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Entrevista a Enrique Dussel: La filosofía de la liberación, en toda Latinoamérica

Por: Mónica Mateos-Vega

La pandemia y los nuevos medios de comunicación, como el Zoom, hacen posible que por primera vez la filosofía latinoamericana esté planteando al mundo preguntas y no simplemente comente los argumentos de autores eurocentristas, celebra Enrique Dussel. Hace medio siglo, el también historiador y teólogo comprendió la importancia de la descolonización de nuestro pensamiento. Próximamente, el CFE publicará el libro ‘La Estética de la liberación’. Foto Marco Peláez. Mónica Mateos-Vega

Ciudad de México. Por primera vez en la historia, la filosofía latinoamericana, aquella que germinó del pensamiento de Enrique Dussel (1934, Mendoza, Argentina; naturalizado mexicano), está planteando al mundo preguntas y no simplemente comentando los argumentos de autores eurocentristas.

Así lo explica en entrevista con La Jornada quien es considerado uno de los padres de la filosofía de la liberación, a propósito de una antología de su obra, con ese título, que acaba de publicar la editorial Akal, la cual incluye las tesis fundamentales de la enorme ventana filosófica, abierta de par en par por el maestro hace medio siglo.

Se trata de un libro de más de 900 páginas, “un kilo de filosofía”, bromea Dussel antes de iniciar la charla a distancia en la que la frescura de sus ideas se concreta, como siempre, en una clase magistral.

“La pandemia y estos nuevos medios para comunicarnos, como el Zoom –explica el también historiador y teólogo–, han hecho posible que la filosofía de la liberación esté presente en todos los países latinoamericanos, en grupos importantes y en congresos específicamente dedicados a ella; por ejemplo, en Argentina hay diplomados, en Chile he dado conferencias; toda América Latina se ha hecho presente porque es una filosofía crítica, la única que no está repitiendo el pensamiento europeo o haciendo comentarios de lo que dicen Jürgen Habermas (Gummersbach, Alemania, 1929) y otros autores europeos.

“Nosotros ya pensamos con nuestra cabeza y más bien les planteamos a ellos los problemas en los que no han pensado, porque todo ese pensamiento filosófico europeo-estadunidense es del centro y nosotros estamos en la periferia. Ellos no han pensado qué han provocado en la periferia y en el mundo colonial, qué es lo que han destruido, cuál es su culpabilidad.

“Entonces, son ellos los que tienen que comenzar a repensar su propia filosofía y se los estamos indicando. Hemos logrado una gran presencia en Alemania, Italia, Francia; en Estados Unidos hay todo un movimiento de filosofía de la liberación entre los latinos; entonces, se ha universalizado.

“La idea de fondo es que América Latina está luchando por lo que llamo segunda emancipación, y eso lo dijeron el filósofo peruano Carlos Mariátegui (1894-1930) y el cubano José Martí (1853-1895): la segunda emancipación ya no es de España y Portugal, es de Estados Unidos.”

El libro Filosofía de la liberación: una antología está dedicado al doctor Juan José Bautista, filósofo boliviano y alumno de Dussel, quien junto con Katya Colmenares se encargó de escribir la introducción, y que lamentablemente falleció el año pasado.

El ex rector de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) insiste en que hay un pensamiento europeo-estadunidense “que tiene la hegemonía de la palabra filosófica, y entonces todos nuestros filósofos se cansan de citar autores, sobre todo franceses, alemanes e ingleses, y la filosofía entre nosotros es comentario, no enfrentar la realidad”.

Pero la filosofía de la liberación, celebra el autor de 74 libros y más de 400 artículos sobre el tema, “se ha movilizado ya por todo el continente, aun por Estados Unidos y Europa, porque es un pensamiento decolonial, de la vida, y tenemos muchas cosas qué decir de esta pandemia y de esta crisis mundial.

“Estamos cumpliendo 52 años de haber iniciado el proceso de pensar a América Latina desde nuestra filosofía. En esta antología hay artículos que publiqué en 1965 en la Revista de Occidente, en Madrid, (editada por la Fundación José Ortega y Gasset), sobre una historia de América Latina distinta a la eurocéntrica. En realidad, anticipamos lo que hoy se conoce como el proceso de descolonización. Soy uno de los teóricos, junto con Ramón Grosfoguel y Walter Mignolo, de la descolonización de nuestro pensamiento; eso es la filosofía latinoamericana”.

La segunda emancipación, detalla Dussel, tiene que ver tanto con “el problema de la dictadura en Nicaragua, lo que están sufriendo Venezuela, Cuba, con el golpe de Estado en Honduras y ahora su gobierno democrático; todo es parte de la lucha contra Estado Unidos para tener nosotros el pie de igualdad y no ser el patio trasero, sino una pieza de la casa. Es toda una crisis que vive América Latina, que no es igual a lo que pasa en África, o en el mundo islámico, o en el Oriente.

“La lucha latinoamericana se debe al enfrentamiento con Estados Unidos; por eso, cuando el presidente Andrés Manuel López Obrador dice que la Organización de Estados Americanos (OEA) no sirve para nada, estamos completamente de acuerdo, al igual que cuando propone que hay que conformar una Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe, pues la OEA es el departamento colonial estadunidense en América Latina desde donde se organizan golpes de Estado para luego decirnos que no somos democráticos.

“En la segunda emancipación tenemos que ser considerados países libres, con una soberanía cuyo sujeto es el pueblo latinoamericano, no los dictámenes de Estados Unidos. Por eso, la filosofía de la liberación es muy crítica del avasallamiento y dominación que ese país ha hecho, y del pensamiento estadunidense y europeo metropolitano y colonial.

“La filosofía de la liberación es un sistema filosófico abierto, no son temitas lanzados al aire. Es un pensamiento académico, concreto, que tiene todo: lógica, antropología, historia, ética, política, tecnología y ahora, hasta la estética (su próximo libro).”

Dussel, profesor fundador y ahora emérito de la Universidad Autónoma Metropolitana, narra que cuando vivió en Europa varios años estudió la filosofía helenocentrista. “La conozco bien, pero hago una filosofía latinoamericana, desde nuestras tradiciones. He luchado por ella; luego de 50 años y de haber sido discriminado en un principio en instituciones como la Universidad Nacional Autónoma de México, ahora me toca cosechar los frutos de una fidelidad crítica que ya es aceptada, pues se trata de un pensamiento que es el futuro.

“Luego de todo este trabajo, ya estoy listo para rendir cuentas. Los años pesan, tengo 87. Si se termina la pandemia creo que puedo volver a dar clases presenciales y eso me rejuvenece, pues soy más comunicante en el sentido oral que escribiendo, entusiasmo a los alumnos y me sirve para recibir el impulso de seguir viviendo y pensando para ellos.

“Como decía León-Portilla: tengo mucha juventud acumulada, y ahora con Pablo Gonzalez Casanova cumpliendo 100 años, vamos a ver si llegamos también”, concluyó el filósofo.

Fuente de la información e imagen:  https://www.jornada.com.mx

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Raquel Díez: «Hay más dificultad de trabajar temáticas de igualdad con las familias que con el alumnado, que las naturaliza»

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  • Raquel Díez es maestra. Ahora mismo imparte en educación infantil. Además, es licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas y es una apasionada de la escritura. A esto se suma su compromiso con la igualdad, que la llevó a hacerse coordinadora de Igualdad en diferentes centros educativos en Andalucía. Todo esto es el cóctel que hizo que hace unos años comenzara una colección de álbumes ilustrados que, junto a los materiales y actividades didácticas que los acompañan, le hayan supuesto la recepción del Premio Rosa Regás que adjudica la Junta de Andalucía a los materiales coeducativos.

Letras Coeducativas es el nombre del proyecto que aglutina, no solo cuatro títulos de álbumes ilustrados que ha escribo Raquel. Detrás de estos hay una plataforma web en la que ella misma se ha dedicado a crear todo tipo de material didáctico para que puedan usar las familias y el profesorado. Una colección pensada para trabajar desde infantil hasta el último curso de primaria y en la que se tratan diferentes asuntos como la igualdad, la lucha contra los estereotipos de género, o la libertad afectivo-sexual de sus personajes.

Raquel Díez es la responsable en buena medida tras escribir El príncipe Serafín, un álbum para el que le costó encontrar editorial. «Me decían que era raro», comenta la autora. El personaje principal no tiene definida explícitamente su orientaciún sexual, algo que, según comenta Díez, niñas y niños suelen naturalizar sin demasiado problema pero que en el mundo adulto, a veces, cuesta más. Hablamos con ella de estos y otros asuntos relacionados con su labor y la igualdad entre hombres y mujeres.

Hace poco que te han dado el premio Rosa Regás en la Junta de Andalucía a la colección Letras Coeducativas ¿nos puedes contar en qué consiste?

A parte de ser maestra soy escritora de literatura infantil y, además, hace muchos años que soy coordinadora de igualdad en muchos de los centros en los que he estado. Las personas que trabajamos en igualdad necesitamos una especie de instrucciones para trabajar en los centros, el plan de igualdad estratégico, que tiene unos objetivos y contenidos, y es una serie de temáticas que tenemos que abordar en los centros.

Pero el profesorado se ve desbordado de trabajo en muchas cosas, a parte de la programación académica. Cuando nos enfrentamos a estas cosas tenemos el problema de que no tenemos tiempo. Se me ocurrió utilizar unos títulos de la biblioteca para, a través de la literatura trabajar en igualdad. Abordar, a nivel de centro, todos los contenidos. ¿Cómo lo hago? Se me ocurrió hacer unos títulos y que cada uno estuviera dedicado a una etapa: infantil, a los dos ciclos de primaria.

A raíz de trabajar los libros, he creado una plataforma en mi web con el proyecto que es lo que ha sido premiado. Llevamos muchos años de trabajo detrás. He ido elaborando materiales y recursos conforme a los contenidos de los planes de igualdad de los centros. En la plataforma se encuentran recursos didácticos tanto para el alumnado como el profesorado. Utilizo metodologías como los juegos interactivos, lecturas activas, videocuentos, concursos… Y, a parte, fichas didácticas y propuestas para el profesorado, un monón de recursos.

Creía que el premio era tan solo por los libros, pero veo que hay mucho detrás…

El premio está diseñado en dos modalidades. Una es para proyectos que no han sido publicados y que pueden ser materiales sobre igualdad que ha elaborado el profesorado en los centros. Y la otra es para materiales ya publicados, referentes a temas coeducativos. Como además de los libros hice todo un proyecto didáctico con los materiales, entiendo que se ha elaborado todo ese trabajo.

¿Cómo es que te haces coordinadora de igualdad? ¿Por qué?

La primera vez que cogí el plan de igualdad yo estaba un poco perdida, como está mucha parte del prfesorado que, de hecho, requiere mucha formación en igualdad. Incluso en los mismos conceptos sobre qué es el feminismo la sociedad todavía tiene conceptos erróneos. El profesorado necesita una formación en igualdad. Yo, a raíz de ser coordinadora, he recibido unos cursos y me he formado en esta materia. He estado todos estos años aprendiendo y siento la necesidad de formar al profesorado, sobre todo, para trabjar estas temáticas y hacer que la sociedad avance. A día de hoy, nuestra generación tiene cierta limitación en los conceptos. Hay, incluso, más problema de trabajar estas temáticas en las familias que en el alumnado, que lo naturaliza. Las nuevas generaciones lo ven todo con más naturalidad.

Leía unas declaraciones tuyas sobre los problemas que a veces teníais con las familias por estas cuestiones. No sé si has notado cambios a lo largo de estos años, a peor…

Empeorado no, afortunadamente. Aunque siempre hay casos aislados; no son la gran mayoría, ni mucho menos. Cada vez que avanzan las generaciones los temas se ven con naturalidad. Pero es verdad que hay reticencias por parte de las familias. Hay casos, aunque no sean la generalidad. Hay falta de conciencia y, sobre todo, no se termina de normalizar en las familias y esto sería muy necesario porque los niños y las niñas sufren. Se dan problemas de convivencia en los centros por las discriminaciones sexistas, desafortunadamente. Son cosas en las que tenemos que estar constantemente trabajando. Es una cosa constante, una realidad educativa. No puede mirar para otro lado porque está ahí, como está ahí cualquier otra cosa de la vida cotidiana.

¿No te cansa un poco esa especie de trabajo de Sísifo de repetir cada cierto tiempo las mismas cosas?

Sinceramente me gusta lo que hago. La enseñanza es así, dinámica. Aunque repitas contenidos los puedes trabajar de múltiples maneras. Si analizas el proyecto, se trabaja la motivación del alumnado, la innovación para el profesorado que puede hacer que se motive para trabajar desde un punto de vista globalizado y no parcelado en las áreas.

¿Cómo consigues este trabajo?

Yo lo consigo a través de la literatura. La lectura de un libro es algo fácil de trabajar en cualquier área. No solo trabajamos la narrativa escrita sino también la audiovisual. Como te comentaba, hay muchos recursos lúdicos, interactivos y audiovisuales de cara a motivar en las metodologías activas. Gracias al centro de interés de un libro, se pueden trabajar millones de contenidos desde las diferentes áreas.

Entrando en harina ¿cuáles son los temas que tratas en los libros?

Los libros están editados por una editorial valenciana: Onada Imagina. Una editorial que ha confiado en el proyecto desde el principio. El primero de los libros fue El príncipe Serafín. Pero empiezo por el libro de infantil (3-6) que es Pepota y Pepino. El premio lo siento compartido tanto con la editorial como con las ilustradoras que me acompañan. Además del trabajo didáctico que yo he podido hacer, ellas han colaborado con todo lo demás del ámbum ilustrado. Las imágenes son muy importantes en este trabajo. En el caso de Pepota y Pepino el libro está ilustrado por Desirée Acevedo. En él, rompemos con los esterotipos sexistas en la socialización primaria en el niño y la niña. Pepino es un niño que lleva zapatos rosas, que le gusta la cocina, es más asustadizo mientras Pepota es más aventurera. Él lee, juega a la comba, ella hace el pino. Damos un concepto de niño y niña muy diferente al del niño de azul y la niña de rosa. Se trabaja también el lenguaje no sexista. Los textos son divertidos, cortos, con mucha rima. El libro está pensado para el 3-6 años como todos los materiales y fichas.

Luego tenemos Me encanta mi papá, que es para el primer ciclo de primaria. Este se centra en una imagen que huye de los estereotipos de género y muestra los diferentes modelos familiares como, por ejemplo, el de un padre que además de tener su trabajo, cuida del niño, plancha, hace la compra lleva al niño al colegio, lee cuentos, ayuda con la tarea… Las ilustraciones son de Sylvia Vivanco, que es la otra ilustradora del proyecto. El libro está libre de estereotips sexista, con textos muy rítmicos.

El tercer libro es Mi mamá es única, también con Sylvia Vivanco. En él se ensalza la figura de la mujer como madre cuidadora y también como trabajadora. Se fomenta la inclusión de la mujer en la sociedad, con trabajos que tradicionalmente se han visto como de hombres. Va presentando estos trabajos como la policía, la conductora, la arregla todo, la correcaminos, la deportista…

Por último está El príncipe Serafín. Este es un libro muy especial, el primero que saqué y que dediqué a la censura literaria, por el trabajo que costó que saliera….

¿Qué es lo que sucedió?

Hay que ser feliz más allá de los dictados sociales. El libro lo dediqué a la censura, a los protocolos, al conformismo, a los tabúes, al convencionalismo, a la exclusión. Para mí fue un acto de reveldía, en el libro hice lo que me dió la gana. Costó mucho poder publicar el libro, porque las editoriales lo veían raro. En España han salido de temáticas parecidas, pero este es el primer álbum ilustrado que presenta esta figura con este tipo de masculinidad.

Serafín vive obsesionado con el matrimonio porque lo dicta la tradición. Decide poner un anuncio para encontrar pretendientes y pretendientas y se viste con sus mejores galas. Aparecen en las páginas del libro una serie de personajes, como la Vampira Casimira; el Brujo Don Pirujo; la Rana Juana, que le acosa para que le bese (se trabaja el aprender a decir no); también está el Sireno Macareno, que busca un matrionio de conveniencia… El principe se va encontrando con todo tipo de estereotipos y acaba la cosa con la Pirata Renata. Serafín se enamora de ella pero ella no quiere casarse con nadie y le anima a luchar por su sueño, que es bailar. Y se da cuenta de que su felicidad no está dentro de un vínculo amoroso sino en lo que realmente le hace feliz.

La historia ensalza la libertad; naturaliza también la sexualidad del personaje. No se sabe si es heterosexual u homosexual. ¿Por qué le tenemos que catalogar? Él busca a la persona, un vínculo amoroso que cree que le hará feliz. Él se relaciona y punto. No me gusta estereotiparlo.

Además de los libros tienes otro materia, ¿no?

En la web hay propuestas didácticas de cada libro, se le explica al profesorado cómo puede ir trabajando en cada ficha. Son propuestas y actividades también para el alumnado. Todo esto se puede descargar desde la web. También hay talleres coeducativos con los materiales. Y en cada taller encuentras las actividades, los juegos interactivos, imágenes. Y también están los recursos para el profesorado que, además, tiene una sección propia dentro de la web. Propuestas didácticas, fichas, actividades interactivas, el vídeocuento, las obras teatrales, desarrollos teatrales…

La enseñanza, la creatividad, la escritura es algo que me gusta y cuando algo te gusta sacas tiempo de donde no lo tienes

¿De dónde sacas el tiempo para hacer todo esto?

Pues me paso el tiempo haciendo estas cosas, probándolas en clase; por las tardes me organizo la programación con cuentos. Ahora estoy dando Música y esto me lleva a pensar un proyecto con la música. Voy buscando un poco en función de mis necesidades. Muchas veces no nos gustan los materiales que tenemos a mano o no nos parecen fáciles, de manera que yo los creo. Realmente trabajo para mí. Y para aportar. Todos estos recursos de la web son gratuitos, se los puede descargar cualquiera.

Me he formado en diseño de páginas web, en audiovisuales y, además de maestra, soy licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas y estuve trabajando en una empresa de publicidad. Para mí todo lo que es la creatividad es un mundo que me fascina. La enseñanza, la creatividad, la escritura es algo que me gusta y cuando algo te gusta sacas tiempo de donde no lo tienes.

¿Cómo te ha caído el premio de la Junta?

Es un reconocimiento a tu labor y se agradece. Porque muchas veces nos hartamos de trabajar y yo gano lo mismo que cualquiera. No gano nada, realmente. Los recursos están ahí para quien los quiera utilizar, yo comparto mi trahajo y realmente nadie me paga por hacer esto. El reconocimiento me cae bien: lo que hago le sirve a las personas y encima me lo reconocen como un buen trabajo. Es bonito y un orgullo. Que lo que hago gusta, funciona, está ayudando. Y a mí, con que a una persona le valga, me quedo contenta. Pienso que es una ayuda, sobre todo pensando en los y las niñas. No solo están para aprender matemáticas, lengua y ciencias. Tienen que aprender valores de tolerancia y la vida social.

No sé cómo lo percibes pero me parece que en los últimos años hay más tensión sobre el profesorado para que no habléis de según qué cosas para evitar problemas con las familias, con la administración… Algo que parece que estaría superadísimo…

Los docentes tenemos que justificar todo lo que hacemos, aunque nos obliga la ley a trabajar esta temática. Por ley los centros tienen que trabajar estas cosas. La inspección educativa también revisa los planes de Igualdad porque es oblgiatorio trabajar estos contenidos. Y aún así, el profesorado tiene que justificar por que lo hace.

O la educación emocional que es tan importante. Estamos con los contenidos sin cambiar. Año tras año hacemos los mismos contenidos, con los mismos libros de texto. Los sinónimos, los antónomos, todos los años lo mismo, de 1º a 6º. ¿Dónde está la educación emocional o el funcionamiento del cerebro? Si no sabes cómo funciona el cerebro, o lo que es una repsuesta asertiva y una agresiva… Si no le dedicas tiempo a esto en los colegios, la mayoría no lo van a hacer porque no hay formación.

Este tipo de contenidos me parecen necesarios. Necesarios para nosotros mismos: conocernos como personas es lo más importante. A raíz de conocernos y saber cómo motivarnos, vas a saber estudiar, vas a querer ser lo que quieras.

Y tener la capacidad de creer que puedes hacerlo. Que hay muchas personas sin autoestima ninguna. Que piensan “esto no es para mí, yo no tengo oportunidades”, y no. Tenemos un sistemas en que, aunque todavía hay muchas desigualdades, todavía podemos empezar una educación y llegar muy alto, que todavía tenemos becas para estudiar.

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/01/24/hay-mas-dificultad-de-trabajar-tematicas-de-igualdad-con-las-familias-que-con-el-alumnado-que-las-naturaliza/

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Murió Jorge Zabalza, exdirigente tupamaro en Uruguay

Por: Revista ZUR

Este 23 de febrero murió Jorge Zabalza, exintegrante del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros de UruguayCompartimos una entrevista realizada por Raúl Zibechi y Diego Castro, y publicada por la Revista ZUR.

Su apodo era “Tambero”. Fue dirigente del Movimiento de Liberación Nacional – Tupamaros ( MLN-T), preso como rehén de la dictadura militar entre 1972 y 1985. Había iniciado su militancia en la Facultad de Derecho, donde estudiaba.

Junto a 105 compañeros se escaparon del Penal de Punta Carretas en 1971, siendo una de las acciones más destacadas de la organización armada.

Su hermano, Ricardo fue rematado por la policía tras una acción tupamara, la toma de Pando de 1969, que fue la primera acción de guerrilla urbana en Uruguay.

Fue crítico con la actividad institucional y en particular con el Frente Amplio, fuerza que integró y de la que se fue apartando progresivamente.  Cuestionó a José Mujica por su papel a favor del sistema: “Mujica transformó su pasado en un relato épico; hoy es operador del capitalismo”, sostuvo en una entrevista con el diario El Observador.

Dirigió el periódico Mate Amargo y escribió varios libros. El último, “La leyenda insurgente”, fue motivo de la entrevista que le hicimos con Diego Castro en su casa en Santa Catalina, un barrio popular de la periferia de Montevideo, en noviembre de 2019.

Fuente de la información e imagen: https://desinformemonos.org

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José Luis Murillo: “Hemos heredado un sistema educativo pensado para obedecer y estandarizar”

Por: Laura Román

José Luis Murillo es un maestro rural jubilado. Durante más de 20 años lideró un proyecto de innovación educativa con metodologías activas en el que no utilizó ni libros de texto, ni exámenes, ni deberes o notas.

José Luis Murillo ha sido maestro rural durante 37 años y 23 de ellos los ha pasado en la escuela de Sahún, un pequeño municipio aragonés enclavado en el valle de Benasque, en Huesca. En junio de 2019, el Gobierno de Aragón entregó el Premio de Innovación en la Escuela Rural a este centro, en el que se lleva a cabo un proyecto de innovación teniendo como base las metodologías activas, además de otros aspectos como el respeto por los ritmos de aprendizaje, agrupación de los estudiantes por niveles y no por edades, horarios por bloques de actividades (y no por materias y áreas)… y todo ello sin libros de texto.

Todos estos elementos protagonizan su libro ‘Metodologías activas. Recursos para el aula (o qué podemos hacer en el cole sin libros de texto, asignaturas, deberes, exámenes ni notas)’ a modo de recursos para los docentes. En él explica diferentes actividades en las que ni las materias, los libros de texto, los deberes, los exámenes ni las notas tienen especial relevancia, y que ha podido aplicar en el entorno rural debido a las circunstancias que lo rodean: ratios bajas, educación más personalizada, mayor proximidad y participación de la comunidad educativa y del propio territorio…

No obstante, el maestro señala que no es fácil aplicar las metodologías activas de esta forma ya que, como asegura, “hemos heredado un sistema educativo nacido en el siglo XVIII y pensado para obedecer, estandarizar y seleccionar a través de una metodología tradicional y la mera transmisión de conocimientos”. Y en esas,  considera, que aún sigue la comunidad educativa en su conjunto.

Pregunta: ¿Qué es lo que se puede hacer en el cole sin libros de texto, asignaturas, deberes, exámenes ni notas?

Respuesta: Convivir, disfrutar, compartir aprendizajes, crecer con menor sufrimiento, cuidar y cuidarnos, respetar ritmos y estilos de aprendizaje… y ayudar a que nuestros estudiantes adquieran herramientas emocionales, intelectuales y sociales para el día a día y para vivir en la sociedad actual.

Educación metodologías activas

P: ¿Por qué cree que siguen teniendo tanto peso en el aula todos estos elementos?

R: Hemos heredado un sistema educativo nacido en el siglo XVIII (para aquella sociedad) y pensado para obedecer, estandarizar y seleccionar a través de una metodología tradicional y la mera transmisión de conocimientos.

Hubo un momento de transformación a comienzos del siglo XX con un nuevo paradigma educativo de la mano de los movimientos de renovación pedagógica, de los que fuimos vanguardia mundial en aquel tiempo, pero con el Franquismo volvimos a ese sistema educativo y a ese paradigma tradicional.

Es el marco mental desde el que la administración continúa legislando y actuando (formación del profesorado, oposiciones, inspección, currículo enciclopédico, sistema de evaluación desde una visión propedéutica, centros sin autonomía…); y al profesorado, del que al final depende lo que ocurre en el aula, ante su responsabilidad y ante las demandas de las familias y de esa administración, todos esos elementos le dan seguridad por la inercia de lo que ha vivido y conoce, en lo que le han formado y de lo que se encuentra al comenzar su andadura: metodologías tradicionales, incluso en la incorporación de las actuales Tecnologías Digitales (TEDIs), y fetichismo por los recursos materiales.

Niños en colegio metodologías activas

P: Usted ha sido maestro rural durante 37 años. ¿Cuáles son los principales éxitos y fracasos de la escuela rural?

R: El principal éxito de las escuelas rurales que trabajan con buenas prácticas podría ser el de garantizar la equidad educativa, el derecho de esos estudiantes a una educación de calidad, contribuyendo a mantener vivos los pueblos y los territorios rurales; y el principal fracaso, quizás, su invisibilidad incluso en la formación del profesorado que, en general, no las contempla.

P: Su libro está estructurado a modo de ‘recetas’ o fichas básicas en las que propone distintos recursos que, como señala en la introducción del manual, han funcionado en las escuelas rurales donde las metodologías tradicionales naufragan. ¿Por qué?

R: En las escuelas rurales nos encontramos con aulas multigrado (en las que conviven alumnos de diferentes niveles), ratios bajas, educación más personalizada, mayor proximidad y participación de la comunidad educativa y del territorio… y todo eso dificulta enormemente la finalidad de las metodologías tradicionales a la hora de inculcar obediencia, estandarizar, seleccionar a las niñas y niños, transmitir conocimientos, y de cerrar los muros del aula.

«Esa mirada diferente de valorar lo emocional y lo social es incompatible con el paradigma de la educación y la escuela tradicional»

P: ¿Qué es lo que aportan las metodologías activas a la educación actual? ¿Cómo influirán en el futuro educativo?

R: Aportan la posibilidad de recuperar el protagonismo de las niñas y niños en los procesos de aprendizaje; de que la educación y la escuela se adapten a ellos reduciendo el fracaso de nuestro sistema educativo; y de facilitar los aprendizajes para las nuevas necesidades que la actual sociedad digital y líquida plantea: autonomía, fluidez, capacidad crítica, creatividad, colaboración y cooperación, trabajo en equipo…

Las metodologías activas también influyen positivamente y son imprescindibles para lo que propone Jacques Delors en ‘Los cuatro pilares de la educación’ para el futuro: aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser.

«El principal éxito de las escuelas rurales que trabajan con buenas prácticas es garantizar la equidad educativa, el derecho de esos estudiantes a una educación de calidad»

P: La asamblea en clase, el diálogo de la mañana, el juego libre, el huerto escolar… En todos estos recursos la educación emocional y la social tienen especial relevancia. ¿Cree que se valoran estas formas de educación en la actualidad?

R: Depende. Si se usan metodologías activas de verdad sí, pero si se continúa con metodologías y planteamientos tradicionales simplemente cambiando los nombres, o maquillándolos con pantallas, redes y pizarras digitales no, ya que esa mirada diferente de valorar lo emocional y lo social es incompatible con el paradigma de la educación y la escuela tradicional.

Niños colegio

P: ¿Qué es lo que falta en el ámbito educativo actual?

R: Lo primero, pararse: salir del marco mental de la educación tradicional para ponernos al día; escuchar a las protagonistas de los procesos educativos (estudiantes, docentes, familias) que están en las aulas; reflexionar sobre qué educación y qué escuela queremos y para qué la queremos como sociedad, priorizando el desarrollo de las niñas y niños y no el del mercado; planificar consensuadamente y con acuerdos como avanzamos hacia ella dejando de lado los partidismos; evaluar los procesos y los resultados permanentemente e introducir mejoras planificadas y sostenibles sin despilfarrar recursos con parches coyunturales o con titulares de prensa vacíos… y, sobre todo, tener en cuenta y cuidar a las personas.

Fuente e Imagen: https://www.educaciontrespuntocero.com/entrevistas/metodologias-activas-sistema-educativo/

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Alfredo Sánchez: «Estamos perdiendo el norte. A los cuatro años es imposible aprender a programar»

Por: Carlota Fominaya

Entrevista con Alfredo Sánchez, profesor, divulgador y autor del blog Serhumanodigital.com.

Campamentos y extraescolares de robótica y programación, términos como «scratch», robots «WeDo» de LEGO o «BeeBot» (robots-abeja)… La oferta tanto desde el colegio como fuera es enorme y, lo que es más llamativo, para alumnos cada vez más pequeños, incluso para niños a partir de los dos años. Pero para Alfredo Sánchez, ingeniero, profesor de la Escuela Libre Micael y divulgador, «estamos perdiendo un poco el norte. Más importante que aprender a programar es saber qué programar, o qué estructura necesitas para saber programar. Y la respuesta es sencilla: requiere de un procesamiento cerebral muy complejo, para el cual los más pequeños no están preparados». Pese a todo, el autor del blog serhumanodigital.com cree también que es «importante dejar claro que, efectivamente, ningún niño debería salir del sistema educativo sin saber programar»

¿No está de acuerdo con acercar la programación a niños tan pequeños?

Es que el sector educativo está transmitiendo mucho ese mensaje de «aprender a programar, cuanto antes mejor». No comparto esa visión. Hay que centrarse en qué necesitas para saber programar, qué tipo de estructura cerebral necesitas. Hay una diferencia entre aprender programación como algo que te lleva a conseguir objetivos, a utilizar la programación como instrumento dinamizador en el aula. Así sí puede ser interesante. La programación como juego a lo mejor sí que se puede introducir antes, si te ayuda a dinamizar estructuras de aprendizaje más tradicionales… Pero lo que es programar, requiere de un procesamiento cerebral muy complejo.

Ese procesamiento cerebral necesario para programar, ¿a qué edad se produce? ¿Cuál es la mejor edad para introducir esta materia?

En el colegio donde doy clases se introduce a los 14, los 15 años. En ese momento es súper fluido. Lo entienden, cogen la estructura, prueban, a nadie le desagrada… Tienen otra capacidad para enfrentarse con voluntad a las cosas, no desde la postura del «me tiene que divertir». En un tercero o cuarto de la ESO ya tienen un pensamiento más crítico y desarrollado. Les muestras cómo funcionan los algoritmos de Google y enseguida detectan por qué el buscador les enseña unos vídeos concretos y no otros. Tienen un acercamiento a su día a día y, aunque sea intuitivamente, lo comprenden.

Creo que es importante dejar claro que, efectivamente, ningún niño debería salir del sistema educativo sin saber programar. Es muy importante y se debería meter obligatoriamente la asignatura de programación, pero en la ESO y no para que se conviertan en programadores. Deben salir con unas nociones a este mundo, porque al final son usuarios de tecnología y han de saber cómo funciona para manejarla adecuadamente. Pero eso no es adelantarla a Educación Infantil.

Lo que argumentan es, precisamente, que acercan la programación jugando.

Si la estructura de acercamiento es realmente a través del juego, y muy adecuada, creo que es una buena herramienta a través de la cual se pueden aprender muchas cosas. Pero estoy en contra de aprender a programar desde los cuatro años. Un niño tiene que jugar, más que programar.

Usted dice que deben aprender otros aspectos antes de aprender a programar. ¿Cuáles?

Quizá en un primer lugar se puedan aprender habilidades muy necesarias para el aprendizaje de la programación a posteriori, como el ‘aprender a aprender’, tener pensamiento crítico o estratégico, juegos de mesa… La programación tiene más que ver con las matemáticas, para lo cual hay que saber descomponer problemas y acometerlos por etapas y, como digo, eso se da más tarde.

En conclusión…

Mi mensaje es: desde luego que la programación es una herramienta potentísima, y en Ciencias -o incluso en otras asignaturas como la Filosofía- ayudará mucho a fortalecer otros conceptos. Pero a la edad adecuada. Iniciarlo antes… No. Habrá gente que en clase consiga hacer cosas muy potentes, pero se suele perder el objetivo de solo enseñar a programar y acabar convirtiéndolo solo en un juego. «Jugando» a lo mejor enseñas Biología, Sociales…

A los dos años es imposible aprender a programar. Los programadores de hoy a lo mejor fueron precoces, pero seguro que no aprendieron a esa edad. Como tampoco se puede aprender en teoría a montar en moto, y hay gente que compite a los 10 o a los 12. Cada persona es un mundo pero, como principio general, el pensamiento de programación es abstracto, y hasta los 11 años no se empieza a desarrollar bien la estructura mental del pensamiento abstracto, aunque depende mucho del niño a la niña.

Se puede ver en la asignatura de Matemáticas. Hasta los 12 años se hace cálculo numérico, pero el álgebra, que es abstracto, no se explica hasta ese momento porque antes no lo cogen. Y la programación tiene mucho de álgebra.

¿Por qué cree hay tanta presión social a la hora de incluir el aprendizaje de programación cuanto antes?

Esa imperiosa necesidad creo que responde, de alguna forma, al déficit de mano de obra técnica. Las empresas intentan cubrir esos puestos, y son perfiles muy caros o que, directamente, no encuentran cómo cubrirlos. Fruto de esta situación, muchas compañías están destinando energías y recursos a crear programas que incitan a la sociedad a aprender programación. Al final si seguimos por esta senda, a medio plazo habrá más perfiles con conocimientos de programación y la inversión media que una empresa deba asumir será menor. Es muy lógico que hagan esa apuesta pero al final hace que perdamos un poco el norte. En el futuro, si no está ocurriendo ya, los programadores sean una especie de peones. Eso no quiere decir que no haya gente que disfrute con ese puesto. Programar es una habilidad muy buena, pero por sí sola tiene poco valor. Más importante que saber programar es saber qué programar.

Fuente e Imagen: https://www.abc.es/familia/educacion/abci-estamos-perdiendo-norte-cuatro-anos-imposible-aprender-programar-202202090010_noticia.html

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Entrevista a Remedios Zafra: “La libertad de pensamiento está en crisis por la privatización del conocimiento”

Por: Ekaitz Cancela

Una imagen de destrucción creativa del capitalismo se encuentra presente en la obra de Remedios Zafra(Córdoba, 1973), incluso en los fondos de los retratos que la autora escoge para la presentación de su último libro: El entusiasmo (Anagrama, 2017)La sensación de estar ante las ruinas de una época obnubila en ocasiones que ha emergido otra nueva, que ya estamos en ella. Pero aún no hemos dirigido nuestra mirada hacia esa realidad. No nos encontramos aún en esa elevada etapa en la que somos capaces de valorar si nos agrada ese mundo, o si es mejor demolerlo. Una tesitura que está dando lugar a una plétora de nuevos ensayos que nacen con la intención de representarlo. Como explica Zafra en esta entrevista, ella trata de describir un “ahora y hacer reflexiva la realidad observada”. Lo cual le ha granjeado nada menos que un premio Anagrama de Ensayo. En la siguiente conversación profundiza en su obra y explica su elección sobre la forma de representarla, tarea que por otro lado cumple con excelente prosa y delicada atención a detalles cruciales sobre el espacio digital.

Una de las cosas que más me llamó la atención en un libro sobre el trabajo es que no haya ninguna referencia a Marx, pero sí continuas referencias al capital. ¿Qué papel ha jugado ese autor en la formación de su pensamiento?

El marxismo ha estado presente en mi formación como antropóloga y también en mi trabajo docente, aunque mis influencias teóricas vienen más del feminismo marxista y de figuras de la antropología económica y el socialismo críticas con el capitalismo (e influenciadas por Marx) como Mauss y Polanyi. De manera premeditada no hay referencias a Marx, y quizá llame más la atención que no las haya a Engels, cuyo trabajo sobre la opresión de las mujeres como instrumento de producción es más profundo que el de Marx, si observamos sus ideas sobre el origen de la familia, la propiedad privada y el Estado.Este ensayo, sin embargo, no se construye como una investigación ortodoxa y documentada que pretenda situar unas bases teóricas ni establecer un recorrido histórico y comparativo sobre la economía capitalista. Como habrá visto, es la mirada “sincrónica” a la realidad la que protagoniza El entusiasmo, un enfoque más propio del trabajo etnográfico que busca describir un “ahora” y hacer reflexiva la realidad observada. Y quienes lo protagonizan no son “grandes pensadores desprovistos de cuerpos, con sus famosas biografías y su perspectiva histórica”, sino vidas cotidianas cargadas de contradicción, conflicto, piel y píxeles.Hay además en mi escritura cierta incomodidad de raíz feminista que busca huir de la mirada logocentrista que predomina en la forma en la que construimos discurso en el contexto académico. En El entusiasmo me motiva la libertad del ir “de la realidad a la teoría” y no a la inversa.

Usted escribe que “toda creación siempre es atravesada por los espacios que habitamos. ” Y no cesa de apelar a quienes abusan de lo ‘público’. ¿Cree que el fenómeno de la privatización del espacio público digital ha pasado más desapercibido que otras consecuencias de internet?

Mi impresión es que sigue pasando desapercibido porque ha sabido valerse de la interiorización como “único espacio digital” al que nos deriva la vida contemporánea. Desde un primer momento, los poderes públicos parecen haber cedido a que el espacio digital sea un dominio privado que se nos ofrece bajo espejismo de zona pública. A mí me parece inquietante esta cesión y el dominio que se otorga porque la vida es cada vez más una vida mediada por pantallas, que acontece en la red, y rara vez advertimos que a veces somos, y podemos ser, más producto que ciudadanos. No extraña que suela pasarse por alto, porque esta privatización se vale de esas formas de poder invisibles y silenciosas que rara vez dicen “no,” sino que operan atravesando las decisiones y expectativas de las personas, normalizándose. Pocas veces, excepto en los casos de censura expresa (casi siempre sexista o mojigata: esos pechos, ese pene, ese cuerpo desnudo…), el poder de la empresa que gestiona se deja ver.

La habitación en la que representa usted constantemente al personaje de Sibila me parece muy pertinente para describir esa sensación de estar encerrado y sin salida. ¿Qué quería transmitir cuando la escribía?

Quizá porque habito la mayor parte del tiempo en un cuarto propio conectado, su potencia me fascina tanto como preocupa. Creo que las habitaciones conectadas ilustran como pocas cosas algunas de las contradicciones de la época. Conformándose como espacios que, frente a la distracción del exceso digital, nos permiten recuperar “tiempos de concentración”, frente a un verlo todo, un recuperar el “párpado” y una (posible) conciencia crítica. Sin embargo es también donde se gestan los nuevos escenarios de autoengaño y resignación, cuando la pantalla opera como “marco de fantasía” y nos vemos limitados en nuestra vida real. Ante el miedo que provoca un mundo que nos visibiliza las constantes amenazas posibles (terroristas, ecológicas, accidentes, desempleo, precariedad…), la habitación conectada parece protegernos sin aislarnos. Y resulta curioso cómo ambos polos los provoca el mismo dispositivo: primero, la pantalla satura de imágenes de injusticias que paralizan, después permite ese refugio del conectarnos con otros sin exponernos demasiado. Creo que para la mayoría es más refugio que cárcel, y que no podemos despojar nuestras historias hoy de su materialidad, entre otras cosas porque las erosiones de las que habla este espacio tienen que ver con una profunda transformación de la vida humana (erosión de las esferas pública y privada, intersección de espacios de producción, recepción y circulación, confluencia de la presentación y representación de los sujetos, entre otras…).

Junto al ‘espacio’, en el libro habla del ‘tiempo’: “donado al consumo e indirectamente a hacernos datos”. Solo encontré  en su libro una referencia a Google, una de las empresas que más datos extrae de nosotros. ¿Cree que tiene algo que ver con ese “poder como forma indirecta” que a veces no define?

Sí, claro. Google sería un claro ejemplo de ese poder que se nos muestra siempre como un minimalista y amable entorno increíblemente servicial, dispuesto a contestarlo absolutamente todo, haciéndose imprescindible en nuestras vidas, ampliando nuestra memoria, ubicándonos en el espacio, proporcionando datos e información, ayudándonos a escribir, a traducir, a identificar a esa persona… Tanto nos da como tanto recibe de quienes con nuestras búsquedas, datos y usos proporcionamos alimento a la máquina. Un alimento que por sí solo no tiene más interés que fragmentos de privacidad, pero que puesto en conjunto con los millones de usuarios ofrece panorámicas big data que permiten visualizar tendencias y pronosticar cambios, intereses, miedos y mercado, que posibilitan sobre todo “gestionar el poder como nunca”. Hay una obra de Leonardo Solaas titulada Variaciones Google que me interesa mucho y ayuda también a responder a su pregunta, puesto que hace algo necesario con Google: “ayudar a visibilizarlo”, identificar posibles mecanismos de opresión antes de idealizarlo. Una de sus claves es presentarse como motor que visibiliza mundo e “invisibiliza lente”. Esa lente no es neutral, su parcialidad vestida de disponibilidad y filantropía se sustenta en una industria configurada como uno los grandes poderes globales.

¿No cree, no obstante, que el poder en forma de datos sobre los ciudadanos que monopolizan varias compañías se ejerce de una manera muy ‘directa’: la dependencia hacia sus servicios? De alguna forma es como si trabajaremos, de forma creativa o no, para Google u otras empresas de internet.

La dependencia es una seña de identidad de aquellos servicios que se convierten en necesidades de época.

La dependencia es una seña de identidad de aquellos servicios que se convierten en necesidades de época. Claramente Google ha conseguido que deleguemos en él funciones como la memorística, pero también ha ampliado y creado otras ayudándonos a “gestionar” mundo digital. Pero esa fabulosa potencia no debe eclipsar el poder y monopolio que estas empresas tienen. Por ejemplo, esos datos propios que pensamos no pueden ser de utilidad para nadie salvo para nosotros mismos, se convierten en pieza de la gran masa que gestionan empresas como Google. Como para la sociología o la estadística cuando tenemos grandes cantidades de datos, estos se vuelven significativos, son capaces de identificar lo que nos une (esa mirada de lejos que nos iguala), las tendencias de la mayoría, lo que hacemos y preguntamos “cuando creemos que estamos solos” (una adolescente que quiere abortar, alguien desempleado que busca, una persona diagnosticada de cáncer que pregunta…). La intimidad hoy es compartida con Google antes incluso que con las personas cercanas. Google responde sin juzgarnos. Su conocimiento y su poder es, al mismo tiempo, extraordinario y terrorífico, porque en él delegamos cada vez más nuestras dudas y en él confiamos cuando posiciona y crea “valor” de las cosas con algoritmos no exentos de ideología. Y siempre existe una contrapartida, cada servicio ofrecido por Google lo ofrecemos también nosotros; en cierta forma, trabajamos para ellos.

Por eso me llamó la atención su reflexión: “la libertad de pensamiento como modelo de privatización”. ¿Es posible ser creativo sin estar dentro de las leyes que impone el mercado?

A lo que yo apunto es a cómo la libertad de pensamiento está puesta en crisis por los vigentes modelos de privatización del conocimiento. Es un asunto esencial que debemos garantizar. El conocimiento, para serlo, debe ser libre, si no estará sesgado y orientado hacia quienes tienen intereses por mantener formas de poder.

Sobre su pregunta, creo que cabría cuestionarse: “¿Qué tipo de creatividad es la que propicia el mercado?”. Yo sí creo que es posible ser creativo fuera de esas leyes; gran parte de la práctica artística política se sustenta en esta idea. Hipotecarse al mercado puede propiciar obras ingeniosas, interesantes, efectistas, entretenidas, pero difícilmente obras que perturben, critiquen y hagan pensativo ese sistema que les acoge. Es una de las funciones que hoy cabe esperar de la creatividad artística: que no cambie unas verdades por otras, sino que ayude a hacer reflexivas las formas en que se diseñan hoy las verdades.

El circuito de privatización en que se apoya el modelo mercantilista de conocimiento pone en riesgo lo más importante: la libertad de pensamiento. Obviar que esta apropiación no vendrá exenta de desigualdad es como pasar por alto que en el mundo la pobreza y la violencia no han modificado de manera profunda “la cualidad de nuestra conciencia”.

Siguiendo esa línea, sobre las formas de valor del trabajo creativo apunta que el riesgo es “la pérdida de la libertad que convierte a la creatividad humana en algo transformador”. ¿Qué debe “transformar” realmente la creatividad en este momento de hegemonía capitalista a nivel global?

La potencia de la creatividad humana no debería tener fines exclusivamente comerciales

La potencia de la creatividad humana no debería tener fines exclusivamente comerciales ni estar sólo movida por el capital y el mercado, sino por la justicia social, la vida de todos, el arte o la poesía. A mi modo de ver, el trabajo creativo debiera poner su energía en la salud de todos y no en las enfermedades de los ricos, en la vida del planeta, en la creación de un mundo de mayor igualdad social, de respeto a la diversidad cultural y donde logremos mayores grados de libertad. Movilizar esa deriva empieza por terminar con la precariedad que neutraliza a muchos trabajadores creativos en la temporalidad, la frustración, tareas burocratizadas y subordinación a un mercado laboral absolutamente desajustado e incapaz de aprovechar su potencial intelectual. La hegemonía capitalista debiera subordinarse a la política y no al contrario, dejar de mirar el mundo desde las ganancias de unos pocos y su perpetuación en el poder, y pasar a un compromiso ético con el mundo, el progreso y la justicia social. Recuperar los vínculos éticos despojados del intercambio capitalista me parece un asunto importante.

Señalaba que la ética del capitalismo digital trata de una cultura sobre otra cultura. ¿Pero con qué cultura hemos de saldar cuentas? ¿Basta con el neoliberalismo, o lo que algunos llaman la lógica cultural del capitalismo tardío?

Me refiero a que, frente a otros tiempos caracterizados por el colonialismo de unas culturas sobre otras, hoy la territorialización digital trata de una cultura sobre parte de la misma cultura, y más concretamente cuando hablamos de “mundos virtuales”, trata de la vida sobre la imaginación. Una cultura escindida, mutante y liberada en pactos de evasión y temporalidad que nos pregunta por las posibilidades y gradientes de repetición o imaginación del mundo. Los cambios acontecen hoy en un marco todavía neoliberal caracterizado por esa lógica cultural de una enésima forma de capitalismo (cultural, cognitivo, informacional e incluso afectivo, son caras de una realidad poliédrica definida por la globalización y la cultura-red). ¿Con quién hemos de saldar cuentas? Creo que no se puede exigir un comportamiento heroico a las víctimas de la desigualdad. No hay que saldar cuentas con la cultura sino con el poder que la domina.

Habla usted de la reinvención del sujeto creativo en la red como vía para la emancipación. No me queda claro si se refiere a la emancipación del individuo alienado o de que pueda vivir emancipado en una especie de ecosistema digital más comunal.

Ambas cuestiones estarían implícitas en esa reinvención. De un lado la que empieza por la subjetividad y el uno mismo y apunta, como sugiere, a la emancipación del sujeto creativo. De otro, la reactivación de los vínculos entre iguales como forma de recuperar las alianzas colectivas y políticas que permiten transformación social. Algo parecido a lo que sí está consiguiendo el feminismo en Internet.

Por último, he de confesar que me fascinó la metáfora del camino que nos guía pero que se esconde por el exceso de brillo y las sombras, empleada por usted para describir la experiencia en la red. ¿Ve ese ‘entusiasmo’ que deriva en ‘cansancio’ y después en ‘desorientación’ como un síntoma que marca el agotamiento del Siglo de las Luces?

Comparto con usted que esta época tiende a excluir las “luces” propias de una primacía del pensamiento en beneficio de la intuición y la emotividad, que viajan más rápido y se ajustan mejor a los vigentes modelos de neoliberalismo digital (caracterizados por hiperproducción, velocidad, exceso y caducidad). Y esto me parece un riesgo.

El entusiasmo tiene que ver con esa exaltación frente a una saturación de estímulos y referencias que en muchos casos terminan por llenar nuestros tiempos y espacios hasta desorientarnos. La imagen de los paisajes boscosos y tupidos, plagados de referencias visuales, puede ser ilustrativa de esta forma de “ceguera” a la que apunto y que paradójicamente surge de un exceso de imagen y estímulo como el de ahora. Allí donde la red se presentaba como una esperanza de horizontalidad, donde todos podíamos por fin tener voz propia, el reverso de esta potencia nos vomitó un mundo apretado y excesivo de voces. Este sería el background de los entusiastas precarios, entretenidos en “sí mismos” y sus pantallas, y cansados de antemano de sus trabajos temporales como para concentrarse y “profundizar”, pero también cansados para hacer la revolución. Sí, puede que estén desorientados, pero quiero pensar que solo de momento.

Fuente de la información e imagen: https://ctxt.es/es

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Manuel Azuaga: “Si trasladamos a la vida la toma de decisiones del ajedrez, estamos formando personas más responsables”

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  • Un tablero de ajedrez como metáfora de la vida. Pausa y reflexión antes de tomar decisiones que condicionan el futuro: de la partida, de nuestra existencia. Y una capacidad creciente a la hora de asumir, sin excusas, responsabilidad sobre nuestros errores. De las muchas bondades pedagógicas del ajedrez (mejora del pensamiento estratégico, aumento de la concentración…), Manuel Azuaga se queda con aquella que más ayuda al alumno a ser dueño de su destino.

Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad de Málaga, Manuel Azuaga no se cansa de difundir a los cuatro vientos las múltiples enseñanzas que condensa el milenario juego del ajedrez. También disfruta narrando las incontables anécdotas históricas y literarias que ha protagonizado el tablero y sus jugadores más insignes: una mina inagotable para la transversalidad. Colabora en periódicos, tiene un programa de radio y el pasado año publicó Cuentos, jaques y leyendas (Editorial Renacimiento). En su vertiente puramente educativa, Azuaga coordina el proyecto aulaDjaque (financiado por la Junta de Andalucía), con el que ha logrado colar, como nuevas compañeras, a las blancas y negras en pleno horario lectivo. También es fundador de la asociación Ajedrez Social de Andalucía, volcada en colectivos desfavorecidos.

Hay algo de revolucionario, contracorriente al menos, en promover el ajedrez entre las nuevas generaciones, tan acostumbradas al vértigo digital.

Sí, el famoso elogio de la lentitud en un mundo hiper-rápido, tan exigente con los tiempos. Nosotros llegamos con un jueguito que pide precisamente lo contrario: pausa, análisis sosegado. El mismo hecho de introducir un elemento lúdico en horario lectivo propicia una transformación disruptiva, vincula a los chicos y chicas de una manera distinta. Suele suceder que, con el ajedrez, esos alumnos etiquetados como inquietos o hiperactivos cambian de etiqueta. Se genera un espacio de calma en el que ese alumno mira a los ojos a su compañero —algo que ocurre muy rara vez en clase— y puede poner en práctica sus habilidades ocultas.

En el TDAH, quizá sobrediagnosticado, la A corresponde a atención. Con su demanda de alta concentración, el ajedrez obliga a una atención plena que, supongo, permite canalizar energías dispersas.

El psiquiatra infantil Hilario Blasco Fontecilla lo utiliza específicamente con chavales diagnosticados con TDAH leve o moderado. Tiene un tablero en su consulta y lo prueba antes de pasar a otras opciones terapeúticas, incluidas las farmacológicas. Hay veces en que lo único que necesita el alumno es un entorno agradable y un elemento para fluir.

Para el grueso de los alumnos no debe de ser fácil engancharse al tablero, con su sencillez, ante esa maraña de estímulos de recompensa inmediata en la que están inmersos. ¿Notas que cada vez resulta más difícil?

Al contrario. Llevo unos 12 años dedicándome al ajedrez educativo y mi impresión es que cada vez es más fácil. El fenómeno ajedrecístico va a más entre los chavales, favorecido por series como Gambito de Dama y por las facilidades para seguir desde casa un campeonato del mundo, con comentarios en directo de influencers como Rey Enigma [quien oculta su identidad apareciendo siempre con un traje elástico, estampado con cuadrados blancos y negros, que le cubre todo el cuerpo]. Hace una década, era un poco peregrinar en el desierto de las bondades educativas. Ahora, muchas veces no hay ni que convencer con este tipo de argumentos: los chavales quieren ser Beth Harmon [protagonista de Gambito de Gama] o Rey Enigma.

¿Hay mucha diferencia entre el ajedrez analógico y online? Por aquello de la mal llamada multitarea y las mil tentaciones para desconcentrarse, sobre todo cuando el turno es del otro…

Lo importante es que, si quiere, el chaval ahora puede jugar desde cualquier plataforma (hay muchas y muy buenas) una vez que hemos logrado motivarle con una o dos horas semanales en clase. En mi época, tenías que buscarte el club del barrio o la delegación local. La capacidad de anticiparse al otro, el pensamiento estratégico… Todo es igual en el ajedrez presencial y online. ¿Qué cambia? La tensión, esa energía física insustituible. A veces, nos intimida la sola presencia del otro, en especial si está por encima de nosotros en el ranking. Hay grandes maestros que no saben gestionar esas emociones.

Dices con frecuencia que el ajedrez nos enseña a lidiar con nuestras emociones ante la presión del tiempo. Ese reloj al lado del tablero que, ante la infinidad de jugadas, nos recuerda que, en algún momento, tendremos que mover pieza.

Poco a poco voy afinando mi respuesta a la pregunta sobre las bondades educativas de la práctica frecuente. En los últimos tiempos, destaco por encima de todas la toma de decisiones. En la vida, tomamos decisiones con la presión de una fecha límite o de un reloj biológico (que a veces es simplemente mental y excesivamente estresante). En un tablero, la toma de decisiones es muy similar.

En esa metáfora del tablero como la vida, ¿la enseñanza de la toma de decisiones tiene más impacto entre adolescentes de entornos desfavorecidos? A veces, su contexto les empuja a tomar decisiones equivocadas: dejar los estudios, empezar a trapichear… Además, ante una mala decisión, la repercusión para su vida puede ser mayor, ya que quizá no cuentan con esa red de protección que sí tienen jóvenes más afortunados.

Solemos analizar modelos o partidas históricas en las que una mala decisión desbarató toda la partida. En esos entornos que comentas, se trata de un mensaje muy potente. A veces, con una sola vez que te equivoques, la vida nos viene de vuelta con un castigo quizá desproporcionado. Y esto conecta con la asunción de responsabilidades, el que no valen las excusas porque, una sola vez, una sola mala decisión puede ser suficiente, por mucho que consideremos que el castigo es excesivo o injusto. Hay alumnos a los que les cuesta más gestionar esto. Se quedan enroscados: “Si yo hubiera, si, si…”. Es un condicional que no ha sucedido, así que les decimos que se limiten a lo que pasó en el tablero para analizar cuál fue su error. Les animamos a que no construyan otra realidad. Si consiguen trasladar esto a sus vidas, estamos formando personas más responsables.

Insistes en que la sencillez y frialdad del ajedrez impiden agarrarse a excusas típicas en otros juegos y deportes: el estado del campo, las condiciones climatológicas, el árbitro…

Aun así, los chicos encuentran excusas, lo que es muy natural. “Es que el otro lleva jugando cinco años y yo solo cuatro”. ¡Una lógica aplastante! [sonríe] Lo que sucede en el tablero es tan objetivo que el factor buena o mala suerte es mínimo. Puede ser que te levantes con dolor de cabeza, cierto, pero el ajedrez admite pocos elementos azarosos.

Supongo que, cuando uno empieza a jugar, suele ser más impulsivo. Y con el tiempo aprende a pensárselo dos veces, a ser más reflexivo y tener una visión más estratégica.

Uno de los anclajes pedagógicos de aulaDjaque es la teoría de Daniel Kahneman, que fue premio Nobel, sobre los sistemas de pensamiento. El sistema uno es el rápido, intuitivo. El dos permite procesar información y poner en juego habilidades como la concentración y la anticipación. Resulta fundamental que los alumnos sepan que utilizamos uno de los dos sistemas en todas las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra vida. El ajedrez ayuda enormemente a entender la diferencia, a ver, por ejemplo, que el 97% de las decisiones de un día normal se toman con el sistema uno. Y que, ante un tablero, los porcentajes deben invertirse.

Una cuestión polémica: algunos expertos explican la práctica ausencia de mujeres en el top mundial del ajedrez por una supuesta predisposición genética. Los hombres estarían, según estas opiniones, mejor dotados para jugar. Se suele insistir en el argumento evolutivo de nuestros ancestros cazadores y el mayor desarrollo de su inteligencia espacial etc. ¿Tú qué opinas?

Que esta realidad claramente engarza con factores socioculturales. Y que es un argumento que se retroalimenta: como no hay ninguna mujer entre los 100 mejores del mundo, los hombres juegan mejor por razones biológicas, lo cual disuade y condiciona a las chicas. Esto se desmonta fácilmente haciendo retrospectiva y mirando de dónde venimos. En los siglos XVIII y XIX, surgen en Europa los cafés donde se reunen literatos, filósofo, intelectuales… y también ajedrecistas que van allí a jugar. Las mujeres no podían entrar salvo que fuesen acompañadas por sus maridos. No es hasta el siglo XX, con figuras como Vera Menchik o Sonja Graf —que quieren jugar también con hombres— cuando se empieza a plantear la igualdad de género en el tablero. Hoy en día, de cada 100 jugadores federados en el mundo, solo ocho son mujeres. Hasta que no se equilibren los porcentajes, no tiene mucho sentido rebatir ese supuesto determinismo biológico. Por cierto, cuando Judit Polgár, la mejor ajedrecista de la historia, se metió en el top 10 mundial, los comentarios fueron profundamente machistas: juega como un hombre, se decía.

El tema del género es solo un ejemplo de la enorme transversalidad del ajedrez. Se puede utilizar como hilo para enseñar matemáticas, historia, literatura…

La Revolución Francesa a partir de [François-André Danican] Philidor, que fue un gran maestro. La Guerra Fría simbolizada por el duelo entre Bobby Fischer y Boris Spasski en Islandia. Y tantos otros ejemplos en sus 1.500 años de historia que se pueden utilizar para conectar con el alumno. En matemáticas, no es que esté relacionado, es que el ajedrez, por sus características cartesianas, es matemáticas. Tirando de la cuerda, uno llega a disciplinas que ni siquiera imaginaba. La música y su fuerte vínculo con el ajedrez. La lengua y cómo la práctica frecuente mejora la comprensión lectora, ya que analizar una posición y leer son, al parecer, ejercicios cognitivos muy parecidos, con sus significantes y sus significados. Y así podría seguir durante horas…

Más información: aulaDjaque

Fuente e Imagen: https://eldiariodelaeducacion.com/2022/02/07/manuel-azuaga-si-trasladamos-a-la-vida-la-toma-de-decisiones-del-ajedrez-estamos-formando-personas-mas-responsables/

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