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La educación, una oportunidad para mejorar la vida de las niñas

Por: EDUCO

En el mundo hay 1.100 millones de niñas y muchas de ellas están discriminadas por ser mujeres, además de sufrir diariamente algún tipo de violencia.

Que las niñas y adolescentes reciban una buena educación es fundamental para empoderarlas y revertir esta situación.

Las niñas que acceden a la educación secundaria tienen más posibilidades de evitar el matrimonio infantil y el embarazo en la adolescencia. Hay que recordar que, en el mundo, 1 de cada 9 niñas se casa antes de cumplir los 15 años y que las complicaciones relacionadas con el embarazo y el parto son la segunda causa de mortalidad entre las adolescentes. El hecho de continuar con sus estudios les permitirá tener, en un futuro, un mejor trabajo y salario, ser más independientes, casarse y tener hijos más tarde y aportar prosperidad a su comunidad.

A través del proyecto de Becas ELLA, Educo trabaja para que las adolescentes puedan acceder a la educación secundaria y continuar con su formación. Desde que se puso en marcha este programa, en el curso 2011-2012, se han concedido 6.412 becas a niñas de entre 12 y 17 años. Estas becas cubren los gastos económicos de un curso escolar, como la matrícula, las mensualidades, la alimentación, los materiales o el transporte al centro educativo, entre otros. Actualmente se concede esta ayuda a niñas y adolescentes con bajos recursos económicos que viven en zonas rurales o barrios desfavorecidos de países de América, África y Asia. Desde el inicio del proyecto se han dado 4.430 Becas ELLA en Bangladesh, 1.131 en Burkina Faso, 671 en El Salvador y 180 en Guatemala.

 “En el futuro quiero trabajar con niños”

Maritza tiene 17 años y es una de las chicas que reciben la Beca ELLA en Guatemala. Para Maritza, ser una de las estudiantes becadas “es un gran privilegio, es algo emocionante. Es más motivador estar estudiando que estar encerrado en casa. Cada día se levanta a las cinco de la mañana para ir a la escuela. Allí, continua con sus estudios de secundaria y piensa cómo va a ser su futuro. Ella ya se ve como maestra, “trabajando con niños, haciendo manualidades, conviviendo con ellos”.

Para que Maritza y sus compañeras puedan seguir con su educación, colabora con el programa de Becas ELLA.

Fuente: http://www.eldiario.es/educo/educacion-oportunidad-mejorar-vida-ninas_6_576102411.html

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La educación los hace solidarios

Por:  Ubaldo Padilla Pérez

Del 26 al 28 de abril del año 2000, a Convocatoria de la UNESCO, (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, en inglés United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization); representantes de 140 países del mundo, se reunieron  en la ciudad de Dakar, capital de la República de Senegal en África Occidental, en el denominado Foro Mundial de Educación; evento en el que se fijaron los objetivos que cada uno de los países participantes debían cumplir hasta el año 2015.

El movimiento denominado «Educación Para Todos» (EPT) se inició en el año 1990 en la Conferencia Mundial sobre Educación Para Todos  realizada  en la ciudad de Jomtien, Tailandia-Asia, siempre liderado por la UNESCO. Allí, representantes de la comunidad internacional (155 países, así como representantes de unas 150 organizaciones) se pusieron de acuerdo en «universalizar la educación primaria y reducir masivamente el analfabetismo para finales de la década». A partir de esta conferencia fue aprobada la Declaración Mundial sobre Educación Para Todos, satisfacción de las necesidades básicas de aprendizaje, la cual enfatizó que la educación es un derecho humano fundamental e instó a los países a que intensifiquen sus esfuerzos para mejorarla.

Para medir los avances en Educación de los países; anualmente la UNESCO produce el Informe de seguimiento global de Educación para Todos.

En su último informe (2015) la UNESCO califica a la educación cubana como «un ejemplo para el mundo»; según el informe, Cuba además tiene un Índice de Desarrollo de la Educación para Todos muy elevado y ocupa también el primer lugar entre los países con ingresos bajos que más gastan en educación. La UNESCO, destaca también los programas educativos cubanos «Educa a tu hijo» y «Yo sí puedo», que los Cubanos implementan en América Latina y los países caribeños y cuyo objetivo principal es combatir el analfabetismo y proveer educación a todos.

En cuanto a inversión  en Educación, según el Banco Mundial, «ningún país, incluidos los más ricos, dedica una parte tan alta de su presupuesto nacional a la educación como Cuba». El informe  clasifica a Cuba en el primer puesto en cuanto a la inversión en el sistema educativo para el periodo 2009-2013 con cerca del 13% (12,9%) de su Producto Interno Bruto (PIB) invertido en este sector, «ningún otro país del mundo, incluidos los más desarrollados, iguala a la Isla del Caribe, que ha hecho de su política social un modelo para las naciones en vía de desarrollo», dice el informe.

Timor Leste y Dinamarca completan el podio mundial, con un 11,3% y un 8,7% del PIB, respectivamente, dedicado a la educación. A manera de comparación, Estados Unidos invierte apenas un 5,4%, o sea dos veces menos que Cuba, y Canadá un 5,5%. En Europa, Francia dedica un 5,9% de su presupuesto nacional a la educación, Alemania un 5,1%, Reino Unido un 6,2%, Italia un 4,5% y España un 5%. En cuanto a América Latina, Bolivia ocupa el segundo puesto detrás de Cuba con un 7,6%. Brasil con un 5,8% de su PIB a este sector, mientras que México y Argentina le destinan un 5,2% y un 5,8% respectivamente.

Vistos estos datos podemos concluir que:

a) A pesar de  que los cubanos tienen muchas carencias materiales, no son egoístas ni nacionalistas, comparten lo que tienen con todo ser humano de cualquier parte del mundo; eso se debe a que el Sistema Educativo Cubano, elevó el nivel de conciencia internacionalista del pueblo y su juventud. La bella historia de los Destacamentos Pedagógicos “Ché Guevara” en Angola y “Augusto Cesar Sandino” en Nicaragua, que llevaron la luz del saber a los más apartados rincones, donde jamás hubo maestros ni escuelas y el método cubano para enseñar a leer y escribir a adultos «Yo Si Puedo»  y los ejércitos de médicos cubanos de la «Operación Milagro» que operan gratuitamente de los ojos a miles de necesitados en diferentes países, son muestras fehacientes de la preocupación de los cubanos por los demás.

b)Cuba pone la Educación al servicio del Ser Humano; los valores que inculca son la base para la búsqueda del «vivir bien de las personas»; uno de esos valores es la solidaridad, que para los cubanos no se pregona sino que se practica. Muestra de ello se constituye la apertura de centros oftalmológicos en 25 países del mundo donde médicos y médicas cubanas trabajan gratuitamente, sin más paga que  la gratitud de la gente.

A partir del  año 2006 en Bolivia se instalaron 15 de estos centros donde se atendía un promedio de 60 personas por día llegando a atender hasta el año 2014 unas 2 millones 300 mil personas, de las cuales unas 700 mil fueron operadas gratuitamente cuando en clínicas privadas esas mismas operaciones cuestan al menos 4 mil dólares. El Centro instalado en Yacuiba, atendía incluso 1.500 pacientes Argentinos por mes quienes además de la consulta, medicina y cirugía gratuita, eran hospedados en un hotel sin costo alguno; eso solo se puede lograr con un Sistema Educativo que ponga en el centro del Sistema al Ser Humano.

c)El éxito del Sistema Educativo Cubano es uno de los máximos logros de la revolución socialista que triunfó en la Isla en 1959, que en la práctica se traducen en políticas públicas gracias a las acertadas decisiones que toman sus autoridades tales como ser: Colocar un televisor y videos por escuela y aula; electrificación de todas las escuelas; creación de canales de televisión educativos; extensión del aprendizaje de Computación, incluyendo enseñanza para ciegos; universalización de la enseñanza; mesas Redondas y Tribunas Abiertas; formación integral de maestros; creación y formación de una generación de trabajadores sociales; centros de enseñanza de Arte y la institucionalización de los cursos de Superación Integral de Jóvenes.

*Fragmento del ensayo sobre la Educación en Cuba

BIBLIO Y WEBGRAFÍA

1.-“Temas económicos”. Ernesto Che Guevara. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana 1988

2.-“El Socialismo y el hombre en Cuba”. Semanario Aquí, suplemento “Vamos a ver” Nº 24

http://www.unesco.org/new/fileadmin/MULTIMEDIA/HQ/ED/pdf/gmr2011-efa-development-index-es.pdf

3.- http://www.unesco.org/new/es

4.- https://es.wikipedia.org/wiki/Timor_Oriental

5.- https://es.wikipedia.org/wiki/Cuba

6.- https://es.wikipedia.org/wiki/Dinamarca

7.- https://www.nodo50.org/cubasigloXXI/congreso06/conf3_canizares.pdf

8.-https://www.google.com.bo/webhp?sourceid=chrome-instant&ion=1&espv=2&ie=UTF-9#q=operacion%20milagro%20bolivia%202014

8.- https://boliviasol.wordpress.com/operacion-milagro/

9.- https://es.wikipedia.org/wiki/Sistema_educativo_de_Cuba

10.- Temas económicos

Fuente: http://www.erbol.com.bo/opinion/desde_el_chaco/la_educacion_los_hace_solidarios

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Cómo educar a un hijo para que no se deje manipular por sus amigos

Por: Vanessa Rodríguez

Octubre es el Mes Nacional de Prevención del Bullying y una forma de ayudar a nuestros hijos a evitar el acoso escolar y el ‘chantaje emocional’ de otros niños es enseñándoles a decir NO y reforzando su autoestima.

Una vez que nuestros hijos comienzan su etapa escolar, sus relaciones sociales se amplían más allá del ámbito familiar y del vecindario: juegan e interactúan con los compañeros de su clase y de las actividades extraescolares, conocen a más niños en parques y en las fiestas de cumpleaños a las que son invitados, etc.

Este tipo de interacciones con otros niños con los que comparten aficiones, intereses, gustos, etc. origina en nuestros hijos un sentido de la pertenencia a un grupo que los hace sentir seguros, autónomos, independientes e integrados en una pandilla.

Hasta aquí todo es positivo para el desarrollo de la personalidad de nuestros hijos pues se trata de vínculos sociales que refuerzan positivamente su autoestima y contribuyen a su crecimiento personal. El problema viene cuando las relaciones de amistad que establecen nuestros hijos con otros niños están basadas en la dependencia emocional, la imitación exagerada de conductas y estilos de vida del grupo al que se quiere pertenecer y la pérdida de la propia identidad.

Cuando esto sucede estamos ante el típico caso en el que nuestro hijo está siendo manipulado por los que él cree que son sus verdaderos ‘amigos’.

Señales que nos indican que nuestro hijo puede ser víctima de la manipulación de un ‘amigo’.

  • Su forma de comportarse ha cambiado radicalmente. Ha variado muchos aspectos de su forma de vida que sabes perfectamente que antes le encantaban: su forma de vestirse y de peinarse, sus aficiones, etc. y todo por tal de parecerse lo máximo posible a su amigo.
  • Idolatra a su amigo y lo defiende a capa y espada aunque sus conductas no sean ejemplares.
  • Hace exclusivamente lo que le dice su amigo y no presta atención a tus consejos.
  • Depende afectiva y emocionalmente de su amigo y no es capaz de reconocerlo.
  • Características de los ‘amigos’ manipuladores.

    • Se creen los mejores y están convencidos de que tienen la razón absoluta en todo por lo que imponen sus criterios a los demás.
    • Coartan la libertad de expresión del otro. Realmente no escuchan ni empatizan.
    • Obligan a hacer cosas al otro que ellos mismos no se atreverían a hacer porque saben que está mal.
    • Son conscientes de su don de liderazgo y se aprovechan de ello para que los demás sigan sus directrices.
    • Son expertos en el chantaje emocional y en hacer sentir culpables a los demás.
    • Consiguen que los demás duden de sus propias capacidades para que confíen exclusivamente en ellos.
    • Atacan los puntos débiles del otro para hacerlo más sumiso.
    • No son sinceros. Recurren constantemente a las mentiras para conseguir sus objetivos.
    • Tienen un gran poder de persuasión y habilidades oratorias para ganarse al otro y conseguir lo que quieren.

    ¿Qué podemos hacer los padres para que nuestros hijos no se dejen manipular?

    Es importante que eduquemos a nuestros hijos inculcándoles valores positivos que contribuyan al desarrollo de una personalidad autónoma e independiente. Para ellos es fundamental que:

    • Reforcemos positivamente su autoestima elogiando sus capacidades. Centrémonos en las virtudes de nuestros hijos.
    • Enseñémosles a ser fieles a sí mismos y a no dejarse influir por la opinión de los demás. Hagámosles ver que solo han de hacer caso a las críticas justas y constructivas que les ayuden a ser mejores personas.
    • Es importantísimo enseñarles a decir “NO” y a mantenerse firmes en las propias convicciones para no someterse a los deseos de los demás.
    • Confiemos en nuestros hijos y démosles seguridad.
    • Permitamos que expresen libremente sus opiniones, deseos, necesidades, intereses, preocupaciones, emociones, etc. Escuchemos todo lo que tienen que decirnos.
    • Demos a nuestros hijos responsabilidades acordes a su edad.
    • Enseñémosles a no tener miedo a equivocarse y a pedir perdón.
    • Enseñemos a nuestros hijos la importancia de pedir ayuda cuando lo necesiten.
    • Inculquemos el valor del respeto y el amor hacia la familia.
    • Es fundamental enseñarles a distinguir lo que está bien de lo que está mal, a ponerse en el lugar del otro, etc.
    • Ayudemos a nuestros hijos a hacer amigos yendo a parques, llevándolos a fiestas de cumpleaños, etc.
    • En lugar de prohibirles que se relacionen con determinadas personas, enseñemos a nuestros hijos a hacerse valer y a no depender de los demás.
    • En definitiva, hagamos ver a nuestros hijos que todos los valores que les enseñamos los han de ver reflejados en las amistades sanas y verdaderas. Los buenos amigos respetan las diferencias, escuchan y apoyan cuando lo necesitas, no hacen reproches, comparten sus penas y alegrías, no te obligan a hacer nada que tú no quieras hacer, dejan que te expreses libremente, respetan tu tiempo y espacio personal, no imponen sus opiniones y criterios, confían firmemente en ti, te respetan tal y como eres y te ayudan a ser mejor persona.
    • Fuente: http://www.univision.com/estilo-de-vida/papas-y-mamas/como-educar-a-un-hijo-para-que-no-se-deje-manipular-por-sus-amigos
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La ciencia no es un lujo

Por: Agustín Lage Dávila

En su discurso al inaugurar el Centro de Inmunología Mo­lecular el 5 de diciembre de 1994 Fidel dijo: «Es un orgullo en pleno periodo especial inaugurar este Centro que no es un lujo, es una promesa de salud para nuestro pueblo y es una promesa de ingresos para nuestra economía». Lo dijo con un énfasis muy evidente, y lo escuchamos muy de cerca.

Esa advertencia enfática nos hacía ver que existían (y aún existen) compañeros que piensan que la ciencia es un lujo, un gasto improductivo, o al menos no inmediatamente productivo, que solo pueden permitirse las sociedades opulentas del norte, o los diletantes del sur ; o quizá algo relacionado con un distante futuro de lo que podemos ocuparnos «después».

Son muchos de ellos buenos cuadros, empeñados en defender la Revolución y en hacerle frente con gran esfuerzo, a las presiones económicas de la vida cotidiana. Las urgencias económicas llevan a algunos (por suerte para Cuba, no a sus grandes líderes) a desarrollar una visión de corto plazo. Siempre hemos vivido bajo presiones económicas urgentes, primero por la economía dependiente, y pobre que heredamos del capitalismo periférico, a lo que se sumó luego el feroz bloqueo norteamericano contra Cuba, después la desaparición de la URSS y el periodo especial, y finalmente las tendencias actuales de la globalización neoliberal. Pocos países han vivido bajo presiones económicas de tal magnitud y duración. Y como dicen algunos compañeros con visión cortoplacista, para tener un futuro, primero hay que trabajar para llegar hasta ese futuro. Se les puede comprender, pero esa comprensión no nos exonera de decir que están equivocados, y de explicar porqué.

Y he aquí cuatro razones, dichas de manera muy directa, sin matices, precisamente con el objetivo de motivar el debate:

  1. No hay desarrollo económico posible sin inserción de la ciencia en la economía, no en nichos de excelencia, sino en toda la economía. En el mundo de hoy la producción de prácticamente cualquier cosa tiene un contenido de conocimientos y tecnología grande y creciente. Un componente esencial del desarrollo es el «valor agregado» de las producciones, es decir, la diferencia entre el valor de los insumos materiales y el valor final de lo producido. Esa diferencia la crea el trabajo, pero la función transformadora del trabajo depende cada vez más de los conocimientos y las tecnologías. Ningún país se desarrolla hoy produciendo mucho, con mucha gente y mucho esfuerzo, pero con escaso valor añadido.
  2. Sin capacidad científica no habría tampoco capacidad de asimilar tecnologías foráneas. La capacidad de utilizar el conocimiento y asimilar tecnologías de origen externo está cada vez más vinculada a la capacidad de generar conocimientos y tecnologías propios. No estamos ya en el siglo XX. El reforzamiento de las conexiones de la ciencia con otros procesos económicos y sociales contiene fenómenos relativamente nuevos, difíciles de comprender con los esquemas mentales del pensamiento económico clásico. En este siglo XXI las tecnologías cambian mucho y rápido. Es la práctica de producir conocimiento nuevo (y esto es «la ciencia») lo que habilita a una sociedad para interpretar, adaptar, mejorar y asimilar el conocimiento que se genera en otros países.
  3. Como país pequeño que somos, nuestra eficiencia económica depende de nuestra capacidad de insertarnos en la economía mundial, y eso solamente es posible con las palancas de la ciencia y la técnica. Es parte integrante de la defensa de la soberanía nacional. La palanca principal del crecimiento económico para Cuba no puede ser el tamaño de la demanda interna, como lo es para China, pues somos solamente 11 millones de cubanos. Tiene que ser nuestra inserción en la economía mundial; y esto no lo podemos hacer, como lo hacen los países petroleros por ejemplo, con recursos naturales que nosotros no poseemos. Nuestra inserción en las cadenas productivas transnacionales, y en los flujos mundiales de bienes, servicios y capitales habrá que hacerla con las palancas de la ciencia y la técnica.

Producir bienes de alto contenido tecnológico y valor añadido es poco rentable (con escasas excepciones) para la demanda interna de 11 millones de habitantes, por los altos costos fijos y de capital que tienen estas producciones. La disyuntiva es clara: o creamos capacidades para exportar productos de alto valor, o producimos bienes y servicios de escaso valor.

  1. 4. Sin una economía técnicamente desarrollada no es posible el Socialismo. Esta cuarta razón ha estado menos presente en nuestros debates pero es imprescindible traerla al centro. Ne­cesitamos ciencia y tecnología no solamente para desarrollarnos, sino también para que ese desarrollo sea socialista. El So­cialismo es una consecuencia objetiva del desarrollo de las fuerzas productivas. No era viable con las fuerzas productivas del siglo XIX, a pesar de la superioridad moral de la distribución socialista. Son las fuerzas productivas técnicamente avanzadas las que hacen imprescindible la socialización de la producción; y las que obtienen ventaja comparativa del contexto de educación, cultura y equidad social que solo puede provenir de la inversión presupuestada del estado socialista. Son las fuerzas productivas técnicamente avanzadas las que hacen inviable que sea el mercado la forma principal de relaciones entre las personas.

Una economía «de chinchales» enlazados por las fuerzas del mercado no sería solamente una economía más pobre, sino también menos soberana, y menos socialista.

Por eso tenemos que cuidar la ciencia, como cuidamos la salud, la educación y la cultura: siempre están en riesgo en periodos de dificultades económicas, porque la «racionalidad de mercado» no protege el largo plazo. Por eso tenemos que cuidar los recursos humanos que nuestro país ha creado en seis décadas de inversión social. Tenemos actualmente una de las tasas más elevadas de América Latina de doctores en ciencias con respecto a la población y necesitamos que esa fuerza pueda desplegar todas sus potencialidades.

Entonces el redespegue de la actividad científica y de la inversión en Ciencia, ciertamente e inevitablemente dañadas por el periodo especial y por el bloqueo, no es un lujo sino una urgencia. Tampoco es «teoría»: la centralidad de la ciencia para la construcción del Socialismo próspero y sostenible a que aspiramos tiene que reflejarse en el componente de ciencia y técnica de nuestros presupuestos anuales, y también en la estructura de costos de nuestras empresas; y gestionarse con instrumentos jurídicos y procedimientos concretos que incentiven, además de la producción eficiente de bienes y servicios, la producción eficiente de conocimiento autóctono, y sus conexiones con la economía y con el sistema educacional. Y no se puede evaluar el proceso con anécdotas. Los indicadores duros de porciento del PIB invertido en ciencia, producción de patentes y publicaciones científicas, formación de doctores, componente tecnológico de las exportaciones y otros, tienen que moverse. Y el Estado Socialista tiene que garantizar la direccionalidad del esfuerzo científico para que este respalde los objetivos y ejes estratégicos de nuestro desarrollo social y económico, que aprobamos en el 7mo. Congreso del Partido.

La buena noticia es que lo podemos hacer. Habrá que discutir mucho (y rápido) sobre los métodos concretos, pero lo podemos hacer, y el pueblo lo sabe.

A pesar de los emigrados geográficos y los emigrados mentales que andan por ahí, la masa grande y limpia de jóvenes científicos competentes, comprometidos con Cuba y motivados por su proyecto socialista, está presente, reclamando su puesto en la batalla. Y no son pocos.

Ellos responderán al esfuerzo social en ciencia con sus propios esfuerzos personales, como debe ser cuando se comprende que uno está implicado en las tareas grandes de la Patria. Eso nos dijo José Martí: «la razón, si quiere guiar, tiene que entrar en la caballería».

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2016-10-25/la-ciencia-no-es-un-lujo-25-10-2016-21-10-52

Imagen: http://www.unperiodico.unal.edu.co/dper/article/ley-de-ciencia-y-tecnologia-necesita-voluntad-politica.html

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Romance con la tecnología

Por: Yasel Toledo Garnache

Un muchacho tarareaba la canción escuchada a través de los auriculares mientras caminaba con paso lento. A veces, parecía moverse al ritmo salido de su teléfono móvil.

Otro estaba como hipnotizado por un juego en su tableta electrónica, en los momentos de más emoción hasta se detenía, y luego seguía casi sin prestar atención en la vía.

Cada vez son más frecuentes escenas como esas en nuestras calles. Los nuevos dispositivos son poderosos imanes, con efectos positivos y negativos.

Resulta difícil resistirse a sus encantos, pues además de las utilidades para la comunicación, constituyen algunos de los mejores medios de entretenimiento de la historia, la conjunción de mucho de lo preferido por los niños, adolescentes y jóvenes.

Varios adultos suelen criticar a quienes sostienen esa especie de romance con los modernos equipos, y parecen olvidar que cuando pequeños fueron cautivados por la maravilla de las imágenes en movimiento en los televisores.

Uno de mis tíos asegura que cuando observaba algo atractivo en aquel aparato, casi ni escuchaba lo expresado por sus padres y, si le ordenaban realizar otra tarea, hasta demostraba su falta de voluntad con leves llantos.

Recuerdo la preferencia por el Playstation y los juegos de Atari. Ahora es todo eso, aunque en una dimensión mayor, pues los nuevos dispositivos, como sabemos, son fuente de las fotos, juegos y videos más gustados, seleccionados por uno mismo, y pueden ser llevados a casi todas partes.

Cada vez son más perfeccionados, como parte de una industria empeñada en atraer consumidores, pero de la cual es difícil abstenerse, no ya por estar a la moda; sino por su utilidad y porque los tiempos actuales casi lo exigen.

Lo lamentable es ser víctimas modernas, atraídas demasiado por sus redes seductoras. Estudiosos señalan efectos negativos, incluidos el aislamiento social, la ansiedad, el insomnio, el desánimo, cambios emocionales y estrés, lo cual puede provocar otros males.

La fijación en la pantalla y apego desmedido a los equipos provoca falta de concentración, afectaciones en la comunicación interpersonal y un incremento de los accidentes. En ocasiones, vemos a choferes contestar llamadas mientras manejan, y eso constituye una gran irresponsabilidad.

La situación puede complejizarse más en Cuba, donde la tecnología no es tan abundante como en otras naciones, pero se avanza en la informatización y aumentan los dispositivos.

Según la periodista Rosa Mirian Elizalde en su conferencia El consenso de lo posible, parte de su tesis de doctorado presentada en el IX Congreso de la UPEC (2013), el 82 % de los cubanos entre 12 y 24 años tenía a la memoria flash como medio fundamental de intercambio de contenidos y existían aquí 11 millones de accesos diarios a Facebook y dos millones de celulares.

Esos números crecieron en los últimos años. En el 2015, fueron habilitados en el país 65 puntos wifi, y para el 2016 se planificó un total de 80, aunque se sobrecumplió a 135.

Informaciones de la dirección nacional de Etecsa, en la Mesa Redonda transmitida por la televisión nacional el 29 de marzo último, revelan que unos 200 000 usuarios empleaban la wifi, como promedio cada día, y se ha incrementado la conexión a Internet desde centros laborales y escuelas.

No debemos ser extremistas y satanizar a la tecnología, pues brinda numerosos beneficios. Los padres y otras personas deben ser guías de los niños, por eso es preciso que sepan hasta cuáles son sus juegos, pues varios incluyen violencia, son de peleas, lanzar lavas…, y podrían tener incidencias negativas en su formación.

Es imprescindible incrementar las iniciativas para compartir en conjunto, intercambiar opiniones y divertirse de otras maneras más tradicionales, que fomenten la unidad. Ojalá los partidos de pelota o fútbol en los barrios y otros en conjunto, estén siempre en la preferencia de muchos.

Somos afortunados por vivir en una época con tantos avances tecnológicos, como lo fueron generaciones anteriores por diferentes razones, y lo serán las próximas. Lo importante es aprovecharlos para el bienestar individual y colectivo, conscientes de que somos los jinetes de nuestro destino.

Fuente: http://www.granma.cu/opinion/2016-11-03/romance-con-la-tecnologia-03-11-2016-22-11-46

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Lo que todos deberíamos saber y aplicar sobre la teoría general de sistemas

Por: Néstor del Prado

Suele repetirse con alta frecuencia que se debe hacer un enfoque o análisis en sistema; que debemos tener un pensamiento sistémico para resaltar que si dejamos de tener en cuenta una parte del todo indivisible o indesintegrable, el resultado no será ni confiable ni correcto.

Existen sistemas producto de la naturaleza, y otros de la creación humana.   Sistemas determinísticos: interactúan en forma predecible. Sistemas probabilísticos: presentan incertidumbre. También se habla de sistemas físicos o concretos y sistemas abstractos.

Lamentablemente muchas veces se repite algo inconscientemente, como una consigna o una frase hecha, que por lo general anulan su fuerza cognitiva. Intentaremos escribir de manera que todos podamos entender, compartir y sobre todo tratar de aplicar en los diversos ámbitos de la vida.

Conceptualización

Esta teoría surgió con los trabajos del biólogo alemán Ludwing Von Bertalonffy, publicados entre 1950 y 1968.

Un sistema es un conjunto de elementos o procesos que interactúan dinámicamente entre sí, que están sometidos a influencias externas si son abiertos; que se organizan en función de un objetivo.

Entre las propiedades de un sistema podemos citar los siguientes

  • El comportamiento de cada elemento del sistema o del entorno tiene efecto sobre el sistema tomado como un todo
  • Cada elemento depende al menos de otro elemento del conjunto
  • Cada posible subsistema tiene un efecto dependiente sobre el todo, y existe una interdependencia entre estos.

El sistema no es una simple suma de sus partes, aunque sea posible separarlo estructuralmente con fines metodológicos.

Los sistemas son entidades dinámicas y sus principios son: interconectividad, complementariedad, incertidumbre y transformación.

El tema de la dinámica de los sistemas ha generado toda una teoría no acabada y yo diría que inacabable.

Entre las leyes de la dinámica de los sistemas podemos citar las siguientes

  • Si se divide el sistema pierde dinámica
  • Mientras más se presione el sistema, más presionará este en sentido inverso
  • Cuando presionamos un sistema, mejora para después empeorar
  • Existe una demora entre la decisión y el resultado
  • Todo sistema tiene al menos un límite de crecimiento
  • Si eliminamos el límite más potente, el sistema ganará dinamismo en forma significativa

Hay sistemas más complejos que otros, pero no pretendo inmiscuirme en este artículo en la importante teoría de la complejidad. Esto es harina de otro costal, incluso existe una cátedra sobre la complejidad integrada por importantes estudiosos de sus diferentes dimensiones.

Incorrectamente la teoría de los sistemas es también frecuentemente identificada con la cibernética y la teoría del control.

Su importancia universal

Todo en la vida está conectado sistémicamente, desde los procesos primarios de la vida hasta los más desarrollados en la vida natural y social. En algunos casos esa realidad sistémica es fruto de la naturaleza, y otros de la creación humana. En la mayoría de los casos ambos ámbitos se interconectan.

Desconocer la teoría de los sistemas nos lleva frecuentemente a cometer violaciones de sus leyes y principios, y entonces nos preguntarnos: ¿por qué no sucedió lo que esperábamos, o por qué no obtuvimos el resultado previsto?

Una Organización empresarial es un sistema socio-técnico incluido en otro más amplio que es la sociedad con la que interactúa influyéndose mutuamente, en que están presentes artefactos, normas jurídicas y comportamientos humanos.

Violaciones comunes

Es muy común que ante la presencia de un sistema fruto de la creación humana, se produzcan violaciones, bien por desconocimiento de la teoría de sistema o por la imposibilidad de satisfacer sus requisitos, y suponer que el daño no será significativo.

Existen sistemas muy bien diseñados pero lo irrespetamos a la hora de gestionarlos, de modificar algunas de sus partes componentes.

En mi experiencia profesional considero que abunda más el irrespeto al concepto del sistema que la existencia de sistemas chapuceros o mal concebidos o diseñados.

Comentemos algunos ejemplos de la vida cotidiana, tanto del ámbito laboral como familiar.

Eliminar o degradar una parte pretendiendo que no existan cambios significativos.

Por la teoría más aceptada, y la adaptación en nuestro país, el sistema de gestión de capital humano está compuesto por 9 subsistemas o módulos: 1 competencias laborales, 2 organización del trabajo, 3 selección e integración, 4 capacitación y desarrollo, 5 seguridad y salud del trabajo, 6 evaluación del desempeño, 7 estimulación moral y material, 8 comunicación institucional y 9 autocontrol.

Resulta grave y lamentablemente frecuente, que el subsistema de organización del trabajo no se realice con el debido rigor, que no esté actualizado o que se haya copiado de otra organización con características similares. También se maltrata el subsistema de las competencias laborales. En el caso de la evaluación del desempeño suele ocurrir, entre otros males, que se produce una especie de paternalismo para no afectar al trabajador. Finalmente, aunque en los últimos años se ha trabajado con más consistencia tenemos el subsistema de la estimulación moral y material. La estimulación moral está necesitada de una importante reingeniería, para lograr la efectividad requerida; y la material, que ha de ser principalmente por el pago por la cantidad y calidad del trabajo, debe tener la virtud de la sostenibilidad individual, de la organización empleadora y de la sociedad en su conjunto.

Afirmar que hacemos algo para evitar las afectaciones de una parte cuando inevitablemente afectará al todo

Es muy común poner en práctica una medida operacional para proteger una parte de los resultados percibidos y entonces, como dice una colega mía, el chichón sale por otra parte, con menor o mayor significación, pero inexorablemente sale. Voy a poner un ejemplo práctico y actual. Motivado por los problemas financieros ya explicados públicamente, se ha tenido que hacer una reducción en el consumo de energía eléctrica en las organizaciones económicas, para entre otros objetivos minimizar las afectaciones al consumo residencial. Efectivamente esta decisión posibilitó que en los meses de vacaciones, con Olimpiadas por medio, se minimizaran los molestos apagones. Aunque no sea estadísticamente relevante doy testimonio que en mi barrio, en el reparto Antonio Maceo del Cerro, los apagones fueron pocos y cortos. Pero como el sistema de los servicios a la ciudadanía tiene varias partes, reducir el consumo de electricidad a las organizaciones proveedoras de productos y servicios, también afectan a los ciudadanos por razones obvias. Aquí habría que aplicar el saber popular de que “del mal, el menor”. Pienso que la mayoría prefiere mitigar los apagones, aunque sean programados, que la disminución de la oferta en cantidad y calidad, dentro de ciertos límites. El error sería no tener en cuenta que la disminución de la cuota de electricidad también afectará de manera más o menos directa a toda la ciudadanía.

En el mismo terreno de la utilización racional de la energía es importante que las indicaciones que se den o las iniciativas que se generen tengan enfoque sistémico. Podríamos estar ahorrando centavos y gastando miles de pesos. Podríamos estar desconociendo el principio de los pocos vitales y los muchos triviales, también conocido como el 20×80 o diagrama de Pareto.

La teoría de sistema tiene suficiente contenido para impartir un diplomado, e incluso para defender una maestría, especialidad o doctorado, pero nuestro propósito es que mi artículo pueda ser interpretado por todos, sin hacer concesiones al rigor científico.

Para ser consecuente con una de las razones principales del sitio en el que escribo, hago las siguientes preguntas, para motivar el debate culto y la cultura del debate.

Preguntas motivadoras

  1. ¿Todas las partes de un sistema influyen en la misma medida?
  2. ¿Son predictibles y cuantificables los cambios del sistema al realizar modificaciones en sus partes?
  3. ¿Quiénes son los profesionales que se encargan del estudio y la aplicación de la teoría de sistemas?
  4. ¿Qué ejemplo usted podría citar en que se ponga en evidencia la violación a la teoría de sistemas y sus consecuencias?

Fuente: http://www.cubadebate.cu/opinion/2016/10/14/lo-que-todos-deberiamos-saber-y-aplicar-sobre-la-teoria-general-de-sistemas/#.WB5i2BJGT_t

 

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Sociedad del conocimiento: ¿Ideología o fase del desarrollo?

Por: Roberto Rodríguez

La expresión sociedad del conocimiento ha conseguido instalarse en el lenguaje ordinario aun cuando adolece de una definición precisa o cuando menos una percepción común de sus rasgos generales y condiciones de operación particulares. ¿Qué es la sociedad del conocimiento, cómo y dónde funciona?, ¿es una fase de desarrollo económico que se puede alcanzar, o bien un nuevo orden social asequible a través de acuerdos entre los grupos sociales, las organizaciones productivas y el Estado?, ¿la sociedad del conocimiento reemplaza o se añade a la sociedad de clases basada en la propiedad?, ¿coincide con los límites de los países, o se sitúa en espacios suprarregionales, o bien en ámbitos meramente locales?, en fin, ¿la sociedad del conocimiento es una realidad o una utopía?

Un gran relato

Ian Miles, de la Fundación Europea para el Mejoramiento de las Condiciones de Vida y de Trabajo (EUROFOUND), refiriéndose a las ambigüedades del concepto, explica, en primer lugar, que la propia existencia fáctica de la sociedad del conocimiento está en cuestión: algunos comentaristas argumentan que todas las formas de sociedad han estado basadas en el conocimiento y que, en la actualidad, sólo en algunas áreas específicas son perceptibles cambios de cantidad y calidad significativos. Otros, en contraste, defienden la idea de que la época actual se caracteriza, precisamente, por la emergencia de cambios cuantitativos y cualitativos a partir de la generación y aplicación de conocimientos científicos (Miles, 2003).

Un segundo rasgo de ambigüedad procede de la utilización del concepto con fines descriptivos y valorativos. Es descriptivo el uso de sociedad del conocimiento en, por ejemplo, los estudios que patrocina la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) para medir y comparar las capacidades educativas, científicas y tecnológicas de los países, la profundidad de los derechos de protección intelectual, o bien la existencia de  sistemas de innovación, es decir, redes entre la empresa, el Estado y la academia para la transferencia de conocimientos en tecnologías y productos (véase OCDE, 2016). En cambio, es un término valorativo cuando se dirime en el debate político, ya sea para persuadir a los ciudadanos para que asuman determinados compromisos y responsabilidades, o bien para confrontar a los gobiernos por la insuficiencia de recursos destinados a los sectores de educación, investigación científica o promoción cultural (Bohme & Sterh, 1986).

¿Por qué, a pesar de sus ambigüedades, la noción de sociedad del conocimiento ha ganado tal predominancia, al grado de identificar con ella lo que la realidad del siglo XXI debiera alcanzar? Principalmente porque es un término optimista, a diferencia del tipo de expresiones con que la filosofía y la sociología intentaron caracterizar el cambio finisecular. Compárese sociedad del conocimiento con, por ejemplo, sociedad postindustrial (Bell), postmodernidad (Lyotard), modernidad radicalizada (Giddens), sociedad del riesgo (Beck), modernidad contingente (Luhmann) o modernidad líquida (Bauman), por sólo citar algunos ejemplos representativos.

El carácter optimista de la expresión suele acentuarse en el debate sobre la sociedad del conocimiento. Todo el peso cultural del término conocimiento y sus nexos significativos con las nociones de verdad, sabiduría, educación, ciencia, etc. recarga el valor semántico de la expresión. Si hay un consenso implícito sobre el valor del conocimiento, entonces es difícil cuestionar la condición deseable de la sociedad del conocimiento. De entrada, es un juego cargado.

¿Cómo oponerse, por ejemplo, a que el Estado y los particulares otorguen prioridad a las inversiones en educación o en investigación científica y desarrollo tecnológico?, ¿cómo esperar actitudes o movimientos de resistencia a propósitos como la calidad educativa o la universalización de la escolaridad?, ¿quién se atreve a cuestionar que el conocimiento, la educación y los productos de tales actividades son bienes públicos de carácter nacional y aun de carácter global?

El discurso de la sociedad del conocimiento opera, en este sentido, como el gran relato, en la terminología de Lyotard, del siglo XXI. Paradójicamente, justo en el momento en que se había previsto el fin de las metanarrativas. Pero, además, se articula con otros cuerpos conceptuales con gran carga ideológica, política y práctica en el presente: las nuevas teorías del crecimiento económico, en sus distintas variantes; las perspectivas políticas de la universalización democrática y, desde luego, con el discurso de la globalización.

En efecto, hoy existe alto grado de consenso sobre la importancia del conocimiento científico como un elemento que genera valor al entrar en contacto con procesos productivos y servicios. No se trata del consabido diferencial de productividad por uso intensivo de tecnología.

Es una noción más amplia: las economías que incorporan fuerza de trabajo calificada, tecnología de vanguardia, e innovaciones en los procesos de producción, gestión y mercadeo, adquieren ventajas comparativas, mejoran su competitividad, crecen más rápidamente y obtienen mayores ganancias. Si bien esta cadena de factores se vuelve trivial, por conocida, al referirla a la competencia empresarial, su pertinencia resulta menos obvia en el nivel macroeconómico, donde los factores de acumulación y crecimiento del producto, así como los procesos de distribución, suele ser más complejos y diferenciados.

En este último aspecto, un grupo importante de economistas, así como las principales agencias multilaterales y la banca internacional de fomento han establecido correlaciones positivas entre el desarrollo científico y tecnológico, la formación de capital humano, las capacidades de innovación, el grado de competitividad internacional, y el nivel y ritmo de crecimiento macroeconómico. Aún está en debate el orden de los factores, principalmente si la inversión en educación e investigación científica, como tal, genera desarrollo y crecimiento, o si viceversa el nivel de desarrollo conseguido genera oportunidades en esos rubros.

También se discute hasta qué punto el nivel de escolarización afecta positivamente los índices de productividad, de qué manera la inversión en ciencia y tecnología se concreta en competitividad, y cuáles son, en todo caso, los límites del modelo. No obstante, al lado del debate académico, en la mayor parte de los países avanzados y en las regiones con economías más sólidas ocurre una definida percepción sobre la necesidad y ventajas de avanzar hacia un estadio de desarrollo descrito en términos de sociedad del conocimiento (véase Strulik et al., 2012).

Entre las pautas que apuntan en dirección de la sociedad del conocimiento, se identifican entre otras las siguientes:

• La consolidación de la sociedad de la información expresada en términos de la tendencia hacia la integración de redes informáticas, en sustitución del modelo de acceso aislado al poder de cómputo.
• Convergencia digital. Alude a la expansión sobre procesos, productos y medios de tecnologías de base digital e informática.
• Una creciente importancia de las innovaciones como fuente de competitividad y como instrumento para acrecentar la eficiencia y eficacia de organizaciones de todos tipos. La innovación se define, en términos generales, como aplicación de conocimientos para renovar la forma de hacer cosas.
• El desarrollo de economías centradas en servicios. Se subraya el papel del sector servicios en la provisión de bienes intangibles para clientes específicos, particularmente procesamiento de información e interacción humana.
• Aprendizaje social. El concepto involucra inversiones sustantivas para mejorar la calidad de la educación y la capacitación, así como para determinar el orden de destrezas y conocimientos económica y socialmente relevantes. A nivel político, la idea de aprendizaje continuo y permanente se ubica como una prioridad clave, con particular énfasis en moldear sujetos adaptables con capacidad para adquirir nuevas competencias y aprendizajes.
• Los propios retos de la globalización, que estimulan las tendencias apuntadas, las cuales, a su vez, actúan como soporte e incentivo de corrientes globales.

La otra cara de la moneda

Pese al entusiasmo que recubre el discurso sobre la sociedad del conocimiento, conviene reconocer que las transformaciones involucradas no escapan a tensiones y resistencias, aún en el mundo desarrollado.
Entre las fuentes de conflicto identificadas se mencionan, entre otras: las tendencias a la polarización desencadenadas por una injusta distribución de las oportunidades educativas; las pautas de exclusión laboral que provienen de cambios tecnológicos y organizativos, así como el desplazamiento de sectores productivos y laborales con capacidades de reconversión limitadas; la diferenciación entre economías con mayores o menores posibilidades de promoción de innovaciones; la confrontación entre la lógica de la producción de conocimiento en los centros académicos versus su apropiación y uso en las empresas; la presión sobre las universidades en torno a sus ofertas curriculares y agendas de investigación; las tendencias a la privatización de las instituciones de enseñanza superior y de los centros de investigación científica.

En fin, la dualización del espacio social entre quienes tienen capacidades de generación de conocimiento y los excluidos de este proceso.

La innovación continua y redituable exige tres condiciones: el desarrollo del conocimiento, el fértil intercambio de ideas entre personas informadas y, finalmente, un buen gobierno, sobre todo en lo que se refiere a la protección legal de la innovación. En cada uno de estos frentes existe una brecha cada vez más ancha entre países ricos y pobres, brecha que incluso es más desalentadora que las actuales desigualdades de ingresos. En tal sentido, los vectores de desigualdad de la sociedad del conocimiento, es decir, la brecha entre los capaces y los incapaces, los que saben y los que ignoran, los que tienen acceso y los prescindibles, los consumidores sofisticados y los apenas sobrevivientes, da lugar a oposiciones binarias que recuerdan la conocida confrontación de Umberto Eco: apocalípticos o integrados.

En tales condiciones, la dinámica del proceso, digamos la globalización de la sociedad del conocimiento, abre escenario a tensiones inéditas en la historia, las cuales no pueden dejar de enunciarse en sentido paradójico.
En primer lugar, nunca había existido la concentración de riqueza material del presente, conviviendo con el agudo grado de pobreza en que sobrevive la mayoría. La aparente accesibilidad a toda clase de información es contradicha por la tendencia a la concentración, eventualmente la monopolización, de los medios de comunicación de masas.

Contrasta también la presencia de estímulos para generar y diseminar conocimientos con el celo de los derechos de propiedad intelectual y el combate frontal y violento a las prácticas de piratería en todas sus acepciones.
En plena era del desarrollo de las tecnologías informáticas y de telecomunicaciones, nunca se había mantenido a tantas personas en la incomunicación: la mayoría escucha, mira o se entera, al margen del privilegio de emitir información o tener prácticas de interlocución no triviales.66f2a9f66e48d837f8d9568e3aa7d8b3_l

En el ámbito escolar se viven tensiones semejantes. Se ha convenido, por ejemplo, que el currículum básico se resume en dos competencias fundamentales: la cuantificación y la interpretación de textos. Sólo eso, o lo demás es pretexto para eso. Además, la evaluación de competencias y conocimientos tiende, como tal, a convertirse en el currículum.

Es un franco proceso de inversión: de evaluar lo que se enseña a enseñar lo que se evalúa. La formación media y superior tiende a enfatizar la formación de capacidades acordes a la sociedad del conocimiento, aún en aquellos contextos en que no existe ni el sector productivo, ni el mercado laboral, para colocar a los individuos formados en las mismas. El sincero asombro de los planificadores educativos por la insistencia de los estudiantes o sus familias por acceder a formaciones —saturadas— que, sin embargo, continúan ofreciendo opciones de trabajo en el sector laboral local ilustra este último extremo.

En el ámbito de la investigación científica, particularmente en los países subdesarrollados, incluso las ciencias sociales y las humanidades, se viven paradojas semejantes. ¿Cómo si no calificar el que, por un lado, se adjudique un enorme valor a la producción científica local y, por otro, se estimule, con toda clase de incentivos, la difusión de dicha producción principalmente fuera del entorno nacional y de preferencia en otro idioma?

No en uno ni en dos centros de investigación científica de nuestros países se estimula tal práctica, sino en la mayoría de nuestros ámbitos académicos. ¿Si la producción científica primaria tiene valor, por qué entonces se exporta gratuitamente, es más a costa del proveedor? Sencillamente porque da puntos en la competencia global de los prestigios. Pero, ¿eso genera productividad, competitividad, crecimiento o desarrollo?

Referencias
Bauman, Zygmunt (2003). Modernidad líquida. Fondo de Cultura Económica.
Beck, Ulrich (2002). La sociedad del riesgo: hacia una nueva modernidad. Ediciones Paidós Ibérica
Bell, Daniel (1991). El advenimiento de la sociedad postindustrial. Alianza Editorial.
Bohme, Gernot & Stehr, Nico (1986). Knowledge Society, D. Reidel Publish Company.
Giddens Anthony (1994). Las consecuencias de la modernidad. Alianza Editorial.
Luhmann, Niklas (2006). “La modernidad contingente”, en Las consecuencias perversas de la modernidad. Anthropos.
Lyotard, Jean François (1980). La condición posmoderna, Cátedra.
Miles, Ian (2003). Knowledge Society Foresight, European Foundation for the Improvement of Living and Working Conditions.
OCDE (2016). Measuring Science, Technology and Innovation.
Strulik, Holger; Prettner, Klaus & Prkawetz, Alexia (2012). “The Past and Future of Knowledge-based Growth”. CEGE Discussion Papers, núm. 140.

Fuente: http://www.educacionfutura.org/sociedad-del-conocimiento-ideologia-o-fase-del-desarrollo/

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