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Rabinovich: “Un país no crece sin ciencia, salud ni educación”

Por: Télam.

El doctor en Ciencias Químicas e investigador Superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), Gabriel Rabinovich, dijo que «un país nunca va a crecer sin ciencia, educación y salud» y pidió al Gobierno que revierta la decisión de degradar al Ministerio de Ciencia y Tecnología a la categoría de secretaria.

El autor de investigaciones reconocidas internacionalmente sobre futuros tratamientos contra el cáncer, recibió el grado Académico Doctor Honoris Causa por parte de la Universidad Nacional de San Luis (UNSL), oportunidad en la que indicó que las políticas sobre ciencia tienen que estar acompañadas «de un presupuesto digno» para evitar la fuga de jóvenes, fundamentales «para poder hacer ciencia disruptiva y transformadora».

«Lo que queremos es que los jóvenes se queden, querríamos que mejore la situación y yo querría, personalmente, que sea reversible a corto plazo la decisión de degradar a Secretaria el Ministerio», señaló Rabinovich.

El investigador aseveró que «mas allá de los vientos políticos y de las turbulencias económicas que pueda haber, cualquier presidente de la Nación, cualquier ministro no puede soslayar la importancia de la ciencia para el crecimiento a nivel humano pero también a nivel económico y como contribuye eso al aspecto socio productivo de un país».

«Nosotros estamos decididos a demostrarle a rajatablas lo importante que es la ciencia para el país y estamos decididos a quedarnos en la Argentina por más que recibimos posibilidades de irnos afuera, durante muchos años”, agregó. Rabinovich reivindicó para la comunidad científica «sueldos muchos más dignos», una mejora de la situación de becarios e investigadores y destacó la tradición de la investigación en biología, química y biomedicina que “se podría trasladar en el tiempo e iluminar con distintos conocimientos al país”.

Puso especial énfasis en la formación de recursos humanos como desafío para el interior del país y destacó la Maestría sobre Inmunología que se hace en San Luis como “única en Argentina”.

Rabinovich es profesor en Inmunología en la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), director del Instituto de Biología y Medicina Experimental (IBYME, Buenos Aires) y responsable del Laboratorio de Inmunopatología y el Programa de Inmunología Tumoral de IBYME. Desde 2016 es Miembro Extranjero por la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos. 

Su investigación, que busca comprender la relación entre el sistema inmunológico y tejidos enfermos de cáncer, permitió descubrir cómo y por qué el sistema inmune no identifica al tumor como un cuerpo extraño y por qué no lo ataca.

En 2016 fue nombrado Miembro Asociado Extranjero por la Academia de Ciencias de EEUU.

 

Fuente de la reseña: https://losandes.com.ar/article/view?slug=rabinovich-un-pais-no-crece-sin-ciencia-salud-ni-educacion

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Entrevista a José Luis Orella, «Cataluña sólo se puede reconquistar con la educación y la cultura»

Por. Elena FernÁNDEZ-PELLO.

 

José Luis Orella, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad San Pablo-CEU, participó ayer en la I Jornada por la Reconquista, organizada por el movimiento Juventud Identitaria en Oviedo, en el Palacio de Congresos de Buenavista. Orillo revisó la Reconquista desde el punto de vista histórico y analizó cómo su legado llega hasta la actualidad.

 Hablar de Reconquista presupone que existe un territorio ya conquistado. ¿Cuándo nace España ?

-Marcelino Menéndez y Pelayo concibe que es en el tercer Concilio de Toledo, en el que las poblaciones germanas y las hispanorromanas han dejado de ser pueblos que conviven y se han fusionado, con una sola religión y una cultura. Otros interpretan que fue con la federación de reinos de los Reyes Católicos y otros con la lucha por la independencia frente a los franceses a partir de 1812. De todo ello ha quedado una comunidad histórica, en la que todos los pueblos de España, dentro de esa diversidad, hemos aportado grandes cosas a la humanidad.

 Pelayo, más allá de la historia, es un personaje épico.

-Hay gente muy poderosa que pacta con los musulmanes como Teodomiro, que dispone de más de dos mil guerreros; Pelayo se va con trescientos a los montes y cuando sucede lo de Covadonga le quedan treinta. Es un jefe de armas que se queda con los irreductibles, que prendió una llama que luego se extiende a los cántabros, los navarros… forjando los núcleos de la resistencia. Rompe el anonimato, y es la prueba de que un hombre puede echar a rodar una bola de nieve y cambiar el destino y la historia.

 ¿Qué vigencia tiene ese concepto de Reconquista en la actualidad?

-Es un difícil equilibrio: en un mundo globalizado y a una gran velocidad, en completa intercomunicación, mantener nuestras raíces. Tenemos que estar abiertos a lo que viene, y a enriquecernos con ello, y ser fieles a nuestro origen. Podemos enriquecer a otros, pero solo si sabemos quiénes somos. No tenemos que ser un muro para los demás, sino una ventana. Tengo que reconquistar quién soy, de dónde vengo, para poder mirar al futuro. Eso ayuda muchísimo a la convivencia. Incluso las políticas de integración fracasan si no se sabe dónde se va a integrar una persona. El patriotismo es algo bueno y uno tiene que estar orgulloso de la patria como lo está de la herencia de sus padres.

 Este año coinciden varios aniversarios en Asturias, vinculados de un modo u otro a la Reconquista, aunque no ha tenido mucha resonancia fuera de la región.

-Es una pena, porque vivimos nuestras comunidades autónomas como compartimentos estancos. Estamos reduciendo festividades que son de todos: Santiago Apóstol es ahora una festividad gallega, el Pilar aragonesa… Los acontecimientos de Asturias, que llenan de orgullo a Asturias, llena de orgullo al resto de los españoles, porque desde luego sin Asturias los demás estaríamos seguramente con turbante y una barba. Hemos perdido el concepto de transversalidad y solidaridad interespañoles.

 Hay ideologías que se apropian de sentimientos como el patriotismo o acontecimientos como la Reconquista.

-Un hecho histórico relevante tiene que ser patrimonio de todos. Un Severo Ochoa, no sabemos si sería de izquierdas o de derechas, pero es un premio Nobel patrimonio de todos los españoles y todos nos sentimos orgullosos. Nos deberíamos fijar más en otros países, como Francia o Polonia.

 ¿Más referencias patrióticas paliarían el extremismo político?

-Ha habido unas competencias autonómicas muy entregadas a ideologías políticas. El nacionalismo vasco o catalán han favorecido una identidad nacionalista diversa, y no ha habido una educación aséptica y neutral que favoreciese al patrimonio histórico común.

 ¿Habrá que reconquistar Cataluña?

-Solo se puede reconquistar a través de la educación y la cultura, tan malo es la interpretación secesionista como un centralismo que solo quiere una castellanización de Cataluña.

Fuente de la reseña:  https://www.lne.es/oviedo/2018/11/04/cataluna-reconquistar-educacion-cultura/2374715.html

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César Bona, uno de los mejores maestros del mundo, conversó con Telenoticias (Video)

Costa Rica – España / 4 de noviembre de 2018 / Autor: Telenoticias Redacción / Fuente: Teletica

En la entrevista Bona señala que los maestros deben abrir puertas para que los niños demuestren toda su creatividad. ​
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Alerta Educativa #249 – Educación Libertaria en el altiplano Entrevista con Marcelo Maldonado (Audio)

Chile – Bolivia / 4 de noviembre de 2018 / Autor: Alerta Educativa / Fuente: Youtube

Publicado el 29 oct. 2018

Conversamos con el politólogo e historiador Boliviano Marcelo Maldonado, autor del libro «Pedagogías libertarias en el altiplano». Editado recientemente por la Campaña Boliviana por el Derecho a la Educación aborda la experiencia del movimiento indígena y anarcosindicalista en Bolivia previa ala Revolución de 1952. El nos relata nos ilustra acerca de su organización, demandas y como la educación era un elemento importante para expandir su organización. Conversamos sobre como se organizaba la escuela, la autogestión de las mismas y sobre figuras como el rebelde Marcelino Llanqui, quien retrata en su propia biografía el proceso organizativo y educativo del movimiento indígena anarquista boliviano. En la conducción Marcelo Pérez y en el panel estable. Juan González.

 

 

 

Fuente: https://youtu.be/-h9pVtLQ9gg

ove/mahv

 

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Argentina: Reducción del presupuesto educativo (Audio)

Argentina / 4 de noviembre de 2018 / Autor: FM La Tribu / Fuente: La mar en coche

La ministra de Educación porteña, Soledad Acuña, presentó el pasado viernes en la Legislatura el presupuesto que se le asignará a su cartera durante 2019.

Soledad resaltó que desde el Ministerio tienen cinco ejes: mejorar la calidad educativa; asegurar la equidad; asegurar la sustentabilidad del sistema educativo; orientar la escuela hacia el futuro; y, promover la ciencia, la tecnología y el emprendedurismo.

Amanda Martin, Secretaria Adjunta de Ademys, explica cómo fue la presentación del presupuesto: “Nosotros hemos ido a denunciar la reducción del presupuesto educativo. La Ministra de Educación no mencionó el problema de la UniCABA, no mencionó el problema de los 29 Institutos de Formación Docente y se fue de la legislatura en medio de abucheos porque no daba ningún tipo de respuesta a los señalamientos que le habían planteado los legisladores”.

 

 

 

Fuente de la Entrevista:

REDUCCIÓN DEL PRESUPUESTO EDUCATIVO

ove/mahv

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Entrevista a Fernando Franco. Director y montador de cine

“Intentamos que los jóvenes formen una mentalidad crítica ante las imágenes a las que se ven sometidos diariamente”

Fernando Franco, director y montador de cine, de la mano de la ECAM, ha elaborado una guía para acercar el lenguaje audiovisual a jóvenes de ESO y bachillerato, para que comprendan cómo funcionan todas esas imágenes que reciben.

Pablo Gutiérrez del Álamo

Fernando Franco es, además de un multipremiado cineasta que cuenta en su haber con un Goya, un “ferviente” creyente en la importancia que tiene la educación en todo lo relativo a la imagen. Tal vez sea por eso que la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid (ECAM) decidiera encargarle la redacción de una guía didáctica dirigida a docentes de ESO y bachillerato. En ella, además de encontrar una visión rápida de quién es quién en la realización de un producto audiovisual, repasa más a fondo los rudimentos esenciales que componen el lenguaje cinematográfico. Un texto cercano, comprensible y que ofrece las primeras claves para tener otro acercamiento a una película. Además de tener licencia creative commons, de forma que cualquiera puede utilizarla libremente.

El objetivo es fundamental, mejorar el conocimiento que tienen chicas y chicos sobre cómo se construye el lenguaje audiovisual para que así puedan tener un espíritu más crítico con aquellas imágenes que les llegan, por miles, cada día.

¿Por qué era necesaria una guía como la que has realizado?

Creemos que es conveniente acercar el audiovisual a la gente más joven utilizando un lenguaje que le sea cercano y teniendo en cuenta la cantidad de imágenes a las que se ven sometidos diariamente, intentando que se formen una mentalidad crítica en relación a ellas.

Todavía parece que habrá que esperar para que el cine entre en las aulas como objeto cultural de estudio. ¿Por qué crees que es así?

No se me ocurre otra respuesta que la pereza o la miopía. El cine es una herramienta capital en la formación de imaginarios a todos los niveles y, por tanto, enseñar a entender los mecanismos que rigen la imagen en movimiento me parece obligatorio si queremos tener ciudadanos cultos y formados.

¿Debería haber materias específicas sobre historia y lenguaje cinematográfico en los centros educativos?

Sin duda.

¿Falta mucha cultura cinematográfica en España?

Lamentablemente, sí. Y cada vez más. Esto lo percibimos claramente como tendencia a la baja, de año en año, con los alumnos que se matriculan a estudiar cine. Este es otro de los motivos que nos impulsan a hacer guías como esta.

La guía es para docentes de ESO y Bachillerato. ¿Por qué específicamente para público adolescente?

Creemos que es el momento en el que el juicio crítico y la curiosidad son más incipientes, así como un buen punto de partida para arrancar con la inquietud por el cine y la imagen de manera más profunda.

¿Sería interesante hacer alguna pensando en niños más pequeños, de Primaria?

Probablemente, sí. Todo lo que sea formar, bienvenido sea. En cualquier caso ya hay proyectos en marcha dirigidos a esa edad y enfocados quizás más desde lo práctico que desde lo teórico.

Dedicas algunas páginas, antes de hablar propiamente del lenguaje cinematográfico, a hablar del proceso creativo. Desde la idea hasta la postproducción ¿Por qué era importante?

Porque creo que es preciso entender la dimensión colectiva del cine como trabajo en equipo así como tener una noción de los diferentes procesos y su implicación temporal. Hay que entender que debajo del visionado de una película de 90 minutos hay todo un arco de trabajo que puede llegar a ser de años. Hay que profundizar en ello para entender que eso que se ve en la pantalla no surge por azar ni generación espontánea.

¿Por qué tú para escribir esta guía?

Habría que preguntarle a la Ecam, que fue quien me la encargó, pero supongo que tiene que ver con mi afán docente y mi ferviente creencia en la formación en el campo de la imagen.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/alfabetizacionaudiovisualenlasaulas/2018/10/29/intentamos-que-los-jovenes-formen-una-mentalidad-critica-ante-las-imagenes-a-las-que-se-ven-sometidos-diariamente/

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¿Por qué socialismo?

Por: El Viejo Topo/ Albert Einstein/ 31-10-2018

En mayo de 1949 Albert Einstein publicaba este texto en el primer número de la revista Monthly Review , publicación “roja” que sigue asomándose a las librerías todavía hoy, contra viento y marea. Conviene releerlo ahora, en estos tiempos de gran confusión, en los que parece que hayamos olvidado cosas tan sencillas como las que el gran físico plantea aquí.

¿Debe quién no es un experto en cuestiones económicas y sociales opinar sobre el socialismo? Por una serie de razones creo que sí.

Permítasenos primero considerar la cuestión desde el punto de vista del conocimiento científico. Puede parecer que no hay diferencias metodológicas esenciales entre la astronomía y la economía: los científicos en ambos campos procuran descubrir leyes de aceptabilidad general para un grupo circunscrito de fenómenos para hacer la interconexión de estos fenómenos tan claramente comprensible como sea posible. Pero en realidad estas diferencias metodológicas existen. El descubrimiento de leyes generales en el campo de la economía es difícil porque la observación de fenómenos económicos es afectada a menudo por muchos factores que son difícilmente evaluables por separado. Además, la experiencia que se ha acumulado desde el principio del llamado período civilizado de la historia humana –como es bien sabido– ha sido influida y limitada en gran parte por causas que no son de ninguna manera exclusivamente económicas en su origen. Por ejemplo, la mayoría de los grandes estados de la historia debieron su existencia a la conquista. Los pueblos conquistadores se establecieron, legal y económicamente, como la clase privilegiada del país conquistado. Se aseguraron para sí mismos el monopolio de la propiedad de la tierra y designaron un sacerdocio de entre sus propias filas. Los sacerdotes, con el control de la educación, hicieron de la división de la sociedad en clases una institución permanente y crearon un sistema de valores por el cual la gente estaba a partir de entonces, en gran medida de forma inconsciente, dirigida en su comportamiento social.

Pero la tradición histórica es, como se dice, de ayer; en ninguna parte hemos superado realmente lo que Thorstein Veblen llamó “la fase depredadora” del desarrollo humano. Los hechos económicos observables pertenecen a esa fase e incluso las leyes que podemos derivar de ellos no son aplicables a otras fases. Puesto que el verdadero propósito del socialismo es precisamente superar y avanzar más allá de la fase depredadora del desarrollo humano, la ciencia económica en su estado actual puede arrojar poca luz sobre la sociedad socialista del futuro.

En segundo lugar, el socialismo está guiado hacia un fin ético-social. La ciencia, sin embargo, no puede establecer fines e, incluso menos, inculcarlos en los seres humanos; la ciencia puede proveer los medios con los que lograr ciertos fines. Pero los fines por si mismos son concebidos por personas con altos ideales éticos y –si estos fines no son endebles, sino vitales y vigorosos– son adoptados y llevados adelante por muchos seres humanos quienes, de forma semiinconsciente, determinan la evolución lenta de la sociedad.

Por estas razones, no debemos sobrestimar la ciencia y los métodos científicos cuando se trata de problemas humanos; y no debemos asumir que los expertos son los únicos que tienen derecho a expresarse en las cuestiones que afectan a la organización de la sociedad. Muchas voces han afirmado desde hace tiempo que la sociedad humana está pasando por una crisis, que su estabilidad ha sido gravemente dañada. Es característico de tal situación que los individuos se sienten indiferentes o incluso hostiles hacia el grupo, pequeño o grande, al que pertenecen. Como ilustración, déjenme recordar aquí una experiencia personal. Discutí recientemente con un hombre inteligente y bien dispuesto la amenaza de otra guerra, que en mi opinión pondría en peligro seriamente la existencia de la humanidad, y subrayé que solamente una organización supranacional ofrecería protección frente a ese peligro. Frente a eso mi visitante, muy calmado y tranquilo, me dijo: “¿porqué se opone usted tan profundamente a la desaparición de la raza humana?”

Estoy seguro que hace tan sólo un siglo nadie habría hecho tan ligeramente una declaración de esta clase. Es la declaración de un hombre que se ha esforzado inútilmente en lograr un equilibrio interior y que tiene más o menos perdida la esperanza de conseguirlo. Es la expresión de la soledad dolorosa y del aislamiento que mucha gente está sufriendo en la actualidad. ¿Cuál es la causa? ¿Hay una salida?

Es fácil plantear estas preguntas, pero difícil contestarlas con seguridad. Debo intentarlo, sin embargo, lo mejor que pueda, aunque soy muy consciente del hecho de que nuestros sentimientos y esfuerzos son a menudo contradictorios y obscuros y que no pueden expresarse en fórmulas fáciles y simples.

El hombre es, a la vez, un ser solitario y un ser social. Como ser solitario, procura proteger su propia existencia y la de los que estén más cercanos a él, para satisfacer sus deseos personales, y para desarrollar sus capacidades naturales. Como ser social, intenta ganar el reconocimiento y el afecto de sus compañeros humanos, para compartir sus placeres, para confortarlos en sus dolores, y para mejorar sus condiciones de vida. Solamente la existencia de éstos diferentes, y frecuentemente contradictorios objetivos por el carácter especial del hombre, y su combinación específica determina el grado con el cual un individuo puede alcanzar un equilibrio interno y puede contribuir al bienestar de la sociedad. Es muy posible que la fuerza relativa de estas dos pulsiones esté, en lo fundamental, fijada hereditariamente. Pero la personalidad que finalmente emerge está determinada en gran parte por el ambiente en el cual un hombre se encuentra durante su desarrollo, por la estructura de la sociedad en la que crece, por la tradición de esa sociedad, y por su valoración de los tipos particulares de comportamiento. El concepto abstracto “sociedad” significa para el ser humano individual la suma total de sus relaciones directas e indirectas con sus contemporáneos y con todas las personas de generaciones anteriores. El individuo puede pensar, sentirse, esforzarse, y trabajar por si mismo; pero él depende tanto de la sociedad -en su existencia física, intelectual, y emocional- que es imposible concebirlo, o entenderlo, fuera del marco de la sociedad. Es la “sociedad” la que provee al hombre de alimento, hogar, herramientas de trabajo, lenguaje, formas de pensamiento, y la mayoría del contenido de su pensamiento; su vida es posible por el trabajo y las realizaciones de los muchos millones en el pasado y en el presente que se ocultan detrás de la pequeña palabra “sociedad”.

Es evidente, por lo tanto, que la dependencia del individuo de la sociedad es un hecho que no puede ser suprimido — exactamente como en el caso de las hormigas y de las abejas. Sin embargo, mientras que la vida de las hormigas y de las abejas está fijada con rigidez en el más pequeño detalle, los instintos hereditarios, el patrón social y las correlaciones de los seres humanos son muy susceptibles de cambio. La memoria, la capacidad de hacer combinaciones, el regalo de la comunicación oral ha hecho posible progresos entre los seres humanos que no son dictados por necesidades biológicas. Tales progresos se manifiestan en tradiciones, instituciones, y organizaciones; en la literatura; en las realizaciones científicas e ingenieriles; en las obras de arte. Esto explica que, en cierto sentido, el hombre puede influir en su vida y que puede jugar un papel en este proceso el pensamiento consciente y los deseos.

El hombre adquiere en el nacimiento, de forma hereditaria, una constitución biológica que debemos considerar fija e inalterable, incluyendo los impulsos naturales que son característicos de la especie humana. Además, durante su vida, adquiere una constitución cultural que adopta de la sociedad con la comunicación y a través de muchas otras clases de influencia. Es esta constitución cultural la que, con el paso del tiempo, puede cambiar y la que determina en un grado muy importante la relación entre el individuo y la sociedad como la antropología moderna nos ha enseñado, con la investigación comparativa de las llamadas culturas primitivas, que el comportamiento social de seres humanos puede diferenciar grandemente, dependiendo de patrones culturales que prevalecen y de los tipos de organización que predominan en la sociedad. Es en esto en lo que los que se están esforzando en mejorar la suerte del hombre pueden basar sus esperanzas: los seres humanos no están condenados, por su constitución biológica, a aniquilarse o a estar a la merced de un destino cruel, infligido por ellos mismos.

Si nos preguntamos cómo la estructura de la sociedad y de la actitud cultural del hombre deben ser cambiadas para hacer la vida humana tan satisfactoria como sea posible, debemos ser constantemente conscientes del hecho de que hay ciertas condiciones que no podemos modificar. Como mencioné antes, la naturaleza biológica del hombre es, para todos los efectos prácticos, inmodificable. Además, los progresos tecnológicos y demográficos de los últimos siglos han creado condiciones que están aquí para quedarse. En poblaciones relativamente densas asentadas con bienes que son imprescindibles para su existencia continuada, una división del trabajo extrema y un aparato altamente productivo son absolutamente necesarios. Los tiempos — que, mirando hacia atrás, parecen tan idílicos — en los que individuos o grupos relativamente pequeños podían ser totalmente autosuficientes se han ido para siempre. Es sólo una leve exageración decir que la humanidad ahora constituye incluso una comunidad planetaria de producción y consumo.

Ahora he alcanzado el punto donde puedo indicar brevemente lo que para mí constituye la esencia de la crisis de nuestro tiempo. Se refiere a la relación del individuo con la sociedad. El individuo es más consciente que nunca de su dependencia de sociedad. Pero él no ve la dependencia como un hecho positivo, como un lazo orgánico, como una fuerza protectora, sino como algo que amenaza sus derechos naturales, o incluso su existencia económica. Por otra parte, su posición en la sociedad es tal que sus pulsiones egoístas se están acentuando constantemente, mientras que sus pulsiones sociales, que son por naturaleza más débiles, se deterioran progresivamente. Todos los seres humanos, cualquiera que sea su posición en la sociedad, están sufriendo este proceso de deterioro. Los presos a sabiendas de su propio egoísmo, se sienten inseguros, solos, y privados del disfrute ingenuo, simple, y sencillo de la vida. El hombre sólo puede encontrar sentido a su vida, corta y arriesgada como es, dedicándose a la sociedad.

La anarquía económica de la sociedad capitalista tal como existe hoy es, en mi opinión, la verdadera fuente del mal. Vemos ante nosotros a una comunidad enorme de productores que se están esforzando incesantemente privándose de los frutos de su trabajo colectivo — no por la fuerza, sino en general en conformidad fiel con reglas legalmente establecidas. A este respecto, es importante señalar que los medios de producción –es decir, la capacidad productiva entera que es necesaria para producir bienes de consumo tanto como capital adicional– puede legalmente ser, y en su mayor parte es, propiedad privada de particulares.

En aras de la simplicidad, en la discusión que sigue llamaré “trabajadores” a todos los que no compartan la propiedad de los medios de producción — aunque esto no corresponda al uso habitual del término. Los propietarios de los medios de producción están en posición de comprar la fuerza de trabajo del trabajador. Usando los medios de producción, el trabajador produce nuevos bienes que se convierten en propiedad del capitalista. El punto esencial en este proceso es la relación entre lo que produce el trabajador y lo que le es pagado, ambos medidos en valor real. En cuanto que el contrato de trabajo es “libre”, lo que el trabajador recibe está determinado no por el valor real de los bienes que produce, sino por sus necesidades mínimas y por la demanda de los capitalistas de fuerza de trabajo en relación con el número de trabajadores compitiendo por trabajar. Es importante entender que incluso en teoría el salario del trabajador no está determinado por el valor de su producto.

El capital privado tiende a concentrarse en pocas manos, en parte debido a la competencia entre los capitalistas, y en parte porque el desarrollo tecnológico y el aumento de la división del trabajo animan la formación de unidades de producción más grandes a expensas de las más pequeñas. El resultado de este proceso es una oligarquía del capital privado cuyo enorme poder no se puede controlar con eficacia incluso en una sociedad organizada políticamente de forma democrática. Esto es así porque los miembros de los cuerpos legislativos son seleccionados por los partidos políticos, financiados en gran parte o influidos de otra manera por los capitalistas privados quienes, para todos los propósitos prácticos, separan al electorado de la legislatura. La consecuencia es que los representantes del pueblo de hecho no protegen suficientemente los intereses de los grupos no privilegiados de la población. Por otra parte, bajo las condiciones existentes, los capitalistas privados inevitablemente controlan, directamente o indirectamente, las fuentes principales de información (prensa, radio, educación). Es así extremadamente difícil, y de hecho en la mayoría de los casos absolutamente imposible, para el ciudadano individual obtener conclusiones objetivas y hacer un uso inteligente de sus derechos políticos.

La situación que prevalece en una economía basada en la propiedad privada del capital está así caracterizada en lo principal: primero, los medios de la producción (capital) son poseídos de forma privada y los propietarios disponen de ellos como lo consideran oportuno; en segundo lugar, el contrato de trabajo es libre. Por supuesto, no existe una sociedad capitalista pura en este sentido. En particular, debe notarse que los trabajadores, a través de luchas políticas largas y amargas, han tenido éxito en asegurar una forma algo mejorada de “contrato de trabajo libre” para ciertas categorías de trabajadores. Pero tomada en su conjunto, la economía actual no se diferencia mucho de capitalismo “puro”. La producción está orientada hacia el beneficio, no hacia el uso. No está garantizado que todos los que tienen capacidad y quieran trabajar puedan encontrar empleo; existe casi siempre un “ejército de parados”. El trabajador está constantemente atemorizado con perder su trabajo. Desde que parados y trabajadores mal pagados no proporcionan un mercado rentable, la producción de los bienes de consumo está restringida, y la consecuencia es una gran privación. El progreso tecnológico produce con frecuencia más desempleo en vez de facilitar la carga del trabajo para todos. La motivación del beneficio, conjuntamente con la competencia entre capitalistas, es responsable de una inestabilidad en la acumulación y en la utilización del capital que conduce a depresiones cada vez más severas. La competencia ilimitada conduce a un desperdicio enorme de trabajo, y a ése amputar la conciencia social de los individuos que mencioné antes.

Considero esta mutilación de los individuos el peor mal del capitalismo. Nuestro sistema educativo entero sufre de este mal. Se inculca una actitud competitiva exagerada al estudiante, que es entrenado para adorar el éxito codicioso como preparación para su carrera futura.

Estoy convencido de que hay solamente un camino para eliminar estos graves males, el establecimiento de una economía socialista, acompañado por un sistema educativo orientado hacia metas sociales. En una economía así, los medios de producción son poseídos por la sociedad y utilizados de una forma planificada. Una economía planificada que ajuste la producción a las necesidades de la comunidad, distribuiría el trabajo a realizar entre todos los capacitados para trabajar y garantizaría un sustento a cada hombre, mujer, y niño. La educación del individuo, además de promover sus propias capacidades naturales, procuraría desarrollar en él un sentido de la responsabilidad para sus compañeros-hombres en lugar de la glorificación del poder y del éxito que se da en nuestra sociedad actual.

Sin embargo, es necesario recordar que una economía planificada no es todavía socialismo. Una economía planificada puede estar acompañada de la completa esclavitud del individuo. La realización del socialismo requiere solucionar algunos problemas sociopolíticos extremadamente difíciles: ¿cómo es posible, con una centralización de gran envergadura del poder político y económico, evitar que la burocracia llegue a ser todopoderosa y arrogante? ¿Cómo pueden estar protegidos los derechos del individuo y cómo asegurar un contrapeso democrático al poder de la burocracia?

La claridad sobre los objetivos y problemas del socialismo es de gran importancia en esta nuestra era de transición. Dado que, en las circunstancias actuales, la discusión libre y sin trabas de estos problemas se ha convertido en un poderoso tabú, considerado que la fundación de esta revista es un importante servicio público.

Fuente: http://www.elviejotopo.com/articulo/por-que-socialismo/

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