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Educación pública y gratuita como garante del derecho a la educación

Por. Enrique Javier Díez 

Una enseñanza pública y gratuita es condición necesaria para que la educación siga siendo un derecho garantizado por la comunidad social, a través de su financiación pública, y no se convierta en una “oportunidad” o una “inversión” particular de quienes puedan pagársela, con vistas a conseguir una posible ventaja competitiva en su futuro laboral, como pretende el modelo neoliberal.

Garantizar un derecho

El DERECHO UNIVERSAL (con mayúsculas) a la educación tiene que garantizarse para todos y todas por igual. Ello requiere un servicio educativo público (de titularidad y gestión pública) que sea gratuito en todas las etapas y en sentido pleno, es decir, que incluya también el acceso y los materiales didácticos que profesorado y alumnado necesiten para su proceso de aprendizaje.

El derecho a la educación debe entenderse también como derecho de todo el alumnado a aprender con éxito, al margen de su origen o condiciones socioeconómicas, culturales o de índole personal. Se trata de no trasladar el modelo de competitividad y lucha darwinista económica y social a la escuela. No podemos tolerar que el sistema educativo, por falta de recursos y medios suficientes, permita que solo algunos tengan éxito y puedan acceder a todos los niveles educativos, mientras otros fracasan y quedan excluidos de las distintas posibilidades formativas actualmente existentes, o segregados en itinerarios de menor nivel, destinados a vías sociales y laborales de segundo orden. El fracaso escolar acaba siendo la plasmación del “fracaso social” en una sociedad que sigue sin considerar la educación como una prioridad irrenunciable para garantizar el derecho de todos y todas a una educación de calidad en condiciones de igualdad. Y la única posibilidad real para asegurarlo es un sistema educativo público y gratuito.

Competir por un bien de consumo

Sin embargo, las políticas educativas neoliberales y conservadoras tratan de destruir la concepción de la educación como un derecho social fundamental que ha de ser protegido por el Estado. Bajo este enfoque lo que se persigue, de hecho, es separar progresivamente la educación de la esfera pública, regida por la autoridad política, para confiarla al mercado. En el mercado, cada cual, tanto ofertante como demandante, teóricamente se regula por su cuenta, en función de su fuerza y sus posibilidades. La educación pasa así a ser un elemento de consumo individual, variable según el mérito y la capacidad de los consumidores y las consumidoras. Pasa así del ámbito prioritario de los valores culturales y educativos a la lógica urgente del valor económico.

Este replanteamiento se asienta sobre una suposición básica: la educación, como cualquier otro producto que se compra y vende, es una mercancía con la que aseguramos que determinados niños y las niñas (en algunos casos de nuestra propia familia o grupo) tengan la mejor posibilidad de salir adelante en la lucha despiadada y competitiva de cada uno contra todos en el sistema de darwinismo social del mercado. Y a “los míos” trato de conseguirles las mejores “oportunidades” para que puedan competir en las mejores condiciones.

De esta forma, lejos de ser un derecho del que gozan todas las personas, dada su condición de ciudadanas, la educación se concibe como una “oportunidad” que quien tiene recursos le ofrece a los suyos, en la esfera de un mercado regulado por la oferta y la demanda (el mercado escolar). La ciudadanía, más preocupada por lograr mayores cotas de justicia social e igualdad de oportunidades, queda desplazada por los consumidores y consumidoras para quienes rigen las leyes del mercado: seleccionar las mejores posibilidades y competir para triunfar con ellas.

Pelear por las migajas

Este enfoque no considera que debamos invertir más en educación, sino que justifica incluso la conveniencia de recortar el gasto en educación, dado que hay otros campos, igual o más prioritarios (pagar los intereses de la deuda generada por el rescate bancario, gastos militares, etc.). Sostiene que se trata de gastarlo de forma “eficaz y eficiente”. Lo cual presupone que no se hace así actualmente y que, efectivamente, saben cómo hacerlo eficazmente (ejemplo de ello debe ser el modelo de gestión financiera, abanderado por este modelo neoliberal, que ha provocado una de las mayores crisis del planeta).

Aparecen así ciertos teóricos de la educación hablando de “reducir” el gasto con la excusa de la crisis. Buscando delimitar qué debe ser gratuito y qué no, incluso en el período de educación obligatoria; o proponiendo aumentar todavía más el coste de los estudios de educación superior, argumentando que así se podrá invertir más en las etapas iniciales. Avalan incluso seguir recortando profesorado manteniendo clases masivas (a no ser que “se demuestre” que esto tiene efectos sobre la educación, lo cual sitúa la carga de la prueba a la inversa); o piden eliminar la jubilación a los 60, con la retórica de “aprovechar el conocimiento y la experiencia de docentes más mayores”. Estos “expertos” no solo parecen pretender gestionar la miseria, sino que acaban justificando el brutal “recorte” educativo que ha tenido la educación en nuestro país.

España destina entre 1.335 y 2.670 euros menos por alumno y año, según los datos de 2013; y los recortes han seguido después. El último informe de la OCDE sobre educación afirma que “el gasto español en educación está por debajo de la media de la OCDE”. Nos sitúa en el puesto 25 de los 35 países de la OCDE, por detrás de Francia, USA, Alemania, Finlandia, Reino Unido, Italia, Portugal, Corea del Sur, etc. Analiza que la inversión en educación es solo de un 8% del gasto público total, frente al 11% de media de la mayoría de los países. Es más, si se mide en términos de Producto Interior Bruto (PIB), hemos pasado del 5% a solo el 4,3% (7.000 millones menos) frente a un 6,2% de media europea. Y lo peor es que el Gobierno de Mariano Rajoy se ha comprometido con la Troika a que no pase del 3,9% del PIB en 2017. Por el contrario, hasta este informe de un organismo internacional económico de corte neoliberal, asegura que “una educación de calidad necesita una financiación sostenible”.

¿Podemos pagar el precio de la gratuidad?

Como dice el que fuera durante veinte años Rector de la Universidad de Harvard, Derek C. Bok, “si usted cree que la educación es cara, pruebe con la ignorancia”. Ya expresaba esta convicción de forma contundente el famoso dramaturgo Víctor Hugo afirmando: “Cada vez que se abre una escuela se cierra una cárcel”.

Por eso, aparte de la derogación de la LOMCE, que es la consagración normativa de los recortes educativos de este modelo neoliberal, urge revertir todos los recortes y llegar a un pacto estable de inversión educativa que nos sitúe en la senda de alcanzar a medio plazo el 7% del PIB. Es necesario blindar constitucionalmente una financiación adecuada al sistema educativo y no solo por razones de igualdad de oportunidades, de equidad y justicia social, que serían suficientes, pues el alumnado de familias con estudios básicos tienen cinco veces más posibilidades de dejar pronto la escuela. También porque es lo más rentable que puede hacer una sociedad. El Nobel de Economía James Heckman decía que por cada euro invertido por niña/o el rendimiento es de entre el 7 y el 10% anual a lo largo de su vida. Es decir, que cada euro invertido en educación inicial revierte en ocho euros del producto social en las etapas posteriores, una rentabilidad mucho mayor que la de los fondos de inversión, añadía irónicamente.

Blindar constitucionalmente la financiación necesaria

Para ello hay que constitucionalizar la aplicación del porcentaje del PIB destinado al Sistema Educativo, Universitario e Investigador como suelo de financiación en la Constitución, de tal forma que anualmente no se pueda dedicar menos de ese PIB. Claro que para esto necesitamos creernos realmente y poner en práctica las declaraciones que hacemos sobre la “educación como un tesoro”, que pronunciaba el expresidente de la Unión Europea Jacques Delors, y dar prioridad a la inversión en educación. ¿De dónde? Algunas propuestas económicas inmediatamente realizables serían: detraer al menos un 25% de la financiación de gastos militares (5.843,25 millones); dejar de financiar a la jerarquía católica, suprimiendo sus beneficios fiscales y de exención del IBI de sus edificios (11.000 millones); aumentar el impuesto de sociedades al 35% a multinacionales que ganen más de un millón de euros al año (14.000 millones); declarar ilegítimo el pago abusivo de intereses de la deuda (100 millones diarios); suprimir los paraísos fiscales y el fraude fiscal, etc. Si se quiere, se puede.

Es imprescindible establecer además una Ley de Financiación del sistema educativo para garantizar las inversiones y los recursos necesarios al conjunto del servicio público educativo, desde la Educación Infantil hasta la Superior, en sus diferentes etapas y modalidades, evitando vaivenes y drásticos recortes presupuestarios con pretextos como la crisis, el control del déficit público, etc. La financiación educativa ha de ser suficiente, sostenida y equitativa garantizando que la gratuidad incluya la dotación a los centros públicos de enseñanza básica de los libros, recursos y materiales didácticos de uso libre (licencia creative commons) que deba utilizar el alumnado y el profesorado, así como la gratuidad de los servicios de comedor y transporte escolar. Lo cual se debe complementar con un sistema integral de becas, becas de residencia, becas-salario y ayudas al estudio.

La lucha por defender la educación pública de las garras del neoliberalismo y su filosofía de convertir todo lo público y común en negocio y beneficio para unos pocos es más necesaria que nunca. A quienes la defendemos nos mueve ante todo y sobre todo la convicción de que educarse y acceder al conocimiento es un derecho universal, que solo puede ser garantizado por un sistema educativo público y gratuito, desde la Educación Infantil hasta la Universidad. Recordemos además que incluso la Universidad es gratuita en trece países europeos. La gratuidad de los estudios universitarios no solo debe ser defendida porque nadie debe verse excluido del acceso a todos los niveles formativos, sino porque tener estudios universitarios permite que los hijos e hijas sufran menos “abandono y fracaso escolar” posterior, como así lo indica el informe anual elaborado por el Instituto Nacional de Evaluación Educativa sobre indicadores de Educación 2016.

Si se quiere, insistimos, se puede.

Enrique Javier Díez Gutiérrez, Profesor de la Universidad de León y miembro del Foro de Sevilla. Loles Dolz, Catedrática de Secundaria y activista en defensa de la escuela pública.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/2016/09/29/educacion-publica-gratuita-garante-del-derecho-la-educacion/

Fotografía: youtube

Fuente: http://insurgenciamagisterial.com/educacion-publica-y-gratuita-como-garante-del-derecho-a-la-educacion/

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Libro: Lecciones de Paulo Freire

Cruzando fronteras: experiencias que se completan

Moacir Gadotti. Margarita Victoria Gomez. Lutgardes Freire. [Compiladores]
Ricardo Romo Torres. Lidia Mercedes Rodríguez. Marlen Quesada Ugalde. David Abril. Paulo Roberto Padilha. Stella Accorinti. Marta Delgado. Reinaldo Matias Fleuri. Mario Acevedo Aguirre. Sonia Couto. Jessica Visotsky. Carlos Gaitán Riveros. Omar Abratte. Liliana Martínez. Diego Silva Balerio. Marta Liliana Iovanovich. Rocío Valdeavellano. [Autores de Capítulo]
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Colección Campus Virtual.
ISBN 950-9231-83-5
CLACSO.
Buenos Aires.
Enero de 2003
Este libro es fruto de un trabajo colectivo realizado entre educadores, investigadores sociales e intelectuales. Lo inédito de este texto es su condición de producto de los encuentros y debates realizados por medio de la Internet. Los labradores de esta red, tejedores y alfareros de experiencias, provenientes de diversos países, fueron realizando la sistematización de una trama multifacética, rica en vivencias y conexiones. Como a Paulo Freire le gustaba recordar, nadie enseña a nadie: los participantes del curso aprendieron en comunión, mediatizados también por el mundo digital y “virtual” constitutivo de sus actividades. 
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http://www.clacso.org.ar/librerialatinoamericana/buscar_libro_detalle.php?id_libro=302&campo=autor&texto=Gadotti
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https://lh3.googleusercontent.com/uTjy_17HpZzBemSi92_WNHaaOEtDXejzNskJMET665GvdGttXqZ4JZTqvM9Drw5LC01dKg=s85

 

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Cambios recientes en la estraficación social en Argentina (2003-2011). Inflexiones y dinámicas emergentes de movilidad socialA

América del Sur/Argentina/Octubre 2016/http://publicaciones.sociales.uba.ar/

 

El artículo analiza cambios en la estratificación social y dinámicas emergentes de movilidad colectiva en la Argentina urbana en relación a la reorientación del modelo de desarrollo económico-social y el ciclo de intenso crecimiento económico en el período 2003-2011. Utilizando datos de la Encuesta Permanente de Hogares se analizan tendencias ocupacionales por rama de actividad desde 1998 y se compara el perfil de la estratificación social en 2003 y 2011.

El estudio muestra el crecimiento de estratos de clase media asalariada y de la clase obrera calificada desde 2003. El intenso proceso de asalarización junto a la expansión del empleo registrado en la seguridad social abrió canales de movilidad ascendente desde un estrato no calificado y precarizado de las clases populares. En paralelo, apoyados en el fortalecimiento de los sindicatos, la clase obrera calificada y parte de las clases medias asalariadas fueron mejorando su posición relativa en la estructura social. Estas inflexiones en las tendencias socio-ocupacionales respecto de la década de 1990 han generado nuevas dinámicas sociales tales como la intensificación de conflictos de clase por la apropiación del ingreso y procesos de “inconsistencia de estatus”. El análisis sugiere que en un contexto en el que aún perduran niveles elevados de desigualdad y precariedad laboral heredados de la reestructuración económica neoliberal, se estaría recomponiendo la clase trabajadora consolidada a través de una vía de ascenso social colectiva

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http://publicaciones.sociales.uba.ar/index.php/argumentos/article/view/893

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Libro: Patrimonio biocultural, territorio y sociedades afroindoamericanas en movimiento

Matías Carámbula Pareja. León Enrique Ávila Romero. [Coordinadores]

Juan Pohlenz Córdova. León Enrique Ávila Romero. Bernardo Javier Tobar. Iskra García Vázquez. Rocío Becerra Montané. Gimena Pérez Ortega. Kelly Giovanna Muñoz Balcázar. Johny Ledezma Rivera. Sindy Hernández Bonilla. Agustín Ávila Romero. Stefano Claudio Sartorello. Elena Pareja. Virginia Cornalino. Karla Chagas. Natalia Stalla. Diego E. Piñeiro. Joaquín Cardeillac Gulla. Soledad Figueredo. Matías Carámbula Pareja. [Autores de Capítulo]
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Colección Grupos de Trabajo.
ISBN 978-987-1891-41-2
CLACSO.
Buenos Aires.
Noviembre de 2013

 

Los artículos que componen este libro ilustran desde múltiples puntos de vista el concepto de patrimonio biocultural. El contenido de la publicación se estructura en tres espacios sintetizados en las problemáticas asociadas al patrimonio biológico y cultural, el territorio y las disputas territoriales, la construcción identitaria y los problema de carácter socio-históricos de las comunidades afro indoamericanas. Ello permite, por un lado, obtener una aproximación contrastante, holística y compleja de la realidad latinoamericana y por otra lado sumar aportes a un concepto en construcción que no esconde su intencionalidad emancipadora

 

Descarga libre  patrimoniobiocultural

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http://www.clacso.org.ar/librerialatinoamericana/buscar_libro_detalle.php?campo=autor&texto=bonilla&id_libro=823

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Homenaje al maestro Rafael Tomás Fernández Heres

América del Sur/Venezuela/Octubre 2016/Omar Hurtado Rayugsen/http://revistas.upel.edu.ve/

Permítannos comenzar agradeciendo a la Sociedad Bolivariana de Venezuela, Capítulo Cojedes, al muy Ilustre Concejo Municipal de San Carlos de Austria y la familia Heres Villegas por habernos honrado invitándonos para que hiciéramos esta intervención. Intervención por demás inmerecida ante tan distinguida audiencia y desde los ambientes cargados de historia de esta casa natal de héroes de la Guerra Nacional de Independencia, como son los hermanos mártires Capitán Faustino Figueredo Mena (fallecido el 20 de mayo de 1818 en la batalla de la Laguna de Los Patos), el Teniente José María Figueredo Mena (desaparecido en la batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819) y el de más prologada vivencia el Coronel Fernando Figueredo Mena de quien resaltaremos, entre tantos aspectos notorios, que se cubrió de gloria en las acciones de Araure – de la que ayer se cumplieron ciento noventa y ocho años – y en la Campaña de Guayana; tan cercana a nuestros afectos personales. Arrancaremos la disertación en sí, informándoles que, aprovechando que estamos en la puerta de los llanos, en ella usaremos un baqueano. Para dichas funciones hemos elegido a Don Mariano Picón Salas, a quien – para utilizarla como epígrafe -, le hemos pedido prestada la siguiente cita: “…Una vasta cruzada educacional para crear… los constructores del Estado futuro, me parecen consignas bastantes [como] para colmar toda nuestra vida”. (Picón Salas, 1977: 203) En estas ideas, casi premonitorias que adelantaba desde Santiago de Chile en noviembre de 1933, Mariano Federico Picón Salas (Núñez, 1997:631 – 632) nos parece encontrar las líneas fundamentales que deben orientar nuestra participación, que – sin garantizarlo – aspiramos sea breve. Esta tarde la comunidad cojedeña le brinda un sentido homenaje a uno de sus más preclaros hijos: el Doctor Don Rafael Tomás Fernández Heres; designando bajo su eponimia esta Sala de Investigaciones Históricas, para lo cual han tomado en cuenta su destacada actuación en el mundo académico – intelectual; en la que resaltan su amplia obra escrita, fundamentalmente como historiador de la Educación y el Pensamiento Pedagógico nacional, su participación 8 Conferencia del Doctor Omar Hurtado Rayugsen, en el marco de la inauguración de la Sala de Investigaciones Históricas “Rafael Fernández Heres”, pronunciada el 6 de diciembre de 2011 en la Casa Histórica Figueredo, de la ciudad de San Carlos Edo. Cojedes. 9 Profesor Titular jubilado del Instituto Pedagógico de Caracas. Ex Vicerrector de Docencia de la Universidad Pedagógica Experimental Libertador. Doctor en Historia (UCAB).

como docente a nivel doctoral y su notoria carrera como funcionario que lo llevó a ser Ministro de Educación y Director de la Academia Nacional de la Historia. Tal y como revelaron los Profesores Joel Manzanero y Jean Carlos Brizuela en Nota de Prensa difundida el 28 del pasado mes. A estas alturas, destacaremos que cuando el connotado emeritense hilvanaba en la austral capital sus ideas pensando en el devenir de la sojuzgada Venezuela, hacía escasos ciento treinta y un días que en el poblado de Nuestra Señora del Socorro de Tinaquillo había visto sus primeras luces el hoy homenajeado. En efecto, el 11 de julio en esa localidad adosada a las últimas estribaciones de la Cadena del Interior y bañada por las aguas del río Tamanaco, nació el primogénito del matrimonio conformado por Rafael Ramón Fernández, descendiente de los Jiraharas originarios habitantes del área y Vicenta María Heres Barrios, emparentada con los castellanos que en 1781 repoblaron el sector. Esta ligazón genética empezó, muy temprano, a definir la personalidad del infante quien como era usual en ese presente la Venezuela rural, recibió sus primeras letras en sencillos establecimientos de su lar natal. Pero, unos nueve años más adelante, su progenitor tomó una decisión crucial para el futuro del objeto de estas palabras. Lo llevó a la reina del Cabriales y lo entregó a la ducción de Monseñor Gregorio Adam Dalmau, (Fundación Polar, 1987, T 1: 47). La impronta de este ilustre prelado valenciano marcó de tal manera al joven tinaquillero que en el futuro el ya maduro intelectual lo ubicaría como el primero de sus grandes maestros.

Revisitando esta primera mudanza que le toco protagonizar, nos hemos preguntado ¿cuánto se llevó en sus pupilas y corazón este niño de la lontananza eterna y serena del llano, que se abre a partir de la ceja de montaña que cobijó sus primeros años, en el momento que lo permutaba por las riberas del antiguo lago de los Tacarigua? No lo sabemos.

Pero de lo que si estamos seguros es que desde su más temprana adolescencia valoró esa imperturbabilidad que define a la ola que cayó del cielo y que, gracias al benéfico influjo del tercer obispo de la Diócesis de Valencia, definió su inclinación hacia el estudio de lo clásico; es decir, hacia lo que permanece, lo que es fundamental, lo que pervive por encima del marasmo de las polémicas estériles. De esta suerte, son las palabras con las que abre uno de sus últimos trabajos, Ideas y Conflictos en la Educación Venezolana:, del que nos dice “Este breviario,…, está integrado por dos ensayos históricos: el primero es una presentación de las ideas que en estos quinientos diez años se han hecho presentes en el escenario educacionista… y el segundo, los conflictos que han surgidocomo consecuencia de la confrontación entre los defensores de unas y otras ideas”, (Fernández Heres, 2009: 9).

De tal manera, Monseñor Adam Dalmau prohijó estas ideas en el nativo del escalón piemontino central que para 1949, con escasos 16 años y recién concluido su bachillerato marcha a Roma a cursar estudios de filosofía luego de permanecer bajo la égida de su albacea acompañándolo en su continuo periplo pastoral y, lo más importante para la construcción de su propio devenir, leyéndole las sagradas escrituras, los clásicos de la edad de oro y las obras fundamentales de la historia de la cristiandad. En la Ciudad Eterna permanecerá casi cuatro años, tiempo que empleará en profundizar su acercamiento a los fundamentos greco romanos de la cultura occidental y que le permitirán regresar a la patria con el título de Baccalereum in Philosophia obtenido en la muy ilustre Pontificia Universidad Gregoriana.

Recién regresado al país consiguió su primer empleo como Catalogador Analítico en la Biblioteca Nacional. Las exigencias de este cargo le permitieron al aún adolescente Rafael Tomás proseguir el pergeñamiento de su perfil como investigador. Cuando el hoy epónimo rememoraba esta etapa de su vida la recordaba con enorme orgullo y satisfacción. En ella siguió leyendo y analizando la razón de ser de sus lecturas lo que significó que la semilla sembrada por el ductor continuó su promisor germinar.

Por esos años, consolidó su amistad con quien todavía era un joven sacerdote y luego se convertiría en otro destacado prelado, Monseñor José Alí Lebrún Moratinos, (Fundación Polar, 1997, T 2: 918). A este seglar porteño, nuestro biografiado lo consideraba como su segundo gran maestro. Suponemos que ello se debió al acercamiento natural entre quienes para esa época frisaban la edad intermedia promedio que asignaba la expectativa de vida al venezolano y a la que la naturaleza de sus estudios les permitió desarrollar fructíferas confrontaciones atrincherados en la perspectiva religiosa: uno en la vertiente seglar y el otro en la óptica laica; contrastaciones éstas que desembocaron en sólidos aprendizajes para ambos.

Al tiempo que ahondó en sus lecturas por razones laborales, avanzó en sus estudios formales. De allí que lo vimos incorporado a las aulas de la casi neonata Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central de Venezuela, de cuya Escuela de Filosofía egresó con su licenciatura en 1955; y años más tarde lo encontramos en la Universidad Católica “Andrés Bello” que le otorgó el Doctorado en Filosofía. Su contacto con “la casa que vence las sombras”,a superar los once lustros, le permitió cubrir distintos roles. De ellos le enorgullecieron fundamentalmente dos: (1) haber sido alumno de Picón Salas y (2) encontrar la ruta para servirle más útilmente al país: la de ser educador.

A las clases del ideólogo de los centros superiores nacionales de formación docente, asistía embelesado ante la summa de conocimientos que extrapolaba aquel portento de la cultura, eran las palabras con las que definía a quien ha sido calificado como nuestro ensayista por excelencia. Fue tan profunda la impresión dejada por Don Mariano en él que lo ubicó como su tercer gran maestro. En función de lo avanzado, nos atrevemos a esbozar como premisa para una futura biografía del Doctor Fernández Heres, más dilatada que estas apresuradas notas, que en ella se destaque cómo los tres personajes que más lo influenciaron guardan entre sí el común denominador del amor por lo perenne: interpretación que él supo cultivar y exponenciar.

Su desempeño como funcionario público fue una estela de constante ascenso. Luego de ser promovido con honores del reservorio biblio hemerográfico de la Nación, se desempeñó con prestancia en diversas responsabilidades dentro del Ministerio de Educación: en la Dirección Técnica y de Planificación, en la Dirección del Departamento de Estudios Especiales y en la Dirección del Centro de Información y Documentación. Cargos que le permitieron consolidar su condición de organizador y de estudioso de los problemas de la empresa más enaltecedora que puede desarrollar el ser humano: la Educación. Como todos reconocemos, su nombramiento como Ministro del ramo es el resultado de un eficiente desempeño de más de dos décadas en el ente; pero, para nuestra sorpresa, éste no era el cargo que más lo enorgullecía sino que él lo vio simplemente como “el llamado al cumplimiento del deber”. Consideró más enaltecedor el haber tenido las posibilidad de ser el Director fundador del Colegio Universitario “Francisco de Miranda”; mientras que de su tránsito por el piso 20 de le esquina de Salas destacaba que su mayor satisfacción fue la de “haber firmado la Resolución que creó la Dirección Intercultural Bilingüe, que permitió incorporar al sistema educativo nueve etnias que, hasta entonces, permanecían excluidas de aquél”.

Cuando nos atrevimos (en una Entrevista personal que le solicitamos) a pedirle que hiciera el balance de una trayectoria que llegó a cubrir más de seis décadas; en la que vivenció el decir de su estudiado Simón Rodríguez, “Uno nace cuando comienza a brillar”, lo que en su caso fue válido a partir del momento en que sus discursos aprendidos y recitados de memoria impresionaron al obispo visitante; nos dijo que para él los hechos más significativos de su vida habían sido: (1) la posibilidad de ser maestro, (2) la generosidad con que lo trató la universidad, y (3) ser académico. Con el permiso de vuestra paciencia y la indulgencia de los familiares del Doctor Fernández Heres, nos referiremos a esta especie de auto confesión invirtiendo los factores.

La concreción de la viabilidad de ser Individuo de Número de doctas corporaciones nacionales e internacionales la entendemos como la derivada lógica de una vida consagrada a la indagación en los folios preservados en los archivos y bibliotecas públicos y privados, dentro o fuera del país, con la intención de desentrañar los intersticios de la imbricación educación y religión. Ello lo adelantó con una acuciosidad y un brillo que fue conceptualizado como el más culto y el mejor formado de todos los estudiosos de esta relación, (Luque, 2006:142), no siempre armónica. No debe sorprenderles saber que cuando le hicimos notar esta circunstancia su sencillez lo dominó y nos dijo: “Quítamele ese brillo, chico, que eso no es mío”

Los propósitos que lo inspiraron fueron magistralmente delineados por él cuando, el 14 de marzo de 1985, se incorporó a la Academia Nacional de la Historia con un enjundioso estudio sobre las “Vertientes Ideológicas de la Educación en Venezuela. Siglos XVIII al XX”; que fue calificado por el numerario que respondió al recipiendario como un: “Ensayo fundamental…respaldado y fundamentado en un magistral y erudito aparato crítico que ha sido manejado con la mejor técnica historiográfica, con la genuina vocación de un investigador, con la noble pasión de un educador y con la aguda inteligencia de un humanista”, (Bruni Celli, 1985).

La generosidad institucional que exaltaba es el resultado de una interacción que lo llevó con eficacia y coherencia a desempeñar cátedras, orientar proyectos, inaugurar y coordinar líneas de indagación y dirigir centros superiores de docencia e investigación. Por lo cual, las casas superiores de estudio le prodigaron reconocimientos múltiples. Verbigracia, los tres Doctorados Honoris Causa que recibió de la Universidad Nacional Abierta, la Universidad Católica del Táchira y la Universidad Nacional Experimental “Rómulo Gallegos”. Por su parte, los organismos encargados de certificar la calidad de las producciones científicas y los resultados de los inquerimientos racionalmente orientados, lo clasificaron – varias veces – en los más elevados niveles del mundo de la investigación acreditada.

Consideramos que el ser educador fue una función consustanciada con la personalidad de Don Rafael Tomás. Así lo avizoró el maestro de la modesta escuela pública donde cursó sus primeros grados, al encargarle, como una manera de canalizar su inquieta precocidad, que memorizara los discursos que luego, casi, declamaría ante los absortos ilustres visitantes. Su preceptor inicial también lo visualizó de esta manera cuando lo comisionaba para que le leyera alternadamente los materiales que, sin que el joven lo supiera, templarían el acero constitutivo del futuro docente. Ése ha sido el sendero que más satisfacciones le ha prodigado. Por ejemplo, siempre recordó con emoción cuando tuvo que identificar en la figura del joven, recién graduado de ingeniero que lo saludaba emocionado a las puertas del despacho ministerial, al limpiabotas adolescente a quien había protegido y estimulado cuando él cumplía su pasantía de novel funcionario por cargos de menor jerarquía.

Quienes nos beneficiamos con el trato que nos dispensó el Doctor Rafael Fernández Heres sabemos que fue reacio a reconocimientos, como el que se le prodiga en esta tarde. Si estuviera entre nosotros, con absoluta seguridad, protestaría contra ellos utilizando los finos modales y la firmeza de carácter que lo identificaron. Igualmente, nos consta que en la esfera pública junto a su oficio de maestro su blasón más preciado fueron sus libros a los que conceptuó, desde una inmensa modestia, como sus otros hijos.

Ellos ya superaron, largamente, la treintena. Citaremos algunos nada más: “Políticas Públicas sobre la Enseñanza de la Historia en Venezuela”, en Propuestas a la Nación, (2011), publicado por las Academias Nacionales; Ideas y Conflictos en la Educación Venezolana, (2009); Fermín Toro, (2009); “Un hecho significativo”, Estudio introductoria a Educación a Distancia en la Universidad Nacional Abierta, (2009); “Obra Pedagógica de Manuel Velásquez Level”, Estudio Preliminar a las Nociones del Arte de Enseñar dirigida a los Maestros y Maestras de Instrucción Elemental de Manuel Velásquez Level, (2008); Idealización, Libertad de Enseñanza y Autonomía Universitaria en Venezuela, (2008); Simón Rodríguez, (2005); La obra pedagógica de Guillermo Todd: Informes sobre el estado de la educación y propuestas para su reforma 1911-1918, (2005); Humanismo y educación en Venezuela (siglo XX), (2003); Pensamiento educativo en Venezuela. Siglos XVI al XX., (2003), Tomos I al V, editados por la Universidad Nacional Abierta; Convenio Venezuela – Santa Sede. 1958-1964, (2002); Conquista espiritual de tierra firme, (1999); La educación venezolana bajo el signo de la Escuela Nueva, (1997); La educación venezolana bajo el signo de la Ilustración.

(1995); La educación venezolana bajo el signo del Positivismo, (1994); Escritos del Dr. Rafael Villavicencio. “Compilación y Prólogo”, (1989) Cinco tomos; Rafael Villavicencio más allá del positivismo, (1988); Referencia para el estudio de las ideas educativas en Venezuela, (1988); La instrucción pública en el proyecto político de Guzmán Blanco. Ideas y hechos, (1987); El proyecto universitario de Andrés Bello (1843), (1987); Temas del pensamiento maritiano, (1983); Memoria de cien años, (1981- 1984) Siete volúmenes editados por el Ministerio de Educación; y Regionalización de la Educación en Venezuela, (1978), (Rivas D. y García Riera, 2006: 271-272).

Les confiaremos, buscando en ustedes una especie de complicidad, que el Doctor Fernández Heres fue uno de esos venezolanos incansables que no obstante haber desempeñado múltiples funciones cumbre y producido una numerosa y significativa obra, en cada ocasión nos sorprendía – otra vez – al decirnos: “Siento que todavía me falta algo. No estoy totalmente satisfecho”. Permítannos decirles que casi sentíamos vergüenza de nuestras limitaciones porque cada vez que lo encontrábamos nos hablaba de una nueva investigación que estaba adelantando o nos entregaba el último, perdón el penúltimo, libro surgido de la más reciente indagación que había logrado publicar.

La angustia que esto nos producía la ejemplificaremos narrándoles cómo cuando lo entrevistamos para buscar algún orden en lo que, en ocasión cercana, intentábamos escribir y parte de lo cual les estamos leyendo, luego de obsequiarnos su “Ideas y Conflictos…, ya citado nos habló que para el año a entrar avanzaría una pesquisa sobre la temática: “Relaciones entre Estado y Universidad”, que pergeñaría dentro de su proyecto macro dirigido a esclarecer las “Huellas del Humanismo Clásico en el pensamiento venezolano”. Como observamos, todo ello en plena correspondencia con los tópicos centrales de su pensamiento existencial que para entonces ya había adquirido dimensiones colosales.

La discrecionalidad que hemos querido destacar en él fue su compañera perenne. La encontramos, como una especie de máximo común denominador, en toda su producción. Ejemplificaremos esta aseveración, recordando cómo cuando las Academias se propusieron, el mismo año de su lamentada partida, ofrecer su diagnóstico acerca del estado de la Nación, la Academia Nacional de la Historia lo seleccionó para que elaborara el documento que recogería la visión de la corporación sobre tan delicada materia. Al presentar su “Políticas Públicas…”, ya referenciado, nos dice que “El análisis de la intencionalidad que ha activado lo que se indica es extraer de los dirigentes de la cosa pública y de las leyes y decretos… las ideas fundamentales que han influido en la orientación de las decisiones pertinentes” (95) y concluye reclamando “…la vigencia de una posición ecléctica que descansa en el espíritu de democracia y tolerancia…” (154).

Señor Burgomaestre y Directivos de la Sociedad Bolivariana, el caballero a quien en este preclaro día honráis, fue un ciudadano probo que tuvo a honra y prez practicar la pedagogía del ejemplo, sin vanagloriarse de ello y sin necesidad de asociarse a cofradía alguna. Supo preservar, con la proverbial ponderación que en él fue innata, su digna vida privada de los vaivenes que la patria, hoy agradecida, le impuso.

Sin que nos anime un ápice de exageración, osamos decir que en el Doctor Fernández Heres adquieren plena vigencia los atributos que el autor de “Silva a la Agricultura de la Zona Tórrida” le atribuyó a Juan Germán Roscio Nieves, otro genuino representante de la prosapia de estas inmensidades y profundamente creyente como él. Guardando las distancias de los tiempos y circunstancias que vivieron y de los estilos y procederes de ambos civilistas, nuestro exaltado también fue: “… honesto ciudadano, amante esposo, / amigo fiel, y de las prendas todas / que honran la humanidad cabal dechado…Pues supo mantener serena el alma entre las olas de civil borrasca; arrastró cadenas, mirando con rostro igual la sonrisa aleve de la fortuna; y jamás abandonó su frente la dignidad modesta de la virtud”, (Rodríguez, 2011: 85).

En esta tarde luminosa nos acompañan, con afectuoso orgullo, su distinguida esposa, Doña Elvira Villegas, noble dama nacida en la Valencia señorial que cobijó al Doctor Fernández Heres en sus años de infancia y temprana juventud; sus hijos: Rafael Vicente, Sociólogo y Elvira, Educadora como él; en representación de sus otros hijos Rafael Gerardo, Abogado; y Rafael Tomás, experto en las artes culinarias, nada de chef nos confesaba en otra ocasión, y de sus seis nietos y una minúscula porción de los centenares de alumnos, seguidores y amigos que lograra cultivar durante décadas de ejercicio desinteresado. Cualquiera de los cuales ha podido hablarles con mayor propiedad de quien, sin falsas modestias, se siente altamente prestigiado con esta deferencia que sólo pueden explicar vuestra magnanimidad y la inmensurable condición humana del Doctor Rafael Fernández Heres.

Así, por ejemplo, lo destacó quien lo sustituyó como numerario en el Sillón J de la más que centenaria institución al calificarlo como “… gran señor de la amistad y académico ejemplar…” (Mondolfi Gudat, 2011: 8). Por otro lado, la naturaleza del compromiso en que nos han puesto as instituciones reseñadas fue silueteada por quien dijera la oración con motivo de su partida, al afirmar: “Por sobre todo, su devoción por los grandes ideales lo convirtió en centinela de un heroísmo silencioso convencido de que solo los desvelos educativos podían curar los dolores del alma y las plagas del cuerpo de los venezolanos”. (Del Rey, 2010: 21)

Concluiremos, afirmando nuestra percepción en cuanto a que estamos absolutamente convencidos que los motivos de este homenaje, tan justificado desde distintos ángulos, son la manera más expedita que el Doctor Rafael Fernández Heres concibió para honrar la memoria de sus seres queridos; en especial la de su padre quien debió hacer suya la exhortación que le dirigió Monseñor Gregorio Adam cuando, compungido, lo recibió de tan honestas manos; momento cumbre en que el excelso prelado exclamó: “No llores, Rafael, que esas lágrima tuyas son de oro”.

Ése es el azimut y el faro que siempre lo guiaron. Por eso nos sentimos comprometidos con su presencia que nunca nos abandonará y con su ejemplo que permanentemente nos iluminará, porque usted, Ilustre Epónimo de esta Sala de Investigación Histórica tiene suficientes méritos para inspirar a sus coterráneos de los llanos centro occidentales para que conviertan a la misma en una útil herramienta que extrapole las potencialidades del área hacia las nuevas generaciones. Ello es así, Don Rafael Tomás, como nos gusta llamarlo, porque usted y como nos dice Don Mariano Picón Salas en el pórtico con que abrimos estas líneas, asumió a través de la educación y con entereza “una consigna que ha colmado toda su vida”.

Referencias:

AA. VV., (2009) Educación a Distancia en la Universidad Nacional Abierta. Caracas. UNA, Ediciones del Rectorado

Bruni Celli, Blas. (14. 03. 1985).Contestación de Don Blas Bruni Celli [Documento en línea] Discurso de contestación al Académico Don Rafael Fernández Heres en el acto de Incorporación a la Academia Nacional de la Historia. Caracas. Disponible: http://www.anhvenezuela.org/pdf/discursos/ [Consulta: 2009, noviembre 15]

Del Rey Fajardo S. J., José “Palabras pronunciadas con ocasión de la muerte del Dr. Rabel Fernández Heres”. Boletín de la Academia Nacional de la Historia. Nº 372. Tomo XCIII. Octubre – Diciembre 2010.

Fernández Heres, Rafael, (2011) “Políticas Públicas sobre la Enseñanza de la Historia en Venezuela” en Propuestas a la Nación. Caracas. Italgráfica S.A.

Fernández Heres, Rafael, (2009). Entrevista concedida al autor el 01 / 12 / 2009 en la Presidencia de la Fundación de las Academias Nacionales, Palacio de las Academias. Caracas.

Fernández Heres, Rafael. (2009). Ideas y Conflictos en la Educación Venezolana. Caracas. Biblioteca de la Academia Nacional de la Historia. Colección Estudios, Monografías y Ensayos. Número 192.

Fundación Polar, (1997). “Adam Dalmau, Gregorio”, en Diccionario de Historia de Venezuela. Caracas. Fundación Polar. Tomo 1.

Fundación Polar, (1997). “Lebrún Moratinos, José Alí”, en Diccionario de Historia de Venezuela. Caracas. Fundación Polar. Tomo 2.

Luque, Guillermo. (2006). “Sobre el Maestro Rafael Fernández Heres”, en Tópicos de Cultura. América Latina y El Caribe I. Caracas. Serie de Libros arbitrados del Doctorado de Cultura: América Latina y El Caribe. Universidad Pedagógica Experimental Libertador.

Mondolfi Gudat, Edgardo (2001) Una polémica en Londres en torno a la Independencia Venezolana (1811 – 1812).Discurso de Incorporación como Individuo de Numero a la Academia Nacional de la Historia. Caracas. Gráficas Franco.

Núñez, Roció. (1997) Picón Salas, Mariano”, en Diccionario de Historia de Venezuela. Caracas. Fundación Polar. Tomo 3.

Picón Salas, Mariano. (1977). “Carta a Rómulo Betancourt” en J.M. Siso Martínez, Juan Oropeza et al Correspondencia cruzada entre Rómulo Betancourt y Mariano Picón Salas – 1931 – 1965. Caracas. Ediciones de la Fundación Diego Cisneros.

Rivas D., Rafael Ángel y García Riera, Gladys. (2006). Quienes escriben en Venezuela. Caracas. Impresos Minipres, c. a.

Rodríguez, Adolfo (2011) Juan Germán Roscio: el Máximo Constituyentista Venezolano. Villa de Cura. Editorial Miranda

Fuente:

http://revistas.upel.edu.ve/index.php/entretemas/article/view/1677/697

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/Xfuqh-SnvfKPjVjMb-d3gtCM8Ag2XSfvlqzvLhnjF0k6130OwnTtmq1-yJW40WLHkLT5qA=s85

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Pensamiento pedagógico oriental

América del Sur/Brasil/Octubre 2016/Moacir Gadotti/http://www.avec.org.ve/

La educación es muy anterior al pensamiento pedagó­ gico. El pensamiento pedagógico surge con la reflexión sobre la práctica de. la educación, como necesidad de sistematizarla y organizarla en funció de determinados fines y objetivos.

El Oriente afirmó principalmente los valores de la tradición, de la no violencia, de la meditación. Se unió sobre todo a la religión, destacándose el taoísmo, el budismo, el hinduismo y el judaísmo. Ese pensamiento no desapareció totalmente. Evolucionó, se transformó, pero aún conserva su actualidad y mantiene muchos dores.

La educación primitiva era esencialmente práctica, marcada por. los rituales d.e iniciación. Además, se fundamentaba en la visión animista: creía que todas las cosas ,-piedras, árboles, animálesposeían un alma semejante a la del hombre. Espontánea, natural, no intencional, la educación se basaba en la imitación yen la oralidad, limitada al presente inmediato.

Otra característica de esa visión es el totemismo religioso, concepción del mundo que tpma cualquier ser -hombre, animal, planta o fenómeno natural- como sobrenatural y creador del grupo. El agrupamiento social ‘que adora al mismo tótem recibe el nombre de clan.

La doctrina pedagógica más antigua es el taoísmo (tao razón universal), que es una especie de panteísmo, cuyos principios recomiendan una vida tranquila, pacífica, sosegada, quieta. Basándose en el taoísmo, Confucio (551-479 a.C.) creó un sistema moral que exaltaba la tradición y el culto a los muertos.

El confucionismo se transformó en religión del Estado hasta la Revolución cultural, promovida en China por Mao Tse-tung, en el siglo xx. Confucio consideraba ilimitado el poder de los padres sobre los hijos: el padre representaba al mismo emperador dentro de la casa. Creó un sistema de exámenes basado en la enseñanza dogmática y memorizada. Ese memorismo fosilizaba la inteligencia, la imaginación y la creatividad, hoy exaltadas por la pedagogía.

A pesar de eso, actualmente existe una tendencia de rescatar lo esencial del taoísmo, como la búsqueda de la armonía y del equilibrio en un tiempo de grandes conflictos y decreciente deshumanización. La educación hinduista también tendía a la contemplación y a la reproducción de las castas –clases hereditarias-, exaltando el espíritu y repudiando el cuerpo. Los parias y las mujeres no tenían acceso a la educación. Los egipcios fueron los primeros en tomar conciencia de la importancia del arte de enseñar.

Debemos a ellos el uso práctico de las bibliotecas. Crearon casas de instrucción donde enseñaban la lectura, la escritura, la historia de los cultos, la astronomía, la música y la medicina. Pocas informaciones de ese período fueron preservadas. Fueron los hebreos quienes más conservaron las informaciones sobre su historia. Por ello legaron al mundó un conjunto de doctrinas, tradiciones; ceremonias religiosas y preceptos que aún en la actualidad se siguen. Desde la infancia la educación hebrea era rígida, minuciosa; predicaba el temor a Dios y la obediencia a los padres.

El método que utilizaba era la repetición y la revisión: el catecismo. Los métodos educativos de los hebreos influyeron en la cultura oriental principalmente a través del cristianismo.

Entre muchos pueblos, la educación primitiva transcurrió con características semejantes, marcada por la: tradición y por el culto a los viejos. Sin embargo, ese tradicionalismo pedagógico está orientado por tendencias religiosas diferentes: el panteísmo del extremo oriente, el teocratismo hebreo, el misticismo hindú, la magia babilónica.

Esas doctrinas pedagógicas se estructuraron y se desarrollaron en función de la emergencia de la sociedad de clases. La escuela, cómo institución formal, surgió como respuesta a la división social del trabajo y al nacimiento del Estado, de la familia y de la propiedad privada.

En la comunidad primitiva la educación era confiada a toda la comunidad, en función de la vida y para la vida: para aprender a usar el arco, el niño cazaba; para aprender a nadar, nadaba. La escuela era la aldea. Con la división social del trabajo, donde muchos trabajan y pocos se benefician del trabajo de muchos, aparecen las especialidades: empleados, sacerdotes, médicos, magos, etc.; la escuela ya no esla aldea y la vida, funciona en un lugar especializado donde unos aprenden y otros enseñan.

La escuela que tenemos hoy nació con la jerarquización y la desigualdad económica generada por aquellos que se apoderaron del excedente producido por la comunidad primitiva. Desde entonces la historia de la educación se constituye en una prolongación de la historia de las desigualdades económicas. La educación primitiva era única, igual para todos; con la división social del trabajo aparece también la desigualdad de las educaciones: una para los explotadores y otra para los explotados, una para los ricos y otra para los pobres. Las doctrinas que a continuación veremos expuestas a través de textos, se constituyen en respuesta de los explotadores que buscaban reproducir la dominación y la sumisión por medio de la educación. La educación sistemática surgió en el momento en que la educación primitiva fue perdiendo poco a poco su carácter unitario e integral entre la formación y la vida, la enseñanza y la comunidad. El saber de la comunidad es expropiado y presentado nuevamente a los excluidos del poder, bajo la forma de dogmas, prohibiciones y órdenes que era necesario memorizar. Cada individuo debería seguir rigilrosamente los dictámenes supuestamente provenientes ,de un ser superior, extraterreno, inmortal, omnipresente y omnipotente. La educación primitiva, solidaria y espontánea, es sustituida por el temor y por el terror. . A pesar de esa distorsión creada por la dominación, por detrás de los dogmas, de la voluntad del poder y del paternalismo, en los textos aparecen algunas enseñanzas. Además de la crítica, es posible extraer también algunos puntos de reflexión útiles para la educación del hombre actual.

Fuente:

http://www.avec.org.ve/imagenes/pagina_web_2/secciones/publicaciones/46/padagogica.pdf

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Más allá de la postcolonialidad y subalternidad: Walter Mignolo y el giro decolonial

América del Sur/Argentina/Octubre 2016/Walter Mignolio/http://biblio3.url.edu.gt/

Walter Mignolo es uno de los pensadores latinoamericanos de fundamental importancia en la contemporaneidad. Mignolo desarrolla su labor como un latinoamericano miembro de la academia norteamericana y, además, miembro de diferentes grupos de intelectuales latinoamericanos que desarrollan propuestas teóricas en los países sudamericanos. iI Su trabajo intelectual pareciera estar inserto, en alguna medida, en el horizonte de los estudios postcoloniales y subalternos; sin embargo, sus desarrollos teóricos toman una creativa distancia de dichos horizontes debido a las imposibilidades de los mismos de hacer justicia a la realidad de los «lugares» propiamente latinoamericanos. Entonces, de «Valter Mignolo podemos afirmar que es un intelectual latinoamericano que apuesta por las propuestas locales, sobre todo por aquellas propuestas que se alejan, han nacido fuera o se contraponen a los esquemas de interpretación occidentales y desarrollan la crítica, directa o indirecta, a l eurocentrismo epistemológico que pretende continuar el proceso de colonización por otros medios en la era global. El presente apartado intenta ser una introducción a las perspectivas teóricas y metodológicas desarrolladas por Mignolo en los últimos años. Sus trabajos demuestran un constante proceso de recreación y madurez ret1exiva. Mignolo es hoy uno de los representantes más insignes del complejo horizonte del pensamiento latinoamericano. Atrevámonos, para iniciar, a establecer las grandes perspectivas interpretativas a partir de las cuales Mignolo desarrolla sus aportes teóricos.

Las mismas pueden ser sintetizadas así:

1) Los modos de construcción del conocimiento y los respectivos modos de validación del conocimiento (la epistemología) mantienen una relación directa con los «lugares» de enunciación. Occidente ha sido el lugar «geopolíticamente» clave en la determin ación de la validez o invalidez de los discursos planetarios. Sin embargo, esta misma actitud e historia.hegemónica occidental ha sido contrarrestada por «epistemologías otras», no reconocidas hasta ahora por el pensamiento occidental. A esta perspectiva según la cual todo conocimiento es un conocimiento en situación Mignolo la llama la «geopolítica del conocimiento» (Mignolo 200 1; 2005; 2007).

2) Para Mignolo la cntIca al eurocentrismo y colonialismo occidental no es homogéneo, sino articulado desde y en cada lugar de enunciación, lo cual hace posible el surgimiento de modos diversos de enfrentar el actual proceso de colonización por parte de occidente. Por ell o la «teoría poscolonial» desarrollada por grupos de intelectuales provenientes y situados en las ex-colonias británicas de la India, no puede ser copiada y aplicada simplemente en y para Latinoamérica72 , pues las mismas responden a circunstancias históricas determinadas. Las respuestas, en el sentido de contrapropuestas, a los procesos de colonización deben establecerse a partir de cada contexto sin la pretensión de «universalizar» la propia perspectiva, que fue el modo de concebir la teoría por parte de occidente.

Por lo anterior, cada experiencia colonial (en África, Asia o en Am é rica) ha de sarrollado sus propias persp ec tivas anticolonialistas a partir de la «diferencia colonial» (Mignolo 2003; 2001) generada en cada contexto de sometimiento. Esta «diferencia colonial» son los discursos contra-coloniales que fueron acallados por occidente, reduciéndolos a la mismidad colonial y subaltern izándolos desde una epistemología colonialista. Estos discursos, que resurgen como propuestas epistemológicas otras, constituyen lo que Mignolo, junto a otros pensadores latinoamericanos, llama «el pensamiento decolonial» (Mignolo 2007a; 2007b)

Por lo anterior, cada experiencia colonial (en África, Asia o en Am é rica) ha de sarrollado sus propias persp ec tivas anticolonialistas a partir de la «diferencia colonial» (Mignolo 2003; 2001) generada en cada contexto de sometimiento. Esta «diferencia colonial» son los discursos contra-coloniales que fueron acallados por occidente, reduciéndolos a la mismidad colonial y subaltern izándolos desde una epistemología colonialista. Estos discursos, que resurgen como propuestas epistemológicas otras, constituyen lo que Mignolo, junto a otros pensadores latinoamericanos, llama «el pensamiento decolonial» (Mignolo 2007a; 2007b)

La insistencia en una especie de contextualización del saber a través de la categoría de «geopolítica del saber» es quizás el punto medular a partir del cual se configuran sus propuestas teóricas. Esta categoría interpretativa hace factible auscultar los saberes no hegemónicos, y en su mayoría antihegemónicos, que han existido siempre en medio de los contextos de opresión y sometimiento colonial en todo el planeta y que han sido marginados por la epistemología oficial. 74 Occidente, a través de un largo proceso colonizador, todavía vigente, generó, de modo indirecto, diversos tipos de discursos anticoloniales, los cU?lles nunca han sido considerados en la academia debido a que no pertenecen al canon occidental y, además, están situados en lugares geopolíticamente marginales y escritos en lenguas no hegemónicas.

Fuente:

http://biblio3.url.edu.gt/Publi/Libros/2013/Cartografia/07.pdf

Fuente imagen:

https://lh3.googleusercontent.com/qWoULvWEUTzrYmT6XRN8GbXBsgowQuskRxR7JqqdvQDOvIDlFTKMgoHtuebYbE9pxgDk3w=s152

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