrugada para revisar sus mensajes, lo que ocasiona que se sientan hasta tres veces más cansados en clase que sus compañeros que no usan las redes por la noche.

La salud mental y el sueño están estrechamente ligados. Dormir mal o poco puede causar depresión y problemas físicos como presión alta, diabetes y obesidad.

Por eso, es importante que los adolescentes duerman cada noche entre 1 y 2 horas más que un adulto.

Una fuente de comparaciones

La imagen corporal es un tema delicado en la adolescencia, una etapa en la que uno es más vulnerable al rechazo y a lo que piensen los demás.

Chica joven tomándose un selfie.JAKUBZAK
Los jóvenes sienten que la imagen que tienen de su cuerpo empeora tras usar redes como Facebook e Instagram.

Según la encuesta, las cinco mayores redes contribuyen a que los jóvenes empeoren la opinión que tienen de su cuerpo. Instagram resultó ser la más dañina en este sentido, seguida de Facebook, Snapchat, Twitter y YouTube.

El informe de la RSPH recoge las conclusiones de otros estudios que indican que cuando se expone a mujeres jóvenes a Facebook durante un corto periodo de tiempo, sus preocupaciones sobre su imagen corporal aumentan por encima de las de aquellas que no son usuarias de este servicio.

Comienzan a expresar su deseo de cambiar su apariencia e, incluso, de recurrir a la cirugía plástica.

“Es interesante ver que Instagram y Snapchat lideran la lista de las peores redes sociales para la salud mental. Ambas son plataformas fuertemente enfocadas en las imágenes y, al parecer, pueden estar produciendo sentimientos de insuficiencia y ansiedad en los jóvenes”,le dijo a la BBC la directora de RSPH, Shirley Cramer.

Si las fotos son la clave, Facebook puede resultar una fuente infinita de personas con quiénes compararse, según la RSPH: cada hora se suben 10 millones de imágenes nuevas a esta plataforma.

El temor a quedarse fuera

Los adolescentes aseguran que Facebook es el canal más empleado para el ciberacoso.

Ya un estudio publicado por la asociación contra el bullying Ditch the Label (Deshazte de la etiqueta) concluyó en 2013 que los jóvenes son dos veces más vulnerables a ser víctimas de esta conducta en Facebookque en cualquier otra red social.

Si bien muchas de estas empresas aseguran tener mecanismos para combatirlo, una encuesta de la plataforma Bullying UK arrojó que en el 91% de los casos en los que jóvenes habían reportado episodios de ciberacoso, no hubo ninguna consecuencia.

Otro de los impactos negativos de las redes sociales es que generan miedo de estarse perdiendo algo: un evento social o cualquier actividad en la que otros se hayan divertido.

Por eso, muchos revisan constantemente sus cuentas. En este aspecto, Snapchat es la red que más provoca este temor.

Efectos positivos

También hay malestares específicos de cada red social, según la encuesta de la RSPH: Instagram es la que más ha dejado a sus usuarios con sentimientos de soledad después de visitarla. Twitter y YouTube han empeorado sus relaciones con otras personas en la vida real.

Los adolescentes aseguran que Snapchat ha hecho que sean menos conscientes de los problemas de salud de los demás y que, salvo YouTube, todas les han creado problemas de depresión y ansiedad.

Pero estas redes sociales también generan sentimientos positivos en los jóvenes.

Las cinco han incrementado su capacidad de expresarse y de desarrollar una identidad propia.

Facebook ha ayudado a que los adolescentes se sientan más apoyados por gente de su entorno y les ha permitido crear y adherirse a distintas comunidades.

Snapchat es la que más ha contribuido a mejorar las relaciones con otros en la vida real y YouTube ha probado ser la más útil a la hora de concientizar, combatir la soledad, la depresión y la ansiedad.

Cramer urgió a implantar “controles y evaluaciones in situ para hacer que las redes sociales dejen de ser un ‘salvaje Oeste’ en materia de salud y bienestar mental de los jóvenes”.

Logos de redes sociales.STOCKCAM
Las redes sociales también generan sentimientos positivos, como ayudar a crear una identidad propia y sentirse apoyado.

Su entidad propuso medidas como notificaciones que adviertan al usuario que lleva mucho tiempo conectado a una red social, avisos de que una foto ha sido manipulada digitalmente y la aparición de anuncios de lugares que ofrecen ayuda cuando una plataforma detecta que alguien puede tener un problema mental.

Una amplia mayoría de los jóvenes apoyan estas propuestas, según la encuesta.

El portavoz de la ONG británica YoungMinds (Mentes Jóvenes), Tom Madders, opinó que implementarlas ayudaría, pero advirtió que “limitarnos a proteger a los jóvenes de ciertos contenidos nunca será la solución total”.

Para él, hay que hacerles entender los riesgos de su comportamiento en Internet y cómo reaccionar al contenido dañino.

La directora de políticas de Instagram para Europa y Asia, Michelle Napchan, aseguró a la BBC que Instagram es un “lugar seguro” en el que la gente “se siente cómoda” y que trabaja en asociación con expertos para “brindar herramientas e información” en materia de salud mental a quienes lo necesiten.

Fuente: http://www.animalpolitico.com/2017/05/efectos-redes-sociales-salud/

Fotografía: OCUSFOCUS

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Educación superior, menos clave para movilidad social

Por: Jorge Quintero y  Animal Político

En una sociedad con alta concentración de la riqueza, es difícil que la población más pobre tenga acceso a educación superior de calidad que le permita ganar mayores ingresos.

En 2013, el economista francés Thomas Piketty publicó El capital en el siglo XXI, donde describe la distribución del ingreso y la riqueza en Europa y Estados Unidos a partir del siglo XVIII. También analiza la manera en que su evolución se ha visto afectada por el crecimiento económico y la tasa de retorno de los activos. Una implicación directa del trabajo de Piketty involucra el acceso a la educación superior, que frecuentemente se considera una herramienta de movilidad social. En una sociedad con alta concentración de la riqueza, sería difícil pensar que la población más pobre tiene acceso a educación superior de calidad que le permita ganar mayores ingresos.

Recientemente se publicó un estudio descriptivo sobre el papel de la educación superior en la movilidad social de Estados Unidos. Entre sus autores se encuentra Emmanuel Sáez, coautor de Piketty en diversos artículos. La principal novedad de esta investigación consiste en los datos utilizados, dado a que nadie a la fecha había asociado bases de datos sobre acceso a la universidad con treinta millones de declaraciones de impuestos de hogares y estudiantes años después de graduarse. Las conclusiones de la investigación pueden resumirse en cuatro grupos de resultados.

En primer lugar, los autores encuentran que el acceso a la educación superior varía considerablemente con el ingreso. En las universidades con mayor prestigio de Estados Unidos, 14.5 % de los estudiantes proviene del 1 % de las familias con mayor ingreso, mientras que 13.5 % proviene de la mitad más pobre de las familias. El estudio, aunque no establece una relación causal entre ingreso y educación, sugiere que el ingreso familiar tiene un peso considerable en la capacidad de acceder a las universidades más prestigiosas de Estados Unidos (definidas por los autores como el grupo Ivy-Plus: las ocho universidades Ivy League más Duke, MIT, Stanford y la Universidad de Chicago).

En segundo lugar, independientemente del nivel de ingreso reportado por los hogares, los estudiantes que asisten a la misma universidad tienden a reportar ingresos similares durante sus carreras profesionales. Estos resultados sugieren que las universidades sí reducen la brecha salarial entre estudiantes con características socioeconómicas distintas.

En tercer lugar, los autores calculan una métrica de movilidad social para cada universidad. Definen la tasa de movilidad como el producto de la tasa de alumnos que provienen del 20 % más pobre de la población y la tasa de esos mismos alumnos que terminan en el 20 % más rico. En las universidades Ivy-Plus, 60 % de los estudiantes del 20 % más pobre alcanza el 20 % más rico, pero solo 4 % de los alumnos en estas instituciones viene del 20 % más pobre. En contraste, algunas universidades de menor prestigio aceptan a muchos más estudiantes del 20 % más pobre que asimismo consiguen posicionarse en el 20 % más rico.

En cuarto lugar, se analiza cómo ha cambiado el acceso a la educación superior y la tasa de movilidad desde el año 2000. Los resultados muestran que la proporción de los estudiantes del 20 % más pobre inscritos en universidades de renombre no ha cambiado significativamente desde entonces. Al mismo tiempo, en las universidades con menor prestigio, pero con las tasas de movilidad más altas, se redujo de manera significativa la fracción de estudiantes que provienen del 20 % más pobre. Como resultado de estos dos fenómenos, ha disminuido la probabilidad de que un estudiante promedio de bajos recursos se coloque en el 20 % de mayor ingreso, en comparación con el año 2000.

Por último, esta investigación aporta sugerencias de política pública para incrementar la movilidad social. El gobierno podría enfocar el otorgamiento de becas en aquellas universidades con mayores tasas de movilidad social, en lugar de las más prestigiosas. Efectivamente, esto resultaría más barato: la mediana de gasto por alumno en el 10 % de las universidades con las tasas de movilidad más altas es de $ 6,500 dólares al año, mientras que en las universidades más prestigiosas es de $ 87,500. Si se promueve el acceso de los más pobres a universidades con mayores tasas de movilidad social, se contribuye a una mejor distribución del ingreso en el futuro.

La gran cantidad de información presentada en este trabajo contribuye a un diagnóstico más robusto de los retos del sistema educativo y la distribución del ingreso en Estados Unidos. Para el resto del mundo, muestra una metodología que no es técnicamente compleja para diagnosticar esta dimensión de la desigualdad social.

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Gasolinazo: esto hubiéramos hecho

Por: Animal Político

Mientras persista un sistema donde pocos tienen capacidad para fijar precios y trasladar los costos de distribución de los combustibles al consumidor, la liberalización expondrá a los más vulnerables a precios más altos.

Las condiciones actuales de la economía mexicana no nos permiten lidiar con todas las consecuencias derivadas de políticas públicas mal diseñadas y/o enfocadas para beneficiar a unos cuantos. Esto ha quedado demostrado con la discusión respecto al alza de las gasolinas y muchos de los temas a su alrededor: la vulnerabilidad de las finanzas públicas, un Estado débil sin suficientes recursos fiscales para la provisión efectiva de bienes y servicios públicos, mercados de bienes de consumo básico altamente concentrados, elevados niveles de contaminación y otras consecuencias negativas del uso de combustibles fósiles, así como terribles deficiencias de infraestructura –particularmente en transporte público– que hemos arrastrado por años. Todo esto como resultado de un manejo equivocado e irresponsable de la política económica, energética y de planeación urbana en el país.

Como ejemplo de las consecuencias provocadas por decisiones equivocadas en las últimas décadas, tenemos que México ha pasado de ser del octavo al cuarto lugar en el consumo per cápita de gasolina en el mundo, al mismo tiempo que pasó de ser el sexto productor mundial a estar mucho más abajo del décimo lugar. Estas trayectorias, opuestas a las direcciones reales entre la oferta y demanda de combustible en nuestro país, reflejan negligencia por parte del Gobierno Federal. El crecimiento acelerado de la demanda de gasolina se debe a un crecimiento similar en el parque vehicular, producto de una falta de planeación urbana y una insuficiente infraestructura de transporte público. Mientras tanto, por años, el Gobierno y el Congreso han impulsado una crónica desinversión en las capacidades de refinación de Pemex, desmantelando poco a poco la empresa. Ejemplo de ello es que la última refinería que se construyó data de 1980 y su mantenimiento ha sido relegado. Igualmente, hace unos años la petrolera tenía una capacidad instalada para producir más de 1.6 millones de barriles diarios, mientras hoy produce poco menos de 400 mil barriles diarios; lo anterior representa tan solo entre el 36 y el 40 por ciento del combustible que empleamos –el resto es importado.

El actual alza de precios en la gasolina se debe, en buena medida, a la combinación de tres factores: la fuerte depreciación del peso dado que cada vez importamos más combustibles, el aumento en el precio internacional del petróleo y los enormes costos logísticos asociados a su distribución. Esto último es directa consecuencia de no haber desarrollado en el pasado, la infraestructura para el transporte y almacenamiento de combustibles que una economía como la nuestra requiere.

Durante las dos administraciones del PAN y el inicio de la actual administración del PRI, México contó con recursos petroleros extraordinarios: más de 400 mil millones de dólares de excedentes. Toda esa riqueza petrolera no se transformó en una modernización de nuestras refinerías, ni en mejor transporte público con mayor planeación urbana, ni en una transición energética que redujera la dependencia en los combustibles fósiles; tampoco fue parte de un fondo que permitiera costear las necesidades de inversión pública en momentos difíciles como los de hoy. Toda esa riqueza petrolera fue desperdiciada, pues se utilizó en diversas formas de gasto improductivo, haciéndonos heredar serios problemas en las finanzas públicas.

Ante todo lo anterior, es difícil pensar que existe una forma efectiva de disminuir el costo de las gasolinas en el corto plazo –además, habría que preguntarnos si es deseable o no por su impacto en el medio ambiente, el cambio climático y la salud de las personas–. En este contexto, es irónico que lo primero que se pretenda sea reducir su precio mediante la liberalización del mercado, obviando el hecho que no hay suficiente infraestructura de distribución para que exista competencia y el precio efectivamente baje.

Por el contrario, lo primero que se debe abordar es la concentración de mercados, pues mientras persista un sistema donde unos pocos tienen capacidad para fijar precios y trasladar los costos de distribución de los combustibles al consumidor, la liberalización expondrá a los más vulnerables a precios más altos en una amplia gama de productos. Las consecuencias de no hacerlo son significativas; en un país como México, con millones de personas bajo la línea de pobreza y otros millones en condición de vulnerabilidad, una repentina alza de precios en productos de consumo básicos puede terminar por empujarlos de la pobreza a la pobreza alimentaria o de la vulnerabilidad a la pobreza.

Por otra parte, cabe aclarar que la alteración del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) a gasolinas tampoco es una medida adecuada en el corto plazo. El impuesto no solo no es responsable por el alza en precios en esta ocasión, sino que su uso ha llegado a solventar hasta 53% de las pérdidas en los ingresos públicos tras la caída de los precios del petróleo. Ante esta gasolinización de las finanzas públicas, queda claro que la reducción del IEPS causaría aún más inestabilidad en el gasto nacional; esta vulnerabilidad evidencia, una vez más, los profundos defectos en las decisiones que han conducido la economía del país durante los últimos 15 años.

Por ello en Democracia Deliberada, #esto_hubiéramos_hecho:

Reducir la demanda de gasolina mediante el financiamiento y subsidio al transporte público masivo, y el fomento a una mejor eficiencia energética de los automóviles nuevos

Lo primero es posible mediante la utilización de la parte del IEPS correspondiente al impuesto por dióxido de carbono a la gasolina y diesel, cuyo monto recaudado en 2015 fue de aproximadamente de 7,700 millones de pesos. Solo como ejemplos: con estos niveles de recaudación anuales se podría continuar financiando la extensión de la línea 4 y A del metro de la Ciudad de México y terminar de fondear la construcción de la línea 3 del metro de Monterrey, ambas frenadas por los recortes presupuestales. Asimismo, esto tendría que financiar prioritariamente la integración del pago por transporte público en todo el país mediante un mecanismo único (tarjeta inteligente) que facilite el otorgamiento de subsidios focalizados a quienes más utilizan el transporte público.

Lo segundo se puede lograr al establecer una nueva meta de eficiencia energética para autos nuevos de 21 litros por kilómetro hacia 2020, superior a la adoptada por EUA y similar a la de China, aprovechando que este año se deben plantear los nuevos objetivos de la Norma de Eficiencia Vehicular 163. Esto debe venir acompañado de la publicación inmediata de una norma de eficiencia para vehículos de carga (NOM 044), y además asegurar que se mantiene, por tiempo indefinido, la prohibición de entrada a México de autos usados, debido a que incrementarían rápidamente la motorización del país, siendo por lo regular más contaminantes e ineficientes.

Reducir los impactos inflacionarios del gasolinazo, con la implementación de una transferencia a los más afectados

Ésta puede ser establecida mediante un seguro de desempleo, o bien, siguiendo la ruta de países que sustituyeron los subsidios energéticos por transferencias en efectivo universal (como por ejemplo se hizo en Irán). De igual forma, puede ser financiada mediante la suma de todos los ahorros enunciados por la administración pública como respuesta al gasolinazo y con la eliminación de los privilegios fiscales a las grandes compañías, las cuales han recibido miles de millones de pesos en devoluciones por parte de la administración de Peña Nieto. Asimismo, se debe combatir a los monopolios y oligopolios que también son responsables por la apreciación de bienes de consumo básicos.

Reducir la dependencia sobre las importaciones de gasolina, mediante la inversión en nuevas plantas y la reconversión de las refinerías existentes

Esto se puede financiar cambiando el régimen fiscal a PEMEX, para que los impuestos que se le cargan no sean tan altos y tenga posibilidades de reinvertir en la producción nacional.

Recaudar progresivamente, combatiendo el secreto fiscal en condonaciones y créditos fiscales que privilegian a unos cuantos

Es cierto que el escenario no es sencillo; sin embargo, no es menos cierto que desde el Gobierno Federal se han emprendido acciones fiscales que han terminado por privilegiar a los más ricos por encima de los más desaventajados. La política tributaria guarda una estrecha relación con el combate a la desigualdad. Al respecto, FUNDAR reveló en su estudio Privilegios fiscales que la discrecionalidad que opera al momento de cobrar impuestos es una constante nociva: tan sólo en 2015, a 15 empresas se les canceló un monto superior a los 15 mil millones de pesos, más del doble de lo que se recaudó por impuesto de dióxido de carbono a los combustibles. Al final del día, esta práctica fomenta el incumplimiento de las obligaciones fiscales por parte de quienes de por sí, no pagan sus impuestos correspondientes. Es decir, si de distribuir y compartir los costos se trata, el reparto es por demás injusto. Combatir el secreto fiscal en condonaciones y créditos fiscales sería un primer paso para recaudar y con ello financiar las medidas aquí expuestas, así como otras más.

En el complejo momento que atravesamos, hay quienes realizan propuestas irresponsables, como la idea del PAN de desaparecer la única secretaría enfocada a planeación urbana o realizar más recortes para disminuir la inversión pública y la capacidad del Estado. También, diferentes políticos de todos los partidos han planteado la eliminación de un impuesto que, si al menos en el corto plazo, da sostenibilidad a las finanzas públicas. Finalmente, otras posturas igual de irresponsables desde el PRI, obvian tanto los efectos sociales del gasolinazo, consecuencia de la inflación; como los efectos indirectos de implementar una liberalización de la gasolina en un mercado concentrado, lo cual dañaría aún más los ingresos de las ciudadanas y ciudadanos. Por ello y dado el panorama a futuro, quienes promuevan políticas irresponsables para la población serán nuestros adversarios políticos.

Fuente: http://www.animalpolitico.com/blogueros-democratas-deliberados/2017/01/26/gasolinazo-hubieramos-hecho/

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