Por: Saturnino Acosta.
No me refiero al piropo de Iglesias a Rivera, ni al resto de improperios proferidos por unos y otros, las interrupciones permanentes, hablar todos a la vez, gesticular puerilmente, acusar o señalar con el dedo.
El caso es que en el segundo debate televisivo, la Educación, no la de sus señorías, la otra, pasó inadvertida sin propuestas reales o importantes, y mucho me temo que a falta de dos días para las elecciones generales, ya poco se espera de ella, no la de sus señorías, de la otra.
El problema no es que no lleven en sus programas medidas educativas, es que las medidas no son dignas de mención y mucho menos la solución, sobre todo si no se explica el cómo y quizás porque no se sepa cómo.
Sorprende el silencio en el debate educativo y molesta, como funcionario docente, cuando alguno de los debatientes, que no debatidores, se quejan del bajo sueldo que perciben los funcionarios de salud, o prometan la equiparación salarial a fuerzas y cuerpo de seguridad del Estado y funcionarios de prisiones. Parece que para el profesorado lo mejor es un MIR o enseñar la Constitución, que por cierto alguno ha aprovechado para leer estos días.
Me parece no solo bien, justo y necesario que se reconozca salarialmente al personal sanitario y por supuesto que se homologue el sueldo a todo funcionario que realiza la misma función en todo el territorio, pero se les olvida aquellos funcionarios que siguen sin tener estatuto, carrera profesional, peores condiciones, y cada vez más obligaciones con menos retribuciones, lo que genera no solo menos devociones, sino un…, más educación, señorías.
Lo curioso de todo esto ya no es la falta de empatía hacia el profesorado, o medidas sin medidas, es que el resto de medidas en todos los ámbitos pasan por mejorar la Educación. Un ejemplo con la Formación Profesional Dual, si no se crea un plan de movilidad nacional específico para el profesorado y el alumnado, con ayudas concretas para esa movilidad de ambos y menos sin que exista la cobertura de un tejido empresarial nacional de calidad y de libre acceso, donde se pueda poner en práctica lo aprendido, así como ayudas a esas empresas, durante pero también después, si se posibilita el acceso al primer empleo, difícilmente se impulsará nada.
Así nuestros jóvenes no tendrán que marcharse, podrán estudiar, trabajar y emprender por cuenta propia o ajena, y a la vez cotizar, y a la vez, y a la vez, y a la vez. Por no parecer del 1 o del 6, y tratar a todos por igual, todos los programas educativos que he leído de todos adolecen de lo mismo, voy a mejorar, voy a hacer, voy a prometer, pero nadie dice, voy a sentarme con mis debatientes, que no sean debatidores, para saber qué queremos y después con los profesionales saber cómo lo hacemos.
Todo es educación porque sin educación no hay debates ni devotos.
Fuente del artículo: https://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/debate-sin-educacion_1158985.html