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Nuestra ajada educación.

Por: Saturnino Acosta.

Ajada no solo porque sea mayor, no solo porque esté deslucida, no solo porque esté marchita, ajada porque está cansada. Cansada de tanto tonto que confunde saber enseñar a niños con saber obedecer a adultos según los deseos del primer complemento indirecto, cansada de acatar leyes infructuosas ajenas a la realidad educativa que obliga a justificar con cien papeles una simple nota, cansada de que cualquiera sepa más que ella.

Mayor porque la endogamia obligada a la que los claustros se han visto abocados por la amortización de las plazas en sus plantillas, bien por jubilación, traslado o supresión, o bien por el aumento de horas lectivas, aumenta la edad media del profesorado con el consiguiente peligro de desgaste emocional, físico y pedagógico, únicamente superado con el esfuerzo individual y colectivo que sin reconocimiento se está realizando en los centros.

Marchita porque la educación no es el florero, son las flores. Si nos empeñamos en pasar años buscando la maceta perfecta, acabaremos no teniendo nada que meter en ella. Busquemos mejorar en las raíces, en la tierra, desde abajo, a quien siembra, a quien cuida y a quien recolecta y, por último, que el vendedor, el político, que le busque el envoltorio que mejor se adapte.

Deslucida porque no se aprecia su importancia y relevancia en una sociedad que valora más el éxito sin esfuerzo que el esfuerzo con éxito, siendo el primero mucho más apreciado que el segundo. Una sociedad que valora más un ránking televisivo que un título académico y, por último, una sociedad que no valora a sus maestros no valora su futuro como bien se expresa en «Las maestras de la República».

Ayer el Senado rechazó pedir un debate sobre los deberes escolares. Imagínense como debemos de andar que una cuestión meramente profesional, circunscrita al ámbito, escuela-tutor-familia, se quiere llevar al Congreso de los Diputados.

Llegados a este punto nadie debiera dudar de que es necesario cambiar nuestro modelo educativo, nuestra sociedad y nuestro respeto a la Educación y a sus profesionales.

Fuente: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/nuestra-ajada-educacion_993924.html

Imagen: http://images.eldiario.es/eldiarioex/politica/Consejera-Educacion-Extremadura-Esther-Gutierrez_EDIIMA20150825_0699_18.jpg

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El pueblo sin niños.

Por: Saturnino Acosta.

No creerán lo que les voy a relatar pero es absolutamente cierto. Existe un pueblo en Escocia, al norte del Reino Unido, donde está prohibido que vivan niños. Sus ciudadanos pueden recibir visitas de éstos a determinadas horas y con cierta frecuencia pero no vivir, aunque sí dejan una mascota siempre que no sean ni patos, conejos, palomas y abejas. Tampoco crean que todos pueden vivir allí, hay que tener más de 45 años. La explicación de tales inusuales restricciones es que el pueblo fue creado con esas condiciones, y los propietarios del terreno sólo venden casas con esas premisas, pensando en formar un pueblo específico para vivir con absoluta tranquilidad hasta el final de los días. Eso sí, el lugar elegido al parecer es un paisaje de cuento.

Contrariamente a Firhall, los pueblos extremeños quieren niños, es más, necesitan niños para no morir, y para que haya niños necesitan una escuela, porque ello implica que las familias terminen trasladándose a la localidad más cercana, con escuela, y sin niños el futuro no tiene futuro, como en Firhall, solo la espera, además de influir en el aislamiento rural ya de por sí relevante en muchas poblaciones. Todavía suelo escuchar cuando conozco a alguien residente o nacido en un pueblo, como con orgullo en su descripción incluye «es pequeño pero tiene una escuela», otra manera de decir mi pueblo vive y seguirá vivo.

 Es por eso por lo que la supresión de unidades jurídicas en centros pequeños, aulas para que me entiendan, aunque no se cierren colegios, es de especial importancia.

En ese sentido, no crean que es un gasto superfluo mantener escuelas o unidades con pocos alumnos, incluso con escasos alumnos, evidentemente mientras sus padres así lo deseen. Ese gasto que pareciera no cumpliera los requisitos de racionalización del gasto educativo está cumpliendo con creces la misión más importante que la escuela pública ofrece y que es la garantía de que cualquier alumno nacido donde haya nacido tenga el mismo acceso a la misma educación en igualdad de condiciones.

La escuela rural sólo tiene una solución que además no sólo compete a Extremadura y no sólo es educativa. Políticas para incentivar a las familias y a quien pretenda tenerla, desde el Estado al municipio y empleo.

Fuente: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/pueblo-sin-ninos_992108.html

Imagen: https://i.ytimg.com/vi/WSBBt9YER68/hqdefault.jpg

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Autonomía y autonomías.

Por: Saturnino Acosta.

Ahora también suspendemos en la autonomía de los centros, según la OCDE. Somos de hecho el número 31 de 35 países, con un 57,5% frente a un 71% de media y a 37,9 puntos del primer clasificado, que en este caso es la República Checa.

Si bien, autonomía no tiene por qué ser determinante en cuanto a la idoneidad de resultados, sí comprobamos que aquellos países con mejores resultados están por encima o en la media del ranking. La Lomce incluía mejoras para aumentar dicha autonomía, pero éstas no son de gestión directa para los centros educativos, son a las distintas administraciones educativas a las que delega dicha potestad para permitir una verdadera autonomía de centro en sus tres ámbitos: organizativo, de gestión y pedagógico.

Si hablamos de gestión pedagógica, vendría establecida a través del proyecto educativo que también puede ser de especialización curricular, atendiendo a las singularidades de su población y que incluye la organización autónoma de agrupamientos, o bien, proyectos educativos de carácter innovador, que pueden adoptar experimentaciones, todo con su extra de recursos.

Si hablamos de gestión, se permite la ampliación de recursos humanos y económicos según la población escolarizada y las necesidades acorde con el proyecto y su justificación y rendimiento.

Dónde está el problema, se preguntarán. La respuesta es sencilla y económica.

Curricularmente cada autonomía sobrecarga y encorseta en demasía los contenidos, horarios de cada materia y las materias sin tener en cuenta la población escolar concreta a la que va dirigida, que sólo conocen los centros.

Los recortes económicos, de plantilla o la ampliación de horas lectivas, imposibilitan una verdadera autonomía de gestión pedagógica.

Sólo aquellas autonomías que dedican cierto porcentaje de su PIB a educación pueden permitirse cierta autonomía de centros.

Aquellas cuyos recursos educativos vienen marcados para programas previamente establecidos desde el Gobierno central o la UE, difícilmente podrán adaptar su realidad a la realidad educativa de su región. Esa es una de las diferencias existentes entre los resultados de una u otra administración.

Fuente: http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/opinion/autonomia-autonomias_990400.html

Imagen: https://josueferrer.files.wordpress.com/2011/01/espana.gif

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