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Entrevista a Anita Román: «El Mineduc debe tener una matrona en todos los colegios»

América del Sur/Chile/19 Febrero 2017/Fuente y Autor: cnnchile

Durante el 2016, la cifra de embarazos adolescentes en Chile disminuyó en un 18%. A raíz de esto, en entrevista con CNN Chile, la presidenta del Colegio de Matronas de Chile, Anita Román, comentó que «debemos sentirnos orgullosos como país», y agregó que esto fue un trabajo de 10 años.

La experta indicó que la cifra ha mejorado bastante desde el año 2006, donde se hizo un estudio que mostró que la situación era crítica. «Era tan grave el asunto que llegamos a asistir a niñas que a los 15 años ya tenían su segundo hijo», informó. 

Dentro de los factores que influyeron en esta baja, Román señaló que luego de esta situación crítica «el Ministerio de Salud dio las primeras señales de hacer una política en serio para este tema», y recalcó que «el paradigma que hay que cambiar es que la mirada que se tienen hoy en día de la sexualidad del adolescente, no es la misma que tenemos los no adolescentes», ya que «el promedio de inicio de la actividad sexual es desde los 14 años».

Por otro lado, enfatizó que «Si en Chile hay 200.020 partos, hay que pensar que por lo menos hay 20 mil partos de niñas adolescentes». 

Además, la experta aseguró que las responsabilidades recaen en la educación sexual ya que «El Ministerio de Educación tiene y debe tener en todos los colegios una matrona o un matrón, porque la educación la hace el profesor, pero la entrega de los métodos anticonceptivos por ley lo hacen los matrones y los médicos».

Ver la entrevista: https://youtu.be/4-mvalF-I68

Fuente de la entrevista: http://www.cnnchile.com/noticia/2017/02/17/pdta-del-colegio-de-matronas-el-mineduc-debe-tener-una-matrona-en-todos-los

Fuente de la imagen: http://img.emol.com/2015/05/18/anita-roman15189-l0x0_16523.jpg

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Alexandra Elbakyan: «Es cierto, robo a los editores para darselos a los científicos»

Roma /smoda.elpais.com
Como cualquier pirata informático que se respete, no deja huellas y huye de los focos. La Robin Hood de la ciencia internacional tiene 28 años, se llama Alexandra Elbakyan, es de origen kazajo y licenciada en informática. Y, sobre todo, es una pirata informática que lucha por el libre acceso universal a los estudios científicos, y está considerada la heredera de Aaron Swartz, el cofundador de Reddit.

Cinco gigantes editoriales —Reed Elsevier, Spring, Wiley, Blackwell, Sage y Taylor&Francis— publican la mitad de los estudios realizados en todas las universidades del mundo. Y los blindan, como “sheriffs de Nottingham”, dice, tras costosas barreras de pago —hasta 40 dólares por artículo—que impiden la consulta a estudiantes e investigadores sin recursos. La solución que Alexandra lanzó en 2011 es Sci-Hub.cc: un sitio que ofrece gratis todo tipo de estudios. Ahora la revista Nature, a pesar de que en teoría es su enemiga, la ha incluido en la lista de las 10 personas más importantes para la ciencia en 2016.

Pregunta: ¿Cómo nació Sci-Hub?

Respuesta: En 2009, para hacer mi tesis, tenía que consultar una treintena de estudios. Todos eran de pago, con el acostumbrado precio medio de 30 dólares cada uno. Era demasiado para mí, así que me dirigí a la Red: ya había descargado gratis libros técnicos de páginas piratas y pensaba que podría hacer lo mismo con los estudios. En realidad no era tan fácil. Me encontré con una comunidad de piratas, donde me explicaron cómo evitar las barreras de pago. Y en un par de años lancé Sci-Hub.

P: ¿Cómo funciona?

R: Si introduces el código identificativo del estudio que necesitas, Sci-Hub lo busca en la base de datos LibGen, que contiene ya 62 millones de estudios piratas. Si el estudio todavía no está allí, lo recuperamos del sitio al que pertenece utilizando las credenciales de investigadores que las han puesto a nuestra disposición.

P: Hay quien sostiene que está perjudicando a la ciencia: el dinero que recaudan los editores científicos sería vital para el sistema.

R: Es falso. Desde luego, publicar un estudio tiene costes, pero muchos de los autores no ganan nada, se conforman con el prestigio de las revistas. Hay incluso estudios de hace 10 o 20 años que todavía hoy solo se pueden consultar previo pago. ¿Cómo es posible? La verdad es que los beneficios obtenidos mediante el acceso restringido son mucho más elevados de lo que sería necesario para cubrir los costes de publicación: solo Elsevier gana aproximadamente 130 millones al año.

P: ¿Cuál es la reacción de los científicos ante su trabajo?

R: Ninguno se ha quejado de que sus estudios estuvieran disponibles en Sci-Hub. Al contrario, se reconoce lo que hacemos, que beneficia también a la Universidad. Incluso la de Harvard, la más rica del mundo, ha admitido que ya no puede hacer frente a los precios que imponen los editores para que sus investigadores puedan acceder a los artículos.

P: ¿Cuál es su límite?

R: Sobre todo en los meses en que los accesos crecieron más, el sitio se caía por el exceso de tráfico, hasta el punto de que algunos me pidieron que ofreciera un acceso de pago a Sci-Hub para limitar el número de usuarios. Me pareció algo muy irónico.

P: ¿Cómo se defenderá de los pleitos de los editores?

R: Mis servidores están en Rusia. En Estados Unidos no tengo nada, de modo que no hay nada de qué incautarse.

Fuente: http://elpais.com/elpais/2017/02/06/ciencia/1486399819_243966.html

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“Sin las familias y la comunidad no puede hacerse buena escuela” Entrevista al sociólogo Jordi Collet

Europa/España/18 Febrero 2017/Autor: Pau Rodriguez/Fuente: Diario la Educación 

Entrevista al sociólogo Jordi Collet, que con Antoni Tort publica el libro ‘Familias, escuela y comunidad’: «Las familias no deben ponerse en el diseño metodológico de la escuela, pero sí que lo tienen que conocer».

Se empieza discutiendo sobre el papel de las familias en la escuela de sus hijos y se acaba defendiendo la implicación de todo el territorio en el modelo educativo. Así avanza esta entrevista al sociólogo Jordi Collet, y así se desarrolla el libro que ha escrito con el pedagogo Antoni Tort -ambos de la Universidad de Vic-, Escuela, familias y comunidad, coeditado por El Diari de lEducació -junto con Octaedro-, y que a partir de hoy podrán recibir todos los suscriptores.

En el libro identifica diferentes tipos de familias: las visibles, invisibles y las hipervisibles. ¿A qué se refiere?

Nos referimos a que las diferentes familias tienen voces, presencias y visibilidades desiguales que hay que tener muy en cuenta. Por ejemplo, esto ocurre en las relaciones informales en la escuela, pero también en las participaciones en las AMPA o los consejos escolares, la investigación ha detectado que se dan procesos de colonización. Es decir, que puede haber escuelas con un 90% de familias recién llegadas pero que al AMPA sólo tienen adultos blancos y autóctonos. Hay familias que tienen mucha voz y mucha visibilidad -incluso son hipervisibles- y los hay que no tienen -invisibles-, y la escuela debe ser consciente de qué familias tiene y qué le llegan y pensar en cómo hacerla más participativa y democrática con todos. Porque si no recurrirá al tópico: “Hay familias -invisibles- que no vienen porque no les interesa”. Y no es verdad.

Muchas familias migrantes no se acercan a la escuela porque no entienden el idioma. Esto lo explican muchos maestros.

Y no sólo el idioma, sino los códigos informales. A las familias de clase media los es más fácil. Pero si vengo de fuera hay pautas culturales que desconozco, y que pueden marcar mi relación con el tutor. Estas son las familias invisibles; las visibles suelen ser de clase media.

¿A qué relaciones te refieres cuando hablas de códigos informales?

En la relación entre tú, maestro, y yo, padre o madre. ¿Te he de dar la mano? ¿Dos besos? ¿Tratarte de usted? Todo esto, si no lo sé, me aleja de ti. Es lógico. Para algunas familias chinas la maestra es una figura muy reputada, y en muchas ocasiones se pueden preguntar quién son ellos para atreverse a decirle según qué. Para entenderlo de una manera global, a veces utilizamos una metáfora: la escuela es como un país donde hay gente que llega con pasaporte y otros son extranjeros y no conocen sus mecanismos de participación, las tareas, los códigos …

¿Qué puede hacer una escuela o un instituto para implicar a las familias? Sobre todo aquellas que le son invisibles.

Lo primero que tiene que hacer, como siempre, es hacerse la pregunta. Y a partir de aquí, hay muchos campos donde avanzar: desde la página web -quién la hace, a qué responde, quién entra…- hasta revisar las entrevistas y reuniones con los padres y madres. En la universidad siempre decimos que es importante que los maestros comiencen las entrevistas con tres cosas positivas de cada niño, porque si no los hay que acaban convirtiéndose en un auténtico interrogatorio. Debemos ser conscientes de que las familias son diversas y desiguales y buscar las formas de eliminar los elementos y barreras de incomprensión mutua.

Si tuvieras que resumir por qué la participación familiar es importante para un centro educativo, ¿qué dirías?

Las familias son parte de la solución: sin ellas y sin la comunidad no puede haber una buena escuela. Si excluyes la familia, dejas fuera uno de los actores principales de la educación. Si hay escuelas es porque hay familias que tienen hijos -cuando no tienen, se cierran escuelas, como hemos visto-. El origen de esto tiene que ver con la historia de la escuela, que en España se remonta al siglo XIX con la ley Moyano, que construye un sistema educativo que se opone a las formas de socialización de las familias, al considerar -seguramente con razón- que educaban mal a los niños. Para ello se creó una escuela para las masas que fuera cerrada, con especialistas dentro para educar a los niños. Pero eso construyó una “gramática escolar” profunda que ahora nos cuesta mejorar. Por ejemplo: arquitectónicamente en las escuelas no hay salas para las familias. ¿Dónde esperan cuando van a una entrevista con el tutor de tus hijos?

¿Depende…?

En muchos casos estorbas, en el pasillo… La escuela no está pensada para la comunidad educativa, sino para los niños y maestros. Pero con las diferentes familias implicadas, la escuela es mejor. Y con la comunidad, también. Cuanto más alejadas están las familias, sobre todo las de clases populares y las recién llegadas, más propensión hay al fracaso. La participación de las familias vulnerables facilita el éxito escolar de todo el mundo. Por lo tanto, es también una cuestión de desigualdades, que sólo se subvierte si el sistema educativo se hace estas preguntas y da respuestas inclusivas.

¿Hay casos de escuelas que hayan conseguido hacer participar a las familias menos visibles?

Claro. ¡Por suerte cada día más! Lo hacen sabiendo que cuanto más normas haya y cuanto más inflexibles y más cerradas sean, menos participarán las familias alejadas. Debemos construir una “gramática blanda” de la escuela: con porosidad, espacios y momentos de encuentro… Hacer que la relación sea fácil. Hay ejemplos. La entrada a la escuela, en vez de ser a las 9 en punto, podría ser durante un margen de quince minutos, para que los maestros salgan fuera, las familias entren en el aula… Así estableces un espacio de diálogo y comunicación, aunque sea informal. Quizás, si las madres tuvieran este tiempo para comentarte cosas, luego a las 17  no habrá líos en el WhatsApp [ríe]. También hay casos donde las familias participan en la evaluación de la escuela, porque es necesario que nos digan cómo la ven, y casi siempre lo hacen en positivo pero con ideas de mejora.

Aun así, cuando planteamos la implicación de padres y madres en la escuela sólo nos viene a la cabeza, de entrada, el AMPA y las extraescolares. ¿Por qué?

Por las relaciones de poder que se dan dentro de la escuela, La pregunta es: ¿cómo construir un gobierno de la escuela más democrático? Que implique más presencia y más responsabilidades compartidas de docentes, niños, familias y comunidad. Si no, nos puede pasar como con la participación ciudadana: que a las familias sólo los dejaremos escoger los colores del banco del patio.

Así pues, ¿deberían poder tomar parte del diseño del modelo educativo?

La ley dice que deben poder participar en el proceso educativo de sus hijos, estar informadas y tener un lugar en los espacios de gobierno del centro. Deben poder colaborar, pero no desde una perspectiva de poder en que uno dice al otro lo que tiene que hacer. A veces, en una entrevista, el maestro le dice a la familia: “Lo que deberían hacer en casa es…”. Hombre, no.

También ocurre al revés: familias que dicen al maestro que tiene que hacer.

Exacto, lo mismo. Y en ambos casos se genera un conflicto. Por eso la escuela debe evolucionar hacia ser un espacio democrático. Y eso no quiere decir que todo el mundo decida sobre todo. Las familias no deben ponerse en el diseño metodológico y educativo, pero sí que lo han de conocer y se ha de explicar. Hay elementos que, además, permiten buscar acuerdos, como es el caso de los deberes, que implican a familia, maestro y niño. Tiene que haber un lugar y un reconocimiento de voz, de capacidades, de saberes y de poderes para todos.

¿Ha detectado si cada vez más las familias quieren decidir sobre todo lo que pasa dentro del aula? Algunos maestros lo manifiestan.

Sobre todo las de clase media. Cuando esto ocurre, tienes dos respuestas: cerrarles la puerta o atender la demanda latente de estas familias, que no es otra que la de tener un lugar en la escuela. Si a esa familia “pesada”, que todo el día agobia, le das un lugar, le dices con hechos que es importante para el centro, esto se acaba.

Jordi Collet / © Sandra Lázaro García

Entre los debates escolares que más afectan a las familias hemos citado los deberes. Hay otro: los horarios. ¿Deben poder decir algo?

¡Es clave! La escuela condiciona enormemente los horarios de las familias. Debemos evitar lo ocurrido en secundaria, donde de nuevo el 80% de los centros deciden unilateralmente que hacen horario de mañana. ¿Y las diferentes familias? ¿Y los adolescentes y sus diferentes realidades? Esto no lo pueden decidir los institutos o la Consejería solos. Ante medidas como estas hay casos como los de Olot o Granollers, donde se plantea, con estas u otras palabras, un modelo de escuela a tiempo completo. Es decir, donde hay un trabajo en red para coordinar los horarios de todas las educaciones en función de las necesidades de los alumnos y las realidades familiares, escolares, deportivas, musicales…

¿Una escuela es como es en función de las familias que tiene?

No sólo… La tarea de los profesionales es muy importante. Son una pieza clave. Hay institutos o escuelas que tienen una población muy similar y unos resultados y una tasa de fracaso muy diferente.

Este año Generalitat y Síndic de Greuges (Defensor del Pueblo) han puesto en marcha un principio de acuerdo para combatir la segregación escolar. ¿Las familias han de implicarse a la hora de reducir esta lacra?

Todo el mundo se debería implicar: el Departamento de Enseñanza, los municipios, la inspección, las escuelas… Y las familias. El problema es que en un contexto de casi mercado como el que tenemos, por más actuaciones que hagas para combatir la segregación, creo que nunca podrás luchar por completo contra la voluntad de las clases medias de escoger centro, porque tienen voz y voto. En mi opinión, lo que hay que hacer es desactivar las lógicas que rigen la actual elección de escuela, y en esta línea hice una propuesta para seguir pensando: que cada municipio o territorio -de entre 20.000 y 50.000 habitantes- tenga una sola escuela: la escuela-municipio.

Esto me lo tendrás que desarrollar un poco…

En un territorio de 20.000 habitantes tienes una escuela municipal, que está ubicada en diferentes edificios, y donde se agrupan los profesionales en función de diferentes criterios; docentes que, además, ya no son de una sola escuela, sino que son del territorio. Así la escuela trabaja con todo el municipio, con el museo, el teatro, el centro cívico, el horno, el taller mecánico, el estudio de arquitectura… Mi propuesta es pensar en una sola escuela-municipio, pero en realidad haciendo que las escuelas sean equivalentes, como ha propuesto recientemente Barcelona. ​​Y desactivas la elección. Es un poco lo que pasa en Finlandia.

Estaríamos hablando de municipalizar la educación.

Sí, está vinculado a este debate. Tú apuntas a la escuela-municipio, y luego ya verás cómo se agrupan. Desactivas el núcleo y la lógica del problema, que es la elección en un contexto como el nuestro, que es de casi-mercado.

¿Cómo encaja en este modelo la concertada?

No lo tengo resuelto. Pero en el debate sobre la pública-concertada también nos tenemos que poner de forma seria, porque está mal resuelto. Es un debate donde todos se sienten agraviados: la concertada porque está infrafinanciada y por eso las familias tienen que pagar, porque sus maestros hacen más horas; la pública, porque la concertada tiene menos alumnado recién llegado y de clases populares, etc…. Hay que resolver de manera positiva, y creo que la municipalización de la educación tal vez podría ayudar.

Volviendo al papel de las familias en la segregación. ¿Hay una parte de responsabilidad que debe recaer sobre ellas? Los estudios dicen que las familias huyen de las escuelas más estigmatizadas.

Cada vez más familias de clase media tienen las bases materiales de su bienestar en el conocimiento. En este sentido, la educación lo es todo para ellos. Si vivimos en un mundo de competición global donde cada persona se tiene que construir un proyecto personal competitivo, la elección de escuela deviene determinante para tus hijos. ¿Por qué hay gente dispuesta a mentir para ir a una escuela? ¿A exagerar una celiaquía? La sociología dice que la gente se adapta a las reglas del juego; y si estas son de competición y distinción, las familias juegan a ello. Pero, en mi opinión, no se trata de culpabilizar. A nadie. Desde la sociología, de lo que se trata, es de atacar las lógicas de fondo, las que nos llevan a la competición.

El libro habla de escuela, familia… Y comunidad. ¿Qué es la comunidad?

Tiene que ver con el ayuntamiento, que todavía tiene poco papel en la educación formal pero mucho a lo largo de la vida -cuna, adultos, PFI, apoyo escolar…-. También con las familias, con el territorio y la distribución urbanística, etc. Y con todas las educaciones que son tan importantes para la socialización: con el deporte, el ocio, la música, el arte, las lenguas, internet… Y los vecinos y las asociaciones, claro.

A menudo se invoca la participación de la comunidad de forma genérica en la educación, pero ¿es posible hacer que todos estos agentes tomen parte del día a día de una escuela o de un instituto?

Por suerte hay cada día más territorios, rurales o urbanos, que avanzan hacia aquí. Tiene que ver con las ciudades educadoras, los planes educativos de entorno, con los proyectos educativos de ciudad, las zonas educativas, las zonas educativas rurales, etc. Debemos coordinar y poner en plural las educaciones. ¿Quién lleva la educación de 0 a 3 años? ¿Y los comedores? ¿Y las extraescolares? ¿Quién accede a las escuelas de música del municipio? Las clases populares, no mucho. Con los idiomas, lo mismo. Si las viejas desigualdades estaban vinculadas a la obtención de un título, las nuevas tienen que ver con todo lo que le rodea. Y aquí los municipios tienen, además de incumbencia como en lo educativo, competencias y capacidades para hacer mucho como demuestran día a día decenas de territorios en todo el país.

Las llamadas oportunidades educativas.

Exacto. Los ayuntamientos deben pensar de los 0 a los 100 años una oferta educativa potente, de servicio público y bien financiada también para romper desigualdades. ¿Por qué los niños y niñas de clases populares en mi barrio con la flauta dulce en la escuela y los otros con la flauta travesera en la escuela de música y la orquesta de turno? Esto se debe resolver, y se debe hacer desde la comunidad.

En Girona algunos profesores de escuelas de música daban clase en escuelas, dentro del plan de entorno municipal.

Acercar la comunidad y las oportunidades educativas en la escuela es una opción muy interesante. Cuando dices a una madre que vaya a aprender el idioma en el centro cívico quizás no va, pero si le dices que venga a la escuela, quizá sí. ¿Por qué la música en la escuela no la puede hacer la escuela de música para todos? ¿Y el deporte? ¿Por qué la escuela es un espacio cerrado? En Badia del Vallés en la etapa 0-3 trabajan conjuntamente pediatría, guardería, espacios familiares, ayuntamiento… En Hospitalet hacen redes educativas 0-6. En Berga se promueven acciones para conciliar horarios laborales y familiares. En Sabadell se hace el programa ciudad-escuela. En Barcelona el programa Éxito. El trabajo de comunidad educativa a los pequeños municipios… Y así mil ejemplos en todo el país. ¡Al final estamos hablando de hacer las cosas en común y para todos! Construir lógicas diferentes, entender que todo el territorio es educador, preguntarnos cómo hacer de la piscina municipal -que es un espacio muy educativo- un lugar para todos, donde participen las familias. ¡La idea de fondo, en realidad, no es otra que hacer las cosas juntos! Cómo educar juntos y juntas en un proyecto socializador potente a lo largo y ancho de la vida sin barreras para nadie.

Estamos hablando de un cambio cultural, de concepción de qué es la educación.

En estos momentos a nivel global imperan dos lógicas. Una es la neoliberal: para tener escuelas mejores, tienen que competir. Aquí estarían los casos de Inglaterra o Suecia con las free schools. La otra es la neoconservadora, que tiene que ver con la idea de control: lo que deben hacer las escuelas es lo que dice el Gobierno. A veces estas lógicas están entrelazadas y se retroalimentan. Pero lo que vemos con la investigación es que ninguna de las dos funciona a medio plazo. ¿Qué podemos contraponer a esto? El hacerlo juntos. Comunizar las educaciones. La UNESCO dice que la educación es un bien común. Pues comunicémoslo. Este verbo nos permite construir otra lógica, que se puede ver aplicada a diferentes niveles: en el plano municipal en el trabajo en red, pero también en el trabajo en los claustros -trabajamos juntos, en vez de hacerlo por separado de manera aislada-, también en el aula, donde hacemos que los alumnos cooperen, aprendan a construir conocimiento ya crecer juntos, como ocurre en fuerza escuelas, en algunos institutos, en las escuelas de segunda oportunidad, en las guarderías, las escuelas de personas adultas… Hacemos escuela juntos con las familias y la comunidad. Si cosemos todas estas actuaciones, si las conectan, estaremos trenzando una lógica alternativa. Es la idea del co-munitzar: co-construir escuelas, co-producir conocimiento, co-educar (en el sentido de la “mirada violeta” que propone la Marina Subirats) y también de educar juntas personas diferentes, co-gobernar- de manera más democrática, convivir… y sin olvidar la lucha constante contra las desigualdades y por una igualdad de oportunidades para todos.

Jordi Collet / © Sandra Lázaro García
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Marcos Garasa: «Hoy, la innovación educativa no se limita a los congresos, está en las redes sociales»

Marcos Garasa fue profesor, después se hizo consultor y formador de profesores y ahora ha vuelto al aula «porque la echaba de menos». Claro que su aula es universitaria, en el máster de profesorado de la pública Rey Juan Carlos de Madrid. Garasa también se encarga de asesorar a los profesores que quieran presentarse al IV concurso Proyecta Innovación, que organiza la Plataforma Proyecta, el espacio educativo de la Fundación Amancio Ortega y la Fundación Santiago Rey Fernández-Latorre. El plazo termina el día 20 de abril.

-¿Qué puede aportar a los profesores que quieran presentarse al concurso Proyecta Innovación?

-La visión de 360 grados de haber estado en el aula, coordinando proyectos y gestionándolos y ahora en la consultoría. A veces ocurre que se prepara algo con la visión de túnel del aula, y debe hacerse algo más profundo y no solo con el objetivo inmediato de los alumnos de una clase.

-Ha sido jurado de los premios Proyecta Innovación. ¿Qué destacaría de las propuestas que vio?

-El valor de los profesores para hacer cosas nuevas. He visto cosas que no había pensado que se hiciesen en Galicia. En centros rurales o de villas pequeñas se hacen proyectos fantásticos.

-¿Hacia dónde va la innovación?

-Creo que es una mezcla de trabajo por proyectos, gammificación (que no es otra cosa que psicología aplicada para motivar al alumno) y uso de la tecnología para cosas como la Flipped Classroom. A veces pienso que somos con un disyóquey, que la valía está en administrar correctamente todos nuestros recursos.

-¿Qué importancia tienen las nuevas tecnologías?

-No podemos decir nuevas tecnologías, porque ya no lo son. La tecnología debe ser transparente, líquida, que nos permita realizar tareas de una manera ágil y rápida, sin notarlo. En los últimos años el hardware ha evolucionado muchísimo, pero también ha cambiado el software. Hoy hay programas buenísimos para hacer de todo. Los profesores deben utilizar la tecnología como un medio, como en su vida personal. Pero creo que en general la competencia digital docente hay que mejorarla un poco.

-Usted siempre habla del trabajo en red, de compartir experiencias y aprendizaje.

-Es lo primero que les digo cuando doy un curso a profesores. La endogamia de los centros se debe a que no se abren las ventanas, y si lo hiciésemos veríamos cosas maravillosas. En las redes hay un mundo fantástico para colaborar y crear conjuntamente. Antes ibas a un congreso y es donde coincidías con otros profesores e intercambiabas ideas y experiencias. Ahora, toda la innovación se mueve en la redes sociales, el enjambre del que ya hablaba Jean Piaget.

-¿Una experiencia gallega se puede trasladar a Andalucía?

-Es que creo que no depende del profesor, sino del proceso de aprendizaje, y los jóvenes aprenden igual en todas partes.

-¿Qué le diría a quienes critican las innovaciones en la escuela?

-Que la clase magistral no hay que abandonarla. La clase tradicional y la memorización del alumno son muy necesarias, hacen falta, pero la cuestión es que no son suficientes, no producen aprendizaje significativo. Lo que ocurre es que los profesores llevamos trescientos años de trayectoria academicista y nos cuesta dejarla. Pero si lo haces, las expectativas se ven recompensadas tan rápidamente que cuando se prueba uno no vuelve atrás.

-¿Cómo se da el salto de lo tradicional a la innovación?

-Formándose, mirando a otros…, aunque creo que sería muy interesante que una vez se pase media vida útil del profesor [risas], este pueda disponer de dos años para investigar, para salir del aula y analizarlo todo. Cambiaría su práctica docente, ya que el flujo del río de la clase muchas nos impide reflexionar.

-¿Necesitan más tiempo para el estudio los maestros?

-Defiendo que en vez de tres convenios como hay, de la pública, privada y concertada, haya solo uno que contemple 20 horas semanales de docencia y 10 para diseñar experiencias. Si tienes 28 horas semanales de docencia, tutoría y guardias es imposible hacerlo.

-¡No lo es si desaparece tu tiempo libre! Los profesores invierten muchas horas de su vida privada en eso.

-Sí, es cierto, es cierto.

-¿Defiende la creación de un MIR de profesores para formar a los maestros y no «dejarlos solos ante el peligro»?

-¡Me alegra que me hagas esa pregunta! [risas] Cuando yo terminé la carrera, Filología inglesa, era un técnico muy cualificado pero nadie me había enseñado a dar clase. Una asignatura de tres meses y seis días de práctica no sirven para nada. Profesores de la Universidad Rey Juan Carlos estamos pensando en crear un máster de profesorado que sea realmente un MIR: uno o dos años de práctica en las clases con docentes y que el alumno pase por todos los cursos de infantil y primaria, un Practicum verdaderamente serio, que se complete con formación en educación emocional y tecnología. Todavía estamos lejos de conseguirlo, pero es uno de nuestros objetivos.

Fuente:http://www.lavozdegalicia.es/noticia/educacion/2017/02/16/marcos-garasa/00031487263717833526427.htm

Imagen: www.lavozdegalicia.es/sc/x/default/2017/02/16/00121487279763552294755/Foto/z16f7005.jpg

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Pedagogía de la ternura, la que enseña a los niños a confiar en sí mismos

La educadora cubana Lidia Turner Martí opina que es un momento ideal para el movimiento pedagógico latinoamericano

Lidia Turner Martí es una pedagoga cubana con tantos títulos y trayectoria académica en su haber que demandaría varias líneas presentarla. Sin embargo, tiene una habilidad que la diferencia de inmediato de otros pensadores de la educación: logra decir de la manera más simple y emotiva las reflexiones más profundas. Habla así de escuchar a los niños y jóvenes, de dar lugar a la creatividad en las aulas y de algo más hermoso todavía: de la pedagogía de la ternura.

Doctora en ciencias pedagógicas, profesora de la Universidad de Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona (Cuba) y autora de numerosos libros y publicaciones, Lidia Turner Martí pasó por Rosario en la semana en que la ciudad le rindió un homenaje al Che en el 85º aniversario de su nacimiento, con una serie de actividades organizadas por el Centro de Estudios Latinoamericanos Ernesto Che Guevara (Celche).

La entrevista se da luego de una larga jornada para esta educadora —que pisa los 80— de encuentros, presentaciones de libros y charlas con jóvenes y maestros. Nada le impide ser generosa con el tiempo y hablar de qué se trata eso de unir educación y ternura en un libro, del momento fantástico que vive Latinoamérica para que los educadores se encuentren en un gran movimiento, y de paso de compartir alguna anécdota de su oficio docente.

—Además de un libro de su autoría, ¿a qué más llama “pedagogía de la ternura”?

—Hemos llamado así a la base de la pedagogía martiana. Es decir, desde hace años estamos investigando, analizando, todas las obras de José Martí (escritor y patriota cubano) para extraer de ahí su teoría. El escribió pero no publicó un libro sobre teoría pedagógica. Las ideas fundamentales de su pensamiento están en cómo trabajar con un ser humano al que estamos educando, para que pueda sacar lo mejor de sí en su proceso de formación. Esa es la síntesis. Estamos probando su obra en la práctica, con niños, en las clases, con maestros o en actividades entre escolares de América latina. La respuesta es la que nos dice si es correcta, si realmente es la que nos da su fruto.

—¿Qué encontraron en común esas pruebas y ensayos sobre la pedagogía de la ternura?

—Lo común es que los niños, los adolescentes y jóvenes tienen tantas potencialidades que pueden desarrollar y que muchas veces pasan por la escuela y no las desarrollan. En este último libro que estamos editando sobre “Educación y ternura”, destinado a los docentes y padres, decimos que hay una obra importante que hacer y es la de trabajar bien con los niños todas sus posibilidades. Otra cosa que es común aquí es que los dejemos hacer. Es decir, que si piensan algo, que lo escriban; si quieren decir algo, que lo digan. Es la única manera de ayudar a su desarrollo pleno. Y algo muy importante que es acostumbrar a los niños a que confíen en sus posibilidades. Pensemos en esta clasificación, que a veces hacemos, de aventajados o no aventajados, del que sabe o no sabe. Por el contrario, esta pedagogía va dirigida a la confianza del ser humano en sí mismo, desde las primeras edades; eso le da una gran fortaleza para avanzar en la vida. Hemos tomado también el pensamiento de avanzada de Latinoamérica, donde tenemos tantos grandes pedagogos.

—¿De alguna manera propone recuperar el pensamiento latinoamericano en materia de pedagogía?

—Claro, en una charla reciente mencioné a uno muy importante: Simón Rodríguez. Hay que conocerlo, pero también tenemos que unirles otros tantos como Gabriela Mistral o el mismo Maestro Iglesias. En Cuba, estamos investigando y analizando sus aportes a la educación, porque es con ellos con quienes se enriquece. Y ese es el movimiento que debemos desarrollar: tomar nuestra visión pedagógica progresista y enriquecerla con la actual.

—Y de los maestros actuales, ¿qué rescata?

—El espíritu de innovación. Martí decía que en los maestros “crear” era la palabra de los jóvenes, igual que buscar cosas nuevas, nuevas formas y siempre innovar. Pero también eso lo dijo Simón Rodríguez con su “inventamos o erramos”. Es decir, esa idea debe darse con la creatividad, el niño y el maestro. Simón Rodríguez afirmaba que hay que enseñar a los niños a ser preguntones porque si no lo son se pueden convertir en estúpidos, en charlatanes que repiten lo que les dicen. Eso hoy tiene una vigencia tremenda. Creo que la pedagogía actual está en tomar al niño, al adolescente no como objeto, sino como un sujeto que actúa, que aprende y al que hay que escuchar. La demanda de la educación actual pasa porque aprendan por sí mismos, que no aprendan sólo porque les enseñan sino que puedan apropiarse de formas para aprender.

—Latinoamérica está viviendo un momento muy interesante de cambios políticos, con Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Uruguay y la Argentina, entre otros países. ¿Cómo formar un movimiento pedagógico que los aproveche?

—Este momento es muy importante para la unidad de los educadores. Existe una organización que se creó en “Pedagogía 90” (congreso internacional) a solicitud de varios países y que es la Asociación de Educadores de Latinoamérica y el Caribe (Aelac), que ahora debe cobrar mucha más vida porque tenemos las condiciones para eso. Hay que dialogar, discutir, pasarnos experiencias de un país a otro. Esas son las primeras cosas que nos debemos los educadores. Es un momento ideal para ganar en intercambio.

—¿Qué la unió a la educación?

—Cuando estudiaba yo no pensaba en ser maestra. Llegué a dar clases por una necesidad. En esa época si no trabajaba no podía estudiar (antes de la Revolución). Por ahí llegué a la docencia, trabajando en una escuela con niños de primero y segundo grados. Pero después que se ha trabajado con niños ya no los puedes dejar. Soy de las que piensa que la vocación no nace con la gente, sino que se hace con la práctica. Ya hace 40 años que enseño en la Universidad de Ciencias Pedagógicas de La Habana y no lo dejaría por nada. Uno siente el gusto de compartir, de influir sobre todo en los jóvenes.

—Si tuviera que elegir una anécdota que la haya unido a la educación, ¿con cuál se quedaría?

—Tengo un montón. Pero si tuviera que elegir, diría que una de las grandes emociones de mi vida fue y es que cada vez que estoy en lugares diferentes, en la propia Cuba o en el extranjero, y que puedo tener alguna dificultad o problema que resolver, el que me ha salvado en ese momento es un antiguo alumno. Es verdad que llevo como 60 años dando clases, pero hay momentos que estoy en un lugar, que no sé que hacer y es ahí cuando alguien me dice: “Profesora, ¿le pasa algo?” o surge esa pregunta: “Profesora, ¿usted se acuerda de mí?”. También me ha ocurrido estar en un aeropuerto y que alguien se me acerque y me diga: “Yo fui su alumno”. Cuando eso ocurre, a un maestro le reafirma lo grande que es su labor. Volvería a ser docente, maestra si tuviera que escogerlo. Porque es con el vínculo con el ser humano y con la comunicación con lo que uno puede ayudar. Me parece que esa es la alegría que sienten los educadores.

Fuente: http://www.lacapital.com.ar/pedagogia-la-ternura-la-que-ensena-los-ninos-confiar-si-mismos-n1237384.html

Fotografía: H.Rio

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Entrevista a Jordi Collet «Sin las familias y la comunidad no puede hacerse buena escuela»

17 de febrero de 2017/Fuente: el diario de la educación

Entrevista al sociólogo Jordi Collet, que con Antoni Tort publica el libro ‘Familias, escuela y comunidad’: «Las familias no deben ponerse en el diseño metodológico de la escuela, pero sí que lo tienen que conocer».

Se empieza discutiendo sobre el papel de las familias en la escuela de sus hijos y se acaba defendiendo la implicación de todo el territorio en el modelo educativo. Así avanza esta entrevista al sociólogo Jordi Collet, y así se desarrolla el libro que ha escrito con el pedagogo Antoni Tort -ambos de la Universidad de Vic-, Escuela, familias y comunidad, coeditado por El Diari de lEducació -junto con Octaedro-, y que a partir de hoy podrán recibir todos los suscriptores.

En el libro identifica diferentes tipos de familias: las visibles, invisibles y las hipervisibles. ¿A qué se refiere?

Nos referimos a que las diferentes familias tienen voces, presencias y visibilidades desiguales que hay que tener muy en cuenta. Por ejemplo, esto ocurre en las relaciones informales en la escuela, pero también en las participaciones en las AMPA o los consejos escolares, la investigación ha detectado que se dan procesos de colonización. Es decir, que puede haber escuelas con un 90% de familias recién llegadas pero que al AMPA sólo tienen adultos blancos y autóctonos. Hay familias que tienen mucha voz y mucha visibilidad -incluso son hipervisibles- y los hay que no tienen -invisibles-, y la escuela debe ser consciente de qué familias tiene y qué le llegan y pensar en cómo hacerla más participativa y democrática con todos. Porque si no recurrirá al tópico: “Hay familias -invisibles- que no vienen porque no les interesa”. Y no es verdad.

Muchas familias migrantes no se acercan a la escuela porque no entienden el idioma. Esto lo explican muchos maestros.

Y no sólo el idioma, sino los códigos informales. A las familias de clase media los es más fácil. Pero si vengo de fuera hay pautas culturales que desconozco, y que pueden marcar mi relación con el tutor. Estas son las familias invisibles; las visibles suelen ser de clase media.

¿A qué relaciones te refieres cuando hablas de códigos informales?

En la relación entre tú, maestro, y yo, padre o madre. ¿Te he de dar la mano? ¿Dos besos? ¿Tratarte de usted? Todo esto, si no lo sé, me aleja de ti. Es lógico. Para algunas familias chinas la maestra es una figura muy reputada, y en muchas ocasiones se pueden preguntar quién son ellos para atreverse a decirle según qué. Para entenderlo de una manera global, a veces utilizamos una metáfora: la escuela es como un país donde hay gente que llega con pasaporte y otros son extranjeros y no conocen sus mecanismos de participación, las tareas, los códigos …

¿Qué puede hacer una escuela o un instituto para implicar a las familias? Sobre todo aquellas que le son invisibles.

Lo primero que tiene que hacer, como siempre, es hacerse la pregunta. Y a partir de aquí, hay muchos campos donde avanzar: desde la página web -quién la hace, a qué responde, quién entra…- hasta revisar las entrevistas y reuniones con los padres y madres. En la universidad siempre decimos que es importante que los maestros comiencen las entrevistas con tres cosas positivas de cada niño, porque si no los hay que acaban convirtiéndose en un auténtico interrogatorio. Debemos ser conscientes de que las familias son diversas y desiguales y buscar las formas de eliminar los elementos y barreras de incomprensión mutua.

Si tuvieras que resumir por qué la participación familiar es importante para un centro educativo, ¿qué dirías?

Las familias son parte de la solución: sin ellas y sin la comunidad no puede haber una buena escuela. Si excluyes la familia, dejas fuera uno de los actores principales de la educación. Si hay escuelas es porque hay familias que tienen hijos -cuando no tienen, se cierran escuelas, como hemos visto-. El origen de esto tiene que ver con la historia de la escuela, que en España se remonta al siglo XIX con la ley Moyano, que construye un sistema educativo que se opone a las formas de socialización de las familias, al considerar -seguramente con razón- que educaban mal a los niños. Para ello se creó una escuela para las masas que fuera cerrada, con especialistas dentro para educar a los niños. Pero eso construyó una “gramática escolar” profunda que ahora nos cuesta mejorar. Por ejemplo: arquitectónicamente en las escuelas no hay salas para las familias. ¿Dónde esperan cuando van a una entrevista con el tutor de tus hijos?

¿Depende…?

En muchos casos estorbas, en el pasillo… La escuela no está pensada para la comunidad educativa, sino para los niños y maestros. Pero con las diferentes familias implicadas, la escuela es mejor. Y con la comunidad, también. Cuanto más alejadas están las familias, sobre todo las de clases populares y las recién llegadas, más propensión hay al fracaso. La participación de las familias vulnerables facilita el éxito escolar de todo el mundo. Por lo tanto, es también una cuestión de desigualdades, que sólo se subvierte si el sistema educativo se hace estas preguntas y da respuestas inclusivas.

¿Hay casos de escuelas que hayan conseguido hacer participar a las familias menos visibles?

Claro. ¡Por suerte cada día más! Lo hacen sabiendo que cuanto más normas haya y cuanto más inflexibles y más cerradas sean, menos participarán las familias alejadas. Debemos construir una “gramática blanda” de la escuela: con porosidad, espacios y momentos de encuentro… Hacer que la relación sea fácil. Hay ejemplos. La entrada a la escuela, en vez de ser a las 9 en punto, podría ser durante un margen de quince minutos, para que los maestros salgan fuera, las familias entren en el aula… Así estableces un espacio de diálogo y comunicación, aunque sea informal. Quizás, si las madres tuvieran este tiempo para comentarte cosas, luego a las 17  no habrá líos en el WhatsApp [ríe]. También hay casos donde las familias participan en la evaluación de la escuela, porque es necesario que nos digan cómo la ven, y casi siempre lo hacen en positivo pero con ideas de mejora.

Aun así, cuando planteamos la implicación de padres y madres en la escuela sólo nos viene a la cabeza, de entrada, el AMPA y las extraescolares. ¿Por qué?

Por las relaciones de poder que se dan dentro de la escuela, La pregunta es: ¿cómo construir un gobierno de la escuela más democrático? Que implique más presencia y más responsabilidades compartidas de docentes, niños, familias y comunidad. Si no, nos puede pasar como con la participación ciudadana: que a las familias sólo los dejaremos escoger los colores del banco del patio.

Así pues, ¿deberían poder tomar parte del diseño del modelo educativo?

La ley dice que deben poder participar en el proceso educativo de sus hijos, estar informadas y tener un lugar en los espacios de gobierno del centro. Deben poder colaborar, pero no desde una perspectiva de poder en que uno dice al otro lo que tiene que hacer. A veces, en una entrevista, el maestro le dice a la familia: “Lo que deberían hacer en casa es…”. Hombre, no.

También ocurre al revés: familias que dicen al maestro que tiene que hacer.

Exacto, lo mismo. Y en ambos casos se genera un conflicto. Por eso la escuela debe evolucionar hacia ser un espacio democrático. Y eso no quiere decir que todo el mundo decida sobre todo. Las familias no deben ponerse en el diseño metodológico y educativo, pero sí que lo han de conocer y se ha de explicar. Hay elementos que, además, permiten buscar acuerdos, como es el caso de los deberes, que implican a familia, maestro y niño. Tiene que haber un lugar y un reconocimiento de voz, de capacidades, de saberes y de poderes para todos.

¿Ha detectado si cada vez más las familias quieren decidir sobre todo lo que pasa dentro del aula? Algunos maestros lo manifiestan.

Sobre todo las de clase media. Cuando esto ocurre, tienes dos respuestas: cerrarles la puerta o atender la demanda latente de estas familias, que no es otra que la de tener un lugar en la escuela. Si a esa familia “pesada”, que todo el día agobia, le das un lugar, le dices con hechos que es importante para el centro, esto se acaba.

Jordi Collet / © Sandra Lázaro García

Entre los debates escolares que más afectan a las familias hemos citado los deberes. Hay otro: los horarios. ¿Deben poder decir algo?

¡Es clave! La escuela condiciona enormemente los horarios de las familias. Debemos evitar lo ocurrido en secundaria, donde de nuevo el 80% de los centros deciden unilateralmente que hacen horario de mañana. ¿Y las diferentes familias? ¿Y los adolescentes y sus diferentes realidades? Esto no lo pueden decidir los institutos o la Consejería solos. Ante medidas como estas hay casos como los de Olot o Granollers, donde se plantea, con estas u otras palabras, un modelo de escuela a tiempo completo. Es decir, donde hay un trabajo en red para coordinar los horarios de todas las educaciones en función de las necesidades de los alumnos y las realidades familiares, escolares, deportivas, musicales…

¿Una escuela es como es en función de las familias que tiene?

No sólo… La tarea de los profesionales es muy importante. Son una pieza clave. Hay institutos o escuelas que tienen una población muy similar y unos resultados y una tasa de fracaso muy diferente.

Este año Generalitat y Síndic de Greuges (Defensor del Pueblo) han puesto en marcha un principio de acuerdo para combatir la segregación escolar. ¿Las familias han de implicarse a la hora de reducir esta lacra?

Todo el mundo se debería implicar: el Departamento de Enseñanza, los municipios, la inspección, las escuelas… Y las familias. El problema es que en un contexto de casi mercado como el que tenemos, por más actuaciones que hagas para combatir la segregación, creo que nunca podrás luchar por completo contra la voluntad de las clases medias de escoger centro, porque tienen voz y voto. En mi opinión, lo que hay que hacer es desactivar las lógicas que rigen la actual elección de escuela, y en esta línea hice una propuesta para seguir pensando: que cada municipio o territorio -de entre 20.000 y 50.000 habitantes- tenga una sola escuela: la escuela-municipio.

Esto me lo tendrás que desarrollar un poco…

En un territorio de 20.000 habitantes tienes una escuela municipal, que está ubicada en diferentes edificios, y donde se agrupan los profesionales en función de diferentes criterios; docentes que, además, ya no son de una sola escuela, sino que son del territorio. Así la escuela trabaja con todo el municipio, con el museo, el teatro, el centro cívico, el horno, el taller mecánico, el estudio de arquitectura… Mi propuesta es pensar en una sola escuela-municipio, pero en realidad haciendo que las escuelas sean equivalentes, como ha propuesto recientemente Barcelona. ​​Y desactivas la elección. Es un poco lo que pasa en Finlandia.

Estaríamos hablando de municipalizar la educación.

Sí, está vinculado a este debate. Tú apuntas a la escuela-municipio, y luego ya verás cómo se agrupan. Desactivas el núcleo y la lógica del problema, que es la elección en un contexto como el nuestro, que es de casi-mercado.

¿Cómo encaja en este modelo la concertada?

No lo tengo resuelto. Pero en el debate sobre la pública-concertada también nos tenemos que poner de forma seria, porque está mal resuelto. Es un debate donde todos se sienten agraviados: la concertada porque está infrafinanciada y por eso las familias tienen que pagar, porque sus maestros hacen más horas; la pública, porque la concertada tiene menos alumnado recién llegado y de clases populares, etc…. Hay que resolver de manera positiva, y creo que la municipalización de la educación tal vez podría ayudar.

Volviendo al papel de las familias en la segregación. ¿Hay una parte de responsabilidad que debe recaer sobre ellas? Los estudios dicen que las familias huyen de las escuelas más estigmatizadas.

Cada vez más familias de clase media tienen las bases materiales de su bienestar en el conocimiento. En este sentido, la educación lo es todo para ellos. Si vivimos en un mundo de competición global donde cada persona se tiene que construir un proyecto personal competitivo, la elección de escuela deviene determinante para tus hijos. ¿Por qué hay gente dispuesta a mentir para ir a una escuela? ¿A exagerar una celiaquía? La sociología dice que la gente se adapta a las reglas del juego; y si estas son de competición y distinción, las familias juegan a ello. Pero, en mi opinión, no se trata de culpabilizar. A nadie. Desde la sociología, de lo que se trata, es de atacar las lógicas de fondo, las que nos llevan a la competición.

El libro habla de escuela, familia… Y comunidad. ¿Qué es la comunidad?

Tiene que ver con el ayuntamiento, que todavía tiene poco papel en la educación formal pero mucho a lo largo de la vida -cuna, adultos, PFI, apoyo escolar…-. También con las familias, con el territorio y la distribución urbanística, etc. Y con todas las educaciones que son tan importantes para la socialización: con el deporte, el ocio, la música, el arte, las lenguas, internet… Y los vecinos y las asociaciones, claro.

A menudo se invoca la participación de la comunidad de forma genérica en la educación, pero ¿es posible hacer que todos estos agentes tomen parte del día a día de una escuela o de un instituto?

Por suerte hay cada día más territorios, rurales o urbanos, que avanzan hacia aquí. Tiene que ver con las ciudades educadoras, los planes educativos de entorno, con los proyectos educativos de ciudad, las zonas educativas, las zonas educativas rurales, etc. Debemos coordinar y poner en plural las educaciones. ¿Quién lleva la educación de 0 a 3 años? ¿Y los comedores? ¿Y las extraescolares? ¿Quién accede a las escuelas de música del municipio? Las clases populares, no mucho. Con los idiomas, lo mismo. Si las viejas desigualdades estaban vinculadas a la obtención de un título, las nuevas tienen que ver con todo lo que le rodea. Y aquí los municipios tienen, además de incumbencia como en lo educativo, competencias y capacidades para hacer mucho como demuestran día a día decenas de territorios en todo el país.

Las llamadas oportunidades educativas.

Exacto. Los ayuntamientos deben pensar de los 0 a los 100 años una oferta educativa potente, de servicio público y bien financiada también para romper desigualdades. ¿Por qué los niños y niñas de clases populares en mi barrio con la flauta dulce en la escuela y los otros con la flauta travesera en la escuela de música y la orquesta de turno? Esto se debe resolver, y se debe hacer desde la comunidad.

En Girona algunos profesores de escuelas de música daban clase en escuelas, dentro del plan de entorno municipal.

Acercar la comunidad y las oportunidades educativas en la escuela es una opción muy interesante. Cuando dices a una madre que vaya a aprender el idioma en el centro cívico quizás no va, pero si le dices que venga a la escuela, quizá sí. ¿Por qué la música en la escuela no la puede hacer la escuela de música para todos? ¿Y el deporte? ¿Por qué la escuela es un espacio cerrado? En Badia del Vallés en la etapa 0-3 trabajan conjuntamente pediatría, guardería, espacios familiares, ayuntamiento… En Hospitalet hacen redes educativas 0-6. En Berga se promueven acciones para conciliar horarios laborales y familiares. En Sabadell se hace el programa ciudad-escuela. En Barcelona el programa Éxito. El trabajo de comunidad educativa a los pequeños municipios… Y así mil ejemplos en todo el país. ¡Al final estamos hablando de hacer las cosas en común y para todos! Construir lógicas diferentes, entender que todo el territorio es educador, preguntarnos cómo hacer de la piscina municipal -que es un espacio muy educativo- un lugar para todos, donde participen las familias. ¡La idea de fondo, en realidad, no es otra que hacer las cosas juntos! Cómo educar juntos y juntas en un proyecto socializador potente a lo largo y ancho de la vida sin barreras para nadie.

Estamos hablando de un cambio cultural, de concepción de qué es la educación.

En estos momentos a nivel global imperan dos lógicas. Una es la neoliberal: para tener escuelas mejores, tienen que competir. Aquí estarían los casos de Inglaterra o Suecia con las free schools. La otra es la neoconservadora, que tiene que ver con la idea de control: lo que deben hacer las escuelas es lo que dice el Gobierno. A veces estas lógicas están entrelazadas y se retroalimentan. Pero lo que vemos con la investigación es que ninguna de las dos funciona a medio plazo. ¿Qué podemos contraponer a esto? El hacerlo juntos. Comunizar las educaciones. La UNESCO dice que la educación es un bien común. Pues comunicémoslo. Este verbo nos permite construir otra lógica, que se puede ver aplicada a diferentes niveles: en el plano municipal en el trabajo en red, pero también en el trabajo en los claustros -trabajamos juntos, en vez de hacerlo por separado de manera aislada-, también en el aula, donde hacemos que los alumnos cooperen, aprendan a construir conocimiento ya crecer juntos, como ocurre en fuerza escuelas, en algunos institutos, en las escuelas de segunda oportunidad, en las guarderías, las escuelas de personas adultas… Hacemos escuela juntos con las familias y la comunidad. Si cosemos todas estas actuaciones, si las conectan, estaremos trenzando una lógica alternativa. Es la idea del co-munitzar: co-construir escuelas, co-producir conocimiento, co-educar (en el sentido de la “mirada violeta” que propone la Marina Subirats) y también de educar juntas personas diferentes, co-gobernar- de manera más democrática, convivir… y sin olvidar la lucha constante contra las desigualdades y por una igualdad de oportunidades para todos.

Jordi Collet / © Sandra Lázaro García
Fuente: http://eldiariodelaeducacion.com/blog/2017/02/14/sin-las-familias-y-la-comunidad-no-puede-hacerse-buena-escuela/
Imagen: eldiariodelaeducacion.com/wp-content/uploads/2017/02/Jordi-Collet-©-Sandra-Lázaro-2-768×513.jpg
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Entrevista a Said Bouamama: «El internacionalismo no es una opción sino una necesidad»

Entrevista a Said Bouamama, autor del libro “La Tricontinental: Los pueblos del Tercer Mundo al asalto del cielo”
«El internacionalismo no es una opción sino una necesidad»
Alex Anfruns y Raffaele Morgantini
Investig’Action

Enero de 1966, La Habana: Los pueblos y dirigentes políticos revolucionarios del Tercer Mundo se reúnen en la llamada Conferencia Tricontinental, organizada por Ernesto Che Guevara, Fidel Castro, Ho Chi Min, Amílcar Cabral y Mehdi Ben Barka. Desde la conferencia de los no-alineados en Bandoung en 1955, los movimientos de liberación nacional proliferaron sin conseguir la creación de un frente común internacionalista y antiimperialista. La conferencia de La Habana apuntaba en aquel entonces a rebasar aquella carencia sobrepasando las diferencias ideológicas uniendo a todos los pueblos y a todos los movimientos en lucha. ¿Cuál ha sido el legado que nos ha dejado la Tricontinental y por qué volver a hablar de ella hoy en día? El periódico de Nuestra América ha entrevistado a Said Bouamama, autor del libro “La Tricontinental: Los pueblos del Tercer Mundo al asalto del cielo” (Leer: Introducción de Saïd Bouamama al libro), con el fin de profundizar sobre los elementos clave de aquel acontecimiento histórico.

El periódico de Nuestra América: En 1966, en el momento de la conferencia Tricontinental, el mundo se encontraba en plena guerra fría, es decir, en un momento histórico decisivo. Por otro lado, la situación está al rojo vivo en el llamado “Tercer Mundo” debido al surgimiento de movimientos de liberación nacional ¿Cuál es el lugar de la conferencia Tricontinental en medio de toda esta coyuntura histórica?

Said Bouamama: El proyecto de la conferencia Tricontinental aparece en un contexto marcado efectivamente por la guerra fría pero también por la transición del sistema colonial al sistema neocolonial. La lucha armada en países como Kenya, Argelia, Camerun, Angola, etc…ponen en guardia a las potencias coloniales frente a un posible alineamiento generalizado, lo que las arrastra a promover procesos de independencia ficticios, manteniendo así la dependencia existente. El proyecto Tricontinental madura entonces en un contexto en el que quedan en evidencia las “traiciones” de los nuevos estados aparentemente independientes contra la lucha de los pueblos. Por ejemplo, Lumumba fue asesinado gracias a la complicidad de algunos de estos estados. Por otro lado, Francia defendió en la ONU la guerra sucia de Argelia gracias al apoyo de estos estados africanos llamados “independientes”.

Una nueva conciencia militante surge gracias a esta situación: en primer lugar, ya no se trata de que cada pueblo dominado se enfrente a una sola y única potencia colonial, al contrario, ahora deben enfrentarse al imperialismo, es decir, a todo un sistema de dominación a nivel mundial; en segundo lugar, ya no se trata únicamente de luchar por una independencia de tipo político, sino de luchar para lograr una independencia económica real; todas estas transformaciones de conciencia política permiten el acercamiento a las luchas que se están llevando a cabo en América latina, donde los pueblos se enfrentan desde hace décadas al nuevo rostro de la dominación imperialista, a saber, el neocolonialismo. Todas estas luchas en los tres continentes se desarrollan al mismo tiempo, y como consecuencia de esto se constituye el proyecto de una lucha común Tricontinental. Si bien es cierto que la Tricontinental fue promovida por “líderes” como Fidel, Ben Barka, Ho Chi Min, Cabral, el Che, etc… debemos pensar también que la situación mundial había llegado a un momento donde era inevitable la creación de un frente de lucha común.

Para los pueblos que estaban en lucha en aquel momento, La Tricontinental abrió una nueva ola de esperanza, ¿Constituyó también un peligro real para las élites y las potencias imperialistas?

El sistema imperialista mundial se había enfrentado en muy pocas ocasiones a un frente unido de esa importancia, por lo que sí había un peligro real. Conocemos muy bien las reacciones que tuvieron todas las potencias imperialistas del momento, tanto las fuerzas políticas que defendían al sistema capitalista, los propios Estados o los grandes medios de comunicación dominantes. Fruto de esta amenaza se desarrolló una estrategia global con la intención de destruir por la violencia las bases humanas y políticas de aquel proyecto de solidaridad intercontinental.

La contra-revolución funcionó de cuatro formas diferentes: primero, asesinato de decenas de líderes y miles de militantes; segundo, apoyo y promoción de golpes de estado contra regímenes progresistas; tercero, ofensiva propagandística inédita (apoyo a ONG instrumentalizadas, prácticas de “formación” en los USA o Europa para sindicalistas, militantes asociativos o políticos, becas de estudio etc…); Y cuarto, creación y formación de servicios secretos en los “países amigos” y grupos paramilitares contra-revolucionarios en los países hostiles.

Nunca habíamos conocido una contra-ofensiva tan amplia y dotada de unos medios financieros tan elevados desde la revolución de 1917. Las potencias imperialistas nunca se habían unido de una manera tan sólida frente a este “enemigo común” que constituía la Tricontinental.

El contexto internacional no ha cambiado mucho Desde los años 60 ¿Sigue siendo hoy legítimo hablar de la existencia de un Tercer Mundo?

En cierto sentido, el contexto ha cambiado completamente pero también ha continuado siendo el mismo. Las formas han cambiado, pero no el fondo. Lo que cambia son las condiciones del combate y no el combate en sí mismo. Ha habido cambios como la desaparición de los “países del Este” que han supuesto el fin del desequilibrio bipolar surgido de la segunda guerra mundial, y esto dificulta más la lucha de los pueblos. También ha habido una aparición de un “Sur dentro del Norte” en los países dominantes debido a su empobrecimiento, y también un “Norte dentro del Sur” en los países dominados debido a la aparición de clases dominantes enlazadas con el imperialismo. Sin embargo, los países que dominan el sistema económico siguen siendo los mismos que antes, y los que tienen economías dependientes también. De igual forma, siguen existiendo los mismos mecanismos que se encargan de promover la dominación (Intercambio desigual, mecanismo de la deuda, imperialismo cultural etc…). Los pueblos de África, Asia y América Latina siguen todavía hoy enfrentados al mismo dominio de entonces, a los mismos enemigos, al mismo sistema imperialista. En este sentido queda una “comunidad de destino” y una base material para el llamado “tercer mundo”.

Teniendo en cuenta la situación que encontramos hoy en el “Tercer Mundo” ¿Piensa que hoy en día sería imaginable la reconstitución de una nueva Tricontinental?

Nunca se reproducen de forma idéntica los modelos de luchas emancipatorias. Cada experiencia es fruto de los contextos y de las posibilidades de una época, y las de hoy ya no son las mismas de las que hubo en la década de los 60 y 70. Sin embargo, seguimos enfrentados a las mismas dificultades y a los mismos enemigos, y seguramente a corto o a largo plazo podemos esperar que esta situación nos lleve a nuevos ejemplos de solidaridad Tricontinental. Tenemos experiencias emancipadoras recientes, cuyos líderes (Sankara, Chavez, Morales etc…) siempre han hablado de una unidad necesaria de las luchas de los tres continentes. Por eso la importante repercusión que ha tenido en África algunas experiencias como el ALBA. Inevitablemente esto nos llevará a nuevas experiencias de luchas comunes, y quién sabe si a una Tricontinental del siglo XXI.

¿Cuál sería el interés que tendríamos en conocer la historia de la Tricontinental en el contexto europeo actual, caracterizado por la crisis de valores?

La historia de la igualdad y la emancipación se va construyendo a largo plazo. Se va formando poco a poco, con avances y retrocesos, con victorias y derrotas que, en el transcurso de la historia han ido dibujando un progreso innegable, cuyas etapas han sido la abolición de la esclavitud, la abolición de la colonización directa, del apartheid etc…Las clases dominantes están muy interesadas en borrar de nuestra memoria los momentos que ha habido de ofensivas, avances y victorias de los pueblos y de las clases dominadas. Lo que suele decirnos la ideología dominante sobre la pobreza, las guerras, y los dramas que afectan a los pueblos de los tres continentes, es que simplemente se deben a cuestiones culturales. Así se encargan de ocultar las causas sistémicas fundamentales sobre cuestiones económicas, políticas y culturales. Y así, tratan de difundir un sentimiento de impotencia y fatalidad para desarmar y desanimar a la lucha. Contra esto es muy importante conocer las luchas que ha habido en el pasado, es un poderoso antídoto. Y debe ser uno de los factores importantes para la contra-ofensiva de los dominados.

¿Por qué la Tricontinental le dio tanta importancia al desarrollo de su identidad a través de la creación de visuales y carteles de gran calidad artística?

Este material de lucha tiene una importancia primordial ya que tienen la voluntad de llegar al pueblo y no solamente a las “élites”. A través de la pancarta, el dibujo, el cine etc…lo que se pretende es llegar a las masas populares y no solamente a los militantes organizados. También se pretende recalcar la importancia que tiene el combate cultural como parte fundamental de la lucha social y política. Prueba de ello tenemos la utilización de iconografía popular en las pancartas (armas tradicionales, ropa tradicional etc…). En este sentido se trata de luchar contra la tendencia de “desvalorización de uno mismo” y la “vergüenza de uno mismo”, sentimiento que trata de difundir el sistema de dominación para legitimarse y perpetuarse.

¿Qué pueden aprender las nuevas generaciones, particularmente las de los países del sur, acerca de este periodo histórico?

En mi opinión, las nuevas generaciones tienen mucho que aprender de la experiencia de la Tricontinental. Aquella experiencia puede ayudarnos a no volver a reproducir algunos errores que se cometieron. Sin embargo, muchas de las adversidades que se encontraron en aquellos tiempos siguen siendo las mismas hoy en día, y por eso pueden constituir una valiosa ayuda ya que estas han sido confrontadas, reflexionadas y teorizadas en el momento de la Tricontinental. Encontramos también una dimensión subjetiva importante. El conocimiento de las luchas pasadas crea las condiciones subjetivas de una esperanza y una voluntad política, contribuye a romper el sentimiento de impotencia paralizante para crear un sentimiento de potencia colectiva y solidaria. Así pues, conocer el pasado nos permitirá situar en el buen lugar la escala de la lucha que debemos llevar a cabo. La ruptura con la dependencia solo es posible a través de la existencia de una solidaridad Tricontinental. Las victorias de las fuerzas populares en un país no bastan para hacerla irreversible. La solidaridad Tricontinental forma parte de las condiciones de emancipación en cada uno de los países. El internacionalismo no es una opción sino una necesidad.

Más allá del renombre póstumo de algunas personalidades como el Che o Ben Barka, sus ideas y aquellas de otros pensadores revolucionarios son todavía relativamente poco conocidas. ¿Cuáles fueron los ejes principales de su visión del mundo?

Me sería imposible resumir en unas pocas líneas la riqueza de los aportes de estas personalidades tan importantes en la historia de la Tricontinental. Pero podríamos citar algunas algunos: 1) Entendimiento de la dominación como un sistema mundial y global, que necesitaría a su vez de una solidaridad mundial de las clases y de los pueblos dominados; 2) Análisis de los mecanismos contemporáneos de dependencia que siguen siendo todavía los mismos (deudas, cooperación etc…) 3) Comprensión de la independencia y de la soberanía incluyendo las dimensiones económicas y culturales; 4) Análisis de la constitución de nuevas clases después de las independencias que nos llevarían no solo a luchar contra el imperialismo sino también contra estas clases sociales internas ligadas al mismo; 5) Una teoría de la necesidad de una “Violencia revolucionaria” en algunos de los contextos; 6) Comprensión de la dominación cultural como eje principal de la reproducción del sistema de dominación; etc…Podríamos poner muchas otras aportaciones en evidencia, pero estos son suficientes para mostrar que los actores de la Tricontinental llevaban un proyecto global de ruptura total con el sistema imperialista.

Traducción: Enrique Cebrian

Fuente: https://www.rebelion.org/noticia.php?id=222950

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