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Leontxo García: «Los niños que juegan al ajedrez obtienen mejores rendimientos en matemáticas y en comprensión de textos»

Argetina – España / 9 de diciembre de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Infobae

El periodista más prestigioso de habla hispana especializado en la disciplina analizó en Infobae los beneficios que la práctica genera en el desarrollo mental durante los años de escolaridad

Inteligencia emocional, pensamiento flexible, espíritu crítico, conceptos como lateralidad, psicomotricidad y concentración son algunos de los parámetros con los que, según diversos expertos, los niños podrían enriquecerse en la escuela gracias a la materia del ajedrez. Ese deporte tan complejo y con cientos de millones de variables tiene la capacidad de entretener a los más pequeños y al mismo tiempo alimentar su educación en campos como la matemática y la lengua.

El español Leontxo García fue jugador semi profesional y a lo largo de los últimos 35 años se convirtió en el periodista especializado en ajedrez más prestigioso de habla hispana. Cubrió para el diario El País uno de los grandes duelos de las leyendas Garry Kasparov y Anatoli Karpov en 1985 y todavía mantiene una columna diaria en el periódico ibérico.

Entre su rol como comunicador de los grandes eventos de ese deporte, García también se desarrolla, desde hace 15 años, como impulsor del ajedrez en el sistema educativo, tanto para escuelas primarias como secundarias. En los últimos días, el español arribó a la Argentina para participar de una iniciativa promovida por el ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, en un intento de acercamiento de este juego a la educación.

El evento se realizó en el Centro Cultural Fontanarrosa de Rosario, adonde acudieron unos 150 alumnos pertenecientes al Plan Escolar de Ajedrez de la provincia de Santa Fe.

El ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, promovió la charla de Leontxo García en el Centro Cultural Fontanarrosa, en Rosario

El ex gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, promovió la charla de Leontxo García en el Centro Cultural Fontanarrosa, en Rosario

A su vez, el prestigioso periodista brindó una entrevista a Infobae en la que analizó los detalles el enriquecimiento académico que puede aportar el milenario deporte a los alumnos en una escuela.

—Si tuviese que darle a un padre razones de por qué un niño debería aprender a jugar al ajedrez…

—El ajedrez es una escuela de vida. Gran parte de lo que uno aprende en el tablero de ajedrez es transferible a la vida real, salvo que caigas en la obsesión, que es el pequeño riesgo que existe, pero que solo se produce en un porcentaje realmente muy pequeño. O sea, esa imagen de que los ajedrecistas están locos está tan extendida como falsa es. Si tomamos, por ejemplo, la lista de los 100 mejores jugadores del mundo y adoptamos una definición de loco muy flexible, yo creo que apenas encontraríamos tres o cuatro de ellos que podrían calificarse como personas muy fuera de lo común, digamos, extravagantes, por decirlo así. Por tanto, el ajedrez es una gran escuela de vida que desarrolla muchísimas habilidades, virtudes, valores, desde los niños de dos años hasta las personas de 102, porque también es un gran gimnasio mental para retrasar el envejecimiento cerebral, por ejemplo.

—¿Cuál es una edad recomendable para aprender ajedrez? ¿Y para poder jugarlo de una manera competitiva?

—Como herramienta educativa, se puede emplear desde los dos años. Ahora bien, como para jugar al ajedrez hace falta haber desarrollado la inteligencia abstracta, eso no ocurre salvo en los niños superdotados, hasta los cinco o seis años. A esa edad se pueden enseñar los movimientos de las piezas. Si usted quiere que su hijo o su hija sea uno de los mejores jugadores del mundo, tendrá que empezar a trabajar deportivamente antes de los 10 años porque el ajedrez, junto con la música y las matemáticas, es la disciplina que produce más niños prodigio. De alguna forma, la precocidad en el ajedrez es natural, y por tanto, insisto, si lo que quiere es convertir a esos niños en algunos de los mejores jugadores del mundo, hay que empezar antes de los diez años. Pero, y este pero va con mayúsculas, si usted simplemente quiere disfrutar del ajedrez o utilizarlo como herramienta educativa, social o incluso terapéutica en algunas aplicaciones, para eso vale absolutamente cualquier edad, cualquier nivel de inteligencia, cualquier tipo de persona.

Desde 2003, Leontxo García intenta acercar el ajedrez al sistema educativo

Desde 2003, Leontxo García intenta acercar el ajedrez al sistema educativo

—¿Qué valores adquieren, toman y aprenden los niños que tienen al ajedrez como materia en la escuela?

—Bueno, la lista de valores que desarrolla el ajedrez es tan enorme, que haría esta respuesta interminable. Así que voy a seleccionar la edad que creo que va a ser más llamativa para nuestros espectadores, que es la de los niños de 2 a 5 años. Utilizando una herramienta tan sencilla como un tablero gigante en el suelo y una música agradable que tiene una letra que, por ejemplo, enseña a mover los peones, hacemos que los niños sean las piezas. Usted es un niño de 3 años y yo le digo que como usted es muy valiente es un peón que solamente camina hacia adelante, nunca va hacia atrás. Entonces, le digo que esta es su columna y que tiene que esperar para poder jugar a que juegue primero su compañero. Fíjese de qué manera tan sencilla le estoy transmitiendo valores importantísimos a esa edad: lateralidad, psicomotricidad, memoria, concentración, atención, respeto por las normas, respeto por el compañero, diagonal, horizontal, vertical, control del primer impulso, algo importantísimo, no sólo para los niños sino también para los adultos en el siglo XXI. Con qué facilidad le damos al botón del celular o a cualquier otro dispositivo, y a veces cometemos errores por darle demasiado rápido.

En fin, hay una serie muy larga de valores que se transmiten a través del ajedrez a los niños de 2 a 5 años. Imagínese usted si vamos elevando la edad. Por ejemplo, en secundaria estaríamos hablando de tomar decisiones de forma razonada, pensamiento crítico, pensamiento flexible, importantísimo en un mundo como el que nos espera, dentro de solo diez años, donde buena parte de nuestros niños actuales, quizás más de la mitad, van a ejercer profesiones que hoy no existen. Y por tanto, eso requiere un pensamiento muy flexible y el ajedrez te obliga a tener flexibilidad de pensamiento porque en una partida, la posición, la evaluación de una posición puede cambiar mucho con una sola jugada de cualquiera de los dos. Y si uno está acostumbrado a que su cerebro funciona así porque juega al ajedrez con frecuencia, eso es transferible a la vida real.

Leontxo García es periodista especializado en ajedrez desde hace más de 30 años

Leontxo García es periodista especializado en ajedrez desde hace más de 30 años

—¿Cuánto le sumaron y cuánto le restaron al ajedrez histórico, al romántico, al tradicional el uso de las computadoras y la inteligencia artificial?

—La informática en general ha revolucionado por completo el ajedrez. El actual es muy distinto al que yo conocía, al que yo jugaba como jugador profesional. Para cosas buenas y malas. Es decir, ahora hay un peligro de que haya trampas con ayuda de computadoras. Yo puedo estar jugando una partida aquí mismo y tengo un auricular invisible metido en el oído, que incluso puede ser un auricular que pase sin ser detectado en los controles. Entonces, yo estoy conectado con un amigo mío, que es usted, y usted puede estar en su casa muy lejos de aquí, pero está siguiendo mi partida de ese torneo en directo por internet, con la ayuda de una máquina que calcula millones de jugadas por segundo, y me está soplando la mejor jugada en mi posición. Entonces, por eso hay detector de metales, hay inhibidores de ondas, por ejemplo, hay cantidad de medidas para prevenir las trampas en los torneos. Esa es la parte mala del progreso.

Pero claro, la parte buena es que cuando yo jugaba, si me invitaban a un torneo en Buenos Aires, y por ejemplo era un torneo de diez jugadores, para obtener información de mis nueve rivales, tenía que empezar a moverme meses antes por correspondencia, yo qué sé cómo, para conseguir partidas de esos jugadores en sus países, por algún contacto que yo tuviera, una revista. Ahora, escribo el nombre de cualquier jugador en mi base de datos, que tiene 6.600.000 partidas, perfectamente clasificadas, jugadas desde el siglo XV hasta ayer, y en muy pocos segundos tengo todas las partidas que ha jugado ese rival en toda su carrera. Y bueno, el ajedrez es el único deporte que se puede practicar por internet, o que se puede enseñar por internet con enorme eficacia. Todo eso es la parte positiva de la aplicación de la informática al ajedrez.

—¿Qué diferencias habría entre un niño que se formó en una escuela primaria o secundaria con clases de ajedrez respecto a un colegio en el que no pudo tener esa oportunidad?

—Según los estudios científicos que conocemos en diversos países, por ejemplo, estoy acordándome de España, Alemania, Reino Unido y Dinamarca, entre otros, los niños con quienes se ha utilizado el ajedrez como herramienta educativa desarrollan más su inteligencia en múltiples parámetros, incluida la inteligencia emocional, que es importantísima en el siglo XXI, y obtienen mejores rendimientos académicos en general y sobre todo en matemáticas y en comprensión lectora, que en muchos países de Latinoamérica son precisamente los dos ámbitos donde nuestros niños fallan más de acuerdo con el famoso Informe Pisa. El ajedrez incide exactamente ahí, pero además, como hemos comentado, desarrollan muchos otros valores.

Un último informe presentado en agosto por el Observatorio Argentino por la Educación titulado «Radiografía de los aprendizajes de Matemática en Argentina» reveló que el 69% de los alumnos argentinos tiene problemas para resolver operaciones sencillas y, en el plano internacional, los estudiantes locales ocupan los últimos puestos. A su vez, en las pruebas PISA 2012, las últimas en las que el país participó con una muestra válida, Argentina quedó en el puesto 59 entre 65 sistemas educativos que participaron

—Alguien que vive del ajedrez de un modo profesional, ¿cuántas horas y cuántos años necesita mantener a este ritmo de estudio para estar entre los cien mejores del mundo?

—Alguien que está entre los cien primeros del mundo tiene el tablero en su cabeza como una especie de idioma materno 24 horas al día. Por supuesto, a partir de ahí ya varían los métodos. Hay algunos que llevan un entrenamiento sistemático de ocho, diez o 12 horas diarias, dividiéndolo entre las aperturas, es decir, la primera fase del juego, la estrategia, la táctica, la técnica, de las posiciones finales con pocas piezas, la preparación psicológica, la preparación física, todo eso es importante. Y luego hay otros, como el actual campeón del mundo, el noruego Magnus Carlsen, que huyen de cualquier planteamiento sistemático pero están 24 horas al día con el ajedrez conectado y pueden estar caminando por la calle y están pensando en el análisis de una posición que no resolvió ayer y de pronto está caminando por la calle y se le ocurre una jugada genial. Claro, pero es un genio y es el campeón del mundo.

Fuente de la Entrevista:

https://www.infobae.com/sociedad/2018/12/04/leontxo-garcia-los-ninos-que-juegan-al-ajedrez-obtienen-mejores-rendimientos-en-matematicas-y-en-comprension-de-textos/

ove/mahv
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Programación del Portal Otras Voces en Educación del Domingo 9 de diciembre de 2018: hora tras hora (24×24)

9 de diciembre de 2018 / Autor: Editores OVE

Recomendamos la lectura del portal Otras Voces en Educación en su edición del día domingo 9 de diciembre de 2018. Esta selección y programación la realizan investigador@s del GT CLACSO «Reformas y Contrarreformas Educativas», la Red Global/Glocal por la Calidad Educativa, organización miembro de la CLADE y el Observatorio Internacional de Reformas Educativas y Políticas Docentes (OIREPOD) registrado en el IESALC UNESCO.

00:00:00 – Así se puede gestionar el estrés laboral que sufren los docentes

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296036

01:00:00 – Libro: Aprendiendo a enseñar. Manual práctico de didáctica (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296045

02:00:00 – Un 21% de los jóvenes en Latinoamérica ni estudia ni trabaja, según informe

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296055

03:00:00 – El miedo a la revolución del saber

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/295471

04:00:00 – ¿Por qué le tienen tanto miedo a los estudiantes?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296071

05:00:00 – Roy Galán: “La educación debería servir para hacerte libre y no esclavo de un sistema”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296042

06:00:00 – En México, más de un millón de menores de 17 años no asisten a la escuela: Coneval

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296074

07:00:00 – Economía en la universidad, una pieza más de la superestructura hegemónica

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/295480

08:00:00 – Youtubers por la educación gratuita: Porque pública la recibimos y pública la devolvemos

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296090

09:00:00 – Libro: Familia y Escuela: oportunidad de formación, posibilidad de interacción (PDF)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296058

10:00:00 – Argentina: Se estrena un documental sobre los docentes muertos: “La tragedia de Moreno”

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296039

11:00:00 – El primero que tiene que ir feliz a la escuela es el maestro

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296049

12:00:00 – Un ‘ayatollah’ dirigirá la educación en el Brasil de Bolsonaro

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296104

13:00:00 – Pedagogía crítica en la enseñanza de las matemáticas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296121

14:00:00 – Latinoamérica despegará si pone «en el corazón» la gestión de la educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296112

15:00:00 – Pedagogía del oprimido: mucho más que un libro

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296065

16:00:00 – Ecuador: El olvido destruye a las escuelas

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296124

17:00:00 – Más de un millón de niños sin cobertura educativa en Honduras (Video)

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296127

18:00:00 – Especialista en pedagogía presenta modelo educación Finlandia en República Dominicana

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296108

19:00:00 – ¿De verdad es la evaluación un problema?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296052

20:00:00 – Infografía: ¿Por qué la educación salva vidas en todo el mundo?

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296096

21:00:00 – Analizan en Haití sistema informativo para la educación

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296080

22:00:00 – Reforma Educativa: Mirar a la Escuela de otra manera

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296077

23:00:00 – Leontxo García: «Los niños que juegan al ajedrez obtienen mejores rendimientos en matemáticas y en comprensión de textos»

http://otrasvoceseneducacion.org/archivos/296061

En nuestro portal Otras Voces en Educación (OVE) encontrará noticias, artículos, libros, videos, entrevistas y más sobre el acontecer educativo mundial cada hora.

ove/mahv

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Ana Cristina Navarro: “Necesitamos reactivar las cátedras de Paz, que están completamente muertas”

Este miércoles comenzó a operar oficialmente la Comisión de la Verdad, el órgano que contribuirá a esclarecer lo ocurrido en el conflicto armado. Semana Educación habló con Ana Cristina Navarro, su directora de Pedagogía, sobre la importancia del sistema educativo a la hora de entender lo que pasó en el país durante el conflicto armado y cómo evitar que se repita.

Después de más de 50 años de guerra declarada con las Farc, hace dos años Colombia inició un proceso de posconflicto. Como parte de los acuerdos, se creó la Comisión de la Verdad, un órgano temporal que oficialmente inició operaciones el 28 de noviembre. Con su puesta en marcha el país intentará alcanzar un objetivo ambicioso, nada fácil, pero necesario: entender lo que pasó, perdonar y reconciliarse.

Quienes hace dos años lograron firmar el acuerdo de paz con la exguerrilla entendieron y promovieron el esclarecimiento de la verdad como un paso clave para transformar la sociedad colombiana, una que ha sufrido los avatares de la violencia y el azote a la integridad de muchos que, aunque no tuvieron nada que ver con la guerra, terminaron en medio de las trincheras.

El desafío del nuevo ente estará en construir en 3 años un documento que aporte a entender lo ocurrido en tiempos de intensa guerra. Pero, para elloel componente pedagógico debe ser sólido para sanar y recomponer la mirada de la realidad durante esos años, una que por tanto tiempo se vio quebrada y por lo mismo fracturó a la sociedad.

Para leer: ¿Servirá la Comisión de la Verdad para reconciliarnos?

Ana Cristina Navarro es la directora de Pedagogía de la Comisión de la Verdad. Ella habló con Semana Educación sobre el papel de la educación en esta nueva etapa.

Semana Educación (S.E.):  Colombia atraviesa por un momento muy poderoso en su historia; una oportunidad tal vez única de construir una sociedad más sana. ¿Cómo enseñar a las generaciones que se están formando a vivir de una manera más empática?

Ana Cristina Navarro (A.C.N.): A partir de ejemplos o experiencias. Deben imaginarlo desde la cotidianidad, no a partir de ejemplos externos sino de lo que rodea al niño. La pedagogía que no tiene en cuenta el entorno no funciona.

El sistema educativo debe apuntar a formar personas con mayor capacidad de relacionarse, porque está claro que tendrá más éxito en esta sociedad no el que más conocimientos recoja, sino quien mejores relaciones genere. El típico estudiante que pasa con notas normales, pero es un líder arrasador, puede ser el mejor. Está muy bien aquel que se concentra en adquirir conocimientos, sin embargo hay que aprender a pensar críticamente y a relacionarse. En el fondo, eso es inteligencia emocional, y es fundamental para que la empatía se pueda esparcir por todas partes; no difundir, sino contagiar.

S.E.: Cada vez se habla más de competencias socioemocionales, ¿cuál cree fundamental enseñar en este momento de posacuerdo?

A. C. N.: Es hora de que todo el sistema educativo en este país deje de tenerle miedo a formar ciudadanos críticos. En este momento es fundamental que le enseñen a los chicos a razonar, a cuestionarse, a preguntarse. Lo importante de la pedagogía es educar personas que se cuestionen y se pregunten los porqués.

En ese sentido, la Comisión tiene muy claro que necesitamos como aliado al sistema educativo en todos sus niveles –a maestros, alumnos, padres y quienes deciden en la educación– para poner a reflexionar a toda la institución sobre qué nos pasó y por qué.

S. E.: ¿Qué está haciendo la Comisión puntualmente para que el sistema educativo sea parte activa de la construcción de paz?

A. C. N.: Hay varios proyectos con el sector. En este momento estamos en la fase de alistamiento, pero tenemos múltiples iniciativas dirigidas a niños, niñas y adolescentes; no solo a quienes han sido víctimas o a los hijos de excombatientes, sino en general a todos los que cursan primaria, media y superior.

Educapaz es una de las organizaciones que liderará algunos de esos proyectos. Nosotros coordinamos, pero no los ejecutamos directamente. Independientemente de la iniciativa, necesitamos reactivar las cátedras de Paz, que están completamente muertas, o generar otro mecanismo desde la ley para que sea obligatorio hablar de lo que nos pasó.

No solo se trata de decir “qué horror lo que nos pasó”, sino de pensar “cómo hacemos para que no se vuelva a repetir”.

S. E.: A propósito de las cátedras de Paz, ¿cómo ven ustedes la forma en que se están enfocando?

A. C. N.: La Cátedra de Paz está desvirtuada o dormida. El tema es que la Historia debe ir de la mano de esa cátedra. Por ejemplo, en un taller que hicimos con periodistas en Villavicencio, ellos preguntaban: ¿cómo hacemos para revisar la memoria si en el Meta nadie ha recogido la historia de lo que pasó? Además, aseguraban no tener en qué apoyarse para poder decir “evitemos que esto se repita”.

Si aquí no hablamos del conflicto, eso genera falta de arraigo, falta de raíces, falta de identidad. Creo que llegó la hora de quitarse la venda y afrontarlo como toca. Cada cultura es distinta y necesitamos empezar a hablar de este problema como algo anormal, que definitivamente tenemos que superar.

S. E.: Usted ha dicho que si con las cátedras no se logra que se hable del conflicto armado desde el aula, es necesario un mecanismo para hacerlo a partir de la ley, ¿a qué se refería?

A. C. N.: Todavía no ha habido un acercamiento con el Ministerio de Educación, aunque en el mandato de la Comisión de la Verdad dice que debemos hacer una intervención en el sistema educativo para que se estudie el conflicto. En este sentido, a partir de uno de los proyectos que tenemos con Educapaz, en el cual pensamos trabajar mediante expediciones pedagógicas, surgió la idea de presentar un proyecto de ley que obligue a las instituciones educativas a enseñar lo que pasó en el país en el conflicto armado. Pero aún tenemos que discutir si esta es la mejor opción o la de reactivar las cátedras de Paz con un contenido concreto, porque se debe respetar la autonomía. En Colombia no existe un currículo único y no todos los maestros y colegios ven necesario revisar el tema del conflicto. Sería mucho más efectivo –pero más difícil– que se genere una conciencia de que hay que hablar de esto sin que sea obligatorio. Estamos en eso y se debe ir paso a paso.

S. E.: En ese sentido, ¿cómo formar y sensibilizar también a los profesores?

A. C. N.: Dentro del proyecto que lidera Educapaz está formar profesores multiplicadores. También queremos apostarle a una estrategia que tomamos de la experiencia del País Vasco, la de las víctimas formadoras. Es demasiado potente cuando una víctima se sienta delante de 50 maestros, les cuenta lo que ha vivido y les dice cómo se las ideó para convivir con el enemigo que vivía en la casa de enfrente. Esto tiene que ser una red que nos permita mover los sentimientos y generar empatía con los indiferentes. Los actos de reconocimiento que va a hacer la Comisión serán conmovedores.

Es necesario trabajar tanto con colegios públicos como con privados. En estos últimos es donde están las personas más indiferentes frente a lo que pasó (lo cual no quiere decir que no haya víctimas en los estratos más altos; el secuestro fue un tema que los golpeó fuertemente).

S. E.: ¿Cómo lograr que niños y jóvenes no se queden en el horror y el dolor de lo que pasó y, al contrario, pasen la página y trabajen para que no se repita?

A. C. N.: Tenemos una idea muy poderosa: la verdad. Los maestros deben partir de por qué tiene ventajas decir la verdad y qué problemas trae hablar con mentiras u ocultar parte de la misma, que en general es lo que pasa. A partir de ahí se generan conversaciones muy chéveres.

Necesitamos sensibilizar y movilizar hacia la verdad. Eso sí, hay que hacerlo poco a poco; nadie ha dicho que va a ser una acción de choque o que vamos a generar más daño. Ya le pasaron muchas cosas a múltiples familias en este país. No venimos a meter el dedo en la llaga, sino a ayudar a los chicos a entender por qué pasó lo que pasó y cómo hacer para que no nos vuelva a suceder.

S. E.: ¿Cómo se integra la educación superior en esta apuesta?

A. C. N.: Tenemos convenios con 28 universidades en todo el país para llevar a cabo un proyecto de voluntariado de jóvenes por la verdad con chicos de educación superior, décimo y once. Pensamos realizar este proyecto junto con Colombia Transforma, que es experta en este tipo de plataformas. Queremos que los jóvenes sean, más que multiplicadores, ‘reeditores’; es decir, que adapten su conocimiento a las circunstancias y al momento histórico en el que se encuentran. Es muy importante que cualquier propuesta o acción que hagamos nazca desde los territorios, teniendo en cuenta las diferencias étnicas, culturales y de género. Son ellos quienes, con el apoyo de la Comisión, construyen su pedagogía.

S. E.: Usted habló de involucrar a los padres de familia, ¿cómo lo harán?

A. C. N.: Es indispensable que los papás entiendan por qué se debe hablar de esto en la escuela. No solo se trata de decir “qué horror lo que nos pasó”, sino de pensar “cómo hacemos para que no se vuelva a repetir”. Esto tiene que ver con la educación, la cual pone la fuerza del individuo en la capacidad emocional de relacionarse pacíficamente, de solucionar sus conflictos mediante la negociación y la no violencia.

La Comisión quiere hacer una reflexión muy profunda sobre qué es lo que hay en esta sociedad para que tendamos a resolver todo con violencia. Es importante analizar esto para atacar las causas reales. Es claro que debemos impulsar el respeto por la diferencia, la inclusión, la tolerancia y la solidaridad. Tenemos que dejar sembrada una semilla de consciencia, y los papás son fundamentales en este proceso.

Fuente: https://www.semana.com/educacion/articulo/las-catedras-de-paz-estan-muertas–directora-de-pedagogia-de-la-comision-de-la-verdad/592746

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Ulises Padrón Suárez: Necesitamos referentes que contradigan la masculinidad hegemónica

Caribe Insular/Cuba/Red Semlac.-

A menudo, cuando se habla de violencia, emergen vocablos como machismo, sociedad patriarcal, o roles hegemónicamente construidos desde lo femenino o masculino. Pero, ¿qué hay detrás de esos conceptos, cómo nos ayudan a explicar los ciclos de la violencia y la telaraña de la desigualdad?.

“El punto de partida para entender el modo en que se estructura la violencia es desentrañar los imaginarios, esos relatos colectivos, ficciones, narraciones sociales que intentan construir una realidad específica, modelar unos sujetos y crear consensos en relación con una sociedad determinada. Tienen el poder de instituir ideologías y, por consiguiente, de sustentar un modelo social sobre otro”, apunta Ulises Padrón Suárez, fundador y coordinador de la Red de jóvenes por la salud y los derechos sexuales, del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex).

Para el entrevistado, este es el motivo por el cual están en constante cambio y pueden convivir varios imaginarios de una misma institución a la vez, según las diversas cosmovisiones que se sostienen en un contexto histórico.

Sobre esa movilidad, el poder de transformación que emerge de los imaginarios sociales para articular el sentido de trascendencia y la comunidad humana, y su rol en la construcción de la masculinidad hegemónica, SEMlac diálogo con el joven activista, filólogo de formación.

¿Cómo los imaginarios de la masculinidad hegemónica se relacionan con la violencia?

La masculinidad constituye la construcción histórica y social del sujeto en su devenir como hombre. Sucede que, por lo general, este convertirse en hombre se ha configurado de manera negativa, al distinguirse que la masculinidad no se asocia con las mujeres, los ancianos, los niños ni los homosexuales. La masculinidad hegemónica es entonces una compleja red de simbolizaciones, prácticas y negociaciones cuyo rol se constituye en legitimar un único ideal de masculinidad, a través de los imaginarios sociales, e invisibilizar otras posibles masculinidades.

Sus características suelen ser excluyentes, (es decir, se identifica con un hombre blanco, heterosexual, citadino, joven, sano) y allí radica en alto grado la violencia de la cual emana. Debido a que expropia los significados de ser hombre a otras identidades, la masculinidad hegemónica está configurada desde la violencia que se asienta en las estructuras e instituciones, donde encuentra cuerpo precisamente en los imaginarios sociales. Si ha sido tan difícil de destituir es porque sus discursos se han internalizado en los sujetos, ya sea hombres o mujeres.

¿Cuáles son los principales mitos asociados a estas construcciones?

Perviven muchos mitos en torno a la masculinidad hegemónica, pero me interesan esos que aún hoy articulan la violencia que se ejerce y se vive, por la naturalización de prácticas que afectan la salud y no permiten relacionarnos desde los afectos.

Está muy arraigado en nuestra sociedad que el hombre es siempre el proveedor, independientemente de sus capacidades e intereses. También que debe responder sexualmente en todo momento y ha de ser en sí mismo violento, agresivo. Estos mitos contribuyen a perpetuar un modelo desigual de relación, porque la masculinidad hegemónica no solo la construyen los hombres en su proceso, sino que la configuran, además, el resto de las identidades.

Desafortunadamente, existe cierta complicidad, por ejemplo, cuando las madres les dicen a los niños que “los hombres no lloran”, “que si te dan, tú das”. Cuando dicen: “mi hijo es varón, allá las madres de las chiquitas y sus barrigas”. Ello ilustra algunas de las situaciones comunes en que esa complicidad con la masculinidad hegemónica intenta perpetuar las desigualdades sociales entre hombres y mujeres.

¿Tienen los jóvenes cubanos de hoy herramientas para desmontar esos mitos?

La juventud cubana resulta muy heterogénea. Tal es así que no se pudiera dar una respuesta unívoca a un fenómeno social como es la violencia, para su erradicación en el país. Sin embargo, muchas pueden ser las propuestas. Lo importante es que se desmonte ese modelo tradicional de masculinidad que afecta a hombres y mujeres y no permite reconocer y visibilizar otras identidades no heteronormativas.

El problema radica en desde dónde ponemos la mirada: si lo hacemos desde el sistema educativo podría decirse que sí. No obstante, la gestión de la enseñanza sigue siendo heteronormativa, bancaria, sexista, donde no se privilegian los temas relacionados con el género, la educación sexual, los derechos humanos. Eso provoca que se perpetúen prácticas violentas que en la sociedad están legitimadas, porque no existen referentes que contradigan esos elementos.

Por otra parte, existen instituciones y organizaciones que se esfuerzan por subvertir el modelo hegemónico. Por solo mencionar algunas, tenemos al Cenesex y su línea de investigación sobre masculinidades, la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades (RIAM y sus aportes en el terreno histórico para entender los orígenes de estas construcciones; el Centro Oscar Arnulfo Romero (OAR) y sus diversas campañas por la no violencia contra las mujeres y las niñas, entre otros expertos e instituciones que generan ciencia desde esa perspectiva. Sin embargo, no siempre están disponibles para los jóvenes y mucho menos les hablan desde sus lenguajes. Hoy ello constituye un desafío.

¿Al interior de las familias, se deconstruyen estos imaginarios?

En la práctica, se naturaliza la violencia en la vida cotidiana y desde allí es muy difícil desmontarla, ya que no siempre viene acompañada de una agresión física. Por tanto, se silencian o invisibilizan otras expresiones como pueden ser la económica, la psicológica, que generan malestares al interior de la casa.

Para revertir todo esto se precisa reconocer que se vive en un ambiente violento y mover los espacios de poder y privilegios al interior de las familias. También se tiene que pensar en el concepto familia como elemento más plural, de solidaridad y equidad, y no donde sus miembros cumplen roles y funciones estrictas.

¿Cómo afecta la masculinidad hegemónica a la comunidad LGBTIQ, teniendo en cuenta que puede ser una poderosa barrera para la inclusión?

Las identidades no heteronormativas suelen vivir en la resistencia, debido a que la heterosexualidad legitima la masculinidad hegemónica. Todo lo que no es heterosexual, pocas veces tiene acceso al poder. En nuestra sociedad es fácil percibirlo ahora en la discusión de la Reforma del Proyecto Constitucional, de los artículos 40 y 68, que inciden directamente en la comunidad LGBTIQ y en la posibilidad de ampliar un grupo de derechos a personas que, históricamente, se les ha negado la posibilidad de ejercer su ciudadanía de manera plena.

El argumento principal esgrimido es que va a desviar, es decir, “homosexualizar” a los más jóvenes y destruir la institución familia; sin pensar en que nuestra sociedad está cambiando y con ella los paradigmas e imaginarios que sustentan los modelos más tradicionales y hegemónicos.

Constituye un reto para la nueva Constitución transformar nuestras instituciones y organizaciones a la luz de la no discriminación por identidad de género. En nuestra sociedad no existe una comprensión cabal de lo que refiere este concepto y, por ejemplo, las personas trans son percibidas de manera despectiva y en muchos casos violenta.

Habrá que deconstruir el sistema educativo en aras de crear espacios sanos para todas las personas. Asimismo, desde nuestro sistema de salud, elaborar protocolos más inclusivos, menos invasivos; en el espacio laboral contribuir a que las personas puedan ejercer sin limitaciones y trabajar con las comunidades para favorecer la inclusión de las personas con identidades no heteronormativas.

A nivel regional, más allá de las leyes que favorecen a la comunidad LGBITQ en países como Argentina, Brasil o Colombia, el mejor exponente de cambio resulta Uruguay, donde han creado políticas públicas que no solo van a la salud y la educación, sino también a ámbitos como la política y la cultura.

Para contrarrestar estas desigualdades es necesario comprender que la inclusión de las personas LGBTIQ es una cuestión global y de corresponsabilidad social. No es decir solamente que tienen el espacio, sino enseñarles a estos grupos históricamente marginados del poder a usarlo en beneficios de la sociedad.

Otro gran desafío para nuestra sociedad es repensar la cuestión racial, al lado de las desigualdades que sufren las identidades LGBTIQ, pues se sabe que no recibe el mismo tratamiento una mujer blanca heterosexual de La Habana, que una guantanamera negra y lesbiana. Hay varios índices de discriminación que limitan la actuación social y el peso histórico de la racialidad no se toma del todo en cuenta.

En la sociedad cubana está anclada la idea de que el racismo es un mal menor, ya que el Estado desde 1959 ha tomado medidas para su erradicación. Sin embargo, su emergencia en momentos de crisis permite ver cuán compleja es esta situación y lo poco resuelta a nivel social y político que se encuentra. Hacen falta acciones afirmativas, pero ante todo reconocer que es una cuestión esencial, que necesita atención desde diversos ámbitos y de manera transversal.

Fuente: http://www.cubainformacion.tv/index.php/genero/79596-necesitamos-referentes-que-contradigan-la-masculinidad-hegemonica

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“Cualquiera que me diga que no importan las ratios, que se pare al frente de 30 chicos de 3 y 4 años y me diga que no”. Entrevista a Milagros Nores.

Entrevista/06 Diciembre 2018/Autor: Pablo Gutiérrez del Álamo/Fuente: El diario la educación

La educación infantil necesita más inversión para bajar ratios y, así, poder producir interacciones de calidad que garanticen un correcto desarrollo de la infancia. Esta es una de las claves para Milagros Nores.

Milagros Nores es co-directora de investigación del Instituto Nacional de Investigación en Primera Infancia del Graduate School of Education de la Universidad de Rutgers, en New Jersey. Es doctora en Educación y en Economía por la Universidad de Columbia. Ha viajado a España para dar una conferencia de la mano de la Fundación Sociedad y Educación y de la Fundación Ramón Areces. Aprovechamos unas horas antes para hablar con ella sobre la conferencia, la educación infantil y hacia dónd deberían dirigirse las políticas públicas en relación con la primera infancia.

¿Qué contará en su conferencia?

Una charla que habla sobre los beneficios de la educación infantil a largo plazo sobre programas que la han estudiado hasta la adultez. Beneficios en salud, criminalidad, en rendimiento en el mercado laboral… Programas de primera infancia de alta calidad. Estos han formado una base fuerte de literatura en primera infancia sobre la que se ha formado gran parte del razonamiento de por qué es importante invrtir en primera infancia.

Seguir a estos niños hasta la adultez permitió medir los beneficios en todas las dimensiones como los costes del programa para poder hacer esa relación coste-beneficio, que se sitúa entre 3 y 16 dólares por cada uno que se invierte en primera infancia.

Fuera de esto, es ver qué evaluaciones o políticas internacionales existen en el momento y que son parecidas y han mostrado algún tipo de impacto a nivel nacional (como expansiones de programas de primera infancia, como programas de visitas domiciliarias, estimulación temprana) y tratar de traer eso y ver la importancia de los primeros años y de intervenir, así como las implicancias para el desarrollo de los niños hasta la edad adulta.

¿Es cara la edución infantil?

En primera infancia podrías considerar un paquete de intervenciones: visitas domiciliarias, programas de estimulación temprana, programas en centro de preescolar… cada uno tiene distintos costos. Y si es caro o no depende de las circunstancias locales y de los programas existentes.

Ahora, es mucho más caro no invertir en primera infancia que hacerlo. Los niños de bajos y medios ingresos, si hay una financiación adecuada, tienen menor probabilidad de criminalidad, de embarazo adolescente, de comportamienos de riesgo (como el consumo de alcohol, tabaco…), mayor salario como adulto, mayor probabilidad de ir a la universidad… La combinación de todo esto supone una población productiva con menores costos a la salud, con menor necesidad de servicios públicos, menos tendencia a la repetición y mayor rendimiento.

Lo que pasa es que el costo de invertir en primera infancia es hoy y los beneficios son futuros. Pero son beneficios acumulativos a largo plazo, que son mucho mayores que los costos.

Fotografía: Universidad de Rutgers

La etapa suele estar dividida en dos ciclos. Esta separación, ¿es mejor o peor? ¿Es solo cuestión de dinero?

La separación en ciclos es bastante común; se ha dado más por una tradición de que el 0 a 3 se ha quedado en los ministerios de Bienestar Social y por ahí se han unificado los de educación.

Sí se muestra que cuanto más integrados sean los servicios y cuanto más alineados, en el sentido de que no tiene el centro educativo necesariamente que servir el 0-3, pero sí se alinear los programas y pensar en los niños como un contínuo. Puede ser que en el 0 a 2 haya visitas domiciliarias con las familias u otra medida. Cualquiera que sea la planificación, que se piense en los niños desde los 0 hasta que termine la universidad. Ver cuál es el acompañamiento perfecto y que se piense al niño desde todas sus necesidades. La exposición de los niños de 0-3 a riesgos adversos ya sea padres en la cárcel, drogadicción en el hogar, falta de alguno de los padres, excesos ambientales de riesgo, de salud, de lo que sean, esos niños tienen problemas muy altos de estrés, y todo eso afecta a su desarrollo de una manera muy fuerte. Esos chicos nunca van a tener el desarrollo o el potencial de uno con una infancia estimulada…

Reducir todo esto y compensar implica dos vías distintas de desarrollo de ese niño. Una es una trayectoria en la que probablemente el chico termine con algún diagnístico de ADH o TDA, donde hay una infancia deprivada, con rendimientos muy bajos en la escolaridad, versus una trayectoria normal. La decisión está en dónde intervenir y cuándo para decidir entre las dos trayectorias. En cualquier caso, interesa una programática contínua para esos chicos en salud, intervención, educación, estimulación… Entonces ¿qué tan caro? Lo es si uno piensa tal vez en centros educativos, pero si se piensa en otro tipo de seguimientos, de acompañamiento, de visitas domiciliarias, de estimulación temprana…

Los programas además se pueden crecer. Empiezan con los niños de mayor deprivación hasta escalar los programas para que lleguen a la clase media y luego hasta universalización… Empezar desde un programa más targeted hasta uno más universal.

La universalidad permite la integración absoluta entre todos los niños y asegura que todos terminen en una trayectoria compleja y, además, la subsidiación entre todos los niños. Pero el punto es pensar en un contínuo desarrollo para todo niño. Lo que te ahorres en repetición, en no terminar en servicios de educación especial (que es donde terminarán)… Es pensar en mover algunos costos de educación primaria a la educación temprana.

¿Y qué es una educación de calidad? El apellido aquí es importante…

Sí, es importante y no es una palabra fácil. Calidad no es tanto el edificio, el espacio. Tiene más que ver con las interacciones que se den entre el adulto y el niño, la capacidad de estimular, los espacios para estimulación y juego, la calidad del lenguaje en ese espacio… no solo un lenguaje del adulto al niño, sino un espacio en donde el adulto le pregunte al niño sobre su pensamiento y le invitea reflexionar sobre lo que está haciendo.

Un ejemplo: si un niño construye una torre y se le cae, típico, se frustra terriblemente. Se le pueden hacer preguntas: “¿Cómo la construiste? ¿se te ocurre alguna idea para que sea más sólida?”. El chico entonces hace un plan. “Probá algo nuevo”. La idea de que el chico es un explorador y está procesando su idea. Apoyar el pensamiento lógico y el análisis del chico, no solo darle vocabulario aunque este ayuda, son los pilares.

Otro ejemplo: le damos un libro. En un espacio de baja calidad, el libro se lee, se termina y se les pregunta: “¿Les gustó?”. En un espacio de alta calidad es: “Veamos qué pasó en el libro, qué les gustó. Hoy leeremos la mitad ¿cómo piensan que va a terminar? ¿qué pasará después? Demos tres hipótesis en el grupo y mañana lo terminamos y vemos cuál funciona”. Los chicos hacen así proyecciones, hipótesis, ideas, reflexiones… y además entienen que el libro tiene un comienzo, un medio y un desenlace, que el final puede cambiar… dependiendo de cómo proyecta uno la lidea. Es el proceso de pensamiento y de reflexión. Todo en un proceso de juego, aprendizaje, espacio… la interacción ha de ser cálida, pero además ha de ser estimulante y cuadrar con el juego del niño. Integrando conceptos de medida, espacio, lógica, análisis… Es un proceso lindo y a la vez sensato y lógico a la edad del chico. Eso es calidad, en definitiva.

La formación docente es fundamental. En muchos lugares hay diferentes trabajadoras con distintas para trabajos parecidos…

Hay todo un campo de quienes trabajan en primera infancia; hay donde no tienen capacitación adecuada y trabajan generalmente en “negro” o casi. Tal vez se dedican al cuidado en casa, por ejemplo. Después están las calificaciones de maestros en las que no hay alineamiento entre lo que es necesario en el aula y lo que está ocurriendo en los programas de profesionalización.

Si no hay capacitación en primera infancia, se nota en las aulas. Si la maestra o técnica no tiene capacitación en primera infancia, está claro que justamente en esos procesos no existen los conceptos ni la capacidad de apoyo. Por ahí, tal vez, sí exista el ambiente cariñoso, lo básico está. Tal vez al chico se lo mantiene a salvo. Pero esto es cuidado básico; que esté sano, salvo, en un ambiente cariñoso y donde se lo cuide en lo socioemocional y como persona, eso es lo básico. Pero no es estimulación cognitiva y no es educación. Sí es nivel educativo lo que llamamos soportes instruccionales: la capacidad de apoyo metacognitivos (de lo que acabamos de hablar), y la capacidad de apoyo en el lenguaje.

Y todo eso no ocurre, necesariamente, si no hay capacitación. Es lo más difícil, la parte que más les cuesta procesar a las maestras de primera infacia en muchos lugares porque les cuesta mezclar matemáticas, ciencias y lenguaje en una cosa básica a la vez que tratamos a las chicas y chicos de 3 y 4 años. Les cuesta, si no tienen la profesionalización adecuada, entender, en un espacio de juego, cómo integrar contenidos, lenguaje y hacer procesos de pensamiento lógico. Lo que hay es un cuidado, el basic childcare; pero si no hay contenidos educativos, no hay efectos de largo plazo, los efectos que hemos visto. No es de calidad.

Y cuidar a los chicos es válido si lo que queremos es apoyar la salida al mercado laboral de las mujeres pero no es suficiente para los efectos a largo plazo para niñas y niños.

Hasta hace poco, en España, pensar en infantil como una etapa de cuidados, con un servicio para la conciliación laboral. Ha costado que calara el discurso de lo educativo.

Esto pasa en otros lugares. Un planteo válido, pero no el que va a generar los cambios. Es el planteo sostenible y es importante porque ayuda a la salida de la mujer al mercado laboral, al mejoramiento de la capacidad financiera de la familia y tiene, por lo tanto, otros efectos en la familia, la pareja y el niño. Pero no tiene sobre el niño el efecto cognitivo, socioemocional, en las funciones cognitivas y todos los efectos de largo plazo que se espera que genere.

El tema es: cuidado puede ser un objetivo viable y lógico como sociedad, pero ya que tenemos a los niños en centros (risas), ya que ya lo tenés, ¿por qué no hacer el siguiente paso y que sea educativo, con los contenidos, la profesionalización adecuadas para que, de paso, cambiemos las trayectorias educativas de estos chicos: oportunidades de vida, efectos a largo plazo? Eso implica que hay que movilizar y cambiar; invertir en maestros implica plata, lógicamente, porque significa profesionalizar.

Hay sociedades en las que con la parte de cuidados tienen suficiente. Yo apuesto más a una inversión más alta porque tiene efectos a largo plazo mucho más altos y sociales, como país, más lógicos.

¿Cómo influyen las ratios?

Bueno, también depende de la edad, pero las ratios importan. Cualquier ser humano que me diga que no, que se pare al frente de 30 chicos de 3 y 4 años y me diga que no. No es sostenible mantener conversaciones de alta calidad, apoyo metacognitivo o apoyar determinados procesos con una ratio muy alta. Cierto que algunas sociedades asiáticas lo han logrado mantener, ratios altas con calidad, porque funcionan de disttintas maneras. En EEUU, los programas de alta calidad en preescolar tienen ratios de dos adultos con 15 a 20 alumnos de entre 3 y 4 años. A menor edad, bajan la ratio. El tema es, para generar esas relaciones y comunicaciones, ¿cuáles son los espacios y cómo necesitas tener esas relaciones? Entonces los ratios importan. En cuanto la subes es imposible tener esas conversaciones, o es mucho más difícil. El espacio se convierte en un lugar donde todo se genera en grupo grande, liderado por la maestra, mucho más directivo, y mucho menos de ese trabajo en grupo pequeño, individualizado… porque no se puede manejar.

Hacer trabajos en grupo o juego libre, cuando tenés 30 chicos corriendo, es mucho más dicífil y por eso empieza a ser mucho más controlada la actividad. Pero cuanto más controlada la actividad, menos probabilidades de aprendizaje.

Aquí, al menos, cada vez hay más presión de arriba abajo. Por ejemplo, la gente de primaria que presiona al segundo ciclo de infantil, para que niñas y niños sepan leer o escribir.

La literatura no apunta a que sea lo que llamamos desarrollo apropiado, que los chicos estén estudiando para fines de 5 años, por lo menos. No deberían estar leyendo hasta alrededor de los 5 o 6. Muchos empiezan a leer a esas edades, aunque cada idioma es distinto, en nuestro sistema, por lo menos. Y empiezan a mostrar lo que llamamos escritura fonética… sí empiezan a leer, pero no lo hacen perfectamente. Debería estar en los principios. En la distribución de la clase tendrás chicos que lean muy bien, otros que no, que están en medio. Debería haber una mezcla. Es difícil. Los chicos que tienen interés por leer, saltan; y hay a quienes les cuesta.

A medida que los estándares se han empujado en los últimos años ha habido un empuje, en mi percepción, de los logros académicos cada vez más para abajo. En vez de entender que lo que debería haber, lo que tiene que guiar el desarrollo de los niños es qué edad, qué etapa y qué nivel tienen y no empujar cada vez más los estándares. Los 6 y 7 es una edad en la que deberían guiarse por lo que los chicos desarrollaron hasta ese momento y no por las necesidades de la primaria básica.

Aquí se llega a la exigencia, entre ciclos de infantil, para que no haya niñas y niños con pañales en el segundo ciclo. Acabas convirtiendo el pañal en un logro académico.

Pero tenés un chico que no quiere, y no quiere (risas). Hablaba con una persona de un estudio que demostró que los niños que están en el menor mes de ingreso, en Estados Unidos, tienen más probabilidad de diagnóstico de ADHD (TDAH). Los menores son los inmaduros… hay una tendencia muy grande de presionar para que los chicos estén en A, B, C (forma d ls notas en EEUU)… en vez de pensar que el expectro de desarrollo normal es una distribución, y es amplia. Hay edades y etapas de desarrollo que permiten ciertos grados.

Incluso hay comportamientos que, por ahí, uno considera que hay algo mal. Pero si hay solo uno, se considera que el chico es normal. Si el chico es absolutamente normal (socioemocional, cognitivo…) pero usa pañal a los 4 o 5 años, no tiene ningún problema. Va a dejar el pañal, todos lo hacen.

Todo chico aprende a leer. Aunque a algunos les cuesta más. Lo que le cuesta mucho a la maestra, no por serlo sino porque el sistema educativo no les enseña, es la diferenciación. Aprender a trabajar con la parte de abajo y de arriba de la distribución. Con quien sabe leer muy bien y con quien no. Con el que tiene una fonética muy clara y con el que no. Es mucho más fácil enseñar a un grupo homogéneo que a uno muy heterogéneo. Para lo que los sistemas de capacitación no son muy buenos es en dar estrategias de trabajo amplias para trabajar con chicos muy distintos dentro de cada grado. Es lo que cuesta más. Y lo que solemos hacer es trabajar con los de abajo para subirlos, pero nos olvidamos de los de arriba. Esta es una debilidad muy grande de los sistemas de profesionalización de maestros. Y lo vemos en cualquier lado. Todo el mundo aprende lo mismo, de manera que la mitad de la clase está aburrida y la otra aprendiendo las letras.

A menos que cambiemos el sistema y todos aprendamos las letras. Entonces sea todo exposición a todo… lo difícil es eso, manejar la distribución. Un buen sistema de capacitación contínua de maestras les ayuda a trabajar con esa diferenciación. Un buen sistema ayuda a trabajar los problemas entre maestras y a ver a los niños con una continuidad y trabajar la diferencias entre ellos a lo largo del sistema, en vez de dejar que las maestras se peleen entre ciclos.

Una maestra de infantil me decía hace algún tiempo que el ciclo madurativo debería ir desde los 0 a prácticamente los 12 años…

Por lo menos pensar en un continuo hasta que el chico tiene la capacidad de lectura y escritura muy establecida, sobre 2º de primaria, porque ahí la lectoescritura le da la capacidad de adquisición del resto de conocimientos de otra manera.

La capacidad, desde el infante hasta la lectoescritura establecida, debería ser pensado de manera curricular, como un contínuo claro de trabajo y las maestras deberían estar todas pensando en ese continuo. Y el sistema de apoyo, las administraciones públicas… y las transiciones en ese contínuo deberían estar pensadas para que no haya competencia ni golpeteo y no se echen la culpa unas a otras. El asunto es cómo apoyar al niño en ese  proceso, hasta que está la lectoescritura bien establecida y el acceso a los otros conocimientos.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/12/05/cualquiera-que-me-diga-que-no-importan-las-ratios-que-se-pare-al-frente-de-30-chicos-de-3-y-4-anos-y-me-diga-que-no/

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“Los profesores quieren ser inclusivos, pero necesitan apoyos”. Entrevista a Gordon Porter. Director de Inclusive Education Canada

Entrevista/06 Diciembre 2018/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: el diario la educación

Gordon Porter viene de Nueva Escocia (Canadá). Allí eliminaron los centros de educación especial en los 80. Practican inclusión educativa desde entonces, sin graves problemas, dice.

Gordon Porter es curioso, muy curioso. Este canadiense, director de Inclusive Education Canada y una de las principales voces en el mundo cuando se trata de hablar de la inclusión educativa, quiere saberlo todo del funcionamiento del sistema escolar en España y de otras cuestiones, como la economía o la crisis de la construcción.

También es difuso: tiene ejemplos para todas las situaciones que describe, que le llevan a hilar temas y acabar hablando de algo poco relacionado con lo que se le ha preguntado. La conversación vuela, sin embargo, y aunque se desvíe siempre ronda la educación inclusiva. Porter ha pasado por Madrid invitado por la Fundación Once para dar una conferencia durante el IV Congreso Universidad y Discapacidad para explicar cómo en Nueva Escocia, la región canadiense donde vive y de la que es asesor del Ministerio de Educación, se suprimieron todos los colegios de educación especial y se practica (con éxito) una inclusividad total.

Empiezo devolviéndole la pregunta que lanzó durante su intervención: ¿Cuál es el principal ingrediente para lograr una buena inclusión educativa?

La razón por la que la inclusión es importante es porque significa que los jóvenes que habitualmente son segregados y no tienen relaciones con otros chicos es que con inclusión son capaces de juntarse. Eso es bueno para los chicos con discapacidades, porque los otros ven que hay una persona más allá de una discapacidad que no te define, como una silla de ruedas o un lenguaje limitado. Eres una persona real, con tu personalidad. Y solo estando juntos en la escuela durante mucho tiempo este entendimiento se consolida. Es importante para los chicos típicos saber esto, que son personas reales, diferentes y que no deben pensar en la negatividad. Es importante también para los chicos con discapacidad porque pueden estar con los otros. El elemento clave, por tanto, es que pasas cientos de horas con chicos que no tienen discapacidades y aprenden de ellos: habilidades sociales, de comunicación, de comportamiento. Desarrollan su lenguaje, se preocupan por cómo visten o por cómo se comportan. La inclusión hace esto posible. También puede haber buenos profesores, pero el aspecto fundamental y profundo es que los chicos que normalmente son segregados se incluyen, son parte del todo y no periféricos a sus grupos sociales.

En su estado no tienen colegios especiales desde los 80 y el sistema funciona y el mundo no ha colapsado.

De hecho, es un sitio muy conservador. La inclusión no es una idea radical, es conservadora porque se basa en que tienes familias con hijos con discapacidades. Y las familias se ocupan de ellos, viven en comunidad, van al colegio. ¿Qué otra cosa iban a hacer? Es muy conservador, lo que ocurre es que a veces creamos otras realidades en las que la gente se inventa razones para vivir. Si retrocedes a los años 30 se decía que estos chicos están averiados, incluso en los 90 me lo comentaban. Hubo un tiempo en el que simplemente mandábamos a los chicos a estos centros. Eran como almacenes para estas personas. Así que lo paramos en los 50. Pero durante un tiempo creímos que los colegios especiales eran el único lugar. Pero después ya vimos que si quieres mantener a los chicos con sus familias y van a ir al colegio, tienen que ir a colegios ordinarios. Y si tienes a chicos que van a colegios especiales tienes que ver si van a colegios que estén cerca de su casa o van lejos de sus hermanos y amigos. En las ciudades grandes el patrón es que los centros de tu área igual no se hagan cargo de tu hijo si tiene una discapacidad severa y te manden a un centro que esté lejos. El problema con eso es que estos chicos nunca verán a sus vecinos y crean relaciones con gente a la que no van a volver a ver durante el día. Luego vuelves a tu barrio y no eres parte del grupo de personas de tu edad, no conoces a nadie. No tiene sentido esta escolarización. El beneficio de la inclusión es que vas al colegio con otros chicos de tu entorno.

En España se abren cada vez más clases específicas dentro de colegios ordinarios. ¿Qué le parecen?

Son mejores que los colegios especiales, sobre todo si están en el barrio. Pero mi experiencia es que no son necesarias, que pueden pasar la mayoría del tiempo en el ambiente común de aprendizaje (es el término que utilizamos, en inglés: common learning environment). Es un espacio que comparte el alumnado, con o sin discapacidad. La mayoría, si sus profesores les apoyan, no necesitan pasar tiempo en una clase especial. Quizá algo, pero no mucho. La clave es asegurarse de que se hace porque el chico lo necesita, no porque lo necesita el profesor, porque habitualmente se hace esto porque es más fácil. Tengas problemas de aprendizaje, de conducta o una discapacidad, si el colegio facilita la labor para el profesor porque tiene alumnos disruptivos por su conducta lo están haciendo por el profesor, no por los alumnos. Lo más probable es que acaben diez chicos con problemas de conducta en la misma clase, con un profesor o dos. ¿Y qué va a pasar? Van a aprender los malos hábitos unos de otros. Los profesores saben que no es lo correcto. Los profesores quieren ser inclusivos, pero necesitan apoyo.

Uno de los elementos críticos para la inclusión es llegar al punto en el que los padres entiendan y crean que los colegios ordinarios pueden educar a sus hijos perfectamente en vez de decir que no pueden, no saben. Hay que superar eso; hasta entonces muchas familias no creerán que la inclusión puede funcionar. En algunas grandes ciudades el sistema es tan rígido que la mayoría de familias creen que la inclusión no funcionará. Quienes quieren inclusión, la tendrán. Los que no estén seguros, probablemente serán manipulados por las autoridades escolares y no les darán razones para ser optimistas y aceptarán la vía especial.

En España uno de los argumentos más habituales de las familias es la libertad de elección. “Quiero que mi hijo vaya a un colegio de educación especial”. Porque así se lo han contado. ¿Deberían ser obligados a ir a un colegio ordinario para avanzar hacia la inclusión?

Es mejor pasar por un periodo de transición. Puede que acabes llegando ahí, pero creo que es duro. Sería mejor si hubiera colegios más receptivos, con más capacidades. Sería bueno crear confianza en los colegios ordinarios, enseñar que se puede hacer, pero que es necesaria cierta confianza de las familias. Es un proceso.

¿Pero no es lo que hicieron ustedes?

Hay que ser muy audaz para moverse en esa dirección. Nosotros no dijimos: “A ver cómo va”. Explicamos que ese era el objetivo y que para lograrlo y que familias y docentes vieran que era buena idea necesitábamos unos cuantos colegios que lo pudieran hacer y lo hicieran con éxito. Explicárselo a otros centros, instruir a los directores y prepararles para eso. Formar a los maestros. Traer a las familias y juntarlas con otras de niños con discapacidad para que vean que funciona. Tienes que crear conocimiento y confianza. Conocimiento para hacerlo bien y confianza en que las familias y los profesores confiarán en ti. El problema es que muchas administraciones no pueden hacer ni una ni otra. Los burócratas equidistantes (un poco de esto, un poco de aquello, segregación para unos, inclusión para otros) no son capaces de hacerlo. Nuestra región no es especialmente rica dentro de Canadá, pero sí lo es comparada con muchos países. No podríamos haber hecho esto si no dedicáramos todo el dinero a la inclusión. Tienes colegios ordinarios y colegios especiales. Nadie tiene dinero para financiar ambos. Nadie. Así que cogimos todo el dinero de un sitio y lo pusimos en el otro. Cuando lo haces te das fortaleza y la capacidad de sacarlo adelante. No es perfecto, habrá problemas, a veces serios, pero si divides tu dinero nunca podrás realizar la inclusión adecuadamente, según mi experiencia. El problema con los países que no tienen líderes audaces es que tratarán de hacer ambas cosas, pero no puedes tener colegios inclusivos manteniendo a largo plazo la opción de la segregación. La segregación no es buena. Aproximarse a la inclusión es como ponerse el cinturón en un coche o el avión o las campañas antitabaco. Empiezas diciéndolo. “Es bueno para ti”. Pero acabas eliminando la opción. Con el tema de fumar en Canadá primero la gente fumaba en la puerta de los edificios. Ahora hay ciudades donde no se puede fumar en ninguna. Así que gradualmente se va en la dirección que marca la ciencia y la investigación.

Y la ley.

Esa es la otra. La ley en la mayoría de los países que he visto dicen que van a practicar la inclusión. España firmó la Convención Internacional de Derechos de Personas con Discapacidad. ¿Se la toman en serio? No. La mayoría de los países no lo son. Y lo explican bajo el argumento de la libertad de elección. Llaman a la exclusión inclusión. En Alemania lo especificaron: los colegios especiales son parte del sistema de inclusividad porque dan la oportunidad de educarse a todos. Todo es inclusividad, todo el mundo lo es.

En España últimamente los avances vienen de mano de los jueces, que vienen dando la razón a veces a familias que exigen que sus hijos sean escolarizados en centros ordinarios contra el criterio de la Administración educativa, que había optado por mandarlos a colegios especiales.

Lo siguiente es que eso sea sistémico. En vez de hacerlo caso a caso, alguien tiene que darse cuenta de lo que dice la ley y hacerlo para todos.

¿El dinero lo es todo en la inclusión?

En un sentido estricto, no. Te puedes encontrar colegios sin apenas dinero donde se practica la inclusión. Puede que no sean colegios estupendos, pero los chicos están incluidos. La inclusión es que los niños vayan al colegio que les toque. Uno puede ser mejor, otro tener mejor patio, otro tener más personal de apoyo. Pero la esencia de la inclusión es pasar cinco horas al día, cinco días a la semana, año tras año, con chicos de tu edad y tu entorno. Este es el elemento más importante. No es tener una clase de 15 en vez de 50. No es que todos tengan una tablet. Esto ayuda, sí. Pero la esencia es que se te incluya en tu colegio, sea cual sea su realidad. Si los de 12 años van a un colegio determinado, lo importante es ir a ese. Ser inclusivo es un estado mental, una cultura. La especificidad de cómo la practicas probablemente traspase barreras. Los principios de una buena enseñanza son los mismos y practicando se puede mejorar la inclusión, lo importante es estar con tus pares y aprender de ellos.

En España —supongo que en Canadá es igual— según subes en el sistema educativo se encuentra a menos gente con discapacidad. ¿Tienen datos de cómo ha funcionado la inclusión total que practican en su estado? ¿Han mejorado las cifras de personas con discapacidad en los niveles educativos más altos?

Prácticamente todo el mundo se queda en el colegio hasta que acaban el instituto. Tienen que ir hasta los 18 obligatoriamente y los chicos con discapacidad hasta los 21. Y todos obtienen el mismo título a priori. Si una empresa quiere conocer los detalles tienen que ir al detalle en el colegio. Obviamente para ciertos trabajos muy técnicos o complejos queremos profesionales con competencias, pero hay maneras de hacer adaptaciones en muchas áreas de la vida, del trabajo. Las personas con discapacidad están en el sistema educativo público y en los últimos años, en muchos institutos, les buscan posibilidades para hacer luego, por severa que sea la discapacidad.

Ha mencionado antes que en muchos colegios se hace una aproximación clínica a los chicos con discapacidad en vez de educativa. ¿Cómo se puede cambiar?

Lo primero es ser consciente de que los niños aprenden de los profesores. Los profesionales como psicólogos, etc. deben hablar con los profesores, pero no ocupar su lugar. Hay que tener fe en que los profesores pueden hacerlo. El segundo factor es que estos expertos siempre escasean. En mi estado, si dependes del psicólogo escolar puedes estar meses esperando a que el experto lo vea. ¿Y qué hacen cuando evalúan al niño? Presentan un informe al profesor y se van con el siguiente niño. El profesor tiene que lidiar con ese informe, que puede no entender del todo o, incluso, ni siquiera significa nada. Y el profesor debe incluir estas ideas en su práctica diaria sin apoyo. La gente necesita apoyo para cambiar su manera de trabajar. Con los profesores ocurre en ocasiones que no se entiende que has de enseñarles si quieres que hagan algo nuevo. Ocurre con los mejores atletas del mundo. En el fútbol americano cada posición en el campo tiene un entrenador. Hay decenas de entrenadores en el equipo. A Messi alguien le entrena. Le dice: “Esto no lo estás haciendo bien, necesitas cambiarlo”. Pero nosotros ponemos a un profesor delante de 25 chicos, cada uno diferente del otro, y asumimos que pueden hacerlo todo bien, sin entrenarlos ni apoyarlos. Y metemos también chicos con necesidades especiales, pero creemos que no necesitan ayuda. No es realista. Es hora de ser lo suficientemente inteligentes para saber que si queremos mejorar los colegios necesitamos apoyar a los profesores, entender que no aprendieron todo en su universidad, que necesitan formación continua que mejorará su confianza. Si hacemos esto, tendremos mejores colegios, serán más inclusivos. Apoyar al profesor para que mejore es lo que hace mejorar los colegios. La forma en la que algunos tratan de mejorar el sistema no va a funcionar. Aparecen con unos tests que les hacen a chicos de 11 años. Publican los resultados incluso, se hacen clasificaciones de colegios. ¿Cómo ayuda eso a un colegio a mejorar? ¿Por qué no nos comprometemos a que todos los colegios sean buenos? No lo sé, pero creo que no lo veré en vida. La única manera de mejorar es una buena educación. ¿Qué separa a Madrid de Singapur? No son los recursos naturales. Es la educación.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/11/30/los-profesores-quieren-ser-inclusivos-pero-necesitan-apoyos/

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Entrevista a Raúl Zibechi: “Los que cambian el mundo son los movimientos sociales” Facebook Twitter Telegram WhatsApp Meneame Compartir Entrevistas Verónica Ferrucci y Valeria Scardino 05/12/2018

Por: tercerainformacion.es/Verónica Ferrucci y Valeria Scardino/05-12-2018

Nos encontramos con Raúl Zibechi en San Cristóbal de las Casas, México, en el marco del Taller de Reflexión Crítica: “La revolución del 68 en América Latina y los movimientos actuales” y “Eurocentrismo y revolución: Fanón y Quijano” en la Cosecha Librería, y en la presentación de su nuevo libro “Los desbordes desde abajo. El 68 en América Latina” en el Cideci-Unitierra.

Así comienza la presentación de su libro:

“Cuando se hablaba del 68, lo primero en que se pensaba era en París y eso me molestó un poco, porque si bien en París pasaron cosas bien importantes, sobre todo a nivel del movimiento estudiantil y del movimiento obrero, el 68 sucedió en todo el mundo. Más aún, el 68 empieza en la periferia y lo que sucede en el centro es una caja de resonancia de lo que se hizo en la periferia.

En los 60, hubo fuertes luchas, que empezaron con la Revolución Cubana, sin la cual no podríamos entender nada de lo que sucedió en la década del 1960 en América Latina. Tampoco podríamos entender lo que sucedió en el 68 mexicano sin remontarnos a Chihuahua y a todo el proceso campesino y el asalto al cuartel de Madera. Tampoco podemos de pensar en Argelia en su guerra de liberación que estuvo presente en toda Europa y en todo el mundo. O los procesos de descolonización en África, Asia y América Latina. No podemos entender el 68 sin Norteamérica, que fue importante con una masiva presencia de estudiantes por la guerra de Vietnam, país que produce la ofensiva donde, por primera vez en la historia, campesinos pobres armados en un ejército popular derrotan a la mayor potencia militar del mundo. La marcha a Washington que protagonizaron los negros y el famoso discurso de Martin Luther King ‘I have a dream’, o la lucha de los panteras negras que comienza a organizar a la población negra en los barrios pobres de ciudades del estado de California, o la invasión de la Unión Soviética a Checoslovaquia.

Los movimientos negros que hoy conocemos en Colombia y Brasil, el conjunto de los movimientos indígenas, que no nacen en este periodo, pero sí tienen una reconfiguración a partir de ese momento.

En este punto geopolítico, acepto las ideas de Imannuel Wallerstein quien dice que el 68 fue una revolución exitosa porque no tomó el poder, porque fracasó. El 68 es un ciclo de lucha de unos 3 años más o menos, que abre nuevos períodos a nivel macro; como la decadencia de los Estados Unidos y a nivel micro comienza un deterioro importante de la autoridad; del varón en la familia, con un protagonismo cada vez mayor de las mujeres y los jóvenes y las jóvenas; la lucha contra el patriarcado aunque comenzó mucho antes es de alguna manera hija del 68 o la lucha en las aulas contra la autoridad del profesor/a”.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

—En tu nuevo libro, nos convidas esta lectura sobre los movimientos anti sistemas, tales como el feminista, el indigenista, el ambientalista, el campesino desde mirada de la periferia y desde abajo: ¿Qué implicaron para vos esos desbordes, por qué fueron posibles y qué transformaciones instalaron?

—Ya que estamos con un medio de Córdoba, el caso más claro de desborde fue el Cordobazo. Hay un trabajo muy lindo de Mónica Gordillo y James Brennan: “Las guerras obreras en Córdoba” que, justamente, cuenta cómo los obreros fabriles, no el sindicato, sino los obreros en las secciones más duras: pintura y mecánica, empezaron un proceso de insurgencia y desobediencia que termina en el Cordobazo y en el Viborazo. Yo creo que es un caso típico de desborde de sus propios sindicatos, los obreros desbordan a sus dirigentes, al propio Tosco que era un tipo impresionante, pero Tosco no tenía previsto el Cordobazo, nadie lo tenía previsto. Los desbordes son eso, ir más allá de lo establecido y de lo previsible, desbordar los cauces organizativos, establecidos y, en el caso obrero, fue muy claro y, por eso, la respuesta tan dura, porque no sólo hubo represión, sino que con el tiempo empezaron a desmontar las viejas fábricas, el trabajo en cadena y empezaron con la robotización, la desestructuración de las fábricas y la precarización laboral.

Pero, en general, el 68 fue un período muy rico y muy potente de luchas, no sólo de luchas visibles, sino de luchas invisibles, como, por ejemplo, lo que pasaba en la familia, en el aula, espacios concretos que empezaron a ser ocupados y desbordados por las mujeres y jóvenes: los dos actores principales del 68.

Las consecuencias fueron muchas, la más positiva fue que, en este período, cuajan, nacen y se desarrollan los movimientos sociales más importantes. El feminista es el que hoy estamos viendo con más fuerza, pero, en períodos anteriores, se vieron jóvenes con su propia cultura, con sus propios espacios de socialización que ocuparon, inicialmente, las luchas armadas y que, después, fueron apareciendo en otros espacios.

(Imagen: Colectivo Manifiesto)

Hubo cambios a nivel macro y micro; por ejemplo, a nivel macro, las dictaduras fueron la gran respuesta a todo ese período de insurgencia y desobediencia. Por otro lado, los cambios macros son el declive del imperialismo, de la Unión soviética, de la bipolaridad, el ascenso de los países no alineados, el tercermundismo, el crecimiento de la importancia de países que, hasta ese momento, no habían tenido ningún papel en América Latina.

—A partir de esta matriz de análisis que vos hacés desde el análisis de los movimientos del 68, ¿qué potencia creés que tienen los actuales movimientos sociales en la complejidad de la realidad que estamos viviendo en la Región?

—Yo creo que los que cambian el mundo son los movimientos sociales, no los gobiernos, los gobiernos pueden reprimir o pueden tolerar, o, en algunos casos, pueden apoyar. Chávez, durante años, apoyó los movimientos, los progresistas, a diferencia de Chávez, no los apoyaron, trataron de cooptarlos, socavarlos. Yo creo que los que cambian el mundo son los movimientos, porque lo cambian en todos los espacios, en la micro cotidianidad y en el espacio intermedio. En lo macro, entonces, la potencialidad es esa, la de los movimientos que estamos viendo hoy en América Latina, básicamente, el movimiento de mujeres, el movimiento negro en Brasil y Colombia, los movimientos indígenas, los movimientos contra la minería, los monocultivos que han tenido triunfos importantes, han logrado frenar grandes mineras, se ha logrado frenar a Monsanto en Córdoba. Son triunfos que no son fáciles, pero ahí está la potencialidad de los movimientos sociales que están cambiando el mundo.

Cuando me cuentan que, en Argentina, irrumpen las chicas de once y doce años con sus demandas feministas (y que los varones no sabemos donde colocarnos, porque ese es el otro gran lío) es un potencial de lo que sucede en la vida cotidiana. Después, puede sancionarse legalmente el aborto, ese año o diez años después, pero ya hay una legitimidad, hoy el aborto en Argentina es algo legítimo o, por ejemplo, ocupar tierras en Brasil es legítimo, después puede venir un gobierno que las reprima, pero eso es otra historia. Quienes no miramos tanto para arriba, sino más bien en horizontal, para abajo, vemos que hay una tendencia muy fuerte de la gente a hacer por sí misma, a organizarse por sí misma, a no depender de caudillos, de líderes, de dirigentes y hacer. Esa es la parte destituyente de los movimientos o la parte que destituyen la autoridad y el autoritarismo, después está la creatividad, ¿no?

He visto, en algunas ciudades de Argentina y Uruguay, que empiezan a haber espacios que son femeninos u otros donde también hay algunos varones, y lo que se hace es, básicamente, la reproducción de la vida, donde el cuidado de la vida es fundamental; radios, centros culturales, bibliotecas, espacios que están creando algo nuevo ya, no sólo destituir, sino también crear. Algunos de estos espacios son visibles, pero otros que no se definen como “estamos creando el mundo nuevo”, pero realmente están haciendo cosas nuevas. No tienen el cartel de mundo nuevo o de creación de un proyecto emancipatorio, pero, cuando hay alguna movida, se suman y es un síntoma claro de que los movimientos ya no sólo resisten y tratan de avanzar en esa resistencia, sino que también crean y son importantes porque son necesarios esos lugares, como acá en el Cideci donde sentirse tranquilo, seguro, cómodo y poder hablar.

zibechi-cambiar-el2-mundo-desde-arriba

(Imagen: Colectivo Manifiesto)

*Publicado por LA TINTA

La opinión del autor no coincide necesariamente con la de TerceraInformación
*Fuente: http://www.tercerainformacion.es/opinion/entrevistas/2018/12/05/entrevista-a-raul-zibechi-los-que-cambian-el-mundo-son-los-movimientos-sociales
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