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Entrevista: “La educación sexual integral en la primera infancia implica reconocer las expresiones de género, desalentando a que se reproduzcan estereotipos”

Pese a que el debate sobre la garantía de la educación sexual integral desde la primera infancia haya generado resistencias y prejuicios, especialmente desde grupos religiosos fundamentalistas en nuestra región, expertas/os defienden la importancia de garantizarla como forma de prevenir y combatir la violencia y la discriminación contra niñas y niños, a partir del conocimiento y la reflexión sobre los estereotipos y roles de género. Para profundizar la discusión sobre este tema, invitamos a un diálogo Fernando Salinas-Quiroz, investigador de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) de México, y Mercedes Mayol Lassalle, vicepresidenta regional de la Organización Mundial para la Educación Preescolar (OMEP) Latinoamérica. Lea la charla completa a continuación.

¿Qué es la educación sexual integral en la primera infancia? ¿Es posible considerarla un derecho humano fundamental?

Mercedes: Sin ninguna duda es un derecho humano. Hubo una importante lucha para que se incluyeran en la educación inicial proyectos pedagógicos enfocados en el conocimiento de las y los estudiantes sobre su propio cuerpo y su propia sexualidad, con base en el respeto a los derechos humanos, pues las y los militantes por la educación infantil son también militantes por los derechos humanos.

Es cierto que, inicialmente, la educación sexual en general se restringía a la reproducción, a las infecciones de transmisión y a los cambios corporales de las y los adolescentes. Pero, como resultado de la acción de organismos internacionales, en especial el UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas), se realizó una conferencia mundial en los años 90, para subrayar preocupaciones respecto a la propagación de la SIDA, la mortalidad materna.

Mercedes Mayol Lassalle

Mercedes Mayol Lassalle

El acceso a la educación sexual integral, la equidad de género y la violencia contra las mujeres, temas que se vinculaban a los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).

A su vez, en el 2008, se realizó una Reunión Regional de Ministros de la Educación, impulsada por la UNESCO, que ha sido muy importante porque lanzó un plan según el cual se deberían crear leyes nacionales vinculadas a la educación sexual integral hasta el 2015. Los países que más avanzaron en ese sentido en nuestra región fueron: Argentina, Colombia, Guatemala y Costa Rica, y están trabajando por eso también Panamá, Paraguay, Bolivia y Venezuela.

Fernando: La educación sexual integral contempla comprender el desarrollo de las niñas y

Fernando Salinas-Quiroz

Fernando Salinas-Quiroz

niños como seres sexuados, y esto tiene que darse de una forma informada, libre, responsable y no vinculada solamente a la perspectiva reproductiva, sino que también desde una perspectiva sociocultural. En todos los niveles educativos, la educación sexual integral tiene que ver con el conocimiento del propio cuerpo, con el cuidado del mismo, dando sentidos y significados a la sexualidad y a las vinculaciones entre niños y niñas, reconociendo y valorando las diferencias y similitudes entre los géneros. Aunque tradicionalmente se empieza a valorar estos asuntos apenas con la pubertad, los mismos deben ser enseñados desde la educación infantil. Comúnmente no se habla de la parte social de la sexualidad, y tampoco se la considera un constructo social. Por lo contrario, se ha tratado de verla como la división sexual anatómica que justifica las diferencias, pero en realidad se trata de algo social.

Además de la prevención de la violencia de género, ¿hay otros efectos positivos de la inclusión de la educación sexual integral en los currículos de todos los niveles educativos? ¿Cuáles son?

Mercedes: Yo creo que todos los seres humanos debemos aprender a conocer y cuidar de nuestros cuerpos, y eso se debe empezar a trabajar en los jardines de infancia, junto con el desarrollo de competencias y habilidades sociales, construyendo respuestas para cuestiones como: ¿cómo resolvemos situaciones problemáticas? ¿Cómo establecemos pautas de convivencia? ¿Cómo tener comportamientos de auto protección?

Pensando en la violencia y el abuso sexual infantil, si nosotras/os no educamos, estamos dando lugar al abusador, que avanza sobre el desconocimiento, ya que estamos dejando el niño o la niña sin ninguna arma y mucho más expuestas/os. Muchas veces, los padres y las madres tienen perjuicios que las/os impiden de hablar con sus hijos e hijas sobre sexualidad. Pues, piensan que es contraproducente, que van a motivar alguna conducta de las y los niñas/os como la masturbación, o lo que sea (no que la masturbación sea algo malo, es una conducta normal en toda la infancia). Esto permite que el abusador avance, ya que el niño o niña no tiene herramientas para reconocer que lo están amenazando o abusando.

Fernando: Exactamente. La educación sexual integral no solo dice respecto a conocer el cuerpo humano y sus funciones sexuales, sino que también tiene que ver con reconocer las distintas expresiones de género, así como desalentar a que se reproduzcan estereotipos, como suele ocurrir desde los jardines, en los cuales las niñas juegan de cocina y los niños son concebidos como supuestamente “más libres y más activos”, por lo que se les manda al patio a jugar con pelotas.

Además de todo eso, la educación sexual integral es una herramienta poderosísima contra el abuso sexual infantil, que es algo que pasa enormemente en la región y que, en la inmensa mayoría de los casos, es consumado por un familiar. Por lo tanto, la institución escolar tiene la obligación de brindar herramientas y conocimientos sobre el cuerpo de las y los niñas/os, así como el reconocimiento de sentimientos para poder denunciar abusos de poder y violencia. Si existe un clima emocional adecuado en los jardines, si se abordan estos contenidos, y si hay un maestro o maestra preparado/a, que funja como base de seguridad, que esté bien remunerado/a y que sea sensible, es posible detectar señales de alerta y se puede actuar en un trabajo multisectorial articulado para el enfrentar el abuso sexual infantil.

Mercedes: Cuando un niño o niña ingresa al jardín, generalmente una de las actividades que hacen los/as maestros/as es armar un álbum de fotos con los miembros de su familia. Desde allí se está generando conocimiento sobre los roles, sobre los estereotipos de género, los distintos formatos de familia, sobre conocernos mejor y sobre las posibilidades del cuerpo, reconociendo inclusive aquellas personas que tienen algún tipo de discapacidad. Así que la educación sexual integral no se relaciona solamente con el funcionamiento sexual, sino con todo nuestro cuerpo y la generación de nuestras identidades.

Los niños y niñas reconocen a las mamás embarazadas, hablan de distintas prácticas sobre los cuidados de los bebés, ven hombres y mujeres desnudos y hacen preguntas a las y los educadoras/es. Esto también es parte de la educación sexual integral, que no tiene solamente el rol de hablar de enfermedades. Por lo contrario, aborda el social y el histórico en cada una de las familias, y los roles y estereotipos de género. En ese sentido, debemos ser críticas/os en relación a la publicidad y al mercado como modeladores de subjetividades, pues plantan, por ejemplo, que las niñas solo deben ser princesas y usar tacos altos.

En ese sentido, ¿podemos decir que la garantía de la educación sexual integral en la primera infancia, desde su relación con prácticas educativas que superen la violencia y los estereotipos de género, es una herencia de la lucha feminista?

Fernando: Desde una perspectiva de género y una postura feminista, hay que cuestionar todo lo que tiene que ver con la educación inicial como está concebida actualmente. Esto porque se trata de una profesión profundamente feminizada, desde la idea de que “corresponde a la mujer cuidar de los niños y niñas”. Por lo tanto, es una carrera mal pagada, que muchas veces se pone en el fin de la jerarquía académica.

Así se demuestra que el género y la sexualidad permean todo. Son elementos que ordenan las relaciones sociales y que tienen que ver con cómo nombramos las cosas. Las salas de los más pequeños actualmente son llamadas “lactantes” y después las llamamos de “maternal”, como si fuera algo propio de la mujer ser madre, amamantar y cuidar a los niños y niñas, lo cual se transfiere al medio educativo sin siquiera cuestionarlo. Asimismo, llamamos a las maestras de este nivel educativo “Miss” o “Señoritas”, pues quien ejerce esa profesión debe ser una mujer que no ha tenido relaciones sexuales, siendo pura y casta.

Mercedes: Creo que la lucha del feminismo ha avanzado mucho en relación a los cambios sociales, pero aun así falta muchísimo por hacer. También hay algo del orden social que niega al hombre el acceso a trabajar en los jardines e instituciones de educación inicial.

Muchas veces, llaman “tías” a las maestras de educación inicial, no educadoras. Paulo Freire escribió en el prólogo de su libro “Cartas para un educador” sobre la desprofesionalización que se intenta impulsar con prácticas como esta. Hay también un clásico libro intitulado “La sexualidad atrapada de la señorita maestra: una lectura psicopedagógica del ser mujer, la corporeidad y el aprendizaje”, de Alicia Fernández, que trata de lo que Fernando habló.

Me gustaría que ustedes comentaran, por favor, el escenario de la educación sexual integral en América Latina y el Caribe, tanto en el ámbito de las políticas como en lo que toca a los marcos normativos…

Mercedes – En Argentina, hay mucha hipocresía. No podemos negar que en las gestiones de los Kirchner hubo una intención muy fuerte de instalar la temática y de hacer efectiva la Ley Nacional sobre el Programa Nacional de Educación Sexual Integral. No solamente se instrumentalizó la ley, sino que se realizaron capacitaciones en todo el país. Pero, en el continente de las desigualdades, nosotros tenemos países muy desiguales y eso se refleja en Argentina. En la ciudad de Buenos Aires, han avanzado mucho, pero hay otras provincias del país que son muy conservadoras.

De todas maneras, se han dado pasos muy importantes y se van instrumentalizando cada vez más a las y los docentes en esa temática. Por ejemplo, la OMEP está desarrollando un documento con propuestas curriculares para la ciudad de Santa Fe y, como es un documento participativo, hicimos una asamblea con todos los maestros y maestras, y les preguntamos qué áreas de conocimiento tienen que estar dentro del marco curricular. La primera cosa que nos contestaron fue la educación sexual integral.

Fernando: En México, a finales de 2014, se publicó en el Diario Oficial de la Federación una Ley General de Niñas, Niños y Adolescentes, que es bastante avanzada y fue realizada por expertas/os en esa temática. Hay un artículo en esta ley que determina la promoción de la educación sexual integral. Sin embargo, aunque esté ahí plasmada, no hace parte del Plan Nacional de Desarrollo del gobierno de Enrique Peña Nieto, ni tampoco está incluida en el Modelo de Atención con Enfoque Integral para personas de 0 a 3 años, ni en el Programa de Educación Preescolar. Es decir, la educación sexual integral está prevista en la ley, pero no está articulada en las prácticas educativas.

En el contexto regional, solamente han incluido efectivamente la educación sexual integral en la educación inicial: Argentina, Uruguay, Colombia, Cuba, Nicaragua, Guatemala y Chile.

Lea también:

Ensayo académico aborda la importancia de garantizar la educación sexual integral en la educación preescolar e inicial

Salinas-Quiroz, F., y Rosales, A.L. (2016). La agenda pendiente de la educación inicial y preescolar en México: Sexualidad Integral. Educación, 25(49), 143-160.  Disponible en: http://dx.doi.org/10.18800/educacion.201602.008

Rosales-Mendoza, A.L., y Salinas-Quiroz, F. (2017). Educación sexual y género en primarias mexicanas ¿qué dicen los libros de texto y el profesorado? Revista Electrónica Educare, 21(2), 1-21. Disponible en: http://dx.doi.org/10.15359/ree.21-2.11

Fuente de la Entrevista:

“La educación sexual integral en la primera infancia implica reconocer las expresiones de género, desalentando a que se reproduzcan estereotipos”

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Entrevista a Karoline Ferández: “El racismo es, de alguna manera, inherente a la sociedad y, por tanto, también existe en las aulas”

05 junio 2017/Fuente: El Diario de la Educacion

Karoline Fernández asegura que observar más atentamente lo que ocurre en los centros puede ayudar a detectar problemas de racismo, acoso o violencia. Detalles como la falta de relación con los demás o la separación por grupos en el patio pueden ser clave.

Médica de formación, la vida y sus propias decisiones han llevado a Karoline Fernández a la dirección del Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (Oberaxe). Hasta aterrizar en el observatorio, Fernández había desarrollado su carrera profesional en el ámbito de la Salud Pública. “Aparentemente no puede no tener mucho que ver, pero desde Salud Pública el objetivo del trabajo es la población general y los grupos vulnerables”, explica. De ahí saltó al Oberaxe: “Filosóficamente, este sitio era apropiado y me interesaba mucho”. Entre las atribuciones de este organismo está vigilar el mundo educativo reflejo, dice, del racismo “inherente a la sociedad”.

¿Hay racismo en las aulas de España?

Hay racismo en todas partes. El racismo, la xenofobia, de alguna manera son inherentes a la sociedad, y por tanto también existe en las aulas. Si pensamos en cómo desarrollamos nuestro conocimiento, aprendemos a través de la abstracción, la generalización y la clasificación de objetos en categorías. Clasificamos el mundo y a las personas, y depende de cómo se aplique, si se utilizan indicadores como la apariencia, la nacionalidad o la religión, se pueden llegar a crear estereotipos y prejuicios y aplicar ideas generales a personas individuales en vez de las particulares de ese sujeto. Los niños en concreto aprenden primero a conocer un grupo de personas cercano que le cuida, el endogrupo, y otro lejano de gente de la que desconfía. Es otra forma de clasificación. Esto significa que al final tenemos que aprender a convivir, a aceptar a los demás, lo diverso. Y podemos aprender de una forma tolerante o intolerante.

¿Tenemos datos sobre esta materia?

Un estudio del Ministerio de Sanidad sobre discriminación revela que en la escuela uno de cada cuatro alumnos dice haberla sufrido. Los colectivos más discriminados son el magrebí y el subsahariano. A nivel general, Eurostat, en su Eurobarómetro de 2012, explicaba que la causa de mayor discriminación es el origen racial o étnico, tanto en España como en Europa. Pero la discriminación puede ser sutil, no aparente, o llegar a situaciones de acoso y violencia, que son las que sí podemos detectar. Incluso las cosas sutiles hacen daño a la persona, porque se siente humillada, maltratada, porque lo sufre por pertenecer a un grupo, y si alguien es marroquí no va a dejar de serlo. Están expuestos a que les pase algo en cualquier momento por ese motivo. Esto genera una ansiedad y un daño que es mayor que si te pegan en una pelea normal por una causa menor.

Pero los niños son un folio en blanco, ¿no? Uno piensa que no deberían tener prejuicios per se.

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El folio en blanco se empieza a escribir muy rápido. Los niños, de bebés, ya diferencian quién es la gente cercana a ellos y quién no. Algunos expertos dicen que la violencia de género empieza a prevenirse en grupos de tres años ya. Hay cosas que empiezan a pasar desde que son pequeños. Todo lo que sea trabajar la diversidad, la inclusión, la diversidad de los demás, hay que enseñárselo a los niños desde muy pequeños, desde preescolar.

¿Están formados los profesores para acometer este fenómeno del racismo y la xenofobia?

Es variado. Hicimos una pequeña encuesta a los primeros participantes de los primeros seminarios que organizamos en la que les preguntábamos a los asistentes si pensaban que se producen incidentes racistas en sus centros educativos y el 89% creía que sí. Les preguntamos también si creían que pasan desapercibidas y el 96% dijo que sí. Sin embargo, solo el 3% piensa que el profesorado tiene suficientes herramientas para luchar contra este fenómeno. Las comunidades autónomas están haciendo un esfuerzo con protocolos y planes de convivencia, pero hay que seguir trabajando.  Ante un incidente de acoso a un niño no es fácil saber qué tienes que hacer. Lo que nos puede parecer que se debe hacer -juntar a agresor y agredido y preguntarles qué ha pasado- es lo contrario de lo que hay que hacer. Hay que tener cuidado. Hace falta formación y herramientas. Por otra parte, hemos cambiado de población en España. Teníamos una población muy homogénea y ahora hay más de cinco millones de extranjeros y 632.000 son menores de 16 años. En el curso pasado había 8,1 millones de alumnos, de ellos 715.846 no eran españoles. La mayoría se concentra en las escuelas públicas, y en algunas zonas hay una gran densidad de extranjeros que requiere trabajo para integrar y convivir. La diversidad es una ventaja, aporta riqueza y como tal hay que tomarla, no como un obstáculo. Donde se toma la diversidad como una ventaja, los alumnos de esos centros van a generar más capacidades.

Los centros saturados de inmigrantes, ¿provocan más racismo o al revés?

Depende del trabajo que se haga. En los centros que tienen una proporción de alumnos extranjeros elevados, el profesorado o la dirección se sensibiliza y tienen que tomar medidas porque otros alumnos nacionales no quieren ir. En muchos sitios se han puesto a trabajar y consiguen resultados estupendos. Un ejemplo es el IES Francisco Montoya, de Las Norias (Almería). Tiene un 70% de extranjeros y ha apostado por estrategias para mejorar la convivencia y por adquirir valores y educar en multiculturalidad. Les está yendo muy bien. Utilizan alumnos mediadores que se ocupan de resolver los conflictos en primer lugar. Están entrenados y disponibles en horario escolar y hacen resolución pacífica de conflictos.

En muchos patios de colegio, las niñas en general ocupan un pequeño espacio, las musulmanas están en una esquina juntas, los niños con discapacidad en otro juntos y el espacio central son los niños blancos nacionales jugando al fútbol. A quien no se fije igual le parece normal, pero no lo es, significa que los niños no están integrados. Hay que trabajar estas cosas. En el proyecto IN-CLUDED, por ejemplo, una de las cosas que se hace son las comunidades de aprendizaje, que implican a todas las personas que tienen que ver con la comunidad educativa de manera directa o indirecta en el aprendizaje de los niños. Incluir a profesores, padres, vecinos, miembros de ONG, etc. Este tipo de actividades ayuda a mejorar la inclusión no solo en el centro educativo sino en toda la comunidad.

Ha mencionado antes que hay indicadores que adelantan que se van a producir conflictos o incidentes. ¿Cuáles son?

Son cosas que pasan, las vemos y no les prestamos la suficiente atención -este es uno de los problemas muchas veces- porque “son cosas de chavales”. Por ejemplo, conductas discriminatorias con alumnos: un chico al que sus compañeros ignoran; alumnos a los que sus profesores no les hacen caso; que lo que digan o hagan niños de ciertas minorías se ignore; niños que son rechazados de algunas actividades; que cuando hay algún incidente siempre se piense en que ha sido fulanito; ser nombrado por el grupo al que se pertenece. También pasan cosas curiosas, como que hay profesores que estimulan a los niños a seguir con los estudios, pero a según qué grupos (gitanos, por ejemplo), como seguramente no van a estudiar no les estimulen. Si un niño es víctima de algo, puede haber indicadores de ello como el absentismo o que llegue sistemáticamente tarde porque no quiere entrar al colegio a la vez que los demás. Hay cosas a las que creo que se le presta poca atención, pero si a un niño le están pasando algunas de ellas, el daño que sufre es importante. Creo que todos las hemos visto, pero igual no les hemos dado la importancia que tiene.

¿Nos preocupamos más por algo que ha pasado siempre y no nos parecía tan grave o antes nos preocupábamos de menos por situaciones que deberían habernos hecho sonar alguna alarma?
Nos preocupamos más, pero creo que está bien. También nuestra sociedad es mucho más heterogénea que antes. Para integrar esa diversidad necesitamos trabajar, ser cuidadosos y prestar atención. El rechazo al diferente existe, es fácil manifestarlo. Si hay muchos diferentes es más fácil que ocurra con más frecuencia. Ocurren las dos cosas: le prestamos más atención, pero también hay más diversidad.

¿Qué hay que hacer cuando se detecta un incidente con tintes racistas o xenófobos?

A muy grandes rasgos, hay que actuar con la víctima, con los agresores y con el alumnado en general. Y hay que hacerlo de forma inmediata. Es necesario mantener la calma con todo el mundo. Una cosa que es importante es no ignorar el incidente: lo que ha pasado ha pasado. Los niños igual no lo pueden resolver solos y la víctima se va a sentir desprotegida si se dice que es una cosa de chavales. En los centros donde hay protocolos hay que activarlos. Con la víctima hay que hablar, pero hacerlo sin que sea evidente y sin hacerle preguntas que la culpabilicen. Hay que explicar qué se va a hacer, tanto a la víctima como a la familia. Hay centros que tienen establecida la figura del camarada protector, otro alumno que le acompaña. Esto es importante. Con el resto del alumnado, por un lado, es importante hacerle saber qué se va a hacer en el centro escolar. Que el centro manifieste públicamente que no acepta los incidentes violentos o de acoso. Hay algún colegio que cuando ha ocurrido algún incidente ha escrito una carta a todos los padres en este sentido. Es importante que las víctimas sepan que lo que les ha pasado no se va a repetir y que el centro será un factor protector. Con los niños que agreden hay que intentar tomar medidas para que se hagan responsables. Sanciones proporcionadas, pero educativas para que aprendan a ser responsables y empáticos, que probablemente el que lo hace no lo es mucho y necesita un aprendizaje. No hay que estigmatizarlo tampoco, debe saber que a él se le valora, pero no a sus acciones.

Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/06/01/el-racismo-es-de-alguna-manera-inherente-a-la-sociedad-y-por-tanto-tambien-existe-en-las-aulas/

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Entrevista a Rafael Cid: Un medio alternativo que ejerza de contrapoder está condenado a ser minoritario

Entrevista a Rafael Cid, periodista y colaborador de “Radio klara”, “Rojo y Negro” y “Kaos en la red”
“Un medio alternativo que ejerza de contrapoder está condenado a ser minoritario”
Enric Llopis
¿Han de batallar los medios de comunicación independientes por la hegemonía? ¿Tienen que marcarse como objetivo el crecimiento de lectores y audiencias para ensanchar su ámbito de influencia? “Un medio alternativo que ejerza de ‘contrapoder’ está condenado a ser siempre más o menos minoritario”, afirma el periodista Rafael Cid, colaborador del periódico de la CGT Rojo y Negro, Radio Klara de Valencia (en el espacio “El Vaivén”) y Kaos en la Red. “Lo que tiene que primar es el rigor, la calidad, la independencia y la osadía”, añade. Titulado por la Escuela de Periodismo de Madrid, Rafael Cid inició su recorrido profesional en el mundo de los reportajes de investigación. Indagó durante tres años en el “síndrome” de la colza, que afectó a miles de personas en los años 80. A mediados de esa década, entrevistó para Cambio 16 –revista de la que fue jefe de coordinación- a un comando de los GAL y con otros dos periodistas de la misma publicación, Miguel Ángel Liso y José Díaz Herrera, reveló una trama de corrupción policial que se prolongó en la muerte de un conocido delincuente, “El Nani”. Entre 1977 y 1979 editó la revista Historia Libertaria. Actualmente, en España “apenas existe margen de autonomía para el trabajo de periodista en los mass media”, sostiene.

-Fuiste uno de los periodistas que en los años 80, con Xavier Vinader, Pepe Rei o José Díaz Herrera, se volcó en los reportajes de investigación. Por ejemplo, con Díaz Herrera publicaste en Cambio 16 (mayo de 1984) una entrevista a varios mercenarios del GAL realizada en Biarritz. Contaban la muerte de uno de los “jefes”, Jean Pierre Cherid, al estallarle un explosivo. Pretendía acabar con la vida de siete militantes de ETA. ¿Cómo recuerdas aquellos reportajes?  

-Jean Pierre Cherid, los hermanos Perret, Mohamed Khiar, los neofascistas italianos y los miembros de la Triple A argentina (uno de los varios GAL que hubo) eran mercenarios contratados desde los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado para llevar la guerra sucia contra ETA al santuario francés. Sus acciones, asesinatos de corte mafioso por encargo, estaban encaminadas a obligar a las autoridades galas a controlar los movimientos de los etarras y, en su caso, deportar a sus cabecillas y a los dirigentes independentistas vascos allí asilados. Poco más que eso puedo decir sobre aquella etapa. Quizás sólo resaltar las dificultades que supuso la realización de esa primera investigación histórica sobre los Gal y su publicación cuando en España gobernaba un PSOE triunfante tras el 23-F, con un enorme respaldo en la opinión pública. Y si eso fue posible, más que al trabajo de los periodistas, el mérito se debió a la existencia al frente de Cambio 16 de un presidente, Juan Tomás de Salas, que tenía una concepción exigente del derecho a la información, en línea con la tradición inglesa, al que aún no se le ha rendido el reconocimiento merecido. Mostramos el terrorismo de Estado en la joven democracia sin trabas empresariales o políticas, y con el respaldo garante del editor de la publicación.

-¿Existe actualmente el periodismo de investigación, o más bien se trata de la mera filtración interesada de dosieres? Por tu experiencia, ¿cómo evitar que la fuente manipule u oculte datos al periodista, dado que existe una dependencia, casi absoluta, de la información que la fuente aporta?

-Si por periodismo de investigación entendemos la labor informativa encaminada a sacar a la luz lo que el poder (los poderes) ocultan, a través de un seguimiento de indicios realizado por los propios profesionales, contrastando distintas fuentes y controlando el proceso desde sus inicios hasta su divulgación pública, creo que es una especialidad en peligro de extinción. A pesar de que actualmente los medios son económicamente más capaces que entonces. Lo que más abunda son las “revelaciones” de parte, utilizadas para pugnas políticas y económicas. Porque el periodismo de investigación es un “contrapoder”, un “cuarto poder” independiente con responsabilidad social. Y eso no depende de la mayor o menos potencia financiera de un medio. En ocasiones, al contrario, entre grandes corporaciones como mucho lo que se produce es un simulacro de “guerra fría” disuasoria. La prueba es que tuvieron que ser los periodistas de un modesto diario de provincias (el Diario de Mallorca, si no recuerdo mal) los que descubrieran los vuelos secretos de la CIA sobre territorio español, algo que los demás no hicieron.

La independencia total respecto a la fuente no existe. Toda fuente busca una rentabilidad, por activa, por pasiva o por perifrástica. No hay fuente desinteresada. Incluso la que pretende denunciar una injusticia puede contener una carga espuria que conviene evaluar para que el periodista no se convierta en un “justiciero”. Y eso exige considerar la información de la fuente como un indicio y desde ahí conducir la investigación en múltiples direcciones hasta cerrar el círculo con documentos, testimonios u otro tipo de pruebas que aproximen la veracidad de los hechos. Por eso las investigaciones periodísticas rigurosas suelen durar en el tiempo y acaparan muchos recursos de todo tipo. A menudo una pista se deja meses dormir en el cajón de la redacción porque no progresa y debe recuperarse más tarde cuando aparecen otras más sólidas. Eso significa también que en ocasiones las investigaciones se malogran. Por no hablar de los errores o las meteduras de pata que los autores cometen durante el proceso de elaboración de un reportaje. Que de eso no suele hablarse en el mundillo de la investigación, donde casi todo son medallas y periodistas estrella.

-¿Por qué abandonaste la redacción de El País en julio de 1989, después de trabajar dos meses en el diario? ¿Se te censuraron artículos? ¿Cómo observas la evolución del periódico?  

-Me fui de El País porque lo que experimenté no respondía a las expectativas que tenía. Acostumbrado a trabajar con plena autonomía, su modelo me parecía demasiado regulado desde arriba, una camisa de fuerza. Allí el periodista era una pieza de un gran engranaje, como un funcionario de ministerio, y después de varios contratiempos y desencuentros al trabajar en determinados temas decidí irme por donde había venido. Posiblemente por ese “libro de estilo” tan jerarquizado en El País nunca ha cuajado un “equipo de investigación”, y profesionales tan valiosos como Gregorio Morán dejaron voluntariamente aquella casa cuando estar en El País parecía el no va más de la profesión. Me despedí y devolví el Premio Ortega y Gasset, que me habían dado junto a otros compañeros de Cambio 16 por el asunto de “la mafia policial”, porque creo que los premios otorgados sin que uno opte a ellos (como era el caso) visualizan una estima compartida, y yo había perdido la confianza en el premiador.

Al margen de cualquier peripecia personal, considero que El País ha sido el diario más influyente (no impactante) de la etapa democrática y más sólido como máquina informativa y comunicacional. Otra cosa es su acoplamiento con la estrategia del PSOE durante la etapa de Felipe González (es proverbial su tardanza en informar sobre el Gal), y viceversa. Una conducta que llevó a sus ejecutivos a considerarse llamados a tutelar a la sociedad como su intelectual orgánico (cuando la opinión pública es la opinión publicada). Por supuesto eso ya es agua pasada. Ahora El País es un holograma de aquel diario que solía tutelar en la sombra a gobiernos. ¡Hasta Mariano Rajoy le ha hecho un corte de mangas al negarse a aceptar el rescate-país que el rotativo le había exigido en tres editoriales -y portadas- sucesivos!

-Recientemente has publicado en Radio Klara, Rojo y Negro, y Kaos en la Red un artículo titulado “El País nos quiere gobernar”. ¿A qué te refieres, qué influencia otorgas hoy a este diario?  

-Me refería a esa obsesión por sentar cátedra política sin darse cuenta que su mapa ya no configura el territorio. Cuando la cúpula del grupo mueve los hilos para que su gente (colaboradores, periodistas, directivos, clientes y amigos) protagonicen dos manifiestos políticos para forzar una investidura en línea con sus intereses, evitando que se vea la mano que mece la cuna, está reconociendo que la “marca El País” no suma. No obstante, aún sirve para conocer lo que piensa la derecha liberal más moderna e inteligente del ruedo ibérico.

-Colaboras habitualmente en medios “alternativos” y libertarios. ¿Crees que han de aspirar a un crecimiento en lectores y audiencias, de manera que puedan “normalizarse” ante la opinión pública; o por el contrario es preferible mantenerse en la “trinchera” informativa?  

-Calidad informativa y cantidad son términos incompatibles. Si los llamados medios alternativos se entregan a la carrera por el crecimiento y las audiencias, a medio plazo dejarán de serlo y se convertirán en una pieza, más o menos picante, del sistema comunicacional convencional. Es como los partidos emergentes que mutan sus iniciales programas radicales por otros “más realistas” para conquistar mayorías entre la masa de votantes a costa de sus principios. Un medio alternativo que ejerza de “contrapoder” está condenado a ser siempre más o menos minoritario. Lo que para nada impide que tenga una influencia más incisiva que muchos de sus rivales de primera división y sirva de referencia a sectores sociales de avanzada. Lo que tiene que primar es el rigor, la calidad, la independencia y la osadía.

-¿Se continúa considerando a los medios “independientes” como panfletarios, poco rigurosos y excesivamente ideologizados? Mientras, la prensa seria y de calidad, realizada por los profesionales de la información, es a la que la sociedad asigna el rol de informar, interpretar y opinar… ¿Te parece correcta esta distinción?

-El planteamiento maniqueo que habla de medios serios, independientes y profesionales y medios panfletarios, pocos rigurosos y ultraideologizados, es una caricatura interesada lanzada desde el sector empresarial para levantar una cortina de humo ante su decadencia y para frenar el empuje de los nuevos (digitales y en papel). En ambas trincheras se dan rasgos de lo uno y de lo otro. ¿No son panfletarios, ideologizados y dependientes periódicos como ABC, El Mundo o El País en su condición de baluarte cultural del duopolio dinástico dominante PP/PSOE, un espectro político que la ciudadanía está rechazando contundentemente en las urnas? Las culpas están repartidas. No obstante, creo que el principal defecto de los nuevos medios es adoptar una militancia unidimensional y discriminatoria que puede terminar reproduciendo desde la otra orilla las lacras que achacan a sus contrarios. Con frecuencia tienen una visión sectaria de lo que se supone deber ser la mentalidad crítica. Todo lo que no sea ver, oír y contarlo (lo mejor posible y caiga quien caiga) es reaccionario y antisocial.

-En radios y prensa libertaria participas con opiniones y artículos de reflexión. ¿Debe esconder la subjetividad el periodista? ¿Qué opinas cuando se habla de rigor, seriedad, veracidad y sobre todo equidistancia en las informaciones?  

-La objetividad no existe, igual que la pureza. Existe la subjetividad y sus atributos. Por eso el trabajo periodístico debe enmarcarse con vocación de independencia, rigor, prudencia y modestia. Un periodista es un profesional con la mochila de sus propias circunstancias, como un médico o un maestro de escuela. Y supone una contradicción en sus términos que el periodista manipule una información a favor o en contra dependiendo de su ideología; como que el médico actúe con criterios religiosos en su actividad o que el maestro utilice sus clases para adoctrinar a los escolares. La verdad es un cúmulo de verdades de registros de muchos calibres. Y aun así, la impronta del sujeto siempre deja huella en el producto. Salvo que el medio en cuestión se identifique expresamente con una determinada ideología. Cuando existía prensa de partidos la gente sabía a qué atenerse, no había engaño porque se le trasparentaban sus intenciones. El periodismo como servicio público no es el vehículo de propaganda de ninguna secta.

-En muchos de los comentarios, marcas claramente la frontera entre las diferentes izquierdas (sin incluir al PSOE), por ejemplo entre IU-Podemos y los sectores libertarios; o entre partidos, y movimientos asamblearios como el 15-M. También entre marxismo y anarquismo…  

-Establezco esa categorización para significar que hay dos grandes formas de entender la política: de arriba-abajo y de abajo-arriba. Y que cada una de ellas nos conduce a un ámbito de actuación distinto e incluso antagónico. Cuando una formación se estructura en la obediencia debida a una cúpula providencial, casi dotada de virtudes taumatúrgicas, mientras la base es una simple caja de resonancia, lo suyo es la vieja política. Aunque hagan declaraciones solemnes de lo contrario. Y el resultado será engrosar al sistema y al régimen. Sin embargo, si se decanta por la participación, la horizontalidad y la democracia, con rotación de sus representantes y mandato más o menos imperativo, cabe la posibilidad de que se produzca una ruptura con la cultura hegemónica que facilite una transformación social. Podemos y la CUP podían ser, mutatis mutandis, dos exponentes antagónicos de ambas dinámicas.

En ese marco, más que en la referencias ideológicas es donde se puede dar la colaboración entre lo que podemos llamar “las izquierdas”, insistiendo en que para el anarquismo eso es condición necesaria pero insuficiente. Y ahí radica la dificultad o no de entendimiento entre marxismo y anarquismo, más allá de que el primer concepto implica una doctrina política y el segundo un ideal. No basta con que exista un enemigo común si la práctica política para enfrentarlo es contradictoria. Ese ha sido siempre el problema de la falsa unidad de la izquierda que escondía un proyecto de unicidad y destrucción del pluralismo a favor de una de las opciones, generalmente la que tenía más horas de vuelo en las tretas partidarias. Además, por mucha voluntad que exista es inevitable que el peso de la historia incida en el presente. No hay cambio sin continuidad. En este sentido el anarquismo puede convivir con el marxismo, aun reconociendo sus limitaciones históricas, o con el comunismo, considerado como un ideal, pero nunca con lo que supuso el estalinismo o algunas de modernas declinaciones totalitarias adictas al trágala “el enemigo de mi amigo es mi enemigo”.

-¿Consideras que hay alguna posibilidad de síntesis y entendimiento?

-Más que síntesis se pueden producir casos de sincretismo, amalgamas ideológicas por razón de oportunidad. Forzar realidades históricas y axiologías voluntaristamente es muy problemático. Entre el izquierdismo y el anarquismo existe un hecho diferencial que excede de un mero nominalismo. Lo expresaré con dos enunciados populares que suelen actuar como señas de identidad de políticas extramuros. De un lado estaría el famoso “otro mundo nuevo es posible” de la izquierda alternativa. De otro, el dicho durrutiano “llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones que crece a cada instante”. En el primer supuesto emite una declaración de intenciones sin connotación de compromiso personal, mientras el segundo asume una implicación directa (sujeto-objeto / medio-fin) en su consecución como forma de vida, sin esperar al abanderado.

Es una cuestión de medios y fines. Hay síntesis o cooperación si se juntan en la actividad diaria personas que anhelan y se esfuerzan por la libertad, la justicia, la solidaridad, la inclusión, el respeto del medio ambiente, etc., sin sacrificar una cosa por la otra. No la puede haber, por el contario, si el presunto fin justifica la utilización de un medio inmoral. En este sentido el anarquismo es mucho más que un simple izquierdismo. Lo cual no quiere decir que no tenga prioridades y se aísle en el adanismo. Su esencia es “la propaganda por el hecho”, lo que significa actuar en coherencia con sus fines, prefigurándolos en la praxis. Uno (individuo o sociedad) solo es libre si experimenta la libertad, y así con todo lo demás. Por eso los libertarios luchan contra la heteronomía dominante, que hace de la vida una representación a cargo de una oligarquía dirigente. Bakunin lo explicó con bastante claridad al decir “la libertad de los demás amplía mi libertad hasta el infinito”. Ceder la autonomía personal a un Estado, una Iglesia, un partido o un líder, por muy altruistas que sean las causas que predican, es empezar la casa por el tejado y opositar a que se nos caiga encima. Ácratas, libertarios o anarcosindicalistas parten de la misma meta: no hay libertad sin justicia, ni justicia sin libertad.

-Entre las múltiples extensiones del anarquismo (“sindicalista”, “individualista”, “independentista”, “primitivista”, más centrada en la “okupación”, meramente “libertaria”…), o con independencia de éstas, ¿cómo entiendes, personalmente, la Idea?  

-El anarquismo es polisémico, tiene muchos matices y siempre está en movimiento, de ahí las distintas adjetivaciones de los partidarios de la acción directa (libertarios, anarcosindicalistas, ácratas, etc.). Todas expresan la misma idea, todas la complementan: el principio de autoridad nace en uno mismo y es un compromiso de responsabilidad en libertad. Supone una idea tan simple como natural, y quizás por eso mismo tan difícil de entender en un mundo que hace de lo irracional y la distopía su modus vivendi. El geógrafo Elieso Reclus lo definió como “la más alta expresión del orden”, cuando lo habitual es equipararlo al desorden y al caos. El “sapere aude” (“atrévete a pensar”) de Kant está en su lógica ilustrada. Pero sobre todo el instinto de la autonomía personal, el vínculo social y el sujeto ético. En la saga de aquellos pioneros de la Primera Internacional (la vieja AIT) que proclamaban “la emancipación de los trabajadores ha de ser obra de los trabajadores mismos o no será” al tiempo que demandan “no más deberes sin derechos ni más derechos sin deberes”.

Nada fácil de asumir en una sociedad de consumo que se pontifica llamando “neoliberal” al régimen económico que institucionaliza cuotas de desigualdad nunca vistas y afirma que somos tan libres de vender o no nuestra fuerza de trabajo como de votar en las elecciones o abstenernos, teniendo de su lado en última instancia al panóptico del Estado. El anarquismo, que no se acaba en el izquierdismo, representa la ambición y el orgullo de una democracia radical, integral, igualitaria e inclusiva. En donde los derechos humanos y el respeto a las minorías sean sagrados, a resguardo de potenciales tiranías de mayorías, como ocurrió en la Atenas clásica en el proceso a Sócrates o, veinticinco siglos después, durante el estalinismo. Por eso Cornelius Castoriadis habla de la auténtica democracia como el régimen de la autolimitación. Y yo opino que el verdadero anarquismo es una demo-acracia.

-Por último, ¿qué motivación conecta al periodista que investigó a mediados de los 80, en Cambio 16, las tramas corruptas de la policía que desembocaron en la desaparición de Santiago Corella “El Nani” (noviembre de 1983), y el comentarista y articulista en medios independientes de 2016?  

-Una motivación que podríamos denominar de “individualidad social”. Es decir, la convicción de que una democracia real debe cimentarse sobre las dosis más altas posibles de igualdad, libertad y solidaridad y que para que eso sea posible, y no solo una declaración de intenciones (como la igualdad de oportunidades, que de facto concreta la desigualdad de origen), es imprescindible que la gente disponga de información veraz para entender el mundo que le rodea, poder ubicarse en él y ejercer un control efectivo sobre los gobiernos y las instituciones dominantes. Y eso vale igual en todas las situaciones, ayer y hoy, con las obvias ponderaciones de tiempo y lugar. La única diferencia es que entonces me lo planteaba en el ámbito de la investigación periodística en medios convencionales y hoy lo intento hacer en el terreno del análisis y de la opinión en medios sin ánimo de lucro.

Si la pregunta es por qué una separación tan radical (rechazo colaborar con medios empresariales porque la función crea el órgano, aunque en los alternativos no todo el monte es orégano y a veces esgrimen un sectarismo digno de peor causa), respondería que porque en España apenas existe margen de autonomía para el trabajo del periodista en los mass media. No es casual que el ocaso del bipartidismo dinástico hegemónico vaya a la par que el de los grandes medios de la segunda Restauración monárquica que los han escoltado durante estos casi cuarenta años. Es un anuncio de fin de ciclo. Pero hasta el rabo todo es toro.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=215051

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Vicente Serrano: “Facebook ha convertido nuestra afectividad en mercancía”

04 Junio 2017/Fuente:elviejotopo/Autor:  Anna Galdon

Vicente Serrano es licenciado en Derecho, doctor en Filosofía y diplomado en Derecho Constitucional y Ciencia Política. Actualmente es profesor en el Universidad Austral de Chile y acaba de publicar Fraudebook. Lo que la red social hace con nuestras vidas (Plaza y Valdés, 2016), una reflexión sobre cómo Facebook ha borrado “la última frontera que ofrecía resistencia al capitalismo, la de la afectividad”, y como nos da una apariencia de libertad cuando es en realidad “una herramienta de dominación”. Hablamos con él durante su visita a nuestro país.

En su libro sostiene que Facebook ha hecho que atravesemos la última frontera que quedaba por cruzar, la de la afectividad. ¿Cómo ha ocurrido algo así?

Hace tiempo que estoy interesado en la aproximación que vincula a Spinoza con la noción de biopolítica que desarrolla Foucault y el papel que en todo ello tiene la cuestión de los afectos. Planteando estos escritos salió el tema central Fraudebook, una reflexión que aparece de forma incidental. Yo venía trabajando con la idea de cómo se organiza la vida afectiva utilizando algunas de las herramientas foucaultianas, y me di cuenta de que la red social contenía los rasgos del dispositivo de que hablaba Foucault. Obviamente él no se refería a Facebook porque no lo conoció, pero reflexionando observé que la dimensión afectiva era un factor más que clave para esa red social. Y lo era especialmente por dos factores, por dos dimensiones en torno a los que uno organiza su vida afectiva: la amistad y la biografía. Dos conceptos que aparecen hoy proyectados y organizados de forma muy banal y muy simple a través del dispositivo, lo que hace que éste se convierta, en toda regla, en un dispositivo afectivo. Pero además, cuando lees el contrato que te lleva a firmar Facebook te das cuenta de que uno de los reclamos (y esta es para mí otra dimensión fraudulenta) es que te dicen que es gratis y que lo será siempre. Pero ese contrato que firmas tiene una contraparte: ceder una información. Y no es cualquier información, no es una mera herramienta de comunicación: cedes los acontecimientos a través de los cuales tú construyes tu biografía, tu vida.

¿Qué es lo más arriesgado de ese ‘términos y condiciones’ que nadie lee?

Hay una enorme producción de riqueza dentro de Facebook. Nunca debemos olvidar que hablamos de una empresa basada en la propiedad privada. De hecho, tú cedes la propiedad de toda la información. Esa producción está constituida por un trabajador que no establece una relación salarial, no estamos recibiendo un servicio. Y ese es el fraude, porque ese servicio es en realidad una actividad productiva. Tiene el aspecto de una herramienta que nos da una enorme libertad de comunicación, que nos permite atravesar las barreras espacio-temporales tradicionales, pero la libertad esconde una relación que tiene otras características. La mercancía que se produce allí la estamos depositando constantemente nosotros, a cambio de recibir esa ampliación de nuestras libertades comunicativas. Amistades y biografías falseadas. Todos vemos que una amistad real no es una amistad de Facebook y que la biografía que nosotros construimos allí es una caricatura de lo que es una biografía real.

Facebook ya tiene unos años, y a estas alturas ya sabemos que “si el producto es gratis, es que el producto eres tú mismo”. ¿Por qué seguimos aceptando esos términos abusivos?

Creo que hay varias dimensiones en esto. La primera es que la red nos da una enorme capacidad y libertad de comunicación. Facebook tiene doce años, y al principio no existía esa conciencia, (tampoco se sabían las conexiones gubernamentales con la agencia de inteligencia norteamericana o que se utilizaban los datos para realizar investigaciones sobre contagio emocional). Todo eso ha ido saliendo a la luz, pero al principio se trataba de una herramienta aparentemente inocua que nos daba una enorme libertad. Y esa apariencia de libertad, ese espejismo, es peligroso. Cuando estaba trabajando en el libro, en algunas conferencias en Chile, los jóvenes me decían que se trataba de una herramienta de comunicación muy útil y que los movimientos estudiantiles chilenos, el 15M en España, o las primaveras árabes no habrían sido lo mismo sin las redes. Esa dimensión de libertad está ahí, y es cierto que, cuando uno ha empezado a utilizarla, es muy difícil prescindir de ella. Aunque cada vez hay más gente que es más prudente. El ejemplo que más sale a la luz es ese que dice que las empresas ya no miran tu currículum cuando vas a buscar un trabajo, miran tu muro. A veces has colgado cosas que son parte de la vida íntima que quizás no te favorecen laboralmente. En ese sentido Facebook tiene una fecha de caducidad, otra cosa es qué vendrá después.

Y luego, Facebook nos permite aparecer constantemente en pantallas y convertir en hechos relevantes nuestras etapas vitales. Es un caramelo que genera un espejismo de libertad. Y evidentemente hay algo de libertad en ello, pero el gran problema es que la libertad tiene muchos sentidos, y el más profundo (y allí está la raíz spinoziana y foucaultiana de la reflexión) es la posibilidad de organizar nuestra vida afectiva, porque es la más íntima y la fuente de todas las otras libertades. Y resulta que ahora depositamos esa libertad en un dispositivo que te la va a organizar. Porque en definitiva, Facebook organiza por igual la vida de sus mil seiscientos millones de usuarios a través de un dispositivo muy banal y simplista que reduce nuestra vida a una dimensión acumulativa. Yo lo comparo con una fábrica vinculándolo a la idea de estar produciendo desde la afectividad. Hasta ahora el capitalismo no había generalizado tanto la mercantilización de lo afectivo, ya hemos atravesado esa frontera.

Facebook nos da una apariencia de libertad, y ese espejismo es peligroso.

¿Qué papel juegan las empresas situadas en ese entorno aprovechando el dispositivo para fines publicitarios?

Hay una enorme ansiedad para buscar los likes, las adhesiones. Y esto es precisamente lo que lo convierte en una herramienta publicitaria. Las empresas ya se publicitan diciendo “tenemos tantos millones de likes y visitas”. Facebook es esa fusión de lo publicitario con lo afectivo, provocando la simplificación de lo afectivo. A mi parecer, lo que constituye un peligro para la libertad es que la red social termina siendo una herramienta de dominación.

La búsqueda de likes nos lleva a positivarlo todo, no hay negatividad en lo que colgamos en Facebook. ¿Qué sociedad estamos creando?

Estamos creando un modelo de acumulación. En el libro cito al gran filósofo Hobbes, quien dice que la felicidad es la “acumulación de un deseo que nos lleva a buscar otro”. Ese modelo de organización del deseo no es otro que el del sistema capitalista. Ha habido un gran debate en el seno de Facebook sobre si incluir el “no me gusta”, y finalmente se ha decidido no admitirlo. Tiene todo el sentido: si es una herramienta de publicidad, nadie va a querer construirse una identidad si puede haber una dimensión negativa. Lo que sí han hecho, y eso es muy sintomático, es que han admitido otras expresiones (incluso algunas negativas, como es la tristeza y la ira) pero que a su vez pasan necesariamente por mantener pulsado el “me gusta”.

En el libro hace referencia a Marx a través del concepto de la fábrica. ¿Hay conciencia de clase entre los usuarios?

No. Lo que sí diría es que hay creyentes, personas que no quieren ver las dimensiones negativas de la red social. Lo que Facebook te da con una mano (la capacidad comunicativa), te lo quita con la otra, y no de una forma evidente. Eso es lo más peligroso.

Quien busca trabajo lo expone todo en Facebook, por ejemplo. ¿Creemos que, si no subimos al tren, lo perdemos?

La noción de clase forma parte de un tipo de capitalismo que, a mi parecer, Facebook desborda. La tecnología digital, lo que algunos economistas consideran la sociedad del coste marginal cero, y que supuestamente tiene que ver con un futuro en el que el capitalismo desaparece, no es así desde mi punto de vista. Hay una mutación del capitalismo con una nueva mercancía, que es la afectividad. Y Facebook es la máxima expresión de eso. ¿Conciencia de clase? Falta una relación de trabajo asalariado en el sentido clásico, o una creación de valor, pero sí es cierto que se da una nueva apariencia de libertad, una libertad de comunicación que aparentemente tiene un coste cero pero que finalmente tiene un coste muy real: prestar tu vida afectiva para que quede articulada de un modo muy determinado. Un hecho que acaba modificando a los propios sujetos, pero no, el concepto marxiano no sería aplicable a una realidad como Facebook, que es muy transversal (da igual la ideología, la religión, la edad…).

Pero las élites están en Facebook de un modo muy distinto.

Las élites y las empresas. Por eso hablaba de esa fusión entre lo mercantil con lo afectivo. Las empresas, las élites y los políticos utilizan Facebook como herramienta de comunicación, no vuelcan allí su vida afectiva.

¿Qué ha hecho posible esta “máquina capitalista casi perfecta”, tal y como la nombra usted en el libro?

El cruce. Si hacemos caso al relato que cuenta el origen de Facebook en la película La red social Facebook nace como respuesta a una frustración afectiva existente. Es un dispositivo donde uno es capaz de trasladar la vida afectiva eliminando muchos de sus inconvenientes, y esa dimensión combinada con el que sea una herramienta de comunicación es lo que hace que la publicidad, la vida económica y el pensamiento capitalista entren en la última dimensión que quedaba por colonizar: la afectividad. Esa fusión es lo que crea la enorme riqueza, porque la afectividad es el corazón de nuestras vidas.

Usted hace una comparación entre la biografía de Facebook y los álbumes de fotos antiguos. ¿Qué los diferencia?

Uno percibe que el uso más habitual es el de colgar las fotografías más relevantes para mostrarlas, como cuando venían personas a nuestra casa para ver esos álbumes familiares. Eran personas de nuestro círculo relativamente íntimo, pero ahora lo hacemos en tiempo real, en una red básicamente pública y con interacción entre millones de usuarios. Antes, cuando construíamos nuestro álbum, incluíamos hojas que recogíamos en el campo durante los viajes, tickets de los restaurantes… cada uno era distinto. Ahora hay un dispositivo uniforme que jerarquiza y estructura tu vida. Todo parece inocuo, aunque para mí no tiene nada de inocente que el “muro” se haya transformado en esa noción de “biografía”. En ese sentido, sí que distingo entre los usuarios que siguen exponiendo su vida allí y los que lo utilizan como una herramienta publicitaria.

¿Qué individuos estamos creando?

Individuos banales, simples, narcisistas, acumuladores. Pendientes constantemente de recibir la aprobación del otro y cuya biografía se resume en hechos que no son en realidad tan relevantes. Son empresarios de sí mismos y están buscando permanentemente la adhesión, cosa que es el espíritu mismo de una empresa.

Lo que le da éxito a Facebook es precisamente ese formato tan capitalista, y su simplicidad es lo que permite que se multiplique. Estamos generando información y no hablamos de una nueva conciencia de clase, pero sí hablamos de una nueva clase de productores. Los jóvenes no son críticos con Facebook, tengo estudiantes que son realmente forofos del tema, personas que vinculan toda su relación social a través de la red volcando toda su afectividad en este aparato.

¿Cómo potenciar el pensamiento crítico, también en ese ámbito?

Es muy difícil. El primer paso sería reflexionar públicamente y recuperar el sentido de la tradición critica. Las relaciones con la tecnología siempre han sido conflictivas y hay que tener en cuenta que Facebook solo tiene doce años. Nos ha dado una enorme sensación de expansión y libertad (como todo lo digital) pero tiene muchas caras y dimensiones. La reflexión crítica es imprescindible, pero hasta que cada usuario no se percate de que, en su propia vida cotidiana, está siendo sometido a una enorme ansiedad, a una especia de imperativo de la comunicación por la comunicación, que ya no distingue entre lo que es relevante y lo que no, que ya no distingue entre lo que es una verdadera relación afectiva y lo que no, hasta que no sea consciente de que en el fondo las adhesiones y los me gusta no significan nada en su vida, que está acumulando sin sentido y se está convirtiendo en una persona narcisista… Hasta que no experimente todo eso será muy difícil transmitírselo. Sí que podemos empezar a tomar conciencia, aunque no he visto críticas en ese sentido. Hay multitud de contenidos en la red sobre las posibilidades de control de Facebook a través de organismos gubernamentales, o sobre la manipulación que se puede hacer a través de los datos que aportamos, pero no he visto una reflexión en torno a lo que yo considero el dato más relevante del libro: que nosotros ya no estamos controlados, sino que somos nosotros mismos ejerciendo nuestra propia libertad, construyendo una vida a través de un dispositivo. Eso es lo que yo denuncio o trato de sacar a la luz de forma crítica.

Todo parece inocuo, aunque para mí no tiene nada de inocente que el “muro” se haya transformado en esa noción de “biografía”.

¿Habrá más críticas en ese sentido crítico?

Seguro. Doce años son pocos y, como decía Hegel, “la lechuza de Minerva emprende siempre el vuelo al anochecer”. Hay que esperar a que ocurran los acontecimientos para poder reflexionar. La relación del pensamiento crítico y la filosofía con las máquinas es muy antigua y está presente a lo largo del siglo XX y ahora ha aparecido un dispositivo que nos ha pillado a todos por sorpresa y va muy deprisa. Habrá mutaciones de las propias redes sociales, la misma red no es utilizada por los más jóvenes, que utilizan Snapchat… todo se irá modificando. Lo que está claro es que se ha instalado la afectividad en el corazón de la productividad, y esa era la última frontera que quedaba por atravesar para generalizar el régimen de producción de mercancías. Y creo que en eso ya no habrá retroceso, aunque cambien los dispositivos.

Fuente de la entrevista: http://www.elviejotopo.com/topoexpress/vicente-serrano-facebook-ha-convertido-nuestra-afectividad-en-mercancia/

Fuente de la imagen: http://www.elviejotopo.com/wp-content/uploads/2016/05/300_Pawel-Kuczynski_10262011_829208553774392_7275384135181625419_n.jp

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Entrevista a Jon E. Illescas: ‘La dictadura del videoclip’

04 Junio 2017/Fuente:elviejotopo /Autor:  José Durán Rodríguez

La clase dominante ha encontrado en la industria cultural una herramienta perfecta para imponer sus valores: el videoclip musical. Es la tesis que defiende Jon E. Illescas. En enero de 2016 le entrevisté por su ensayo La dictadura del videoclip (El Viejo Topo, 2015). En esta entrada recupero íntegras sus jugosas respuestas, ya que en el artículo publicado en Diagonal hice un extracto de las mismas. Espero que os resulte interesante.

¿Los videoclips son una herramienta de transmisión ideológica sobre la juventud más eficaz que otras?

Desde luego, por esa razón instituciones tan poderosas como el Pentágono o personalidades tan importantes como el Primer Ministro de Reino Unido, se esfuerzan por insertar su propaganda en ellos. Hay que considerar que los protagonistas de estos vídeos, las estrellas del pop, son las celebridades más admiradas por los jóvenes de todo el mundo. En Twitter, la red social con el público más joven, el principal tema de conversación es la música y las tres cuentas más seguidas pertenecen a estrellas del pop, la cuarta a Barak Obama, y la quinta, a YouTube, empresa que a la postre es el canal de streaming más popular donde sus diez vídeos más vistos son todos videoclips.

¿Cómo lo consiguen?

Con una irresistible mezcla de música, sexo y espectáculo. Irresistible, se entiende, para el público principal al que se dirigen los vídeos: jóvenes en plena revolución hormonal. El videoclip dominante explota dos temas que los adolescentes no pueden sacarse de la cabeza: el sexo y la música. A esas características hay que sumar la aparente gratuidad de su consumo y la brevedad de un metraje que tan bien se adapta a estos tiempos presididos por el fast food cultural y la debilidad de las atenciones.

¿Dirías que tienen una influencia directa en la conducta de los jóvenes o influyen de una manera más sutil?

Depende. A veces sí es directa, por ejemplo, cuando los jóvenes imitan a sus estrellas en el baile o compran los productos y servicios que se anuncian en su contenido audiovisiaul mediante la técnica publicitaria del product placement que afecta ya a casi la mitad de los vídeos dominantes. También en cuanto al consumo de drogas. En las entrevistas que realicé, muchos jóvenes afirmaron imitar el ocio nocturno que observaban en los vídeos incluso comprando el mismo tipo de bebidas que aparecían en el metraje. Otra veces, sin embargo, la influencia puede ser más indirecta pero igual o quizás incluso más poderosa. Por ejemplo, cuando el flujo de videoclips más comerciales silencia o censura temas que importan a los adolescentes y que tratan las miserias del sistema como la crisis, la desigualdad, la pobreza, las guerras o el cambio climático mientras que sobrerrepresenta otros aparentemente “positivos” como el lujo, el consumismo, el escapismo, etc. En estos últimos casos la influencia es más lenta y se produce por acumulación inconsciente antes de emerger al terreno verbalizable o a la arena política de cada cual.

¿Se podría establecer una relación causa-efecto?

Depende de la intensidad y de lo diferente que sean el resto de influencias culturales que circunden al joven y construyan su cosmovisión, ideología, sentido común, etc. En definitiva, las fuentes de donde se provea para consolidar sus valores y contravalores. Si el espectador adolescente tiene unos padres que valora positivamente y unos amigos con pensamiento a contracorriente, el flujo del videoclip dominante hallará su poder más atenuado y el joven, por sí mismo, podrá rechazar los efectos de gran parte de este flujo. Aunque ello no signifique que no le afecte, debido a su omnipresencia en muchos espacios de sociabilización (discotecas, pubs, gimnasios, centros comerciales, etc). Sin embargo, si la mayoría de su entorno afectivo próximo tiene un pensamiento prosistema, el flujo del videoclip dominante funcionará como un seductor y poderosísimo continuo de adoctrinamiento disfrazado de entretenimiento.

¿Cómo se pueden defender/proteger los adolescentes de los mensajes que transmiten los videoclips, siendo algo aparentemente inocuo?

En primer lugar, lo prioritario es que la sociedad y en particular la comunidad educativa se conciencie del impacto que el videoclip dominante tiene en sus vidas y entiendan que su producción es fruto genuino de la cultura juvenil financiada con criterios capitalistas. Éste es uno de los objetivos fundamentales del libro. En segundo lugar, fomentando una educación crítica con ejemplos positivos contrarios a los mensajes negativos más recurrentes del flujo del videoclip. En este sentido, desde el sistema educativo, es urgente alfabetizar audiovisualmente a la juventud. Del mismo modo que se enseña a leer y a escribir a los alumnos se les debe enseñar a “leer” y a crear audiovisualmente para que sean menos manipulables a este tipo de lenguaje que, a la postre, es el más poderoso de todos como viene demostrando desde hace decenios la televisión. De este modo, ellos mismos podrán rechazar los mensajes más zafios de los videoclips dominantes, aquellos que son claramente misóginos, racistas, sexistas, clasistas, antihumanistas, etc.

Desde luego la censura no es la solución y en ningún caso abogo por ella. Otra cosa es que estuviera bien que las instituciones públicas catalogaran los videoclips por edades antes de comenzar el metraje, para dar información a los padres, tutores, etc., y a los propios jóvenes que quisieran hacerles caso. Otra posibilidad es que las instituciones obligaran a las empresas difusoras a ceñir la emisión de videoclips según sus contenidos a diversos horarios previamente estipulados para niños, adolescentes, adultos, etc. como sucedía con la televisión offline. Actualmente, YouTube, como verdadera televisión global online, emite para todas las franjas horarias dada la amplitud internacional de su mercado y hacerlo para diferentes franjas según territorio de consumo le supondría, hoy día, un coste adicional que sin obligación gubernamental de por medio no asumirá.

Desde el sistema educativo es urgente alfabetizar audiovisualmente a la juventud. Del mismo modo que se enseña a leer y a escribir a los alumnos se les debe enseñar a “leer” y a crear audiovisualmente para que sean menos manipulables a este tipo de lenguaje. De este modo, ellos mismos podrán rechazar los mensajes más zafios de los videoclips dominantes, aquellos que son claramente misóginos, racistas, sexistas o clasistas.

¿Qué peso tienen los videoclips frente a otras instituciones de socialización, como la familia, la escuela, las amistades,…?

Frente a la familia cada vez mayor, pues las familias, en especial las de clase trabajadora, cada vez educan menos a sus hijos. En las últimas décadas, como no se produjo una reducción de la jornada laboral equivalente, debido a la progresiva incorporación de las mujeres al mercado laboral, esto dio como resultado una menor presencia educacional de los progenitores en casa. En especial de las madres que, tradicionalmente, eran las encargadas de esas tareas de cuidado y reproducción familiar. Es decir, si antes cada núcleo familiar dedicaba 8 horas a trabajar para el capital y 8 horas para las tareas del hogar (entre ellas la educación de los menores), ahora tenemos 16 horas de trabajo para el capital y… ¿cuántas para la reproducción del hogar y la educación de los pequeños? La incorporación de las mujeres al mercado capitalista, que supuso una innegable mejoría para muchas de ellas al hacerlas menos dependientes de los hombres, como no se acompañó de una reducción de la jornada laboral de las y los asalariados, supuso un aumento de la masa del tiempo familiar dedicado a garantizar los beneficios de la clase empresarial.

Además, los crecientes procesos de automatización de las actividades productivas gracias al desarrollo de la tecnología y las revolucionarias mejoras en los procesos de inteligencia artificial, aumentaron el paro estructural en todo el mundo e hicieron que al crecer el ejército de parados, las jornadas, de facto, aumentaran en las empresas (más horas extras, más jornadas en negro, menos vacaciones, etc.) tanto para hombres como para mujeres. Ahora padres y madres no sólo están menos tiempo con los hijos sino que cuando llegan a casa, la calidad de su tiempo es menor pues se hallan más agotados tanto física como psicológicamente. Y como sabe cualquiera que tenga hijos, educar requiere de mucho tiempo y esfuerzo. Si se acorta el tiempo y se sustraen la mayoría de fuerzas de los progenitores porque se desvían para la reproducción ampliada de capital, los menores serán educados por otros agentes ajenos a quienes les dieron la vida. Y aquí entran la escuela y las amistades, pero, sobre todo, la industria cultural.

La primera, pese a que todavía es muy importante y cuenta con excelentes profesores, cada día se halla más devaluada a los ojos de los adolescentes, pues debido a la crisis les ha quedado meridianamente claro que conseguir títulos no garantiza tener un buen puesto de trabajo, ni siquiera un trabajo a secas. Entonces, ¿por qué van a dedicar tanto esfuerzo a estudiar? Así, la cultura no cotiza al alza en sus cosmovisiones. La segunda, las amistades, continúan siendo una importantísima fuente de producción y reproducción de valores e ideologías, lo que ocurre que se nutren de los mismos agentes que nutren a cada joven, es decir: la familia, la escuela, las industrias culturales, etc. De este modo, nos encontramos que en un contexto de reducción de la presencia parental en el hogar y devaluación de las instituciones educativas, la industria cultural se ha transformado en la principal educadora de los jóvenes. Y aquí la dictadura del videoclip, es decir, los videoclips dominantes, funcionan como poderosos reproductores de hegemonía pues son la principal herramienta comunicacional sobre la que se construye el estrellato de las celebridades del pop, como señalé anteriormente, los ídolos de la industria cultural más admirados por la juventud global. A años luz de celebridades de otros sectores. Sirva como ejemplo que de las 100 cuentas más seguidas en Twitter, por cada as del deporte o cada celebridad del cine, hay nueve estrellas de la música. Ellas son las encargadas de educar a los jóvenes con un currículum muy diferente al utilizado en los centros educativos y con un público que trasciende los límites de los Estados-nación o las diferentes regiones, dado el alcance del mercado mundial capitalista.

Hay videoclips que plantean otros mensajes y han conseguido gran éxito (por ejemplo, All about that bass de Meghan Trainor es una defensa de la aceptación del cuerpo frente a los cánones de belleza impuestos), ¿cómo los evalúas?

Como la excepción que confirma la regla y como una farsa (como lo fue Adele antes de su abrupto adelgazamiento). Meghan Trainor trabaja para Sony Music, una de las tres grandes discográficas que controlan más del 92% del flujo dominante de videoclips y All About That Bass es propiedad de Vevo, la empresa que posee el canal mayoritario de este flujo en YouTube. O sea, las mismas empresas que transmiten los cánones que supuestamente Trainor critica en el vídeo. ¿Curioso, verdad? Y digo “supuestamente critica” porque en un  vídeo posterior de la cantante (Dear future husband) todos los chicos que en la trama la pretenden son modelos de cuerpos atléticos, no hay ningún hombre de su fisonomía. Entonces, ¿en qué quedamos?

En realidad, todo se trata de una estrategia de promoción para llegar a ese público que no se identifica con las esculturales mujeres que salen de protagonistas de los videoclips y además se sienten incómodas con que sólo haya este tipo de arquetipos. Una vez atraído ese sector del público femenino, se le podrá vender con mayor éxito redes sociales para ligar como POF (que Trainor anuncia), donde se les invitará a pensar que pueden lograr citarse con chicos tan guapos como los que intentar conquistar a la cantante en el vídeo. Es un negocio que se basa en criticar hipócritamente las reglas que siguen los dueños de ese mismo negocio. Entiendo que a muchas adolescentes con cuerpos considerados como “no deseables” y dotes musicales les pueda parecer inspirador que una cantante como Trainor, con un físico distinto al arquetipo dominante del videoclip más comercial, pueda triunfar en la industria de la música. Eso fortalece el mito de “el que vale, triunfa”. Seguro que es alentador para ellas. El problema es que es un espejismo prefabricado por la misma oligarquía mediática que margina a las cantantes según su físico, aunque tengan grandes dotes musicales. Es un espejismo que cumple su objetivo. Del mismo modo ocurre cuando los obreros piensan que podrán abandonar la desdichada vida que padecen en el sistema porque puede caerles la lotería que compran todas las semanas y hacerse ricos. Tienen menos posibilidades, matemáticamente, que les caiga un rayo en la cabeza. Pero la lotería y Trainor funcionan igual: consuelan y llenan determinados bolsillos.

Lo cierto es que el flujo del videoclip dominante está gobernado por lo que llamo la dictadura de los guapos. En sólo uno de cada cuatro vídeos aparecen personas con físicos que pudiéramos considerar “mayoritarios”, es decir, todo lo que no son atractivos y bellos modelos. Con una larga lista que incluye personas con sobrepeso, obesas, muy delgadas, bajas, muy altas, “feas”, mayores, discapacitados, etc.  Pero es que cuando aparecen representantes de ese gran colectivo de gente corriente, en la mayoría de casos son como secundarios, malvados o perdedores de las tramas. Cantantes con grandes voces y con mucho talento son marginados por la gran industria de la música por tener un aspecto físico considerado sexualmente no atractivo. Se llega al extremo de eliminarlos del vídeo y substituirlos por atractivos modelos que incluso a veces simulan cantar la canción. Los cantantes también pueden “ceder” su protagonismo a púberes. Justo lo que ocurre con la célebre Sia en todos sus vídeos de éxito. Toda esa leyenda de que su rostro no aparece en los vídeos porque ella no quiere ser famosa es un cuento de la industria reproducido obedientemente por ella misma. No aparece porque tanto ella como los empresarios que la auspician saben que si lo hicieran correrían el riesgo de no atraer al mismo público y por tanto, ganarían mucho menos dinero. Hoy en día, clásicos de la música popular que triunfaron hace décadas como Elton John, Freddie Mercury, Prince, Cindy Lauper o el fallecido David Bowie no hubieran podido triunfar como lo hicieron en la primera liga de la música de masas porque las nuevas reglas del negocio musical les hubieran impedido el paso al público mayoritario. ¿La razón? No eran lo suficientemente guapos ni físicamente atractivos. Ni las discográficas querrían apostar por ellos lo suficiente para que alcanzaran al gran público ni las empresas anunciantes querrían promocionar sus mercancías en sus vídeos. Las y los guapos producen una disonancia cognitiva en el público llamada efecto halo que la industria explota para el único fin que para ella cuenta: acumular beneficios.

Hoy en día Elton John, Freddie Mercury, Prince, Cindy Lauper o el fallecido David Bowie no hubieran podido triunfar como lo hicieron en la primera liga de la música de masas porque las nuevas reglas del negocio musical les hubieran impedido el paso al público mayoritario. ¿La razón? No eran lo suficientemente guapos ni físicamente atractivos.

¿Consideras que los videoclips son uno de los peajes que impone la industria para poder llegar a un público masivo?

Por supuesto. Hoy en día no hay una canción de éxito sin su videoclip mainstream. Cada vez más, la música se consume por la vista y el posterior consumo exclusivamente auditivo que podamos tener en nuestros hogares o en los espacios públicos está fuertemente condicionado por los recuerdos visuales anexos a sus conocidas melodías. Por ejemplo, es imposible haber visto un videoclip de Rihanna y luego escuchar esa misma canción sin que el recuerdo visual de Rihanna o el vídeo asome por nuestras mentes. ¿Qué mejor publicidad?

¿Se puede lograr esa hegemonía de otros modos, sin pagar esos peajes?

Es imposible acceder al mercado musical mayoritario sin entrar al flujo del videoclip dominante. Sólo tres grandes discográficas que también son distribuidoras controlan el negocio, si no aceptas sus reglas te quedas fuera del Olimpo manufacturado de Dioses y Diosas del pop. Si un músico desoye sus órdenes, quedará fuera de la iconosfera-mundo, es decir, será un completo desconocido del imaginario colectivo compartido por la mayoría de habitantes del planeta. Su carrera quedará, en el mejor de los casos, restringida a nichos de mercado.

¿Cómo se podría crear una industria cultural que se rija por otros presupuestos y consiga ser mayoritaria?, ¿es posible o hay que abandonar esa idea?

En mi opinión no sólo creo que no hay que abandonar esa idea sino que considero que hay que considerarla como prioritaria en nuestra agenda política. Si queremos superar el capitalismo (o el neoliberalismo, que sólo es su forma actual unido a aquel como nuestra piel a nuestro esqueleto), es urgente que las organizaciones anticapitalistas unan sus fuerzas bajo un programa de mínimos y financien una industria cultural contrahegemónica con vocación de ser mayoritaria. Una industria cultural, que es lo mismo que decir una industria de las conciencias por mal que suene, ya que al final de eso se trata. Una industria a contracorriente que difunda sus propios valores e ideología. Una industria cultural compuesta de diversas industrias culturales como la cinematográfica, musical, literaria popular, etc. Así tendríamos nuestras propias películas, discos, videoclips, bestsellers, etc., contrahegemónicos. De ese modo llegaríamos a las mayorías.

No se puede competir con productos audiovisuales como los videoclips dominantes consumidos por miles de millones de jóvenes en todo el mundo con artículos o libros izquierdistas apenas leídos por miles de ellos en diferentes regiones. Es una relación de 1.000.0000 contra 1. No hay posibilidad de victoria. De ahí que las posiciones de izquierda en el mundo se vayan continuamente debilitando desde la popularización de la cultura audiovisual de masas, en especial entre los jóvenes, que paradójicamente son y serán los mayores afectados de su inacción política con el aumento incontenible del paro estructural en el sistema-mundo capitalista. ¿Has visto la composición demográfica de las asambleas de las organizaciones de izquierda de las últimas décadas? ¿Cuántos de sus miembros tienen entre 15 y 24 años? Es necesario que construyamos una hegemonía cultural e ideológica socialista o de lo contrario, de continuar del mismo modo, iremos a peor en el marco del capitalismo que, no lo olvidemos, sigue sus propias leyes. Para ello tenemos que alcanzar a las mayorías y requerimos unir fuerzas, pues con las mismas personas que ahora están trabajando divididas en multitud de medios alternativos, organizaciones políticas de izquierda, etc. tendríamos una fuerza mucho mayor que superaría la mera suma de organizaciones gracias a las ventajas de la economía de escala y al efecto multiplicador de concentrar esas producciones bajo una misma “marca” socialista, anticapitalista y, en definitiva, contrahegemónica. Eso no significaría el fin del debate o las diferencias entre las agrupaciones que constituyeran esta industria cultural socialista, sino simplemente alcanzar mejores resultados uniendo fuerzas en aquello que estuviéramos de acuerdo contra un enemigo que, de no hacerlo, acabará por fagocitarnos a todos. Incluso, a gran parte de sus componentes.

Por lo pronto te diría que no soy moralista, al menos no como se suele entender ese adjetivo cuando se utiliza popularmente a modo de crítica. Si alguien quiere comprobarlo sólo tiene que buscar por internet el tipo de obra plástica que realizo, donde la sexualidad y ciertas provocaciones son temáticas y actitudes comunicativas recurrentes. El problema no son los temas, motivos o actitudes que se traten en o revistan las producciones culturales sino la forma de abordarlos, las intencionalidades, los públicos, el marco, sus funcionalidades sistémicas, etc.

Normalmente, cuando alguien considera moralistas las posiciones de otra persona es porque, curiosamente, la moral que quiera o no hace pública difiere de la suya propia. Es parte del mito de la secularización de la moral, parcialmente ligado al quimérico intento de privatización de la religión al espacio personal. Sin embargo, por mucho que suene antipático para ciertos sectores de izquierda, en realidad, moral tenemos todos, aunque la (mal) disfracemos con el nombre de ética. La ética es la reflexión sobre la moral (o morales) de cada individuo, sociedad o época particular. Pero los que reflexionan sobre ella también tienen su propia moral. No son seres etéreos e impolutos de toda moralidad que sobrevuelan los cielos en medio de un nirvana infinito donde su interactuación con el mundo no esté definida por unas jerarquías perceptivas y emocionales que les orienten sobre lo que para ellos está bien o mal.

Te pondré un ejemplo con el caso del videoclip. Imagina que dentro de 30 años siguiésemos viviendo en el marco del capitalismo (algo desgraciadamente bastante probable) y ya se hubieran popularizado entre el gran público un nuevo tipo de videoclips dominantes: el porno. Algo que tarde o temprano, de continuar así las constantes actuales, muy posiblemente, sucederá. En estos vídeos, las estrellas musicales cantarían mientras realizarían sexo explícito con otras personas y/o estrellas de la canción. Llegados a este punto, ¿cuál sería el siguiente paso? ¿cómo podría la industria seguir llamando la atención mediante esta hipersaturación sexual? ¿cómo podría rizar el rizo? Imagina que en ese contexto, diez años después y hastiados de los videoclips porno dominantes, como otra vuelta de tuerca más, comenzaran a lanzarse “rompedores” vídeos donde las estrellas del pop, los Pitbull y los Justin Bieber del futuro, aparecieran manteniendo relaciones sexuales en extrañas orgías con diversos animales y con niños y niñas de seis años mientras cantaran alegres canciones evasivas. Disculpa la dureza de la imagen pero si hoy nos trajeran esos vídeos en una máquina del tiempo, nadie, después de verlos, apuntaría con la frialdad del analista: ¡Eso no es ético! Sino por el contrario, la mayoría exclamaríamos consternados… ¡Es repugnante!, ¡una salvajada!, etc. ¿Seríamos moralistas por ello? Desde luego, nuestro juicio se emitiría en relación con una moral particular establecida en nuestra cosmovisión, en un sentido común dependiente de aquella. Un buen sentido común gramsciano e implícito que rechazaría esas producciones audiovisuales porque en la actualidad afortunadamente afirma que los niños no tienen la madurez física ni psíquica necesarias para mantener relaciones sexuales, menos con adultos. Por lo cual deben ser protegidos por la sociedad y especialmente cuidados para desarrollar actividades propias de su etapa vital. Y ese mismo buen sentido común del presente condenaría esos vídeos musicales por entender que cuando los seres humanos copulan con animales estamos tratando una parafilia particular muy poco sana para una persona adulta y, por cierto, nada respetuosa con los propios animales.

Si en 1981, año que se estrenó la MTV, hubiera aparecido un vídeo donde la cantante principal apareciera torturando a una mujer y asesinando y descuartizando a su marido por dinero, mientras en la escena final luciera desnuda recostada triunfalmente fumando un puro, cubierta de sangre y billetes de dólares, muchos habrían rechazado el vídeo tildándolo de inmoral. Pero ese videoclip existe en la actualidad y a la gran mayoría de sus jóvenes consumidores no les parece mal. Se llama Bitch Better Have My Money (“Zorra, más vale que tengas mi dinero”) y está protagonizada por la estrella más importante del vídeo musical: Rihanna. Ningún medio mayoritario, hasta donde conozco, ha cuestionado la validez de su mensaje para el público adolescente al que va dirigido. Muchos jóvenes incluso celebran lo “atrevido” de su trama. El sentido común se ha modificado y comportamientos anteriormente considerados poco instructivos o rechazables se han naturalizado mediante el espectáculo de su representación en la industria cultural. Hay más ejemplos: vídeos que animan a los jóvenes a traficar con cocaína, otros que insistentemente proclaman que lo más importante de la vida es el dinero advirtiendo a sus seguidores que nada ni nadie los debe alejar de él u otros que aconsejan desde los estribillos que los hombres no se fíen de las mujeres porque son todas “unas putas”. Tal cual. En fin, la lista, desgraciadamente, es muy extensa. ¿Sería moralista preocuparse por el hecho de que cantantes promocionados por millones de dólares y seguido por millones de jóvenes canten en sus vídeos que todas las mujeres son unas “putas”, “zorras”, etc.? ¿Es moralista pensar que este ejemplo pueda aumentar los índices de violencia machista y sepultar todos los programas públicos habidos y por haber a favor de la igualdad entre los y las adolescentes?

La moral, como la ideología, la tenemos todos y se modifica a lo largo del tiempo como el resto de la cultura humana incidiendo en ella tanto las vicisitudes del modo de producción dominante como el estado de la lucha de clases en cada contexto histórico. El problema es que es un asunto del que se suele hablar poco porque puede suscitar desencuentros y retratarnos públicamente ante la moral de los demás. Y eso siempre es peligroso. En particular, frente a la moral de los poderosos, que, con gran diferencia, suele destacarse por su sorprendente laxitud respecto a la suerte de los dominados.

Fuente de la entrevista: http://www.elviejotopo.com/topoexpress/la-dictadura-del-videoclip/

Fuente de la imagen: http://www.elviejotopo.com/wp-content/uploads/2017/01/ilustraciocc81n-219-copia.jpg

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Entrevista a Florencia Alcaraz: “El Estado es responsable de cada femicidio”

04 Junio / Fuente:politicargentina /Autora: Leila Lobos

Hoy las mujeres, lesbianas, trans y travestis salen a la calle a gritar contra los femicidios y transfemicidios. Los dedos señalan todos a uno de los responsables: el Estado. El Registro de Femicidios de 2016 contabilizó un total de 254 víctimas en todo el país, cinco de esas personas eran mujeres trans y travestis.

Florencia Alcaraz es periodista e integrante de Ni Una Menos, el colectivo que convocó por primera vez en 2015 a una movilización contra los femicidios. En diálogo con Política Argentina, Alcaraz analizó el rol del Estado, las alternativas que crea el feminismo y por qué las mujeres trans y las travestis quedan fuera de la agenda mediática.

¿Por qué decimos que el Estado es responsable de femicidios?

El Estado es responsable de cada uno de los femicidios porque no hay políticas de prevención ni de cuidado, porque no se le asigna un presupuesto acorde a esta problemática estructural. Como tampoco se cumple con la educación sexual integral en todas las provincias.

Y porque cada vez que una piba desaparece ni la Justicia ni la policía la buscan. Es la organización popular la que se encarga de hacer rastrillajes, de pegar su foto en el barrio y en las redes sociales. Hay vidas que importan más que otras y las de las mujeres para el Estado importan menos.

¿Cuáles crees que son las alternativas frente a esta falta de políticas estatales?

Frente a esta intervención del Estado, porque no es que hay un Estado ausente sino que está presente pero de manera represiva, la organización feminista y la sororidad son respuesta que crecen en los barrios, en los sindicatos, en los espacios universitarios, en los espacios de trabajo. Desde hace dos años, desde el primer ni una menos se está dando un saldo organizativo de distintos espacios territoriales y también sindicales en donde las mujeres se organizan en torno a la violencia machista.

Esto es una respuesta que se está dando desde la organización pero nosotras entendemos que le Estado tiene que intervenir ahí de manera creativa y seria, y como decía antes la educación sexual integral es la respuesta.

¿Tienen una lectura sobre el aumento de la violencia machista, traducida en los femicidios, transfemicidio y travesticidio?

Entiendo que según las cifras de la Corte se registra un aumento respecto a los años anteriores de los femicidios y de los travesticidios. Nosotras entendemos que hay una respuesta neomachista al empoderamiento feminista, a que las mujeres ya no toleran la violencia machista como antes de Ni una menos. Las mujeres denuncian más, hablan más de las violencias que sufren. Sin embargo, cuando van a pedir ayuda tanto al Poder Judicial como al Estado se encuentran con un paredón, esa es la problemática.

Otra lectura que podemos hacer tiene que ver con la precariedad económica. Nosotras vemos un hilo invisible que se trama entre la situación económica, las mujeres y los femicidios. Sin empoderamiento económico, sin autonomía económica es muy difícil combatir la violencia machista. Estamos en un contexto en el que hay números altos de desocupación y eso afecta mucho más a las mujeres. Estamos en un contexto de despido masivos, en el sector privada como el en estatal y eso afecta a la mujeres. ¿Cómo salir de situación de violencia si no tenemos autonomía económica? Ahí hay una trama que hay que pensar y que es una respuesta para entender por qué hay un aumento de la violencia machista.

¿Por qué crees que los travesticidios y los transfemicidios no forman parte de la agenda mediática?

Entendemos que los asesinatos de travestis y de mujeres trans no entran en la agenda mediática porque hay una misoginia muy fuerte en los medios de comunicación masivo por un lado. Y también en la mirada que hay respecto de la Justicia.

La Corte Suprema presenta anualmente un registro de femicidios y recién este año incorpora la cifras de los transfemicidios y de los travesticicios. Hay que reforzar la mirada con respecto a todo los ámbitos, no solo en los medios, sino también si la Justicia que no visualiza que estamos frente a una problemática con respecto a las muertes de mujeres, travestis y  trans. Esto hace que sea difícil que los medios recojan eso.

Hoy en la Provincia de Buenos Aires tenemos dos travestis que murieron en cárceles y es un acifra muy alta para lo que va del año. Hay ahí un tema para ver y es muy difícil que entre en la agenda eso es verdad, pero me parece que cada vez que decimos ni una menos, también decimos ni una travesti menos.

Fuente de la entrevista: http://www.politicargentina.com/notas/201706/21237-alcaraz-el-estado-es-responsable-de-cada-femicidio.html

Fuente de la imagen: http://www.politicargentina.com/advf/imagenes/2017/06/5932a7929ec07_750x499.jpg

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Entrevista a Silvina Gvirtz: En busca de…

04 Junio 2017/Fuente: La Palabra /Autor: Raúl Vigini

Estudió Ciencias de la Educación en la Universidad de Buenos Aires, obtuvo una beca del Conicet para su formación de posgrado que le permitió acceder a la Maestría en Ciencias Sociales. Logró el Doctorado, mientras vivió en Alemania y Brasil. Se desempeñó laboralmente en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y puso en marcha en la Universidad de San Andrés el proyecto Escuela de Educación. En el nuevo siglo integró un equipo para desarrollar un plan de ayuda a escuelas de provincias argentinas en situación de vulnerabilidad social. Participó del Programa Conectar Igualdad, fue Directora General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires y actualmente es Secretaria de Ciencia, Tecnología y Políticas Educativas del Municipio de La Matanza. De la importancia del sistema educativo para afrontar el futuro de la sociedad nos cuenta en esta charla con LA PALABRA

LP – ¿Alcanza el seis por ciento en el presupuesto nacional destinado a educación? ¿Por qué tuvimos tantos intentos fallidos en política educativa?

S.G. – El seis por ciento del producto bruto interno no alcanza y cuando uno mira a la política no tiene que escuchar lo que dice un presidente o un gobernador, tiene que ver cómo invierte en educación: si invierte más es que le preocupa, y si invierte menos es que no le preocupa. No alcanza el seis por ciento porque si nosotros estuviéramos en condiciones de infraestructuras maravillosas y ya estuviéramos en jornada completa a lo mejor sería suficiente, peor no es el caso. Ahora tenemos que hacer una inversión enorme, para poder garantizar esa mejor educación, por ejemplo ocho horas de clase, distribución anual de libros de texto para todos los chicos en la escuela primaria elegidos por las inspectoras y por los docentes, no elegidos en un puesto. Y esos son temas claves, no son temas menores. Creo que se avanzó mucho con la Ley de Financiamiento educativo que obliga que el estado invierta el seis por ciento del PBI en educación que se superó con partidas que no eran de educación pero iban a educación. Fue la primera vez en décadas que había un aumento presupuestario. Pero cuando tenés el presupuesto tenés que invertir bien. Podés tener más pero mal invertido, por eso es tan importante el saber técnico. Técnico que por ahí tienen los docentes o los especialistas. La pedagogía requiere muchos años de estudio y de lectura, conocer las aulas, y por ahí alguien que no habiendo sido nunca docente ni especialista, de grande se quiere reconvertir y lee tres textos y se convierte de abogado en pedagogo. Necesitamos de estos saberes, pero no podemos tener gente que no es ni docente ni especialista.

LP – Hay temas en el debate actual: uno es la cantidad de institutos de formación docente comparado con otros países desarrollados.

S.G. – La cantidad de institutos de formación docente no es un problema en sí mismo, es un invento que nos desvía del foco de atención verdadero. Entonces me preocupa eso y no en cómo mejorarnos en la escuela las herramientas para que el docente pueda enseñar mejor. Y el tema de la formación docente es un modo de decir son todos un desastre cuando no es así. Es importante actualizar la formación docente antes del inicio de clases en febrero con capacitaciones específicas para los contenidos que tiene que dar el docente en el aula. Cuando uno lo hace bien los docentes van. La cuestión es cómo se diseñan y qué políticas educativas se priorizan. Porque si evalúo a los docentes y no les doy las herramientas para que enseñen no van a poder mejorar. Y otro tema que me preocupa es cuando se dice que en la secundaria tenemos mala calidad. Cuando uno mira los resultados de Argentina en las pruebas internacionales lo que uno ve es que hubo una mejora y después un amesetamiento. Pero cuando uno mira la tasa de escolarización -cantidad de chicos que van a la escuela- versus calidad, lo que ve es que los docentes tenían que enseñar a muchos más chicos. Y a mí lo que me preocupa es que hay un modo simple, fácil y antidemocrático de mejorar la calidad, que es expulsar a los chicos de la escuela. Iba al Nacional Buenos Aires, entramos trece divisiones de treinta alumnos, y habremos terminado cinco o seis de veinte alumnos. ¿Qué hacían? Seleccionaban. Si les hacías un test de calidad a los que terminaban ibas a tener muy buenos resultados porque todos los demás estaban afuera. Y las pruebas de calidad miden solo chicos escolarizados. Si quisieras mejorar mágicamente la calidad en dos años lo que hacés es expulsar a los chicos y te va a dar bárbaro la calidad. Pero lo que  nosotros  necesitamos como país es garantizar calidad con todos los chicos adentro. Por eso educación parece fácil pero es un tema muy delicado. Me da pena que muchas veces tenemos una mirada más política del tema educativo y menos técnica, entonces cada uno toma el numerito que le conviene para decir lo que quiere. Eso muestra mucha ignorancia atrás sobre el tema. Y eso complica el diseño de políticas educativas. Que en un país democrático la variable de ajuste pueda llegar a ser la escolarización es muy grave porque hoy en esta sociedad del conocimiento donde todo lo que tenemos alrededor es valor agregado, no saber te lleva a lugares muy complicados. Como sociedad tendríamos que proponernos meta e ir por ello pero con debates más serios haciendo consultas y con un nivel de colaboración más amplio. Asesoro al Ministerio de Educación de Chile en un proyecto sobre gestión escolar y en el comité asesor externo somos cinco personas, una de ellas es la principal referente del partido opositor y los diálogos se desarrollan de un modo extremadamente agradable. Todo el mundo es escuchado. Tendríamos que mirar la educación con esta perspectiva, con más generosidad, con más saber técnico. No hay ninguna mejora que se pueda hacer a pesar de los docentes. Entonces uno tiene que generar el consenso con los docentes que son los principales protagonistas del sistema educativo en vez de maltratarlos.

LP – ¿Y el nivel de formación en el perfil actual del egresado docente?

S.G. – Tenemos que empezar por tener institutos de formación con libros porque los alumnos no pueden comprarlos. En ese caso no va a tener problemas para enseñar. Volvemos siempre a lo mismo. Y los maestros no somos magos, no podemos enseñar comprensión lectora sin libros. Nadie puede enseñar a leer sin libros. Recorro profesorados y veo un esfuerzo enorme por la calidad. En mediano plazo vamos a tener falta de docentes, de hecho ya lo tenemos en algunos lugares. Y me parece importante que los que quieren ingresar tengan la oportunidad a través de un seguimiento pedagógico de poder seguir y de tener una alta tasa de graduación en los profesorados. En el trabajo docente tenemos que sumar la superpoblación de las aulas, que el docente tiene que hacer un sinnúmero de cursos para poder cobrar un salario que le permita llegar a fin de mes. Cuando uno está frente a un aula tiene que dar todo. No porque gana poco puede enseñar mal, porque está frente a otros estudiantes, pero sí tiene que haber políticas de mejoras de las condiciones laborales que permitan que ese docente ascienda no solo por antigüedad. Como en la facultad que se va permitiendo que ese docente progrese sin salir del aula, reconociendo el saber, además de la antigüedad y con buenos salarios.

LP – ¿Qué opinás sobre la reválida de los títulos y los cargos?

S.G. – Me parece que si hubiera una buena carrera docente estaría dado por la carrera docente implícitamente. Entonces se mantiene como incentivado porque los jóvenes podrían tener un docente formador que los vaya ayudando. Se generaría un incentivo muy interesante basado en que un docente pueda seguir siendo docente y pueda seguir queriendo estar frente alumnos. Todo esto se puede hacer con el consenso de toda la comunidad. No creo que pueda haber esta idea de imponer, de ir contra. Escuché decir que un buen político es aquel que resuelve los conflictos y me pareció muy interesante. Con diálogo verdadero, con acuerdos para hacer un trabajo en conjunto.

LP – ¿Estás orgullosa con tu historia personal de un papá que pudo estudiar?

S.G. –  Sí. Creo que me dediqué a la educación por mi historia personal. Como sabés, mi abuelo era obrero, mi papá vivía en un conventillo y fue una maestra anónima, por eso digo que valoro tanto a las maestras porque lo que hicieron con mi papá lo siguen haciendo ahora en una gran mayoría. Una maestra de la primaria le dijo que tenía que seguir la secundaria y mi papá le dijo que tenía que ir a trabajar y no podía. Y en ese momento había examen de ingreso para la secundaria. Le dijo: “bueno, andate al Ministerio de Educación y fijate si conseguís una excepción para estudiar en la nocturna” aunque recién era permitido a partir de los dieciséis años. Mi papá de pantalón corto fue al Ministerio -en esa época no era tan difícil entrar a ese lugar- pidió la excepción, se la dieron, la maestra esa lo preparó, dio bien el examen de ingreso. Le tocó una escuela de  Palomar y no podía ir porque no llegaba por el trabajo, fue otra vez al Ministerio y se recibió en el Vieytes en la nocturna. La verdad que uno dice ¡qué país, no? ¡Qué maestra! Ni siquiera nos acordamos del nombre de esa maestra, pero esa maestra es todas las maestras, es la gran mayoría. ¿Por qué no las mostramos? ¿Por qué? si hay muchas que son así…

Fuente de la entrevista: https://diariolaopinion.com.ar/noticia/181812/en-busca-de-silvina-gvirtz-pedagoga

Fuente de la imagen:

https://diariolaopinion.com.ar/download/multimedia.normal.90c6fce09d14f14d.696d6167653030325f6e6f726d616c2e6a7067.jpg

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