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“Los profesores quieren ser inclusivos, pero necesitan apoyos”. Entrevista a Gordon Porter. Director de Inclusive Education Canada

Entrevista/06 Diciembre 2018/Autor: Daniel Sánchez Caballero/Fuente: el diario la educación

Gordon Porter viene de Nueva Escocia (Canadá). Allí eliminaron los centros de educación especial en los 80. Practican inclusión educativa desde entonces, sin graves problemas, dice.

Gordon Porter es curioso, muy curioso. Este canadiense, director de Inclusive Education Canada y una de las principales voces en el mundo cuando se trata de hablar de la inclusión educativa, quiere saberlo todo del funcionamiento del sistema escolar en España y de otras cuestiones, como la economía o la crisis de la construcción.

También es difuso: tiene ejemplos para todas las situaciones que describe, que le llevan a hilar temas y acabar hablando de algo poco relacionado con lo que se le ha preguntado. La conversación vuela, sin embargo, y aunque se desvíe siempre ronda la educación inclusiva. Porter ha pasado por Madrid invitado por la Fundación Once para dar una conferencia durante el IV Congreso Universidad y Discapacidad para explicar cómo en Nueva Escocia, la región canadiense donde vive y de la que es asesor del Ministerio de Educación, se suprimieron todos los colegios de educación especial y se practica (con éxito) una inclusividad total.

Empiezo devolviéndole la pregunta que lanzó durante su intervención: ¿Cuál es el principal ingrediente para lograr una buena inclusión educativa?

La razón por la que la inclusión es importante es porque significa que los jóvenes que habitualmente son segregados y no tienen relaciones con otros chicos es que con inclusión son capaces de juntarse. Eso es bueno para los chicos con discapacidades, porque los otros ven que hay una persona más allá de una discapacidad que no te define, como una silla de ruedas o un lenguaje limitado. Eres una persona real, con tu personalidad. Y solo estando juntos en la escuela durante mucho tiempo este entendimiento se consolida. Es importante para los chicos típicos saber esto, que son personas reales, diferentes y que no deben pensar en la negatividad. Es importante también para los chicos con discapacidad porque pueden estar con los otros. El elemento clave, por tanto, es que pasas cientos de horas con chicos que no tienen discapacidades y aprenden de ellos: habilidades sociales, de comunicación, de comportamiento. Desarrollan su lenguaje, se preocupan por cómo visten o por cómo se comportan. La inclusión hace esto posible. También puede haber buenos profesores, pero el aspecto fundamental y profundo es que los chicos que normalmente son segregados se incluyen, son parte del todo y no periféricos a sus grupos sociales.

En su estado no tienen colegios especiales desde los 80 y el sistema funciona y el mundo no ha colapsado.

De hecho, es un sitio muy conservador. La inclusión no es una idea radical, es conservadora porque se basa en que tienes familias con hijos con discapacidades. Y las familias se ocupan de ellos, viven en comunidad, van al colegio. ¿Qué otra cosa iban a hacer? Es muy conservador, lo que ocurre es que a veces creamos otras realidades en las que la gente se inventa razones para vivir. Si retrocedes a los años 30 se decía que estos chicos están averiados, incluso en los 90 me lo comentaban. Hubo un tiempo en el que simplemente mandábamos a los chicos a estos centros. Eran como almacenes para estas personas. Así que lo paramos en los 50. Pero durante un tiempo creímos que los colegios especiales eran el único lugar. Pero después ya vimos que si quieres mantener a los chicos con sus familias y van a ir al colegio, tienen que ir a colegios ordinarios. Y si tienes a chicos que van a colegios especiales tienes que ver si van a colegios que estén cerca de su casa o van lejos de sus hermanos y amigos. En las ciudades grandes el patrón es que los centros de tu área igual no se hagan cargo de tu hijo si tiene una discapacidad severa y te manden a un centro que esté lejos. El problema con eso es que estos chicos nunca verán a sus vecinos y crean relaciones con gente a la que no van a volver a ver durante el día. Luego vuelves a tu barrio y no eres parte del grupo de personas de tu edad, no conoces a nadie. No tiene sentido esta escolarización. El beneficio de la inclusión es que vas al colegio con otros chicos de tu entorno.

En España se abren cada vez más clases específicas dentro de colegios ordinarios. ¿Qué le parecen?

Son mejores que los colegios especiales, sobre todo si están en el barrio. Pero mi experiencia es que no son necesarias, que pueden pasar la mayoría del tiempo en el ambiente común de aprendizaje (es el término que utilizamos, en inglés: common learning environment). Es un espacio que comparte el alumnado, con o sin discapacidad. La mayoría, si sus profesores les apoyan, no necesitan pasar tiempo en una clase especial. Quizá algo, pero no mucho. La clave es asegurarse de que se hace porque el chico lo necesita, no porque lo necesita el profesor, porque habitualmente se hace esto porque es más fácil. Tengas problemas de aprendizaje, de conducta o una discapacidad, si el colegio facilita la labor para el profesor porque tiene alumnos disruptivos por su conducta lo están haciendo por el profesor, no por los alumnos. Lo más probable es que acaben diez chicos con problemas de conducta en la misma clase, con un profesor o dos. ¿Y qué va a pasar? Van a aprender los malos hábitos unos de otros. Los profesores saben que no es lo correcto. Los profesores quieren ser inclusivos, pero necesitan apoyo.

Uno de los elementos críticos para la inclusión es llegar al punto en el que los padres entiendan y crean que los colegios ordinarios pueden educar a sus hijos perfectamente en vez de decir que no pueden, no saben. Hay que superar eso; hasta entonces muchas familias no creerán que la inclusión puede funcionar. En algunas grandes ciudades el sistema es tan rígido que la mayoría de familias creen que la inclusión no funcionará. Quienes quieren inclusión, la tendrán. Los que no estén seguros, probablemente serán manipulados por las autoridades escolares y no les darán razones para ser optimistas y aceptarán la vía especial.

En España uno de los argumentos más habituales de las familias es la libertad de elección. “Quiero que mi hijo vaya a un colegio de educación especial”. Porque así se lo han contado. ¿Deberían ser obligados a ir a un colegio ordinario para avanzar hacia la inclusión?

Es mejor pasar por un periodo de transición. Puede que acabes llegando ahí, pero creo que es duro. Sería mejor si hubiera colegios más receptivos, con más capacidades. Sería bueno crear confianza en los colegios ordinarios, enseñar que se puede hacer, pero que es necesaria cierta confianza de las familias. Es un proceso.

¿Pero no es lo que hicieron ustedes?

Hay que ser muy audaz para moverse en esa dirección. Nosotros no dijimos: “A ver cómo va”. Explicamos que ese era el objetivo y que para lograrlo y que familias y docentes vieran que era buena idea necesitábamos unos cuantos colegios que lo pudieran hacer y lo hicieran con éxito. Explicárselo a otros centros, instruir a los directores y prepararles para eso. Formar a los maestros. Traer a las familias y juntarlas con otras de niños con discapacidad para que vean que funciona. Tienes que crear conocimiento y confianza. Conocimiento para hacerlo bien y confianza en que las familias y los profesores confiarán en ti. El problema es que muchas administraciones no pueden hacer ni una ni otra. Los burócratas equidistantes (un poco de esto, un poco de aquello, segregación para unos, inclusión para otros) no son capaces de hacerlo. Nuestra región no es especialmente rica dentro de Canadá, pero sí lo es comparada con muchos países. No podríamos haber hecho esto si no dedicáramos todo el dinero a la inclusión. Tienes colegios ordinarios y colegios especiales. Nadie tiene dinero para financiar ambos. Nadie. Así que cogimos todo el dinero de un sitio y lo pusimos en el otro. Cuando lo haces te das fortaleza y la capacidad de sacarlo adelante. No es perfecto, habrá problemas, a veces serios, pero si divides tu dinero nunca podrás realizar la inclusión adecuadamente, según mi experiencia. El problema con los países que no tienen líderes audaces es que tratarán de hacer ambas cosas, pero no puedes tener colegios inclusivos manteniendo a largo plazo la opción de la segregación. La segregación no es buena. Aproximarse a la inclusión es como ponerse el cinturón en un coche o el avión o las campañas antitabaco. Empiezas diciéndolo. “Es bueno para ti”. Pero acabas eliminando la opción. Con el tema de fumar en Canadá primero la gente fumaba en la puerta de los edificios. Ahora hay ciudades donde no se puede fumar en ninguna. Así que gradualmente se va en la dirección que marca la ciencia y la investigación.

Y la ley.

Esa es la otra. La ley en la mayoría de los países que he visto dicen que van a practicar la inclusión. España firmó la Convención Internacional de Derechos de Personas con Discapacidad. ¿Se la toman en serio? No. La mayoría de los países no lo son. Y lo explican bajo el argumento de la libertad de elección. Llaman a la exclusión inclusión. En Alemania lo especificaron: los colegios especiales son parte del sistema de inclusividad porque dan la oportunidad de educarse a todos. Todo es inclusividad, todo el mundo lo es.

En España últimamente los avances vienen de mano de los jueces, que vienen dando la razón a veces a familias que exigen que sus hijos sean escolarizados en centros ordinarios contra el criterio de la Administración educativa, que había optado por mandarlos a colegios especiales.

Lo siguiente es que eso sea sistémico. En vez de hacerlo caso a caso, alguien tiene que darse cuenta de lo que dice la ley y hacerlo para todos.

¿El dinero lo es todo en la inclusión?

En un sentido estricto, no. Te puedes encontrar colegios sin apenas dinero donde se practica la inclusión. Puede que no sean colegios estupendos, pero los chicos están incluidos. La inclusión es que los niños vayan al colegio que les toque. Uno puede ser mejor, otro tener mejor patio, otro tener más personal de apoyo. Pero la esencia de la inclusión es pasar cinco horas al día, cinco días a la semana, año tras año, con chicos de tu edad y tu entorno. Este es el elemento más importante. No es tener una clase de 15 en vez de 50. No es que todos tengan una tablet. Esto ayuda, sí. Pero la esencia es que se te incluya en tu colegio, sea cual sea su realidad. Si los de 12 años van a un colegio determinado, lo importante es ir a ese. Ser inclusivo es un estado mental, una cultura. La especificidad de cómo la practicas probablemente traspase barreras. Los principios de una buena enseñanza son los mismos y practicando se puede mejorar la inclusión, lo importante es estar con tus pares y aprender de ellos.

En España —supongo que en Canadá es igual— según subes en el sistema educativo se encuentra a menos gente con discapacidad. ¿Tienen datos de cómo ha funcionado la inclusión total que practican en su estado? ¿Han mejorado las cifras de personas con discapacidad en los niveles educativos más altos?

Prácticamente todo el mundo se queda en el colegio hasta que acaban el instituto. Tienen que ir hasta los 18 obligatoriamente y los chicos con discapacidad hasta los 21. Y todos obtienen el mismo título a priori. Si una empresa quiere conocer los detalles tienen que ir al detalle en el colegio. Obviamente para ciertos trabajos muy técnicos o complejos queremos profesionales con competencias, pero hay maneras de hacer adaptaciones en muchas áreas de la vida, del trabajo. Las personas con discapacidad están en el sistema educativo público y en los últimos años, en muchos institutos, les buscan posibilidades para hacer luego, por severa que sea la discapacidad.

Ha mencionado antes que en muchos colegios se hace una aproximación clínica a los chicos con discapacidad en vez de educativa. ¿Cómo se puede cambiar?

Lo primero es ser consciente de que los niños aprenden de los profesores. Los profesionales como psicólogos, etc. deben hablar con los profesores, pero no ocupar su lugar. Hay que tener fe en que los profesores pueden hacerlo. El segundo factor es que estos expertos siempre escasean. En mi estado, si dependes del psicólogo escolar puedes estar meses esperando a que el experto lo vea. ¿Y qué hacen cuando evalúan al niño? Presentan un informe al profesor y se van con el siguiente niño. El profesor tiene que lidiar con ese informe, que puede no entender del todo o, incluso, ni siquiera significa nada. Y el profesor debe incluir estas ideas en su práctica diaria sin apoyo. La gente necesita apoyo para cambiar su manera de trabajar. Con los profesores ocurre en ocasiones que no se entiende que has de enseñarles si quieres que hagan algo nuevo. Ocurre con los mejores atletas del mundo. En el fútbol americano cada posición en el campo tiene un entrenador. Hay decenas de entrenadores en el equipo. A Messi alguien le entrena. Le dice: “Esto no lo estás haciendo bien, necesitas cambiarlo”. Pero nosotros ponemos a un profesor delante de 25 chicos, cada uno diferente del otro, y asumimos que pueden hacerlo todo bien, sin entrenarlos ni apoyarlos. Y metemos también chicos con necesidades especiales, pero creemos que no necesitan ayuda. No es realista. Es hora de ser lo suficientemente inteligentes para saber que si queremos mejorar los colegios necesitamos apoyar a los profesores, entender que no aprendieron todo en su universidad, que necesitan formación continua que mejorará su confianza. Si hacemos esto, tendremos mejores colegios, serán más inclusivos. Apoyar al profesor para que mejore es lo que hace mejorar los colegios. La forma en la que algunos tratan de mejorar el sistema no va a funcionar. Aparecen con unos tests que les hacen a chicos de 11 años. Publican los resultados incluso, se hacen clasificaciones de colegios. ¿Cómo ayuda eso a un colegio a mejorar? ¿Por qué no nos comprometemos a que todos los colegios sean buenos? No lo sé, pero creo que no lo veré en vida. La única manera de mejorar es una buena educación. ¿Qué separa a Madrid de Singapur? No son los recursos naturales. Es la educación.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2018/11/30/los-profesores-quieren-ser-inclusivos-pero-necesitan-apoyos/

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Entrevista a Raúl Zibechi: “Los que cambian el mundo son los movimientos sociales” Facebook Twitter Telegram WhatsApp Meneame Compartir Entrevistas Verónica Ferrucci y Valeria Scardino 05/12/2018

Por: tercerainformacion.es/Verónica Ferrucci y Valeria Scardino/05-12-2018

Nos encontramos con Raúl Zibechi en San Cristóbal de las Casas, México, en el marco del Taller de Reflexión Crítica: “La revolución del 68 en América Latina y los movimientos actuales” y “Eurocentrismo y revolución: Fanón y Quijano” en la Cosecha Librería, y en la presentación de su nuevo libro “Los desbordes desde abajo. El 68 en América Latina” en el Cideci-Unitierra.

Así comienza la presentación de su libro:

“Cuando se hablaba del 68, lo primero en que se pensaba era en París y eso me molestó un poco, porque si bien en París pasaron cosas bien importantes, sobre todo a nivel del movimiento estudiantil y del movimiento obrero, el 68 sucedió en todo el mundo. Más aún, el 68 empieza en la periferia y lo que sucede en el centro es una caja de resonancia de lo que se hizo en la periferia.

En los 60, hubo fuertes luchas, que empezaron con la Revolución Cubana, sin la cual no podríamos entender nada de lo que sucedió en la década del 1960 en América Latina. Tampoco podríamos entender lo que sucedió en el 68 mexicano sin remontarnos a Chihuahua y a todo el proceso campesino y el asalto al cuartel de Madera. Tampoco podemos de pensar en Argelia en su guerra de liberación que estuvo presente en toda Europa y en todo el mundo. O los procesos de descolonización en África, Asia y América Latina. No podemos entender el 68 sin Norteamérica, que fue importante con una masiva presencia de estudiantes por la guerra de Vietnam, país que produce la ofensiva donde, por primera vez en la historia, campesinos pobres armados en un ejército popular derrotan a la mayor potencia militar del mundo. La marcha a Washington que protagonizaron los negros y el famoso discurso de Martin Luther King ‘I have a dream’, o la lucha de los panteras negras que comienza a organizar a la población negra en los barrios pobres de ciudades del estado de California, o la invasión de la Unión Soviética a Checoslovaquia.

Los movimientos negros que hoy conocemos en Colombia y Brasil, el conjunto de los movimientos indígenas, que no nacen en este periodo, pero sí tienen una reconfiguración a partir de ese momento.

En este punto geopolítico, acepto las ideas de Imannuel Wallerstein quien dice que el 68 fue una revolución exitosa porque no tomó el poder, porque fracasó. El 68 es un ciclo de lucha de unos 3 años más o menos, que abre nuevos períodos a nivel macro; como la decadencia de los Estados Unidos y a nivel micro comienza un deterioro importante de la autoridad; del varón en la familia, con un protagonismo cada vez mayor de las mujeres y los jóvenes y las jóvenas; la lucha contra el patriarcado aunque comenzó mucho antes es de alguna manera hija del 68 o la lucha en las aulas contra la autoridad del profesor/a”.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

—En tu nuevo libro, nos convidas esta lectura sobre los movimientos anti sistemas, tales como el feminista, el indigenista, el ambientalista, el campesino desde mirada de la periferia y desde abajo: ¿Qué implicaron para vos esos desbordes, por qué fueron posibles y qué transformaciones instalaron?

—Ya que estamos con un medio de Córdoba, el caso más claro de desborde fue el Cordobazo. Hay un trabajo muy lindo de Mónica Gordillo y James Brennan: “Las guerras obreras en Córdoba” que, justamente, cuenta cómo los obreros fabriles, no el sindicato, sino los obreros en las secciones más duras: pintura y mecánica, empezaron un proceso de insurgencia y desobediencia que termina en el Cordobazo y en el Viborazo. Yo creo que es un caso típico de desborde de sus propios sindicatos, los obreros desbordan a sus dirigentes, al propio Tosco que era un tipo impresionante, pero Tosco no tenía previsto el Cordobazo, nadie lo tenía previsto. Los desbordes son eso, ir más allá de lo establecido y de lo previsible, desbordar los cauces organizativos, establecidos y, en el caso obrero, fue muy claro y, por eso, la respuesta tan dura, porque no sólo hubo represión, sino que con el tiempo empezaron a desmontar las viejas fábricas, el trabajo en cadena y empezaron con la robotización, la desestructuración de las fábricas y la precarización laboral.

Pero, en general, el 68 fue un período muy rico y muy potente de luchas, no sólo de luchas visibles, sino de luchas invisibles, como, por ejemplo, lo que pasaba en la familia, en el aula, espacios concretos que empezaron a ser ocupados y desbordados por las mujeres y jóvenes: los dos actores principales del 68.

Las consecuencias fueron muchas, la más positiva fue que, en este período, cuajan, nacen y se desarrollan los movimientos sociales más importantes. El feminista es el que hoy estamos viendo con más fuerza, pero, en períodos anteriores, se vieron jóvenes con su propia cultura, con sus propios espacios de socialización que ocuparon, inicialmente, las luchas armadas y que, después, fueron apareciendo en otros espacios.

(Imagen: Colectivo Manifiesto)

Hubo cambios a nivel macro y micro; por ejemplo, a nivel macro, las dictaduras fueron la gran respuesta a todo ese período de insurgencia y desobediencia. Por otro lado, los cambios macros son el declive del imperialismo, de la Unión soviética, de la bipolaridad, el ascenso de los países no alineados, el tercermundismo, el crecimiento de la importancia de países que, hasta ese momento, no habían tenido ningún papel en América Latina.

—A partir de esta matriz de análisis que vos hacés desde el análisis de los movimientos del 68, ¿qué potencia creés que tienen los actuales movimientos sociales en la complejidad de la realidad que estamos viviendo en la Región?

—Yo creo que los que cambian el mundo son los movimientos sociales, no los gobiernos, los gobiernos pueden reprimir o pueden tolerar, o, en algunos casos, pueden apoyar. Chávez, durante años, apoyó los movimientos, los progresistas, a diferencia de Chávez, no los apoyaron, trataron de cooptarlos, socavarlos. Yo creo que los que cambian el mundo son los movimientos, porque lo cambian en todos los espacios, en la micro cotidianidad y en el espacio intermedio. En lo macro, entonces, la potencialidad es esa, la de los movimientos que estamos viendo hoy en América Latina, básicamente, el movimiento de mujeres, el movimiento negro en Brasil y Colombia, los movimientos indígenas, los movimientos contra la minería, los monocultivos que han tenido triunfos importantes, han logrado frenar grandes mineras, se ha logrado frenar a Monsanto en Córdoba. Son triunfos que no son fáciles, pero ahí está la potencialidad de los movimientos sociales que están cambiando el mundo.

Cuando me cuentan que, en Argentina, irrumpen las chicas de once y doce años con sus demandas feministas (y que los varones no sabemos donde colocarnos, porque ese es el otro gran lío) es un potencial de lo que sucede en la vida cotidiana. Después, puede sancionarse legalmente el aborto, ese año o diez años después, pero ya hay una legitimidad, hoy el aborto en Argentina es algo legítimo o, por ejemplo, ocupar tierras en Brasil es legítimo, después puede venir un gobierno que las reprima, pero eso es otra historia. Quienes no miramos tanto para arriba, sino más bien en horizontal, para abajo, vemos que hay una tendencia muy fuerte de la gente a hacer por sí misma, a organizarse por sí misma, a no depender de caudillos, de líderes, de dirigentes y hacer. Esa es la parte destituyente de los movimientos o la parte que destituyen la autoridad y el autoritarismo, después está la creatividad, ¿no?

He visto, en algunas ciudades de Argentina y Uruguay, que empiezan a haber espacios que son femeninos u otros donde también hay algunos varones, y lo que se hace es, básicamente, la reproducción de la vida, donde el cuidado de la vida es fundamental; radios, centros culturales, bibliotecas, espacios que están creando algo nuevo ya, no sólo destituir, sino también crear. Algunos de estos espacios son visibles, pero otros que no se definen como “estamos creando el mundo nuevo”, pero realmente están haciendo cosas nuevas. No tienen el cartel de mundo nuevo o de creación de un proyecto emancipatorio, pero, cuando hay alguna movida, se suman y es un síntoma claro de que los movimientos ya no sólo resisten y tratan de avanzar en esa resistencia, sino que también crean y son importantes porque son necesarios esos lugares, como acá en el Cideci donde sentirse tranquilo, seguro, cómodo y poder hablar.

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(Imagen: Colectivo Manifiesto)

*Publicado por LA TINTA

La opinión del autor no coincide necesariamente con la de TerceraInformación
*Fuente: http://www.tercerainformacion.es/opinion/entrevistas/2018/12/05/entrevista-a-raul-zibechi-los-que-cambian-el-mundo-son-los-movimientos-sociales
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Brasil en el G20: “La educación como un derecho humano y uno de los vectores para la justicia social es innegociable”

Por: CLADE. 

En entrevista a la Campaña Latinoamericana por el Derecho a la Educación (CLADE), la coordinadora de Políticas Educativas de la Campanha Nacional pelo Direito à Educação, de Brasil, analiza el contexto de la educación pública en el país, así como los desafíos y amenazas que este derecho ha enfrentado en los últimos tiempos. Comenta, asimismo, lo que representa la cumbre del G20 para la educación brasileña.

Según Andressa Pellanda, “la educación debe mirarse como derecho y no un servicio. Necesita garantizarse con calidad, de manera pública y gratuita para todas y todos, desde un financiamiento adecuado”.

Lea la entrevista completa:

¿Cómo está la situación de la educación pública en Brasil?

Andressa Pellanda – Todavía tenemos en Brasil 2,8 millones de niñas, niños y adolescentes que no están en la escuela. Frente a esta situación, vemos que todavía tenemos un reto inmenso de acceso escolar. Para que se entienda la dimensión, esta cantidad de personas es más grande que toda la población de 59 países en el mundo.

Además, todavía tenemos el reto de la inclusión de todas y todos las/os niñas, niños y adolescentes, muchas y muchos de las/os cuales están en la escuela, pero no están efectivamente incluidas e incluidos, sufren discriminaciones por su raza, etnia, color, género, orientación sexual, discapacidad, etc.

Parte del desafío de la inclusión dice respecto a la falta de políticas anti-discriminatorias y también a la falta de calidad en la educación. La baja calidad está relacionada especialmente a la precaria infraestructura de las escuelas y a la casi inexistente valorización de las y los profesionales de la educación, que necesitan una buena formación inicial y contínua, buenas condiciones de trabajo y un salario que sea equivalente al de otras profesiones con la misma formación.

Todo eso está directamente relacionado al bajo nivel de financiamiento para el área y al hecho de que las políticas de educación no han tenido importancia central a mediano y largo plazo, como es el caso del Plan Nacional de Educación, que llegará a junio de 2019 en su 5º aniversario, probablemente, con el mismo diagnóstico de descumplimiento.


¿Cuáles son las principales amenazas que la educación brasileña enfrenta actualmente?

Andressa Pellanda – La educación en Brasil viene sufriendo una amenaza ultraconservadora, movilizada por grupos que defienden una educación acrítica, con censura, de pensamiento único y que no incluye las diversidades. Este movimiento tiene como principal bandera el proyecto de ley “Escuela sin Partido”. Frente a tales presiones, la dimensión de la inclusión y la libertad de enseñar y aprender están amenazadas.

Hay un movimiento de precarización de la educación pública, especialmente a través de recortes en el financiamiento de la educación, sintetizados por la Emenda Constitucional 95, que impone un límite de inversiones para el área hasta el 2036. En paralelo a este proceso de precarización, hay un avance de la privatización desde la gestión de las escuelas, lo que no garantiza el cumplimiento del derecho, por lo contrario, lo amenaza. De esta manera, las dimensiones del acceso y, especialmente, de la calidad, están perjudicadas.


¿Qué significa la cumbre del G20 para la educación brasileña? ¿Sobre cuáles aspectos de este encuentro el país debe estar atento?

Andressa Pellanda – El G20, como un foro de líderes que históricamente ha mirado hacia las economías de la región, así como sus retos comunes en términos políticos y sociales, representa un momento oportuno para analizar los impactos negativos que han traído las políticas de austeridad económica y de endeudamiento para los Estados como garantes de derechos.

Esperamos que los líderes reunidos puedan hacer este análisis y comprender la necesidad urgente de retomar las inversiones para las áreas sociales, ante el riesgo de haber un aumento brutal de las desigualdades, de la pobreza y de la disminución de los indicadores sociales en la región.


¿Qué se puede negociar en el G20 en términos de educación?

Andressa Pellanda – La educación debe mirarse desde la perspectiva de que es un derecho y no un servicio. Debe garantizarse con calidad, de manera pública y gratuita para todas y todos, con un financiamiento adecuado.

La educación no es solamente el aprendizaje de contenidos cognitivos. Es la formación integral y para la ciudadanía, dimensiones que muchas veces no pueden ser medidas por una política de evidencias y de evaluaciones estandarizadas. La educación como un derecho humano y uno de los vectores para la justicia social es innegociable.

Fuente de la entrevista: https://redclade.org/noticias/brasil-en-el-g20-la-educacion-como-un-derecho-humano-y-uno-de-los-vectores-para-la-justicia-social-es-innegociable/

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Entrevista a Wendy Koop, “En educación hay que buscar líderes locales”

Por: Juan Pablo Correa.

Wendy Koop propuso la creación “Teach for America” como parte de su tesis de graduación en la Universidad de Princeton. Hace once años lanzó “Teach for All” para extender el alcance de su idea original para reducir la desigualdad educativa a todo el mundo. Ha escrito dos libros contando la experiencia. Vive en la ciudad de Nueva York con su esposo y cuatro hijos y vino a Montevideo a impulsar “Enseña Uruguay”.

-¿Qué fue lo que la llevó a crear “Teach for America”? ¿Qué necesidades había detectado?

-“Teach for America” (Enseña para Estados Unidos) empezó hace treinta años. Estaba cada vez más preocupada por la desigualdad. Estados Unidos es un país del que se dice que es una tierra de igualdad de oportunidades, pero en realidad no lo es. Los nacimientos de los niños predicen sus desenlaces educativos y su futuro en materia de ingresos. Ese era el problema. Sentía que era uno de los miles de graduados que debía saltar ante la oportunidad de hacer algo al respecto y eso llevó a nuestra idea. ¿Por qué no somos reclutados tan agresivamente para comprometernos dos años para enseñar en comunidades rurales y urbanas como somos reclutados para comprometernos para trabajar dos años en cuestiones de inversión? Esa fue la motivación original.

-Fue como una reacción ante la “Me Generation” (la “generación yo”).

-Sí. Nuestra generación fue conocida como la “generación yo” y no me parecía bien. Sentía que miles de graduados estaban buscando la oportunidad de hacer una diferencia real en el mundo y la cuestión no era tanto generacional sino que tenía que ver con quiénes eran los “reclutadores”. Si se nos llamaba y se nos daba una chance de servir, íbamos a saltar para esa oportunidad.

-¿De qué manera contribuye la organización a hacer esa diferencia?

-Hay 48 de estas organizaciones en todo el mundo y están creciendo en cada región. Todas estas organizaciones están trabajando para galvanizar a una generación de líderes para canalizar esa energía para que atiendan a los niños más vulnerables. Los niños tienen un potencial enorme, pero no se les está dando el apoyo, la educación y el respaldo para alcanzar ese potencial.

-¿Cuántas personas participan del emprendimiento y en cuántos puntos están presentes?

-En Estados Unidos tenemos “Teach for America” con alrededor de 7.000 maestros en 543 áreas urbanas y rurales. Y tenemos 60.000 exalumnos y maestros, gente que ya participó dos años, y aunque dejaron el trabajo, alrededor de 85% de ellos están trabajando para mejorar la calidad de las escuelas y la calidad de vida en las comunidades de bajos ingresos. Lo que vemos es que asumen liderazgos reales transformándose en directores de escuelas, en líderes de sistemas de escuelas, en innovadores sociales lanzando nuevos emprendimientos para tapar los baches en el sistema.

-¿Trabajan solamente con centros de educación públicos?

-Sí

-¿Funcionan como una ONG o es una empresa privada?

-Es una ONG. Yo comencé “Teach for America” y hace once años lanzamos “Teach for all” (“Enseña para todos”) que es una red de 48 países que hacen cosas similares. En América Latina hay 11 socios. Recién vine de Chile donde estuve visitando “Enseña Chile”.

-¿Qué características tratan de que tengan los docentes?

-Enseñar en las comunidades desfavorecidas requiere un liderazgo activo. Necesitamos gente que traiga liderazgo, que logre grandes objetivos, a pesar de los obstáculos, que persevera frente a los desafíos, que puede influir e inspirar a otros apelando a sus valores.

-¿Qué tienen que aprender los jóvenes del siglo XXI?

-Necesitamos que los niños en las clases hoy tengan las habilidades y los valores para dar forma a un mejor futuro para ellos y para todos. Cuando uno piensa en cuánto la economía está cambiando y los crecientemente complejos problemas sociales…, los niños en las clases tendrán que ser los que naveguen en esta economía cambiante y los que resuelvan los problemas sociales complejos. Vamos a necesitar preguntarnos qué va a hacer falta para que nuestros jóvenes sean líderes.

-En Uruguay se discute aún si la educación debe estar vinculada al mercado laboral.

-Las familias y los jóvenes quieren tener carreras significativas. Necesitamos entender cómo está cambiando el mercado laboral. Al mismo tiempo, creo que nosotros nos tenemos que preocupar porque los jóvenes sean capaces de moldear una mejor sociedad. Necesitamos líderes cívicos con valores, pensamiento crítico y capacidad de resolver problemas y de decir “queremos enderezar nuestra comunidad, queremos enderezar nuestro país, nuestra sociedad global”.

-¿Teach for America” se creó con alguna ideología? Se dice que es conservadora.

-La idea es reclutar gente de todo el espectro político que esté unida por la convicción de que todos los niños deben explotar su potencial. En Chile tienen personas de la izquierda, de la derecha.

-¿De qué manera van a colaborar con Enseña Uruguay?

– Están al comienzo de su viaje. Comenzaron hace 5 años. Construyeron una tremenda fundación y están ahora trabajando para hacer crecer su impacto. Estamos pensando con ellos para ver qué podemos hacer para apoyarlos y al mismo tiempo aprender de sus innovaciones. Hay tanto para aprender de cada uno de estos socios en la red y cómo innovaron y se adaptaron a sus contextos. Los desafíos que enfrentan estas organizaciones son muy similares, lo que significa que podemos aprender mucho uno de otro. Al final, “Enseña Uruguay” es una organización manejada localmente, independiente financiada por fuentes en Uruguay. Estamos tratando de colocarnos detrás del grupo local para apoyar y para que aprenda de otros grupos que pasaron ya por sus etapas. En Chile, “Enseña Chile” tiene 10 años y ha aprendido un montón sobre cómo adaptarse a su contexto.

Un programa que busca más equidad y excelencia

“Teach for America” busca cumplir sus objetivos de avanzar hacia la igualdad y excelencia educativa reclutando graduados de universidad de primera línea para que trabajen como maestros en escuelas públicas de las comunidades de bajos ingresos que la organización atiende. Los integrantes no tienen que ser maestros o profesores certificados, aunque los que que lo estén pueden presentarse. Se les requiere asistir a un programa intensivo de verano de capacitación y a un pequeño curso de introducción de cinco días a la región a la que serán asignados. Reciben el salario normal que se paga en la zona y un pequeño complemento. Algunos sindicatos cuestionan a la organización por sustituir docentes experimentados. En 2014 su presupuesto fue de US$ 312 millones. La organización recibe donaciones de empresas privadas y de inversionistas, y cada año define áreas prioritarias para actuar.

-¿Qué sabe de los desafíos del sistema educativo del Uruguay de hoy?

-Lo que hemos visto en todas partes es que el desafío de la desigualdad educativa es muy complicado. No comienza en las clases o en las escuelas. Comienza fuera de ellos porque tantos niños enfrentan desafíos extra. Vamos a necesitar muchos cambios en muchas direcciones. Y la pregunta que hacemos es de dónde va a venir el liderazgo para afectar estos cambios. La gente y el liderazgo son el corazón de la solución para cada desafío y en eso estamos focalizando, en cómo hacer un esfuerzo para cultivar el liderazgo local necesario para lidiar con los desafíos en toda su complejidad. He escuchado que Uruguay siempre ha sido una sociedad muy educada, que valora la educación, con un muy fuerte sistema de educación pública. Y que hay creciente preocupación respecto a las brechas en la sociedad y el creciente número de niños que no tienen acceso a una educación de calidad que los ponga en camino a ser miembros que contribuyan a la sociedad, por lo que es crecientemente urgente lo que hace “Enseña Uruguay”.

-¿Han visto progresos educativos en América Latina?

-En Chile han invertido mucho más en los años recientes. Pienso que quieren ver un cambio positivo en la educación. Pero determinar cómo se invierte y determinar si eso produce resultados, es difícil. Perú ha mejorado. No hay que pensar que una cosa va a solucionar todo. Se requieren muchas cosas funcionando juntas. Una clave para el progreso es cultivar los liderazgos locales.

-¿Y cuáles son los desafíos en Estados Unidos?

-En Estados Unidos hay múltiples desafíos. El 20% de los niños en Estados Unidos están por debajo de la línea de pobreza, lo que son muchos niños. Incluso cuando están en quinto, tienen un nivel probablemente de segundo y esa brecha a partir de ese momento se incrementa. Terminan la “high school” (el liceo) probablemente el 75%. Ha crecido un poco la tasa, pero no están preparados para carreras significativas y para ser el tipo de líderes cívicos que necesitamos. Es un problema que comienza temprano y continúa. Incluso comienza en el nivel elemental.

-¿Dónde se concentran los problemas?

-En áreas rurales remotas y algunas zonas urbanas. Lo que es alentador es que estamos viendo progresos. Incluso en Chicago, que es una gran área urbana con muchos desafíos, hemos visto significativos progresos en lograr que los niños de bajos ingresos lleguen a niveles más altos. “Teach for America” contribuye a ese progreso canalizando un montón de talento realmente fuerte a las escuelas y comunidades en Chicago y está actuando con directores de 100 escuelas públicas en la ciudad y está trabajando en todos los distritos escolares.

Que el 95% termine el ciclo básico en el 2035

La web de Enseña Uruguay explica que propone “a jóvenes profesionales, recientemente egresados de universidades y profesores o estudiantes de profesorado, con aptitudes de liderazgo y altamente motivados, la oportunidad de ser parte de un movimiento de jóvenes que trabajan para el cambio social, dictando clases de asignaturas vinculadas a su disciplina en ciclo básico de centros educativos públicos en contextos vulnerables, durante dos años”. Se buscan jóvenes egresados o con el 75% de su carrera terminada. “Enseña Uruguay” se puso como objetivo impactar en las tasas de deserción de Secundaria de forma tal de que al menos el 95% culmine Ciclo Básico y el 75% termine bachillerato en el año 2035. También se fijó como meta contribuir a que el 75% de los jóvenes alcance un desempeño suficiente en las denominadas Pruebas Pisa. Enseña Uruguay dice que realiza un proceso riguroso de selección.

Fuente de la entrevista: https://www.elpais.com.uy/informacion/educacion/educacion-hay-buscar-lideres-locales.html

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Entrevista a Ana Cristina Navarro: “Necesitamos reactivar las cátedras de Paz, que están completamente muertas”

Por: Semana.

 Este miércoles comenzó a operar oficialmente la Comisión de la Verdad, el órgano que contribuirá a esclarecer lo ocurrido en el conflicto armado. Semana Educación habló con Ana Cristina Navarro, su directora de Pedagogía, sobre la importancia del sistema educativo a la hora de entender lo que pasó en el país durante el conflicto armado y cómo evitar que se repita.

Después de más de 50 años de guerra declarada con las Farc, hace dos años Colombia inició un proceso de posconflicto. Como parte de los acuerdos, se creó la Comisión de la Verdad, un órgano temporal que oficialmente inició operaciones el 28 de noviembre. Con su puesta en marcha el país intentará alcanzar un objetivo ambicioso, nada fácil, pero necesario: entender lo que pasó, perdonar y reconciliarse.

Quienes hace dos años lograron firmar el acuerdo de paz con la exguerrilla entendieron y promovieron el esclarecimiento de la verdad como un paso clave para transformar la sociedad colombiana, una que ha sufrido los avatares de la violencia y el azote a la integridad de muchos que, aunque no tuvieron nada que ver con la guerra, terminaron en medio de las trincheras.

El desafío del nuevo ente estará en construir en 3 años un documento que aporte a entender lo ocurrido en tiempos de intensa guerra. Pero, para elloel componente pedagógico debe ser sólido para sanar y recomponer la mirada de la realidad durante esos años, una que por tanto tiempo se vio quebrada y por lo mismo fracturó a la sociedad.

Para leer: ¿Servirá la Comisión de la Verdad para reconciliarnos?

Ana Cristina Navarro es la directora de Pedagogía de la Comisión de la Verdad. Ella habló con Semana Educación sobre el papel de la educación en esta nueva etapa.

Semana Educación (S.E.):  Colombia atraviesa por un momento muy poderoso en su historia; una oportunidad tal vez única de construir una sociedad más sana. ¿Cómo enseñar a las generaciones que se están formando a vivir de una manera más empática?

Ana Cristina Navarro (A.C.N.): A partir de ejemplos o experiencias. Deben imaginarlo desde la cotidianidad, no a partir de ejemplos externos sino de lo que rodea al niño. La pedagogía que no tiene en cuenta el entorno no funciona.

El sistema educativo debe apuntar a formar personas con mayor capacidad de relacionarse, porque está claro que tendrá más éxito en esta sociedad no el que más conocimientos recoja, sino quien mejores relaciones genere. El típico estudiante que pasa con notas normales, pero es un líder arrasador, puede ser el mejor. Está muy bien aquel que se concentra en adquirir conocimientos, sin embargo hay que aprender a pensar críticamente y a relacionarse. En el fondo, eso es inteligencia emocional, y es fundamental para que la empatía se pueda esparcir por todas partes; no difundir, sino contagiar.

S.E.: Cada vez se habla más de competencias socioemocionales, ¿cuál cree fundamental enseñar en este momento de posacuerdo?

A. C. N.: Es hora de que todo el sistema educativo en este país deje de tenerle miedo a formar ciudadanos críticos. En este momento es fundamental que le enseñen a los chicos a razonar, a cuestionarse, a preguntarse. Lo importante de la pedagogía es educar personas que se cuestionen y se pregunten los porqués.

En ese sentido, la Comisión tiene muy claro que necesitamos como aliado al sistema educativo en todos sus niveles –a maestros, alumnos, padres y quienes deciden en la educación– para poner a reflexionar a toda la institución sobre qué nos pasó y por qué.

S. E.: ¿Qué está haciendo la Comisión puntualmente para que el sistema educativo sea parte activa de la construcción de paz?

A. C. N.: Hay varios proyectos con el sector. En este momento estamos en la fase de alistamiento, pero tenemos múltiples iniciativas dirigidas a niños, niñas y adolescentes; no solo a quienes han sido víctimas o a los hijos de excombatientes, sino en general a todos los que cursan primaria, media y superior.

Educapaz es una de las organizaciones que liderará algunos de esos proyectos. Nosotros coordinamos, pero no los ejecutamos directamente. Independientemente de la iniciativa, necesitamos reactivar las cátedras de Paz, que están completamente muertas, o generar otro mecanismo desde la ley para que sea obligatorio hablar de lo que nos pasó.

No solo se trata de decir “qué horror lo que nos pasó”, sino de pensar “cómo hacemos para que no se vuelva a repetir”.

S. E.: A propósito de las cátedras de Paz, ¿cómo ven ustedes la forma en que se están enfocando?

A. C. N.: La Cátedra de Paz está desvirtuada o dormida. El tema es que la Historia debe ir de la mano de esa cátedra. Por ejemplo, en un taller que hicimos con periodistas en Villavicencio, ellos preguntaban: ¿cómo hacemos para revisar la memoria si en el Meta nadie ha recogido la historia de lo que pasó? Además, aseguraban no tener en qué apoyarse para poder decir “evitemos que esto se repita”.

Si aquí no hablamos del conflicto, eso genera falta de arraigo, falta de raíces, falta de identidad. Creo que llegó la hora de quitarse la venda y afrontarlo como toca. Cada cultura es distinta y necesitamos empezar a hablar de este problema como algo anormal, que definitivamente tenemos que superar.

S. E.: Usted ha dicho que si con las cátedras no se logra que se hable del conflicto armado desde el aula, es necesario un mecanismo para hacerlo a partir de la ley, ¿a qué se refería?

A. C. N.: Todavía no ha habido un acercamiento con el Ministerio de Educación, aunque en el mandato de la Comisión de la Verdad dice que debemos hacer una intervención en el sistema educativo para que se estudie el conflicto. En este sentido, a partir de uno de los proyectos que tenemos con Educapaz, en el cual pensamos trabajar mediante expediciones pedagógicas, surgió la idea de presentar un proyecto de ley que obligue a las instituciones educativas a enseñar lo que pasó en el país en el conflicto armado. Pero aún tenemos que discutir si esta es la mejor opción o la de reactivar las cátedras de Paz con un contenido concreto, porque se debe respetar la autonomía. En Colombia no existe un currículo único y no todos los maestros y colegios ven necesario revisar el tema del conflicto. Sería mucho más efectivo –pero más difícil– que se genere una conciencia de que hay que hablar de esto sin que sea obligatorio. Estamos en eso y se debe ir paso a paso.

S. E.: En ese sentido, ¿cómo formar y sensibilizar también a los profesores?

A. C. N.: Dentro del proyecto que lidera Educapaz está formar profesores multiplicadores. También queremos apostarle a una estrategia que tomamos de la experiencia del País Vasco, la de las víctimas formadoras. Es demasiado potente cuando una víctima se sienta delante de 50 maestros, les cuenta lo que ha vivido y les dice cómo se las ideó para convivir con el enemigo que vivía en la casa de enfrente. Esto tiene que ser una red que nos permita mover los sentimientos y generar empatía con los indiferentes. Los actos de reconocimiento que va a hacer la Comisión serán conmovedores.

Es necesario trabajar tanto con colegios públicos como con privados. En estos últimos es donde están las personas más indiferentes frente a lo que pasó (lo cual no quiere decir que no haya víctimas en los estratos más altos; el secuestro fue un tema que los golpeó fuertemente).

S. E.: ¿Cómo lograr que niños y jóvenes no se queden en el horror y el dolor de lo que pasó y, al contrario, pasen la página y trabajen para que no se repita?

A. C. N.: Tenemos una idea muy poderosa: la verdad. Los maestros deben partir de por qué tiene ventajas decir la verdad y qué problemas trae hablar con mentiras u ocultar parte de la misma, que en general es lo que pasa. A partir de ahí se generan conversaciones muy chéveres.

Necesitamos sensibilizar y movilizar hacia la verdad. Eso sí, hay que hacerlo poco a poco; nadie ha dicho que va a ser una acción de choque o que vamos a generar más daño. Ya le pasaron muchas cosas a múltiples familias en este país. No venimos a meter el dedo en la llaga, sino a ayudar a los chicos a entender por qué pasó lo que pasó y cómo hacer para que no nos vuelva a suceder.

S. E.: ¿Cómo se integra la educación superior en esta apuesta?

A. C. N.: Tenemos convenios con 28 universidades en todo el país para llevar a cabo un proyecto de voluntariado de jóvenes por la verdad con chicos de educación superior, décimo y once. Pensamos realizar este proyecto junto con Colombia Transforma, que es experta en este tipo de plataformas. Queremos que los jóvenes sean, más que multiplicadores, ‘reeditores’; es decir, que adapten su conocimiento a las circunstancias y al momento histórico en el que se encuentran. Es muy importante que cualquier propuesta o acción que hagamos nazca desde los territorios, teniendo en cuenta las diferencias étnicas, culturales y de género. Son ellos quienes, con el apoyo de la Comisión, construyen su pedagogía.

S. E.: Usted habló de involucrar a los padres de familia, ¿cómo lo harán?

A. C. N.: Es indispensable que los papás entiendan por qué se debe hablar de esto en la escuela. No solo se trata de decir “qué horror lo que nos pasó”, sino de pensar “cómo hacemos para que no se vuelva a repetir”. Esto tiene que ver con la educación, la cual pone la fuerza del individuo en la capacidad emocional de relacionarse pacíficamente, de solucionar sus conflictos mediante la negociación y la no violencia.

La Comisión quiere hacer una reflexión muy profunda sobre qué es lo que hay en esta sociedad para que tendamos a resolver todo con violencia. Es importante analizar esto para atacar las causas reales. Es claro que debemos impulsar el respeto por la diferencia, la inclusión, la tolerancia y la solidaridad. Tenemos que dejar sembrada una semilla de consciencia, y los papás son fundamentales en este proceso.

Fuente de la entrevista: https://www.semana.com/educacion/articulo/las-catedras-de-paz-estan-muertas–directora-de-pedagogia-de-la-comision-de-la-verdad/592746

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Entrevista a Olga De Dios: “Me parece importante reivindicar los materiales infantiles con calidad artística”

Por: Adrián Cordellat.

Olga De Dios es una de las grandes referentes españolas en el mundo de la literatura infantil y, más concretamente, del álbum ilustrado. Ahora presenta Los tres hermanos de oro (Nube de tinta), un libro que se acerca de forma “explícita” a muchos de los problemas de la sociedad actual con el objetivo de “fomentar la responsabilidad social y colectiva”. “Me he esforzado en mostrar la realidad para que el libro nos invite a tratar temas muy duros con las niñas y los niños desde otro lugar”, afirma. Un lugar en el que la ilustración resulta fundamental, porque como explica la creadora de Monstruo rosa, “ayuda a tratar temas muy complejos y muy graves y a reflexionar sobre ellos”.

Los tres hermanos de oro tiene su punto de partida en una historia clásica, La gallina de los huevos de oro. Muchas veces, cuando acabamos de leer un cuento a nuestros hijos, lo damos por cerrado, pero ¿es el fin una oportunidad para desarrollar la imaginación y buscar nuevos comienzos?

Por supuesto. El arte tiene un papel importante en la sociedad no como un objeto de consumo, de usar y tirar, sino como espacio para la reflexión. Una vez que disfrutamos de un libro se nos abren las puertas a muchas otras cosas y en ese sentido creo que este álbum es un homenaje al libro físico como elemento para la reflexión.

PREGUNTA. Las tres historias que componen La gallina de los huevos de ororeflejan de forma muy gráfica muchos de los males de nuestra sociedad. ¿Es la literatura infantil una forma de acercar a los niños, a través de protagonistas que son metáforas de nosotros mismos, algunos de los problemas a los que nos enfrentamos como civilización?

R. Sí. Creo en este libro en concreto he representado muchas cosas. Vivimos en una sociedad donde nos tenemos que enfrentar a problemáticas globales muy graves que tenemos alrededor cada día en los medios de comunicación. Esas imágenes que vemos a diario, que incluyen mucha violencia a muchos niveles, terminas naturalizándolas y dejas de ver el sufrimiento que hay en ellas. En ese sentido, la ilustración y los personajes de ficción nos permiten ver estas imágenes desde otro lugar y reflexionar más sobre ellas, más incluso que al ver la propia fotografía o la realidad física. La ilustración ayuda a tratar temas muy complejos y muy graves desde otro lugar.

P. También desde un lugar más accesible a los niños.

R. En todos mis libros trato muchos temas que luego se trabajan con los niños en las casas y en las escuelas, pero lo curioso de este libro es que refleja muchas realidades explícitas. Hay muchas ilustraciones que están basadas en imágenes reales que vemos en los medios. Así que eso que yo ya reflejaba en mis anteriores libros, aunque fuese en mundos más imaginarios, de una ficción más colorista y posiblemente irreal, aquí se vuelve más explícito. Me he esforzado en que así sea para que nos invite a tratar temas muy duros con las niñas y los niños desde otro lugar.

P. En mi caso tengo especial devoción por la primera de las historias, la de Elio. En primer lugar, porque llega a un mundo como el que muchos queremos recuperar, pero ese mundo se ve arrasado por el cambio climático y tiene que huir, convirtiéndose en un refugiado (la imagen con la que se cierra la historia, cruzando el mar, es muy icónica). Como dices, hay mucha realidad, triste realidad diría yo, en estas páginas.

R. Esa era la intención. Mostrar esa realidad. Por eso he hecho un proceso artístico lo más cuidado posible a la hora de elegir el estilo de la ilustración y de decodificar toda la información para que por un lado sea un homenaje al libro físico, al libro clásico y al grabado tradicional; y por otro tuviera cosas contemporáneas en la manera de dibujar y sobre todo respecto a los temas que se tratan.

P. Las tres historias, por cierto, acaban con un regusto amargo, aunque luego el epílogo deje abierta la puerta a la esperanza. ¿Hay esperanza para ese mundo que dibujas en las tres historias de Los tres hermanos de oro?

R. Más que de esperanza en sí, el libro habla de sentido de la responsabilidad social y colectiva. Hablo de como entre todas las personas tenemos que trabajar colectivamente para dar soluciones a los problemas que nos rodean. Estoy convencida de que todas las personas somos agentes de cambio, todas tenemos capacidad de cambiar las cosas y tenemos que ejercer esa capacidad, no dejar las cosas en manos de la esperanza.

P. Este es tu séptimo libro como autora de texto e ilustraciones. ¿Soñabas con el éxito que has alcanzado cuando dabas forma a El monstruo rosa?

R. No sueño con el éxito, sueño con un mundo mejor, y eso es lo que intento reflejar en mi trabajo. Entiendo que el éxito está en pensar que libros como Monstruo rosa, que nos transmite el valor positivo de la diversidad, interesan a muchas personas, lo que demuestra que hay mucha gente interesada en defender la diversidad en sus contextos. Ese es el éxito: que cada vez haya más personas que quieran transmitir esas ideas. Y luego también me parece importante reivindicar los materiales infantiles con calidad artística. También es un éxito que cada vez los consumidores de materiales infantiles sean más exigentes en ese sentido.

P. Te preguntaba lo del éxito porque Olga De Dios es ya una marca en sí misma. Tu estilo es muy reconocible y tus álbumes se venden por miles.

R. Aunque mis álbumes son reconocibles, si los analizas también hay muchas cosas diferentes. Es más, esta nueva propuesta estilísticamente es muy distinta de lo anterior que he hecho. Yo intento hacer que la ilustración, que es mi disciplina artística principal, esté al servicio del proyecto en el que estoy, así que los estilos van evolucionando y se van adaptando a lo que yo quiero contar en cada momento.

P. ¿Y hay una receta para que tanta gente se sienta atraída por tus álbumes? Porque imagino que no debe ser fácil destacar en un sector tan en auge como el del álbum ilustrado.

R. Lo que intento siempre es hacer mi trabajo lo mejor posible desde todos los ámbitos, porque un libro tiene muchos aspectos. Creo que eso e intentar hacer contenidos para niñas y niños de la máxima calidad posible es lo que hace que mi trabajo pueda llegar a más gente o funcione mejor. Todo se basa en el trabajo que hay detrás. Creo que la clave es trabajar con mucha calidad en toda la obra en su conjunto.

P. Hace unos meses, por cierto, en una entrevista, Oliver Jeffers me decía que vivimos la edad de oro del álbum. ¿Crees que es así?

R. Me gusta mucho Oliver Jeffers, como creador de libros y como artista en general, y también incluso por su posicionamiento y su responsabilidad ante determinados temas de actualidad. Pero tengo mis dudas de que el álbum ilustrado viva su momento de oro. Tengo la sensación de que YouTube vive su edad de oro. Creo que la capacidad de llegar a la gente no está desgraciadamente en los libros, sino en otro montón de medios que existen y desde los que se llega a muchísimas personas.

Sin ir más lejos, en una de las historias del libro, hay un momento en que el protagonista, que es un artista, alcanza el máximo reconocimiento mundial. Yo inicialmente representé esa ilustración con el personaje recibiendo la medalla del Premio Nobel. Luego, durante el proceso de creación, escuché un montón de podcast, algunos de adolescentes, y me hicieron sentir que su valoración del éxito y del reconocimiento era súper diferente a lo que yo concebía. Eso me hizo cambiar la ilustración y ahora el personaje alcanza el reconocimiento en una pirámide que se construye a base de likes, de seguidores en las redes sociales. Y eso lo cambié porque sentí que posiblemente la valoración del éxito de las generaciones actuales está en otro lugar. Por eso te decía que igual no es el momento del libro, sino de otras cosas.

P. Creo que Oliver, de todas formas, se refería más bien al peso creciente del álbum ilustrado dentro del mercado editorial.

R. Siempre han existido álbumes ilustrados. A mí me llegaron grandes libros creados en los años sesenta e incluso antes. Otra cosa es que en el mercado español no estuvieran tan presentes, pero siempre ha habido creadores apostando por estos formatos. Supongo que el hecho de que haya un auge de la ilustración en los libros tiene mucho que ver también con la cultura de la imagen, con que vivimos en una sociedad que se comunica mucho a través de la imagen, que cada vez lee más a través de imágenes.

P. Y a propósito de lo que comentabas de cómo ha cambiado esa página del libro tras escuchar podcast de adolescentes. Influyen mucho las interacciones que tienes con niños y adolescentes en la concepción de tus libros.

R. Por supuesto. Yo comparto mi trabajo con muchísima gente durante el proceso de creación, gente de diferentes edades y entornos. Me dejo asesorar por todo lo que me rodea. Al final, yo intento que mi trabajo llegue a la mayor cantidad de gente posible, así que para ello a veces hay que escuchar y salirse del lugar en el que una está.

P. También me insistía Oliver en la importancia de que los álbumes atrapen a los hijos, pero también a sus padres, que son quienes van a leérselos. Los tres hermanos de oro, precisamente, a diferencia de tus anteriores álbumes ilustrados, que estaban enfocados de forma más directa al público infantil, es apto para todas las edades. ¿Has tenido que cambiar la forma de escribir/plantear la historia y las ilustraciones al dirigirte a un público más amplio?

R. Este proyecto trataba otros temas y yo sentí que tenía que utilizar otras herramientas gráficas. Los tres hermanos de oro es un libro que contiene sobre todo negros y tinta dorada. Y esos colores pueden parecer más de adultos, porque se alejan del mundo colorista, pero yo no siento que me haya adaptado, simplemente es una parte más de mi trabajo. Creo que todos mis libros son para niñas y niños, pero también para personas adultas. De hecho, siempre defiendo el álbum ilustrado como un punto de encuentro, un lugar donde coinciden varias generaciones y comparten una historia, una experiencia y reflexionan.

 

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“Si “los de arriba” quisieran la educación cambiaría” | Entrevista Laura Caldas

España / 2 de diciembre de 2018 / Autor: Miguel Ángel Ruiz Domínguez / Fuente: Didactalia

Es un placer entrevistar a Laura Caldas González @tarrodeidiomas maestra, bloguera, youtuber, instagramer, … toda una referencia en redes para aquellos que desean aprender español.

 tarro de idiomas

Con esta entrevista intentamos conocer un poco más a la docente que vuelca sus trabajos y divulga a diario en sus distintos perfiles. Sus cuentas causan furor, ¿a qué se debe?

 

Yo Soy Tu Profe (YSTP). -Profesora de Español como Lengua Extrajera en Reino Unido, ¿cómo es la experiencia?

Laura Caldas González (L.C.G.). – Es una experiencia entre muy gratificante y muy rara. Los ingleses muchas veces no entienden por qué tienen que aprender un idioma que no sea el suyo que es ya internacional. Muchas veces no entienden para qué tienen que hablar otro idioma. Pero, por otro lado, les enseño muchas cosas de la cultura española. En ese sentido estoy muy contenta, siento que les abro las puertas a otra cultura que no conocen.

 

“Muchos ingleses no entienden para qué necesitan el español”

 

YSTP. – Conocida como “El tarro de los idiomas” en su versión digital, ¿cómo surgió este proyecto?

 

L.C.G. – Esta aventura empezó hace casi 3 años cuando llegué al país gracias a la beca de auxiliar de conversación. Tenía mucho tiempo libre, trabajaba solo 12 horas y, por suerte, pagaban bien.

Por otro lado, me di cuenta que hay muchas cosas explicadas de forma puramente teórica y quería que fuesen más prácticas. Por eso mi primer recurso fueron “las flores conjugadoras” que vi a una compañera utilizarlas. Y de ahí surgió “El Tarro de los Idiomas” que de un hobby ha pasado a ser una de mis grandes pasiones.

 

https://www.instagram.com/p/BpQICXLhi_n/?utm_source=ig_web_copy_link

 

YSTP. – Se mantiene muy activa en redes sociales compartiendo recursos, experiencias…, ¿qué encuentra atractivo en estos espacios?

 

L.C.G. – Bueno, me encuentra activa en lo que puedo. Hay veces que sí que puedo dedicar mucho tiempo a publicar fotografías, a subir cosas al blog, … Eso es algo que siempre me ha gustado, pero no siempre tengo tiempo, por eso digo que es un hobby.

Lo que encuentro muy interesante es la capacidad que tenemos de conectar con gente de todo el mundo. Por ejemplo, yo he hecho directos de Instagram en los que me escribe gente que me sigue desde Hong Kong. Es increíble, me parece algo apasionante la capacidad de poder comunicarte con tanta gente, fácil y rápido.

El peligro también es que es algo instantánea, pero al igual nos da la opción de crear una comunidad gigante para mejorar a todos como docentes de manera muy fácil.

 

“Me sigue gente desde Hong Kong”

 

YSTP. – ¿Utiliza las redes para impartir la docencia con sus estudiantes?

 L.C.G. – A día de hoy no utilizo nada las redes sociales para impartir clases. Sobre todo, porque trabajo con adolescentes y están en una edad complicada. Sin embargo, sí me gustaría empezar este año con un blog para el aula. Creo que les puede servir a los estudiantes que falten un día a clase para que puedan repasar en sus casas.

Aquí en Inglaterra el tema de la seguridad en internet es muy serio y prefiero no utilizar las redes sociales con adolescentes. Aun así, no descarto utilizarlas si un día trabajo con alumnos un poco mayores.

 

“Tener un feedback negativo de algo que compartes de manera gratuita es muy duro”

 

YSTP. – Exponerse en la red tiene también sus desventajas, ¿cuál ha sido su mayor reto?

 L.C.G. – Exponerse en las redes sociales ha sido un reto y una de las mejores cosas que he podido hacer. Pero por otro lado ha sido una lucha constante. Ha llegado un momento en el que he conseguido que no me importen las críticas.

Al principio compartía los recursos de manera gratuita y tener un feedbacknegativo de algo que compartes de manera gratuita es muy duro. Si fuesen críticas constructivas por un error no me importarían. Al final, todos nos equivocamos. Puede haber una tilde donde no debería estar. Es normal, escribo con el ordenador en inglés y hay veces que me encuentro acentos por error. Pero lo que no me parece es que haya gente que te escriba para decir que “ellos no enseñan así”, que “eso no les gusta”. Me parece un poco feo.

Al menos, tengo la suerte de encontrarme en el mundo de la educación y normalmente suele ser gente preparada o docentes. Pero, aun así, en YouTubeme estoy encontrado con mucho troll que me dice cosas un poco feas.

Lo estoy haciendo con todo mi cariño. Soy la primera que, si me equivoco, lo acepto, lo corrijo y pido perdón y luego, continuo. Si he llegado donde estoy… y no es que diga, ¡qué importante soy! Pero vaya, lo mejor es quedarse con lo positivo y no con lo negativo. Por suerte, hay mucha gente que me apoya y le gusta lo que hago.

 

“Si “los de arriba” quisieran la educación cambiaría

 

YSTP. – Y, por último, ¿cómo ve el futuro de la educación?

 L.C.G. – Vaya pregunta más complicada me haces. Si te digo la verdad lo veo un poco confuso. Hay que dar un cambio muy gordo y veo hay mucha gente deseando y gritando ya que están preparados para ese cambio.

Pero si por parte de “la gente de arriba” no empiezan a hacerlo, eso no va a pasar. Entonces lo veo muy difícil y muy bien al mismo tiempo. Veo que, si conseguimos entre todos implementar nuevas metodologías, empezar a hacer cambios, va a ir a mejor. Sería muy importante personalizar la educación con grupos más reducidos. Pero para eso hace falta inversión y no veo que” los de arriba” la den o quizás no les conviene dar esa inversión. Por eso le veo gris, ni negro ni blanco. Esta pregunta es muy complicada.

Fuente de la Entrevista:

https://didactalia.net/comunidad/materialeducativo/recurso/si-los-de-arriba-quisieran-la-educacion-cambiaria/87b90f7e-f0df-4661-b029-d7373bed4721#

ove/mahv

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