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Entrevista a Rosan Bosch: “En una escuela cada espacio es una herramienta pedagógica”

Fuente: El Diario de la Educación

La arquitecta Rosan Bosch, holandesa afincada en Dinamarca, cree que los espacios de las escuelas pueden ser y deben cambiarse de la mano de docentes y alumnado, para conocer los usos presentes y posibles de los espacios escolares.

Rosan Bosch es una célebre diseñadora de interiores holandesa –si bien instalada en Dinamarca desde hace muchos años– que con sus soluciones imaginativas está revolucionando la forma de concebir los espacios de los centros educativos, a partir de la convicción de que estos ejercen una gran influencia sobre todos los procesos de aprendizaje. En 2011 creó Rosan Bosch Studios, que hoy cuenta con oficinas en Copenhague, Singapur y Madrid, y que ha llevado a cabo proyectos escolares en una larga lista de países. Hace unos días pasó por Barcelona para ofrecer una conferencia en el Museo del Diseño, en el marco de las jornadas Disseny per Viure (Diseño para Vivir), comisionadas por Oscar Guayabero.

¿Cómo entras en el mundo de la educación?

Pues como tanta gente, por mis hijos. Yo ya trabajaba en arte y diseño cuando mis hijos tuvieron edad para ir a la escuela; no hablo de jardín de infancia, en Dinamarca la escolarización en realidad empieza a los seis o siete años. Mi hijo expresaba un cierto rechazo a la escuela, y entonces vi que la ley en Dinamarca dice que cada niño tiene derecho a una educación individual y diferenciada, y así se lo recordé a sus maestras. La maestra, claro, me dijo que ella hacía todo lo que podía, pero que en el aula había 27 niños, y me explicaba sus limitaciones de espacio, y yo pensé “ostras, pues yo puedo ayudar a esta maestra”. Y empecé a buscar proyectos, ¡y fue súper difícil, porque nadie te deja ayudar!

¿Quién fue el primero en dejarte?

Yo ya empezaba a tener una carrera y en alguna entrevista me había quejado de esto, y un día el ayuntamiento de Ordrup, en Dinamarca, me propuso que analizara sus escuelas, ya que las iban a reformar un grupo de arquitectos locales, pero dos años después volvieron a llamarme porque tenían muchos problemas con las nuevas escuelas porque no funcionaban como querían, y ese fue en realidad mi primer proyecto. Entramos en la escuela y todo era nuevo pero los maestros estaban súper desmotivados, el director había renunciado por estrés, había padres que estaban quitando a sus hijos, y además tenían muy poco presupuesto.

¿En qué consistió tu intervención?

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Ese proyecto fue un poco especial. Los arquitectos habían hecho un buen trabajo, habían hablado con los maestros y tenían una visión innovadora de lo que tenía que ser la escuela. Pero el problema fue que en el interior volvían a trabajar como lo habían hecho siempre. Habían hecho las aulas más pequeñas para poder tener los pasillos más grandes, su intención era que las aulas fueran para ratos no muy largos para poder después usar los espacios comunes de forma más flexible, pero lo que en realidad ocurría es que volvían a sus aulas más pequeñas, y que algunas no se podían ni cerrar porque no había puertas. En definitiva, cuando llegamos los profesores estaban enfadadísimos, hartos de tanto parloteo con diseñadores.

Imagen de la Escuela VIttra Södermalm / Fotografía: Kim Wendt

Mala manera de empezar…

Nos instalamos en una habitación al lado de la entrada durante tres semanas, y cada día dábamos un encargo a alumnos y a profesores; por ejemplo les dimos unos post-it, de diferente color, para que los enganchasen en los sitios que más les gustasen de la escuela, y escribieran por qué. No coincidieron, y así pudimos ver los espacios desde el punto de vista del adulto y desde el punto de vista del niño. Estuvimos haciendo cosas así a diario, y al cabo de tres semanas nos volvimos a encontrar con los profesores y habían cambiado completamente su manera de vernos, habían entendido que en una escuela cada espacio podía ser una herramienta pedagógica para ellos, y así empezamos a conocer sus necesidades: querían espacios para trabajar bien en grupo, pero también espacios de concentración, etc. Este fue el primer paso.

¿Qué priorizáis en el diseño de una escuela o de un aula?

Nosotros no hablamos de aulas, sino de paisajes de aprendizaje. Cada paisaje es un espacio diferenciado, que hace posible situaciones diversas y distintos procesos pedagógicos. Concebimos la escuela como un organismo vivo y lo que buscamos no es solo una nueva forma de usar los espacios sino que queremos incidir en el ambiente educativo a fin de conseguir que los alumnos dejen de tener una actitud pasiva y pasen a tener una mentalidad activa. ¿Quién dice que la mejor forma en que aprenden los niños es sentados en una silla todo el día?

La tradición, supongo.

Todo nuestro sistema está construido siguiendo el paradigma del profesor que va metiendo conocimientos al alumno por la boca; lo que nosotros tratamos de llevar a cabo es un cambio de perspectiva, donde la responsabilidad del aprendizaje es compartida con los alumnos, y es función de la escuela y de los padres enseñar a saber manejar esa responsabilidad.

A los niños no siempre es fácil activarlos.

Una escuela que estimula la creatividad y la autonomía de los niños es una escuela a la que los niños quieren ir y de la que no quieren irse. Yo siempre cito a un neuropsicólogo español, José Ramón Gamo, que lo dice muy claro: “El cerebro necesita emocionarse para aprender”.

¿Y todo eso cómo se traduce en espacios y mobiliario?

Tenemos unos principios en los que se combinan ideas pedagógicas con ideas de diseño. Tuvimos que desarrollar este sistema porque si no la gente se sentía muy perdida. Necesitábamos encontrar la manera de comunicarnos con el lenguaje del maestro, teníamos que entender cómo se trabaja en la docencia y ellos tenían que entender qué quiere decir el diseño, ya que el diseño impacta en mis sensaciones pero también en cómo me comunico contigo, y por tanto el entorno físico puede ser una herramienta para la docencia. Por eso hablamos de paisajes. Al primero lo llamamos “la montaña”, es un espacio de comunicación de uno a muchos, en una dirección. Hay momentos de este tipo, también entre alumnos, momentos en los que uno explica y el resto escuchan. Luego está “la cueva”. Es aquel momento en el que no me quiero comunicar con nadie, sino que quiero estar concentrado. En nuestra cueva creamos diversos espacios porque cada uno de nosotros somos distintos a la hora de buscar esa concentración, pero lo importante es que si los demás saben que estás en una situación cueva lo que tienen que hacer es dejarte tranquilo.

Escuela Vittra Södermalm / Fotografía: Kim Wendt

¿Cuántos paisajes hay?

Seis en total. El tercero es “la hoguera”, es un espacio para trabajar en equipo, un lugar en el que cada uno tiene una responsabilidad y se coopera para ayudarnos mutuamente en el trabajo. El “abrevadero” es donde hacemos el intercambio de información informal, este es un espacio estratégico, muy usado en las empresas. “Manos a la obra” es un espacio donde podemos manipular materiales, y por último está el “Movimiento”, que es donde se activa el cuerpo, porque para activar nuestra mente necesitamos también activar el cuerpo. Todo un día de aprendizaje tiene esas seis distintas situaciones en distintas secuencias, el espacio sencillamente las facilita.

¿Habéis hecho una evaluación sobre los resultados de vuestro método?

Por supuesto, distintas escuelas han analizado el impacto del cambio de diseño, y coinciden sobre todo en su capacidad para motivar al alumno. Sobre esto, hay una cosa que me molesta mucho y la quiero decir. Las escuelas siempre quieren pruebas de si esto funciona, pero ¿qué quieren saber en realidad? ¡Normalmente se fijan sólo en las notas! Si han mejorado, si la prueba PISA sale mejor, etc. Pero esto es muy discutible a la hora buscar evidencias en educación, porque es muy difícil separarlo de otros condicionantes, como el ambiente socioeconómico familiar. En mi opinión, hay formas de evaluar mucho más acertadas que las notas, por ejemplo ver si tu hijo está contento yendo a la escuela o si está feliz leyendo un libro en casa.

¿Habláis con los alumnos antes de empezar un proyecto?

Por supuesto, ellos tienen ideas geniales. Hablamos con todos, también con la dirección, los maestros y los padres y madres. Pero las mejores ideas siempre han salido de los niños.

Explícanos ese proyecto que tienes con el gobierno argentino.

Estamos trabajando con el Ministerio de Educación para la transformación de los centros de secundaria. No hay mucho presupuesto, por lo que la clave va a ser encontrar qué es lo mínimo que tenemos que hacer para asegurar el máximo de cambio. Estamos hablando también de cambio de normativa, de organización, un cambio de chip, y entonces el mínimo de cambio de diseño. Estamos empezando con una red de escuelas piloto, que son las primeras que van a cambiar, trabajamos con arquitectos locales pensando lo que podemos hacer que encaje en el contexto local, con materiales locales, con diseños suyos inspirados en nuestros principios y manera de pensar. Nuestra responsabilidad es empujar la manera de pensar la pedagogía y el espacio para asegurar que el cambio sea explosivo.

Suena bien.

La verdad es que en países como Suecia o Alemania, o en España, se pasan años hablando de estos cambios y no hacen nada o muy poco, pero en un país como Argentina no se pueden permitir ser tan lentos, a veces esa necesidad es la que te permite que se puedan hacer cambios de verdad.

Escuela Vittra Södermalm / Fotografía: Kim Wendt

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/11/06/en-una-escuela-cada-espacio-es-una-herramienta-pedagogica/

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Entrevista a Carlos Malpica: “La educación superior debe tener propio ministerio”

-¿Qué opina de la posibilidad de que la educación superior deje de ser dependiente del Ministerio de Educación?

Existe este modelo educativo en muchos países desarrollados y en vías de desarrollo. Un ministerio de educación superior separado del ministerio de la educación básica, y muchas veces el ministerio de educación superior ligado con el desarrollo científico y tecnológico. En el caso peruano, tenemos a la Sunedu, que no es un organismo gubernamental sino un organismo técnico descentralizado que depende del Minedu. En el Perú podríamos comenzar separando, para empezar, creando dos viceministerios, uno para la educación básica y otro para la educación superior.

-¿La creación de un ministerio de educación superior permitiría al Minedu abocarse a la educación básica regular?

La Sunedu es una creación que se hizo en reemplazo de la Asamblea Nacional de Rectores (ANR) y su naturaleza es cuestionable porque no es una autoridad gubernamental sino que es un organismo técnico que depende del Minedu. Lo que se podría hacer es crear un viceministerio de educación superior y otro viceministerio de educación básica, y acabar con el problema actual de un viceministerio de asuntos pedagógicos y otro interinstitucional que no sirven ni uno ni otro. Los viceministerios los puede crear el Ejecutivo. Existe una ley orgánica del Poder Ejecutivo vía decreto supremo. La actual división de dos viceministerios data de la gestión del doctor Marcial Rubio en el gobierno de Valentín Paniagua.

-¿Por qué existe tanta resistencia en torno a la Sunedu?

La Sunedu tiene un defecto de nacimiento, porque es creada a través de la Ley Universitaria como un organismo técnico especializado. Es decir, la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo dice que los organismos técnicos dependen políticamente y están sujetos a los planes de trabajo que apruebe el ministerio respectivo. Entonces, la Sunedu es una oficina técnica del Minedu, no puede tener funciones para ejercer gobierno, no es una oficina gubernamental, es una oficina técnica.

-Y al ser una oficina técnica está circunscrita al Ministerio de Educación, ¿por lo que puede ser auditada?

Tiene que rendirle cuentas al Ministerio de Educación como toda dependencia. Entonces, el problema es que el Minedu no se puede desligar de la responsabilidad política que tiene sobre la educación superior en el Perú; por eso, mejor sería que exista un viceministerio de la educación superior. Actualmente tenemos más de 140 universidades en el Perú. La educación superior tiene que organizarse sobre la base de un esquema regional, así nace la universidad en el Perú, bajo el concepto de que las universidades deben servir a las regiones. Y algunas instituciones tienen más alcance nacional y tienen programas de cooperación. No se puede manejar todas las universidades desde Lima.

-¿Qué opina usted del nombramiento y destitución, en tiempo récord, de Flor Luna Victoria como titular de la Sunedu?

El superintendente de la Sunedu es una designación de confianza del ministro de Educación. No es un nombramiento por concurso público ni mucho menos un nombramiento para servidor permanente del Estado. Entonces, la confianza se otorga sin dar mayor explicación, y la confianza se pierde o se retira sin tampoco darse una explicación. Yo no sé por qué se ha armado todo un laberinto a raíz de ello.

UNIVERSIDADES PRIVADAS ESTÁN A SU SUERTE

-¿Qué problema ha identificado usted en las universidades privadas respecto a las públicas?

Hay universidades privadas que corren el riesgo de convertirse en grandes negocios donde se comercializa en el nivel superior. El problema es que las universidades privadas están un poco a su suerte y se convierten en empresas de lucro excesivo. Una vez que son creadas se multiplican en subsedes, crecen y se multiplican invirtiendo en negocios gigantescos.

POR: ROBERTO SÁNCHEZ R. – roberttosanchez7@gmail.com

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Entrevista: Malala habla con Letterman sobre educación, intento de vida

Entrevista a Malala Yousufzai

El premio Nobel de Pakistán Malala Yousufzai se sentó con la leyenda del show nocturno David Letterman para la tercera entrega de su programa original de Netflix , My Guest Needs No Introduction , que se emitió el viernes.

El episodio titulado ‘Usted sabe, ella tiene un Premio Nobel de la Paz’ se abrió con tomas de la Universidad de Oxford, donde Malala se presenta como una embajadora estudiante de Lady Margaret Hall o LMH, como ella lo llama. Mientras habla con confianza a posibles estudiantes de pregrado sobre la primera universidad de mujeres en la universidad, el ex presentador del programa nocturno David Letterman, a su manera típica, intenta hacer una charla incómoda con los estudiantes.

Parte de la entrevista, que tuvo lugar en Nueva York, se centró en la misión de Malala de garantizar la educación de las niñas en todas partes, la cultura Pakhtun, los asesinatos por honor, Swat, sus planes de regresar a Mingora, los talibanes, la importancia del perdón y el presidente estadounidense Donald Trump Prohibición musulmana

Hablando sobre lo que sucedió el día que le dispararon a Malala, Letterman le pregunta qué habría sucedido si no hubiera sobrevivido al intento de los talibanes de matarla.

El valiente activista de 20 años dijo: «Espero que muchas personas se hayan levantado y se hayan levantado contra extremistas, contra no solo los extremistas, no solo las personas, sino contra la ideología.

«Porque eso es contra lo que tenemos que luchar: la ideología que existe allí que no acepta a las mujeres como iguales a los hombres [y] que no acepta que las mujeres tengan el derecho a la educación».

«No esperábamos que quisieran matar a un niño, pero lo hicieron».

Ella dijo que no recordaba mucho de lo que pasó ese día «que es algo bueno … parece una historia, una fábula para mí».

Discutiendo el día después del intento de asesinato, ella dijo: «Me pareció extraño que me desperté en un país diferente y la gente hablaba en inglés y los médicos se movían y las enfermeras y yo simplemente dije lo que estaba pasando y estaba completamente conmocionado … porque antes todo lo que recordaba era estar sentada con mis amigos en el autobús escolar «.

Mientras discutían un proverbio Pakhtun sobre el perdón, Malala dijo: «La mejor venganza es el perdón … Perdono a las personas que intentaron atacarme porque esa es la mejor venganza que puedo tener. La persona que realmente me atacó era un muchacho joven … de edad similar a la mía, y pensó que estaba haciendo lo correcto y estaba apuntando a esta persona que era malvada, y que estaba haciendo un buen trabajo. Creo que realmente solo necesitamos ayudar a la gente … porque son personas, como nosotros «.

Sobre por qué la educación es importante, Malala dijo que los líderes mundiales deben dejar de ignorar la educación. «Estos líderes, hablan de erradicar el extremismo y la pobreza y luego ignoran la educación … Eso es lo primero que debes hacer … Dar educación y dejar que las generaciones futuras persigan sus sueños y luego contribuyan a sus países y economía». ella dijo.

A última hora del viernes, ella tuiteó: «Me encantó hablar con el ‘realmente joven’ Dave #Letterman, ¡y espero que también disfrutes nuestra conversación!»

El programa Netflix de Mr Letterman tiene cuotas mensuales. Antes de Malala habló con el ex presidente de los EE. UU. Barack Obama y el actor George Clooney.

Fuente de la Entrevista:

https://images.dawn.com/news/1179629/malala-talks-to-letterman-about-education-attempt-on-life

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«La educación es tarea de todos, no solo de docentes»: Daniela Leiva Seisdedos

Argentina / 11 de marzo de 2018 / Autor: Daniela Leiva Seisdedos / Fuente: Youtube

Publicado el 17 dic. 2017
Columna sobre educación. Titulo «La educación es tarea de todos, no solo de docentes». Domingo de 6 a 9 AM, junto a Daniel Revol, Mirta Cardelo, Juan Carlos Fola, Gustavo Michienzo, Fanny Vega, Elizabeth Ocampo, Sergio Alfonzo y la actualidad de noticias y servicios del SIC con Juan Pablo Zanotto… Gente de Radio.

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=5M_Ta9iGjic
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Diálogo con Alejandra Bianciotti: Una historia de lucha por transformar realidades desde la infancia

Entrevista a Alejandra Bianciotti

Por: Eugenia Ludmer

Alejandra Bianciotti es docente y defensora de la escuela pública. En diálogo con Rosario Nuestro, cuenta parte de su historia, su trabajo con las infancias y el análisis de género de su oficio.

El juego compartido, las primeras amistades en la vida de una persona, la socialización confluyen en una experiencia educativa: el jardín de infantes. Como explica Alejandra Bianciotti: “Primer grado lo podés hacer a los 6, a los 10 o a los 40. Pero sala de 3, 4 y 5 es a los 3, 4 y 5 años”. Alejandra es docente de nivel inicial y educación especial. Defensora a ultranza de la educación pública, hace treinta años que ejerce la docencia en distintos espacios. En el marco del Día Internacional de la Mujer, habló con Rosario Nuestro y contó parte del camino recorrido, su trabajo en relación al abordaje de problemáticas como el abuso y otras vicisitudes del oficio.

Alejandra tiene 50 años, es mamá de una adolescente y está separada. Asegura que desde chica supo que quería ser maestra por la posibilidad de brindar herramientas a las infancias para transformar sus realidades e “interrrumpir en muchos casos ese destino de la profesía del fracaso”. Sin embargo, no todo fue -ni es- color de rosa durante el trayecto. La pobreza, el abuso y otras problemáticas aparecieron y exigieron un abordaje inmediato e integral, específicamente en la época donde desarrolló su actividad en los llamados hogares-escuelas, es decir, instituciones que ofrecen a los padres o tutores la posibilidad de albergar a niñas y niños en situaciones vulnerables.

La docente, que se ríe mucho y a veces no termina una frase pero empieza otra más interesante, piensa en una escuela pública inclusiva, como garante de derechos y “de alto nivel académico, donde todos puedan concurrir desde la primera infancia” al tiempo que resalta el rol de los educadores y educadoras de acercarle a los niños y niñas “todos los mundos posibles”. Su trabajo en el jardín Río Marrón en Granadero Baigorria se orienta precisamente en esa dirección, con el énfasis puesto en tres ejes específicas: derechos humanos, arte y medio ambiente.

En ese marco, desarrolló proyectos sobre temáticas con fuerte contenido social, a priori difíciles de asociar con el alumnado de jardín y preescolar: “El año pasado trabajamos sobre el  derecho a la identidad más allá del nombre e hicimos una investigación arqueológica, antropológica y artística sobre la comunidad Chaná, un pueblo originario asentado frente a Granadero Baigorria del lado de la isla; desde la música; desde la música, la plástica y la literatura”.

La educación sexual integral en al ámbito del jardín

En 2006, el Congreso aprobó la Ley Nacional de Educación Sexual Integral -ESI-, que postula la incorporación pedagógica del tema desde la escolarización más temprana. Alejandra Bianciotti conoce los lineamentos de la norma, no sólo a nivel teórico, sino también práctico. Ella cree en la necesidad de los niños y niñas de “conocer sus derechos, polemizarse y participar. Cuanto más chicos, mejor”.

En ese sentido, subraya los dispositivos lúdicos que desde el aula lleva adelante para internalizar lo que parece complejo, “para entender que hay secretos que no se cuentan y otros que sí”.  Enseguida señala una propuesta que en el jardín bautizaron “El baúl de los secretos”, especialmente diseñada en pos del cuidado del propio cuerpo y de visibilizar los casos de alerta. Además, explica la atención cotidiana puesta en el respeto por la intimidad cuando, por ejemplo, alguien está en el baño, y la articulación y diálogo permanente con las familias.

“Es imposible pensar a la escuela sola”, dispara Bianciotti,convencida de la importancia de tejer redes institucionales para solucionar este tipo de conflictos, que siempre sacuden. Al respecto, recuerda una anécdota con la mamá de una nena, víctima de abuso. “Le transmití todo lo que haría yo, desde mi cultura y en realidad no la ayudaba. Hasta que un día me dijo ‘mirá Ale, todo lo que vos me decís a mí no me sirve porque yo pasé lo mismo’. Esa mamá sentía que lo mejor que podía hacer por su hija era dejarla en la escuela todos los días”.

Pensar la docencia desde la perspectiva de género

Existen cuestiones culturales que asocian la profesión docente a lo femenino. Tal vez relacionadas con la maternidad: el cuidado de los hijos es privativamente femenino. En Argentina los números hablan: de acuerdo a la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina, el 82 por ciento de los maestros de las escuelas de nivel inicial y especial son mujeres, mientras que sólo el 18 por ciento restante está representado por hombres.

En esa línea, Alejandra piensa en la profesión de maestra desde la perspectiva de género. Entiende los estereotipos que ligan la docencia a la figura de la mujer y sabe que el machismo también está presente en un ámbito de clara preeminencia femenina, aunque advierte que los modelos van cambiando a lo largo de la historia. “El director era el Señor director, en cambio la maestra era simplemente la maestra, era asexuada. Eso se fue transformando gracias a nuestras luchas”, expresa.

Además, habla de otros debates que se dan al interior del ámbito educativo relativos a concepciones propias del sistema patriarcal. “Esto de que no es lo mismo hablar con la madre que con el padre. O pensar : ‘pobre, el nene no tiene madre y el padre no puede con todo’. Nosotras empezamos a romper con estos estereotipos. También pensamos mucho en la concepción de familia”.

Afectuosa, Bianciotti se despide con cierta timidez. Una característica que no se traduce en su militancia, otra de las actividades que atraviesan toda su vida y que todavía lleva adelante, con la mirada puesta en la defensa de derechos, en la transformación de realidades que parecen irreversibles.

Fuente: https://rosarionuestro.com/una-historia-de-lucha-por-transformar-realidades-desde-la-infancia/

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Josep Maria Puig: “En la escuela se debe trabajar en favor de la comunidad”

España / 11 de marzo de 2018 / Autor: Redacción / Fuente: Tiching

Los valores, ¿se pueden aprender en el aula?
Yo creo que en parte sí se pueden aprender, pero no se puede restringir su aprendizaje a las aulas. Por ejemplo, podemos aprender a dialogar con los compañeros de clase sobre cosas que nos pasan, conflictos que tenemos en el colegio o fuera y nos preocupan. También se aprende a convivir, a trabajar en equipo, etc. Pero hay otras cosas que no se pueden aprender en clase porque las aulas no son espacios que proporcionen ciertas vivencias y experiencias.

¿Es una tarea específica de la escuelas la de trabajar los valores con los alumnos?
No, en absoluto, hay más actores implicados en ello. Es cierto que el aprendizaje “reglado” ha reservado tiempo para trabajar en el aula ciertos valores, como ya comentábamos: escuchar, dialogar, buscar soluciones, resolver conflictos… en definitiva, aprender a convivir. Lo que es evidente es que no podemos conformarnos solo con este trabajo.

¿El trabajo de los valores es un aspecto bien integrado dentro del currículum educativo de las escuelas?
El vaso se puede mirar medio lleno o medio vacío. Medio vacío porque estamos muy limitados en muchos aspectos, pero también medio lleno porque hay mucho profesorado que va integrando poco a poco el trabajo en valores dentro de sus materias y en el trabajo cotidiano de clase. Lo que nos preocupa especialmente en este momento es el tema legislativo. La actual legislación presenta un planteamiento de los valores que va fatal porque se hace escoger a los alumnos entre valores o religión, y esto es totalmente inadecuado. Tenemos una situación compleja que debe resolverse y blindarse, no puede ser que a cada cambio de gobierno se dicten unas normas distintas.

¿Son los profesores los que por iniciativa propia trabajan valores en el aula o son los currículums los que dictan el contenido en este sentido?
Hay mucho profesorado que está haciendo muy buen trabajo en el ámbito de los valores, al margen del currículum. Ya hemos dicho que este debería superar los problemas que tiene de una forma definitiva a nivel legislativo. La educación en valores debería ser una actividad para todos los chicos y chicas de la escuela y que quede bien incrustada en el día a día de los centros. Esto, hoy por hoy no es así. En estos momentos hemos retrocedido en un debate entre religión y valores que no nos lleva a ningún lado. Es un desconcierto que, aparte de ser impertinente, desanima bastante. La escuela debería ser laica, abierta a unos valores comunes a toda la ciudadanía.

¿Qué ejes cree que deberían trabajarse en la escuela?
Para empezar el diálogo sobre lo que nos pasa dentro y fuera del aula. También es importante transmitir consideración y respeto por los derechos humanos y, sobre todo, trabajar en favor de la comunidad. En este sentido trabajan muy bien los docentes que aplican el aprendizaje-servicio. También pienso que debería impartirse una asignatura sobre religiones, sobre todas las confesiones, para así aprender a respetarlas a todas, incluidas las posturas no creyentes. La formación y el trabajo confesional estricto debería estar fuera del tiempo curricular legal.

¿Qué implicación deben tener las familias y la sociedad en general sobre el trabajo en valores?
Los valores no son algo que se deba trabajar en exclusiva en un sitio u otro. La escuela tiene su trabajo, la familia tiene otro, y hay otros ámbitos que también trabajan en pro de valores y que realizan un trabajo de valores impagables. Otro ámbito que a veces lo hace es el deporte, el escolar y el no escolar, y es un espacio de educación en valores de primera. Esto es un trabajo de todos que necesita que se involucre toda la sociedad.

¿La sociedad está suficientemente implicada en la educación?
Suficientemente implicada no, pero hay de todo. No debemos imaginarnos que la sociedad y todas sus instituciones un día funcionarán bien, esto no sucederá nunca. A la sociedad se le debe pedir implicación, en las escuelas y desde las familias se debe fomentar el espíritu crítico respecto a cosas que se ven en televisión o en Internet.

Nos ha hablado del aprendizaje-servicio, ¿Es un buen sistema para trabajar valores?
Hablamos de aprendizaje-servicio como de prácticas de la ciudadanía. La escuela es un espacio de diálogo y de consideración de las cosas que nos pasan, y de movilizar a los chicos y chicas hacia la comunidad. Una forma de hacerlo es a través de los proyectos de aprendizaje-servicio. A la vez que haces un servicio cívico y participas en la vida comunitaria, hay que atarlo con el contenido del currículum. De esta manera ligamos aprendizaje curricular con aprendizaje de competencias. Yo creo que es una herramienta muy potente de contenidos y valores atados al currículum.

¿Cuál es la clave del éxito?
El profesorado debe hacer las cosas con pasión, ¡como siempre! Pero creo que hay algunos aspectos clave, más allá de técnica y metodología. La escuela y las entidades sociales que pueden ofrecer espacios de proyectos deben saber trabajar juntos. En la mayoría de los casos supone que la escuela se debe vincular con una entidad de la comunidad, una ONG, una asociación, etc. En esta vinculación está en juego la calidad del proyecto que llevarán a cabo los niños y niñas. Hay un camino importante aún por recorrer en este aspecto.

¿Qué pautas daría a los profesores que quieren iniciarse en este tipo de proyectos con sus alumnos?
En primer lugar les diría que miren lo que hacen, porque a veces ya se llevan a cabo proyectos en el aula que tienen que ver con el aprendizaje-servicio. A partir de estas actividades, desarrollándolas y mejorándolas pueden obtener resultados muy positivos vinculados a esta práctica. Esto del aprendizaje servicio no es un invento del que se parte de cero, tenemos tradición y experiencias difundidas. Por otro lado, es importante no trabajar solo. Es necesario trabajar en equipo, porque facilita el desarrollo y el arraigo en la propia escuela de este tipo de prácticas. Por último, que implique tanto como pueda a los alumnos.

¿Qué resultados se obtienen?
Lo que más destaca es que es una magnífica manera de trabajar competencias: es un instrumento perfecto para ello. Es imposible hacer aprendizaje servicio sin movilizar competencias. Otra cosa importante es la enorme satisfacción que aporta a todos los que intervienen en esta experiencia: a los profesores les da coraje; a los alumnos, aprendizaje; a las entidades, difusión. Todos los actores salen muy satisfechos. Los profesores son los que suelen valorar más positivamente estas actividades, ya que pese a que implica más trabajo para ellos, el resultado es satisfactorio para todas las partes.

¿Y para las entidades?
Cuando las entidades descubren que los alumnos pueden ayudar de verdad en su tarea, descubren posibles futuros voluntarios, jóvenes que difunden sus ideas, etc. Todo son ventajas. También implica un trabajo extra para ellos, puesto que deben desarrollar actividades en las que puedan participar los alumnos y no siempre es fácil. Ahí radica la necesidad de que la relación entre entidad y escuela sea estrecha y de confianza.

Fuente de la Entrevista:

Josep Maria Puig: “En la escuela se debe trabajar en favor de la comunidad”

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Entrevista a Catherine L’Ecuyer: «En educación hay que huir del ‘cómo’ y buscar el ‘para qué»

09 de Marzo 2018/Fuente: lavozdigital/Autor: ANDRÉS G. LATORRE

La investigadora y divulgadora Catherine L’Ecuyer pronunciará este viernes una conferencia en San Felipe Neri sobre el asombro y su importancia para mejorar el aprendizaje.

San Felipe Neri acogerá este viernes, a las 18.30 horas, una charla sobre lo que todo el mundo cree saber: la educación. La responsable de pronunciar la conferencia será la experta Catherine L’Ecuyer, quien resalta que no hay fórmulas mágicas en la educación y que cree que hay que apostar por el asombro y por favorecer el interés por aprender.

-¿Qué deben esperar los que acudan a su conferencia en el colegio San Felipe Neri?

-Material para la reflexión, pero escasas recetas, o soluciones inmediatas. La industria del consejo empaquetado ha hecho mucho daño en el ámbito educativo. Hemos de huir de los ‘cómo’ e interesarnos por los ‘por qué’ y los ‘para qué’. Hablaremos de la importancia del asombro para el aprendizaje y de lo que puede favorecerlo, o no.

–Usted es muy crítica con el uso de las pantallas para los niños, ¿ha llegado tarde esa advertencia para los padres?

–Cuando salió ‘Educar en la realidad’ en 2015, aun estábamos en lo que llamo en mi libro el ‘trance tecnológico’, esa idea de que la tecnología va a revolucionar la educación y que no apuntarse a ese carro es volver a la edad de piedra. Ahora, noto en mis conferencias que el viento está cambiando de dirección. Estamos de vuelta de muchos mitos tecnológicos y constatamos que el consumo de pantalla en la infancia puede tener efectos perjudiciales, como la inatención, la impulsividad, la adicción, entre otros.

–Pero, ¿no existen beneficios?

– Puede haberlos, claro. Por ejemplo, hay un estudio en 2012 que encuentra que el uso del smartphone puede calmar a un niño durante una intervención quirúrgica. Me parece muy bien en ese contexto. La pregunta es ¿podemos, a partir de estudios como éstos, sacar conclusiones generales de que la tecnología trae beneficios para el aprendizaje o que su uso sostenido no tiene efectos perjudiciales? En 2017, la Asociación Canadiense de Pediatría hace el balance de pros y contras y advierte: «No hay estudios que justifique la introducción de la tecnología en la infancia».

–Una de las propuestas que usted realiza es unir juego y aprendizaje. ¿Cómo pueden conjugarse ambos elementos?

–Cuando hablo de juego, no me refiero a estar divirtiéndose pasivamente. Me refiero a juego en el sentido montessoriano de ‘trabajo’. En ese tipo de juego, el sujeto es protagonista de lo que ocurre, no actúa mecánicamente, sino que pone el corazón, la afectividad, la inteligencia en todo lo que hace. Esa actitud no es solo cosa de niño, es cosa de todas las personas que trabajan con pasión porque aman lo que hacen, porque encuentran sentido en ello. Una persona que se acerca a la realidad con esa actitud tiene interés para aprender y presta atención plena. Y la atención plena es una condición imprescindible para el aprendizaje.

–¿Podría poner un ejemplo?

–Un niño en la playa que está concentrado en traer agua con un vaso que va llenando desde la orilla y vaciando dentro de las murallas de su castillo de arena. Podemos decir que está jugando, pero en realidad trabaja con meticulosidad y atención plena. Y cuando acabe, sacará el agua tumbando la pared de una muralla, volverá a cerrar la muralla, y lo hará de nuevo. La repetición es el secreto de la perfección, decía María Montessori. En ese tipo de juego, el niño desarrolla una serie de funciones ejecutivas que son claves para el aprendizaje, como la planificación, la atención, la memoria de trabajo.

«La educación es un asunto humano, no tecnológico, y eso nunca va a cambiar»

–Muchos pedagogos se quejan de que se siguen empleando modelos educativos del siglo XIX para enseñar a los chicos del XXI. ¿Cómo debería prepararse esa transición del sistema de enseñanza?

– Primero, no creo en el concepto del ‘chico del siglo XXI’. Los niños siguen siendo niños, porque existen permanencias antropológicas que son intemporales. Si pretendemos cambiarlas, puede que nos pase factura. La educación es un asunto humano, no tecnológico, y eso nunca va a cambiar, por mucho que nos guste la idea de que un algoritmo pueda sustituirse a un educador. Por otro lado, la tentación de rechazar en bloque todo lo que es del pasado y abrazar incondicionalmente todo lo nuevo es una postura poco seria. Hemos de distinguir entre educación conductista, mecanicista, tradicional y clásica.

-¿Qué es el asombro?

–Es el deseo de aprender, algo innato en el ser humano. Los bebés se asombran cuando ven por primera vez el cielo, las estrellas, la cara de su madre… Como decía Chesterton, «en cada niño, todas las cosas del mundo son hechas de nuevo y el universo se pone de nuevo a prueba».

«Nos perdemos en los sistemas, los métodos, los sistemas… y nos olvidamos de que la belleza se transmite a través de la belleza o no se transmite»

–¿Y qué no es el asombro?

–El asombro no es estar continuamente flipando ante lo novedoso; de hecho, quien depende de las sensaciones nuevas para motivarse a aprender es una persona que ha perdido precisamente el asombro.

–En el debate educativo está sobre la mesa la capacitación de los docentes. Ellos, en cambio, opinan que el problema es de motivación. ¿Es ese asombro del que usted habla parte necesaria también en los profesores?

–Un estudio realizado por McKinsey en 2007 analiza 25 sistemas educativos en todo el mundo. Concluye que un sistema educativo nunca estará por encima de la calidad de sus docentes. Mientras unos ven el problema en los docentes, otros vemos la solución en ellos. Hemos de prestigiar su trabajo y sobre todo pedirles cosas realistas. ¿Cómo acaba la semana un maestro que ha estado con 25 niños de 3 años de lunes a viernes 8 horas al día y que ha tenido que cuidar de sus necesidades básicas a la vez que cumplir con cada uno de los métodos innovadores o ‘de moda’ que se le han impuesto a lo largo de la semana?

–Me resulta interesante la diferencia que realiza entre ‘adiestramiento’ y ‘aprendizaje’. ¿Nos hemos criado en un ambiente que buscaba más adiestrar?

–Adiestra el educador conductista; educa el educador que domina su materia y ama a sus alumnos. Decía San Agustín que los maestros presentan sus explicaciones, y después los alumnos ven en sí mismos si los maestros han dicho cosas verdaderas. Y añade, «entonces es cuando los alumnos aprenden». Si el alumno no tiene esa oportunidad de hacer suyo el aprendizaje, de interiorizarla, no ha aprendido. Está adiestrado, pero no está educado. Nos perdemos en los sistemas, los métodos, los procedimientos, la didáctica, las herramientas, las estructuras. Y nos olvidamos de que la belleza, o se transmite a través de la belleza, o no se transmite.

Fuente de la entrevista:http://www.lavozdigital.es/cadiz/lvdi-educacion-huir-como-y-buscar-para-201803080812_noticia.html

Fuente de la imagen:http://www.lavozdigital.es/media/provincia/2018/03/07/v/Catherine-U10493982

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