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Entrevista a Richard Stallman (GNU-Linux): «La educación es la actividad estatal que más afecta la libertad de la próxima generación»

11 Junio 2017/Fuente: primeraedicion/Autor: Agencia de Noticias Télam

Así lo afirmó el padre del proyecto GNU-Linux y del movimiento Software Libre, Richard Stallman. Fiel a su estilo, no escapó a la polémica al considerar que Conectar Igualdad es un método para «implantar dependencia» a Windows en las nuevas generaciones y señaló a la «nube» como un artilugio de las empresas para que «no nos preguntemos» dónde están nuestros datos.

Stallman está en la Argentina para brindar una serie de charlas sobre la cultura del software libre y, en una entrevista con Télam, volvió a cargar contra multinacionales como Microsoft y Facebook, fustigó a las administraciones estadounidenses de Barack Obama y Donald Trump, y pidió a los sindicatos que se rehúsen a aportar datos biométricos para la identificación de las personas, por considerarlo un método «tiránico».

En tu última visita a la Argentina, hace 5 años, criticaste el programa Conectar Igualdad ¿Por qué? 

Stallman- Sí, porque proponía entregar Windows a cada chico en el país. Y es verdad que llevaría también nuestro sistema libre, GNU-Linux, pero se veía que los docentes presionaban, ordenaban usar Windows. El efecto sería inculcar el uso del Windows. 

El programa se reconvirtió ahora y es parte de Educ.ar.

Supongo que (el presidente Mauricio) Macri hará otra cosa para favorecer a las empresas grandes con convenios injustos.

¿Por qué?

Promueve la dependencia de la gente. En relación con «Conectar a maldad» se trataba de las escuelas. Aumentar el uso de Windows en las escuelas, lo mismo con Mac OS que es un sistema privativo, es implantar dependencia en la próxima generación, que es ir en contra de la independencia del país, ir en contra de la libertad humana. Usar Windows en otras partes del Estado también es malo pero con menos efecto. La educación es la actividad estatal que más afecta la libertad de la próxima generación.

¿Qué implicancia tiene la recolección de datos biométricos, especialmente en el mundo laboral?

Habría que oponerse. Los sindicatos deberían rehusarse. El Estado no debería tener las huellas de cada uno. Es tiránico, injusto. No habría venido a este país si sabía que tenía que dejar mis huellas.

¿Cómo es la situación en relación a la recolección de datos biométricos en los Estados Unidos en la era de Donald Trump?

No debe ser llamada era, eso es darle el poder que quiere tener. Trump es prejuicioso, infantil, amenazador. Y es una lástima que él y los republicanos hayan tomado el poder en nuestro país, ya que lo usan para oprimir.

¿Utilizan la «nube» para oprimir?

No hay «nube». Dicen nube para desalentar una pregunta muy importante ¿Dónde están mis datos? ¿Qué se hará con ellos? La única nube está en la cabeza de las personas. Por otra parte, está claro que espían mucho, pero no más que antes. (Barack) Obama no fue progresista, fue más a la derecha que la mayoría de los americanos, nunca voté por él. Obedecía a los bancos.

¿Y estas prácticas las continúa Trump?

Sí, pero no sabemos si es más fuerte. De manera más cruel, sin dudas.

¿Qué diferencia hay entre diseño libre del hardware y hardware libre?

No creo que el hardware libre tenga sentido. Tendría que tener las cuatro libertades y estas no se aplican a objetos físicos. Harían falta copiadoras de objetos físicos que no existen. Pero el diseño de un objeto físico es una obra, entonces es muy caro hacer libre. 

En este punto, Stallman pide recordar de qué se tratan las cuatro libertades en las que se basa toda la ética de su movimiento: La libertad de ejecutar el programa como se desea, con cualquier propósito; estudiar cómo funciona y cambiarlo para que el usuario haga lo que quiera; redistribuir copias para ayudar a su prójimo, y poder distribuir copias de sus versiones modificadas a terceros.

¿Por qué el eje de una de tus charlas en Argentina es «copyrigth versus comunidad»?

Explico la idea de software libre, luego respondo las preguntas frecuentes sobre cómo se extiende esta idea a otras obras u otras cosas que no son el software.

¿Y cómo sucede eso?

Es complicado, no tengo una respuesta sencilla. Las obras de uso práctico tienen que ser libres y otras tienen que ser compartibles, multiplicables. 

¿Con algún tipo de límite temporal antes de compartirlas?

No. En inglés digo «share», en español «com-multiplicar». Compartir no es realmente correcto en este caso. Porque es multiplicar las copias y no dividir las copias. Entonces, creo que toda obra publicada debería ser «com-multiplicable» y no sólo para ser mirada o apreciada, tiene que ser libre teniendo en cuenta las cuatro libertades. Hay que cambiar la ley para legalizar el «com-multiplicar» obras. 

¿Qué área es la que acarrea mayores dificultades? ¿La música o la literatura dentro de las artes?

Ninguna me parece difícil. Es posible en cualquiera, y también propongo sistemas nuevos para apoyar a los artistas: que el Estado destine una cantidad de dinero a repartir entre los artistas en función de su éxito. Midiendo el éxito de cada uno, dándole dinero en razón de la raíz cúbica de su éxito.

¿Por qué la raíz cúbica?

No es la única función posible. Una estrella puede tener más éxito que el de un artista apreciado. Si estoy repartiendo dinero de manera lineal, la estrella recibiría mil veces más que otro artista y sólo apoyaría a los que no lo necesitan. Con la raíz cúbica, si A tiene 1000 veces el éxito que B, A recibirá 10 veces el dinero que B, entonces, el dinero iría a la gente de éxito medio, que es quien lo necesita.  La otra es la de pagos voluntarios. Cada máquina para reproducir obras puede tener un botón para enviar una pequeña suma a los artistas. Te sentirás bien haciéndolo. Con estos sistemas, los artistas dirían: «Por favor, com-multipliquen mis obras», porque tendrá interés, recibirá más dinero de la gente o del Estado.

Sabemos que no usas redes sociales, como Facebook, pero quizás te tiente Twitter

No rechazo usarlo, pero no me conviene. Es mucho menos malo que Facebook, quizá no sea malo. El único mal posible es que no puedes usarlo escondiendo tu ubicación. Si un servicio exige saber dónde estoy, no lo uso.

¿Y qué opinás de Wikipedia?

Tiene algunos problemas pero, básicamente, es bueno.

¿Y Wikileaks?

Apoyo su misión pero a veces actúa mal en los detalles. Cuando publica colecciones de documentos sin borrar nombres de personas no esenciales, es malo.

Fuente de la entrevista: http://www.primeraedicion.com.ar/nota/248630/la-educacion-es-la-actividad-estatal-que-mas-afecta-la-libertad-de-l.html

Fuente de la imagen:

http://www.primeraedicion.com.ar/fotos/750x/2017/06/11/09816bfc969b1b5ee447da2a9478510c.jpg

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Entrevista a Neus Sanmartí: “Sabiendo que el alumno aprende, la nota es lo de menos”

11 Junio 2017/Fuente: eldiariodelaeducacion /Autor: Pau Rodríguez

«La evaluación debería tener 3 elementos: detectar los problemas del alumno, entenderlos y tomar decisiones para ayudarle a mejorar. Si te fijas, ninguno de estos elementos es la nota».

Evaluar es mucho más que poner una nota final de trimestre. Esto lo comparten muchos docentes, pero pocos lo han defendido con la perseverancia y el rigor de Neus Sanmartí (Barcelona, 1943), que durante años ha hecho investigación y divulgación para promover un modelo de evaluación en las escuelas e institutos que sirva para detectar , entender y ayudar a solucionar las dificultades de aprendizaje de los alumnos. Esta catedrática y profesora emérita del Departamento de Didáctica de la Matemática y de las Ciencias Experimentales de la UAB, que durante años fue maestra de aula, explica en esta entrevista cuáles son los retos que afronta el sistema educativo catalán a la hora de avanzar hacia un modelo de evaluación que en vez de limitarse a calificar, capacite a los estudiantes.

¿Qué le parecen los cambios del último decreto sobre evaluación en Primaria en Cataluña? Ya no se pondrá nota numérica. ¿Esto es positivo?

Este es uno de las decenas de artículos que contiene el decreto. Lo que me parece interesante a mí es que la calificación pasa a ser sobre cuatro (logro sobresaliente, notable, satisfactorio y no logro). Decir si un alumno es competente con un 3,8 o un 5,6 no tiene ninguna coherencia, pero con cuatro niveles de logro, que además se corresponden con los niveles de la rúbrica, pues tal vez tiene más. Ahora bien, poner números o letras a mí me da igual. El nombre no hace la cosa. Lo bueno es no tener 10 números, porque presuponen matices que no se pueden saber.

¿El tipo de calificación cambia la forma de evaluar?

No. La gente puede hacer lo mismo y luego traducirlo: evalúas igual y, en vez de poner un 6, pones “logro suficiente”. Esto ha pasado siempre. Pero también debemos tener claro que la familia quiere tener información de cómo el niño más allá de un número. ¿Qué quiere decir un 6 de Lengua catalana? Quizás no lee muy bien pero escribe mejor. El número en este caso no me lo está diciendo, pero tampoco me lo dice si solo se informa que tiene un “logro suficiente” o se hacen comentarios de sus aprendizajes demasiado generales.

De hecho, los números engañan. Pueden inducir a pensar que el alumno que saca un 6 sabe el doble que el que saca un 3.

Claro, tenemos que tener cuidado. La clave es qué te dice este valor numérico. No se puede precisar tanto el nivel de competencias, ni siquiera de conocimientos. A veces suspendemos alumnos porque hacen faltas de ortografía y no hacen bien el dossier, pero no es lo mismo no tener los conocimientos que no tener los hábitos de trabajo.

¿Cuáles son los retos del sistema educativo en materia de evaluaciones?

Lo más importante es conseguir detectar dónde están las dificultades del alumnado y ayudarle a superarlas. La cuestión no es que un alumno no hace bien el dossier, para entendernos, sino qué hemos previsto los docentes para que lo haga bien, más allá de decirle esto. ¿Cómo, con sus características, personalidad, capacidades, puede hacer bien el dossier? La evaluación consiste en detectar problemas y plantear las soluciones. Demasiadas veces las juntas de evaluación de los centros consisten solo en enumerar los problemas de los alumnos.

¿Sería pues un diagnóstico a partir del cual empezar a trabajar? Esto requiere una atención más personalizada.

No puede haber soluciones para todos idénticas. Se puede personalizar más el aprendizaje, hacer tutorías en que expresen cómo son, qué necesitan. Ahora hay institutos y escuelas donde el alumno solo va a aprobar. Hay niños que te dicen que ya saben qué tienen que hacer para aprobar. ‘Este profe lo que quiere es el dossier bien hecho’, te dicen. Es una superación de obstáculos que poco tiene que ver con lo que aprenden.

Entonces, ¿cómo se puede avanzar hacia una evaluación que sí tenga en cuenta lo que se aprende en clase?

La evaluación debería tener tres elementos: saber qué hace el alumno -¿Qué problemas tiene?-, entenderlos -por qué los tiene, qué falla en sus hábitos, razonamientos, habilidades…- y tomar decisiones -¿qué puedo hacer para ayudarle a mejorar?-. Y, si te fijas, ninguno de estos tres elementos es la nota.

¿Dentro de estos elementos se debe tener en cuenta también la opinión de los alumnos?
Es imprescindible, porque es el alumno quien debe corregir. Existe la percepción errónea de que somos los profesores los que corregimos: nos llevamos los exámenes a casa para corregir… ¡Mentira! ¡Lo que hacemos es detectar problemas! Corregir solo lo puede hacer quien se ha equivocado. Ayudar al alumno a corregir es el gran reto, y el decreto aprobado por la Generalitat dice eso. Y es mucho más importante que los cambios de calificaciones.

La evaluación durante años ha tenido un protagonista indiscutible: los exámenes. En la actualidad, sin embargo, cada vez hay más escuelas que ponen estas pruebas en entredicho. ¿Usted qué piensa? ¿Exámenes sí o no?

Exámenes sí, ¿por qué no? Sirven para que el mismo alumno y el profesorado compruebe qué ha aprendido, siempre que sean preguntas donde se tengan que poner en práctica competencias, aplicar el nuevo conocimiento… El examen debe ser coherente con esto, si es solo memorístico no tiene sentido. Y hay que hacerlos cuando creeamos que los niños están preparados, y no el día que toca. ¿Creemos que hemos aprendido? Pues vamos a comprobarlo. Así sí. Porque si los alumnos ven que aprenden, esto también los motiva. ¿Qué sentido tiene la semana de los exámenes si, por ejemplo, tus alumnos no están preparados? Solo servirá para suspenderlos. Está comprobado que es mejor prevenir que curar. Las recuperaciones no sirven. Pero si la recuperación la haces antes de la prueba, cuando has detectado carencias, entonces la hacen bien y se motivan más.

La evaluación condiciona las enseñanzas, y con el exceso de exámenes existe la percepción de que muchos docentes preparan a los alumnos para superar las pruebas.
Sí, claro. Y no solo eso: es que los alumnos estudian para aprobar y tienen claro que no es lo mismo que aprender. Si les preguntas qué creen que saldrá en el examen, y qué quiere evaluar el profesor, los alumnos que sacan buena nota lo intuyen mejor que el propio docente. Esto lo hemos descubierto con búsqueda.

¿El paradigma de esta preparación para el examen son las Pruebas de Acceso a la Universidad, la llamada Selectividad?
Si las preguntas son buenas, competenciales, no me parece mal, porque tampoco pueden ir todos a la universidad. Pero la condición es que sean pruebas competenciales, y no lo son en todos los casos aunque en algunas materias son muy buenas. Pero a veces es el propio profesorado el que ve las pruebas competenciales demasiado difíciles y las rechaza. En estudios que hemos hecho, hay profesores que no enseñan solo a superar la PAU, sino también a pensar, a transferir… Y sus alumnos obtienen buenos resultados. Por eso quisiera deshacer un mito: ¿Quieres preparar para el examen? De acuerdo. Pero prepara a tu alumno para que  sea competente, capaz de razonar, de transferir, de pensar, y no de memorizar y volcar información.

Cada vez se habla más de evaluar aptitudes que no tienen que ver con el conocimiento, sino con las habilidades sociales, las emocionales, la autonomía… ¿Cree que se puede?

¡Se debe poder! El problema es que no tenemos tradición. Hay personas que están trabajando y diseñan rúbricas para evaluar la autonomía o la gestión de emociones. Ahora bien, la base de la evaluación será mucho más observacional. Por ejemplo, en cuanto a la autonomía, puedes evaluar la capacidad de un alumno de darse cuenta si se equivoca. Si es autónomo, lo puede ver. Si no, necesita del aviso del adulto. Esto es un indicador. Los autónomos antes de hacer, piensan. Los otros hacen y después intentan corregir. Todo esto se puede observar y evaluar, pero a la vez lo has de enseñar. Tienes que enseñar a que se planifiquen, por ejemplo. Porque si no estarás haciendo lo mismo de siempre: poner nota según si hacen algo o no. Y también tenemos que ver su punto de partida, comprobar si ya vienen enseñados de casa o si realmente mejoran a partir del trabajo que se hace en la escuela.

Esto que explica requiere de un nivel de observación casi clínico, y de una objetividad difícil de alcanzar…

Los maestros pensamos que la objetividad viene de hacer preguntas a respuestas simples, de hacer muchas medias con muchas notas… Y no. Si dos o tres personas observan y llegan a la misma conclusión, es bastante objetivo. El alumno se evalúa, el profesor lo evalúa, y si las dos personas dicen lo mismo, es bastante objetivo ¿no? Hay escuelas donde los alumnos hacen los informes para los padres, les dicen qué han aprendido, y la maestra después lo repasa y dice si está de acuerdo o no.

Y a menudo está de acuerdo, según explican.

Exacto. Si lo haces bien, claro. Si has compartido antes con ellos los criterios de evaluación, si el alumno sabe a qué mujeres importancia. Los tienes que verbalizar. No vale decir que el dossier cuenta un 20% de la nota final. Esto es el criterio de calificación. La pregunta a compartir con los alumnos es a que responde este 20%. Si no compartes los criterios a los alumnos más listos los intuir, pero los otros no.

Para conseguir una buena evaluación ¿los maestros deben dejar atrás sus prejuicios y expectativas respecto del alumnado?

Esto de las expectativas está muy estudiado por la investigación. A los chicos se les perdona a veces la mala letra y el desorden, pero a las chicas no. Las expectativas en términos de género influyen mucho. También tendemos a penalizar al alumno crítico, que nos hace la puñeta, que nos hace preguntas incómodas o que no hace lo que pedimos aunque puede que alcance los objetivos por otros caminos. Esto ocurrirá siempre, con la evaluación tradicional y con la más novedosa. A mí me ha pasado, es muy difícil combatirlo, por eso la clave es tomar conciencia y hacer triangulaciones: tener dos o tres opiniones, por ejemplo, en la junta de evaluación y, si coinciden, adelante.

Todavía no hemos hablado de las evaluaciones más polémicas: las externas. ¿Qué opinión le merecen? Son necesarias?

Tener referencias periódicas es bueno. Cuando era maestra yo nunca sabía si lo que evaluaba era igual respecto a otras escuelas. Si mis alumnos en vez de un 5 sacarían un 4 en otros centros. Una visión externa ayuda a regularte. A mí me serviría saber si mis alumnos están cerca de los índices que socialmente se consideran adecuados. En Finlandia tienen pruebas externas muestrales. Si los maestros quieren, les pasan la prueba, y así los comparan con la media del país y les ayuda a hacer ajustes. Hay institutos que pasan exámenes PISA para saber cómo están de nivel sus estudiantes, y a veces obtienen mucho mejores resultados que lo que les da su centro, porque puede que el instituto no evalúe la competencia, sino otros elementos como la memoria a corto plazo o el comportamiento.

Esto mismo nos explicaban los expertos cuando nos preguntábamos en un reportaje por qué los alumnos pobres repiten más que los ricos a pesar de tener el mismo nivel en competencias PISA.
Es que es eso. Yo lo he vivido en algunos institutos.

¿Las pruebas externas deben servir para algo más que para dar una visión exterior de la evolución de los alumnos?
No. Su objetivo debería ser únicamente diagnóstico, excepto en el caso de las de acceso a la universidad, que tienen otra finalidad.

Hay actualmente un movimiento cada vez más intenso de cambios en educación. La evaluación termina estando muchos debates metodológicos. ¿Cómo lo ve?

El momento actual es muy interesante. Tengo la sensación de que la escuela se plantea cada vez más cómo evaluar si sus alumnos aprenden, pero todavía vamos un poco perdidos. Muchos deciden no hacer exámenes, pero ¿entonces cómo evalúan? No me sirve que se evalúe sólo el producto final de un proyecto, lo que es más importante es si sabrán transferir y aplicar lo aprendido en el siguiente proyecto. Y esto quizá no se hace tanto… Hay escuelas e institutos que buscan caminos, pero cuesta. Conlleva un cambio radical respecto a la evaluación que hemos vivido toda la vida.

¿La evaluación es pieza clave en el engranaje de la innovación educativa?

Sí, y lo digo porque lo he visto. Hace años que sabemos de maestros, en escuelas innovadoras, que tienen dudas acerca de la evaluación. Si no podemos evaluar si los alumnos aprenden conocimientos importantes, iremos atrás. Y si sabemos que un alumno aprende, la nota será lo de menos.

Fuente de la entrevista: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/01/12/sabiendo-que-el-alumno-aprende-la-nota-es-lo-de-menos/

Fuente de la imagen: http://eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2017/01/20161221_Neus_Sanmarti_SLG_0880.jpg

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Uruguay: Conflictos en la escuela, paros por agresión a maestros “culpabilizan” a todos los niños y padres.

América del Sur/Uruguay, 10 de junio de 2017. Fuente: espectador.com

A raíz de otro incidente entre una madre y una maestra en Canelones, la socióloga Nilia Viscardi, especializada en violencia en la educación, opinó en Suena Tremendo que los paros docentes no son la medida correcta ya que “contribuyen a la culpabilización y la responsabilización” de todos los alumnos y padres.

Viscardi aseguró que, mirando las estadísticas a nivel de frecuencia y gravedad, estos conflictos en las escuelas no deben ser tratados como indicadores de violencia delictiva o violencia social. La socióloga señaló que estas situaciones están apareciendo en lugares muy específicos y se tratan de agresiones por parte de madres a las maestras en Educación Primaria.

“Hay un reclamo muy mal canalizado, lo que se lee como falta de respeto puede ser sentido como falta de respeto hacia ellas (las madres) que devuelven con un golpe, y no significa que la educación no sea importante, significa que no están pudiendo dialogar con las maestras y que tienen expectativas respecto a una buena recepción, una buena nota, y al verlo frustrado evidentemente emergen de la peor manera”.

Viscardi dijo que hay una paradoja a nivel sociedad que consiste en que el agresor puede ser más vulnerable en términos sociales que aquel que fue agredido, siendo “muy complejo” atribuirle un sentido a esa relación de culpabilidad.

“Evidentemente se trata de un adulto que ha cometido una agresión física y eso debe ser señalado. Pero lo que se juega en el ámbito de educación son relaciones de poder, violencias institucionales o violencias sociales: la carencia de trabajo o las expectativas sobre la escuela, que se dan en conflictos en que la parte más vulnerable del vínculo puede ser la más agresiva. No estamos viendo agresiones a maestras a través de la violencia física en la educación de las clases medias y las clases altas, sin embargo, si hablamos con docentes, muchas veces dicen que se sienten presionados, intimidados”, aseguró.

Paros

Viscardi sostuvo que los colectivos comenzaron a situar el problema de la violencia “cada vez más en el centro retrocediendo otros temas de política educativa”. “Se politizó llegando a hacer paros por una agresión que un padre tiene en un centro educativo con la interpretación de que esto es una muestra de vulnerabilidad del trabajo docente”.

Hay varios sectores, con los cuales Viscardi concuerda, que dicen que los paros no son la medida correcta para erradicar el problema sino que está “fortaleciendo sus soportes”. “Pienso yo que el hecho de no suspender la tarea educativa colabora en que disminuya la violencia”, opinó.

“Alterar la jornada diaria y dejar sin educación a los niños no creo que contribuya a la comprensión, contribuye a la culpabilización de todos y a la responsabilización de aquellos que no habrían tenido nunca un actitud de estas características”.

Otra de las cuestiones es que, al acudir al paro como medida, se estigmatiza al agresor o a su núcleo familiar. “Se focaliza al agresor y se sitúa así toda la culpa cuando en realidad se trata de sectores muy vulnerables”, dijo Viscardi.

“No tenemos hoy los mecanismos jurídicos que den una respuesta acertada a este problema. Si vamos a ir a una denuncia y un pedido de respuesta judicial tenemos que innovar a nivel de las medidas judiciales para que estas no contribuyan a estigmatizar al niño, protejan al maestro pero que sean medidas que fortalezcan lo pedagógico, no que debiliten al niño”, expresó.

Pocos recursos.

Viscardi también hizo referencia a la falta de tiempo, debido a la los pocos recursos de la institución, dedicado a tratar los problemas del alumno. “En los casos más duros, evidentemente el caso de un docente que vive de la docencia y tienen todas sus horas allí, en un centro educativo más conflictivo, lo que no tiene es tiempo para resolver el problema, porque su contrato esencialmente es para la clase, no es para conversar con el alumno problemático”.

“Su objetivo es que la clase empiece y termine con determinado programa. Cuando el alumno distorsiona y no se logra una estrategia pedagógica para interesarlo, se lo expulsa. Y empieza ahí la distorsión institucional”, explicó.

“El docente no tiene las condiciones institucionales para poder atender este trabajo tan difícil y reclama medidas de seguridad, rejas, que vengan los padres, que haya un aula especial, todo lo que él no tiene las condiciones de hacer. Y la institución no tiene la cantidad de funcionarios necesarios para atender  estos estudiantes que quedan distorsionando el centro educativo”.

“¿Por qué todo esto recae en la violencia física, en la cuestión de la denuncia y la expulsión? Porque nosotros no estamos pudiendo a nivel educativo recentrar el asunto, ponerlo en los muros de la escuela y redireccionar los recursos, que creo que está claro que deben ser pedagógicos”, concluyó.

Fuente: http://www.espectador.com/sociedad/352583/paros-por-agresion-a-maestros-culpabilizan-a-todos-los-ninos-dice-experta

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CLADE: Entrevista a Marina Martins“Se debe entender que la educación de adultas/os no es una isla, sino que es producto del sistema educativo”

Por Marina Martins Gonzalez, para la CLADE

Ante la aproximación de la reunión de balance intermedio de la VI Conferencia Internacional de Educación de Adultos (CONFINTEA VI), que tendrá lugar en octubre en la República de Corea, divulgamos una serie de entrevistas a expertas/os en educación de personas jóvenes y adultas (EPJA) de América Latina y el Caribe, con miras a discutir los avances y desafíos pendientes respecto a la garantía de esta modalidad educativa como un derecho humano en nuestra región.

En esta quinta entrega, entrevistamos a María del Carmen Lorenzatti, profesora de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, y especialista en educación de personas jóvenes y adultas. En la ocasión, comenta entre otros retos para la realización de la EPJA como un derecho humano en el país: considerar que esta modalidad educativa es parte del sistema educativo, garantizando a la vez una formación específica para las y los docentes que actúan con personas jóvenes y adultas. “Es imprescindible pensar que la educación de adultas/os forma parte del sistema educativo, pero se diferencia del sistema, pues aborda la especificidad del sujeto adulto, que tiene un recorrido de vida, lo que le permitió construir conocimientos de manera diferente a la escolar”.

Lea la entrevista completa a continuación.

¿Cuáles son los avances y retrocesos registrados en materia de marcos legales, políticos e institucionales de la EPJA en su país, desde la CONFINTEA VI en Belém do Pará, Brasil?

En el post-CONFINTEA en Argentina, se ha producido un proceso interesante de avances en términos de regulaciones políticas. En la década de 90, sin embargo, la educación de adultas/os tenía un espacio muy residual, por ejemplo, en la Ley Federal de Educación la educación de personas jóvenes y adultas era considerada un régimen especial. Eso sumado a los recortes presupuestarios trajo como consecuencia la reducción, el cierre y la ausencia de programas específicos para la modalidad.

En cambio, a partir del 2006, con la Ley de Educación Nacional, comienza uno de los períodos más ricos en términos de políticas, definiciones y regulaciones en Argentina, en relación con la educación de adultas/os. Pasa a ser considerada como modalidad educativa, recuperando el sentido del término, lo que implica pensar en políticas de formación docente específicas, en currículos específicos, en sujetos con notas distintivas, con características, historias de vida y trayectoria socioeducativa particulares.

En este período, destaco como decisiones políticas fuertes la creación de la Dirección Nacional de Educación de Adultos y la constitución de la Mesa Federal de Educación de Jóvenes y Adultos, que es un órgano de consulta, donde se discuten las políticas. En esa mesa federal, que se compone por los directores de adultos de todas las provincias, se genera un espacio de discusión de las políticas específicas para la modalidad. Ese espacio generó una normativa, la Resolución 118/2010, con dos anexos, donde se definen las características de la modalidad y se trabaja sobre las cuestiones curriculares. Entonces, en términos regulatorios, yo diría que hubo un avance muy importante en Argentina en los últimos años, porque a esta regulación, sigue otra normativa en 2015 que garantiza la movilidad de los estudiantes adultos. Es decir, históricamente, un estudiante que vive en el norte de Argentina y viaja al centro o al sur del país, cuando llegaba a las escuelas de adultos para terminar su escolaridad, encontraba que no había nada regulado.

Y, por último, mencionaría la aprobación por parte del Ministerio de un trayecto formativo para docentes de EPJA, que se conoce aquí como “post-título”. Se trata del trayecto de una cantidad determinada de horas compuesto por 15 módulos, en que se aborda la historia de la educación de jóvenes y adultas/os en Argentina, el sujeto y el contexto comunitario, las cuestiones curriculares generales y específicas y la sistematización de la práctica docente. Esa formación está pensada como posterior a la carrera, una oferta para las y los docentes que están trabajando en EPJA.

Otra decisión importante fue el Plan Fines, el Plan de Finalización de los Estudios, que se implementa como respuesta a la obligatoriedad escolar, que sostiene la Ley de Educación Nacional, promulgada en el 2006. En esa ley, la escolaridad obligatoria llega hasta la finalización de los estudios secundarios. Desde la dirección de adultos, una primera reacción fue abrir puertas y canales para generar espacios donde los sujetos jóvenes y adultos que no terminaron la escolaridad en el momento de la edad correspondiente, puedan hacerlo en adultos.

Todo eso se refiere a la estructura normativa en Argentina hasta el 2015. En 2016, con el cambio de gobierno, cambiaron las estructuras y no se organizan las acciones por niveles o por modalidades. Hay un retroceso muy grande.

¿En su país, existen políticas y proyectos específicos que contribuyan al derecho a la EPJA que sean pertinente para grupos de población vulnerados?

Sí. La educación en contextos de encierro, por ejemplo, que por la ley se considera separada del campo de educación de personas jóvenes y adultas, tuvo un desarrollo nacional y provincial bastante fuerte. Se creó también un postítulo de formación docente y se desarrollaron líneas de apoyo a la educación en estos contextos.

En lo que corresponde a la educación intercultural bilingüe también hubo avances, pero creo que más focalizado en niños y niñas.

Hubo, asimismo, un fuerte apoyo desde la EPJA a los movimientos campesinos, que incluso participaban en el Plan Nacional de Alfabetización, que se implementa a partir de 2004. Éste, como todos los planes de alfabetización en Argentina, se desarrolla a partir de un convenio con organizaciones, escuelas e instituciones. Entonces, inicialmente hubo una apertura muy fuerte para atender la población del campo, pero después no se le ha dado seguimiento y no se ha garantizado formación específica.

¿Existen espacios de participación y consulta para la sociedad civil y los diferentes actores de la comunidad educativa, en especial educandos y educadores de la EPJA, sobre las políticas educativas de su país o localidad?

Decididamente no. Lo que hubo fue una cuestión muy estructural, que tuvo que ver con definiciones claras a nivel central, como la construcción de la Mesa Federal que ya mencioné.

En su país, los recursos del Estado y presupuestos asignados para garantizar la realización de la EPJA como derecho humano fundamental, ¿Son suficientes? ¿Se han incrementado? ¿La distribución de los recursos, contribuye a promover procesos de aprendizajes significativos?

Diría que hubo un incremento de recursos con relación a la década anterior. Eso se observa claramente a nivel nacional por los programas que te estoy contando. A nivel provincial también hubo un aumento del presupuesto, pero este todavía es insuficiente.

Diría que faltan recursos para el adecuado acompañamiento a las y los docentes, así como para la toma de decisiones y para la conformación de equipos técnicos. De hecho, la dirección de adultos en esta provincia tiene equipos técnicos de primaria, de secundaria, de esta modalidad a distancia, sin embargo sigue faltando presupuesto para los inspectores, para los supervisores, para hacer acompañamiento, para hacer formación docente. La formación siendo algo relegado en el marco de las políticas de financiamiento globales.

¿Qué recomendación específica haría a las autoridades de su país y a autoridades internacionales, para que se impulse el derecho a la educación de las personas jóvenes y adultas en América Latina y el Caribe?

Lo primero es entender que la educación de adultos no es una isla, que es producto del sistema educativo. Según García Huidobro, “la educación de adultos es un invento del sistema educativo porque la noche se recupera lo que se expulsa durante el día”. Es necesario articular acciones con todos los sectores sociales. Eso significa incorporar la educación en las fábricas, en los hospitales y en los distintos espacios sociales, en el sentido de reconocer la alfabetización y el acceso a conocimiento como práctica social. También es necesario trabajar fuertemente en formación docente específica para EPJA. Cuando hablamos de la especificidad de la educación de adultos, estamos hablando de reconocer a ese sujeto adulto que viene con una trayectoria de vida, que ya construyó conocimientos y posiciones frente a su propia vida.

Es imprescindible pensar que la educación de adultas/os forma parte del sistema educativo, pero se diferencia del sistema, pues aborda la especificidad del sujeto adulto, que tiene un recorrido de vida, siendo que en esa trayectoria ya ha construido conocimientos. Maria Saleme decía que el conocimiento en el mundo adulto es parte de su dinámica vital. Por eso es complejo y difícil enseñar en el campo de la educación de adultos.

Hay que trabajar con las universidades en el sentido de poder discutir juntos los resultados de las investigaciones. No estoy hablando de un académico que venga y diga “la educación de jóvenes y adultos tiene que ser así o así”, estoy hablando de una mesa donde nosotros, que estamos en el campo investigando, podamos decir “mira, estamos viendo eso, ¿cómo lo hacemos?, ¿cómo trabajamos con esos jóvenes?”. Por otro lado, la universidad históricamente se separó del sistema educativo. Las investigaciones van hacia un lado y las decisiones políticas hacia otro lado. El sectarismo de las instituciones es difícil, y yo me hago cargo de lo que nos toca como universitarios. Hay mucho por hacer.

Fuente de la entrevista: https://vocesepja.campanaderechoeducacion.org/se-debe-entender-que-la-educacion-de-adultasos-no-es-una-isla-sino-que-es-producto-del-sistema-educativo

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Entrevista a Mariano Martín: «Educar es mucho más que enseñar: es humanizar»

Entrevista realizada por Manuel Crespo. OEI-IBERCIENCIA a Mariano Martin Gordillo.

 Mariano Martín Gordillo es profesor de educación secundaria desde hace casi 25 años. Trabaja en Avilés, una ciudad del Principado de Asturias, en el norte de España, donde da clases de Filosofía, Ética y también sobre temas relacionados con ciencia, tecnología y sociedad. Sobre su propia experiencia como estudiante, recuerda lo siguiente: «Cuando yo era alumno, los pupitres estaban clavados en el suelo y formaban filas de a dos, mirando siempre a la pizarra, donde estaba el profesor. Él hablaba siempre, nosotros pocas veces. Él preguntaba y nosotros debíamos responder. Eso era lo que se esperaba de nosotros: el silencio, las respuestas y, si se daba el acaso, alguna pregunta pertinente. Aquello no me gustaba. A mí me gustaba y me gusta hablar. Por eso ahora tiendo a hablar mucho cuando me invitan a hacerlo con otros profesores y a hablar menos cuando estoy con mis alumnos, para que sean ellos quienes lo hagan».

Alrededor de esta inquietud giran algunos de los conceptos que el profesor expondrá durante la entrevista, dedicada en su mayor parte a la inclusión de las nuevas tecnologías en el aula. Martín Gordillo, que también es miembro de la Comisión de Expertos de la OEI, dice que está de acuerdo con la llegada de ordenadores, entornos virtuales y libros-computadora, siempre y cuando estos progresos nunca dejen de ser lo que son: una herramienta para asegurar la participación cada vez más integral del alumno en la clase y la construcción de un espacio en el que primen el diálogo y el intercambio como principales métodos de enseñanza.

PREGUNTA: El aula de la escuela no ha cambiado en muchísimo tiempo. Siguen estando el pizarrón y la tiza, mientras que afuera las tecnologías evolucionan sin cesar. ¿Cómo puede hacer la escuela para capturar la atención del alumno de hoy, que está muy pendiente de los actuales cambios tecnológicos?

RESPUESTA: Creo que hay que pensar en términos de metáforas. Me refiero a la lógica 2.0 de la que tanto se habla, a la integración no mediada por el espacio y el tiempo. Sería interesante verla como una metáfora de la relación educativa. Durante un tiempo Internet fue 1.0. Hubo unos poquitos años de redes escaparates, de páginas que mostraban cosas y se suponía que uno era un mero espectador. Y en ese sentido el 2.0 es una metáfora de lo que puede ser el ámbito escolar. No es tanto cómo entran las TIC como artefactos en el aula, sino de qué manera podemos hacer que el aula recupere la dimensión dialógica que siempre debió tener. Porque en los orígenes de la educación estaba el diálogo. Parece que eso se nos ha olvidado. Las primeras reflexiones de la educación están en Platón. El espacio público que era el ágora, el espacio de encuentro en las polis griegas, donde se intercambiaban y se compartían razones. Es aquello lo que podemos y debemos recuperar en el ámbito escolar. Hoy en día, muchas aulas son un escenario demasiado contemplativo donde alguien habla y alguien escucha, pero podría ser un espacio dialógico que tuviera además una ventaja frente a los otros entornos: junto a los alumnos hay un adulto. Y ese adulto, que teóricamente tiene contacto con un conocimiento que viene de antes, es una oportunidad que en otras redes sociales los jóvenes no van a tener. En el mundo de la comunicación virtual, la comunicación intergeneracional no es tan fácil. El aula es una oportunidad para ello se produzca.

P: ¿Qué beneficios podrían traer innovaciones como el e-book a la enseñanza?

R: Respondo a esta pregunta a comienzos del 2010, cuando se anuncia la llegada del iPad, y con eso me excuso de que con el tiempo lo que ahora digo pueda resultar ingenuo o descaminado. Sin embargo, tengo ciertas expectativas hacia estos nuevos cacharros, no sólo por lo que tienen de novedad, sino también por lo que tienen de viejo. Para los nativos digitales puede ser novedoso un artilugio que les pone adelante la inmensidad de la cultura del libro. Para los inmigrantes puede ser amigable un dispositivo digital con el que pueden interactuar sin perder algunos de los códigos del mundo comunicativo del que proceden. Creo que, sobre todo en las aulas, las TIC pueden ser un interesante lugar de encuentro entre ambas especies generacionales. Al menos como escenario de transición, me interesa ver la forma en que esos nuevos artefactos pueden llegar a ser útiles para que las lógicas 1.0 y 2.0 puedan encontrar un puente en las aulas.

P: ¿Y qué piensa de iniciativas como las de «una laptop por niño»?

R: No seré yo quien se oponga a que todos los niños del mundo accedan a recursos de los que yo disfruto desde hace tiempo. Es evidente que nunca debe ser visto como problema que todos los niños tengan un ordenador, pero tampoco creo que deba ser considerado como la única solución. Como mucho es una parte de las soluciones que requieren los muchos problemas educativos existentes en los entornos más carenciados. Me gusta esa imagen de los niños, y sus familias, disfrutando con el mundo al que acceden a través de esos pequeños ordenadores, pero no me gusta ese discurso que a veces acompaña a estas iniciativas, según el cual los niños pueden ser educados casi sin maestros. También me preocupa la sostenibilidad de esas iniciativas: su visibilidad inmediata no siempre se conjuga con suficientes garantías de reposición y continuidad.

P: ¿Cuál será, en lo específico, el rol del maestro dentro de un esquema que integre a las nuevas tecnologías?

R: Será el artesano del diálogo. Tendrá que generar el contexto y hacer posible un espacio donde se pueda intercambiar, crecer y aprender intercambiando. Más que preocuparse por qué conocimientos debe llevar al aula -eso es una cuestión superada: los conocimientos están constantemente en todos los lugares-, deberá preocuparse por cómo crear dispositivos y situaciones de organización que favorezcan el acceso al conocimiento y su discusión. Otra cuestión que está presente es que el aula se concibe como un lugar donde sólo ocurre una transmisión de conocimientos, pero no se plantea como un espacio de cuestionamiento de conocimientos, de intereses, de valores.

P: Cuando habla de educación unidireccional, ¿por qué cree que hasta el momento se ha educado así?

R: Desde que existe la escolarización masiva, todos hemos sido educados en un aula. Todos tenemos una idea de lo que es o debe ser un aula. La transformación de esa tecnología supondría una renuncia a los preconceptos que uno tiene sobre cómo debe ser la educación. Nuestra aula no era dialógica, de modo que tenemos que crear escenarios de relación que no tenemos en nuestra memoria. Creo que esto es un obstáculo importante para el cambio. Haber sido educados de cierta manera supone un lastre muy grande para todos. Por eso los modelos son tan importantes. Aprender como docentes a crear otros escenarios de participación en el aula es vital. Si no lo haces, no te das cuenta de cómo se puede hacer. No es una cuestión teórica.

P: Dentro de un potencial esquema dialógico, ¿no hay riesgo de que se produzca una descentralización de la autoridad?

R: ¡Hombre, la descentralización nunca es mala! La autoridad concebida como el espacio donde yo hablo y tú te callas es una autoridad no democrática. La superación de este modelo autoritario -que no es autoridad sino autoritarismo- me parece perfecta. La autoridad es otorgada por la legitimidad que tiene tu rol. Es una legitimidad en ejercicio, en la medida en que el maestro sea capaz de crear situaciones y aportes a los alumnos. Se trata de un rol muy importante: en un espacio de debate la voz del profesor siempre es una voz autorizada, pero no solamente porque sea la del profesor, sino porque aporta o incorpora objetos que no están en el escenario mental de los niños. La voz del maestro debe ser respetada por lo que dice, no por quién lo dice. Claro, esto supone un paso previo que es muy importante: el profesor tiene que contar con una densidad cultural que esté por encima del nivel medio de las familias de sus alumnos. Esto es crucial. Sin un cierto nivel cultural, sin un cierto interés por la cultura en el rol del profesor, el aula es un escenario problemático. Y eso tiene que ver con algunos contextos nacionales, donde la formación del profesorado está en baja.

P: ¿Cómo se puede establecer un diálogo horizontal entre maestro y alumno si se tiene en cuenta que las competencias de uno y otro no son las mismas?

R: Es evidente que las competencias no son las mismas, pero el que yo planteo no es sólo un diálogo entre dos sujetos, sino entre muchos más. El diálogo más vivo, y quizá más rico educativamente, es el que se da en el aula entre los propios alumnos. Ellos también son diversos en competencias, intereses y actitudes, pero esa diversidad es muy fértil si se sabe aprovechar educativamente. Ahí es donde entra el docente como organizador crucial de la comunicación en el aula, como experto competente en propiciar espacios para la interacción y la cooperación. Su competencia epistemológica en las materias que enseña es muy importante, pero no lo es menos su densidad cultural general o su capacidad para generar espacios propicios para el diálogo, la colaboración y el aprendizaje. Ser un docente competente es, por tanto, mucho más que ser un docente bien formado en una disciplina. Son competencias que se adquieren con una sólida formación inicial. Y también con una formación continua que permita al docente aprender con sus compañeros y aprender de las mejores experiencias que ellos le puedan aportar.

P: Llegado un momento, también se discutirán los contenidos de enseñanza…

R: Si, pero eso será tan sencillo como abrir un poco las ventanas a la vida. Los contenidos que tradicionalmente estaban presentes en los libros de texto tenían que ver con saberes disciplinados tradicionalmente por la academia, por la escuela, por la historia. Es el formato de la enciclopedia del siglo XVIII: un saber ya estructurado en cada escuela, con un currículo ordinario. Pero si miramos cómo es y cómo se difunde el saber, en los medios de comunicación encontramos una metáfora muy clara de lo que podemos hacer en la escuela. En el contexto de la ciencia, por ejemplo, el contenido científico no es un contenido de saber puro: hay un saber que tiene que ver con el hacer, con la tecnología, y también con la controversia, con los problemas. Es decir, sobre todo el contenido científico, un porcentaje altísimo de lo que los medios de comunicación incorporan no tiene que ver sólo con cuestiones de hecho o de saber, sino también con cuestiones de deber, con controversias de carácter valorativo. Incorporar en el aula toda la ciencia real -no solamente la ciencia conceptual, sino la ciencia controvertida, la ciencia que está en la agenda de las decisiones macro y micro, aquellas que tienen que tomar tanto el ciudadano particular como el conjunto de la sociedad- es una buena forma de hacerlo. Llevar los periódicos al aula y ver cómo se maneja el conocimiento científico en la prensa, cuándo la prensa lo hace bien y cuándo lo hace mal, es una de las herramientas más útiles para entender cómo debería ser el cambio de los contenidos.

P: ¿Se debería poner en duda la obligatoriedad de la educación formal?

R: ¡Hombre! Jamás deberíamos poner el acento en esa idea. La educación ha sido y es un bien social indiscutible. Los pueblos que han apostado por escolarizar a más gente, durante más tiempo y en mejores condiciones, son los pueblos que más han progresado. La extensión de la obligatoriedad -no en el sentido del encerramiento, sino simplemente de la obligación de los Estados de proveer servicios educativos a todos los ciudadanos, de la obligación de los padres de manejar el tiempo para que sus hijos estén en las aulas y de la obligación de los niños de asistir a clase- no debe ser relativizada bajo ningún aspecto.

P: Algunas TIC ya se usan en las escuelas, pero aún no hay un programa que explique los cambios que implican esas nuevas tecnologías. ¿Los estudios CTS podrían ayudar en ese sentido?

R: Sí, creo que son fundamentales. En el enfoque CTS hay una nueva mirada que es muy positiva. Muestra qué son la ciencia y la tecnología y cómo están afectadas por la historia y la vida social. Las sociedades están presentes en la propia construcción de la verdad, así que no hay verdades puras y aisladas del contexto en las que han nacido. Los estudios CTS, para la ciencia que se muestra en las aulas, también evidencian que la ciencia es humana e incorpora las condiciones que permitieron su gestación. Incluso la otra parte de los estudios CTS -aquella más involucrada en temas como la participación pública, el cambio social y demás- sería de mucha utilidad en el aula. La clase debe convertirse en un escenario donde los chicos puedan aprender a tomar decisiones en relación con la ciencia y la tecnología. Yo suelo hablar de dos paradigmas en educación. De un lado estaría el escenario siempre conocido, el paradigma narrativo y contemplativo, donde el aula es un espacio físico en un sentido tradicional y donde se construyen relatos que se transmiten. Aquí estamos hablando de narraciones y de una actitud contemplativa por parte del educando. Del otro lado nos encontramos con el paradigma dialógico-participativo. El que va a llevar la organización del espacio tiene que promover el diálogo, mientras que el alumno es un sujeto que se educa participando. Allí está la clave del cambio, pero vuelvo a lo de la memoria que dije antes: en el tránsito del paradigma narrativo-contemplativo al dialógico-participativo, no hay que descontar que todos hemos sido socializados en el primero. Este punto debe ser tenido muy en cuenta, ya que implica un obstáculo que no es menor a la hora de modificar el esquema tradicional de enseñanza.

P: En definitiva, ¿está de acuerdo con la implantación de TIC en las escuelas?

R: Una respuesta negativa a esta cuestión sería tan patética como seguir aferrado a la pluma y al tintero cuando ya se dispone de bolígrafos, o como oponerse al uso de los libros tras la invención de la imprenta. Pero más allá de lo obvio, conviene que nos demos cuenta de que asistimos a un cambio histórico descomunal. No se trata sólo de la entrada de cacharros digitales en las aulas. La escuela tuvo durante mucho tiempo funciones alfabetizadoras y ése fue el saber hacer propio que la hacía socialmente imprescindible. Sin embargo, el mundo digital no requiere tanto, al menos no como el mundo académico, de enseñanzas específicas para entrar en él. Pero sí puede seguir siendo relevante una educación para las nuevas formas de socialización en los nuevos entornos virtuales. Sigue siendo importante diferenciar entre enseñar y educar. Al aludir a una educación para los nuevos entornos virtuales no quiero referirme a esas ñoñas cantinelas llenas de prevenciones que insisten en educar frente a los peligros de esos nuevos entornos. Se trata, más bien, de instalar un nuevo contrato educativo en el que sea posible entender que, para muchas de las competencias que los nativos digitales necesitan, siguen siendo funcionales las aulas presenciales. El diálogo en el ágora, la participación cooperativa en el aula y la interacción en las redes sociales forman un continuo históricamente coherente. Lo que no es coherente es imaginar tarimas 2.0 o insistir en perpetuar formatos de aulas como la de la película Entre les murs. Si nos enrocamos, como muestra esa película, en el rancio paradigma narrativo-contemplativo, la escuela tendrá poco futuro y se quedará petrificada, añorando un tiempo que ya no existe. Los pesimistas disfrutan de esa película porque confirma su visión apocalíptica sobre el presente y sus pronósticos agoreros sobre el futuro. Bienvenidas sean pues las redes digitales y las TIC en las aulas, aunque sólo sea para que nos enredemos buscando la manera de disolver esos muros simbólicos que a veces han aislado a la escuela del mundo.

P: Recién dijo que «enseñar» y «educar» son dos conceptos distintos. ¿Podría decir algo más al respecto?

R: Efectivamente, hay diferencias significativas. La educación es más que la enseñanza. Incorpora ese valor añadido que le da sentido a ésta última. Educar es humanizar, favorecer el desarrollo de las potencialidades de las personas. Antes se consideraba que ese proyecto podría lograrse sumando las enseñanzas de los distintos campos del saber, pero hoy sabemos que eso no es suficiente. Siendo muy importante, la mera instrucción no conduce a una educación integral. De la suma de los saberes conceptuales no emergen las actitudes que permiten a las personas valorar el mundo en el que viven y apreciarlo. A valorar se aprende valorando y a participar se aprende participando. Quizá en esos verbos se sitúe ese valor añadido que tienen los buenos sistemas educativos sobre los buenos sistemas de enseñanza.

P: ¿Cuál es hoy el rol del examen en la escuela?

R: Muchas veces les digo a mis alumnos que la lógica de los exámenes se parece a la de un simulacro teatral: ellos hacen como que dominan ciertos contenidos en una fecha determinada y yo hago como que lo constato para siempre. Todo se basa en que nadie se salga del guión ni de la fecha. Si se pregunta o se responde lo que no toca o cuando no toca, todo se desmorona. ¿Aprobaríamos el último examen que hicimos si tuviéramos que repetirlo sin aviso un año después? La lógica del examen no es la de la buena educación, ni siquiera la de la verdadera enseñanza ni la del verdadero aprendizaje. Es la lógica de la acreditación, la del valor de cambio de lo que la escuela certifica frente al valor de uso de lo que la escuela promueve o debería promover. El problema es que esa escenificación impregna nuestra cultura escolar desde que somos alumnos y hace que un mecanismo tan simple como el del examen monopolice muchas veces la interpretación de lo que es, lo que puede ser y lo que debe ser la educación. Usando términos chomskianos, los exámenes muestran actuaciones, pero no siempre demuestran competencias. Lo educativo está en lo potencial, en las competencias, mientras que lo instructivo está en los actos, en las pruebas. El examen se ha convertido en un artefacto escolar que condiciona muchas otras cosas, pero esa pretendida objetividad acaba condicionando los roles y las posibilidades de interacción de los sujetos de la relación educativa. Cuando el alumno le pregunta al docente «Profe, ¿esto entra en el examen?», está haciendo, sin saberlo, una lúcida denuncia de lo que sucede: lo único que tiene valor es lo que se evalúa.

P: ¿Considera que algo debería cambiar?

R: Sí. Para empezar, convendría cambiar las actitudes hacia la escuela y hacia lo que sucede en ella. Últimamente parece que está de moda decir que la escuela está en crisis, que las nuevas generaciones son intratables y que los docentes no podemos hacer nada. Esa es una buena forma de intentar convertir un mal diagnóstico en un pronóstico peor. Pero la realidad de las aulas no es así. Y lo que es más importante: no debe ser así. Las nuevas generaciones son lo más importante que tiene una sociedad. A diferencia de muchos de los que opinan sobre los jóvenes desde lejos y con desconfianza, quienes trabajamos cada día con ellos podemos constatar que los de hoy no son peores que los de otros tiempos. Al contrario, nacen en un mundo mucho más ancho y abierto a sus inquietudes y, por ello, son muchos más los que pueden formarse y hacerlo en sentidos mucho más variados. Yo tengo confianza en estas nuevas generaciones que se mueven con desparpajo en los nuevos entornos virtuales. Las escuelas que tienen problemas no requieren discursos pesimistas o excusas para no afrontarlos. Pero también pienso que en la escuela hay cosas muy importantes que conservar. Por ejemplo, la voluntad de educar: esa vocación de los docentes, esas decisiones de los políticos y esa complicidad de la sociedad que han permitido durante décadas que en todos los lugares del mundo donde se ha ensayado sea siempre cierto que más educación es igual a más progreso social y a más felicidad individual. La novedad en los últimos tiempos es que podemos hacer que ese proyecto alcance a todos.

Fuente entrevista: http://www.oei.es/historico/divulgacioncientifica/?Mariano-Martin-Gordillo-Educar-es&utm_content=bufferbb7c5&utm_medium=social&utm_source=facebook.com&utm_campaign=buffer

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“Si el gobierno no nos presenta alternativas económicas, va a haber caos”. Entrevista a Carlos Rivas Presidente de FECODE

América del Sur/Colombia/10 Junio 2017/Autor y Fuente: Semana 

Carlos Rivas, presidente de Fecode desde principios de este año, habla sobre el paro de docentes que convocó el sindicato desde el 11 de mayo y las demandas que exigen al gobierno.

Semana Educación (S.E.): ¿Por qué han decidido convocar movilizaciones en medio de negociaciones con el Ministerio de Educación?

Carlos Rivas (C.R.):  Luego de que iniciamos negociaciones con el gobierno tras presentar nuestro pliego de peticiones, planteamos el tema más importante de nuestras demandas: el económico.  El gobierno, por medio del Ministerio de Hacienda, nos manifestó que no hay recursos para la educación pública. El presidente de la república, cuando estaba en campaña electoral para la reelección, se reunió con Fecode y planteó que nos iba a dar plata y apoyar a los maestros. Aseguró que iba a haber recursos para la alimentación de los niños, para el transporte y para la jornada única. Dice que vamos a ser el país de la región más educada en 2025, pero si no se invierte eso es pura demagogia.

S.E.: Pero ustedes no le creen al gobierno cuando les dice que, efectivamente, no hay recursos… 

C.R.: Estamos en una encrucijada: corrupción o educación. Este es un país rico pero cada rato se lo roban. El Estado tiene la responsabilidad de que los corruptos devuelvan la plata porque los que roban no son los pobres, son los ricos, y a ellos debería caerles el peso de la ley. El presidente no nos puede salir con la disculpa de que no hay plata. Este año se están ahorrando 28 billones de pesos de la guerra, acaban de hacer una reforma tributaria y un incremento del IVA del 16 % al 19 %, ¿y dicen que no hay recursos para la educación? Los niños de Colombia no deberían pagar las dificultades. No admitimos esa excusa.

S.E.: ¿A cuánto presupuesto ascienden las demandas del magisterio?

C.R.: Le hemos planteado al gobierno un acuerdo a 10 años para la educación pública por valor del 4,2 % del Sistema General de Participaciones. Es decir, de un 0,42 % anual para resolver cuatro demandas específicas: accesibilidad, que tiene que ver con gratuidad y obligatoriedad; el tema de la canasta escolar, que está desfinanciada; reformulación de la jornada única y resolver las deudas históricas que tiene el Estado con los maestros. Pero el gobierno solo quiere aportar 1,6 %, y eso no es suficiente. Pedimos unos recursos cercanos a los 20 billones de pesos para los próximos 10 años.

S.E.: Aparte del tema presupuestario, ¿qué otras reivindicaciones tienen?

C.R.: Lo principal es que si no hay educación con garantías no hay equidad ni paz. No tiene sentido que hoy tengamos a un millón y medio de niños por fuera del sistema educativo. Además, existen unos compromisos con nosotros desde 2005 que todavía no se han cumplido. El primero es el de bonificación por servicios prestados que está reflejado en la Ley 91 de 1989 de los trabajadores y del que todavía no se benefician los maestros, y el segundo, el de nivelación salarial que tendría que suceder en 2020 y 2021. Somos los trabajadores más mal pagos de Colombia. Llevo 37 años de ser docente, soy bachiller académico, normalista, licenciado en Ciencias Sociales, tengo una especialización en Docencia Universitaria y otra en Derecho Probatorio. Soy abogado y candidato a doctor en Pedagogía Crítica y Educación Popular y me gano 3.300.000 pesos al mes,  y así son todos mis colegas. El Estado tiene la obligación de invertir en nosotros. También necesitamos estimular a nuestros muchachos, por eso pedimos que durante la jornada única se formen en arte, en música, en teatro y en valores. Si yo fuera ministro de Educación, esto es lo que haría: los primeros tres años en la escuela los dedicaría a la construcción de valores. Necesitamos un ciudadano diferente que piense en el otro.

S.E.: ¿Es un paro de carácter indefinido? ¿Bajo qué condiciones lo piensan levantar? 

C.R.: No existen los paros indefinidos, esto es un paro nacional. ¿Cuánto puede durar? Eso depende del gobierno: si mañana nos llama y nos plantea una forma de resolver el tema económico, nos sentamos, pero con fórmulas, no con la misma justificación de que no hay recursos. La pregunta que le haría al presidente es por qué hacen concesiones a 15 y 20 años, por ejemplo, con la construcción de vías y no con la educación. Eso es pura carreta para tratar de despistar a la sociedad. Estamos dispuestos a sentarnos a la mesa. No nos gusta el paro, no es nuestro oficio fundamental.

S.E.: El tema de la salud docente es otro de los grandes puntos en los que no hay consenso con el gobierno… 

C.R.: Sí. El proceso de licitación iba muy bien, pero en noviembre la Fiduprevisora ya empezó a decir que la licitación la iban a declarar desierta cuando el calificador no había recogido siquiera los pliegos de los oferentes. En enero, efectivamente, la empresa calificadora la declara desierta. Nosotros advertimos que esta no cumplía con las condiciones como empresa calificadora del proceso. Hicimos las observaciones y no se tuvieron en cuenta. Le pedimos a la Procuraduría que investigara, y concluyó que se debe perfeccionar el proceso de licitación. No queremos mantener a los actuales prestadores porque todos los días en Colombia hay dificultades en el tema de salud. Queremos que se  haga una licitación abierta y pública para contratar a la empresa calificadora.

S.E.: ¿Qué diferencia hay entre este paro y el de 2015? 

C.R.: Hemos madurado las exigencias que le presentamos al gobierno. Queremos que cumpla las promesas que acordó con Fecode en campaña electoral, porque la Federación a cambio acompañó al presidente en el tema de la paz. Vamos a luchar en defensa de la educación pública. No nos desmarcamos de Luis Gruber (expresidente del sindicato, quien lideró las protestas en 2015 que dejaron paralizado el sistema educativo durante 15 días), sino que maduramos la idea, avanzamos más. Gruber dejó un camino establecido y nosotros lo vamos desarrollando.

S.E.: ¿Esto es un pulso político de Fecode de cara a las próximas elecciones? ¿Ya tienen un candidato al que respaldarán? 

C.R.: No lo es, aunque sí tenemos amigos en el Congreso, hacemos lobby y también nos gusta buscar a los políticos detractores de Fecode. Siempre indicamos a los maestros que hay que votar por las posturas democráticas y progresistas, pero no tenemos en este momento preferencias por uno u otro candidato. Eso sí, hay que buscar un demócrata, una candidatura alternativa, diferente, que nos garantice la paz, la vida, la democracia y la defensa de los derechos humanos. Todos los que estuvimos de acuerdo con la paz debemos alinearnos para reconstruir el tejido social. Queremos hacer un llamado a la izquierda para que busque la unidad.

LA POSTURA DEL GOBIERNO


Semana Educación entrevistó a la ministra de Educación Yaneth Giha quien aseguró que el paro de Fecode es injustificado. Estas son sus declaraciones más relevantes:

– “Están solicitando una nivelación salarial para el 2020 y otra para el 2021. Ya les hemos dicho que el gobierno nacional no se va a comprometer con recursos que le corresponden al siguiente gobierno”.

– “A mi me ponen mensaje los docentes y me dicen “ustedes no están cumpliendo porque no nos han dado todavía el incremento salarial de 2017”.Y es verdad. La razón es porque todavía no se ha llegado a un acuerdo sobre el incremento que recibirán los funcionarios públicos”.

– “Lo que ellos nos están pidiendo es adquirir compromisos económicos que arrancan en el próximo gobierno y que van a tener vigencia por lo menos hasta los próximos 30 o 40 años. Le corresponde al próximo que llegue a gobernar evaluar su situación presupuestal”.

– “Tenemos un déficit de 350 mil millones de pesos en el Sistema General de Participaciones (SGP). Si yo le sigo metiendo más carga ahora al SGP, eso es irresponsable. No podemos adquirir nuevas responsabilidades presupuestales si no tenemos con qué hacerlo”.

– “No hay necesidad de un paro cuando las puertas al diálogo están abiertas. Nosotros estamos cumpliendo con lo que se acordó en 2015”.

– “Hacemos un llamado a Fecode para que retomemos las conversaciones. Las posibilidades de llegar a un acuerdo se crean en una mesa”.

Imagen: http://www.wradio.com.co/images_remote/337/3371552_n_vir3.jpg

Fuente: http://www.semana.com/educacion/articulo/fecode-entrevista-carlos-rivas-sobre-paro-docente/527721

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Noriko Arai: “Es el momento de hacer que nuestros niños sean más inteligentes que la inteligencia artificial”

Noriko Arai quiere revolucionar el sistema educativo para que los humanos no pierdan la batalla laboral contra los robots

Por  ISAAC HERNÁNDEZ/Vancouver

Una vez al año, medio millón de estudiantes japoneses realizan el examen de acceso a la universidad, ocho pruebas tipo test. Menos del 3% lo harán suficientemente bien como para hacer la segunda parte, un examen escrito diseñado especialmente para el acceso a la Universidad de Tokio (Todai), la más prestigiosa de Japón. Noriko Arai, de 54 años, directora del Centro de Investigación para el Conocimiento en la Comunidad del Instituto Nacional de Informática y del Todai Robot Project, está trabajando en un robot que pueda aprobar todos estos exámenes para aprender las posibilidades y las limitaciones de la inteligencia artificial.

Más que contenta por su robot, Arai quedó alarmada por los resultados. “¿Cómo es posible que esta máquina no inteligente lo hiciera mejor que nuestros niños?”, se preguntaba. Preocupada por el futuro laboral de las nuevas generaciones, realizó un experimento con estudiantes y descubrió que un tercio de ellos fallaron preguntas sencillas porque no leen bien, un problema que, piensa, existe en todo el mundo. “Nosotros, los humanos, podemos comprender el significado de las cosas, algo que no puede hacer la inteligencia artificial. Pero la mayoría de los estudiantes reciben conocimiento sin comprender el significado, y eso no es conocimiento, es memorización, y la inteligencia artificial puede hacer lo mismo. Debemos crear un nuevo sistema educativo”.

Pregunta: ¿Por qué decidió una matemática como usted meterse en el mundo de los robots?

Respuesta: La inteligencia artificial consiste en intentar escribir el pensamiento en lenguaje matemático. No hay otra forma para que la inteligencia artificial sea inteligente. Como matemática creo que el pensamiento no puede escribirse en el lenguaje matemático. Descartes dijo lo mismo. Mi primera impresión fue que la inteligencia artificial es imposible. Utiliza probabilidad y estadística sumada a la lógica. En el siglo XX se usaba solo la lógica, y por supuesto que no todo puede ser escrito con lógica, como los sentimientos, por ejemplo. Ahora están usando estadística, imitando el pasado para ver cómo actuar cuando encontremos cosas nuevas.

P. No le gusta cuando la gente dice que la inteligencia artificial podría conquistar el mundo…

R. Estoy harta de esa imagen, por eso decidí crear un robot muy inteligente, utilizando lo último en investigación para ver sus limitaciones. Watson de IBM y Google Car, por ejemplo, tienden a mostrar solo las cosas buenas. Nosotros queremos mostrarlo todo. También lo que no es capaz de hacer.

P. Al intentar mejorar la inteligencia artificial, usted vio que había que mejorar la educación.

Quedé estupefacta al ver que el robot escribió una redacción mejor que la mayoría de los estudiantes

R. Sabía que mi robot era ininteligente, cargado de conocimientos que no sabe cómo usar correctamente porque no entiende el significado. Quedé estupefacta al ver que este robot que no es inteligente escribió una redacción mejor que la mayoría de los estudiantes. Así que decidí investigar lo que estaba ocurriendo en el mundo humano. Estaría más contenta si hubiera descubierto que la inteligencia artificial adelantó a los estudiantes porque es mejor en memorizar y computar, pero ese no era el caso. El robot no comprende el significado, pero tampoco la mayoría de los estudiantes.

P. ¿Cree usted que el problema es que dependemos tanto de Siri y Google para resolver nuestras dudas que por eso no procesamos la información bien?

R. Estamos analizando el porqué. Algo que podemos ver es que antes todo el mundo leía el periódico, incluso la gente pobre. Pero ahora la mayoría de las parejas jóvenes no leen el diario porque lo tienen en su teléfono. No compran libros porque la mayoría de las historias están en blogs. No tienen calendario o hasta reloj en casa porque lo tienen en el teléfono. Los niños se crían sin números ni letras en su ambiente. Y también tienden a tener conversaciones en mensajes de texto muy cortos. Tienen menos oportunidades de leer, creo.

P. Parte del proyecto Todai es ver qué tipo de trabajos la inteligencia artificial podría quitarle a los humanos.

Cuando la inteligencia artificial llega a una sociedad se lleva muchos trabajos, incluidos los puestos de banqueros o analistas

R. En Japón, antes, todo el mundo era clase media, no había gente muy rica, ni gente muy pobre. Pero cuando la inteligencia artificial llega a una sociedad se lleva muchos trabajos, incluidos los puestos de banqueros o analistas. Quienes pierden su trabajo por culpa de la inteligencia artificial puede que no encuentren otro en mucho tiempo. Quizás haya trabajos como corregir los errores cometidos por la inteligencia artificial, trabajos muy duros y más insignificantes que nunca, como en Tiempos Modernos de Chaplin. Alguien con talento, creativo, inteligente, determinado, bueno en la lectura y la escritura, tendrá más oportunidades que nunca porque incluso si nació en un pueblo, mientras tenga acceso a Internet dispondrá de mucha información para aprender gratuitamente y llegar a hacerse millonario. Es mucho más fácil comenzar un negocio que en el siglo XX. Pero alguien que no tiene ese tipo de inteligencia, probablemente se quede atrapado entre las multitudes. Lo que pasa es que todos tienen derecho a voto, y, en ese sentido, somos todos iguales. Si cada vez hay más y más gente que se siente atrapada y solo la gente inteligente gana dinero, y los utiliza para ganar más dinero, pensarán mal de la sociedad, odiarán a la sociedad, y las consecuencias las sufriremos todos, en todo el mundo.

P. ¿Cuál piensa que es la solución?

R. Ahora es el momento de hacer que nuestros niños sean más inteligentes que la inteligencia artificial. He inaugurado el Instituto de Investigación de la Ciencia para la Educación este mes para investigar cuántos estudiantes tienen malos hábitos de lectura y escritura, y por qué, y ver cómo podemos ayudarles a modificar esos hábitos para que puedan adelantar al robot usando su poderío humano. Me gustaría que estuviéramos como en Japón de los años setenta, cuando todo el mundo era de clase media, todos nos ayudábamos y no necesitábamos más dinero del que somos capaces de gastar en nuestra vida. Todo el mundo debería estar bien educado, saber leer y escribir, pero no solo el significado literal. Todos deberíamos aprender con profundidad, leer con profundidad para poder mantener nuestro trabajo.

Fuente: http://tecnologia.elpais.com/tecnologia/2017/05/29/actualidad/1496056628_481315.html

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