Saltar al contenido principal
Page 225 of 454
1 223 224 225 226 227 454

Pau Mari-Klose: La escuela no es un instrumento meritocrático ni de inclusión.

España / 11 de febrero de 2018 / Autor: El Diario de la Educación / Fuente: EducaTribu

El diario de la educación publicó esta entrevista a Pau Mari-Klose el pasado día 18 de enero. Daniel Sánchez Caballero fue el encargado de realizarla. La traemos a nuestra web porque consideramos muy importante la reflexión sobre una de las funciones que consideramos esencial en el papel que la escuela debería cubrir y no cubre, o dista mucho de cubrir suficientemente.

Pau Mari-Klose es toda una autoridad cuando se habla de pobreza infantil. Es profesor de Sociología de la Universidad de Zaragoza. En los más de diez años que ha dedicado al tema, ha averiguado que la pobreza es mucho más que falta de dinero, que es una situación de la que es difícil salir y que, desde luego, la escuela no acaba de ayudar.

Para fijar el marco, ¿qué es ser pobre?

Son las familias con ingresos equivalentes inferiores al 60% de la mediana de ingresos. Eso se ajusta por la composición del hogar (número de miembros y edades). Esta es la definición convencional de pobreza, que da un número, que en España es el 28%. Hay otros indicadores que dan otros números. La pobreza refleja situaciones de privación material que van asociadas a otros déficit (educativos, de capital social, es decir, la capacidad de tener entornos sociales donde puedes encontrar recursos o información). Estas situaciones en algunos casos son transitorias, pero en muchas son bastante permanentes. Esto no quiere decir que no se pueda escapar de la pobreza, muchas familias pasan vaivenes en su vida, pero buena parte del tiempo se encuentran en situación de desventaja económica, estén por debajo del umbral de la pobreza o justo por encima.

La pobreza no solo es problemática porque afecte a bienestar o rendimiento educativo de un niño o genere un problema sanitario, sino porque cuando ese niño sea adulto arrastrará problemas originados por la pobreza que vivió en la infancia. La probabilidad de que ese niño tenga problemas laborales o sanitarios es mayor. Un ejemplo muy ilustrativo es la obesidad infantil. Parece mentira, pero ahora los pobres son gordos en la infancia. La obesidad infantil puede ser un problema infantil —te llaman “gordo”, no puedes jugar al fútbol—, pero es fundamentalmente un problema porque es el principal indicador de la obesidad en la vida adulta. Y en la vida adulta es la causa de todo tipo de problemas sanitarios e influye mucho en la esperanza de vida. Aunque después de ser niño gordo en la infancia te vaya bien en la vida adulta, muchos no habrán dejado de ser adultos obesos que arrastran problemas ocasionados por la pobreza infantil. Podríamos pensar en otros ejemplos. A nivel educativo es muy descarado el tema: el fracaso educativo te condiciona la vida en los puestos de trabajo a los que vas a optar, los ingresos que vas a tener, etc.

Buena parte de sus estudios son sobre los procesos que llevan a situaciones de desventaja educativa, muchas veces relacionada con la pobreza. ¿Cuáles son estos procesos?

Un primer factor fundamental es la pobreza de las familias, que tiene efectos desde distintas perspectivas. Vivir situaciones de pobreza está asociado a privación económica que a su vez tiene efectos sobre otras dimensiones del bienestar infantil. Pobreza significa, por ejemplo, viviendas inadecuadas, que muchas veces están relacionados con problemas sanitarios (humedades, malos aislamientos y riesgos sanitarios en forma de infecciones, hacinamientos, incremento de los días que pueden estar hospitalizados), que pueden estar en el origen de problemas educativos.

Los efectos de la pobreza también se producen en deterioros de los climas familiares. La pobreza se asocia al deterioro de las capacidades parentales, y eso puede tener efectos educativos, de retrasos cognitivos porque la implicación parental no es la más adecuada. En el tema de la pobreza los efectos son acumulativos. En un hogar con déficit de capital económico muchas veces habrá también déficit de capital educativo o cultural. Son hogares con padres con menos recursos educativos, menos capaces de estimular las capacidades de los niños en edades tempranas, de reconocer los talentos de los niños y cultivarlos. Hay menores expectativas sobre la trayectoria educativa de sus menores, del valor que la educación tiene para ellos, de menor capacidad de negociación con las escuelas (esto es un elemento detectado, las familias con menor nivel de capital cultural son menos capaces de negociar con un tutor por ejemplo que su hijo no repita un curso). Cuando los niños desfavorecidos llegan a la etapa de educación obligatoria, lo hacen con desventajas que les impiden progresar en la misma medida que sus compañeros. Si se añade los efectos de concentración espacial (los niños pobres viven rodeados de otros pobres y van a escuelas pobres), el efecto es acumulativo. Hay mucha evidencia que señala que en estos contextos donde se concentran niños que arrastran problemas sociales que traen al aula, el progreso educativo es mucho más difícil, la educabilidad se pone en juego. Los docentes no solo gestionan retos educativos, sino sociales. Mi aproximación a todas estas cuestiones es longitudinal. Las experiencias en las primeras etapas son fundamentales para entender qué pasa después. El fracaso escolar o abandono prematuro es imposible entenderlo sin experiencias acumulativas que se generan en la más tierna infancia.

¿La escuela está cumpliendo su papel de eliminar estas diferencias de origen y compensar las desventajas?

El sistema educativo en abstracto no lo está consiguiendo. Toda la evidencia señala que las brechas sociales al final del proceso educativo obligatorio son muy similares a las que se observan al principio. Los países que pueden seguir a los niños durante todo su recorrido educativo lo observan muy claramente. Aquí, con menos información, también lo vemos. La escuela ni es el instrumento meritocrático especialmente eficaz que se presupone (la idea de que en el sistema educativo avanzan los mejores) ni es un instrumento de inclusión eficaz. Más bien, reproduce las diferencias de origen. Eso no quiere decir que no haya escuelas o docentes que puedan tener ese efecto corrector. Pero hay estudios anglosajones que dicen que incluso las diferencias se amplían a lo largo del periodo escolar, de modo que los niños de origen desfavorecido que lo hacían bien en las primeras etapas, tras el ciclo educativo lo hacían peor, mientras los niños acomodados que lo hacen mal al principio a los diez años se han recuperado bastante. Es decir, la escuela rescata a los niños acomodados y perjudica a los que provienen de entornos desfavorecidos.

Voy a hacer un pequeño matiz. No necesariamente el efecto es de la escuela. También hay evidencia que muestra que más horas en la escuela ayuda a los niños desfavorecidos. O que estar fuera del periodo escolar los perjudica (los veranos, por ejemplo). El problema no es estrictamente la escuela sino que la escuela no opera sola. Determinadas influencias del entorno empujan a la escuela a ser productiva para los niños acomodados, pero cercena la posibilidad de que niños de entornos desfavorecidos salgan adelante.

Menciona aspectos que pueden corregir estas deficiencias. No vamos a hacer un plan director aquí, pero, ¿puede esbozar alguno?

Un niño en situación de pobreza vive en desventaja. En ese sentido, un elemento clave de inicio es corregir las situaciones de pobreza en la infancia, o atenuarlas al menos. Cuando tienes un país con un 28% de niños en situaciones de pobreza no puedes pretender los mismos resultados educativos que otro como Finlandia, que tiene menos del 10%. Un primer elemento entonces es atender estas situaciones con políticas de lucha contra la pobreza infantil o incluso ayudas directas. Un segundo elemento son escuelas infantiles de calidad y políticas que posibiliten el acceso a estas escuelas de colectivos desfavorecidos. España ha sufrido una gran explosión de la escuela infantil, el 0-3, pero no ha llegado a las familias que más se podrían beneficiar de ellas, las más desfavorecidas. Y más si son escuelas de calidad que producen lo que estos niños no tienen en casa, que es la estimulación cognitiva. Un tercer elemento es contener la segregación escolar. Hay efectos concentración de la pobreza que se producen en el barrio. También en la escuela, sobre todo si los centros no cuentan con suficientes recursos para hacer frente a estos retos. Una política en esa dirección también sería ayudar más generosamente a las escuelas que afrontan situaciones socioeconómicas más dificultosas: asegurar que el personal docente sea experimentado, que se pueda centrar en la atención específica a las situaciones sociales problemáticas que pueda encontrarse, que conozca dinámicas pedagógicas que ayuden a estos estudiantes (competencias no cognitivos: cómo inculcarles motivación, perseverancia, paciencia). Otro elemento obligatorio que mencionar porque las brechas son enormes a nivel socioeconómico es la repetición. Somos un país que hace repetir mucho, esto es conocido, pero no repite todo el mundo, repiten los estudiantes desfavorecidos. A los 15 años ha repetido un 53% de los estudiantes del cuartil más desfavorecido mientras solo lo ha hecho un 8% de los acomodados. Acercar estas cifras es imperativo, somos una anomalía total. Hay todo tipo de intervenciones, a nivel pedagógico también.

¿Nos estamos preocupando poco como sociedad del fenómeno de la pobreza infantil?

El gran salto es entre la preocupación y poner los medios. La preocupación que aparece en los medios de comunicación acaba incluso expresándose en los programas políticos o hasta en los pactos que firman los partidos. En las últimas dos negociaciones entre PSOE-Cs y entre PP-Cs para presentar una alternativa de Gobierno, en los dos casos se reconoció el grave problema de pobreza infantil y se comprometió una gran cantidad de recursos para hacerle frente. El problema es que cuando llega el momento de negociar los Presupuestos Generales del Estado esto no acaba de concretarse. Los 2.000 millones de euros que comprometieron el PP y Ciudadanos al final se quedaron en ciento y pico, que desglosados ni siquiera van a la infancia y acaban en los refugiados, por ejemplo. En el último momento los actores que tienen que negociar los presupuestos se olvidan de la importancia del problema y atienden otras consideraciones, quizá a quién pueden contentar y a quién descontentar y con esto de los niños quizá te puedas permitir el lujo de no ponerlo en primera línea porque en el fondo no vas a descontentar a mucha gente.

Sorprende esta afirmación, porque uno diría que un 28% de las familias con hijos sí es mucha gente.

Suena a mucha gente, pero esa gente no se identifica como familias con niños pobres. Se identificarán como catalanes, trabajadores, como consumidores o como familias con un dependiente en casa, pero no con familias con niños que necesitan una determinada atención hacia los niños. Son grupos que no tienen a nadie que les defienda como colectivo. Los trabajadores tienen a los sindicatos, los independentistas a los partidos políticos nacionalistas… El tema de los niños queda más relegado porque no tienen esas asociaciones bandera que puedan defenderlos. Esta situación está mejorando bastante porque hoy en día sí hay un Save the Children o Unicef que pueden jugar ese papel, pero aún quedan relegados en el último momento, en el proceso de negociación. Todos los partidos se apuntan al “hay que ocuparse de los niños” a nivel programático, pero no parecen traducirlo después.

Fuente de la Entrevista:

http://www.educatribu.net/index.php/noticias/unaNoticia/153

Comparte este contenido:

Hay Festival 18. La Nueva Educación. César Bona en conversación con Claudia Restrepo

España / 11 de febrero de 2018 / Autor: Museo Arte Moderno Medellín / Fuente: Youtube

Transmitido en vivo el 25 ene. 2018

César Bona es uno de los cincuenta mejores maestros del mundo según el Global Teacher Prize, el llamado Premio Nobel de los profesores y autor de La nueva educación. Conversará sobre las preguntas que se ha planteado en su recorrido como reformador de la educación: ¿Por qué ya no son tan importantes los libros de texto? ¿Por qué hay que relativizar la importancia de los deberes? ¿Por qué se debe educar en empatía? ¿Por qué la educación debe estar por encima de todos los gobiernos? Con apoyo de Acción Cultural Española. Foco cultura España-Colombia.

 

 

 

 

 

 

 

 

Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=EbRB3Acqrvc

Comparte este contenido:

Amar Kumar habla del futuro de la educación en entrevista para el Observatorio

India / 11 de febrero de 2018 / Autor:  / Fuente: Observatorio de Innovación Educativa

 

“Creo que en Latinoamérica hay una gran oportunidad para ayudar a las escuelas a prepararse para los estudiantes, en lugar de que los estudiantes se preparen para las escuelas.”— Amar Kumar.

Amar Kumar, Jefe de Gestión de Producto en Pearson Online & Blended Learning, líder mundial en servicios y contenidos educativos, charló con el Observatorio sobre el futuro de la educación, en el marco del  4° Congreso Internacional de Innovación Educativa.

Lee la transcripción completa de la entrevista:

Observatorio: ¿Cuáles son las habilidades que las futuras generaciones necesitarán? ¿Y qué se puede hacer hoy en las aulas de América Latina para desarrollar estas habilidades?

Kumar: Por supuesto. Nuestra investigación muestra que la habilidad más importante es realmente aprender a aprender. Se llama estrategias de aprendizaje. Y hay cosas muy específicas que puede hacer cuando está en la escuela secundaria o en la escuela postsecundaria para aprender a aprender. Y la razón por la que es tan importante es porque la economía va a cambiar cada pocos años, ¿verdad? Lo sabemos. Los trabajos de hoy no serán los empleos del mañana, y tendremos que continuar adquiriendo nuevas habilidades sobre la marcha. Y entonces pensamos que los aprendices que saben cómo aprender van a ser increíblemente exitosos. Además de eso, también vemos que hay una verdadera importancia para las áreas tradicionalmente conocidas como habilidades de artes liberales o de artes liberales, áreas de conocimiento como la sociología y la antropología. Realmente, personas que entienden cómo funciona el mundo o cómo interactúan los humanos. Esas serán algunas habilidades exclusivamente humanas que serán importantes en el futuro. Entonces, a medida que vemos el impacto de la tecnología y la robótica y la automatización, así como otras tendencias, llegan a impactar en los mercados laborales. Los estudiantes y los maestros necesitarán aprender habilidades exclusivamente humanas para tener éxito.

Observatorio: ¿En qué tipo de tecnologías y recursos de aprendizaje debería invertir la universidad latinoamericana?

Kumar: Sí. Creo que es educación dirigida por la tecnología. Así que quiere innovaciones educativas que puedan ayudar a los estudiantes a prepararse para el futuro, pero eso no significa que tenga que ingresar a un edificio en particular. No significa que tienes que hacerlo en un momento determinado. Creo que en América Latina hay una gran oportunidad para ayudar a las escuelas a prepararse para los estudiantes, en lugar de los estudiantes se preparen para las escuelas. Y para mí, eso incluye vías más ágiles, vías más flexibles. Para mí, significa que los estudiantes eligen cuándo quieren estudiar o dónde quieren estudiar o cómo quieren estudiar, pero los mecanismos de estudio son todos efectivos. Todos son realmente atractivo y divertidos de usar, y van a mejorar el aprendizaje. Entonces, esas son las cosas en las que América Latina puede enfocarse en lugar de construir un nuevo campus o un nuevo salón de clases. Pensemos realmente en cómo la tecnología puede ayudar a los estudiantes a prepararse, o cómo la tecnología puede ayudar a prepararse para las nuevas necesidades de los estudiantes.

Observatorio: ¿Cuál debería ser el papel de los padres en el futuro de la educación?

Kumar: Un enorme papel. Entonces los padres ya tendrán, ya lo han hecho, pero creo que su rol solo aumentará porque los estudiantes no solo están aprendiendo en el aula. Están en el aula quizás ocho o nueve horas al día, pero el resto del día están aprendiendo de sus padres, amigos, colegas y otras personas. Entonces, los padres tienen un papel muy importante que jugar para alentar esta mentalidad de aprender siempre, esta mentalidad de aprendizaje permanente en sus hijos. Entonces, desde el principio, los niños deben saber que están en la escuela no por una vez en su vida, sino para siempre. Entonces ellos estarán aprendiendo constantemente. Y la escuela es simplemente la primera vez que obtienen un aprendizaje estructurado. Pero a lo largo de su vida necesitarán continuar aprendiendo. Entonces, los padres son quienes establecen ese tono, esa cultura para sus hijos. Entonces, realmente pensamos que los padres realmente tienen que interpretar los mensajes a partir de esto y comprender qué habilidades serán importantes. Y creo que la segunda enseñanza para los padres es ayudar a sus hijos a elegir una carrera o un trabajo, pero recuérdeles que ese no es el trabajo que tendrán para toda la vida. Pero pueden tener 5, 10, 15 trabajos diferentes en muchas carreras diferentes a lo largo de su vida. Y nuevamente, reforzar el aprendizaje constante los ayudará a prepararse para múltiples trabajos. Entonces deberían considerar cada trabajo como un trampolín hacia algo más grande, hacia algo nuevo. Y esa mentalidad de innovación e impacto y el aprendizaje continuo es lo mejor que los padres pueden ayudar a los alumnos a entender.

Observatorio: ¿Cuál será el impacto de la automatización en el futuro de la enseñanza?

Kumar: Por lo tanto, vemos que la tecnología no afecta la enseñanza al automatizar la enseñanza, sino al mejorar los resultados. Entonces, si hoy eres profesor frente a un aula sin tecnología, en realidad no tienes mucha información sobre cómo han aprendido tus alumnos o cómo lo están haciendo. Puedes darles una prueba. Pero luego tienes que parar la clase, tomar una prueba, ir y calificar la prueba, y luego ver cómo están. Entonces la tecnología puede ayudar a que todo el proceso sea mucho más eficiente. La tecnología puede decir mientras estoy aprendiendo una lección, cuando un estudiante está aprendiendo una lección, la tecnología está evaluando cómo le está yendo. En lugar de suspender la clase y tomar una prueba, la tecnología siempre está proporcionando datos al docente sobre cómo se comportan los alumnos en particular. Entonces, ahora los maestros pueden adaptar su clase, pueden personalizar su enseñanza y realmente pueden asegurarse de que cada alumno aprenda a su ritmo y que cada alumno avance. Entonces, para mí, no se trata de automatización, se trata de habilitar al maestro. Y el papel de un maestro ahora es actuar sobre esas ideas en lugar de leer un plan de clase, por ejemplo.

Observatorio: En su opinión, ¿cómo se ve la educación superior en 2049?

Kumar: 2049. Bien. Entonces, creo que la educación superior o un instituto de educación superior no será un lugar, pero será una plataforma. Y es una plataforma para aprender. Así que me uniré al Tec de Monterrey como estudiante cuando tenga 18 años, pero tendré una relación contigo de por vida. Y aprenderé contigo de por vida. Y me prometes que puedo aprender cualquier tema que quiera. Y te prometo que cada vez que necesite aprender algo, acudiré a ti primero. Ese es un cambio. Creo que se convierte en una plataforma de por vida. Creo que lo segundo es que nuestra economía comienza a especializarse y centrarse en ciertas áreas, ninguna universidad puede ser buena en todas. Entonces, las universidades comenzarán a crear redes con otras universidades para luego decir: «De acuerdo, tengo una relación con este estudiante para su vida. Pero quieren un curso que yo no pueda ofrecer». Entonces, la red le permitirá al alumno acceder a otro contenido, a otros profesores. Entonces creo que esos son dos cambios que comenzaremos a ver. No los hemos visto todavía. Ves mucha tecnología. Ves muchas clases en línea. Eso sucederá y ya están sucediendo. Pero creo que para mí el mayor cambio más dramático es cuando me inscribo en una relación de por vida y eso me permite acceder a una red de otras universidades de alta calidad de por vida.

Fuente de la Entrevista:

https://observatorio.itesm.mx/edu-news/amar-kumar-entrevista-para-el-observatorio#.WnyYVVVomyk.twitter=

 

Comparte este contenido:

David Martín Díaz: “La educación necesita recuperar la ética y los valores”

España / 11 de febrero de 2018 / Autor: Regina de Miguel / Fuenete: Educación 3.0

El nuevo libro de David Martín Díaz , director de Ashoka España y experto en educomunicación y empoderamiento juvenil, se titula ¿Por qué educamos? (LID Editorial), una obra que intenta responder a esta pregunta con la ayuda de una veintena de personas de referencia ligadas al ámbito educativo. Hablamos con él de este trabajo, pero también de la esencia de la educación y de cómo se la imagina dentro de unos años, entre otras cuestiones.

¿Cómo surgió la idea de escribir este libro y qué temas se tratan en él?

David Martín Díaz "La educación necesita recuperar la ética y los valores"La educación está en un momento muy interesante. Está en los medios y en la calle, se habla del cambio, de innovación, de la necesidad de revisar metodologías y visibilizar referentes positivos. Es muy importante que así sea, pero sin perder de vista la brújula. ¿Por qué innovamos? ¿Por qué necesitamos cambiar dinámicas, culturas de centro o políticas educativas? ¿Qué le pido al colegio de mis hijos? ¿Qué evaluamos? ¿Qué papel tienen las pantallas en la socialización o el aprendizaje de nuestros hijos?

Es decir, la intención es sobre todo fijar el debate en el propósito. Por supuesto siempre teniendo en cuenta que no hablamos solo de lo que ocurre en la escuela sino en toda la experiencia vital que tiene un niño mientras crece en casa, en su barrio… El libro es resultado de conversaciones con una veintena de personas de referencia en el ámbito educativo desde ese punto de vista integral, incluyendo por supuesto un alumno entre ellos.

¿Por qué educamos y con qué objetivos lo hacemos?

La respuesta depende de a quien preguntemos. Por ejemplo, si preguntamos a los alumnos “por qué van a clase” su respuesta suele ser “para ser alguien el día de mañana”. Bueno, la verdad es que esta es una respuesta muy generalizada independientemente a quien preguntes.

Reflexionar sobre los fines de la educación es reflexionar sobre nuestro futuro como sociedad

Atendiendo a los planes educativos de centro o a los preámbulos de las leyes educativas siempre objetivos adicionales, centrados en formar personas íntegras, capaces de comprender la diversidad o participar en democracia, por decir algunos, pero cabría preguntarse si este es de verdad un foco del proceso de aprendizaje. Dime qué evalúas y te diré lo que te importa. Y la realidad es que en el día a día como evaluamos nuestro progreso es superando exámenes que miden nuestras capacidades cognitivas (suponiendo casi siempre que todos aprendemos de la misma manera y al mismo ritmo). Es un tema que da para mucho.

Por eso, para mí la pregunta es para qué deberíamos educar. Como coinciden muchos filósofos y educadores a lo largo de la historia, reflexionar sobre los fines de la educación es reflexionar sobre nuestro futuro como sociedad. ¿Qué tipo de sociedad queremos? ¿Estamos de verdad educando para ese ideal? ¿Cómo sabemos si estamos progresando en ese propósito?Atendiendo a los planes educativos de centro o a los preámbulos de las leyes educativas siempre objetivos adicionales, centrados en formar personas íntegras, capaces de comprender la diversidad o participar en democracia, por decir algunos, pero cabría preguntarse si este es de verdad un foco del proceso de aprendizaje.

¿Cuál es el propósito fundamental de la educación? ¿Se ha perdido su esencia?

La educación necesita recuperar su componente esencial, la ética y los valores. No perder de vista jamás el rol individual y colectivo que cada no tiene para mejorar el mundo alrededor. Esa toma de conciencia se aprende y se puede practicar. El mundo sería un lugar mejor si todos aprendemos y practicamos cómo mejorarlo.

David Martín Díaz "La educación necesita recuperar la ética y los valores"

Un proceso de aprendizaje que olvida esto puede ser muy instructivo y satisfactorio, pero no es educativo. No basta con sacar muy buenas notas. Hay numerosos ejemplos de alumnos considerados excelentes por sus estupendas notas pero que acosan a sus compañeros o tienen actitudes machistas o xenófobas, por decir algún ejemplo.  No se puede disociar éxito educativo del aprendizaje real y efectivo de valores. De hecho, solo pueden ir juntos.

A la hora de educar, ¿qué preguntas deberíamos plantearnos o (replantearnos) para lograr el éxito?

Innovar es un estado mental permanente de querer mejorar la práctica educativa

Creo que necesitamos abrir más los ojos y escuchar más. Hay muchas soluciones alrededor, sin necesidad de irnos muy lejos. Cualquier centro educativo sabe quiénes son los docentes que mejor funcionan, que mejor conectan con sus alumnos y consiguen extraer lo mejor de ellos. Al fin y al cabo, ese es precisamente el significado de educar. Los docentes tienen que tener espacio (y voluntad) para colaborar más. Necesitamos que el proyecto sea compartido entre docentes, familias, responsables de educación y juventud en el barrio. Es tarea de todos.

Para mí la pregunta es constante, diaria. Innovar es un proceso que no acaba nunca, es un estado mental permanente de querer mejorar la práctica educativa y ponerla al servicio de lo que esos alumnos necesitan para conseguir la mejor versión de sí mismos.

Una buena educación debe basarse en …

La persona que aprende. Por eso no hay fórmulas mágicas. La educación, por definición, es adaptación al contexto. Depende de cada chico y chica, de quiénes son, con sus capacidades y sus intereses, de sus circunstancias e incluso del día que tienen.  Y pensemos, insisto, que esto no ocurre solo en la escuela. Ocurre en ámbitos de educación no formal, en el ocio y tiempo libre, en casa…

¿Considera que la forma en que ahora se educa difiere con respecto a la de generaciones pasadas?

Depende de muchas cosas, del lugar del mundo del que hablemos, de la época que tomemos como referencia… Si hablamos de España, la gran mayoría de las cuestiones que hoy manejamos como innovadoras ocurrieron hace muchas décadas; lo cual me parece maravilloso, pensar que de repente nos damos cuenta de que el rumbo al que nos llevan las expectativas de la sociedad, los intereses del mercado o las políticas quizás no sean las más deseables. Que necesitamos recuperar el rumbo, la capacidad de dialogar, cooperar, analizar críticamente la realidad, desarrollar competencias para transformarla y aplicar el conocimiento adquirido para mejorar el entorno y resolver problemas.

David Martín Díaz "La educación necesita recuperar la ética y los valores"

¿Cómo imagina el futuro de la educación en la próxima década? ¿Será muy diferente a la de ahora?

Creo que la tendencia es prestar más atención a las llamadas “softskills”, las competencias sociales o emocionales y que somos cada vez más conscientes de la necesidad de aprender constantemente, algo que es una habilidad en sí misma; y también competencias relacionadas con la iniciativa, la resolución de problemas o la cooperación. El reto, una vez más, es darle sentido a todo ello.

Por último, un pequeño test. ¿Qué le sugieren las siguientes palabras?

– Educación: Propósito y colaboración.

– Educador:  La vocación más maravillosa y difícil del mundo.

– Escuela: Micro-sociedad de personas que aprenden.

– Éxito: Equidad, justicia social, derechos humanos.

– Fracaso: Productividad y conocimientos sin valores.

– Familia: El primer contexto educativo.

Fuente de la Entrevista:

David Martín Díaz: “La educación necesita recuperar la ética y los valores”

Comparte este contenido:

La identidad negra en la escuela. Un perfil de María Isabel Mena

Por Maguaré www.maguare.gov.co

¿Qué sentirías si ninguna de las imágenes que ves te representaran? o ¿si la historia condenara a tu comunidad a los mismos roles?, a responder estas preguntas y a trabajar por cambiar esto, se dedica María Isabel Mena, una historiadora de la Universidad del Valle que ha trabajado desde hace más de 10 años en etnoeducación y racismo en la escuela.

Su infancia estuvo custodiada por su comunidad chocoana en Cali que la cuidaban a ella y a sus hermanos, cuando su mamá se iba a trabajar lavando ropa a la burguesía valluna. Estudió su bachillerato en el INEM de Cali, y cuando terminó, su ilusión igual que la de muchas de sus compañeras de su misma clase social trabajadora, era la de trabajar y estudiar para pagar sus estudios. Pensando en esto, dos de sus amigas del colegio y ella se presentaron para trabajar en el recién construido almacén la 14 de Calima, y la única que no recibió un mensaje positivo fue María Isabel con la excusa que en ese momento en la 14 no iban a recibir mujeres negras ni siquiera para barrer.  “A los 17 años no tenía por qué entender que no iba a tener trabajo y que el proyecto de vida se iba a frustar por ser negra“.

Interponiéndose a todo esto, María Isabel se presentó a la Universidad del Valle a la carrera de historia, y estudiando allí tuvo un encuentro con los estudios de la esclavitud que fueron muy significativos para su vida.

Mi mamá tenía un carácter fuertísimo era casi un militar y yo tuve muchos límites me sostuvieron en mis épocas difíciles en el Inem y en la Universidad. Hoy gracias a esos principios, valores y límites, que me inculcaron mi mamá y mis hermanos, es que construí una personalidad que iba en contravía de ser una ama de casa que cuida de diez hijos. Yo quería hacer eso, pero quería hacer más

Con el apoyo de Germán Colmenares, abogado e historiador colombiano reconocido por iniciar el fenómeno disciplinario conocido como “Nueva historia” que siempre le preguntó por el significado de ser una historiadora negra, es que María Isabel inició su búsqueda por la identidad y la participación de la comunidad negra en la historia de Colombia, así como su lucha en contra del racismo.

Luego se convirtió en mamá y llegó a Bogotá a trabajar con el Ministerio de Educación. Recuerda que el mismo día que llevó a su hijo a la guardería los otros niños lo tocaban. La rectora preocupada le pidió disculpas y María Isabel aceptó que los otros se relacionaran así para que pudieran entender que su hijo era un niño como ellos.

“Esos son los constantes de la lucha contra el racismo. Yo le dije a la rectora que los dejara. Si ellos no habían tenido una experiencia con un niño negro, era normal que su primer acercamiento fuera de extrañeza y de sorpresa. Esto ojalá pasara con todos los niños, para que ellos en ese momento de contacto entiendan que aunque ellos tienen otra piel son iguales a ellos“.

Ese tipo de situaciones situaron a María en otra perspectiva, ahora como mamá, le costaba aceptar los chistes racistas y los comentarios y todo eso hizo eco cuando un día de camino a la guardería, su hijo le pidió que le echara perfume.

Ella lo hizo y él le volvió a insistir, a la tercera petición, no le pareció tan normal y le preguntó qué pasaba. Su hijo Andrés que tan solo tenía tres años, llorando le dijo que no quería oler a negro.  “Cada vez que cuento esto no puedo evitar sentir lo que sentí en ese momento. Nos fuimos al colegio, con mi esposo y le dijimos a la rectora que había que hacer lo que fuera necesario. Hicimos talleres con las familias y maestros en los que les contamos la historia y la importancia de nuestra comunidad

María Isabel, hizo una maestría en investigación social interdisciplinaria, y su tema de tesis fue los libros que trabajan en los colegios y que tituló Ilustración de las comunidades negras en los textos escolares.  “Esas ilustraciones de los textos no son un tema menor, están puestos con toda una intencionalidad. El ilustrador es producto de una historia ilustrada que nos ha hecho poner a ciertas personas en los textos, quitar o condenarlas a los mismos roles. Para mí siempre fue muy importante lo que puede ver un niño cuando no ve a sus congéneres en esos textos escolares, donde pasa la mitad de su vida y construye una política visual desde muy temprana edad“.

La más reciente publicación de María Isabel Mena, que aborda el tema de los referentes con los que los niños crecen

Recorrió Bogotá, Casanare y Antioquia con esa tesis y en España le propusieron hacer un proyecto de implementación de la cátedra de racismo y derechos humanos con la Secretaria de Educación y realizó los dos informes más grandes que se han hecho sobre racismo en Colombia con los maestros.

Un día la invitó una organización a hacer trabajo en Bosa con 50 niños, y ahí quiso ver la reacción de los niños con esta cátedra. En el salón solo había dos niños negros quienes reaccionaron ocultándose en el pupitre.En el descanso ella habló con uno de ellos y él le dijo que no hablara de eso porque sus compañeros le decían esclavo y le ponían cadenas.

Es una niñez muy desprotegida, pero el papel de las mamás, es muy importante. la mayoría, saben que deben proteger a sus hijos del racismo

Actualmente María Isabel trabaja en su tesis de doctorado sobre la construcción racial en los niños negros y lo que pasa en la infancia con la construcción de la identidad. Para su investigación trabaja analizando los dibujos y la paleta de colores que incorporan un color llamado “color piel”, el significado de nombrar con un solo color la piel, así como el uso que le dan los niños cuando se presentan así mismos.

El trabajo que esta historiadora hace con las maestras es fundamental, ella considera que el hecho de que los niños tengan con quién hablar del racismo, es la mejor terapia que se puede tener por la infancia. “Si tenemos buenas maestras también son buenas compañeras para los niños, si tenemos maestras sensibles que entiendan que hay que ponerle un alto a los chistes los niños estarán protegidos“.

Para ella hay un solo súper héroe en este tema y son los niños. Con su tesis de doctorado le gustaría mostrar las distintas aristas con la gente negra juega. No solo por qué en las jugueterías no hay muñecas y muñecos negros, sino cómo se comprende la historia de resistencia de los niños desde el juego y como los más pequeños comprenden y construyen su identidad.

En los niños, la experiencia con la identidad es muy compleja entran, salen, se camuflan, resisten, la confrontan. Hay niños que están muy seguros de su identidad, que se asumen como negros, que no quieren que les corten el pelo y otros que son muy apagados y se ven muy vulnerados

Para María Isabel, los riesgos de la identidad son enormes, y la distorsión con la que los niños negros crecen rodeados de solo referentes blancos, genera confusión y más adelante una postura y un rol en la sociedad.

“Ojalá todos los niños en su infancia estuvieran en un territorio ancestral, la oportunidad de estar con su gente, matronas, nodrizas, en ese manto protector de la infancia, debería suceder allí, al lado del río. No es fácil decirlo por la guerra y el conflicto. Nuestra población ha colocado la mayoría de víctimas del conflicto armado. Aun así debería ser un derecho que los niños estuvieran en esa primera etapa, en el territorio, porque esa experiencia traspasa la piel y se queda“.

Gracias al aporte e investigación liderado por la Licenciada “Maria Isabel Mena”, se pretende continuar replanteando la verdadera historia de la gente negra procurando interiorizar en los niños niñas la aceptación por la otredad, diferencia en cuanto al color de la piel, cabello, siendo esto parte del autorreconocimiento étnico afrocolombiano:, negro raizal y palenquero. destacar el rol del docente en los procesos identitarios, siendo pieza fundamental, al reconocer la diferencia que existe en la población Colombiana e ilustre adecuadamente la historia de la diaspora y no que peque burlándose y reafirmando el racismo al interior de la comunidad Educativa.

Fuente: https://maguared.gov.co/perfil-de-maria-isabel-mena/

Comparte este contenido:

Puerto Rico: Julia Keleher relata sus frustraciones en el Departamento de Educación

Un año, dos huracanes y muchas protestas después de asumir su crítico cargo, la funcionaria reflexiona sobre su controversial incumbencia en la agencia más importante del gobierno

«(El alumno) no tiene que creer lo que le quieren contar de cómo funciona el mundo», dijo la secretaria de Educación

Julia Keleher, la secretaria de Educación, estaba sola en su apartamento cuando el huracán Irma pasó cerca de Puerto Rico el pasado 6 de septiembre, azotando el noreste de la isla.

El apartamento, en el piso 23 de en la frontera entre Santurce y el Condado, le ofrecía a Keleher una vista privilegiada del fenómeno. Su única compañía en esas horas fue, según dijo, “una mesa, una cama y una bicicleta”.

“Estaba aterrorizada”, cuenta la secretaria, que ese día vio por primera vez un huracán, esa realidad brutalmente cotidiana de la vida en el Caribe.

Su encuentro con Irma (y dos semanas después con María, que la secretaria pasó en un hotel) puede entenderse también como una metáfora del brutal encuentro que Keleher ha tenido con la realidad puertorriqueña en la forma del Departamento de Educación, la más grande y caótica de todas las agencias públicas.

La agencia tiene 1,110 planteles, un presupuesto de $2,628,835,000 y 50,980 empleados. Sus estudiantes obtienen muy pobres resultados en las pruebas de desempeño. El magisterio denuncia continuamente falta de materiales y de dirección. Llueven las quejas de que en tal o cual escuela falta un maestro o maestra de tal o cual materia.

Las comunidades protestan quejándose de la infraestructura de las escuelas. La clase media o hasta media baja (de la alta, ni se diga) hace lo indecible por tener a sus hijos en escuelas privadas, aunque sean de dudosa calidad.

Este es el huracán que Keleher, de 43 años, hija única criada en un barrio obrero del norte de Filadelfia, está enfrentando desde que se mudó a Puerto Rico en enero de 2017 para dirigir Educación. Había asesorado a la agencia desde 2007, pero nunca le había visto los intestinos al monstruo desde adentro, como ahora.

Ha enfrentado la suspicacia de los muchos que creen que, por no ser puertorriqueña, no debería tener a su cargo una misión tan importante para el país. Ha sido duramente criticada por su alto salario, de $250,000, más del doble de lo que por ley corresponde al titular de Educación.

Ordenó cerrar más de 200 escuelas y anunció la clausura de otras 300 el próximo año, ante las drásticas bajas en matrícula que ha enfrentado el sistema por la inmensa ola de emigración. Se le ha responsabilizado por el lento ritmo de reapertura de planteles tras María.

La han lastimado las críticas, reconoce. Ha sido muy dura con sus compañeros de trabajo, también. La asombró la politización de la agencia, no lo niega. Ha habido choques con una cultura que no conocía del todo, admite.

Pero, más allá deeso, ¿quién es Julia Keleher? ¿Qué quiere hacer con la educación pública, ese instrumento vital, y tan mal usado hasta ahora, para el avance de cualquier sociedad? ¿Se la está tragando la bestia de mil cabezas que es el Departamento de Educación? ¿Entiende a Puerto Rico? ¿La entiende Puerto Rico a ella?

De esto y de más, a ratos combativa, reflexiva, exultante o emocionada, habló en una entrevista para la que no puso condiciones y a la que acudió sin ayudantes.

—Bueno, hemos trabajado en lo académico, pero no ha sido tanto el discurso público. En 2007, Puerto Rico estableció nuevos estándares, que fue un requisito del gobierno federal, porque tenían un acuerdo de cumplimiento. Eso se actualizó en 2013, 2014. La prueba es bien costosa y no es fácil salirse de los estándares porque trastoca mucha cosa. La pasada administración desarrolló muchas herramientas y trató de utilizar el modelo de “understanding by design”. Lo que pasa es que trataron de hacerlo tan al detalle, que los maestros se sentían sofocados. Yo, al llegar, reconociendo eso, traté de liberar un poco al aspecto administrativo y comprarle recursos para el salón, porque lo que falta son los recursos. El otro aspecto tiene que ver mucho con la infraestructura de tecnología, que también llevo un año trabajando, porque en los demás sistemas los niños tienen acceso a la tecnología y eso permite que aprendan y se expongan a otras maneras de explorar el mundo. Compramos una plataforma digital. Lo teníamos todo planchado, pero vino María.

Uno va a una escuela privada y hay una filosofía bien clara del tipo de educación que ofrece cada una, con qué propósito, a qué dan énfasis. No se escucha eso del sistema público.

—Yo no suelo redactar cartas circulares, que en los pasados años lo han hecho, porque no he visto cómo eso se operacionaliza dentro del salón de clases. Es bonito decirlo, pero si no se puede ejecutar, no vale nada que lo hayas dicho. Yo creo que, a través de aprendizaje basado en proyectos, lo que debemos buscar es un estudiante que tiene conocimiento, que ha sido expuesto a algunos hechos y a datos e información, pero que tiene una capacidad crítica de consumir, de discernir, de interpretar, de pensar por sí mismo y estar en una posición en que no tiene que creer lo que le quieren contar del mundo.

¿Esa visión se conoce en el Departamento, a nivel de directores, maestros, etc.?

—Cuando la gente tiene tantas cosas que le afectan el diario y yo les hablo de algo que es intangible, no sé si es el momento. Ellos necesitan que alguien entienda dónde están, que les resuelva lo inmediato y quele ayude poco a poco a ver cómo pueden realizar este tipo de enseñanza. En la escuela, nosotros tenemos todo en filas y en columnas. Y los nenes aquí y la maestra allá. Un proceso de enseñanza no debería ser así. La maestra es una facilitadora.

Si la entiendo bien, ¿hay una filosofía educativa, pero no se ha podido “operacionalizar”, como dice usted?

—Estamos en eso. El cambio no debe ser muy complicado. Es un currículo “ivy league”, el que se usa en Baldwin. Tú haces, tú aplicas lo que tú sabes hacer. Todo esto está vinculado. El mensaje está. Todo el mundo lo sabe y he sido efectiva en comunicarlo. Vete a una carta circular de 30 páginas, que alguien lo lee y no entiende lo que quiere que hagas.

Educación ha tenido fama por mucho tiempo de ser muy difícil de mover. A veces se le ha visto a usted públicamente hasta frustrada con eso. Cuénteme de esa experiencia de tratar de mover ese transatlántico.

—Creo que he madurado bastante durante el primer año. Sigo con la misma frustración, pero quizás he podido expresarlo un poquito mejor. Lo que yo trato es que la gente vea que debe haber un sentido de urgencia, porque cada día que pasa, de cada cosa que hagamos, depende la vida de 319,000 jóvenes. Yo convoqué a todos los que trabajan en recursos humanos. Les dije: “Yo sé que ustedes quieren hacer su trabajo y ha sido difícil en estas últimas dos décadas, porque los sistemas no funcionan. Pero les quiero dar una oportunidad de que se pongan creativos y me ayuden a rediseñar ese proceso”. ¿Sabes lo que a mí me mata? Es que los papás me llaman, y de verdad que a mí me pesa, para decirme que el hijo no tiene maestro de inglés en todo el año. Yo me siento responsable de eso. Estoy tratando de presentarlo de esa manera. Les dije: “¿Ustedes quieren ser responsables de que eso pase? Porque lo que tú haces o no haces tiene tal implicación”.

¿Usted cree que la están entendiendo? Es que han visto tantos cambios que la actitud muchas veces es “en cuatro años vienen otro con otro cambio”.

—Puede ser. Pero yo trato de ser honesta y consistente. Hablé con mucho respeto. Se me podrá juzgar después de mucho tiempo. Pero yo creo que va a ser distinto porque yo no vengo con otro propósito que no sea mejorar lo que hay. La gente me cree o no me cree. Tengo un programa para preparar superintendentes. La primera vez que lo tiré solicitaron 400. Seleccioné a 30 de los dos partidos.

¿Por qué aclara que son de los dos partidos? ¿Fue por un sistema de cuota?

—No. Lo que pasa es que la gente tenía la expectativa de que iba ser políticamente orientado para darle acceso a un solo grupo.

—Enviaron fotos con gente identificándolos. La gente entre sí.

¿Había revuelo porque se hizo un programa especial y había, en este caso que es un gobierno del Partido Nuevo Progresista (PNP), gente del Partido Popular Democrático (PPD)?

—Causó curiosidad, vamos a ponerlo así. Estoy dando acceso, estoy capacitando a todo el mundo, estoy creando un nuevo vocabulario, dando espacio para que colaboren, creando un ambiente que reconoce lo que es el mérito.

Usted no es de aquí, por lo tanto, puede entenderse que no es de un partido ni de otro y quizás no sabe quién es de qué partido. Cuando llega, imagino que lo primero que le dijeron fue: “Este de un partido y este de otro”.

—Sí, y hay gente del mismo partido que no me respondía.

¿Cómo usted manejaba, por ejemplo, si usted veía par de resumés y quería nombrar a un director de tal o cual programa y alguien le decía: “No, ese es de otro partido”? ¿Le pasó eso?

—Todas las personas de confianza ya habían sido nombradas cuando yo llegué. Me dijeron: “Aquí tienes tu agencia y tu equipo”. Yo no conocía a nadie aquí.

¿Quién nombró ese equipo?

—Bueno, de la manera en que se hace en todas las agencias.

¿El comité del partido?

—(Asintiendo) Son puestos de confianza. Y he ido poco a poco cambiando personas.

¿No la llamaron el alcalde, el legislador?

—Eso pasó en un principio.

¿El gobernador?

—No.

“Secretaria, me sacó a este que me ayudó mucho en la campaña, ¿qué pasó?” ¿Hubo ese tipo de dinámica?

—Eso fue lo que se habló, pero nadie me dijo nada a mí. Sí hubo como que: “Ay este, el otro”. Yo no sé. Yo estoy buscando al que puede. Y voy a seleccionar al que puede. Si este no puede, no puede estar. Claro está, no puedo botar a todo el mundo, porque no tengo un banco de talento ahí esperando para escoger. Pero poco a poco, con respeto, dándole la oportunidad. El que no demuestre que no puede, no puede quedarse con el trabajo y punto.

Usted llega, tiene todo su equipo nombrado, se entera de que es gente de la confianza del partido. ¿Eso se lo hacen saber o lo descubre en el camino?

—Lo descubrí en el camino, porque hay cosas que yo hice, que metí la pata y me tropecé con una bomba, sin saber.

Quería volver un momento a cuando dice que siente mucha frustración. ¿Qué es lo que mayormente le causa frustración?

—La gente no tenía un sentido de urgencia y no le importaba qué no lográbamos, qué no hacíamos, qué no terminábamos.

¿Alguna vez se dijo: ‘Wao, esto no hay manera de arreglarlo”?

—(Piensa unos segundos) Han sido momentos en los que yo me doy cuenta de lo alta que es la montaña. Es tan cuesta arriba. Pero estamos hablando de dos o tres momentos en que dije “wao”. Pero, por otro lado, no creo que eso tiene mucho que ver conmigo. Yo soy un instrumento que llegó, que pasó por cosas que tampoco fueron mi diseño, que tengo algo que aportar.

¿Ha habido algo, digamos, de “shock” cultural el ver usted cómo es que muchas cosas ocurren en Puerto Rico y la manera en que usted cree que debe ser?

—Sí, ha habido un choque en términos de la cultura, porque trabajar aquí no es lo mismo que vivir aquí. Cuando uno deja todo y viene y la recepción es un poco fuerte y te critican y no entienden… es como que estoy aquí tratando de ayudar, encuentran tantas cosas que no le gustan de mí, de quién soy, y vine aquí con las mejores intenciones. Fue fuerte.

Se le aguaron los ojos. ¿Se emociona con este tema?

—Sí.

¿Usted cree hay gente que la critica por ser estadounidense?

—No sé. Siempre es lo mismo con la gente que viene de afuera. Siempre trabajé en comunidades pobres. Usualmente esas son las comunidades de los hispanos y los afroamericanos. Yo sé lo que es estar al margen. Pero siempre he tenido compasión con los que me han tratado así para que no me afecte tanto.

¿Pero le ha pasado?

—Lo puedo entender como un fenómeno de que eso es lo que la gente hace cuando uno es distinto. Una cosa que es difícil para mí entender es por qué la gente me protesta. No entiendo que se manifiesten en vez de usar los canales para buscar una reunión. La otra cosa es que nadie se manifiesta por la calidad de la enseñanza. Nadie me reclama los resultados del sistema. Han protestado porque yo declaro unas vacantes, pero, ok, si se me han ido 25,000 estudiantes, ¿la matemática te dice que voy a necesitar la misma cantidad de maestros? ¡No! Reclaman eso en vez de reclamar que tenemos un nivel de proficiencia en matemáticas de 10% en el octavo grado o por las condiciones de los planteles.

Muchas veces las escuelas, sobre todo en comunidades pequeñas, más que una simple escuela, son el centro de la comunidad, tienen un valor que va más allá de si hay 50 o 300 niños. ¿Usted no comprende cuando alguien protesta que cierren una escuela solamente por criterios económicos?

—Lo puedo entender. La gente no sabe que el gasto del Departamento es $7,500 por estudiante. Pero yo hice un análisis de la distribución de fondos, según el presupuesto de cada una de las 1,296 escuelas que había en ese momento. Más de 850 escuelas reciben $2,000 a $4,000 por estudiante. ¿Por qué hay esa inequidad? Porque se permite la organización escolar, que dice que “yo soy director, tengo 54 niños y voy a tener seis maestros”, cuando una escuela al lado tiene 200 estudiantes, pero le falta un maestro de inglés. Hay que poner reglas en la distribución, administración y fiscalización de esos fondos públicos que les permiten a los niños una educación para su futuro. Hay que tomar eso bien en serio.

La escuché en otra entrevista decir que sus planes con la agencia van a dar resultado en 10 años. Eso quiere decir que el niño que está empezando ahora va a pasar casi toda la escuela y no va a ver el resultado de algún cambio. ¿No le parece que pide demasiada paciencia?

—Lo puse como 10 años un poco para manejar las expectativas. Cuando uno ve el cambio desde 2007 hasta hoy en Miami, ha pasado una década y tiene un sistema que funciona. Pero también hay que buscar victorias rápidas que son las estrategias de proveer currículo con instrucciones más directas. También tenemos un plan para llevar el nivel de proficiencia a 70% en cinco años. Pero sí, requiere mucho tiempo, porque sería una mentira decir que lo puedo hacer en poco tiempo.

¿No cree que a lo mejor hay gente aguantando la respiración porque sabe que en cuatro años máximo Julia se va?

—Puede ser… quizás.

Fuente: https://www.elnuevodia.com/noticias/locales/nota/juliakeleherrelatasusfrustracioneseneldepartamentodeeducacion-2395680/

Comparte este contenido:

Yayo Herrero: “Debemos reconocer la dependencia que tenemos de la naturaleza”

08 de febrero de 2018 / Fuente: http://blog.tiching.com/

Yayo Herrero

¿Qué cuatro puntos clave cree que debería recoger un proyecto educativo para tratar los diferentes retos que vivimos en la actualidad?
En primer lugar, todo lo que tenga que ver con reconocer la dependencia que tenemos de la naturaleza. Esto significa asumir que la naturaleza tiene límites físicos, que el crecimiento, mientras se base en estos bienes físicos, es imposible. En segundo lugar, reconocernos parte de esa naturaleza, y que por tanto su mantenimiento y conservación es clave para la propia existencia humana.

Nos quedan dos…
En tercer lugar, que estos retos hay que resolverlos con criterios de igualdad, es decir, que no puede resolverse sólo para las clases elitizadas. Por último, tener claro que, además de ser seres ecodependientes, somos seres profundamente interdependientes. El cuidado de las personas, de los cuerpos, el cuidado de las personas vulnerables, es un rasgo de la vida y no es un trabajo que deba ser llevado a cabo solamente por mujeres, sino que debe ser compartido.

En FUHEM habéis editado vuestra propia propuesta. A grandes rasgos, ¿en qué consiste este proyecto educativo?
Nuestro proyecto parte de la base de una consideración de la educación sobre todo en la condición de inclusividad. Una educación en la que quepan todas las personas y que su eje central sea, precisamente, la justicia y la inclusividad. También estaba basado en el pensamiento crítico, es decir, educar personas que sean capaces de entender los problemas de nuestro tiempo y sean capaces de actuar con compromiso. La vuelta de tuerca que le hemos dado es colocar la dimensión ecosocial en el centro del proyecto.

¿Y cuál es el resultado?
Hemos elaborado unos ejes centrales y luego lo hemos cruzado con el decreto oficial que establece las enseñanzas mínimas. Para todas las asignaturas y todas las etapas hemos incluido, eliminado, matizado o incorporado aquello que creemos que nos falta en el currículum estándar para formar personas que afronten los retos de la humanidad con compromiso y justicia.

En sus conferencias habla a menudo de cómo abordar el capitalismo. ¿Cree que el capitalismo se refleja de forma evidente en nuestro sistema educativo?
En 2007 participé en un trabajo que llevó a cabo Ecologistas en Acción: El currículum oculto antiecológico en los libros de texto. Lo que hicimos fue revisar libros de texto de todas las asignaturas y lo que confirmamos es que el capitalismo (no solo en la forma de producir y consumir, sino en la propia antropología, el tipo de forma de ser persona) estaba profundamente inoculado en lo que los chicos y chicas estudian en la escuela. El optimismo tecnológico, los mercados como solución a los problemas que ellos mismos crean, la ausencia de cualquier alternativa económica que no pasara por la empresa convencional… El crecimiento económico es condición sine qua non para el bienestar, mientras que se habla poco de las desigualdades y de sus causas estructurales. Nos pareció que en casi todas las asignaturas había una verdadera inyección de neoliberalismo en vena.

Y en cuanto a los roles de género, ¿el sistema actual también los perpetúa?
Aunque ahora mismo hay muchas iniciativas dentro de la escuela llevadas a cabo por profesores y profesoras que trabajan contra estos estereotipos, de forma mayoritaria la oficialidad o el planteamiento hegemónico aún los perpetúa. Es escandaloso ver la ausencia y el poco afán que hay de la recuperación de las genealogías de las mujeres en todos los ámbitos de conocimiento. Pero ya no es que no haya mujeres en todas las disciplinas del conocimiento, sino que tampoco están presentes las tareas cotidianas de cuidado. Son sistemáticamente invisibilizadas, tanto las tareas como las personas que las hacen, lo que hace que no se cuestione su reparto, ni se exija una corresponsabilidad en el cuidado de las personas.

¿Cómo podemos trabajar las contradicciones que se generan en las aulas en este sentido?
Es un planteamiento totalmente incoherente. Por un lado tratamos de educar chicos y chicas en la corresponsabilidad, la tolerancia, el respeto, la colaboración… pero por otro, lo que ven fuera es que la sociedad termina premiando a quién se comporta de forma egoísta, individualista. Igual en el terreno familiar: en casa se educa en la justicia materna del reparto de bienes y tareas dentro del hogar, pero luego lo que se privilegia en la calle es lo contrario.

¿Entonces…?
Es muy difícil encapsular la igualdad en la escuela si todo lo que la rodea va en linea completamente contraria. Sin embargo, no somos conscientes del enorme valor que tiene la acción de un profesor o una profesora en determinados escenarios sobre las personas que educamos. En acciones puntuales, hacemos abrir lo ojos a los alumnos, les damos una mirada distinta. Aunque a veces nos resulte imperceptible, esto puede convertirse en heroico en un entorno de disputa de hegemonía cultural.

Vivimos en un mundo cada vez más urbano. ¿Es posible que la escuela se reencuentre con la naturaleza?
Es complicado. Una amiga profesora les propuso a sus alumnos apuntar durante un día todo lo que habían pisado. El resultado: asfalto, baldosa, terrazo, asfalto, mármol, madera, asfalto. Todo el día habían pisado cosas fabricadas por el ser humano y en ningún momento habían pisado tierra. En un contexto así, ser consciente de la ecodependencia es difícil, pero incluso en el entorno humano hay muchos elementos de vida.

¿Puede poner algún ejemplo?
Si vas a un parque, te das cuenta que en el propio margen urbano hay una enorme biodiversidad. En una ciudad como Madrid, donde ni mirábamos al río Manzanares porque lo considerábamos una tubería más, cuando corre un poco de repente vuelve a brotar las plantas, hay aves… La vida se despliega muy fácilmente. ¡Nosotros somos vida!

¿Qué recomendaría para acercarse a esta vida?
Yo creo que casi es preferible que busquemos y encontremos la vida que brota en la ciudad a ir a una granja-escuela, que es un espacio domesticado donde hay cuatro animales casi museificados. Hay mucha vida en la ciudad que te permite conectar con lo que somos y conocernos como especie.

¿Qué propondría a los profesores que quieran fomentar este reencuentro?
Lo primero es que se reencuentren ellos mismos. Decía María Zambrano que a ella le preocupaba mucho el exilio interior. En una cultura que ha aprendido a mirar la naturaleza desde la exterioridad, desde la superioridad y desde la instrumentalidad, nuestros propios cuerpos son mirados de esa manera. El reencuentro con nosotros mismos, el comprendernos hijos e hijas de la fotosíntesis y de la polinización es importante. La necesidad de respirar un aire que no nos envenene, que no nos de picor de ojos, es un reencuentro estimulante y feliz.

¿Y en segundo lugar?
El segundo consejo es hacerlo con otros y otras. Hay que recuperar lo colectivo y la cooperación como rasgo inherente humano. El tercer consejo pasa por hacer un ejercicio por reconectar con la dignidad de la profesión y de la tarea docente.

¿Los profesores se quieren poco?
En este tiempo de recortes, a veces no acabamos de ser conscientes de la importancia que tiene acompañar a una persona que se está formando, enseñarle lo que es importante para sobrevivir. Hay profesiones que son dignas por su mero propósito y la de docente es una de ellas. Hay que fortalecer esta autoestima, la de las personas que enseñan y que acompañan en los procesos.

Bajo el paraguas de la innovación educativa cada vez hay más materiales propuestos y recomendados. ¿Qué consecuencias puede tener esto?
Malas en cualquier caso. Parte de lo que se está llamando innovación es una excusa de las grandes empresas para introducirse en el marco de la escuela. La economía, en su faceta de producción de bienes y recursos, está en una fase de estancamiento: no crece o crece de forma limitada. Lo que hace el neoliberalismo es entrar a saco en mercados donde antes no entraba: sanidad, educación, dependencia, etc. Estos espacios pueden abrir una oportunidad de crecimiento de estos interesados, y la escuela es un espacio clarísimo que pretende ser mercantilizado.

Pero, ¿hay alternativas?
En este momento en el que la mentira se llama postverdad, tenemos que pensar en que hay que disputar todos los espacios. La innovación que nos vale es aquella que conduzca a formar personas críticas, capaces de cooperar, elegir y comprometerse ante los retos reales que tenemos. Desde mi punto de vista, estos retos no es hacer crecer cuentas de resultados de empresas, sino hacer que la mayoría de personas puedan vivir vidas que merezcan la pena vivirse en un planeta que tiene límites físicos.

¿Cómo cree que podemos fomentar el espíritu crítico de los niños y las niñas?
Creemos que formular preguntas es un método bastante adecuado. Hay un trabajo que se hizo entre Ecologistas en Acción y la Federación de Movimientos de Renovación Pedagógica que se llama 99 preguntas y 99 experiencias, que propone hacer preguntas y que sean los alumnos los que tengan que responder.

¿Nos puede hacer un adelanto?
Puedes, por ejemplo, pedir a los niños y niñas que hagan una comparativa sobre la esperanza de vida en diferentes barrios de Madrid, e investigar sus diferencias. No estás ofreciendo respuestas, pero obligas a dirigir la mirada a una problemática para que ellos saquen sus propias conclusiones a partir de la información que recaban. O, si en lugar de hablar del crecimiento económico, les preguntas cuánta energía cuesta generar la energía. O que investiguen la historia de los bosques, para que vayan aprendiendo y entendiendo cómo ha evolucionado. Adquirirán herramientas para posicionarse y tener su propia opinión.

Interesante…
No queremos que de la educación salgan personas uniformes que quieran y deseen las mismas cosas, pero sí que hayan tenido la oportunidad para preguntarse sobre los problemas que les va a tocar afrontar. Los chicos y chicas deben tener conciencia del mundo en el que les va a tocar vivir y tener la oportunidad de transformarlo. No hacerlo es hipotecar la vida de nuestros hijos al servicio de intereses que no ponen su vida en el centro.

Fuente entrevista: http://blog.tiching.com/yayo-herrero-debemos-reconocer-la-dependencia-tenemos-la-naturaleza/

Comparte este contenido:
Page 225 of 454
1 223 224 225 226 227 454
OtrasVocesenEducacion.org